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Guerras de independencia hispanoamericanas

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Guerras de independencia hispanoamericanas
Las guerras de independencia hispanoamericanas fueron una serie de conflictos armados que se
desarrollaron en los territorios americanos del Imperio español a principios del siglo xix, entre los años
1809 y 1829, y en los cuales se enfrentaron el bando a favor de mantener la integridad de la Monarquía
española,6 ​ que se conocería más tarde como «realista» o «virreinal» contra el bando a favor de la
independencia o secesión de nuevos estados, denominado posteriormente «revolucionario» o
«patriota».7 ​ Estos conflictos son considerados también guerras civiles8 9​ 10
​ 15
​ ​ y una combinación de
diversas formas de conflictos locales y globales.16 17
​ ​
Guerras de independencia
hispanoamericanas
Parte de la descolonización de América y las
revoluciones atlánticas
En 1808, el emperador francés Napoleón Bonaparte secuestra a los reyes españoles, y obtiene los
derechos sobre la corona española en las Abdicaciones de Bayona (Francia) e impone a su hermano José
I como rey constitucional según el Estatuto de Bayona. Estos sucesos terminan con el Antiguo Régimen
y son considerados ilegítimos por los españoles europeos y americanos. La cesión de la corona a
Napoleón provoca un vacío de poder que conduce en 1810 a una revolución liberal en América y en
España, y lleva al imperio a un conflicto de alcance continental entre los nuevos sujetos soberanos, entre
las cortes de Cádiz y las juntas americanas. En 1814, Napoleón es derrotado: firma el tratado de
Valençay, por el cual Fernando VII recupera su antiguo derecho al trono de España, restaura el
absolutismo, reprime a los liberales españoles, pero no consigue derrotar a los revolucionarios
americanos. En 1820, el pronuciamiento liberal de Riego en España acaba con el apoyo militar de la
metrópoli y se desmorona la resistencia española en América: los independentistas americanos obtienen
sus principales victorias, consolidan su independencia y obtienen el reconocimiento internacional. En
1836, una década más tarde de la caída de los últimos bastiones, España renuncia y acuerda sucesivos
tratados de Paz con los nuevos estados independientes.
Introducción
El vacío de poder resultante de la invasión napoleónica de la Península ibérica acarrea una serie de
revoluciones liberales en América y España. La revolución liberal española y los movimientos liberales
de Hispanoamérica comienzan de formas políticas variadas, de acuerdo con las condiciones que
imperaban en cada región, pero todos convergen en la soberanía popular y el Estado liberal.19 ​ Una
postura historiográfica dice que las revoluciones hispanoamericanas tienen como antecedentes la
independencia de las colonias británicas de América del Norte en 1776, la Revolución francesa o la
Revolución haitiana formando parte de las llamadas revoluciones atlánticas.
Entre 1808 y 1810 se instalaron muchas juntas de gobierno que ejercieron la soberanía en nombre de
Fernando VII, el sucesor según las leyes españolas, tanto en la península ibérica, como en los territorios
americanos. La resistencia de las juntas americanas a someterse a los gobiernos formados en España
radicalizó las posiciones políticas todavía más. El establecimiento en las Cortes de Cádiz de un imperio
unitario de hegemonía peninsular en ambos hemisferios, como en el Estatuto de Bayona, fue un punto
de quiebre con las Juntas americanas que pedían el autogobierno; entonces se las declaró en rebeldía,
comienza el conflicto armado entre el gobierno español y los americanos, y aparecen las primeras
declaraciones de independencia.
Tras la derrota francesa en España, mediante el Tratado de Valençay Napoleón reconoció a Fernando
VII como rey de España, y este ya como rey efectivo, rechazó la constitución española de 1812 por
considerarla una constitución republicana,20 ​ contraria al Antiguo Régimen. Las Cortes españolas, lo
mismo que las Juntas americanas, defendían los derechos de Fernando VII pero como un rey
subordinado a ellas. El rey veía su soberanía entregada o compartida. No reconocían a Fernando ningún
poder superior, le consideraban poco más que un funcionario despojado de soberanía. Pero, la
restauración de Fernando VII en la península ibérica tampoco significó la vuelta al Antiguo Régimen
sino a una nueva forma de poder, más radicalizado hacía una tiranía personal, el Absolutismo. En
España, a través de un golpe de Estado, el Manifiesto de los Persas, Fernando declaró estos decretos
"nulos y de ningún efecto", se borró todo rastro de liberalismo, se persiguió y exilió a los liberales
españoles, mientras volvían los afrancesados, bonapartistas favorables al poder establecido. En América,
por el contrario, la resistencia armada de las juntas posibilitó nuevas declaraciones de independencia a
través de sus congreso constituyentes y la creación de estados republicanos ahora completamente
separados del Imperio español. El conflicto militar dio paso a la aparición de la figura de los libertadores,
entre los que destacaron Hidalgo y Morelos en México, el argentino José de San Martín en Argentina,
Chile y Perú y el venezolano Simón Bolívar en Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá y Bolivia.
La independencia de los nuevos estados de América se consolidó en la década de 1820 debido a las
consecuencias político-militares del Pronunciamiento de Riego, que en España dio paso al Trienio
Liberal, en México derivó en la creación del Ejército Trigarante en 1821 y en América del Sur al
principio del fin del último ejército virreinal en la batalla de Ayacucho en 1824, suceso al que se suele
recurrir como el fin de las grandes campañas de las guerras de independencia en América del Sur.21 22
​ ​
23 ​Aunque el periodo estricto de lucha militar comprende desde la batalla de Chacaltaya (1809)24 ​ o el
combate de Cotagaita (1810), en el actual Bolivia, hasta la batalla de Tampico (1829), en México.25 ​
Los últimos bastiones españoles son el Castillo San Felipe en Puerto Cabello hasta 1823; en San Juan de
Ulúa, Veracruz hasta 1825. Por último, en enero de 1826, caen los reductos españoles del Callao y
Chiloé. Solo permanecen como últimos dominios españoles las islas de Cuba y Puerto Rico, que resisten
como bases de la reconquista tras los frustrados planes colombo-mexicanos de expedición conjunta para
Arriba: Batalla de Tampico de 1829.
Al medio a la izquierda: el congreso de Cúcuta de 1821.
Al medio a la derecha: el cruce de los Andes de 1817.
Abajo: Sublevación de Riego de 1820.
Fecha
25 de septiembre de 1808-29 de
septiembre de 18331 ​
Lugar
Hispanoamérica
Casus belli
Abdicaciones de Bayona durante
la invasión francesa de la España
peninsular
Resultado
Victoria independentista
Consecuencias Desmembramiento del Imperio
español
Cambios
territoriales
Creación de nuevos estados
en América
países
México
Provincias Unidas Del Río de
la Plata
Alto Perú
Gran Colombia
Venezuela
Nueva Granada
Quito
Guayaquil
Antioquia
Cundinamarca
Cartagena
la liberación de Cuba (1820-1827).26 ​ El último capítulo de la guerra terminó con la tentativa de
reconquista de España contra sus antiguas posesiones mexicanas en 1829, cuando la expedición de
Isidro Barradas llegó a Tampico y fue derrotada por el Ejército Mexicano. Sin embargo los gobiernos
independientes tuvieron que enfrentar las guerrillas realistas, por ejemplo entre 1823 y 1827 en
Venezuela; entre 1822 y 1826 en Pasto, Colombia; hasta 1832 en el sur de Chile, apoyados por
mapuches y pehuenches; y hasta la década de 1830, la guerrilla de Iquicha en Perú. Las independencias
americanas tuvieron como consecuencia directa la emigración forzosa de la población civil española
sufrida durante la guerra y posteriormente persecución y expulsión debido a las leyes de Expulsión de
los españoles de América de los nuevos estados con el objeto de consolidar su independencia.27 28
​ ​
Cauca
Haití Español
Perú
Chile
Florida
Florida Oriental
Florida Occidental
El reconocimiento internacional de las independencias llega desde el Reino Unido de Portugal y Brasil
en primer lugar. Seguidamente los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia establecieron relaciones
comerciales con los nuevos gobiernos americanos y posteriormente reconocieron la soberanía de los
nuevos estados a lo largo de la década de 1820. Sin embargo España sólo abandonó los planes de
reconquista después de la muerte del rey Fernando VII, ocurrida en 1833. Las Cortes españolas
renunciaron a sus posesiones en América en 1836 y autorizaron al gobierno para realizar tratados de paz
y reconocimiento con todos los nuevos estados surgidos en el continente.29 30
​ 31
​ 32
​ ​
Antecedentes al proceso independentista
Muchos años antes del comienzo del conflicto en 1808, se reconocen antecedentes al proceso
independentista en Hispanoamérica. Algunos de estos se produjeron en la América española, otros en la
metrópoli española, y el último grupo fueron internacionales, de influencia mundial reconocida, como la
independencia de los Estados Unidos de América (1776) y la revolución francesa (1789). Estos
fenómenos forman parte de las llamadas Revoluciones atlánticas.
Anexión territorial de Florida a
los Estados Unidos, mediante
el Tratado de Adams-Onís y de
la Banda Oriental a Brasil con
la Invasión lusobrasileña
durante el conflicto.
Beligerantes
Imperio español
Movimientos
independentistas
Comandantes
Realistas
Independentistas
Félix María Calleja
Agustín de Iturbide
(hasta 1821)
Simón Bolívar
Pablo Morillo
En España
Al acabar el siglo xviii, gracias a su dilatado imperio, España figuraba aún entre las grandes potencias
internacionales. El imperio no solo aportaba prestigio y peso diplomático; también resultaba muy crucial
para la economía de la corona española. Al final del antiguo régimen los ingresos de la Real Hacienda
provenientes de América representan el 20 % del total de los ingresos fiscales de la metrópoli.33 ​ El
virreinato mexicano aportaba el 80 % de la recaudación americana.34 ​ En el último tercio del siglo el
tráfico con los territorios de ultramar representó cerca de la mitad del comercio exterior español.
Absorbía casi la mitad de las exportaciones, integradas por productos españoles, pero también por
artículos europeos, pues España en calidad de metrópoli ejercía el monopolio del comercio, y todos los
países que quisieran comerciar con las Indias debían hacerlo a través de los puertos españoles. Los
territorios americanos también ofrecían un suministro constante de metales preciosos: entre 1784 y 1796
las minas de plata de México y el Alto Perú producían una media anual de 355 millones de pesos.
Antonio Nariño
José María Barreiro
Manjón
Francisco de Paula
Santander
José Fernando de
Abascal y Sousa
Antonio José de Sucre
José Antonio Páez
Juan Pío Tristán
José María Córdova
Mariano Osorio
José Prudencio Padilla
Rafael Maroto
Melchor Aymerich
Carlos Tolrá
Miguel Hidalgo
y Costilla
José "Puñug" Camacho
José de la Serna
Joaquín de la Pezuela
José Manuel de
Sin embargo, sostener el imperio no resultaba fácil. Si preservar el monopolio comercial y eliminar el
contrabando en tiempos de paz ya era de por sí complicado, más lo fue desde finales del siglo xviii,
cuando la alianza de España con Francia obligó a mantener un estado prácticamente permanente de
guerra con Gran Bretaña. Las contiendas hispano-británicas entorpecieron el comercio español con
América, hasta el punto de interrumpirlo casi por completo: en 1801 el promedio anual de exportaciones
a las Indias había descendido un 93 %; las importaciones también cayeron radicalmente. Tras la
destrucción de la flota española en la batalla de Trafalgar, en 1805, Gran Bretaña se aventuró, incluso, al
ataque directo a las costas americanas. En 1806 y 1807 la armada británica trató de ocupar el puerto de
Buenos Aires y las autoridades virreinales rechazaron el ataque. Una acción que reveló la impotencia de
España para defender sus reinos ultramarinos y demostró a los criollos (descendientes de españoles
nacidos en América) la propia fuerza que tuvieron en el desarrollo y el triunfo frente a las pretensiones
inglesas.
Francisco de
Miranda (P.D.G.)
Goyeneche
José Tomás Boves †
Miguel de la Torre
Francisco Tomás
Morales
Domingo Monteverde
Juan de Sámano
Agustín Agualongo
Vicente Emparan
José María
Morelos y Pavón
Vicente
Guerrero
Agustín de Iturbide
(desde 1821)
Manuel Belgrano
José de San Martín
Martín Miguel de
Güemes †
José Artigas
José Miguel Carrera
Antonio Gonzalez
Balcarce
Manuel
Rodríguez
Bernardo O'Higgins
En varias ocasiones a finales del siglo xviii y principios del siglo xix, la Corona española se planteó la
posibilidad de crear reinos independientes en los territorios americanos. Según estos planes, los
virreinatos pasarían a ser gobernados por miembros de la familia real, convirtiéndose en monarquías
hereditarias. Los sucesos dramáticos de la política europea española al final del reinado de Carlos IV en
1808 supusieron el abandono definitivo de estos planes.35 ​
Thomas Cochrane
Manuel Blanco
Encalada
José Joaquín de
Olmedo
En Hispanoamérica
Desde décadas anteriores existieron revoluciones de las más diversas características y
finalidades, pero que no formaron parte del movimiento independentista
hispanoamericano, entre las que se destacaron la rebelión de Túpac Amaru I en Perú
(1570), la Guillén de Lampart en México (1640-1643), las Revoluciones de los
Comuneros en Paraguay (1721-1735), la del canario Juan Francisco de León contra el
monopolio de la Real Compañía Guipuzcoana en Venezuela (1748), el levantamiento
maya liderado por Jacinto Canek en Yucatán, México (1761), y el levantamiento
quechua-aimara liderado por Túpac Amaru II en el Cuzco, Perú (1780-1781). La
Revolución de los comuneros en El Socorro (actual Santander (Colombia), además de la
guerra de Arauco en la que el pueblo mapuche había detenido el avance español por
más de dos siglos.
Las ideas liberales de la Ilustración que fueron difundidas en América y en toda Europa y
que llegaban a las universidades, las academias literarias y las sociedades económicas
fomentaron los ideales revolucionarios que eran contrarios a la actuación de la
Monarquía española en su Imperio. Entre estas nuevas ideas sobresalían el principio de
Pedro Domingo Murillo
José Miguel Lanza
Francisco Antonio de
Zela (P.D.G.)
José de la Riva Agüero
José Bernardo de Tagle
Pedro Juan Caballero
José Gaspar Rodríguez
de Francia
Unidades militares
Ejército Realista
Ejércitos Independentistas
Fuerzas en combate
soberanía nacional, el contrato social de Rousseau, y los derechos individuales,
opuestos al absolutismo real. Recogiendo estas ideas, el peruano Juan Pablo Vizcardo y
Guzmán publicó en 1791 su Carta a los españoles americanos, documento en el que
exhorta a los pueblos de América a obtener su independencia.
Los encuentros de los máximos dirigentes hispanoamericanos de la revolución en el
exterior y la participación de algunos de ellos en las revoluciones liberales europeas, así
como sus contactos con los gobiernos exteriores.
Internacionales
± 35 000 realistas nativos2 ​ ± 130 000
± 40 000 realistas
independentistas nativos3 ​
españoles
españoles4 ​
Bajas
Muertos
Muertos
± 34 400 españoles5 ​ ± 250 000 nativos en
Nueva España5 ​
± 35 000 nativos2 ​
± 320 000 nativos en
La Declaración de Independencia de los Estados Unidos realizada en 1776 por las trece
Nueva Granada5 ​
colonias americanas de Gran Bretaña dio inicio a los procesos de independencia del
colonialismo europeo;
La Declaración de Derechos de Virginia de 1776, la primera en proclamar que todos los hombres son por naturaleza libres e independientes
y tienen una serie de derechos inherentes de los cuales no pueden ser privados.
La Revolución Francesa en 1789 que proclamó la igualdad de todos los franceses y sus derechos fundamentales; aunque excluía a los
esclavos de sus colonias.
La revolución haitiana de 1791 realizada por los esclavos negros de esa colonia francesa, la primera en abolir la esclavitud y la primera en
lograr la independencia del colonialismo en América Latina y el Caribe, aprovechando que el emperador Napoleón no evitaría la
independencia al estar involucrado en sus guerras por toda Europa.
La derrota de la flota española en la Batalla de Trafalgar en 1805 a manos del Imperio británico.
Los fallidos intentos del Imperio británico para ocupar directamente nuevos territorios continentales americanos, como el que había
protagonizado contra Cuba y Cartagena de Indias en la Guerra del Asiento (1741) o las dos Invasiones Inglesas en el Virreinato del Río de la
Plata en 1806 y 1807, que llevó a generar una conciencia hispanoamericana de las capacidades y poderes propios y a la creación de varios
cuerpos militares locales como el Regimiento de Patricios.
El intento fallido de invadir y liberar Venezuela en 1806 por una expedición naval organizada en los Estados Unidos, liderada por el general
Francisco de Miranda.
Fundamentos del proceso independentista
El proceso independentista en Hispanoamérica inmerso en el contexto global de las guerras napoleónicas.
Estalló en 1808, la cesión a Napoleón Bonaparte del trono español en las Abdicaciones de Bayona, este
designó a su hermano José Bonaparte como rey constitucional de España, según la Constitución de Bayona.
Esto provocó el rechazo de toda la monarquía española, se produjo el fenómeno de las Juntas patrióticas, que
proclamó a Fernando VII como rey. Pero hubo un conflicto entre los movimientos juntistas americanos y los
españoles, que proponían en la Constitución de Cádiz una monarquía unitaria de hegemonía peninsular. La
derrota de Napoleón, y su necesidad de recuperar sus ejércitos de España, condujo al acuerdo con Fernando
VII, en el Tratado de Valençay. Fernando acordaba la paz y recuperaba el trono, según las leyes españolas,
con plenos poderes absolutistas. Fernando restaurado rechazó las Cortes de Cádiz, reprimió a los liberales
españoles, pero no pudo derrotar los revolucionarios de América.
En España
Placa recordando la ayuda de cazadores británicos
en la batalla de Maipú, en Mendoza.
La coyuntura del gobierno de España, inmerso en las guerras napoleónicas. Si bien en un
principio fue aliada a Francia por el Tratado de San Ildefonso (1796), posteriormente se opuso a Napoleón, quien pretendió imponer una
monarquía liberal afín. La caída del antiguo régimen español con las abdicaciones de Bayona implicaba que los reinos castellanos de Indias
perderían el estatus especial que le otorgaban las Leyes de Indias, según las cuales eran patrimonio de la monarquía española (aunque
previamente, en 1768, en la práctica, los reinos americanos habían sido mermados a una condición colonial por las reformas borbónicas del
Imperio Español). Ahora en el nuevo régimen de corte liberal, tanto en las disposiciones del estatuto de Bayona (1808)[2] (https://es.wikisourc
e.org/wiki/Constituci%C3%B3n_de_Bayona_de_1808), como igualmente en la Constitución española (1812)[3] (https://es.wikisource.org/wik
i/Constituci%C3%B3n_espa%C3%B1ola_de_1812), los europeos pretendían disminuir o desaparecer la representatividad o el número de
representantes americanos del parlamento.
El vacío de gobierno en España, causado sucesivamente por la guerra con Napoleón y por el Trienio Liberal que ocupó la revolución del
constitucionalismo español, abrió la oportunidad para que la clase dominante hispanoamericana, formada por criollos europeos, dieran
impulso y sostuvieran el movimiento y la guerra por la independencia como medio definitivo de conservar y mejorar su estatus, disminuido o
en riesgo de perderse por el liberalismo. La independencia de la Patria fue el carácter esencial del movimiento que finalmente predominó en
todos los lugares de América, por encima de otros movimientos independentistas que, como el fallido de Hidalgo en México, se pretendían
acompañar también de una verdadera revolución social. En algunos países resultó una continuidad de las prácticas de castas coloniales,
donde esclavos, indígenas y criollos no ejercían los mismos derechos.
En Hispanoamérica
El descontento de la población americana, en los criollos, que querían la independencia para cambiar un sistema colonial al que
consideraban injusto ya que los excluía de las máximas decisiones políticas. Los criollos querían dirigir el poder político y practicar el
librecambio o libre mercado, pudiendo desarrollar libremente sus actividades comerciales. Tales libertades en el comercio estaban frenadas
por el monopolio que se ejercía desde la metrópoli, sumado a gabelas y trabas. Insistían en tomar el control de los cabildos y la
administración de las colonias.
El concepto del derecho indiano, según el cual Hispanoamérica era un bien realengo perteneciente a la corona española como patrimonio
de la familia real, provocó que cuando el rey Fernando VII junto con su padre Carlos IV fueron retenidos en Francia, las provincias
americanas no reconocieran a las cortes de Cádiz ni a la Junta Suprema Central sino que formaran Juntas de Gobierno en cada país, con el
objetivo inicial de gobernar y posteriormente de sustituir al estado español.
Una parte de la aristocracia criolla no estaba de acuerdo con algunos aspectos fundamentales de la constitución española de 1812, como el
reparto de la tierra o la igualdad política entre ellos y los indios. Este motivo fue determinante sólo en México, de modo que, cuando la
constitución española entró en vigor nuevamente en 1820, estos criollos, liderados por Agustín de Iturbide, cambiaron de bando y pasaron de
defender la unidad de la Monarquía Española a luchar por la independencia.
Internacional
La intención de Gran Bretaña, finalmente alcanzada, de la posición de potencia hegemónica mundial en el tráfico internacional marítimo, a
expensas de España.
El apoyo que Inglaterra dio en su territorio a la formación de las logias masónicas que apoyaron la independencia de América y a sus jefes,
que acabaron siendo posteriormente los líderes de la independencia de América, como Simón Bolívar y José de San Martín.
La ayuda de Inglaterra en la logística de las tropas independentistas, el movimiento naval de sus tropas, por ejemplo a Venezuela, de
manera limitada durante las guerras Napoleónicas y más abiertamente después, o el traslado y armado de tropas pro independencia desde
Europa e Inglaterra, como los más de 5000 fusileros polacos.
El apoyo de la Santa Alianza europea a favor del rey Fernando VII para recuperar el trono de España. Respecto a América, la restauración
borbónica en Francia condujo a un acuerdo con Gran Bretaña, reflejado en el Memorandum Polignac, por el que no apoyarían la
restauración española en los reinos americanos.
La formación de los estados hispanoamericanos
Inicio: las juntas autónomas hispanoamericanas
En Europa, la ocupación de la Francia Napoleónica de España tuvo un giro tras el Motín de Aranjuez por el cual el
entonces príncipe de Asturias derrocaba del gobierno del príncipe de la Paz, Manuel Godoy, seguido de la abdicación de
Carlos IV en beneficio suyo, erigiéndose como Fernando VII. Sin embargo, tan pronto como pudo, Carlos IV protestó su
abdicación y así se lo hizo saber a Napoleón. Por lo tanto, el emperador aprovechó tal situación en su beneficio. Primero
postergó el reconocimiento de Fernando VII hasta entrevistarse con él haciéndolo ir hasta territorio francés en Bayona. Allí
hizo llegar a Carlos IV a quien en todo momento le reconocía como aún rey con quien pactó a través de Godoy su
abdicación a la corona a cambio de mantener la integridad de la corona española y sus posesiones americanas, por lo cual
aceptó. Finalmente, entre todos convencieron a Fernando VII para que fuera buen y leal hijo y le devolviese la corona a su
padre, a lo cual Fernando VII terminó por aceptar sin saber del pacto elaborado en la víspera. Napoleón, ya poseedor de
los derechos sucesorios sobre todos los reinos de la monarquía, arrancó las renuncias a sus derechos al príncipe de Asturias
y a los infantes herederos de Carlos IV, ofreciendo una pensión millonaria a la ahora familia real española en suelo francés,
aunque en realidad quedaba toda la familia cautiva del emperador. Napoleón comenzó a gobernar directamente sobre
España y organizó la creación del Acta Constitucional de España, redactada allí mismo en Bayona, y al mes de las
abdicaciones nombró a su hermano mayor José I Bonaparte, en ese momento rey de Nápoles, como nuevo rey de las
Españas y de las Indias. José Bonaparte desde luego aceptó la corona española, renunciando a las napolitana, juró la
nueva constitución de Bayona y entró en Madrid como rey protestado por las tradicionales instituciones españolas que
aceptaban de facto las abdicaciones de Bayona.
El Rey Fernando VII. Su cautiverio
Sin embargo, el pueblo español no estaba de acuerdo con la invasión francesa y poco a poco iniciaron los levantamientos
durante la invasión napoleónica
que enfrascaron a la mitad insurgente de España contra la otra mitad josefina española apuntalada por las fuerzas de
provocó la creación de múltiples
ocupación del Imperio francés en la llamada Guerra de la Independencia Española (1808-1814). Los insurgentes españoles
Juntas de Gobierno, lo que derivaría
se fueron organizando en juntas de gobierno en las diferentes partes integrantes de las corona española, principalmente en
finalmente en la emancipación de las
la zona sur de la península. En América, conforme llegaban las noticias desde Europa, se fueron conformando juntas de
colonias españolas en América.
gobierno americanas para igualmente conservar los derechos dinásticos del rey Fernando VII, desde entonces llamado el
Deseado. Pero las juntas americanas se enfrentaron a un dilema: debían de ser autónomas como sus hermanas peninsulares
o debían de depender de alguna junta europea; y en el caso de depender de alguna peninsular, la duda sería de cuál de todas aquellas.
Los españoles peninsulares radicados en algún punto en América no concebían que fueran las juntas autónomas bajo ninguna circunstancia, pero los españoles
americanos, más conocidos como criollos y mestizos, vieron la oportunidad de romper con las prohibiciones centenarias y alcanzar de algún modo el gobierno de
sus propias patrias, fueran estas autonomías o no consecuencia de la ocupación de Napoleón. De esta forma, en América comenzaron una serie de movimientos
locales que desconocían los nombramientos elaborados por las juntas peninsulares para el gobierno americano, aduciendo los mismos principios de aquellas de que
todo lo hacían por la defensa del rey legítimo Fernando VII y para detener la usurpación del trono español por José I. Otro argumento que tuvieron los criollos y
los mestizos fue que nada garantizaba que las juntas europeas no cayeran en manos de José I o del mismo Napoleón y por ende la América española se convirtiera
en una América francesa; de esta manera la autonomía le daba más oxígeno a la familia real española, abriéndose la posibilidad de que escapasen de su prisión y
que hicieran lo mismo que la familia real de Portugal, huyeran a América y que reinaran desde estas sus otras tierras.
En medio de todo este panorama, en 1808 el ayuntamiento de Ciudad de México se erigió en la primera junta autónoma americana, inclusive con el apoyo del
virrey de Nueva España, José de Iturrigaray; sin embargo, el movimiento de los españoles peninsulares asustados de la independencia del virreinato, organizaron
un golpe de Estado, destituyendo a Iturrigaray y encerrando a todos los rebeldes.
Juntas de gobierno autónomas hispanoamericanas
Año
Día
Nombre
Ubicación
1808
9 de agosto
Junta de México
Virreinato de Nueva España
México
1808
21 de
septiembre
Junta de Montevideo
Virreinato del Río de la Plata
Uruguay Francisco Javier de Elío
1809 25 de mayo
Audiencia Gobernadora
Virreinato del Río de la Plata
Bolivia
1809 16 de julio
1809 10 de agosto
Junta Tuitiva en La Paz
Primera Junta de Quito
Virreinato del Río de la Plata
Virreinato de Nueva Granada
Bolivia
Ecuador
Junta Suprema de Caracas
Capitanía General de Venezuela
1810
19 de abril
País actual
Venezuela
Líderes
Francisco Primo de
Verdad
Melchor de Talamantes
José de Iturrigaray
Bernardo de
Monteagudo
Jaime de Zudáñez
Pedro Murillo
Juan Pío Montúfar
Francisco de Miranda
Martín Tovar Ponte
José de las Llamozas
Juan Germán Roscio
1810 22 de mayo
Junta de Cartagenan 1 ​
Nuevo Reino de Granada
1810 25 de mayo
Primera Junta de Buenos Aires
Virreinato del Río de la Plata
José María García de
Toledo
Cornelio Saavedra
Argentina
Mariano Moreno
Manuel Belgrano
Joaquín de Caycedo y
Colombia
Cuero
Francisco José de
Colombia
Caldas
Camilo Torres
Colombia
1810
3 de julio
Junta extraordinaria de Santiago de
Cali36 ​
Nuevo Reino de Granada
1810
20 de julio
Junta de Santa Fe
Nuevo Reino de Granada
1810
16 de
septiembre
Grito de Dolores
Virreinato de Nueva España
1810
18 de
septiembre
Primera Junta Nacional de Gobierno
de Chile
Capitanía General de Chile
Chile
1810
22 de
septiembre
Segunda Junta de Quito
Virreinato de Nueva Granada
Ecuador
1811 28 de febrero
Grito de Asencio
Virreinato del Río de la Plata
Uruguay
1811 15 de mayo
Junta del Paraguay
Virreinato del Río de la Plata
Paraguay
Insurrección de Tacna
Virreinato del Perú
Perú
1811 19 de agosto
Suprema Junta Nacional Americana
o Suprema Junta Gubernativa de
América
Virreinato de la Nueva España
México
1811 5 de noviembre
Primer Grito de Independencia de
Centroamérica
Capitanía General de Guatemala, Virreinato de
Nueva España
Rebelión del Cuzco
Virreinato del Perú
1811
1814
20 de junio
3 de agosto
México Miguel Hidalgo y Costilla
El
Salvador
Perú
Mateo de Toro
Zambrano
Juan Martínez de Rozas
Carlos de Montúfar
José de Cuero y
Caicedo
Pedro José Viera
Venancio Benavides
Pedro Juan Caballero
Fulgencio Yegros
Gaspar Rodríguez de
Francia
Francisco Antonio de
Zela
Ignacio López Rayón
José María Liceaga
José Sixto Verduzco
José María Morelos
Manuel José Arce
Leandro Fagoaga
José Matías Delgado
José Angulo
Mateo Pumacahua
La Junta de Sevilla se nombró como Junta Suprema de España e Indias con la clara aspiración de controlar a todas las posesiones ultramarinas de España, por ser
la sede de la antigua Casa de Contratación de Sevilla y por ende la puerta tradicional de entrada y salida para toda comunicación entre la península y las Indias. Por
eso algunos gobiernos americanos no dudaron en prestarle reconocimiento. Pero las demás sabían que no podrían ganar la guerra desunidas así que se esforzaron
en fusionarse todas en la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino, organizada en Aranjuez el 25 de septiembre de 1808, con lo cual los americanos ya no
tendrían dudas de a quién debían de obedecer.
Sin embargo, las juntas americanas que se continuaron conformando a pesar de la centralización de las juntas peninsulares en una sola fue que la relación de los
antiguos virreinatos y capitanías generales no eran con una junta ni ningún cuerpo peninsular, sino directamente con el rey Fernando VII, así que en tanto el no
estuviera libre, no tenían por qué obedecer a ninguna autoridad autoproclamada en la península. Para atraerse a los americanos, la Junta Central convino en que así
como los reinos tradicionales de la península enviarían dos representantes para su funcionamiento, los reinos de ultramar podrían enviar su propio representante.
Esta sería la primera vez que alguna posesión ultramarina tuviera una representación en alguna instancia en la península. Aunque con la crisis dinástica como
estaba, la medida llegaba muy tarde. Los "reinos" que podrían mandar representación eran los virreinatos de Nueva España, Perú, Nueva Granada y Buenos Aires;
así como las capitanías generales independientes de Cuba, Puerto Rico, Guatemala, Chile, Venezuela y las Filipinas.
Este plan fue criticado por ofrecer una representación desigual y escasa de los territorios de ultramar; sin embargo, a fines de 1808 y comienzos de 1809 las
capitales provinciales eligieron los candidatos, cuyos nombres fueron enviados a las capitales de los virreinatos o capitanías generales. Varias grandes ciudades
importantes se quedaron sin ninguna representación directa en la Junta Suprema. En particular Quito y Chuquisaca (La Plata o Sucre), que se veían a sí mismas
como capitales de sus provincias, se resintieron de ser subsumidas dentro de los más grandes "Vice-reinos". Esta inquietud llevó a la creación de juntas en estas
ciudades en 1809, que finalmente fueron reprimidas con violencia por las autoridades durante el curso del año. Con el fin de establecer un gobierno con mayor
legitimidad, la Junta Suprema pidió la celebración de "Cortes extraordinarias y generales de la nación española". El esquema de las elecciones para las Cortes,
ahora sobre la base de provincias (diputaciones provinciales) y no de los reinos, era más equitativo y proporcionado pero no colmaba las expectativas americanas,
a la espera de redefinir lo que se consideraban las Provincias españolas en América basadas en las antiguas intendencias de ultramar.
La Junta Suprema debido a los reveses sufridos por las fuerzas españolas frente a Napoleón dejó Aranjuez y la región de La Mancha, para refugiarse en Sevilla y
finalmente en la isla-ciudad de Cádiz, donde funcionaría como el Consejo de Regencia de España e Indias el 29 de enero de 1810, siempre en nombre de
Fernando VII. Para este momento, la mayoría de los americanos no veía razón para reconocer un gobierno provisional que estaba bajo la amenaza de ser capturado
por los franceses en cualquier momento, por lo que comenzaron a trabajar en la creación de juntas locales americanas para preservar la independencia de la región
de los franceses. Los movimientos juntistas tuvieron éxito en la Nueva Granada (Colombia), Venezuela, Chile y Río de la Plata (Argentina) pero no así en América
Central. En última instancia, América Central, junto con la mayoría de la Nueva España, Quito (Ecuador), Perú, Charcas (Bolivia), el Caribe y las Islas Filipinas,
se mantuvieron bajo control de los realistas durante la siguiente década y participaron en el esfuerzo español para establecer un gobierno liberal representado por
las Cortes de la monarquía española.
Radicalización: congresos constituyentes y declaraciones de independencia
En el año 1810 se da la clausura de la Junta Central sevillana que, tras las victorias napoleónicas y la pérdida casi completa del territorio peninsular, es sucedida por
la Regencia de Cádiz, la que a su vez sirvió de preámbulo para la instauración de la Constitución española de 1812, y como resultado desde Cádiz (último reducto
español independiente), se pretende dar fin al estado absolutista de toda la monarquía, y en consecuencia a la instauración en Europa y América de un régimen
liberal, pero que en definitiva pretendía someter a Fernando VII y los dominios americanos, a los que se otorgó una representación minoritaria, al dictado europeo
de las leyes nacionales de la península ibérica.
En América se produce la radicalización del conflicto y la transformación de las juntas de autogobierno americanas, que reconocían previamente a la persona del
monarca español, en los respectivos congresos nacionales de cada estado naciente que realizan seguidamente sus declaraciones de independencia. Estos hechos
suceden en un ambiente de violencia creciente y de conflictos militares que se extienden a nivel continental. Las declaraciones de independencia de los nuevos
países americanos son:
Congresos Constituyentes Nacionales y Declaraciones de Independencia de cada estado.
Virreinato o territorio
emancipado
Año
Fecha
Capitanía General de
Venezuela
1811
Provincias Unidas de
la Nueva Granada
Estado de Quito
Real Audiencia
Quito
del
Virreinato
Nueva Granada
Provincias Unidas del
Río de la Plata
Virreinato del Río de la
Plata
Nombre
Declaración
Congreso Constituyente
5 de julio
Acta de la Declaración de
Independencia de Venezuela
Primer Congreso Nacional de
Venezuela
1811
11
de
septiembre
Acta de independencia de la
provincia de Cartagena
1811
11
octubre
Constitución de Quito
1813
31 de enero
1813
12
octubre
1813
6
de
noviembre
Gobernación
de
Montevideo
del Virreinato del Río
de la Plata
1815
Virreinato del Río de
la Plata
Confederación
Americana
Venezuela
Estado
Libre
Cartagena
de
de
Venezuela
Colombia
de
de
Gobierno
de
las
Misiones Guaraníes
del Virreinato del Río
de la Plata
América Septentrional
País actual
Virreinato de la Nueva
España
de
de
Congreso Constituyente del
Estado de Quito
Asamblea del Año XIII
Primera
paraguaya
constitución
Ecuador
Argentina y
Bolivia (
Uruguay no fue admitida y
Paraguay no participó)
Congreso de 1813
Paraguay
Acta de Independencia de la
América Septentrional
Congreso
del
Anáhuac
(Chilpancingo, 13 sep. 1813)
México
29 de junio
Congreso de Oriente
Liga Federal
Uruguay
1816
9 de julio
Declaración
independencia
Argentina
Congreso de Tucumán
Argentina
n2​
Chile
de
la
Estado de Chile
Capitanía General de
Chile
1818
12
febrero
Gran Colombia
Virreinato
Granada
1819
17
de
diciembre
Gobierno de Guayaquil
del Virreinato del Perú
1820
9 de octubre
Independencia de Guayaquil
República de Perú
Virreinato del Perú
1821
28 de julio
Acta de Independencia de
Perú
Centroamérica
Capitanía General de
Guatemala
1821
15
de
septiembre
Independencia
Centroamérica37 38
​ ​
Imperio Mexicano
Provincia de Nueva
España
del Virreinato de la
Nueva España
1821
28
de
septiembre
Acta de Independencia del
Imperio Mexicano
Junta
Gubernativa
Provincia de Panamá
y
Provincia
de
Veraguas
del
Virreinato
de
Nueva Granada
1821
28
de
noviembre
Acta de Independencia de
Panamá
Independencia de Panamá
Panamá
Provincia de Charcas
del Virreinato del Río
de la Plata
1824
6 de agosto
Declaración
de
Independencia de Bolivia
Asamblea
General
de
Diputados de las Provincias
del Alto Perú
Bolivia
Provincia Libre
Guayaquil
de
de
Nueva
de
de
Acta de la Independencia de
Chile
Congreso de Angostura
Colombia,
Ecuador,
Panamá y
Venezuela
Ecuador
Congreso Constituyente del
Perú (1822)
Perú
Costa Rica,
Guatemala,
Nicaragua
de
Provisional
El Salvador,
Honduras y
México
Desarrollo del conflicto
Campañas militares
Campañas militares de la Independencia Hispanoamericana (1810-1829)
Periodo inicial
Periodo intermedio
Periodo final
Participantes
Realistas
Véase también: Comisión de Reemplazos de Cádiz
En las Guerras de Independencias Hispanoamericanas, los realistas fueron el bando caracterizado por las fuerzas armadas formadas principalmente por españoles,
europeos, americanos e indios, y empleadas para la defensa de la monarquía española en el primer tercio del siglo xix.39 ​
Los diccionarios de la Real Academia los definen desde 1803 como regiarum partium sectator, el que en las guerras civiles sigue el partido de los reyes. En 1822
se añadió potestatis regia defensor, que defiende regalías y derechos de los reyes.
Realistas y otros comandantes de la Corona Española
Nueva España, Guatemala y Cuba
Félix María Calleja
Félix María
Calleja
Francisco
Xavier
Venegas
Juan José
Ruiz de
Apodaca y
Eliza
Juan
O'Donojú
Pascual
Liñán
Ángel
Laborde
Agustín de
Iturbide hasta
1821
Anastasio
Bustamante
hasta 1821
Fernando
Miyares y
Mancebo
Melchor
Álvarez hasta
1821
José Antonio
Arce Hinojos
hasta 1821
José
Coppinger
Isidro Barrada
Valdés
José de la
Cruz
Vicente
Filísola
Francisco
Nueva Granada, Venezuela y Quito
Pablo Morillo
Novella
Francisco
Lemaur
José Joaquín
Márquez y
Donallo
Ciriaco del
Llano
Manuel
Gómez
Pedraza
hasta 1821
Torcuato
Trujillo
Juan
Francisco
París
José Ignacio
de Urquidi
Fernando
Miyares y
Gonzáles
Ramón Correa
José Ceballos
Domingo de
Monteverde
José Tomás
Boves
José Antonio
Yáñez
Francisco
Montalvo y
Ambulodi
Juan de
Sámano
Pablo Morillo
Miguel de la
Torre
Francisco
Tomás
Morales
Río de la Plata y Paraguay
Santiago de Liniers
Sebastián de
la Calzada
José María
Barreiro
Manjón
Juan de los
Reyes Vargas
Agustín
Agualongo
Basilio García
Melchor
Aymerich
Alejandro de
Hore
Juan de la
Cruz Mourgeon
José Arizábalo
y Orobio
José Preysler,
Jefe del
Estado Mayor
de la 4.ª
división.
Francisco Javier de Elío
Gaspar de Vigodet
Bernardo de Velasco
Santiago de Liniers y
Bremond
Vicente Nieto presidente
de Charcas
José de Córdoba segundo
comandante de Charcas
Joaquín de Soria
Antonio Olaguer Feliú
Perú, Charcas y Chile
Fernando de Abascal
José
Fernando de
Abascal y
Sousa
José Manuel
de
Goyeneche
Pío Tristán
Joaquín de
la Pezuela
Pedro
Antonio
Olañeta
José de la
Serna e
Hinojosa
José de
Canterac
Jerónimo
Valdés
Antonio
Pareja
Juan
Francisco
Sánchez
Gabino
Gaínza
Mariano
Osorio
Rafael
Maroto
Casimiro
Marcó del
Pont
José
Ordóñez
Vicente
Benavides
Antonio de
Quintanilla
José Ramón
Rodil y
Gayoso
Independentistas
Durante las Guerras de Independencia Hispanoamericanas, patriotas fue la forma común en que se llamaron a sí mismos los combatientes a favor de la
independencia de la Corona española combinando sentimientos de liberación y de arraigo por la Patria, la tierra natal o adoptiva a la que se sentían ligados por
unos determinados valores, cultura, historia y afectos.
Libertadores y otros líderes independentistas
México
Nueva Granada, Venezuela, Perú, Alto Perú y Quito
Agustín de Iturbide
Miguel Hidalgo y
Costilla
Ignacio Allende
Juan Aldama
Ignacio Aldama
José Mariano
Jiménez
Hermenegildo
Galeana
Mariano Abasolo
Josefa Ortiz de
Domínguez
José María
Morelos
Ignacio López
Rayón
Mariano
Matamoros
Xavier Mina
Andrés Quintana
Roo
Leona Vicario
Miguel
Domínguez
Carlos María de
Bustamante
José María Cos
Manuel Mier y
Terán
Río de la Plata, Alto Perú, Chile, Uruguay, Paraguay y
Perú
Simón Bolívar
José María
Mercado
Antonio López de
Santa Anna
Melchor Múzquiz
Guadalupe
Victoria
Leonardo Bravo
José Antonio de
Echávarri
Miguel Barragán
Vicente Valencia
José Morán y del
Villar
Vicente Filisola
Mariano Paredes
y Arrillaga
Pedro Celestino
Negrete
Agustín de
Iturbide
Anastasio
Bustamante
Vicente Guerrero
Valentín Canalizo
Juan José Miñón
Nicolás Bravo
Ignacio Camargo
Marqués del
Toro
Francisco de
Miranda
Simón Bolívar
Santiago
Mariño
Rafael
Urdaneta
José Félix
Ribas
José de
Fábrega
José Antonio
Páez
Carlos
Soublette
Manuel Piar
Luis Brión
Antonio José
de Sucre
José Tadeo
Monagas
Juan José
Flores
Mariano
Montilla
José de San Martín
Camilo Torres
Antonio Nariño
Joaquín
Olmedo
Gregor
McGregor
José
Laurencio
Silva
Atanasio
Girardot
Francisco de
Paula
Santander
José de la
Cruz Carrillo
José
Prudencio
Padilla
José Ramón
de Leyva
Eugenio
Espejo
Policarpa
Salavarrieta
José Antonio
Galán
León de
Febres
Cordero
Manuela
Sáenz
Bartolomé
Salom
Francisco
José de
Caldas
José
Francisco
Bermúdez
Jorge Tadeo
Lozano
Jacinto Lara
José María
Córdova
Antonio
Ricaurte
Joaquín París
Ricaurte
Antonio París
Ricaurte
Antonia
Santos
José de San
Martín
Juan José
Castelli
Manuel
Belgrano
María
Remedios del
Valle
Mariano
Moreno
Juan Antonio
Álvarez de
Arenales
Antonio
González
Balcarce
Juan Martín de
Pueyrredón
Eustoquio
Díaz Vélez
Juan José
Viamonte
Gregorio Aráoz
de Lamadrid
Juan Gregorio
de Las Heras
Juana Azurduy
Martín Miguel
de Güemes
Juan Lavalle
Manuel
Dorrego
José Rondeau
José Gervasio
Artigas
Guillermo
Brown
Mariano
Necochea
Carlos María
de Alvear
Gaspar
Rodríguez de
Francia
Fulgencio
Yegros
José de la
Riva Agüero
José Bernardo
de Tagle
Bartolomé
Salom
José Laurencio
Silva
José Trinidad
Morán
José de La
Mar
Mariano
Necochea
Agustín
Gamarra
Ramón Castilla
y Marquezado
Simón Bolívar
Antonio José
de Sucre
Andrés Santa
Cruz
Tomás de
Heres
Bernardo
O'Higgins
Simón Bolívar
Antonio José
de Sucre
Andrés Santa
Cruz
José Laurencio
Silva
Pedro León
Torres
José Miguel
Carrera
Thomas
Cochrane
Guillermo
Brown
Manuel
Rodríguez
Erdoíza
Juan Gregorio
de Las Heras
Tomás de
Heres
Ramón Freire
Pedro Agustín
Elizondo
Jacinto Lara
José María
Córdova
Pedro Andrés
del Alcázar
José Joaquín
Prieto
Posturas extranjeras
Apoyo Internacional
Patriotas
Ayuda Militar
Reino Unido (solo particulares)
Estados Unidos de América (expansión territorial)
Reino de Haití
Realistas
Ayuda Militar
Imperio de Portugal y Brasil (expansión territorial)
Imperio Ruso (venta de buques)
Ayuda Diplomática
Ayuda Diplomática
Reino Unido (gobierno)
Francia Bonapartista
Francia Borbónica
Intervención estadounidense
Los estadounidenses intervinieron apoyando y promoviendo la sublevación de los territorios españoles de Florida Occidental, Florida Oriental y Texas. Todo esto
a través de expediciones de voluntarios liderados por generales estadounidenses. La república occidental de Florida se anexionó inmediatamente a los Estados
Unidos en 1810. La tentativa en la Florida oriental en 1812 fracasó y condujo al caos del territorio. La situación se hizo más compleja con la sublevación de las
naciones indias Creek y Seminolas. En 1821 los Estados Unidos y España firman el tratado de compra y cesión de las Floridas. En Texas, el rebelde Gutiérrez de
Lara viajó a Estados Unidos y obtuvo el apoyo estadounidense formando una fuerza de Filibusteros en Luisiana que finalmente serían derrotados en la batalla de
Medina.
Los corsarios independentistas eran buques armados privados reclutados por los gobiernos independentistas durante las guerras de independencia
hispanoamericanas para destruir el comercio español y capturar buques mercantes españoles. El puerto corsario más importante era Baltimore. Se trataba en
general de embarcaciones rápidas, es decir, goletas o bergantines. El despliegue a gran escala de buques de guerra comenzó a partir de 1816, especialmente bajo la
bandera de Buenos Aires y la bandera oriental de Artigas. A partir de 1821, estos corsarios navegaban bajo las banderas de México y Colombia. La principal
motivación de estos corsarios independentistas era el botín por lo que evitaban luchar contra la Armada española.
Cádiz era el principal puerto objetivo y el segundo puerto más importante fue La Habana, en Cuba. El gobierno de los Estados Unidos hizo la vista gorda sobre los
corsarios norteamericanos intentando forzar a España en la cesión de Florida (Tratado de Adams-Onís), aunque tras ello tomaron medidas efectivas para terminar
con los corsarios de su país.
Postura británica
El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda fue aliado de España en la Guerra de la Sexta Coalición (1812-1814) contra Francia. Al finalizar la misma, ambos
reinos firmaron el Tratado de París de 1814, en el que Gran Bretaña se comprometió a no dar ayuda militar a las fuerzas insurgentes americanas, al mismo tiempo
que declaró una estricta neutralidad en el conflicto. En los primeros años, algunos oficiales británicos sirvieron con licencia en los ejércitos españoles. En 1817 el
Reino Unido emitió una proclama advirtiendo a los súbditos británicos que no debían aceptar ninguna comisión ni prestar ayuda militar a ninguno de los
beligerantes. Como había dudas sobre la posibilidad legal de que súbditos británicos no militares pudieran alistarse en los ejércitos insurgentes, en 1819 el Reino
Unido sancionó el Acta de Alistamiento en el Exterior de 1819 prohibiendo a los súbditos británicos de participar en o equipar a fuerzas armadas que estuvieran en
guerra con naciones que estuvieran en paz con el Reino Unido.40 ​
Territorios
Durante las luchas entre los independentistas y los realistas se sucedieron situaciones de violencia mutua. Los revolucionarios desconocieron las autoridades
monárquicas españolas en América, formaron ejércitos y constituyeron repúblicas americanas. El gobierno español y Fernando VII reaccionan negando
legitimidad a las juntas de gobierno americanas, y bajo la dirección española, se formaron en América los ejércitos realistas con un auxilio de expedicionarios
españoles, pero principalmente por una mayoría de tropa y oficialidad de origen americano, lo que para unos autores le dio el carácter de guerra civil.41 42
​ ​
Conflictos por territorios
Nueva España y Guatemala
Nueva Granada, Venezuela y Quito
Estados Unidos (Norteamérica)
México (Norteamérica)
Capitanía General de Guatemala (Centroamérica)
Véase también: Historia de Guatemala#El Imperio Mexicano y las Provincias Unidas de Centroamérica
Véase también: Historia de El Salvador#Independencia y Federación (1821-1841)
Véase también: Historia de Honduras#Honduras y su independencia
Véase también: Historia de Nicaragua#Provincias Unidas de Centroamérica
Véase también: Historia de Costa Rica#Independencia
Río de la Plata, Paraguay y Alto
Perú
Río de la Plata y Paraguay
Alto Perú
Chile y Perú
Véanse también: Patria Vieja (Chile), Reconquista (Chile), Patria Nueva, Guerra a Muerte (Chile) y
Conquista de Chiloé.
Véanse también: Independencia del Perú y Declaración de la Independencia del Perú.
Sudamérica
La fase inicial tuvo como componente principal el enfrentamiento militar de las grandes capitales de las distintas provincias de virreinatos y capitanías que
permanecieron leales al gobierno de España contra otras que, a ejemplo de las juntas de España, crearon Juntas de autogobierno americanas donde los naturales de
América tomaron el control del gobierno.
En esta primera fase, el gobierno constitucional de Cádiz luchó contra los ejércitos de las juntas. En el sur, el antiguo Virreinato del Perú sofocó sus propios
movimientos independentistas y envió auxilios a otras provincias leales de América que todavía resistían frente los revolucionarios, convirtiéndose en el gran
reducto militar español del sur.
Estas fuerzas no solo frenaron el avance de las armas de la Junta de Buenos Aires, la más activa, sino que acabaron con las juntas del Charcas o actual Bolivia, de
Chile y de Quito, y permitieron crear otros ejércitos leales con naturales de los países en revolución.
Más adelante, a partir de 1812, llegarían expedicionarios europeos a cuentagotas a distintos puntos hasta 1814, y por fin en 1815 una gran expedición española
dirigida por Pablo Morillo invadió la Nueva Granada y dio apoyo a los leales de Costa Firme. Tanto Pablo Morillo como el virrey José Fernando de Abascal y
Sousa sobresalieron como organizadores de la defensa de la monarquía española en América. A pesar de estos refuerzos peninsulares para 1816 Sudamérica no
estaba firmemente asegurada en manos de los realistas, quedaba multitud de guerrillas en Venezuela y en el Bajo y Alto Perú, el reducto leal de Montevideo había
sucumbido, y la poderosa junta de Buenos Aires rearmaba sus ejércitos regulares (que habían sido destrozados en sus ataques sobre el Alto Perú), para invadir
Chile en 1817. Bolívar, desde Haití, regresó a Venezuela, aglutinó todo el caudillaje, y retomó la ofensiva en el norte del continente.
Ofensiva desde Buenos Aires
Tras consolidarse la Junta en Buenos Aires, sus primeras acciones bélicas apuntaron a controlar el Virreinato
del Río de la Plata ya que no todas las provincias acompañaron sus acciones de igual forma, y algunas
permanecieron leales a España:
Contrarrevolución en Córdoba
El mismo día de la instalación de la Primera Junta, el derrocado virrey Cisneros envió un mensaje secreto a su
antecesor, Santiago de Liniers, que se hallaba en Córdoba, en que le encargaba la dirección de la resistencia
contra la Revolución.43 ​ Liniers y Gutiérrez de la Concha alistaron milicias urbanas y milicianos reuniendo
1500 hombres y 14 cañones.44 45
​ ​
En la ciudad de Mendoza, Faustino Ansay dirigió un levantamiento tomando el cuartel y reuniendo más de
200 soldados. Tres días más tarde, falto de apoyo, depuso su actitud y reconoció a la Junta. Las demás
ciudades terminaron acatando a la junta bonaerense.
Expedición a las Provincias Interiores y Alto Perú (Bolivia)
La organización del ejército que debía marchar al interior fue encargada al vocal Juan José Castelli, quien
reunió 1150 hombres provenientes de los regimientos de infantería y caballería, tanto de las tropas milicianas
como de los veteranos.46 ​ La artillería estaba compuesta de 4 piezas volantes y 2 obuses. La fuerza iba
Desarrollo de las guerras de independencia
regularmente uniformada, con abundantes municiones y buen armamento y con el sueldo pagado por
hispanoamericanas
anticipado, gracias a un empréstito obtenido del comercio por el vocal Juan Larrea.47 ​ En octubre de 1810, la
Gobierno bajo control realista
vanguardia del Ejército del Norte inició su marcha hacia el Alto Perú. El 7 de noviembre ambas fuerzas se
Leal a la Junta Central Suprema o Cortes
enfrentaron en la Batalla de Suipacha. Se enfrentaron 800 realistas con 4 cañones contra 600 patriotas con 2
Junta americana o movimiento de insurrección
cañones. González Balcarce atrajo a las tropas realistas incitándolas a cruzar el río con una fuga fingida; en la
Independencia declarada o establecida
orilla sur fueron sorpresivamente atacados de flanco por la infantería y la artillería que estaban ocultas entre los
España bajo la revolución liberal
cerros mientras que la caballería, que en apariencia huía, dio vuelta para enfrentarlos. Los realistas se dieron a
48
la fuga abandonando armas, artillería y municiones, desbandándose por completo. ​El resultado de Suipacha
tuvo un fuerte efecto moral, y el 10 de noviembre la ciudad de Potosí deponía al gobernador Francisco de
Paula Sanz.49 ​ En Chuquisaca, un cabildo abierto reconoció la autoridad de la Junta porteña, declarando nula su adhesión al
Virreinato del Perú. En La Paz, el intendente Domingo Tristán y Moscoso se plegó a la revolución y un congreso del pueblo
aceptó por unanimidad la autoridad de la Junta de Buenos Aires. Todo el Alto Perú quedaba asegurado para los patriotas.
Paraguay
Tanto el territorio de Paraguay como el de la Banda Oriental del Uruguay fueron mantenidos por los realistas. La Junta de
Buenos Aires cortó las comunicaciones fluviales de Montevideo con el Paraguay a través del río Paraná, y las autoridades de la
ciudad de Corrientes detuvieron varias embarcaciones que se dirigían a Asunción.50 ​
El gobernador Bernardo de Velasco dirigiendo fuerzas realistas paraguayas incursionó en el territorio de las Misiones en busca
de armas.51 ​ El 1 de octubre, una flotilla paraguaya atacó Corrientes y rescató los buques paraguayos incautados; continuó
Santiago de Liniers enfrentó a
incursionando en la zona durante varias semanas, apoderándose también de la Guardia de Curupayty, que Corrientes mantenía
la Revolución en Córdoba.
en el actual Departamento de Ñeembucú.50 ​El 4 de septiembre, la Junta nombró al vocal Manuel Belgrano comandante de las
fuerzas que debían operar en la Banda Oriental contra los realistas de Montevideo, asignándole un ejército exiguo: 250 hombres
extraídos de diversos cuerpos militares porteños, con 6 cañones.52 ​ Sin embargo, cuando la noticia del ataque a Misiones llegó a Buenos Aires la Junta decidió
desviar la pequeña división de Belgrano hacia el Paraguay. Tras cruzar el Paraná, el pequeño ejército siguió aumentando sus fuerzas con tropas voluntarias
reunidas por el comandante militar de Entre Ríos, José Miguel Díaz Vélez, y unos 200 hombres del Regimiento de Patricios mandados por Gregorio Perdriel. A
fines de octubre, organizadas sus fuerzas en 4 divisiones53 54
​ ​y llevando al paraguayo José Machain como sargento mayor, el ejército avanzó hacia el norte por el
centro de Entre Ríos, evitando cruzar cursos de agua. El 6 de noviembre, una escuadrilla con 300 realistas al mando de Juan Ángel Michelena ocupó Concepción
del Uruguay; las milicias de esa villa, comandadas por Diego González Balcarce, se incorporaron al ejército de Belgrano.
El 19 de diciembre Belgrano cruzó con el grueso del ejército revolucionario el río Paraná y atacó la posición fortificada de Campichuelo, de donde los realistas se
retiraron tras un breve intercambio de disparos.55 ​Los patriotas ocuparon sin lucha el evacuado pueblo de Itapúa, distante cuatro leguas, pero la falta de caballos y
el mal estado de la tropa obligaron a Belgrano a detenerse sin poder perseguir a los realistas. Los pobladores locales huyeron del ejército —al que consideraban
invasor— llevándose todos los medios de subsistencia. El territorio paraguayo, con sus numerosos ríos, esteros y selvas tropicales, era un terrible obstáculo para el
avance del ejército. No obstante, los hombres de Belgrano continuaron su difícil avance y obtuvieron una pequeña victoria junto al río Tebicuary. El 19 de enero,
dio comienzo a la Batalla de Paraguarí. Pese a la diferencia numérica —460 hombres contra 6000— los independentistas lograron tomar la posición paraguaya y
obligar a sus tropas a retirarse, mientras Velasco huía hacia el pueblo de Yaguarón. Pero las tropas de la avanzada de Belgrano se dedicaron al pillaje y luego
confundieron los auxilios enviados por Belgrano con enemigos, por lo cual se desbandaron cuando los paraguayos se reorganizaron y contraatacaron. Belgrano se
vio obligado a retroceder por el camino por el que había llegado, pero no fue perseguido.56 ​En la Batalla de Tacuarí, el 9 de marzo, las tropas patriotas fueron
derrotados definitivamente. El fracaso de Belgrano llevó a un contraataque paraguayo, por el cual la ciudad de Corrientes fue invadida y ocupada militarmente el 7
de abril.50 ​Un mes más tarde, sin embargo, se formó un Congreso provincial que derrocó a Velasco y lo reemplazó por una Junta provisional de gobierno; en ésta
jugaba un papel decisivo Gaspar Rodríguez de Francia, que gobernaría al país durante casi tres décadas. El nuevo gobierno proclamó la independencia del
Paraguay respecto del gobierno de Buenos Aires.
Uruguay
El 9 de octubre de 1810 se hizo cargo del gobierno de Montevideo el general Gaspar de Vigodet, recién llegado de España, el cual reforzó su posición militar con
tropas urbanas dirigidas por oficiales de la Real Armada. Lanzó una serie de campañas terrestres hacia las localidades del interior de la Banda Oriental, obligando
sucesivamente a sus autoridades a reconocer la autoridad montevideana. Ese fue el principio de la unificación jurídica de la futura Provincia Oriental. Poco
después, envió al marino Juan Ángel Michelena a ocupar las costas del río Uruguay, obligando a las autoridades de los pueblos de ambas márgenes del mismo a
someterse a su autoridad, pero en algunos sectores encontraron resistencia de partidas irregulares formadas por pobladores locales. Tras una serie de escaramuzas,
los realistas evacuaron sus posiciones en la margen occidental del río Uruguay, y los revolucionarios quedaron dueños de la región en marzo de 1811.57 ​
Véase también: Guerra de la Independencia en Entre Ríos
La Junta bonaerense encomendó al teniente coronel Juan Bautista Azopardo transportar por vía fluvial refuerzos para el ejército de Belgrano en el Paraguay. Las
autoridades realistas de Montevideo destacaron para interceptarlo una flotilla de siete navíos de calidad superior y tripulación más experimentada que los de su
adversario, dirigida por Jacinto Romarate. La flotilla de Azopardo remontó el Paraná hasta llegar el 2 de marzo a la altura de San Nicolás de los Arroyos donde se
inició el Combate de San Nicolás donde la flota patriota fue derrotada y accedió a rendirse. El comandante cayó prisionero de los realistas y fue llevado a España,
mientras el gobierno porteño lo condenaba en ausencia por impericia en el comando.58 ​Con la desaparición de la pequeña fuerza naval patriota quedó confirmado
el dominio de los ríos por parte de la flota realista de Montevideo, que se modificaría recién tres años más tarde. En enero de 1811 llegó a Montevideo Francisco
Javier de Elío, designado virrey del Río de la Plata. Los realistas controlaban Montevideo, pero en las zonas rurales de la Banda Oriental las ideas revolucionarias
eran acalladas por la fuerza. En lugar de apelar a su fidelidad, el gobierno de Montevideo exigió a la población rural la exhibición de los títulos de propiedad de los
campos que ocupaban —generalmente a título precario— amenazando a los que no lo hicieran con la expulsión de los mismos.59 ​
El 28 de febrero, a orillas del arroyo Asencio, el comandante Pedro José Viera lanzó el llamado "Grito de Asencio", levantándose en armas contra la autoridad de
Elío. Fue secundado por estancieros y gauchos locales que conformaron partidas de irregulares, iniciando una serie de combates contra fuerzas leales al rey con el
Combate de Soriano, ganado por Miguel Estanislao Soler y milicianos orientales el 4 de abril de 1811. La Junta auxilió a los patriotas de la Banda Oriental con el
fin de extender la revolución e intentar neutralizar a Montevideo, apostadero de la flota española en el océano Atlántico sur. Por ese puerto podrían llegar tropas
desde España para sofocar la revolución en el antiguo virreinato, de modo que su conquista era crucial. Belgrano, que fue nombrado comandante de las fuerzas
militares el 7 de marzo, se puso en contacto con el capitán José Gervasio Artigas quien, tras desertar de su puesto en la guarnición de Colonia del Sacramento, pasó
a Buenos Aires para ofrecer sus servicios a la Junta.60 ​ Artigas desembarcó en suelo oriental el 9 de abril al frente de algunas tropas de Buenos Aires y fue
reconocido como jefe por los patriotas locales. Tras algunos combates menores pudo avanzar hacia Montevideo. Elío envió a su encuentro una división a órdenes
del capitán José Posadas, pero Artigas lo derrotó el 18 de mayo en la Batalla de Las Piedras.61 ​
Reducidos los realistas al control de Montevideo y Colonia, ambas plazas fueron puestas bajo sitio el 21 y 26 de mayo respectivamente. A comienzos de junio, los
realistas evacuaron Colonia, la cual fue ocupada por los revolucionarios, y Artigas puso sitio a Montevideo con el auxilio de los gauchos orientales y las fuerzas
enviadas por Buenos Aires. Solo las murallas de la ciudad y los cañones de la flota anclada en el puerto impidieron una rápida caída de la ciudad, pero su situación
era comprometida.
El virrey Elío, sitiado en Montevideo, vio como única salida el auxilio de las tropas portuguesas del Brasil y solicitó su concurso para derrotar a los
revolucionarios. Ya el 20 de marzo de 1811 Elío había emitido una proclama al pueblo oriental amenazando con la intervención portuguesa si la insurrección
continuaba.
Portugal siempre había disputado a España el territorio de la Banda Oriental y no dejaría pasar la ocasión: el gobierno portugués había organizado el Ejército de
Observación de Diego de Souza. Estas fuerzas ya habían tomado contacto con el gobernador paraguayo Velasco, ofreciéndole su ayuda contra el ataque de
Belgrano.62 ​ Souza tenía, además, orden de hacer reconocer como reina del Río de la Plata a la infanta Carlota Joaquina, esposa del rey Juan VI de Portugal y
hermana de Fernando VII.63 64
​ ​ El 17 de julio cruzó la frontera un ejército de 3000 soldados portugueses comandados por el gobernador Souza. Todos los
pueblos del este del actual territorio uruguayo fueron ocupados por tropas portuguesas,65 66
​ 67
​ ​ y el 14 de octubre se estableció el cuartel general portugués en
62
Maldonado. ​
Norteamérica
Estados Unidos
La República de Florida Occidental fue una república en 1810 de corta duración en la región más al oeste de la Florida occidental española, que tras menos de tres
meses fue anexionada y ocupada por los Estados Unidos un poco más tarde en 1810, y seguidamente se convirtió en parte del territorio de Luisiana. La República
de Florida Oriental, era otra república declarada contra el dominio español de Florida del Este por independentistas que deseaban su anexión por parte de los
Estados Unidos sin éxito. En 1819 se redactó el Tratado de Adams-Onís entre España y los Estados Unidos, en el cual España cedió toda la Florida a los Estados
Unidos dos años después tras la firma de la misma.
En 1811, los españoles aplastaron la revuelta de San Antonio (Tejas) durante la revolución contra los realistas en la Guerra de Independencia de México. Los
rebeldes restantes luego recurrieron a los Estados Unidos en busca de ayuda. Bernardo Gutiérrez de Lara viajó a Washington, D. C. Gutiérrez obtuvo el apoyo de
Augustus Magee y formó una fuerza de filibusterios estadounidenses en Luisiana. Una bandera verde de la expedición representaba a los rebeldes. El Ejército
Republicano del Norte fue derrotado en la batalla más sangrienta de Texas, la Batalla de Medina. De esta manera Tejas quedó incorporado a la Independencia de
México, y con posterioridad se produjo la Independencia de Texas y su anexión a los Estados Unidos.
México
La lucha comienza en 1810 con el grito de Dolores en el estado de Guanajuato. El grito fue dado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, formador de la
conspiración de Querétaro. El plan de Hidalgo era formar una Junta de Gobierno Autónoma fiel a Fernando VII. La insurrección creció rápidamente y estuvo a
punto de tomar por asalto la ciudad de México, ya que el ejército realista fue derrotado e Hidalgo contaba con más de 80 000 hombres; pero decidió ir al norte
rumbo a Guadalajara, donde fue atacado por sorpresa por el nuevo ejército realista de Félix María Calleja, uno de los mejores generales en el virreinato. Tras esta
derrota en Guadalajara, Hidalgo y su ejército marcharon al norte rumbo a Estados Unidos pero fueron atacados por sorpresa nuevamente y encarcelados en
Chihuahua, donde Hidalgo fue fusilado en 1811.
Un año después, en 1812, un soldado y exalumno de Hidalgo, José María Morelos y Pavón, con un puñado de hombres que escaparon en Guadalajara y refuerzos
del sur de la Nueva España, organizó una nueva campaña independentista y logró derrotar al recientemente nombrado virrey Calleja. Con la victoria organizó un
congreso independiente y una constitución en Apatzingán entre 1813 y 1814. Pero tras el regreso de Fernando VII al trono llegaron nuevos refuerzos realistas, y
comandados por el virrey Calleja derrotaron y fusilaron al General Morelos a principios de 1815. Sus oficiales empezaron entonces una guerra de guerrillas al sur
de la Nueva España. A partir de 1816, el nuevo virrey Apodaca intentó pacificar el virreinato, y en 1818 la Nueva España estaba casi en paz. La expedición de
Francisco Xavier Mina dio una esperanza que pronto fue derrotada, y solo quedaba una Guerrilla al sur del país, la de Vicente Guerrero; este exsoldado de
Morelos resistió fuertemente a los realistas durante años en la sierra del sur. Pero en 1820 se dio la noticia de que Fernando VII había aceptado la Constitución de
Cádiz, lo que causó un descontento general en el virreinato. Uno de tales descontentos era Agustín de Iturbide, general realista que tenía la misión de derrotar a
Guerrero pero que decidió unirse al movimiento y proclamó el Plan de Iguala declarando la independencia. A finales de 1820 todo el mundo estaba apoyando el
Plan de Iguala, y el nuevo jefe político superior, Juan O'Donojú, lo aceptó. El 27 de septiembre de 1821, 11 años y 12 días después de que el cura Hidalgo
proclamara la libertad de México, Agustín de Iturbide entró triunfante en la ciudad de México y declaró el fin de 300 años de virreinato español y el comienzo del
Imperio Mexicano con él como Emperador, el cual no duró más que escasos meses. Caído el imperio se convocó a los ex-territorios españoles, en ese momento
provincias, a crear una república, lo cual dio lugar a la formación de los Estados Unidos Mexicanos.
En el Caribe, las islas de Cuba y Puerto Rico no fueron asoladas por la guerra y siguieron formando parte integrante del Reino de España hasta el año 1898.
Consecuencias
Mortalidad
Comparada con la guerra de independencia estadounidense, donde no se vivió nada parecido, la pérdida de vidas y la destrucción material del conflicto durante la
independencia hispanoamericana fue extremadamente mayor.68 ​ Se ha estimado que hasta ochocientos mil hispanoamericanos murieron entre 1808 y 1824,
considérese que la región tenía menos de veinte millones de habitantes en ese entonces.69 ​
En efecto, no solo se trató de una guerra por la independencia (como el caso estadounidense) sino que se dieron circunstancias que añadieron un mayor
encarnizamiento a la lucha.70 ​ Entre ellas, cabe señalar la enorme extensión territorial de la guerra, que abarcó la casi totalidad de Hispanoamérica, la política de
terror practicada por ambos bandos, la alternancia de victorias y derrotas entre los partidarios de la independencia y los leales a la autoridad real (llamados patriotas
y realistas, respectivamente), el exilio y desplazamiento de poblaciones y la prolongación en el tiempo de la lucha que produjo una completa ruina en muchas de
las ciudades y campos de la América española, la pérdida de capitales y bienes de todo tipo tras la parálisis del comercio y actividades productivas, y la dedicación
de los recursos materiales y humanos al esfuerzo bélico. Todo ello en el marco de una guerra que cuadruplicó la duración de la estadounidense —cuyo último
episodio fue la Batalla de Yorktown (1781).
Cuadro de mortalidad general en la revolución hispanoamericana según diversos autores71 ​
Nueva España
años 1810-1821:
Scheina: 250 000-500 000
Clodfelter: 400 000-500 000
(mexicanos y españoles)
Nueva Granada, Venezuela y
Quito
Scheina: Venezuela pierde
250 000 de una población de
un millón.
Clodfelter: la población de
Venezuela cae a 100 000
desde 300 000 en 15 años
desde 1810.
Eckhardt: 37 000 en total
Diplomacia británica: cifran las
pérdidas de vidas en Ecuador
en ochenta a cien mil.72 ​
Stornaiolo: la población del
Ecuador y el valle del Cauca se
reduce de 700 000 en 1800 a
550 000 a 1830. Estima los
120 000 fallecidos por la guerra
de independencia.73 ​
Blanco-Fombona: 171 741
neogranadinos,
108
004
ecuatorianos
y
316
339
venezolanos fallecidos. En total
596 084 colombianos.74 ​
Río de la Plata, Uruguay y
Paraguay
Chile y Perú
Carmona: 20 000 muertos en el
Bajo Perú.75 ​
sin datos de momento
Consecuencias para Hispanoamérica
Muchas fueron las consecuencias para Hispanoamérica.
Desapareció el monopolio comercial y, por tanto, el proteccionismo, con el consiguiente empobrecimiento de
muchas regiones hispanoamericanas, incapaces de competir con las industrias de Europa, principalmente la
británica.
Además, en el Congreso de Panamá, en 1826 se vio frustrado el sueño que Bolívar tenía para América de
crear unos Estados Unidos de América del Sur. Sin embargo, la opinión de algunos hispanoamericanos es
muy diferente, ya que afirman que la independencia permitió a sus países la oportunidad de desarrollarse en
función a sus propias necesidades y la de aplicar una justicia más equitativa entre sus componentes étnicos.
Si bien no se pretendieron cambios en la estructura territorial derivada del Uti possidetis, el movimiento
independentista tuvo un efecto disgregador que fue la causa de la fragmentación de los antiguos virreinatos y
capitanías en varios países nacientes, de manera que el independentismo continuó su proceso político más allá
de la emancipación propiamente dicha. La pérdida de un ejército fuerte a nivel internacional y el comienzo de
la inestabilidad en la región (como las constantes guerras civiles) fueron aprovechadas por potencias
extranjeras, como se vería en la intervención estadounidense en México que supondría la pérdida de más de la
mitad del territorio mexicano.
La Batalla de Ayacucho, de Martín Tovar y Tovar.
Librada el 9 de diciembre de 1824, marcó el fin de
las guerras de independencia en Sudamérica.
Los siete países independientes que se crearon a la conclusión de las guerras de independencia hispanoamericana fueron:
Imperio Mexicano
Gran Colombia
Provincias Unidas del Río de la Plata
Chile
Perú
República de Bolívar
Paraguay
La Expedición de Belgrano al Paraguay sería derrotada por los ejércitos realistas pero seguidamente una junta de
autogobierno obtuvo la libertad del Paraguay en 1811, que se constituyó como estado independiente de España en 1813 y
rechazó su pertenencia a las Provincias Unidas del Río de la Plata, aunque Argentina todavía la consideraría parte
integrante y no reconocería su independencia hasta el 17 de julio de 1852.76 ​
Dentro de lo económico, las políticas de comercio exterior variaron entre los nuevos países, algunos como las Provincias
Unidas del Río de la Plata y Perú aplicaron inicialmente políticas proteccionistas mientras que Chile se mostró más abierto
al comercio exterior aunque aplicando una especie de neomercantilismo.77 ​
Países desaparecidos proclamados autónomos o declarados independientes en las guerras de
emancipación
El Imperio Mexicano, que abarcó momentáneamente al Reino de Guatemala, fue abolido en 1823 y dio
origen a los Estados Unidos Mexicanos. Las Provincias Centroamericanas continuaron su proceso de
independencia, declarado el 15 de septiembre de 1821, con la formación de las Provincias Unidas de
Centroamérica.
Gran Colombia
Mariano Florentino Olivares Alegoría de la unión americana, 1895
Venezuela –véase Independencia de Venezuela- se produjo la Revolución del 19 de abril de 1810 y
al año siguiente, el 5 de julio de 1811, se realizó la Firma del Acta de la Declaración de
Independencia de Venezuela.
véase Gritos independentistas (Colombia) (sublevaciones de Santa Fe de Bogotá el 20 de julio de 1810 y de Cartagena de Indias el 22
de mayo, véase Patria Boba).
Panamá -se proclamó la Independencia de Panamá el 28 de noviembre de 1821 y posteriormente se unió de manera voluntaria a la Gran
Colombia.
Estado de Quito proclamó su autonomía el 10 de agosto de 1809 y sofocada prontamente, nuevamente proclamada el 2 de agosto de
1810, y fue incorporado a la Gran Colombia tras la batalla de Pichincha 24 de mayo de 1822) —véase Guerra de Independencia de
Ecuador—. Guayaquil proclamó su independencia el 9 de octubre de 1820 como Provincia Libre de Guayaquil.
Provincias Unidas del Río de la Plata
En 1814 se creó la Provincia Oriental formando parte de las Provincias del Río de la Plata
–véase especialmente Primera Junta designada el 25 de mayo de 1810, Independencia de Argentina— (proclamada el 9 de julio de
1816, previamente la Liga Federal proclamó su independencia el 29 de junio de 1815 en el Congreso de Oriente).
Países independientes fuera de las guerras de emancipación
El Uruguay formó parte del Río de la Plata. Incorporado a Portugal tras Invasión luso-brasileña, pasó al Brasil en 1825. Hasta su independencia en 1828 como
consecuencia de la Guerra del Brasil. Además, luego de complejos procesos que se sucedieron en años posteriores, se dio origen a los 16 estados
hispanoamericanos: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
Uruguay y Venezuela. En el Caribe, Santo Domingo (actual República Dominicana) siguió formando parte de España hasta el 30 de noviembre de 1821, mientras
que Cuba y Puerto Rico lo siguieron haciendo hasta su separación como resultado de la Guerra hispano-estadounidense en el año 1898.
1828 - Uruguay se independiza de las Provincias Unidas del Río de la Plata y del Brasil.
Las Provincias Unidas del Centro de América, compuestas por las provincias del Reino de Guatemala que habían declarado su
independencia de España en 1821, se formó al separarse del Imperio mexicano y desde el año 1824 se llamó República Federal de
Centroamérica, y se desintegró finalmente en los siguientes estados:
Costa Rica, primero entre 1829 y 1831 y definitivamente en 1838.
Nicaragua en abril de 1838.
Guatemala en abril de 1839.
Honduras en 1839.
El Salvador en 1839 y formalmente el 31 de enero de 1841.
La República Dominicana se independizó de España como Estado Independiente del Haití Español en diciembre de 1821 y fue anexada por
Haití el 9 de febrero de 1822. Posteriormente declaró su independencia de Haití el 27 de febrero de 1844, anexándose a España el 18 de
marzo de 1861. Se independizó nuevamente de España luego de la Guerra de la Restauración finalizada en 1865, proclamada con el grito
de Capotillo, el 16 de agosto de 1863.
Luego de concluir la Guerra hispano-estadounidense y tras la firma del Tratado de París (1898), Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam quedaron bajo control de los
Estados Unidos.
Cuba logró su independencia el 20 de mayo de 1902, pero se mantuvo bajo control estadounidense bajo la Enmienda Platt hasta 1934.
Puerto Rico continúa siendo un Estado Libre Asociado a los Estados Unidos hasta hoy, por lo que no es un estado independiente.
Panamá se independizó de España el 28 de noviembre de 1821. Pero decidió mantener los lazos de unión con Bogotá y se incorpora a la
Gran Colombia, país extinto conformado por las actuales Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela. Con el tiempo, dicho país se desintegró,
y entonces las provincias que geográficamente ocupaban la parte central de la desintegrada Gran Colombia, que en aquel tiempo
comprendía los antiguos departamentos de Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena e Istmo (Panamá) decidieron formar un nuevo
Estado denominado la República de la Nueva Granada. En 1840 Panamá, debido al temor de una guerra civil que tuviera catastróficas
consecuencias como las de la de la independencia, se separa temporalmente de la Nueva Granada y se autodenomina Estado del Istmo
pero, al año siguiente se reintegró a la Nueva Granada, cuya denominación fue cambiando constitucionalmente, sucesivamente, en la
Confederación Granadina, los Estados Unidos de Colombia y la República de Colombia. El 3 de noviembre de 1903, acontece la rebelión
desde el cabildo de la Ciudad de Panamá instigado por personas que tenían intereses en la Compañía Nueva del Canal (canal francés) y
durante casi un mes se dan negociaciones o coacciones para que los municipios y provincias se adhirieran a la rebelión separatista, esta
separación tuvo éxito por la presencia de tropas estadounidenses y por la debilidad, anarquía y caos en el que estaba sumida Colombia
después de la guerra de los mil días.
Declaraciones de independencia fuera de la Emancipación.
País
Año
Fecha
Guatemala, El Salvador, Honduras, 1838-1839
Nicaragua y Costa Rica
- 1841
Panamá
1903
Ecuador
1830
Uruguay
1830
Declaración
Nombre
Separación
3 de
noviembre
Junta Provisional de
Gobierno
Primera Carta Magna del Asamblea Constituyente
13 de mayo
Ecuador
de Riobamba
Convención Preliminar
Estado Oriental del
28 de junio
de Paz (1828)
Uruguay
Separación
País del que se
independizaron o separaron
República Federal de Centro
América
Colombia
Gran Colombia
Provincia Cisplatina
Consecuencias para España
Las Guerras de independencia hispanoamericanas generaron la pérdida de los virreinatos y las capitanías
generales que formaban parte del Imperio español, el que quedó muy reducido territorialmente y diezmado
económicamente. Ello significó un desastre para la Monarquía española y un refuerzo de la posición de Reino
Unido como la más importante potencia mundial.
Para los comerciantes de Cádiz, la administración gubernamental española, los nobles y, naturalmente, para la
familia real (propietaria directa de estos bienes realengos) desapareció una fuente esencial de ingresos —las
riquezas y los caudales de Indias—, fundamentales para la Real Hacienda y el monopolio gaditano.
El sector más humilde o de menores recursos de la nación española, en cambio, se mostró un tanto indiferente
a la independencia americana y en todo momento lo consideró un problema en cierto modo ajeno a ella, ya
que América estaba desligada para la inmensa mayoría de los sectores desfavorecidos entre los españoles
peninsulares, campesinos, trabajadores o comerciantes de clases medias o altas, no existía relación alguna con
sus vidas, y no les reportaba ningún beneficio (o perjuicio).78 ​
La Batalla de Pueblo Viejo. Tuvo lugar el 9 de
septiembre de 1829. Fue el último intento de
reconquista de México.
La expedición de Barradas en 1829 fue el último esfuerzo militar de España en suelo continental contra la independencia hispanoamericana.79 ​
Con la Revolución de 1830 cayó definitivamente el absolutismo en Francia y el principal apoyo del rey Fernando VII en la Santa Alianza, pero todos los proyectos
militares del gobierno español para la reconquista de Hispanoamérica tuvieron su final en el año 1833, con el fallecimiento del monarca español,29 80
​
cumpliéndose la respuesta negativa que dio el ministro español Francisco Zea Bermúdez, frente al anuncio del gobierno británico hecho en 1825 por George
Canning de reconocimiento de los nuevos países, cuando afirmó que "El Rey no consentirá jamás en reconocer los nuevos estados de la América española y no
dejará de emplear la fuerza de las armas contra sus súbditos rebeldes de aquella parte del Mundo".
Al morir Fernando VII el Reino de España continuó su propio proceso político, inmerso en las guerras civiles conocidas como las Guerras carlistas (1833-1876),
quedando como una potencia de segundo orden entre los estados europeos. Aún peor, tras la Revolución Gloriosa de 1868 que derrocó a Isabel II, estallaron
guerras independentistas en Cuba (1868-1880) y Puerto Rico (1871), los dos últimos territorios españoles en América. Este proceso se prolongó hasta 1898, con la
pérdida de los últimos territorios de ultramar españoles del Caribe y el Pacífico a manos de los Estados Unidos.
Expulsión de los españoles
La expulsión de los españoles de América fue una tragedia humana en cuya raíz estuvo toda una serie de medidas tomadas contra ellos por parte de los gobiernos
independientes durante el proceso de las guerras de independencia hispanoamericana. Estuvo dirigida en principio contra los encargados de la administración
española para extenderse seguidamente contra la población española en general, bajo acusaciones diversas.81 82
​ ​
Hubo dos formas predominantes del exilio: la primera fue producto de las circunstancias de la guerra, y la segunda obligado por leyes de expulsión en contra de
los españoles por parte de los gobiernos hispanoamericanos inmersos en la guerra y que se extendió más allá de la conclusión del conflicto.
Negociaciones de paz y reconciliación: Tratados de Paz, amistad y reconocimiento
Tras el fallecimiento del monarca Fernando VII de España en 1833, y a partir del reinado de su hija Isabel II se inicia un nuevo periodo en las relaciones entre la
antigua metrópoli y los territorios americanos. Las Cortes Generales del reino autorizaron, el 4 de diciembre de 1836, la renuncia de la corona española a cualquier
derecho territorial y de soberanía sobre los antiguos dominios americanos, y que se hiciera el reconocimiento de la independencia de todos los nuevos países
americanos mediante la conclusión de Tratados de Paz y Amistad sobre la base de que "no se comprometen ni el honor ni los intereses nacionales", lo que se
promulgó el 16 de diciembre de 1836.83 84
​ ​
Tratados de reconocimiento de las independenciasn 3 ​
País
México
Ecuador
Chile
Venezuela
Bolivia
Fecha de firma
28 de dic. de 1836
16 de feb. de 1840
25 de abr. de 1844
30 de mar. de 1845
21 de jul. de 1847
Entrada en vigor
Jefatura de Estado
Representantes plenipotenciarios
Presidente José Justo Corro
Miguel Santa María
Regente María Cristina de Borbón
José María Calatrava
Presidente Juan José Flores
Pedro Gual
Regente María Cristina de Borbón
Evaristo Pérez de Castro
Presidente Manuel Bulnes
José Manuel Borgoño
Reina Isabel II
Luis González Bravo
Presidente Carlos Soublette
Alejo Fortique
Reina Isabel II
Francisco Martínez de la Rosa
Presidente José Ballivián
José María Linares
Reina Isabel II
Joaquín Francisco Pacheco
14 de nov. de 1837
30 de oct. de 1841
26 de
184585 ​
sep.
de
22 de abr. de 1846
12 de feb. de 1861
Costa Rica
10 de may. de 1850
Nicaragua
25 de jul. de 1850
República
Dominicana
Argentina
9 de jul. de 1859
Guatemala
29 de may. de 1863
Argentina
El Salvador
Uruguay
Reina Isabel II
Pedro José Pidal
Presidente Norberto Ramírez
José de Marcoleta
Reina Isabel II
Pedro José Pidal
Presidente Pedro Santana
Rafael María Baralt
Reina Isabel II
Claudio Antón de Luzuriaga
Presidente Justo José de Urquiza
Juan Bautista Alberdi
Reina Isabel II
Saturnino Calderón Collantes
Presidente Rafael Carrera y Turcios
Felipe del Barrio Larrazábal
Reina Isabel II
Manuel Pando Fernández de Pinedo
Presidente Bartolomé Mitre
Mariano Severo Balcarce
Reina Isabel II
Manuel Pando Fernández de Pinedo
Presidente Francisco Dueñas
Juan Víctor Herrán
Reina Isabel II
Manuel Bermúdez de Castro y Díez
Presidente Lorenzo Batlle
Adolfo Rodríguez
Regente Francisco Serrano
Carlos Creus y Camps
Presidente Ignacio María González Santín
Manuel Joaquín Delmonte
Presidente Francisco Serrano
Juan Gutiérrez de la Concha
-
-
20 de jun. de 1864
20 de jun. de 1864
24 de jun. de 1865
15 de jun. de 1866
14 de oct. de 1874n 5 ​
n6​
Felipe Molina
24 de jul. de 1851
21 de sept. de 1863n 4 ​
19 de jul. de 1870
República
Dominicana
25 de ago. de 1855
Presidente Juan Rafael Mora Porras
21 de dic. de 1850
9 de oct. de 1882
-
Presidente Mariano Ignacio Prado
Perú
14 de ago. de 1879
15 de nov. de 1879
Juan Mariano de Goyeneche y
Gamio
Rey Alfonso XII
Paraguay
Colombia
10 de sept. de 1880
30 de ene. de 1881
Mariano Roca de Togores
Presidente Cándido Bareiro
Carlos Saguier
Rey Alfonso XII
Francisco Otín y Mesía
Presidente Rafael Núñez
Luis Carlos Rico
Rey Alfonso XII
Mariano Roca de Togores
8 de abr. de 1882
12 de ago. de 1881
Presidente Policarpo Bonilla
Honduras
Cuba
17 de nov. de 1894
21 de jun. de 190286 ​
28 de ago. de 1895
Presidente Tomás Estrada Palma
Rey Alfonso XIII
Presidente Manuel Amador Guerrero
Panamá
José Diego Gámez
Regente María Cristina de HabsburgoLorena
2 de may. de 1904
Rey Alfonso XIII
Julio de Arellano
87 ​
88 ​
Notas
1. El 22 de mayo de 1810 se estableció una Junta de Gobierno en Cartagena debido a la prisión de Fernando VII. El 14 de junio de 1810 el
Cabildo depuso al gobernador Francisco Montes y lo deportó a La Habana. El 14 de agosto el Cabildo nombró Presidente de la Junta
Suprema de Cartagena a José María García de Toledo. El 11 de noviembre de 1811 Cartagena declaró la independencia. El 17 de agosto de
1815 las tropas españolas al mando del Pacificador Pablo Morillo pusieron sitio a Cartagena, que cayó el 5 de diciembre y sus líderes
ejecutados. por su resistencia, Bolívar nombró a Cartagena como Ciudad Heroica.
2. Si bien en 1811 se convocó al Primer Congreso Nacional para decidir la mejor clase de gobierno para Chile, éste no se trató de un congreso
constituyente, ni tampoco declaró la independencia del país. La Independencia de Chile sería aprobada por medio de un Plebiscito
convocado por Bernardo O'Higgins, en 1817.
3. Los tratados de paz y amistad entre las naciones hispanoamericanas y España están publicadas en la Gaceta de Madrid dentro de la página
web del BOE [1] (http://www.boe.es/aeboe/consultas/bases_datos/gazeta.php)
4. Primer tratado firmado el 9 de julio de 1859 pero se firmó este nuevo tratado entre el Reino de España y la República Argentina con el fin de
reflejar la situación existente tras la reincorporación al país de la provincia de Buenos Aires al finalizar la guerra entre la Confederación
Argentina y dicha provincia (1852-1862). Además se reemplazaba el principio del ius sanguinis por el ius soli para la ciudadanía de los
inmigrantes españoles a la Argentina.
5. Este tratado fue sancionado nuevamente por el rey Alfonso XII tras la restauración de la monarquía (1874) .
6. La República Dominicana y el Reino de España firmaron un tratado anterior de paz y amistad en 1855 pero la anexión a España de la
República Dominicana entre 1861 y 1865 dejó sin efecto este tratado.
Referencias
naciones que se liberan de otra nación que en este caso es la
1. Fin de todos los proyectos españoles de reconquista con la muerte
española"— y propone considerarlas como guerras civiles.
de Fernando VII de España.
14. Canal, González Calleja (2012). Guerras civiles: Una clave para
2. Gral. Div. (R) Evergisto de Vergara. El Frente del Este: Rivadavia y
entender la Europa de los siglos xix y xx. p. 26-27.
la Guerra contra el Brasil en 1827 (http://www.ieeba.com.ar/docu/E
15.
La bibliografía reciente española la llama Guerras Civiles,8 ​la tesis
l%20frente%20Este.%20Rivadavia%20y%20la%20guerra%20contr
central de Madariaga afirma que se trató de una Guerra de
a%20Brasil%20de%201827.pdf) Archivado (https://web.archive.org/
Secesión,11 12
​ ​ o bien, una combinación de diversas formas de
web/20110829062117/http://www.ieeba.com.ar/docu/El%20frente%
20Este.%20Rivadavia%20y%20la%20guerra%20contra%20Brasi
guerras.13 ​ La historiografía internacional de las dos últimas
l%20de%201827.pdf) el 29 de agosto de 2011 en Wayback
décadas que sigue la línea de trabajos sobre las revoluciones
Machine.. Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires
atlánticas del liberalismo, consideran la guerra de emancipación
(IEEBA). Agosto de 2006.
como una guerra civil. “En una buena parte de América Latina, en
palabras de Francois-Xavier Guerra, tuvo lugar en el siglo xix “une
En Ibero América —para la época de las Guerras por
guerre civile longue et destructrice”. Las investigaciones de las dos
la Independencia— había menos de 50 000 soldados
últimas décadas lo han confirmado. Entre una abundante
españoles, de los cuales 20 000 nunca salieron de
bibliografía véase: A. Lemppériere, “Revolución, guerra civil”; MD
Cuba. Luego, en el proceso de las guerras por la
demélas “La notion de guerre civile” “L’invention politique”; FX
independencia, nunca participaron más de 30 000
Guerra “Inventando la Nación”; V.Hebrard, Le Venezuela
españoles (p. 2).
indépendant; C. Thibau Repúblicas en armas; T. Pérez Vejo,
España en el debate.”14 ​
3. Historia de la Humanidad. Editorial Larousse. Capítulo: "Los inicios
16. Delgado
Martín,
Jaime
(1958).
«La
independencia
del siglo xix". Página 31, año 2005, Santiago de Chile.
hispanoamericana, acontecimiento internacional» (https://dialnet.uni
4. Christon I. Archer (2000). The Wars of Independence in Spanish
rioja.es/servlet/articulo?codigo=2129459). Revista de estudios
America. Wilmington: Rowman & Littlefield, pp. 301. ISBN 978-0políticos,.
8420-2469-3. En 1808 Madrid tenía 125 700 hombres acantonados
17.
Sevilla Naranjo, Alexandra (2016). «Indígenas realistas en la
permanentemente desde México al Río de la Plata pero la mayoría
contrarrevolución quiteña, 1809-1814». Procesos Revista
eran tropas originarias de las mismas provincias ultramarinas.
Ecuatoriana de Historia.
5. De re Militari: muertos en Guerras, Dictaduras y Genocidios.
Victimario Histórico Militar. Capítulo VI. Guerras y Genocidios del 18. Hamnett, 1995: 48; cfr Villoro, 2002.
19. Por ello «es esencial que, al principio, no reduzcamos movimientos
siglo XIX. (http://remilitari.com/guias/victimario6.htm)
diferentes a un denominador común. Grupos diferentes actuaron en
6. "España no podía movilizar los recursos necesarios para mantener
etapas diferentes: la élite caraqueña tomó la iniciativa de separarse
su posición como metrópoli de un gran imperio, y, de esta manera,
de la monarquía española en 1810 pero la élite de la capital
mantener la integridad de la Monarquía Hispana."Manuel Chust
novohispana se dividió en 1808 acerca de la cuestión de la
Calero (2010). Las independencias iberoamericanas en su
autonomía dentro del imperio, se opuso a la revolución de
laberinto.
Independencia en 1810 y no actuó como grupo homogéneo en
7. El término patriota fue usado por ambos bandos durante el conflicto
1821 cuando se integró en el movimiento de Iturbide».18 ​
y
posteriormente
ha
sido
adjudicado
al
bando
independentista.Grompone, Romeo (2017). Incertidumbres y 20. La Parra, Emilio (2018). Fernando VII un rey deseado y detestado.
Tusquets.
distancias El controvertido protagonismo del estado en el Perú (http
s://www.google.es/books/edition/Incertidumbres_y_distancias/vDtF 21. «8 claves de las independencias hispanoamericanas» (https://www.
DwAAQBAJ?hl=es&gbpv=1&pg=PT124&printsec=frontcover).
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Instituto de Estudios Peruanos. p. 516. ISBN 9789972516634.
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8. Lopez Fernández (2018). Guerras civiles, la independencia de los
de 2020. «La liberación del continente se consumó, finalmente, en
virreinatos de la monarquía española.
1824 con la batalla de Ayacucho, en la que el general venezolano
9. Canal, González Calleja (2012). Guerras civiles: Una clave para
Sucre apresó a La Serna [virrey del Perú]. Este combate es al que
entender la Europa de los siglos xix y xx. pp. 26-27. «En una buena
se suele recurrir para marcar el fin de las guerras de independencia,
parte de América Latina, en palabras de Francois-Xavier Guerra,
aunque aún continuaba la resistencia de unos cuantos focos
tuvo lugar en el siglo xix “une guerre civile longue et destructrice”.
realistas. »
Entre la bibliografía disponible: A. Lemppériere, “Revolución, guerra
civil”; MD demélas “La notion de guerre civile” “L’invention 22. «Hoy se conmemoran 191 años de la Batalla de Ayacucho» (https://
www.telesurtv.net/news/Hoy-se-conmemoran-191-anos-de-la-Batall
politique”; FX Guerra “Inventando la Nación”; V.Hebrard, Le
a-de-Ayacucho-20151208-0030.html). Telesurtv.net. Consultado el 4
Venezuela indépendant; C. Thibau Repúblicas en armas; T. Pérez
de mayo de 2020. «La Batalla representa el fin de grandes
Vejo, España en el debate. »
campañas en América del Sur por la Independencia. »
10. En el caso de Colombia, Reyes Cárdenas (2009) hace una revisión
sobre los enfoques historiográficos sobre la guerra independentista 23. «Entrevista en Guayaquil» (https://www.bbc.co.uk/blogs/spanish/20
07/02/guayaquil.html). bbc.co.uk. Consultado el 4 de mayo de 2020.
en ese país. Pérez Viejo (2011) dice, en una videoconferencia, que
«Las dos últimas batallas de la independencia americana, Junín y
considerarlas como procesos independentistas es un enfoque de la
Ayacucho, son libradas por Bolívar, la primera, y por su
"historiografía positivista, liberal" que dificulta la comprensión
lugarteniente, Antonio J. Sucre, la segunda. »
histórica. Reconoce que el enfoque predominante a lo largo de los
casi dos siglos de independencia hispanoamericana es 24. Fundación de la República - Biblioteca Ayacucho n.º 61. p. 67.
precisamente ese —"una guerra de independencia de una serie de 25. Lara, María (2018). Breviario de historia de España. Edaf. Cita:"el
naciones que se liberan de otra nación que en este caso es la
periodo estricto de lucha militar iría desde el combate de Cotagaita
española"— y propone considerarlas como guerras civiles.
(1810) hasta la batalla de Tampico (1829)"
11. Victor Andres Belaunde (1967). Estudios sobre el Bolívar de 26. Hernán Venegas, Delgado (2008). «Los planes colombo-mexicanos
Madariaga.
de expedición conjunta para la liberación de Cuba (1820-1827)» (ht
12. Bernardino Bravo Lira (1986). Historia de las instituciones políticas
tps://www.jstor.org/stable/25613137?seq=1). JSTOR, Caribbean
de Chile e Hispanoamérica.
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13. En el caso de Colombia, Reyes Cárdenas (2009) hace una revisión 27. RUIZ DE GORDEJUELA URQUIJO, Jesús (2006). «La expulsión
sobre los enfoques historiográficos sobre la guerra independentista
de los españoles de México y su destino incierto, 1821-1836».
en ese país. Pérez Viejo (2011) dice, en una videoconferencia, que
Universidad de Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos.
considerarlas como procesos independentistas es un enfoque de la
«Las independencias americanas tuvieron como consecuencia
"historiografía positivista, liberal" que dificulta la comprensión
directa la expulsión de sus territorios de los que hasta entonces
histórica. Reconoce que el enfoque predominante a lo largo de los
habían sido sus actores privilegiados. La persecución y expulsión
casi dos siglos de independencia hispanoamericana es
de los españoles fue el acto de represalia más directo contra
precisamente ese —"una guerra de independencia de una serie de
población civil de los nuevos gobiernos independientes ».
28. González Pedrero, Enrique (2017). País de un solo hombre: El
México de Santa Anna. Fondo de cultura económica. «la expulsión
de los españoles, derivada de la necesidad de consolidar la
independencia ante la conspiración de algunos de ellos que no se
resignaban a perder su dominio sobre el país ».
29. Jaime Delgado (1960). Nuevo Mundo, ed. La independencia
hispanoamericana (http://www.google.es/search?hl=es&tbs=bks%3
A1&q=No+obstante%2C+los+proyectos+de+reconquista%2C+ofici
ales+o+particulares%2C+no+escasearon+hasta+1833%2C+fecha+
de+la+muerte+de+Fernando+VII&aq=f&aqi=&aql=&oq=&gs_rfai=).
pp. Página 113. «No obstante, los proyectos de reconquista,
oficiales o particulares, no escasearon hasta 1833, fecha de la
muerte de Fernando VII ».
30. François-Xavier Guerra (1995). Editorial Complutense, ed. Las
revoluciones hispánicas: independencias americanas y liberalismo
español (http://books.google.es/books?id=xlfELeAd8V8C&lpg=PA8
7&dq=1830%20%22Fernando%20VII%22%20cuba&pg=PA87#v=o
nepage&q&f=false). p. 87. ISBN 9788489365254. «Sin embargo, no fue
el fracaso de la expedición de Barradas en 1829 lo que retrajo a
Fernando VII de la reconquista, sino una vez más, los
acontecimientos europeos -ahora la revolución de 1830- que
pondrán en primer plano la situación peninsular y el colapso
financiero. Sólo por ese motivo, recordará Ballesteros, el Rey dio al
fin libertad a sus ministros para tratar, ya sin ningún género de
restricciones, la liquidación del problema de América. »
31. Pedro Molas.Del absolutismo a la Constitución (http://books.google.
es/books?id=2BpMC-x_0dkC&lpg=PA13&dq=1830%20%22Fernan
do%20VII%22%20cuba&pg=PA13#v=onepage&q=1830%20%22Fe
rnando%20VII%22%20cuba&f=false)
32. Delfina Fernández (1992). «X El Brigadier Barrada en Nueva
España». En Editorial Mapfre, ed. Últimos reductos españoles en
América. p. 269. ISBN 9788471003119. «Pero aún después de la
entrega de Ulúa, el 23 de noviembre de 1825, persistieron los
planes de reconquista de Nueva España, que se salpicaron desde
1826 a 1833, es decir, durante los últimos siete años de Fernando
VII. La preferencia dada a la acariciada reconquista de México se
fundaba tanto en las razones que hemos examinado ya, como en
los efectos económicos que se derivarían, pues en razón de la
riqueza del país, se calculaba que, en el caso de tener éxito, de el
se lograrían fondos suficientes para otras expediciones, podía ser,
pues, la cabeza de la reconquista para otras e incluso de toda
América. »
33. Anaya Merchant, Luis (2002). Finanzas y política en el mundo
iberoamericano. Del Antiguo Régimen a las naciones
independientes. p. 39. «En general, se afirma que las remesas
americanas podían llegar a alcanzar -en sus mejores años- un 20 %
de los ingresos totales fiscales de la metrópoli ».
34. Sánchez Santiró, Ernest (2001). Finanzas y política en el mundo
iberoamericano: del antiguo régimen a las naciones
independientes. p. 58.
35. Obra escogida, por Guillermo Morón (http://books.google.com/book
s?id=S5eBu6q2VXgC&lpg=PA13&dq=Plan%20Godoy%20de%201
806%20Am%C3%A9rica&lr=&as_brr=3&hl=es&pg=PA13#v=onepa
ge&q=&f=false)
36. «Actas de formación de juntas y declaraciones de independencia
(1809-1822)» (http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/actas-de-ind
ependencia/actas-declaraciones-independencia-039.html).
37. Acta de Independencia de Guatemala
38. Acta de Independencia de San Salvador
39. Semprún, Bullón (1992). El ejército realista en la independencia
americana (http://books.google.es/books?id=zwFkAAAAMAAJ&pg=
PA217&dq=El+ejercito+realista++Barradas&hl=es&ei=AZP5TN6X
Koj5sgbzkvnXAw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved
=0CCYQ6AEwAA).
40. «Foreign Enlistment Bill» (https://api.parliament.uk/historic-hansard/l
ords/1819/jun/28/foreign-enlistment-bill). Parlamento del Reino
Unido. 28 de junio de 1819.
41. Libro titulado "Las Guerras en el primer tercio del siglo xix en
España y América" publicado en el año 2004. Castañeda
Delgado.Editorial Deimos. Que dice así en su página 594-595: En
primer lugar hay que incidir en el concepto de Guerra Civil, aunque
muchos historiadores, ante la falta de investigación profunda de la
situación y dado el nombre por el que ha pasado a la historia:
"guerra de emancipación", han recurrido a la tipología que parecía
evidente: guerra de independencia o liberación, cuando en
realidad, el 90 % de los efectivos de los llamados ejércitos realistas
eran de procedencia americana, así como un porcentaje
significativo de altos mandos republicanos eran españoles
peninsulares de nacimiento. La Guerra Civil tiene unas
características distintas a la de la guerra convencional. En la Guerra
Civil los actos de crueldad, de matanza indiscriminada, se suceden
con los de benignidad y clemencia. Como Guerra Civil que algunos
argumentan era, las tropas contra las que se combatía eran
hermanas, tendiendo unas y otras a la confraternización, a no ser
que se estimulara el odio entre las facciones. en el título:
Consideraciones militares a la guerra de emancipación.
42. Empero, de aceptarse esta postura, se llega a la conclusión que la
Guerra de Independencia de Estados Unidos fue también una
guerra civil.
43. Bernardo Frías, Historia del General Güemes y de la provincia de
Salta, o sea de la Independencia Argentina, Estudio Tipográfico de
"El Cívico", 1907, pág. 22 y 23.
44. Bidondo afirma que llegaron a ser 3000 hombres, pero que el
ejército estaba minado desde su formación por la deserción.
45. Bidondo, La expedición de auxilio a las provincias interiores (18101812), pág. 242.
46. Archivo general de la República Argentina, publicación dirigida por
Adolfo P. Carranza, Publicado por G. Kraft, 1894, pág. 78 y 79.
47. Paul Groussac, Santiago de Liniers, Conde de Buenos Aires, 17531810, Ed. Sopena, 1907.
48. Sierra, Historia de la Argentina, tomo 5.
49. Frías, Historia del General Güemes, pág. 159–160.
50. Antonio Emilio Castello, Historia de Corrientes, Ed. Plus Ultra, Bs.
As., 1991. ISBN 950-21-0619-9
51. Víctor N. Vasconsellos, Lecciones de Historia Paraguaya, Ed. del
autor, Asunción, 1974, pág. 117.
52. Ignacio Núñez, Noticias históricas de la República Argentina: Obra
póstuma, 2.ª edición, editada por Julio Núñez y publicada por
Guillermo Kraft, 1898, pág. 173.
53. Secretaría General de Ejército, Semblanza histórica del Ejército
Argentino, Buenos Aires, 1981, pág. 29 y 30.
54. Nuestras banderas: vexilología argentina, pág. 50. Publicado por
Editorial Dunken. ISBN 987-02-1809-1
55. Camogli, Batallas por la libertad, pág. 154.
56. Camogli, Batallas por la libertad, pág. 155-156.
57. Beatriz Bosch, Historia de Entre Ríos, Ed. Plus Ultra, Bs. As., 1991.
ISBN 950-21-0108-1
58. La historia completa de esta escuadrilla en Ángel Justiniano
Carranza, Campañas Navales de la República Argentina.
59. Alejandro Horowicz, El país que estalló, Tomo I, Ed. Sudamericana,
Bs. As., 2004, pág. 226. ISBN 950-07-2561-4
60. Secretaría General de Ejército, Semblanza histórica del Ejército
Argentino, Bs. As., 1981. pág. 29 y 30.
61. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, pág. 101-105.
62. Moacyr Flores, Dicionário de história do Brasil, 2a ed., EDIPUCRS,
2001, 637 pág. ISBN 978-85-7430-209-6
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Estudio Tipográfico de la viuda é hijos de Tello, 1897, pág. 151-153.
64. Vasconsellos, Lecciones de Historia Paraguaya, pág. 120.
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Ayacucho. ISBN 9788466000031. Basado en el censo oficial de
1825 que serviría de base en 1834 para la división de la deuda
pública al fragmentarse la Gran Colombia. En Colección general de
los Tratados públicos celebrados por Colombia y Venezuela,
Caracas, Valentín Espinal, 1840, pp. 90-101. Según este estudio, la
población de Nueva Granada se redujo entre 1810 y 1825 de
1 400 000 (estimación de Restrepo) a 1 228 259 habitantes; la de
Ecuador de 600 000 (Restrepo) a 491 996 habitantes; y la de
Venezuela de 975 972 (Dauxion-Lavayse) a 659 633 habitantes.
Redondeando las cifras, los territorios de la Gran Colombia
perdieron un quinto de sus tres millones de habitantes.
75. Carmona, Manuel G. (1860). "Fastos sangrientos de América.
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persiguió como único objetivo hasta 1833 la reconquista del
dominio perdido ».
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naciones. Granma» (https://www.granma.cu/mundo/2022-06-21/cub
a-y-espana-120-anos-de-relaciones-diplomaticas-21-06-2022-14-06
-25).
87. España renunció a su soberanía en el Tratado de París de 1898.
Por ello,
cuando nació la República de Cuba, España estableció relaciones
diplomática inmediatas.
88. España reconoció la independencia y estableció relaciones
diplomáticas
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(enlace
roto
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tivas%20de%20la%20historiografia%20sobre%20Independen.pdf), la primera versión (https://web.archive.org/web/1/http://historiayespacio.com/rev33/pdf/Re
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Ullate Fabo, José Antonio (2009). Españoles que no pudieron serlo: la verdadera historia de la independencia de América. Madrid:
Libroslibres. p. 246. ISBN 9788492654185.
Villoro, Luis (2002). El proceso ideológico de la revolución de independencia. Ciudad de México: Conaculta.
Enlaces externos
Biblioteca del Bicentenario de ADHILAC (https://web.archive.org/web/20111109124713/http://adhilac.com.ar/?page_id=3049)
Lista cronológica de batallas. (http://www.todahistoria.com/lista-cronologica-de-batallas-de-la-independencia-de-hispanoamerica/)
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