¿Qué es la Semana Santa resumen corto? La Semana Santa es la fiesta cristiana que recuerda los últimos momentos de Cristo en la Tierra: la pasión, la muerte y la resurrección; es decir, desde que llega a Jerusalén proclamado Salvador, hasta que es procesado, muerto y enterrado y resucita. ¿Qué es la Semana Santa? La Semana Santa o Semana Mayor es una de las celebraciones anuales populares más importantes de la cultura cristiana, que conmemora las distintas etapas de la Pasión de Jesucristo: desde su entrada a Jerusalén, hasta su viacrucis, muerte y resurrección. La Semana Santa es uno de los momentos anuales de mayor intensidad litúrgica y ritual del cristianismo. ×× En términos religiosos, la Semana Santa representa la última semana del mesías en la Tierra. Por eso, sus contenidos rituales van desde lo triunfal, hasta lo trágico y lo glorioso. Suele celebrarse en una fecha variable del año, entre marzo y abril, luego del Domingo de Ramos, y a partir del Miércoles de Ceniza, los días comienzan a ser “días santos”. De todos ellos, los más importantes son el llamado “Triduo Pascual” (del latín Triduum Paschale), que abarca desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Pascua (o Domingo Resurrección). La Semana Santa coincidía inicialmente con la Pascua judía, y sus criterios de celebración fueron más o menos los mismos de esta última. Por esa razón los cristianos consideran a Jesús de Nazaret como el “Cordero de Pascua”, cuyo sacrificio permitió la purga de los pecados de la humanidad. Asimismo, los primeros en celebrar la Semana Santa fueron los judíos seguidores de Cristo, es decir, los primeros cristianos, y posteriormente los propios romanos cristianizados, cuyos registros más antiguos al respecto datan del siglo IV. Sin embargo, a medida que el cristianismo se expandió a todas las regiones de Europa, el norte de África y Medio Oriente, sus ritos se hibridaron con muchas tradiciones paganas, como la celebración de la primavera. Es por eso que la Semana Santa contemporánea se celebra de maneras distintas en los distintos territorios cristianos del mundo, echando mano a diferentes maneras de representar y simbolizar el sufrimiento de Jesucristo durante el viacrucis, así como la gloria posterior de su resurrección. Usualmente, en los países cristianos, del Jueves Santo al Domingo de Resurrección suelen ser días feriados, no laborables. ¿Cuándo se celebra la Semana Santa? La celebración de la Semana Santa se da en fechas variables, entre el 22 de marzo y el 25 de abril, siempre antecedida por la cuaresma y enmarcada entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Pascua o de Resurrección. Existe una razón histórica para ello. Las primeras normas para la celebración de la “Pascua Cristiana” se definieron en el Primer Concilio de Nicea en el año 325, para dar solución a la confusión al respecto (el computus paschalis) que oponía las visiones de la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría. Así, se decidió que la Pascua cristiana se celebrara siempre un domingo, que no coincidiera con la judía, y que fuera una sola vez por año, dado que el año nuevo empezaba entonces en el equinoccio primaveral. Sin embargo, las discrepancias astronómicas continuaron entre las dos iglesias, que celebraban la Pascua con 4 días de diferencia. Así, hizo falta una nueva reforma del calendario ritual, que fue propuesta por el monje bizantino Dionisio el Exiguo (c. 465-550) en el año 525. Fue él quien creó, además, la denominación de Anno Domini (“Año del Señor”) que permitió al calendario gregoriano sustituir al juliano. Una vez convencida Roma de las bondades del modo alejandrino de calcular la fecha de la Pascua, se estableció que: La Pascua ha de celebrarse siempre un domingo. Dicho domingo debe ser el siguiente a la primera luna llena de la primavera boreal, de modo tal que no coincida con la Pascua judía. La luna Pascual debe tener lugar en el equinoccio de primavera del hemisferio norte, o inmediatamente después. Dicho equinoccio debe ocurrir entre el 20 y 21 de marzo. Jueves santo El Jueves Santo es el primer día del Triduo Pascual, es decir, de los días más importantes de la Semana Santa. Se celebra el jueves previo al Domingo de Pascua, cerrando el Ciclo cuaresmal. Este día la Iglesia católica conmemora la Eucaristía en la Última Cena de Jesucristo y sus apóstoles, así como el lavatorio de pies realizado por el mesías. Posteriormente, en la “hora santa” se conmemora la oración de Jesucristo en el huerto de los olivos, así como la traición de Judas y la captura de Jesús por parte de las autoridades romanas. Las celebraciones del Jueves Santo varían enormemente de país en país, pero suelen involucrar, además de las misas correspondientes, procesiones solemnes con gran presencia popular. EL SANEDRÍN REANUDA EL JUICIO POR LA MAÑANA JUDAS ISCARIOTE INTENTA AHORCARSE ENVÍAN A JESÚS ANTE PILATO La noche está a punto de acabar cuando Pedro niega a Jesús por tercera vez. Los miembros del Sanedrín ya han concluido el juicio ilegal y se han marchado. Después del amanecer del viernes, el tribunal se reúne de nuevo, probablemente para darle cierta apariencia de legalidad al juicio que celebraron la noche anterior fuera de la ley. Entonces, mandan traer de nuevo a Jesús. Una vez más, le ordenan: “Dinos si eres el Cristo”, a lo que él les responde: “Aunque se lo dijera, nunca lo creerían. Además, si yo les preguntara algo, ustedes no me responderían”. Sin embargo, se identifica con valor como el personaje de quien se había profetizado en Daniel 7:13, pues añade: “De aquí en adelante, el Hijo del Hombre estará sentado a la poderosa derecha de Dios” (Lucas 22:67-69; Mateo 26:63). Pero ellos insisten: “Entonces, ¿eres tú el Hijo de Dios?”. Y él les contesta: “Sí, ustedes mismos están diciendo que lo soy”. Parece que eso les da base para justificar la ejecución de Jesús por blasfemia. Así que concluyen: “¿Para qué necesitamos más testimonio?” (Lucas 22:70, 71; Marcos 14:64). A continuación, lo atan y se lo llevan al gobernador romano Poncio Pilato. Es posible que Judas haya visto a Jesús mientras se lo llevan a Pilato. Al enterarse de que han condenado al Maestro, siente algo de remordimiento y desesperación, pero, en vez de arrepentirse de verdad y buscar el perdón de Dios, se va a devolver las 30 monedas de plata. Les dice a los sacerdotes principales: “Pequé al traicionar sangre inocente”. Ellos le responden con crueldad: “¿Y a nosotros qué nos importa? ¡Eso es cosa tuya!” (Mateo 27:4). Judas arroja las 30 monedas de plata en el templo y, como si no bastara con todo lo que ha hecho, intenta acabar con su vida. Trata de ahorcarse, pero parece que la rama en la que ata la soga se parte, y su cuerpo cae a unas rocas que hay más abajo y se revienta (Hechos 1:17, 18). Los judíos llegan con Jesús al palacio de Poncio Pilato temprano por la mañana. Pero ellos se niegan a entrar, pues les parece que, si tienen contacto con los gentiles, se contaminarán y no podrán celebrar la comida del 15 de nisán. Ese es el primer día de la Fiesta de los Panes Sin Levadura, que se considera parte de la temporada de la Pascua. De modo que Pilato sale y les pregunta: “¿De qué acusan a este hombre?”. Ellos contestan: “Si este hombre no fuera un delincuente, no te lo habríamos entregado”. Quizás Pilato se da cuenta de que quieren presionarlo, así que les dice: “Llévenselo y júzguenlo ustedes según su ley”. Pero la respuesta que le dan revela que tienen intenciones asesinas: “A nosotros no se nos permite matar a nadie” (Juan 18:29-31). Lo cierto es que, si los judíos mataran a Jesús durante la fiesta de la Pascua, probablemente se armaría un revuelo entre el pueblo. Pero, si logran que sean los romanos quienes ejerzan su autoridad de ejecutarlo por una acusación política, será más fácil para ellos librarse de responsabilidad ante la gente por la muerte de Jesús. Los líderes religiosos no le dicen a Pilato que ellos ya han condenado a Jesús por blasfemia. Más bien, se inventan otros cargos: “Encontramos a este hombre [1] alborotando a nuestra nación, [2] prohibiendo pagar impuestos a César y [3] diciendo que él mismo es Cristo, un rey” (Lucas 23:2). Como representante de Roma, a Pilato le preocupa la acusación de que Jesús haya afirmado ser un rey. De manera que entra de nuevo al palacio, ordena que se lo traigan, y le pregunta: “¿Eres tú el rey de los judíos?”. Es como si le preguntara: “¿Has violado la ley imperial al declararte un rey rival de César?”. Ahora Jesús, quizás con la intención de averiguar qué le han contado a Pilato sobre él, le dice: “¿Salió de ti hacer esa pregunta, o es que otros te han hablado de mí?” (Juan 18:33, 34). Pilato da a entender que no conoce los hechos del caso, pero que desea saberlos, al preguntar: “¿Acaso soy yo judío? Tu propia nación y los sacerdotes principales te entregaron a mí. ¿Qué fue lo que hiciste?” (Juan 18:35). Jesús no intenta evitar la cuestión más importante, a saber, si él es rey o no. Al contrario, contesta de una manera que sin duda deja sorprendido al gobernador Pilato.