Subido por Cristhian Andrade

CASO anexo

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Introducción al caso
Por motivos de confidencialidad en el presente documento se han cambiado los nombres de los participantes en la terapia. María
es una mujer de 41 años de edad, cuya ocupación es la de ama de casa. Está casada con Luis (50 años). Sus hijos son Carlos, Ana,
Lucía y José; y sus edades oscilan entre los 7 y 14 años. La familia vive en la ciudad de Quito, Ecuador.
La madre se entera del servicio de consultas psicológicas gratuitas a través de una estudiante de psicología. Ella llama a pedir una
cita y más tarde la terapeuta se contacta con ella y convoca a todos los miembros que estén interesados en asistir a la sesión, y
que tengan disponibilidad de tiempo para hacerlo. Como antecedente a esta sesión, la terapeuta había atendido a Ana (hija) para
una evaluación diagnóstica acerca de una posible anorexia sospechada por los padres. Esta hipótesis fue descartada y se cerró
este proceso antes de iniciar la terapia sistémica. La familia, anteriormente, había asistido a dos sesiones de terapia familiar en un
centro no relacionado con la USFQ, en la cual les pidieron a sus miembros que creen un cuadro con tareas y reglas para cada uno,
junto con posibles consecuencias en caso de no cumplirlas.
La madre reporta que esto fue efectivo por aproximadamente dos semanas, hasta que su marido empezó a discutir e incumplir
las reglas; los hijos dejaron de cumplir con las tareas y reglas luego de que Luis rompió la hoja en la que se encontraba el cuadro
que habían creado. A la primera sesión asistieron María, con tres de sus hijos: Ana, Lucía y José. En esta primera entrevista se
acordó que la madre continúe el proceso de terapia en formato individual.
Profundización del caso
En la primera entrevista, María explicó su preocupación acerca de los constantes conflictos familiares, especialmente con su
esposo, y los problemas de los hijos en la escuela. Además, se quejó de la ausencia de su marido en casa y de la desobediencia de
sus hijos. La demanda manifiesta expresada por María fue: “lo que quiero es tener una mejor relación entre nosotros. Sé que algo
está marchando mal y no quiero que esta familia se dañe”. Durante el proceso terapéutico, la dinámica de interacción de la familia
se fue evidenciando. Se realizaron una serie de hipótesis relacionales que se fueron confirmando o descartando a través del
proceso.
Las hipótesis confirmadas por la cliente fueron las siguientes: María comentó que debido a la ternura que siente hacia sus hijos, y
por el deseo de verlos mantener una relación armónica entre ellos, suele sobreprotegerlos e interferir cuando discuten entre ellos.
Cuando esto sucede, María ha notado que las discusiones suelen ser más intensas y de mayor duración que en las ocasiones en
que ella no interviene.
En la misma línea, María se queja de que su marido no la ayuda en casa, sin embargo, al realizar todas las tareas, no existe la
posibilidad de que Luis coopere; ya que al llegar todas las tareas han sido atendidas por su esposa. Además, María pudo reconocer
que en determinadas ocasiones anticipa una respuesta negativa y grosera de su marido, pero llegado el momento, Luis responde
de manera positiva. Esta anticipación suele predisponer a María a alejarse de su marido y actuar de forma defensiva cuando
interactúa con él. Esta actitud de rechazo injustificado que Luis percibe, lo impulsa a actuar de forma negativa y poco afectuosa
hacia María. Este ciclo de interacción confirma la hipótesis que María se plantea durante la anticipación imaginativa de la posible
reacción de Luis, lo cual refuerza el círculo vicioso.
Finalmente, María notó que, por las diferencias entre ella y Luis, cada uno de ellos enviaba mensajes opuestos o confusos a sus
hijos en cuanto a las normas y valores en casa. María identificó esta situación, junto con el hecho de que sus hijos estaban
presentes durante sus peleas y discusiones, como una posible fuente de confusión y ambigüedad para sus hijos, lo cual promovía
su comportamiento de desobediencia. Al mismo tiempo, la desobediencia de los hijos propiciaba nuevas discusiones y
desacuerdos en la pareja, quienes les respondían nuevamente con mensajes dispares. Esto reforzaba el círculo de interacción,
perpetuando el problema.
Sintomatología
María comenta que casi siempre se siente presionada o estresada en su trabajo en casa, tiene sentimientos de culpa, y se siente
irritada y molesta. Además, dice que con frecuencia se lleva bien con otros, se siente querida y que la necesitan, y se siente
satisfecha con su vida. Sin embargo, dice también que frecuentemente se siente débil y atemorizada, percibe que trabaja
excesivamente o más de la cuenta en casa, se siente inútil, percibe que le abruman los problemas de su familia, se siente sola,
discute con otros, tiene los músculos adoloridos a pesar de no haber realizado ejercicio previamente, se siente nerviosa, le dan
dolores de cabeza y se siente triste.
Además, comenta que a veces encuentra satisfacción en su trabajo en casa, se siente bien consigo misma, se considera una
persona feliz, considera que trabaja tan bien como lo hacía antes, disfruta de su tiempo libre, siente que le va bien en el trabajo
en casa, y percibe que sus relaciones con otros la satisfacen. Por otro lado, expresa que a veces se cansa rápidamente, tiene
dificultades para concentrarse, se siente sin esperanza en el futuro, le perturban o molestan pensamientos de los que no puede
deshacerse, tiene muchas discusiones en casa y considera que algo anda mal con su mente.
Asimismo, la cliente expresa que casi nunca siente desinterés general, ni siente que algo malo va a ocurrir. Por otra parte, casi
nunca se siente contenta con su matrimonio y su pareja, ni se siente llena con su vida sexual.
Finalmente, María dice que nunca piensa en quitarse la vida, ni tiene malestares estomacales, ni siente palpitaciones excesivas, ni
siente temor en espacios abiertos o cerrados, ni tiene dificultades para dormir, ni presenta episodios de ira excesiva en la que
haga cosas de las que después se pueda arrepentir.
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