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Hines Sally - Es Fluido El Genero

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RetoSiglo21
la G ra n ld e a
6 Es fluido |
el ínero 9
m
■
Otros títulos de la colección
¿F unciona el c a p ita lis m o ?
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¿Qué fo rm a tie n e el e s p a c io ?
Facilidad de lectura gracias
a la jerarquía textual
P uede le e r e s te lib ro d el m o d o q u e le
resu lte m ás co nve nien te . Los p á rra fo s e stá n
p rio riz a d o s m e d ia n te el u so d e d is tin to s
ta m a ñ o s d e le tra . C u a n to m a y o r se a,
m ás im p o rta n te se ra el te x to co n re la ció n
al c o n c e p to o a rg u m e n to g en erale s.
Si s o lo d is p o n e de m e d ia h o ra d e le ctu ra ,
b a s ta c o n q ue lea lo s p á rra fo s c o n los
d o s tip o s d e le tra m ás g ra n d e p a ra te n e r
u na visión g e n e ra l b á s ic a d el te m a .
Si c u e n ta c o n u na hora, p o d rá c o m p re n d e r
c o n u na m ayo r p ro fu n d id a d lo s p rin c ip io s
y a rg u m e n to s al le e r to d o s los p á rra fo s ,
e x c e p to los q ue te n g a n el ta m a ñ o d e le tra
m ás pequeño.
Si p u e d e re s e rv a rs e un p a r de horas, p o d rá
lee r el libro e n te ro y o b te n e r u n a visión gen eral
e q u ilib ra d a y u n a c o m p re n s ió n d e ta lla d a
de los c o n c e p to s in d iv id u a le s.
Imágenes pertinentes y contundentes
L as im á g e n e s fo rm a n p a rte d el d e b a te
ta n to c o m o el p ro p io te x to . Y u x ta p u e s ta s
de m o d o q ue in vite n a la refle xió n o e m p le a d a s
p a ra a m p lia r los a rg u m e n to s, b rin d a n id e a s
a d ic io n a le s en to d o m o m e n to .
¿Es fluido
el género?
RetoSiglo21
laGranldea
■
6 Esf luido 1
el géríero ?
Sally Hiñes
BLUME
Matthew Taylor
6
Introducción
■
*
■
M
i
1. El género como expresión del sexo biológico
18
2. El género como constructo social
46
3. La diversidad de género
76
4. El activismo de género
106
Conclusión
130
Créditos de las imágenes
138
Indice
140
Agradecimientos
144
•:
j
En su exploración de las distintas concepciones
y prácticas de género, en este libro se examinará
el propio significado del término género. Como veremos,
la pregunta sobre qué es el género no es en absoluto
sencilla. En este libro, por ejemplo, el término sexo
suele hacer referencia a las características biológicas,
mientras que género alude a los factores sociales
y culturales.
La relación entre el sexo
y el género es compleja, y,
de hecho, existen formas
muy diferentes de entender
el género.
Para algunas personas, el género deriva de las
características biológicas y reproductivas del sexo;
es decir, de las diferencias físicas, hormonales y
cromosómicas que, según ellos, distinguen sin lugar
a dudas al hombre de la mujer. Para otros, el género es
una expresión de las normas sociales: una combinación
de los comportamientos, roles y expectativas a través de
los cuales las sociedades definen a las mujeres y a los
hombres. Para muchos, el género es una combinación
de estos factores biológicos y sociales. Pero hoy en día
son cada vez más los que sostienen que el género no es
una cuestión innata y que puede entenderse y expresarse
de maneras mucho más diversas.
Además, la obra de científicas como Anne Fausto-Sterling (nacida
en 1944) y Cordeiia Fine (nacida en 1975) ha puesto de relieve que
algunas de las diferencias físicas y fisiológicas entre los sexos
no son tan claras como se podría pensar. Desde estas perspectivas,
el género puede entenderse como algo m utable o maleable, o, por
decirlo de otra manera, como algo fluido.
La ¡dea de la fluidez
de género propone
que el género no
lo fija la biología,
sino que cambia en
función de las preferencias
sociales, culturales
e individuales.
A
A nuncio de una
revista de N estlé de la
década de 1960 en la que
ae representan io s roles
tradicio n ales de género
de la fam ilia nuclear.
B
M ujeres trans posando en
una hab ita ció n de hotel de
San Fran cisco , C aliforn ia,
en 1981. A pesar de que
la s person as transgénero
cada vez cuentan co n un
m ayor reconocim iento,
la Am erican Psychlatrtc
A sa ociation la s cla sifica b a
en 1980 com o personas
con «trastorno de
identidad de género -.
B
L eí id e n tid a d d e g é n e ro
se refiere a cóm o
percibe cad a persona
el ser hombre, mujer,
una com binación
de am bos o ninguno;
es una parte central
de lo que las personas
saben que son.
L a e x p re s ió n d e
g é n e ro
es la manera
en la que las personas
le presentan su género
al m undo, asi com o
el m odo en el qu e el
m u ndo Interactua
con dich o género
y lo conform a. Está
relacionada con
ios roles de género
Para com prender m ejor esta
cuestión, puede im aginarse
el género como una combinación
de tres factores. El cuerpo,
o la corporeidad, engloba la
realidad del cuerpo de cada
persona, cómo lo experim enta
y cómo interactúan los demás
con esa persona basándose
en dicho cuerpo. Este aspecto
físico del género interactua con
la identidad de género y con la
expresión de género. La identidad
de género de las personas
puede estar fija o fluctuar con el
tiempo, puede alinearse o estar
en co ntra ste con el sexo que
se le asigna al nacer y puede
verse articulada o contradicha
por su expresión de género.
y con la form a en que
la sociedad im pone la
conform idad con esos
roles.
Para las personas
de g é n e ro
flu id o ,
su Identidad de
género cam bia con
el paso del tiem po o en
fun ción de la situación;
adem ás, pueden no
restringirse a una ún ica
Identidad de género.
Las personas
genderflux
experim entan
su Identidad de
género con distintas
intensidades en
cada momento.
Las personas
b in a r ia s
no
son aquellas
cuya Identidad o
expresión de género
no entra en la categoría
m asculina ni en
la fem enina.
En los últim os años, térm inos como género fluido
y genderflux se han asentado en la conciencia
pública. La idea de que el género no es binario se
ha extendido más, y las personas de género diverso han
ganado visibilidad. A veces se emplean términos tales
como género queer y agénero para describir experiencias
e identidades que no recogen las definiciones binarias
tradicionales de hombre o mujer. Muchas personas se
identifican con las categorías de masculino y femenino;
otras afirman que su identidad de género ha cambiado
con el tiempo.
El género es om nipresente.
Estructura nuestras vidas de una
manera fundam ental e influye
en todo, desde en las actividades
de las que se nos anim a a
disfrutar y en los com portam ientos
que se espera que exhibamos de
niños hasta en lo que estudiamos
de jóvenes, las ocupaciones
a las que nos dedicam os y las
responsabilidades que asum imos
de adultos. Y, con todo, a veces
se nos pasan por alto sus efectos.
A
B batallón d«
infantería m ixto
da C aracal, de laa
Fuerzas de Defensa
de Israel, e s una de
la s tres unidades
da com bate
com pletas que
Incluyen soldados
hom brea y m ujeres.
b
Aunque la cantidad
de parteros esta
aum entando en el
W estm ead H ospital
da Sídney, Australia,
al num ero parteras
sigue alendo
superior en 2017
al de parteros
por 3Z7 a 5.
Las personas de g é n e ro
d iv e rs o
no se ajustan
a las norm as o valores
sociales en cuanto
a la corporeidad,
la identidad de género
o la expresión de género
(o una com binació n de
estos factores). Se tra ta de
una am plia categoría que
abarca una gran variedad
de personas, prácticas
y experiencias.
la s personas de
g é n e ro
queer, al igual
que las de género no
binario, son aquellas cuyo
género no se corresponde
con las norm as de lo
m a sculino ni lo femenino,
sino que se encuentra
entre estos dos extremos
o al m argen de ellos.
Las personas agénero no
se identifican con ningún
género o 3ienten que este
está ausente o es neutro.
En francés, la
le n g u a je in c lu s iv o
busca neutralizar el género
gram atical mediante la Inclusión
de am bos géneros en plural
cua ndo se tra ta de grupos
mixtos. Asi. por ejemplo, un grupo
de votantes de am bos sexos,
électeurs, pasa a convertirse
en électeur.rlce.s.
La c o rp o re lz a c ló n . o e m b o d lm e n t .
es la experiencia y el hecho de
vivir en el propio cuerpo. G uarda
relación tan to con la form a en
que las personas experim entan
su cue rpo en el contexto de
las expectativas sociales com o
con la form a en q u e d ich a s
expectativas Influyen en el cuerpo.
A
Aunque suele ser imperceptible, el mecanismo del género es
clave en nuestras identidades, relaciones intimas y experiencias
cotidianas, y en nuestro posicionam iento social y cultural.
Dicho mecanismo funciona no solo como un componente externo
que organiza nuestras vidas, sino también como un elemento que
influye en la form a en que imaginamos nuestras posibilidades
vitales y las de quienes nos rodean. Alterar la form a en que
consideramos el género supone cam biar una de las maneras
fundam entales que tenem os de clasificam os a nosotros
mismos, a otros seres humanos, a los animales y, en algunos
idiomas y culturas, los objetos cotidianos y las palabras que
utilizamos para describirlos. En francés y en español, por ejemplo,
los adjetivos se diferencian gramaticalmente según el género
del sustantivo al que califiquen, y el género del sustantivo
por defecto para un grupo que contiene un varón es masculino,
incluso cuando el resto del grupo está formado por mujeres.
Esto, que provoca controversias, ha dado pie a que haya activistas
que promuevan la lenguaje inclusivo, la cual incorpora tanto
las form as m asculinas com o las fem eninas cuando se hace
referencia a grupos de género mixto.
Las ideas y, por lo tanto, las prácticas
de género nunca han sido constantes.
Las form as en que se experim enta
el género en la vida cotidiana surgen
de d istin to s ám bitos históricos,
sociales y culturales. Los rasgos que
se consideran típicam ente m asculinos
o fem eninos han cam biado mucho a lo
largo del tiem po; lo que es usual para
un hombre o una mujer en un país puede
considerarse inaceptable en otro.
Pensemos en un comportamiento típico o aceptable
para una mujer en Gran Bretaña durante el siglo xxi, para
una mujer del mismo país en el siglo xvm o para una mujer
en Arabia Saudi en cualquiera de estos dos siglos. Incluso
dentro de una misma sociedad pueden darse comunidades
con ideas divergentes sobre las normas y los valores
de género. El género está entrelazado con otras categorías
sociales, como la raza, la clase social, la sexualidad
y la corporeización. La forma en la que nos posicionamos
socíalmente mediante otros métodos de clasificación
y los sistemas de poder suscriben el modo en el que nos
posicionamos socíalmente a través del género.
A
En e sta Ilustración,
titu lada El p in to r dandi,
o Billy Dimple posando
para su retrato (1772),
tom ada da Social
Caricature In tha
Elghtaanth Cantury,
un pintor vestido da
dandi pinta a otro dandi
en una sátira de la
exagerada m oda de
la época. A lo s dan dis
se lo s co n o cia por la
vestim enta, que se
Estos grabados de la moda
parisina m asculina dei
sig lo
xvb,
procedentes
de la co le cció n de ropa
m asculina de 1790-1829
del M etropolitan Mueeum.
revelan que lo s hom bres
usaban corsé.
IN TR O D U C C IÓ N
consideraba afem inada.
B
La teoría de la ¡nterseccíonalídad, desarrollada por la estudiosa
feminista Kimberlé Crenshaw (nacida en 1959) para analizar la
superposición de los sistemas de opresión, nos permite reconocer
las relaciones entre el género y otras posiciones estructurales,
como la clase social y la raza. La historia de las mujeres de la clase
obrera, por ejemplo, muestra que los roles de género se construyen
mediante la comprensión y las experiencias de la clase social.
De manera similar, los sistemas cruzados de categorización de
raza y género pueden funcionar juntos para oprimir a las minorías
en cualquiera de los dos ámbitos o en ambos.
La interseccionalidad tiene en cuenta que es la cultura
lo que determ ina las expectativas de la sociedad respecto
de las mujeres, los hombres y los individuos no binarios,
las posibilidades que se les abren a todas estas personas
y la comprensión de las relaciones entre estas categorías.
La cultura conform a las relaciones de género, las cuales
actúan a modo de principio organizador central de la sociedad
al dar form a a cómo se viven aspectos clave de la vida.
La cultura, con todo, nunca es estática.
La enormidad de form as de entenderlo que hay significa
que el género refleja realidades sociales, culturales, políticas,
legales, religiosas y económ icas divergentes en todo el mundo.
Los roles de género se construyen con relación a una inmensa
cantidad de factores.
A
La m ano de obra m asculina
tra d icio n a l es tip le a de la
in du stria pesada, com o
la planta de alto hom o de
Skinningrove. que cerró en
1971. En G ran Bretaña, bajo
e l G obierno conservador
de M argaret Thatcher, se
clausuraron m uchas plantas
de acero y carbón durante
la s dé cadas de 1970 y 1980.
B
Estos carte le s propagandísticos
de la dé cada de 1970,
M
O
o
=>
8
proceden tes de la Revolución
C ultural china, prom ueven un
cam bio de actitu d co n relación
a la pa rticip a ció n de la mujer
en la vida laboral. M ao Zedong
queda que la fuerza in dustrial
ch in a rivalizase con la de
O ccidente.
B
Por ejemplo, antes del Gobierno comunista en China, el papel
de la mujer era en gran medida doméstico y ornamental.
Por el contrario, el Partido Comunista de China propagó la
máxima, tomada de un antiguo proverbio, de que «las mujeres
sostienen la mitad del cielo» para defender la igualdad de
género ante las Naciones Unidas en 2011. Aunque puede
que la vida en las principales ciudades chinas haya mejorado
para las mujeres y las niñas —con un alto porcentaje de las
niñas con acceso a la educación superior y de las mujeres
al mundo laboral—, los estudios sobre la experiencia de la
mujer en las zonas rurales de China indican que las tasas de
analfabetismo femenino siguen siendo elevadas y que hay un
gran número de matrimonios concertados a edades tempranas.
En otras palabras, la visión y las prácticas de género no son
solo históricas o interculturales, sino que también pueden
variar enormemente dentro de un mismo país.
La
in te rs e c c io n a lid a d
nos perm ite explorar
las m aneras en que las categorías sociales,
Las N a c io n e s
U n id a s
se fun daron en 1945
para lograr la cooperación internacional
en, entre otras cuestiones, la prom oción
de género, la corporeización y la aptitud.
de la paz. los derechos hum anos
se superponen para producir sistem as
y las libertades fundam entales,
de opresión o desventajas. Por lo tanto.
En la actu alidad cuenta con 193
loe casos de opresión en un a o m ás
Estados m iem bros,
IN TR O D U C C IÓ N
com o la raza, la clase, la sexualidad
de estas categorías deben analizarse
juntos, contextuallzados entre si.
Oí
Además de guardar relación con otros factores culturales y estructurales
de la sociedad, el género está entretejido con el sistema del patriarcado. Este
térm ino lo han desarrollado desde su significado original autores fem inistas
—como Sylvia Walby (nacida en 1953), en Theorizing Patriarchy (1990)—
para dar cuenta de los sistemas sociales a través de los cuales los hombres
explotan a las mujeres. Desde una perspectiva sociológica, Walby establece
seis características interrelacionadas del patriarcado: 1) el Estado: la mujer
tiene menos poder form al y representación gubernam ental: 2) el hogar:
la m ujer es más propensa a realizar las tareas dom ésticas y a criar a los hijos;
3) violencia: la mujer es más propensa a sufrir abusos: 4) trabajo remunerado:
es probable que la m ujer cobre m enos que el hombre; 5) sexualidad:
la sexualidad de la m ujer tiene más probabilidades de tratarse de forma
negativa, y 6) cultura: la m ujer está peor representada en los medios de
comunicación y en la cultura popular. Walby sostiene que estos elementos
de dom inación m asculina resultan evidentes en «distintas form as
y en diferentes culturas y tiempos».
En este libro exam inarem os el género
desde distintos ángulos y explorarem os
sus diferentes definiciones y hasta qué
punto puede considerarse fluido.
A y B En un universo paralelo, de E li Rezkallah, es una
R ezkallah se d e cid ió a crear esta obra cuando
co le cció n de im ágenes fic tic ia s recreadas a partir
«oyó por casu alid ad a su s tío s hablar de
de anu ncios reales de la s dé cadas de 1950 y 1960.
cóm o la s m ujeres harían m ejor en dedicarse
La se rie em plea dram atizaciones para desafiar
a co cin ar, lim piar la co cin a y cum plir con
con hum or el sexism o contem poráneo.
“su s deberes fem eninos"*.
If your husband ever find s out
_
— 1
"üL
^
..
" If"
|f yo B r w ife e v e r f¡n d $ o u t
yon're mol - t o r + u a in g '¡ o r f r o b t r cp fftt...
-----------------------------------------------
El térm ino patriarcado hacia referencia en
La a g e n c ia (del Inglés a g e n c y ) es la
origen a los 3i8temas de gobierno o sociedades
capacidad de una persona o de un grupo
dirigidos por hom bres y en los que la propiedad
hum ano de a c tu a r con independencia
se heredaba a través de la linea masculina
o de tom ar decisiones. Alude a su poder
y el varón de mayor edad encabezaba la
para elegir actuar de una m anera p a rticular
unidad fam iliar. En la actualidad se utiliza para
y para llevar a cab o la acción elegida.
hacer referencia a los sistem as sociales en los
que el hom bre tiene más poder que la mujer.
En el capitulo 1 examinamos cómo se ha entendido
el género como una expresión social del sexo biológico
en distintas culturas a lo largo de la historia. El capítulo 2
aborda el género como constructo social y el impacto
de los cambios sociales en las expresiones de género.
En el capítulo 3 se exploran una serie de prácticas que se
encuentran a través de las categorías binarias de mujer
y hombre, entre ellas o al margen de ellas y que culminan
en la comprensión de la fluidez del género.
Además de centrarse en el género como
una estructura social que puede producir
desigualdades y lim itar las posibilidades,
este libro pone al descubierto la agencia
de género.
IN T R O D U C C IÓ N
En el capitulo 4 se abordan algunas de las formas en
que las personas ponen en entredicho las estructuras
de género, cómo cuestionamos los procesos
dominantes de género para crear formas
alternativas de pensar y vivir el género.
1. El género como expresión del sexo biológico
La perspectiva
e s e n c ia lis t a
3e basa
en la Idea de que todo posee unas
características —una esencia—
que lo definen y que resultan
cruciales en cuanto a su Identidad
y a su función.
El d im o rfis m o
sexu al
es la diferencia
de rasgos —Incluidos el ta m a fo ,
el color, la estru ctu ra corporal,
las m arcas y las características
sexuales secundarlas— entre
los Individuos m asculinos
y los fem eninos de la m ism a
especie, m ás allá de sus órganos
sexuales.
Los socioblologos buscan
explicar los com portam ientos
sociales de los anim ales
y de los seres hum anos
a través de un a óp tica biológica
y evolutiva. Sostienen que los
com portam ien tos sociales de cada
especie, al Igual que sus rasgos
físicos, han evolucionado a lo largo
del tiem po m ediante la selección
natural.
Es lógico comenzar por
examinar la supuesta relación
entre el género y el sexo biológico,
ya que este influye en gran
medida en lo que entendemos
y asumimos de aquel.
„
¡
s
•M
a
Lo que en estudios de género se conoce
como escuela de pensam iento esencialista
propone que las diferencias de género surgen
de disparidades innatas en la com posición
biológica de m ujeres y hombres. Además
de señalar las diferencias físicas, la perspectiva
biológica esencialista sugiere que las mujeres y
los hombres poseen variaciones crom osóm icas
y hormonales distintas que influyen en sus
roles sociales específicos: la esencia de la
masculinidad y la fem inidad.
Según esta perspectiva, la mujer es cariñosa y está
en sintonía emocional de forma instintiva, mientras
que el hombre es intrínsecamente un sustentador
y protector más competente.
Partiendo de esta perspectiva, hay teóricos que, como Leonard Sax,
trabajan sobre el supuesto de que el dim orfism o sexual es absoluto.
Para ellos, todas las diferencias conductuales entre mujeres y hombres
son de origen biológico y reflejan los mismos rasgos observables en el mundo
animal. Expertos en sociobiología como Jeremy Cherfas (nacido en 1951)
brindan varias hipótesis en esta linea. Postulan que, por ejemplo, el hombre
presenta una mayor inclinación natural hacia la promiscuidad porque
tiene un número ilim itado de espermatozoides, mientras que la mujer
se inclina más hacia la monogamia, porque, dado que cuenta con
un suministro limitado de óvulos, tiene menos oportunidades de transm itir
sus genes y, por lo tanto, debe elegir con cuidado a su pareja. Además,
los riesgos y las cargas de la procreación, incluidos un período de
gestación de nueve meses, un parto potencialm ente fatal y. tal vez,
lo peor de la crianza de los hijos, recaen en la mujer. Como escribió Cherfas
en 1984: «Es esperable que el esperma barato y desechable del macho
le haga ser promiscuo; el apaream iento le cuesta tan poco que busca
oportunidades sexuales donde puede».
B
EL
A
0 concurso de M isa
A las concursantes
solo por su apariencia,
COMO
se las juzgaba s i prin cip io
GÉNERO
Am erica com enzó en 1921
y aún sigue celebrándose.
aunque m ás adelante
de talento y entrevistas.
En la fotografía vem os a
unas jóvenes concursantes
de belleza con traje de
COMPRENSIÓN
se añadieron seccio n e s
noche tras la coronación
B
DEL
de la ganadora.
E stablecida en 1933.
M énica. C aliforn ia, atrajo
explícitas dem ostraciones
de fuerza física . Varios
M istar Am erica entrenaron
en esta com unidad playera
de levantadores de pesas
en las décadas de 1950
y 1960.
B IO L Ó G IC O
a un público variado por sus
SEXO
la Muse le B each de Santa
Estas teorías suelen dar por sentado que la biologia también influye en la manera
en la que la m ujer y el hombre abordan las relaciones desde el punto de vista
psicológico. El sociobiólogo Donald Symons (nacido en 1942) expresó este enfoque
en The Evolution o f Human Sexuality[2009): «Dado que la hembra humana, como
la de la mayoría de las especies animales, hace una inversión relativamente
importante en la producción y supervivencia de cada cria, mientras que el macho
hace una inversión relativam ente pequeña, la hembra se acercará al sexo
y a la reproducción, como los animales, de maneras bastante diferentes a las del
macho». Symons, también en su libro de 2009, continúa ofreciendo lo que podría
llamarse un «relato normativo» de los enfoques del hombre y de la m ujer sobre
el sexo y las relaciones: «La m ujer debería ser más exigente y reticente, puesto
que corre un mayor riesgo de sufrir las consecuencias de una mala elección,
y el hombre debe ser menos discrim inatorio, más agresivo y gustarle más
tener distintas parejas, ya que se expone a un menor riesgo». Nótese que,
con esta explicación, la biologia no solo da cuenta de lo que es. sino también
de lo que debería ser.
CAPÍTULO
1
Las teorías esencialístas suelen asum ir
que el nexo entre la corporeidad de género
y los com portam ientos específicos de
género nace de las diferencias hormonales
y neurológicas entre el hombre y la mujer,
aunque no todos los científicos coinciden.
N
A y B Estas Im ágenes por resonancia m agnética m uestran
eJ cerebro se m uestra en am arillo y rojo; e l cerebelo,
se ccio n e s de un e n cé falo m asculino (superior)
en rosa, y lo s tejidos del cuello, en azul. Las diferencias
y de uno fem enino (derecha) sanos. En este encéfalo
pueden co n trib u ir a la disp a rid a d en cuanto
m asculino, el cerebro se m uestra en rojo; el cerebelo .
a ca ra cte rística s y com portam ientos. En cualquier
en azul claro; el bulbo raquídeo, en verde, y lo s tejidos
caso , existen muy d istin ta s opin iones sobre estas
del cuello, en m arrón. En este encé falo fem enino.
diferencias.
En Testosterone Rex: Myths ofSex, Science and
Society (2017), la psicóloga y autora de textos sobre
neurociencia Cordelia Fine cuestiona los enfoques
biológicos basados en la variación hormonal.
En dicho texto, la autora sugiere que la insistencia en «las diferencias
básicas y profundas» entre m ujeres y hombres está representada
a través de la historia dominante de la Testosterona rex. de la idea
de que la testosterona es responsable de muchas estructuras sociales
clave: «esa historia familiar, verosímil, generalizada y poderosa
del sexo y la sociedad. M ediante un entreverado de afirm aciones
interrelacionadas sobre la evolución, el cerebro, las hormonas
y el comportamiento, ofrece un claro y convincente relato de las
persistentes y aparentem ente inextricables desigualdades entre
los sexos en nuestras sociedades». Fine sostiene que, aunque la
Testosterona Rex pueda parecer invencible, lo cierto es que la teoría
evolutiva ha descubierto la diversidad y el dinamismo del orden natural
sexual. La autora acude de form a persuasiva a la base científica
de la idea de que, si bien es cierto que existen diferencias entre
los sexos en cuanto a las hormonas y a la función cerebral, puede
entenderse que estas, en lugar de reforzar las diferencias conductuales
que se derivan de la corporeidad de las distintas funciones reproductivas,
lo que hacen es equilibrarlas.
Así, mientras que algunas
diferencias físicas alejan
a hombres y a mujeres, otras
hacen que su conducta sea
más similar.
Existen estudios en biología evolutiva
y psicología evolutiva que apoyan las
teorías esencialistas del dim orfism o
de género.
Podemos examinar los nexos entre la conducta del macho y la de la hembra
y la de los animales, la cual, como la nuestra, ha evolucionado con el tiempo.
Se aduce que los estudios en animales m uestran que el m acho está, por
naturaleza, inclinado a ser el protector o sustentador, y que la hembra es la que
cria. Sin embargo, hay ejemplos de animales que no responden a este modelo,
de entre los cuales el más conocido es el el pingüino emperador. Una vez que
la hembra pone su único huevo, se va al océano a alim entarse durante dos meses,
mientras que el macho mantiene caliente el huevo, equilibrando la temperatura
entre los pies y el marsupio, hasta que ella regresa con comida para el polluelo.
El ñandú macho (una especie de gran ave no voladora) incuba los huevos de la
hembra durante seis semanas hasta que eclosionan. Conocido como el padre
soltero del mundo de las aves, el ñandú macho es el único responsable de criar
a los polluelos durante sus primeros seis meses. El titi macho cuida de los recién
nacidos, al igual que los machos de varias especies de ratas. La vida marina
ofrece numerosos ejemplos de com portam iento reproductivo masculino
no convencional. En los caballitos de mar, la hembra deposita los huevos
en el marsupio del macho, donde los lleva hasta cuarenta y cinco dias antes
de dar a luz a las crias.
Tales ejemplos de diversidad en las prácticas de
parentesco y reproducción en el mundo animal
desafían los principios clave de los estudios
psicológicos evolutivos que insisten en la
diferencia natural entre sexos y géneros.
A
El em ú m acho anida con
sus huevos. En esta especie,
el m acho e s el responsable
de Incubar y cu id ar a la s crías.
B
El pingüino em perador m acho
cu id a a su polluelo. Una vez
que la hem bra pone el huevo,
deja el nido para pasar el
Invierno en e l mar. E l pingüino
m acho in cuba el huevo y cria
C A P ÍT U L O
al polluelo.
C
Durante el proceso de
apaream iento, la hem bra
d el ca b a llito de mar deposita
lo s huevos en e l m arsupio
que el m acho tien e en la cola,
donde lo s lleva hasta que
e closionan .
Le b io lo g ía
e v o lu tiv a
es
el estudio de los procesos
evolutivos de la naturaleza,
tales com o la selección
natural, la ascendencia
com ún y el modo en el que
las form as de vida se han
diversificado y adaptado
a lo largo del tiem po.
L a p s ic o lo g ía e v o lu tiv a
o todas ellas, se basan en
adaptaciones psicológicas
los hum anos evolucionaron.
L a s p r á c tic a s d e p a re n te s c o
son.
en que los organism os
que se reproducen. Ambos
conjuntos de prácticas
pueden diferir m ucho entre
una especie y otra.
B IO L Ó G IC O
interactúan con sus
familiares y las form as en
SEXO
respectivamente, las formas
DEL
y r e p ro d u c c ió n
COMPRENSIÓN
respuesta a las presiones
am bientales a m edida que
También existen otras form as m odernas
de llevar una vida intim a y sexual que no
pueden explicarse a través de las teorías
del dimorfismo sexual. Términos como sin hijos
por elección o sin hijos se han acuñado para
hacer referencia al creciente número de mujeres
y hombres que deciden no tener hijos en el
siglo xxi. Las estadísticas más recientes de la
Current Population Survey (2014), de la Oficina
del Censo de Estados Unidos, revelan que
casi la mitad de las mujeres de entre 15 y
44 años de edad no tienen hijos, el porcentaje
más elevado desde que el Gobierno iniciase
el seguimiento dem ográfico de la reproducción.
COMO
que. al Igual qu e los rasgos
físicos, se desarrollaron com o
GÉNERO
conductas hum anas,
EL
sostiene que algunas
También en el mundo
de los humanos es cada
vez más habitual que el
hombre se implique parcial o
completamente en el cuidado de
los niños, o que la m ujer asuma
el papel de sostén familiar.
A
En este calend arlo de pin-up»
de 1955, co n o cid o com o G oiden Dreem s.
aparece la actriz estadoun idense M arilyn
Monroe desnuda. La fotografié original
la tom ó Tom K elley en 1949, época
en la que M onroe necesKaba dinero
co n desesperación . La actriz recibió
cin cu e n ta dólares.
B
En 1999, algunas integrantes del Rytstone
and D istrict W om en's Instrtute posaron
desnu das para un calen d ario benéfico.
Se hicie ron fam osas intem acionalm ente
cuando el film e Calendar Glris (Las chica*
de/ calendario, 2003) contó su historia.
Aquí, la s nuevas se unen a algunas
de la s originales y se llam an a s i m ism as
la s • B aker’s H alf Dozen» (Las se is
de Baker).
La disociación del sexo
y la reproducción pone en tela
de juicio el análisis del sexo como
una práctica innata y universal.
Las teorías sociobíológicas sobre la
naturaleza del com portam iento sexual en
función del género, como la promiscuidad y la
monogamia, tam bién resultan cuestionables
a la luz de los hallazgos actuales.
Por ejemplo, en un reciente estudio sobre salud sexual
realizado por la empresa de salud y belleza Superdrug
se les preguntó a 2000 hombres y mujeres de Gran Bretaña
y del resto de Europa sobre su estilo de vida sexual. El número
de parejas sexuales de las mujeres (14) fue casi equivalente
a la cifra dada por los hombres (15), y las mujeres mostraron la misma
probabilidad que los hombres de m antener relaciones sexuales.
Así, la investigación sexual pone fin al m ito binario según el cual
el hombre es promiscuo, y la mujer, monógama por naturaleza.
En The Human Journey(2012), el historiador Kevin Reilly
señala que las evidencias arqueológicas sugieren que
las sociedades antiguas, como la de los cazadoresrecolectores preneoliticos, dividían el trabajo en función
del sexo: «En la mayoría de los casos, los hombres cazaban,
por lo general en grupos pequeños, mientras que las
mujeres recolectaban plantas y animales pequeños
junto a los niños y más cerca de casa».
Según un extendido enfoque basado en
la psicología evolutiva, los roles sexuales
del mundo m oderno siguen el mismo
patrón prescrito p o r naturaleza por el cual
los hom bres cazan y las m ujeres buscan
com ida y cuidan a los niños.
Hay quienes sostienen que cada sexo es el más adecuado
para su función asignada porque ha desarrollado las
características óptimas para llevarla a cabo: podría decirse
que, por ejemplo, la fuerza de la parte superior del cuerpo
del hombre (en promedio mayor que el de la mujer) y los
altos niveles de testosterona (que aumentan la tendencia
a la agresión y a la asunción de riesgos) hacen que sea
más apto para la caza.
B
EL
GÉNERO
COMO
COMPRENSIÓN
DEL
SEXO
B IO L Ó G IC O
Baker’s half dozen . . .
En su articulo de 2006 titulado «W hafs a Mother to Do?»,
los antropólogos Steven L. Kuhn y Mary C. Stiner manejan la
hipótesis de que esta división del trabajo durante el Paleolítico
le proporcionó al Homo sapiens ventaja sobre los neandertales
al permitirle ampliar su dieta y cooperar para ser más eficiente.
Sin embargo, subrayan que «[...] la tendencia universal
a dividir el trabajo de subsistencia por género no es solo
el resultado de diferencias físicas o psicológicas innatas
entre los sexos; en ella hay mucho de aprendido».
C APtTU LO
1
Es im portante señalar tam bién que
los estudios antropológicos sobre las
sociedades de cazadores-recolectores
que aún existen indican que las mujeres
de estas com unidades cazan con
los hombres.
“
Los aeta, de las Filipinas, son una de estas sociedades. Del mismo
modo, las mujeres de las comunidades de cazadores-recolectores de
los j u / ’hoansi, de Namibia, y de los martu, de Australia, son cazadoras
competentes.
A
Mujeres aka,
de la República
Centroefricana,
dirigiéndose al
bosque a pasar
el día pescando.
Los padres aka
desem peñan un
papel igualitario
en el cuidado de
los hijos, ya que
pasan el 47 %
del tiem po
cerca de estos.
B
Los aeta son un
pueblo indígena
de las zonas
m ontañosas
de la Isla de Luzón,
en las Filipinas.
Existe un estudio
según el cu al las
mujeres cazan
mejor que los
hombres.
En Man the Hunter (1968), los antropólogos
Richard Borshay Lee e Irven DeVore sugieren
que el igualitarismo es una característica clave
de las sociedades nómadas dedicadas a la caza
y la recolección. Debido a que este estilo de
vida requiere que los miembros del grupo tengan
movilidad, las posesiones materiales deben
repartirse entre todo el grupo, de manera que
ningún individuo pueda acumular excedentes.
Otro estudio realizado en 2015 por el antropólogo
Mark Dyble propone que la igualdad de género
fue evolutivamente ventajosa en las primeras
sociedades humanas porque fomentó la creación
de redes sociales muy extensas. Dyble sugiere que
las primeras desigualdades sexuales aparecieron
después del desarrollo de la agricultura, cuando
las comunidades se asentaron en lugares fijos
y pudieron acumular recursos. Llegados a este
punto de la historia de la humanidad, según
Dyble, comenzó a ser ventajoso para los hombres
amasar recursos —entre ellos esposas e hijos—
y establecer alianzas con parientes masculinos.
m
rQ
S
O
0
3
M
O
r~
8
La interpretación de Dyble es de las que sostienen que los
diferentes roles sociales de hombres y mujeres surgieron a
raíz de factores sociales cambiantes y no de la evolución
biológica, una teoría que examinaremos más a fondo
en el capítulo 2.
Con independencia de que la
estructura biológica de las mujeres
y los hombres influyera o no en los
comportamientos de género y en
los roles sociales, casi siempre
se ha tenido una comprensión
defectuosa de la cuestión.
El historiador de la sexualidad Thomas Laqueur
(nacido en 1945) sostiene que las bases de la
comprensión moderna del sexo y la sexualidad
hum anos se asentaron en la Europa del
siglo x v iii , durante el período de la Ilustración.
Durante dicha época, la ciencia tom ó
el relevo de la religión com o marco explicativo
dom inante en cuanto al sexo y a la diferencia
de género.
Laqueur define este cambio como el paso de un
modelo de un sexo a uno de dos sexos en la Europa
occidental de finales del siglo xvm. Con anterioridad,
según Laqueur, la creencia predominante —una
tradición que se remonta al menos a la Antigua Greciaera que las mujeres y los hombres representaban un
sexo. Los hombres y las mujeres se caracterizaban
por poseer variaciones de un tipo de cuerpo humano:
los genitales masculinos estaban en el exterior
del cuerpo, y los femeninos eran algo así como
una imagen especular de la misma anatomía,
pero en el interior.
La Ilu s tra c ió n es un periodo histórico
A
(a ciencia, la filosofía y la política
s
0
1
M ujer em barazada, del tratado
titu lado Anatomía y atribuido
a Pseudo-G aleno.
i-
Figuras anatóm icas m asculina
y fem enina hechas de m arfil
europeas experim entaron cam bios
(1701-1730). Dado que lo s órganos
radicales y se fom entaron la ciencia,
no están representados con un
la razón y el individualism o po r encim a
gran detallism o, e s poco probable
de la religión y de la tradición.
o
o
m édico b ritán ico del sig lo xv*
que se extiende de finales del 9iglo xv*
a principios del xix y durante el cual
m
que estas fig u ras se usasen para
la do ce n cia m édica.
o
CD
M
O
r~
&
UJ
V1GESIMAQVINTA
A
QVINTI
LIBRI
Andrés V esalio fu* «I prin cip al pionero de
El b in a rls m
la anatom ía m oderna. E sta s ilu stra cio n e s,
que clasifica el género en dos categorías:
de su obra m ás conocid a. De human! corporia
fabrica llbri aeptem (De te estructura del cuerpo
hum ano en atete libros. 1543), representan
la anatom ía fem enina (izquierda) y el canal
vaginal a m odo de pene in vertido (derecha).
B
FIGVRA
Un esqueleto m asculino junto a un cab a llo
o d e g é n e ro
es un sistem a
m asculino y femenino. Estas categorías
deben estar separadas y oponerse entre sí.
Este sistem a a veces m ezcla los aspectos
biológicos y sociales del género.
(izquierda ) y un esqueleto fem enino junto
a un avestruz (derecha) form an parte de la
serie de grabados que hizo Edw ard M ltch ell
para The Anatom y o f the Bonea o f the Human
Body (1829), de Jo h n Barclay.
C A P ÍT U L O
La creencia de que el cuerpo femenino
representaba, por lo tanto, una versión inferior
o imperfecta del masculino se vio sustentada por
los estudios de hombres tales como Galeno, médico
griego que vivió en el Imperio romano, y Andrés
Vesalio, anatomista flamenco del siglo xvi que
formó parte de los inicios del influyente movimiento
para el uso de la disección en el descubrimiento
de las realidades del cuerpo humano.
A partir de la época de Vesalio y hasta la Ilustración, en el siglo xvm,
se produjeron notables cam bios en la form a en que se entendía
el sexo humano. Los avances científicos, logrados a través de prácticas
como la disección, revelaron diferencias físicas entre el hombre y la
mujer mucho más allá de sus sistemas reproductivos. Tal y como dice
la historiadora de la ciencia Londa Schiebinger (nacida en 1952) en
Skeletons ¡n the Closet[1986): «A partir de la década de 1750, los médicos
de Francia y Alemania exigieron una delineación más precisa de las
diferencias de sexo; descubrir, describir y definir las diferencias de sexo
en cada hueso, músculo, nervio y vena se convirtió en una prioridad de
investigación para la ciencia anatómica». En lugar de ver el cuerpo como
una versión im perfecta e invertida del cuerpo masculino, el binarismo
de género enfatiza que hay unas profundas diferencias entre ambos.
Para Laqueur, esto supuso la aparición del modelo de
dos sexos. Tanto él como Schiebinger citan cambios en las
representaciones del esqueleto humano de los libros de texto
médicos en la Europa occidental durante aquella época;
con anterioridad, era un único esqueleto el que se habia
representado en las ilustraciones médicas: el esqueleto
masculino, como tal vez indicaba el modelo de un solo sexo.
A medida que ganaron peso las ¡deas
que enfatizaban la diferencia, las
representaciones de un único esqueleto
se reemplazaron por dibujos de dos figuras
esqueléticas diferentes: una de m ujer
y otra de hombre.
EL
GÉNERO
COMO
COMPRENSIÓN
DEL
SEXO
B IO L Ó G IC O
<•>
u
A
C A P ÍT U L O
A medida que la diferencia fue convirtiéndose en el centro
de las investigaciones, los científicos trataron de identificar
el origen de lo que hacía que la mujer y el hombre fueran
tales. Durante la Ilustración, el discurso científico, filosófico
y político se centró con frecuencia en la defensa de la
libertad individual y de la igualdad para todas las personas.
Se suscitaron preguntas acerca de si había que incluir a la
mujer en esta demanda de igualdad. En las Lettres persanes
[Cartas persas), de 1721, Montesquieu escribió lo siguiente:
«Hay entre los hombres un gran debate en torno a si es
más ventajoso privar a la mujer de libertad que dejarla
en manos de ellos; me parece que hay muchas razones
a favor y en contra». Montesquieu plantea la pregunta
de «si la ley natural somete a la mujer al hombre».
S
El hecho de que la ciencia enfatizara las diferencias entre hombres
y mujeres en aquella época, en la que estaban produciéndose
grandes avances en la filosofía polítíca y ética con relación a los
derechos individuales, era ventajoso para quienes justificaban
el papel subordinado de la mujer. Lo cierto es que el hecho
de que el cráneo femenino sea por lo general más pequeño que
el masculino —lo que índica, en consecuencia, un cerebro más
pequeño— se utilizó durante el siglo xix como argumento de que
las m ujeres eran menos racionales que los hombres.
A
Aunque no tien e titu lo, esta pintura
ai (Meo de Jo se ph W rfght de Derby
se conoce com o Un filósofo da
una lección sobre el planetario
de mesa, en el que ee pone una
lámpara en lugar del Sol o, a te c a s .
El planetario (h. 1766). Aunque la
pintura se asem eja a una escen a
de conversación, su tem a cie n tífico
supuso una ruptura con la tradición.
Durante la Ilustración, la cien cia
y la racionalidad se relacionaron
a m enudo co n la m ascuiinidad.
B
Los primeros pasos, o La madre
nodriza (1803-1804), de M argúem e
Gérard, retrata lo s tem as de la
ternura m aterna y la m aternidad,
por los que se co n o ció a la artista.
H istóricam ente, la mujer se ha
asociad o con la crianza.
GÉNERO
COMO
COMPRENSIÓN
DEL
SEXO
B IO L Ó G IC O
Cuando la ciencia desarrolló
sus ideas del género como
un concepto binario, se echó
mano de la biología para
justificar la asociación del
hombre con la racionalidad
y la cultura, y la de la mujer con
la emotividad y la naturaleza.
EL
Según Laqueur, con el desarrollo
del modelo de los dos sexos, los roles
sociales de hom bres y m ujeres
llegaron a diferenciarse dentro del
pensamiento científico, com o antes
había sucedido dentro del marco
social y religioso.
A
B
C A P IT U L O
En el discurso del siglo xvm, se definió la naturaleza del
cuerpo de la mujer como maternal y afectiva. El cambio
de perspectiva con relación a las cuestiones de género tuvo
hondas repercusiones sociales y dio apoyo científico a ideas
que ya existían en forma de creencias religiosas, culturales
o filosóficas. Filósofos influyentes como Jean-Jacques
Rousseau (1712-1778) propusieron que los hombres eran
más aptos para los roles públicos, mientras que las mujeres
estaban conectadas al ámbito privado y, por naturaleza,
asumían un papel más servil. Los roles públicos adquirieron
un estatus más elevado durante la Ilustración, de modo que
el cambio en la comprensión del cuerpo sexuado les permitió
a los hombres obtener un mayor poder en la sociedad.
3
Cabe señalar, sin embargo, que hubo mujeres que se
opusieron a su exclusión de la vida pública durante dicha
época. Hubo, por ejemplo, muchas mujeres de clase alta
y m edia que participaron en salones intelectuales y debatieron
sobre literatura, política y filosofía junto con hombres. Durante
la Ilustración comenzaron a surgir autoras, en p articular
novelistas, y, en 1792, Mary W ollstonecraft (1759-1797) escribió
A Vindication o f the Rights o f Woman: With Strictures on
PolíticaI and Moral Subjects (Vindicación de los derechos de
la mujer), donde criticó a los teóricos varones que se oponían
a la educación de la mujer. Sin embargo, la comprensión
dominante de la diferencia de género limitó a la esfera privada
a muchas mujeres, en especial a las de la clase obrera.
Esta disparidad de poder ha sido
difícil de derribar.
El énfasis del modelo de los dos sexos en las diferencias
biológicas entre mujeres y hombres sigue siendo evidente
en muchas visiones del género actuales; tales diferencias
se ven acentuadas por los fenómenos naturales y están
vinculadas a ellos. Sin embargo, otro importante defecto
de las perspectivas biológicas tradicionales es que
no tienen en cuenta a las personas cuyo sexo biológico
parece estar entre las categorías de hombre o mujer,
o al margen de ellas.
El trabajo de la bióloga Anne Fausto-Sterling supone un cambio radical en las
form as establecidas de teorización sobre el género y la biología. Fausto-Sterling
sostiene que la perspectiva existencial binaria de género, con solo dos sexos
biológicos, resulta muy problemática. Se trata, como sostiene en Sexing the
Body (Cuerpos sexuados: políticas de género y la construcción de la sexualidad,
2000), de una lectura incorrecta de la biología que, en la sociedad moderna,
ha alcanzado el estatus de verdad: en realidad, «la masculinidad y la feminidad
totales representan los extremos de un espectro de posibles tipos de cuerpo».
Dentro de los opuestos de lo masculino y lo femenino existe una multitud de
variaciones. El sexo biológico puede interpretarse como un espectro en el que la
mayoría de las personas se agrupan en torno a masculino o femenino, pero en el
que hay un pequeño —pero significativo— abanico de posibilidades intermedias.
Las variaciones cromosómicas en el género son enormes y van mucho más allá
de XX y XY. Existen, por ejemplo, muchos estados intersexuales, y, por lo tanto,
incluso dentro de las variaciones de sexo y género hay diversidad.
m
C
A
Chevalier d'Éon (1792), de Thom as
Stew art, a i e stilo de Jean Laurent
Moanler. El personaje retratado vtvló
com o hom bre de 1762 a 1777, y com o
mujer de 1786 a 1810. En la pintura
lleva un traje negro de esgrim a.
B
En Mmry W ollstonecrafi (h. 1797),
de John Opie. la m odelo lleva un
vestido y un peinado se n cillo s,
reflejo de la Idea de W ollstonecraft
sobre la apariencia: que debía
•adornar a la persona y no rivalizar
con ella».
C
Una edición de Herrfs's Uat
o t Covant Garden Led ies (1773).
Esta pu blicación, producida
para clie n te s, era un directo rio
anual de la s m ujeres que ejercían
la prostitución en e l Londres
georgiano.
Trmntginaro es un térm ino
am plio qu e hace referencia
a aquellas personas
cuya identidad de género
o expresión de género
En tono irónico,
Fausto-Sterling propone
un modelo de cinco sexos,
no de dos: masculino,
femenino, merm, ferm
y herm (abreviación
de hermafrodita).
innatas son diferentes
al sexo que se les asignó al
nacer. Algunas personas
transgénero deciden hacer
la tra nsición de un sexo
biológico a otro; a estas
personas a veces se les
llam a transexuales. Hay
otras qu e prefieren no hacer
n ing una tra nsición física.
Para las personas
ciagénaro, su identidad
de género, expresión de
C APITULO
1
género y sexo biológico
Los estudios sobre ¡ntersexualidad
muestran que el desarrollo del género
va mucho más allá de lo que admite
un modelo de los dos sexos. Es difícil
determ inar el número de bebés
intersexuales que nacen, ya que el
consejo médico tradicional lleva a que
se realice una corrección quirúrgica
tras el nacimiento para que el recién
nacido se desarrolle como niño o como
niña. Desde la Intersex Campaign for
son congruentes
entre si. El térm ino
tam bién im plica que una
persona qu e desem peña
el papel de género que
dicta la convención social
es el adecuado para su
sexo. A veces se abrevia
com ocfs.
Equality señalan que, según «la investigación más
exhaustiva que se ha realizado», las personas
intersexuales representan entre el 1,7 y el 2 %
de la población. Este porcentaje es semejante
al de las personas pelirrojas (entre el 1 y el 2 %).
Se ha producido una gran estigm atización en torno a los estados
intersexuales y a veces no se les dice a los niños que se les ha sometido
a una cirugía correctiva. Gracias a Internet, se han conformado comunidades
intersexuales de un tiem po a esta p arte y está aum entando el activism o
contra la intervención quirúrgica en bebés, en especial en Estados Unidos.
Dichas círugias, según los activistas, no son éticas: se llevan a cabo
sin el consentimiento del paciente y pueden dar lugar a graves problemas
médicos y psicológicos en etapas posteriores de la vida.
Pese a la existencia de personas con
variaciones intersexuales y de personas
transgénero (véanse capítulos 2 y 3),
es probable que la identidad de género se
adecúe al sexo biológico. Muchos humanos
experim entan esta adecuación, que se conoce
como cisgénero. La investigación científica
y la sociobiologia adoptan un enfoque
biológico binario que asume la existencia
de esta adecuación.
m
B
A
Estos m odelos de
cera de genitales se
expusieron en 1873
en e<berlinés C aston’s
Panopticon junto con
m odelos que m ostraban
ios efectos de diferentes
enferm edades venéreas.
Hoy en dia existe
controversia sobre
la patologización
de la intersexualidad.
B
Dos fotografías de la
sede de N adar titu lada
Hermaphmdrte, tom adas
sn 1860 a una persona
intersexual. No se
publicaron, sino que
•e em plearon con fin es
docentes y académ icos.
Los defensores de este enfoque utilizan argumentos biológicos centrados
en las diferencias de la estructura cerebral y de los niveles hormonales para
explicar las disparidades en la conducta, la experiencia o los roles sociales
de género. La teoría de que estas diferencias son innatas y que pueden verse
en los escáneres cerebrales ha ganado popularidad gracias a libros superventas
como Men Are from Mars, Women Are from Venus {Los hombres son de Marte,
las m ujeres son de Venus, 2002), de John Gray. Él sostiene, por ejemplo,
que la superioridad natural que presentan los hombres en cuanto a la habilidad
espacial les permite tener una mayor capacidad para aparcar un coche
o interpretar mapas, mientras que las mujeres poseen una habilidad mayor
en lo tocante a la inteligencia emocional y la lingüistica.
CAPÍTULO
1
Según Gray, estas distintas capacidades y muchas
otras son innatas y se reflejan en los roles de género
que hombres y mujeres eligen adoptar de forma
natural.
Pese a ello, hay científicos que cuestionan
cada vez más el modelo de género que se
centra en la diferenciación y que centran,
por el contrario, en señalar las sim ilitudes
entre m ujeres y hombres. Existen, en
concreto, algunos que rechazan lo que
c
llaman neurosexismo y que ponen en tela
de juicio la idea de que hombres y m ujeres
son neurológicamente diferentes.
de lo s pocos hom bres hom osexuales
m uchas páginas a la sexualidad fem enina
que salieron dal arm ario en Londres
La novelista y poetisa R adclyffe Hall
en la s décadas de 1930 y 1940.
0
BIOLÓGICO
de B eibeuf. que vestía de hombre). D edicó
SEXO
y com portam iento afem inados, fue uno
DEL
Q uentin C risp, co n o cid o por su aspecto
com o con m ujeres (incluida la m arquesa
y a lo s roles de género.
B
El m odelo, actor y e scrito r británico
COMPRENSIÓN
C
m antuvo relacione* tanto con hom bres
COMO
La a ctriz y escrito ra francesa C olette
GÉNERO
A
EL
En su libro Delusions of Gender(Cuestión de sexos, 2010),
Cordelia Fine argumenta que el cerebro de hombres y
mujeres es «flexible, maleable y cambiable». Lise Eliot,
académica médica, también cuestiona que hombres y
mujeres están hechos de manera diferente, y en 2010
señaló que «no hay casi nada que hagamos con nuestro
cerebro que sea innato. Cada habilidad, atributo y rasgo
de personalidad se ven moldeados por la experiencia».
Según este modelo, la fisiología humana es la causa de la
conducta y, a la vez, se ve afectada por ella; nuestras
experiencias conectan nuestro cerebro, que retroalimenta
la forma en que experimentamos las cosas.
Autorretrato del artista pop estadounidense
Andy W arhoi. el cu al exploró a m enudo lo s
la conocían com o John.
tem as del género, la sexualidad y el deseo.
41
solia llevar ropa m asculina y sus am igos
Los c u id a d o s im plican la provisión de atención
Lo e tn o m e to d o lo g la es el estu dio de las
em ocional y física a o tra persona para
form as en que las personas le dan sentido
satisfacer su necesidad de tales atenciones.
a su m u ndo y crean el entorno social en el que
Aunque este com portam iento social, presente
viven. C onsidera a las personas com o actores
en los seres hum anos y en m uchos anim ales,
racionales que em plean razonam ientos
suele considerarse femenino, puede darse,
pragm áticos que les p erm iten moverse
de hecho, en personas de todos los géneros.
en sociedad.
C A P IT U L O
Fine apunta a un estudio realizado por Sari van Anders en 2012 sobre
los cuidados infantiles. Las mujeres tienden a tener niveles basales de
testosterona más bajos que los hombres, y, dado que están vinculados a los
cuidados, podría inferirse que las mujeres son biológicam ente más aptas
para el cuidado de los niños. En el estudio de Van Anders, se les pidió a
tres grupos de hombres que cuidaran de un bebé de juguete programable.
A un grupo se le pidió que se sentara y oyera al bebé llorar (desempeñando el
papel tradicional masculino de dejarle el cuidado de los niños a otra persona);
a otro grupo se le dijo que interactuara con el bebé, pero este estaba
programado para llorar sin im portar lo que se hiciera (como con alguien sin
experiencia en el cuidado de niños); al últim o grupo también se le pidió que
interactuara con el muñeco, que se programó para que se sintiera consolado
cuando se le consolaba de la manera correcta (como haría una persona con
más experiencia en el cuidado de niños). Se medían los niveles de testosterona
de los participantes. En los dos primeros grupos, aumentaron a medida que
fue desarrollándose la situación, pero en el último grupo —el que simuló la
proporción de cuidados— disminuyeron cuando se consolaba al bebé. Asi que,
si bien los niveles más bajos de testosterona se relacionan con los cuidados,
estos también podrían dar lugar a niveles más bajos de testosterona.
Este ciclo de causa y efecto hace difícil desentrañar
las causas biológicas de la conducta de género
de las causas sociales o experienciales.
La ¡dea de que hombres y m ujeres poseen
características que se consideran ta nto
masculinas como fem eninas fue crucial
para los estudios sociológicos, y para algunos
psicológicos, de la identidad de género
de la década de 1970.
El campo de la etnometodología examinó
el lugar que ocupa el género en la interacción
social y en las actividades cotidianas.
En lugar de ser una experiencia universal,
se entendió que el género surgía de las cosas
que hacemos. En el articulo «Doing Gender» (1987),
Candace West y Don H. Zimmerman examinaron cómo
se representaba el género mediante las interacciones
sociales. El género, en su opinión, era omnirrelevante.
La necesidad de representar el género correctamente
con relación a las expectativas que tiene la sociedad
de lo que es una conducta de género apropiada
pesa mucho en todas las actividades, por mucho
que las demos por sentadas. No representar
bien el género conlleva el estigma social de ser
considerado poco masculino o femenino.
A
En estos anuncios de
-
protección solar de la
década de 1970 se trata
el cuerpo fem enino com o
un objeto e im plican
que la apariencia es
O
O
§
prim ordial para la mujer.
Los p u b licistas suelen
utilizar estereotipos
de género para vender
su* productos; la presión
pare que el género se
represente correctam ente
puede convertirse en un
potente m otivo para los
consum idores.
B
Este anuncio de la revista
autom ovilística M ax
Power sitúa al hom bre
como propietario y a la
mujer com o posesión,
de modo que tanto ella
como el vehículo pasan
s ser accesorios.
s
0
m
r~
0
1
m
x
O
A
CAPtTU LO
1
En Gender Trouble [El género en disputa, 1990),
la filósofa y académ ica de estudios de género
Judith Butler (nacida en 1956) separa aún más el
sexo biológico del género: «Cuando la condición
construida del género se teoriza com o algo
por com pleto independiente del sexo, el género
mismo pasa a ser un a rtificio ambiguo, con el
resultado de que hombre y m asculino pueden
sig n ifica r ta n to un cuerpo de m ujer com o
uno de hombre, y m ujer y femenino ta n to uno
de hombre com o uno de mujer».
S
Este enfoque perm itió adoptar una visión más amplia de
las maneras de vivir el género al tener en cuenta, por ejemplo,
a la m ujer masculina o al hombre femenino. La obra que le dedicó
Jack Halberstam a la masculinidad femenina en 1999, por ejemplo,
muestra que tener lo que se considera un cuerpo femenino no
hace que a la fuerza se den expresiones de feminidad ni la identidad
de mujer. Y, viceversa, el estudio de Mimi Schippers de 2007
sobre la feminidad masculina indica que la identificación como varón
al nacer no conduce necesariamente a las conductas o expresiones
que se consideran propias de la masculinidad.
B
Estos estudios presentan
una clara objeción a la
reducción del género
a la diferencia biológica.
A
Esta fotografía. «Chrts».
se pu b licó en la revista My
Comrade en 1989. La tom ó
la drag quaen Linda Sim pson
com o parte de su h istó rico ensayo
fo to g ráfico Every Night In Drag.
con el que docum entó la escen a
drag queen neoyorquina desde
fin a le s de la dé cada de 1980
h asta m ediados de la de 1990.
B
«Tabbool at Jo e 's Pub»
(1995) pertenece a la m ism a
Está claro que la biología
no representa la totalidad
del género; además de que no
está determ inado hasta qué
punto nuestros cuerpos con
género contribuyen a nuestro
com portam iento, no todos los
cuerpos son biológicam ente
masculinos o femeninos:
son am bos o ninguno.
se rie, la cu a l cuenta co n
m ás de cin co m il fo to g rafías.
E l m ovim iento drag se opone
a la asun ción de que lo s cuerpos
m ascu lin o s no puedan ser
fem eninos, y viceversa.
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*R tY O U
BEJ
BODY
READY?
Existe una gran variedad de opinión
en cuanto a hasta qué punto la
biología influye en las experiencias
y la conducta de género.
Según el constructivism o social, los roles de género —las pautas
conductuales que se suponen normales o ideales con relación
a cada género— no están determ inados en su totalidad por la biología
y la evolución humanas, sino que, hasta cierto punto, los crean y los
perpetúan la sociedad y la cultura en las que vivimos. Las identidades
y las expresiones de género que no se ajustan a la conducta prescrita
se presentan como anómalas.
CAPÍTULO
2
Para evaluar este aspecto, podemos examinar
cómo se han percibido históricam ente los
roles de género y cómo se abordan en todo
el mundo en la actualidad.
cr.
A
En la actualidad, la pu blicid ad perpetúa
B
Ultim am ente son cada vez m ás km anunciantes
a veces la s presiones so cia le s de género.
que em piezan a burlarse de loe roles
Este anuncio de productos de Protein W orld
trad icio n ales de género o a sub vertidos. En
para perder peso fom enta la an sied ad
e sto s anu ncios Im presos, cread os para Nanny
corp oral de la m ujer al sug erir que solo
por la agencia pu b licitaria tailan desa Monday
la s m ujeres delg adas están preparadas
en 2012, aparecen hom bres alim entando
para llevar bikin i.
a su s bebés co n bo lsa s de leche m aterna.
Historiadoras como Joan Wallach Scott (nacida en 1941),
Sheila Rowbotham (nacida en 1943) y Hilary Wainwright
(nacida en 1949) critican el enfoque biológico al sugerir
que la perspectiva historicista del género aporta
conclusiones más complejas y revela cambios en
la comprensión y las expectativas sobre el género
a lo largo del tiempo.
Aunque las primeras sociedades humanas fueron grupos de
cazadores-recolectores nómadas, hubo algunas regiones en las que,
desde hace unos 10 000 años, la gente comenzó a asentarse en un
único lugar y a cultivar sus propios alimentos, lo que dio lugar al modelo
social agrario. Dado que las granjas productivas pueden alim entar
a más personas de las que hacen fa lta para su funcionamiento, estas
sociedades desarrollaron excedentes de alimentos, lo que permitió
que algunas personas participasen en actividades no relacionadas
directamente con la alimentación, como la conquista militar,
el desarrollo de tecnologías avanzadas y el comercio.
El constructivismo social
sostiene que el ser hum ano
desempeña un papel activo en
la construcción de su m undo
mediante sus Interacciones
y premisas com partidas.
Esta teoria sociológica sugiere
que la visión hum ana de la
realidad social es una creación
colectiva que no procede
de ninguna verdad exterior
natural.
Las sociedades agrarias son
aquellas cuya econom ía
se basa sobre todo en la
agricultura y en la ganadería
Hasta que se produjo la
de las sociedades posteriores
hum ano de los cazadoresrecolectores fueron agrarias.
COUO CONSTRUCTO
al periodo de desarrollo
EL GÉNERO
Industrialización, en los
siglos xv» y nx, la mayoría
SOCIAL
En estas sociedades, la propiedad y el control de la
tierra eran las principales fuentes de riqueza y estatus,
actitud que más adelante se extendería a la propiedad
y el control en general. La propiedad, que no el trabajo,
era fuente de estatus social, y la posesión o gestión
de dicha propiedad solía correr a cargo del hombre con
un estatus más elevado dentro de un grupo familiar.
Las prim eras sociedades agrarias giraban en torno a una unidad
fam iliar o comunal, y cada persona asumia una función en la producción
de los alimentos. Era habitual que los hombres hicieran el trabajo
en el campo y que las mujeres se encargasen de la gestión de la casa,
preparasen la comida, hilasen la lana, fabricasen la ropa y cuidasen
a los niños y a las personas que tuvieran a su cargo. Esta división
tal vez se basó en la fuerza del tren superior masculino —en promedio,
superior — o el papel reproductivo de la mujer, el cual im plicaba que las
mujeres fértiles se vieran embarazadas o amamantando con frecuencia
y, por lo tanto, hasta cierto punto, no estuvieran disponibles para
trabajar en el campo. Era dificil, cuando no imposible, que un individuo
pudiera mantenerse fuera de la fam ilia o de la unidad comunitaria. Por
lo tanto, tenia sentido que los bienes perteneciesen a la unidad fam iliar
y no al individuo, y, ya que la unidad fam iliar casi siempre la encabezaba
un hombre, en la mayoría de los casos este se ocupaba de esos bienes.
A medida que las sociedades agrarias
fueron avanzando —desarrollándose en
las civilizaciones de la Antigüedad egipcia,
griega y rom ana—, los roles de género de
A
A
Este fragm ento de relieve
del Periodo Tardío e g ip cio
representa la preparación
de la e se n cia de lirio
por parte de la s m ujeres.
Las flo re s se prensan en
un parto de lino que después
se enrolla.
B
Este fragm ento de una
pintu ra m ural d e l Im perio
Nuevo egipcio, perteneciente
a la tum ba de Ortsu. al oeste
de Tebas, rep resen ta a
unos hom bres sem brando
y cosechando. En la parte
izquierda de la fila central
tam bién hay unas mujeres.
B
las prim eras culturas agrarias se encapsularon
en normas religiosas y morales, aun cuando
las circunstancias que dieron lugar a la
aparición de dichos roles habían cam biado.
GÉNERO
COMO
CONSTRUCTO
S O C IA L
En algunas sociedades agrarias, como en la Antigua
Grecia, la tendencia a que los hombres poseyeran
o gestionaran los bienes de la unidad fam iliar se desarrolló
hasta el punto de que a las mujeres no se les permitía poseer
propiedades ni comprar nada que valiera más que un medimno
(una unidad de medida de volumen) de cebada. Pese a que
la Antigua Grecia se conoce como la cuna de la democracia,
las mujeres griegas no podían votar y a muchas se les exigía
que estuvieran bajo el control y la protección de un kyrios
(tutor masculino) en todo momento.
EL
En las tres civilizaciones mencionadas, la esfera
de influencia femenina se consideraba, en líneas
generales, doméstica, mientras que la masculina
se extendía a la vida pública. El cabeza de familia
era el hombre con el estatus más elevado.
”
Situaciones com o esta subordinaron a las mujeres
a los hombres, lo que las obligaba a depender de los
de la comunidad para obtener alim entos, protección
y apoyo. Esto se entendía com o algo natural, como
en la declaración que hizo Aristóteles en Política,
según la cual «entre los sexos, el varón es por
naturaleza superior, y la hembra, inferior; el varón,
gobernante, y la hembra, súbdito».
La propiedad en las sociedades agrarias solia transm itirse de generación
en generación, por lo que el estatus de las personas dependía de su linaje.
Restringir la sexualidad femenina era una form a de controlarlo: a la madre
de un niño se la podia identificar sin problemas, m ientras que al padre
no. La castidad (prematrimonial) y la fidelidad (conyugal) femeninas eran
im portantes para garantizar la identificación de los dos progenitores
de los hijos, consolidar su condición social y su derecho a heredar.
o
|
s
s
A pesar de sus similitudes fundamentales en cuanto
a la asignación de la mujer a la esfera doméstica
y del hombre a la esfera pública, también existen
algunas diferencias interesantes entre estas sociedades,
En el Antiguo Egipto, por ejemplo, la mujer tenia los mismos
derechos y responsabilidades ante la ley que el hombre:
podia poseer y heredar propiedades, solicitar el divorcio,
firmar contratos, hacer testam ento y pedir dinero prestado.
Aristóteles fue un filósofo
y científico de la Antigua Grecia.
Sus contribuciones Intelectuales
cubrieron una am plia gam a de cam pos
relacionados con la ciencia, la filosofía
y las artes, y sentaron las bases de
muchas áreas del pensam iento
del m undo occidental.
A
Figuras rojas pintadas sn ánforas
del Á tica griega, da aproxim adam ente
si 480-500 a. C.. que m uestran detalles
íntim os de la vida de la s m ujeres.
(De b q u tfd a a derecha): en el lavam anos;
en las estancias de las mujeres; una hetaira
bailando y otra orinando. Las hetairas
solían se r co rtesan as Independientes
(a diferencia de las pom ai, que eran
esclavas que se usaban a m odo
de prostitutas).
En muchas sociedades
agrarias avanzadas,
entre ellas las
de la Antigüedad
grecorromana,
que la mujer
no trabajara
era indicativo
de estatus.
EL GÉNERO
COMO CONSTRUCTO
SOCIAL
Implicaba que su esposo o padre podía
mantenerla, lo que aum entaba el estatus
del hombre y el de la unidad fam iliar.
Sin embargo, en la práctica, solía esperarse
que incluso las mujeres con un estatus más
elevado se encargasen de los sirvientes
o esclavos, los cuales realizaban el tra ba jo
manual necesario para mantener el hogar
y cuidar de los niños.
Las mujeres de orígenes más humildes o que carecían del apoyo de
un tutor masculino tenían que trabajar para ganarse la vida, al igual
que los esclavos. La prostitución era una opción. También podían
optar por trabajar con una fam ilia en una pequeña granja, hilar,
tejer o hacer ropa, cuidar de los hijos de otra mujer, trabajar como
partera, limpiar o encargarse de otras tareas domésticas, o ejercer
de sacerdotisa, la mayoría de las veces en un culto en el que se
adorase a una deidad personificada como mujer. Aunque en cada
sociedad predominaron distintas profesiones, no todas las mujeres
contaban con el apoyo de los miembros masculinos de la familia.
Por lo tanto, algunas mujeres tenían que trabajar fuera del hogar
para cuidar de si mismas, para contribuir a los ingresos de su
fam ilia o porque estaban esclavizadas.
Las sociedades agrarias y sus actitudes hacia el género
persistieron hasta la revolución industrial, que en Europa
se inició a finales del siglo xvm y se prolongó durante
todo el siglo xix. Antes, la mayoría de la población europea
vivía en pequeñas comunidades rurales. Las mujeres
solían participar en industrias artesanales cruciales, como
la hilatura. En la época de la cosecha, mujeres, hombres
y niños trabajaban juntos. En las zonas urbanas, las mujeres
trabajaban junto con los hombres en oficios y artesanías,
y elaboraban textiles y productos de cuero y metal.
La Era Meijl fue la época durante
la cual Japón com enzó a pasar de
ser una sociedad feudal aislada a abrirse
y modernizarse. Este cam bio tuvo lugar
bajo el m andato del emperador, el cual
había recuperado el poder tras la derrota
ia i
del sogún de Tokugawa y au Gobierno,
los nuevos líderes políticos de facto.
A
Este m osaico rom ano da la sicilia n a
villa rom ana dal Casal©, del sig lo iv.
representa a unas m uchachas en bikin i
haciendo deporte. La ch ica de la toga
le entrega una corona y un trofeo
a la vencedora.
B
0 C ódice M endoza (h. 1542) retrata
la form ación a la que se som etían loe niftos
y niñas aztecas de siete a diez aftos de edad.
Por ejem plo (superior), e l nlfto está aprendiendo
a pescar y la niAa está aprendiendo a hacer
girar el huso. En la tercera fila se e sp e cifica n
los castigo s, com o puede verse en e l niAo
al que perforan y atan y la niAa a la que
le pinchan en la s m uñecas.
En lugar de representar el progreso
científico o unos conocim ientos médicos
avanzados, el desarrollo del modelo de
los dos sexos durante los siglos x v ii y xvm
puede entenderse mediante los cam bios
económ icos y políticos, en p a rticu la r
en lo que se refiere a la capacidad
de la m ujer para trabajar con el hombre
o en com petencia con él.
De hecho, en todo el mundo, la evolución
de la idea sobre las diferencias de género
en la era moderna se corresponde con las
necesidades económicas cambiantes de
cada región, provocadas por sus respectivas
revoluciones industriales. En Japón, por ejemplo,
la Revolución Industrial tuvo lugar más tarde que
en Occidente, ya que comenzó en torno al año 1870,
durante la Era Meiji, y supuso un cambio de rol para
la mujer similar al de Occidente.
?
§
m
o
§
§
5
Durante la primera parte de la Revolución Industrial
en Occidente, las mujeres y los niños trabajaron junto
a los hombres en las industrias emergentes (aunque
las campañas contra el trabajo infantil hicieron que sus
jornadas laborales disminuyeran y desaparecieran).
Aunque las mujeres de la clase
obrera siempre tuvieron que buscar
trabajo, durante la Revolución
Industrial la naturaleza de este
trabajo se vio modificada.
Las nuevas tecnologías en industrias como la textil,
la alfarera y la producción en serie de alimentos y prendas
de vestir desplazaron a los hombres cualificados, que habían
dominado en ellas. Las mujeres y los niños —dispuestos
a trabajar por menos y, al principio, quizá menos resentidos
por los nuevos m étodos— comenzaron a sustituir a los
hombres o a complementar su trabajo. Los sindicatos,
que actuaban en interés de sus miembros masculinos,
se opusieron a la idea de que las mujeres asumieran
el papel tradicíonalmente masculino de sostén familiar.
u-
A
Esta lám ina de «The U nenM anufactory of Ireland-
B
Trabajadoras en la sa la de m atura de algodón de
(1791) m ueetra lo s m étodoe de preparación del
Dean M ills, M ánchester. en 1851. En la s prim eras
lino em pleados en el sig lo xva. cuando m uchas
etapas de la Revolución Industrial se dio trabajo
m ujeres trabajaban en Industrias artesanales
a m enudo a m ujeres en la s fá b rica s textiles.
tales com o la hilatura.
Aunque como miembro ocasional y subordinado
del personal laboral la mujer no había sido una
amenaza, comenzó —al menos en algunas industrias—
a ganarle terreno al hombre. Los lideres de algunas
religiones, entre ellas el cristianismo dominante,
también estaban preocupados por el hecho
de que el papel del género femenino pareciera
estar en constante cambio, ya que contradecía
los dogmas de muchos textos religiosos.
EL GÉNERO
COMO CONSTRUCTO
SOCIAL
Si hubiera podido
mantenerse la ¡dea de
la feminidad, en la que la
mujer se quedaba en casa
y cuidaba de su marido
e hijos, habría sido una
solución a estos temores.
A
Esta lám ina da m oda procada
da la ad ició n da Julio da 1875 da
G odey's Lady's Book. la revtsta
fam anina estadoun idense
m ás popular antes da la guerra
c iv il (1830-1878). En la im agen
pueden verse lo s vestidos de
fald a larga y loa co rsé s de m oda
de la s m ujeres de clase alta de
la época.
B
La tiradora de exhibición
estadoun idense Annie Oakley.
nacida con el nom bre de Phoebe
Ann M osey. desem peñó un papel
protagonista en el e spectáculo
B uffalo BJII’s W lld W est.
C
La fronteriza y exploradora
estadounidense C alam lty Jane,
n a cid a M arth a Ja n e Canary,
se hizo fam osa por su afirm ación
de que lu chó contra lo s in dios
a l lado de W lld B ill H lckok.
Tanto los líderes religiosos como los sindicatos
ejercieron una considerable influencia en la
sociedad. La m ujer trabajadora (y, por lo tanto,
la m ujer de la clase obrera) pasó a representarse
en el discurso dominante de género como una mujer
fracasada. El ideal de clase media del hombre como
sustentador y de la mujer como cuidadora, que
podría haberse visto desplazado por com pleto por
la Revolución Industrial, se mantuvo bien arraigado
a lo largo del siglo xix y a principios del xx.
Escritoras marxistas feministas tales como
Christine Delphy (nacida en 1941) sostienen que
este modelo le vino bien al capitalismo: las mujeres
proporcionaban trabajo doméstico no remunerado,
un ejército en reserva de mano de obra comercial
barata y una forma de producir y socializar a la siguiente
generación de trabajadores. Esta situación se justificaba
por reflejar un orden natural ideal respaldado por
la ciencia de la época mediante el modelo de los dos
sexos. Aunque este ideal ha sido muy difícil de disipar,
fue indefendible entre quienes necesitaban el salario
de una mujer para mantener el hogar.
S térm ino discurso se refiere en
general a toda com unicación hablada
y escrita, pero puede utilizarse de form a
más concreta para alu d ir a la discusión
formal —sobre todo académ ica—
con relación a u n tem a en particular.
Dentro de las ciencias sociales
y las hum anidades, el discurso
representa las form as dom inantes
de pensar sobre un tem a en concreto.
El capitalismo es un sistem a económ ico
y político en el que el com ercio y la Industria
están controlados por propietarios privados
con ánim o de lucro.
En culturas fronterizas, como las de Nueva
Zelanda y el Oeste estadounidense, también
se dieron notables excepciones a este ideal.
Allí, las m ujeres colonizadoras asumieron
a la fuerza roles tradicionalmente masculinos
—disparar, guiar grupos de caballos y proteger
y mantener a sus fam ilias— cuando sus padres,
esposos o hermanos estaban ausentes
o incapacitados. En consecuencia, Nueva
Zelanda y algunos estados occidentales de
Estados Unidos estuvieron entre los primeros
en concederles a las m ujeres el derecho
a votar (aunque Estados Unidos, como nación,
no lo hizo hasta 1920) y, en algunos casos,
a heredar propiedades.
En Gran Bretaña, mientras tanto, el conflicto entre
la ¡dea de feminidad ideal y el creciente número de
mujeres trabajadoras se convirtió en una fuente
de preocupación para las clases medias victorianas.
Se consideró que el servicio doméstico y las labores
de cuidado eran la respuesta, y se promovieron como
buenas formas de prepararse para el matrimonio.
B
EL
GÉNERO
COMO
CONSTRUCTO
A H 1 1E 0 A K L C T
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S
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S O C IA L
M IS S
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A
En esta fotografía, da an tom o a 1915-1923. vam os
a unas m ujeres jap on esas trabajando en una planta
de procesam iento de seda y sacan do a i N lo de
lo s cap u llos. Las trabajadoras te xtile s hicieron una
Im portante co n trib u ción a la R evolución Industrial
japonesa. La prim era le cció n del F a d o ry Q lrls' Reeder
(1911) d e cía lo siguiente: -Q ue to do el m undo sepa que
no puede haber m ayor lealtad al país que trabajar al
máximo de la s cap a cid ad es de la m ahana a la noche».
B
Durante la década de 1930, la producción de alim entos
en Estados U nidos dependía sobre todo del trabajo
de la s m ujeres. A quí, la m ano de obra fem enina de una
fá b rica de conservas pela tom ates m aduros y le s qu ita
la s pepitas antes de p ro cesa rlos y enlatarlos.
Educar a las mujeres de la clase obrera pasaba
por civilizarlas mediante el fomento de las tareas
domésticas, que era una forma de inculcarles
las normas domésticas de la clase media, como
se ilustra en un informe gubernamental de 1904:
CAPITULO
2
«A los trece años de edad, la mayoría de estas
mujeres habrían empezado a trabajar en una fábrica,
a gestionar sus propios ingresos y a mezclarse con un
gran número de personas con todo el entusiasmo y los
chismes de la vida de la fábrica. De ser así, crecerán
ignorantes de todo lo relacionado con la domesticidad
[...]. Hasta que a las niñas no se les haya enseñado
a encontrar placer en el trabajo doméstico, será inútil
esperar que abandonen la vida en las fábricas».
S
Una reacción similar contra el papel cam biante de la mujer
es la que puede verse en el Código Civil Meiji de Japón,
promulgado en 1898, unos treinta años después del comienzo
de la Revolución Industrial del pais, donde se requería que
la esposa obtuviera el permiso de su m arido para: «Recibir
o emplear capital, contratar un préstamo o dar una garantía,
realizar cualquier acto que tenga por objeto adquirir o separar
un derecho sobre un bien inmueble o un bien mueble de valor,
realizar cualquier acto en el curso de una demanda, hacer
un obsequio, un compromiso o un acuerdo para someterlo
a arbitraje, aceptar o rechazar una sucesión, aceptar
o rechazar un obsequio o un legado, celebrar cualquier
contrato que afecte a la disposición de su persona».
En Formations ofC lass and Gender: Becoming Respectable
(1997), Beverley Skeggs, especialista en estudios de género,
sostiene que la idea de respetabilidad sigue teniendo en la
actualidad la misma importancia para la construcción del género
que la que tuvo en el siglo xix. Ser una buena m ujer suele
equipararse con ser una mujer respetable, una mujer que muestre
moderación, control y falta de excesos, cualidades que reflejan
los valores culturales del buen gusto de la clase media.
Históricamente, al igual que
en la sociedad contemporánea,
la moral es clave en la construcción
de la feminidad.
Junto con los valores culturales y los derechos legales,
la religión también es importante a la hora de establecer
y mantener los códigos morales y los roles de género.
Los códigos morales religiosos que hacen hincapié
en la pureza de la mujer y en la importancia de su
castidad legitiman la segregación sexual en la vida
pública y en la práctica religiosa.
EL
QÉNERO
COMO
CONSTRUCTO
S O C IA L
Muchos de los principales textos religiosos transmiten
los roles de género tradicionales de las antiguas sociedades
agrarias y tratan estos patrones conductuales como
necesarios para vivir correctamente y obtener la salvación
después de la muerte.
La separación entre mujeres y hombres en el
judaismo, el islam y el cristianismo busca proteger
la pureza femenina contra la incontrolable naturaleza
de la sexualidad masculina. Estas ideas se perciben
en discursos más amplios de la sociedad contemporánea
sobre el género y la sexualidad, donde a menudo
se responsabiliza a la mujer del acoso sexual y de la
violencia, por ejemplo por su elección de la ropa o el
consumo de alcohol. De manera similar, las comunidades
religiosas conservadoras actuales, como los amish
o los judíos ortodoxos, se adhieren a los roles
tradicionales de género masculino y femenino.
CAPITULO
2
Por el contrario, los relatos chinos sobre la antigua sociedad japonesa,
que datan de alrededor del siglo i a. C., afirm an que en Japón no se hacia
distinción social por aquel entonces entre hombres y mujeres, y que existían
gobernantes mujeres. Sí bien el contexto histórico de estos relatos hace
viable que se pretendiera denigrar a los japoneses, este com portam iento
igualitario tam bién podría explicarse por la religión sintoista, que se
practicaba en Japón en aquella época. Se cree que en el sintoism o primitivo
se adoraba a Amaterasu, creadora y diosa del sol, lo que condujo a una religión
m atriarcal en la que las cualidades femeninas fueron objeto de exaltación
y admiración en equilibrio con las masculinas.
CN
•O
A
En OrlQan da la m úsica y la dan ja
en ia puerta de ptadra (1887) .S hunsal
Toshlm ase representa a Am ateraau.
la diosa de- aol japonesa, saliendo
de une cueva.
B
Esta fotografía m uestra un carruaje
¿enana de la decada de 1B60 utilizado
para transportar a las m ujeres. Loa
laterales del carruaje estén cub iertos
para proteger la m odestia de la mujer
y m antener la reclusión exigida por
el purdah.
El slntofsmo es la fe autóctona
de Japón. Sigue siendo, ju n to con
el budism o, la principal religión
japonesa. Aunque sus prim eras
formas se distinguieron con
claridad del budismo, con el tiem po
adquirió algunos rasgos budistas
yconfuclanos.
B
El purdah es una form a de
aislam iento fem enino que se d a
en algunas com unidades hindúes
y m usulm anas del sur de Asia.
Las mujeres qu e lo practican
se protegen la vista, sobre
todo de los hombres, por medio
de prendas (incluido el velo)
y se segregan detrás de paredes,
biom bos o cortinas.
Los cam bios en las
circu n stan cia s y en
las políticas económ icas
pueden contradecir la
visión religiosa del género.
EL QÉNERO
COMO CONSTRUCTO
SOCIAL
Los cambios en los sistemas económicos y políticos
siguen siendo uno de los principales factores de cuantos
influyen en las experiencias de género. En Bangladés,
por ejemplo, los cambios en las políticas comerciales
que comenzaron a finales de la década de 1970 permitieron
el desarrollo de la industria de la confección, la cual necesitó
la incorporación de nuevos trabajadores al mercado laboral.
Estos trabajadores fueron, en gran parte, mujeres que
se trasladaron a las zonas urbanas en busca de trabajo,
un fenómeno contrario a los valores tradicionales del
purdah, que separa a las mujeres de los hombres en público
y exige que estas se cubran el cuerpo y el rostro. El proceso
de incorporación de la mujer al mundo laboral en las
ciudades ha llevado a una visión más relajada del purdah
en las zonas urbanas y en las familias que necesitan
el salario de la mujer. A su vez, esto da pie a una percepción
pública más amplia de las posibilidades de la mujer
en la sociedad.
Sin embargo, si se considera el purdah con una perspectiva histórica, se ve que
factores como la casta y la clase siempre han influido en los valores culturales,
y que las fam ilias de castas y clases inferiores necesitaban el salario de las
mujeres, que trabajaban con los hombres en los campos. Solo las fam ilias
pudientes, que no necesitaban que las m ujeres trabajasen, observaban
el purdah de un modo estricto.
CAPITU LO
2
Otro ejemplo de circunstancias cambiantes que
contradicen las prácticas religiosas de género es la
forma en que se ha entendido en Occidente la práctica
tradicional hindú del sai/, ritual por el que la mujer
se quema en la pira funeraria de su esposo. Aunque
históricamente se ha entendido como un acto de honor
dentro del pensamiento hindú, desde una perspectiva
occidental liberal y, en especial, feminista, simboliza
la coerción y la violencia contra la mujer.
2
En 1829, las potencias coloniales británicas de la India
prohibieron el sati. Lo que sabemos del sati siempre nos
ha llegado, dice la escritora Gayatri Spivak en su ensayo
Can the Subaltern Speak?(1988), de los colonizadores
británicos, y nunca de las propias m ujeres implicadas.
Su afirm ación «Los hombres blancos están salvando
a las mujeres morenas de los hombres morenos» complica
las cuestiones de poder. La cuestión central del debate que
se plantea es común: ¿esta práctica se basa en la costumbre
patriarcal o en la autonomía individual de las mujeres? ¿O tal
vez en una com binación de am bos factores? Spivak y otras
feministas poscoloniales sostienen que se trata de esto último.
Como en el ejemplo del purdah,
cuando los países se ven invadidos
o colonizados, los roles y expectativas
de género de la nación colonizadora
pueden introducirse y desarrollarse
junto a la ¡dea local del género.
Las expectativas de género pueden
chocar y experim entarse de maneras
com plejas o contradictorias.
En algunas partes de Sudamérica, por ejemplo,
el dominio español ha influido en la demarcación
de los roles de género dentro de la familia.
Los modelos de género indígenas y las exigencias
modernas del capitalismo, que consideran a las
mujeres como una parte importante de la fuerza
laboral, coexisten con estos roles familiares.
Las expectativas contradictorias, creadas por un
lado por el mercado laboral y, por otro, por el deber
familiar, presentan responsabilidades incompatibles
para las mujeres sudamericanas, asi como de
muchas otras partes del mundo.
8 satl era una costum bre
sus bienes a la m uerte
funeraria hindú por la que
de la viuda.
la viuda se Inm olaba en la
se em plea a veces para
alegaban que era un acto
hacer referencia al período
posterior a la dom inación
Los críticos de la costum bre
colonial. Los estudios
poscolonlales son un a ram a
alternativas de las viudas eran
de las ciencias sociales que
sombrías: verse efectivam ente
aborda el im pacto hum ano
rechazadas por la sociedad
del do m inio colonial desde
-te n ie n d o que afeitarse
la perspectiva de los pueblos
Indígenas que vivieron bajo
arroz y rechazar el contacto
el imperialismo.
S O C IA L
la cabeza, com er solo
m arido.
CONSTRUCTO
han señalado que las
en la pira funeraria de su
COUO
de piedad y pureza supinas.
hom bre fa lle cid o se Inm ola
GÉNERO
se practica. Su3 defensores
maltrato de la fam ilia de su
le p rá ctica del aetl (o surte*/,
EL
El térm ino poocolonial
esposo, que heredaría
Un artist» lr>dlo del sig lo ex
pintó esta representación de
en la que la eepoaa de un
pira de su marido. Ya no
s o c ia l- y 3 u frlrel potencial
A
En Occidente, los m ovim ientos fem inistas
han desafiado las afirm aciones dom inantes
de que el género está determ inado biológicamente,
y las pruebas que apoyan este cuestionam iento
se han fortalecido a lo largo del siglo xx.
Los estudios de socialización de género
demuestran que el comportamiento de
género se aprende.
N
o
<
2
Las actitudes de las personas que tenem os cerca durante nuestro
crecim iento pueden influir en nuestra form a de vida. Los estudios
sobre la socialización de género han dem ostrado que alabamos
com portam ientos concretos en niñas y niños, alentam os la utilización
de juguetes y actividades con un enfoque de género especifico y esperamos
presentaciones corporales diferenciadas. Las estructuras sociales más
amplias son cruciales a la hora de construir la diferencia de género. El peso
de la historia, la religión y lo que se presenta como natural nos empuja a
mantener los roles tradicionales de género. Las investigaciones sobre el
género y la educación revelan expectativas sistém icas de que las niñas o los
niños obtendrán mejores o peores resultados en determ inadas asignaturas,
lo que los llevará a elegir —o incluso a verse animados a elegir— diferentes
asignaturas en la escuela en función de su género.
A
Esta fotografía, titu lada
Seotvoo y sus co sas rosas,
form a parte del P r o y c lo
roas y azul (2005-actualldad).
de la fotógrafa aurcoreana
JeongM ee Yoon. La serie
exam ina la relación entre
el género y el consum o de
los niftoa estadounidenses
y surcoreanos.
B
Kihurt y sus coasa azu/es
pertenece a la misma
serle. «Quería m ostrar
hasta qué punto lo s niftos
y sus padres, co nscien te
o inconscientem ente,
estén in flu id o s por
la pu blicid ad y la cultura
popular —e xp lica Yoon—.
El azul se ha convertido
en sím bolo de fuerza
y m asculinidad, m ientras
que el rosa sim boliza
la dulzura y la fem inidad».
Los estudios de género y de los medios de
com unicación han analizado cómo se co difica
la diferencia de género en las representaciones
culturales: los productos tienden a enfatizar la
actividad y la valentía, o a subrayar la am abilidad
y la belleza.
Socialización de género
es un term ino desarrollado
y los estudios de género
para describir los procesos
de aprendizaje de las
norm asy valores que
se asocian de form a
tradicional con el género
En su ensayo Throwing Like a Girl:
A Phenomenology ofFem inine Body
Com portment M otility and Spatiality
(1980), la filósofa fem inista Iris Marión
Young (1949-2006) propone que
las chicas interiorizan la idea de
que su cuerpo es débil. Pueden no
verse capaces de realizar tareas físicas,
lo que las lleva a no practicar deportes.
gi no practican, por ejemplo, el lanzamiento,
o
O
la fuerza y la confianza física no aumentan,
..
,,
,
A las ninas, sostiene Young, no se las anima
„ ,
a usar el cuerpo con tanta libertad como a los
niños, y esto influye a lo largo de toda su vida.
Según Young, las niñas se ven «físicamente
inhibidas, confinadas, posicionadas
y objetivadas».
>
2
La afirm ación de Judith Butler de que el
sexo, así como el género, se construye social
y culturalm ente supone una im portante extensión
de las teorías de la socialización de género de
la década de 1980. La autora sostiene que
lo im portante no son las diferencias corporales,
sino cómo se perciben en la sociedad.
Para Butler, tanto el género como el sexo
se construyen mediante el discurso. Desde
esta perspectiva, el género no existe al margen
del discurso. Butler argumenta que nadie nace
con un género, sino que aprendemos a hacer
el género: «Actuamos, caminamos y hablamos
de manera que consolidamos la impresión de
ser un hombre o una mujer».
A
A
La portada «The Son»
d e l p e rió d ico britán ico
The Sun la disertó la agencia
londinense Grey para
conm em orar el nacim iento del
prin cip e Jorge, hijo del duque
y la duquesa de Cam bridge,
en ju lio de 2013. D estaca la
im portancia d e l género de
los recién nacidos en m uchas
so cie d ad es, en p a rticu lar
cuando la propiedad o los
ex
O
títu lo s se transm iten a través
de la linea m asculina.
En H alla existe la tradició n
de que cuando nace un bebé,
se cu e lg a una cin ta rosada
en la puerta del hogar en el
que ha nacido una niña y una
cin ta azul en e l que ha nacido
un niAo.
Butler desarrolló el concepto de perform atividad para hablar de cómo las
reglas de género se ven representadas de forma compulsiva y repetida de
manera que se sugiere que son naturales. Para ello, empleó el ejemplo
del nacimiento de un bebé. Según Butler, cuando el médico o el enfermero
proclaman que un bebé es una niña o un niño, no están hablando de algo
que ya exista. No existen, según la autora, cuerpos con un género natural.
Lo que sucede es que este acto del habla —lo que Butler llama expresión
perform ativa— dota de existencia al género del bebé. Decir es una niña
o es un niño inscribe el género en el bebé. Para Butler, lo fundam ental
en la representación del género son las normas y los valores sociales.
Las form as en que la sociedad espera que
representemos nuestro género no siempre
siguen una ruta progresiva de igualdad
y derechos para am bos géneros.
En Irán, por ejemplo, los derechos de las niñas y las
mujeres disminuyeron y sus roles sociales prescritos
se alteraron cuando, en la década de 1980, cobró forma
un nuevo Gobierno y el poder se modificó. A principios
del siglo xx, las mujeres iraníes recibían educación
y participaban en la vida laboral, en la política y
desempeñaban cargos públicos. A menudo trabajaban
como periodistas y escritoras, y, ya en 1907, crearon una
revista centrada en temas relacionados con la mujer.
Y hablamos de más de diez años antes de que las mujeres
británicas pudieran votar.
™
§
m
o
§
§
r
s
Sin embargo, la Revolución iraní de 1979 supuso el inicio de la República Islámica de Irán.
Liderado por el ayatolá Jomeini. el nuevo poder revocó una amplia gama de derechos
de la m ujer que los m ovim ientos fem inistas habian conquistado e introdujo cam bios
radicales en los roles de género. Las mujeres ya no pudieron ocupar cargos públicos,
la edad mínima para contraer m atrimonio se redujo a los nueve años, las niñas
casadas dejaron de poder asistir a la escuela, se puso en práctica la segregación
sexual en los espacios públicos y las mujeres se vieron obligadas a seguir el código
de vestim enta islámico.
Hasta la form ación de un nuevo Gobierno,
casi veinte años después, en 1997,
las m ujeres iraníes no comenzaron
a recuperar sus derechos.
Muchas mujeres volvieron a participar en política y en campañas
feministas, y, en 2003, Shirin Ebadi, a ctivista por los derechos
de la mujer, obtuvo el premio Nobel de la Paz. En 2012, sin embargo,
un nuevo Parlamento volvió a reducir los derechos de las mujeres.
Además, las leyes islámicas se aplican con independencia del
Gobierno que ostente el poder y pueden restringir los derechos
de las m ujeres en el matrimonio y la reproducción, su libertad
personal y, en función de cómo se interpreten, dictar el código
de vestim enta (véase el capitulo 4 para obtener más detalles
sobre, por ejemplo, el hiyab). Hoy en dia, la m ujer íraní sigue
careciendo de muchos derechos fundamentales.
A
Una mujer co n cita d o r de com pras
con una pareja con ropa occid en tal en la
ciudad Iraní de Teherán, 1961. Hoy en día.
la mujer iraní esta obligad a a cub rirse la
cabeza, aunque no a usar el chador en al.
B
Fotogram a procedente de Fervor (2000),
de Shirin Neshat. Esta vldeocreaclón
aborda loe tem as del am or y e l género en
Irán desda la R evolución Islám ica de 1779,
la cu al im puso la separación de hom bres
y mujeres en loe esp acios publico*.
El ayatolá Jomeinl (1902-1989)
fue un político Iraní y un lider
religioso m usulm án ch llta muy
critico con el sah y la Influencia
occidental en Irán. Tras la calda del
Gobierno del sah. en 1979. declaró
que Irán se convertía en una
república Islámica.
Shirin Ebadi (nacida en 1947) es una
abogada, profesora universitaria
y activista que ha hecho am plias
cam pañas a favor de los derechos
hum anos en Irán y en todo el
mundo. Antes de la Revolución Iraní,
fue una de las prim eras m ujeres
en recibir el nom bram iento de
presidenta de la Corte Suprem a
de irán. Puso en m archa la
cam paña Un M illón de Firmas.
Sin embarqo,
el movimiento
por los derechos
de la mujer en Irán
tiene fuerza.
_
v í
5
CÓMO CONSTRUCTO
SOCIAL
El ejemplo de Irán dem uestra
que la visión del género está muy
ligada a los cam bios en los sistem as
políticos y religiosos, los cuales
estructuran las experiencias cotidianas
de género.
EL QÉNERO
En 2006 lanzó la cam paña Un Millón
de Firmas por la Derogación de Leyes
Discrim inatorias y sigue abogando
por los derechos de la m ujer en toda
la sociedad.
Las opiniones de los lideres p oliticos y religiosos contrastan en gran medida
con las creencias de quienes participan en el movimiento por los derechos de
la mujer. Existen conceptos de género claram ente opuestos y sus significados
fluctúan con el tiempo. Estos conflictos dem uestran que el género no solo
está sujeto a variaciones entre periodos históricos o culturas, sino que
también es fluido dentro de un país en un m omento dado.
Las ideas de la masculinidad
y las expectativas de lo que
significa ser hombre están también
sujetas a variaciones históricas
y culturales.
Aunque en los países occidentales el apego
físíco entre hombres se interpreta como una
señal de atracción hacía el mismo sexo y a menudo
es objeto de discriminación, en muchos países
árabes es común que los hombres heterosexuales
se tomen de la mano en público. Pese a la construcción
occidental de la masculinidad como el género fuerte,
poderoso y con capacidad para proteger y proveer,
sí contemplamos el mundo, los roles masculinos,
como los femeninos, pueden verse como fluidos
y cambiantes en lugar de fijos.
A
Esta fo to grafía m uestra una
B
Dos pastores fo to grafiado s sn
C
El presidente George W. Bush
actu ació n trad icio n al de Cong
2009 ce rca del río Kokcha en la
adopta la costum bre saudí y tom a
Chien de la tribu e de en la Región
provin cia de Tahár, Afganistán,
de la m ano a l prín cip e heredero
del A ltip lan o C en tral de Vietnam .
donde es costum bre que los
AbdaJá en 2005 en lo s llam am ientos
hom bres se tom en de la mano.
a la paz en O riente M edio.
A
La trib u e de. tam bién
conocida com o raóe
o ede. es un grupo
étnico que vive en
el sur de Vietnam.
Son m atrlllneales
y sus unidades fam iliares
viven en casas alargadas
propiedad de las mujeres
m és ancianas de la
fam ilia.
En la isla de Orango, en Quinea-Bisáu, por ejemplo, no se permite que
los hombres propongan matrimonio, y cuando una m ujer se lo propone,
el hombre no puede negarse. En la cultura e de, al sur de Vietnam,
los hombres no son los que heredan la propiedad. Allí, al casarse,
el hombre toma el apellido de su esposa y se muda a la casa de esta.
En Japón es costum bre que los hombres esperen que las mujeres
les compren regalos como chocolates y flores, y no al revés.
Pese a las claras diferencias culturales
e históricas en los roles de género, las
expectativas tradicionales para hombres
y para m ujeres siguen estructurando
las desigualdades en la actualidad.
EL GÉNERO
COMO CONSTRUCTO
SOCIAL
Desde la Revolución Industrial, el número de mujeres
que forman parte del mundo laboral general, ya sea para
mantenerse a sí mismas o para contribuir a los ingresos
familiares, ha aumentado mucho. En la actualidad, las
mujeres de clase media y alta, así como las de clase obrera,
forman parte de manera rutinaria de la esfera pública en
muchas partes del mundo, y las actitudes hacia las mujeres
en el lugar de trabajo y hacia los hombres en el hogar
se han vuelto más positivas (véase capítulo 4).
A
Sin embargo, aún persiste la disparidad de género en el trabajo
doméstico y en el cuidado de los niños. Una encuesta hecha en
2016 por la Oficina Nacional de Estadística británica reveló que
en las relaciones en las que trabajan tanto la mujer como el hombre,
las m ujeres realizan de m edia casi un 40 % más de trabajo no
remunerado en el hogar que los hombres, incluidas tareas como
la limpieza, las compras y la cocina.
UNICEF indica que las formas en que la socialización
y los estereotipos de género en el mundo les conceden
mayor importancia a los nacimientos de niños que
de niñas hace que los primeros sean más valiosos.
Según UNICEF, esto provoca discriminación en la atención
social, sanitaria y educativa de las niñas.
Los roles tradicionales de género parecen
haber surgido para satisfacer las necesidades
de las prim eras sociedades agrarias.
Sin embargo, el hecho de que estos roles
fluctúen en función de las realidades
económicas, sociales y políticas im plica
que no se basan solo en atributos fijos
determ inados por la biología; es decir, que el
género, de hecho, se construye socialm ente.
Cada sociedad o cultura en
particular asigna sus propias
normas, valores, roles y expectativas
de género y los presenta como
características ideales.
Por extensión, las estructuras y los valores
aprendidos de dicha sociedad y, de forma
consciente o inconsciente, por los individuos
que la conforman las perpetúan. Dado que
estos roles y expectativas son en si mismos
lo que entendemos como género, y que varían
entre diferentes culturas y épocas, podemos
argumentar que el género en sí mismo no
es constante.
Su m utabilidad y su origen como construcción social se
demuestran, en parte, por las inconstancias en el rol y en la
presentación de género dentro de los grupos de aquellas personas
que se identifican como masculinas o femeninas. Sin embargo,
la existencia de identidades de género transgénero y no binarias
también demuestra que los roles y expectativas tradicionales
no tienen en cuenta los significados y las experiencias de género.
En el capitulo 3 se abordan las identidades no binarias y las ¡deas
sobre la presentación de género como algo fluido en lugar de
como una función social obligatoria.
A
Este ca rte l propagan dístico
ch in o de pla n ifica ció n
fam iliar de 1986 te n ia por
la p o lítica nacional de
un eolo hijo.
B
Una m adre llora después
EL GÉNERO
objeto poner en p rá ctica
de dejar a su hijo en una
provin cia hom ónim a china,
en 2014. Las in clu sa s se
introdujeron para disuadir
a lo s padres de abandonar a
sus hijos en la calla. Las hijas
corren un m ayor riesgo; se
la s co n sid e ra una carga
tas fam ilias puedan tener
SOCIAL
para lo s padres, y la p o lítica
de un so lo hijo im pide que
COMO CONSTRUCTO
Inclusa de Cantón, en la
ningún hijo m ás. Esta
p o lítica se abandonó
a fin a le s de 2015.
ü»
n o t j c f
W PERSON WILL BE A/ LOWED
0 DESCEÑO 1HIS
U.^LESS
CARRYINi SELF RESCUING
appapatus.
VD1NG Q F WQ 5 TAgF
‘ 36 MEN PER DECK.
L - 3 - 3 TON MINE CARS
- 2 - 3 TON MINE CARS
En este capitulo hablaremos de individuos y grupos cuyas
identidades o expresiones de género quedan al margen
de los roles tradicionales de género o los atraviesan, lo que
demuestra que la tradicional construcción social del género
como una elección entre masculino y femenino resulta
a menudo incompatible con las experiencias, identidades
y decisiones de las personas en la sociedad cotidiana.
En Occidente, los sistem as de género han
seguido en gran medida un modelo binario en
el que se entiende que el hom bre y la m ujer
son las únicas categorías de género y en el que
las m ujeres y los hom bres se consideran en
esencia diferentes. Si se observan los sistem as
de género de todo el mundo, puede verse que
no ha sido así en otros lugares.
en
o
ff
Históricamente, han existido numerosas comunidades
humanas cuyas prácticas de género difieren del modelo
que solo considera lo masculino y lo femenino. La diversidad
de género en la India, por ejemplo, cuenta con una viva
tradición en la mitología y una larga historia en la sociedad.
Los sistemas de género
asignan diferentes
actividades, roles y
posiciones a hom bres
y mujeres dentro de
una sociedad particular.
Hljrmes un térm ino del
sur de Asia que hace
referencia a las personas
a las que se les asigna
sexo m asculino al nacer
El escritor Jacob Ogles señala en su
artículo 19 LGBT Hindú Gods (2016):
«Durante siglos, la literatura, la
mitología y los textos religiosos de la
India han contado con deidades que
desafiaban el bínarismo de género».
La comunidad hijra lleva mucho tiempo
en la cultura india.
pero que se identifican
y viven com o mujeres.
Históricamente, en el
sur de Asia han existido
m uchas com unidades
hljra, que siguen form ando
parte de la sociedad
contemporánea.
El tercer género es una
categoría de género
legal o social que no es
ni m asculina ni fem enina.
Existe en sociedades
que han tenido un rol
de género tradicional de
este tipo, así com o en
sociedades que. en fechas
recientes, han reconocido
los derechos de algunos
de sus m iem bros a no
identificarse ni com o
hom bres ni com o mujeres.
La historia documentada de los hijra incluye
representaciones en el Kama-sutra, que se remonta a
alrededor del siglo ii d. C. (existe una gran disparidad
de fechas en el ám bito académico), asi como en el
Ramayana (h. 300 a. C.) y el Mahabharata (h. 400 d. C.).
Según un estudio realizado en 2010 por Serena Nanda,
a la mayoría de los miembros de las comunidades
hijra se les asigna el sexo masculino al nacer, aunque
algunos son individuos intersexuales. Descubrió que
las personas hijra viven en comunidades muy unidas
y que conforman lo que la autora llama un tercer
rol institucionalizado de género. Históricamente,
se pensaba que los hijra, famosos por sus cualidades
sagradas, eran asexuados, aunque en la sociedad
india contemporánea muchos ganan dinero mediante
el trabajo sexual y la realización de ciertos servicios
religiosos. En 2014 se reconocieron legalmente como
un tercer género en la India, aunque no todos los hijra
recibieron con gusto esta clasificación.
B
A
Loa we-uva eran m iem bros
da do s e sp íritu s de la
com unidad norteam ericana
zuni del sig lo xa. Las
person as de género
diverso e intersexuales
han sido siem pre muy
am ericanos por cree rlas
poseedoras de m ayores
dones esp iritu ales.
B
G rupo de personas hljra
del sur de A sia, donde
LA DIVERSIDAD
apreciad as por lo s nativos
N jra e s un térm ino utilizado
Aunque trad icio n alm ente
son m iem bros respetados de la
so cie dad , m uchos de lo s hljra
79
de hoy sufren discrim inación
y pobreza.
DE GÉNERO
para referirse a las personas
tran s a Intersexuales.
En algu nas cultu ras
sudam ericanas los
travestís son personas
a las que se les asigna
el género m asculino
al nacer, pero que
se iden tifican com o
mujeres. Los travestís
a m enudo utilizan
Im plantes o Inyecciones
de sllicona para parecer
m ás fem eninos, pero
pueden no identificarse
por com pleto com o
m ujeres u hombres,
sino m ás bien reivindicar
una Identidad de género
independiente con sus
propias reglas.
Muxe es una Identidad
de género de los
zapotecos, u n a cultura
mexicana Indígena
m inoritaria. A los muxe
Hay otras culturas que tam bién
han reconocido la existencia
de más de dos géneros.
se les asigna el sexo
m asculino al nacer,
pero asum en algunos
a tributo s que se
consideran fem eninos,
com o vestirse con ropa
fem enina, m aquillarse
n>
O
_J
3
Los travestís existen desde hace mucho tiem po en
muchas partes de América Latina. Históricamente,
se han considerado personas que son hombres
y mujeres a la vez, pero hoy a menudo se consideran
un tercer género. En la cultura zapoteca, de México,
los muxe se han reconocido tradícionalm ente como un
tercer género en un sistema anterior a la colonización
española, aunque hoy el térm ino se utiliza a veces
como sinónimo de transexual. Los m anutienen un
estatus tradicional en algunas culturas polinesias,
mientras que en la sociedad samoana, los fa'afafine
desempeñan un papel cultural especifico: si una
fam ilia no contaba con suficientes niñas para
ayudar con las tareas domésticas, se criaba a
un niño varón con rasgos tanto m asculinos como
femeninos a modo de fa'afafine. El término kathoey
hace referencia a las personas con diversidad de
género en Tailandia y Laos, también documentada
en China, Irán, Indonesia, Japón, Nepal, Corea del
Sur y Vietnam. En Indonesia, con la mayor población
musulmana del mundo, los waria, a quienes se les
asigna el sexo masculino al nacer, viven abiertam ente
como mujeres.
o realizar tareas
tradícionalm ente
fem eninas, com o el
bordado. Se los considera
un tercer género en el que
se co m b in a n cue rpos
m asculinos con
características tanto
m asculinas com o
fem eninas.
Mahu. que significa en
el medio, es una tercera
Identidad de género
de las cultu ras hawaiana
y tahltiana. Los mahu.
tradícionalm ente
respetados por reconocer
tan to sus aspectos
m asculinos com o
fem eninos, han
desem peñado un papel
especifico y val loso
dentro de la sociedad.
Fa'atafina es una identidad
En las discusiones sobre
la diversidad de género,
es importante contextualizarlo
dentro de visiones y prácticas
localizadas.
de género reconocida en
Samoa para las personas
asignadas varones al nacer,
pero que eligen criarse
com o ninas (o se les
obliga a ello), sobre todo
si la fam ilia tiene un gran
núm ero de hijos y carece
de hijas. Los fa’atafine
asum en atributos
fem eninos y tienen un
papel social especifico
dentro de la fam ilia,
en la que realizan
tareas tradicionalm ente
asignadas a las mujeres.
Algunos fa'atafine, aunque
no todos, se Identifican
con el género femenino.
L o sw a ria s o n u n a
com unidad Indonesia
de personas de tercer
género a las que se lea
asigna el sexo m asculino
al nacer, pero que creen
que nacen con el alm a de
una mujer. La com unidad
warla tam bién incluye a
Por ejemplo, dentro de varias tribus nativas
norteam ericanas ha existido siempre una amplia
gama de comunidades con diversidad de género,
como los zuñi La’mana, los winkte, los alyhaa
y los hwamee. Los primeros exploradores franceses
se refirieron al principio a los miembros de estas
comunidades como berdaches [berdache, término
francés que hacia referencia al miembro más joven
de las parejas homosexuales masculinas), y luego
los colonizadores lo usaron de un modo más general.
Hoy prefieren que se los reconozca como personas
de dos espíritus, un término paraguas privilegiado.
Históricamente, a las personas de dos espíritus
las valoraban sus tribus, ya que las consideraban
bendecidas por un espíritu tanto masculino como
femenino, aunque durante el siglo xx las influencias
euroam ericanas y cristianas perturbaron
esta tradición.
personas que en Occidente
tal vez se considerarían
hom bres gals afem inados.
A
M ujer trans casán dose co n su
B
Un m iem bro de le com unidad w aria
novio en 2002 en Juchrtán. M éxico.
aplicán do se m aquillaje durante la
un pueblo de pescadores m atriarcal
trad ició n del SyawaJan en Yogyakarta.
som eterse a la cirugía
donde se ace pta la diversidad de
Indonesia, en 2015.
de reaslgnación de
género.
Muchos waría no desean
género por razones
religiosas.
El térm ino dos espíritus
hace referencia
a los indígenas
norteam ericanos y
los m u chos roles
y grupos de género
mixtos qu e se encuentran
tradlclonalm ente entre
num erosas trib u s indígenas
Estados U nidos y las
Primeras Naciones de
Canadó. Este térm ino
ha sustituido al antiguo
los colonizadores.
DE GÉNERO
berdache. rechazado debido
a su uso Inicial por parte de
LA DIVERSIDAD
de los indios nativos de
81
Hasta finales del siglo xx,
los estudios antropológicos
interpretaron a menudo las
prácticas de género diverso
como encarnaciones del
deseo homosexual.
s
Algunos estudios centrados en las comunidades
indígenas norteamericanas de género diverso
interpretan que estas tradiciones culturales
representan estilos de vida homosexuales,
en concreto porque las personas con dos espíritus
que eran biológicamente masculinos pero que
adoptaban características femeninas a menudo
se casaban con hombres masculinos, y viceversa.
Algunos gais y lesbianas de las tribus nativas
norteamericanas eligen describirse como personas
de dos espíritus, alineándose con una tradición
cultural de respeto por estilos de vida sexuales o
de género alternativos. Otros antropólogos, que los
consideran culturas transexuales, han cuestionado
la posición de las personas de dos espirítus como
precursores de los gais.
B
Con todo, transexuale s un concepto
occidental relativamente reciente.
Como han sugerido explicaciones
más contemporáneas, es probable
que las personas de dos espíritus no
representaran prácticas homosexuales
ni transgénero, sino que demostraran
la existencia de un género o grupo sexual
alternativo dentro de una cultura indígena
y que no tuviera un equivalente occidental.
LA
D IVERSID AD
La confusión de las
prácticas de género diverso
con la homosexualidad
es habitual, sobre todo en
las culturas occidentales.
DE
G rupo de personas hljra preparándose para Hijra
Pride 2014, un d e sfile para que e i G obierno de
B angladés reconozca tas id en tid ades de lo s hijra.
B
El Hijra Pride 2014 lo organizó la Bandhu S ocial
para si desfile.
83
W etfare Society. En la im agen, dos hijra preparándose
GÉNERO
A
A
Parte de esta confusión procede de que muchas sociedades consideran que
existe un fuerte nexo entre el género y la sexualidad. Una persona transgénero
que opte por la transición de hombre a mujer, pero que siga sintiéndose atraída
por las m ujeres durante dicha transición, pasará, a ojos de la sociedad, no solo
de ser hombre a mujer, sino también de ser heterosexual a gay, a pesar de que su
orientación sexual no cambie en realidad.
Otro factor puede haber sido que, al estudiar
la sexualidad humana, las primeras etapas
del desarrollo de la sexología en Europa
y Estados Unidos en el siglo xx también
trajeron consigo nuevas formas de entender
a las personas de género diverso.
„
o
?
<
2
En la Europa preindustrial, la regulación de la conducta sexual, al igual que la
de la conducta moral, se consideraba una cuestión religiosa o espiritual y era
competencia de la Iglesia. La sexologia supuso un alejamiento de la interpretación
de la sexualidad a través de la religión y la moral, ya que se convirtió en tema de
investigación científica. A lo largo del siglo xix, médicos y científicos se convirtieron
en referentes en las comunidades y los tribunales en cuanto a la normalidad sexual
y la desviación sexual. En su libro Histoire de la sexualité (Historia de la sexualidad,
1976), el filósofo Michel Foucault (1926-1984) argumenta que durante esta época
se produjo una redefinición de la sexualidad según el tipo y la identidad en lugar
de según los actos y el comportamiento.
En lugar de ser algo que hacíamos,
la sexualidad se convirtió en una
faceta clave de lo que somos.
Estas tarjetas de visita
son da una co le cció n da
fotografías perteneciente
al historiador so cia l
Jam es Gardiner. Este
álbum del sig lo » ilustra
la s prácticas privadas
Las representaciones teatrales
con travestism o eran habituales
en la época victoriana. y hay
m uchos caso s de hom bres
que se presentan com o m ujeres
se lo s co n o cía con frecuen cia, lo s
arrestaban por hom osexualidad,
que fue ileg al en Gran BretaAa
85
hasta 1967. Sin em bargo,
travestirse no estaba prohibido.
GÉNERO
Imitadores de mujeres, com o
DE
en la vida cotidiana. A io s
D IVERSID AD
en las dácadas de 1860 y 1870.
LA
y teatrales del travestism o
Tales maneras de entender la sexualidad
reflejaban un modelo biológico binario.
La sexualidad se clasificó a través de
una dualidad de normal y desviada
el sexo heterosexual reproductivo conyugal
era la norma, y otras sexualidades se
construyeron como opuestos desviados.
Se patologizaron varias prácticas sexuales.
En un principio, las prácticas de género
del travestism o y del llamado cross-living
se situaron dentro del mismo marco que
la homosexualidad. Esta y, a su vez, la
diversidad de género se consideraron
una im itación inferior de la heterosexualidad
surgida de una deficiencia biológica.
Aunque históricam ente la homosexualidad
y las relaciones sexuales anales se han
criminalizado o considerado antinaturales,
la sexologia conllevó la medicalización, la
patologización y una explicación médica
para presentar la hom osexualidad y la
diversidad de género como fenómenos de
desviación.
La ¡dea de la inversión
tuvo su importancia en
el pensamiento sexológico.
Se creia que la inversión sexual im plicaba una inversión innata de los rasgos
de género: los varones invertidos se inclinaban por las actividades y vestim enta
tradicionalm ente femeninas, y viceversa. Esta visión es evidente en la obra del
destacado sexólogo Henry Havelock Ellis (1859-1939), publicada en siete volúmenes
con el titulo de Studies ¡n the Psychology o fS e x (1897-1928). La inversión, decia,
representaba «el instinto sexual hacia personas del mismo sexo producido
por una anomalía constitucional innata». En una linea similar, el sexólogo Richard
von Krafft-Ebing (1840-1902) describió la homosexualidad en Psychopathia Sexualis
(1898) como resultado de la inversión sexual femenina, «el alma m asculina alzándose
en el pecho femenino». En los albores de la sexología, se consideraba que el género
y la sexualidad guardaban una estrecha relación: el homosexual masculino era
artístico y afeminado; la lesbiana, artística y varonil.
El concepto de inversión sexual se hizo
evidente en las representaciones culturales,
como demuestra el ejemplo de The Well
of Loneliness (El pozo de la soledad, 1928)
de Radclyffe Hall (1880-1943).
O
Al novelista, poeta y dram aturgo Irlandés O scar W iide
8
C
R adclyffe Hall con Una Vincenzo, lady Troubridge, en
lo condenaron en Lon dres en 1805 por sodom ía
1927. H all y Troubridge vivieron Juntos com o pareja
y k>encarcelaron despu és de que se hicieran p ú b lica s
en Londres e East Sussex. A H all se le co n o ció sobre todo
la s ca rta s a su am ante varón. Cum plió diez artos
por su novela sem iau toblográfica El pozo de la so/edad,
de trabajos forzados en la prisió n de Readlng.
donde representó la inversión sexual, una m ezcla
A utorretrato (1928) de Claude Cahun.
decim on ón ica de Identidades tran s y hom osexuales.
La novela narra la historia del invertido Stephen Gordon: asignada
niña al nacer, anhela ser un niño y se convierte en un personaje
más andrógino o neutral en cuanto al género según va envejeciendo,
y desarrolla también una relación sentimental con una mujer, Mary.
Como se describe en la novela, Stephen «odiaba su cuerpo por sus
musculosos hombros, sus pequeños y com pactos senos y sus esbeltos
costados de deportista. Habrá de arrastrar su cuerpo durante toda la vida
como un monstruoso grillete impuesto a su espíritu». El prefacio corrió
a cargo de Havelock Ellis: «Es la primera novela inglesa que presenta,
de una forma totalm ente fiel y sin concesiones, un aspecto concreto de
la vida sexual tal y como se da entre nosotros en la actualidad».
En la novela puede apreciarse la influencia
de la sexología en dos aspectos clave: en primer
lugar, en la ¡dea de la lesbiana como un ser
invertido; en segundo lugar, en la forma en que
el género y la sexualidad estaban unidos.
Durante esta época, las obras sexológicas y las form as culturales
relacionadas con prácticas no heterosexuales o de género diverso
se consideraron obscenas y se procesaron bajo la Ley de Publicaciones
Obscenas de 1857. Al publicarse, El pozo de la soledad se prohibió
en Gran Bretaña en virtud de dicha ley, según declaró el juez en el juicio:
«No me cabe duda de que es una difam ación obscena, que tendería
a corromper a aquellos en cuyas manos debería caer, y que la publicación
de este libro es una ofensa a la decencia pública [_.]».
Invertido es un térm ino
desarrollado en los
prim eros estudios
sexológlcos para
referirse a hom bres
homosexuales o mujeres
lesbianas. Al presentar
la hom osexualidad
com o una Inversión
Interna de lo s r
de género externos de
las personas, el térm ino
confunde el género con
la sexualidad.
Aunque las prácticas de género diverso
no estaban sujetas a regulación legal
en aquella época, la diversidad de
género se incorporó a lo que Foucault
conceptualizó como la medicalización
de lo sexualmente peculiar.
Aunque las prácticas del travestismo
y las expresiones cross-gender existen
desde hace mucho tiempo, los estudios
médicos no acuñaron el término travestismo
hasta 1910, mientras que transexualidad
comenzó a usarse en 1950.
El sexólogo Magnus Hirschfeld (1868-1935) clasificó
la práctica del travestismo en su influyente estudio
7ransvesf/tes(1910): en él, definió el travestismo
como «el impulso de asumir la vestimenta externa
o
O
-i
3
<
O
A
0 destacado sexólogo M agnus
H lrschfeid, fotografiado co n su
pareja en una fiesta en el Institut
fü r S exualw issenschaft. H lrsch feid.
con bigote y gafas, es el segundo
por la derecha; su pareja, com isarlo
del m useo Kart G iese. le da la mano.
B
Durante la s décadas de 1930
y 1940. tas m ujeres trans y los
hom bres travestidos fueron
objeto de frecuen tes arrestos
por hom osexualidad. Esta im agen
es obra del fotógrafo neoyorquino
W eegee.
B
de un sexo que no es aparentemente el del sujeto tal
y como indican sus órganos sexuales». Havelock Ellis
también propuso argumentos contra la correlación
predominante entre el deseo homosexual
y el travestismo.
El travestismo y las prácticas
vitales cross-gender se
convirtieron en el centro de
la intervención médica,
de naturaleza tanto diagnóstica
como terapéutica.
*
<
x¡
t/>
m
Como se ha visto en capítulos anteriores, los individuos
de género diverso o intersexuales pueden tener un papel
religioso excepcional que desempeñar en, entre otras,
la cultura india y en algunas culturas tribales de los
nativos norteamericanos.
°
s
La mitología de la Antigua Grecia también
cuenta con numerosas referencias a la androginia,
las prácticas cross-gendery la ¡ntersexualidad; por
ejemplo, en las representaciones del dios Afrodito
—una encarnación de Afrodita, de representación
más habitual—, se le muestra con senos y pene.
Varias fuentes contemporáneas afirman que,
durante los sacrificios a Afrodito, los hombres
y las mujeres intercambiaban la ropa y los roles
de género.
Al margen del mundo de la religión, la historia del travestismo en el teatro
se remonta al menos a la Antigua Grecia, donde los actores varones
interpretaban tanto los papeles masculinos como los femeninos. Tanto en el
teatro japonés kabuki como en la ópera china de la Dinastía Yuan actuaban
travestís. Lo mismo ocurría en la Inglaterra renacentista; varias de las obras
de Shakespeare, entre ellas The M erchant o f Venice (El mercader de Venecia),
As You Like lt(Com o gustéis) y Twelfth Night(Noche de Reyes), aprovechan
el recurso para presentar a personajes femeninos (interpretados por actores
masculinos) vestidos de hombres, lo que constituye un doble engaño.
Un siglo después de Shakespeare, en la década de 1700, era común
que los hombres de clase alta llevaran ropas muy ornamentadas, pelucas,
maquillaje y joyas. Tales ornamentos no eran indicativo de homosexualidad,
como sucedería más adelante, sino de riqueza y prestigio.
de características consideradas
m asculinas y otras consideradas
fem eninas. El térm ino suele
em plearse para hacer referencia
a personas o cosas sin género,
de género mixto o am biguo.
A
En este retrato japonas da dos actores
de kabuKi de la década de 1890 —uno
interpreta a una mujer y e l otro a un
sam urái—, am bas figu ras llevan m aquillaje
y estén muy adornadas. Tradicionalm ente,
en el teatro kabuki tanto lo s papeles
m asculinos com o lo s fem eninos los
interpretan hom bres.
B
Esta obra de R ichard Frederlck P icke rsg ill.
pintor e ilustrad or b ritán ico del sig lo nx,
representa al duque O ralno y a su am ante
V iola (disfrazada de nUSo). de la com edla
de Shakespeare titu la d a Noche de
Reyes. En la Inglaterra renacentista
era habitual que lo s actores m asculinos
interpretaran papeles fem eninos;
adem ás, el travestism o de V iola perm itía
una capa ad icio n al de enredos.
También hay casos históricos de mujeres que
se travistieron y vivieron como hombres para
acceder a cargos o pasatiempos masculinos
vetados a las mujeres.
LA
D IVERSID AD
DE
GÉNERO
91
Un ejemplo bien conocido (pero posiblemente
apócrifo) es el de Hua Muían, en el norte de China,
de quien se dice que se vistió de hombre para
evitar el reclutamiento de su anciano padre.
En Gran Bretaña, Hannah Snell (1723-1792) se alistó
en los Royal Marines con el nombre de James Gray
y luchó como soldado entre 1747 y 1750. Snell dejó
el ejército después que la hirieran y percibió una
pensión militar. A la muerte del músico de jazz
estadounidense Billy Tipton (1914-1989), se supo
que tenia el cuerpo de alguien a quien le habian
asignado el sexo femenino al nacer. Se cree
que Tipton habría decidido al principio de su vida
adulta que tendría más oportunidades y éxito
como hombre que como mujer.
A
Titulada Una travaaura m atutina
o Transmutación da loa sexos
(h. 1780), an asta obra, de artista
desco n o cid o (al e stilo de John
C ollett). se m uestra a un soldado
y una m ujer sin vestir dei todo
despu és de que am bos hayan
Intercam biado la s prendas.
B
Estos dos retratos de L ili Etbe,
de en tom o al arto 1928. se le atribuyen
a su esposa, la a rtista danesa
G erda W egener. En 1930. Elbe
se som etió en s i b erlin és Instttut
fü r Sexualw issensch aft al que se
reconoce com o el prim er ca so de
ciru g ía de reasignación de género.
Tras la cirug ía, supervisada por
el destacado sexólogo M agnus
H lrsch feid, el m atrim onio de Elbe
quedó anulado, ya que la ley no
reco no cía este tip o de unión entre
dos m ujeres.
La sociedad ha contado con espacios de distintas magnitudes para la realización
de estas prácticas. Historiadores de la sexualidad como lan M cCormick han
documentado cómo, durante los siglos xviii y xix, los clubes conocidos como molly
houses(«casas de maricas») proporcionaban un espacio para que los hombres
se vistieran como mujeres. Durante la década de 1920, varios influyentes escritores,
a rtistas y filósofos —entre ellos Virginia W oolf (1882-1941), Radclyffe Hall
y Gluck (1895-1978)— adoptaron un aspecto andrógino y optaron por llevar
la ropa de hombres de clase media de la época: traje, camisa, chaleco,
corbata y zapatos de cuero calado.
„
1
I
s
A partir de la década de 1930,
los avances en la tecnología
médica de Europa occidental
pusieron a disposición lo que
entonces se denominaban
operaciones de cambio de sexo,
lo que conllevó la posibilidad
no solo de vivir y vestirse según
el otro género, sino también
de alterar físicamente el cuerpo.
El térm ino
frsn* procede
de transgénero,
un genérico que
incluye a todas
las personas
de género no
conforme.
La pintora danesa Lili Elbe (1882-1931) fue
una de las primeras mujeres trans conocidas
públicamente que se sometieron a una cirugía
de afirmación de género (como ahora se conoce),
cosa que al principio hizo bajo la supervisión
de Magnus Hirschfeld en Alemania.
Los transexuales
son mujeres
y hom bres que
se som eten a
una transición
de género.
En fechas recientes,
se ha reemplazado
portran8género,
La modificación del cuerpo formaba
parte de cambios más amplios
en la visión de la corporeización
y la identidad de género.
m ientras que
transexual se refiere
de form a especifica
a las personas que
se han som etido
o desean someterse
a una cirugía
de afirm ación de
género.
A medida que el acceso a los procedimientos
quirúrgicos fue haciéndose más accesible en la
década de 1960, se popularizó el térm ino transexual
para hacer referencia a las personas que se sometían
a círugia. Este período tam bién fue testigo del
crecimiento de la investigación estadounidense con
relación a las prácticas transgénero. The Transsexual
Phenomenon(Wbb), de Harry Benjamín (1885-1986);
Sex and Gender(1968), de Robert Stoller (1924-1991);
y Transsexualism and Sex Reass/gnmenf (1969),
de Richard Green (nacido en 1936) y John Money
(1921-2006) son los ejemplos más destacables.
En todos estos textos
aparece la ¡dea de que los
transexuales nacen con
un cuerpo equivocado.
La cirugía se consideró el tratamiento
idóneo, ya que podía adecuar el cuerpo
con la identidad de género. Lo que no cambió
fue la ¡dea de la diversidad de género como
algo patológico.
En Transmen y FT/Ws(1999), el autor transJason Cromwell
describe asi su búsqueda inicial de información sobre
la transición: «La investigación habría de señalar mi error
con respecto a la posibilidad de tom ar hormonas y operarme
a menos que estuviera dispuesto a adm itir que mi mente
estaba enferma (psicosis, neurosis, esquizofrenia y delirios,
asi como perversión, ataques de depresión y paranoia)
y someterme a la mutilación quirúrgica».
A
Protesta
e stud iantil en el
b erlin és Instituí für
Saxuatarissenschaft
de H irsch feid.
En 1933. la Deutsche
S tudentenschaft se
po sicio n ó contra el
e spíritu antialem án.
Los estudiantes
quem aron textos
científico» que creían
que degradaban
la pureza alem ana.
Este hecho prefiguró
e l avance del
nazism o.
0
En 1950. G eorge
Jorgensen
se som etió
a ciru g ía s de
reasignación
de género en
Dinam arca.
La fijación
de lo s m edios de
co m un icación
U
por el antes y el
después perdura
en la actualidad.
B
Pese a los importantes cambios en la visión
de la sexualidad y del género desde principios del
siglo xx, el modelo que se construyó a través
de la sexología ha sido difícil de modificar.
La ¡dea del género
y la de la sexualidad siguen
estando entrelazadas, y,
en muchas interpretaciones
contemporáneas, la sexualidad
sigue estando conectada
con el género.
LA
D IVERSID AD
DE
GÉNERO
95
Por ejemplo, sociobiólogos como Simón LeVay (nacido
en 1943) proponen la teoría del gen gay, según la cual la
orientación homosexual masculina se debe a las diferencias
en el tamaño de ciertas células del cerebro. Dean Hamer
(nacido en 1951) también propone una teoría genética con un
modelo biológico de conducta sexual que afirm a que los hombres
homosexuales tienen menos cromosomas X que los heterosexuales.
Esta teoría vincula la homosexualidad masculina con facetas
del sexo biológico masculino, lo que im plica que los hombres
homosexuales serían genéticamente más femeninos que
los heterosexuales.
La ¡dea de que los hombres homosexuales
nacen as/tiene acogida en algunos sectores
de la comunidad LGBTQI, que utilizan la teoría
para argumentar en contra de la discriminación.
Sin embargo, son muchos los que
se oponen a un modelo biológico de la
sexualidad, al igual que hay quienes se
oponen al modelo biológico del género.
En las décadas de 1940 y 1950, el sexólogo estadounidense Alfred Kinsey
(1894-1956) publicó el Informe Kinsey, que proponía que la sexualidad está
en un continuo. Decia que, si bien algunas personas se encontraban situadas
claram ente en un extremo (heterosexuales) o en el otro (gais/lesbíanas),
muchas personas estaban en diferentes puntos del continuo (bisexuales).
En Sexual Behaviour in the Human Male (1948), señala que la gente
«no representa dos poblaciones discretas, la heterosexual y la homosexual.
El mundo no puede dividirse en ovejas y cabras. Es básico en taxonomía
que la naturaleza rara vez brinda categorías discretas».
Las investigaciones de las ciencias sociales también
sugieren que la sexualidad es fluida y que las personas
pueden elegir su sexualidad y que, de hecho, lo hacen.
A
Oh! Dr. Kinseyl (1953), de Law rence
B Inform e Kinsey llam ó la
titulado Sexual Behaviour In the Human
Lanar, e s un lib ro de fo to grafías que
atención sobre la frecu en cia de tas
Female se p u b licó en 1948 junto con
Sexual Behaviour In the Human Male.
representa la s reaccio n es có m icas de
relaciones sexuales extrae on yugales.
la s m ujeres a una se rle de preguntas
la s p rá ctica s hom osexuales y la
B conjunto de am bas obras se conoce
que en te o ría se asem ejaban a la s de
in fid elid ad . Am bos textos causaron
por lo general com o Informe Kinsey.
A lfred K insey y su s in vestig adores.
gran im pacto.
El estud io del sexólogo A lfred Kinsey
B
CAPITULO
3
A
•o
o-
En «Sexuality ¡n the Uves of Aging Lesbian and Bisexual Women»,
en Lesbian, Gay, Bisexual and Transgender Ageing(2006), las sociólogas
Linda Garnets y Anne Peplau exponen que la orientación sexual de
las mujeres, en lugar de ser fija, es flexible. Esta, según las investigadoras,
la modelan las experiencias vitales y los factores sociales y culturales
como «la educación de las mujeres, la condición social y el poder,
las oportunidades económ icas y las a ctitudes hacia los roles de las
mujeres». Desde este punto de vista, la identidad, el deseo y las prácticas
sexuales pueden cam biar a lo largo de la vida de las personas, como
la identidad y la experiencia de género.
Puede considerarse que tanto
el género como la sexualidad se
encuentran a lo largo de un espectro,
o tal vez dos espectros separados
pero íntimamente relacionados.
Sin embargo, esta analogía deja fuera
las experiencias de las personas asexuales
o agénero, términos que han ido ganado
vigencia en los últimos años.
LQBTQI son las siglas de «lesbianas, gals,
Las personas asexuales experim entan
bisexuales, transgénero, queer (o questloning,
poco o nada de deseo o atracción
"cuestlonadores") e Intersexuales». Se pueden
sexual, l a asexualIdad, al Igual que la
añadir otras letras o sím bolos para que el
heterosexualldad y la homosexualidad,
térm ino sea más Inclusivo, com o «A. para asexual
es una orientación sexual. Las personas
o agénero, o «*» para reconocer una serle de
asexuadas pueden o no sen tir atracción
posibles identidades y orientaciones sexuales.
sentim ental, qu e no es lo m ism o que
atracción sexual.
Oh! Dr.Kinsey?
A
SEXO
Varón
Intersexual
Hem bra
IDENTIDAD DE GÉNERO
Hom bre/ nlfto
M ujer/ nifta
Transgénero/género queer/dos espíritu*/etc.
EXPRESIÓN DE GÉNERO
Andrógina
M asculina
Fem enina
ORIENTACIÓN SEXUAL
A tracció n por todos/am bos/ninguno
A tracción por la s m ujeres
A tracció n por lo s hom bres
Aunque la orientación asexual probablemente
no tenga nada de nuevo, Internet ha permitido
el desarrollo de comunidades asexuales, la más
grande de las cuales es la Asexual Visibility and
Education Network, fundada en 2001, que tiene
entre sus principales objetivos «crear aceptación
y discusión pública sobre la asexualidad y facilitar
el crecimiento de una comunidad asexual».
Como tal, algunos miembros de la comunidad
asexual pugnan por que se añada la letra A a las
siglas LGBTQI para hacer visible la asexualidad
como una identidad sexual.
Del mismo modo, los que
emplean el término agénero
lo hacen para indicar que no
sienten que tengan ninguna
identidad de género.
A
Alt red Kinsey
• un género binario,
com o una se rie de
in d icó que en lugar
lo que im plica que los
p o sib ilid a d es que
o
de representar
géneros no binarios
pueden superponerse
3
un binario de
se encuentran entre
o in teractuar entre si,
hom osexualidad versus
lo s dos polos del
y no com o un m odeio
heterosexualidad, la
hom bre y la mujer.
binario de hom bre
Esta figu ra no
y mujer.
-I
sexualidad hum ana
B
operaba en un espectro
lineal representa la
que hace referencia
id en tid ad de género
C
Esta figu ra m uestra
algunas posibles
relacio n es entre el
sexo y la sexualidad.
Incluidas variaciones
entre hom bres,
m ujeres e intersexuales.
Sin em bargo, no alude
a
B
1
2
3
4
C
Genero ftu«do ogenero
Incierto o egéne<o/genero fluido rr>eecuílno/genero qu& or
Incierto o eg énero/genero fluido fem e nin o/genero gueer
Genero flu id o «genero
E L S E X O D E L A P E R S O N A N O S E E S P E C IF IC A
1 IntersexueJ gínecofiHco
2 kitereexuel androf»l*co
Cuando incluimos las identidades agénero y asexuales, que
por su definición están fuera del espectro, asi como identidades
como género fluido y genderflux, tiene más sentido pensar
tanto en la identidad de género como en la orientación sexual
como en la combinación de rasgos que pueden variar entre
una persona y otra. Hay rasgos individuales que pueden ser
más femeninos, más masculinos o ninguna de estas categorías;
o más heterosexuales, más homosexuales o ninguna de
estas categorías. Una persona puede tener muchos rasgos
relacionados con el género que sean más masculinos pero
algunos que sean más femeninos (o viceversa), un equilibrio
parejo o muchos rasgos neutrales en cuanto al género,
asi como rasgos asociados con la sexualidad. Estos rasgos
forman la identidad de género y la orientación sexual.
Cuando se comprenda esta cuestión, las combinaciones
posibles tal vez nos ayuden a explicar la proliferación
de términos que describen las identidades de género
y las orientaciones sexuales.
LA
D IVERSID AD
DE
G ÉN ERO
A medida que aum enta la conciencia de la complejidad del género,
la idea del género como algo fluido ha pasado a form ar parte de la cultura.
La actriz y cantante Miley Cyrus (nacida en 1992), que habló de la identidad
de género como algo fluido, sostiene lo siguiente: «[En la actualidad] se
puede ser lo que se quiera ser». En una entrevista de 2015 para la revista
Out, explicó su visión: «No me identifico con lo que la gente supone que
define a una niña o a un niño, y creo que eso es lo que tuve que comprender:
lo que odio no es ser una chica, sino el lugar en el que te encajonan».
La actriz Tilda Swinton (nacida en 1960), en una entrevista de
2009 a la revista The Wip, también se resiste a que la definan:
«No sé si podría decir que haya sido realmente una niña, ya
que fui niño durante mucho tiempo. No lo sé; ¿quién sabe? Va
cambiando». La actriz y modelo australiana Ruby Rose (nacida
en 1986) afirmó algo parecido en 2014 en Newscorp: «Me identifico
mucho con el género fluido y me siento más como si me
despertara cada día con una especie de neutralidad de género».
JD Samson (1978), miembro de las bandas Le Tigre y MEN, habla
de ser posgénero y del binario de género fem enino/m asculino
como algo obsoleto. No solo los jóvenes hablan de ello: el cómico
Eddie Izzard (nacido en 1962), por ejemplo, dijo en 2003 para el londinense
Evening Standard que se sentía «un niño completo más m edia niña»;
el artista Grayson Perry (nacido en 1960) aparece a menudo como
su álter ego Claire, y el músico Pete Townshend (nacido en 1945) dijo
lo siguiente en una edición de 1990 del Newsweek-. «Sé lo que se siente
al ser m ujer porque soy una mujer. Y no me clasificaré solo como hombre».
Fuera de Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos, otras personalidades
están articulando identificaciones de género no binarias, incluidas
la modelo brasileña Lea T (nacida en 1981) y el músico y escritor canadiense
Rae Spoon (nacido en 1982).
n
s
i
Pese al creciente
reconocimiento de la
diversidad de género,
puede seguir siendo un tema
controvertido. En particular,
la incomodidad de género entre niños
y niñas es un tema que ha causado
preocupación médica, ganado visibilidad
cultural y provocado debates.
Aunque no todos los niños y niñas se ajustan
a las limitaciones de los estereotipos de género
ni las interiorizan, aquellos que no actúan de acuerdo
con las normas de género pueden ser objeto de
aislamiento por parte de sus compañeros o verse
reprendidos por los profesores o los padres. Esto
puede hacer que los jóvenes tengan una baja
autoestima y se autolesionen o incluso se suiciden.
Según un informe de la organización benéfica
Stonewall, por ejemplo, ocho de cada diez jóvenes
LGBTQ se han autolesionado y han intentado
suicidarse a causa del acoso. También tienen
más probabilidades de acabar en la indigencia.
El m úsico britán ico David B ow ie
en 1971 con su esposa Angle
y su hijo Zow le. de tres sem anas.
Lleva un vestido e stilo Oxford baga,
una cam isa de algodón turco y un
som brero de fieltro. Estas fotografías,
o
muy difund id as y hechas por
Ron Burton, m uestran a am bos padres
d esafian do lo s lim ites de l género.
B
(/>
M
o
Claire, altar ego fem enino de Grayson
Perry, a rtista ganador del prem io
Tumer. en la edició n de 2004 del
The G uardian Hay Festival. Lleva
travistiéndose desde la in fancia
y ha desarrollado expresiones cada
vez m ás extravagantes para Claire.
«Pienso en m is d isfra ces com o en
heraldos de mi subconsciente» , dice.
%
El londinense Gender Identity Development Service (GIDS)
está especializado en asesorar a los niños con
preocupaciones por su género. En 1982, año de su
inauguración, el GIDS tuvo dos consultas. En 2015-2016,
recibió 1400, el doble que el año anterior. De estas, casi
trescientas fueron para niños menores de doce años. En
Canadá, en 2016 se registró un aumento del 6 0 0 % de las
solicitudes presentadas ante el Tribunal de Familia por
jóvenes que querían que se reconociera su sexo como
distinto al que se les había atribuido al nacer. La visibilidad
cultural y el cambio de las actitudes sociales han hecho que
las familias, las escuelas y los propios niños tengan un
mayor conocimiento de la diversidad de género.
En Suecia, por ejemplo, la política contra la discriminación
por motivos de diversidad de género ha dado lugar a la
creación de centros preescolares neutrales desde el punto
de vista del género que adoptan una postura no sexista
en todo lo que en ellos se enseña. No utilizan libros con
estereotipos de género, se alienta a todos los niños a
participar por igual en todas las actividades y el pronombre
sin género hen es tan habitual como he («él») o she («ella»).
Este enfoque cuenta con el apoyo de varios profesionales
especializados en la identidad de género entre los niños,
incluidos los del GIDS. Sin embargo, el intento de reconocer
la diversidad de género entre los niños ha acabado por
producir una enorme controversia.
Desde una perspectiva, los niños son por
naturaleza diversos en cuanto al género;
la sociedad es la que les impone un sistem a
binario. Desde esta posición, el creciente número
de niños y niñas preocupados por el hecho de que
su género sea objeto de consulta en los servicios
de apoyo puede interpretarse como una señal,
muy esperada, de que a los niños y niñas de
género diverso se les está prestando la atención
que necesitan.
En otras palabras: los niños en su
conjunto no se han vuelto más
propensos a ser transgénero, sino que
los niños transgénero ya no sufren en
silencio.
A
E stas fotografías
de niños cross-gender.
E l proyecto arrancó
pertenecen a la serie
De izquierda a derecha:
en 2003, cuando W ong
niftas que se ven en estas
en curso de la fotó grafa
Prin cesa sobra cabalfo
com enzó a seguir a un
fo to g ra fía s nacieron
neerlandesa Sarah W ong
blanco. Chica, Chtco
con traja da baño y Chico.
grupo de nIAos en su
varones, y to do s lo s niftos
búsqueda de una nueva
nacieron m ujeres».
titu lada De/ revés: retratos
identidad. «Todas las
Desde otra perspectiva, existe
un motivo de preocupación.
104
C A P ÍT U L O
Con el argumento de que los niños no pueden comprender
bien estas cuestiones, algunos se oponen ferozmente
a la ¡dea de que a los niños se los pueda identificar como
personas de género diverso. John Whitehall, profesor
de pediatría de la Western Sydney Uníversíty, ha sugerido
que el diagnóstico de dísforia de género equivale al abuso
infantil. Se trata, según dijo en 2016 en Quandrant Online,
de una «descomunal intromisión en las mentes y cuerpos de
los niños». Jeff Mateer, nominado judicial del presidente
Trump, se ha expresado abiertam ente con relación a estos
debates en Estados Unidos y ha llegado a decir que los
niños transgénero forman parte del «plan de Satanás».
Desde los miembros de las comunidades indígenas de
tercer género hasta las de todo el mundo que históricam ente
se han travestido, y desde el desarrollo de tecnologías de
m odificación corporal cross-gender hasta las proclamaciones
de género no binario, en este capitulo se ha demostrado que el
género puede experimentarse de manera diversa y practicarse
con fluidez en lo individual y en lo subjetivo.
Lo que queda claro es que nos refiram os
a lo que nos refiram os al hablar de género
—ya sea el sexo biológico, la representación
de un papel construido socialm ente, una
identidad personal o una com binación
de los tre s —, se tra ta de algo fluido.
El sexo biológico no se limita
al masculino o al femenino.
Los roles de género socializados no son fijos
ni constantes, ni dentro de diferentes épocas
y culturas ni dentro de una misma sociedad en
un momento dado. Las identidades de género
de las personas no son siempre congruentes
con las normas sociales ni permanecen
inalteradas a lo largo de su vida. Cuantos
más son los que toman conciencia de
ello, más crecen el activismo de género
y los movimientos de apoyo. En el capitulo 4
abordaremos estos casos de agencia colectiva
e individual con enfoque de género.
Disforla de género es
un térm ino médico que
se utiliza para alud ir
a la experiencia de sentir
que ia identidad em ocional
y corporal de una persona
es diferente de la que
se le asignó al nacer.
A
El autobús p o r la liberta d de
expresión antltrans realizó
una gira por Estados Unidos en
2017, pero se topó con gestos
de o po sición tales com o que
le pintaran g ra fitis protrans
a su llegada a Nueva York.
B
/am Jazz (Soy Jazz; 2015). de
Je ssica Herthel. ea un libro para
niftos sobre ser transgénero
que se basa en la s experiencias
vítales de Jazz Jenn ings, quien
hizo la transición cuando era nifto.
La Declaración da los
derechos de la mujer
y de la ciudadana as
un panfleto escrito
por Olympe de Gouges
en 1791. Se basó en
la Declaración de
loa Derechos del Hombre
y del Ciudadano, la
Innovadora declaración
de los derechos civiles
adoptada por la Asamblea
Nacional Constituyente,
para exponer la
Incapacidad de la
.a
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~
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*
Revolución francesa
/♦.*
j.
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-
para reconocer los
>*•*<«•/.
derechos de la mujer.
j »V-
’ i .*««*• >.
A
En cierto sentido, el activismo
de género ha existido desde
que existe la diversidad
de género.
Muchos de los casos de diversidad
de género mencionados en los capítulos
anteriores involucran a individuos
o comunidades que abogan por el derecho
a la autoidentificación de género.
o
_»
3
<
ú
Sin em bargo, la mayoría de los
m ovim ientos del activism o de género
actuales surgen del desarrollo del feminismo
m oderno (en Europa y Estados Unidos,
desde finales del siglo xvm) y del movim iento
moderno por los derechos trans (a finales
del siglo xix, estrecham ente relacionado
con los prim eros movim ientos por los
derechos LGBTQ a través de la sexología).
A finales del siglo x v iii, mujeres como Mary W ollstonecraft (véase capitulo 1)
y Olympe de Gouges (1748-1793) comenzaron a abogar por la igualdad de la
mujer con relación al hombre. De Gouges, cuya Declaración de los derechos de
la m ujer y de la ciudadana se publicó en 1791 —un año antes que Vindicación
de los derechos de la mujer, de W ollstonecraft— les pidió a los hombres que
examinaran «las características sexuales en el funcionamiento de la naturaleza:
dondequiera que se encuentren mezclados, dondequiera que cooperen
armoniosamente [_.]». Fue una prolifica escritora que consideró los derechos
de la mujer como parte del conjunto general de los derechos humanos naturales.
Incluso en los primeros días de
su versión moderna, el activismo
de género no se limitó a las
acciones de las mujeres blancas
de clase alta en Occidente.
La ¡nterseccionalidad fue de especial importancia
para la escritura feminista negra y poscolonial
en la teorización de las intersecciones de género
y raza. Las feministas negras llamaron la atención
sobre las formas en que las mujeres negras sufren
discriminación en, por ejemplo, el lugar de trabajo
por motivos de raza y género. Durante los inicios
del feminismo, muchas activistas mantuvieron vínculos
con movimientos antiesclavistas y por la justicia social.
a Club patriótico
a l régim en republicano
B
E stos m edallones
La Inscripción reza:
de m u je r** (1771), d«
y hacer cam parte por
lo s disertó W llliam
•¿Es que no soy un
Jean-B aptiste Lesueur.
lo s m ism os derech os
H ackw ood de
hom bre y un herm ano?».
D» 1791a 1793. las
p o lítico s que lo s
W edgew ood en 1787
Estos m edallones
m ujeres francesas
hom bres. Se la s m uestra
para que lo s distribuyera
se convirtieron
form aron grupos com o el
donando m onedas
el m ovim iento
en em blem as del
aquí d escrito para apoyar
para apoyar la causa.
ant ie sclsvlsta.
abolicionism o.
A
La a ctivista
contra la esclavitud
y por lo s derechos de
tas m ujeres Sojoum er
Truth posó para varios
retratos que llevaban
el lem a -V andola
som bra para apoyar
la sustancia*. Afirm aron
su co n d ició n de mular
libra y que controla
au Imagen.
B
En esta tarjeta de
visita puede verse a
la ab o licio n ista Harriet
Tubm an de joven
durante la Guerra CIvH,
entre 1868 y 1869.
C
Beulah Faith fue
una exvendedora
de unos grandes
alm acenes. Aquí figura
fresando herram ientas
en un tom o para
C onsolidated A lrcraft
C orp. en Fort W orth.
Texaa. en 1942.
A
B
El caso histórico de Sojoum er Truth saca
a la luz la form a en la que el género y la raza
se entrecruzan y producen desventajas.
110
C A P IT U L O
Pronunció su discurso «¿Es que no soy una mujer?» en Ohio,
en mayo de 1851: «Ese hombre de allí dice que las mujeres
necesitan que las ayuden a subir a los carruajes, que las alcen
sobre las zanjas y que tengan el mejor lugar en todas partes.
¡Nadie me ayuda nunca a subir a los carruajes, a pasar sobre
los charcos de barro ni me concede el mejor lugar! ¿Es que no soy
una mujer? ¡Miradme! ¡Miradme el brazo! He arado y plantado,
y he recogido la cosecha en graneros, iy ningún hombre podría
dirigirme! ¿Es que no soy una mujer? Podía trabajar y comer
tanto com o un hombre —cuando conseguía com ida—,
iy también soportar el látigo! ¿Es que no soy una mujer?
He tenido trece hijos y he visto cómo los vendían a la mayoría
de ellos como esclavos, y cuando grité con mi dolor de madre,
¡nadie sino Jesús me escuchó!¿Es que no soy una mujer?».
Truth reivindica su identidad de género mediante
la repetición de la pregunta retórica «¿Es que no soy
una mujer?». Sin embargo, señala que los hombres
y las mujeres blancos no la ven como un símbolo
de la mujer.
Como señalan las sociólogas Gail Lewis y Ann Phoenix
en Race, Ethnicity and Identity (2004), «[El] breve
discurso [de Truth] desafió con fuerza el pensamiento
esencialista de que las mujeres son necesariamente
más débiles que los hombres, y que las m ujeres negras
esclavizadas no eran mujeres reales».
Gracias al activism o de m ujeres com o Truth
y Harriet Tubman (h. 1822-1913), el movim iento
sufragista en Europa y N orteam érica desafió
la exclusión de las m ujeres del registro electoral
a finales del siglo xix y principios del xx.
Las ¡deas sobre los roles de género apropiados fluctuaron
durante ambas guerras mundiales, ya que hizo falta
que las mujeres trabajaran en la industria y en oficios
manuales para llenar los vacíos que habían dejado
los hombres reclutados para el servicio militar. Aunque
se esperaba que las mujeres regresaran al ámbito doméstico
en tiempos de paz, la experiencia de la independencia
de las mujeres durante las dos guerras inició un proceso de
cambio a través del cual comenzó a desentrañarse la rigidez
de los roles de género y la idea de lo que es el género.
En Gran Bretaña, la mujer logró el derecho a votar
a los veintiún años en 1928.
c
Sojoumer Truth
(h. 17*77-1883) es el
nom bre adoptado
por una mujer
nacida en Nueva York
que escapó de la
esclavitud antes de
que la em ancipación
obligatoria se
convirtiera en ley
en el estado en 1828.
Desem peñó un
im portante papel en
el m ovim iento por los
derechos de la mujer.
Este periodo, durante el cual se
centró la atención en la igualdad de
los derechos contractuales y civiles,
a menudo se conoce como feminismo
de prim era ola, y se le atribuye el
impulso del desarrollo del feminismo de
segunda ola, a finales de las décadas
de 1960 y 1970, en Gran Bretaña
y Estados Unidos. El activismo gozó
de una gran difusión durante esta
época. En Estados Unidos, grupos
como la National Organizaron for
Women, la National Association
for the Repeal of Abortion Laws
y el Combahee River Collective
se centraron en los derechos
matrimoniales y reproductivos,
la familia, la igualdad en el lugar de
trabajo, la sexualidad y la eliminación
de la violencia contra la mujer.
El feminismo de primera ola
son lea m ovim ientos fem inistas
organizados del siglo m. y comienzos
del xx. D ichos m ovim ientos se
centraron a m enudo en cuestiones
legales com o el sufragio (el derecho
al voto) y el derecho de la m ujer
a ten er propiedades, divorciarse
y aspirar a la custodia de loe hijos.
El feminismo de segunda ola
abarca el período com prendido
entre finales de la década de 1960
y com ienzos de la de 1080. durante
el cual se am plió el enfoque para
Incluir las desigualdades de facto,
la sexualidad y los derechos
reproductivos.
H Combahee Rtver Collective lú e un
grupo de fem inistas negras, m uchas
de ellas lesbianas, que denunciaron
el racism o en el movim iento fem inista
blanco. El g rupo estuvo activo de 1974
a 1980. Redactaron la declaración del
C ombahee Rlver Collective, uno de los
prim eros d o cum en tos en p e d ir un
enfoque Intersecclonal para abordar
la opresión.
C U K N E U
Dccr
hamburger
STEAK
ItfOUTlOM «■*
Junto con el fem inism o de
segunda ola, las organizaciones
y las publicaciones que
congregaban a las personas
LGBTQ y se centraban en sus
derechos comenzaron a llegar
a un público más amplio.
Loulse Lawrence (1912-1976)
fue una m ujer transgénero
pionera. Vivió a tiem po
com pleto com o m ujer desde
prin cip io s de la dé cada
de 1940 y reunió una
am plia red de travestís
y transexuales. También
ayudó a investigadores
com o Alfred Kinsey y
Harry Benjamín.
Transvestia fue una revista
independiente dirigida
a travestís heterosexuales
Dos de las pioneras de Estados Unidos fueron
Louise Lawrence, que mantuvo correspondencia
con personas transgénero de Europa y Estados
Unidos durante la década de 1950, y Virginia
Prince (1912-2009), que en 1960 fundó la influyente
revista Transvestia; teóricos tales como Susan
Stryker (nacida en 1961) consideran que la versión
anterior de esta publicación, Transvestia: The
Journal o f the American Society for Equality
in Dress (1952), representa el comienzo del
movimiento en Estados Unidos. En 1969, los
activistas transgénero desempeñaron un papel
clave en los disturbios de Stonewall, Nueva York,
que ayudaron a concienciar sobre los derechos
LGBTQ; en los años posteriores a Stonewall,
el número de organizaciones activistas fue
en aumento.
A
Durante esta m anifestación por toe derechos reproductivo*
en Plttsburgh, Pensilvania. en 1974. se expresaron opiniones
opuestas sobre el aborto. La m an ifestación se produjo tras
la decisió n de la C orte Suprem a en e i caso de Roe co n tra W ade.
en 1973, para perm itir ef aborto selectivo.
B
Según una edició n de 1963, la revista Transvestia estaba
dedicada a las necesidad es del individuo sexualm ente
norma] que bu sca expresar su otro lado.
y p u blicada en la década
de 1960 por la activista
transgénero V irginia Prince.
Los lectores podían enviar
sus p ropias historias
y fotografías para que
se publicasen.
Los disturbios de Stonewall
fueron un a serle de protestas
y enfrentam ientos violentos
entre la policía y m iem bros
de la com unida d LGBT
en 1969. D esencadenados
por una redada policial
en el neoyorquino Stonewall
Inn, fueron un catalizador
del activismo.
Aunque el hashtag
» M o T o o lo creó en 2006
la activista Tarana Burke
(nacida en 1973), cobró
Im portancia en 2017
com o respuesta a las
num erosas acusaciones
de abusos sexuales
por parte del productor
Harvey Welnstein.
M illones de m ujeres
y hom bres utilizaron
el hashtag en las redes
sociales para revelar
que habían sido
victim as de abuso
o acoso sexual.
A lo largo de las últimas décadas del siglo xx,
los grupos feministas y LGBTQ promovieron
un cambio de perspectiva destinado a ver el género
como una construcción social flexible y mutable,
en lugar de entenderlo como algo biológicamente innato.
Problematizar la idea de que los roles de género son fijos
fue importante para los movimientos feministas, ya que
cuestiona la teoría de que la desigualdad entre hombres
y mujeres está de alguna manera predeterminada, y para
muchos grupos LGBTQ, puesto que da pie a la existencia
de roles de género y orientaciones sexuales al margen de
las normas del cisgénero y la heterosexualídad.
«
1
0
o.
a
El activism o continuó en gran medida
sin cesar durante la segunda mitad
del siglo xx, y al fem inism o de segunda
ola le siguió de cerca una tercera ola,
más diversa, durante las décadas de
1990 y 2000. En Occidente, los recientes
m ovim ientos fe m in ista s (a veces
denom inados fem inism o de cuarta
ola) han seguido diversificándose.
A
Kathleen Hanna.
de la banda punk
estadounidense B ikini
K ill, actuando en el
M acondo, Los Ángeles,
en 1993. A B ikini K ill
se io s suele cita r com o
Virgm M a ry please get rid of Putin
pioneros del m ovim iento
Riot G rrrl y son muy
co no cid os por sus
letras explícitam ente
fem inistas.
B
La artista conceptu al
rusa N adezhda
Tolokónnikova
actuando co n su
banda, Pussy Riot. en
2017 en Houston, Texas.
El grupo, que com enzó
com o un m ovim iento
de gu errilla, cuenta con
una alineación variable
y hace im provisadas
presen taciones pú blicas
con tem as p o lítico s.
••
Iniciativas como la cam paña #MeToo se han
centrado en la violencia y el acoso sexual
y han puesto de m anifiesto el desequilibrio en
la dinám ica de poder entre hombres y mujeres,
sobre todo en el ám bito profesional. Esto guarda
relación con los servicios para el cuidado de
los hijos y la adopción de condiciones de trabajo
flexibles tanto para mujeres com o para hombres
con el fin de garantizar una mayor igualdad
en el lugar de trabajo.
EL
ACTIVISM O
DE
GÉNERO
1 15
Las campañas cuestionan
los estereotipos que siguen
definiendo el cuidado de
los niños y el trabajo doméstico
como trabajo de las mujeres ,
y que hacen que este sea
inherentemente menos
valioso.
Esta devaluación de la feminidad dificulta que las mujeres
que asumen roles tradicionales de género reclamen un
estatus igual al de los hombres y que los hombres asuman
roles tradicionalmente femeninos o muestren características
femeninas sin que se perciba una pérdida de estatus.
Los estereotipos de género también les crean problemas a las mujeres
profesionales. Paula Parfitt, especialista gestión y selección, habla de
un sesgo en los procesos de selección en 2015: «Sabemos que a las
candidatas se las suele juzgar por su experiencia, m ientras que
a los candidatos se los evalúa por su potencial, y que los entrevistadores
tienen más probabilidades de preguntarles a las m ujeres que a los
hombres sobre su capacidad para conciliar la vida laboral y familiar».
Las expectativas de género sobre
el trabajo dom éstico, así como
sobre el empleo en la esfera pública,
están cam biando en muchos países.
116
CAPÍTULO
4
Las campañas —muchas de ellas feministas— dirigidas
a garantizar que el cuidado de los niños también sea
responsabilidad del padre han dado lugar a disposiciones
legales sobre los permisos de paternidad y maternidad.
B
A
La em presa sueca Top-Toy producá
juguetes neutros que desafian
lo s estereotipos de género en los
ju eg os in fan tllea. Su catálo g o
presenta im ágenes de nirtos jugando
con juguetes tradicionalm ente
asociad os aJ sexo opuesto.
B
E stas etiquetas neutras en cuanto
al género la s diserto C harlie Smtth
D esign para una linea de ropa sin
género de la em presa británica
John Lew is. John Lew is se co nvirtió
en 2017 en la prim era tien de en
elim inar la s m arcas de género
con el fin de desafiar lo s estereotipos
de género en la ropa in fantil.
En Suecia, por ejemplo, los nuevos padres tienen tres meses de permiso de
paternidad, mientras que en Gran Bretaña es de solo dos semanas. En Japón,
tanto la madre como el padre tienen derecho a un año de baja remunerada.
Con todo, las políticas para fom entar una mayor igualdad de género no siempre
funcionan debido a la persistencia de ideas culturales sobre los roles y estereotipos de
género. Por ejemplo, en Japón, menos del 2 % de los hombres emplean el año completo
de permiso de paternidad que se les ofrece. Estados Unidos es uno de los pocos
paises del mundo desarrollado que no cuenta con ningún permiso legal de maternidad
o paternidad. Por lo tanto, los servicios gubernamentales para el cuidado infantil
por parte de madres y padres son un tema prioritario en la agenda de los movimientos
feministas de dicha nación.
Las cam pañas fem inistas tam bién
han procurado desafiar los estereotipos
de género proporcionando a los niños
juguetes o ropa sin género, y la situación
del m ercado está em pezando a cambiar.
EL
ACTIVISM O
DE
GÉNERO
1 17
La cam paña Pinkstinks («el rosa apesta») aborda el
estereotipo de que las niñas solo desean ropa o juguetes
de color rosa. El estudio que han hecho los grandes
almacenes británicos John Lewis sobre los cambios
en el mercado los ha llevado a eliminar las etiquetas
de género de la ropa infantil. Estos ejemplos son
importantes porque exponen cómo los cambios en
la visión del género —en este caso, lejos de los rígidos
estereotipos de género en la infancia— pueden
tener un gran impacto en cómo se vive el género.
La mutilación genital
femenina (MGF)
son todos aquellos
procedim ientos que
alteran o lesionan de
form a deliberada los
genitales fem eninos por
razones extramédicas.
Puede im plica r la
extirpación parcial
o total del clitorls
y el estrecham iento
de la ab ertura vaginal
m ediante sutu ra o
sellado. Se tra ta de una
tra dición de algunas
culturas.
Estos ejemplos también dejan ver que las formas tradicionales de entender
el género cuentan con una fuerte defensa. Por ejemplo, la decisión de
John Lewis de exponer ropa infantil neutral en cuanto al género provocó una
oleada de voces disidentes en las redes sociales: «Solo existen dos sexos,
el masculino y el femenino», tuiteó un cliente enojado, m ientras que otro
declaró: «Mi hijo es un niño y se vestirá como tal: camisetas de rugbi, polos,
vaqueros, zapatillas deportivas, etc.». Al producirse cambios en el género, se
establecen limites en defensa de los roles y prácticas tradicionales de género.
La visión del género es, com o hemos
visto, específica de cada cultura,
y las preocupaciones del feminismo occidental
no son siempre globales. Hay quienes han
cuestionado la idea del feminismo global con
el argum ento de que el enfoque universal de
las cuestiones de la m ujer tiene el problema
de basarse en teorías procedentes de regiones
con un mayor desarrollo económico.
Como explica la activista Shweta Singh en «Transgression
into “Hidden” Feminisn: Immigrant Muslim Women from India»,
en Feminism and Migration (2012), abogar a escala mundial
por los derechos de las mujeres o por cambios en los roles
de género resulta problemático «tanto porque la sociedad es
colectivista como porque las propias mujeres se identifican con
las preocupaciones grupales de la familia y la comunidad, y no
solo con la feminidad o la hermandad». En 2003, la escritora
feminista Chandra Talpade Mohanty (nacida en 1955) criticó
el feminismo occidental por construir una categoría homogénea
de mujeres del Tercer Mundo. Esta categoría, según la autora,
pasa por alto las diferencias entre las mujeres de los países
menos desarrollados económicamente y no da voz a las mujeres
que se enfrentan a diferentes luchas surgidas en torno a la
historia, la geografía y la cultura, problema este que el feminismo
interseccional pretende abordar (véase capitulo 3).
M an ifestación de m ujeres
el 21 de enero de 2017, el
día después de la tom a de
posesión de Dortaid Trump.
Unas 470 000 m anifestantes
protestaron contra el
im pacto de la presidencia
de Trump en lo s derechos de
la s m ulares. La pan carta
seAaJa la m arginaclón
de la s m ujeres negras en
el m ovim iento fem inista.
Sem ertan Ja n etPe re
leyendo en un aula del
Tasaru Safehouse for G irís de
Tasaru. en Narok. Kenia. que
se inauguró para proteger
a niftas que huían de la M G F
o del m atrim onio.
Los temas centrales de esta cuestión se relacionan
con las prácticas religiosas y las tradiciones
culturales, incluidos el uso del velo, las costumbres
matrimoniales, el trabajo sexual y la práctica
de la mutilación genital, relevantes en los roles de
género de distintos paises. La cam paña Stop FGM
IMow!, encabezada por Waris Dirie (nacida en 1965),
es un movimiento internacional contra la m utilación
genital femenina. Sin embargo, otras feministas,
como Fuambai Sia Ahmadu (nacida hacia 1969),
han defendido la necesidad de comprender la fe
y la tradición y de que las cam pañas las dirijan las
propias mujeres locales.
Feministas radicales
transexclusionlstas (TERF.
por sus siglas en inglés:
trans-exclusionary radical
feminista) es un térm ino
que hace referencia a una
pequeña ram a del m ovim iento
fem inista qu e desea excluir
a las m ujeres tra ns del fem inism o
y negarles la en trad a a los
espacios de las mujeres.
A
M iem bros del grupo activ ista Fem en
se m anifiestan en la m ezquita m ás
antigua de B erlín, la Wilmeradorfwr
Moschee. en 2013. Bajo el lem a «Día
Internacional de la Ylhad en to p le s»,
protestaron en nom bre de la activista
tu necina Am ina Tyter, am enazada
de m uerte tras haber pu b licad o en
Internet fo to grafías de e lla misma
en toples.
B
El grupo M uslim W om en A gainst
Fem en llevó a cabo una protesta.
-P or nosotras, com o m ujeres
m usulm anas, y por la s que nos
apoyan, le s decim os a Fem en
y a su s partidario s que su s accion es
son contrap roducentes y que nosotras,
com o m usulm anas, nos oponem os
a ellas», explicaron.
El uso del velo produce debates parecidos. Desde una
perspectiva feminista, el velo es un símbolo del control
masculino sobre el cuerpo de la mujer; desde otra,
es una decisión autónoma y una forma de resistencia
a los valores occidentales, lo que hace de él un emblema
del orgullo cultural más que una marca del poder masculino.
•»
3
s
h
Con relación a lo que llama obsesión por la ropa de las discusiones
fem inistas y liberales occidentales sobre el velo, el periodista Faisal
al Yafai escribió lo siguiente en The Guardian (2008): «El velo parece
ser un auténtico punto ciego para algunas personas, incluso para
las fem inistas occidentales, que parecen infantilizar a las mujeres
que eligen usar el velo, aun cuando argumentan que los hombres han
infantilizado a las m ujeres en otras áreas. La idea de que llevar velo
pueda ser una elección libre y racional parece escapárseles». Cada
vez son más las jóvenes que, como Hanna Yusuf, usan las plataformas
de las redes sociales para bloguear y videobloguear sobre sus
identidades como fem inistas que usan el hiyab.
La interseccionalidad también
aborda el solapamiento entre
el feminismo y el activismo LGBTQ
y entre la teoría trans y la teoría
queer.
El fem inism o ha sido objeto de críticas por no
tener en cuenta las experiencias de quienes
no se adhieren a un modelo binario de género;
algunas teóricas fem inistas —la más célebre
es Janice Raymond (nacida en 1943)—
se oponen de form a activa al m ovim iento por
los derechos trans. Las fem inistas radicales
transexclusionistas, una pequeña sección
de la comunidad fem inista, sostienen que
las m ujeres trans no pueden identificarse
como mujeres de verdad debido al privilegio
inherente a su educación masculina.
EL
ACTIVISM O
DE
GÉNERO
121
Sin embargo, el movimiento
LGBTQ y el feminista tienen
mucho en común: ambos buscan
problematizar y cuestionar las
suposiciones tradicionales sobre
el funcionamiento del género.
122
CAPÍTULO
4
Los escritores trans, sobre
todo a p artir de la década
de 1990, han articu la do
identidades construidas
de form a consciente contra
el modelo binario de género.
Kate Bornstein (nacida en 1948), por ejemplo, en Gender Outlaw(1994),
rechaza toda categorización del sexo sobre la base de los genitales:
«La mayoría de la gente define al hombre por la presencia de un pene
o de alguna forma de pene. Algunos definen a la m ujer por la presencia
de una vagina o de alguna forma de vagina. Sin embargo, no es tan
sencillo. Conozco varias mujeres de San Francisco que tienen pene.
Muchos hombres maravillosos de mi vida tienen vagina. Y hay bastantes
personas cuyos genitales están entre un pene y una vagina». Bornstein
no considera que tenga un cuerpo equivocado ni que form e parte
de un tercer sexo, sino que se tiene, como reza el titulo de su libro,
por una proscrita del género.
En Whipping Girl (2007), la teórica del feminismo trans Julia
Serano (nacida en 1967) sostiene que ta nto la transfobia
como la homofobia están arraigadas en el sexismo de oposición,
que ella contrasta con el sexismo tradicional, que es la idea
de que la feminidad está subordinada a la masculinidad.
La obra de Serano pone de relieve hasta qué punto la teoría
trans puede iluminar temas que afectan a personas de todos
los géneros y subraya las form as en que pueden alinearse el
movimiento por los derechos trans y el movimiento feminista.
Además de cuestionar los conceptos tradicionales
de género, el activismo trans se centra en los
problemas específicos a los que hacen frente
las personas de género diverso de todo el mundo.
El Observatorio de Personas Trans Asesinadas (TMM, por sus siglas en
inglés) proporciona datos globales sobre los asesinatos de personas trans
y de género diverso, para lo que publica estadísticas actualizadas el Dia
Internacional de la Memoria Trans, que se celebra el 20 de noviembre de
cada año. A nivel mundial, se informó de 325 asesinatos de personas trans
y de género diverso solo entre octubre de 2016 y septiem bre de 2017.
Es probable que en los países en los que no se controlan estos datos
haya muchos más asesinatos que no se denuncien. La conmemoración
pública de quienes han perdido la vida ayuda a poner de relieve y condenar
estos crímenes.
La transfobia es el miedo, la
aversión, el prejuicio o la actitud
negativa hacia las personas
transgénero.
El sexismo por oposición es aquel
relacionado con la idea de que
las categorías de hom bre y m ujer
son fijas y opuestas, y que «cada
una posee un conjunto único
y no solapado de atributos,
aptitudes, habilidades y deseos*.
EL
V ig ilia del 24 de octubre de 2014
en la Universidad de la Ciu dad de
M an ila en recuerdo de JennHer Laude,
una mujer trans brutalm ente asesinada.
B
M iem bros de la Iglesia B aptlsta de W estboro
por la hom osexualidad y la Inm oralidad.
La Equallty House («casa de la igualdad»),
GÉNERO
loa actoa terro ristas son s i ca stig o de Dios
DE
m anifestándose en la Zona Caro. Creen que
C
ACTIVISM O
A
en Topeka, Kansas. se encuentra ju sto
enfrente de la Iglesia B autista de W estboro.
hom enaje a la bandera del orgullo gay.
1 23
Está pintada con lo s co lo res del arcoirfs com o
Además del riesgo de sufrir delitos de odio,
las personas trans y de género diverso
se enfrentan a menudo a varios tipos
de discriminación institucional e individual.
Esta discriminación puede ir desde la violencia —incluso
perpetrada por empleados gubernamentales o por la policía—
hasta el misgendeñng, la falta de representación o una
representación errónea en los medios de comunicación
y el riesgo desproporcionadamente alto de verse sin vivienda
ni trabajo. En fechas recientes, los casos más visibles
de discriminación institucional y legal en Estados Unidos
se han centrado en los bathroom bilis y en el derecho
de las personas transgénero a alistarse en el ejército.
Organizaciones tales como Global Action fo r Trans* Equality,
Wipe Out Transphobia y GLAAD, que trabajan para apoyar la causa
de las personas trans, de género diverso e intersexuales, abogan
por la despatologización de todas las identidades de género, por
la creación de marcos legales e institucionales que apoyen los
derechos de todas las personas y por una m ejor educación
y conciencia sobre la diversidad de género. El activism o actual
Mlsgendering es un térm ino que
hace referencia al hecho de referirse
a una persona con un pronom bre
u otro térm ino que no refleje bien
su identidad de género.
Las bathroom billa son leyes que
definen el acceso a los baños públicos
en fun ción del género. Por lo general,
su objetivo es im pedir que las personas
transgénero accedan a los servicios
públicos que se correspondan con
su género afirm ado.
A
El film * Tangerina explora la cu ltu ra urbana trans.
Se ce n tra en dos m ujeres trans. Interpretadas
por a ctrice s trans. que intentan sobrevivir en
la s ca lle s de Los Angeles. La pe lícu la se rodó con
un IPhone 5s y se estrenó en la ed ició n de 2015
del Sundance Film Festival. En lo s últim os ato a ,
la s representaciones m ediáticas de la s experiencias
trans se han vuelto m ás diversas y han recibido
m ás atención por parte del malnatraam cultural.
B
C o ncursantes del RuPaul’a Drag Race: A ll Star*.
Este a p in -o ff del célebre RuPaul's Drag Race
e s un program a de drag queens que com piten
por entrar en e l Drag Race H all o f Fama.
también se produce en lo individual, ya que las redes sociales
y otras actividades en Internet desempeñan un papel importante.
Más allá de esto, cada persona que elige adoptar una agencia
de género contribuye un poco a cam biar las actitudes, ampliar
la aceptación de la diversidad de género y alentar a las personas
y comunidades a cuestionar las normas de género que muchos
han dado por sentadas.
Si bien es necesario reconocer los casos de
violencia y discriminación, el activismo ha dado
pie a un cambio positivo en una serie de ámbitos.
Ha habido un cambio significativo en muchos
países que han dejado de entender el género
como una configuración binaria que solo
reconoce la categoría masculina y la femenina.
Un estudio realizado en 2016 por la British Fawcett
Society reveló que el 68 % de los jóvenes creen
que el género no es binario, mientras que la mitad
de los jóvenes encuestados de Estados Unidos
dijeron que no creen que el género se limite
a las categorías masculina y femenina.
m
>
tr
5
A
TIME
La m odelo. a ctriz y activista trans
Lávem e Cox aparece en la portada
de la revista estadounidense Time
para celebrar un a to dei aum ento
de lo s derech os y la visib ilid ad de
la s personas transgénero.
B
El rapero estadounidense Sean
Com be actúa com o P. Diddy con
fald a esco ce sa en un espectáculo
de la M TV en G lasgow . Escocia,
en 2010. En la s últim as décadas,
THE
TRANSGENDER
TIPPING
POINT
Amenca's next
civil r^n sfrcntie f
la s norm as de género en tom o
a la vestim enta se han relajado
un poco, aunque aún persisten
la s ten d en cias generales en cuanto
a lo que se co n sidera m asculino
y fem enino.
C
E l rapero estadoun idense Kanye
W est actuando co n una fald a
sobre lo s pantalones durante
la g ira W atch The Throne en el
Sprint Canter, Kansas City, en 2011.
A
Los cambios en la visión y en las experiencias de género están
incorporándose al lenguaje cotidiano. Los pronombres personales
no binarios como el singular theyo their son cada vez más
comunes entre los jóvenes anglosajones, y el término genderfluid
entró en el Oxford English D ictionaryen 2016 para definir
a las personas que no se identifican con un único género fijo.
Los aseos de género neutro son habituales en las universidades
británicas, y el presidente de la Cámara de los Comunes,
John Bercow, está presionando para que se instalen baños
sin género en el palacio de Westminster, Londres.
f
a
Los efectos del activismo han
llegado a las ventas al por menor
y los medios de comunicación, y
las representaciones de género
no binario están cada vez más
extendidas.
El popular videojuego Los Sims ha introducido personajes de género diverso,
y el cine y la televisión han retratado a personajes trans en numerosas ocasiones.
Facebook también ha presentado hace poco m últiples opciones de género
para sus usuarios. Empresas tales como JW Anderson, Rick Owens, Zara y H&M
ofertan ropa de género neutro. GFW (Gender Free World) Clothing crea camisas
en tres tallas para cuerpos de diferentes formas en lugar de para diferentes
géneros, y The Butch Clothing Company diseña ropa para mujeres masculinas.
Como reflejo de estos cambios socioculturales
y del enorme aumento de la visibilidad cultural de las
personas que se identifican a través de las categorías
de hombre y mujer, entre ellas o al margen de ellas, la
revista Time anunció un «punto de inflexión transgénero»
en 2014. Un año después, los medios de comunicación
(BBC News, CNN News) tanto británicos como
estadounidenses declararon 2015 Año Transgénero.
En su declaración de fin de año para 2015,
el Financial Times declaró lo siguiente:
«Resumen del año: Trans: la discusión
de género se convierte en un asunto
matizado, fluido y “no binario”».
Se ha consagrado una importante crónica cultural a las
ramificaciones del Año Transgénero entre los jóvenes.
Los informes de los medios de comunicación británicos
y estadounidenses, en The Guardian y Teen Vogue,
por ejemplo, declaran con frecuencia que la generación
de los millenials —o generación Y — está rechazando
las etiquetas y normas tradicionales de género.
Así las cosas, hay muchas pruebas que sugieren
que las identidades y expresiones tradicionales
de género están experimentándose de una manera
menos rígida, sobre todo entre los jóvenes de la
sociedad contemporánea, en particular —aunque
no de forma exclusiva— entre los de Occidente.
En consecuencia, la cuestión de la igualdad
para las personas de género diverso figura
en la agenda política de muchos países, y en los
últimos años hay una mayor protección jurídica
de los derechos de dichas personas.
A
A
Emma W atson (izquierda)
recibe el prem io a le mejor
Interpretación por Baauty and
the Beaat (La bella y la bastía)
de m anos de le actriz no binaria
A sia Kate D illon, de B illions,
en la ed ició n de 2017 de lo s MTV
M ovte & TV Aw erds. celebrada
en e l Shrine Audltorium de
Los Ángeles. El evento fue
sig n ifica tiv o por la Introducción
de unos prem ios de género
B
Le trans W endy iriep a y e l gay
Ignacio Estrada ondean una
bandera del orgullo gey m ientras
pasean en un autom óvil antiguo
por La Habana, Cuba, después
de casarse, el 13 de agosto de
2011. La ciru g ía de reasignación
de género de Iriepa co rrió
a cargo del Estado cubano.
En Gran Bretaña, la Ley de Reconocimiento de Género de 2004 les
concedió a las personas trans el derecho a cam biar el certificado de
nacimiento y a casarse con el género adquirido. Se han promulgado
leyes que reconocen el género adquirido de las personas trans
en Croacia, la República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia,
Alemania, Irlanda, Italia, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal,
Rumania, Suecia y España. Fuera de Europa, se han introducido
leyes para el reconocim iento de las personas trans en Brasil,
Canadá, Colombia, Ecuador, Irán, Japón, Sudáfrica, Uruguay, la India,
Bangladés y Vietnam. En 2012, Argentina fue elogiada como el pais
más trans-fríendly del mundo al declarar que el género oficial de
las personas se puede cam biar sobre la base de la autodeclaración
y no en función de la autoridad de profesionales módicos o legales.
En noviembre de 2017, un tribunal alemán dictaminó que las personas
que no se identifican como hombres ni como mujeres, incluidas
las personas intersexuales, pueden registrarse oficialm ente
como miembros de un tercer género.
Estos debates suscitan
una importante pregunta
sobre el futuro del género:
¿nos encaminamos hacia
un mundo sin géneros?
EL ACTIVISMO
OE GÉNERO
129
Las creencias da base
son ¡deas y suposiciones
m uy arraigadas sobre
nosotros mismos,
los dem ás y cóm o
fun ciona el m u ndo que
nos rodea. Suelen 3 er
subconscientes y puede
costar reconocerlas
y m odificarlas.
Algunas de nuestras creencias de base
más arraigadas y las estructuras más
fundamentales de nuestras culturas
giran en torno al género, lo que hace
que sea una de las principales formas
de clasificarnos unos a otros. Basamos
en el género desde quién tiene que asumir
el cuidado de los niños o los roles de
liderazgo hasta quién tiene que usar ciertas
prendas de vestir, disfrutar de ciertos
pasatiempos o incluso experimentar
ciertos sentimientos.
Pero el género no siempre
resulta ser una base sólida
para tales clasificaciones.
Todas las facetas del género, ya sea en los
aspectos físicos, en el papel social o en la
identidad personal, están sujetas a cambios,
de una sociedad a otra, de una persona
a otra e incluso dentro de la misma persona
en diferentes momentos.
En el capítulo 1 hemos visto las perspectivas biológicas del
género, según las cuales las categorías de hombre y mujer
están determinadas genéticamente y, por lo tanto, son fijas.
Sin embargo, el género biológico es complejo y no siempre se
ajusta de forma discreta a lo masculino o lo femenino. Además,
el género se experimenta y se practica de maneras mucho más
complejas que las que puede explicar el enfoque biológico.
En el capitulo 2 hemos considerado los elementos
de género construidos socíalmente, para lo cual
nos hemos valido de ejemplos diferentes a fin de
demostrar que los roles de género están sujetos a
cambios. Las normas y los valores en torno al género
los crean una serie de factores interrelacíonados,
como la política, la economía, la religión, la fe,
la clase social, la raza y la etnia.
A
El peso pesado
estadounidense
Muham m ad AJI acuna
a su hija Laila después
de vencer a León Spinks
en el cam peonato de 1978.
B
El em barazo no es ningún
M ontano, que espera
para correr en la prim era
ronda de lo s 800 m etros
fem eninos de la edición
de 2014 del Cam peonato
CONCLUSIÓN
obstáculo para Alysia
al Aire U bre de la USATF
Stadlum de Sacram ento.
133
en e l califo m iano Hom et
A
M ujer trans pakistani
celebrando una vig ilia
Junto al cadáver de la
activ ista transgénero
A lish a. ase sin ada por
pistoleros desconocid os
en Peshaw ar en 2016.
En el hospital, no
sabían en qué sala
ub icaría, y esos
retrasos contribuyeron
a su m uerte.
B
Un coflage de hom enajes
a A n gie Zapata, de
d iecio ch o a/Sos de edad,
a la que ase sin ó en 2008
Alien Andrade cuando
se enteró de que era
una mujer trans. Él fue
el prim er condenado
en Estados U nidos por
un crim en contra una
victim a transgénero.
La socialización de género determina la forma
en que cada persona representa su género.
Por lo tanto, los papeles que esperamos que
representen las personas en función de su género
no son constantes.
En el capítulo 3 hemos explorado las prácticas
e identidades de género diverso. Siempre
han existido personas cuyas identidades
de género son diversas, pero que en
función del contexto histórico y cultural,
han recibido distintos apelativos o a quienes
se ha entendido a través de diferentes
modelos científicos y sociales.
z
«
o
S
”
También en el capitulo 3 comenzamos a hablar de los problemas del
modelo binario de género para las personas que se identifican a través,
de las categorías tradicionales de hombre/mujer, entre ellas o al margen de
ellas. Las personas de género diverso de algunos países no occidentales
llevan mucho tiempo integradas en la sociedad, mientras que en otros las
ideas sociales y culturales, las representaciones, las leyes y las políticas
están ampliándose para tener más en cuenta a las personas que viven al
margen del marco binario de género. En consecuencia, hoy en día muchas
personas cuentan con una mayor gama de opciones para expresar
el género, que está en constante evolución.
Pese a los importantes cambios
que se han producido en todo
el mundo en las actitudes sociales,
en la visibilidad cultural y en las
leyes y políticas sobre transexuales,
las personas trans y las de género
no binario siguen encontrando
barreras.
Muchos países aún no han legislado el reconocimiento
de las personas trans, y entre los que sí lo han hecho,
la mayoría mantiene un marco en el que deben tener
certificación como tales de profesionales psiquiátricos.
Lo trans sigue viéndose patologízado en gran parte
del mundo. Las autolesiones y el suicidio entre las
personas trans, sobre todo entre las jóvenes, son
desproporcionadamente mayores que entre las personas
no trans. La discriminación en el lugar de trabajo sigue
estando a la orden del día. Las personas trans se enfrentan
al acoso y a la violencia dentro de su familia y en público.
Los asesinatos de personas trans, en particular de mujeres
negras trans, son numerosos, y a veces se justifican
utilizando la defensa legal del pánico trans.
B
l a defensa del pánico trans
es un recurso legal por el
que el perpetrador de un
delito, por lo general violento,
afirm a ante un trib unal que
perdió el autocontrol a causa
de un pánico provocado por
la Identidad transgénero
se ha utilizado en num erosas
ocasiones en Estados Unidos,
como, por ejem plo, durante
CONCLUSIÓN
de su victim a. Esta defensa
el Juicio por la violación y el
un hom bre trans. en 2003.
135
asesinato de Brandon Teena,
A
La ganadora de la edición
de 2014 del Andrew Logan
Alternativa M ita W orld fue la
a rtista rusa de perform ance
M ias Zero + (Saaha Frolova).
La prim era vez que Logan
d irig ió el certam en fue
en W72; se in spiró en los
concursos caninos de C rufts
y otorga prem ios basados en
la elegancia, la personalidad
y la originalidad. La entrada
ea libre.
B
E l Canal Parada es una de
la s partes m ás destacadas
del Am sterdam Gay Pride.
Ea uno de lo s m ayores
eventos de ioa Países Bajos,
un país co n una gran
ace p tació n so cia l de
la com unidad LGSTQ.
En la Imagen, la s barcazas
anu ncian la unidad y el
o rg ullo de laa com unidades
drag y t rans.
A
Los hombres y m ujeres cisgénero y las personas trans y no binarias
pueden sentir que las expectativas sociales restringen los roles que pueden
representar. A menudo se espera de los hombres que limiten sus expresiones
emocionales, que sustenten económ icam ente a sus familias, que se enfrenten
a la violencia fisica o que incluso la cometan para m antener su estatus social,
y que opten por asum ir com prom isos laborales en lugar de involucrarse
en el cuidado de los hijos. Las m ujeres se enfrentan a una amplia gama de
problemas, desde el elevado riesgo de pobreza, acoso y violencia sexual hasta
la falta de educación, derechos reproductivos y atención m édica adecuada,
pasando por el matrimonio forzado, la discrim inación en el lugar de trabajo
y la brecha salarial.
136
CONCLUSIÓN
Como hemos visto en el capitulo 4,
el activismo y las campañas de feministas,
igualitarios, activistas por los derechos
de los hombres y activistas trans de todo
el mundo han abordado las desigualdades
de género.
Aunque el género funciona a modo
de dispositivo estructurador que limita
la vida de mujeres, hombres y personas no
binarias, en él pueden actuar los individuos
o los grupos para reformar sus prácticas
de género y producir cambios en la
comprensión del género.
Es evidente que la comprensión del género como
algo diverso no es universal; son muchos los que siguen
sosteniendo que el género es innato. Pero, si observamos
la gama de enfoques y prácticas de género que existen,
tanto hoy como a lo largo de la historia de la humanidad,
puede verse con claridad que el género no es un atributo
fijo. Es más, en la disyuntiva entre los roles sociales de
género tradicionales y las experiencias cotidianas de género
surge un espacio de injusticia sistémica contra las personas
trans, género diverso y cisgénero, lo que limita el potencial
individual y colectivo.
Aunque nuestro mundo dista
mucho de ser neutral desde el punto
de vista del género, debemos acoger
con satisfacción los avances hacia
la fluidez del género, ya que nos brindan
más posibilidades a todos.
Los Igualitarios sostienen que
todos los seres hum anos valen
lo m ism o y que la sociedad debe
tratarlos del m ism o m odo con
independencia del género, la
sexualidad, la raza, la religión,
la capacidad, la clase y la afiliación
política.
La Injusticia sistémica es aquella
que. al ser Inherente a u n sistem a
social, económ ico o político
en particular, se ve perpetuada
de form a autom ática por dicho
sistema.
T ro u c f
Créditos de las imágenes
Se ha hecho tod o lo posible
22,23 Science Photo Llbrary
po r Identificar y m encionar
24 Bill B achm an/A lam y Stock
a los titu la re s de los derechos
del material que se reproduce en
este libro. El a utor y la editorial
se disculpan por cualquier
omisión o error que hubiera que
Photo
25 Iz Keith S zafranski/
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25 d George Grall.
NatíonalGeographíc Creative
enmendar en futuras ediciones.
26 Heritage Auctions.
s - superior, 1= inferior, c = central,
27 Terry Lo gan/R ex/S hutterstock
¡z = Izquierda, d = derecha
28 Fotografía de Veronique
Photo © Tom Kelley Studios
Londres
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Staatliche Museen zu Berlín
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Harvard M edical School,
Harvard M useums o f Science
del British Museum,
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Londres
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Hílst/Photonica World a
34 Derby Museum and Art Gallery
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de Israel
t i Fotografía de Tim H unter/
Newspix, c News Corp
Australia
12 Consejo de Adm inistración
Grasse. Donación de Gabriel
Cognacq (2010.0.371)
36 i N ational P ortrait Gallery,
Londres (NPG 6937)
36 d National P ortrait Gallery,
Londres. Legado por
del British Museum,
Jane, lady Shelley, 1899
Londres
(NPG 1237)
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M etropolitan Museum o f Art,
Nueva York. Fashion R ates
Repository. Donación
de W oodman Thompson
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o f Art, New to rk . Legado
de Robert Shapazian,
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16 iz Chase & Sanborn
Fotografía de RMN-Grand
16 r Fotografía de Eli Rezkallah,
Paiais (Musée d'Orsay)/image
(0
UJ
producida por Plastik Studios
UJ
2018
17 ¡z Del Monte
17 d Fotografía de Eli Rezkallah,
producida por Plastik Studios
2018
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co
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t-
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M
O rtí/D e Agostiní/G etty
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de N orbert Schimmei, 1986
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Durruty / Gam ma - Rapho
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División, Library o f Congress,
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6 -7 Fotografía de Yvan Cohén/
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por Froco Records
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101 Fotografía de David
Levenson/ G etty Images
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B oato
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París (D.9092). Fotografía
de R oger-Viollet/Topfoto
109 iz Brooklyn Museum,
donación de Emily Winthrop
Miles (55.9.25v)
109 d AF Fotografié/Alam y
Stock Photo
110 iz Schomburg Center for
Research in Black Culture.
Getty Images
120 Fotografía de Target
121 Muslima Pride International
122 Fotografía de Ted A ljibe/A FP /
Getty Images
123 8 Fotografía de Moníka Graff /
Getty Images
123 i Fotografía de Mark
Relnstein/Corbis a través
de Getty Images
124 Cartel del film e Tangeríne,
dir. Sean Baker, 2015
125 Fotografía de Jamie
M cC arthy/G etty Images
126 Time Inc/M eredlth
Corporation
127 Iz Fotografía de Gareth
Catterm ole / Getty
Images para MTV Crashes
Glasgow
127 d Fotografía de Jason
Squires/W irelmage
128 Fotografía de Kevin W inter/
Getty Images
129 Fotografía de Sven
C reutzm ann/M am bo Photo/
Getty Images
130 Musée du Louvre, París.
Photographs and Prints
Fotografía de RMN-Grand
División. The New York
Palais (Musée du Louvre)/
Public Ubrary
110 d Prints and Photographs
División, U brary of Congress,
Washington 0. C.
1tl Prints and Photographs
División. U brary o f Congress.
Washington D. C.
112 Fotografía de Barbara
Freeman/ G etty Images
113 Iz, c, d Cortesía de
Human Male, W. B. Saunders,
Archives (HQ77T73)
Bohaviour in the Human
Marie @MsPeoples
119 Fotografía de Marvi L a car/
Presse Agentur Gmbh/
Ubraries, Transgender
Paul H. Gebhard, Sexual
afroCHuBBZ y Angela
Getty Images
las University o f Victoria
Pomeroy, Clyde E. Martin,
Charlie Smith Design
118 © Kevin Banatte @
to the Kinsey Report,
Sexual Bohaviour in the
Filadelfia, 1948
de Top-Toy
117 Camapaña de John Lewis,
C artw rite Publishing Co,
Pomeroy, Clyde E. Martin,
96 c Alfred C. Kinsey, Wardell B.
TI6 siz, iiz, sd. id Cortesía
114 iz, d Kathleen Hanna
(Bikini Kill) en el Macondo,
Los Ángeles, 1993
115 Fotografía de Ríck Kern/
Wirelmage
Hervé Lewandowski
132 Fotografía de Chuck
Flshman/ G etty Images
133 Fotografía de Andy Lyons/
Getty Images
134 Arshad A rbab/E pa/R E X /
S hutterstock
135 Fotografía de Joe A m on/
The Denver Post a través
de Getty Images
136 Fotografía de Bradley
Felstead
137 s, I Fotografía de Romy
Arroyo Fernandez / NurPtioto
a través de G etty Images
índice
aves 24,25
aztecas 55
constructivism o social 44 ,48,
49 ,57,6 8-6 9,75 ,133
continuo de la sexualidad
Las referencias a las
ilustraciones se indican
en negrita.
baja
96 -97,98
por maternidad 116-117
Corea del Sur 80
por paternidad 116-117
corporeización 12,13.15.93
Bangladés 63,83,129
Cox. Láveme 126
#MeToo 114,115
Barclay, John 32
creencias de base 132
«19 LGBT Hindú Gods» (Ogles) 79
bathroom bilis 124
Crenshaw, Kimberlé 14
belleza, concursos de 20,21.
A Vindication ofthe Rights
136
Crisp, Quentin 41
cristianism o 57,62
of Woman (Vindicación
Benjamin, Harry 93
cromosom as 37,95
de los derechos de la mujer,
Bercow, John 126
Cromwell. Jason 94
W ollstonecraft) 36,109
Bikini Kill 114,115
cross-living65
blnarlsm o de género 10,11.17.32,
C uba128
aborto 112,113
acoso sexual 114,115,135
3 3 .35,3 7.39 ,78,79,8 5.10 3,
cuidados 42
activism o 39.105,108-109,
121,122,125,126,128,134
cultura véase también religión
112-114,119,123-125
bisexualidad 96
binarism o de género 40
acto sexual y reproducción 26
Bomstein, Kate 122
creencias de base 132
aeta, trib u 28,29
Bowie, David 100,101
expectativas conductuales
A fganistán 72,73
Burke, Tarana 114
A frodito 90
Burton, Ron 101
Ilustración 3 0 -3 6
agencia 17,105,125,136
Bush, George W. 72,73
moral 61
agenero, personas 11.97.98.99
Butler.Judith 4 4 ,6 8 -6 9
norm as en los albores
cab allitos de m ar 24,25
socialización de género
agraria, sociedad 29.49-51,52.
5 3 ,5 4 ,6 2 ,7 4
agricultura, desarrollo
de la 29,49-51
Ahmadu, Fuambai Sla 119
Al Yafai, Faisal 120
de la historia 50-51
Cahun, Claude 86
C alam lty Jane 58,59
calendario; film e de 2003) 26
calendarios 26,27
Ali, Muhammad 132,133
Can the Subaltem Speak?
49,50,51.60,61
66-68,74,1 34
Cyrus, Mlley 99
Calendar Girls(Las chicas del
Alemania 93,94,129
alimentos, producción de
13-14,75,118,136
(Spivak) 64
Canary, M artha Jane 58,59
am am antar 50
capitalism o 5 8 .5 9 ,6 5
De Gouges, Olympe 108,109
De humani corporis fabrica libri
septem (De la estructura
del cuerpo humano en siete
libros, Vesalio) 32
Declaración de los derechos de
Amaterasu 62,63
casa, cuidados de la 5 0 -52
la mujer y de la ciudadana
Am erican Psychiatric
ca s ta 64
(De Gouges) 108,109
Association 9
amish 62
castidad 52.61
defensa legal del pánico trans 135
cazadores-recolectores 27-29,
Del revés (Wong) 102-103
Ám sterdam 136,137
Anatomía (Pseudo - Galeno)
30,31
anatóm icos, a rte y figuras 30.
31,32,33.38
49
Delphy, Christine 58
cerebro 2 2 ,2 3 ,3 4 ,4 0 ,4 1 ,9 5
chador 70,71
Cherfas, Jeremy 21
Chevalier d"Éon (Stewart) 36.37
Deiusions of Gender (Cuestión
de sexos, Fine) 41
derechos de la m ujer 69-71,
72,108.109.110.111.119
androginia 90,91.92
China 14,15,74,75,80.90.91
DeVore. Irven 29
anim ales 2
cirugía
dim orfism o de género 24
antiesclavism o 109,110
correctiva 38,39
dim orfism o sexual 20,21,25
antropología 28,82
de afirm ación de género 93
Diríe, W arls 119
«Año transgénero» 127-128
de reasignación de género
discrim inación 14,15.74,79,95,
apoyo 105,124
9 2 ,9 4 ,9 5
102,124-125,135,137
Arabia Saudi 72,73
cisgénero 38.39,114,136,137
discurso 5 8 ,5 9 ,6 8
Argentina 129
clase social 14,64
disforia de género 104,105
Aristóteles 52,53
Club patriótico de mujeres
diverso, personas de género ti,
arqueología 27
(Lesueur) 108,109
aseos 124,126
Códice Mendoza 55
asesinatos 123,135
Colette 40,41
Asexual V isibility and Education
colonialism o 6 4 -6 5
colonización 59
NetWork 98
asexualidad 9 7 -9 8 ,9 9
Combahee River Collective 112
Australia 28
conducta véase normas
Autorretrato (Cahun) 86
sociales
7 8 -8 4 ,8 6 ,8 7 ,8 8 ,8 9 -9 0 ,
99-102,103,104,123,124,127,
128,134,137
división del trabajo 50-51
«Doing Gender» (West y
Zlmmerman) 43
doméstico, trabajo 57,58,59,
60,74,115,116
dos espíritus, personas de 78,
79,81,82-83
dos sexos, modelo de los,
véase binarism o de género
drag, m undillo 44.45,124,125,136
Francia 12,33.108,129
hijra 79,80,83
fronterizas, culturas 59
hlnduism o 6 3 ,6 4 ,6 5 .7 9 ,8 9
Fuerzas de Defensa de Israel
Hlrschfeld, Magnus 88 -8 9 ,9 2 ,
10.11
fuerzas m ilitares 10.11.91,124
Dyble, M ark 2 9 -30
93
Histoire de la sexualité (Historia
de la sexualidad, Foucault)
Galeno 32
84
ed e, tribu 72,73
Gardiner, Jam es 85
hiyab 120
Ebadi, Shirin 70,71
Gamets, Linda 97
hombres véase también machos
Egipto, Antiguo 50,51,52
gen gay, teoría del 95
apego fisico 72
El planetario (Wríght de Derby)
Gender Identíty Development
esencialism o biologíco 21-22
34.35
Service (GIDS) 102
Elbe, ü li 92.93
Gender Outfatv(Bomsteln) 122
Eliot, Use 41
Gender Trouble (El género
embarazo 30.31,50.133
en disputa, Butler) 44
emú 24
genderfiux. personas 10.11,99
Equallty House, Kansas 123
género
causa y efecto 41-42
escuelas 102
com o com binación de
esencialismo biológico 2 0 -22,24
factores 10,133
com o constructo social
esperma, esencialism o biológico
21
117.124,125,128,135
14 ,27-28,50-51
hom ofobia 123
homosexualidad
4 3 -4 4 ,4 8 ,6 8 -6 9 ,1 3 3
sexual 8 2 .8 3 -8 4 ,8 5
desarrollo de la teoría
de la inversión 86
teoría del «gen gay» 95
horm onas 23.27.42
cóm o se em plea en este
esqueleto 32,33,34
Estados Unidos 21,25,59,60.61,
roles tradicionales de género
confusión con la diversidad
esclavitud 53,54,109,110
esencialismo 20 -2 2 ,2 4
Ilustración 3 5 -36
libro 8
om nipresencia 11
genes 95
I am Jazz (Soy Jazz; Herthel) 105
identidad de género 10.97,
98-99.102-103.105,134
estatus 50.51-52,53
genitales 31,122
igualdad 69.112, TT7,128
estereotipos 74.101,102,115-116.
Gérard, M arguerite 35
Giese, Karl 8 8,89
igualitarism o 29,62.137
Estrada. Ignacio 128,129
Gluck 92
im itadores de m ujeres 85
etnom etodologia 42.43
Gran Bretaña 59 -6 0 ,7 4 .8 7 ,
India, la 78-79
117,118
Every Night in Drag (Simpson)
44 ,45
t17,125,128,129
Gray, John 40
Ilustración 3 0 -3 6
indios nativos norteam ericanos
78,79,81. 82.89
evolución 23
Greece, anclent 31.51-53,90
Indonesia 80,81
evolutiva
Green, Richard 93
industria 14,15,54,57
Guinea-Bisáu73
Infancia 25
Hackwood, Wlllíam 109
Institut für Sexualwissenschaft,
biología 24,25
psicología 24,25,27-28
expresión de género 10
injusticia sistém ica 137
Haiberstam, Jack 44
Berlín 88 ,92,9 4
fa'afafine 80,81
Hall. Radclyffe 40 ,41.86-87.87,
interseccionalidad 14,15.109,110,
Faith.BeulahTI0.111
fam ilia, unidad tradicional 5 0 .6 5
92
Hamer, Dean 95
Intersex Campaign fo r Equality
Fausto -Sterling. Anne 9,3 7,38
Hanna, Kathleen 114.115
Femen, grupo activista 120
Harris's List of Covent Garden
feminidad 44,57.59.61,116, TI9.
123
feminismo 1 6 ,58.6 4,66 ,70,
108-114,118-119.121-122
Fervor (filme de 2000)71
Ladies 37
Havelock Ellls, Henry 86,87.88.
89
Hawai 80
hembras véase también m ujeres
112,119,121
3 8 -39
intersexualidad (TSD/DSD) 37,
3 8 -39,79, 8 9-90,129
inversión sexual 86,87
inversión, desarrollo de la teoría
de la 86,87
Irán 69-70,71,8 0
fidelidad 52
características biológicas 8
Iriepa, Wendy 128,129
Filipinas 28,29
conducta anim al 24
islam 62,70.120
Financial Times 127
esencialism o biológico 20-21
Italia 68,69
Fine. Cordelia 9,2 3,41 -42
espectro biológico 37.98.99
Izzard. Eddie 100
flexibilidad laboral 115
fluidez 9,96-9 7,98 ,99,1 04-105 ,
137
fluido, personas de genero 10, TI,
99-100,126
Formations of Class and Gender
(Skeggs)61
Foucault, Michel 84 ,88
herencia 52,59,73
Hermaphrodite (Nadar) 39
Herthel, Jessica 105
Japón 5 5 ,6 0 ,6 2 -6 3 ,7 3 ,8 0 ,9 0 ,
91,117
heterosexualidad 85
JeongMee Yoon 66,67
hijos, cuidado de los
John Lewis 117,118
anim ales 24
Johnson, M arsha R. 134,135
humanos 21.25,42,49,74,132
Jomeini, ayatolé 70,71
Igualdad 115,116,117
Jorgensen, George 94,95
ju /tio a n s l, com unidad 2 8 -29
McCormick, lan 92
género 8 -9
judaism o 62
m edicalización 8 5 ,8 8 .8 9 ,9 3 -9 4 ,
Ilustración 3 0 -36
juguetes 116,117
justicia social, m ovim ientos
por la 109
om nirrelevancia del género
105
Meiji, Era 5 5 .6 0
Men Are from Mars. Women Are
43,136
socialización de género
kabuki. teatro 90,91
from Venus (Los hombres son
66 -69,134
Nueva Zelanda 59
kathooy 80
de Marte, las mujeres son de
Venus; Gray) 40
Kenia 119
México 80
Kinsey, Alfred 96,98
millennial, generación 128
Kuhn, Steven L 28
L a os80
Laqueur, Thomas 30 -31,33,35
ñandú 24
mi8gendering 124
Oakley, Annie 58,59
M itchell, Edward 32
O bservatorio de Personas
m oda 12.13.58.90 véase
también travestism o
Trans Asesinadas (TMM)123
odio, delitos de 123,124
Lanar, Lawrence 96,97
m odificación corporal 93,105
Laude, Jennifer 123
Mohanty. Chandra Talpade 119
Oh! Dr. Kinseyl (Lariar) 96.97
Lawrence, Louise 113
mollyhouses 92
Opie.John37
Lea T 100
Money, John 93
oposición, sexismo de 123
Lee, Richard Borshay 29
m onogam ia 21,22,26
Orango, isla de, Guinea-Bisáu 73
legislación 87.129,135
Monroe, Marilyn 26
Origen de la música y la danza
lenguaje
Montaño, Alysia 133
en la puerta de piedra
género en el 12.126
Montesquieu 34
(Toshimasa) 62,63
inclusivo 12
m oralidad 61,84
lesbianism o 86 ,87 véase
homosexualidad
Lesueur, Jean - Baptiste 109
Ogles, Jacob 79
ortodoxos, judios 62
m ovim iento por los derechos
trans 108,121-123,124,134-135
m ujeres vea se también hembras
P. Diddy 126,127
Países Bajos 129,136,137
esencialism o biológico 21-22
Pakistán 82.83.134
expectativas culturales 13-14
Parfitt, Paula TI6
LeVay, Simón 95
Ilustración 3 0 -3 6
parteras y parteros 12
Lewis, Gail 111
respetabilidad 60-61
Partido C om unista de China 15
Ley de Publicaciones Obscenas
Revolución Cultural china 15
parto 21,68,69
roles tradicionales de género
patologización, 85,89.94.124,135
Lettres persanes (Cartas persas;
Montesquieu) 34
87
Ley de Reconocimiento de
Género 129
LGBTQ, personas y derechos 97,
2 7 -28,50-5 1.5 7
patriarcado 16.17.64
sociedades agrarias 52-53
Peplau, Anne 97
trabajo 55-57,73
perform atividad 69
Muían, Hua 91
Perry, Grayson 100,101
Logan, Andrew 136
Muscle Beach, California 21
Phoenix, Ann 111
Los primeros pasos, o La madre
Muslim Women Against Femen,
pingüino em perador 24,25
101,108,113.114,121-122
nodriza (Gérard) 35
Los Sim 3 (videojuego) 127
grupo 120,121
m utilación genital fem enina
(MGF) 118,119
machos véase también hombres
pingüinos 24,25
Pinkstinks, cam paña 117
poscolonialism o 64,109
muxe, personas 80
prácticas de parentesco y
conducta anim al 24
N aciones Unidas 15
Primeras Naciones de Canadá 81
esencialism o biológico 20-21
Nadar 39
Prince, Virginia 113
espectro biológico 37.98,99
Namibia 28 -29
promiscuidad 21,22,26
mahu 80
Nanda. Serena 79
pronombres 12.126
Man the Hunterf Lee) 29
nazism o 94
propagandísticos, carteles 14.15
mano, tom arse do la mano 72,73
Nepal 80
propiedad 50.51-52,112 véase
m anufactura textil 5 6 .57.6 0.63
Neshat, Shirin 71
Mao Zedong 14
neurosexismo 40-41
prostitución 37,54
martu, com unidad 28
neutralidad de género 100,126.127
Proyecto rosa y azul (JeongMee
masculinidad 44,72
niños y niñas 5 5 ,6 6 -6 9 ,7 4 ,
reproducción 24,25
características biológicas 8
Mateer, Jeff 104
maternidad 35
matrimonio
concertado 15
101-104
no binario, genero 10. TI, 75,105,
125-126,127
creencias de base 132
G uinea-Bisáu 73
en los albores de la historia
de la m ujer 112
Ybon)66.67
publicidad 16-17,42,43.48
purdah 6 3 -6 4
Pussy Riot 115
normas sociales
e de, tribu 73
m ovim iento por los derechos
también herencia
50-51
gama de 13
queer, género 11
Race, Ethnicity and identity
(Lewis y Phoenix) 111
ratas 24
Splvak, Qayatri 64
Raymond, Janice 121
Spoon, Rae 100
Reassignment (Green
raza 14,109,110
Stewart, Thomas 37
y Money) 93
Reilly, Kevin 27
Stiner, Mary C. 28
religión 31,51,57.58,61-66,84.
Stoller, Robert 93
Transvestites (Hirschfeld) 88 - 89
Stonewall 101
travesti 80.90,113
Stonewall. disturbios de 113,134
travestism o 85 ,88 - 8 9 ,9 0 -9 2 ,
90,119,123
representaciones m ediáticas 67,
126-128
reproducción 21-22,24,25,26.
50,112
Stryker, Susan 113
Studies in the Psychology
of Sex(Havelock Ellis) 86
Transsexualism and Sex
Transvestia 113
101,105
Trump. Donald 104,118, TI9
Truth, Sojourner 110,111
respetabilidad 60-61
Sudamérica 6 5 ,8 0
Tubman, Harrlet 110,111
Rrevolución Industrial 54- 58,60
Suecia 102,117
Tyler, Amina 120
Rezkallah, Eli 16-17
sufragista, m ovim iento 111,112
Roe contra Wade 113
Swinton, Tilda 100
Roma, Antigua 53 ,54,5 5
Symons, Donald 22
Rousseau. Jean - Jacques 36
Tahiti 80
Rowbotham, Sheila 49
Tailandia 80
Tangerine (filme) 124
de TV) 124,125
71
un sexo, m odelo de 31
Rose, Ruby 100
RuPaul's Drag Race (programa
Un Millón de Firmas, cam paña
teatro 90,91
Una travesura matutina,
o Transmutación de
los sexos 92
UNICEF 74
Teen Vogue 128
Samoa 80,81
Teena, Brandon 135
Van Andera, Sari 42
Samson,JD100
tercer género 79,80,81,104,129
velo 119,120
sati 64 ,65
testosterona 23.27,42
Vesalio, Andrés 32
Sax. Leonard 21
Testosterone Rex(Fine) 23
vestim enta 12,13,117,118,120,
Schiebinger, Londa 33
The Anatomy ofthe Bones
127,132 véanse tam bién
Schippers, Mimi 44
o f the Human Body (Barclay)
Scott, Joan W allach 49
32,33
travestism o; moda
victoriana, época 5 9 -6 0
segregación 61,63.70,71
The Guardian 120,128
videojuegos 127
Serano, Julia 123
The Human Journey (Reilly) 27
Vietnam 72.73,80
sesgo en la selección TI6
Sex Reassígnment(Stoller) 93
The Sun 68
Vincenzo, Una 86,87
The Transsexual Phenomenon
Von K rafft-E bing, Richard 86
Sexing the Body (Cuerpos
sexuados: Fausto-Sterling)
37
(Benjamín) 93
The Well of Loneliness (El pozo
W ainwright, H ilary 49
de la soledad; Hall) 41,86-87
Walby. Sylvia 16
sexismo 16-17,123
Theorizing Patriarchy (Walby) 16
Warhol, Andy 41
sexo
Throwing Like a Girl (Young) 67
waria, com unidad 80,81
Time 126,127
Watson, Emma 128
Tipton, Billy 91
Weegee 89
característica biológicas 8
com o constructo social
6 8 -6 9
com o se em plea en este
libro 8
espectro 37,98,99
sexologia 8 4 -8 6 ,8 7 ,9 5
Sexual Bohaviour in the Human
Male (Kinsey) 96
sexualidad 8 4 -8 6 ,9 5 -9 7 ,9 9
shakespeariano, teatro 90,
91
titi 24
Wegener. Gerda 92
Tolokónnikova, Nadezhda 115
Weinsteín, Harvey 114
Toshlmasa, Shunsai 62,63
West, C andace 43
Townshend, Pete 100
West. Kanye 126,127
tradicionales, roles, de género 8.
Westboro, Iglesia Baptista
9 ,1 4 ,2 7 -2 8 ,4 0 ,5 0 -5 1 ,6 2 ,7 3 ,
de 123
116 véase también normas
Whipping Girl (Serano) 123
sociales
W hitehall, John 104
trabajo
igualdad 115
Símpson, Linda 45
mujeres 56,57,60,61.73
sindicatos 56,58
sesgo de selección TI6
Wilde, Oscar 86
W ollstonecraft, M ary 36,37,
109
W ong,Sarah 102-103
Singh, Shweta 118-TI9
trans 93
Woolf, Virginia 92
sintoism o 62,63
transexclusionistas, fem inistas
W ríght de Derby, Joseph 34,35
sistemas de género 78,79
radicales (TERF) 120,121
Skeggs, Beverley 61
transexual 8 3 ,9 3 -9 4
Young, Iris M arión 67
Skeletons in the Closet
transexualidad 88
Yusuf, Hanna 120
(Schiebinger) 33
Snell, Hannah 91
socialización de género 66 -69,
74-75,105,134
sociobiologia 20,21-22,2 6,95
transfobia 123
transgénero, personas 9,3 8 -3 9 ,
75,84,103,104,113,134
Transmen and FTMs (Cromwell)
94
zapoteca, cultura 80
zenana, carruajes 63
Zimmerman, Don H. 43
zuñí, com unidad 78,79
Agradecim ientos
La autora desea darle las gracias al equipo
editorial de Thames & Hudson por su entusiasm o en
este proyecto. Quiero m ostrarle un agradecim iento
especial —y mi am or— a Gil Jackson-HInes,
el m aestro del debate.
BLUME
Titulo original Is Gender Fluid?
Edición M attbew Taylor
Texto Sally Hiñes
Traducción Anten Antón
Coordinación de la edición en lengua española
Cristina Rodríguez Fischer
Primera edición en lengua española 2019
© 2019 Naturart, S.A. Editado por BLUME
Carrer de les Alberes, 52.2.°. Vallvidrera
08017 Barcelona
Tel. 93 205 4 0 0 0 e-m ail: info@ blume.net
€> 2018 Thames & Hudson Ltd. Londres
© 2018 de las imágenes, véanse paginas 138-139
ISBN: 978-84-17757-31-1
Impreso en Eslovenia
Todos lo s de rech os reservados. Q ueda prohibida
la reproducción to ta l o p a rcia l de e sta obra,
sea por m edios m e cán ico s o electrón ico s,
sin la debida au torización por e scrito de l editor.
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co n m ateria prim a proceden te de bosqu es de gestión
resp on sable. En la p ro d u cció n de nu estros lib ro s
procuram os, co n el m áxim o em peño, cum plir co n
lo s re q u isito s m edioam bientales que prom ueven
la co n se rv a ció n y e l uso resp o n sa b le de lo s bosques,
en e sp e cial de lo s bosqu es prim arios. Asim ism o, en nuestra
preocu pación por el planeta, intentam os em plear al m áxim o
m ateriales re cicla d o s y so licitam o s a nuestros proveedores
que usen m ateriales de m anufactura cuya fa b rica ció n
esté libre de d o ro elem ental (ECF) o de m etates pesados,
entre otros.
En Egipto, la faraona Hatshepsut esta representada con ropa masculina
y con la tradicional barba de los faraones.
En el Kama - sutra se alude a personas de un tercer sexo.
El emperador romano Heliogabalo, del que se cree que era bisexual y disidente
de genero, es asesinado con solo dieciocho años.
Nace Juana de Arco, la heroína de Francia que luchara contra los ingleses vestida de bombfe.
Abdica la reina Cristina de Suecia, se trasviste y se hace llamar <conde Dohna».
Joseph -Francois Lafitau aporta uno de los primeros relatos europeos de practicas
de tercer genero entre la tribu indígena norteamericana de los iroqueses.
Nace en Francia el chevalier d*Eon. que se presentaría tanto como hombre como mujer.
Publica su autobiografía Charlotte Clark, la primera persona abiertamente transgénero
del Reino Unido.
Karl Friedrich Otto Westphal publica el primer articulo medico sobre homosexualidad
y transexualidad. en el que describe dos casos de sentimiento sexual opuesto.
Los tahitianos al principio dan por sentado que el artista con el pelo largo Paul Gaugin
es un mahu europeo.
Magnus Hirschteld abre en Berlín la primera clínica para personas transgenero.
Lili Elbe se convierte en Dinamarca en una de las primeras beneficiarias de la cirugía
de reasignacion de sexo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el regimen nazi encarcela, tortura, mata y realiza
experimentos médicos a miles de homosexuales y transgenero.
Christine Jorgensen. la primera persona estadounidense en someterse a la transición,
recibe una gran atención mediatica.
En Rusia, la doctora Judy Wu efectúa la primera faloplastia completa para la reasignacion
de genero.
La Erickson Educational Foundation, de Reed Erickson, defiende los derechos
de las personas homosexuales y transgenero.
Los agitadores de la Compton Cafetería protestan contra el maltrato policial que sufren
las personas trans de San Francisco.
Harry Benjamín defiende la idea de la reasignacion de sexo en el libro The Transsexual
Phenomenon.
Algunos miembros de la comunidad LGBT se enfrentan a la policía en los disturbios
de Stonewall.
Suecia se convierte en el primer país del mundo en permitir a sus ciudadanos cambiar
de sexo de forma legal.
La Corte Suprema de Nueva York decreta que la mujer transgenero Renee Richards
tiene derecho a jugar al tenis femenino profesional.
Judith Butler explica en su histórico libro Gender Trouble(EI genero en disputa)
que el genero es performativo.
El primer Día Internacional de la Memoria Trans conmemora a las personas transgenero
asesinadas.
Barry Winchell es asesinado por un compañero del ejercito cuando se descubre que esta
saliendo con una mujer trans. Calpernia Addams. lo que provoca un debate sobre la política
de Estados Unidos del Don't AsH. Don't Te//(No preguntes nada, no digas nada).
Asesinan a la adolescente trans Angie Zapata; su asesino será el primer condenado en
Estados Unidos por un delito de odio por haber ejercido la violencia contra una persona trans.
Stu Rasmussen se convierte en la primera alcaldesa abiertamente transgenero
de Estados Unidos, en Silverton. Oregon.
La Comision para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos declara
que los empleados transexuales están protegidos por el Titulo VII de la Ley de Derechos
Civiles de 1964.
La Administración Obama ordena que las escuelas publicas de Estados Unidos permitan
a sus estudiantes utilizar los baños y los vestuarios en función de su identidad de genero.
Dinamarca elimina oficialmente las identidades transgenero de su lista de trastornos
de salud mental.
La legislación alemana exige que las personas intersexuales no se inscriban al nacer
como varones ni como hembras.
laGranldea
Sally Hiñes es profesora a sociada de Sociología
y Estudios de Genero en la Universidad de Leeds, donde
también ha sido directora del Centre for Interdisclpllnary
Gender Studies de 2009 a 2014. Está especializada en el
género, la sexualidad, la Intim idad y el cuerpo, y su trabajo
sobre personas transexuales se basa en las intersecciones
y desconexiones de género, sexualidad y corporeización
en este ám bito. Ha publicado numerosos artículos sobre
la diversidad y la identidad de género, asi com o cuatro libros,
de los cuales Gender. Socíety and Culture es el mas reciente.
Es cofundadora y coco ordin ado ra de Sexgen, una red
interdísciplinaria que aglutina varios centros de estudios de
genero. Es la investigadora principal del proyecto internacional
de tres años Pregnant Men: An International Exploration
o f Trans Male Experiences and Prácticos of Reproduction.
en el que tam bién participan investigadores del Reino Unido,
Estados Unidos, Australia, Polonia e Italia.
M atthew Taylor es director ejecutivo de la Royal Socíety
of Arts, una Institución británica de 250 años de antigüedad
dedicada a enriquecer a la sociedad a través de las ideas
y de las obras, para promover el conocim iento en el siglo xxi.
Este escritor, conferenciante y locutor radiofónico ha escrito
numerosos artículos sobre pautas de conducta, política,
reformas de servicios públicos y teoría cultural, y aparece
con frecuencia en programas británicos de televisión com o
Newsnighl y The Daily Política, y el programa de Radio 4
The Moral Mazo. Con anterioridad fue secretario general
y director ejecutivo del Instituto for Public Policy Research,
principal laboratorio de ideas de Gran Bretaña.
Portada: Fotografía de O íga Sím onenko. C oncep to y diserto de Pa sca l»
de Koning. M odelo: Cheraine Balje. c O lga Sím onenko, Sím onenko
Photography; contraportada: S cott O lson/G etty Im a g e s
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