RetoSiglo21 la G ra n ld e a 6 Es fluido | el ínero 9 m ■ Otros títulos de la colección ¿F unciona el c a p ita lis m o ? ¿Falla la d e m o c ra c ia ? ¿Qué fo rm a tie n e el e s p a c io ? Facilidad de lectura gracias a la jerarquía textual P uede le e r e s te lib ro d el m o d o q u e le resu lte m ás co nve nien te . Los p á rra fo s e stá n p rio riz a d o s m e d ia n te el u so d e d is tin to s ta m a ñ o s d e le tra . C u a n to m a y o r se a, m ás im p o rta n te se ra el te x to co n re la ció n al c o n c e p to o a rg u m e n to g en erale s. Si s o lo d is p o n e de m e d ia h o ra d e le ctu ra , b a s ta c o n q ue lea lo s p á rra fo s c o n los d o s tip o s d e le tra m ás g ra n d e p a ra te n e r u na visión g e n e ra l b á s ic a d el te m a . Si c u e n ta c o n u na hora, p o d rá c o m p re n d e r c o n u na m ayo r p ro fu n d id a d lo s p rin c ip io s y a rg u m e n to s al le e r to d o s los p á rra fo s , e x c e p to los q ue te n g a n el ta m a ñ o d e le tra m ás pequeño. Si p u e d e re s e rv a rs e un p a r de horas, p o d rá lee r el libro e n te ro y o b te n e r u n a visión gen eral e q u ilib ra d a y u n a c o m p re n s ió n d e ta lla d a de los c o n c e p to s in d iv id u a le s. Imágenes pertinentes y contundentes L as im á g e n e s fo rm a n p a rte d el d e b a te ta n to c o m o el p ro p io te x to . Y u x ta p u e s ta s de m o d o q ue in vite n a la refle xió n o e m p le a d a s p a ra a m p lia r los a rg u m e n to s, b rin d a n id e a s a d ic io n a le s en to d o m o m e n to . ¿Es fluido el género? RetoSiglo21 laGranldea ■ 6 Esf luido 1 el géríero ? Sally Hiñes BLUME Matthew Taylor 6 Introducción ■ * ■ M i 1. El género como expresión del sexo biológico 18 2. El género como constructo social 46 3. La diversidad de género 76 4. El activismo de género 106 Conclusión 130 Créditos de las imágenes 138 Indice 140 Agradecimientos 144 •: j En su exploración de las distintas concepciones y prácticas de género, en este libro se examinará el propio significado del término género. Como veremos, la pregunta sobre qué es el género no es en absoluto sencilla. En este libro, por ejemplo, el término sexo suele hacer referencia a las características biológicas, mientras que género alude a los factores sociales y culturales. La relación entre el sexo y el género es compleja, y, de hecho, existen formas muy diferentes de entender el género. Para algunas personas, el género deriva de las características biológicas y reproductivas del sexo; es decir, de las diferencias físicas, hormonales y cromosómicas que, según ellos, distinguen sin lugar a dudas al hombre de la mujer. Para otros, el género es una expresión de las normas sociales: una combinación de los comportamientos, roles y expectativas a través de los cuales las sociedades definen a las mujeres y a los hombres. Para muchos, el género es una combinación de estos factores biológicos y sociales. Pero hoy en día son cada vez más los que sostienen que el género no es una cuestión innata y que puede entenderse y expresarse de maneras mucho más diversas. Además, la obra de científicas como Anne Fausto-Sterling (nacida en 1944) y Cordeiia Fine (nacida en 1975) ha puesto de relieve que algunas de las diferencias físicas y fisiológicas entre los sexos no son tan claras como se podría pensar. Desde estas perspectivas, el género puede entenderse como algo m utable o maleable, o, por decirlo de otra manera, como algo fluido. La ¡dea de la fluidez de género propone que el género no lo fija la biología, sino que cambia en función de las preferencias sociales, culturales e individuales. A A nuncio de una revista de N estlé de la década de 1960 en la que ae representan io s roles tradicio n ales de género de la fam ilia nuclear. B M ujeres trans posando en una hab ita ció n de hotel de San Fran cisco , C aliforn ia, en 1981. A pesar de que la s person as transgénero cada vez cuentan co n un m ayor reconocim iento, la Am erican Psychlatrtc A sa ociation la s cla sifica b a en 1980 com o personas con «trastorno de identidad de género -. B L eí id e n tid a d d e g é n e ro se refiere a cóm o percibe cad a persona el ser hombre, mujer, una com binación de am bos o ninguno; es una parte central de lo que las personas saben que son. L a e x p re s ió n d e g é n e ro es la manera en la que las personas le presentan su género al m undo, asi com o el m odo en el qu e el m u ndo Interactua con dich o género y lo conform a. Está relacionada con ios roles de género Para com prender m ejor esta cuestión, puede im aginarse el género como una combinación de tres factores. El cuerpo, o la corporeidad, engloba la realidad del cuerpo de cada persona, cómo lo experim enta y cómo interactúan los demás con esa persona basándose en dicho cuerpo. Este aspecto físico del género interactua con la identidad de género y con la expresión de género. La identidad de género de las personas puede estar fija o fluctuar con el tiempo, puede alinearse o estar en co ntra ste con el sexo que se le asigna al nacer y puede verse articulada o contradicha por su expresión de género. y con la form a en que la sociedad im pone la conform idad con esos roles. Para las personas de g é n e ro flu id o , su Identidad de género cam bia con el paso del tiem po o en fun ción de la situación; adem ás, pueden no restringirse a una ún ica Identidad de género. Las personas genderflux experim entan su Identidad de género con distintas intensidades en cada momento. Las personas b in a r ia s no son aquellas cuya Identidad o expresión de género no entra en la categoría m asculina ni en la fem enina. En los últim os años, térm inos como género fluido y genderflux se han asentado en la conciencia pública. La idea de que el género no es binario se ha extendido más, y las personas de género diverso han ganado visibilidad. A veces se emplean términos tales como género queer y agénero para describir experiencias e identidades que no recogen las definiciones binarias tradicionales de hombre o mujer. Muchas personas se identifican con las categorías de masculino y femenino; otras afirman que su identidad de género ha cambiado con el tiempo. El género es om nipresente. Estructura nuestras vidas de una manera fundam ental e influye en todo, desde en las actividades de las que se nos anim a a disfrutar y en los com portam ientos que se espera que exhibamos de niños hasta en lo que estudiamos de jóvenes, las ocupaciones a las que nos dedicam os y las responsabilidades que asum imos de adultos. Y, con todo, a veces se nos pasan por alto sus efectos. A B batallón d« infantería m ixto da C aracal, de laa Fuerzas de Defensa de Israel, e s una de la s tres unidades da com bate com pletas que Incluyen soldados hom brea y m ujeres. b Aunque la cantidad de parteros esta aum entando en el W estm ead H ospital da Sídney, Australia, al num ero parteras sigue alendo superior en 2017 al de parteros por 3Z7 a 5. Las personas de g é n e ro d iv e rs o no se ajustan a las norm as o valores sociales en cuanto a la corporeidad, la identidad de género o la expresión de género (o una com binació n de estos factores). Se tra ta de una am plia categoría que abarca una gran variedad de personas, prácticas y experiencias. la s personas de g é n e ro queer, al igual que las de género no binario, son aquellas cuyo género no se corresponde con las norm as de lo m a sculino ni lo femenino, sino que se encuentra entre estos dos extremos o al m argen de ellos. Las personas agénero no se identifican con ningún género o 3ienten que este está ausente o es neutro. En francés, la le n g u a je in c lu s iv o busca neutralizar el género gram atical mediante la Inclusión de am bos géneros en plural cua ndo se tra ta de grupos mixtos. Asi. por ejemplo, un grupo de votantes de am bos sexos, électeurs, pasa a convertirse en électeur.rlce.s. La c o rp o re lz a c ló n . o e m b o d lm e n t . es la experiencia y el hecho de vivir en el propio cuerpo. G uarda relación tan to con la form a en que las personas experim entan su cue rpo en el contexto de las expectativas sociales com o con la form a en q u e d ich a s expectativas Influyen en el cuerpo. A Aunque suele ser imperceptible, el mecanismo del género es clave en nuestras identidades, relaciones intimas y experiencias cotidianas, y en nuestro posicionam iento social y cultural. Dicho mecanismo funciona no solo como un componente externo que organiza nuestras vidas, sino también como un elemento que influye en la form a en que imaginamos nuestras posibilidades vitales y las de quienes nos rodean. Alterar la form a en que consideramos el género supone cam biar una de las maneras fundam entales que tenem os de clasificam os a nosotros mismos, a otros seres humanos, a los animales y, en algunos idiomas y culturas, los objetos cotidianos y las palabras que utilizamos para describirlos. En francés y en español, por ejemplo, los adjetivos se diferencian gramaticalmente según el género del sustantivo al que califiquen, y el género del sustantivo por defecto para un grupo que contiene un varón es masculino, incluso cuando el resto del grupo está formado por mujeres. Esto, que provoca controversias, ha dado pie a que haya activistas que promuevan la lenguaje inclusivo, la cual incorpora tanto las form as m asculinas com o las fem eninas cuando se hace referencia a grupos de género mixto. Las ideas y, por lo tanto, las prácticas de género nunca han sido constantes. Las form as en que se experim enta el género en la vida cotidiana surgen de d istin to s ám bitos históricos, sociales y culturales. Los rasgos que se consideran típicam ente m asculinos o fem eninos han cam biado mucho a lo largo del tiem po; lo que es usual para un hombre o una mujer en un país puede considerarse inaceptable en otro. Pensemos en un comportamiento típico o aceptable para una mujer en Gran Bretaña durante el siglo xxi, para una mujer del mismo país en el siglo xvm o para una mujer en Arabia Saudi en cualquiera de estos dos siglos. Incluso dentro de una misma sociedad pueden darse comunidades con ideas divergentes sobre las normas y los valores de género. El género está entrelazado con otras categorías sociales, como la raza, la clase social, la sexualidad y la corporeización. La forma en la que nos posicionamos socíalmente mediante otros métodos de clasificación y los sistemas de poder suscriben el modo en el que nos posicionamos socíalmente a través del género. A En e sta Ilustración, titu lada El p in to r dandi, o Billy Dimple posando para su retrato (1772), tom ada da Social Caricature In tha Elghtaanth Cantury, un pintor vestido da dandi pinta a otro dandi en una sátira de la exagerada m oda de la época. A lo s dan dis se lo s co n o cia por la vestim enta, que se Estos grabados de la moda parisina m asculina dei sig lo xvb, procedentes de la co le cció n de ropa m asculina de 1790-1829 del M etropolitan Mueeum. revelan que lo s hom bres usaban corsé. IN TR O D U C C IÓ N consideraba afem inada. B La teoría de la ¡nterseccíonalídad, desarrollada por la estudiosa feminista Kimberlé Crenshaw (nacida en 1959) para analizar la superposición de los sistemas de opresión, nos permite reconocer las relaciones entre el género y otras posiciones estructurales, como la clase social y la raza. La historia de las mujeres de la clase obrera, por ejemplo, muestra que los roles de género se construyen mediante la comprensión y las experiencias de la clase social. De manera similar, los sistemas cruzados de categorización de raza y género pueden funcionar juntos para oprimir a las minorías en cualquiera de los dos ámbitos o en ambos. La interseccionalidad tiene en cuenta que es la cultura lo que determ ina las expectativas de la sociedad respecto de las mujeres, los hombres y los individuos no binarios, las posibilidades que se les abren a todas estas personas y la comprensión de las relaciones entre estas categorías. La cultura conform a las relaciones de género, las cuales actúan a modo de principio organizador central de la sociedad al dar form a a cómo se viven aspectos clave de la vida. La cultura, con todo, nunca es estática. La enormidad de form as de entenderlo que hay significa que el género refleja realidades sociales, culturales, políticas, legales, religiosas y económ icas divergentes en todo el mundo. Los roles de género se construyen con relación a una inmensa cantidad de factores. A La m ano de obra m asculina tra d icio n a l es tip le a de la in du stria pesada, com o la planta de alto hom o de Skinningrove. que cerró en 1971. En G ran Bretaña, bajo e l G obierno conservador de M argaret Thatcher, se clausuraron m uchas plantas de acero y carbón durante la s dé cadas de 1970 y 1980. B Estos carte le s propagandísticos de la dé cada de 1970, M O o => 8 proceden tes de la Revolución C ultural china, prom ueven un cam bio de actitu d co n relación a la pa rticip a ció n de la mujer en la vida laboral. M ao Zedong queda que la fuerza in dustrial ch in a rivalizase con la de O ccidente. B Por ejemplo, antes del Gobierno comunista en China, el papel de la mujer era en gran medida doméstico y ornamental. Por el contrario, el Partido Comunista de China propagó la máxima, tomada de un antiguo proverbio, de que «las mujeres sostienen la mitad del cielo» para defender la igualdad de género ante las Naciones Unidas en 2011. Aunque puede que la vida en las principales ciudades chinas haya mejorado para las mujeres y las niñas —con un alto porcentaje de las niñas con acceso a la educación superior y de las mujeres al mundo laboral—, los estudios sobre la experiencia de la mujer en las zonas rurales de China indican que las tasas de analfabetismo femenino siguen siendo elevadas y que hay un gran número de matrimonios concertados a edades tempranas. En otras palabras, la visión y las prácticas de género no son solo históricas o interculturales, sino que también pueden variar enormemente dentro de un mismo país. La in te rs e c c io n a lid a d nos perm ite explorar las m aneras en que las categorías sociales, Las N a c io n e s U n id a s se fun daron en 1945 para lograr la cooperación internacional en, entre otras cuestiones, la prom oción de género, la corporeización y la aptitud. de la paz. los derechos hum anos se superponen para producir sistem as y las libertades fundam entales, de opresión o desventajas. Por lo tanto. En la actu alidad cuenta con 193 loe casos de opresión en un a o m ás Estados m iem bros, IN TR O D U C C IÓ N com o la raza, la clase, la sexualidad de estas categorías deben analizarse juntos, contextuallzados entre si. Oí Además de guardar relación con otros factores culturales y estructurales de la sociedad, el género está entretejido con el sistema del patriarcado. Este térm ino lo han desarrollado desde su significado original autores fem inistas —como Sylvia Walby (nacida en 1953), en Theorizing Patriarchy (1990)— para dar cuenta de los sistemas sociales a través de los cuales los hombres explotan a las mujeres. Desde una perspectiva sociológica, Walby establece seis características interrelacionadas del patriarcado: 1) el Estado: la mujer tiene menos poder form al y representación gubernam ental: 2) el hogar: la m ujer es más propensa a realizar las tareas dom ésticas y a criar a los hijos; 3) violencia: la mujer es más propensa a sufrir abusos: 4) trabajo remunerado: es probable que la m ujer cobre m enos que el hombre; 5) sexualidad: la sexualidad de la m ujer tiene más probabilidades de tratarse de forma negativa, y 6) cultura: la m ujer está peor representada en los medios de comunicación y en la cultura popular. Walby sostiene que estos elementos de dom inación m asculina resultan evidentes en «distintas form as y en diferentes culturas y tiempos». En este libro exam inarem os el género desde distintos ángulos y explorarem os sus diferentes definiciones y hasta qué punto puede considerarse fluido. A y B En un universo paralelo, de E li Rezkallah, es una R ezkallah se d e cid ió a crear esta obra cuando co le cció n de im ágenes fic tic ia s recreadas a partir «oyó por casu alid ad a su s tío s hablar de de anu ncios reales de la s dé cadas de 1950 y 1960. cóm o la s m ujeres harían m ejor en dedicarse La se rie em plea dram atizaciones para desafiar a co cin ar, lim piar la co cin a y cum plir con con hum or el sexism o contem poráneo. “su s deberes fem eninos"*. If your husband ever find s out _ — 1 "üL ^ .. " If" |f yo B r w ife e v e r f¡n d $ o u t yon're mol - t o r + u a in g '¡ o r f r o b t r cp fftt... ----------------------------------------------- El térm ino patriarcado hacia referencia en La a g e n c ia (del Inglés a g e n c y ) es la origen a los 3i8temas de gobierno o sociedades capacidad de una persona o de un grupo dirigidos por hom bres y en los que la propiedad hum ano de a c tu a r con independencia se heredaba a través de la linea masculina o de tom ar decisiones. Alude a su poder y el varón de mayor edad encabezaba la para elegir actuar de una m anera p a rticular unidad fam iliar. En la actualidad se utiliza para y para llevar a cab o la acción elegida. hacer referencia a los sistem as sociales en los que el hom bre tiene más poder que la mujer. En el capitulo 1 examinamos cómo se ha entendido el género como una expresión social del sexo biológico en distintas culturas a lo largo de la historia. El capítulo 2 aborda el género como constructo social y el impacto de los cambios sociales en las expresiones de género. En el capítulo 3 se exploran una serie de prácticas que se encuentran a través de las categorías binarias de mujer y hombre, entre ellas o al margen de ellas y que culminan en la comprensión de la fluidez del género. Además de centrarse en el género como una estructura social que puede producir desigualdades y lim itar las posibilidades, este libro pone al descubierto la agencia de género. IN T R O D U C C IÓ N En el capitulo 4 se abordan algunas de las formas en que las personas ponen en entredicho las estructuras de género, cómo cuestionamos los procesos dominantes de género para crear formas alternativas de pensar y vivir el género. 1. El género como expresión del sexo biológico La perspectiva e s e n c ia lis t a 3e basa en la Idea de que todo posee unas características —una esencia— que lo definen y que resultan cruciales en cuanto a su Identidad y a su función. El d im o rfis m o sexu al es la diferencia de rasgos —Incluidos el ta m a fo , el color, la estru ctu ra corporal, las m arcas y las características sexuales secundarlas— entre los Individuos m asculinos y los fem eninos de la m ism a especie, m ás allá de sus órganos sexuales. Los socioblologos buscan explicar los com portam ientos sociales de los anim ales y de los seres hum anos a través de un a óp tica biológica y evolutiva. Sostienen que los com portam ien tos sociales de cada especie, al Igual que sus rasgos físicos, han evolucionado a lo largo del tiem po m ediante la selección natural. Es lógico comenzar por examinar la supuesta relación entre el género y el sexo biológico, ya que este influye en gran medida en lo que entendemos y asumimos de aquel. „ ¡ s •M a Lo que en estudios de género se conoce como escuela de pensam iento esencialista propone que las diferencias de género surgen de disparidades innatas en la com posición biológica de m ujeres y hombres. Además de señalar las diferencias físicas, la perspectiva biológica esencialista sugiere que las mujeres y los hombres poseen variaciones crom osóm icas y hormonales distintas que influyen en sus roles sociales específicos: la esencia de la masculinidad y la fem inidad. Según esta perspectiva, la mujer es cariñosa y está en sintonía emocional de forma instintiva, mientras que el hombre es intrínsecamente un sustentador y protector más competente. Partiendo de esta perspectiva, hay teóricos que, como Leonard Sax, trabajan sobre el supuesto de que el dim orfism o sexual es absoluto. Para ellos, todas las diferencias conductuales entre mujeres y hombres son de origen biológico y reflejan los mismos rasgos observables en el mundo animal. Expertos en sociobiología como Jeremy Cherfas (nacido en 1951) brindan varias hipótesis en esta linea. Postulan que, por ejemplo, el hombre presenta una mayor inclinación natural hacia la promiscuidad porque tiene un número ilim itado de espermatozoides, mientras que la mujer se inclina más hacia la monogamia, porque, dado que cuenta con un suministro limitado de óvulos, tiene menos oportunidades de transm itir sus genes y, por lo tanto, debe elegir con cuidado a su pareja. Además, los riesgos y las cargas de la procreación, incluidos un período de gestación de nueve meses, un parto potencialm ente fatal y. tal vez, lo peor de la crianza de los hijos, recaen en la mujer. Como escribió Cherfas en 1984: «Es esperable que el esperma barato y desechable del macho le haga ser promiscuo; el apaream iento le cuesta tan poco que busca oportunidades sexuales donde puede». B EL A 0 concurso de M isa A las concursantes solo por su apariencia, COMO se las juzgaba s i prin cip io GÉNERO Am erica com enzó en 1921 y aún sigue celebrándose. aunque m ás adelante de talento y entrevistas. En la fotografía vem os a unas jóvenes concursantes de belleza con traje de COMPRENSIÓN se añadieron seccio n e s noche tras la coronación B DEL de la ganadora. E stablecida en 1933. M énica. C aliforn ia, atrajo explícitas dem ostraciones de fuerza física . Varios M istar Am erica entrenaron en esta com unidad playera de levantadores de pesas en las décadas de 1950 y 1960. B IO L Ó G IC O a un público variado por sus SEXO la Muse le B each de Santa Estas teorías suelen dar por sentado que la biologia también influye en la manera en la que la m ujer y el hombre abordan las relaciones desde el punto de vista psicológico. El sociobiólogo Donald Symons (nacido en 1942) expresó este enfoque en The Evolution o f Human Sexuality[2009): «Dado que la hembra humana, como la de la mayoría de las especies animales, hace una inversión relativamente importante en la producción y supervivencia de cada cria, mientras que el macho hace una inversión relativam ente pequeña, la hembra se acercará al sexo y a la reproducción, como los animales, de maneras bastante diferentes a las del macho». Symons, también en su libro de 2009, continúa ofreciendo lo que podría llamarse un «relato normativo» de los enfoques del hombre y de la m ujer sobre el sexo y las relaciones: «La m ujer debería ser más exigente y reticente, puesto que corre un mayor riesgo de sufrir las consecuencias de una mala elección, y el hombre debe ser menos discrim inatorio, más agresivo y gustarle más tener distintas parejas, ya que se expone a un menor riesgo». Nótese que, con esta explicación, la biologia no solo da cuenta de lo que es. sino también de lo que debería ser. CAPÍTULO 1 Las teorías esencialístas suelen asum ir que el nexo entre la corporeidad de género y los com portam ientos específicos de género nace de las diferencias hormonales y neurológicas entre el hombre y la mujer, aunque no todos los científicos coinciden. N A y B Estas Im ágenes por resonancia m agnética m uestran eJ cerebro se m uestra en am arillo y rojo; e l cerebelo, se ccio n e s de un e n cé falo m asculino (superior) en rosa, y lo s tejidos del cuello, en azul. Las diferencias y de uno fem enino (derecha) sanos. En este encéfalo pueden co n trib u ir a la disp a rid a d en cuanto m asculino, el cerebro se m uestra en rojo; el cerebelo . a ca ra cte rística s y com portam ientos. En cualquier en azul claro; el bulbo raquídeo, en verde, y lo s tejidos caso , existen muy d istin ta s opin iones sobre estas del cuello, en m arrón. En este encé falo fem enino. diferencias. En Testosterone Rex: Myths ofSex, Science and Society (2017), la psicóloga y autora de textos sobre neurociencia Cordelia Fine cuestiona los enfoques biológicos basados en la variación hormonal. En dicho texto, la autora sugiere que la insistencia en «las diferencias básicas y profundas» entre m ujeres y hombres está representada a través de la historia dominante de la Testosterona rex. de la idea de que la testosterona es responsable de muchas estructuras sociales clave: «esa historia familiar, verosímil, generalizada y poderosa del sexo y la sociedad. M ediante un entreverado de afirm aciones interrelacionadas sobre la evolución, el cerebro, las hormonas y el comportamiento, ofrece un claro y convincente relato de las persistentes y aparentem ente inextricables desigualdades entre los sexos en nuestras sociedades». Fine sostiene que, aunque la Testosterona Rex pueda parecer invencible, lo cierto es que la teoría evolutiva ha descubierto la diversidad y el dinamismo del orden natural sexual. La autora acude de form a persuasiva a la base científica de la idea de que, si bien es cierto que existen diferencias entre los sexos en cuanto a las hormonas y a la función cerebral, puede entenderse que estas, en lugar de reforzar las diferencias conductuales que se derivan de la corporeidad de las distintas funciones reproductivas, lo que hacen es equilibrarlas. Así, mientras que algunas diferencias físicas alejan a hombres y a mujeres, otras hacen que su conducta sea más similar. Existen estudios en biología evolutiva y psicología evolutiva que apoyan las teorías esencialistas del dim orfism o de género. Podemos examinar los nexos entre la conducta del macho y la de la hembra y la de los animales, la cual, como la nuestra, ha evolucionado con el tiempo. Se aduce que los estudios en animales m uestran que el m acho está, por naturaleza, inclinado a ser el protector o sustentador, y que la hembra es la que cria. Sin embargo, hay ejemplos de animales que no responden a este modelo, de entre los cuales el más conocido es el el pingüino emperador. Una vez que la hembra pone su único huevo, se va al océano a alim entarse durante dos meses, mientras que el macho mantiene caliente el huevo, equilibrando la temperatura entre los pies y el marsupio, hasta que ella regresa con comida para el polluelo. El ñandú macho (una especie de gran ave no voladora) incuba los huevos de la hembra durante seis semanas hasta que eclosionan. Conocido como el padre soltero del mundo de las aves, el ñandú macho es el único responsable de criar a los polluelos durante sus primeros seis meses. El titi macho cuida de los recién nacidos, al igual que los machos de varias especies de ratas. La vida marina ofrece numerosos ejemplos de com portam iento reproductivo masculino no convencional. En los caballitos de mar, la hembra deposita los huevos en el marsupio del macho, donde los lleva hasta cuarenta y cinco dias antes de dar a luz a las crias. Tales ejemplos de diversidad en las prácticas de parentesco y reproducción en el mundo animal desafían los principios clave de los estudios psicológicos evolutivos que insisten en la diferencia natural entre sexos y géneros. A El em ú m acho anida con sus huevos. En esta especie, el m acho e s el responsable de Incubar y cu id ar a la s crías. B El pingüino em perador m acho cu id a a su polluelo. Una vez que la hem bra pone el huevo, deja el nido para pasar el Invierno en e l mar. E l pingüino m acho in cuba el huevo y cria C A P ÍT U L O al polluelo. C Durante el proceso de apaream iento, la hem bra d el ca b a llito de mar deposita lo s huevos en e l m arsupio que el m acho tien e en la cola, donde lo s lleva hasta que e closionan . Le b io lo g ía e v o lu tiv a es el estudio de los procesos evolutivos de la naturaleza, tales com o la selección natural, la ascendencia com ún y el modo en el que las form as de vida se han diversificado y adaptado a lo largo del tiem po. L a p s ic o lo g ía e v o lu tiv a o todas ellas, se basan en adaptaciones psicológicas los hum anos evolucionaron. L a s p r á c tic a s d e p a re n te s c o son. en que los organism os que se reproducen. Ambos conjuntos de prácticas pueden diferir m ucho entre una especie y otra. B IO L Ó G IC O interactúan con sus familiares y las form as en SEXO respectivamente, las formas DEL y r e p ro d u c c ió n COMPRENSIÓN respuesta a las presiones am bientales a m edida que También existen otras form as m odernas de llevar una vida intim a y sexual que no pueden explicarse a través de las teorías del dimorfismo sexual. Términos como sin hijos por elección o sin hijos se han acuñado para hacer referencia al creciente número de mujeres y hombres que deciden no tener hijos en el siglo xxi. Las estadísticas más recientes de la Current Population Survey (2014), de la Oficina del Censo de Estados Unidos, revelan que casi la mitad de las mujeres de entre 15 y 44 años de edad no tienen hijos, el porcentaje más elevado desde que el Gobierno iniciase el seguimiento dem ográfico de la reproducción. COMO que. al Igual qu e los rasgos físicos, se desarrollaron com o GÉNERO conductas hum anas, EL sostiene que algunas También en el mundo de los humanos es cada vez más habitual que el hombre se implique parcial o completamente en el cuidado de los niños, o que la m ujer asuma el papel de sostén familiar. A En este calend arlo de pin-up» de 1955, co n o cid o com o G oiden Dreem s. aparece la actriz estadoun idense M arilyn Monroe desnuda. La fotografié original la tom ó Tom K elley en 1949, época en la que M onroe necesKaba dinero co n desesperación . La actriz recibió cin cu e n ta dólares. B En 1999, algunas integrantes del Rytstone and D istrict W om en's Instrtute posaron desnu das para un calen d ario benéfico. Se hicie ron fam osas intem acionalm ente cuando el film e Calendar Glris (Las chica* de/ calendario, 2003) contó su historia. Aquí, la s nuevas se unen a algunas de la s originales y se llam an a s i m ism as la s • B aker’s H alf Dozen» (Las se is de Baker). La disociación del sexo y la reproducción pone en tela de juicio el análisis del sexo como una práctica innata y universal. Las teorías sociobíológicas sobre la naturaleza del com portam iento sexual en función del género, como la promiscuidad y la monogamia, tam bién resultan cuestionables a la luz de los hallazgos actuales. Por ejemplo, en un reciente estudio sobre salud sexual realizado por la empresa de salud y belleza Superdrug se les preguntó a 2000 hombres y mujeres de Gran Bretaña y del resto de Europa sobre su estilo de vida sexual. El número de parejas sexuales de las mujeres (14) fue casi equivalente a la cifra dada por los hombres (15), y las mujeres mostraron la misma probabilidad que los hombres de m antener relaciones sexuales. Así, la investigación sexual pone fin al m ito binario según el cual el hombre es promiscuo, y la mujer, monógama por naturaleza. En The Human Journey(2012), el historiador Kevin Reilly señala que las evidencias arqueológicas sugieren que las sociedades antiguas, como la de los cazadoresrecolectores preneoliticos, dividían el trabajo en función del sexo: «En la mayoría de los casos, los hombres cazaban, por lo general en grupos pequeños, mientras que las mujeres recolectaban plantas y animales pequeños junto a los niños y más cerca de casa». Según un extendido enfoque basado en la psicología evolutiva, los roles sexuales del mundo m oderno siguen el mismo patrón prescrito p o r naturaleza por el cual los hom bres cazan y las m ujeres buscan com ida y cuidan a los niños. Hay quienes sostienen que cada sexo es el más adecuado para su función asignada porque ha desarrollado las características óptimas para llevarla a cabo: podría decirse que, por ejemplo, la fuerza de la parte superior del cuerpo del hombre (en promedio mayor que el de la mujer) y los altos niveles de testosterona (que aumentan la tendencia a la agresión y a la asunción de riesgos) hacen que sea más apto para la caza. B EL GÉNERO COMO COMPRENSIÓN DEL SEXO B IO L Ó G IC O Baker’s half dozen . . . En su articulo de 2006 titulado «W hafs a Mother to Do?», los antropólogos Steven L. Kuhn y Mary C. Stiner manejan la hipótesis de que esta división del trabajo durante el Paleolítico le proporcionó al Homo sapiens ventaja sobre los neandertales al permitirle ampliar su dieta y cooperar para ser más eficiente. Sin embargo, subrayan que «[...] la tendencia universal a dividir el trabajo de subsistencia por género no es solo el resultado de diferencias físicas o psicológicas innatas entre los sexos; en ella hay mucho de aprendido». C APtTU LO 1 Es im portante señalar tam bién que los estudios antropológicos sobre las sociedades de cazadores-recolectores que aún existen indican que las mujeres de estas com unidades cazan con los hombres. “ Los aeta, de las Filipinas, son una de estas sociedades. Del mismo modo, las mujeres de las comunidades de cazadores-recolectores de los j u / ’hoansi, de Namibia, y de los martu, de Australia, son cazadoras competentes. A Mujeres aka, de la República Centroefricana, dirigiéndose al bosque a pasar el día pescando. Los padres aka desem peñan un papel igualitario en el cuidado de los hijos, ya que pasan el 47 % del tiem po cerca de estos. B Los aeta son un pueblo indígena de las zonas m ontañosas de la Isla de Luzón, en las Filipinas. Existe un estudio según el cu al las mujeres cazan mejor que los hombres. En Man the Hunter (1968), los antropólogos Richard Borshay Lee e Irven DeVore sugieren que el igualitarismo es una característica clave de las sociedades nómadas dedicadas a la caza y la recolección. Debido a que este estilo de vida requiere que los miembros del grupo tengan movilidad, las posesiones materiales deben repartirse entre todo el grupo, de manera que ningún individuo pueda acumular excedentes. Otro estudio realizado en 2015 por el antropólogo Mark Dyble propone que la igualdad de género fue evolutivamente ventajosa en las primeras sociedades humanas porque fomentó la creación de redes sociales muy extensas. Dyble sugiere que las primeras desigualdades sexuales aparecieron después del desarrollo de la agricultura, cuando las comunidades se asentaron en lugares fijos y pudieron acumular recursos. Llegados a este punto de la historia de la humanidad, según Dyble, comenzó a ser ventajoso para los hombres amasar recursos —entre ellos esposas e hijos— y establecer alianzas con parientes masculinos. m rQ S O 0 3 M O r~ 8 La interpretación de Dyble es de las que sostienen que los diferentes roles sociales de hombres y mujeres surgieron a raíz de factores sociales cambiantes y no de la evolución biológica, una teoría que examinaremos más a fondo en el capítulo 2. Con independencia de que la estructura biológica de las mujeres y los hombres influyera o no en los comportamientos de género y en los roles sociales, casi siempre se ha tenido una comprensión defectuosa de la cuestión. El historiador de la sexualidad Thomas Laqueur (nacido en 1945) sostiene que las bases de la comprensión moderna del sexo y la sexualidad hum anos se asentaron en la Europa del siglo x v iii , durante el período de la Ilustración. Durante dicha época, la ciencia tom ó el relevo de la religión com o marco explicativo dom inante en cuanto al sexo y a la diferencia de género. Laqueur define este cambio como el paso de un modelo de un sexo a uno de dos sexos en la Europa occidental de finales del siglo xvm. Con anterioridad, según Laqueur, la creencia predominante —una tradición que se remonta al menos a la Antigua Greciaera que las mujeres y los hombres representaban un sexo. Los hombres y las mujeres se caracterizaban por poseer variaciones de un tipo de cuerpo humano: los genitales masculinos estaban en el exterior del cuerpo, y los femeninos eran algo así como una imagen especular de la misma anatomía, pero en el interior. La Ilu s tra c ió n es un periodo histórico A (a ciencia, la filosofía y la política s 0 1 M ujer em barazada, del tratado titu lado Anatomía y atribuido a Pseudo-G aleno. i- Figuras anatóm icas m asculina y fem enina hechas de m arfil europeas experim entaron cam bios (1701-1730). Dado que lo s órganos radicales y se fom entaron la ciencia, no están representados con un la razón y el individualism o po r encim a gran detallism o, e s poco probable de la religión y de la tradición. o o m édico b ritán ico del sig lo xv* que se extiende de finales del 9iglo xv* a principios del xix y durante el cual m que estas fig u ras se usasen para la do ce n cia m édica. o CD M O r~ & UJ V1GESIMAQVINTA A QVINTI LIBRI Andrés V esalio fu* «I prin cip al pionero de El b in a rls m la anatom ía m oderna. E sta s ilu stra cio n e s, que clasifica el género en dos categorías: de su obra m ás conocid a. De human! corporia fabrica llbri aeptem (De te estructura del cuerpo hum ano en atete libros. 1543), representan la anatom ía fem enina (izquierda) y el canal vaginal a m odo de pene in vertido (derecha). B FIGVRA Un esqueleto m asculino junto a un cab a llo o d e g é n e ro es un sistem a m asculino y femenino. Estas categorías deben estar separadas y oponerse entre sí. Este sistem a a veces m ezcla los aspectos biológicos y sociales del género. (izquierda ) y un esqueleto fem enino junto a un avestruz (derecha) form an parte de la serie de grabados que hizo Edw ard M ltch ell para The Anatom y o f the Bonea o f the Human Body (1829), de Jo h n Barclay. C A P ÍT U L O La creencia de que el cuerpo femenino representaba, por lo tanto, una versión inferior o imperfecta del masculino se vio sustentada por los estudios de hombres tales como Galeno, médico griego que vivió en el Imperio romano, y Andrés Vesalio, anatomista flamenco del siglo xvi que formó parte de los inicios del influyente movimiento para el uso de la disección en el descubrimiento de las realidades del cuerpo humano. A partir de la época de Vesalio y hasta la Ilustración, en el siglo xvm, se produjeron notables cam bios en la form a en que se entendía el sexo humano. Los avances científicos, logrados a través de prácticas como la disección, revelaron diferencias físicas entre el hombre y la mujer mucho más allá de sus sistemas reproductivos. Tal y como dice la historiadora de la ciencia Londa Schiebinger (nacida en 1952) en Skeletons ¡n the Closet[1986): «A partir de la década de 1750, los médicos de Francia y Alemania exigieron una delineación más precisa de las diferencias de sexo; descubrir, describir y definir las diferencias de sexo en cada hueso, músculo, nervio y vena se convirtió en una prioridad de investigación para la ciencia anatómica». En lugar de ver el cuerpo como una versión im perfecta e invertida del cuerpo masculino, el binarismo de género enfatiza que hay unas profundas diferencias entre ambos. Para Laqueur, esto supuso la aparición del modelo de dos sexos. Tanto él como Schiebinger citan cambios en las representaciones del esqueleto humano de los libros de texto médicos en la Europa occidental durante aquella época; con anterioridad, era un único esqueleto el que se habia representado en las ilustraciones médicas: el esqueleto masculino, como tal vez indicaba el modelo de un solo sexo. A medida que ganaron peso las ¡deas que enfatizaban la diferencia, las representaciones de un único esqueleto se reemplazaron por dibujos de dos figuras esqueléticas diferentes: una de m ujer y otra de hombre. EL GÉNERO COMO COMPRENSIÓN DEL SEXO B IO L Ó G IC O <•> u A C A P ÍT U L O A medida que la diferencia fue convirtiéndose en el centro de las investigaciones, los científicos trataron de identificar el origen de lo que hacía que la mujer y el hombre fueran tales. Durante la Ilustración, el discurso científico, filosófico y político se centró con frecuencia en la defensa de la libertad individual y de la igualdad para todas las personas. Se suscitaron preguntas acerca de si había que incluir a la mujer en esta demanda de igualdad. En las Lettres persanes [Cartas persas), de 1721, Montesquieu escribió lo siguiente: «Hay entre los hombres un gran debate en torno a si es más ventajoso privar a la mujer de libertad que dejarla en manos de ellos; me parece que hay muchas razones a favor y en contra». Montesquieu plantea la pregunta de «si la ley natural somete a la mujer al hombre». S El hecho de que la ciencia enfatizara las diferencias entre hombres y mujeres en aquella época, en la que estaban produciéndose grandes avances en la filosofía polítíca y ética con relación a los derechos individuales, era ventajoso para quienes justificaban el papel subordinado de la mujer. Lo cierto es que el hecho de que el cráneo femenino sea por lo general más pequeño que el masculino —lo que índica, en consecuencia, un cerebro más pequeño— se utilizó durante el siglo xix como argumento de que las m ujeres eran menos racionales que los hombres. A Aunque no tien e titu lo, esta pintura ai (Meo de Jo se ph W rfght de Derby se conoce com o Un filósofo da una lección sobre el planetario de mesa, en el que ee pone una lámpara en lugar del Sol o, a te c a s . El planetario (h. 1766). Aunque la pintura se asem eja a una escen a de conversación, su tem a cie n tífico supuso una ruptura con la tradición. Durante la Ilustración, la cien cia y la racionalidad se relacionaron a m enudo co n la m ascuiinidad. B Los primeros pasos, o La madre nodriza (1803-1804), de M argúem e Gérard, retrata lo s tem as de la ternura m aterna y la m aternidad, por los que se co n o ció a la artista. H istóricam ente, la mujer se ha asociad o con la crianza. GÉNERO COMO COMPRENSIÓN DEL SEXO B IO L Ó G IC O Cuando la ciencia desarrolló sus ideas del género como un concepto binario, se echó mano de la biología para justificar la asociación del hombre con la racionalidad y la cultura, y la de la mujer con la emotividad y la naturaleza. EL Según Laqueur, con el desarrollo del modelo de los dos sexos, los roles sociales de hom bres y m ujeres llegaron a diferenciarse dentro del pensamiento científico, com o antes había sucedido dentro del marco social y religioso. A B C A P IT U L O En el discurso del siglo xvm, se definió la naturaleza del cuerpo de la mujer como maternal y afectiva. El cambio de perspectiva con relación a las cuestiones de género tuvo hondas repercusiones sociales y dio apoyo científico a ideas que ya existían en forma de creencias religiosas, culturales o filosóficas. Filósofos influyentes como Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) propusieron que los hombres eran más aptos para los roles públicos, mientras que las mujeres estaban conectadas al ámbito privado y, por naturaleza, asumían un papel más servil. Los roles públicos adquirieron un estatus más elevado durante la Ilustración, de modo que el cambio en la comprensión del cuerpo sexuado les permitió a los hombres obtener un mayor poder en la sociedad. 3 Cabe señalar, sin embargo, que hubo mujeres que se opusieron a su exclusión de la vida pública durante dicha época. Hubo, por ejemplo, muchas mujeres de clase alta y m edia que participaron en salones intelectuales y debatieron sobre literatura, política y filosofía junto con hombres. Durante la Ilustración comenzaron a surgir autoras, en p articular novelistas, y, en 1792, Mary W ollstonecraft (1759-1797) escribió A Vindication o f the Rights o f Woman: With Strictures on PolíticaI and Moral Subjects (Vindicación de los derechos de la mujer), donde criticó a los teóricos varones que se oponían a la educación de la mujer. Sin embargo, la comprensión dominante de la diferencia de género limitó a la esfera privada a muchas mujeres, en especial a las de la clase obrera. Esta disparidad de poder ha sido difícil de derribar. El énfasis del modelo de los dos sexos en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres sigue siendo evidente en muchas visiones del género actuales; tales diferencias se ven acentuadas por los fenómenos naturales y están vinculadas a ellos. Sin embargo, otro importante defecto de las perspectivas biológicas tradicionales es que no tienen en cuenta a las personas cuyo sexo biológico parece estar entre las categorías de hombre o mujer, o al margen de ellas. El trabajo de la bióloga Anne Fausto-Sterling supone un cambio radical en las form as establecidas de teorización sobre el género y la biología. Fausto-Sterling sostiene que la perspectiva existencial binaria de género, con solo dos sexos biológicos, resulta muy problemática. Se trata, como sostiene en Sexing the Body (Cuerpos sexuados: políticas de género y la construcción de la sexualidad, 2000), de una lectura incorrecta de la biología que, en la sociedad moderna, ha alcanzado el estatus de verdad: en realidad, «la masculinidad y la feminidad totales representan los extremos de un espectro de posibles tipos de cuerpo». Dentro de los opuestos de lo masculino y lo femenino existe una multitud de variaciones. El sexo biológico puede interpretarse como un espectro en el que la mayoría de las personas se agrupan en torno a masculino o femenino, pero en el que hay un pequeño —pero significativo— abanico de posibilidades intermedias. Las variaciones cromosómicas en el género son enormes y van mucho más allá de XX y XY. Existen, por ejemplo, muchos estados intersexuales, y, por lo tanto, incluso dentro de las variaciones de sexo y género hay diversidad. m C A Chevalier d'Éon (1792), de Thom as Stew art, a i e stilo de Jean Laurent Moanler. El personaje retratado vtvló com o hom bre de 1762 a 1777, y com o mujer de 1786 a 1810. En la pintura lleva un traje negro de esgrim a. B En Mmry W ollstonecrafi (h. 1797), de John Opie. la m odelo lleva un vestido y un peinado se n cillo s, reflejo de la Idea de W ollstonecraft sobre la apariencia: que debía •adornar a la persona y no rivalizar con ella». C Una edición de Herrfs's Uat o t Covant Garden Led ies (1773). Esta pu blicación, producida para clie n te s, era un directo rio anual de la s m ujeres que ejercían la prostitución en e l Londres georgiano. Trmntginaro es un térm ino am plio qu e hace referencia a aquellas personas cuya identidad de género o expresión de género En tono irónico, Fausto-Sterling propone un modelo de cinco sexos, no de dos: masculino, femenino, merm, ferm y herm (abreviación de hermafrodita). innatas son diferentes al sexo que se les asignó al nacer. Algunas personas transgénero deciden hacer la tra nsición de un sexo biológico a otro; a estas personas a veces se les llam a transexuales. Hay otras qu e prefieren no hacer n ing una tra nsición física. Para las personas ciagénaro, su identidad de género, expresión de C APITULO 1 género y sexo biológico Los estudios sobre ¡ntersexualidad muestran que el desarrollo del género va mucho más allá de lo que admite un modelo de los dos sexos. Es difícil determ inar el número de bebés intersexuales que nacen, ya que el consejo médico tradicional lleva a que se realice una corrección quirúrgica tras el nacimiento para que el recién nacido se desarrolle como niño o como niña. Desde la Intersex Campaign for son congruentes entre si. El térm ino tam bién im plica que una persona qu e desem peña el papel de género que dicta la convención social es el adecuado para su sexo. A veces se abrevia com ocfs. Equality señalan que, según «la investigación más exhaustiva que se ha realizado», las personas intersexuales representan entre el 1,7 y el 2 % de la población. Este porcentaje es semejante al de las personas pelirrojas (entre el 1 y el 2 %). Se ha producido una gran estigm atización en torno a los estados intersexuales y a veces no se les dice a los niños que se les ha sometido a una cirugía correctiva. Gracias a Internet, se han conformado comunidades intersexuales de un tiem po a esta p arte y está aum entando el activism o contra la intervención quirúrgica en bebés, en especial en Estados Unidos. Dichas círugias, según los activistas, no son éticas: se llevan a cabo sin el consentimiento del paciente y pueden dar lugar a graves problemas médicos y psicológicos en etapas posteriores de la vida. Pese a la existencia de personas con variaciones intersexuales y de personas transgénero (véanse capítulos 2 y 3), es probable que la identidad de género se adecúe al sexo biológico. Muchos humanos experim entan esta adecuación, que se conoce como cisgénero. La investigación científica y la sociobiologia adoptan un enfoque biológico binario que asume la existencia de esta adecuación. m B A Estos m odelos de cera de genitales se expusieron en 1873 en e<berlinés C aston’s Panopticon junto con m odelos que m ostraban ios efectos de diferentes enferm edades venéreas. Hoy en dia existe controversia sobre la patologización de la intersexualidad. B Dos fotografías de la sede de N adar titu lada Hermaphmdrte, tom adas sn 1860 a una persona intersexual. No se publicaron, sino que •e em plearon con fin es docentes y académ icos. Los defensores de este enfoque utilizan argumentos biológicos centrados en las diferencias de la estructura cerebral y de los niveles hormonales para explicar las disparidades en la conducta, la experiencia o los roles sociales de género. La teoría de que estas diferencias son innatas y que pueden verse en los escáneres cerebrales ha ganado popularidad gracias a libros superventas como Men Are from Mars, Women Are from Venus {Los hombres son de Marte, las m ujeres son de Venus, 2002), de John Gray. Él sostiene, por ejemplo, que la superioridad natural que presentan los hombres en cuanto a la habilidad espacial les permite tener una mayor capacidad para aparcar un coche o interpretar mapas, mientras que las mujeres poseen una habilidad mayor en lo tocante a la inteligencia emocional y la lingüistica. CAPÍTULO 1 Según Gray, estas distintas capacidades y muchas otras son innatas y se reflejan en los roles de género que hombres y mujeres eligen adoptar de forma natural. Pese a ello, hay científicos que cuestionan cada vez más el modelo de género que se centra en la diferenciación y que centran, por el contrario, en señalar las sim ilitudes entre m ujeres y hombres. Existen, en concreto, algunos que rechazan lo que c llaman neurosexismo y que ponen en tela de juicio la idea de que hombres y m ujeres son neurológicamente diferentes. de lo s pocos hom bres hom osexuales m uchas páginas a la sexualidad fem enina que salieron dal arm ario en Londres La novelista y poetisa R adclyffe Hall en la s décadas de 1930 y 1940. 0 BIOLÓGICO de B eibeuf. que vestía de hombre). D edicó SEXO y com portam iento afem inados, fue uno DEL Q uentin C risp, co n o cid o por su aspecto com o con m ujeres (incluida la m arquesa y a lo s roles de género. B El m odelo, actor y e scrito r británico COMPRENSIÓN C m antuvo relacione* tanto con hom bres COMO La a ctriz y escrito ra francesa C olette GÉNERO A EL En su libro Delusions of Gender(Cuestión de sexos, 2010), Cordelia Fine argumenta que el cerebro de hombres y mujeres es «flexible, maleable y cambiable». Lise Eliot, académica médica, también cuestiona que hombres y mujeres están hechos de manera diferente, y en 2010 señaló que «no hay casi nada que hagamos con nuestro cerebro que sea innato. Cada habilidad, atributo y rasgo de personalidad se ven moldeados por la experiencia». Según este modelo, la fisiología humana es la causa de la conducta y, a la vez, se ve afectada por ella; nuestras experiencias conectan nuestro cerebro, que retroalimenta la forma en que experimentamos las cosas. Autorretrato del artista pop estadounidense Andy W arhoi. el cu al exploró a m enudo lo s la conocían com o John. tem as del género, la sexualidad y el deseo. 41 solia llevar ropa m asculina y sus am igos Los c u id a d o s im plican la provisión de atención Lo e tn o m e to d o lo g la es el estu dio de las em ocional y física a o tra persona para form as en que las personas le dan sentido satisfacer su necesidad de tales atenciones. a su m u ndo y crean el entorno social en el que Aunque este com portam iento social, presente viven. C onsidera a las personas com o actores en los seres hum anos y en m uchos anim ales, racionales que em plean razonam ientos suele considerarse femenino, puede darse, pragm áticos que les p erm iten moverse de hecho, en personas de todos los géneros. en sociedad. C A P IT U L O Fine apunta a un estudio realizado por Sari van Anders en 2012 sobre los cuidados infantiles. Las mujeres tienden a tener niveles basales de testosterona más bajos que los hombres, y, dado que están vinculados a los cuidados, podría inferirse que las mujeres son biológicam ente más aptas para el cuidado de los niños. En el estudio de Van Anders, se les pidió a tres grupos de hombres que cuidaran de un bebé de juguete programable. A un grupo se le pidió que se sentara y oyera al bebé llorar (desempeñando el papel tradicional masculino de dejarle el cuidado de los niños a otra persona); a otro grupo se le dijo que interactuara con el bebé, pero este estaba programado para llorar sin im portar lo que se hiciera (como con alguien sin experiencia en el cuidado de niños); al últim o grupo también se le pidió que interactuara con el muñeco, que se programó para que se sintiera consolado cuando se le consolaba de la manera correcta (como haría una persona con más experiencia en el cuidado de niños). Se medían los niveles de testosterona de los participantes. En los dos primeros grupos, aumentaron a medida que fue desarrollándose la situación, pero en el último grupo —el que simuló la proporción de cuidados— disminuyeron cuando se consolaba al bebé. Asi que, si bien los niveles más bajos de testosterona se relacionan con los cuidados, estos también podrían dar lugar a niveles más bajos de testosterona. Este ciclo de causa y efecto hace difícil desentrañar las causas biológicas de la conducta de género de las causas sociales o experienciales. La ¡dea de que hombres y m ujeres poseen características que se consideran ta nto masculinas como fem eninas fue crucial para los estudios sociológicos, y para algunos psicológicos, de la identidad de género de la década de 1970. El campo de la etnometodología examinó el lugar que ocupa el género en la interacción social y en las actividades cotidianas. En lugar de ser una experiencia universal, se entendió que el género surgía de las cosas que hacemos. En el articulo «Doing Gender» (1987), Candace West y Don H. Zimmerman examinaron cómo se representaba el género mediante las interacciones sociales. El género, en su opinión, era omnirrelevante. La necesidad de representar el género correctamente con relación a las expectativas que tiene la sociedad de lo que es una conducta de género apropiada pesa mucho en todas las actividades, por mucho que las demos por sentadas. No representar bien el género conlleva el estigma social de ser considerado poco masculino o femenino. A En estos anuncios de - protección solar de la década de 1970 se trata el cuerpo fem enino com o un objeto e im plican que la apariencia es O O § prim ordial para la mujer. Los p u b licistas suelen utilizar estereotipos de género para vender su* productos; la presión pare que el género se represente correctam ente puede convertirse en un potente m otivo para los consum idores. B Este anuncio de la revista autom ovilística M ax Power sitúa al hom bre como propietario y a la mujer com o posesión, de modo que tanto ella como el vehículo pasan s ser accesorios. s 0 m r~ 0 1 m x O A CAPtTU LO 1 En Gender Trouble [El género en disputa, 1990), la filósofa y académ ica de estudios de género Judith Butler (nacida en 1956) separa aún más el sexo biológico del género: «Cuando la condición construida del género se teoriza com o algo por com pleto independiente del sexo, el género mismo pasa a ser un a rtificio ambiguo, con el resultado de que hombre y m asculino pueden sig n ifica r ta n to un cuerpo de m ujer com o uno de hombre, y m ujer y femenino ta n to uno de hombre com o uno de mujer». S Este enfoque perm itió adoptar una visión más amplia de las maneras de vivir el género al tener en cuenta, por ejemplo, a la m ujer masculina o al hombre femenino. La obra que le dedicó Jack Halberstam a la masculinidad femenina en 1999, por ejemplo, muestra que tener lo que se considera un cuerpo femenino no hace que a la fuerza se den expresiones de feminidad ni la identidad de mujer. Y, viceversa, el estudio de Mimi Schippers de 2007 sobre la feminidad masculina indica que la identificación como varón al nacer no conduce necesariamente a las conductas o expresiones que se consideran propias de la masculinidad. B Estos estudios presentan una clara objeción a la reducción del género a la diferencia biológica. A Esta fotografía. «Chrts». se pu b licó en la revista My Comrade en 1989. La tom ó la drag quaen Linda Sim pson com o parte de su h istó rico ensayo fo to g ráfico Every Night In Drag. con el que docum entó la escen a drag queen neoyorquina desde fin a le s de la dé cada de 1980 h asta m ediados de la de 1990. B «Tabbool at Jo e 's Pub» (1995) pertenece a la m ism a Está claro que la biología no representa la totalidad del género; además de que no está determ inado hasta qué punto nuestros cuerpos con género contribuyen a nuestro com portam iento, no todos los cuerpos son biológicam ente masculinos o femeninos: son am bos o ninguno. se rie, la cu a l cuenta co n m ás de cin co m il fo to g rafías. E l m ovim iento drag se opone a la asun ción de que lo s cuerpos m ascu lin o s no puedan ser fem eninos, y viceversa. m i o < /> H t o o O) M o r~ 8 *R tY O U BEJ BODY READY? Existe una gran variedad de opinión en cuanto a hasta qué punto la biología influye en las experiencias y la conducta de género. Según el constructivism o social, los roles de género —las pautas conductuales que se suponen normales o ideales con relación a cada género— no están determ inados en su totalidad por la biología y la evolución humanas, sino que, hasta cierto punto, los crean y los perpetúan la sociedad y la cultura en las que vivimos. Las identidades y las expresiones de género que no se ajustan a la conducta prescrita se presentan como anómalas. CAPÍTULO 2 Para evaluar este aspecto, podemos examinar cómo se han percibido históricam ente los roles de género y cómo se abordan en todo el mundo en la actualidad. cr. A En la actualidad, la pu blicid ad perpetúa B Ultim am ente son cada vez m ás km anunciantes a veces la s presiones so cia le s de género. que em piezan a burlarse de loe roles Este anuncio de productos de Protein W orld trad icio n ales de género o a sub vertidos. En para perder peso fom enta la an sied ad e sto s anu ncios Im presos, cread os para Nanny corp oral de la m ujer al sug erir que solo por la agencia pu b licitaria tailan desa Monday la s m ujeres delg adas están preparadas en 2012, aparecen hom bres alim entando para llevar bikin i. a su s bebés co n bo lsa s de leche m aterna. Historiadoras como Joan Wallach Scott (nacida en 1941), Sheila Rowbotham (nacida en 1943) y Hilary Wainwright (nacida en 1949) critican el enfoque biológico al sugerir que la perspectiva historicista del género aporta conclusiones más complejas y revela cambios en la comprensión y las expectativas sobre el género a lo largo del tiempo. Aunque las primeras sociedades humanas fueron grupos de cazadores-recolectores nómadas, hubo algunas regiones en las que, desde hace unos 10 000 años, la gente comenzó a asentarse en un único lugar y a cultivar sus propios alimentos, lo que dio lugar al modelo social agrario. Dado que las granjas productivas pueden alim entar a más personas de las que hacen fa lta para su funcionamiento, estas sociedades desarrollaron excedentes de alimentos, lo que permitió que algunas personas participasen en actividades no relacionadas directamente con la alimentación, como la conquista militar, el desarrollo de tecnologías avanzadas y el comercio. El constructivismo social sostiene que el ser hum ano desempeña un papel activo en la construcción de su m undo mediante sus Interacciones y premisas com partidas. Esta teoria sociológica sugiere que la visión hum ana de la realidad social es una creación colectiva que no procede de ninguna verdad exterior natural. Las sociedades agrarias son aquellas cuya econom ía se basa sobre todo en la agricultura y en la ganadería Hasta que se produjo la de las sociedades posteriores hum ano de los cazadoresrecolectores fueron agrarias. COUO CONSTRUCTO al periodo de desarrollo EL GÉNERO Industrialización, en los siglos xv» y nx, la mayoría SOCIAL En estas sociedades, la propiedad y el control de la tierra eran las principales fuentes de riqueza y estatus, actitud que más adelante se extendería a la propiedad y el control en general. La propiedad, que no el trabajo, era fuente de estatus social, y la posesión o gestión de dicha propiedad solía correr a cargo del hombre con un estatus más elevado dentro de un grupo familiar. Las prim eras sociedades agrarias giraban en torno a una unidad fam iliar o comunal, y cada persona asumia una función en la producción de los alimentos. Era habitual que los hombres hicieran el trabajo en el campo y que las mujeres se encargasen de la gestión de la casa, preparasen la comida, hilasen la lana, fabricasen la ropa y cuidasen a los niños y a las personas que tuvieran a su cargo. Esta división tal vez se basó en la fuerza del tren superior masculino —en promedio, superior — o el papel reproductivo de la mujer, el cual im plicaba que las mujeres fértiles se vieran embarazadas o amamantando con frecuencia y, por lo tanto, hasta cierto punto, no estuvieran disponibles para trabajar en el campo. Era dificil, cuando no imposible, que un individuo pudiera mantenerse fuera de la fam ilia o de la unidad comunitaria. Por lo tanto, tenia sentido que los bienes perteneciesen a la unidad fam iliar y no al individuo, y, ya que la unidad fam iliar casi siempre la encabezaba un hombre, en la mayoría de los casos este se ocupaba de esos bienes. A medida que las sociedades agrarias fueron avanzando —desarrollándose en las civilizaciones de la Antigüedad egipcia, griega y rom ana—, los roles de género de A A Este fragm ento de relieve del Periodo Tardío e g ip cio representa la preparación de la e se n cia de lirio por parte de la s m ujeres. Las flo re s se prensan en un parto de lino que después se enrolla. B Este fragm ento de una pintu ra m ural d e l Im perio Nuevo egipcio, perteneciente a la tum ba de Ortsu. al oeste de Tebas, rep resen ta a unos hom bres sem brando y cosechando. En la parte izquierda de la fila central tam bién hay unas mujeres. B las prim eras culturas agrarias se encapsularon en normas religiosas y morales, aun cuando las circunstancias que dieron lugar a la aparición de dichos roles habían cam biado. GÉNERO COMO CONSTRUCTO S O C IA L En algunas sociedades agrarias, como en la Antigua Grecia, la tendencia a que los hombres poseyeran o gestionaran los bienes de la unidad fam iliar se desarrolló hasta el punto de que a las mujeres no se les permitía poseer propiedades ni comprar nada que valiera más que un medimno (una unidad de medida de volumen) de cebada. Pese a que la Antigua Grecia se conoce como la cuna de la democracia, las mujeres griegas no podían votar y a muchas se les exigía que estuvieran bajo el control y la protección de un kyrios (tutor masculino) en todo momento. EL En las tres civilizaciones mencionadas, la esfera de influencia femenina se consideraba, en líneas generales, doméstica, mientras que la masculina se extendía a la vida pública. El cabeza de familia era el hombre con el estatus más elevado. ” Situaciones com o esta subordinaron a las mujeres a los hombres, lo que las obligaba a depender de los de la comunidad para obtener alim entos, protección y apoyo. Esto se entendía com o algo natural, como en la declaración que hizo Aristóteles en Política, según la cual «entre los sexos, el varón es por naturaleza superior, y la hembra, inferior; el varón, gobernante, y la hembra, súbdito». La propiedad en las sociedades agrarias solia transm itirse de generación en generación, por lo que el estatus de las personas dependía de su linaje. Restringir la sexualidad femenina era una form a de controlarlo: a la madre de un niño se la podia identificar sin problemas, m ientras que al padre no. La castidad (prematrimonial) y la fidelidad (conyugal) femeninas eran im portantes para garantizar la identificación de los dos progenitores de los hijos, consolidar su condición social y su derecho a heredar. o | s s A pesar de sus similitudes fundamentales en cuanto a la asignación de la mujer a la esfera doméstica y del hombre a la esfera pública, también existen algunas diferencias interesantes entre estas sociedades, En el Antiguo Egipto, por ejemplo, la mujer tenia los mismos derechos y responsabilidades ante la ley que el hombre: podia poseer y heredar propiedades, solicitar el divorcio, firmar contratos, hacer testam ento y pedir dinero prestado. Aristóteles fue un filósofo y científico de la Antigua Grecia. Sus contribuciones Intelectuales cubrieron una am plia gam a de cam pos relacionados con la ciencia, la filosofía y las artes, y sentaron las bases de muchas áreas del pensam iento del m undo occidental. A Figuras rojas pintadas sn ánforas del Á tica griega, da aproxim adam ente si 480-500 a. C.. que m uestran detalles íntim os de la vida de la s m ujeres. (De b q u tfd a a derecha): en el lavam anos; en las estancias de las mujeres; una hetaira bailando y otra orinando. Las hetairas solían se r co rtesan as Independientes (a diferencia de las pom ai, que eran esclavas que se usaban a m odo de prostitutas). En muchas sociedades agrarias avanzadas, entre ellas las de la Antigüedad grecorromana, que la mujer no trabajara era indicativo de estatus. EL GÉNERO COMO CONSTRUCTO SOCIAL Implicaba que su esposo o padre podía mantenerla, lo que aum entaba el estatus del hombre y el de la unidad fam iliar. Sin embargo, en la práctica, solía esperarse que incluso las mujeres con un estatus más elevado se encargasen de los sirvientes o esclavos, los cuales realizaban el tra ba jo manual necesario para mantener el hogar y cuidar de los niños. Las mujeres de orígenes más humildes o que carecían del apoyo de un tutor masculino tenían que trabajar para ganarse la vida, al igual que los esclavos. La prostitución era una opción. También podían optar por trabajar con una fam ilia en una pequeña granja, hilar, tejer o hacer ropa, cuidar de los hijos de otra mujer, trabajar como partera, limpiar o encargarse de otras tareas domésticas, o ejercer de sacerdotisa, la mayoría de las veces en un culto en el que se adorase a una deidad personificada como mujer. Aunque en cada sociedad predominaron distintas profesiones, no todas las mujeres contaban con el apoyo de los miembros masculinos de la familia. Por lo tanto, algunas mujeres tenían que trabajar fuera del hogar para cuidar de si mismas, para contribuir a los ingresos de su fam ilia o porque estaban esclavizadas. Las sociedades agrarias y sus actitudes hacia el género persistieron hasta la revolución industrial, que en Europa se inició a finales del siglo xvm y se prolongó durante todo el siglo xix. Antes, la mayoría de la población europea vivía en pequeñas comunidades rurales. Las mujeres solían participar en industrias artesanales cruciales, como la hilatura. En la época de la cosecha, mujeres, hombres y niños trabajaban juntos. En las zonas urbanas, las mujeres trabajaban junto con los hombres en oficios y artesanías, y elaboraban textiles y productos de cuero y metal. La Era Meijl fue la época durante la cual Japón com enzó a pasar de ser una sociedad feudal aislada a abrirse y modernizarse. Este cam bio tuvo lugar bajo el m andato del emperador, el cual había recuperado el poder tras la derrota ia i del sogún de Tokugawa y au Gobierno, los nuevos líderes políticos de facto. A Este m osaico rom ano da la sicilia n a villa rom ana dal Casal©, del sig lo iv. representa a unas m uchachas en bikin i haciendo deporte. La ch ica de la toga le entrega una corona y un trofeo a la vencedora. B 0 C ódice M endoza (h. 1542) retrata la form ación a la que se som etían loe niftos y niñas aztecas de siete a diez aftos de edad. Por ejem plo (superior), e l nlfto está aprendiendo a pescar y la niAa está aprendiendo a hacer girar el huso. En la tercera fila se e sp e cifica n los castigo s, com o puede verse en e l niAo al que perforan y atan y la niAa a la que le pinchan en la s m uñecas. En lugar de representar el progreso científico o unos conocim ientos médicos avanzados, el desarrollo del modelo de los dos sexos durante los siglos x v ii y xvm puede entenderse mediante los cam bios económ icos y políticos, en p a rticu la r en lo que se refiere a la capacidad de la m ujer para trabajar con el hombre o en com petencia con él. De hecho, en todo el mundo, la evolución de la idea sobre las diferencias de género en la era moderna se corresponde con las necesidades económicas cambiantes de cada región, provocadas por sus respectivas revoluciones industriales. En Japón, por ejemplo, la Revolución Industrial tuvo lugar más tarde que en Occidente, ya que comenzó en torno al año 1870, durante la Era Meiji, y supuso un cambio de rol para la mujer similar al de Occidente. ? § m o § § 5 Durante la primera parte de la Revolución Industrial en Occidente, las mujeres y los niños trabajaron junto a los hombres en las industrias emergentes (aunque las campañas contra el trabajo infantil hicieron que sus jornadas laborales disminuyeran y desaparecieran). Aunque las mujeres de la clase obrera siempre tuvieron que buscar trabajo, durante la Revolución Industrial la naturaleza de este trabajo se vio modificada. Las nuevas tecnologías en industrias como la textil, la alfarera y la producción en serie de alimentos y prendas de vestir desplazaron a los hombres cualificados, que habían dominado en ellas. Las mujeres y los niños —dispuestos a trabajar por menos y, al principio, quizá menos resentidos por los nuevos m étodos— comenzaron a sustituir a los hombres o a complementar su trabajo. Los sindicatos, que actuaban en interés de sus miembros masculinos, se opusieron a la idea de que las mujeres asumieran el papel tradicíonalmente masculino de sostén familiar. u- A Esta lám ina de «The U nenM anufactory of Ireland- B Trabajadoras en la sa la de m atura de algodón de (1791) m ueetra lo s m étodoe de preparación del Dean M ills, M ánchester. en 1851. En la s prim eras lino em pleados en el sig lo xva. cuando m uchas etapas de la Revolución Industrial se dio trabajo m ujeres trabajaban en Industrias artesanales a m enudo a m ujeres en la s fá b rica s textiles. tales com o la hilatura. Aunque como miembro ocasional y subordinado del personal laboral la mujer no había sido una amenaza, comenzó —al menos en algunas industrias— a ganarle terreno al hombre. Los lideres de algunas religiones, entre ellas el cristianismo dominante, también estaban preocupados por el hecho de que el papel del género femenino pareciera estar en constante cambio, ya que contradecía los dogmas de muchos textos religiosos. EL GÉNERO COMO CONSTRUCTO SOCIAL Si hubiera podido mantenerse la ¡dea de la feminidad, en la que la mujer se quedaba en casa y cuidaba de su marido e hijos, habría sido una solución a estos temores. A Esta lám ina da m oda procada da la ad ició n da Julio da 1875 da G odey's Lady's Book. la revtsta fam anina estadoun idense m ás popular antes da la guerra c iv il (1830-1878). En la im agen pueden verse lo s vestidos de fald a larga y loa co rsé s de m oda de la s m ujeres de clase alta de la época. B La tiradora de exhibición estadoun idense Annie Oakley. nacida con el nom bre de Phoebe Ann M osey. desem peñó un papel protagonista en el e spectáculo B uffalo BJII’s W lld W est. C La fronteriza y exploradora estadounidense C alam lty Jane, n a cid a M arth a Ja n e Canary, se hizo fam osa por su afirm ación de que lu chó contra lo s in dios a l lado de W lld B ill H lckok. Tanto los líderes religiosos como los sindicatos ejercieron una considerable influencia en la sociedad. La m ujer trabajadora (y, por lo tanto, la m ujer de la clase obrera) pasó a representarse en el discurso dominante de género como una mujer fracasada. El ideal de clase media del hombre como sustentador y de la mujer como cuidadora, que podría haberse visto desplazado por com pleto por la Revolución Industrial, se mantuvo bien arraigado a lo largo del siglo xix y a principios del xx. Escritoras marxistas feministas tales como Christine Delphy (nacida en 1941) sostienen que este modelo le vino bien al capitalismo: las mujeres proporcionaban trabajo doméstico no remunerado, un ejército en reserva de mano de obra comercial barata y una forma de producir y socializar a la siguiente generación de trabajadores. Esta situación se justificaba por reflejar un orden natural ideal respaldado por la ciencia de la época mediante el modelo de los dos sexos. Aunque este ideal ha sido muy difícil de disipar, fue indefendible entre quienes necesitaban el salario de una mujer para mantener el hogar. S térm ino discurso se refiere en general a toda com unicación hablada y escrita, pero puede utilizarse de form a más concreta para alu d ir a la discusión formal —sobre todo académ ica— con relación a u n tem a en particular. Dentro de las ciencias sociales y las hum anidades, el discurso representa las form as dom inantes de pensar sobre un tem a en concreto. El capitalismo es un sistem a económ ico y político en el que el com ercio y la Industria están controlados por propietarios privados con ánim o de lucro. En culturas fronterizas, como las de Nueva Zelanda y el Oeste estadounidense, también se dieron notables excepciones a este ideal. Allí, las m ujeres colonizadoras asumieron a la fuerza roles tradicionalmente masculinos —disparar, guiar grupos de caballos y proteger y mantener a sus fam ilias— cuando sus padres, esposos o hermanos estaban ausentes o incapacitados. En consecuencia, Nueva Zelanda y algunos estados occidentales de Estados Unidos estuvieron entre los primeros en concederles a las m ujeres el derecho a votar (aunque Estados Unidos, como nación, no lo hizo hasta 1920) y, en algunos casos, a heredar propiedades. En Gran Bretaña, mientras tanto, el conflicto entre la ¡dea de feminidad ideal y el creciente número de mujeres trabajadoras se convirtió en una fuente de preocupación para las clases medias victorianas. Se consideró que el servicio doméstico y las labores de cuidado eran la respuesta, y se promovieron como buenas formas de prepararse para el matrimonio. B EL GÉNERO COMO CONSTRUCTO A H 1 1E 0 A K L C T Mll »l S SMUt ? -t p o R T S O C IA L M IS S itI T Tti r ABINfT o* ■o A En esta fotografía, da an tom o a 1915-1923. vam os a unas m ujeres jap on esas trabajando en una planta de procesam iento de seda y sacan do a i N lo de lo s cap u llos. Las trabajadoras te xtile s hicieron una Im portante co n trib u ción a la R evolución Industrial japonesa. La prim era le cció n del F a d o ry Q lrls' Reeder (1911) d e cía lo siguiente: -Q ue to do el m undo sepa que no puede haber m ayor lealtad al país que trabajar al máximo de la s cap a cid ad es de la m ahana a la noche». B Durante la década de 1930, la producción de alim entos en Estados U nidos dependía sobre todo del trabajo de la s m ujeres. A quí, la m ano de obra fem enina de una fá b rica de conservas pela tom ates m aduros y le s qu ita la s pepitas antes de p ro cesa rlos y enlatarlos. Educar a las mujeres de la clase obrera pasaba por civilizarlas mediante el fomento de las tareas domésticas, que era una forma de inculcarles las normas domésticas de la clase media, como se ilustra en un informe gubernamental de 1904: CAPITULO 2 «A los trece años de edad, la mayoría de estas mujeres habrían empezado a trabajar en una fábrica, a gestionar sus propios ingresos y a mezclarse con un gran número de personas con todo el entusiasmo y los chismes de la vida de la fábrica. De ser así, crecerán ignorantes de todo lo relacionado con la domesticidad [...]. Hasta que a las niñas no se les haya enseñado a encontrar placer en el trabajo doméstico, será inútil esperar que abandonen la vida en las fábricas». S Una reacción similar contra el papel cam biante de la mujer es la que puede verse en el Código Civil Meiji de Japón, promulgado en 1898, unos treinta años después del comienzo de la Revolución Industrial del pais, donde se requería que la esposa obtuviera el permiso de su m arido para: «Recibir o emplear capital, contratar un préstamo o dar una garantía, realizar cualquier acto que tenga por objeto adquirir o separar un derecho sobre un bien inmueble o un bien mueble de valor, realizar cualquier acto en el curso de una demanda, hacer un obsequio, un compromiso o un acuerdo para someterlo a arbitraje, aceptar o rechazar una sucesión, aceptar o rechazar un obsequio o un legado, celebrar cualquier contrato que afecte a la disposición de su persona». En Formations ofC lass and Gender: Becoming Respectable (1997), Beverley Skeggs, especialista en estudios de género, sostiene que la idea de respetabilidad sigue teniendo en la actualidad la misma importancia para la construcción del género que la que tuvo en el siglo xix. Ser una buena m ujer suele equipararse con ser una mujer respetable, una mujer que muestre moderación, control y falta de excesos, cualidades que reflejan los valores culturales del buen gusto de la clase media. Históricamente, al igual que en la sociedad contemporánea, la moral es clave en la construcción de la feminidad. Junto con los valores culturales y los derechos legales, la religión también es importante a la hora de establecer y mantener los códigos morales y los roles de género. Los códigos morales religiosos que hacen hincapié en la pureza de la mujer y en la importancia de su castidad legitiman la segregación sexual en la vida pública y en la práctica religiosa. EL QÉNERO COMO CONSTRUCTO S O C IA L Muchos de los principales textos religiosos transmiten los roles de género tradicionales de las antiguas sociedades agrarias y tratan estos patrones conductuales como necesarios para vivir correctamente y obtener la salvación después de la muerte. La separación entre mujeres y hombres en el judaismo, el islam y el cristianismo busca proteger la pureza femenina contra la incontrolable naturaleza de la sexualidad masculina. Estas ideas se perciben en discursos más amplios de la sociedad contemporánea sobre el género y la sexualidad, donde a menudo se responsabiliza a la mujer del acoso sexual y de la violencia, por ejemplo por su elección de la ropa o el consumo de alcohol. De manera similar, las comunidades religiosas conservadoras actuales, como los amish o los judíos ortodoxos, se adhieren a los roles tradicionales de género masculino y femenino. CAPITULO 2 Por el contrario, los relatos chinos sobre la antigua sociedad japonesa, que datan de alrededor del siglo i a. C., afirm an que en Japón no se hacia distinción social por aquel entonces entre hombres y mujeres, y que existían gobernantes mujeres. Sí bien el contexto histórico de estos relatos hace viable que se pretendiera denigrar a los japoneses, este com portam iento igualitario tam bién podría explicarse por la religión sintoista, que se practicaba en Japón en aquella época. Se cree que en el sintoism o primitivo se adoraba a Amaterasu, creadora y diosa del sol, lo que condujo a una religión m atriarcal en la que las cualidades femeninas fueron objeto de exaltación y admiración en equilibrio con las masculinas. CN •O A En OrlQan da la m úsica y la dan ja en ia puerta de ptadra (1887) .S hunsal Toshlm ase representa a Am ateraau. la diosa de- aol japonesa, saliendo de une cueva. B Esta fotografía m uestra un carruaje ¿enana de la decada de 1B60 utilizado para transportar a las m ujeres. Loa laterales del carruaje estén cub iertos para proteger la m odestia de la mujer y m antener la reclusión exigida por el purdah. El slntofsmo es la fe autóctona de Japón. Sigue siendo, ju n to con el budism o, la principal religión japonesa. Aunque sus prim eras formas se distinguieron con claridad del budismo, con el tiem po adquirió algunos rasgos budistas yconfuclanos. B El purdah es una form a de aislam iento fem enino que se d a en algunas com unidades hindúes y m usulm anas del sur de Asia. Las mujeres qu e lo practican se protegen la vista, sobre todo de los hombres, por medio de prendas (incluido el velo) y se segregan detrás de paredes, biom bos o cortinas. Los cam bios en las circu n stan cia s y en las políticas económ icas pueden contradecir la visión religiosa del género. EL QÉNERO COMO CONSTRUCTO SOCIAL Los cambios en los sistemas económicos y políticos siguen siendo uno de los principales factores de cuantos influyen en las experiencias de género. En Bangladés, por ejemplo, los cambios en las políticas comerciales que comenzaron a finales de la década de 1970 permitieron el desarrollo de la industria de la confección, la cual necesitó la incorporación de nuevos trabajadores al mercado laboral. Estos trabajadores fueron, en gran parte, mujeres que se trasladaron a las zonas urbanas en busca de trabajo, un fenómeno contrario a los valores tradicionales del purdah, que separa a las mujeres de los hombres en público y exige que estas se cubran el cuerpo y el rostro. El proceso de incorporación de la mujer al mundo laboral en las ciudades ha llevado a una visión más relajada del purdah en las zonas urbanas y en las familias que necesitan el salario de la mujer. A su vez, esto da pie a una percepción pública más amplia de las posibilidades de la mujer en la sociedad. Sin embargo, si se considera el purdah con una perspectiva histórica, se ve que factores como la casta y la clase siempre han influido en los valores culturales, y que las fam ilias de castas y clases inferiores necesitaban el salario de las mujeres, que trabajaban con los hombres en los campos. Solo las fam ilias pudientes, que no necesitaban que las m ujeres trabajasen, observaban el purdah de un modo estricto. CAPITU LO 2 Otro ejemplo de circunstancias cambiantes que contradicen las prácticas religiosas de género es la forma en que se ha entendido en Occidente la práctica tradicional hindú del sai/, ritual por el que la mujer se quema en la pira funeraria de su esposo. Aunque históricamente se ha entendido como un acto de honor dentro del pensamiento hindú, desde una perspectiva occidental liberal y, en especial, feminista, simboliza la coerción y la violencia contra la mujer. 2 En 1829, las potencias coloniales británicas de la India prohibieron el sati. Lo que sabemos del sati siempre nos ha llegado, dice la escritora Gayatri Spivak en su ensayo Can the Subaltern Speak?(1988), de los colonizadores británicos, y nunca de las propias m ujeres implicadas. Su afirm ación «Los hombres blancos están salvando a las mujeres morenas de los hombres morenos» complica las cuestiones de poder. La cuestión central del debate que se plantea es común: ¿esta práctica se basa en la costumbre patriarcal o en la autonomía individual de las mujeres? ¿O tal vez en una com binación de am bos factores? Spivak y otras feministas poscoloniales sostienen que se trata de esto último. Como en el ejemplo del purdah, cuando los países se ven invadidos o colonizados, los roles y expectativas de género de la nación colonizadora pueden introducirse y desarrollarse junto a la ¡dea local del género. Las expectativas de género pueden chocar y experim entarse de maneras com plejas o contradictorias. En algunas partes de Sudamérica, por ejemplo, el dominio español ha influido en la demarcación de los roles de género dentro de la familia. Los modelos de género indígenas y las exigencias modernas del capitalismo, que consideran a las mujeres como una parte importante de la fuerza laboral, coexisten con estos roles familiares. Las expectativas contradictorias, creadas por un lado por el mercado laboral y, por otro, por el deber familiar, presentan responsabilidades incompatibles para las mujeres sudamericanas, asi como de muchas otras partes del mundo. 8 satl era una costum bre sus bienes a la m uerte funeraria hindú por la que de la viuda. la viuda se Inm olaba en la se em plea a veces para alegaban que era un acto hacer referencia al período posterior a la dom inación Los críticos de la costum bre colonial. Los estudios poscolonlales son un a ram a alternativas de las viudas eran de las ciencias sociales que sombrías: verse efectivam ente aborda el im pacto hum ano rechazadas por la sociedad del do m inio colonial desde -te n ie n d o que afeitarse la perspectiva de los pueblos Indígenas que vivieron bajo arroz y rechazar el contacto el imperialismo. S O C IA L la cabeza, com er solo m arido. CONSTRUCTO han señalado que las en la pira funeraria de su COUO de piedad y pureza supinas. hom bre fa lle cid o se Inm ola GÉNERO se practica. Su3 defensores maltrato de la fam ilia de su le p rá ctica del aetl (o surte*/, EL El térm ino poocolonial esposo, que heredaría Un artist» lr>dlo del sig lo ex pintó esta representación de en la que la eepoaa de un pira de su marido. Ya no s o c ia l- y 3 u frlrel potencial A En Occidente, los m ovim ientos fem inistas han desafiado las afirm aciones dom inantes de que el género está determ inado biológicamente, y las pruebas que apoyan este cuestionam iento se han fortalecido a lo largo del siglo xx. Los estudios de socialización de género demuestran que el comportamiento de género se aprende. N o < 2 Las actitudes de las personas que tenem os cerca durante nuestro crecim iento pueden influir en nuestra form a de vida. Los estudios sobre la socialización de género han dem ostrado que alabamos com portam ientos concretos en niñas y niños, alentam os la utilización de juguetes y actividades con un enfoque de género especifico y esperamos presentaciones corporales diferenciadas. Las estructuras sociales más amplias son cruciales a la hora de construir la diferencia de género. El peso de la historia, la religión y lo que se presenta como natural nos empuja a mantener los roles tradicionales de género. Las investigaciones sobre el género y la educación revelan expectativas sistém icas de que las niñas o los niños obtendrán mejores o peores resultados en determ inadas asignaturas, lo que los llevará a elegir —o incluso a verse animados a elegir— diferentes asignaturas en la escuela en función de su género. A Esta fotografía, titu lada Seotvoo y sus co sas rosas, form a parte del P r o y c lo roas y azul (2005-actualldad). de la fotógrafa aurcoreana JeongM ee Yoon. La serie exam ina la relación entre el género y el consum o de los niftoa estadounidenses y surcoreanos. B Kihurt y sus coasa azu/es pertenece a la misma serle. «Quería m ostrar hasta qué punto lo s niftos y sus padres, co nscien te o inconscientem ente, estén in flu id o s por la pu blicid ad y la cultura popular —e xp lica Yoon—. El azul se ha convertido en sím bolo de fuerza y m asculinidad, m ientras que el rosa sim boliza la dulzura y la fem inidad». Los estudios de género y de los medios de com unicación han analizado cómo se co difica la diferencia de género en las representaciones culturales: los productos tienden a enfatizar la actividad y la valentía, o a subrayar la am abilidad y la belleza. Socialización de género es un term ino desarrollado y los estudios de género para describir los procesos de aprendizaje de las norm asy valores que se asocian de form a tradicional con el género En su ensayo Throwing Like a Girl: A Phenomenology ofFem inine Body Com portment M otility and Spatiality (1980), la filósofa fem inista Iris Marión Young (1949-2006) propone que las chicas interiorizan la idea de que su cuerpo es débil. Pueden no verse capaces de realizar tareas físicas, lo que las lleva a no practicar deportes. gi no practican, por ejemplo, el lanzamiento, o O la fuerza y la confianza física no aumentan, .. ,, , A las ninas, sostiene Young, no se las anima „ , a usar el cuerpo con tanta libertad como a los niños, y esto influye a lo largo de toda su vida. Según Young, las niñas se ven «físicamente inhibidas, confinadas, posicionadas y objetivadas». > 2 La afirm ación de Judith Butler de que el sexo, así como el género, se construye social y culturalm ente supone una im portante extensión de las teorías de la socialización de género de la década de 1980. La autora sostiene que lo im portante no son las diferencias corporales, sino cómo se perciben en la sociedad. Para Butler, tanto el género como el sexo se construyen mediante el discurso. Desde esta perspectiva, el género no existe al margen del discurso. Butler argumenta que nadie nace con un género, sino que aprendemos a hacer el género: «Actuamos, caminamos y hablamos de manera que consolidamos la impresión de ser un hombre o una mujer». A A La portada «The Son» d e l p e rió d ico britán ico The Sun la disertó la agencia londinense Grey para conm em orar el nacim iento del prin cip e Jorge, hijo del duque y la duquesa de Cam bridge, en ju lio de 2013. D estaca la im portancia d e l género de los recién nacidos en m uchas so cie d ad es, en p a rticu lar cuando la propiedad o los ex O títu lo s se transm iten a través de la linea m asculina. En H alla existe la tradició n de que cuando nace un bebé, se cu e lg a una cin ta rosada en la puerta del hogar en el que ha nacido una niña y una cin ta azul en e l que ha nacido un niAo. Butler desarrolló el concepto de perform atividad para hablar de cómo las reglas de género se ven representadas de forma compulsiva y repetida de manera que se sugiere que son naturales. Para ello, empleó el ejemplo del nacimiento de un bebé. Según Butler, cuando el médico o el enfermero proclaman que un bebé es una niña o un niño, no están hablando de algo que ya exista. No existen, según la autora, cuerpos con un género natural. Lo que sucede es que este acto del habla —lo que Butler llama expresión perform ativa— dota de existencia al género del bebé. Decir es una niña o es un niño inscribe el género en el bebé. Para Butler, lo fundam ental en la representación del género son las normas y los valores sociales. Las form as en que la sociedad espera que representemos nuestro género no siempre siguen una ruta progresiva de igualdad y derechos para am bos géneros. En Irán, por ejemplo, los derechos de las niñas y las mujeres disminuyeron y sus roles sociales prescritos se alteraron cuando, en la década de 1980, cobró forma un nuevo Gobierno y el poder se modificó. A principios del siglo xx, las mujeres iraníes recibían educación y participaban en la vida laboral, en la política y desempeñaban cargos públicos. A menudo trabajaban como periodistas y escritoras, y, ya en 1907, crearon una revista centrada en temas relacionados con la mujer. Y hablamos de más de diez años antes de que las mujeres británicas pudieran votar. ™ § m o § § r s Sin embargo, la Revolución iraní de 1979 supuso el inicio de la República Islámica de Irán. Liderado por el ayatolá Jomeini. el nuevo poder revocó una amplia gama de derechos de la m ujer que los m ovim ientos fem inistas habian conquistado e introdujo cam bios radicales en los roles de género. Las mujeres ya no pudieron ocupar cargos públicos, la edad mínima para contraer m atrimonio se redujo a los nueve años, las niñas casadas dejaron de poder asistir a la escuela, se puso en práctica la segregación sexual en los espacios públicos y las mujeres se vieron obligadas a seguir el código de vestim enta islámico. Hasta la form ación de un nuevo Gobierno, casi veinte años después, en 1997, las m ujeres iraníes no comenzaron a recuperar sus derechos. Muchas mujeres volvieron a participar en política y en campañas feministas, y, en 2003, Shirin Ebadi, a ctivista por los derechos de la mujer, obtuvo el premio Nobel de la Paz. En 2012, sin embargo, un nuevo Parlamento volvió a reducir los derechos de las mujeres. Además, las leyes islámicas se aplican con independencia del Gobierno que ostente el poder y pueden restringir los derechos de las m ujeres en el matrimonio y la reproducción, su libertad personal y, en función de cómo se interpreten, dictar el código de vestim enta (véase el capitulo 4 para obtener más detalles sobre, por ejemplo, el hiyab). Hoy en dia, la m ujer íraní sigue careciendo de muchos derechos fundamentales. A Una mujer co n cita d o r de com pras con una pareja con ropa occid en tal en la ciudad Iraní de Teherán, 1961. Hoy en día. la mujer iraní esta obligad a a cub rirse la cabeza, aunque no a usar el chador en al. B Fotogram a procedente de Fervor (2000), de Shirin Neshat. Esta vldeocreaclón aborda loe tem as del am or y e l género en Irán desda la R evolución Islám ica de 1779, la cu al im puso la separación de hom bres y mujeres en loe esp acios publico*. El ayatolá Jomeinl (1902-1989) fue un político Iraní y un lider religioso m usulm án ch llta muy critico con el sah y la Influencia occidental en Irán. Tras la calda del Gobierno del sah. en 1979. declaró que Irán se convertía en una república Islámica. Shirin Ebadi (nacida en 1947) es una abogada, profesora universitaria y activista que ha hecho am plias cam pañas a favor de los derechos hum anos en Irán y en todo el mundo. Antes de la Revolución Iraní, fue una de las prim eras m ujeres en recibir el nom bram iento de presidenta de la Corte Suprem a de irán. Puso en m archa la cam paña Un M illón de Firmas. Sin embarqo, el movimiento por los derechos de la mujer en Irán tiene fuerza. _ v í 5 CÓMO CONSTRUCTO SOCIAL El ejemplo de Irán dem uestra que la visión del género está muy ligada a los cam bios en los sistem as políticos y religiosos, los cuales estructuran las experiencias cotidianas de género. EL QÉNERO En 2006 lanzó la cam paña Un Millón de Firmas por la Derogación de Leyes Discrim inatorias y sigue abogando por los derechos de la m ujer en toda la sociedad. Las opiniones de los lideres p oliticos y religiosos contrastan en gran medida con las creencias de quienes participan en el movimiento por los derechos de la mujer. Existen conceptos de género claram ente opuestos y sus significados fluctúan con el tiempo. Estos conflictos dem uestran que el género no solo está sujeto a variaciones entre periodos históricos o culturas, sino que también es fluido dentro de un país en un m omento dado. Las ideas de la masculinidad y las expectativas de lo que significa ser hombre están también sujetas a variaciones históricas y culturales. Aunque en los países occidentales el apego físíco entre hombres se interpreta como una señal de atracción hacía el mismo sexo y a menudo es objeto de discriminación, en muchos países árabes es común que los hombres heterosexuales se tomen de la mano en público. Pese a la construcción occidental de la masculinidad como el género fuerte, poderoso y con capacidad para proteger y proveer, sí contemplamos el mundo, los roles masculinos, como los femeninos, pueden verse como fluidos y cambiantes en lugar de fijos. A Esta fo to grafía m uestra una B Dos pastores fo to grafiado s sn C El presidente George W. Bush actu ació n trad icio n al de Cong 2009 ce rca del río Kokcha en la adopta la costum bre saudí y tom a Chien de la tribu e de en la Región provin cia de Tahár, Afganistán, de la m ano a l prín cip e heredero del A ltip lan o C en tral de Vietnam . donde es costum bre que los AbdaJá en 2005 en lo s llam am ientos hom bres se tom en de la mano. a la paz en O riente M edio. A La trib u e de. tam bién conocida com o raóe o ede. es un grupo étnico que vive en el sur de Vietnam. Son m atrlllneales y sus unidades fam iliares viven en casas alargadas propiedad de las mujeres m és ancianas de la fam ilia. En la isla de Orango, en Quinea-Bisáu, por ejemplo, no se permite que los hombres propongan matrimonio, y cuando una m ujer se lo propone, el hombre no puede negarse. En la cultura e de, al sur de Vietnam, los hombres no son los que heredan la propiedad. Allí, al casarse, el hombre toma el apellido de su esposa y se muda a la casa de esta. En Japón es costum bre que los hombres esperen que las mujeres les compren regalos como chocolates y flores, y no al revés. Pese a las claras diferencias culturales e históricas en los roles de género, las expectativas tradicionales para hombres y para m ujeres siguen estructurando las desigualdades en la actualidad. EL GÉNERO COMO CONSTRUCTO SOCIAL Desde la Revolución Industrial, el número de mujeres que forman parte del mundo laboral general, ya sea para mantenerse a sí mismas o para contribuir a los ingresos familiares, ha aumentado mucho. En la actualidad, las mujeres de clase media y alta, así como las de clase obrera, forman parte de manera rutinaria de la esfera pública en muchas partes del mundo, y las actitudes hacia las mujeres en el lugar de trabajo y hacia los hombres en el hogar se han vuelto más positivas (véase capítulo 4). A Sin embargo, aún persiste la disparidad de género en el trabajo doméstico y en el cuidado de los niños. Una encuesta hecha en 2016 por la Oficina Nacional de Estadística británica reveló que en las relaciones en las que trabajan tanto la mujer como el hombre, las m ujeres realizan de m edia casi un 40 % más de trabajo no remunerado en el hogar que los hombres, incluidas tareas como la limpieza, las compras y la cocina. UNICEF indica que las formas en que la socialización y los estereotipos de género en el mundo les conceden mayor importancia a los nacimientos de niños que de niñas hace que los primeros sean más valiosos. Según UNICEF, esto provoca discriminación en la atención social, sanitaria y educativa de las niñas. Los roles tradicionales de género parecen haber surgido para satisfacer las necesidades de las prim eras sociedades agrarias. Sin embargo, el hecho de que estos roles fluctúen en función de las realidades económicas, sociales y políticas im plica que no se basan solo en atributos fijos determ inados por la biología; es decir, que el género, de hecho, se construye socialm ente. Cada sociedad o cultura en particular asigna sus propias normas, valores, roles y expectativas de género y los presenta como características ideales. Por extensión, las estructuras y los valores aprendidos de dicha sociedad y, de forma consciente o inconsciente, por los individuos que la conforman las perpetúan. Dado que estos roles y expectativas son en si mismos lo que entendemos como género, y que varían entre diferentes culturas y épocas, podemos argumentar que el género en sí mismo no es constante. Su m utabilidad y su origen como construcción social se demuestran, en parte, por las inconstancias en el rol y en la presentación de género dentro de los grupos de aquellas personas que se identifican como masculinas o femeninas. Sin embargo, la existencia de identidades de género transgénero y no binarias también demuestra que los roles y expectativas tradicionales no tienen en cuenta los significados y las experiencias de género. En el capitulo 3 se abordan las identidades no binarias y las ¡deas sobre la presentación de género como algo fluido en lugar de como una función social obligatoria. A Este ca rte l propagan dístico ch in o de pla n ifica ció n fam iliar de 1986 te n ia por la p o lítica nacional de un eolo hijo. B Una m adre llora después EL GÉNERO objeto poner en p rá ctica de dejar a su hijo en una provin cia hom ónim a china, en 2014. Las in clu sa s se introdujeron para disuadir a lo s padres de abandonar a sus hijos en la calla. Las hijas corren un m ayor riesgo; se la s co n sid e ra una carga tas fam ilias puedan tener SOCIAL para lo s padres, y la p o lítica de un so lo hijo im pide que COMO CONSTRUCTO Inclusa de Cantón, en la ningún hijo m ás. Esta p o lítica se abandonó a fin a le s de 2015. ü» n o t j c f W PERSON WILL BE A/ LOWED 0 DESCEÑO 1HIS U.^LESS CARRYINi SELF RESCUING appapatus. VD1NG Q F WQ 5 TAgF ‘ 36 MEN PER DECK. L - 3 - 3 TON MINE CARS - 2 - 3 TON MINE CARS En este capitulo hablaremos de individuos y grupos cuyas identidades o expresiones de género quedan al margen de los roles tradicionales de género o los atraviesan, lo que demuestra que la tradicional construcción social del género como una elección entre masculino y femenino resulta a menudo incompatible con las experiencias, identidades y decisiones de las personas en la sociedad cotidiana. En Occidente, los sistem as de género han seguido en gran medida un modelo binario en el que se entiende que el hom bre y la m ujer son las únicas categorías de género y en el que las m ujeres y los hom bres se consideran en esencia diferentes. Si se observan los sistem as de género de todo el mundo, puede verse que no ha sido así en otros lugares. en o ff Históricamente, han existido numerosas comunidades humanas cuyas prácticas de género difieren del modelo que solo considera lo masculino y lo femenino. La diversidad de género en la India, por ejemplo, cuenta con una viva tradición en la mitología y una larga historia en la sociedad. Los sistemas de género asignan diferentes actividades, roles y posiciones a hom bres y mujeres dentro de una sociedad particular. Hljrmes un térm ino del sur de Asia que hace referencia a las personas a las que se les asigna sexo m asculino al nacer El escritor Jacob Ogles señala en su artículo 19 LGBT Hindú Gods (2016): «Durante siglos, la literatura, la mitología y los textos religiosos de la India han contado con deidades que desafiaban el bínarismo de género». La comunidad hijra lleva mucho tiempo en la cultura india. pero que se identifican y viven com o mujeres. Históricamente, en el sur de Asia han existido m uchas com unidades hljra, que siguen form ando parte de la sociedad contemporánea. El tercer género es una categoría de género legal o social que no es ni m asculina ni fem enina. Existe en sociedades que han tenido un rol de género tradicional de este tipo, así com o en sociedades que. en fechas recientes, han reconocido los derechos de algunos de sus m iem bros a no identificarse ni com o hom bres ni com o mujeres. La historia documentada de los hijra incluye representaciones en el Kama-sutra, que se remonta a alrededor del siglo ii d. C. (existe una gran disparidad de fechas en el ám bito académico), asi como en el Ramayana (h. 300 a. C.) y el Mahabharata (h. 400 d. C.). Según un estudio realizado en 2010 por Serena Nanda, a la mayoría de los miembros de las comunidades hijra se les asigna el sexo masculino al nacer, aunque algunos son individuos intersexuales. Descubrió que las personas hijra viven en comunidades muy unidas y que conforman lo que la autora llama un tercer rol institucionalizado de género. Históricamente, se pensaba que los hijra, famosos por sus cualidades sagradas, eran asexuados, aunque en la sociedad india contemporánea muchos ganan dinero mediante el trabajo sexual y la realización de ciertos servicios religiosos. En 2014 se reconocieron legalmente como un tercer género en la India, aunque no todos los hijra recibieron con gusto esta clasificación. B A Loa we-uva eran m iem bros da do s e sp íritu s de la com unidad norteam ericana zuni del sig lo xa. Las person as de género diverso e intersexuales han sido siem pre muy am ericanos por cree rlas poseedoras de m ayores dones esp iritu ales. B G rupo de personas hljra del sur de A sia, donde LA DIVERSIDAD apreciad as por lo s nativos N jra e s un térm ino utilizado Aunque trad icio n alm ente son m iem bros respetados de la so cie dad , m uchos de lo s hljra 79 de hoy sufren discrim inación y pobreza. DE GÉNERO para referirse a las personas tran s a Intersexuales. En algu nas cultu ras sudam ericanas los travestís son personas a las que se les asigna el género m asculino al nacer, pero que se iden tifican com o mujeres. Los travestís a m enudo utilizan Im plantes o Inyecciones de sllicona para parecer m ás fem eninos, pero pueden no identificarse por com pleto com o m ujeres u hombres, sino m ás bien reivindicar una Identidad de género independiente con sus propias reglas. Muxe es una Identidad de género de los zapotecos, u n a cultura mexicana Indígena m inoritaria. A los muxe Hay otras culturas que tam bién han reconocido la existencia de más de dos géneros. se les asigna el sexo m asculino al nacer, pero asum en algunos a tributo s que se consideran fem eninos, com o vestirse con ropa fem enina, m aquillarse n> O _J 3 Los travestís existen desde hace mucho tiem po en muchas partes de América Latina. Históricamente, se han considerado personas que son hombres y mujeres a la vez, pero hoy a menudo se consideran un tercer género. En la cultura zapoteca, de México, los muxe se han reconocido tradícionalm ente como un tercer género en un sistema anterior a la colonización española, aunque hoy el térm ino se utiliza a veces como sinónimo de transexual. Los m anutienen un estatus tradicional en algunas culturas polinesias, mientras que en la sociedad samoana, los fa'afafine desempeñan un papel cultural especifico: si una fam ilia no contaba con suficientes niñas para ayudar con las tareas domésticas, se criaba a un niño varón con rasgos tanto m asculinos como femeninos a modo de fa'afafine. El término kathoey hace referencia a las personas con diversidad de género en Tailandia y Laos, también documentada en China, Irán, Indonesia, Japón, Nepal, Corea del Sur y Vietnam. En Indonesia, con la mayor población musulmana del mundo, los waria, a quienes se les asigna el sexo masculino al nacer, viven abiertam ente como mujeres. o realizar tareas tradícionalm ente fem eninas, com o el bordado. Se los considera un tercer género en el que se co m b in a n cue rpos m asculinos con características tanto m asculinas com o fem eninas. Mahu. que significa en el medio, es una tercera Identidad de género de las cultu ras hawaiana y tahltiana. Los mahu. tradícionalm ente respetados por reconocer tan to sus aspectos m asculinos com o fem eninos, han desem peñado un papel especifico y val loso dentro de la sociedad. Fa'atafina es una identidad En las discusiones sobre la diversidad de género, es importante contextualizarlo dentro de visiones y prácticas localizadas. de género reconocida en Samoa para las personas asignadas varones al nacer, pero que eligen criarse com o ninas (o se les obliga a ello), sobre todo si la fam ilia tiene un gran núm ero de hijos y carece de hijas. Los fa’atafine asum en atributos fem eninos y tienen un papel social especifico dentro de la fam ilia, en la que realizan tareas tradicionalm ente asignadas a las mujeres. Algunos fa'atafine, aunque no todos, se Identifican con el género femenino. L o sw a ria s o n u n a com unidad Indonesia de personas de tercer género a las que se lea asigna el sexo m asculino al nacer, pero que creen que nacen con el alm a de una mujer. La com unidad warla tam bién incluye a Por ejemplo, dentro de varias tribus nativas norteam ericanas ha existido siempre una amplia gama de comunidades con diversidad de género, como los zuñi La’mana, los winkte, los alyhaa y los hwamee. Los primeros exploradores franceses se refirieron al principio a los miembros de estas comunidades como berdaches [berdache, término francés que hacia referencia al miembro más joven de las parejas homosexuales masculinas), y luego los colonizadores lo usaron de un modo más general. Hoy prefieren que se los reconozca como personas de dos espíritus, un término paraguas privilegiado. Históricamente, a las personas de dos espíritus las valoraban sus tribus, ya que las consideraban bendecidas por un espíritu tanto masculino como femenino, aunque durante el siglo xx las influencias euroam ericanas y cristianas perturbaron esta tradición. personas que en Occidente tal vez se considerarían hom bres gals afem inados. A M ujer trans casán dose co n su B Un m iem bro de le com unidad w aria novio en 2002 en Juchrtán. M éxico. aplicán do se m aquillaje durante la un pueblo de pescadores m atriarcal trad ició n del SyawaJan en Yogyakarta. som eterse a la cirugía donde se ace pta la diversidad de Indonesia, en 2015. de reaslgnación de género. Muchos waría no desean género por razones religiosas. El térm ino dos espíritus hace referencia a los indígenas norteam ericanos y los m u chos roles y grupos de género mixtos qu e se encuentran tradlclonalm ente entre num erosas trib u s indígenas Estados U nidos y las Primeras Naciones de Canadó. Este térm ino ha sustituido al antiguo los colonizadores. DE GÉNERO berdache. rechazado debido a su uso Inicial por parte de LA DIVERSIDAD de los indios nativos de 81 Hasta finales del siglo xx, los estudios antropológicos interpretaron a menudo las prácticas de género diverso como encarnaciones del deseo homosexual. s Algunos estudios centrados en las comunidades indígenas norteamericanas de género diverso interpretan que estas tradiciones culturales representan estilos de vida homosexuales, en concreto porque las personas con dos espíritus que eran biológicamente masculinos pero que adoptaban características femeninas a menudo se casaban con hombres masculinos, y viceversa. Algunos gais y lesbianas de las tribus nativas norteamericanas eligen describirse como personas de dos espíritus, alineándose con una tradición cultural de respeto por estilos de vida sexuales o de género alternativos. Otros antropólogos, que los consideran culturas transexuales, han cuestionado la posición de las personas de dos espirítus como precursores de los gais. B Con todo, transexuale s un concepto occidental relativamente reciente. Como han sugerido explicaciones más contemporáneas, es probable que las personas de dos espíritus no representaran prácticas homosexuales ni transgénero, sino que demostraran la existencia de un género o grupo sexual alternativo dentro de una cultura indígena y que no tuviera un equivalente occidental. LA D IVERSID AD La confusión de las prácticas de género diverso con la homosexualidad es habitual, sobre todo en las culturas occidentales. DE G rupo de personas hljra preparándose para Hijra Pride 2014, un d e sfile para que e i G obierno de B angladés reconozca tas id en tid ades de lo s hijra. B El Hijra Pride 2014 lo organizó la Bandhu S ocial para si desfile. 83 W etfare Society. En la im agen, dos hijra preparándose GÉNERO A A Parte de esta confusión procede de que muchas sociedades consideran que existe un fuerte nexo entre el género y la sexualidad. Una persona transgénero que opte por la transición de hombre a mujer, pero que siga sintiéndose atraída por las m ujeres durante dicha transición, pasará, a ojos de la sociedad, no solo de ser hombre a mujer, sino también de ser heterosexual a gay, a pesar de que su orientación sexual no cambie en realidad. Otro factor puede haber sido que, al estudiar la sexualidad humana, las primeras etapas del desarrollo de la sexología en Europa y Estados Unidos en el siglo xx también trajeron consigo nuevas formas de entender a las personas de género diverso. „ o ? < 2 En la Europa preindustrial, la regulación de la conducta sexual, al igual que la de la conducta moral, se consideraba una cuestión religiosa o espiritual y era competencia de la Iglesia. La sexologia supuso un alejamiento de la interpretación de la sexualidad a través de la religión y la moral, ya que se convirtió en tema de investigación científica. A lo largo del siglo xix, médicos y científicos se convirtieron en referentes en las comunidades y los tribunales en cuanto a la normalidad sexual y la desviación sexual. En su libro Histoire de la sexualité (Historia de la sexualidad, 1976), el filósofo Michel Foucault (1926-1984) argumenta que durante esta época se produjo una redefinición de la sexualidad según el tipo y la identidad en lugar de según los actos y el comportamiento. En lugar de ser algo que hacíamos, la sexualidad se convirtió en una faceta clave de lo que somos. Estas tarjetas de visita son da una co le cció n da fotografías perteneciente al historiador so cia l Jam es Gardiner. Este álbum del sig lo » ilustra la s prácticas privadas Las representaciones teatrales con travestism o eran habituales en la época victoriana. y hay m uchos caso s de hom bres que se presentan com o m ujeres se lo s co n o cía con frecuen cia, lo s arrestaban por hom osexualidad, que fue ileg al en Gran BretaAa 85 hasta 1967. Sin em bargo, travestirse no estaba prohibido. GÉNERO Imitadores de mujeres, com o DE en la vida cotidiana. A io s D IVERSID AD en las dácadas de 1860 y 1870. LA y teatrales del travestism o Tales maneras de entender la sexualidad reflejaban un modelo biológico binario. La sexualidad se clasificó a través de una dualidad de normal y desviada el sexo heterosexual reproductivo conyugal era la norma, y otras sexualidades se construyeron como opuestos desviados. Se patologizaron varias prácticas sexuales. En un principio, las prácticas de género del travestism o y del llamado cross-living se situaron dentro del mismo marco que la homosexualidad. Esta y, a su vez, la diversidad de género se consideraron una im itación inferior de la heterosexualidad surgida de una deficiencia biológica. Aunque históricam ente la homosexualidad y las relaciones sexuales anales se han criminalizado o considerado antinaturales, la sexologia conllevó la medicalización, la patologización y una explicación médica para presentar la hom osexualidad y la diversidad de género como fenómenos de desviación. La ¡dea de la inversión tuvo su importancia en el pensamiento sexológico. Se creia que la inversión sexual im plicaba una inversión innata de los rasgos de género: los varones invertidos se inclinaban por las actividades y vestim enta tradicionalm ente femeninas, y viceversa. Esta visión es evidente en la obra del destacado sexólogo Henry Havelock Ellis (1859-1939), publicada en siete volúmenes con el titulo de Studies ¡n the Psychology o fS e x (1897-1928). La inversión, decia, representaba «el instinto sexual hacia personas del mismo sexo producido por una anomalía constitucional innata». En una linea similar, el sexólogo Richard von Krafft-Ebing (1840-1902) describió la homosexualidad en Psychopathia Sexualis (1898) como resultado de la inversión sexual femenina, «el alma m asculina alzándose en el pecho femenino». En los albores de la sexología, se consideraba que el género y la sexualidad guardaban una estrecha relación: el homosexual masculino era artístico y afeminado; la lesbiana, artística y varonil. El concepto de inversión sexual se hizo evidente en las representaciones culturales, como demuestra el ejemplo de The Well of Loneliness (El pozo de la soledad, 1928) de Radclyffe Hall (1880-1943). O Al novelista, poeta y dram aturgo Irlandés O scar W iide 8 C R adclyffe Hall con Una Vincenzo, lady Troubridge, en lo condenaron en Lon dres en 1805 por sodom ía 1927. H all y Troubridge vivieron Juntos com o pareja y k>encarcelaron despu és de que se hicieran p ú b lica s en Londres e East Sussex. A H all se le co n o ció sobre todo la s ca rta s a su am ante varón. Cum plió diez artos por su novela sem iau toblográfica El pozo de la so/edad, de trabajos forzados en la prisió n de Readlng. donde representó la inversión sexual, una m ezcla A utorretrato (1928) de Claude Cahun. decim on ón ica de Identidades tran s y hom osexuales. La novela narra la historia del invertido Stephen Gordon: asignada niña al nacer, anhela ser un niño y se convierte en un personaje más andrógino o neutral en cuanto al género según va envejeciendo, y desarrolla también una relación sentimental con una mujer, Mary. Como se describe en la novela, Stephen «odiaba su cuerpo por sus musculosos hombros, sus pequeños y com pactos senos y sus esbeltos costados de deportista. Habrá de arrastrar su cuerpo durante toda la vida como un monstruoso grillete impuesto a su espíritu». El prefacio corrió a cargo de Havelock Ellis: «Es la primera novela inglesa que presenta, de una forma totalm ente fiel y sin concesiones, un aspecto concreto de la vida sexual tal y como se da entre nosotros en la actualidad». En la novela puede apreciarse la influencia de la sexología en dos aspectos clave: en primer lugar, en la ¡dea de la lesbiana como un ser invertido; en segundo lugar, en la forma en que el género y la sexualidad estaban unidos. Durante esta época, las obras sexológicas y las form as culturales relacionadas con prácticas no heterosexuales o de género diverso se consideraron obscenas y se procesaron bajo la Ley de Publicaciones Obscenas de 1857. Al publicarse, El pozo de la soledad se prohibió en Gran Bretaña en virtud de dicha ley, según declaró el juez en el juicio: «No me cabe duda de que es una difam ación obscena, que tendería a corromper a aquellos en cuyas manos debería caer, y que la publicación de este libro es una ofensa a la decencia pública [_.]». Invertido es un térm ino desarrollado en los prim eros estudios sexológlcos para referirse a hom bres homosexuales o mujeres lesbianas. Al presentar la hom osexualidad com o una Inversión Interna de lo s r de género externos de las personas, el térm ino confunde el género con la sexualidad. Aunque las prácticas de género diverso no estaban sujetas a regulación legal en aquella época, la diversidad de género se incorporó a lo que Foucault conceptualizó como la medicalización de lo sexualmente peculiar. Aunque las prácticas del travestismo y las expresiones cross-gender existen desde hace mucho tiempo, los estudios médicos no acuñaron el término travestismo hasta 1910, mientras que transexualidad comenzó a usarse en 1950. El sexólogo Magnus Hirschfeld (1868-1935) clasificó la práctica del travestismo en su influyente estudio 7ransvesf/tes(1910): en él, definió el travestismo como «el impulso de asumir la vestimenta externa o O -i 3 < O A 0 destacado sexólogo M agnus H lrschfeid, fotografiado co n su pareja en una fiesta en el Institut fü r S exualw issenschaft. H lrsch feid. con bigote y gafas, es el segundo por la derecha; su pareja, com isarlo del m useo Kart G iese. le da la mano. B Durante la s décadas de 1930 y 1940. tas m ujeres trans y los hom bres travestidos fueron objeto de frecuen tes arrestos por hom osexualidad. Esta im agen es obra del fotógrafo neoyorquino W eegee. B de un sexo que no es aparentemente el del sujeto tal y como indican sus órganos sexuales». Havelock Ellis también propuso argumentos contra la correlación predominante entre el deseo homosexual y el travestismo. El travestismo y las prácticas vitales cross-gender se convirtieron en el centro de la intervención médica, de naturaleza tanto diagnóstica como terapéutica. * < x¡ t/> m Como se ha visto en capítulos anteriores, los individuos de género diverso o intersexuales pueden tener un papel religioso excepcional que desempeñar en, entre otras, la cultura india y en algunas culturas tribales de los nativos norteamericanos. ° s La mitología de la Antigua Grecia también cuenta con numerosas referencias a la androginia, las prácticas cross-gendery la ¡ntersexualidad; por ejemplo, en las representaciones del dios Afrodito —una encarnación de Afrodita, de representación más habitual—, se le muestra con senos y pene. Varias fuentes contemporáneas afirman que, durante los sacrificios a Afrodito, los hombres y las mujeres intercambiaban la ropa y los roles de género. Al margen del mundo de la religión, la historia del travestismo en el teatro se remonta al menos a la Antigua Grecia, donde los actores varones interpretaban tanto los papeles masculinos como los femeninos. Tanto en el teatro japonés kabuki como en la ópera china de la Dinastía Yuan actuaban travestís. Lo mismo ocurría en la Inglaterra renacentista; varias de las obras de Shakespeare, entre ellas The M erchant o f Venice (El mercader de Venecia), As You Like lt(Com o gustéis) y Twelfth Night(Noche de Reyes), aprovechan el recurso para presentar a personajes femeninos (interpretados por actores masculinos) vestidos de hombres, lo que constituye un doble engaño. Un siglo después de Shakespeare, en la década de 1700, era común que los hombres de clase alta llevaran ropas muy ornamentadas, pelucas, maquillaje y joyas. Tales ornamentos no eran indicativo de homosexualidad, como sucedería más adelante, sino de riqueza y prestigio. de características consideradas m asculinas y otras consideradas fem eninas. El térm ino suele em plearse para hacer referencia a personas o cosas sin género, de género mixto o am biguo. A En este retrato japonas da dos actores de kabuKi de la década de 1890 —uno interpreta a una mujer y e l otro a un sam urái—, am bas figu ras llevan m aquillaje y estén muy adornadas. Tradicionalm ente, en el teatro kabuki tanto lo s papeles m asculinos com o lo s fem eninos los interpretan hom bres. B Esta obra de R ichard Frederlck P icke rsg ill. pintor e ilustrad or b ritán ico del sig lo nx, representa al duque O ralno y a su am ante V iola (disfrazada de nUSo). de la com edla de Shakespeare titu la d a Noche de Reyes. En la Inglaterra renacentista era habitual que lo s actores m asculinos interpretaran papeles fem eninos; adem ás, el travestism o de V iola perm itía una capa ad icio n al de enredos. También hay casos históricos de mujeres que se travistieron y vivieron como hombres para acceder a cargos o pasatiempos masculinos vetados a las mujeres. LA D IVERSID AD DE GÉNERO 91 Un ejemplo bien conocido (pero posiblemente apócrifo) es el de Hua Muían, en el norte de China, de quien se dice que se vistió de hombre para evitar el reclutamiento de su anciano padre. En Gran Bretaña, Hannah Snell (1723-1792) se alistó en los Royal Marines con el nombre de James Gray y luchó como soldado entre 1747 y 1750. Snell dejó el ejército después que la hirieran y percibió una pensión militar. A la muerte del músico de jazz estadounidense Billy Tipton (1914-1989), se supo que tenia el cuerpo de alguien a quien le habian asignado el sexo femenino al nacer. Se cree que Tipton habría decidido al principio de su vida adulta que tendría más oportunidades y éxito como hombre que como mujer. A Titulada Una travaaura m atutina o Transmutación da loa sexos (h. 1780), an asta obra, de artista desco n o cid o (al e stilo de John C ollett). se m uestra a un soldado y una m ujer sin vestir dei todo despu és de que am bos hayan Intercam biado la s prendas. B Estos dos retratos de L ili Etbe, de en tom o al arto 1928. se le atribuyen a su esposa, la a rtista danesa G erda W egener. En 1930. Elbe se som etió en s i b erlin és Instttut fü r Sexualw issensch aft al que se reconoce com o el prim er ca so de ciru g ía de reasignación de género. Tras la cirug ía, supervisada por el destacado sexólogo M agnus H lrsch feid, el m atrim onio de Elbe quedó anulado, ya que la ley no reco no cía este tip o de unión entre dos m ujeres. La sociedad ha contado con espacios de distintas magnitudes para la realización de estas prácticas. Historiadores de la sexualidad como lan M cCormick han documentado cómo, durante los siglos xviii y xix, los clubes conocidos como molly houses(«casas de maricas») proporcionaban un espacio para que los hombres se vistieran como mujeres. Durante la década de 1920, varios influyentes escritores, a rtistas y filósofos —entre ellos Virginia W oolf (1882-1941), Radclyffe Hall y Gluck (1895-1978)— adoptaron un aspecto andrógino y optaron por llevar la ropa de hombres de clase media de la época: traje, camisa, chaleco, corbata y zapatos de cuero calado. „ 1 I s A partir de la década de 1930, los avances en la tecnología médica de Europa occidental pusieron a disposición lo que entonces se denominaban operaciones de cambio de sexo, lo que conllevó la posibilidad no solo de vivir y vestirse según el otro género, sino también de alterar físicamente el cuerpo. El térm ino frsn* procede de transgénero, un genérico que incluye a todas las personas de género no conforme. La pintora danesa Lili Elbe (1882-1931) fue una de las primeras mujeres trans conocidas públicamente que se sometieron a una cirugía de afirmación de género (como ahora se conoce), cosa que al principio hizo bajo la supervisión de Magnus Hirschfeld en Alemania. Los transexuales son mujeres y hom bres que se som eten a una transición de género. En fechas recientes, se ha reemplazado portran8género, La modificación del cuerpo formaba parte de cambios más amplios en la visión de la corporeización y la identidad de género. m ientras que transexual se refiere de form a especifica a las personas que se han som etido o desean someterse a una cirugía de afirm ación de género. A medida que el acceso a los procedimientos quirúrgicos fue haciéndose más accesible en la década de 1960, se popularizó el térm ino transexual para hacer referencia a las personas que se sometían a círugia. Este período tam bién fue testigo del crecimiento de la investigación estadounidense con relación a las prácticas transgénero. The Transsexual Phenomenon(Wbb), de Harry Benjamín (1885-1986); Sex and Gender(1968), de Robert Stoller (1924-1991); y Transsexualism and Sex Reass/gnmenf (1969), de Richard Green (nacido en 1936) y John Money (1921-2006) son los ejemplos más destacables. En todos estos textos aparece la ¡dea de que los transexuales nacen con un cuerpo equivocado. La cirugía se consideró el tratamiento idóneo, ya que podía adecuar el cuerpo con la identidad de género. Lo que no cambió fue la ¡dea de la diversidad de género como algo patológico. En Transmen y FT/Ws(1999), el autor transJason Cromwell describe asi su búsqueda inicial de información sobre la transición: «La investigación habría de señalar mi error con respecto a la posibilidad de tom ar hormonas y operarme a menos que estuviera dispuesto a adm itir que mi mente estaba enferma (psicosis, neurosis, esquizofrenia y delirios, asi como perversión, ataques de depresión y paranoia) y someterme a la mutilación quirúrgica». A Protesta e stud iantil en el b erlin és Instituí für Saxuatarissenschaft de H irsch feid. En 1933. la Deutsche S tudentenschaft se po sicio n ó contra el e spíritu antialem án. Los estudiantes quem aron textos científico» que creían que degradaban la pureza alem ana. Este hecho prefiguró e l avance del nazism o. 0 En 1950. G eorge Jorgensen se som etió a ciru g ía s de reasignación de género en Dinam arca. La fijación de lo s m edios de co m un icación U por el antes y el después perdura en la actualidad. B Pese a los importantes cambios en la visión de la sexualidad y del género desde principios del siglo xx, el modelo que se construyó a través de la sexología ha sido difícil de modificar. La ¡dea del género y la de la sexualidad siguen estando entrelazadas, y, en muchas interpretaciones contemporáneas, la sexualidad sigue estando conectada con el género. LA D IVERSID AD DE GÉNERO 95 Por ejemplo, sociobiólogos como Simón LeVay (nacido en 1943) proponen la teoría del gen gay, según la cual la orientación homosexual masculina se debe a las diferencias en el tamaño de ciertas células del cerebro. Dean Hamer (nacido en 1951) también propone una teoría genética con un modelo biológico de conducta sexual que afirm a que los hombres homosexuales tienen menos cromosomas X que los heterosexuales. Esta teoría vincula la homosexualidad masculina con facetas del sexo biológico masculino, lo que im plica que los hombres homosexuales serían genéticamente más femeninos que los heterosexuales. La ¡dea de que los hombres homosexuales nacen as/tiene acogida en algunos sectores de la comunidad LGBTQI, que utilizan la teoría para argumentar en contra de la discriminación. Sin embargo, son muchos los que se oponen a un modelo biológico de la sexualidad, al igual que hay quienes se oponen al modelo biológico del género. En las décadas de 1940 y 1950, el sexólogo estadounidense Alfred Kinsey (1894-1956) publicó el Informe Kinsey, que proponía que la sexualidad está en un continuo. Decia que, si bien algunas personas se encontraban situadas claram ente en un extremo (heterosexuales) o en el otro (gais/lesbíanas), muchas personas estaban en diferentes puntos del continuo (bisexuales). En Sexual Behaviour in the Human Male (1948), señala que la gente «no representa dos poblaciones discretas, la heterosexual y la homosexual. El mundo no puede dividirse en ovejas y cabras. Es básico en taxonomía que la naturaleza rara vez brinda categorías discretas». Las investigaciones de las ciencias sociales también sugieren que la sexualidad es fluida y que las personas pueden elegir su sexualidad y que, de hecho, lo hacen. A Oh! Dr. Kinseyl (1953), de Law rence B Inform e Kinsey llam ó la titulado Sexual Behaviour In the Human Lanar, e s un lib ro de fo to grafías que atención sobre la frecu en cia de tas Female se p u b licó en 1948 junto con Sexual Behaviour In the Human Male. representa la s reaccio n es có m icas de relaciones sexuales extrae on yugales. la s m ujeres a una se rle de preguntas la s p rá ctica s hom osexuales y la B conjunto de am bas obras se conoce que en te o ría se asem ejaban a la s de in fid elid ad . Am bos textos causaron por lo general com o Informe Kinsey. A lfred K insey y su s in vestig adores. gran im pacto. El estud io del sexólogo A lfred Kinsey B CAPITULO 3 A •o o- En «Sexuality ¡n the Uves of Aging Lesbian and Bisexual Women», en Lesbian, Gay, Bisexual and Transgender Ageing(2006), las sociólogas Linda Garnets y Anne Peplau exponen que la orientación sexual de las mujeres, en lugar de ser fija, es flexible. Esta, según las investigadoras, la modelan las experiencias vitales y los factores sociales y culturales como «la educación de las mujeres, la condición social y el poder, las oportunidades económ icas y las a ctitudes hacia los roles de las mujeres». Desde este punto de vista, la identidad, el deseo y las prácticas sexuales pueden cam biar a lo largo de la vida de las personas, como la identidad y la experiencia de género. Puede considerarse que tanto el género como la sexualidad se encuentran a lo largo de un espectro, o tal vez dos espectros separados pero íntimamente relacionados. Sin embargo, esta analogía deja fuera las experiencias de las personas asexuales o agénero, términos que han ido ganado vigencia en los últimos años. LQBTQI son las siglas de «lesbianas, gals, Las personas asexuales experim entan bisexuales, transgénero, queer (o questloning, poco o nada de deseo o atracción "cuestlonadores") e Intersexuales». Se pueden sexual, l a asexualIdad, al Igual que la añadir otras letras o sím bolos para que el heterosexualldad y la homosexualidad, térm ino sea más Inclusivo, com o «A. para asexual es una orientación sexual. Las personas o agénero, o «*» para reconocer una serle de asexuadas pueden o no sen tir atracción posibles identidades y orientaciones sexuales. sentim ental, qu e no es lo m ism o que atracción sexual. Oh! Dr.Kinsey? A SEXO Varón Intersexual Hem bra IDENTIDAD DE GÉNERO Hom bre/ nlfto M ujer/ nifta Transgénero/género queer/dos espíritu*/etc. EXPRESIÓN DE GÉNERO Andrógina M asculina Fem enina ORIENTACIÓN SEXUAL A tracció n por todos/am bos/ninguno A tracción por la s m ujeres A tracció n por lo s hom bres Aunque la orientación asexual probablemente no tenga nada de nuevo, Internet ha permitido el desarrollo de comunidades asexuales, la más grande de las cuales es la Asexual Visibility and Education Network, fundada en 2001, que tiene entre sus principales objetivos «crear aceptación y discusión pública sobre la asexualidad y facilitar el crecimiento de una comunidad asexual». Como tal, algunos miembros de la comunidad asexual pugnan por que se añada la letra A a las siglas LGBTQI para hacer visible la asexualidad como una identidad sexual. Del mismo modo, los que emplean el término agénero lo hacen para indicar que no sienten que tengan ninguna identidad de género. A Alt red Kinsey • un género binario, com o una se rie de in d icó que en lugar lo que im plica que los p o sib ilid a d es que o de representar géneros no binarios pueden superponerse 3 un binario de se encuentran entre o in teractuar entre si, hom osexualidad versus lo s dos polos del y no com o un m odeio heterosexualidad, la hom bre y la mujer. binario de hom bre Esta figu ra no y mujer. -I sexualidad hum ana B operaba en un espectro lineal representa la que hace referencia id en tid ad de género C Esta figu ra m uestra algunas posibles relacio n es entre el sexo y la sexualidad. Incluidas variaciones entre hom bres, m ujeres e intersexuales. Sin em bargo, no alude a B 1 2 3 4 C Genero ftu«do ogenero Incierto o egéne<o/genero fluido rr>eecuílno/genero qu& or Incierto o eg énero/genero fluido fem e nin o/genero gueer Genero flu id o «genero E L S E X O D E L A P E R S O N A N O S E E S P E C IF IC A 1 IntersexueJ gínecofiHco 2 kitereexuel androf»l*co Cuando incluimos las identidades agénero y asexuales, que por su definición están fuera del espectro, asi como identidades como género fluido y genderflux, tiene más sentido pensar tanto en la identidad de género como en la orientación sexual como en la combinación de rasgos que pueden variar entre una persona y otra. Hay rasgos individuales que pueden ser más femeninos, más masculinos o ninguna de estas categorías; o más heterosexuales, más homosexuales o ninguna de estas categorías. Una persona puede tener muchos rasgos relacionados con el género que sean más masculinos pero algunos que sean más femeninos (o viceversa), un equilibrio parejo o muchos rasgos neutrales en cuanto al género, asi como rasgos asociados con la sexualidad. Estos rasgos forman la identidad de género y la orientación sexual. Cuando se comprenda esta cuestión, las combinaciones posibles tal vez nos ayuden a explicar la proliferación de términos que describen las identidades de género y las orientaciones sexuales. LA D IVERSID AD DE G ÉN ERO A medida que aum enta la conciencia de la complejidad del género, la idea del género como algo fluido ha pasado a form ar parte de la cultura. La actriz y cantante Miley Cyrus (nacida en 1992), que habló de la identidad de género como algo fluido, sostiene lo siguiente: «[En la actualidad] se puede ser lo que se quiera ser». En una entrevista de 2015 para la revista Out, explicó su visión: «No me identifico con lo que la gente supone que define a una niña o a un niño, y creo que eso es lo que tuve que comprender: lo que odio no es ser una chica, sino el lugar en el que te encajonan». La actriz Tilda Swinton (nacida en 1960), en una entrevista de 2009 a la revista The Wip, también se resiste a que la definan: «No sé si podría decir que haya sido realmente una niña, ya que fui niño durante mucho tiempo. No lo sé; ¿quién sabe? Va cambiando». La actriz y modelo australiana Ruby Rose (nacida en 1986) afirmó algo parecido en 2014 en Newscorp: «Me identifico mucho con el género fluido y me siento más como si me despertara cada día con una especie de neutralidad de género». JD Samson (1978), miembro de las bandas Le Tigre y MEN, habla de ser posgénero y del binario de género fem enino/m asculino como algo obsoleto. No solo los jóvenes hablan de ello: el cómico Eddie Izzard (nacido en 1962), por ejemplo, dijo en 2003 para el londinense Evening Standard que se sentía «un niño completo más m edia niña»; el artista Grayson Perry (nacido en 1960) aparece a menudo como su álter ego Claire, y el músico Pete Townshend (nacido en 1945) dijo lo siguiente en una edición de 1990 del Newsweek-. «Sé lo que se siente al ser m ujer porque soy una mujer. Y no me clasificaré solo como hombre». Fuera de Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos, otras personalidades están articulando identificaciones de género no binarias, incluidas la modelo brasileña Lea T (nacida en 1981) y el músico y escritor canadiense Rae Spoon (nacido en 1982). n s i Pese al creciente reconocimiento de la diversidad de género, puede seguir siendo un tema controvertido. En particular, la incomodidad de género entre niños y niñas es un tema que ha causado preocupación médica, ganado visibilidad cultural y provocado debates. Aunque no todos los niños y niñas se ajustan a las limitaciones de los estereotipos de género ni las interiorizan, aquellos que no actúan de acuerdo con las normas de género pueden ser objeto de aislamiento por parte de sus compañeros o verse reprendidos por los profesores o los padres. Esto puede hacer que los jóvenes tengan una baja autoestima y se autolesionen o incluso se suiciden. Según un informe de la organización benéfica Stonewall, por ejemplo, ocho de cada diez jóvenes LGBTQ se han autolesionado y han intentado suicidarse a causa del acoso. También tienen más probabilidades de acabar en la indigencia. El m úsico britán ico David B ow ie en 1971 con su esposa Angle y su hijo Zow le. de tres sem anas. Lleva un vestido e stilo Oxford baga, una cam isa de algodón turco y un som brero de fieltro. Estas fotografías, o muy difund id as y hechas por Ron Burton, m uestran a am bos padres d esafian do lo s lim ites de l género. B (/> M o Claire, altar ego fem enino de Grayson Perry, a rtista ganador del prem io Tumer. en la edició n de 2004 del The G uardian Hay Festival. Lleva travistiéndose desde la in fancia y ha desarrollado expresiones cada vez m ás extravagantes para Claire. «Pienso en m is d isfra ces com o en heraldos de mi subconsciente» , dice. % El londinense Gender Identity Development Service (GIDS) está especializado en asesorar a los niños con preocupaciones por su género. En 1982, año de su inauguración, el GIDS tuvo dos consultas. En 2015-2016, recibió 1400, el doble que el año anterior. De estas, casi trescientas fueron para niños menores de doce años. En Canadá, en 2016 se registró un aumento del 6 0 0 % de las solicitudes presentadas ante el Tribunal de Familia por jóvenes que querían que se reconociera su sexo como distinto al que se les había atribuido al nacer. La visibilidad cultural y el cambio de las actitudes sociales han hecho que las familias, las escuelas y los propios niños tengan un mayor conocimiento de la diversidad de género. En Suecia, por ejemplo, la política contra la discriminación por motivos de diversidad de género ha dado lugar a la creación de centros preescolares neutrales desde el punto de vista del género que adoptan una postura no sexista en todo lo que en ellos se enseña. No utilizan libros con estereotipos de género, se alienta a todos los niños a participar por igual en todas las actividades y el pronombre sin género hen es tan habitual como he («él») o she («ella»). Este enfoque cuenta con el apoyo de varios profesionales especializados en la identidad de género entre los niños, incluidos los del GIDS. Sin embargo, el intento de reconocer la diversidad de género entre los niños ha acabado por producir una enorme controversia. Desde una perspectiva, los niños son por naturaleza diversos en cuanto al género; la sociedad es la que les impone un sistem a binario. Desde esta posición, el creciente número de niños y niñas preocupados por el hecho de que su género sea objeto de consulta en los servicios de apoyo puede interpretarse como una señal, muy esperada, de que a los niños y niñas de género diverso se les está prestando la atención que necesitan. En otras palabras: los niños en su conjunto no se han vuelto más propensos a ser transgénero, sino que los niños transgénero ya no sufren en silencio. A E stas fotografías de niños cross-gender. E l proyecto arrancó pertenecen a la serie De izquierda a derecha: en 2003, cuando W ong niftas que se ven en estas en curso de la fotó grafa Prin cesa sobra cabalfo com enzó a seguir a un fo to g ra fía s nacieron neerlandesa Sarah W ong blanco. Chica, Chtco con traja da baño y Chico. grupo de nIAos en su varones, y to do s lo s niftos búsqueda de una nueva nacieron m ujeres». titu lada De/ revés: retratos identidad. «Todas las Desde otra perspectiva, existe un motivo de preocupación. 104 C A P ÍT U L O Con el argumento de que los niños no pueden comprender bien estas cuestiones, algunos se oponen ferozmente a la ¡dea de que a los niños se los pueda identificar como personas de género diverso. John Whitehall, profesor de pediatría de la Western Sydney Uníversíty, ha sugerido que el diagnóstico de dísforia de género equivale al abuso infantil. Se trata, según dijo en 2016 en Quandrant Online, de una «descomunal intromisión en las mentes y cuerpos de los niños». Jeff Mateer, nominado judicial del presidente Trump, se ha expresado abiertam ente con relación a estos debates en Estados Unidos y ha llegado a decir que los niños transgénero forman parte del «plan de Satanás». Desde los miembros de las comunidades indígenas de tercer género hasta las de todo el mundo que históricam ente se han travestido, y desde el desarrollo de tecnologías de m odificación corporal cross-gender hasta las proclamaciones de género no binario, en este capitulo se ha demostrado que el género puede experimentarse de manera diversa y practicarse con fluidez en lo individual y en lo subjetivo. Lo que queda claro es que nos refiram os a lo que nos refiram os al hablar de género —ya sea el sexo biológico, la representación de un papel construido socialm ente, una identidad personal o una com binación de los tre s —, se tra ta de algo fluido. El sexo biológico no se limita al masculino o al femenino. Los roles de género socializados no son fijos ni constantes, ni dentro de diferentes épocas y culturas ni dentro de una misma sociedad en un momento dado. Las identidades de género de las personas no son siempre congruentes con las normas sociales ni permanecen inalteradas a lo largo de su vida. Cuantos más son los que toman conciencia de ello, más crecen el activismo de género y los movimientos de apoyo. En el capitulo 4 abordaremos estos casos de agencia colectiva e individual con enfoque de género. Disforla de género es un térm ino médico que se utiliza para alud ir a la experiencia de sentir que ia identidad em ocional y corporal de una persona es diferente de la que se le asignó al nacer. A El autobús p o r la liberta d de expresión antltrans realizó una gira por Estados Unidos en 2017, pero se topó con gestos de o po sición tales com o que le pintaran g ra fitis protrans a su llegada a Nueva York. B /am Jazz (Soy Jazz; 2015). de Je ssica Herthel. ea un libro para niftos sobre ser transgénero que se basa en la s experiencias vítales de Jazz Jenn ings, quien hizo la transición cuando era nifto. La Declaración da los derechos de la mujer y de la ciudadana as un panfleto escrito por Olympe de Gouges en 1791. Se basó en la Declaración de loa Derechos del Hombre y del Ciudadano, la Innovadora declaración de los derechos civiles adoptada por la Asamblea Nacional Constituyente, para exponer la Incapacidad de la .a - • '»• ~ . j w>V/ *.'. * Revolución francesa /♦.* j. j a«ü \ i i 4i ii t» « i r .. *• . • **• <p< - para reconocer los >*•*<«•/. derechos de la mujer. j »V- ’ i .*««*• >. A En cierto sentido, el activismo de género ha existido desde que existe la diversidad de género. Muchos de los casos de diversidad de género mencionados en los capítulos anteriores involucran a individuos o comunidades que abogan por el derecho a la autoidentificación de género. o _» 3 < ú Sin em bargo, la mayoría de los m ovim ientos del activism o de género actuales surgen del desarrollo del feminismo m oderno (en Europa y Estados Unidos, desde finales del siglo xvm) y del movim iento moderno por los derechos trans (a finales del siglo xix, estrecham ente relacionado con los prim eros movim ientos por los derechos LGBTQ a través de la sexología). A finales del siglo x v iii, mujeres como Mary W ollstonecraft (véase capitulo 1) y Olympe de Gouges (1748-1793) comenzaron a abogar por la igualdad de la mujer con relación al hombre. De Gouges, cuya Declaración de los derechos de la m ujer y de la ciudadana se publicó en 1791 —un año antes que Vindicación de los derechos de la mujer, de W ollstonecraft— les pidió a los hombres que examinaran «las características sexuales en el funcionamiento de la naturaleza: dondequiera que se encuentren mezclados, dondequiera que cooperen armoniosamente [_.]». Fue una prolifica escritora que consideró los derechos de la mujer como parte del conjunto general de los derechos humanos naturales. Incluso en los primeros días de su versión moderna, el activismo de género no se limitó a las acciones de las mujeres blancas de clase alta en Occidente. La ¡nterseccionalidad fue de especial importancia para la escritura feminista negra y poscolonial en la teorización de las intersecciones de género y raza. Las feministas negras llamaron la atención sobre las formas en que las mujeres negras sufren discriminación en, por ejemplo, el lugar de trabajo por motivos de raza y género. Durante los inicios del feminismo, muchas activistas mantuvieron vínculos con movimientos antiesclavistas y por la justicia social. a Club patriótico a l régim en republicano B E stos m edallones La Inscripción reza: de m u je r** (1771), d« y hacer cam parte por lo s disertó W llliam •¿Es que no soy un Jean-B aptiste Lesueur. lo s m ism os derech os H ackw ood de hom bre y un herm ano?». D» 1791a 1793. las p o lítico s que lo s W edgew ood en 1787 Estos m edallones m ujeres francesas hom bres. Se la s m uestra para que lo s distribuyera se convirtieron form aron grupos com o el donando m onedas el m ovim iento en em blem as del aquí d escrito para apoyar para apoyar la causa. ant ie sclsvlsta. abolicionism o. A La a ctivista contra la esclavitud y por lo s derechos de tas m ujeres Sojoum er Truth posó para varios retratos que llevaban el lem a -V andola som bra para apoyar la sustancia*. Afirm aron su co n d ició n de mular libra y que controla au Imagen. B En esta tarjeta de visita puede verse a la ab o licio n ista Harriet Tubm an de joven durante la Guerra CIvH, entre 1868 y 1869. C Beulah Faith fue una exvendedora de unos grandes alm acenes. Aquí figura fresando herram ientas en un tom o para C onsolidated A lrcraft C orp. en Fort W orth. Texaa. en 1942. A B El caso histórico de Sojoum er Truth saca a la luz la form a en la que el género y la raza se entrecruzan y producen desventajas. 110 C A P IT U L O Pronunció su discurso «¿Es que no soy una mujer?» en Ohio, en mayo de 1851: «Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan que las ayuden a subir a los carruajes, que las alcen sobre las zanjas y que tengan el mejor lugar en todas partes. ¡Nadie me ayuda nunca a subir a los carruajes, a pasar sobre los charcos de barro ni me concede el mejor lugar! ¿Es que no soy una mujer? ¡Miradme! ¡Miradme el brazo! He arado y plantado, y he recogido la cosecha en graneros, iy ningún hombre podría dirigirme! ¿Es que no soy una mujer? Podía trabajar y comer tanto com o un hombre —cuando conseguía com ida—, iy también soportar el látigo! ¿Es que no soy una mujer? He tenido trece hijos y he visto cómo los vendían a la mayoría de ellos como esclavos, y cuando grité con mi dolor de madre, ¡nadie sino Jesús me escuchó!¿Es que no soy una mujer?». Truth reivindica su identidad de género mediante la repetición de la pregunta retórica «¿Es que no soy una mujer?». Sin embargo, señala que los hombres y las mujeres blancos no la ven como un símbolo de la mujer. Como señalan las sociólogas Gail Lewis y Ann Phoenix en Race, Ethnicity and Identity (2004), «[El] breve discurso [de Truth] desafió con fuerza el pensamiento esencialista de que las mujeres son necesariamente más débiles que los hombres, y que las m ujeres negras esclavizadas no eran mujeres reales». Gracias al activism o de m ujeres com o Truth y Harriet Tubman (h. 1822-1913), el movim iento sufragista en Europa y N orteam érica desafió la exclusión de las m ujeres del registro electoral a finales del siglo xix y principios del xx. Las ¡deas sobre los roles de género apropiados fluctuaron durante ambas guerras mundiales, ya que hizo falta que las mujeres trabajaran en la industria y en oficios manuales para llenar los vacíos que habían dejado los hombres reclutados para el servicio militar. Aunque se esperaba que las mujeres regresaran al ámbito doméstico en tiempos de paz, la experiencia de la independencia de las mujeres durante las dos guerras inició un proceso de cambio a través del cual comenzó a desentrañarse la rigidez de los roles de género y la idea de lo que es el género. En Gran Bretaña, la mujer logró el derecho a votar a los veintiún años en 1928. c Sojoumer Truth (h. 17*77-1883) es el nom bre adoptado por una mujer nacida en Nueva York que escapó de la esclavitud antes de que la em ancipación obligatoria se convirtiera en ley en el estado en 1828. Desem peñó un im portante papel en el m ovim iento por los derechos de la mujer. Este periodo, durante el cual se centró la atención en la igualdad de los derechos contractuales y civiles, a menudo se conoce como feminismo de prim era ola, y se le atribuye el impulso del desarrollo del feminismo de segunda ola, a finales de las décadas de 1960 y 1970, en Gran Bretaña y Estados Unidos. El activismo gozó de una gran difusión durante esta época. En Estados Unidos, grupos como la National Organizaron for Women, la National Association for the Repeal of Abortion Laws y el Combahee River Collective se centraron en los derechos matrimoniales y reproductivos, la familia, la igualdad en el lugar de trabajo, la sexualidad y la eliminación de la violencia contra la mujer. El feminismo de primera ola son lea m ovim ientos fem inistas organizados del siglo m. y comienzos del xx. D ichos m ovim ientos se centraron a m enudo en cuestiones legales com o el sufragio (el derecho al voto) y el derecho de la m ujer a ten er propiedades, divorciarse y aspirar a la custodia de loe hijos. El feminismo de segunda ola abarca el período com prendido entre finales de la década de 1960 y com ienzos de la de 1080. durante el cual se am plió el enfoque para Incluir las desigualdades de facto, la sexualidad y los derechos reproductivos. H Combahee Rtver Collective lú e un grupo de fem inistas negras, m uchas de ellas lesbianas, que denunciaron el racism o en el movim iento fem inista blanco. El g rupo estuvo activo de 1974 a 1980. Redactaron la declaración del C ombahee Rlver Collective, uno de los prim eros d o cum en tos en p e d ir un enfoque Intersecclonal para abordar la opresión. C U K N E U Dccr hamburger STEAK ItfOUTlOM «■* Junto con el fem inism o de segunda ola, las organizaciones y las publicaciones que congregaban a las personas LGBTQ y se centraban en sus derechos comenzaron a llegar a un público más amplio. Loulse Lawrence (1912-1976) fue una m ujer transgénero pionera. Vivió a tiem po com pleto com o m ujer desde prin cip io s de la dé cada de 1940 y reunió una am plia red de travestís y transexuales. También ayudó a investigadores com o Alfred Kinsey y Harry Benjamín. Transvestia fue una revista independiente dirigida a travestís heterosexuales Dos de las pioneras de Estados Unidos fueron Louise Lawrence, que mantuvo correspondencia con personas transgénero de Europa y Estados Unidos durante la década de 1950, y Virginia Prince (1912-2009), que en 1960 fundó la influyente revista Transvestia; teóricos tales como Susan Stryker (nacida en 1961) consideran que la versión anterior de esta publicación, Transvestia: The Journal o f the American Society for Equality in Dress (1952), representa el comienzo del movimiento en Estados Unidos. En 1969, los activistas transgénero desempeñaron un papel clave en los disturbios de Stonewall, Nueva York, que ayudaron a concienciar sobre los derechos LGBTQ; en los años posteriores a Stonewall, el número de organizaciones activistas fue en aumento. A Durante esta m anifestación por toe derechos reproductivo* en Plttsburgh, Pensilvania. en 1974. se expresaron opiniones opuestas sobre el aborto. La m an ifestación se produjo tras la decisió n de la C orte Suprem a en e i caso de Roe co n tra W ade. en 1973, para perm itir ef aborto selectivo. B Según una edició n de 1963, la revista Transvestia estaba dedicada a las necesidad es del individuo sexualm ente norma] que bu sca expresar su otro lado. y p u blicada en la década de 1960 por la activista transgénero V irginia Prince. Los lectores podían enviar sus p ropias historias y fotografías para que se publicasen. Los disturbios de Stonewall fueron un a serle de protestas y enfrentam ientos violentos entre la policía y m iem bros de la com unida d LGBT en 1969. D esencadenados por una redada policial en el neoyorquino Stonewall Inn, fueron un catalizador del activismo. Aunque el hashtag » M o T o o lo creó en 2006 la activista Tarana Burke (nacida en 1973), cobró Im portancia en 2017 com o respuesta a las num erosas acusaciones de abusos sexuales por parte del productor Harvey Welnstein. M illones de m ujeres y hom bres utilizaron el hashtag en las redes sociales para revelar que habían sido victim as de abuso o acoso sexual. A lo largo de las últimas décadas del siglo xx, los grupos feministas y LGBTQ promovieron un cambio de perspectiva destinado a ver el género como una construcción social flexible y mutable, en lugar de entenderlo como algo biológicamente innato. Problematizar la idea de que los roles de género son fijos fue importante para los movimientos feministas, ya que cuestiona la teoría de que la desigualdad entre hombres y mujeres está de alguna manera predeterminada, y para muchos grupos LGBTQ, puesto que da pie a la existencia de roles de género y orientaciones sexuales al margen de las normas del cisgénero y la heterosexualídad. « 1 0 o. a El activism o continuó en gran medida sin cesar durante la segunda mitad del siglo xx, y al fem inism o de segunda ola le siguió de cerca una tercera ola, más diversa, durante las décadas de 1990 y 2000. En Occidente, los recientes m ovim ientos fe m in ista s (a veces denom inados fem inism o de cuarta ola) han seguido diversificándose. A Kathleen Hanna. de la banda punk estadounidense B ikini K ill, actuando en el M acondo, Los Ángeles, en 1993. A B ikini K ill se io s suele cita r com o Virgm M a ry please get rid of Putin pioneros del m ovim iento Riot G rrrl y son muy co no cid os por sus letras explícitam ente fem inistas. B La artista conceptu al rusa N adezhda Tolokónnikova actuando co n su banda, Pussy Riot. en 2017 en Houston, Texas. El grupo, que com enzó com o un m ovim iento de gu errilla, cuenta con una alineación variable y hace im provisadas presen taciones pú blicas con tem as p o lítico s. •• Iniciativas como la cam paña #MeToo se han centrado en la violencia y el acoso sexual y han puesto de m anifiesto el desequilibrio en la dinám ica de poder entre hombres y mujeres, sobre todo en el ám bito profesional. Esto guarda relación con los servicios para el cuidado de los hijos y la adopción de condiciones de trabajo flexibles tanto para mujeres com o para hombres con el fin de garantizar una mayor igualdad en el lugar de trabajo. EL ACTIVISM O DE GÉNERO 1 15 Las campañas cuestionan los estereotipos que siguen definiendo el cuidado de los niños y el trabajo doméstico como trabajo de las mujeres , y que hacen que este sea inherentemente menos valioso. Esta devaluación de la feminidad dificulta que las mujeres que asumen roles tradicionales de género reclamen un estatus igual al de los hombres y que los hombres asuman roles tradicionalmente femeninos o muestren características femeninas sin que se perciba una pérdida de estatus. Los estereotipos de género también les crean problemas a las mujeres profesionales. Paula Parfitt, especialista gestión y selección, habla de un sesgo en los procesos de selección en 2015: «Sabemos que a las candidatas se las suele juzgar por su experiencia, m ientras que a los candidatos se los evalúa por su potencial, y que los entrevistadores tienen más probabilidades de preguntarles a las m ujeres que a los hombres sobre su capacidad para conciliar la vida laboral y familiar». Las expectativas de género sobre el trabajo dom éstico, así como sobre el empleo en la esfera pública, están cam biando en muchos países. 116 CAPÍTULO 4 Las campañas —muchas de ellas feministas— dirigidas a garantizar que el cuidado de los niños también sea responsabilidad del padre han dado lugar a disposiciones legales sobre los permisos de paternidad y maternidad. B A La em presa sueca Top-Toy producá juguetes neutros que desafian lo s estereotipos de género en los ju eg os in fan tllea. Su catálo g o presenta im ágenes de nirtos jugando con juguetes tradicionalm ente asociad os aJ sexo opuesto. B E stas etiquetas neutras en cuanto al género la s diserto C harlie Smtth D esign para una linea de ropa sin género de la em presa británica John Lew is. John Lew is se co nvirtió en 2017 en la prim era tien de en elim inar la s m arcas de género con el fin de desafiar lo s estereotipos de género en la ropa in fantil. En Suecia, por ejemplo, los nuevos padres tienen tres meses de permiso de paternidad, mientras que en Gran Bretaña es de solo dos semanas. En Japón, tanto la madre como el padre tienen derecho a un año de baja remunerada. Con todo, las políticas para fom entar una mayor igualdad de género no siempre funcionan debido a la persistencia de ideas culturales sobre los roles y estereotipos de género. Por ejemplo, en Japón, menos del 2 % de los hombres emplean el año completo de permiso de paternidad que se les ofrece. Estados Unidos es uno de los pocos paises del mundo desarrollado que no cuenta con ningún permiso legal de maternidad o paternidad. Por lo tanto, los servicios gubernamentales para el cuidado infantil por parte de madres y padres son un tema prioritario en la agenda de los movimientos feministas de dicha nación. Las cam pañas fem inistas tam bién han procurado desafiar los estereotipos de género proporcionando a los niños juguetes o ropa sin género, y la situación del m ercado está em pezando a cambiar. EL ACTIVISM O DE GÉNERO 1 17 La cam paña Pinkstinks («el rosa apesta») aborda el estereotipo de que las niñas solo desean ropa o juguetes de color rosa. El estudio que han hecho los grandes almacenes británicos John Lewis sobre los cambios en el mercado los ha llevado a eliminar las etiquetas de género de la ropa infantil. Estos ejemplos son importantes porque exponen cómo los cambios en la visión del género —en este caso, lejos de los rígidos estereotipos de género en la infancia— pueden tener un gran impacto en cómo se vive el género. La mutilación genital femenina (MGF) son todos aquellos procedim ientos que alteran o lesionan de form a deliberada los genitales fem eninos por razones extramédicas. Puede im plica r la extirpación parcial o total del clitorls y el estrecham iento de la ab ertura vaginal m ediante sutu ra o sellado. Se tra ta de una tra dición de algunas culturas. Estos ejemplos también dejan ver que las formas tradicionales de entender el género cuentan con una fuerte defensa. Por ejemplo, la decisión de John Lewis de exponer ropa infantil neutral en cuanto al género provocó una oleada de voces disidentes en las redes sociales: «Solo existen dos sexos, el masculino y el femenino», tuiteó un cliente enojado, m ientras que otro declaró: «Mi hijo es un niño y se vestirá como tal: camisetas de rugbi, polos, vaqueros, zapatillas deportivas, etc.». Al producirse cambios en el género, se establecen limites en defensa de los roles y prácticas tradicionales de género. La visión del género es, com o hemos visto, específica de cada cultura, y las preocupaciones del feminismo occidental no son siempre globales. Hay quienes han cuestionado la idea del feminismo global con el argum ento de que el enfoque universal de las cuestiones de la m ujer tiene el problema de basarse en teorías procedentes de regiones con un mayor desarrollo económico. Como explica la activista Shweta Singh en «Transgression into “Hidden” Feminisn: Immigrant Muslim Women from India», en Feminism and Migration (2012), abogar a escala mundial por los derechos de las mujeres o por cambios en los roles de género resulta problemático «tanto porque la sociedad es colectivista como porque las propias mujeres se identifican con las preocupaciones grupales de la familia y la comunidad, y no solo con la feminidad o la hermandad». En 2003, la escritora feminista Chandra Talpade Mohanty (nacida en 1955) criticó el feminismo occidental por construir una categoría homogénea de mujeres del Tercer Mundo. Esta categoría, según la autora, pasa por alto las diferencias entre las mujeres de los países menos desarrollados económicamente y no da voz a las mujeres que se enfrentan a diferentes luchas surgidas en torno a la historia, la geografía y la cultura, problema este que el feminismo interseccional pretende abordar (véase capitulo 3). M an ifestación de m ujeres el 21 de enero de 2017, el día después de la tom a de posesión de Dortaid Trump. Unas 470 000 m anifestantes protestaron contra el im pacto de la presidencia de Trump en lo s derechos de la s m ulares. La pan carta seAaJa la m arginaclón de la s m ujeres negras en el m ovim iento fem inista. Sem ertan Ja n etPe re leyendo en un aula del Tasaru Safehouse for G irís de Tasaru. en Narok. Kenia. que se inauguró para proteger a niftas que huían de la M G F o del m atrim onio. Los temas centrales de esta cuestión se relacionan con las prácticas religiosas y las tradiciones culturales, incluidos el uso del velo, las costumbres matrimoniales, el trabajo sexual y la práctica de la mutilación genital, relevantes en los roles de género de distintos paises. La cam paña Stop FGM IMow!, encabezada por Waris Dirie (nacida en 1965), es un movimiento internacional contra la m utilación genital femenina. Sin embargo, otras feministas, como Fuambai Sia Ahmadu (nacida hacia 1969), han defendido la necesidad de comprender la fe y la tradición y de que las cam pañas las dirijan las propias mujeres locales. Feministas radicales transexclusionlstas (TERF. por sus siglas en inglés: trans-exclusionary radical feminista) es un térm ino que hace referencia a una pequeña ram a del m ovim iento fem inista qu e desea excluir a las m ujeres tra ns del fem inism o y negarles la en trad a a los espacios de las mujeres. A M iem bros del grupo activ ista Fem en se m anifiestan en la m ezquita m ás antigua de B erlín, la Wilmeradorfwr Moschee. en 2013. Bajo el lem a «Día Internacional de la Ylhad en to p le s», protestaron en nom bre de la activista tu necina Am ina Tyter, am enazada de m uerte tras haber pu b licad o en Internet fo to grafías de e lla misma en toples. B El grupo M uslim W om en A gainst Fem en llevó a cabo una protesta. -P or nosotras, com o m ujeres m usulm anas, y por la s que nos apoyan, le s decim os a Fem en y a su s partidario s que su s accion es son contrap roducentes y que nosotras, com o m usulm anas, nos oponem os a ellas», explicaron. El uso del velo produce debates parecidos. Desde una perspectiva feminista, el velo es un símbolo del control masculino sobre el cuerpo de la mujer; desde otra, es una decisión autónoma y una forma de resistencia a los valores occidentales, lo que hace de él un emblema del orgullo cultural más que una marca del poder masculino. •» 3 s h Con relación a lo que llama obsesión por la ropa de las discusiones fem inistas y liberales occidentales sobre el velo, el periodista Faisal al Yafai escribió lo siguiente en The Guardian (2008): «El velo parece ser un auténtico punto ciego para algunas personas, incluso para las fem inistas occidentales, que parecen infantilizar a las mujeres que eligen usar el velo, aun cuando argumentan que los hombres han infantilizado a las m ujeres en otras áreas. La idea de que llevar velo pueda ser una elección libre y racional parece escapárseles». Cada vez son más las jóvenes que, como Hanna Yusuf, usan las plataformas de las redes sociales para bloguear y videobloguear sobre sus identidades como fem inistas que usan el hiyab. La interseccionalidad también aborda el solapamiento entre el feminismo y el activismo LGBTQ y entre la teoría trans y la teoría queer. El fem inism o ha sido objeto de críticas por no tener en cuenta las experiencias de quienes no se adhieren a un modelo binario de género; algunas teóricas fem inistas —la más célebre es Janice Raymond (nacida en 1943)— se oponen de form a activa al m ovim iento por los derechos trans. Las fem inistas radicales transexclusionistas, una pequeña sección de la comunidad fem inista, sostienen que las m ujeres trans no pueden identificarse como mujeres de verdad debido al privilegio inherente a su educación masculina. EL ACTIVISM O DE GÉNERO 121 Sin embargo, el movimiento LGBTQ y el feminista tienen mucho en común: ambos buscan problematizar y cuestionar las suposiciones tradicionales sobre el funcionamiento del género. 122 CAPÍTULO 4 Los escritores trans, sobre todo a p artir de la década de 1990, han articu la do identidades construidas de form a consciente contra el modelo binario de género. Kate Bornstein (nacida en 1948), por ejemplo, en Gender Outlaw(1994), rechaza toda categorización del sexo sobre la base de los genitales: «La mayoría de la gente define al hombre por la presencia de un pene o de alguna forma de pene. Algunos definen a la m ujer por la presencia de una vagina o de alguna forma de vagina. Sin embargo, no es tan sencillo. Conozco varias mujeres de San Francisco que tienen pene. Muchos hombres maravillosos de mi vida tienen vagina. Y hay bastantes personas cuyos genitales están entre un pene y una vagina». Bornstein no considera que tenga un cuerpo equivocado ni que form e parte de un tercer sexo, sino que se tiene, como reza el titulo de su libro, por una proscrita del género. En Whipping Girl (2007), la teórica del feminismo trans Julia Serano (nacida en 1967) sostiene que ta nto la transfobia como la homofobia están arraigadas en el sexismo de oposición, que ella contrasta con el sexismo tradicional, que es la idea de que la feminidad está subordinada a la masculinidad. La obra de Serano pone de relieve hasta qué punto la teoría trans puede iluminar temas que afectan a personas de todos los géneros y subraya las form as en que pueden alinearse el movimiento por los derechos trans y el movimiento feminista. Además de cuestionar los conceptos tradicionales de género, el activismo trans se centra en los problemas específicos a los que hacen frente las personas de género diverso de todo el mundo. El Observatorio de Personas Trans Asesinadas (TMM, por sus siglas en inglés) proporciona datos globales sobre los asesinatos de personas trans y de género diverso, para lo que publica estadísticas actualizadas el Dia Internacional de la Memoria Trans, que se celebra el 20 de noviembre de cada año. A nivel mundial, se informó de 325 asesinatos de personas trans y de género diverso solo entre octubre de 2016 y septiem bre de 2017. Es probable que en los países en los que no se controlan estos datos haya muchos más asesinatos que no se denuncien. La conmemoración pública de quienes han perdido la vida ayuda a poner de relieve y condenar estos crímenes. La transfobia es el miedo, la aversión, el prejuicio o la actitud negativa hacia las personas transgénero. El sexismo por oposición es aquel relacionado con la idea de que las categorías de hom bre y m ujer son fijas y opuestas, y que «cada una posee un conjunto único y no solapado de atributos, aptitudes, habilidades y deseos*. EL V ig ilia del 24 de octubre de 2014 en la Universidad de la Ciu dad de M an ila en recuerdo de JennHer Laude, una mujer trans brutalm ente asesinada. B M iem bros de la Iglesia B aptlsta de W estboro por la hom osexualidad y la Inm oralidad. La Equallty House («casa de la igualdad»), GÉNERO loa actoa terro ristas son s i ca stig o de Dios DE m anifestándose en la Zona Caro. Creen que C ACTIVISM O A en Topeka, Kansas. se encuentra ju sto enfrente de la Iglesia B autista de W estboro. hom enaje a la bandera del orgullo gay. 1 23 Está pintada con lo s co lo res del arcoirfs com o Además del riesgo de sufrir delitos de odio, las personas trans y de género diverso se enfrentan a menudo a varios tipos de discriminación institucional e individual. Esta discriminación puede ir desde la violencia —incluso perpetrada por empleados gubernamentales o por la policía— hasta el misgendeñng, la falta de representación o una representación errónea en los medios de comunicación y el riesgo desproporcionadamente alto de verse sin vivienda ni trabajo. En fechas recientes, los casos más visibles de discriminación institucional y legal en Estados Unidos se han centrado en los bathroom bilis y en el derecho de las personas transgénero a alistarse en el ejército. Organizaciones tales como Global Action fo r Trans* Equality, Wipe Out Transphobia y GLAAD, que trabajan para apoyar la causa de las personas trans, de género diverso e intersexuales, abogan por la despatologización de todas las identidades de género, por la creación de marcos legales e institucionales que apoyen los derechos de todas las personas y por una m ejor educación y conciencia sobre la diversidad de género. El activism o actual Mlsgendering es un térm ino que hace referencia al hecho de referirse a una persona con un pronom bre u otro térm ino que no refleje bien su identidad de género. Las bathroom billa son leyes que definen el acceso a los baños públicos en fun ción del género. Por lo general, su objetivo es im pedir que las personas transgénero accedan a los servicios públicos que se correspondan con su género afirm ado. A El film * Tangerina explora la cu ltu ra urbana trans. Se ce n tra en dos m ujeres trans. Interpretadas por a ctrice s trans. que intentan sobrevivir en la s ca lle s de Los Angeles. La pe lícu la se rodó con un IPhone 5s y se estrenó en la ed ició n de 2015 del Sundance Film Festival. En lo s últim os ato a , la s representaciones m ediáticas de la s experiencias trans se han vuelto m ás diversas y han recibido m ás atención por parte del malnatraam cultural. B C o ncursantes del RuPaul’a Drag Race: A ll Star*. Este a p in -o ff del célebre RuPaul's Drag Race e s un program a de drag queens que com piten por entrar en e l Drag Race H all o f Fama. también se produce en lo individual, ya que las redes sociales y otras actividades en Internet desempeñan un papel importante. Más allá de esto, cada persona que elige adoptar una agencia de género contribuye un poco a cam biar las actitudes, ampliar la aceptación de la diversidad de género y alentar a las personas y comunidades a cuestionar las normas de género que muchos han dado por sentadas. Si bien es necesario reconocer los casos de violencia y discriminación, el activismo ha dado pie a un cambio positivo en una serie de ámbitos. Ha habido un cambio significativo en muchos países que han dejado de entender el género como una configuración binaria que solo reconoce la categoría masculina y la femenina. Un estudio realizado en 2016 por la British Fawcett Society reveló que el 68 % de los jóvenes creen que el género no es binario, mientras que la mitad de los jóvenes encuestados de Estados Unidos dijeron que no creen que el género se limite a las categorías masculina y femenina. m > tr 5 A TIME La m odelo. a ctriz y activista trans Lávem e Cox aparece en la portada de la revista estadounidense Time para celebrar un a to dei aum ento de lo s derech os y la visib ilid ad de la s personas transgénero. B El rapero estadounidense Sean Com be actúa com o P. Diddy con fald a esco ce sa en un espectáculo de la M TV en G lasgow . Escocia, en 2010. En la s últim as décadas, THE TRANSGENDER TIPPING POINT Amenca's next civil r^n sfrcntie f la s norm as de género en tom o a la vestim enta se han relajado un poco, aunque aún persisten la s ten d en cias generales en cuanto a lo que se co n sidera m asculino y fem enino. C E l rapero estadoun idense Kanye W est actuando co n una fald a sobre lo s pantalones durante la g ira W atch The Throne en el Sprint Canter, Kansas City, en 2011. A Los cambios en la visión y en las experiencias de género están incorporándose al lenguaje cotidiano. Los pronombres personales no binarios como el singular theyo their son cada vez más comunes entre los jóvenes anglosajones, y el término genderfluid entró en el Oxford English D ictionaryen 2016 para definir a las personas que no se identifican con un único género fijo. Los aseos de género neutro son habituales en las universidades británicas, y el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, está presionando para que se instalen baños sin género en el palacio de Westminster, Londres. f a Los efectos del activismo han llegado a las ventas al por menor y los medios de comunicación, y las representaciones de género no binario están cada vez más extendidas. El popular videojuego Los Sims ha introducido personajes de género diverso, y el cine y la televisión han retratado a personajes trans en numerosas ocasiones. Facebook también ha presentado hace poco m últiples opciones de género para sus usuarios. Empresas tales como JW Anderson, Rick Owens, Zara y H&M ofertan ropa de género neutro. GFW (Gender Free World) Clothing crea camisas en tres tallas para cuerpos de diferentes formas en lugar de para diferentes géneros, y The Butch Clothing Company diseña ropa para mujeres masculinas. Como reflejo de estos cambios socioculturales y del enorme aumento de la visibilidad cultural de las personas que se identifican a través de las categorías de hombre y mujer, entre ellas o al margen de ellas, la revista Time anunció un «punto de inflexión transgénero» en 2014. Un año después, los medios de comunicación (BBC News, CNN News) tanto británicos como estadounidenses declararon 2015 Año Transgénero. En su declaración de fin de año para 2015, el Financial Times declaró lo siguiente: «Resumen del año: Trans: la discusión de género se convierte en un asunto matizado, fluido y “no binario”». Se ha consagrado una importante crónica cultural a las ramificaciones del Año Transgénero entre los jóvenes. Los informes de los medios de comunicación británicos y estadounidenses, en The Guardian y Teen Vogue, por ejemplo, declaran con frecuencia que la generación de los millenials —o generación Y — está rechazando las etiquetas y normas tradicionales de género. Así las cosas, hay muchas pruebas que sugieren que las identidades y expresiones tradicionales de género están experimentándose de una manera menos rígida, sobre todo entre los jóvenes de la sociedad contemporánea, en particular —aunque no de forma exclusiva— entre los de Occidente. En consecuencia, la cuestión de la igualdad para las personas de género diverso figura en la agenda política de muchos países, y en los últimos años hay una mayor protección jurídica de los derechos de dichas personas. A A Emma W atson (izquierda) recibe el prem io a le mejor Interpretación por Baauty and the Beaat (La bella y la bastía) de m anos de le actriz no binaria A sia Kate D illon, de B illions, en la ed ició n de 2017 de lo s MTV M ovte & TV Aw erds. celebrada en e l Shrine Audltorium de Los Ángeles. El evento fue sig n ifica tiv o por la Introducción de unos prem ios de género B Le trans W endy iriep a y e l gay Ignacio Estrada ondean una bandera del orgullo gey m ientras pasean en un autom óvil antiguo por La Habana, Cuba, después de casarse, el 13 de agosto de 2011. La ciru g ía de reasignación de género de Iriepa co rrió a cargo del Estado cubano. En Gran Bretaña, la Ley de Reconocimiento de Género de 2004 les concedió a las personas trans el derecho a cam biar el certificado de nacimiento y a casarse con el género adquirido. Se han promulgado leyes que reconocen el género adquirido de las personas trans en Croacia, la República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, Rumania, Suecia y España. Fuera de Europa, se han introducido leyes para el reconocim iento de las personas trans en Brasil, Canadá, Colombia, Ecuador, Irán, Japón, Sudáfrica, Uruguay, la India, Bangladés y Vietnam. En 2012, Argentina fue elogiada como el pais más trans-fríendly del mundo al declarar que el género oficial de las personas se puede cam biar sobre la base de la autodeclaración y no en función de la autoridad de profesionales módicos o legales. En noviembre de 2017, un tribunal alemán dictaminó que las personas que no se identifican como hombres ni como mujeres, incluidas las personas intersexuales, pueden registrarse oficialm ente como miembros de un tercer género. Estos debates suscitan una importante pregunta sobre el futuro del género: ¿nos encaminamos hacia un mundo sin géneros? EL ACTIVISMO OE GÉNERO 129 Las creencias da base son ¡deas y suposiciones m uy arraigadas sobre nosotros mismos, los dem ás y cóm o fun ciona el m u ndo que nos rodea. Suelen 3 er subconscientes y puede costar reconocerlas y m odificarlas. Algunas de nuestras creencias de base más arraigadas y las estructuras más fundamentales de nuestras culturas giran en torno al género, lo que hace que sea una de las principales formas de clasificarnos unos a otros. Basamos en el género desde quién tiene que asumir el cuidado de los niños o los roles de liderazgo hasta quién tiene que usar ciertas prendas de vestir, disfrutar de ciertos pasatiempos o incluso experimentar ciertos sentimientos. Pero el género no siempre resulta ser una base sólida para tales clasificaciones. Todas las facetas del género, ya sea en los aspectos físicos, en el papel social o en la identidad personal, están sujetas a cambios, de una sociedad a otra, de una persona a otra e incluso dentro de la misma persona en diferentes momentos. En el capítulo 1 hemos visto las perspectivas biológicas del género, según las cuales las categorías de hombre y mujer están determinadas genéticamente y, por lo tanto, son fijas. Sin embargo, el género biológico es complejo y no siempre se ajusta de forma discreta a lo masculino o lo femenino. Además, el género se experimenta y se practica de maneras mucho más complejas que las que puede explicar el enfoque biológico. En el capitulo 2 hemos considerado los elementos de género construidos socíalmente, para lo cual nos hemos valido de ejemplos diferentes a fin de demostrar que los roles de género están sujetos a cambios. Las normas y los valores en torno al género los crean una serie de factores interrelacíonados, como la política, la economía, la religión, la fe, la clase social, la raza y la etnia. A El peso pesado estadounidense Muham m ad AJI acuna a su hija Laila después de vencer a León Spinks en el cam peonato de 1978. B El em barazo no es ningún M ontano, que espera para correr en la prim era ronda de lo s 800 m etros fem eninos de la edición de 2014 del Cam peonato CONCLUSIÓN obstáculo para Alysia al Aire U bre de la USATF Stadlum de Sacram ento. 133 en e l califo m iano Hom et A M ujer trans pakistani celebrando una vig ilia Junto al cadáver de la activ ista transgénero A lish a. ase sin ada por pistoleros desconocid os en Peshaw ar en 2016. En el hospital, no sabían en qué sala ub icaría, y esos retrasos contribuyeron a su m uerte. B Un coflage de hom enajes a A n gie Zapata, de d iecio ch o a/Sos de edad, a la que ase sin ó en 2008 Alien Andrade cuando se enteró de que era una mujer trans. Él fue el prim er condenado en Estados U nidos por un crim en contra una victim a transgénero. La socialización de género determina la forma en que cada persona representa su género. Por lo tanto, los papeles que esperamos que representen las personas en función de su género no son constantes. En el capítulo 3 hemos explorado las prácticas e identidades de género diverso. Siempre han existido personas cuyas identidades de género son diversas, pero que en función del contexto histórico y cultural, han recibido distintos apelativos o a quienes se ha entendido a través de diferentes modelos científicos y sociales. z « o S ” También en el capitulo 3 comenzamos a hablar de los problemas del modelo binario de género para las personas que se identifican a través, de las categorías tradicionales de hombre/mujer, entre ellas o al margen de ellas. Las personas de género diverso de algunos países no occidentales llevan mucho tiempo integradas en la sociedad, mientras que en otros las ideas sociales y culturales, las representaciones, las leyes y las políticas están ampliándose para tener más en cuenta a las personas que viven al margen del marco binario de género. En consecuencia, hoy en día muchas personas cuentan con una mayor gama de opciones para expresar el género, que está en constante evolución. Pese a los importantes cambios que se han producido en todo el mundo en las actitudes sociales, en la visibilidad cultural y en las leyes y políticas sobre transexuales, las personas trans y las de género no binario siguen encontrando barreras. Muchos países aún no han legislado el reconocimiento de las personas trans, y entre los que sí lo han hecho, la mayoría mantiene un marco en el que deben tener certificación como tales de profesionales psiquiátricos. Lo trans sigue viéndose patologízado en gran parte del mundo. Las autolesiones y el suicidio entre las personas trans, sobre todo entre las jóvenes, son desproporcionadamente mayores que entre las personas no trans. La discriminación en el lugar de trabajo sigue estando a la orden del día. Las personas trans se enfrentan al acoso y a la violencia dentro de su familia y en público. Los asesinatos de personas trans, en particular de mujeres negras trans, son numerosos, y a veces se justifican utilizando la defensa legal del pánico trans. B l a defensa del pánico trans es un recurso legal por el que el perpetrador de un delito, por lo general violento, afirm a ante un trib unal que perdió el autocontrol a causa de un pánico provocado por la Identidad transgénero se ha utilizado en num erosas ocasiones en Estados Unidos, como, por ejem plo, durante CONCLUSIÓN de su victim a. Esta defensa el Juicio por la violación y el un hom bre trans. en 2003. 135 asesinato de Brandon Teena, A La ganadora de la edición de 2014 del Andrew Logan Alternativa M ita W orld fue la a rtista rusa de perform ance M ias Zero + (Saaha Frolova). La prim era vez que Logan d irig ió el certam en fue en W72; se in spiró en los concursos caninos de C rufts y otorga prem ios basados en la elegancia, la personalidad y la originalidad. La entrada ea libre. B E l Canal Parada es una de la s partes m ás destacadas del Am sterdam Gay Pride. Ea uno de lo s m ayores eventos de ioa Países Bajos, un país co n una gran ace p tació n so cia l de la com unidad LGSTQ. En la Imagen, la s barcazas anu ncian la unidad y el o rg ullo de laa com unidades drag y t rans. A Los hombres y m ujeres cisgénero y las personas trans y no binarias pueden sentir que las expectativas sociales restringen los roles que pueden representar. A menudo se espera de los hombres que limiten sus expresiones emocionales, que sustenten económ icam ente a sus familias, que se enfrenten a la violencia fisica o que incluso la cometan para m antener su estatus social, y que opten por asum ir com prom isos laborales en lugar de involucrarse en el cuidado de los hijos. Las m ujeres se enfrentan a una amplia gama de problemas, desde el elevado riesgo de pobreza, acoso y violencia sexual hasta la falta de educación, derechos reproductivos y atención m édica adecuada, pasando por el matrimonio forzado, la discrim inación en el lugar de trabajo y la brecha salarial. 136 CONCLUSIÓN Como hemos visto en el capitulo 4, el activismo y las campañas de feministas, igualitarios, activistas por los derechos de los hombres y activistas trans de todo el mundo han abordado las desigualdades de género. Aunque el género funciona a modo de dispositivo estructurador que limita la vida de mujeres, hombres y personas no binarias, en él pueden actuar los individuos o los grupos para reformar sus prácticas de género y producir cambios en la comprensión del género. Es evidente que la comprensión del género como algo diverso no es universal; son muchos los que siguen sosteniendo que el género es innato. Pero, si observamos la gama de enfoques y prácticas de género que existen, tanto hoy como a lo largo de la historia de la humanidad, puede verse con claridad que el género no es un atributo fijo. Es más, en la disyuntiva entre los roles sociales de género tradicionales y las experiencias cotidianas de género surge un espacio de injusticia sistémica contra las personas trans, género diverso y cisgénero, lo que limita el potencial individual y colectivo. Aunque nuestro mundo dista mucho de ser neutral desde el punto de vista del género, debemos acoger con satisfacción los avances hacia la fluidez del género, ya que nos brindan más posibilidades a todos. Los Igualitarios sostienen que todos los seres hum anos valen lo m ism o y que la sociedad debe tratarlos del m ism o m odo con independencia del género, la sexualidad, la raza, la religión, la capacidad, la clase y la afiliación política. La Injusticia sistémica es aquella que. al ser Inherente a u n sistem a social, económ ico o político en particular, se ve perpetuada de form a autom ática por dicho sistema. T ro u c f Créditos de las imágenes Se ha hecho tod o lo posible 22,23 Science Photo Llbrary po r Identificar y m encionar 24 Bill B achm an/A lam y Stock a los titu la re s de los derechos del material que se reproduce en este libro. El a utor y la editorial se disculpan por cualquier omisión o error que hubiera que Photo 25 Iz Keith S zafranski/ i - stockphoto.com 25 d George Grall. NatíonalGeographíc Creative enmendar en futuras ediciones. 26 Heritage Auctions. s - superior, 1= inferior, c = central, 27 Terry Lo gan/R ex/S hutterstock ¡z = Izquierda, d = derecha 28 Fotografía de Veronique Photo © Tom Kelley Studios Londres 32 d C ountway Medical Llbrary, (1986.322.1) 52 d Antikensammlung, Staatliche Museen zu Berlín (F 2289) Harvard M edical School, Harvard M useums o f Science del British Museum, and Culture Londres 33 iz, d W ellcome Collection, Londres Hílst/Photonica World a 34 Derby Museum and Art Gallery través de Getty Images 35 Villa Musée Fragonard, de Israel t i Fotografía de Tim H unter/ Newspix, c News Corp Australia 12 Consejo de Adm inistración Grasse. Donación de Gabriel Cognacq (2010.0.371) 36 i N ational P ortrait Gallery, Londres (NPG 6937) 36 d National P ortrait Gallery, Londres. Legado por del British Museum, Jane, lady Shelley, 1899 Londres (NPG 1237) 13 iz, 13 d Costume Instituto, M etropolitan Museum o f Art, Nueva York. 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Donación 29 Nigel Dickinson 9 Fotografía de Robert Van Der tn < Stock 49 s, i Monday, Bangkok. de N orbert Schimmei, 1986 30,31,32 iz W ellcome Collection, 8 Cortesía de The Advertíslng O 2 W ashington D. C. 48 Richard B. Levine/Alam y Durruty / Gam ma - Rapho 4 - 5 Fotografía de Sara D. D avis/ Getty Images División, Library o f Congress, a través de Getty Images 2 Mykola Gavliuk/123RF 6 -7 Fotografía de Yvan Cohén/ 4 6 -4 7 Prints and Photographs Gettylmages Llves/G etty Images Getty Images RMN-GP 40 iz Fotografía de Roger Víollet C ollection/G etty Images 40 d Fotografía de Russell/Getty Images 41 iz Homer Sykes A rchive/Alam y Stock Photo 41 d Granger H istorlcal Picture Archive/Alam y Stock Photo 42 Iz, d, 43 Cortesía de The Advertising Archives 4 4 ,4 5 0 Linda Simpson 53 Iz Consejo de Adm inistración 53 d Antikensammlung, Staatliche Museen zu Berlín 54 Villa del Casale, Piazza Armerína 55 Bodleian Llbrary, Oxford. Collection Medieval and Renaissance M anuscripts (MS. Arch. Selden. A.1) 56 Colección privada/The Stapleton C ollection/ Bridgeman Images 57 National Archives, Reino Unido 5 8 ,5 9 iz, d Colecciones privadas 60 Fotografía de T. Enamí 61 Fotografía de Topical Press A gency/G etty Images 62 Shunsaí Toshfmasa. 1887 63 Colección privada 64 W ellcome Collection, Londres 66,67 JeongMee Yoon 68 The Sun/N ew s Ucensing 69 iz Christine W ebb/Alam y Stock Photo 69 d Gari W yn W illiam s/A lam y Stock Photo 70 Fotografía de Thomas J. Abercrom bie/N ational G eographic/G etty Images 71 © Shirin Neshat 72 baolamdong.vn 73 iz Fotografía de Reza/Getty Images 73 d Fotografía do Rod A ydelottePool/Getty Images 74 Landsberger Collection (BG E13/415) 75 Fotografía de VCG a través de Getty Images 76-77 Trlnlty M irror/M irrorpíx/ Alamy Stock Photo Female. W. B. Saunders, Filadelfia, 1953 96 d Dr. Murray Banks, l/Vhat You Can Learn From The Kinsey Report, 1956. Audio M astertone Label, por Froco Records 97 iz, 97 d Lawrence Laríar, 78 Iz, d nsf / Alamy Stock Photo OHI DR. KINSEY!; 79 Chronlcle/Alamy Stock Photo A Photographic Reaction 80 Fotografía de Shaul Schwarz/ Getty Images 81 Fotografía de Ulet Ifansastl/ Getty Images 82 Fotografía de Allison Joyce / Getty Images 83 Fotografía de Mohammad A sad/P acific Press/ UghtRocket a través de Getty Images 84 s, i, 85 s. i Wellcome Collection, Londres 86 iz Fotografía de Corbís a través de Getty Images 86 d Musée des B eaux-Arts de Nantes 87 Fotografía de Fox Photos/ Getty Images 88 M agnus-H irschfeldGesellschaft, Berlín 89 Fotografía de Weegee Arthur Fellig)/International Center of Photography/Getty Images 90 Fotografía de Michael M aslan/ Corbís/VCG a través de Getty Images 91 Frederlck Richard Píckersgill 92 Yale Center for British Art, Paul Mellon Collection (B1977.14.11245) 93 iz Wellcome Collection, Londres 93 d Gerda Wegener, 1928 94 Fotografía de H ulton-Deutsch Collection/Corbis a través de Getty Images 95 B ettm ann/G etty Images 96 iz Alfred C. Kinsey, Wardell a Nueva York, 1953 9 8 .9 9 llkratrations Daniel Streat, Visual Fieids 100 iz, d Trinity M lrrof/M írrorpíx/ Alamy 101 Fotografía de David Levenson/ G etty Images 102 iz. d, 103 iz, d © Sarah Wong 104 Reuters/Brendan McDermid 105 Dial Booka, 2015. Penguln B oato 106-107 Fotografía de Michael N ígro/Pacific Press/ UghtRocket a través de Getty Images 108 Musée Carnavalet, París (D.9092). Fotografía de R oger-Viollet/Topfoto 109 iz Brooklyn Museum, donación de Emily Winthrop Miles (55.9.25v) 109 d AF Fotografié/Alam y Stock Photo 110 iz Schomburg Center for Research in Black Culture. Getty Images 120 Fotografía de Target 121 Muslima Pride International 122 Fotografía de Ted A ljibe/A FP / Getty Images 123 8 Fotografía de Moníka Graff / Getty Images 123 i Fotografía de Mark Relnstein/Corbis a través de Getty Images 124 Cartel del film e Tangeríne, dir. Sean Baker, 2015 125 Fotografía de Jamie M cC arthy/G etty Images 126 Time Inc/M eredlth Corporation 127 Iz Fotografía de Gareth Catterm ole / Getty Images para MTV Crashes Glasgow 127 d Fotografía de Jason Squires/W irelmage 128 Fotografía de Kevin W inter/ Getty Images 129 Fotografía de Sven C reutzm ann/M am bo Photo/ Getty Images 130 Musée du Louvre, París. Photographs and Prints Fotografía de RMN-Grand División. The New York Palais (Musée du Louvre)/ Public Ubrary 110 d Prints and Photographs División, U brary of Congress, Washington 0. C. 1tl Prints and Photographs División. U brary o f Congress. Washington D. C. 112 Fotografía de Barbara Freeman/ G etty Images 113 Iz, c, d Cortesía de Human Male, W. B. Saunders, Archives (HQ77T73) Bohaviour in the Human Marie @MsPeoples 119 Fotografía de Marvi L a car/ Presse Agentur Gmbh/ Ubraries, Transgender Paul H. Gebhard, Sexual afroCHuBBZ y Angela Getty Images las University o f Victoria Pomeroy, Clyde E. Martin, Charlie Smith Design 118 © Kevin Banatte @ to the Kinsey Report, Sexual Bohaviour in the Filadelfia, 1948 de Top-Toy 117 Camapaña de John Lewis, C artw rite Publishing Co, Pomeroy, Clyde E. Martin, 96 c Alfred C. Kinsey, Wardell B. TI6 siz, iiz, sd. id Cortesía 114 iz, d Kathleen Hanna (Bikini Kill) en el Macondo, Los Ángeles, 1993 115 Fotografía de Ríck Kern/ Wirelmage Hervé Lewandowski 132 Fotografía de Chuck Flshman/ G etty Images 133 Fotografía de Andy Lyons/ Getty Images 134 Arshad A rbab/E pa/R E X / S hutterstock 135 Fotografía de Joe A m on/ The Denver Post a través de Getty Images 136 Fotografía de Bradley Felstead 137 s, I Fotografía de Romy Arroyo Fernandez / NurPtioto a través de G etty Images índice aves 24,25 aztecas 55 constructivism o social 44 ,48, 49 ,57,6 8-6 9,75 ,133 continuo de la sexualidad Las referencias a las ilustraciones se indican en negrita. baja 96 -97,98 por maternidad 116-117 Corea del Sur 80 por paternidad 116-117 corporeización 12,13.15.93 Bangladés 63,83,129 Cox. Láveme 126 #MeToo 114,115 Barclay, John 32 creencias de base 132 «19 LGBT Hindú Gods» (Ogles) 79 bathroom bilis 124 Crenshaw, Kimberlé 14 belleza, concursos de 20,21. A Vindication ofthe Rights 136 Crisp, Quentin 41 cristianism o 57,62 of Woman (Vindicación Benjamin, Harry 93 cromosom as 37,95 de los derechos de la mujer, Bercow, John 126 Cromwell. Jason 94 W ollstonecraft) 36,109 Bikini Kill 114,115 cross-living65 blnarlsm o de género 10,11.17.32, C uba128 aborto 112,113 acoso sexual 114,115,135 3 3 .35,3 7.39 ,78,79,8 5.10 3, cuidados 42 activism o 39.105,108-109, 121,122,125,126,128,134 cultura véase también religión 112-114,119,123-125 bisexualidad 96 binarism o de género 40 acto sexual y reproducción 26 Bomstein, Kate 122 creencias de base 132 aeta, trib u 28,29 Bowie, David 100,101 expectativas conductuales A fganistán 72,73 Burke, Tarana 114 A frodito 90 Burton, Ron 101 Ilustración 3 0 -3 6 agencia 17,105,125,136 Bush, George W. 72,73 moral 61 agenero, personas 11.97.98.99 Butler.Judith 4 4 ,6 8 -6 9 norm as en los albores cab allitos de m ar 24,25 socialización de género agraria, sociedad 29.49-51,52. 5 3 ,5 4 ,6 2 ,7 4 agricultura, desarrollo de la 29,49-51 Ahmadu, Fuambai Sla 119 Al Yafai, Faisal 120 de la historia 50-51 Cahun, Claude 86 C alam lty Jane 58,59 calendario; film e de 2003) 26 calendarios 26,27 Ali, Muhammad 132,133 Can the Subaltem Speak? 49,50,51.60,61 66-68,74,1 34 Cyrus, Mlley 99 Calendar Girls(Las chicas del Alemania 93,94,129 alimentos, producción de 13-14,75,118,136 (Spivak) 64 Canary, M artha Jane 58,59 am am antar 50 capitalism o 5 8 .5 9 ,6 5 De Gouges, Olympe 108,109 De humani corporis fabrica libri septem (De la estructura del cuerpo humano en siete libros, Vesalio) 32 Declaración de los derechos de Amaterasu 62,63 casa, cuidados de la 5 0 -52 la mujer y de la ciudadana Am erican Psychiatric ca s ta 64 (De Gouges) 108,109 Association 9 amish 62 castidad 52.61 defensa legal del pánico trans 135 cazadores-recolectores 27-29, Del revés (Wong) 102-103 Ám sterdam 136,137 Anatomía (Pseudo - Galeno) 30,31 anatóm icos, a rte y figuras 30. 31,32,33.38 49 Delphy, Christine 58 cerebro 2 2 ,2 3 ,3 4 ,4 0 ,4 1 ,9 5 chador 70,71 Cherfas, Jeremy 21 Chevalier d"Éon (Stewart) 36.37 Deiusions of Gender (Cuestión de sexos, Fine) 41 derechos de la m ujer 69-71, 72,108.109.110.111.119 androginia 90,91.92 China 14,15,74,75,80.90.91 DeVore. Irven 29 anim ales 2 cirugía dim orfism o de género 24 antiesclavism o 109,110 correctiva 38,39 dim orfism o sexual 20,21,25 antropología 28,82 de afirm ación de género 93 Diríe, W arls 119 «Año transgénero» 127-128 de reasignación de género discrim inación 14,15.74,79,95, apoyo 105,124 9 2 ,9 4 ,9 5 102,124-125,135,137 Arabia Saudi 72,73 cisgénero 38.39,114,136,137 discurso 5 8 ,5 9 ,6 8 Argentina 129 clase social 14,64 disforia de género 104,105 Aristóteles 52,53 Club patriótico de mujeres diverso, personas de género ti, arqueología 27 (Lesueur) 108,109 aseos 124,126 Códice Mendoza 55 asesinatos 123,135 Colette 40,41 Asexual V isibility and Education colonialism o 6 4 -6 5 colonización 59 NetWork 98 asexualidad 9 7 -9 8 ,9 9 Combahee River Collective 112 Australia 28 conducta véase normas Autorretrato (Cahun) 86 sociales 7 8 -8 4 ,8 6 ,8 7 ,8 8 ,8 9 -9 0 , 99-102,103,104,123,124,127, 128,134,137 división del trabajo 50-51 «Doing Gender» (West y Zlmmerman) 43 doméstico, trabajo 57,58,59, 60,74,115,116 dos espíritus, personas de 78, 79,81,82-83 dos sexos, modelo de los, véase binarism o de género drag, m undillo 44.45,124,125,136 Francia 12,33.108,129 hijra 79,80,83 fronterizas, culturas 59 hlnduism o 6 3 ,6 4 ,6 5 .7 9 ,8 9 Fuerzas de Defensa de Israel Hlrschfeld, Magnus 88 -8 9 ,9 2 , 10.11 fuerzas m ilitares 10.11.91,124 Dyble, M ark 2 9 -30 93 Histoire de la sexualité (Historia de la sexualidad, Foucault) Galeno 32 84 ed e, tribu 72,73 Gardiner, Jam es 85 hiyab 120 Ebadi, Shirin 70,71 Gamets, Linda 97 hombres véase también machos Egipto, Antiguo 50,51,52 gen gay, teoría del 95 apego fisico 72 El planetario (Wríght de Derby) Gender Identíty Development esencialism o biologíco 21-22 34.35 Service (GIDS) 102 Elbe, ü li 92.93 Gender Outfatv(Bomsteln) 122 Eliot, Use 41 Gender Trouble (El género embarazo 30.31,50.133 en disputa, Butler) 44 emú 24 genderfiux. personas 10.11,99 Equallty House, Kansas 123 género causa y efecto 41-42 escuelas 102 com o com binación de esencialismo biológico 2 0 -22,24 factores 10,133 com o constructo social esperma, esencialism o biológico 21 117.124,125,128,135 14 ,27-28,50-51 hom ofobia 123 homosexualidad 4 3 -4 4 ,4 8 ,6 8 -6 9 ,1 3 3 sexual 8 2 .8 3 -8 4 ,8 5 desarrollo de la teoría de la inversión 86 teoría del «gen gay» 95 horm onas 23.27.42 cóm o se em plea en este esqueleto 32,33,34 Estados Unidos 21,25,59,60.61, roles tradicionales de género confusión con la diversidad esclavitud 53,54,109,110 esencialismo 20 -2 2 ,2 4 Ilustración 3 5 -36 libro 8 om nipresencia 11 genes 95 I am Jazz (Soy Jazz; Herthel) 105 identidad de género 10.97, 98-99.102-103.105,134 estatus 50.51-52,53 genitales 31,122 igualdad 69.112, TT7,128 estereotipos 74.101,102,115-116. Gérard, M arguerite 35 Giese, Karl 8 8,89 igualitarism o 29,62.137 Estrada. Ignacio 128,129 Gluck 92 im itadores de m ujeres 85 etnom etodologia 42.43 Gran Bretaña 59 -6 0 ,7 4 .8 7 , India, la 78-79 117,118 Every Night in Drag (Simpson) 44 ,45 t17,125,128,129 Gray, John 40 Ilustración 3 0 -3 6 indios nativos norteam ericanos 78,79,81. 82.89 evolución 23 Greece, anclent 31.51-53,90 Indonesia 80,81 evolutiva Green, Richard 93 industria 14,15,54,57 Guinea-Bisáu73 Infancia 25 Hackwood, Wlllíam 109 Institut für Sexualwissenschaft, biología 24,25 psicología 24,25,27-28 expresión de género 10 injusticia sistém ica 137 Haiberstam, Jack 44 Berlín 88 ,92,9 4 fa'afafine 80,81 Hall. Radclyffe 40 ,41.86-87.87, interseccionalidad 14,15.109,110, Faith.BeulahTI0.111 fam ilia, unidad tradicional 5 0 .6 5 92 Hamer, Dean 95 Intersex Campaign fo r Equality Fausto -Sterling. Anne 9,3 7,38 Hanna, Kathleen 114.115 Femen, grupo activista 120 Harris's List of Covent Garden feminidad 44,57.59.61,116, TI9. 123 feminismo 1 6 ,58.6 4,66 ,70, 108-114,118-119.121-122 Fervor (filme de 2000)71 Ladies 37 Havelock Ellls, Henry 86,87.88. 89 Hawai 80 hembras véase también m ujeres 112,119,121 3 8 -39 intersexualidad (TSD/DSD) 37, 3 8 -39,79, 8 9-90,129 inversión sexual 86,87 inversión, desarrollo de la teoría de la 86,87 Irán 69-70,71,8 0 fidelidad 52 características biológicas 8 Iriepa, Wendy 128,129 Filipinas 28,29 conducta anim al 24 islam 62,70.120 Financial Times 127 esencialism o biológico 20-21 Italia 68,69 Fine. Cordelia 9,2 3,41 -42 espectro biológico 37.98.99 Izzard. Eddie 100 flexibilidad laboral 115 fluidez 9,96-9 7,98 ,99,1 04-105 , 137 fluido, personas de genero 10, TI, 99-100,126 Formations of Class and Gender (Skeggs)61 Foucault, Michel 84 ,88 herencia 52,59,73 Hermaphrodite (Nadar) 39 Herthel, Jessica 105 Japón 5 5 ,6 0 ,6 2 -6 3 ,7 3 ,8 0 ,9 0 , 91,117 heterosexualidad 85 JeongMee Yoon 66,67 hijos, cuidado de los John Lewis 117,118 anim ales 24 Johnson, M arsha R. 134,135 humanos 21.25,42,49,74,132 Jomeini, ayatolé 70,71 Igualdad 115,116,117 Jorgensen, George 94,95 ju /tio a n s l, com unidad 2 8 -29 McCormick, lan 92 género 8 -9 judaism o 62 m edicalización 8 5 ,8 8 .8 9 ,9 3 -9 4 , Ilustración 3 0 -36 juguetes 116,117 justicia social, m ovim ientos por la 109 om nirrelevancia del género 105 Meiji, Era 5 5 .6 0 Men Are from Mars. Women Are 43,136 socialización de género kabuki. teatro 90,91 from Venus (Los hombres son 66 -69,134 Nueva Zelanda 59 kathooy 80 de Marte, las mujeres son de Venus; Gray) 40 Kenia 119 México 80 Kinsey, Alfred 96,98 millennial, generación 128 Kuhn, Steven L 28 L a os80 Laqueur, Thomas 30 -31,33,35 ñandú 24 mi8gendering 124 Oakley, Annie 58,59 M itchell, Edward 32 O bservatorio de Personas m oda 12.13.58.90 véase también travestism o Trans Asesinadas (TMM)123 odio, delitos de 123,124 Lanar, Lawrence 96,97 m odificación corporal 93,105 Laude, Jennifer 123 Mohanty. Chandra Talpade 119 Oh! Dr. Kinseyl (Lariar) 96.97 Lawrence, Louise 113 mollyhouses 92 Opie.John37 Lea T 100 Money, John 93 oposición, sexismo de 123 Lee, Richard Borshay 29 m onogam ia 21,22,26 Orango, isla de, Guinea-Bisáu 73 legislación 87.129,135 Monroe, Marilyn 26 Origen de la música y la danza lenguaje Montaño, Alysia 133 en la puerta de piedra género en el 12.126 Montesquieu 34 (Toshimasa) 62,63 inclusivo 12 m oralidad 61,84 lesbianism o 86 ,87 véase homosexualidad Lesueur, Jean - Baptiste 109 Ogles, Jacob 79 ortodoxos, judios 62 m ovim iento por los derechos trans 108,121-123,124,134-135 m ujeres vea se también hembras P. Diddy 126,127 Países Bajos 129,136,137 esencialism o biológico 21-22 Pakistán 82.83.134 expectativas culturales 13-14 Parfitt, Paula TI6 LeVay, Simón 95 Ilustración 3 0 -3 6 parteras y parteros 12 Lewis, Gail 111 respetabilidad 60-61 Partido C om unista de China 15 Ley de Publicaciones Obscenas Revolución Cultural china 15 parto 21,68,69 roles tradicionales de género patologización, 85,89.94.124,135 Lettres persanes (Cartas persas; Montesquieu) 34 87 Ley de Reconocimiento de Género 129 LGBTQ, personas y derechos 97, 2 7 -28,50-5 1.5 7 patriarcado 16.17.64 sociedades agrarias 52-53 Peplau, Anne 97 trabajo 55-57,73 perform atividad 69 Muían, Hua 91 Perry, Grayson 100,101 Logan, Andrew 136 Muscle Beach, California 21 Phoenix, Ann 111 Los primeros pasos, o La madre Muslim Women Against Femen, pingüino em perador 24,25 101,108,113.114,121-122 nodriza (Gérard) 35 Los Sim 3 (videojuego) 127 grupo 120,121 m utilación genital fem enina (MGF) 118,119 machos véase también hombres pingüinos 24,25 Pinkstinks, cam paña 117 poscolonialism o 64,109 muxe, personas 80 prácticas de parentesco y conducta anim al 24 N aciones Unidas 15 Primeras Naciones de Canadá 81 esencialism o biológico 20-21 Nadar 39 Prince, Virginia 113 espectro biológico 37.98,99 Namibia 28 -29 promiscuidad 21,22,26 mahu 80 Nanda. Serena 79 pronombres 12.126 Man the Hunterf Lee) 29 nazism o 94 propagandísticos, carteles 14.15 mano, tom arse do la mano 72,73 Nepal 80 propiedad 50.51-52,112 véase m anufactura textil 5 6 .57.6 0.63 Neshat, Shirin 71 Mao Zedong 14 neurosexismo 40-41 prostitución 37,54 martu, com unidad 28 neutralidad de género 100,126.127 Proyecto rosa y azul (JeongMee masculinidad 44,72 niños y niñas 5 5 ,6 6 -6 9 ,7 4 , reproducción 24,25 características biológicas 8 Mateer, Jeff 104 maternidad 35 matrimonio concertado 15 101-104 no binario, genero 10. TI, 75,105, 125-126,127 creencias de base 132 G uinea-Bisáu 73 en los albores de la historia de la m ujer 112 Ybon)66.67 publicidad 16-17,42,43.48 purdah 6 3 -6 4 Pussy Riot 115 normas sociales e de, tribu 73 m ovim iento por los derechos también herencia 50-51 gama de 13 queer, género 11 Race, Ethnicity and identity (Lewis y Phoenix) 111 ratas 24 Splvak, Qayatri 64 Raymond, Janice 121 Spoon, Rae 100 Reassignment (Green raza 14,109,110 Stewart, Thomas 37 y Money) 93 Reilly, Kevin 27 Stiner, Mary C. 28 religión 31,51,57.58,61-66,84. Stoller, Robert 93 Transvestites (Hirschfeld) 88 - 89 Stonewall 101 travesti 80.90,113 Stonewall. disturbios de 113,134 travestism o 85 ,88 - 8 9 ,9 0 -9 2 , 90,119,123 representaciones m ediáticas 67, 126-128 reproducción 21-22,24,25,26. 50,112 Stryker, Susan 113 Studies in the Psychology of Sex(Havelock Ellis) 86 Transsexualism and Sex Transvestia 113 101,105 Trump. Donald 104,118, TI9 Truth, Sojourner 110,111 respetabilidad 60-61 Sudamérica 6 5 ,8 0 Tubman, Harrlet 110,111 Rrevolución Industrial 54- 58,60 Suecia 102,117 Tyler, Amina 120 Rezkallah, Eli 16-17 sufragista, m ovim iento 111,112 Roe contra Wade 113 Swinton, Tilda 100 Roma, Antigua 53 ,54,5 5 Symons, Donald 22 Rousseau. Jean - Jacques 36 Tahiti 80 Rowbotham, Sheila 49 Tailandia 80 Tangerine (filme) 124 de TV) 124,125 71 un sexo, m odelo de 31 Rose, Ruby 100 RuPaul's Drag Race (programa Un Millón de Firmas, cam paña teatro 90,91 Una travesura matutina, o Transmutación de los sexos 92 UNICEF 74 Teen Vogue 128 Samoa 80,81 Teena, Brandon 135 Van Andera, Sari 42 Samson,JD100 tercer género 79,80,81,104,129 velo 119,120 sati 64 ,65 testosterona 23.27,42 Vesalio, Andrés 32 Sax. Leonard 21 Testosterone Rex(Fine) 23 vestim enta 12,13,117,118,120, Schiebinger, Londa 33 The Anatomy ofthe Bones 127,132 véanse tam bién Schippers, Mimi 44 o f the Human Body (Barclay) Scott, Joan W allach 49 32,33 travestism o; moda victoriana, época 5 9 -6 0 segregación 61,63.70,71 The Guardian 120,128 videojuegos 127 Serano, Julia 123 The Human Journey (Reilly) 27 Vietnam 72.73,80 sesgo en la selección TI6 Sex Reassígnment(Stoller) 93 The Sun 68 Vincenzo, Una 86,87 The Transsexual Phenomenon Von K rafft-E bing, Richard 86 Sexing the Body (Cuerpos sexuados: Fausto-Sterling) 37 (Benjamín) 93 The Well of Loneliness (El pozo W ainwright, H ilary 49 de la soledad; Hall) 41,86-87 Walby. Sylvia 16 sexismo 16-17,123 Theorizing Patriarchy (Walby) 16 Warhol, Andy 41 sexo Throwing Like a Girl (Young) 67 waria, com unidad 80,81 Time 126,127 Watson, Emma 128 Tipton, Billy 91 Weegee 89 característica biológicas 8 com o constructo social 6 8 -6 9 com o se em plea en este libro 8 espectro 37,98,99 sexologia 8 4 -8 6 ,8 7 ,9 5 Sexual Bohaviour in the Human Male (Kinsey) 96 sexualidad 8 4 -8 6 ,9 5 -9 7 ,9 9 shakespeariano, teatro 90, 91 titi 24 Wegener. Gerda 92 Tolokónnikova, Nadezhda 115 Weinsteín, Harvey 114 Toshlmasa, Shunsai 62,63 West, C andace 43 Townshend, Pete 100 West. Kanye 126,127 tradicionales, roles, de género 8. Westboro, Iglesia Baptista 9 ,1 4 ,2 7 -2 8 ,4 0 ,5 0 -5 1 ,6 2 ,7 3 , de 123 116 véase también normas Whipping Girl (Serano) 123 sociales W hitehall, John 104 trabajo igualdad 115 Símpson, Linda 45 mujeres 56,57,60,61.73 sindicatos 56,58 sesgo de selección TI6 Wilde, Oscar 86 W ollstonecraft, M ary 36,37, 109 W ong,Sarah 102-103 Singh, Shweta 118-TI9 trans 93 Woolf, Virginia 92 sintoism o 62,63 transexclusionistas, fem inistas W ríght de Derby, Joseph 34,35 sistemas de género 78,79 radicales (TERF) 120,121 Skeggs, Beverley 61 transexual 8 3 ,9 3 -9 4 Young, Iris M arión 67 Skeletons in the Closet transexualidad 88 Yusuf, Hanna 120 (Schiebinger) 33 Snell, Hannah 91 socialización de género 66 -69, 74-75,105,134 sociobiologia 20,21-22,2 6,95 transfobia 123 transgénero, personas 9,3 8 -3 9 , 75,84,103,104,113,134 Transmen and FTMs (Cromwell) 94 zapoteca, cultura 80 zenana, carruajes 63 Zimmerman, Don H. 43 zuñí, com unidad 78,79 Agradecim ientos La autora desea darle las gracias al equipo editorial de Thames & Hudson por su entusiasm o en este proyecto. Quiero m ostrarle un agradecim iento especial —y mi am or— a Gil Jackson-HInes, el m aestro del debate. BLUME Titulo original Is Gender Fluid? Edición M attbew Taylor Texto Sally Hiñes Traducción Anten Antón Coordinación de la edición en lengua española Cristina Rodríguez Fischer Primera edición en lengua española 2019 © 2019 Naturart, S.A. Editado por BLUME Carrer de les Alberes, 52.2.°. Vallvidrera 08017 Barcelona Tel. 93 205 4 0 0 0 e-m ail: info@ blume.net €> 2018 Thames & Hudson Ltd. Londres © 2018 de las imágenes, véanse paginas 138-139 ISBN: 978-84-17757-31-1 Impreso en Eslovenia Todos lo s de rech os reservados. Q ueda prohibida la reproducción to ta l o p a rcia l de e sta obra, sea por m edios m e cán ico s o electrón ico s, sin la debida au torización por e scrito de l editor. WWW.BLUME.NET Este lib ro se ha Im preso sobre papel m anufacturado co n m ateria prim a proceden te de bosqu es de gestión resp on sable. En la p ro d u cció n de nu estros lib ro s procuram os, co n el m áxim o em peño, cum plir co n lo s re q u isito s m edioam bientales que prom ueven la co n se rv a ció n y e l uso resp o n sa b le de lo s bosques, en e sp e cial de lo s bosqu es prim arios. Asim ism o, en nuestra preocu pación por el planeta, intentam os em plear al m áxim o m ateriales re cicla d o s y so licitam o s a nuestros proveedores que usen m ateriales de m anufactura cuya fa b rica ció n esté libre de d o ro elem ental (ECF) o de m etates pesados, entre otros. En Egipto, la faraona Hatshepsut esta representada con ropa masculina y con la tradicional barba de los faraones. En el Kama - sutra se alude a personas de un tercer sexo. El emperador romano Heliogabalo, del que se cree que era bisexual y disidente de genero, es asesinado con solo dieciocho años. Nace Juana de Arco, la heroína de Francia que luchara contra los ingleses vestida de bombfe. Abdica la reina Cristina de Suecia, se trasviste y se hace llamar <conde Dohna». Joseph -Francois Lafitau aporta uno de los primeros relatos europeos de practicas de tercer genero entre la tribu indígena norteamericana de los iroqueses. Nace en Francia el chevalier d*Eon. que se presentaría tanto como hombre como mujer. Publica su autobiografía Charlotte Clark, la primera persona abiertamente transgénero del Reino Unido. Karl Friedrich Otto Westphal publica el primer articulo medico sobre homosexualidad y transexualidad. en el que describe dos casos de sentimiento sexual opuesto. Los tahitianos al principio dan por sentado que el artista con el pelo largo Paul Gaugin es un mahu europeo. Magnus Hirschteld abre en Berlín la primera clínica para personas transgenero. Lili Elbe se convierte en Dinamarca en una de las primeras beneficiarias de la cirugía de reasignacion de sexo. Durante la Segunda Guerra Mundial, el regimen nazi encarcela, tortura, mata y realiza experimentos médicos a miles de homosexuales y transgenero. Christine Jorgensen. la primera persona estadounidense en someterse a la transición, recibe una gran atención mediatica. En Rusia, la doctora Judy Wu efectúa la primera faloplastia completa para la reasignacion de genero. La Erickson Educational Foundation, de Reed Erickson, defiende los derechos de las personas homosexuales y transgenero. Los agitadores de la Compton Cafetería protestan contra el maltrato policial que sufren las personas trans de San Francisco. Harry Benjamín defiende la idea de la reasignacion de sexo en el libro The Transsexual Phenomenon. Algunos miembros de la comunidad LGBT se enfrentan a la policía en los disturbios de Stonewall. Suecia se convierte en el primer país del mundo en permitir a sus ciudadanos cambiar de sexo de forma legal. La Corte Suprema de Nueva York decreta que la mujer transgenero Renee Richards tiene derecho a jugar al tenis femenino profesional. Judith Butler explica en su histórico libro Gender Trouble(EI genero en disputa) que el genero es performativo. El primer Día Internacional de la Memoria Trans conmemora a las personas transgenero asesinadas. Barry Winchell es asesinado por un compañero del ejercito cuando se descubre que esta saliendo con una mujer trans. Calpernia Addams. lo que provoca un debate sobre la política de Estados Unidos del Don't AsH. Don't Te//(No preguntes nada, no digas nada). Asesinan a la adolescente trans Angie Zapata; su asesino será el primer condenado en Estados Unidos por un delito de odio por haber ejercido la violencia contra una persona trans. Stu Rasmussen se convierte en la primera alcaldesa abiertamente transgenero de Estados Unidos, en Silverton. Oregon. La Comision para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos declara que los empleados transexuales están protegidos por el Titulo VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964. La Administración Obama ordena que las escuelas publicas de Estados Unidos permitan a sus estudiantes utilizar los baños y los vestuarios en función de su identidad de genero. Dinamarca elimina oficialmente las identidades transgenero de su lista de trastornos de salud mental. La legislación alemana exige que las personas intersexuales no se inscriban al nacer como varones ni como hembras. laGranldea Sally Hiñes es profesora a sociada de Sociología y Estudios de Genero en la Universidad de Leeds, donde también ha sido directora del Centre for Interdisclpllnary Gender Studies de 2009 a 2014. Está especializada en el género, la sexualidad, la Intim idad y el cuerpo, y su trabajo sobre personas transexuales se basa en las intersecciones y desconexiones de género, sexualidad y corporeización en este ám bito. Ha publicado numerosos artículos sobre la diversidad y la identidad de género, asi com o cuatro libros, de los cuales Gender. Socíety and Culture es el mas reciente. Es cofundadora y coco ordin ado ra de Sexgen, una red interdísciplinaria que aglutina varios centros de estudios de genero. Es la investigadora principal del proyecto internacional de tres años Pregnant Men: An International Exploration o f Trans Male Experiences and Prácticos of Reproduction. en el que tam bién participan investigadores del Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Polonia e Italia. M atthew Taylor es director ejecutivo de la Royal Socíety of Arts, una Institución británica de 250 años de antigüedad dedicada a enriquecer a la sociedad a través de las ideas y de las obras, para promover el conocim iento en el siglo xxi. Este escritor, conferenciante y locutor radiofónico ha escrito numerosos artículos sobre pautas de conducta, política, reformas de servicios públicos y teoría cultural, y aparece con frecuencia en programas británicos de televisión com o Newsnighl y The Daily Política, y el programa de Radio 4 The Moral Mazo. Con anterioridad fue secretario general y director ejecutivo del Instituto for Public Policy Research, principal laboratorio de ideas de Gran Bretaña. Portada: Fotografía de O íga Sím onenko. C oncep to y diserto de Pa sca l» de Koning. M odelo: Cheraine Balje. c O lga Sím onenko, Sím onenko Photography; contraportada: S cott O lson/G etty Im a g e s