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SUBLIME CABALLERO ELEGIDO
GRADO UNDECIMO
ARGUMENTO
Este grado, tercero de los “Elu” o de los Elegidos, se propone ilustrar emblemáticamente el
premio conferido por el Rey Salomón a doce de los Caballeros Elegidos de los Quince
quienes fueron encargados de presentar ante la justicia a los asesinos del Maestro Constructor
Hiram, constituyéndolos Gobernadores sobre las doce tribus de Israel, ilustrándonos, de paso,
que el leal y sincero hermano, tarde o temprano, recibirá el justo premio a sus méritos,
compeliendo asimismo a los verdaderos masones a ser fervientes, honestos y veraces; y
debiendo proteger al prójimo contra las imposiciones ilegales e injustas.
DECORACION DEL CAPITULO
Tapicería negra sembrada de corazones inflamados. La iluminación consiste en
veinticuatro luces, distribuidas en ocho candelabros de a tres, colocándose dos en el Altar del
Trono y uno en cada mesa de los Vigilantes, Orador y Tesorero, Secretario y Limosnero. En
el fondo del dosel se pone el símbolo del grado, que consiste en tres corazones inflamados.
Sobre el Altar del Presidente un cetro de ébano, la espada y tantas bandas y mandiles como
candidatos. Sobre los Altares de los Vigilantes una espada en cada uno.
El Altar de los juramentos, decorado en armonía con la decoración indicada, se hallará en
el centro de la Cámara, y sobre él la Biblia, un triángulo equilátero y dos espadas cruzadas,
sin olvidar la Carta Constitutiva.
En los Valles, los días de iniciación, sólo hay doce asientos, dejando vacíos los que lian de
ocupar los aspirantes. Los hermanos excedentes ocupan el Oriente.
DIGNATARIOS Y OFICIALES
Un Tres Veces Poderoso Maestro, que representa a Salomón, ocupa el trono.
Un Respetable Gran Inspector, que representa a Hirám II, Rey de Tiro, su sitial al
Occidente.
Un Respetable Maestro de Ceremonias, representa a Adhoniram, se sienta al Sudoeste.
Un Sublime Caballero Elegido Orador, ocupa el Oriente.
Un Sublime Caballero Elegido Secretario, su puesto en Oriente.
Un Sublime Caballero Elegido Tesorero, ocupa el Sur.
Un Sublime Caballero Primer Auditor,
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Limosnero, al Norte.
Un Sublime Caballero Segundo Auditor,
Experto, al Norte.
Un Mariscal de Guardia, cerca de la puerta.
Las Asambleas de este grado se denominan Grandes Capítulos.
INDUMENTARIA
El Tres Veces Poderoso Maestro, dicen los antiguos rituales que debe vestir túnica y
manto real, llevando reñida la corona en su cabeza, por lo menos en las tenidas de
iniciación. Los demás hermanos usan traje oscuro y las insignias del grado u otro superior.
Guantes negros.
APERTURA DE LOS TRABAJOS
El Tres Veces Poderoso Maestro da un golpe con el cetro, que repite el llespetable Gran
Inspector, y dice:
—T. V. Pod. Maest. — Hermano Respetable Gran Inspector: ¿Sois Sublime Caballero
Elegido?
—R. G. Inspector. — Mi nombre os lo dirá.
—T. V. Pod. Maestro. — ¿Cómo os llamáis?
—R. G. Inspector. — Ameth.
—T. V. Pod. Maestro. — ¿Qué significa ese nombre?
—R. G. Inspector. — Hombre fiel y verídico en todo.
—T. V. Pod. Maestro. — ¿A qué hora debemos comenzar nuestros trabajos?
—R. G. Inspector. — A las doce de la noche.
—T. V. Pod. Maestro. — Siendo precisamente esa hora, cumplid vuestros deberes,
Respetables hermanos Gran Inspector y Maestro de Ceremonias.
Los designados recorren los Valles, retejando en vos baja a todos los hermanos presentes,
asegurándose de la custodia del Templo, y volviendo a sus puestos el li. G. Inspector da un
golpe con el puño de la Espada, y dice:
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—R. G. Inspector. — Están cumplidas vuestras órdenes, Tres Veces Poderoso Maestro, y
todos los hermanos de ambos Valles son Caballeros Elegidos.
El Tres Veces Poderoso Maestro, marca con el cetro la batería del grado que repite solo
el Respetable Gran Inspector, y dice:
—T. V. Pod. Maestro.—En pie y al orden. AL.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.en su nombre y
bajo los auspicios del Supremo Consejo Gr. 33 para la República Argentina, declaro abiertos
los trabajos del Gran Capítulo de Sublimes Elegidos. (Da un golpe). Sentémonos.
INICIACION
—T. V. Pod. Maestro. — Queridos hermanos: se va a proceder a la iniciación del
hermano (o los hermanos) N. N. que se hallan en condiciones reglamentarias. Respetable
Maestro de Ceremonias, cumplid vuestro deber.
Este deja su puesto, saluda y sale a la antecámara donde el candidato estará decorado con
las insignias del grado 10. Lo examina, si previamente no se hubiese hecho, de todo lo
concerniente al grado de Elegido de los Quince, y tomándolo de la mano lo conduce a la
puerta del Templo donde llama en dicho grado. El Mariscal de Guardias indaga y comunica:
—Mariscal de Guardias. — Tres Veces Poderoso Maestro, el Respetable Maestro de
Ceremonias solicita entrar acompañado del hermano Bendecar.
—T. V. Pod. Maestro. — Dadles entrada.
Todos los hermanos toman sus espadas. El Respetable Maestro de Ceremonias entra y
avanza con el candidato, a quien presenta.
—R. Maest. de Ceremonias. — Tengo la honra, Tres Veces Poderoso Maestro, de
presentar al hermano Bendecar como candidato al grado undécimo.
—T. V. Pod. Maestro. — ¿Lo hace por su propio interés?
—R. Maest. de Ceremonias. — No es por su propio interés, sino el interés público el que
le anima a solicitarlo, pues ha cumplido su deber como Elegido de los Quince, sirviendo a la
patria dentro y fuera de ella, y nadie puede, en justicia, censurar su conducta.
—T. V. Pod. Maestro. — Tomad asiento, hermanos.
El Resp. Maestro de Ceremonias hace sentar al candidato entre los Valles y luego ocupa
su puesto.
—T. V. Pod. Maestro. — Querido hermano, abandonados los asuntos del estado a causa
del duelo por la muerte de nuestro Respetable Maestro Hiram, hoy que el castigo de los
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culpables está cumplido, es preciso pensar en modificar la forma de Gobierno establecido en
Israel y proceder a la elección de doce Jefes que representen al Rey en las doce Tribus, para
que conociendo éstos de cerca las necesidades y aspiraciones del pueblo, propongas los
medios de satisfacerlas. Constantemente recibimos quejas, siendo las principales la manera de
cobrar los tributos, porque los recaudadores obran por la fuerza, se arreglan con los ricos y
oprimen a los pobres, no alcanzando los ingresos a cubrir las deudas.
Estos Jefes han de ser elegidos entre los hermanos que estén en perfecta posesión del grado
décimo y reúnan condiciones especiales de instrucción, probidad, justicia y rectitud. Os
presentáis como candidato y nosotros necesitamos saber si estáis en condiciones de ser
elegido para tan importante cargo público.
—R. Maest. de Ceremonias. — Tres Veces Poderoso Maestro, Bendecar está bien
instruido acerca del grado de Elegido de los Quince, es prudente, recto, equitativo y justo.
INTERROGATORIO
—T. V. Pod. Maestro. — Decidme, hermano, ¿cuántas clases de gobierno conocéis?
Si no contesta satisfactoriamente a esta o a ¡as preguntas siguientes, que a él y a los
demás candidatos dirija el Tres Veces Poderoso Maestro, procura éste inculcarles los
principios fundamentales que como respuesta se consignan.
—T. V. Pod. Maestro. —Patriarcal, aristocrático, oligárquico, absoluto, representativo y
democrático.
¿Creéis que los representantes y legisladores del pueblo deben ser los qjue han heredado de
sus antepasados la costumbre de gobernar?
Se le deja contestar libremente.
—T. V. Pod. Maestro. — No siempre, querido hermano, porque éstos adolecen de la
vanidad que les da su nacimiento y su sangre considerando nobles y escogidos.
Decidme, hermano, ¿qué condiciones deben adornar a los representantes y legisladores de
la Nación?
Contesta el candidato.
—T. V. Pod. Maestro. — Deben distinguirse por su carácter independiente, por la
honradez y las buenas costumbres y por su talento y amor al pueblo.
¿Quiénes deben proponer a los representantes y legisladores de una Nación y quiénes
deberán ser sus electores?
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Contesta el candidato.
—T. V. Pod. Maestro. — El carácter independiente, el honor y el talento, no puede ser
patrimonio de ninguna clase social, puesto que todo ciudadano que se considere con méritos y
aptitudes para ello, debe presentarse candidato o ser propuesto por sus amigos, y la Nación,
como más interesada, elegirá a quien más le convenga.
En el caso presente procede presentar a los Ilustres Elegidos de los Quince para regir las
doce tribus de Israel, por encontrarse en mejores condiciones, y que el pueblo designe los
doce que la representen.
Continuaremos vuestro interrogatorio para ver si reunís las condiciones necesarias para ser
uno de los Doce Elegidos.
¿Consideráis que la buena organización de los Municipios puede ser fundamento de la
felicidad de las naciones?
Se deja responder al candidato.
—T. V. Pod. Maestro. — Ciertamente, porque es aquí donde aprenden los pueblos a
conocer sus necesidades y a remediarlas, por encontrarse íntimamente unidos los electores y
elegidos y conocerse mejor, deduciendo claramente que de los vicios o virtudes de los
componentes del Municipio, resulta el bienestar o la miseria de los administrados.
¿Cuál es, a vuestro juicio, la misión de las Provincias o, mejor dicho, de sus Legisladores?
Se oye al candidato.
—T. V. Pod. Maestro. — Dirimir las cuestiones que surjan entre los de la provincia que
administran; atender a las necesidades de ella, y aunque sometidos a las leyes de la Nación,
defender sus prerrogativas, para que ninguna provincia pueda resultar sacrificada a las otras.
Siendo la misión de los Cuerpos Colegisladores tratar cuanto atañe a los intereses
generales de la Nación, ¿qué opináis del sufragio universal?
Contesta.
—T. V. Pod. Maestro. — Hay que ponerse a la altura de las circunstancias de cada país, y
conceder o no el sufragio universal, pues nada puedo garantizar tanto la felicidad de una
nación como la buena elección de representantes.
No es posible conceder este sufragio a pueblos bárbaros o salvajes que ignoran los deberes
del hombre como individuo y como ciudadano. En todo caso, es necesario exigir garantías y
fijar condiciones a los que han de ejercer el derecho de sufragio o han de representar al país y
darle leyes. Pero si se trata de un pueblo civilizado, que tiene suficiente conocimiento de sus
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deberes, debe concederse el sufragio, sin limitar su ejercicio a los propietarios, capitalistas,
industriales, comerciantes o a los que tienen titulo académico, puesto que ni el capital ni la
propiedad dan inteligencia, ni demuestran honradez, así como ni la ciencia, el comercio y la
industria cuando producen pingües resultados, acallan la ambición, pues la aumentan, y sería
la mayor injusticia negar el derecho de sufragio a un hombre de recto criterio por una, pobreza
que su voluntad no creó, o ya por carecer de un diploma que no tuvo tiempo o medio de
conseguir.
Hermanos, decid si consideráis al candidato digno de la gracia que solicita.
Si todos hacen el signo de aprobación, se prosigue
—T. V. Pod. Maestro. — Querido hermano, el pueblo de Israel os ha elegido por sufragio
directo, entre los Elegidos de los Quince, para ser uno de los doce Caballeros que lian de regir
las doce Tribus. ¡Queréis prestar el juramento del grado?
—Candidato. — Sí, Tres Veces Poderoso Maestro.
El Respetable Maestro de Ceremonias conduce al Ara al candidato, quien pone la mano
derecha sobre las dos espadas cruzadas, y lo circundan todos los hermanos formando sobre
su cabeza la bóveda de acero. El Tres Veces Pod. Maest., con el cetro en la mano derecha y
la espada cu la izquierda, baja del trono acompañado del H. M. Ceremonias, y dirigiéndose
al candidato. dice:
—T. V. Pod. Maestro. — Repetid conmigo.
JURAMENTO
Yo, N. N., juro e presencia del G.A.D.U. y de este Gran Capítulo de Sublimes Caballeros
Elegidos, proteger y defender a mi pueblo contra toda exacción ilegal, defender sus derechos
y procurar su bienestar y educación. Juro ser sincero y tan firme en mis propósitos, que los
que en mí confíen, jamás experimenten desengaño alguno. Asimismo, me obligo a guardar
silencio acerca de los trabajos de este grado y a consentir que la espada de la ley se descargue
sobre mi cabeza si falto a estas promesas.
El Tres Veces Poderoso Maestro pone su espada sobre la cabeza del candidato y dice:
—T. V. Pod. Maestro. — Si así lo hacéis, que el G.A.D.U. y la Masonería os lo premien;
si no, os lo demanden.
AL.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. en su nombre, bajo los auspicios del Supremo Consejo Gr. 33
para la República Argentina y en virtud de los poderes de que estoy investido, os instituyo,
creo y consagro Sublime Caballero Elegido, Grado 11º del R. E. A. y A.
Marca con el cetro la batería del grado. Lo abraza y decora diciendo:
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—T. V. Pod. Maestro. — Mi querido hermano, por mi intermedio os abrazan todos los
hermanos del Capítulo. Bienvenido seáis entre nosotros. Os decoro con el collar y el mandil
del grado, deseando lo llevéis con altura.
Los hermanos ocupan sus puestos y el Tres Veces Poderoso Maestro, acompañado del de
Ceremonias, sube al trono, y ordena:
—T. V. Pod. Maestro. — Respetable Maestro de Ceremonias, cumplid vuestro deber.
Este saluda, va en busca del candidato y entre Valles dice:
—R. M. de Ceremonias. — De orden del Tres Veces Poderoso Maestro, proclamo en
ambos Valles Sublime Caballero Elegido, miembro activo de este Gran Capítulo al hermano
N. N.
—T. V. Pod. Maestro. — Aplaudamos el ingreso de este nuevo hermano con la batería
del grado. A mí, hermanos.
—T. V. Pod. Maestro. — Sentémonos.
El Respetable Maestro de Ceremonias lleva al candidato al asiento vacío y ocupa su
puesto.
—T. V. Pod. Maestro. — Voy a informaros de los signos y palabras de reconocimiento de
este grado y os ruego prestéis atención.
RETEJADOR
Orden. — Ninguno.
Signo. — Cruzar los brazos sobre el pecho, teniendo los puños cerrados y los pulgares
extendidos.
Toques. — 1º: Presentarse mutuamente las manos derechas cerradas con los pulgares
levantados; uno de los hermanos toma el pulgar del otro y lo invierte tres veces de arriba a
abajo, pronunciando alternativamente entre ambos las siguientes palabras: BERIT - NEDER
- SCHELEMOTH. 2º: Tomar la mano derecha del examinador y dar tres golpes con el
pulgar sobre la primera falange del dedo medio.
Palabra de Paso. — STOLKIN (Se traduce “Agua corriente"). Se responde AMARIA
(Se traduce "Palabra de Dios")
Palabra Sagrada. — ADONAI
Batería. — 000000000000. (12)
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Edad. — Tres veces tres por tres.
Insignias. — Banda negra, cruzada de izquierda a derecha, llevando en el frente pintado o
bordado tres corazones inflamados y la divisa: “Vincere aut mori”. Mandil blanco, ribeteado y
forrado de negro, con un bolsillo en el centro, sobre el que se pinta o borda un puñal rodeado
de nueve lágrimas rojas. Joya, un puñal pequeño con la empuñadura de oro y la hoja de plata.
T. V. Pod. Maestro. — Anunciad, Respetables hermanos Gran Inspector y Maestro de
Ceremonias, que se concede la palabra en bien general y en particular, como yo en Oriente.
Estos hacen el anuncio en sus respectivos Valles, concediéndola a guien la solicita por
este orden: cuando se hace silencio en Oriente, en el Valle del Sur y por último en el del
Norte, Una vez terminado, dice el
—T. V. Pod. Maestro. — Prestad atención, querido hermano N.N., al discurso que, en
vuestro obsequio, va a pronunciar el Caballero Orador.
Después dice el
—T. V. Pod. Maestro. — Respetable Gran Inspector, ordenad que circule la Caja de
Auxilio Fraternal.
Se cumple este requisitó según costumbre, cerrándose los trabajos del modo siguiente:
CLAUSURA DE LOS TRABJAOS
—T. V. Pod Maestro. — ¿Para qué nos reunimos en este Gran Capítulo?
—R. G. Inspector. — Para premiar la fidelidad.
—T. V. Pod. Maestro. — ¿A qué hora debemos terminar nuestros trabajos?
—R. G. Inspector. — Al rayar el día.
—T. V. Pod. Maestro. — ¿Qué hora es?
—R. G. Inspector. — Está amaneciendo.
—T. V. Pod. Maestro. — Pues ha llegado la hora; reunámonos en torno del Altar para
renovar nuestras promesas.
Todos los hermanos, incluso el Tres Veces Poderoso Maestro, se agrupan en círculo
alrededor del Ara y forman la bóveda de acero.
—T. V. Pod. Maestro. — ¿Os ratificáis en vuestras promesas?
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—Todos. — Nos ratificamos.
—T. V. Pod. Maestro. — ¿Os obligáis a guardas silencio acerca de nuestros trabajos?
—Todos. — Nos obligamos.
—T. V. Pod. Maestro. — A L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. en su nombro y bajo los auspicios
del Supremo Consejo Grado 33 para la República Argentina, declaro cerrado esto Gran
Capitulo de Sublimes Caballeros Elegidos. Id en paz.
RESUMEN HISTORICO
La historia de este grado es breve. Desde que fuera aplicado, el castigo a los asesinos
mencionados en los grados precedentes, el Rey Salomón instituyó este grado, en primer
término, como premio por el celo y la constancia de los Elegidos de los Quince, quienes en
forma tan decidida habían cooperado para descubrir a los criminales, como así también, para
permitirle recompensar a otros hermanos meritorios de grados inferiores, acordándoles mayor
graduación, en grados vacantes por las últimas promociones. Doce de estos Quince los eligió
Sublimes Caballeros, realizando la elección por medio de votación secreta, a fin de no causar
resentimientos entre los candidatos. Con los primeros doce nombres escrutados formó un
Capítulo, dándoles autoridad sobre las doce tribus. Asimismo, les dio el nombre de Emeth, la
cual es una palabra hebrea que significa “hombre de verdad”. Les mostró los maravillosos
objetos guardados en el Tabernáculo. Estos, hermano mío, son las joyas de valor inestimable
descriptas en el cartel, y que deben constituir el fundamento de vuestra especial meditación.
Estos tres grados últimos constituyen lo que se llaman “Grados Elu”, del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado. Aclaran un aspecto singular de la historia legendaria de la
Francmasonería y constituyen un sistema peculiar contenido en la mayoría de los ritos. En el
rito de York los “Elus” se refunden en uno, formando una parte del grado tercero. En el Rito
Francés, constituyen un grado aparte o separado, llamado “Elu”, que forma el grado cuarto del
mismo. En alguno de los otros sistemas de Masonería los “Elu” han sido divididos en
numerosos grados, no obstante ser su propósito dar detalles de la detención y castigo, por los
hermanos “elegidos”, de aquellos malhechores que primero mancharon el escudo masónico
por su abominable crimen.
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GRAN MAESTRO ARQUITECTO
GRADO DUODECIMO
ARGUMENTO
El Grado de Gran Maestro Arquitecto asegúrase haber sido creado como escuela o centro
de instrucción para el aprovechamiento de los obreros más inteligentes en los trabajos del
Templo, buscando alcanzar uniformidad en la labor, fuerza en su prosecución, y recompensar
a los más aptos. El grado comprende partes de naturaleza científica en conexión con las artes
liberales que informa la estructura masónica, como prolongación muy elevada del grado de
Compañero, amplificado y extensamente ilustrado. Este grado exige que el neófito sea
prolijamente seleccionado antes de admitirse; y deberá aceptar sin excusas la afirmación de
que la virtud es para el masón tan necesaria como el talento sobre todo y particularmente, si se
trata de un Gran Maestro Arquitecto.
DECORACION DEL CAPITULO
Colgaduras blancas salpicadas de llamas rojas. Iluminan el Templo nueve luces
distribuidas en tres candelabros de, a tres, que se colocan en los Aliares del Presidente y los
Vigilantes. En el fondo del dosel brilla la Estrella Flamígera, y alrededor del Capítulo siete
estrellas más pequeñas, colocadas a la manera de la constelación de Osa Mayor. Sobre el
Altar del Trono habrá un cetro de ébano, una corona real, dos espadas, un estuche de
matemáticas y las bandas y mandiles de los graduados. Sobre el Altar del Primer Vigilante se
ve un estuche completo de matemáticas, una regla y una escuadra, y varios planos de edificios
y una espada; en el del Segundo un estuche y libros de atientas. El Altar de los juramentos en
el centro, revestido de blanco, con la Biblia, una espada desnuda y la Carta Constitutiva.
DIGNATARIOS Y OFICIALES
Un Gran Maestro Arquitecto, que representa a Salomón y ocupa el Trono del Oriente.
Un Excelente Primer Vigilante, representando al Rey Hiram Adoniram, que tiene su puesto
al Suroeste.
Un Segundo Excelente Vigilante, cuyo lugar es el Noroeste, Adoniram.
Un Poderoso Bey Orador, que representa a Hiram II, Rey de Tiro, Zabud, y se coloca en
Oriente a la izquierda del Gran Maestro Arquitecto.
Un Gran Secretario, Sadoc, cuyo lugar es el Oriente como en las Logias Simbólicas.
Un Tesorero, que ocupa el puesto del Orador, frente al Secretario.
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Un Limosnero, que ocupa el puesto de costumbre.
Un Maestro de Ceremonias, que ocupa el lugar del Tesorero.
Un Guardián del Capítulo, que tiene su asiento cerca de la puerta.
INDUMENTARIA
El Gran Maestro Arquitecto puede usar túnica blanca y ceñir la corona, y el Poderoso Rey
Orador, túnica púrpura, con las demás insignias y joyas de sus cargos y grados. Los demás
hermanos visten traje negro u oscuro y las joyas e insignias de sus grados y cargos. Guantes.
APERTURA DE LOS TRABAJOS
Cuando todos han ocupado sus puestos, el Gran Maestro Arquitecto da un golpe con el
cetro, que los Excelentes Vigilantes repiten, y dice:
—Gr. M. Arquit. — Excelente Maestro Primer Vigilante, ¿habéis cumplido vuestro
deber?
—Prim. Vig. — Sí, Gran Maestro Arquitecto, el Capítulo puede comenzar sus trabajos sin
temor de que los profanos intenten penetrar nuestros misterios.
—Gr. M. Arquit. — ¿Sois Maestro Arquitecto?
—Prim. Vig. — Conozco lo que contiene un estuche completo de matemáticas.
—Gr. M. Arquit. — ¿Por qué nos llamamos Grandes Maestros Arquitectos?
—Prim. Vig. — Porque construimos el mayor de los monumentos y nos proponeinos
sostenerle contra todos los enemigos de la Humanidad.
—Gr. M. Arquit. — ¿Cuál es ese monumento?
—Pr. Vig. — La Libertad de los Pueblos.
—Gr. M. Arquit. — ¿Qué significa en la decoración de nuestro Templo la Estrella del
Norte?
—Seg. Vig. — Que así como ella sirve de guía al navegante en medio de los mares, debe
ser para todos los masones el emblema de la virtud, en la que ha de inspirar todas sus
acciones.
—Gr. M. Arquit. — ¿Qué hora es?
—-Seg. Vig. — La estrella matutina anuncia el primer instante' de la primera hora del
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primer día en que el G. A. D. U. comenzó su obra.
—Gr. M. Arquit. — Comencemos, pues, nuestros trabajos.
Golpea con el cetro, marcando la batería del grado que repiten sucesivamente los
Vigilantes, y agrega:
—Gr. M. Arquit. —En pie y al orden — A L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. bajo los auspicios
del Supremo Consejo Grado 33 para la República Argentina y en virtud de los poderes que he
recibido de mis hermanos, declaro abierto el Capítulo de Grandes Maestros Arquitectos — A
mí por el signo y la batería. (Todos lo hacen). Sentémonos.
INICIACION
Los hermanos que hayan de recibir el grado deberán estar preparados y revestidos con las
insignias del grado once, cerca del Templo. Pueden iniciarse en cada tenida hasta doce, pero
no más. Cuando no hay este número, a su tiempo, el Gran Maestro de Ceremonias lo
completará con hermanos de ambos Valles.
—Gr. M. Arquit. — Estando a la orden del día la exaltación de los hermanos N.... N.... se
va a proceder a ella. El Gran Maestro de Ceremonias procederá en consecuencia.
Este saluda y sale en busca de los recipiendarios, que conduce ii la puerta del Templo,
donde llama con la batería del grado once.
—Guardián. — Gran Maestro Arquitecto, han llamado en grado once.
—Gr. M. Arquit. — Ved quién es.
Entreabre y una vez enterado, dice:
—Guardián. — Es nuestro Gran Maestro de Ceremonias acompañado de los
representantes de las doce Tribus.
—Gr. M. Arquit. — Que pasen.
Entran y el Gran Maestro de Ceremonias toma de los Valles los hermanos necesarios para
completar el número de doce; los coloca frente al Oriente, y dice:
—Gr. M. de Cerem. — Tengo el honor de presentaros, Gran Maestro Arquitecto, a los
representantes de las tribus Judá, Benjamín, Simeón, Efraín, Manasés, Zabulón, Dan, Aser,
Neftalí, Rubén, Isacar y Pad, los cuales, en nombre de éstas, desean manifestar sus quejas por
la falta de equidad en las tributaciones, origen del estado de pobreza en que se halla el pueblo
de Israel.
—Gr. M. Arquit. — Tomad asiento, hermanos.
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Lo hacen entre Valles, ocupando después el Gran Maestro de Ceremonias su puesto.
—Seg. Vig. — Gran Maestro Arquitecto, hasta mí han llegado las quejas del pueblo y
todas las tribus claman en contra de la corrupción de las leyes fiscales que hacen imposibles el
cobro de las contribuciones para pagar a los obreros del Templo, aún a costa de los sacrificios
pecuniarios a que se obliga a los pobres, mientras que las clases acomodadas del país se
enriquecen con el trabajo de los obreros.
—Gr. M. Arquit. — Os doy las gracias sinceramente, querido hermano Excelente
Segundo Vigilante, por el valor que habéis mostrado diciéndome la verdad. Poderoso Rey de
Tiro, ¿cuál es el sistema de tributación que seguís en vuestros Estados?
—Pod. R. Orador. — Gran Maestro Arquitecto, soy de un país comercial e industrial que
sigue la tradición y ejemplos de sus predecesores. Nuestra nación no conoce a nadie el
derecho de disponer de aquello que no ha producido. Paga el Rey como un particular por sus
propios bienes y cobra su salario, pues no es más que el primero entre sus iguales. Todo se
decide por mayoría de votos: legislación, administración, contribuciones, paz y guerra. Cada
uno abona lo que acuerda la asamblea de Representantes para gastos de Estado si se trata de
éstos, para gastos de Provincia si lo ordenan sus Relegados y para el Municipio cuando lo
resuelven sus Concejales. No hay más propiedad entre nosotros que aquélla que da el trabajo,
ya sea material, ya sea intelectual. Sostenemos que no hay verdadera propiedad si el derecho a
la cosa no es completo y absoluto, y que ninguno, sino nosotros mismos somos los dueños de
nuestras vidas y haciendas. Decimos que tan propietario es el hombre de la soberanía o del
derecho de legislarse, como de lo que adquiere por su industria, y que, por lo tanto,
representación y contribución son inseparables. Ninguno está obligado a contribuir a las
necesidades del Gobierno sin que participe de él, fiscalice sus actos, conozca las causas y se
convenza de la necesidad del sacrificio que se le exige, vigile el cobro y tome cuenta, de sus
inversiones; y no vale decir que el que desempeña un destino tiene derecho a que se le
indemnice de su trabajo, pues quienes de él le han encargado, tienen el derecho de discutir y
señalar la recompensa. Tales son las bases, Gran Maestro Arquitecto, en que descansa nuestro
sistema tributario.
—Gr. M. Arquit. — En nombre de este Capítulo os doy, Poderoso hermano, las gracias
por vuestro informe. También yo pienso que es al Pueblo a quien pertenece la autoridad de
establecer contribuciones.
A vosotros, Sublimes Elegidos, que habéis levantado el edificio social sobre las dos
Columnas de la Propiedad, y el Trabajo, corresponde darle una cúspide digna de él y buscar
medios para sostenerle en la plenitud de su grandeza. ¿Estáis dispuestos, queridos hermanos, a
prestaros a este importante trabajo?
—Candidatos. — Lo estamos.
—Gr. M. Arquit. — Gran Maestro de Ceremonias, acompañad a los candidatos en sus
viajes para que completen su educación acerca del problema de establecer y percibir los
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tributos.
El Maestro de Ceremonias aproxima a los aspirantes al Altar del Primer Vigilante, quien
dice:
—Pr. Vig. — Aquí tenéis, hermanos míos, un estuche de matemáticas completo, con sus
tres compases, el simple, el de proporción y el de piezas; el tiralíneas; la escuadra, la regla y el
semicírculo graduado; con estos instrumentos he levantado los planos de los edificios de mi
jurisdicción, para que se estimen en su justo valor al imponer los tributos.
El Primer Vigilante señala las piezas conforme va descríbiéndolas. Terminado, el Maestro
de Ceremonias los conduce al Altar del Segundo Vigilante, que dice:
—Seg. Vig. — Queridos hermanos, consiste mi trabajo en valuar los capitales y productos
de la industria y comercio de todos los habitantes de mi jurisdicción para establecer la justa
proporción en (pie deben compartir con los propietarios las cargas del Estado.
El Maestro de Ceremonias hace dar una vuelta a los candidatos alrededor del Capítulo y
termina con el hecho de señalar la Estrella Flamígera que brilla en el dosel del Trono, con el
fin de. que los aspirantes se fijen en ella.
—Gr. M. Arquit. — Tenéis al frente la estrella que buscan los viajeros en la oscuridad de
la noche y por los procelosos mares; la Estrella Polar, punto fijo en la órbita celeste. Se
encuentra en esta Cámara para simbolizar la Verdad, fanal de nuestra Razón, a cuya
refulgente luz se disipa el Error; luz de la que no debemos separarnos nunca porque nos da su
nombre, Ameth. Seguid, queridos hermanos míos, intrépidos ese faro, y no sólo sabréis contribuir y dirigir la nave de la Asociación en el tempestuoso piélago en que se halla, sino
también aparejarla para que resista las tormentas y huracanes.
Ese astro, tipo de los soles innumerables que tachonan el cielo a manera de clavos de oro
en una tapicería celeste, es el símbolo principal de este grado, signo puramente moral para
nosotros.
Volved a vuestros puestos y sentaos.
El Maestro de Ceremonias los lleva entre Valles, ocupando luego su asiento.
INTERROGATORIO
—Gr. M. Arquit. — El examen a que voy a someteros y a cuyas preguntas debéis contestar
francamente, nos dirán si sois dignos del grado a que aspiráis.
¿Qué entendéis, hermano N... N..., por contribución?
Se deja al interrogado que diga lo que sepa y si no contesta bien, agrega:
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—Gr. M. Arquit. — Lo que paga el Pueblo para satisfacer sus gastos.
¿Cómo se divide la contribución, hermano N.. N..?
Responde.
—Gr. M. Arquit. — Hay dos clases de contribución: la directa y la indirecta. La primera
es la natural y lógica; y si se aplica fijándose en las bases naturales de la propiedad, la
producción, capital, industria y trabajo, y se paga de acuerdo a los beneficios que cada uno
proporciona, ofrecen las ventajas que no puede dar jamás la indirecta. La contribución directa
es justa y equitativa, la indirecta es arbitraria e injusta.
El Gran Maestro Arquitecto da un golpe con el cetro.
—Gr. M. Arquit. — Maestros Arquitectos, consideráis a los hermanos N... N... con méritos
e instrucción suficientes para ser investidos Grandes Maestros Arquitectos
Todos hacen el signo de aprobación o no. En caso de mayoría, Dice el:
—Seg. Vig. — Asentimiento en mi Valle.
—Prim. Vig. — Hay conformidad en ambos Valles.
—Gr. M. Arquit. — Poderoso Rey de Tiro, ¿cuál es vuestra opinión?
—Pod. Rey. — Que sean consagrados.
—Gr. M. Arquit. — Hermanos, ayudadme a recibir el juramento de estos Príncipes Ameth.
El Maestro de Ceremonias conduce a los aspirantes al Ara y les hace colocar la mano
derecha sobre la hoja de la espada, mientras que los demás hermanos rodéanlos, forman la
bóveda de acero. El Maestro de Ceremonias sube a Oriente y saluda invitando al Presidente
y Orador a descender, lo que hacen, llevando el cetro y la espada el primero y la espada el
segundo.
—Gr. M. Arquit. — Soberano Rey de Tiro, dad lectura al juramento.
JURAMENTO
Yo, N... N... juro, bajo palabra de honor, inculcar y sostener los principios de la moral más
pura en cuanto se refiere a los medios más racionales y equitativos indicados por la ciencia
económica para establecer en los Pueblos los sistemas de tributación conformes con sus
necesidades y aspiraciones, combatiendo sin descanso la explotación del débil por el fuerte y
apoyando las justas aspiraciones de cuantos propagan medios racionales de acrecentar la
riqueza pública, y el bienestar de los ciudadanos.
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Prometo, para contribuir al bien de la humanidad, proceder en los trabajos masónicos, tanto
en el interior de nuestros Capítulos como en el seno de la sociedad profana, efectuando una
labor arquitectónica lo más justa y perfecta que me sea posible para ayudar a la edificación
del Templo de la Civilización humana.
Con toda la fuerza de mi voluntad me obligo a cumplir este juramento para hacerme digno
de la estimación de mis hermanos y de la consideración de la humanidad, sin que me arredren
los obstáculos que puedan oponerse al cumplimiento de los deberes que me impone la Orden
y el grado que se me confiere en este solemne acto.
El Gran Maestro Arquitecto levanta la espada sobre la cabeza de los candidatos y dice:
—Gr. M. Arquit.— ¿Os ratificáis en el juramento que os ha leído nuestro Poderoso Rey
de Tiro?
—Recipiendario. — Me ratifico.
—Gr. M. Arquit. — Si cumplís como bueno, que el G. A. D. U. y la Masonería os lo
premien, y si no, os lo demanden. En sus nombres y bajo los auspicios del Supremo Consejo
Grado 33 para la República Argentina, y en virtud de los poderes que se me han otorgado, os
creo, instituyo y consagro Grandes Maestros Arquitectos, grado 12º del Rito Escocés Antiguo
y Aceptado.
Marca con el cetro sobre la hoja de la espada la batería del grado; los decora con las
insignias que el Maestro de Ceremonias le entrega; los abraza y da la bienvenida, diciendo:
—Gr. M. Arquit. — Os decoro con banda y mandil de- este grado, y, en nombre de este
Capítulo os abrazo y doy la bienvenida, esperando que vuestra ayuda sea eficaz a nuestros trabajos.
Proclamadlos, Gran Maestro de Ceremonias, como miembros activos de esta Cámara.
El Presidente y Orador vuelven a ocupar el Trono acompañados del Maestro de
Ceremonias, el cual saluda y lleva a Occidente a los recipiendarios y dice:
—Gr. M. de Cerem. — De orden del Gran Maestro Arquitecto, proclamo en ambos
Valles Grandes Maestros Arquitectos grados 12 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y
miembros activos de este Capítulo a los hermanos N... N...
—Gr. M. Arquit. — Aplaudamos el ingreso de estos queridos hermanos. A mí. —
Sentémonos.
Los candidatos ocupan puestos en los Valles y el Gran Maestro continúa:
—Gr. M. Arquit.— Nosotros tenemos, queridos hermanos, signos, palabras y batería para
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reconocernos, y voy a informaros de cuanto necesitáis saber.
RETEJADOR
Orden. — Colocar la mano derecha cerrada sobre la palma de la mano izquierda.
Signo. — Extender la mano izquierda con la palma hacia arriba y figurar que se tiene
cogido un lápiz con los tres primeros dedos de la mano derecha y que se dibuja un plano sobre
la palma de la mano izquierda, mirando rápidamente al Gran Maestro como para consultarle.
Toque. — Enlazar los dedos de la mano derecha con los de la izquierda del hermano
Retejador, y llevarse la otra mano a la. cabeza.
Marcha. — Tres pasos en escuadra: el primero lento y los otros dos precipitados.
Edad. — Cinco veces el cuadrado de tres, o sean cuarenta y cinco años.
Palabra de Paso. — RAB - BANAIN (Se traduce "Maestro de los Arquitectos") (Según la
reforma de Charleston, la palabra es HAMON)
Palabra Sagrada. — ADONAI.
Batería. — 0-00-00- 0 - 00 - 00 ( 1+2+2+1+2+2-= 10)
Insignias. — Banda azul, cruzada de derecha a izquierda, con la joya del vértice. Mandil
blanco, ribeteado y forrado do azul, con un bolsillo en medio para llevar los planos. La joya es
una medalla cuadrada. Sobre el anverso se ven grabadas siete estrellas y cuatro semicírculos;
en el centro un triángulo equilátero con la letra A, en el centro. En el reverso se hallan
grabadas cinco columnas representando los órdenes arquitectónicos, y encima de cada una de
ellas las iniciales C. D. T. J. C. Por debajo un nivel, una escuadra, un compás y una cruz do
brazos iguales. En el centro de esta cara de la medalla domina la letra M.
Tiempo de Trabajo: Desde que sale la primera estrella de la mañana hasta la puesta del sol
y que la primera estrella de la noche brille en la oscuridad.
Gr. M. Arquit. — Ahora, queridos hermanos, el Poderoso Rey de Tiro, Hiram II, va
pronunciar un discurso en obsequio vuestro, y os ruego le prestéis atención.
Una vez que el H. Orador haya terminado su discurso, se aplaude con la batería del
grado.
—Gr. M. Arquit. — Excelente Maestro Primer Vigilante, disponed que se circule la Caja
de Auxilio.
—Prim. Vig. — Gran Maestro Limosnero, haced vuestro recorrido.
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Hecho el recorrido y recuento, como de costumbre, se cierran los trabajos como sigue:
CLAUSURA DE LOS TRABAJOS
—Gr. M. Arquit. — (Dando un golpe con el cetro): Excelente Maestro Primer Vigilante,
dadme el signo do Gran Maestro Arquitecto.
—Prim. Vig. — Es este Gran Maestro. (Lo da).
El Gran Maestro Arquitecto abre su estuche de matemáticas, saca algunos instrumentos, y
dice:
—Gr. M. Arquit. — Trabajemos.
Los Vigilantes le imitan, y continúa:
—Gr. M. Arquit.— ¿No sabéis más que este trabajo?
—Prim. Vig. — Conozco otro.
—Gr. M. Arquit. — Dadme la palabra de paso.
—Prim. Vig.— (Lo da).
—Gr. M. Arquit. — Excelente Maestro Segundo Vigilante, dadme la palabra Sagrada.
— Seg. Vig.—(La da).
El Gran Maestro y los Vigilantes cierran los estuches, y dice:
—Gr. M. Arquit. — Hemos concluido. ¿Qué hora es?
—Prim. Vig. — El sol .se lia ocultado y la estrella de la noche brilla en la oscuridad.
El Gran Maestro Arquitecto marca con el cetro la batería del grado, que repiten los
Vigilantes, y agrega:
Gr. M. Arquit. — En pie y al orden. AL.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. en su nombre, bajo los
auspicios del Supremo Consejo Grado 33 para la República Argentina, y en virtud de la
autoridad que se me ha confiado, declaro cerrados los trabajos del Capítulo de Grandes
Maestros Maestros Arquitectos.
RESUMEN HISTORICO
Es la verdadera Luz Masónica. Quien de verdad obedece a la ley masónica, la encontrará.
El grado que tratéis de alcanzar fue conferido primeramente a Adoniram, hijo de Abda,
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cuando fue nombrado Arquitecto en Jefe del Templo, y como tal sucesor del Maestro
Khurum, después de haber sido por un tiempo el Jefe de los cinco Intendentes de la obra en
construcción, y haber demostrado su capacidad intelectual sobre los demás Jefes. Se trata de
la investidura de dicho oficio. Más tarde se convirtió en grado honorario, conferido, en primer
término a los otros Intendentes, y luego después a los “Elu”, como signo de honor y
distinción. Andando el tiempo, los antiguos Francmasones dejaron de emplear las
herramientas de trabajo, es decir: la escuadra, el nivel, la plomada y la trulla, utilizando las
relacionadas con la Arquitectura y la Geometría. Al continuar su desarrollo sobrepasó esa
rama geométrica y matemática dedicada a los problemas terrestres, superficies, y las cosas
que a ella pertenecen, con líneas rectas, ángulos, y demás figuras que le son inherentes, con
más su prolongación astronómica. Lo cierto es que la Francmasonería no se dedica a resolver
problemas geométricos o matemáticos en su aspecto científico; ni exigimos de nuestros
iniciados conocimientos sobre tales materias y sus interesantes términos. Para nosotros, los
masones, los instrumentos geométricos, sus figuras, planas y esféricas, que con ellos se
construyen, sólo tienen significación simbólica. A través de lo que ellos implican, desde el
punto de vista masónico y moral, avanzamos hacia su esencia filosófica, y cada grado es un
paso en esa dirección. El masón que se vea premiado con el rango obtenido por Adoniram,
deberá, asumir el compromiso y la obligación de observar plenamente su profunda doctrina.
Como neófito, habéis oído el alcance de las lecciones que se desprenden del uso de las
herramientas empleadas por un Gran Maestro Arquitecto, lo que me excusa de entrar en
mayores pormenores al respecto. Los grandes deberes que tales enseñanzas proclaman,
demandan mucho de nosotros, basando en nuestra capacidad la esperanza de su fiel
cumplimiento. Confiamos en no equivocarnos, al creer que vuestra suficiencia será una
realidad, a los fines de vuestro propio progreso y el de la Orden.
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