El primer artículo, escrito por la Real Academia Española, nos muestra una visión en contra de la mención explícita del femenino, ya que lo considera innecesario al poderse usar simplemente el masculino como término no marcado. El texto argumenta que este nuevo uso del femenino dificulta la correcta economía del lenguaje y está basado en cuestiones meramente políticas. Por lo tanto, la RAE aconseja evitar esta repetición de determinantes generan dificultades de concordancia y entorpecen tanto la redacción como la lectura de estos textos. El segundo texto habla sobre los cambios que ha ido experimentando nuestra lengua, a raíz de la incorporación de mujeres a un ámbito social o posiciones poderosas. Entre estos cambios podemos ver los cambios en profesiones (juez-jueza), el mayor uso de sustantivos colectivos (alumnos-alumnado) y neologismos (hembrismo-hembrista). El artículo sugiere que el uso del femenino en algunas cuestiones se utiliza de una forma política y polémica. Además, existe un debate sobre si realmente el castellano es una lengua sexista o no. Bajo la opinión de la escritora, el sexismo radica sobre el uso dado a la lengua. Muchos refranes, vocablos y tacos dejan en una posición inferior a la mujer; sexualizándola, adhiriéndola a un ambiente doméstico, etc. Sin embargo; poco a poco se van eliminando estos sexismos en la sociedad. El último artículo argumenta que el no uso de las representaciones del femenino, oculta e invisibiliza a las mujeres. En sustantivos que el género no tiene nada que ver con el sexo, las cosas tienen artículo femenino o masculino dependiendo del dado por la lengua. En el caso referente a personas, el problema es distinto, ya que el empleo del masculino para citar tanto a hombres como a mujeres esconde a las mujeres y hasta llega a excluirlas de la representación escrita. Por lo tanto; el texto propone que se usen los determinantes convenientes en ambos géneros, no la utilización del masculino como género neutro. Para sustentar esta afirmación, añade que existen palabras genéricas y en estos casos no se oculta al género femenino por usar un determinante masculino. Bajo mi modesta opinión, no debería ser emplearse la mención del femenino en contextos en los que el masculino actúe como género neutro, ya que es una repetición innecesaria e incorrecta y estaría completamente en contra de la economía de lenguaje. Considero que este uso está basado en una ideología política y con intención de causar polémica, incomodidad y disputa. Sin embargo, relacionado con el asunto de los tacos y forma de empleo del lenguaje, sí que creo que se debería regular mejor, porque influye negativamente en las mujeres. Con todo lo anterior mencionado, opino que damos demasiada importancia a asuntos irrelevantes (uso de un nuevo género neutro) para hacernos olvidar de temas verdaderamente importantes.