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3d. Bonet. texto PINE DEL ESTRÉS, LA ANSIEDAD, CAP. LIBRO MOGUILEVSKY

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PSICONEUROENDOCRINOLOGÍA DEL ESTRÉS, LA ANSIEDAD,
Y LA DEPRESIÓN.
Resumen
Estudios clínicos y preclínicos han encontrado evidencia substancial que
alteraciones en las hormonas del sistema de estrés
juega un rol importante,
causal en el desarrollo de patologías vinculadas con el estrés como ansiedad y
depresión. Presentamos un resumen de estudios y datos que sustentan los
efectos conductuales del CRF, y la hipótesis que el estrés, la ansiedad y la
depresión se asocian con un funcionamiento defectuoso en la función del receptor
a corticosteroides. Esto lleva a una producción excesiva de CRF produciendo
numerosos signos y síntomas característicos de esos estados clínicos. Los
estudios referidos también sostienen la idea
que las drogas Antidepresivas
ejercen su efecto produciendo una mejoría sustancial en la función del receptor de
corticoides, y por lo tanto regulando el sistema HPA.
INTRODUCCIÓN
El sistema neuroendócrino provee un vínculo vital entre el cerebro, el
psiquismo, la conducta, órganos periféricos y células. A través de un sistema de
señales que comunican órganos especializados responsables del control de la
reproducción, del crecimiento, del metabolismo, por ejemplo, el cerebro es capaz
de orquestar y promover la adaptación.
Del mismo modo, considerable evidencia comprueba que el sistema
inmune, el SNC y el Sistema Endócrino constituyen los tres grandes sistemas de
información bidireccional que emplean los mismos de mensajeros. Este
descubrimiento
ha
dado
lugar
a
lo
que
se
conoce
como
Psiconeuroinmunoendocrinología, palabra larga y difícil, pero que básicamente
quiere decir que los sistemas corporales funcionan de una manera interactiva,
interegulados, y que forman una red funcional que esta al servicio de la adaptación
y la supervivencia; mecanismos psiconeuroregulatorios, a través de señales
comunes, son la clave de una adaptación exitosa.
Investigación reciente ha mostrado que
las alteraciones endócrinas en
pacientes psiquiátricos, especialmente en aquellos con Trastornos de Ansiedad y
Depresión, pueden estar causalmente vinculados con el trastorno psiquiátrico.
Consecuentemente con esto, han surgido nuevas hipótesis: circuitos neuronales
que regulan la función neuroendócrina son blancos potenciales para drogas
psicotrópicas, y que las alteraciones en la regulación neuroendócrina podría ser un
vínculo causal y un elemento clave en la fisiopatogénia de aquellos trastornos.
Durante la pasada década, diferentes grupos de investigación formularon la
hipótesis que relaciona la desregulación de las hormonas de estrés con la
causalidad de la depresión. En la ansiedad y la depresión la respuesta normal al
estrés parece escalar a un estado patológico el cual no responde a mecanismos
de contraregulación. Ello resulta en un estado sostenido de lo que debería ser un
fenómeno transitorio: la hiperactividad del eje Hipatalamo-Pituitario-Adrenal (HPA),
la consecuente hiperactividad del Sistema Nervioso Autónomo (SNA), y estados
psicológicos acompañantes como ansiedad, miedo, desamparo, depresión.
Durante el proceso de feedback fisiológico normal, los glucocorticoides
(GC) se ligan con el receptor citoplasmático para corticoides a nivel hipocámpico,
hipotalámico, y pituitario, lo cual genera cambios en la conformación y activación,
y transloca el núcleo de la célula para alterar el nivel de expresión genética. La
capacidad de este receptor para apagar la respuesta del eje HPA es crítica en el
proceso de adaptación del organismo frente al estrés. De esto se deduce que los
corticoides frenan la actividad HPA a través de la activación del receptor para
corticoides (rCR).
Teniendo en cuenta que los GC se encuentra aumentados en la mayoría de
pacientes con depresión, la actividad HPA y del CRF (“Corticotropin Releasing
Factor” o factor liberador de corticotropina) se debería encontrar frenada, pero a la
inversa de lo esperable, existe un incremento en la liberación y producción de
CRF. Esto sugiere que en la depresión existe una “rCR resistencia”, es decir, una
señal del receptor corticoideo “disminuida” o menos eficaz.
Con estas evidencias se construyó el “Modelo o hipótesis del receptor de
corticoides de la depresión”, que considera que el mecanismo primario en la
patogénesis de la depresión, es un defecto en la señal del receptor de corticoides,
que resultará en una liberación elevada de CRF, que produce no solo
hiperactividad HPA, si no síntomas y signos de depresión,
incremento de la
ansiedad y disminución de la líbido, del apetito, y del sueño.
Dicho de otro modo, la hipótesis CRF de la depresión, implica que la señal
intracelular de los corticoides adrenales esta disminuida o alterada en áreas
específicas del cerebro, lo que genera cambios en la actividad genética, y en la
producción de neurotransmisores involucrados causalmente en la depresión.
Particularmente en la interacción de los receptores a corticoides (rCR) y su efecto
sobre el CRF. Este último, es un neuropéptido clave en la patogénesis de la
depresión y otros trastornos vinculados con el estrés.
RESPUESTA DE ESTRÉS Y SU RELACIÓN CON LA ANSIEDAD Y
LA DEPRESIÓN.
Existen muchas similitudes entre las manifestaciones clínicas
y
neurobiológicas del estrés, la ansiedad, y la depresión mayor, tanto que
muchos autores consideran que podría tratarse de una secuencia clínica
sucesiva y creciente. La respuesta frente a un estímulo estresante agudo se
caracteriza por el incremento de la vigilancia y el alerta, disminución del apetito,
de la sexualidad, inmunosupresión, aumento de la presión sanguinea, la
frecuencia cardiorespiratoria, y un incremento de la energía almacenada. En la
depresión, el alerta deviene en agitación y ansiedad; la vigilancia en
hipervigilancia e insomnio; y la disminución del apetito, en anorexia y pérdida
de peso. La depresión parece una respuesta aguda de estrés que no responde
a su contraregulación habitual, que escapa a su “freno” habitual resultando en
una respuesta “no frenada”. (Fig Nº 1)
Evidencias recientes que provienen de investigaciones en animales y en
investigaciones tanto epidemiológicas como clínicas en humanos, sostienen la
hipótesis que eventos adversos o traumáticos en momentos tempranos de la
vida, como la separación de la madre, abuso fisico o mental, pérdida de seres
queridos y otros, producen alteraciones en el sistema neuronal, sobre todo del
CRF. Esto luego resultará en adultos con una respuesta de estrés hiperreactiva
y, por lo tanto, una tendencia a la ansiedad y la depresión. El vínculo biológico
entre eventos traumáticos tempranos y la vulnerabilidad a la ansiedad y la
depresión puede ser la hiperactividad del sistema neuronal del CRF y
consecuentemente, hiperactividad simpático-adrenal. (Fig Nº 2)
PSICONEUROENDOCRINOLOGÍA DEL SISTEMA CRF/HPA
El
CRF
es
un
péptido
de
41
aminoácidos,
sintetizado
por
neuronas
neurosecretorias del núcleo paraventricular del hipotálamo, por neuronas de diversas
áreas de la corteza y el tronco cerebral no asociadas con la función neuroendócrina, y
otros tejidos periféricos. Este polifuncional neuropéptido es el regulador primario del eje
HPA, participa en la respuesta simpático-adrenomedular inducida por el estrés, funciona
como neuromodulador en sitios extra-hipotalámicos, modula el Sistema Inmune, y
participa en respuestas conductuales. (Fig Nº 3)
Una vez sintetizado es transportado a la eminencia media donde es almacenado y
liberado al sistema porta- hipofisario. Actúa en los receptores del corticotropo en el lóbulo
anterior de la hipófisis para iniciar la síntesis de Pro-opiomelanocortina (POMC), molécula
que luego es procesada en ACTH y B-endorfina. Sub-poblaciones de neuronas CRF
también contienen los neuropéptidos vasopresina (AVP) y oxitocina, que participan en la
síntesis y liberación de ACTH, en menor grado, pero actuando sinérgicamente con el
CRF. La ACTH actúa estimulando las células adrenocorticales para liberar corticoides que
son los principales efectores del metabolismo energético, y mediadores en la función antiinflamatoria para suprimir la respuesta inmune y evitar el "sobredisparo" del mismo.
Finalmente, los corticoides hacen "feed-back" negativo en los receptores para
corticoides en la hipófisis, hipotálamo, hipocampo, e inhiben la secreción de CRF y ACTH.
Hay otros mecanismos que inhiben esta secreción como el péptido Atrial Natriurético, que
ha sido localizado en diferentes lugares del neuroeje, y que también inhiben la liberación
de ACTH.
El incremento en plasma de ACTH y Glucocorticoides luego de la activación del eje
HPA ante un estresor físico o psicológico, se debe de la liberación de CRF. Aunque
menos importante, también se debe considerar el papel de otros péptidos como la AVP y
oxitocina en esta acción.
Durante la respuesta de estrés, el CRF también tiene otros efectos muy relevantes.
El Locus Coeruleus (LC), núcleo del cerebro que es el principal acúmulo de neuronas
noradrenérgicas, recibe proyecciones de la amígdala y envía proyecciones hacia el
hipotálamo, por lo tanto esta íntimamente vinculado a la respuesta del Sistema Nervioso
Autónomo. En el se encuentran incrementados tanto el CRF como receptores para el
CRF, y la estimulación del LC produce la liberación central de catecolaminas por estímulo
de los receptores CRF. Causa primero una activación central, y
luego en el SNA
periférico con liberación de NA desde la médula adrenal y otros sitios, incluyendo la
inervación directa NA de órganos del SI.
La hiperactividad autonómica se traduce en las
modificaciones corporales que
vemos en la ansiedad y el pánico, y también sobre el sistema inmune.
Otra acción
adicional del CRF sobre el sistema inmune, es el efecto inhibitorio sobre la liberación de la
Hormona de Crecimiento (GH) y la Prolactina, que tienen una acción estimulante del SI.
Aunque estas pueden verse incrementadas temprana e intensamente en algunas formas
de estrés, generalmente mas tarde decaen. Entonces el CRF tiene un efecto directo
inmunosupresivo por vía de los esteroides adrenales, e indirecto al inhibir los efectos
inmunoactivantes de la GH y la Prolactina.
No obstante, el CRF se encuentra regulado de diferente manera según la región
cerebral de que se trate (Fig. Nº 4). En el núcleo paraventricular del hipotálamo, los
glucocorticoides activan el receptor para corticoides (rCR) y suprimen la producción de
CRF, mientras que en otras áreas del cerebro como la amígdala central, los
glucocorticoides incrementan la producción de CRF. Ese incremento, feedback positivo de
síntesis y secreción de CRF,
tiene como objetivo la adaptación exitosa, puesto que
mantiene al organismo capaz de responder ante estímulos agudos, aún en estado de
estrés crónico. El CRF elevado en la amígdala, es necesario para desplegar una
respuesta emocional apropiada, particularmente si la exposición ante el estímulo
estresante se mantiene.
El hallazgo del CRF incrementado en lugares extrahipotalámicos, como el núcleo
central de la amígdala y núcleos adyacentes (“amígdala extendida”)
tiene una
participación fundamental en la generación de la ansiedad y el miedo. Estos datos
sugieren la participación de vías corticolímbicas en el incremento de la sensibilidad del eje
HPA y en este tipo de respuesta exagerada, sobre todo frente a estímulos psicológicos.
EVIDENCIAS DE LA HIPERACTIVIDAD HPA/CRF EN LA DEPRESIÓN
La evidencia de la hiperactividad HPA deriva de observaciones realizadas en
pacientes depresivos (figura N°5). Tanto las glándulas adrenales como la pituitaria se
encuentran aumentadas de tamaño, y este incremento del volumen puede demostrarse
radiologicamente. Investigaciones en animales proveen evidencia que el estímulo crónico
de las glándulas adrenales con ACTH resulta en un incremento del volumen de las
mismas y en un estudio reciente, la infusión intracerebroventricular de CRF induce la
hiperplasia adrenal.
En la mayoría de los pacientes depresivos el nivel plasmático de ACTH y cortisol
se encuentra incrementado. Esto se refleja en la tasa elevada de producción de cortisol
libre urinario y el nivel de CRF elevado en líquido cefaloraquídeo (LCR). Las neuronas
productoras de CRF en áreas límbicas cerebrales se encuentran incrementadas. El
péptido Arginina-Vasopresina (AVP) y el número de células secretoras de AVP, que se
co-libera y tiene un efecto sinérgico con el CRF, se encuentran incrementados. Los sitios
de ligadura del CRF en la corteza frontal se encuentran reducidos, tal vez secundario a un
incremento en la concentración del CRF, hallazgo realizado también en pacientes
depresivos suicidas. Los sitios de ligadura para GC en células sanguíneas periféricas se
encuentran disminuidos.
La prueba de la Dexametasona, muestra que una alta proporción de pacientes con
Trastorno depresivo, es “no supresor”. Estos pacientes escapan al efecto supresor de la
dexametasona, corticoide exógeno que en personas normales produce supresión del eje.
Una muestra seriada de DST vinculada con el tratamiento ATD, revela que la
normalización de la hiperactividad del eje HPA, es una condición necesaria para la
remisión clínica. Si el cortisol plasmático permanece incrementado todo el tiempo, es
probable esperar una respuesta clínica pobre, o un pronóstico poco favorable. (Fig. 6)
Actualmente se considera que la prueba neuroendócrina más sensible para
detectar la hiperactividad y desregulación del eje HPA/CRF, es la que combina la prueba
de la Dexametasona con el test de Estimulación del CRF (DEX / CRF). En esta prueba
los pacientes depresivos pretratados con Dexametasona, reciben al otro día una dosis de
CRF, y se mide la ACTH y el cortisol. Encontramos que el monto de ACTH y Cortisol
liberado es mucho mayor en pacientes depresivos que en normales. En los pacientes
depresivos la respuesta de ACTH y cortisol producida por el CRF sin Dexametasona es
“aplanada”, cuando se inyecta Dexametasona + CRF se produce el efecto opuesto,
aumentando paradójicamente la liberación de ACTH y Cortisol.
Esta prueba es útil para predecir el resultado a mediano plazo, es decir, que
pacientes responderán favorablemente a los ATD. Aquellos que continúan con el cortisol
elevado tienen mayor índice de recaídas. Entonces, es una prueba particularmente útil
para diferenciar a aquellos pacientes en los cuales las anormalidades neuroendócrinas
persisten, por lo tanto estimar y prevenir el riesgo de recaídas, el mayor grado de
resistencia, y entonces, plantear estrategias terapéuticas adecuadas.
El monitoreo repetido de la actividad del eje HPA y la severidad de síntomas
depresivos durante el tratamiento con ATD revela que la hiperactividad que se evidencia
durante la fase sintomática, disminuye gradualmente y que este efecto precede a la
recuperación clínica completa, lo que sugiere que la normalización de las hormonas de
estrés es pre-requisito para conseguir la recuperación. Este vínculo causal entre signos
neuroendócrinos y síntomas psicopatológicos se encuentra sostenido por dos recientes
observaciones: 1) Pacientes que no responden al tratamiento antidepresivo continúan
con la disregulación del eje HPA y 2) pacientes que están en remisión completa pero que
todavía presentan disregulación del eje HPA tienen un riesgo mayor de recaída dentro de
los 6 meses que los pacientes que están en remisión tanto psicopatológica como
neuroendócrina. De tal manera que evaluando la actividad HPA se podría predecir el
curso del síndrome depresivo. (Fig Nº 6)
Otras alteraciones que encontramos en pacientes con estrés crónico y Depresión
es a nivel del hipocampo. Diferentes estudios encuentran una disminución significativa del
volumen hipocámpico en personas con depresión recurrente. La hipercortisolemia
sostenida, como se ve en la mayoría de los cuadros depresivos y el estrés crónico,
contribuye al desarrollo de atrofia hipocámpica vinculada con el efecto neurotóxico del
cortisol. Mas aún, existe una correlación entre la duración de los episodios depresivos y
la extensión de la atrofia. Un rol importante del hipocampo es inhibir la actividad CRF del
hipotálamo, por lo tanto la alteración del hipocampo llevaría a una mayor deshinibición de
la secreción CRF, y esto producir un incremento en la secreción de cortisol, lo que a su
vez generaría mayor hipercortisolemia, con mayor daño tóxico en el hipocampo y mayor
atrofia.
PARTICIPACIÓN DE LOS RECEPTORES HIPOCÁMPICOS REGULACIÓN DEL
EJE HPA
Encontramos dos tipos de receptor a corticoides (rCR): los receptores de
glucocorticoides
(GR),
(también
llamados
tipo
II)
y
los
receptores
de
mineralocorticoides (MR) (tipo I). Los GR, si bién están presentes en casi todas las
áreas cerebrales, son más abundantes en el hipotalámo, lugar en donde suprimen
la actividad del gen para CRH y AVP (fig N° 7). En cambio, la mayoría de MR se
encuentran en el hipocampo, en donde se co-expresan con los GR en muchas,
pero no en todas las neuronas. Aquí, los MR no son selectivos para los
mineralocorticoides como la aldosterona,
sino que también se ligan
con
glucocorticoides como la corticosterona en ratas o el cortisol en primates.
Estos, los MR tienen alrededor de diez veces más afinidad por los
glucocorticoides que por los GR. Esta mayor afinidad produce que con niveles
basales de secreción de corticoides, los MR, se encuentren completamente
ocupados (Fig N° 7). En cambio, los GR hipocámpicos, solamente se ocupan
cuando se incrementa el nivel de secreción de corticoides, situación que acontece,
por ejemplo, durante el estrés o durante el pico circadiano del ritmo de secreción
de corticoides. La coexistencia de MR activados ante bajos niveles de
concentración de corticoides y GR activados ante altas concentraciones de
corticoides, lleva al cerebro a responder con diferentes respuestas ante el amplio
y extremadamente diverso margen de concentraciones como las que son
secretados los corticoides.
A bajas concentraciones, (fig. N°7), el cortisol mantiene la excitabilidad
neuronal, que es un efecto predominantemente MR. Mientras que en altas
concentraciones se produce el efecto opuesto, debido al incremento de la
activación GR. Bajo condiciones basales, la mayoría de los MR se encuentra
ocupado, y solamente una pequeña fracción de GR se encuentra ocupada; la
entrada de calcio en neuronas hipocámpicas es pequeña, lo que resulta en una
tasa de descarga o “firing” estable, lo que podría considerarse como un rol
“proactivo” de
los corticoides para mantener la homeostasis (Fig Nº8). Bajo
situaciones de estrés, se activan la mayoría de los GR, lo que se asocia con un
incremento en el flujo de Ca++, y las neuronas se encuentran mas excitables ante
diversos estímulos como, por ejemplo, la serotonina. Esta última condición podría
considerarse como el rol “reactivo” de los corticoides , y sería el modo mediante el
cual intentan proteger a las neuronas reinstalando la homeostasis. La proporción
de la activación MR y GR es lo que determina no solo el efecto de los corticoides
sobre las neuronas del hipocampo, sino también sobre sus proyecciones, como
sobre la amígdala. ( fig N°9)
BALANCE MR/GR Y MODULACIÓN EJE HPA
Es posible comprobar que la interacción entre los MR/GR tiene un rol
importante en la regulación del eje HPA. Estudios realizados en animales de
laboratorio demostraron que usando moléculas antagonistas MR o anticuerpos
anti-MR bajo condiciones de estrés, resultaban en una actividad exagerada del eje
HPA, lo que denota que los MR tienen un tono inhibitorio sobre el eje HPA. (Fig Nº
9) Cuando se inyectan antagonistas GR en condiciones basales, no tiene efecto,
debido a la baja ocupación y por lo tanto baja actividad GR. Ahora, estos
antagonistas administrados directamente en el hipocampo cuando el nivel de
corticoides comienza a incrementarse, disminuye significativamente la actividad
HPA, el nivel de ACTH y Corticosterona. Esto indica que a nivel hipocámpico,
cuando los corticoides elevados activan
los GR, tienen un efecto excitatorio,
opuesto al inhibitorio de los MR. En resumen, los MR hipocámpicos tienen un
efecto inhibitorio sobre el sistema HPA. (Fig Nº 10)
Por otro lado, a nivel hipotalámico, la activación de los receptores GR
tienen un efecto inhibitorio sobre la actividad del sistema HPA, de modo tal que los
antagonistas-GR en hipotalámo generan una hiperactividad HPA. Si el balance
MR/GR se encuentra intacto, la capacidad de los GR hipotalámicos y Pituitarios es
suficiente para mantener un feedback adecuado (freno) sobre las neuronas CRH y
células corticotropas. Pero si el balance MR/GR se altera, la actividad
HPA
generada normalmente por el estrés, gradualmente va cambiando hacia un
“setpoint”
o punto de equilibrio mas alto, resultando en una hiperactividad
contínua, la cual se acompaña de los efectos conductuales debidos a la
desinhibición del CRF y las otras secuelas producto del disbalance MR/GR.
(Nº10).
Entender el funcionamiento de los receptores hipocámpicos es importante
no solo para comprender las alteraciones neuroendócrinas en la depresión, sino
por que participan en la acción de las drogas antidepresivas (ATD) utilizadas en el
tratamiento de la depresión y de la ansiedad. Congruentes con evidencias desde
estudios en animales y humanos, diferentes clases de ATD han mostrado la
capacidad de reducir la actividad central del CRF.
síntomas
como
las
alteraciones
biológicas
Tanto
aparecen
la remisión de los
asociados
con
la
normalización de la actividad central del CRF. Por lo tanto se postuló que la
reducción de la actividad CRF en el SNC aparece como una de las vías finales
comunes de la acción de diferentes ATD. El efecto inmediato de la mayoría de los
ATD es un incremento de los neurotransmisores en el espacio sináptico, tanto la
serotonina como la noradrenalina o ambos. Con la administración continua
ocurren numerosos cambios adaptativos, fundamentalmente, una
síntesis y
liberación disminuída de CRF. La acción de los ATD sobre el eje HPA sería a
través de mejorar la función de los receptores para glucocorticoides y suprimir la
activación del gen del CRF.
La mejoría en la capacidad de los receptores la capacidad de los
receptores corticoideos por ATD, se encontró que el primer cambio se produjo en
los MR. Luego de una semana de tratamiento se incrementa la capacidad
inhibitoria de los MR sobre la actividad del eje HPA. Este incremento de la
capacidad MR podría ser el primer paso, necesario, para la inhibición de las
neuronas CRF hipotalámicas. Este efecto inicial sobre los MR continua con un
incremento en la capacidad GR. Esta “up-regulation” MR producida por los ATD y
la subsecuente disminución de la hiperactividad HPA en pacientes deprimidos
enfatiza en la importancia de mantener una función adecuada de los MR. (Fig Nº
10)
CONCLUSIÓN
Existen claras evidencias que en el trastorno depresivo se producen
diferentes cambios neuroendócrinos, uno de los cuales, es una tendencia a la
hiperactividad del eje HPA e hiperproducción del CRF. Esta hiperactividad se la
puede vincular con la pérdida de la eficiencia de los receptores para los
corticoides o “GR- resistencia”, con lo que se altera el feedback inhibitiorio, y por
lo tanto se pierde el freno en la biosíntesis y liberación de CRF.
Aunque el mecanismo que produce lo anterior no esté totalmente
dilucidado, sabemos que existen factores genéticos y ambientales que interactúan
para inducir cambios en los receptores para corticoides, modificando su capacidad
y su función. Cuando esto sucede y se pierde el balance entre los MR y los GR, el
individuo tiene un déficit en la capacidad para mantener la homeostasis frente a
los desafíos, por ejemplo, ante las experiencias adversas de la vida. Esto lleva a
una alteración en la adaptación conductual y en la regulación neuroendócrina,
que genera un estado de vulnerabilidad al estrés y la depresión. La respuesta
normal al estrés parece escalar a un estado patológico que no responde a
mecanismos contraregulatorios; lo que debería ser un fenómeno transitorio resulta
en un estado sostenido, y puede devenir en un trastorno psiquiátrico.
Las drogas Antidepresivas, utilizadas en el tratamiento de la Ansiedad y
la depresión, disminuyen la actividad exagerada del eje HPA, efecto que se
produce después de un tiempo prolongado de administración. Uno de los pasos
iniciales es mejorar la función de los MR, y de esta manera, mejorar la señal
del CR, situación que contribuye a disminuir la hiperactividad HPA y la
hiperproducción de CRF.
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,
SÍNTOMATOLOGÍA SIMILAR
Estrés Agudo
Depresión
• Activación adaptativa.
• Hiperactividad disfórica y
ansiedad
• Incremento del alerta.
• Hipervigilancia.
• Incremento de la cogni
ción, la memoria y la
atención.
• Disminución moderada
del crecimiento y la
reproducción.
• Focalización en ideas
depresivas que alteran la
capacidad de recordar,
aprender y resolver
problemas.
• Anorexia, hipogonadismo
hipotalámico y
disminución de la líbido.
Fig Nº 1
Semejanza clínica entre los síntomas del estrés y la depresión. La depresión parece una
respuesta aguda de estrés que no responde a su contraregulación habitual, que escapa a
su “freno”.
VULNERABILIDAD GENÉTICA
EXPERIENCIAS TRAUMÁTICAS
TEMPRANAS
DESARROLLO
ATD- BZD
VULNERABILIDAD:
TRAUMAS,
ESTRÉS DIARIO,
EVENTOS VITALES
PSICOTERAPIA
EDUCACIÓN
CRF
CAMBIOS CONDUCTUALES:
CAMBIOS NEUROBIOLÓGICOS:
ANSIEDAD Y DEPRESIÓN.
HIPERACTIVIDAD EJE HPA, SNA
Figura Nº 2 : Esquema de la fisiopatología de una respuecta de estrés hiperreactiva,
con incremento del CRF, y generación de vulnerabilidad a la depresión. (Modificado
de Nemeroff 1999 )
SIGNOS Y SÍNTOMAS MEDIADOS POR
EL CRH
Gluconeogénesis ↑
Lipólisis ↑
Proteólisis ↑
Insulinoresistencia ↑
PA ↑
FC ↑
Glucosa ↑
GC
Adrenal
LC
SNA
Sistema Inmune ↑↓
HG ↓
PROL ↓
Fig Nº 3
CRF
Libido ↓
Sueño de onda lenta ↓
Apetito ↓
Ansiedad ↑
Síntomas psicomotores↑
SNC
↑ sobresalto acústico
“freezing”
↓ interacción social
Signos y Síntomas mediados por el CRF, a través del Sistema Nervioso Central,
Glándulas Adrenales, Sistema Nervioso Autónomo y Locus Coeruleus. Estos mismos
síntomas componen la sintomatología clínica del estrés y la depresión.
REGULACIÓN CRF SEGÚN LA ZONA
CEREBRAL
• NÚCLEO PARAVENTRICULAR DEL HIPOTALÁMO
- La activaciòn del receptor GR suprime la síntesis
y liberación de CRF y AVP / POMC y ACTH
• NÚCLEO CENTRAL DE LA AMIGDALA
- La activación del GR “up-regula” la síntesis y
liberación de CRF. Rol adaptativo.
- El incremento del CRF amigdalino inducido por
estrés despliega una respuesta emocional
adaptativa.
Fig Nº 4
El CRF se encuentra regulado de manera diferente según la región de que se trate, por lo
tanto produce distintos efectos.
HIPERACTIVIDAD DEL EJE HPA
• Tamaño Glándulas Adrenales
↑
• Nivel plasmático ACTH y Cortisol
↑
• Cortisol libre urinario
↑
• Nivel CRF LCR
↑
• Neuronas CRF cerebrales
↑
• Neuronas AVP cerebrales
↑
• Supresión del cortisol por la Dex
↓
• Ligandos GR en CSPP
↓
• Respuesta ACTH ante CRF
↓
• Respuesta Cortisol ante CRF
→
• Respuesta ACTH ante DEX/CRF
↑
• Volumen del Hipocampo.
↓
• Sitios de ligadura CRF (corteza frontal
↓
en suicidas con Depresión Mayor).
Fig Nº 5
Evidencia de la hiperactividad HPA deriva de observaciones realizadas en pacientes
depresivos. LCR: Líquido cefaloraquídeo. AVP: Péptido arginina- vasopresina CSPP:
Celulas sanguíneas polimorfonucleares periféricas. Dex/CRF: Dexametasona ante desafío
con CRF
PREDICCIÓN DEL CURSO DE LA DEPRESIÓN
POR EL EJE HPA
HPA ↑
Remisión Recup. HPA↑
Remisión
Recurrencia
Progresión
de la
enfermedad
Recaída
Recaída
Síntomas
clínicos
HPA↓
HPA ↑
HPA ↓
HPA ↑
Fig Nº 6
El monitoreo repetido de la actividad del eje HPA y la severidad de síntomas
depresivos durante el tratamiento con ATD. Predice el curso y el pronóstico del Trastorno
Depresivo. (Modificado de Holsboer, 1999, Nº 7)
TIPOS DE RECEPTORES
MR
– Se encuentran
predominantemente en
hipocampo.
– Los corticoides tienen
10 veces mas afinidad
que por los GR.
– En condiciones basales
se encuentran totalmente
ocupados .
MR/GR
Reposo
Fig Nº 7
GR
– Se encuentra en todas las
áreas cerebrales,
predominan en hipotálamo
– Cuando los niveles de
corticoides suben como en el
estrés o el ritmo circadiano,
se ocupan “full” los GR.
MR/GR
Estrés Crónico
Características mas importantes de los diferentes receptores hipotalámicos e hipocámpicos
de corticoides. Grado de ocupación y balance según el nivel de corticoides.
ACTIVACIÓN DE RECEPTORES
MR
GR
Modo “Proactivo”
• “Firing” neuronal estable
• Mantiene la homeostasis
Modo “Reactivo”
•
Aumenta el flujo de Ca++
neuronal.
• Facilita las respuestas (ante
la serotonina por eje).
La proporción de activación MR/GR es lo que determina
el efecto de los corticoides no solo en el hipocampo,
sino en la zonas de proyección..
Fig Nº 8
Modo de activación de los receptores
REGULACIÓN ACTIVIDAD HPA POR
EL BALANCE MR/GR
• MR:
1) Tono inhibitorio sobre el sistema HPA, alterado por la activación de
los GR hipocámpicos.
2) Antagonistas MR o Anticuerpos MR: Hiperactividad HPA.
3) Antagonistas GR hipotalámicos: Hiperactividad HPA.
• Balance MR/GR adecuado:
GR hipotalámicos y pituitarios mantienen el “feedback” inhibitorio
adecuado sobre las neuronas CRF.
• Balance MR/GR inadecuado:
Señal deficiente que despliega una actividad HPA que gradualmente
cambia hacia un “setpoint” mas alto, y resultará en una hiperactividad
HPA continua.
Fig Nº 9
Regulación actividad HPA por el balance MR/GR
DISFUNCIÓN rCR/ HIPERACTIVIDAD
CRF/ HPA
ATD: ↓ el nivel basal y el inducido por el estrés de ACTH
y Cort
Primer paso: ↑ MR efecto inhibitorio sobre HPA- “upregulation” y posterior inhibición neuronas CRF.
Segundo paso: ↑ capacidad GR hipotalámicos.
La “up-regulation” MR inducida por ATD y la ↓ de la act HPA muestra la
importancia de una función MR apropiada.
Fig Nº 10
La función rCR inadecuada y su relación con las drogas ATD . La “up-regulation” MR
primer paso necesario, para la inhibición de las neuronas CRF hipotalámicas
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