El hombre y las estaciones Puede que parezca loco, pero todo comienza desde la lejanía, su desarrollo desde lo más alto y finalmente caer en su punto más bajo. Todo comienza en un cruce de palabras con la persona y la conversación fluye hasta que se aleja, quedas completamente encantado/a al saber que tienen sus cosas en común y quisieras saber personalmente como es de verdad… Según te han dicho de cómo es de verdad y como te pintan en una portada de película que es “malísima” y aun así niegas de ello, el mundo no es el que decide por ti, si no tomar el reto personal de el contenido. Fase uno de las estaciones es el cambio de palabras: algo sencillo, simplificado, gustos que tienen en común, pero no ocurre la chispa que todos siente en las nubes, solo amistad… es algo que ve relativamente normal, su manera de comportar es única/o, no se ve todos los días, el como te trata como si se conocieran de hace tres años, una amistad bastante fluida. Fase dos de las estaciones es el trabajo en equipo: con el paso de los meses, vas hacia aquella persona para ayudar, a mover las cosas, uno pone la fuerza y el otro la inteligencia, algo homogéneo se crea en ese hilo tan delgado de la ayuda mutua, mientras charlan sobre sus hobbies otra vez, pero el destino se preparó de alejarlos, por gestiones de horarios. Pero jamás se rindió hasta la otra ocasión. Fase tres de las estaciones la unidad vuelve de nuevo: se rencuentran entre el lugar donde había el hombre después de varios meses posteriores,