LECCIONES DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO TEMA 1 INTRODUCCIÓN AL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO 1.-Las relaciones privadas en un mundo globalizado. 1.1. En la actualidad vivimos en un mundo globalizado tal y como nos ha demostrado la pandemia ocasionada por el Covid 19 que se originó en China y, en un tiempo record, se ha expandido por toda la geografía mundial. El incremento de la interacción entre personas que residen en diferentes países, por ejemplo, provocan que determinados asuntos que se encuentran localizados en la esfera privada de los individuos no se circunscriban a un solo ordenamiento, sino que están conectadas con dos o más ordenamientos. Los asuntos entre personas privadas (o personas públicas que actúan privadamente) que están afectados por un elemento extranjero pueden ser situaciones “conflictivas”, es decir, que se ventilen en un procedimiento judicial, o bien, situaciones “pacíficas” que se encuentren afectadas por este elemento foráneo. Un ejemplo de la primera podría ser un procedimiento judicial por incumplimiento contractual ante los tribunales españoles, en el que una empresa con sede en España demanda a una empresa con sede en Francia. Un ejemplo de situación internacional “pacífica” lo encontraríamos en un menor, hijo de alemanes, que ha nacido en España y cuyo nacimiento se registra en el Registro español aplicando la ley alemana a su nombre y apellido. 1.2. Si se trata de situaciones “conflictivas”, las más habituales, que dan lugar a que se inicie un procedimiento judicial entre las partes, éstas tienen una serie de especialidades con respecto a un procedimiento puramente interno. Así, ante la interposición de una demanda, el juez, previamente a comprobar su competencia territorial, debe determinar si todos los tribunales españoles en su conjunto tienen competencia judicial internacional. Las especialidades de estos procedimientos continúan con la determinación de la ley aplicable al fondo del asunto, puesto que el juez competente no siempre podrá aplicar la ley española, sino que, en ocasiones, tendrá que aplicar imperativamente una ley extranjera. Ello si el procedimiento se tramitó en España, porque si se tramitó en un país extranjero, y ahí se dictó una resolución susceptible de desplegar sus efectos, tendrá que cumplir los requisitos de validez necesarios en cada caso antes de poderlo hacer. 2.-Objeto del Derecho internacional privado. 2.1. Habida cuenta del párrafo anterior el objeto del derecho internacional privado son las relaciones privadas internacionales, es decir, las relaciones que se establecen entre personas privadas o que actúan privadamente en las que existe un elemento extranjero. Analizando los términos de la definición tendríamos que, en primer lugar, se trata de relaciones privadas, es decir, contratos, obligaciones extracontractuales, matrimonios, divorcios, reclamaciones de alimentos, derechos reales…etc. Ejemplos de estas relaciones serían: una compraventa de naranjas entre una empresa francesa y una empresa española; un matrimonio entre una nacional española y un nacional francés; un accidente de coche en Suiza provocado por 1 un residente en España conduciendo su vehículo matriculado en España; una reclamación de alimentos de un acreedor residente en España al deudor residente en Francia, etc. Es decir, todas las materias que entran dentro de la categoría: “derecho civil y mercantil”. Igualmente se considera que son objeto del Derecho internacional privado los contratos individuales de trabajo, y ello a pesar de que en España la materia laboral es una materia separada de las dos anteriores. 2.2 En segundo lugar, se trata de este tipo de relaciones establecidas entre personas privadas o que actúan privadamente. En este caso las relaciones son entre personas físicas o personas jurídicas y, en ocasiones entre personas (físicas y jurídicas) y personas publicas que no actúan como tales, es decir, en virtud del iure imperium, sino que actúan como particulares en virtud del denominado iure gestionis. Ejemplo de contratan determinadas entidades públicas entran dentro del objeto del Derecho internacional privado. (Sentencia de la AP de Madrid de 27 de septiembre de 1993) Doña María Paz (…) demanda ante los Juzgados de Madrid (tribunales españoles) a la Embajada de Dinamarca sobre el desalojo de un piso de su propiedad arrendado por la Embajada al haber expirado el plazo pactado en el contrato sin que la Embajada lo hubiese hecho. La Embajada excepciona inmunidad de jurisdicción para evitar ser enjuiciada ante los tribunales españoles indicando que es una entidad de Derecho Público. El Juzgado de Primera Instancia estima la excepción. La propietaria recurre ante la Audiencia Provincial. En los FUNDAMENTOS DE DERECHO de la resolución se examina si la demandada, la Embajada de Dinamarca, tiene inmunidad de jurisdicción en este caso y tienen el derecho de no someterse a la jurisdicción española. La conclusión a la que se llega es que no existe inmunidad de jurisdicción porque: “La suscripción de un contrato de arrendamiento de vivienda y las acciones derivadas del mismo, no pueden en absoluto considerarse como actos realizados “iure imperi”, sino “iure gestionis”, ya que ninguna manifestación de soberanía se realiza al suscribirlo ni se vincula el contrato a servicios propios de la misión diplomática, ni ha quedado acreditada que en la vivienda arrendada por el arrendatario se realizan funciones de carácter diplomático (…) ha de entenderse que la demandada carece de inmunidad de jurisdicción”. En el mismo sentido Auto de la Audiencia Provincial de Madrid de 29 de octubre de 2008. Igualmente, en materia de contrato de trabajo la STS de 15 de junio de 2004: “no cuestiona la competencia judicial internacional de los tribunales españoles en el caso del despido de una trabajadora por parte del Consulado de República Dominicana en Madrid”. La primera sentencia en España, decisiva para distinguir entre el “Iure imperium” y el “Iure gestionis” fue la sentencia de 4 de abril de 1963 dictada por el Tribunal municipal de Madrid y confirmada por tribunales posteriores, en el caso conocido como el del Encinar de los Reyes contra el Gobierno de los Estados Unidos de América del Norte. Se trataba de un contrato que había concluido el Gobierno americano con una constructora para que construyese viviendas, a fin de alojar al personal americano destinado en la base americana de Torrejón de Ardoz. En un momento dado, el Estado americano incumple el contrato y la constructora le 2 demanda por incumplimiento contractual ante los tribunales de Madrid. El Estado americano excepciona la competencia de los Tribunales españoles por inmunidad de jurisdicción. El Juzgado considera que el Estado americano no está cubierto por la inmunidad de jurisdicción porque está actuando como un particular y no como una entidad pública. 2.3 En tercer lugar, en estas situaciones tiene que existir un elemento extranjero o internacional. Un contrato entre una empresa con sede en La Coruña y otra empresa con sede en Cádiz no es un contrato objeto del Derecho internacional privado, porque es puramente interno. Tampoco es objeto del derecho internacional privado la determinación de cuál es el régimen económico-matrimonial en un matrimonio entre un catalán y una andaluza que no han hecho pacto prematrimonial o capitulaciones matrimoniales, habida cuenta de que esas comunidades regulan el régimen en defecto de elección de dos formas diferentes, la andaluza a través de régimen general del Código civil español (lo que implica que los cónyuges se han casado en gananciales) y la catalana a través de su derecho foral (lo que implica que los cónyuges se han casado en separación de bienes). La solución de este problema nos la dará el derecho interregional, no el derecho internacional privado. El elemento internacional implica que la situación está conectada con al menos dos ordenamientos nacionales distintos (compraventa de naranjas entre una empresa con sede en España y otra empresa con sede en Francia), aunque a veces el asunto está conectado con varios ordenamientos (español que se casa con francesa en Dubai, fijan su primera residencia en Berlín y, se mudan a España, momento en el que surge la crisis matrimonial y se interpone por el marido demanda de divorcio en España). 3.-Sectores de Derecho internacional privado. 3.1 El contenido de las materias que forman parte del Derecho internacional privado se pueden determinar a través de unos ejemplos. Así, imaginemos un supuesto: Español se casa con francesa en el año 2009. El matrimonio instala su residencia en España. En el año 2020 surge la crisis matrimonial y la francesa se muda a vivir a Francia. En diciembre de 2020, el español interpone demanda de divorcio en España. Los problemas que se le plantean al tribunal son los siguientes: a) ¿Son competentes los tribunales españoles para conocer de la demanda? La determinación de si los tribunales españoles o no son competentes para enjuiciar un procedimiento que verse sobre una situación privada internacional es uno de los sectores del Derecho internacional privado. b) Una vez que, aplicando las normas precisas, determinamos que los tribunales españoles son competentes, ¿qué ley se aplica al procedimiento, necesariamente la española, o se puede o debe aplicar una ley extranjera? En España, a diferencia de lo que ocurre en otros sistemas (especialmente los sistemas anglosajones) no se aplica siempre imperativamente la ley española, sino que, en ocasiones, la situación privada internacional quedará sometida a la regulación de un derecho extranjero, con lo cual los tribunales españoles se verán obligados a aplicar dicho derecho extranjero. Esta cuestión (la determinación del Derecho -español o extranjero- aplicable a una situación privada internacional) se plantea siempre en un procedimiento judicial, pero no sólo en éste sino en otros casos como, por ejemplo, en situaciones como la 3 determinación de ley aplicable a la celebración del matrimonio, la determinación de la ley aplicable al nombre y los apellidos de un extranjero nacido en España, ley aplicable a las obligaciones contractuales, etc. El derecho aplicable constituiría el segundo sector del Derecho internacional privado y consiste en conocer y aplicar correctamente las normas que nos dicen si a un determinado supuesto (Los daños producidos en un accidente de un vehículo español en Suiza) se le aplica, por ejemplo, la ley española o la ley suiza. c) El tercer sector sería el del reconocimiento y ejecución de las resoluciones extranjeras. Es posible que el asunto no se haya ventilado ante los tribunales españoles, sino ante los tribunales de un Estado extranjero, en este caso, para que pueda desplegar sus efectos en España necesita tener unos requisitos y superar unos controles. Ese tipo de controles y requisitos dependerá del tipo de resolución y régimen jurídico que le sea aplicable. Así, una sentencia que provenga de Cuba y que divorcie a un español de una cubana, se reconocerá en España si cumple los requisitos de la Ley 29/2015 de Cooperación jurídica internacional (ley interna española) puesto que entre España y Cuba no existe ningún convenio internacional que facilite el reconocimiento de sentencias. En cambio, una resolución italiana que condene a un deudor residente en España al pago de una pensión de alimentos a unos menores no tendrá que pasar apenas ningún control, y podrá ser ejecutada directamente -casi como si de una resolución española se tratase- en virtud de un instrumento comunitario el Reglamento UE 4/2009 en materia de alimentos. 3.2 Junto a estos sectores clásicos del derecho internacional privado existen otros dos “sectores” que, aunque muchos autores no consideran que propiamente lo sean, tienen entidad suficiente para ser considerados así. Uno de ellos sería el Derecho procesal civil internacional. Se denomina de esta manera en Derecho internacional privado a aquellas actuaciones dentro del proceso tendentes a: la notificación al demandado en los asuntos transfronterizos; la práctica de prueba transfronteriza o la asistencia jurídica gratuita en los litigios transfronterizos. Las dificultades que suelen plantear estas cuestiones y la trascendencia que revisten para la buena marcha del procedimiento justifican sobradamente dicha autonomía del resto de las materias. Por último, el restante sector sería el de la cooperación jurídica internacional, que cobra una importancia reciente. La cooperación se instrumenta a través de convenios de cooperación de autoridades que no regulan la competencia, ley aplicable, o el reconocimiento y ejecución, sino que intervienen en una situación para facilitar que se pueda enjuiciar con respecto a estas reglas. Los convenios de cooperación son muy frecuentes en Derecho de familia. Ejemplo.- Convenio de la Haya de 1980 sobre los aspectos civiles de la sustracción internacional de menores (BOE 24 de agosto de 1987). Este Convenio se aplica cuando unos menores que residían en un Estado miembro son indebidamente sustraídos o retenidos en otro Estados miembro. Así, matrimonio entre un español y una francesa que viven en Francia. Están divorciados y la guarda y custodia de los menores la tiene la madre. El padre, aprovechando unos derechos de visita que tiene durante el mes de agosto no los devuelve el 31 de ese mes a Francia con su madre y, en lugar de eso, los retiene en España y los matricula en un colegio. El Convenio de la Haya tiene como objetivo únicamente restituir lo antes posible a los menores al lugar de su residencia habitual, en este caso Francia, para que sea este juez (el juez competente) el que decida las medias 4 que deben de aplicarse sobre los menores. La cooperación se da en otras cuestiones familiares, como reclamación internacional de alimentos, protección de menores o adopción internacional, pero también en otras materias como la recuperación de bienes culturales. 4.-Fuentes Normativas 4.1 Otra de las complicaciones del Derecho internacional privado son las fuentes normativas existentes y su difícil interacción. En un asunto interno (por ejemplo, un divorcio) es fácil para el operador jurídico, ya sea abogado o magistrado, conocer las normas que hay que aplicar. Así, el proceso se regula en los artículos 769 y Ss de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC), la disolución del divorcio y sus efectos en los artículos 85 y ss Cc y sus efectos registrales en art. 755. LEC. Pero, ¿que sucede si se trata de una situación internacional? En un divorcio con elementos extranjeros que se interpone en España, la primera operación que es preciso llevar a cabo, como sabemos, es determinar si los tribunales españoles son competentes para conocer de dicho divorcio y, a continuación, determinar si la ley aplicable al mismo es la ley española o una ley extranjera. La siguiente pregunta que debemos hacernos es, ¿dónde se encuentra la norma de competencia o ley aplicable que hay que utilizar para solucionar ese problema? Y, en este caso, la respuesta ya no es evidente como en el caso del divorcio interno, puesto que las normas en las que se encuentra la respuesta (y las demás respuestas sobre cuestiones de Derecho internacional privado) son de diversos orígenes. Así las fuentes que regulan el Derecho internacional privado se encuentran en: el Derecho institucional comunitario; los convenios internacionales ratificados por España; los convenios de la UE y la normativa interna. 4.2 Los reglamentos comunitarios. El Derecho institucional comunitario, que se ha desarrollado a raíz de lo que indica el artículo 8 del Tratado de funcionamiento de la UE (TFUE), publicado en el mes de marzo de 2010 en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE): “Artículo 81 (antiguo artículo 65 TCE) 1. La Unión desarrollará una cooperación judicial en asuntos civiles con repercusión transfronteriza, basada en el principio de reconocimiento mutuo de las resoluciones judiciales y extrajudiciales. Esta cooperación podrá incluir la adopción de medidas de aproximación de las disposiciones legales y reglamentarias de los Estados miembros. 2. A los efectos del apartado 1, y en particular cuando resulte necesario para el buen funcionamiento del mercado interior, el Parlamento Europeo y el Consejo adoptarán, con arreglo al procedimiento legislativo ordinario, medidas para garantizar: a) el reconocimiento mutuo, entre los Estados miembros, de las resoluciones judiciales y extrajudiciales, así como su ejecución; b) la notificación y el traslado transfronterizos de documentos judiciales y extrajudiciales; c) la compatibilidad de las normas aplicables en los Estados miembros en materia de conflictos de leyes y de jurisdicción; d) la cooperación en la obtención de pruebas; e) una tutela judicial efectiva; f) la eliminación de los obstáculos al buen funcionamiento de los procedimientos civiles, fomentando si es necesario la compatibilidad de las normas de procedimiento civil aplicables en los Estados miembros; Con motivo de este artículo han proliferado las normas de derecho internacional privado comunitario, de modo que puede decirse que, en la actualidad la mayor parte del Derecho internacional privado español es europeo. 5 4.3 Los Convenios internacionales. Tras los reglamentos comunitarios estarían los convenios internacionales ratificados por España. España ha ratificado numerosos convenios internacionales, tanto multilaterales como bilaterales que inciden en nuestra materia en diversas cuestiones: especialmente en reconocimiento de sentencias, auxilio judicial (derecho procesal civil internacional) y ley aplicable. Estos convenios son tanto bilaterales como multilaterales. Los bilaterales provienen de distintas organizaciones internacionales, pero, especialmente, de una de ellas la Conferencia de la Haya de Derecho Internacional privado. 4.4. Los convenios de la UE. Aparte de los convenios que España ha ratificado individualmente, la europeización del derecho internacional privado ha provocado una merma de la soberanía de los Estados comunitarios a la hora de ratificar en solitarios convenios internacionales en estas materias que pudiesen afectar a la regulación comunitaria. Es más, desde el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) ¿pueden los Estados miembros de la UE celebrar convenios terceros países (países no comunitarios) en materias que han sido unificadas en la UE en virtud del artículo 18 del TFUE? El Dictamen 1/ 03, de 7 de febrero, del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que es el supremo intérprete del Derecho comunitario, indicó taxativamente que no era posible que los Estados miembros tuviesen potestad para concluir en nombre propio convenios con terceros Estados cuando afecten a la normativa europea, salvo en los casos de expresa autorización. En virtud de esta competencia la UE ha concluido, en bloque, acuerdos en materia de DIPr con terceros países. 4.5 Derecho interno. Si no se aplica ningún instrumento comunitario ni ningún convenio internacional, España cuenta con una regulación interna residual, es decir, que sólo se aplica cuando no se puede aplicar ninguna otra norma. Estas normas internas se encuentran dispersas entre diversos cuerpos normativos, lo que hace muy compleja su localización y aplicación correcta. Así, las normas de competencia judicial internacional se encuentran, fundamentalmente en: los artículos 21 a 25 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ); las normas de auxilio judicial; litispendencia y conexidad internacionales y reconocimiento y ejecución de sentencias en la ley 29/2015 de cooperación jurídica internacional en materia civil; las normas de derecho aplicable en los artículos 8 a 12 del Código civil. Pero junto a estas normas hay otras contenidas, por ejemplo, en leyes específicas como la Ley de adopción internacional, o la ley de Jurisdicción voluntaria. 4.6 Interacción entre estas fuentes de producción jurídica. El problema fundamental que se plantea es el de saber como interactúan estas normas, el decidir que norma se aplica, por ejemplo, a determinar si los tribunales españoles son competentes o no en un determinado supuesto. La cuestión no es baladí, puesto que dependiendo de una norma u otra el resultado podría ser que los tribunales españoles fuesen competentes o no. Ejemplo.-Demandante español residente en España desea solicitar ante los tribunales españoles unos derechos de visita sobre un menor que reside con su madre en Alemania. Para saber si los tribunales españoles son competentes debemos, en primer lugar, conocer las normas que se pueden aplicar para resolver esta cuestión y, a continuación, seleccionar la que se debe aplicar para resolver la cuestión. Las normas que so podrían aplicar serían: a) El Reglamento UE 2201/2003 sobre competencia, reconocimiento y ejecución en materia 6 matrimonial y de responsabilidad parental; b) El Convenio de la Haya de 1996 sobre protección de menores y; c) el artículo 22 quater de la Ley Orgánica del Poder Judicial. El Reglamento y el Convenio no otorgan competencia judicial internacional en este caso, porque basan la competencia en la del Estado miembro en el que resida el menor. Como Alemania es parte de la UE y del Convenio de la Haya, serían competentes por estos instrumentos los tribunales alemanes y no los españoles. La LOPJ, en cambio, otorga competencia a los tribunales españoles si el demandante es español o reside en España al tiempo de interponer la demanda. Como el demandante es español y además reside en España, serían competentes los tribunales españoles. Así elegir correctamente la norma supone un efecto trascendental otorgar o no competencia a los tribunales españoles. 4.7 La selección correcta de norma a aplicar no es una tarea sencilla, pero, como hemos comprobado en el ejemplo, es esencial para el correcto funcionamiento del sistema. Las reglas para seleccionar la norma correcta son las siguientes: 1.-Primero: verificar si existe algún convenio o instrumento internacional aplicable (ya veremos más adelante en caso como se realiza esta operación. Si la respuesta a esa pregunta es sí, descartaremos la aplicación de la normativa interna. Ello es la prelación jerárquica que aparece en numerosas normas de nuestro ordenamiento: artículo 96 de la Constitución española, art. 21 de la LOPJ, art. 2 de la ley de cooperación jurídica internacional entre otras. Este último precepto expresa literalmente: “La cooperación jurídica internacional en materia civil y mercantil, se rige por: a) las normas de la Unión Europea y los tratados internacionales de que España sea parte; b) las normas especiales del Derecho interno; subsidiariamente, por la presente ley”. En el ejemplo de la adopción de medidas paternofiliales anteriormente propuesto, existiendo dos instrumentos internacionales que son de aplicación (Reglamento UE 2201/03 y Convenio de la Haya de 1996). Se descarta de plano la aplicación de la ley interna. Así que, para determinar la competencia judicial internacional, el artículo 22 Quater c) LOPJ sólo se aplicaría cuando el menor resida en un Estado no comunitario ni parte del Convenio de la Haya de 1996, por ejemplo, Cuba o Malasia. 4.8 El siguiente problema pasa por determinar, en el caso de que existan diversos convenios o instrumentos aplicables al supuesto, cual de ellos se debe de aplicar. Esta “incógnita” se despeja acudiendo a las cláusulas de compatibilidad contenidas en los convenios y e instrumentos aplicables. Así, por ejemplo, si se trata de reconocer una sentencia de alimentos que proviene de Italia en teoría podrían aplicarse las siguientes normas: a) Reglamento UE 4/2009 en materia de alimentos; b) Convenio de lugano de 2007 sobre competencia y reconocimiento en materia civil y mercantil; c) Convenio bilateral hispano italiano de asistencia judicial y reconocimiento de sentencias del año 1973; d) Convenio de la Haya de 1973 sobre reconocimiento de resoluciones en materia de alimentos; y e) La ley 29/2015 de cooperación jurídica internacional en materia civil. La selección de la norma correcta es una cuestión de máxima importancia porque supone añadir o restar dificultades al reconocimiento y ejecución de resoluciones. Así, si se aplica el Reglamento comunitario, la resolución italiana que otorga alimentos contra un deudor residente en España no tendría que ser reconocida y podría ser ejecutada de forma automática, lo cual acorta los tiempos en los que un acreedor que necesita esos alimentos lo consiga. Si se aplicase en cambio la Ley 29/2015, la sentencia italiana tendría que ser reconocida primero para ser ejecutada. Se tendrían que desarrollar dos procedimientos con el coste y lentitud que ello conlleva. La pregunta es, ¿por qué debemos aplicar el 7 Reglamento comunitario y no otra de las normas enumeradas? La respuesta es, por las cláusulas de compatibilidad, que son cláusulas que se encuentran al final de la mayoría de los instrumentos internacionales (convenios o reglamentos) en las que se indica cuál es la jerarquía entre ellos. En el artículo 69.2 del Reglamento indica: “el presente Reglamento prevalecerá, entre los Estados miembros, sobre los convenios y acuerdos que se refieran a materias reguladas por el presente Reglamento y de los que sean parte los Estados miembros”. Con esta cláusula de compatibilidad ya sabemos que a una sentencia de alimentos que provenga de Italia se le aplica el reglamento UE 4/2009, por lo que no necesita ser reconocida y se puede ejecutar directamente. En ocasiones no existen cláusulas de compatibilidad o éstas son contradictorias. En esos supuestos, y solo en esos supuestos, se acude a los principios del derecho internacional público de: primacía del Derecho comunitario (se aplicarán preferentemente los reglamentos comunitarios sobre los convenios internacionales); eficacia máxima (se aplicará el instrumento que permita, por ejemplo, reconocer una sentencia de forma más rápida y ágil); o el principio de especialidad material (se aplica preferentemente un convenio que regule una materia específica -alimentos- a otro que regule una materia más genérica materia civil y mercantil). 8