la funcion muscular en la abreacción terapeutica

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ENERGIA, CARACTER Y SOCIEDAD
VOL.1, Nº1, 1983
LA FUNCION MUSCULAR
EN LA ABREACCION TERAPEUTICA12
FEDERICO NAVARRO
Antes de que la afirmación de la Medicina Psicosomática difundiese la información sobre la
existencia real de la presunta dicotomía entre somas y psique, W. Reich - confirmando a Groddeck - había
demostrado que el lenguaje del cuerpo y de sus órganos expresaba a través de la “función” el aspecto
psicológico (esto es caracterial) del individuo; cuya “realidad” viviente y vital se define en cuanto que está
“movida” energéticamente.
Hoy, la misma función energética viene descrita con terminología diversa pero substancialmente
idéntica en el sujeto de la descripción, en múltiples disciplinas entre las cuales, la homeopatía, la dietología,
la acupuntura, la reflexología, etc.
En la práctica, todas las fórmulas descriptivas a través de las cuales tales disciplinas tienden a
sistematizar una función energética más universal, son reconducidas a aquella “realidad” energética que (en
la evolución del conocimiento y del pensamiento occidental) S. Freud postulaba como la base de la libido y
del instinto.
Hoy sabemos que este “funcionalismo” energético no se reduce sólo a la fenomenología analizada
de las ciencias biológicas, sino que se manifiesta también a través de la función emocional (del latín ‘exmovere’) cuyo aspecto somático se resume en tensiones musculares que san al individuo su aspecto “físico”
exterior.
La importancia preponderante del “gesto” muscular se pone de manifiesto inmediatamente cuando
se considera que el fenómeno de la percepción - a través de la mediación de la piel - es reconducido
directamente al potencial energético recogido en el sistema neuromuscular (recordamos al respecto el
trabajo de U. M. Buscáino o aquel reciente de Jacobson).
La neuropsicología nos confirma esta visión cuando nos informa que toda expresión del
comportamiento es en un último análisis, resoluble en movimientos musculares y que la misma función
sensorial está activada por el tono muscular a través de mecanismos de feed-back que influencian y son
influenciados por la relación entre las funciones musculares y sensibilidad. ¡No hay afirmación más real que
la piel, de derivación ecodérmica, es nuestro cerebro externo!.
En la Escuela reichiana, tales premisas son fundamentales en la comprensión de la importancia del
contacto (cumtactum) en la vida de relación, ya existente en el período prenatal.
A través de la función de tensión o distensión muscular no se expresa sólo malestar o el bienestar
cenestésico, sino también el emotivo.
1
2
Comunicación presentada en el II Congreso Mundial de Psiquiatría Biológica. Barcelona 31-8-6-9-1978.
Traducido por Ramón de las Peñas.
A nivel corporal nuestra Escuela ha experimentado que una hipotonía de la carencia energética
caracteriza generalmente la sintomatología esquizofrénica; por el contrario la caracterización neurótica está
marcada por una situación de hipertensión muscular crónica con hipertono del exceso energético bloqueado
y, esto, en relación directamente proporcional a la intensidad de la configuración neurótica.
El desarrollo de las técnicas reichianas en el masaje (un masaje profundo y enérgico para ser ...
energético) permite verificar esta situación a través de la constatación de que a menudo el individuo no
percibe las propias tensiones (cronicidad) o se vuelve incapaz de “sentir” el propio cuerpo, esto es - por
decirlo según Freud - el propio Yo.
Tales tensiones musculares crónicas del estasis energético, se sistematizan en un código: el lenguaje
del cuerpo, terapéuticamente descifrable.
Estas tensiones se constituyen por la represión de las expresiones espontáneas de nuestra emotividad
y por lo tanto son el resultado de una defensa a las frustraciones, al stress experimentado a pesar nuestro ya
en el nacimiento y, es posible también antes.
Las bases para la estructuración de tales situaciones vienen formadas en las primeras fases de
nuestras vidas cuando la defensa del yo en confrontaciones de situaciones dolorosas o placenteras no puede
obtenerse a través de la fuga del individuo con consiguiente bloqueo de la expresión motora; de aquí se
concreta la situación de simpaticotonía reactiva que se manifiesta con una condición de hipertonía muscular
crónico de zonas específicas.
Por tales motivos sostenemos que, mientras que la memoria “intelectiva” permanece ligada
prácticamente a la única función de la célula nerviosa, la emotiva - con la mediación de la función específica
de la célula nerviosa - está inscrita en las estructuras musculares y que éstas últimas expresan el rostro
emocional del sujeto.
La psicoterapia reichiana actúa a través del cuerpo, cuando es realizada una rigurosa metodología,
dispone de los “actings” musculares, actos para inducir particulares movimientos autovibratorios de los
haces musculares, manteniendo tales condiciones de stress hasta la aparición de abrasiones emotivas.
A través de esta técnica se obtiene la liberación de aquellas tensiones reprimidas y cronificadas que
son la consecuencia de las frustraciones y de privaciones experimentales en el pasado por el sujeto y que
forman la base de todas las manifestaciones psicopatológicas (¡las alteraciones de las funciones bioquímicas
son consideradas efectos y no causas!).
Esto explica por qué la terapia basada en la verbalización o bajo el empleo de fármacos, se resuelven
a menudo en clamosos fracasos y, esto, con particular frecuencia cuando con esta metodología se trata de
actuar sobre situaciones remontadas al periodo preverbal; aquel periodo en el que - la no todavía aparecida
constitución del edificio lógico-racional construido a través del instrumento de la verbalización - permite un
trastorno emocional “puro” derechamente ligado a la función de los músculos y de los órganos a través de la
mediación simpática o parasimpática en relación con las experiencias del miedo-dolor o de placersatisfacción.
La neurosis es un síndrome de adaptación que siendo estructurado en el tiempo, es coherente con la
realidad manteniendo su naturaleza histórica, después biológica, con todas las interacciones existentes en la
relación entre el potencial genético del individuo y de la especie y la esfera ecológica que - en clave humana
- comporta el impacto con todos los códigos socio-culturales.
A través de la técnica de la Vegetoterapia Caractero-Analítica reichiana se pone al sujeto en
condiciones de recuperar una validez más eficiente en la propia circulación energética permitiéndole, así,
reconstruir sus personales ritmos biológicos y alcanzar - después - la maduración del estadio final del
carácter humano; la forma caracterial que W. Reich difinió con el término de “genital”.
En esta terapia las reacciones neurovegetativas y musculares determinan una reestructuración de la
psicoafectividad en cuanto que metodológicamente, están acompañadas del análisis del carácter.
Con una simple similitud se puede definir como “biográfico” el proceso terapéutico realizado en
nuestra Escuela (teniendo presente la técnica antes citada) y ello partiendo de la base que: todas las
necesidades primarias (hambre, sueño, sexo) no están válidamente satisfechas, determinándose frustraciones
con la producción de los mecanismos psicodinámicos propios de toda patología específica.
Y esto debe ser el campo de acción y de investigación de la Psiquiatría que se llamará Biológica; de
una psiquiatría a la medida del hombre hecha por un hombre que es el resultado de sus relaciones según una
visión materialista e histórica de la realidad.
En las plantas, en los animales, o en el hombre, la vida es una manifestación energética en la cual
resalta toda expresión psíquica.
Las emociones son expresiones ligadas a las pulsaciones instintivas; de esto deriva que la represión
de las emociones “naturales” (represión producida en base a nuestra “educación”, que a pesar nuestro actúa
en función de una secuencia de negaciones) bloquea el cuerpo de un sujeto a todos los niveles donde
naturalmente las emociones, se libran de expresarse, saliéndose expresadas a través de la función muscular.
Y todo esto viene ideológicamente sostenido y justificado por una cobertura cultural mistificante
que propone la identificación del YO en la función del pensamiento racional (y topográficamente en sentido
cerebral), pasando alegremente sobre el hecho de que el “aspecto” emotivo es con frecuencia una
manifestación “física” del cuerpo expresa a través de la motricidad mediada por el sistema neurovegetativo.
Sobre un plano complejo y relativo a la totalidad del ser viviente el movimiento energético resulta
dotado de vector centrípeto en las situaciones de defensa (situación simpaticotónica) y centrífugo en las
situaciones expansivas de bienestar (situación vagotónica).
Objeto de la vegetoterapia reichiana es poner al individuo en condición de poder reapropiarse de su
cuerpo; esto es, hacer que la conciencia se vuelve una sola cosa con la espontaneidad del gesto y el
semblante del comportamiento. Al mismo tiempo: pulsación instintiva y manifestación afectiva.
Ammaniti ha dicho que si un sujeto no redescubre su cuerpo, por aproximación, será difícilmente
capaz de conquistar los otros niveles de autonomía.
Es a través del cuerpo, que nosotros (esto es nuestro YO) entramos en contacto con el mundo, por
medio del movimiento que nos expresa el carácter.
La metodología vegetoterapéutica utiliza la técnica de los “actings” poniéndolos en el sentido de la
circulación energética corporal, en la dirección que va de la cabeza a los pies y siguiendo los anillos
musculares indicados en los siete niveles definidos por Reich.
Estos niveles son:
1) Ojos y orejas.
2) Boca.
3) Cuello con porción superior del tórax.
4) Porción inferior del tórax, ligada al;
5) Diafragma, ligado al;
6) Abdomen.
7) Pelvis.
Estimulando con los “actings” los haces musculares de tales niveles, es como se remueven
emociones, se nos provoca la abrasión, con consiguiente desbloqueo de la circulación energética, antes
detenida en aquel punto.
Tales hechos motores están en la base de la percepción con los movimientos de búsqueda, que
derivan de un aumento de las tensiones instintivas, integradas a través del sistema límbico.
La vegetoterapia se propone conducir (a través del funcionamiento) sin equívocos, al individuo en
dirección del gozo de vivir.
Esto significa que viene rechazada toda interpretación mecanicista o mística, para volver a llevar
directamente la Humanidad al Hombre y el Hombre a la Humanidad.
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