Observatorios Urbanos Va ‘pa’ largo la recuperación económica Josefina Alvarado Palomera* Tal parece que los mexicanos tendremos que acostumbrarnos a ver cada vez más lejano el día en que la economía muestre indicios de recuperación, ya que aunado a los muchos males que desde hace tiempo aquejan a nuestro país, tales como el desempleo, la pobreza, la inseguridad, el bajo o nulo crecimiento, la escasa inversión productiva, el narcotráfico, entre otros; habrá que añadirle los del virus de la gripe humana A(H1N1), pues a decir de las autoridades internacionales y nacionales, éste permanecerá en el ambiente y seguirá haciendo de las suyas por un largo periodo de tiempo, ante lo que recomiendan no bajar la guardia, tener prudencia y seguir con las medidas preventivas durante todo el año por no saber a ciencia cierta cuáles serían los impactos de los posibles nuevos brotes de infección. Lo que sí se informa y se habla mucho de ello en los últimos días, es de los impactos económicos atribuibles a esta pandemia y de las disposiciones que el gobierno mexicano ha diseñado para hacer frente a la contingencia, que al parecer se ha vuelto más un asunto de carácter económico que de preservación de la salud; y es que el impacto de la influenza además de la muerte o de la enfermedad propiamente dicha, incluye otros costos asociados a la coordinación entre los individuos y las estrategias o políticas implementadas. Se habla así de que en estos días debido a la paralización de las actividades diarias, el sector comercio perdió, tan solo en la ciudad de México, casi ocho mil millones de pesos y que el turismo, considerada como la tercera fuente de divisas para el país, verá reducidos sus ingresos en alrededor del 30 por ciento debido a la disminución de viajeros procedentes del exterior y por las restricciones impuestas por varios países para evitar la propagación del virus. Por su parte, el Banco Central anunció que el crecimiento de la economía en éste año estará por debajo del 4.8 por ciento, y que se perderán alrededor de 500 mil empleos, que el entorno global es desfavorable y además la inflación en el mes de abril llegó a 6.17 por ciento, atribuibles al aumento en los precios de frutas y verduras (principalmente del jitomate, el aguacate, tomate verde, pepino y chile poblano); así como al incremento del precio del servicio telefónico local, de la tortilla de maíz, la cerveza y el huevo; es decir, de nuevo los incrementos en los precios se dan en el componente de alimentos, bebidas y tabaco; insumos necesarios para la sobrevivencia humana. Y como si no fuera ya suficiente, se enfatiza que estas estimaciones no toman en cuenta el impacto que la epidemia que afecta actualmente al país tendrá en la economía. Y es que no se requiere ser analista económico para darse cuenta de la difícil situación económica en la que estamos inmersos, pues la enfrentamos a diario al corroborar el bajo poder adquisitivo de nuestros salarios o bien al estar en la batalla de conseguir y/o mantener un empleo, y de esto da cuenta la reducción del 16 por ciento que muestra para el mes de abril el Índice de Confianza del Consumidor, indicador que generan conjuntamente el INEGI y el Banco de México para mostrar, con respecto al año anterior, la opinión de los mexicanos sobre la situación económica actual y esperada de sus hogares, la situación económica presente y futura del país, y de qué tan propicio es el momento actual para la adquisición de bienes de consumo duradero. Tomando en consideración la situación de crisis económica global y el entorno actual en el que está inmerso el país y los males que de antaño lo aquejan; difícilmente podemos confiar en que pronto estaremos ante un panorama que propicie la recuperación de la economía, que se vea reflejada no solo en el mejoramiento de los indicadores económicos sino también en el nivel de bienestar de la población. *Asistente del Programa de Maestría en Ciencias Sociales de El Colegio de Sonora, [email protected]