FIDES AT RATIO Trabajo práctico de Teología: “Fides at ratio”. “La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad.”, la primera oración de la encíclica nos deja ver del tema que va a tratar la carta. Nos muestra una pequeña síntesis donde la verdad es el tema central, es la cuestión fundamental de la vida y la historia de la humanidad. Juan Pablo II defiende la capacidad de razón que cada hombre y mujer tienen para conocer la verdad, y pide que la fe y la filosofía vuelvan a ser una unidad profunda. “Conócete a ti mismo”. A pesar de las diferencias que tenemos, como ser la cultura, la nacionalidad, las creencias, nos preguntamos acerca de nuestra existencia y la verdad de las cosas. Para poder respondernos estas preguntas, Juan Pablo II, nos hace pensar que necesitamos de nuestra razón y así desarrollar el pensamiento filosófico que cada uno llevamos dentro. En el primer capítulo presenta la Revelación como conocimiento que Dios mismo ofrece al hombre. La revelación, al expresar el misterio, impulsa a la razón a intuir unas razones que hagan llegar a la verdad de las cosas creadas por el mismo Dios. En el segundo capítulo se distingue el texto bíblico que consiste en la convicción de que hay una profunda e inseparable unidad entre el conocimiento de la razón y el de la fe. Se demuestra cómo el pensamiento bíblico, basado en esta unidad, va descubriendo el camino hacia el conocimiento de la verdad, que debemos recorrer para responder las preguntas fundamentales sobre la existencia. “Entender para creer”, el hombre, con su razón, que pregunta siempre y sobre todas las cosas, tiene la posibilidad de alcanzar la verdad sobre su existencia, una verdad que por su naturaleza es "universal", válida para todos y "absoluta", es decir, definitiva. El hombre busca la verdad, la cual no solo está destinada a la conquista de verdades científicas, sino que también a una búsqueda de verdad interior, una verdad que está presente dentro de cada uno. Esta verdad se logra no sólo por vía racional, sino también mediante la confianza en el testimonio de los otros, lo cual forma parte de la existencia normal de una persona. “La fé inteligente”, la verdad que nos llega por la Revelación es una verdad que debe ser comprendida por la razón, por lo cual es muy importante el papel de la filosofía. Acá es donde se refleja la relación que existe entre la fe y la filosofía: “ la fé no le teme a la razón, sino que busca su ayuda y confía en ella.” A su vez muchos Padres de la iglesia aportaron grandes conocimientos respecto a la fe para colaborar con su búsqueda. Fueron muchas la causas que provocaron efectos por la separación entre la fe y la razón, por lo cual ambas se han empobrecido y debilitado. La razón, privada de la aportación de la Revelación, ha recorrido caminos secundarios que tienen el peligro de hacerle perder de vista su meta final. La fe, privada de la razón, ha subrayado el sentimiento y la experiencia, corriendo el riesgo de dejar de ser una propuesta universal. Estas reflexiones nos ayudan a entender porque es necesario que la fe y la filosofía vayan juntas para lograr llegar a la meta final: el conocimiento de la verdad. Juan Pablo II nos dice que el punto de partida y la fuente original debe ser siempre la palabra de Dios revelada en la historia, la cual debe transmitirse a través de las generaciones y por otra parte, menciona que la palabra de Dios es Verdad, por lo tanto favorecerá su mejor comprensión para la búsqueda humana de la verdad, es decir, el filosofar. La revelación es el punto de referencia y de confrontación entre la filosofía y la fe. La Sagrada Escritura contiene una serie de elementos que permiten obtener una visión del hombre y del mundo de gran valor filosófico. A partir de ella se deduce que la realidad que experimentamos no es el absoluto, y la convicción fundamental de esta "filosofía" contenida en la Biblia es que la vida humana y el mundo tienen un sentido y están orientados hacia su cumplimiento, que se realiza en Jesucristo. el testimonio de los otros, lo cual forma parte de la existencia normal de una persona. “La fé inteligente”, la verdad que nos llega por la Revelación es una verdad que debe ser comprendida por la razón, por lo cual es muy importante el papel de la filosofía. Acá es donde se refleja la relación que existe entre la fe y la filosofía: “ la fé no le teme a la razón, sino que busca su ayuda y confía en ella.” A su vez muchos Padres de la iglesia aportaron grandes conocimientos respecto a la fe para colaborar con su búsqueda. Fueron muchas la causas que provocaron efectos por la separación entre la fe y la razón, por lo cual ambas se han empobrecido y debilitado. La razón, privada de la aportación de la Revelación, ha recorrido caminos secundarios que tienen el peligro de hacerle perder de vista su meta final. La fe, privada de la razón, ha subrayado el sentimiento y la experiencia, corriendo el riesgo de dejar de ser una propuesta universal. Estas reflexiones nos ayudan a entender porque es necesario que la fe y la filosofía vayan juntas para lograr llegar a la meta final: el conocimiento de la verdad. Juan Pablo II nos dice que el punto de partida y la fuente original debe ser siempre la palabra de Dios revelada en la historia, la cual debe transmitirse a través de las generaciones y por otra parte, menciona que la palabra de Dios es Verdad, por lo tanto favorecerá su mejor comprensión para la búsqueda humana de la verdad, es decir, el filosofar. La revelación es el punto de referencia y de confrontación entre la filosofía y la fe. La Sagrada Escritura contiene una serie de elementos que permiten obtener una visión del hombre y del mundo de gran valor filosófico. A partir de ella se deduce que la realidad que experimentamos no es el absoluto, y la convicción fundamental de esta "filosofía" contenida en la Biblia es que la vida humana y el mundo tienen un sentido y están orientados hacia su cumplimiento, que se realiza en Jesucristo.