LA IGLESIA CATÓLICA Y EL ESTADO VATICANO COMO SUJETOS DE DERECHO INTERNACIONAL Author(s): JUAN JOSÉ RUDA SANTOLARIA Source: Archivum Historiae Pontificiae , 1997, Vol. 35 (1997), pp. 297-302 Published by: GBPress- Gregorian Biblical Press Stable URL: https://www.jstor.org/stable/23564501 JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. 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The Holy See, supreme organ of the Universel Church, represents the two su Church and the Vatican State) but, in its relations with the international commun primarily in the name of the Church*. Un anâlisis de la Iglesia Católica Romana, desde la perspectiva internac partir de apreciar que la Iglesia Católica es una comunidad de creyentes u misma fe en Jesucristo, a consecuencia del hecho del bautismo, y el recon la autoridad del Papa, «vicario» de aquél en la tierra. Tal noción da cuenta universal de la Iglesia pues en ella no se hace referencia a limitaciones cult gràfìcas ni se circunscribe el àmbito de actuación del Romano Pontifice a l existentes en un lugar concreto del orbe Al mismo tiempo, junto a la naturaleza universal apuntada, la Iglesia C me una dimension local expresada en la presencia de «Iglesias particulares figuras équivalentes; éstas se hallan a cargo de obispos y las conforman per la par, profesan en el campo espiritual la fe católica, y, en el plano tempora población de un Estado determinado. Lo fundamental radica en el hecho que dichas Iglesias locales ο particulares no son independientes entre si ni estân ligadas ùnicamente por la comun pertenencia a alguna federación u òrgano de indole consultiva, sino que, con respeto a la légitima jurisdicción de sus Pastores y a las singularidades de cada una, integran el conjunto mayor de la Iglesia Católica universal2. Precisamente, la Iglesia Católica se diferencia de las demâs denominaciones religio sas en cuanto està provista de un òrgano centrai de gobierno, la Santa Sede ο Sede * Autor del libro titulado Los sujetos de Derecho Intemacional: El caso de la Iglesia Católica y del Estado de la Ciudad del Vaticano, lima, Fondo Editorial de la Pont. Univ. Católica del Perù, 1995, cuyo contenido ha sido tornado corno base para la elaboración de este articulo y al cual se re mite a efectos de la ampliación de los conceptos planteados. Abreviaturas: CDCan = Código de Derecho Canònico de 1983. AnnPont, 1995 = Annuario Pontificio per l'anno 1995, Libr. Editrice Vaticana 1995. 1 Vid. Conc. Vaticano II, Const. dogmàtica Lumen gentium, sobre la Iglesia, cap. I, nùm. 7 y 8; CDCan, can. 204. 2 Cfr. Conc. Vaticano II, Const. dogmàtica Lumen gentium, nùm. 18-21, 23-25 y 27; Dec Christus Dominus, sobre deberes pastorales de los Obispos, nùm. 2, 8 y 11; CDCan, càn. 368-371 375, 376, 380, 381, 391, 393; AnnPont, 1995, pp. 1713-1727. This content downloaded from 34.192.2.131 on Mon, 10 May 2021 00:05:46 UTC All use subject to https://about.jstor.org/terms 298 JUAN JOSÉ RUDA SANTOLARIA Apostòlica, que encarna la màxima potestad en el està constituida por el Papa y la Curia Romana (se laboran con el Pontifice en las tareas de gobierno sus funciones con independencia frente a los pode incluyendo los de carâcter temporal. Una prueba p ta Sede se pione de manifiesto en la capacidad de é versal respiecto a los católicos del mundo y en la Apostòlica a pioderes terrenales, pues dicha capacid proviene de regulaciones ajenas a ella ο de conces La Curia Romana, a diferencia de lo que ocurre (cuya potestad primacial sobre la Iglesia universal sucristo al apóstol Pedro), tiene bàsicamente su or te el cual los Papas vivieron en Avifión. Actualme por el Concilio Vaticano II, se ha ido desarrollando cionalización» con vistas a reflejar mas nitidament La organización de la Curia Romana incorpora rentes funciones. Dentro de tales dicasterios tiene Estado, entre cuyas competencias està la conducc con los Estados y otros sujetos de Derecho Intern vale «mutatis mutandis» a la Oficina del Primer M teriores de los Estados5. Por otro lado, la constatación en la estructura de la Iglesia Católica de una doble di mension, universal y particular, explica la existencia de diversas formas de relación que refuerzan los vinculos de las Iglesias locales con la suprema potestad de la Iglesia. Tradi cionalmente, un medio del que se vale la Santa Sede para manifestar su especial solici tud por las Iglesias particulares católicas de un territorio consiste en la designación de «legados» ο enviados pontificios. Los mismos suelen conjugar su labor principal de indo le eclesial con el ejercicio de la representación diplomàtica de la Santa Sede ante los Es tados donde se encuentran las Iglesias respiecto a las cuales desempiefian su primera fun ción. Un numéro considérable de Estados, entre los cuales estàn Espafia, Italia y el Pe rù, atribuye de pieno derecho a los Nuncios el decanato de los cuerpios diplomâticos; es te privilegio constituye una excepción a la regia en materia de precedencia de représen tantes diplomâticos, fundada en el especial reconocimiento de los Estados receptores a la alta potestad acreditante que constituye el òrgano centrai de gobierno de una comuni dad de creyentes extendida pior todo el orbe. Tal prâctica es muy antigua y ha sido con sagrada, reflejando su vigencia, tanto en el Congreso de Viena de 1815 corno en la Con vención de Viena sobre relaciones diplomàticas de 19616. La contraparte de la refe nda designación de enviados diplomâticos p>or la Santa Sede està en el nombramiento 3 Vid. Mt 16, 18; Jn 21, 15; Conc. Vaticano Π, Const. dogmàtica Lumen gentium, nùm. 18; Decr. Christus Dominas, num. 2; CDCan, cân. 331-333 y 337; Const. a post. Pastor bonus (28.06.1988): L'Oss. Romano (ed. semanai en lengua espanda) del 29.01.1989, parte introducto ria, nùm. 2 y 7, art. 1 ; Ko Ciprotti, "Santa Sede. Su función, figura y valor en el Derecho Interna cional": Concilium - Revista Internacional de Teologia n°58 (1970) 216-217. 4 Cfr. Vaticano II, Decr. Christus Dominus, num. 10; Const. apost. Pastor bonus, nùm. 10. 5 Cfr. Const. apost. Pastor bonus, art. 2, 39-47; AnnPont, 1995, pp. 1145-1152, 1728-1720. 6 Cfr. Motu proprio Sollicitudo omnium Ecclesiarum de Pablo VI sobre la misión de los re présentantes pontificios, art. 1, 2 y 4; CDCan, cân. 362-364; Hyginus Eugene Cardinale, The tìoly See and the International Order, London 1976, pp. 99, 143, 156, 157, 391, 392; Convención de Viena sobre relaciones diplomàticas (18.04.1961), art. 14 y 16. This content downloaded from 34.192.2.131 on Mon, 10 May 2021 00:05:46 UTC All use subject to https://about.jstor.org/terms LA IGLESIA CATÓLICA Y EL ESTADO VATICANO... 299 de représentantes de los Estados ante aquélla, con lo que, segù trado el ejercicio del derecho de legación activo y pasivo por l Cuestión de particular importancia ligada a lo anterior es q dos que mantienen relaciones diplomâticas con la Santa Sede v to, contândose entre ellos a varios de población no mayoritari Igualmente, la Santa Sede interviene de manera activa en dif organizaciones y organismos internacionales a través de deleg distinción en el carâcter de la representación proviene de si la no de la organización ο del organismo de que se trate. Ejemplos de observadores se aprecian en los casos de Naciones Unidas, y de Naciones Unidas, corno la UNESCO, OMS y FAO, y la Organización de Estados Americanos; entretanto, la Santa Sede participa, v.gr., corno miembro pieno en la Agencia Internacional de Energia Atòmica'. Asimismo, la Santa Sede suscribe con los Estados acuerdos generalmente conocidos corno «concordatos», por medio de los cuales se regulan de manera consensuada cues tiones relativas al estatuto de la Iglesia al interior del Estado de que se trate y temas de interés comùn a òste y a la Iglesia. La concertación y entrada en vigor de tales acuerdos se realiza siguiendo las reglas del Derecho Internacional en materia de tratados, asimi lândose también a ellos en lo concerniente a su ejecución y efectos10. La recurrencia ca da vez mayor a esta forma de regulación bilatéral posibilita la superación de antiguas formulas unilatérales y el cambio de anteriores concordatos que podrian estar ahora re fiidos con el principio de libertad religiosa proclamado por el Concilio Vaticano II. Las ventajas de una regulación bilatéral de asuntos de interés comun a las potesta des temporal y espiritual son tan grandes que en algunos Estados, corno la Republica Federai de Alemania y Espafia, la experiencia se ha ampliado a otras confesiones. Sin embargo, debe resaltarse que mientras los convenios con las demâs denominaciones re ligiosas ο con Iglesias particulares catôlicas, carentes de personalidad juridica internacio nal, se inscriben en el àmbito del Derecho interno del Estado, los acuerdos con la Santa Sede (òrgano de gobierno de la Iglesia universal) revisten naturaleza internacional y se equiparan, segùn se indicò, a los tratados11. La diferencia de rango entre los acuerdos concertados por los Estados con la Santa Sede y los que pudieran haber celebrado con Iglesias particulares catôlicas u otras confe 7 Cfr. AnnPont, 1995, pp. 1320-1344, 1787. 8 Ibid., loc. cit. 9 Ibid., pp. 1316-1318. H. de Riedmatten, "Presencia de la Santa Sede en los organismos in temacionales": Concilium (cit. en nota 3) n°58, pp. 218-232; Renato R. Martino, "«Expert in Humanity»; The Church in the Modem World — the Holy See in the International Arena" (Dis curso pronunciado por el Arzobispo R. Martino, Nuncio Apostóhco y Observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, en el Newman Centre de la Univ. de Toronto, el 15 de no viembre de 1995): Catholic International! (1996) 12-20. 10 Vid. Motu proprio Sollicitudo omnium Ecclesiarum, art. 10; CDCan, cân. 3 y 365; Alonso Medina Perdomo, La canonización del Derecho estatai en el Codex Iuris Canonici de 1983, Bo gota 1985, pp. 62-63, 65-72. 11 Cfr. Const. dogmàtica Lumen gentium, niim. 23; Julio A. Barberis, "Sujetos de Derecho Internacional vinculados a la actividad religiosa": Anuario de Derecho International Publico (Buenos Aires 1981) 19-20, 31-32; Eduard Baxet, "Acuerdos entre la Generalitat de Cataluna y la Iglesia Católica. Presupuestos doctrinales": lus Canonicum 23 (1983) 832-835, 840; CiPRorn (cit. en nota 3), pp. 216-217; Carlos Corral, "Valoración comparativa, parte séptima, capitulo XXVI", en Los acuerdos entre la Iglesia y Espana (B.A.C. 410), Madrid 1980, pp. 704-705; A. de Jong, "Los Concordatos y el Derecho Internacional": Concilium (cit. en nota 3) n°58, pp. 249-250; I. Martin, "Presencia de la Iglesia cerca los Estados": Ibid., p. 239. This content downloaded from 34.192.2.131 on Mon, 10 May 2021 00:05:46 UTC All use subject to https://about.jstor.org/terms 300 JUAN JOSÉ RUDA SANTOLARIA siones religiosas acarrea importantes consecuenci cia en el Derecho del Estado Espafiol, que ha susc corno con las instituciones representativas en Esp sulmana e israelita; a mèrito de lo convenido con sas, se atribuye efìcacia juridica a los matrimonio las reglas de aquéllas. No obstante, en los supuest donde al menos uno de los contrayentes sea espa tado del lugar de celebración no otorgue eficacia j religioso, sólo resultan inscribibles automàticame (sean consulares ο el Central de Madrid) los matr Ademàs, otra tiara muestra de la presencia int condition de òrgano supremo de gobierno de la I da por su actuación en materia de solución pacific to, a pesar del apartamiento de la Sede Apostòlica los Estados, las partes en una controversia puede con prescindencia del papel de àrbitro por excelen cia el Pontifice durante el Medioevo, merece recor dro VI tras el descubrimiento de América por Cr conjunto de bulas que fueron la base para el tratad las cuales Espafia considerò corno los titulos cent 12 Vid. Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado Espaf de enero de 1979, entre el Estado Espafiol y la Santa Se Acuerdo de 3 de enero de 1979, entre el Estado Espafio tos culturales. Acuerdo de 3 de enero de 1979, entre el Estado Espafiol y la Santa Sede, sobre la asistencia religio sa a las Fuerzas Armadas y Servicio Militar de clérigos y religiosos. Acuerdo de 3 de enero de 1979, entre el Estado Espafiol y la Santa Sede, sobre asuntos eco nómicos. Ley 24/1992, de 10 de noviembre, por la que se aprueba el Acuerdo de Cooperación del Es con la Federación de Entidades Religjosas Evangélicas de Espafia. Ley 25/1992, de 10 de noviembre, por la que se aprueba el Acuerdo de Cooperación del Es con la Federación de Comunidades Israelitas de Espafia.Ley 26/1992, de 10 de noviemb por la que se aprueba el Acuerdo de Cooperación del Estilo con la Comisión Islamic Espafia. Circular de 15 de febrero de 1980, de la Dirección General de los Registres y del Notariado, Minis terio de Justicia, sobre inscripción en el Registro Civil de los matrimonios canónicos (Boletin Oficial del Estado, n°47, de 23.02.1980). Resolución de 2 de noviembre de 1981, de la Dirección General de los Registres y del Notariado, Ministerio de Justicia, sobre inscripción de matrimonio celebrado en el extranjero en forma ca nònica. Orden de 21 de enero de 1993, del Ministerio espafiol de Justicia, por la que se aprueba modelo de certificado de capacidad matrimonial y de celebración de matrimonio religioso (Boletin Oficial del Estado, n"29, de 03.02.1993). Instrucción de 10 de febrero de 1993, de la Dirección General de los Registres y del Notariado, Mi nisterio de Justicia, sobre la inscripción en el Registro Civil de determinados matrimonios cele brados en forma religiosa (Boletin Oficial del Estado, n°47, de 24.02.1993). 13 Art. 24 del Tratado de Letrân, de 11 de febrero de 1929, entre Italia y la Santa Sede. 14 Cfr. los textos de las Bulas Aiejandrinas y del Tratado de Tordesillas de 1494, asi corno el anâlisis de taies documentas en Manuel Giménez FernAndez, Nuevas consideraciones sobre la historia, sentido y valor de las Bulas Aiejandrinas de 1493 referentes a las Indias, Sevilla 1944. Dichas Bulas, a tenor de la autorizada opinion de este autor, fueron la primera Inter cetera, Piis fidelium, segunda Inter cetera, Eximie devotionis y Dudum siquidem. — Igualmente vid. Jorge Basadre, Historia del Derecho Peruano, 2a ed., Lima 1984, pp. 242-246; Venancio D. Carro, La This content downloaded from 34.192.2.131 on Mon, 10 May 2021 00:05:46 UTC All use subject to https://about.jstor.org/terms LA IGLESIA CATÓLICA Y EL ESTADO VATICANO... 301 Mas recientemente, cabe destacar la mediación del Papa Leon XIII Espana y Alemania por la soberania de las islas Carolinas, en 1885l5, especial, la brillante mediación de la Santa Sede en el diferendo austr gle entre Argentina y Chile. En este ùltimo caso, la intervención de la una guerra y condujo a la suscripción del tratado chileno-argentino de propuesta del mediador y cuya ejecución ha sido puesta bajo el «amparo Sede; a ella se han atribuido también ciertas funciones para asegurar el miento en el futuro del mecanismo de conciliación previsto en el tra Resumiendo, cabe decir que la Iglesia Catolica Romana es un suj Gentes, al ser destinataria directa de derechos de carâcter internacio actuación de aquélla se realiza a través de su òrgano centrai de gobie que no constituye sujeto diferente. Esta précision resulta fundamen laridad de los derechos recae en la Iglesia, comunidad universal de cr el Papa a su cabeza, mas el ejercicio de tales derechos a nombre del munidad corresponde a la Santa Sede. «Mutatis mutandis» y simplem mayor claridad conceptual, la figura se visualiza mejor si se contrast ocurre en el caso de los Estados, también titulares directos de derech carâcter internacional, y, por ende, sujetos de Derecho de Gentes, q tuan en el àmbito de la Comunidad Internacional por medio de sus g ganos de éstos con capacidad para elio. Mención aparte merece la Ciudad del Vaticano, autèntico Estado temporal del Romano Pontifice que retine los requisitos tradicional considerar a una entidad corno tal: población (conformada por los re no y quienes, en razón a su función en la Stinta Sede ο el propio Es «ciudadania vaticana»), territorio (establecido en el Tratado de Letrân y la Santa Sede), gobierno y capacidad para entrar en relación con o cho Internacional17. No obstante, la Ciudad del Vaticano tiene una naturaleza «atipica» derivada de su carâcter de «Estado medio», en tanto no constituye un fin en si mismo, sino que sirve corno garantia en el plano temporal para el ejercicio de la mision espiritual de la Santa Sede. Por ende, y a raiz de su existencia, procede sostener que en el Pontifice recaen dos titulos de soberania: uno, de indole espiritual, en razón a su calidad de cabeza de la Iglesia universal, y otro, temporal, accesorio ο derivado del primero, al ser Jefe del Es tado de la Ciudad del Vaticano. La concurrencia de la condición de cabeza de la Iglesia Católica Romana y de Jef del Estado de la Ciudad del Vaticano en el Papa, situación equivalente a la que hubo hasta 1870 entre la propia Iglesia Católica y los desaparecidos Estados Pontificios18, Teologia y los teólogos juristas espaholes ante la conquista de America, t.I, Madrid 1944, p 38-40, 103, 104; Alfonso GarcIa Gallo, "Las Bulas de Alejandro VI y el ordenamiento juridico la expansion portuguesa y castellana en Africa e Indias": Anuario de Historia del Derecho Es nol 27-28 (1957-1858); Charles Rousseau, Derecho International Pùblico, 3a ed., Barcelon 1966, p. 145; Juan Vicente Ugarte del Pino, Historia de las Constituciones del Perù, Lima 1978, pp. 632-633. 15 Cfr. Carlos Corral y Franco Diaz de Cerio, La médiation de Leon XIII en el conflicto de las islas Carolinas, Madrid 1995. 16 Cfr. Tratado chileno-argentino de 1984, preâmbulo, art. 2-6, 15, 16; anexo 1 - cap. 1, art. 1, 5, 22, en L'Oss. Romano (edición semanai en lengua espafiola) de 28.10.1984, pp. 15-18. 17 Cfr. Barberis (cit. en nota 11), pp. 21-24; Cardinale (cit. en nota 6), pp. 101-110, 115-117; Ciprotti (cit. en nota 11), pp. 208-210. 18 Cfr. Preâmbulo y art. 3 y 4 del Tratado Lateranense de 1929, entre Italia y la Santa Sede; This content downloaded from 34.192.2.131 on Mon, 10 May 2021 00:05:46 UTC All use subject to https://about.jstor.org/terms 302 JUAN JOSÉ RUDA SANTOLARIA sustenta una hipótesis adicional, el que ambos suje gados a través de una figura conocida en el Derech Esta, segûn ocurrió en los casos de Austria y Hungr los sujetos se encuentran vinculados entre si al ten y otro no de manera accidentai, sino porque las n coïncidentes En consecuencia, y dado que el Derec fuentes a las Constituciones Apostólicas (donde se te»), cabe sostener la vigencia de una «unión real»20 cuerpos de la Santa Sede determinadas competencia Vaticano; muy ilustrativo es en ese sentido que se c del Estado Vaticano a la Secretarla de Estado de la S relaciones de aquélla con los Estados y demâs sujet De elio se desprende que debe analizarse la natu ta Sede a efectos de entender si en un caso concre de la Iglesia Católica Romana, en representación d ambos sujetos. La clave està en considerar que las Sede Apostòlica en su dimension de màxima potest y dado que el Estado Vaticano constituye un sujeto Iglesia Católica, la Secretarla de Estado de la Santa suscribe convenciones con Italia sobre asuntos tem actividad y el funcionamiento del Estado (moneda, toma parte en algunas conferencias y organizacio Postai Universal y la Unión Internacional de Telec se refuerza al examinar lo sucedido entre 1870 y verse desprovista de su soberania temporal, la San internacional a través de los canales que tradicion Carta de Juan Pablo II sobre el significado del trabajo pr 20 de noviembre de 1982: L'Oss. Romano (edición sem p. 23; Hildebrando Accioly, Tratado de Derecho Internac pp. 409, 413-414; Cardinale (cit. en nota 6), pp. 80-85, en nota 11), pp. 208-209. " Cfr. Cardinale (cit. en nota 6), pp. 116-117, 123-1 del Estado de la Ciudad del Vaticano (1929-1989). La ga nia espiritual, Madrid 1989-1990, pp. 38-40; Manuel Comparado, 6a ed., Madrid 1961, pp. 206-209. 20 Cfr. Ley vaticana II, sobre las fuentes del Derecho, 21 Cfr. Ley vaticana I, Ley fundamental de la Ciuda art. 3. 22 Cfr. Cardinale (cit. en nota 6), pp. 116-117; Cip Corral (cit. en nota 19), pp. 8, 41; Juan Carlos Puig, De reimpr., vol. I, Buenos Aires 1986, p. 256; Riedmatten (c 23 Cfr. AnnPont, 1995, p. 1318; Barberis (cit. en not 11), p. 215; Corral (cit. en nota 19), p. 41; Adolfo Mar 1974, p. 34; Puig (cit. en nota 22), loc. cit. 24 Cfr. Accioly (cit. en nota 18) I, pp. 411-414; Card 126, 181-183, 230, 288, 385; Ciprotti (cit. en nota 11), pp. 157-158. This content downloaded from 34.192.2.131 on Mon, 10 May 2021 00:05:46 UTC All use subject to https://about.jstor.org/terms