Subido por Eus Alma

ENTREVISTAS Y SUGESTIONES INDIRECTAS

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I
N
t)l( I,l
lntroducción: La comunicación y el cambio de actitudes en
PRIiI¡¡RI
1.
PARTE,:
psicoterapia.. 1l
LA ENTREVISTA PSICOTERAPÉUTICA
Conceptos básicos
19
1.1. Una teoría clínica de la comunicación humana
I.2. La entrevista en psicoterapia...........
1.3. Escala de evaluación de inter-vención de las inter-venciones del
20
entrevistador.................
2.
27
Lo no verbal.........
29
2.1. Inventario de comunicación no verbal durante la entrevista terapéutica...
2.2. Ejercicios: .............
32
38
A) De papel y 1ápi2..........
B) Ensayos conductuales................
3.
23
38
39
2.3. Soluciones ...........
40
Lo verbal
41
3.1. Saber escuchar....
43
3.1.1. Ejercicios: De papel y 1ápi2...........
3.1.2. Soluciones
3.2. Saber preguntar
3.2.1. Ejercicios; De papel y lápi2...........
3.2.2. Soluciones
3.3. El enfoque
3.3.1. Ejercicios: De papel y lápi2...........
3.3.2. Soluciones
44
45
45
47
48
49
50
51
4,
Lns técn icns clc intervcnclón vcrbal,.,.,,,,,.,,.,..,.
53
4,1, Técnicas no directivas ..,.........
53
l,
Clarificación.....
Parátrasis..........
Reflejo.................
Resumen...........
4, 1.5. Autorrevelación
4, 1.ó. Inmediatez.........
4,1.7 . Ejercicios...........
4. l.
4.1 .2.
4. 1 .3.
4. 1.4.
54
55
5ó
57
58
ó0
4,1.8. Soluciones
....!..........;...........
4,2,2. A[irmación de la capacidad ................
4,2,3, Controntación
4,2,4, Interpretación
4,2,5, Instrucciones......
4,2,é, Encuadre,....,.....
4.2.7, lnl'<tt'mación
4,2,8. EJercicios,..........
C) De papely lápi2......
D) Ensayos conductuales ...............
93
5.1.1. Autoimagen
5.1.2. Expectativas
5.1.3. VaIores...............
5.1.4. Influencia del sexo y laraza en la percepción interper-
93
95
98
5.2.1. La dimensión afectiva
5.2.1.1. Calidez o aceptación incondicional....................
5.2.1..2. Empatía
5.2.1.3. Autenticidad.................
5.2.2. La dimensión jerárquica
5.3. Profundidad de la interacción terapéutica.........
1.1. Instrucciones...............
6.1..1.2. Modelado..
6.2. Concepto de estructura en la entrevista terapéutica..................
6.2.L Directividad versus no directividad............
6.2.2. Nivel de actividad ..............
6.2.3. Especificidad/ambigüedad
6.3. Desarrollo de la comunicación terapéutica
1 . Autorrevelación y resistencia.................
6.3.2. Comunicación de emociones ...............
6.3.2.1.. Comunicación de emociones penosas.....
6.3.2.2. Comunicación de emociones gratas........
ó. 3.
83
Percepción interpersonal........
la interacción ..............
lll
B1
93
.5.2. Dimensiones de
6.1. Control y evitación del control de una relación
7l
), La interacción.,............
sonal..........
1il
6.1.1.3. Condicionamiento verbal
89
I,
El proceso
ó. 1.
83
89
6.4. Ejercicios ..............
A) De papel y lápi2..........
B) Ensayos conductuales................
7.
8.
r02
r04
105
114
ll4
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t5
ltó
120
t2l
122
124
125
t27
t28
129
t29
13ó
Las etapas
137
Primeraetapa o fase inicial.........
Segunda etapa o fase intermedia.
Tercera etapa o fase final ...........
Ejercicios: Ensayos conductuales ..............
1,37
t39
t43
145
SBcuNtn Panrs,: SUGESTIONES INDIRECTAS
101
lo4
113
r3ó
100
101
113
6.5. Soluciones .............
7.1.
7.2.
7.3.
7.4.
99
t0ó
t08
109
ó.1.1. Control del contenido de la comunicación verbaI..,........
74
74
75
77
79
80
t0ó
5.5. Soluciones ......,.,..,.
ó0
70
4.2.9. Soluciones
5,
ó.
73
4,2. Técnicas directivas............,,...
, Sondeo...,.......,..,
A) De papel y lápi2......,..,
B) Ensayos conductuales....,..,.......
53
A) De papel y lápi2...........
B) Ensayos conductuales ...............
4.2.1
5,4. Eierclclc¡s ...,.,.,,,,.,.
9.
¿Qué son las sugestiones indirectas?............
1,49
8.1. Las sugestiones
8.2. El lenguaje.....
8.3. Lo que vas atrabajar
149
150
Patrones lingüísticos de las sugestiones indirectas
155
9.
1
.
Implicaciones-presuposiciones .................
t52
155
|. l. lil l)tr,t't1.(lltisilo irrr¡rlit':rrIr
().2. Sirl¡ricit(1u11..........
().3. l.c'rrguir,jc'rtrctaliiricr¡: t'ut.lrlos,
¡rirllilrollrs, c'lrislc.s, trc:cll i.jos,
().
it
ttalogías .y rrrctii lirlms
9.3.1 . Los cuclrtcls
c).3.2. [,os chistes.
y
lars perr'hbolars
9.3.3. Acer:tijos....
9.3.4. Analogías y metáforas
t).4. Rccncuadre- Redefinición-Desencuadre
t).5. Tn-rismos ...............
().6. Iinrplear el sistema representacional del paciente.....................
9.7. Acompasamiento-amplificación y refuerzo
9.ti. Ar-rc|ajes.................
9.9. tllccción ilusoria
().10. Non-sequitur
().I L Srrgestiones abier-tas
...............
9. 12. Plcgr-urtas..............
().
1.3.
t). 14.
9. 15.
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159
l)l,l A(l'l'l'l'IJl)1,]S l,lN I'Sl(lO'l'l,lllAl'lA
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1,61
162
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1,72
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rir rI r.r oGRAFÍA.............
N't'R( )I )t
t,A iloMUNtOACt(iN y t,il, CAMtlto
Strgestiones negativas ............
Conectores lingüísticos ..........
I. SOI,UCIONES
I
t.59
Aposición de opuestos
t0. li.iliR.cICIos
I
l5rl
175
177
181
183
h,l estudio de la comunicación humana depende del desarrollo dcl c<¡nocinricrrrto en áreas tan distintas como la lingüística, la semiótica, la psicologíu
tlcl lcrnguaje, la psicología cognitiva y la psicología social. Y esta circunstanci¡.r
r'xplica por sí misma el hecho de que la investigación en este carnpo sc cslri
rlt's¿rrrollando bajo el signo de la asistematicidad y la falta de coorclin¿rci<irr.
Ahora bien, cuando el campo de estudio se circunscribe a la conrunicat i<in Lerapéutica, a esa situación general hay que añadir otros factores clc clis¡rclsi<in. Porque los primeros estudios sobre la comunicación tcrarpórrtic'ir
r'()nlenzaron a aparecer en los años treinta del pasado siglo, cuando los ll'¿rbajos de Lasswell (1935) y Fairbanks y Pronovost (1939) relacionarorr l¿rs
l)¿rutas paralingüísticas de las verbalizaciones del paciente con el valor'¡rlagnrhlico de sus emisiones (Marín, 2000). Sin embargo, hasta una décacla nl¿is
lalcle no aparecieron los primeros sistemas de clasificación de las intervcnciones verbales del terapeuta en función de su valor como estrategias ¿rl scr'vicio de una intención (Porteq 1943; Snyder,1945).
Posteriormente, tales sistemas de clasificación comenzarorl a prolif'cllr;
cn buena medida gracias a las polémicas afirmaciones publicadas por Rogcrs
cn 1951 sobre el valor terapéutico de las terapias no directivas. Así, la nrayor'
¡rarrte de los datos disponibles procedentes de investigaciones previas a lir
clécada de los 80 del pasado siglo, vieron la luz por razones que poco o nacl¿r
lcnían que ver con un interés real por el esclarecimiento del tema. Por el corrtr-ario, respondían a la necesidad experimentada por cierlos profesionalcs clc
cncontrar argumentos en pro o en contra de la eficacia de modelos de intcrr
vención tan dispares como el psicodinámico, el conductual o la terapia ccrrtrada en el cliente. Por ejemplo, el impulso recibido por la cualific¿rciírr
comunicativa de los terapeutas a partir de las apor-taciones de autores conl()
Carkhuff y Pierce (1975), quienes estaban fuertemente influenciados 1-ror'
Rogers, generó serias discrepancias, parcialmente irresueltas aún hoy, corr
los terapeutas conductuales. Porque si los primeros concibieron los reclrlsos
comunicativos del terapeuta como destrezas o talentos no adquiriblcs
mediante el simple entrenamiento, los segundos defendían y defienden c¡rrc
lltlt's tt't'trrs()s rr() sort sino ll¡rlrilirl¡rrlt's fart'ilttrt'rrlc irrlr¡rririlrlt's cuiultlo
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¡lrst'r'vlr r r l¿rs ¿rrlt'c'r latl¿ts l)¿u
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l)ostt'r'iot'nrcrttcr, clivct'sos ¿rtrlr¡r'r's (l{rrsse'll y Slik's, l97c); lilliot, l9ti4) ¡trrl¡rusic'trrtt abo¡'clar cl ptrrccrso tct'a¡rótttico cn cu¿rttrr ¡rlurros clistintos. El prirrre11) r'c'c'()gc cl contcnido dc l¿r intcr'¿rcción; crs clccir; lo c¡r-rc cn ell¿r se dice. El
sr'gtrnclo sc rcfierc a la acción y, por tanto, er lcl quc se hace en el curso del tralunlicrrt<1. lfl tercero tendría que ver con el estilo; esto es, con la forma en que
sc ll¿rcc, o clicc algo durante el proceso. Y, por último, el cuafto, con la cualirlarl o glnclo de destreza con que se conduce el proceso.
l,a nr:ryor parte de los datos empíricos de que disponemos hoy sobre la
r'onrunicaci(rn terapéutica se centran en los contenidos y en los modos de
irrlc'r'verrcirin verbal del terapeuta. Pero aunque han sido muchas las clasifir'¿rt'ioncs qLre se han propuesto para tipificar dichos modos, la investigación
t'xlraustiv¿r de su valor predictor respecto a la eficacia del proceso todavía está
¡rol lealizar.
f)or otra parte, asimismo durante las dos últimas décadas del pasado
sigkr, lzr cmergencia de innovadoras metodologías de investigación del proceso lclarpéutico enriqueció las metodologías de la comunicación terapéutica
(lLrrsscll, 1987)y,deformaprogresiva,emergierontambiénlassiguientesprerrrisns hoy asumidas de forma mayoritaria:
1. La competencia comunicativa del terapeuta es, como la de cualquier
comunicante, una competencia pragrnática en el sentido lingüístico
del término (Recaneti, 1981; Reyes, 1990; Escandell, 1999).
2. Existen diferencias individuales en las capacidades para desarrollar
csa competencia.
3. Ciertos profesionales hiperdesarrollan su competencia comunicativa
(abogados, periodistas, psicólogos, vendedores), sin que eso signifique
que renuncien a su perfil estilístico como comunicantes (cálidos-fríos,
directos-ambiguos, etc.) Sin embargo, los escasos trabajos comparativos existentes indican que estos profesionales se parecen entre sí más
cn lo que evitan hacer, que en lo que hacen (Rojí y San Juan, 2000).
4. Esa competencia es de naturaleza retórica y, por tanto, vincula la
comunicación terapéutica con el cambio de actitudes, esto es, con la
persuasión. Dicho de otra manera, vincula la comunicación terapéutica con los llamados factores comunes de la psicoterapia (Frank, 1982).
En efecto, tal como propuso Glasser (1980) la comunicación terapéutica
cs un fenómeno retórico, puesto que su función última consiste en producir
rrn c¿rnbio o inducción a la acción. Y como tal es analizable en función de los
cu¿rtro mecanismos descritos por la retórica clásica retomados por esta autor'¿r: cthos, logos, mecanismos de tensión/relajación y dispositivos estilísticos.
lll ltilrtrirrr¡ r,//ro.s st' ¡t.lir'tr'tr irt¡ttr'llrts ( lu'lr('l('t'lslit'irs tlt'l lt¡rlllitltlt'(ltl('¿l('lli
('()nr()
vt'lrít'ulo rlt.¡rt'r'srrirsirlll. l,lr t'turlilitlrt'ir'rlr ¡rrrrlt'siotrrtl ¡x'tlilritllr, llr
i¡r
t,lrpireirllcl l)arit g('n(.t'¿rl t'orrfilrrrz¿r y t'l ltlrirr'livo sot'i¡tl tlt'l t'otlttlltit'ltttlt'stltt t'lt'
nrclrt<¡s c¡rrc corrvit.t'lcn irl lt'r'ir¡rt'utlt r'tt rtlt iltlct'lot'ttlot'c'ttyits ¿tst'l cioltcs Iit'tttlt'tl
¡ scl'f ácilnltrrrtrr acc¡rtlclas ¡rorcl alltcictrtr', ¡rttcsto (llt('cs()s fitcl<ll'crs lc clclit¡t'lt
r.<¡llrr¡ fircltte clcr inlr¡l'ruac:itin cligru.r clc cri'tlito. litl citrlr[ritl, lit tttlci<itt /ogo,s st'
tclictc
arl
pcso
c¡r-rc
los crolttcniclos clcl clisctu'so ¿IClquict'cn c:()rrt() ¿ll'gt tttlcttIos. li,tt
(.slc caso sc rcsalta crl v¿rlor pcrsuasivo LlLlc p()scrclr los cjcnrplos, cst¿tclíslic¿ts,
r.it¿rs o analogíers con l¿ls qtrc cl tcrarpcutit ¿Irr()p¿l stts pr()ptlcstas clc c¿tltlbit¡. l)ot'
srr parte, los mecanisrnc¡s de lensiónh'elajación haccn relerenci¿r ¿t l¿t clitlltltriclt
(llrc, a travós de las palabras, se establece cuando el terapeuta priuelrr lcco¡tilit
6 incluso vivifica las características del problema del paciente, para oll'cccl'lt'
Irrcgo una vía de solución. Por último, en la concepción clásica de la rcrt<'rl'ica l<¡s
clispositivos estilísticos se asimilaban con las figuras del discurso, est{r cs, c'oll
tropos como la metáfora, las imágenes y comparaciones, las invcrsiollcs o t'l
paralelismo. Estos dispositivos tienen en común su valor como rccLtt's()s l)ilt'll
clirigir la atención del oyente sobre algún aspecto concreto del mensa.ic'
La persuasión o cambio de actitudes en psicoterapia fue definido p()r'(iolliied (1980) como un heurístico clínico que guía implícitamente los csfitct'zos
clel terapeuta. Este heurístico se situaría en un nivel intermedio entrc l¿t tcrtl'í¿t
y la técnica y está directamente relacionado en 1o conceptual con los pr'()ccs()s
cle persuasión. Sin embargo, la relación terapéutica reúne una serie dc¡ cill'at"
Lerísticas que la diferencian claramente de otras situaciones interactiv¿ts, l'ol'
que, en primer luga4 la psicoterapia implica una relación que se est¿rlllcct'
entre un profesional debidamente cualificado, por una parle, y algttien t¡ttt'
solicita alrrda con objeto de resolver sus problemas personales, por ott'a. li,lt
segundo lugaf, la ayuda terapéutica se desarrolla a lo largo de un ticnll)() y
mediante encuentros periódicos; y, por último, la conversación es la mod¿rlicl¿rtl
comunicativa que sirve de soporte a la interacción. La concurrencia dc csl¿rs
circunstancias hace que la relación terapéutica sea una relación ftiertenlcrllc
asimétrica en la que, si bien la persuasión puede serbidireccional, en principio,
el terapeuta dispone de una capacidad notablemente superior para irrlltrir
sobre el paciente, haciendo uso, entre otras, de sus habilidades retóricas.
al rechazo que suele provocar entre los profesionales de la psicolt'rapia la idea de que sus logros deben mucho a la persuasión -rechazo ¡-rosiblemente relacionado con el temor a ser socialmente considerados c-()ttl()
charlatanes de feria o como arrrenazarrtes para la libertad de sus clientcs-, lrr
cierlo es que el vínculo entre psicoterapia, comunicación y persuasión l-acilita el abordaje científico de Io que acontece durante un proceso terapólttic'o,
pues el cambio de actitudes es un fenómeno bien conocido y tradicionalmclrte atendido por disciplinas como la psicología social.
Pese
Porque, en efecto, la relación entre comunicación interpersonal, recut'sos
persuasivos y cambio de actitudes constituye un entramado (Cohen, Mot'g¡tt
v l'ollirt li, l()()0; l)itlv v Wit'ltt;rtttt, lt)t).[) rlut,, (.n ('ulnlo olrjt,lo tlt.r.slurlir¡,
tt'tilrt'itlt'¡rt'irj¡tpt'r'iritlir'lr lx)t l)¡ul(,rlr. los¡rsit'olo¡,ossot'ilrlt.stlt'or.it,lrl¿rc.irllr
(()llllilivir. M¿is t'ttltt'lt'lltlttt'ttlt', t'tt l()l'l(r, l)t'lly y (iltt'io¡rl)() l)rr¡rrrsicrrrrr ¡rr
lll()(l('l() (lttc
si<ilt
(l¿t
ctl('tllit clr'lt¡s l)()r'nl('n()r'r's t¡ut'li¡r,irrr t'olllullicucirirr y ¡tclsrra-
c¡ttc cs l() ttlisrrro, lcrrgtrr.jc c()n ('¿un[)i() clc ¿rcliluclcs-y, crr Ios clier.'i<¡clro ¿rños Ir'anscLlrrid()s hast¿r cl nt()nrc]nto clc csc:r-i[rircsl.as líncas, csa pro¡rtlt'sta h¿r cl¿rdo sllstanciales rendin-licntos lrcurísticos (Briñol, de la Corte y
llc'c'r'r'r'a, 2001; Mercer, N., 2001; Bohner y Wánke ,2002).
<1, l<t
del E.L.M.
Likelihood Model o Modelo de proba-Elaboration
Elaboración-,
un paraguas conceptual (Petty, Cacioppo y Kasne¡
Sc: trat¿r
lriliil¿rrl clc
19913) barszrdo en la presuposición de que las personas modifican sus actitudes
t'orrro l'csultado de las comunicaciones a que se ven expuestas, ya que tales
lrroclif ic¿rciones constituyen una forma fundamental de adaptación al medio.
sin cnrlrargo, el verdadero atractivo de este paraguas conceptual consiste en
c¡rrc ¡rc|r-nite integrar los resultados empíricos obtenidos al estudiar la persulsi<iu comunicativa en contextos sociales muy diversos (entre ellos la psit otcrirpia), ya que considera el cambio de actitudes alaluz de variables intervirric'rrtcs tales como la fuente, el mensaje, el recepto4 el canal y el contexto.
lLl E.L.M. distingue dos rrrtas o procesos distintos mediante los cuales
¡rttcclc producirse el cambio de actitudes: una central y otra periférica. Se dice
t¡rrc: la persuasión sigue la ruta central cuando la información relativa a un
rlclcrnrinado asunto es considerada de manera explícita, cuidadosa y razonatlu. Es deciq cuando se produce un cambio de actitudes por la ruta central el
¡rclsrradido habría realizado una consideración muy detallada y atenta de la
irrfirn-r-ración de que disponía sobre el objeto de su actitud. Para que la inforrrtaciírn sea elaborada mediante este proceso dos son los requisitos básicos
¡rrrr¡)trcstos por Petty y Cacioppo: una alta motivación del persuadido respecIo al objeto de su actitud y una alta habilidad del persuadido para procesar la
illfirrntación que le ofrece el persuasor. Y si la motivación estaría vinculada
corr variables del tipo relevancia personal, necesidad de control cognitivo,
lcslronsabilidad personal, etc.; la habilidad de procesamiento estaría ligada a
vlliables del tipo grado de atención prestada, repetición del mensaje y com¡rlc:r'rsibilidad del mismo, conocimiento previo, etc.
En cambio, se dice que la persuasión sigue una ruta periférica cuando la
rrr<¡tivación y/o la habilidad del persuadido es/son bajal$ de forma que en este
stt¡rttcslo el cambio de actitudes se debería al procesamiento de indicios relat'irn¿rdos con el mensaje emitido por el persuasol pero no con la argumenta-
i'ir'rl de éste propiamente dicha. Asimismo, en este supuesto las variables
irrrplicadas serían del tipo atractivo y credibilidad de la fuente, número de
llgtrmentos empleados, cualidad de los sentimientos que despierta la argurrrcntzrción, etc.
En resumen, el E.L.M. propone que, cuando la probabilidad de elaboracirin de la información ofoecida por el persuasor es alta, el cambio de actitu-
rlt's vt'tttll'li tlittlo ¡r,,t'l¡t tt'1.'v¡tttt ilr tlt'los:tt1',tltttt'tllos t'tttplt'lttlos y llt ¡lt'tsttlt
sir.)rr lr.llrllli lrr¡,,irr'¡rollir rrrl;r t't,lrlllrl. l,l¡t t'ltlrtlrio, r'ttrttttlo lrr ¡rrrrlllrlrilitllrtl tlt'
t,lrrlrol¡r'irirr t¡lrt.c itlir ¡ror r'l ¡rt't su:rsol ('s lrir,iir, t'l t'¡tlttlrio tlt' ltt'lilrrtlt's lt'tttll ¡t
Irr¡llrr lr lt¿tvcls clt'la l'rrla ¡rr'r'iltllit'lr y, ('tt c'()ttsr't'ttt'ltt'iit, t'l ¡lt'ot't'slttttit'ltlo tlt'
ir¡tlii'ios ¡rrc'scrrlt's crr lu intc¡'accir¡r¡ st'vc't ílt ¡rt'itttltelo t cs¡tec'lo ltl t'st'l tllirtio tlt'
il r'p,t lnlclt t()s.
c<lrnut'¡di¡d cicrntílica, crl iutc¡l'ós c¡ttt: tlt's¡.tt't'lri t'l
li.l,.M. cn los ¡tsic<llogos clínic<ls no sc lrizo cspcr"¿ll'. Y ersí, ¡rot'c:ic:trt¡tlo, SlolIt.nber-g y McNeil (1987) clcst¿rc¿rron c¡ucr cl vcrdadctrr lrrór'it<¡ clcl li.l..M. crr
I'rrl¿rciór-r con la psicoterapia consiste cn aport¿rr una basc c()nccpttl¿ll cit¡'litz tlt'
t'lalillcar los mecanismos subyaccntcs a las intervenciones tcl'it¡róttticits silr
ncccsidad de proponer otros nuevos. Ahora bien, ya entonccs sc hizo cvitlt'lt.
'll'¿rs sr-r ¡tlcscntncir'rn
¿r l¿r
Iq que recurrir al E.L.M. para dar: cuenta de la comunicación tcrt'it¡-rtlttlit'lt
srrbrayaba la importancia de que las investigaciones de proceso c:n psicolt't'it¡ria tuvieran en cuenta las interrelaciones que se generan entrc:
.
credibilidad como ¡-rt'olcsittlt¿tl,
las variables debidas al terapeuta
-su
su atractivo social, su congruencia cultural con la cultur¿r dcrl pacictr
te...
.
nivel intclcctttal, stt
las debidas a la individualidad del paciente
-su
motivación para el cambio, su estilo cognitivo.'.
.
sott l)t'()
y las variables relacionadas con los mensajes del terapeuta
-si
actitudinales o contraactitudinales respecto a las actitudes del pacicttte, si desencadenan o no afectos y en caso afirmativo de que tipo...
pues en base a estas interrelaciones se pueden llegar a explica4 tanl"o la ¡llrrf'urndidad y la amplitud del cambio, como las resistencias al mismo.
Pero este reto no fue debidamente recogido por los investigadorcs y, l)()l'
ello, existe un importante vacío de datos empíricos a la hora de afronl"¿u'ttltit
cuestión de suma imporlancia práctica. Pues, de acuerdo con la propltcsta clt'
Petty y Cacioppo, la persistencia del cambio tiende a ser más estable clt¿uttlt r
las actitudes se han modificado procesando la información por la rttt¿t ct'rt
Lral,yaque este tipo de actividad cognitiva favorece la integración de las trttt'
vas actitudes con los esquemas cognoscitivos previos; mientras que, cltatttlrr
la persuasión se produce por la ruta periférica, dicha integración no lit'ttt'
lugar o es más endeble y, por estarazón, el cambio de actitudes sllelc tctt('t'
repercusiones menos sólidas sobre la conducta del persuadido. Es dccir; tlt'
acuerdo con Petty y Cacioppo, en principio, las inter-venciones comttnic¿ttivlts
más estr-ucturadas y directas (véase epígrafe 4.2) deberían tener una ef ic¿tcirt
clínica superior a las menos estructuradas y más indirectas (véanse epíglllt's
4. i, 8 y 9). Sin embargo, como bien saben los terapeutas experimentados, st'rt
cual sea su marco teórico de referencia, esta hipótesis no se corresponclcr cotr
las obsei-vaciones clínicas. Es más, cualquiera que sea dicho marco los intc'lrtos sistemáticos y directos del terapeuta por persuadir al paciente tienclcn it
desencadenar más reslstonclar y rbrndonor quc lac octratcglas indfrectas o
relativamente desestructuradas.
¿Por qué? Actualmente no existe una respuesta empfricamente fundada a
esta pregunta, aunque todos los datos disponibles indican, por una pafte, que
los mecanismos implicados por el cambio actitudinal promovido en y deJde
la comunicación paciente-terapeuta no son sustancialmente distintoi d" lot
implicados en cualquier otra situación persuasiva y, por otra, que la complejidad del contexto interactivo está en la base de esta aparente paradoja. Ásí,
ya desde los primeros años de andadura del E.L.M., diversos autores fueron
señalando la relevancia en el cambio actitudinal terapéutico de variables
intervinientes tales como los afectos implicados en la situación comunicativa
(Petty' cacioppo y Kasne4 1988; Bargh, 1988) y la relación entre la reiteración de los mensajes, su grado de estructuración y sus peculiaridades estilísticas (Rojf 1989a,1989b), mientras que, paralelamente, desde otras áreas de
conocimiento afines se iban desvelando los vínculos existentes entre los
aspectos más analógicos del lenguaje natural y las arquitecturas cognitiva
(Lakoff y Jonhson, 1980) y comunicativa (Tüson, 2000).
con todo, hasta la fecha las investigaciones de proceso no han considerado la complejidad de la comunicación terapéutica con la extensión y profundtdad que este objeto de estudio requiere. Por eso, de lo que en verdaá disponemos hoy en esta materia es de un conocimiento de facto, de un saber hacer
comunicativo e interactivo fundamentado en la experiencia, que profesionales tan cualificados como Bandler y Grinder, 1975; Gunnison, 1990; Hammond, 1 990; Cormier y Cormi er, L994; Miller y Rollnick, 1 999; Memon y Bull,
2000; Chaika, 2000; Wiger y Huntley, 2002; Fernández Liria y Rodríguez
Vega, 2003 ó Greenspan y Thorndike Greenspan,20O3, se han esforzado en
transmitir a los jóvenes psicoterapeutas.
En consecuencia, conscientes a un tiempo de las carencias de verificación
empfrica que inevitablemente afectan a cualquier procedimiento diseñado
para entrenar la comunicación terapéutica, y de la necesidad de adquirir formación de quienes dan sus primeros pasos hacia la práctica clínica, en esta
ocasión, hemos optado por primar la claridad expositiva, los ejemplos y los
ejercicios prácticos. Y bajo este criterio hemos elaborado las páginas que
siguen.
PnInnBm P¡,nrn
LA ENTREVISTA PSICOTERAPÉUTICA
1.
coNCEPTos nÁsrcos
La relación terapéutica puede definirse como un tipo particular de interacción, cuyo acontecer se fragua y desarrolla en y a través de la comunica.
ción que se establece entre un paciente y un terapeuta.
La comunicación capaz de producir un efecto terapéutico no difiere básicamente de la que se establece en la vida cotidiana, porque la influencia
mutua entre los comunicantes y la transmisión de información son fenómenos comunes a todo intercambio comunicativo. Por esta razón, la comunica.
ción con efectos terapéuticos se caracteriza por la motivación que gufa al
entrevishdor: influir sobre su interlocutor con objeto de ayudarle a resolver
sus dificultades de índole psicológica, sin abusar en ningún momento del
propio poder ni obtener más ventajas personales que las debidas a los honorarios.
Ahora bien, de la misma manera que la motivación del entrevistador
introduce un factor esencial en el intercambio comunicativo de la entrevista
terapéutica los modelos teóricos que guían la interacción pautan de manera
decisiva la estructura de esos mismos intercambios. Concretamente, se pueden distinguir tres formas prototípicas de comunicación terapéutica. La primera de ellas se origina en la práctica psiquiátrica clásica. Adoptada después
por los entrevistadores de orientación conductual, este modelo comunicativo
define la interacción a partir de la búsqueda de objetividad por parte del
entrevistador. Así, éste se sienta frente al cliente y con frecuencia introduce
entre ambos la presencia de algún objeto de registro, como un cuaderno de
notas, una cinta magnetofónica o una simple mesa de despacho, que alude a
su cualificación como experto. Por tanto, el esquema que dirige la comunicación es del tipo nYo experto te pregunto a ti, paciente/Yo experto te propongo
como solución, a ti paciente...". La segunda forma prototípica de interacción
terapéutica es Ia propuesta por el psicoanálisis. En ella la interacción se desarrolla de tal manera que todo el contexto tiende a favorecer la libre asociación. Es por esto que el paciente se tumba en un diván y el terapeuta se sitúa
a su.espalda, ya que ambas circunstancias favorecen la emergencia de la fantasía. Igualmente, el analista tiende a emplear con profusión la primera per-
s()llit (l('l ¡rlttlttl l)¿tt'it t1'l('t'it'st'ir l¡rs rirt'urrsl¿urt'i¡rs lt,lirl¡rtlitsi lx)t't,l ¡rirt'it'rrtt',
¡tttt's t'slt' lllr¡tlo tlt' t'¡ttlttci¡tciolr lt'lrrt.r'zr l¡r lrlilrnz¿r lt'r'tr¡rrlrrlir'¡r t'sl¿rblt'r'icla
t'tllll'itlttlros. l'llt t'ollsr'('tt('tl('i¿r, totlir lir inlt'r'lcc'i<ilt c¡rrcrla clrnl¿l'r'¿rcl¿r ¡ror.cl
sttlil irrr¡rt't'itlivo c¡ttc sc clcs¡rt'c'ltclt'tlt'lir lt'gLr firnclantcnt¿ll: ul)i¿¡tt todo (:Ltunlo
It vcttktt tt lu tut,ttlcr.
llll'ú¡ltiltto,
tcl'ccra f ot'nr¿r ¡rrrrtolípicra clcr comunicación terapéutica es
llt t'c¡-rlcsct.tt¿lcl¿l por las entrcvistas de or:ientación fenomenológica y existenci¿rl. lin cllas la comunicación se apoya ampliamente en recursos retóricos
lircilit¿rclorcs cle la empatía, ya que una de las metas fundamentales de la
cr¡nlrrnic¿rción consiste en que el entrevistador llegue a ver el mundo con los
oios rlc sr.r paciente. Esta actitud se traduce enunciativamente en el predomirri, clc l¿r [crcera persona del singular con función de impersonal, como forma
lr¿rlritu¿rl de referirse a la experiencia del cliente ("Es terrible,, oEsa es gozoso
,,.tro?r). Es decir; en esta clase de entrevista la distancia psicológica que se
¡r'ctcrncle establecer entre los comunicantes es Ia mínima.
l¿t
Sin embargo, al margen de todas las restricciones impuestas a la comuterapéutica por sus fines específicos y por los modelos teóricos, esta
c'l¿tsc de comunicación, como cualquier otra forma de relación interprofesional, plrede ser considerada, tanto un instrumento de la interacción, como una
cle sus consecuencias, ya que también lo más peculiar de una entrevista tera¡r('trtica se basa en el fenómeno que une ineludiblemente comunicación e
infcr¿rcción: dos personas pueden hablar entre sí sin que ninguna de ellas
lll¡rsmita una información relevante sobre la realidad que les circunda, pero
rro cs posible que hablen sin que estén afirmando algo sobre la clase de relaciírrr que mantienen en esta situación.
rric:¿rci<in
I.I.
L]NA TEORÍA CLÍNICA DE LA COMUNICACIÓN HUMANA
Los fenómenos interactivos y comunicativos en el contexto clínico fueron
csttrcli¿rdos con especial atención por un grupo de profesionales de la psicote-
llr¡ria, encabezados por Jackson, Haley y weakland, quienes en los años cinen torno al eminente antropólogo Gregory Bateson,
¡.xrra formar el grupo de Palo Alto.
crrr:nt¿r se agruparon
Las actividades de este grupo de investigadores estuvieron dirigidas al estuclio sistemático de la comunicación humana, apartir de algunos principios elerrrcrntales de la cibernéticav la Teoría General de Sistemas. Basándose en un
anhlisis exhaustivo de los esquizofrénicos y abordando la comunicación como
lirrrlr¿r más que como contenido, watzlawick, Beaün y Jackson (lg7L,4g-7 1),
llcgaron a establecer los siguientes axiomas básicos de la comunicación:
l.
No es posible no comunicarse.
2. Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional.
l.
l,ir rrirltrr'¿rlt,z¿r rlt.lir lr.lirt'icitt tle'¡rt'trtlt'tlt'lits st't'ttt'ttt'i¡ts tlt'¡tttttlttitt iritl
tlt. lirs gonturrir'¿rt'io¡rt.s t'slitlllct'itlits ¡rot'los t'otttttltit'¿ttllt's.
4. l,6s sc¡r's lr¡¡l¿¡t()s s(. r'orrrtrnir'¿rtt latrlo tli¡^t,ititl t'r¡ttto ltttitl<i¡1it'lttttt'ttlt'.
lil lcrrgtrlic cligital ('ucntil c()n r.rrit sirtlitxis lógic:r stllll¿tlltt'lll('t'ottl¡llt'
ia y poclcrrrs¿r, pcr'() citrccc cle
rrn¿r scttl¿irltic¿r ¿tclccttittllt
¡ritrit llt clt'l'i lli-
ci<irr incc¡ltívoca clc l¿ts rcrl¿tcriotrcs.
.5. 'lild1¡s los intc¡cambios comtrnic¿rtiv<¡s sou sitrtétl'ic()s o c()lllJ)lclrlcllta'
t'it-ls, según estón b¿rs¿rclos
cn la iguarlclacl o Ia dilcl'cnci¿t.
digital y analógico provienen de l¿r Cibc'r'nótic¿t c: irrici¿tla dos tipos de computadoras. Las computaclolas cligireferencia
hacen
rrrc¡tc
porqlle trabajan con dígitos, urtilizando el ¡rl'inci¡'ritr
nombre
este
¡eciben
trrlcs
que
frrncionan sus transistores. Esto eS, tant() las ittscon
nada,
o
dt'ulodct
L.6s conceptos
Inrccic¡nes como los datos son procesados bajo la forma de númcros, clc
nr¿lllera que, la correspondencia entre la información y su expresión digital c's
ltr'[ritraria. En contraposición, las computadoras analógicas manej¿rn c:¿tlttitl¿rdes discretas, siempre positivas; es deci4 los caracteres que proces¿]l'l ÍltlillL
tl¿rrr cierta relación con la naí)raleza de los datos.
La diferencia entre estas dos formas de computación reside en la at'bi-
tr'¿u'iedad subyacente a la codificación digital. De manera paralela, cn cl lcttg¡i.r.ie natural la relación entre expresión y contenido, exceptuando arlgtttlos
.'urr-rs de onomatopeya, es arbitraria y por eso se denomina digital. En c¿ttlt5i9, en las formas de comunicación no verbales, hay algo similar a l¿t ct¡slt
(lue se trata de comunicar, por lo que recibe eI nombre de analógicar. F)n
.,tras palabras, el prototipo de codificación digital lo constituyen las lengtl:.ts
rraturiles, mientras que la codificación analógica abatca todo aquello qtlc s('
c'onsidera comunicación no verbal: posturas, gestos, expresiones faciitlc's,
inf'lexiones delavoz, secuencia, ritmo, cadencia de las palabras y, er-l gcrll('lnl, cualquier otra manifestación no verbal que sea emitida en un contcxlo
interactivo.
El grupo de Palo Alto, a través de sus estudios sobre la esquizoft'enia,
.lemostró que los aspectos de contenido de una comunicación, o sea, la infirl'
nración relativa al mundo, se transmiten de manera digital, mientras qttc los
aspectos relacionales de la comunicación, es decil la información qlle c:ollciárne al tipo de relación que mantienen dos interlocutores, son transmiticlos
predominantemente por cauces analógicos. Igualmente, estos autores c:viclenciaron que los niveles analógicos de una comunicación carecen dc ttll¿t
cstnrctura lógica capaz de explicitar relaciones del tipo "si.. luegor, (c) ... o>,
(no)) y las distinciones temporales presente, pasado, futuro.
De esta última apreciación se derivan dos consecuencias:
a) Existe una gran dificultad para traducir un mensaje analógico a Llrr
código digital y viceversa, de manera que por tratarse de vías de conrlt-
lll('ll('l(tll ('llylls ('till'tl('llll'itri iltlt't'tt¡ts sr,()l)()lt(.n, tilt¡t l¡.irrlt¡t't.ititt s¡¡rorrt,
sit'rr¡l't'rrrir t',rsitlt'r'irlrlt'¡rt'irrlitllr rrr.i'r,r'rrrt.i,¡r.
l,) l¡¡t el c'oltlcrto itttcrt'activo, los r¡ivc.lc's :rrrirltigir.os y cligirllcs clcr trn
tttcltsit.ic lttaltticncll clttl'c sí, Ircccs¿u'i¿ullclltcr, t-ll¿l lcl¿rció¡ clLtc se
('()ll()cc cotl cl nonlbre clc punLtraciórr. La puntr-ración clc
un nivei de la
c'olllt¡llic:¿tci<ir-r respccl-o al otro es congrllente, cuando las informacionc:s cluc tralrsmiten Lrno y otro no entran en conflicto, e incongmente,
ctt¿t¡lclo la información transmitida en un nivel de la comunicación
cntl'¿r cr"l conflicto con la transmitida por el otro. La puntuación incon_
lllLlcnte se denomina descalificación. un ejemplo de comunicación
cougruente consiste en la emisión de la palabra .si, moviendo ligera_
rrente la cabeza de arriba hacia abajo, mientras que una comunicaci<i' incongruente o descalificación sería emitir el Áensaje (estoy muy
cnl¿rdado contigo" acompañándolo de una sonrisa franca.
crr¿rndc¡ clos personas
entran en contacto van definiendo progresivamentipo de conducta comunicativa que ie establece
t'ltlt'c ¿tn-lbos. De entre todos los mensajes posibles seleccionan aquellos tipos
r¡rrc arrrbos interlocutores están de acuerdo en que son esos y rro o1.o, los que
tlt'bcn c'nitirse. Así, cada mensaje intercambiaáo
o rr r""fu"rro del tipo de
"r, modificar esa relación.
que se ha establecido, o una propuesta para
't'lir.i<'¡r'l
l',r' c'icrlplo, si dos vecinos se encuentran en el ascensor y uno de ellos reali_
z¿r un comentario sobre el tiempo, éste está indicando que
esta es la clase de
t'os¿ts sr¡brc la que pueden entablar una conversación. Si su interlocutor
conlirrí¡a cr¡u el tema estará aceptando el tipo de relación propuesta por el prinrcr'(), pero si le pregunta por su nuevo empleo estará próponiendoLn
tipá de
más personal.A su vez, eslapropuesta pn"d" seiuceptada por el pri'r'laci<i'r
nrc| corlrllnicante, hecho que se manifestará si contesta a li pregunta, ó la
lo que se hará evidente en caso de que desvíe el tema de conver_
'r't'l*rz..cla,
s¿rc'irin hacia la climatología.
It's.
¿rcuerdo sobre la relación al que llegan los comunicantes nunca se estalllc'cc clc manera definitiva, sino que se desarrolla paulatinamente, de
acuertlr¡ c<rn las preguntas que realizan los interlocutoies, con la forma en que
¡t'¡rcci<¡nan ante ellas y con las variaciones del medio ambiente, que influyen
sLr
conducta.
l-¿r comunicación que se establece entre dos personas incluye
el contexto
(rue tiene luga4 los mensajes verbales, las pautas paralingüísticas
y los
rrrvir.nientos del cuerpo. De esta forma, la relación que entablan do, pá.rours sc clefine tanto por la cualidad de la información
[ue se transmite por los
t'rrn¿rlcs ya citados, como por la presencia o ausencia de información
procetlt'ntc: clc ellos. Nadie puede dejar de puntuar un mensaie, ya que las paiabras
sr¡rr crnitidas de una manera determinada y el silencio ádqulere
siempre una
sigrril'icación, de acuerdo con la postura que adopta el que calla y cof el
conIt'rlo en que tiene lugar.
('r
la conluniclcirin sc' lot'ltit iltt'ottgt'ttt'tttt', it lt'¿tvtis tlt' tltt'ltsit'
jr,s r¡rrc sc clcscalilic¿ln ullos a olrtrs. Cottto itlit'trr¿t lllley (1977,lllti) <lir ¡¡c'rrtt'
lit.lrclq a.juz.gatl l¿r c<lncltrct¿r clc <ltrrrs corlo litlslt o sit-tcc:t'¿1, sc:l'i¿t <¡ blrlttlista,
r.lt'., olrscrv¿rnclo si rc¿rlrrcntc c<¡nlin.l-t¿tn lo c¡ttc clicclt ltol lrtcclio clc calilic¿rt i6¡qs coltgt'Llcrntcs. Y cuand<) Lul¿I pcl'sot-ut t'cs¡lottclc ¿l ()tt'¿t cl¿rllclo stt ptrl¡.liit
tlt.li¡ici<in de la rcl¿rción entrc anrt)as, clicha lcspt-tcstat cot.t-t1-rt'crnclc tocl<ls los
r¡ivclcs del mensajcr.
\¡tJl('¡ allítlouclc
Bn resumen, volviendo al tema de la entrevista terapéttticar, pett'at ptrrfitrltlizll.en el manejo de este tipo de interacción es preciso conocel'¿rtltcs las
t.¿¡.acterísticas y funciones de los niveles analógicos y digitales cle la collrttllit.rrci<in, así como las relaciones que se establecen entre ello en l¿1 5i¡¡¡¿lc:i<irt
It'r'apéutica.
r'cl¿rción, a través del
lil
sobrc
Si llrs ¡rrlrrlr¡rt'iolrt.s (¡t(,s('t'sl¿tblt't't'lr t'ltll'r'los ltivt'lt's lrrtlrlri¡1it'o y tlitlil¡rl
rlt.rrrr ¡rt'rrsir.jc firt.t'iur sic.rrr¡rrt t'ott¡.yttt'nlt's, l¡ts lt'l¡tt'iottt's t'ltlt't'lits ¡lt't'sotlits
st.r,il¡r t'l¡l'¡s y sinr¡rk.s, lr¿rsl¿r t'l l)ulrl() rk' c¡ttt' llts tlil it'rlll¡rtlt's itrlt't'¡lt't sr¡lt¿tlt's
I.2. I,A ENTREVISTA
EN PSICOTERAPIA
La entrevista terapéutica es un procedimiento empleado en psic<-rtct'i.t¡riil,
t'rr.yo objetivo consiste en observar y analizar la conducta de un pacientc, pal'¿l
tlcspués integrar Ia información obtenida de cara al tratamiento de sr-rs clilit'r I tades psicológicas.
r
Este tipo de entrevista conlleva el establecimiento de un tipo especial clc
lcl¿rción interpersonal caracterizada por el hecho de que el terapeuta crstá
sgcialmente reconocido como un experto en relaciones interpersonitlcs,
I¡icntras que el paciente tiene expectativas de obtener en ese encuentro itlgtitt
¡rrrrvecho para sus necesidades.
Las características más destacadas de cualquier entrevista de nalur¿rlcz¿t
lc¡apéutica se definen en los siguientes planos: comunicación, interacci<'rrr,
cstructura y técnicas específicas de inter-vención. Todas ellas convergen elr cl
obietivo general de provocar cambios más o menos estables en la condtlc:ta
rlcl entrevistado. Pero la consecución de los objetivos terapéuticos de la entl'cvista requiere, con foecuencia, la elaboración de un detallado historial clínic:<r
clcl paciénte. Bajo estas circunstancias, Ia entrevista terapéutica se acerc¿t al
r¡oáelo médico tradicional y, en consecuencia, su función terapéutica ticnclc
¡ solaparse con actividades de tipo diagnóstico. Dicho de otra manera, ¿lLlllc¡ue la entrevista terapéutica es un género claramente diferenciable de otl'¿ts
variedades de entrevista psicológica, en determinados momentos de su dcs¿rlrollo integra facetas que, como en el caso del diagnóstico, constituyen tocla
rrna especialidad de laprácticaprofesional del psicólogo clínico.
Por otra par1e, la entrevista terapéutica adopta objetivos específicos, clc'
¿rcuerdo con el contexto en que tiene lugar y con el tipo de población a qllc sc
ill)li('it' l'llr t'slt'st'ltlitlo, st'¡rttt'tlt'rr rlilt'r't'rrli¡rl rlivr.r's¡rs t,llrst.s rlt't,nllt.visllr
It't'it¡ltittlit'it, t'llltt' lits t¡ttt'rlcslirt'¡rtr lxr su llr.t'rrr.rrt'irr lrrs lllrrrrirrl¿rs t.¡lr.cvistls
irtit'i¿tlt's. l'llt cllls, cl crrlrcvisl¿rrlor'¡rrrt'tlt' lt'rrr,r'rrl¡lrrnir o rrirrgrrna inlirr.rrraci<in
¡lt't'vitt ílr'(:l'('il clr-rl clicntc, ltcl'o sir'ttr¡l'r. rius olljc.l ivos cs¡rcc:Íf icos s()t.1, por Llna
¡xtltc, lit iclcttlil'ic¿rcit'rrr gl<lbul clc l¿r c:llscr clc ¡rrrrblcrrr¿rs (luc lr¿rn mol-ivado la
t'onsrrlt¿r .y, l)or otra, csclareccr si pucdc ¡rrcsl.zrr-lc eryuda terapéutica o si debe
rr.lrritil rrl c:¿rso a otro prolesional o institución.
olr':.r catcgoría de entrevistas terapéuticas está formada por aquellas en
lrts c¡ttcr el <lbietivo específico consiste exclusivamente en la
identificáción por-
de las dificultades del paciente. Este tipo de entrevistas rrrálert
conc:luir; bien con un juicio diagnóstico, bien con una descripción pormenoliz¿rcl¿r cle la cclnducta del paciente y del entorno ambiental en que tiene lugar.
l.¿r rnayoría de las veces las descripciones de esta clase constituyen la explor'¿rci<in clínica que precede al tratamiento; por eso, mediante ellas se pretende
irlcntif icar los puntos fuertes y débiles del entrevistado, así como la configur'¿rci<in cle las situaciones conflictivas más destacadas en su historia y r.t pr"Ilre Iroriz¿rcla
sclt
f
c¡.
Sc dcnominan entrevistas de orientación aquellas entrevistas terapéuticu.yo objetivo específico consiste en ayudar al paciente a tomar algún tipo
tlc clccisión. Et .utuit.rístico de estas sitüaciones el hecho de que el paclente
r'¿rs
cx¡-rclimente algún tipo de bloqueo en su capacidad de elección, lo que a su
vcz strcle comprometer alguna dimensión importante de su futuro.
la orientación, las entrevistas de terminación se
informa sobre las conclusiorrcs ¿r que ha llegado, en relación con la naturaleza de los problemas del
¡rac:icnte o, si ha habido tratamiento, respecto a sus previsiones del tipo de
MLry relacionadas con
c¿tt'¿tc[erizan porque durante ellas el terapeuta
cli
¿r
I
icultades que éste encontrará en el futuro y el grado de éxito con que podrá
lxrrclarlas.
Hn cambio, las entrevistas en situación de crisis pretenden ataja4 de
lnrrnera eficiente y rápida las posibles consecuencias de un momento de
clcscsperación, que puede acabar en suicidio, o la sintomatología más florida
clc urna ruptura brrrsca del contacto con la realidad. En estos casos, el entrevisl.¿rdor se enfrenta, en pocos minutos, a circunstancias que generalmente se
clistribuyen a lo largo de varias sesiones, como, por ejemplo, aumento rápido
clc la ansiedad, inminencia de una toma de decisiones, etc. Durante la entrevista en situación de crisis es conveniente que el terapeuta apoye emocionalnrcnte al paciente y eue, al mismo tiempo, busque informaciones concretas
c¡rrc le faciliten el desarrollo de un plan de ayrrda. Esta clase de objetivos suelcrrr alcanzarse intensificando la propia serenidad, la atención y la aceptación
rlcl paciente.
A su vez, los objetivos específicos de cada una de las categorías de entrevista terapéutica mencionadas cobran matices peculiares en función de fac-
l¡rt.s llrlt.s t'o¡to si t,l ¡rirt'ir.nlt't's rnt nit)o o ttlt ¡ttltlllo, si t'l rr'¡litrrt'lt t's ltttllrtt
l;rlrrlir¡ o inslilur'iorurliz¡rtlo, si cl ¡rirt it'rrlr' ¡tr'tttlr' itrtlivitlt¡lrllrtt'ttlt' o tt¡ltltr
rrrit,rrrllrrr tlt' rrn llrul)() llrrriliru; lirr'¡rt¿rttrlo ¡litt lr' rlt' rttt lt,t'ttlx) t'olt t'l (ltt(' tl()
I ir,rrc víttt'ttlt¡s tlatttt'itlc's, t'lt'.
l'ol rlltinro, otrrr f'actol'c¡trc ittc:irlc'tlirc'c'l¿tlttr'ltltr t'lt llt t'orrli¡ltrtirc'irilr tlt' l¡l
r.rrlrr.visli.r lela¡tórrtica, lanl<¡ ¿r tt'¿tvós clc l¿r clcrtcrl'lttiltl"tc'i<'rll tlt'stts oll,it'livos
r.5lx,( ílic()s, c<lmo clc l¿rs ti'cnic¿rs clcr intct'vc:tlci<itl o crl gl'aclo clt: csll'tlt'ltll'lt''
t ion, t.olrsistcr c-.n la inflrrcnci¿t cllre ejercct-t l<ls moclcl<ls tctit'icos it c¡ttc sc lttls'
, r'ilrt'n los clistinttts cntrcvistaclol'es.
l,llt ¡crsumcn, la entrevista terapéutica es un plrrcedimientrt cttyo olticl ivtr
¡it,rrt.r'al c:gnsiste en fácilitar la resolución de las dilicultacles psicolírgit'its
rrrr.rlialrlc uln cierto tipo de interacción personal: la establecicl¿r c:ntt'c: tlll l)l'()lr.si<¡¡al cualificado y una persona que necesita ayuda. Las pccttliitt'iclatlc's
t¡rrt.irclopta este procedimiento difieren considerablemente cn f'uncititl clc llts
silr¡rciones en que se desarrolla, de las condiciones demográiic¿rs c iltstiltt
liorr¿rles qlre concurren y del marco teórico que sirve de guía al entrcvisl¿tcl<¡t:
l,rr i¡cidencia de todos estos factores hace que algunas entrevist¿ts tct'it¡ri'ttti( irs sc. diferencien mucho de otras, pese a lo cual todas mantienen itlgttrrits
t rrr'¡rc:lcrísticas en común.
Aprender arealizar una entrevista terapéutica es una tarea para lzt c¡ttc tttr
r,xistcn ni reglas fijas, ni consejos capaces de sustituir a la experiencia clf ltic'it
¡rrrrpiamente dicha. Sin embargo, el psicólogo que haya llevado a c¿rbt¡ tllt
lrr¡clr entrenamiento y que cuente con un grado suficientemente elevaclo tlc
lr¿rbilidad en el manejo de las distintas técnicas de intervención verbal, poclr'á
Irlrrrntar su primera entrevista terapéutica con tranquilidad y una alta prrrllalriliclad de éxito.
El entrenamiento de nuevos entrevistadores posee diversas facetas, algttIrls de las cuales han sido objeto de estudios más o menos exhaustivos, ctl.yas
t'onclusiones recomiendan que la formación de un entrevistador-terapctt(it
siga la siguiente secuencia:
1. Adquisición de las habilidades necesarias para el correcto maneio
las diversas estrategias y técnicas de intervención terapéutica.
clc'
2. lntegración de dichas habilidades en un estilo personal flexiblc y
espontáneo, que permita al entrevistador novato saber abordar con
soltura la comunicación y la interacción, frente a una amplia gatrra
pacientes.
clc'
3. Actuación clínica supervisada por un profesional con más expericnciir,
capaz de proporcionar una retroalimentación exhaustiva de la e.icc:trción del joven entrevistador.
4. Autosupervisión o autocontrol de las entrevistas. Esta tarea se pttc,clt'
ejecutar fácilmente mediante el análisis de las características dc l¿rs
iltlt't'vt'ltc'ir¡ll('s l)l'()pi¡ls (ll¡ro tlc lrrlr.r'vr.lrcir'in,
l)¿rulits t.lturlcilrlivirs ¡.rr.r,tl()lltillitltlt's, t'stirllilitlirtl/v¡u'i¡rt'irln tlt.l t.rrlirt¡uti, lrlt'r.rr¿rt'irirr clc'l¿r irilcp
vcltt'i<ilt ltl ¡lt<llttclttt) ('tt (lu('| st,¡rrrrrlrrt'c., t,lt,.).y tlc los cfi.ct1¡s clc t¿rlcs
illlct'vctlci<¡llc,s stlllt'c'lit cr¡tttturit'¿rt'irirr y lir inlc'r'acci<'llt c<lll cl
¡r1c:ic¡te.
I'ilr cl clcsal'rrrllo clc csta lil'tra rlt'c'onlirrl cs ac'orrscja[rlc Iar giarbació¡,
crlt cilt[¿t nretgnetof<itric¿t o vÍclco, clc l¿ts cntrcrvist¿rs i.calizaclas. En
este
c¿rso¡ cs requisito indispcnsable c¡ue cl pacicnte conceda explícitamen_
tc sr-r permiso para efectuar la grabació'. En caso de que el cliente
nranif'estara reticencias se le puede recordar que el contenido de las
cn[rcvistas está sujeto al secreto profesional, pero en ningún caso se le
presionará para que acepte la propuesta de registro mecánico, ya que
esta clase de conductas por parte del entrevistador afectan negativamente al nivel de cooperación que desarrollará el paciente.
Dc cara a la facilitación de las etapas r." y 2." del proceso arriba descrito,
clr los capítulos que siguen se han incluido dos clases de tareas: ejercicios de
pir¡rcl y lápiz y ejercicios de ensayo conductual o role-p|aying. Los ejercicios
clcr papel y lápiz están pensados para ser rearizados indiviáuj-"rrt",
en camlrir¡, Ios ensayos conductuales se caracterizanporque necesitan de una ejecucirin cn grupo, bajo el control de un experto. pese á que en este tipo de táreas
rr, lray aciertos y errores, su inclusión en un programa de aprendLaje es obli¡¡aclo por dos razones. En primer luga4 el enruyo conductual de una entrevista tcrapéutica ofi:ece, a quien desarrolla el papel de entrevistado¡ la oportuIriclad de integrar en una ejecución activa las áistintas técnicas y habilidades
c¡rrc ha aprendido aisladamente, y a quien desempeña el papel de
cliente, la
posibilidad de identificar aquellas conductas que deben ser evitadas por un
tcrerpeuta, en base a su efecto contraproducente cuando son considérados
bi1i. la óptica del cliente. En segundo luga4 el resto de los participantes que
clcrsempeñan el papel de audiencia adquieren una mayor tráuinaaá p"r."ptiv¿r y crítica de los fenómenos de la comunicación y la
interacción tárapéuti_
c¿rs, ya que su tarea,junto con la del experto que planifica la
sesión, consiste
cn hacer una evaluación detallada de la e;ecuóiónde quienes hacen de entre_
vistador y entrevistado. Cuando la audienciu
.rrr-".osa suele resultar útil
", de un aspecto
cncargar a cada padicipante de la evaluación
concreto del
clcsarrollo de la entrevista, como por ejemplo, la expresión facial, los titubeos, ler empatía, etc.
La retroalimentación se incrementa notablemente, en amplitud y precisi<in, cuando las sesiones de ensayo conductual son grabadas en vídeo
o cinta
rr-rirgnetofónica, para que dichas grabaciones sirwan de sopofte a los comen_
tarios del entrenador y de los observadores. Igualmente, la escala de evaluaci<in de la intervención de entrevistadores publicada por cormier y cormier
ct-t 1979 incluida a continuación, suele ser de gran utilidad, tanto pára
la faci_
lit¿rción de una observación detallada, como en la valoración de ü ejecución
propiamente dicha.
l.it. l,lscAl,A l)l,l l,lvAt,l tAill(iN l)l,l l,As lN'l'l,lllVl,lNIloNl,ls
I
L
)l,ll, l,lN'l'lll,lV lS'l'Al
X
)ll
Hosiq qué punto el entrevistodor se sentío cómodo y no onsioso en reloción con ol
cliente y con los temos trotodos:
I. NADA.
2.
2.
POCO.
3.
ALGO.
4.
BASTANTE
5. MUCHO.
Hosto qué punto el entrevistodor evitobo persuodir ol cliente poro que oceptose sus
volores y expectotivos:
I. NADA. 2. POCO.
3.
ALGO.
4. BASTANTE. 5.
MUCHO.
ll. Hosto qué punto el teropeuto
evitó que sus necesidod_es personoles en lo elección del
temo y del control de lo entrevisto dominoron o interfirieron con lo sesión:
I. NADA. 2. POCO.
4.
2.
POCO.
2.
POCO.
MUCHO.
3.
ALGO.
4. BASTANTE. 5.
MUCHO.
3.
ALGO.
4. BASTANTE. 5.
MUCHO.
Hosto qué punto el entrevistodor tronsmitió uno hobilidod espontóneo y no mecónico:
I. NADA. 2. POCO.
7.
4. BASTANTE. 5.
Hosto qué punto el entrevistodor se preocupó del cliente y no de los hobilidodes que
lenío que desorrollor:
I. NADA.
ó.
ALGO.
Hosio qué punto el teropeuto evitó comunicor verbol o no verbolmente desoproboción o eniuiciomiento ol cliente:
I NADA.
5.
3.
3.
ALGO.
¿. BASTANTE. 5. MUCHO.
Hosto qué punto porecío que el clienie volverío o ver o este teropeuto:
I. NADA.
2.
POCO.
3.
ALGO.
4. BASTANTE. 5.
MUCHO.
2,
LO NO VTIRBAT
La comunicación no verbal puede definirse como aquella clase de eventos
comunicativos que transcienden la palabra hablada o escrita. La importancia
clc la clase de conductas que llamamos no verbales tiene dos dimensioneg:
Una se relaciona con el tipo o cualidad de la información que transmiten y la
otra, con la cantidad de información que pueden cursar. Esta rlltima puede
llegar a constituir el 65 por 100 del total de la información transmitida durante una conversación cotidiana. Por ello, el terapeuta tiene que estar especial'
mente sensibilizado respecto al tipo de conductas que, tanto en su paciente
como en él mismo, configuran la comunicación no verbal'
Thadicionalmente, las conductas comunicativas no verbales han sido clasilicadas en tres categorías: kinésica, paralingüística y proxémica. Se consl'
dcran conductas kinésicas todo tipo de movimientos corporales, como son
los gestos, las expresiones faciales, el contacto ocular y la postura. Igualmente, en esta categoría se suelen agrupar otros elementos de naturaleza máS
estable, como son el aspecto físico, la altura, el peso o el aspecto general del
comunicante, ya que todos estos rasgos contribuyen a crear expectativaS en
un interlocutor sobre la clase de persona que es aquéI.
La paralingüística aglutina todas aquellas conductas relacionadas con los
aspectos vocales no lingüísticos de un mensaje, como son la calidad de vOZ,
las vocalizaciones, los silencios, la fluidez de la pronunciación o los erroreS
clel habla.
Por último, se consideran conductas proxémicas todas las ligadas al uso
clel espacio personal y social, como, por ejemplo, Ia distancia interpersonal,
la manera de sentarse o la forma de disponer una habitación.
Durante la comunicación, la conducta no verbal puede relacionarse
COn
la conducta verbal de seis maneras diferentes:
Repetición: EI mensaje verbal y no verbal transmiten idéntica información, como en el caso en que un ligero movimiento de cabeza de arriba hacia
abajo acompaña a la palabra nsír.
(l<¡lll¡'¿¡tliccirílr: lil tttr'ttsrtjr'rro 1,1.¡lr¡rl sr.olrolrt'lrl vt,llr¡rl. l,lrr t,slr¡s
ils()s, llr r¡rrrvor'írr tlt, lr¡s t.onrurrillurlt,r lir,rrrlt.t¡ :r lr¡nurl r.onlo viilitlr¡ r,l
tttt'ttslt.it'tto vt'tlt¿tl. lJrt t'.it'rrr¡rlo lo lcrrt'r¡l¡¡s t,rr llr lolrrr¡r (,¡r (lu('las
¡'lt'r.sortirs
stlt'lt'¡l t'ltlt'tttlt't lls ¡tlrlltltt'asi (l('l)i('nv('l¡irllr turrrrtlo llrs rrt'onr¡raiia rrrr gcst<l
(
¿ttluslo.
Sustitución: En
csl-e c¿rso Lln¿r concluct¿r n() vcrr.l)¿rl ()cr_rp¿I
cl lr-rgar de un
nrcnsa.ic lirrgiiístico. Así sucede, por ejemplo, cu¿rndo alguien sonríe para
i rrtl icar c<¡n fbmidad.
complementación: una conducta no verbal complementa una conducta
vclbal cuando la modifica, termina o elabora de algún modo. Es el caso de un
t'onrril'licante que dice haber abandonado un determinado proyecto y, al
nrislno ticmpo, se encoge de hombros.
Acentuación: Habitualmente los mensajes verbales se enfatizan medianIr'r'l rrso cle los registros no verbales. Generalmente las emociones que acom¡llriiirrr a las palabras suelen expresarse a través de la cara, mientias que el
lcslr¡ rlcl cllerpo tiende a expresar la intensidad de dicha emoción.
Regulación: La conducta no verbal contribuye de manera definitiva a la
lcgulaci<in del flujo de la conversación. Así, por ejemplo, el turno de intervcrrcitin suele expresarse mediante un movimiento que compromete las cejas
y lrr l>¿rr'[rilla.
Dr-rrante
la entrevista terapéutica la conducta no verbal del paciente
se
constitr-rye en una importante fuente de información acerca de sus senti-
rrricntos, emociones y preocupaciones, pues la conducta no verbal de un
forma parte de la expresión de sí mismo. Este aspecto cobra un inteli's cspecial cuando, como sucede con mucha frecuencia, el paciente no tiene
concicncia de su conducta no verbal. Es más, puesto que la comunicación no
vcl'lral es más espontánea y mucho más difícil de controlar conscientemente
c¡rrc lers palabras, aquella puede facilitar al terapeuta la identificación de un
r'onf'licto, tanto como éstas pueden distorsionar su percepción. Al respecto,
rlivcrsos autores se han mostrado de acuerdo en que un élevado núméro de
irrcongruencias entre los mensajes verbales y no verbales, o sea, las descalifit'¿tciones foecuentes, constituyen un claro indicio de conflicto o falta de inte¡r,r'ación de la personalidad.
¡rirc:icnl-e
I-as posibles reacciones, explícitas o implícitas, del terapeuta ante la conclucta no verbal del paciente pueden clasificarse en cinco cátegorías:
I
. Averiguar la validez o congruencia entre la conducta verbal y no verbal
del paciente.
2. Registrar y responder a las incongr-uencias o descalificaciones que se
establezcan entre los niveles verbales y los no verbales. Este tipo de
reacción puede ser elaborado de tres maneras distintas. La priméra, a
través de un registro encubierto que no se notifica al páciente; la
rlt.l¡r rlt'st'r'i¡tt'ir.rtr vt't'lritl rl,'l¡r tlist'tt'¡litttt'i¡t olrst'lvil
tllr ltrt.tliitrrl(.¡¡it r'olrl'trrrrllrt'ion y, lx)l tiltittro, ¡ltr'¡',ttttlitlttlo tlittt'lit
ntt'nlt' itl ¡litt it'ttlt' t¡rtti si¡¡tlil it il t's¿t illt'ott¡1t ttt'ttt ilt.
1. l{t's¡rprrcl('t'il, () ¿ln()t¿u' ll corrclttc'l¿t ltr¡ vt't'lxtl (ltl(' it('(}llll)ltttit ¿t los
silcllc'ios rlc.l ltac'icrrtr:. 'liuttbii'rt ctt r'slc c'ltso e l lt't lt¡lc'ttllt lit'ttt' lt't's
st,¡r,¡¡,r,¡.,, ¡r lt'¡rvtis
ltrclltalnlclrtc la colttltlcllt lto vct'lt¿tl clc stt ¡ritcit'ttlt',
rlcsc¡i[til'crl silcrrc:i<¡ clcl clicntcr a ¡rartir clc la cotlclttcllt tlo vcl'bitl t¡ttt' lrr
ircornperña y prcgrrnl-arr- erl pac:icr-rtc, sol-¡r'c cl sigrrif icitclo clcrl silcrllt:i<¡ t'tl
o¡-lr:iorrcs: r'crgistral
crtcstiótr.
.1. Distraer o interrurnpir al clientc dirigiendo la atención y cl tcllr¿r clt'
cr6nversación hacia la conclucta no verbal. Esta clasc dc inlcl'vclrcirirl
sutele ser especialmente irtil cu¿rndo el cliente tiende a pcrclcrsc cll tlll¿l
cligresión o evita sistemáticamente ciertos temas. Pcro cstcr til-lo clt'
intervención terapéutica sólo da buenos resultados cLl¿tlldo se r-crlict'c itl
uaquí-ahora, de la conducta no verbal del paciente; en clr¡bi1¡, stls
clectos suelen resultar contraproducentes cuando se interl-ttllr¡rt' t'l
ilujo de la interacción, para examinar una condLtcta no verb¿rl c¡trc lirt'
significativa en un momento ya pasado'
.5. Tener en cuenta los cambios que se producen en la conducta no vct'll¿tl
del paciente a lo largo de una entrevista o serie de ellas. En cl 1'rt'ilrrcrrr
de los casos las modificaciones suelen indicar un cambio de actitt-tcl, e lt
el segundo, cuando Ia tónica general se inclina hacia la relai¿rcit'rn y llr
asertividad es un indicio de mejoría, bien de la relación terapótttit'it,
bien de la problemática del paciente.
En cualquier caso, Ia manera concreta en que el terapeuta respondct'ii a lit
¡¡¡clucta no verbal del paciente está en función de factores tales como cl ti¡lo
rlr. cliente y su problemática específica, la calidad de la relación lerapótltic'it
t¡rrc ha llegado a establecer con é1, el tema que se debate o la forma cn cltlc
irrrteriormente el terapeuta ha manejado la información procedente clc los
r'¿rnales no verbales de
comunicación.
Sin embargo, en la relación terapéutica no sólo la conducta no vcl'llal
tlcrl paciente resulta de interés, sino que el entrevistador debe estar igttalrncnte atento a los mensajes no verbales que él mismo envía a su pacic:ttte
de estos va a depender en buena medida el grado de colaboracirilt
lx)rque
-obt"ttga.
Así, por ejemplo, diversas investigaciones han puesto de rclit',¡,'"
vc la influencia de la conducta no verbal del terapeuta, sobre aspectos talt's
como el grado en que los clientes le perciben como alguien socialmcltlt'
irtractivo y profesionalmente experto, el grado y tipo de informaciones lclt'v¿rntes que proporcionan los pacientes y el resultado final del proceso tc)l'll,
péutico.
Concretamente, las incongr-uencias y descalificaciones en los mens¡.ics
clue el entrevistador dirige a su cliente suelen producir en éste confusit'rtl .y
It'('llilz(), (t l)(il1li(l¡t tlt't'ortli¡tttz¡r r'n l¡r t.lr,r'livirl¡rrl th.l lr,irl¡rnrit.rlr. l,.si (.()rtlttt'l¡ts llo vt'l'bitlt's clt'l tt'r'lt¡lt'ttlrr r¡rrr.lir,lrt,rr ntÍtv()t irrllrr,j, s,5l'c l¿r lr't.ltir
lll¿ttt'lt¿t clt'lit cltll't'vista t'ottt¡rtr,rl('l('n los oios y lir t,lrr.rr r.rr gcnq¡11,
l¿t 6r.ic¡rl¡rt'i<ilr clcl t'ttct'¡lo, lit ¡'ltlsttlt'it, l¿r tlislrrrrciir irrlt.r'¡rt,r's<lrraly algttrt.s r.crgisl.*ls
dc
l¡t voz. lilltt'c l¿rs corrcluct¿ts no vclb¿rlt,s rlcl lt'r'ii¡rt,trl,, .¡,,.'
prJdr-rcir
r-rn
¡rri".l"n
t'fi'cltl tlt/ts pct'nicioso en la inl.cr'¿tccií¡rr tcra¡rórLtica clc,.st¿rc¿rn: contacto ocular
irtfl'crc:rrcrntc, posición del cuerpo en írngulo clc 4-5,,cn rclación
con el cliente,
r)r¿u'rt(]nc)r' echado el cuerpo hacia atrás, crLtzar las piernas
en dirección
olrrrcsta al paciente y cruzar los brazos sobre el pecho.
Si' embargo, aunque resulta indiscutibre la gran incidencia de la comullicación no verbal en aspectos tan centraler pu.á el desarrollo de la entrevista tcrerpéutica, como son la manifestación de la propia intimidad, la regula_
ci<ir dc la interacción y el manejo del controf roiiul, tampoco se puede
que, con mucha frecuencia, el significado de las conductas no verba'lviclar
crs lr¿r sido generalizado y considerado dé manera aislada.
Este hecho constiltt.ycr ltna l'uente de errores de considerable importancia en la práctica
clínica
y, P()r'csta razórt, antes de interpretaruna conductanoverbal,
conviene tener
('n (:Llcnta las siguientes restricciones:
Conduchr
Rcloción Pocienb-Tcropcdu
Significodor Poriblo¡
l\rrdor o fijor lo mirodo en
terooouto pide ol cliente
quá reconsidere los
consecuencros do uno
decisión. El cliente collo y
miro un cuodro en lo pored.
Preocupoción. Posible
El cliente exDreso el deseo de
Excitoción o onsiedod Uso
lentillos.
uno P€rsono o coso.
Mover róoidomente
los ojos. Éorpodeor.
Fruncir los cejos.
Miror de,sosloyo o orqueor
los ce¡os.
f
' lil significado de una determinada
sona a otra.
.
2.I.
conducta no verbal varía deuna per-
El significado de una determinada conducta no verbal varía de una cul_
tura a otra, existiendo amplias diferencias en lo que concierne al con_
tacto ocula4, contacto físico y distancia interpersonal.
Humedecimiento de
los oios.
Contocto oculor directo-
Folto de contocio oculor
continuo.
Mirodo ceñudo. Aporto lo
mirodo.
Relqción Pocienle-Teropeuto
El cliente
Deseo de comunicoción
Codo vez que se propone el
temo de su fomilio, ei cliente
Renuncio ol femo de
conversoción,
oporto lo mirodo.
disconformidod, emborozo
o preocupoción.
El pociente hoblo sobre su
situoción loborol. Se poro y
Preocupoción.
miro hocio oboio: rezum. lt
dicho y miro o los oios del
teropeuio.
o reloción. Atención.
El cliente oide conseio. El
teropeuio lb explico tü tol y
el cfiente miro le sosloyo y
orqueo los ce¡os.
Eslor pensotivo o perplejo.
perple
O evitor uno persono
ono o un
temo.
El terooeuto suoiere oue
exolore'los d ¡f icu]todes' con
los'podres. El cliente collo y
orqueo los ce¡os.
Evitor un iemo o ol
interlocutor.
El cliente ocobo de contor lo
reciente muerte de su podre.
Aporecen lógrimos en sus oios.
Tristezo. Frustroción.
progreso
importonte en lo
comunicoción con su poreio.
Felicidod.
Se le humedecen en lós oiós.
Mover los oios.
terooeuto le oide oue
hdchos'
'"Ju"rd"El cliente collo
sionificotivos.
idesuio lo m.irodo, luego
responde y mrro de nuevo.
Dilotoción de pupilos.
El cliente hoblo del reoentino
desinterés de su espoio v los
pupilos se le dilotonl
Significodos Posibles
ocobo de hoblor ol
teropeuto. Este responde. El
cliente montiene lo mirodo.
hoblor de ün temo, ounque
todovío dudo. Mueve los oios
róoidomente olrededor de lo
'
hobitoción.
rigidez o tensión.
El cliente cuento un
INVENTARIO DE COMUNICACIÓN NO VERBAL
t) URANTE tA ENTREVISTA TERAPÉUTICA
Conduchs
El
El
Procesomiento o
noteriol;
rememoroción del moter
sfocción
o gron interés o sotisfocc
Alormo o gron interés.
sfocción.
Gron interés o sotisloccii
inclino hocio el
teropeuto; mientros éste
hoblo sus pupilos se diloton.
El cliente se
Sonrisos.
El terooeuto oide oue le cuente
,r."ró, ográdoblér.
El cliente
sonríe y cuento olgunos.
con uno
sonriso ol soludo del
teropeuto.
El cliente resoonde
ldeos positivos, sentimientos
sentimien
o ocios relocionodos
odos con lo
conversoción.
Soludo
Conductur
Apretor los lobios
frunciéndolos.
Reloción Pocirntr.Teropruto
El cliento
closgil o :u orluorzo
por suporor un problonro.
Significodos Posibles
Conduclqs
Estrés. Determinoción.
litr<:uclir lo cobezo de orribcr
Cólero. Hostilidod.
oboio.
Collo y frunce los labios.
Reloción Pocicnle.Toropcuio
El clionle osté preocu¡rodo
por su estotus o su solud.
teropeuto refleio sus
El
Significodor Pociblcs
rtttrortlo,
Conf irnlqción crsenlirnioni
cscucho o otención.
sentimientos. El cliente mueve
El clienle se irrito onfe el
retroso del teropeuto. Se
siento con los lobios
opretodos, mienfros el
El cliente socude
.illT
teropeuio explico sus
Socudir lo cobezo de
izquierdo o derecho.
rozones.
Boior
:r lo comisuro de lo
boco o morderse los lobios
lo cobezo y dice <Sí>.
Cólero o ogresividod.
Lo clienie describe su reciente
Ansiedod o trisfezo.
violoción. Boion los
comisuros de lo boco y
ocosionolmente se muerde
los lobios,
El cliente cuento
lo pérdido
Lo cobezo cuelgo hocio
oboio con lo mondíbulo
hocio el pecho.
Tristezo.
de opoyo de sus podres
después del divorcio. Se
muerde los lobios.
teropeuto señolo un
obstóculo en el proceso. El
cliente obre lo boco y luego
drce que no ero consciente
El
Sorpreso o supresión de
un bostezo. Fotigo.
de ello.
Lo sesión ho sido
lnclinorse hocio delonte.
lorgo.
El
teropeuto hoblo y lo boco
del pociente se mueve un
Supresión de un bostezo,
sonriso.
Miror de sosloyo,
-unciendo los ceios y
frunciendo
opretondo lo boco.
El cliente
hoblo de formo
fluido. A veces sonríe y
montiene el contocio oculor
lo moyor porte del tiempo.
Felicidod o sentirse cómodo
El cliente cuento uno
situoción tironte con su hiio,
oprieio los lobios y frunce
el ceño.
Cólero, preocupoción
lnmovi
novilidod de los oios,
El cliente dice que no tiene
boco inonimodo.
nodo que contor. No hoy
expresión definido en su coro.
El teropeuto dice que los
continuos retrosos del
pociente deben ser
onolizodos. El cliente dice
uNo> y socude lo cobezo.
teropeuto hoblo del finol
del trotomiento. El cliente
El
Desocuerdo o
desoproboción.
Tristezo. Preocupoción.
inclino lo cobezo hocio
le pecho y dice que no
quiere deior
Reponchi ngorse. Detenerse,
rodeor o oportorse de uno
persono.
o tristezo.
Brozos cruzodos sobre el
pecho.
Preocupoción, onsiedod
o miedo.
El cliente cuento que su
lncertidumbre.
esposo ho solido sin
dor explicociones.
Se encoge de hombros
mientros lo dice.
Ambivolencio.
El cliente estobo recostodo en
lo sillo. El teropeuto cuento
Apremio. Atención.
Aperturo o lo comunicoci
olgo de sí mismo,
el cliente se inclino
hocio delonte y hoce uno
pregunto.
Fotigo.
poco.
C ontocto oculor con
Escucho. Atención.
los sesiones.
Encogerse de hombros.
Abri r lo boco sin hoblor.
lo cobezo
h"blo el tercpeuto.
El cliente se siente mol por
sus boios colificociones. Se
reponchingo. Cuento sus
d¡f¡cultodes poro hoblor.
El teropeuto indogo,
el cliente se reponchingo
y oleio los hombros.
El
teropeuto inicio lo
conversoción. El cliente no
responde. Se echo hocio
otrós en lo sillo y cruzo los
brozos sobre el pecho.
Tristezo o ombivolencio.
Folto de receptividod poro
por
lo reloción interpersonol
Evitoción de lo reloción
interpersonol. Disgusto.
Conducb¡
Temblequeo
ueo y retorcimiento
de monos.
Rdoclón Pocbnb.Trrcpcub
oxpr6rtl ru nriodo o
suicidio; lo tiomblon l<rs
El clionto
Significodos Po¡ibles
Condrrbr
Rclocién Pocicnb-Tcrupcutu
Piernos y pies ionsos y
controlodos.
El cliente hoblo
reloiodomente de su troboio.
Cuondo el teropeuto toco el
temo de su motrimonio sus
piernos se ponen rígidos.
Tensión o onsiedod
dod. Estor
cerrodo o uno interocción
inter
omplio.
El cuerpo completomente de
El cliente cuento un problemo
Aperturo q lq reloción
relo
Ansiedod o cólero.
frente o inclinodo hocio
delonte.
y miro directomente ol
Cólero.
Combior lo orientoción del
cuerpo en óngulo, no
mirondo de frente o
Ansiedod o cólero.
monos,
En voz boio el pociente
expreso su resentimienlo;
socude los monos ol decirlo.
Aferrorse o un objeto o
cogerse los monos con
fuerzo.
Duronte lo primero entrevisio,
el pociente dice sentirse
incómodo; tiene cogidos los
monos de monero tirqnte.
El cliente expreso
hostilidod
hocio su jefe; oprieto los
monos con Íuerzo.
Brozos
rs extendidos. Brozos y
monos gesticulon.
. El teropeuto pregunto y el
cliente gesticulo sin responder.
rígidos.
Acentuqr o enfotizor un
ospecto. Aperturo o lo
reloción.
El teropeuto loco un temo
nuevo. El cliente responde
rópidomente, con los' brozos
reloiodos.
Gestos escosos, los brozos
Cólero.
y pies en uno
posturo relojodo y
Estor tieso. Sentorse
derecho y rígido en
Duronte lo primero sesión, el
cliente responde brevemenie.
Los brozos estón coídos o los
lodos.
Tensión o cólero.
El pociente, con los brozos
Cólero.
comodo.
Cruzor
)ruzor y descruzor los
piernos
iernos repetidomente.
El cliente tiene los piernos
Mecerse o revolverse en el
osiento.
Aperturo o lo interocción.
el borde del osiento.
Hoblor en un susurro
inoudible.
Combios en el tono de vo=.
y
Dificultqdes. Preocupoción
Preoc
Ansiedod,
El cliente dice que no sobe en
qué consisiiró lo enhevisto. Eslú
sentodo muy tieso y derecho.
Tensión. Ansiedod.
El cliente estobo en silencio.
Dificultod poro hocer
I
El
teropeuto le pregunto y él
Preocupoción.
revelociones
El pociente hoblo de su
Los temos de conversoción
c<
tienen diferente
iferente significodo
emocionol.
significotivomente.
Tortomudeos, dudos
errores en lo
El cliente cuento sus
Ansiedod. Depresión.
problemos; crvzo y descruzo
los piernos repetidomente.
precisión.
EI cliente cuento sus miedos
relocionodos con uno sifuoción
conflictivo. Se mece ol hoblor.
Reloioción.
pronuncioción.
duronte un
resumen del reropeuro;
,lorgo
ro rnterrumpe poro hocer uno
Cierto reporo en lo reloción.
troboio en un tono
moderodo. Al hoblor de su
iefe su tono de voz sube
Aperiuro o lo reloción.
los pies relojodos mientros
hoblo libremenie de sus
problemos. Los mueve poco.
El cliente toconeo
Dificultodes poro entror en
conversoción. El teropeuto
pregunio por los rozones. El
pociente giro el cuerpo.
inoudible.
El cliente hoblo rópidomente
de sus sentimientos sobre unq
reloción. Tortomudeo y
Temo impoctonte. Ansiedod
Ansi
o desogrodo.
comete errores de
pronuncioción.
Hoblo rópido, lento o
llcconeo.
teropeuto mientros hoblo.
Coniinúo iguol cuondo el
teropeuto le responde.
responde en un susurro
coídos o los costodos, expreso
su irritoción por hober iido
enviodo ol psicólogo.
Piernos
reponchingóndose en el
osiento.
Signiftcodor, Po¡iblo¡
Pori
I
I
I
i
Ansiedod. lmpociencio.
ouere;h;;. uf,J precisión.
espomósdicomente.
El cliente comienzo lo
entrevisto despocio, contondo
un mol fin de semono. Al
hoblqr de los sentimientos
sobre sí mismo hoblo mós
rópido.
Temo impoctonte o osuntos
osu
con diferente volor
emocionol.
Conducts¡
Silencio
Rrhclón Poclmtr.bropoufu
Significodor Po¡iblcc
clicntc cntro y cl tcropcuio
le invito q hsblor, El cliente
collo.
Reticencio o hqblor
o preocupoción.
El
El teropeuto hqce unq
pregunto. El cliente se poro
o pensor lo respuesto.
Preocupoción o deseo de
seguir hoblondo después de
uno pouso.
Mqnos húmedos,
respiroción superficiol,
sudoroción,
rdoroción, dilotoción de
pupilos, rubor, cuello
El cliente hqblo de lo
interesonte perspectivo de
dos puestos de troboio. Su
respiroción se hoce mós
Excitoción positivo (interés)
o negotivo (onsiedod
congestionodo.
rópido y sus pupilos se
diloton.
El cliente cuento sus
dificultodes sexuoles.
o emborozo)
Ansiedod. Emborozo
Los
L
El teropeuto hoce uno
confrontoción. El cliente se
mueve hocio otrós ontes de
hu
2.
C: Mirar f i.iamcntc ¿r Lln¿r persona u ob.ieto.
S: El terapeuta le ha pedido al paciente que piense en posiblcs opciones. El cliente calla y mira fijamente al suelo.
3,
C: Apretar los labios frunciéndolos.
S: El paciente ha expresado preocupación o irritación por haber sido
injustamente evaluado en clase. Frunce los labios mientras lo cuenta.
4.
C: Mover la cabeza de izquierda a derecha.
S: El terapeuta acaba de interpretar las razones por las que el pacicnte se siente fracasado. El paciente responde sacudiendo la cabeza de
izquierda a derecha.
5.
C: Repanchigarse en el asiento. Alejarse del terapeuta.
S: El cliente acaba de contar sus continuos intentos de encontrar a un
respirociones se hocen poco
profundo y su cuelló
enroiece.
Aleiorse.
Conducta: Contncto visusl clirecto,
Sltuaclón: El clicnte le h¿r cr¡ntaclo un pxrblcnril al ter.tpcuta y
mantcniclo cl contacto visual rnicntt'as Io h¿rcfa.
hijo que ha huido de casa. Estos han sido infructuosos. Mientras
lcr
dice se repanchinga y aleja su cuerpo del terapeuta.
lnvosión del espocio
interpersonol. lncremento
de lo excitoción. Rechozo.
6.
C: Temblequeo y movimiento nervioso de las manos.
S: El cliente expresa miedo a perder su puesto de trabajo, sus manos
tiemblan mientras lo dice.
responder verbolmente.
7.
Acercorse.
ientorse detrós o cerco
Sentor
de un obieto (meso o
escritorio)
Sentorse , detrós o cerco del
teropeutor sin ningún objeto
en medio.
A medio sesión el cliente
se
oproximo ol teropeuto.
Búsquedo de uno
interocción mós íntimo.
Un cliente nuevo eniro y se
siento en uno sillo oleioJo del
teropeuto.
Búsquedo de protección
o de mós espocio.
Un cliente hobituol se sientq
cerco del teropeuto.
Nivel de comodidod
odecuodo-
2.2. I]JERCICIOS
C: Taconeo.
S: Durante una extensa respuesta del terapeuta, el cliente taconea
continuamente. Luego de forma abrupta toma parte en la conversación.
8.
C: Susurra4 cuchichear.
S: El cliente comienza a hablar de un tema delicado, su voz acaba por
convertirse en un susurro.
9.
C: Silencio.
S: El terapeuta acaba de hacer un comentario. El cliente calla durante un rato; luego responde verbalmente.
10. C: Respiración más rápida, enrojecimiento del cuello.
S: El cliente anuncia que próximamente va a tener un hijo. Su ritmo
respiratorio aumenta y se le enrojece el cuello.
A) l)e papel y lápiz
B) Ensayos
Describe brevemente el posible efecto o significado asociado a cada una
cháte, teniendo siempre muy en
c:t¡enta la situación descrita.
clc las siguientes conductas no verbales del
.
-.
conductuales
Ejecutar un ensayo conductual de una entrevista terapéutica en la que
el cliente desarrolle cinco clases de conductas no verbales claramente
diferenciables. A saber:
l.
Congrucrrcia cntrc mensoJer verbulen v nt¡ vc.r,butcs.
2. Mcnsa.jcs incongrucntcs con dcsc¿rlll'lcuclr¡¡rcs cl¡"r clivcrsa
3. Silencio.
4. Información abundante y enmarañada.
:t.
natur:aleza.
l,O Vl,lltllAl,
5. Variación fuerte entre la clase de conducta no verbal del principio y
la del final de la entrevista.
La duración de este ensayo no debe sobrepasar los veinte minutos, aunque el cliente debe dar al entrevistador lá oportunidad de responder a
cada uno de sus cambios en su conducta comunicativa.
'
Ejecutar un ensayo conductual de una duración máxima de veinte
minutos con objeto de que el terapeuta, apoyándose en la conducta no
verbal del paciente realice los siguientes ejercicios:
l.
Validación de la congruencia o incongruencia entre la conducta verbal y la no verbal.
2. Identificación
3. Selección
de los mensajes incongruentes o descalificaciones.
de una conducta no verbal significativa durante los silencios.
4. Intermpción
de la conducta verbal del paciente para centrar la atención en la no verbal.
5. Identificación de los cambios en la clase de conducta no verbal exhibida por el paciente.
ó. Identificar al menos seis conductas no verbales del cliente de cada
una de estas tres clases: kinésica (moümiento del cuerpo), paralingüística (cualidades de la voz) y proxémica (manejo del espacio).
7. Describir los posibles significados de las conductas no verbales que
han sido identificadas.
2.3. SOLUCIONES
1. Deseo de comunicación.
2. Preocupación.
3. Agresividad.
4. Desacuerdo.
5. Desazón.
ó. Ansiedad.
7. Impaciencia.
8. Reparo a la autorrevelación.
9. Reconsideración.
10. Ansiedad.
.
Durante una entrevista, lo que el terapeuta hace o dice influye en la conclucta comunicativa del paciente, es deci4 existe una relación funcional entre
l¿r conducta de ambos. Así, la relación terapéutica puede considerarse como
Irna cadena en la que cada eslabón está formado por un mensaje del terapeut¿r que es seguido por un mensaje del paciente. De esta manera, cada expresión elicita una respuesta del interlocuto[ de forma que la influencia de una
conducta verbal se extiende, tanto hacia la expresión precedente, que es
reconsiderada bajo la nueva información, como hacia la que sigue.
En estas circunstancias, cada conducta verbal ejerce alguna de estas tres
clases de influencia: refuerzo, castigo o discriminación. La intervención del
terapeuta tiene un efecto reforzante cuando mantiene o incrementa ciertas
conductas comunicativas del paciente; en cambio, el efecto de una intervención es equivalente a un castigo si ciertas conductas comunicativas del cliente
decrecen en su tasa o incluso desaparecen. El efecto discriminante de una
intervención terapéutica sobre una conducta comunicativa se produce cuando
su aparición permite predecir el tipo de respuesta que elicitará en el paciente.
Aunque estas clases de influencias se estudian habitualmente partienclo
de la conducta verbal del entreüstador y de cara a la influencia sobre la conducta del paciente, de hecho, la relación que se establece entre los eslabones
de la cadena es biunívoca. Esto es, con excepción del primer y último enunciados de una entrevista, cada una de las intervenciones del terapeuta y del
paciente constituyen un refuerzo, un castigo o un estímulo discriminativo,
con incidencia sobre la conducta que le sigue.
Por otra parte, la comunicación verbal que se desarrolla durante la entrevista terapéutica difiere notablemente de las pautas habituales en una conversación cotidiana, especialmente en lo que se refiere a la conducta verbal
de terapeuta. Es más, el grado de experiencia profesional de un entrevistador
puede ser identificado atendiendo exclusivamente a su tendencia a responder
a sus clientes, de manera similar a como lo hace con sus familiares y amigos,
de forma que a mayor similitud existe una menor experiencia.
l)ivt'lsl¡s t'sltlrlios t'ttt¡ttt'it'os lt:ur rlt.rrr'slr'¡rrl, t'l r,rlrr,visl¡rrlr'
rrr¡v¿rlr¡ rr
lltt't¡t¡tlt¡ l)ilsll lx)l'ltllr¡ los ¡rosilrlr's t.lt.t los {l¡(, li(.¡(.¡,
s,l>*. lir i'lr.r.irt.r:i<irr
l,t'til¡rtitllit'¡t, stls ¡littllits ll¿tbilrrirlcs <lt,t''rrrr¡rit.rt'iri¡r
vt,r.lrrrl v, (.()¡ ¡() ¡rc:r()s
l¡t't'tlt'ltci¿t, clt'scollt¡c't: oll'¿¡s li¡r'rnls rlt.r'rrnurr¡,
¡r, i,;rr ¡i-ii,,i,;... ¿r l¿rs cl. l¿r convt'r'sitt'i<ill cs¡rorltiirlca. Pot'cst¿r raz.<in, ulr
l)¿rs() t.lt,rrrt.¡l¿rl c' l¿r firr.nr¿rción cle
t¡ll t'llll'cvist¿tclol'clílrico consistc cn iclcntif:icerl ucltrcllas
fir.nr¿rs clc comunicat'ir¡n vo b¿rl c¡uc rcsulten contrapr:oducentcs, clurintc
una cntrevista terapéu_
lit'¿r. Nrcrvc son los tipos de inter-venciones verbales,
que d.b.r, ser evitadas
l)()t ul) clttl-cvistador. A saber:
.
I
Clhirchara. Teniendo-en cuenta que er criente ilega
a la entrevista por un
rr.tiv'concreto, deben evitarse los temas de cJnversación intranscen_
clcntc, tales como el tiempo, la política o los depor-tes.
2'
M¿rnil'estaciones que impliquen juicios, acusaciones,
críticas o insultos.
3. Sc'moneo. conviene evitar al máximo las expresiones que
connevan
c.nsejos del tipo
"(Jsted debería... ,,, oIt) qu" uit"d. tiene qie hacer es...,,.
4. lixpr-esiones de compadreo y manifestaciones
de simpatía del tipo
< Ii.slolt seguro de que ahora
que vamos a ve:ylos en días
fiios comenzarás
tt .sct.ttirte mejor" o nMe apena muchísimo eso que
dices',,.'
5. l'r'csionar,
arnenazar o discutir, Deben evitarse ras expresiones
del tipo
<¿.No te Io dije yo?",
"Si no lo haces te arrepentirás, o o(Jsted. está com_
t I e t antente equivocado porque... >>.
7
6. lixpresiones de intorerancia y rigidez del tipo oLct tinica
manera de
.*¡lucionar su problema es...,, ,,siiontinúqs oií tu,
dificuttqdes aumen_
lu
7'
rán>.
Fliperanálisis, hiperinterpretación
o intelectualización No son acon_
sc.iables las expresiones der tipo <En mi opinión
sus actuares dificutn_
des provienen de que usted ninca se preocupó
por su desarroilo
ttal,.
tl'
perso-
Bombardear al paciente con varias preguntas seguidas:
n éeué siente
cn relación con,ello? ¿In pone tristei
,"7"ii
q"¿ hace ar res_
¿c:'uando
pecto? ¿Podría hablarme un poco más-de eso?,.
9. Autorevelaciones extensas. Están especialmente contraindicadas
t. sAtlt,It
t,ts( tt l( il
tAn
S¡rlrt'r'c'sc'uc'lt¿u'y ¿rlcrtclc't ('s un l)r'r'r'r'r'r¡ttisilo rlt' r'ttirlt¡ttict' ittlt'r'vt'rtciritt
lr'r'rrlrtrrrlica, ¡rrrcsl<1, c¡rrc, si cl crrlrcvisl¿rclr¡r'rro s¿rlrc csc'rrc'lrirr; los lt'sull¿rtlos
nl¡is Ilccucnlcs son cl ¿rlr¿rnclono clc l¿r arrtocxplolaci<irr, cl clcsccrrso rlt'l¿r
rrroliv¿rci<ir-l .y los f alkrs cler ¿rtcnciór'r por'¡raltc clcrl clicrntcr rnicntr'¿rs c¡r-rc cl tclir.
¡rt'rrlu corlc un ¿rlto ricsgo clc compr-cndcrcrrí¡nc¿rnrcrrtc l¿rs clif ictrlt¿rclr-rs clc su
irrlt'r'krcr-rtor y de seleccionar Llna estratcgia de intcrvcnción in¿rdccr-r¿rcla.
.lunto con las técnicas no directivas especificadas en cl capíLulo 4, sorr rcs¡rrrt'stas que denotan atención y escucha, los ligeros movinrientos dc c¿rbr:z¡r,
Irrs rcf'uerzos del tipo uhm whm,las exclamaciones !q, !a, comprendo, si, r:lc'.
l,a utilidad de esta clase de indicios que revelan el interés del entrcvist¿r-
tlol hacia lo que cuenta el cliente puede categorizarse en tres puntos:
1
. Actúan como un poderoso refuerzo que incide en el deseo del pacicrrtc
de hablar de sí mismo y de sus problemas, hasta el punto de c¡ucr lar
ausencia de esta clase de refuerzos puede provocar una actitud ncgati-
vista en el paciente.
2. Favorecen la adecuada formulación de los problemas del pzrcicntc,
potenciando la identificación del núcleo de los mismos.
3. Animan al paciente a asumir la responsabilidad de seleccionar cl tcnra
y el tono que desea imprimir a la entrevista.
Cuando el terapeuta no sabe escuchar y seguir el hilo de lo que le dicc cl
¡raciente, se ve obligado a pedir información sobre algo que ya le fue inclic¿rdo, o al menos apuntado, o incluso a paliar sus diferencias comportándosc
como un experto, siendo esta actitud la menos adecuada para el establecimiento de una buena relación terapéutica.
Entre los obstáculos que tiene que superar un entrevistador para mantcner su atención y desarrollar su capacidad de escuchar al paciente destac¿ul:
a) Tendencia a juzgar y evaluar los mensajes del cliente.
á) Tendencia a distraerse por factores como el ruido, las presioncs clc,l
horario o el tema de la entrevista.
ras
a las dificultades del terapeuta: nLo que usted
me dice me hace
'clativas
pensar
en mi propia situación. yo también siánto ro mismo
cuand.o...,,.
()acla una de estas nueve formas
de intervención verbal están contraindi-
clurante la entrevista terapéutica porque tienden a inhibir
al paciente,
's¡rcct<-r a la comunicación de sus propias dilficultades
.;;;i;;p.rsona
que,
n tlt'liltiliva, no es más que un extraño.
irtl¿rs
jt.
c/
Tentación de responder a las piezas de información ausente hacicnclo
preguntas precipitadas.
d) Tentación de proponerse a uno mismo como fuente de solución clc
problemas.
e/
- Preocupación por lo bien o mal
profesional.
que uno mismo se desenvuelve conr<r
;1.1.1. l,lJorrrlckls
A.ó. P.: Cuanclo me siento a estudlal aunque csté lcyendo esl.oy pen$an'
clo en lo que pasa en casa.
Dc pnpel y lápiz
T.: a/ (Está sentado y quieto. dejando pensar al cliente' pero pre¡itándole toda su atención)
Elige la respuesta que creas más conveniente en cada caso,
A.l. Paciente: (un estudiante) Mis notas han bajado de sobresaliente
b)
a
c/
un aprobado raspado en sólo dos meses y no sé que hacer para recuperarme.
Terapeuta:
b)
c)
a)
¿Cuánto tiempo hace que estás en el colegio?
Parece que tus notas han bajado mucho
para cambiar esa situación.
¿Te
A1.:
T.: a) ¿Cuántas horas estudias al día por término medio,?
b) ¿Dóndeestudias?
c/ ¿Puedes decirme en qué sentido
estudio?
han cambiado tus hábitos de
A'3. P.: Aunque paso muchas horas estudiando, no soy capazde concentrarme,
¿F.n qué
b
A5':
a
A6.: a
en afirmativo respecto
te tenido en cuenta, ya que se relaciona directamente con el efecto de
halo o sesgo introducido por el entrevistador (Ej.: Encontró usted..'
en lugar de ¿No consideró usted...?)
3) El enunciado de una pregunta debe de evitar sugerir la respuesta.
Igualmente, se deben evitar todas aquellas formulaciones que puedan
dar lugar a un condicionamiento semántico (Ej.: ¿Cómo son las rela'
ciones con su esposa? en lugar de Austed le gusta maltratar a su espo'
ciudad viven tus padres,?
sa, ¿verdad?)
T.: a) Eso puede ser lo que te hace difícil estudiar.
4) El enunciado de una pregunta no debe de contener alternativas
¿Por qué están pensando en separarse?
c/ ¿Puedes tú hacer algo al respecto?
A4.:
a los enunciados negativos y las frases carentes de artículos definidos
respecto a las que los incluyen. Este fenómeno debe ser especialmen-
A. 5. P.: Es diffcil decirlo. Mis padres están pensando en separarse, llevan
así varios años.
b)
a
2) Un efecto semejante tienen las formulaciones
T.: a/ ¿Puedes hablarme un poco más sobre tu casa?
c)
A3.:
1) Las preguntas dirigidas personalmente al sujeto, empleando el vocativo tú, usted o llamándolo por su nombre, tienden a generar respuestas más fiables que si la preguntase formula de forma abstracta
(Fj; María, ¿usted vio...? en lugar de ¿se veía...?)
A' 4' P.: (Mirando hacia abajo con las manos entre las rodillas). Tengo
problemas de concentración porque me paso el tiempo pensando án
los problemas que mis padres tienen en casa.
Parece que te resulta difícil hablar de eso.
c
durante la etapa intermedia de la entrevista terapéutica, o durante la serie
central de entrevistas de un tratamiento, consiste en saber preguntar'
Saber preguntar quiere decir no preguntar nada al cliente sin que se
pueda justificar porqué se ha demandado esa información concreta, en ese
preciso momento. Pero además, saber preguntar implica que al formular
una pregunta concreta se han tenido en cuenta las siguientes consideraciones:
al cliente) problemas de concentración.
b)
A2:
La tercera actividad fundamental a desarrollar por el entrevistador
T.: a) (Envozbajay cálida) problemas de concentración.
b) (Tornando notas) problemas de concentración.
c) (Enfatizando
b
3.2. SABER PREGUNTAR
A'2. P.: Mis notas han bajado mucho. creo que no estudio tanto como
solía.
Deberfas ser capaz de olvidarte de eso mientras estudias.
;1.1.2. Soluciones
y no sabes que hacer
ha sucedido antes de ahora algo así?
¿Que crees que está pasando en casa?
'
cerradas de tipo disyuntivo, ni categorías que conlleven una implicación (Ej.: no es conveniente preguntar ¿El era... o era...? ni ¿Ella
estaba...?)
5) Las pt'cgt'tnttts
clcbc¡r cntl¡lclnt'ne clc l¡rl nr¿r¡ru.ár clu(, su r.csp¡cst¿l ¡o
sct',obligalol'i¿t¡llclttc ¡rrrrll,in. l{rr c¿rso .¡..'qu" l¿r i¡rfirr.nr¿rci(¡'
c¡uc busczt cl cntt'cvist¿tcltlt'sca e'xtcnsr o conlple,ia
cs convc¡icntc que
fitnnulc vari¿rs prcgunt¿ls csc¿rlor¡¿rcl¿urrcrrtc, ,.L.i r''i"na,¡ ¿r v¿rr:ias
interrogetciones independientes cntrc sf. Es clccir; nunc¿l
se clebe bombardoar al pacicnte con varias preguntas alavez,.
hitva
ó) Antes de formular una pregunta es necesario evaluar las posibilida_
des de que el srúeto tenga rós conocimientos necesarios
para responderla. En caso de duda, antes de formular tr pr"grrriu
es conveniente
cerciorarse de que no estamos enfrentando ál páciente
con algo que
desconoce.
7) El enunciado de una pregunta no debe de ser ni tan específico
que
pueda dar lugar a una respuestairrelevante ni
tan generar qrr" piomueva una respuesta estereotipada.
8) conviene prestar especial atención al marco de referencia implicado
por el enunciado de una pregunta, de forma que éste quede
lxphcitado e integrado en su formuración y no hayu de ,L, i.rreri¿o
po, er
cliente.
9) Antes de formular u-na pregunta conviene evaluar hasta que
punto
ésta provocará en er paciente una especial tensión, q.r"
1" lLve a
ponerse a la defensiva, o bien a ,.ru áirt"rrrión
tan notoria que le
oriente hacia la divagación.
l0)
il.2.l.
l,ljorrtk:irls
clcr
El orden de una serie de preguntas resulta más efectivo
cuando sigue
l)rr ¡lt¡rtrl y lripiz
Lers
preguntas que aparecen a continuación son cerradas. Tl'ansl'ól'malm
t.rr prcguntas abiertas, elaboranclo al menos dos altcrnativas dc cacl¿r c¿rst¡.
B. 1. ¿Te ayudan
B. 2.
siempre discutes?
B. 3. ¿Quieres ayudar?
B. 4. ¿Seguramente usted quiere a su marido?
B. 5. ¿Es verdad que te quieres ir de casa?
B. ó. ¿Disfruta siendo Ia clase de persona que es?
B. 7. ¿Usted nunca se ha casado?
B. 8. ¿Ha dejado de pelearse con su mujer?
B. 9. ¿Usted no tiene en cuenta lo que piensan sus familiares?
B.10. ¿Quiere hacer algo por solucionar sus problemas?
Elige la respuesta que creas más conveniente en cada caso'
B. 1 1 . Paciente: (Una chica de 1ó años): Me han dicho que tengo que entrcvistarme con usted porque hal encontrado una botella de coñac en mi taquilla.
Terapeuta: a) Pareces realmente preocupada.
un criterio psicológico (motivación, expectativas...) que cuando
er
criterio estructurante es de naturarezalzgica (partiáulaa generar...).
I 1) Es aconsejable disponer de enunciados arternativos
para cada cues_
tión y emplearlos siempre que el paciente dé muestra.
¿T:ú
á) ¿Puedes contarme más sobre lo que ha pasado?
c) ¿Por qué tenías esa botella en la taquilla?
que le guardara la botella en mi taquilla. Yo accedí a hacerlo, pero me hubiera gustado decirle que no'
8.12. P.: Un amigo mío me pidió
d" rro captarel
sentido de la pregunta. En esta situación suele ser efectivo
recurrir a
ejemplos que ayrrden al paciente a identificar el tipo de información
T.: a) ¿Querías realmente guardarle la botella?
b) ¿Quéte hubiera gustado hacer cuando tu amigo te pidió quc
buscada.
le guardaras la botella?
lD ra estmctura
sintáctica y la selección léxica del enunciado de una
pregunta deben realizarse buscando preferentemente
la sencillez y la
claridad, eligiendo por ejempro voces_ activas en lugar de pasivas,
y"
cuidando las implicaciones emocionales de los termínos
elÁgidos.
c¿rda una de las recomendaciones arriba detailádas,
no son, en modo
al¡¡rrno, específicas de la parte intermedia de la entrevista
terapeutic4. Sin
.nrbargo, pese a que conviene tenerlas en cuenta en cualquier-"il";;;i;;
clcrs¿rrrollo, es durante este período donde su manejo
adquiere;;; il;;;;:
.'ia vital, de cara a la consecución de los objetivo. i"r"pe"ti"o..
tus padres?
c/
B.13.
¿Has hecho algo así antes?
P.: Yo no quería guardarla, pero si no lo hubiera hecho, él hubicl'¿r
pensado que soy una gallina.
T: a)
b)
¿Quién te
¿Estás
pidió que guardaras Ia botella?
muy preocupada por lo que tus amigos puedan pen-
sar de ti?
c)
¿Qué quieres
decir con eso de "gallina"?
ll'l'l' lr.: Mis ¡llllill()s lttllrit't'¡rn ¡r.rlirl.
(lt
t(. nrr, ¡rill;rst.rr.
l)(.ns;r r¡ut,rr nri ¡r(.(l¿rl)¡r ¡rit.tl,
'l'.: ¡l) r'(rrirrr, rt'sit'rrrr.'s ¡rrlt¡r'lr t¡rrt.
rt' rrrrrr ¡riillrrr,,,
lt) ¿.'l'ú sicnrprer rr¿rccs ro c¡rre rus arrri¡1os c¡rriclcrr quc
t') ¿Qtré cr-ees qllc piensarn tus anrigos ¿rh<lra?
/r/ ,r1',,',t,, st' sit'¡tlr' ('on stt ¡tcltlltl t'sl¡trlo t ivil,'
ll. ¡t. rrl ,;P,r.'r'¡r.' tlt'st'r'ilrilnrt't'ulrl r's lir rtllrt'iri¡l llrlritrtirl t'rrlrt
hagzrs?
ll. 15. P.: Mc sicr-rto fatal.
lt) lt,n cslos rrronrcrrlos, ¡'c<irrro st: llr'vun uslt'<l y srt trru.ict':)
11.9. a) ¿'llitsta c¡rró ¡rrrrrt<l ticnc r-rstccl crn clrcnt¿r la o¡rirriírn clc sr¡s firrrri
li¿rlcs?
T.: a) Entonces...
b)
b) ¿Quieres ayudarme a entender que quieres decir con fatal!
c) ¿Estás enfadado contigo mismo?
ll. 16. P.: Me siento incómodo porque todo el mundo, incluyendo
mis
padres, se van a enterar de lo que he hecho?
T.:
a)
¿Crees que tus padres se van a enfadar contigo?
b)
Eso no es tan malo. ¿No crees?
c)
¿Córno crees que reaccjonarán tus padres?
ll' l. a) ¿Puedes decirme
b)
11.2. a/
¿QuÉ clase de
cómo han reaccionado tus padres ante tu pro-
apoyo te ofrecen tus padres?
¿Puedes explicarme más claramente cómo es
¿Podrías decirme cuál es
charte de casa?
tu relación?
tu posición sobre el hecho de mar_
ll. 6. a)
¿Qué siente siendo ese
b)
ll' 7. a)
¿córno reacciona ante er hecho de ser esa crase de persona?
o¡rini<irr rlt'sus
8.10. a) ¿Hasta qué punto está interesado en c¿rmbiar su cortcluct¿t?
b) ¿Hasta qué punto está decidido a eslbrzarse para canrbi¿u su
conducta?
8.11.:
a
8.12.:b
B.13.:
c
8.74.:a
:r.:t. EL ENFOQUE
nante en la misma. Los enfoques más significativos en la comunicaci<irr ¡rsic:oterapéutica son:
A) Enfoque en el paciente.
B) Enfoque en el terapeuta. En este caso sus frases
contienen cl t('r'nri
no yo.
C) Enfoque en terceros. Conforman esta clase de conductas vclbalt's
los enunciados del tipo ello... y los que contienen el nombre propio tlt'
terceras, personas ajenas a la entrevista.
D) Enfoque en las relaciones o el grupo.
Los enunciados de
goría suelen contener el término nosotros.
est¿r c¿rlt'
E) Enfoque
en un tema. En este caso, el término fundamental del cnrrn
ciado suele ser un sustantivo del tipo felicidad, familia, síntomas, ¿r n r i
gos, ansiedad, etc.
F) Enfoque en el contexto socio-cultural.
tipo de persona?
¿Puede ayudarme a entender cuál es su
monio?
l¿r
Pertenecen a esta categoría todas ac¡rrcllls
intervenciones del entrevistador que comienzan o incluyen los l('r'nri'
nos tú o usted.
b) ¿Cómo respondes a esas situaciones?
ll. 3. a) ¿Cómo ayrrdas?
b) ¿Cuál crees que es tu papel?
8.4. a) ¿Cuáles son sus sentimientos hacia su marido?
b) ¿Puede hablarme acerca de la relación con su marido?
ll- .5' a) ¿Qué sientes en relación con el hecho de marcharte
de casa?
b)
¿Hasta c¡ué punto cs importarntL¡ p¿rr¿r ustccl
familiares?
El enfoque de una verbalización se identifica por el marcador o cou,jrrrrlo
cle marcadores lingüísticos que determinan el conjunto temático ¡-rr-cclottti.
;t.2.2. Solu<:iones
blema?
ttslr'rl y su
rtttt.jt't',)
actitud hacia er matri-
Pertenecen a esta calcgor'ílr
las interwenciones verbales en las que destacan términos ligados a los
conceptos de ambiente, medio social, cultura nivel de vida, etc.
El enfoque de la conducta verbal que tiene lugar en una entrevist¿t tcllr
péutica también puede ser estudiado en función de las tres grandes át'crts
('(ttttlxtt'l¡tlD(.nl¡tl(.¡i: irlt.t'livirlirtl, (.olll,rrt
l¡lnir,lrlos V (.(),,,ni(.i(in. l,]rr t,slt. r.¿rso
t'l t'rtlirt¡ttt'tlt'rlll¡t tlt'lt'l'llrirtirtl¡r illt'r'vr'rrt i,rrr rlr.l t.nlrr.visl¡rtl,r.vit.nt,sr,tl¿rl.cl,
¡tot'llt rtitlttl':tlt'z¡t se'ttt¡itllic'ir rlt'l vt'r'lro ¡r'irrci¡r;rl rlt.l r.nrnrt.iirr¡r. Así, l¿rs irrlcrr
vt'llt'iottcs (ltl('sc ccttlt'¿tlt sobt'r'los st'r¡lirlrirj¡rlos tlt,l
¡rirt'it,rrlt,sc iclc¡tif ic:¿rn
¡r0t t'l t'ttt¡>lco clc vcl'b<¡s I'cl¿tcior-r¿tclos r'orr los st.rrti¡lric.nt<)s c.()rIlo e.star
lriste,
tttlittlttr'se, ctc' H,rr canrbio, l¿rs irrlrrlvcrrrci<¡¡rcs (¡r('sc
ccntr.¿r¡ s<lbl.c la conduclrr cxplícitir clcl clientc contiencn verlros crc,r tip.r
rrrrr,ra o.trot; comportarse,
t'lc. P.r'últi'ro, la conducta verbal del en[rcvistador tiene
un enfbque cogni_
trr
enunciados se encuentran verbos del tipo penscuj
creer,
li:i],"::"]"9: :l
tlt'('u'.t(' U .\t nusnIO, elC.
Aclcmás, tanto las seis categorías arriba expuestas,
como estas tres gran_
tk's h.c¿rs cornportamentales, sobre ras qrr" p.rid. recaer
el enfbque se refie_
|t'tt al ¡rasado, al presente o al futuro. Es decia tu t"r."ru
¿i.rrensión del enfot¡r. clc la conducta verbal del entrevistador viene ;"p;*.J; por
el tiempo
vt'r'lral qLle caractertza alos enunciados.
lil
hccho de analizar
er,enfoque de una entrevista, mediante las tres
tclrsioncs que acabamos de espácificar permite
identificar cuál ha sido la
Irirric¿r ckrminante durante la misma, al tiempo
que permite su redirección en
rr¡ rr'rre¡rto dado y faci]ita la planificacion ¿e la'siguiente
por
t
lirr
entrevista.
jt'rrr¡r1., iclentificar que el tiempo rr".buip."dominante,
durante una o varias
crrl'cvistas, es el pasado-o er futuro prréd. ilevar
ul t"rup"rrta al descubri_
rrir.rrlr clc la evitación del presente coino asunto atr:atar.Igualmente
, elanálisis dcl cr-rlbque de la comunicación verbar puede
,y;";;;"rregir
cierras
tlt'f icicncias del desarrollo de la entrevista como
t'
la rigidez o la ausencia de
tli'r'cci<i'. En concreto, estos rasgos se manifies,u", ,Jrf".ri"vamente,
irrr<¡vilism. y la continua oscilación del enfoque ¿" t".irrJrcambios por er
n
comu_
icativos.
;1.:f .
l.
'
2.
ll
sociccl¿rrl, r¡trt' ¡-rorrt' tttrtc'lto i'ttl¿tsis
7.
P¿rrtc clc lo c¡r-rc ll¿ts cont¿rclr) p¿u'cc:c lcl¿rcionat'sc c:ott ltts ¡tlattt's ¡litt'lt
dcspuós clcl cl ivol'c:io.
tl. Dc tu silcncio dcduzco qlre te rcsult¿r clifícil lr¿rl-¡l¿rr clc cstc ¿tsulllo.
Pero te cscucho.
9. Cuando dices que tienes un conflicto, ¿a qué clase de scntitlicntt¡s lr'
refieres?
10. Dices que a veces piensas que deberías quedarte en casa. Qttizít tllr
tema que deberíamos explorar es qué significa para ti ser Llna bttcnlt
madre.
:i.:i.2. Soluciones
1. Paciente, emoción, presente.
2. Paciente, cognición, presente.
3. Otros (impersonal), conducta, presente.
4. Terapeuta, cognición, futuro.
5. Nosotros, conducta, futuro.
6. Cultura, conducta, presente.
8. Paciente, emoción, presente.
l)e papel y lápiz
9. Paciente, emoción, presente.
Parece como si una parte de usted confiara en
sí mismo y ra otra parte
clesconfiara de su capacidad.
¿.En qué piensa cuando se siente asustado?
rrruy duro para un ser humano.
segura es algo que resulta
algunas ocasiones me he preguntado qué pasaría
si me descontro-
P"
tase.
st'
t'tt llt ¡lltt't'jlt, t'll t'l t'slitt'
.itrrttrls.
7. Paciente, cognición, futuro.
3' con frecuencia, abandonar una relación
o.
clcbcn a
lljorcicios
lclcntifica las tres dimensiones del punto de vista
o enfoque de las inter_
vt'r rc ir ¡r"rcs del terapeuta.
1
5. I'ut'rlt' ri('t (lu(' lo <¡ttt' ltitllitttt.ts irt¡ttÍ lt'srtllt' ril il.
b. l)¿rllr.rlt,l¿rs tliliculllrtlt's r¡rrt'trslt'tl ¡rttctlt't'ttr'ottllirt r'tt lit ttt¡tltttlt
10. Paciente-nosotros, cognición, presente.
4.
[,AS'l'ÉCNl(]AS
l)ll IN't'liltvIIN()
It'll
l vulil|Al,
Las técnicas que permiten a un entrevistador intervenir verbalmentc
durante una entrevista terapéutica son muy diversas. Sin embargo, es carac'
terístico de todas ellas el hecho de que cada una se diferencia de las demás
por el objetivo que permite alcartzar, así como por el tipo de estructura enunciativa que requiere.
Por otra parte, cada una de estas técnicas puede clasificarse de acuerdct
con la categoría directividad/no directividad. Las técnicas no directivas
empleadas más frecuentemente son: Clarificación, Paráfrasis, Reflejo, Resumen, e Inmediatez. Paralelamente, entre las técnicas directivas destacan las
siguientes: Sondeo, Afirmación de la Capacidad, Confrontación, Interpretación, Instrucciones, Encuadre e Información.
4.1. TÉCNICAS NO DIRECTIVAS
Las técnicas no directivas se caracterizan porque todas ellas denotan que
el terapeuta escucha atentamente el discurso del paciente y que presta la
debida atención al proceso de interacción que mantiene con é1. Por esta
razón, los enunciados de estas intervenciones se construyen en función del
sistema de referencia del paciente, ya que esta es Ia única manera de poder
lograr los objetivos generales perseguidos con su empleo; a sabeS el establecimiento de|rapport en un clima de confianza mutua, y la fluidez de la comunicación y la interacción terapéutica.
4.7.1. Clarificación
La clarificación consiste en una pregunta que el entrevistador dirige al
cliente, con intención de alcanzar alguno de estos dos objetivos:
a) Promover Ia elaboración que ha de realizar el paciente sobre los contenidos de los que estaba hablando inmediatamente antes de la intervención del terapeuta.
/r/
(lr¡¡¡¡¡1¡1'bal't¡ttt'sr" ltitll ertttt¡r'r'tttlltlo
r'r¡r'r,t.t.lir¡n(,nl(, lirs ¡rirla5r..s
clit,lr lr,.
c¡-,1
l'it firr'¡n¿t cllrlnci¿ttiv¿t prrrpiit clc la claril'ic¿rt'ir1t¡ r,r¡¡rsistc
Lrn ur-l¿r prcgrnt¿r
rlcl li¡rrr < ¡'Quierc.stlecirqle. i, o*
¿Estcistlic,ictt&¡t¡ttt,.,.?n <t<lttque tralqsde
lu'intrc e's qtte'..> <¡ <si re h"
bicn, k, qu" t,o, lruri, es que...>, etc.
"ompreirdiit¡
l)rrcst, c¡uc Ia clarilicación trata de hacer comp.letamente
explícito el
p.cicnte, con objeto de confirmar hasta!u"
ha
sido ade_
;;;"
'r¿rclar'c'tc c<rmprendido,_su empreo se aconseja
siempre que no estemos
i('rrrr'os clc haber captado el sentiáo del
mensaje del paciente y siempre que
lcscc¡rr's cvir.ar el riesgode formular hipZtesis
basadas en presuposiciones o
''rrclr¡si.ncs crróneas. Er uso frecuente'de
esta técnica se áconseja, en gene_
las primeras entrevistas del proceso rerapéutico
y, en particula4
::1...l:::,lll"
r(!r'npl'c cluc sea necesario identificar un problema.
r,9s t.cc¡rr.ic1rcftr ¿r trn ernrplio clcs¡rlic¡lttc ct¡toci¡rtrnl, Esltr cs cl citst¡ clcr ltls
lo tlcsgt'itc'i¿tclrls c¡ttc sc.sitrtt¡t1c:ic¡tcs ullt¡lr¡trcsu (l¡c ult¿l .y ott'it vcz ctlctlt¿ttt
parhli'lsis stterlc st:l'
i.rr-1, ¿rrrt,rc<rm¡raclcciórick¡sc cl.i c<llrtinttr¡. Pttt'ítltintrl, la
rrn¿r tócnic¿r ci'cctiva ctr¿rncft¡ crl cntl'cvist¿rclor clcsc¿t ¿tyttclat'itl ¡ritc:icntc ¿l Pclls¿¡'colt claridad sobrc u¡n problcma c<lncrcto, y¿r qtlc csta tócnic¿t lavorccc l¿r
ordenación y sisternatización dcl pcnsamicnto'
rr.rr.s^.ic clcl
i.lDMt,l.o
Paciente: Estoy hecho un río. Este año es tod.o
tan distinto. yruego ro cre mi
ttt¡t,ict: Ytt te dije Oue 11 habíamos d.ejad.o
¿no? Lo estoy pasando muy mal.
Adct.ttds no pego ni gorpe- No
he'presentado
a ros parciares y junio estti
rye
e ttcintu. Pero es porque
no puedo est)d.iar
Terapeuta: ¿'Quieres decir que te preocupa eI hecho
de que tus d.ificultad.es
¡ttr'sttttules influyan negativamenti en tu rendimiento?
1.2. l)¿rr¿if'rasis
[/'' parátrasis consiste en un enunciado que repite, con palabras
der tera_
'rrl¿r, crl contenido cognitivo del mensaje'del
paciá"i..-p,r"*o que con
rrclrfsinra fi'ecuencia los mensajes der cliáte
expresan, al mismo tiempo, ya
rr cli'cct¿r o indirectamente, aspectos
cognitivos y emociorr.t"r, para consri. rna paráfrasis el enrrevistador debé d"shná.r e;;-;;-os
previa_
''rrlc. l-<¡s contenidos cognitivos de un mensaje se identifican
con facilidad
t'c¡ttc lrarcen referencia a situaciones, sucesos,
personas, objetos o ideas.
l,os ob jetivos promovidos por la paráfrasis
son:
a/ Ayr,dar al paciente a centrar su atención en el contenido
conceptual de
su mensaje.
ó)
Dcsracar los contenidos cognitivos der
mensaje, cuando se considera
p'ematura o inadecuada la atención directa
sobre los sentimientos.
lil cmpleo de esta técnica.es aconsejable siempre que
el terapeuta desee
lirt'c¡r,c el paciente se vea desbordado por la
expresión de sus sentimientos.
rrbiór cs conveniente su uso cuando ei paciente
elude problemas específi-
E¡nn¡rro
paciente: pienso que a estas alturas y habiendo partido de ml la iniciativa
de deiarlo, yo no lendría que sentirme cohibido cuando me la encuentrt¡.
pero la verdad es que me siento incómodo, como inseguro. A veces na me
atrer¡o ni a miraila.
Terapeuta: En tu opinión, tus sentimientos no se adecuan a las circunstancias.
4.7.3. Refleio
Se denomina reflejo a aquellas intervenciones en las que el terapeuta
recoge la parte afectiva del mensaje del cliente, incluyendo el tono emocional
por éste durante la emisión. Como en el caso de la paráfrasis, para
"-pl-".do
elrüorry un reflejo, antes es necesario deslindar los contenidos cognitivos de
los emocionales. En este caso, hay que tener en cuenta que el paciente suele
transmitir sus sentimientos y elaborar el tono emocional de su mensaje
mediante términos específicos, tales como a\egr:1a, desilusión, deseo, etc., asf
como por las características de la comunicación no verbal'
Las funciones del reflejo son tres:
a) Animar al paciente para que exprese sus sentimientos. Es decir,
el
reflejo retuerza Ia expresión emocional'
b) Intensificarla experiencia del paciente respecto a sus propios sentimientos.
en relación con la naturamás frecuentes en é1.
o
son
que
dominan
Ie
lezade los sentimientos
c) Favorecer la toma de conciencia del cliente,
Cuando se emplea un reflejo, es muy importante elaborar el enunciado
seleccionando términos que aludan a los sentimientos del paciente con la
misma amplitud e igual piofundidad que la expresada por é1. En otras palabras, el empleo correcto de esta técnica requiere del errtrevistador una especial atención sobre las connotaciones emocionales de los términos que selecciona. En este sentido suele resultar útil elaborar una escala semántica de
términos con valor afectivo o emocional, en función de tres grandes categorías: odio, amor y miedo
Térmlno¡ con connotacrone¡ omocronrr¡r
da uro frecuente
en la entrevl¡ta
c)
RtPcRfl: Rclzrjado, contento, dc bucn hu nr,r;'¡rt
inrista, satisfecho, alegrc, fcliz, encanlado, emocionado,
excitacl<r.
TRISTEZA: Desanimado, decepciorr,ldo,_
clesesperanzado, desilusionado,
b/ Identificar un tema o estructura cgmún ¿r una serie de enunciaclos.
6/ Interrumpir una divagación excesivamente larga.
Sillililkcon
sternado' deprimido, toti t*io,-
hJ;;;'t"r"lir, ¿..Árr.i.JJ,
MIEDo: preocupado, intranquiro, nervioso,
tenso, a ra defensiva, asustado, agarrotado, atemo rizado, aterroÁzado.
IN.ERTIDUMBRE: Escéptico, dubitativo,
confuso, vacilante, desorienta_
do' preocupado, inseguro, perplejo, indeciso,
aturdido, receloso, desconfiado.
córBR* Moresto, frrrstrado, enfadado, ofendido, enojado,
irritado, peleado, frrioso, ultrajado, resentido, ;Ji"r;,
trastornado.
En cualquier caso, ra mayor dificultad que
imprica el uso del reflejo, consistc en saber identificar er momento
oportuno para su empreo. El terapeuta
debe
este facto¡, en reración .o.rio q,r"
er pr"r"u n""i""a' ser el efecto
^nticipar
que
csta
técnica producirá en er paciente en un
momento áado. nicno de otra mane_
ra' antes de devolver a un paciente su propio
estado.*o.iorrut es conveniente
que el entrevistador se pregunte,
si en esemomento concreto, el hecho
de que el
en sus sentimientor l"
ffi:ffii#,T*llce
'",.,It*a;;;;;;i;,", o bien,g"ai-
Enlazar dlversos elementos dispcrsos o lo lnrgo cle las ct¡munlc¿tclclnes
clcl pacicntc,
Es aconsejable emplear el resumen, siempre que sea necesario cerrar una
ctapa de la entrevista o el tratamiento y siempre que deseemos comprobar,
quc una larga exposición del paciente ha sido comprendida correctamcnte.
En este último caso, el resumen cumple una función muy próxima a la de
la clarificación. Sin embargo, el resumen también puede utilizarse, ocasio-
¡almente, para introducir un tema que, hasta ese momento, sólo se habl¿r
rnanifestado de forma latente o tangencial.
E¡nupro
Paciente: De verdad que lo he intentado varias veces. Me esfuerzo por concentrarme todo lo que puedo, pero nada, no me entero de lo que leo. Empie'
zo a removerrne en la silla, me levanto, pongo la radio o me 1)oy a chatlar
con alguien, y si me quedo delante de los folios es peor Si me empeño en
estudiar me pongo muy depre, es como un peso y pienso que no merece la
pena que me esfuerce, porque tampoco ahora voy a aprobar. Entonces lo
dejo y me tumbo en la cama completamente harto de mí mismo.
Terapeuta: O sea, qwe la inquietud y la falta de confianTa en ti mismo le
E¡nn¡pro
impiden concentrarte.
Paciente: Entonces.tod.o me parecía estupendo.
Cambiar de ciudad, d.e
*f"lo',"p"ro
también me
hac{a
t:asa, de amigos, de tipo de vid.a...,
en parte me daba
4.7.5. Autorrevelación
Terapeuta: Aquel cambio te asustaba y
te atraía aI mismo tiempo.
La autorrevelación consiste en un enunciado o grupo de enunciados, a tra'
vés de los cuales el terapeuta comunica al paciente, de manera intencional,
información sobre sí mismo. El contenido de una autorrevelación oscila de lo
personal, pero no íntimo, a lo más privado, y de los aspectos más positivos a
los más negativos.
ilusión.
4,1,4. llesumen
La [écnica der resumen consiste en elaborar
y transmitir al paciente dos o
tttás paráfrasis y/o re{ejgs, en los que
se cond".rr".r dg";;; á" ,r^
mensajes.
ljn
rcsumen puede referirse tanto'a ro cognitivo
.orrrá u ü
y sus
ct¡nrcnidos pueden tener como objeto
"-o.iorral,
t"d; ;;";;;;;lr"]
iü"""s
momen_
t.s clc ella o incluso una serie de ántrevistas. por
otra parte, los contenidos
t'ccrgidos por un res_umen pueden
sintetizar la informaiiá, ,.urrr*itida por
cl ¡rarciente a través de los ."""1",
"".ü"f", y,ro verbales.
un resumen aglutina los temas, ras reiteraciones,
o las consistencias de la
cr¡nrunicación del cliente y, además,
actúa como ,-rn i""¿b*k q,r.
:i$#.n1.;m;:X.imprecisos
o ambiguo;.
;;,
;;;i'1,
tiende a
n," permire
Los objetivos que pretende alcanzar una autorrevelación son:
el establecimiento de un clima de interacción relajado, abierto y propicio para la colaboración.
a) Facilitar
b)
Favorecer el hecho de que el paciente perciba al terapeuta como un ser
humano, reduciendo de esta forma la distancia que conlleva el rol de
experto.
c) Incrementar
el nivel de autorrevelación del paciente, empleando la téc-
nica como un modelado.
d) Influir
sobre las posibilidades de cambio conductual del cliente.
Pctrl ltl debc ent¡rlcarse tcniendr¡
en cuenln lus slgrricrrtcs r.cst'icci.'cs:
l'
IJrra t¿lsa trl<¡tkrtitcl¿t clc ¿tttt.r'¡tvcl¿re'l'rrr,s
¡rrrxhrccrr ¡nhs cl'cct,
rasa arra r lraja' Esrc rrccho
qre
Lrna
quc emplea la
¿rt¡t'n'cvcl¿tción con much¿r""ficcucncla
"*pt.",ip;;',qi;;;,,'i;r"*r,"
rie¡clc ,r-ri,r.-¡r",cibiclo
por sus
percicntcs como indiscreto,
cróbir o nccc.sit¿rcr'crc trutamiento. paralelarnente aqueilos terapeutas que nllnca
utirizan lo orior..u"lación, o que la
emplean muy poco,suelen ^ser
percibidos como personas frías,
distantes
y escasamente predispuestas
a aceptar la intimiiáJá" .,r, pacientes.
2. La auto*evelación der entrevistador potencia
ra autorrevelación der
extensión no résutte ni
:l:ffi##lJ:JJ:.,"
"".",i,,u_ente larga ni
3' EI grado de intimidad de las autorreveraciones
del entrevistador nunca
debe de excede4 ni en conteniáo
.on."ptual, ni en carga emocional a
los contenidos o emocio"",
po,
por esta razón,
"*or.".ao,
esta técnica debe ser empleada
siemprÉ d" "i;;'"il
;;;;J;.o' lu, necesida_
des del paciente y .r.rn.á como
medio de drenaje de la ansiedad
der
terapeuta.
4'
La autorrevelación sóro debe hacerse
cuando el terapeutapuede expli_
precisa, ra manera en que esa
intervención concreta
puede aS,rrdar al paciente.
ca' de forma
Pcsc a todo, ros efectos de la autorrevelación
parecen variar con ras carac_
tc.fstic¿rs personales del
terapeuta
r,
v
i"ürJ.?rr. específica de
krs participantes en la entrevlsá
"." ,r,.ruiár,
tirr-rl.ro,
independie";;;; los efectos que
tlcscncadena esta técnica, pu."..
."*ilri. en ra identifi;;.;;" de ra medida
con qLle debe emplearse en cada
caso concreto. Es decir, para
emplear correc_
l¿r'rlcnte la autorrevelación es p."ciso
afrender u dir.;idi; la cantidad y
el
lipo de información a revela4 uri
"o-J"t
momento apropiado para hacerlo.
E¡rlupro
Paciente: A veces me siento tan mar
que creo que nunca. voy a pod.er
sarir
de este lío. Tbngo miedo ¿"
mi camino, d.e cometer una de esas
lr¡nterías que luego no tienen"q"¡""-l"i
arreglo.
Terapeuta: Yo tay.b!én he pasad.o por
situaciones como esa. Durante
un
tiempo dudé no sóro de si quidanne
á- ,irl, oqrt, ,rn" qr," ío*uién
me
pranteé
cn qué forma quería ejercir mi profesión
y ,it .ronoin rár^ooo, personas.
4.1.6. lnmediatez
Esta técnica consiste en.la descripción
de las observaciones y/o senti_
rricntos concretos que experimenta
el terapeuta en relación consigo
mismo,
clr r,clacióu con cl pacicnlc y/o con krs proltlcnrns sigrril'ieutivos tlc l¿r lcl¿rclón
t.ltlrc ¿uulros, tal eotrro sel pt'cscrrtart cn cl tn()tllt..tlt() clc t't'¿tliz¿tt'ltt iltlcl'vctl¡i11¡. lt<ll'tanto, l¿r innlccliatcz I'ccogo cl aqttf-uhot'¿r clc las iclcas tt sctltitlticnlos clcl tcrapcut¿l sobl'c la c<¡munic¿rcrión o la intct'¿tcción cn l¿t sitt¡¿ttil¡n clc
t'rr
t
rcvist¿r.
Esta técnica puedc emplearsc cuando sc prctcndc alcanzar alguno clc los
siguientes objetivos:
¿,) Discutir con el paciente, de manera abierla, los sentimientos o problc-
mas relativos a la interacción, que hasta ese momento habían permanecido implícitos.
b) Proporcionar al paciente un feedback inmediato sobre un momento
concreto de la entrevista.
La inmediatez, al hacer explícito lo implícito, resulta especialmente úrtil
para desenmascarar los juegos con los que el paciente suele eludir los conflictos. Esta técnica también resulta efectiva en la integración de los sentimientos que surgen en la relación terapéutica; dichos sentimientos resultan
peligrosos para el normal desenvolvimiento de un tratamiento si, como sucede con el rechazo o el resentimiento, inhiben o aÍnerrazarr con inhibir Ia fluidez de la comunicación y la confianza mutua'
ROGERS aconsejaba limitar el uso de la inmediatez a aquellos casos crfticos en que, de no explicitarse un contenido concreto, acabatía por envenenarse la interacción y por hacerse inefectivo el tratamiento. En general, las
recomendaciones para el empleo de esta técnica son:
1. La inmediatez debe limitarse al aquí-ahora. Mezclar la referencia a lo
inmediato con lo percibido o sentido en otro momento reduce el efecto de este tipo de intervención.
2. La inmediatez debe formularse como una constatación y en ningún
caso debe convertirse en el origen de una discusión sobre lo que está
sucediendo.
3. La enunciación de una expresión de inmediatez debe realizarse en presente de indicativo y explicitando el sujeto (yo, el terapeuta). De esta
forma, el interlocutor remarca el hecho de que asume la responsabilidad de lo enunciado, lo que a su vez intensifica la receptividad del
paciente ante el contenido enunciado.
4. Antes de formular una inmediatez es preciso evaluar hasta qué punto
el paciente está capacitado para afrontar el contenido enunciado. En
otras palabras, también en este caso es muy importante elegir el
momento adecuado.
Ocasionalmente, Ia inmediatez puede llegar a ser la única forma de explorar los sentimientos o las dificultades más significativas de un caso. También
convenrentc tener en cucnta que,
aunque ln rnnredr'rez ut¡ dchc cmprcar.se
trccucncr ¿r, s' .y]
io
pi'"d- ;ü;iñ1;¡
!a1 1
il.; iu s<,s a.ya r.s prnhlcmas cluc lc resultan
incómodos o'que tomc no !rer.c¿rp¿lz
crc maneiar. En
cstas circtlnstancias la cntrevistu
,, .l i.utanricnrr¡ prrcrclcn resultar
excesivamentcr superficiales.
eñ
c'n
;;';¡ffi
r
c!{¡¡!t con¡ui,
Qulelu tr¡nrnt'mis
propias clecisitlncts.
T.: a) Sicntcs qllc no hay rilz.oncs para qllc tu nrat'ido tc l<l pida. Tc
gustarfa llegar ¿r scr más independientc dc stls dcmandas.
b) En lo que respecta a tu marido, prcferirlas que te dejara
E¡rnnpro
tomar tus propias decisiones.
Paciente: (Es la cuarta vez consecu,tiva
que lrega tarde y, como en las
ocasiones, se ha instatado sin
"";i;;'i;"iuronde su tur_
illt:i*t
Terapeuta: Hoy, de nLtevo, has ,egado
tarde. Me gustaría que habráramos
sobre Ia razón de lus retrq.sos
del terapeuta
es una crarincación, una parárralX"l:h}: ]ii:::l5:ll
"'.,
A. l. P.: A veces tengo la impresión de que
me van
a expulsar.
a) pareces muy preocupado por eso.
ó/ ¿Quieres decir que tienes evidencias que
impresión?
A. 2. P.: Creo que no podré venir
T.:
T.: a) Dudas acerca de mi capacidad para ayudarte.
b)
Crees que mi falta de experiencia puede ser un obstáctrlo a la
hora de ayudarte.
a la
te producen esa
próxima sesión.
ma semana?
A. 3. P.: No quiero que nadie más sepa
esto.
T.: a) Te preocupa que alguien
más pueda
b) preferirías guardártelo
es dominar.
A. 8. P.: (Una niña de cuarto de Primaria): No me da la gana hacer los
deberes de casa. Las matemáticas no me importan. Las niñas
no necesitan saber esas cosas.
a cuenta de esta incapacidad física. No puedo hacer nada como antes,
No sólo ha afectado a mi trabajo, también en casa. Siento como
si no tuviera nada que ofrecer a los demás, nada que merezca la
pena.
venir la próxi-
ilegar a saberro.
para ti.
A' 4' P': creo que a los hombres, a todos
todo.
A. 9. P.: (Un hombre de mediana edad): Estoy muy desanimado
a/ ¿No piensas venir la próxima semana?
á/ ¿Quieres decir que en tu opinión no necesitas
importa
poder ayudarme.
A. 7. P.: (Un estudiante de bachillerato de quince años): Mis notas han
bajado mucho. No sé porqué, me siento muy desinteresado por
A) De papel y lápiz
T.:
A. 6. P.: Creo que usted no tiene suficiente experiencia profesional para
Para cada una de las situaciones siguientes elabora una respuesta
de clarificación paráfrasis, reflejo y resumen.
4.1.7. Ejercicios
T.:
A. 5, P.: No cluicro que ml mnrldo mc pldn
ros hombres, 10 único que les
a)
¿Estás dicréndom9 que has tenido algunas
experiencias
desagradables con los-hombres?
b/
Desde tu punto de vista los
hombres están hambrientos de
poder.
A.10. P.: (Una persona mayor): La empresa está a punto de jubilarme,
incluso aunque yo no quiero. ¿Cómo me las voy a affeglar? Me
sorprendo a mí mismo pensando en los buenos momentos del
pasado, no quiero encarar el futuro de ninguna manera. A veces
pensar en la jubilación me pone tan nervioso que no puedo
comer o dormir. Mi familia me ha sugerido que trate este asunto.
A.11. P.: (Un maestro novato): Mi clase es un jaleo. No sé manejarrne con
esos chicos tan problemáticos. El director me acucia para que
ponga más orden y yo no estoy seguro de hasta qué punto el
orden es importante.
A.1.2. P.: (Un estudiante de Primaria): Este profesor no me gusta. Siempre
me reprende. Es estúpido; me pongo furioso cuando me riñe.
A.13. P.: (Un hombre de cincuenta años): Odio levantarme para ir a trabajar. Estoy cansado de la misma vieja rutina. Es una farsa.
t,/\5 tt,.( l\t( /\s til. |\ ll tivt N( l()N \'l,liltAl
N:rtllr tl.'lo r¡rrt'lurgo tttr'tct'c lrt ¡rctut, l)('r1) ('s,'l ttt'¡'ot io tlt'ltti
su('gr1) v lrullr'ía unil (rscL)lur llnrili¿u'si lorlt'jo- l'll rrlrr¡tlr t's clcltt¿tsiirrlo rtutyol ll¿u'l llcvar" cl ltcg()ci() ptlr sí tttisttl().
l'llu
c¿rrl¿r uu¿l
clc lns siguientes situaciones, elige la opción qlle en
Irr opirriirn lcl'lcjc n'rejor los sentimientos del paciente.
A.l-t. l'.:
l)cspr-rers
de la forma en que me han tratado en esos grandes
ni aunque fuera la única tienda
alnr;rccnes, no voy a volver ahí
clcl lnundo.
l¡) l¡¡t oltlts ¡rltl:rlrlrts, lti
c)
¿Has habl¿rclcl con tu padre sobrc c<in'ro a.yrrrlar.lu,)
T.z a) Tú le dijiste como te sentías, pero ahora picr-rsns c¡rrc ¡rrrt'tlt.
dejarte.
linl'¿rdo.
ó)
Pareces sorprendido de que fueras capaz de clccír.si'k), l)(.r1)
ahora consideras si te dejará o no.
c/
Parece como si te sintieras bien por habérsclc¡ cliclro, ¡rt.rrr
ahora tienes miedo de que el resultado sea perdcr-ln.
<') llrrmillación.
A. l '¡. 11: ,' l'r rcclcs
crccrlo? Hoy he encontrado Lln trabajo que realmente
rrrt'grrsta, pero que nunca pensé conseguir.
'l'.: ¿r) lls csturpendo que hayas encontrado un trabajo.
l()
cuado.
r
l)alcce como si estuvieras muy excitado por haber encontra-
tlo trabajo.
A
Para cada una de las situaciones que siguen, seleccior.l¿r Iu o¡rt'irrr
que a tu juicio exprese la mejor paráfrasis o el resumcn ntiis ¿rrlt.
4.20. P.: (una madre que ha llamaclo porque tiene problem¿rs ('( )r sr r lr ijr
recién nacido. El terapeuta trata de iniciar y dar rura rlirr.t t io¡r
/¡) l)cltcs de estar muy contento por eso.
r')
11: Al principio, cuando empecé a hablar contigo sobre mis problenl¿ls ure costaba mucho abrir la puer-ta de tu despacho.
a la entrevista).
T.: a) El otro día me dijo por teléfono que tiene nlgrrrros ¡rrrrlrl,.
mas. ¿Cómo se siente hoy?
b) F) otro día por teléfono usted mencionó
'l'.: tr) Al principio sentías aprensión a contarme tus cosas.
b)
¿Tc asustaba
de los que le gustaría tratar.
mas que tiene con su hijo recién nacido y de los cerrnbios t¡rrt'
están teniendo lugar en la relación con su marido.
al hecho de que nece-
sitas venir.
A.17. P.: (Un estudiante con malas notas): ¿Cómo puedo ponerme a la
altura de mis hermanos mayores?
a) Debes sentirte frustrado.
b) Me parece que te sientes inferior cuando te comparas con
4.21. P.: Sí, me siento desbordada por mi nueva responsabilidercl y p.r l:r
completa dependencia de mi niño. Tengo que hacer-toclo, llrv:rr.
las ropas, preparar los biberones, cambiarle los pañalcs...
T.: a) Su niño le lleva una gran pafte de su tiempo y slr encr-sía.
b) Hay un montón
tus hermanos.
cnlerma para salir a la calle o hacer algo. Ha visitado a varios
rlódicos pero le han dicho que está bien. No sé qué hercer parzt
convcnccrrla dc clttcr cst/r bicn.
rrl l'irrcct's t'rrojlrtlo l)()r'(lu('lu
t¡tlt' t'slli t'ltlt'l lltlt.
de cosas cuando se cuida de un niñ<¡ r.t'r'itin
nacido.
c) Sus éxitos parecen desanimarte.
A. lU. P.: Mi madre siempre se está quejando de que está demasiado
'l-.:
algur-ros ¡rrrrlrlt.rrr:r.,
c) El otro día por teléfono hablamos brevemente dc los ¡rrolrlt.
venir a verme?
c) Parece como si te hubieras resignado
T.:
t'llir l)()r'(lu(.rro t¡uit.rr.
A'19. P.: Me ha gustado decirle hasta qué pLlnt() cst¿rba cnf¿rtllrrlo trrr
ella, pero no sé si la he perdido o no. Yo no qrricrrr trrcr.clt.r.lrr.
T.: rr) Irritación.
/r)
lt'cttl¿tcl¿rs cor¡
sulir rlt.t'lrslr.
nt¿rcllc sicrrrplc tlsa l¿t cxcrts¿t clc
c) Usted está teniendo
problemas para organiz-ar-sLl Iicrnl)().
4.22. P.: No consigo encontrar tiempo para ntí o mi
T.:
n-r¿rrickr.
a) ¿.Quc lc gtrstaría hacer si se qtrcclar¿r sol¿r () c()n su nuuirlr¡,)
/r) l'lrlt't't't¡ttt'lt ttstccl no lc qtreclm ticrn¡-lo tlr.s¡rrrós clr't'r¡itl:rl tlt'
su llt'lrri
r'/ []slr'rl rt, lir'lrt'lit.rrr¡ro ¡lrr-lr rrslt'tl lrrisln;r () l)iu.;r str rrur¡itlrr
()'l
lrNllilrvls'lA\'.st1(;trstt()NtrstNl)il{t,,(
A'2-1.
l'.:
llti
Y
tAS:
tiNll{iNAMilrNt,(}(()l\,ltrNt(Ailv()
ltl¿rl'itl<) tt() c()rllpr'('rrclc crr¿rnto tiempo llcv¿r cuicl¿u rr
¡¡ [c[ó.
'l-.: rr)
¿Su m¿u'iclo no apreci¿r su esfuerzo al cuidar al niño?
b)
¿.Él le
l.AS'l l;( Nl( \:, t)t,
T.: tt)
pidc un tiempo y Lrna energía que usted ahora no tiene?
4.24. P.: cuando yo trabajaba, él solía hacer una pafie
de trabajo de la casa
y de la comida. Ahora, desde que estoy en casa todo el día, él parece creer que me tengo que encargar del niño y de todo lo de la casa.
Parece que usted acostumbraba a compartir ras labores de
casa y ahora le toca cuidar del niño y también de la casa.
A .)5. P.:
b)
Ahora que está en casa le toca cuidar del niño v hacer todas
las faenas domésticas.
c/
Antes de que naciera el niño, usted acostumbraba a compartir el trabajo de la casa con su marido.
No sé por qué él ha dejado de hacer su par1e. Tampoco me
ayuda con el niño. Está preocupado con un nuevo proyecto de
trabajo que le lleva mucho tiempo.
su marido está preocupado por el trabajo, a usted le
gustaría que el la ayudara en la casa.
b) Dice que su marido tiene un nuevo proyecto de trabajo
que
le lleva mucho tiempo.
c)
A'29'
P'z
T.:
4.26. P.: Nos divorciamos hace un año y yo he pasado una época terrible.
T.: a) (Prestando mucha atención al paciente.) una época terrible.
b/ (Silencio, prestando gran atención a la paciente.)
(Prestando mucha atención al paciente.) Hace un año que
divorció.
1o que se me ha veniclo
T.: a) Se h¿rcc c.luro cstar divorciada. ¿No?
1.,) Ita|ccc c'<tltlo si tlslccl no sc ¿rr:oslr¡rrl)r':u-¿l
¿
)
cómodo su apartamento?
ejemplos?
Y se me hace duro estar tan sola. Es tan dif'cr.cntc clc t.rr:rnrl,r
estaba casada. Estoy acostumbrada a tenel- a ()tr.¿r
(.rl
a)
r)(.r.s()rir
¿Córno se siente cuando está sola?
b) Es agradable que haya otra persona en cas¿r.
c) [Jsted y su marido, ¿pasaban mucho tiempo jur.rt<is?
A'30' P': No me siento muy bien. La mayoría de mis amig's
c:stii, t.rrs:r
dos. Me siento tan aisrada y algunas veces incltri, n,
rrt.sr.rrtr:r,
T': a/ ¿Sus amigos se interesan más por usted, ah.r-¿r (rr(.(.sr¡r
divorciada?
ó/ Desde que usted se divorció se siente sola y ¿rislatlrr.
c/ Se siente aislada y no deseada.
A.31. P.: Sí, me sentí violenta en una fiesta que dierrl-l
..()s;rrr¡,r,.,
comunes y no he sido invitada por otros. Ader-¡rírs l¿¡rrlrit'r¡
lr:rr
T.:
¿t csl-¿rr
,'l'r¡r'tlr'tl¡r¡ rn.'lnt ('i('ntl)l() tlt'1,, r¡rrt.r¡rrit,t.t.tlr.c.il.,)
se
encima al
cliv<ll.ci¿rrl¿r.
a)
b)
¿Podría decirme qué hizo que se sintiera viole¡rt¿r t.rr r:r rit.sr;r
que ha mencionado?
Parece como si se hubieran orvidado de ustecr
hacer las invitaciones de varias fiestas.
c) ¿Su exmarido fue invitado
¿r r¿r
rr'r:r
trt.
a esas otras fiestas?
A'32- P.: Me resulta difícil hablar con ellos. Es como si ahora
n. Irvitir.rr
mos muchas cosas en común. Acabo sentándome en Lr,., ¡.irrt.<i'
y marchándome.
T.z
a) ¿De qué cosas intenta hablar?
b) ¿Eso también le ocurre en otras situaci<¡ncs?
c) Debe de ser una situaciírn cliFícil par-a ustecl.
A'33' P': Sí,¿rlr.l:r ltccrnpczaclo¿rcvit¿rr'¿rnrisarrrigrsclc.¿¡rt¡s. lrrlt,¡l,
lrrrt.t.¡.
lltl('vils ltltlisl¿tclt's, llcll) ltt('rcsttll¿r tlilír'il r'rrt'o¡rl¡rr.¡1t'rrlt.¡¡(,v¡.
'1": tt) l'l:;, t¡ttit'tt' tlt't'it'
,'
r¡ut' t'slri inlt.¡rlrurtl, lrrst.;l.st.
:rtrrlrrr.¡tlr.,
l
tlt.t.rr l;r ¡rr,¡ri;r
otras situaciones.
¿Piensa usted que el trabajo de su marido está interfiriendo
con su vida familiar?
4.27. P.: Apenas puedo afronrar todo
divorciarntc.
¿rP¿u'l¿uncnl() r.lr lrrl¡rrl
casa.
En cada uno de los casos siguientes elige la opción que en tu opinión representa la respuesta no directiva más adecuada.
c)
¿F,s
b) ¡Uh hum!
c) ¿Qué otros
a) Aunque
T.:
()
L ¿ts¿t.
de que su marido no comprenda su actual situación
debe de ser muy frrrstrante.
a)
il,t{\,'l,N(.1()N Vlrlill¿\|.
A'2'ri' lt': I',r't'it'tttPl., vivit'crl un
c) El hecho
T.z
tNJ
'lrrr
lIN.|.1(lIVls,|.^\,Sl](;l|S'|.1()NliSlNl)ll{l|(.'|'AS: l.]N.l,l{ll,NAMllIN'11)(()Mt]Nl('^llV()..'
/r) llstá tcnicltclo
t')
clif icurltacles para
encontrar nucvos ¿tll)¡gos.
Fittttlnccs, Llsted ve poco a sus viejos amigos, pero está
tcnicnclo clificultades para hacerse con otros nuevos'
A.l.l. p.: No hary muchos sitios donde la gente de mi edad pueda bus-
citr nllt:vos amigos... al menos no Ia clase de amigos que yo
[rltsco.
'f.:
¿¿) P¿rrece
una situación difícil.
ü) c'Qué clase de gente le gustaría encontrar?
r') LJsted parece apenada por esta situación'
A t5 l).: llr.intcntado grLlpos sencillos, yendo a sitios yo sola, siendo
Irr'1iv¿r
I
cn mi parroquia, pero no he encontrado gente interesan-
t'.
'l'.: ¿r) l'¿u'ccc que no ha tenido mucho éxito.
/¡) ,;llay otro tipo de cosas que usted pueda hacer para enconIt
r')
itr gente interesante?
¿'()<imo le va cuando encuentra gente nueva?
l,llrrlror'¿r ¡lt¿r respuesta de autorrevelación para cada una de las
sig,rricntcs situaciones. Asegúrate de que el contenido es algo verdatlr'r'u¡rcnte personal y de que el enunciado incluye Ia primera persorr¿r clcl singular. Además trata de que tu respuesta sea similar en
corrtcniclo y profundidad a los mensajes del cliente y las situaciones
l.AS llr( Nl( i\:, lll lN ll 1.1\'t,N( l()N Vlrl{ttAt.
ljl¿rlror:r
ción
¿t
rrr<rlitro v ltrt'l,o lrlrvlr llt'1l,lrtl() il \r', ttlt',ttt,'tt t'tt ltt t'itltt' ('t¡lllt¡ lri ll:ls
vivirl, r'q:t siltt:tt irilI tlt't i.l.'s t t¡ttl:tl',''l.t
fú, crees qLlc clclrt.s r¡ ;r
A.45. El cliente deja de hablar cuando tú mencionas el tema dc las
t':r
lif
i
caciones escolares.
A.46. El cliente te ha hecho varias preguntas referentes a tn cullilit':rt
ir ¡rr
profesional.
Elige la opción que consideres más apropiada para tratar coll rr¡r:r nrtt.r
vención de inmedialez cada una de las situaciones siguientes:
4.47.
mall ¿Se acuerda de todos esos análisis dc sirrrgrc t¡rrr.
tuvieron que hacerle a mi hijo? Todos han dado negativo. I',lrrt'
muchacho, al fin nos hemos quedado tranquilos.
P.z ¡Menos
T.:
a) Estupendo. Me alegro por
usted.
b) Me alegra mucho oír eso, yo también me quedo tr-arnc¡rrilo.
c) Eso es una noticia agradablc. Se debe sentir muy fcliz
que las cosas hayan salido así.
¡ror
A.48. P.: Cuando me pongo a pensar de qué manera mc tt.atllt rrris
padres me siento tan furioso que no hago nada por accrLr¿u.nl(. ll
ellos. Una vez, incluso, les quité unas entradas que [cníun ¡'xrr.:r
una función de teatro y no pudieron ir.
T.: a) Parece que ahora estás sintiendo buena parte cle csr r.lrbirr.
b) Entonces, te enfadas tanto con ellos que inclus<l
h:rs lrt.r'lr<r
cosas de ese tipo.
nr¿tnif'estarlos.
A..10.'lir i.lit'rrlr,t.slli ¿r l)ut)l() clc scr t'xpttls:rtlo tlt'l t'olcgio 1-lot'tlritlns
¡¡l;rs. l,ll tlir't'(l¡(' n() s:rlrt'tl.' rurrli,' t¡trt' lt¡t\,;t sitlo t'x¡trtlslttlo l)()l'cs('
presenta de nuevo decides hacerle saber lo quc cst/rs vit.rrtlo
A.44. Las lágrimas comienzan a empañar los ojos del clicntc, nricntrrrs
cuenta la pérdida de un amigo íntimo.
pcr-o da la impresión de que no sabe cómo sacar el tema'
r¡trc lcs lt.yttclc
se
A.43. El cliente ha llegado tarde por tercera vez y
tar ese asunto.
de querer hablar de su conducta sexual,
A..lc). l.lt'cs cl lícler de un grupo de resolución de problemas en un Institut0 clc If nscñ¿rnz¿r Media. Sus miembros han pasado mucho tiempo
llaltl¿rnclo cle las cliscusiones que tienen con sus padres, pero no
('xl)t'cs¿It-l sLts scntimientos. Túr decides hacer Lrna autorr-evelación
a carllr unu tlt' l:rs sil,uit'nlt',.
A.42. Estás trabajando con Lln paciente que pide suger-cncias. l,t. lr:rs
hecho alguna y él siempre responde sí, pero... Cuando cstrr sitrrrr
A.16. lrl paciente se siente fracasado porque nada parece irle bien.
A..18. Por primera vez, elpaciente comienza a ser consciente de sus sentinricntos agresivos y se pregunta si tales sentimientos son legítim()s o r1().
¡riu
A.41" El cliente está intentando que túr adivines st¡s scntintie nt()s. Alirr¡:r
albergar algunos pero no acab¿r de explicitar.cuálcs son.'['ri t'r't.s
consciente de haber entrado en el juego de qucrcr ¿rclivin¿rr sus s('n
timientos y decides comunicarle los tuyos.
pr-()pLlestas.
4.37. lll cliente presenta indicios
lrr:r tt's¡rrtr'sla clc inrnccli¿rtcz
situ¿rciorr.'s:
¿') l'lu't't't.s cnlircl¿rclo con ell<ls incluso
A.ul9.
l'.: Y;t lt' lrt' t o¡ll:ttlr)
(rrl¿ls cu¿ull¿rs ('()sirs
¿rlror.¿r.
(lu(' nl(, 1)r'(.()(ul)iur,
l)(.r1)
Iotl;tvl;t lt¡tY ol l;ts tlt' llts t¡ttc' tttt' gttslrrt ílr lr¡rlrllu. ('osrrs t¡rrt. ¡nt, tl;r
ttti,tlrt(()ttl,rtlt':r:rllittit'tl.Mt'tl:t
ltli,'<lot¡rtr.¡rit'rrst'r¡ut.r'slr,\, 1,,,,,.
I Nllil.\'lSlA
\ Stl(;lrSll()NlrS lNl)llilr('lAS:
lrNlltl;,NAMllrN'l()(
()lvll Nl( AllV()
'l'.: rt) Mc llas c:1¡lltnclr) lll¡cll¿ls c()s¿ls s()l)l'e ti.tlristlto, lx'11) ll() sltl)cs
c()lll() llle tOll'l¿tt-í¿r y() cst().
/r)
¿
)
U
rra c()sa qLlc puedes hacer es
contármelo y ver qué pasa'
ll¿rv cos¿rs que te gustaría contarme, pero tienes miedo de
quc yo no sea capaz de aceptar-te y comprenderte'
A.50. 11: llstr-lvc vivienclo con esa amiga durante tres años. Lo pasábamos
bicn.ir,rntas y creo que mereció la pena. Luego, un fin de seman¿t scr cambió de piso y dijo que no quería saber nada de mí' Yo
l.AS'l l,:( Nl( AS l)li lN ttit{\/trN( t()N
_Sclecciorl¿t la clpci<in que tc p¿Irczc¿r l¿r ¿rrrt<lllcvcl¿rt'i<irr nrils (-()r rr.t l:r, t.rr
rul¿r dc I¿rs sigr-rientes situaciones:
4.53. P.: Con frecuencia tengo problemas para [onl¿ll <1,"'c'isiorl¡s sr¡l¡,.
las cosas más simples. Creo que soy un inlbóc:il c¡¿¡rtlr¡ ¡¡,.
encuentro con que no puedo apartar de r¡i nlrl.tc r'rslrs si¡r
imporlancia.
T.: a)
b)
A,rl.
11:
(Miranclo hacia abajo y apretándose las manos): Este fin de
scrmana ha sido el peor de mi vida... nunca me había sentido tan
cleprimido (empieza a llorar). Por primeravez efr mi vida pensé
cn el suicidio y eso me alarmó.
T.: ct) Tengo la impresión de que ahora te encuentras tan deprimido como durante eI fin de semana.
á)
suicidio?
¿Puedes contarme que es lo que sientes sobre el
c) Verdaderamente ahora estás muy deprimido' ¿Aún sigues
pensando que el suicidio es una forma de salir del paso?
A.52. P: (Lzr primera entrevista con una terapeuta): Hay algunas cosas
que han estado preocupándome durante algún tiempo"' y también me han preocupado últimamente. Es algo que incluso ha
af-ectado a mi trabajo, pero no sé si puedo hablar de ello con un¿r
rnuier.
T.: a)
4.54. P.: Me entado mucho con mi marido cuando no es puntual. A vt.t.t.s
he tenido que esperarle hasta una hora. Él siempre ticr-rc ulgtr¡:r
excusa. Me gustaría saber si otras personas también sc cnlrrrlrr¡r
por esa clase de cosas.
ü) ltr¡'ccc clucr [e sientcs
t'ot'tt¡rltt'i< l('s
)l
l)( )l
il-rcrinroclo h¿rlrlaltclo connrigo
(ll l(' s( )v
III
lll
II
dc ttls
ltl i('l'
r') 'li'rr1',o llr irlr¡lrtsiott tlt' t¡rtt' ('';l)('l:ll);l:i (lll(' v() lttt't:t tttt lttltll
l¡t ,'.
T.z
a) Yo no sé como se siente todo el mundo, pero a veccs
enfado con mi marido cuando tengo que esperarle.
y() ,r(.
b) Yo también me enfado con mi marido por
eso. clr¿rrrr, rrr,,
hace esperar más de la cuenta, me marcho sin é1.
c) Mi marido también
suele hacerme esas cosas. ¿.círr-rr. rr.;rt
ciona el suyo cuando usted le cuenta lo enfadada cr.c r'sr:r,)
4.55. P.: Mi mejor amigo acaba de decirme que tiene leucemia y.y, r. sti
como comportarme con é1. No sé si debo hablarle del ¿rsunt<¡ o
esperar a que él saque el tema. Me gustaría poder denr,srr..r-lt.
lo mucho que me preocupo por é1.
T.:
a) Me hago idea
de lo dificil que le resurta esa situación. Sit,rrrpre, bajo cualquier circunstancia, es difícil decirle :r zrlgtrit'rr
lo mucho que nos preocupa.
b) Es una situación penosa. cuando una prima mía
sc csr¿rrr:r
muriendo de cánce6 tuve dificultades para expr-cs¿rr.lc rrri
preocupación.
P;rrccc que te sorprende que Lrna mujer sea terapeuta y quc
tc |csulta difícil contarme tus cosas.
¡rt
¿En qué clases de situaciones experimenta ustccl csrr inclt'r.i
sión?
clase de cosas le suceden a mi marido y yo p'ccr. t.,rrr
probar cuán frustrado se siente.
¿.) cr.co qlle yo tendría dificultades para ser objetivo contigo a
algunas de mis opiniones. Te sugiero que hables
con otro terapeuta.
y es6 [irc'c t¡¡t. ¡ r,.
c) Esa
¡rcr rIa.
c¿tlls¿l <Ie
¿Sabes?, a veces a mí también me oc.-lrre.
sienta frustrado.
'l'.: rr) 'l'crrgo que admitir que no sé mucho sobre la relación íntima
clrll.c lesbianas. Pienso que le sería útil hablar con otro teraMc sicnto incómodo hablando contigo sobre tus relaciones.
'li' strgiero que busques un terapeuta de tu ambiente'
,,,,
c¿rcl¿r
la clttcría mucho y no se cómo recuperarla.
/,)
V|.].U}A'.
c) Es difícil hacerle saber a alguie'qlre nos pr.eocupa.
¡.orr(. l*r
pcnsaclo lrerccr para expresarle su pl-cocupacií¡n?
A.56. P.: l.rt 1',t'ttlt'¡rit'ttsrt (llr('cs divcrtido, pcr'() y() n() s()y ('¿lll¡z clc srrlrir
ilr(' :r ilil :r\ i( )ll'l'-:¿ll Yoll, l('ttl'(,¡,t,rltlcttutst'oltlos:tvir¡ltt's,¡lt.rrrr.rt:rrrtlr¡,,ri:tir¡t.¡
Ir.lt,, rrrr.Ir,¡l'u Ir¡ty ¡(.t vi()s().
70 t.Nttitivtsli\\'sl
r(;l s't l()NlrstNt)ilit;.( tAS: trNilitrNAMilrNr()( ()\,t r Nt( ¡\ilV()
/.¡) A rlrí t¿rnlbicrr nrc
cl¿r rtticclo sulrir'¿t un ¿rvirlrr. Illrlrilulrlntcnlc
vil.io t'n tlcn () por
c¿u-r-ctcr-¿r.
I AS
+.
A.57. 11: llstoy lnuv contento de que mi hijo se haya decidido por una
csL:rtcla profesional y no por la universidad. Yo estoy convenciclo clc que la universidad no es lugar para é1.
L: a/
Yo he comprobado que cuando se deja a los chicos elegir
por
sí nrismos, generalmente toman decisiones correctas.
A.l.:
4.2.: a/ Paráfoasis
b) Clarificación
A.3.:
Mi trru.jcr murió hace unos meses..., me siento tan perdido sin
t:llt y lo mismo les pasa a los chicos. No consigo hacer que nueslrirs vidas vuelvan a funcionar de nuevo... Creo que no hay nadie
nrás incapaz que yo.
r:
.
me
&j
¿Quiere decir que usted no está seguro de saber desenvolverse sin su esposa?
c)
Usted tiene que afrontar un momento difícil.
A.6.: a) Reflejo
b) Paráfrasis
f
¿rlt¿r
rlt'
nrr ¡ti
l¿r
..r¡s:r
Desconoces el origen de tu desinterés.
No hay nada que te interese.
Tus calificaciones han bajado y no sabes cual puede sc¡.
de tu desinterés.
desinteresada.
r:
Tu negativa a hacer los deberes se basa en el hecho clc c¡r rt. t.ri.t..,
que las matemáticas no te van a resultar de ninguna trtilitllrrl.
A' 9' C:
¿Quiere decir que las relaciones con su familia han c¿urrlrirrrl.
P: En su opinión su incapacidad física
llnstryos conductuales
sino también a su vida familiar.
lizlrt cl (:ns¿r.vo.
l)r's¡nrrll¿rrulr¿l scsi<'rn dc cnsayo conductual de diez minutos de durat'ititt, ctt llt c¡trc: r:l tc:r':.rpctrta c-jcrcite las intcrvcncionc:s clc autorrcvcl¿rci<irr c irurrt'rliirlcz.
l¿rs
afecta no sólo a su tr.ab..ir,
R; su estado físico
le desanima hasta el punto de hacerle scntir.r¡rr.
no tiene nada importante que ofrecer a los demás.
I)r'san'oll¿lr Llna sesión de ensayo conductual, de veinte minutos de
clrrraci(l-t, cn la qLle el terapeuta ejercite las interuenciones no directivils; concretamente, clarificación, paráfrasis, refleio y resumen.
l'ln t's{lt st'sirilt st' ¡'rt't'sllu'ri urt¿r irlt'rtt'iritt t's¡rt't r:rl ¡r lrr :rrl,'t urrt'i<irr rlt'
irtlt'r'vt'nt irltt('s, r'tt lirlrt iti¡r rlt'l nlrrlt'tirrl tr¡roll;rrlo ¡rot , l l),1( r('nl(^.
a) Resurlrcn
b) Paráfrasis
desde que experimenta esos impedimentos físicos?
Llts i¡rlcrvcncioncs deben de ser elegidas en función del plan de entrevisl:r r¡rrr: t'l lt:r'apcutta sc haya Lrazado previamente. Este plan deberá ser comentrrrLr v rliscuticlo,junto con su adecuación y la calidad de la ejecución, al fina-
.
4.5.:
Pzrr'áfi-ersis
A. 8. c: ¿crees que las matemáticas no les son de utilidad a l¿rs rriiurs,,
P: En tu opinión las matemáticas no les son de utilidad a lus rrin;rs.
R: Ante los deberes de matemáticas te sientes complc[.rrrt.rrrt.
scntirÍa solo y perdido.
ll)
á)
¿Quieres decir que no sabes con qué relacionar tu
P:
R:
Mc prcocllpa que mi hijo tenga que tomar una decisión
rrl Si yo estuviera en su situación probablemente también
A.4.: a) Cl¿rrif ic¿rci<in
vación?
c()llro csa, aunque todavía le queda mucho.
'I'.:
a) Reflejo
ó) Paráfrasis
A' 7 ' C:
se encuentra en una situación parecida. Espero que
úl t¿unbién sepa hacer la mejor elección.
A',11. l¡.:
a) Ref lejo
b) Clarificación
lt) Mi lrijo
c,)
/t
l.ll. Solrrr.ir¡r¡¡.s
¿:) Mc hergo iclczr de como se siente. Yo me pongo muy nervioso
ctt¿rncl<l vlrclo en Lrn aparato peqlleño. Lo que siento es casi
¡riirrit,r.
llr( Nl( ¡\1, l)t, |'.] It.tt\'t,N( t()N Vlrl{ltAI
r: su estado
físico le desanima porqlle ha afectado a su vicr¿r r¿rrrr¡ral y familiar y eso le hace sentir qlle no tiene nada imp.r.tarrrt.
que ofrecer a los demás.
A.
10.
c:
¿Teme no poder desenvolverse bien una vez que se hava
j¡birrrtr,,,
P:
Pensar en la jubilación
c()tncr o dormir:
rr,
lc afecta
t¿rnto cr'e
¿r
vccL)s
¡-'rt.rrt.
R: Iislt'tl Pill'('('('llltty l)l-L]()clrpzrclo antc su i¡¡rilrc¡lt, j¡llillrt.i¡rr.
r: l,:t l'¡ llr:l ('ll (lrt('l¡t:trt'lr¿r srt cllrst'l)¿u(,('('l)r1)v()clr llrs t.ri1rt,rrt.i:rs
tlt'l rlirr't lr)1. l)('l (¡ t¡slt'tl tlit't'
tlt'¡t ('ttl I (' .,tt,, ¡tlullrrrrls
ot
rl<¡
lt'¡rt'r'r'llr¡1, si tlcllc i¡r¡r,rrt'r.rr¡r:.
/.)
trNtt{l,Vls'lAYSll(;lrSll()NlrSINI)ll{lX'l'AS: lrN'll<l'INAMll'lNl()(()MlrNl(AllV()..
A.
l,AS ll,:( Nt( A:, t)t
L) (l: ,'l)it'cs rltrc cl pt{)lcs()l'sicn}pre tc rcprendc?
lt: (\t¿utclo csc pfof esor l-c riñe cambia tu conducta.
It: 'll' cnlaclas mr-rcho cuando ese profesor te riñe.
r: l)ices cltrc ese profesor te disgusta y que cuando te riñe te enfacl¿rs
A. I
nruchísimo con
A.'1 1.:
é1.
A.43.: Es la tercera vez consecutiva que llegas tarde, tenienclo cn ('u(.ntl
que antes eras muy puntual, me parece que podría scl- inlt.lr'slurlr'
que hoy comenzare[ros la sesión tratando este tem¿1.
ll: Lrr r.r I ina de su trabajo hace que usted se sienta insatisfecho.
t-: l,it |rrlilr¿r de su trabaio le hace sentirse insatisfecho, pero teme
rlt.jiil. t'l lrcgocio por las consecuencias que eso pudiera tener
I
A
r.r l,
A l')..
t
A .),1.: t'
A.2().:
A
¿r
14.: :r
A.44.: La pérdida de tu amigo te afecta tanto que tus ojos sc h¿ur llr.rrirtl,,
de lágrimas.
vida familiar.
c
A.20.: c
A.2-5.: a
A.30.: b
A.15.:
a A.17.: b
A.22.:b
A.21.: a
A.27.: c
A..26.: a
A.31.: a A.32.: c
A.16.:
A.18.: a
A.28.: c
A.45.: Me pregunto si tienes algún interés en evitar que hablcrnos rlc tus
calificaciones, porque he obser-vado que cada vez que sale. cstc tt'rrr:r
te encierras en un mutismo casi completo.
A.33.: c
4.46.: Creo que ese interés tuyo por
A.23.'. a
mi cualificación prol'csiolurl rr,, r,.
debe tanto a tu curiosidad o a tu interés por mi person¿r, c()nr() ir tl
falta de confianza en la capacidad que yo pueda tener pul'ir rrlr.l:r¡
A.35.: a
A..16.: A vcces cuando las cosas me van
s¿¡rl< l.
te. ¿Me equivoco?
mal yo también me siento fraca-
A.47.:b
A.52.: b
A.57.: b
A.17.: Cltr¿rndo yo tenía su edad me moría de ganas por poder hablar del
scx() con alguien, pero nunca estaba Seguro de si tratar un tema
cOmO ése sería adecuado a las circunstancias. Me pregunto si no le
cstá sucediendo a usted algo parecido.
A.38.: Hubo Llna época en ql-re yo me preguntaba constantemente hasta
c¡ué pr-rnto tenía derecho a sentirme enfadado y agresivo, como a
veces me siento.
A.19. Crr¿rnilo yo tenía vuestra edad, para mí el problema no era tanto el
rnotivo por el que discutía con mis padres, como lo mucho que me
I l ¿rstol-n¿tban csas discusiones.
A..{0. No ('sl()y contpletamente de acuerdo contigo. A mi me expulsaron
<lr.l colcgi<l pol'qLrc cra Lln pésimo estudiante, pero cuando descr-tlrr'í t¡rrc lra[rí¿r c<ls¿rs que fflc ir-nportabatrt y qttc pura hetcer'las tcní¿l
r¡¡r' t'slrrcli¡r; c'orrrt'nci' a a¡rrobat' l<,s . trrs,rs sitt tttltyolts clif ictrltntlt's- Alr<¡r'rr l¡r¡t. :¡los c¡rrc r'.jt'r'zr) ( ()lno ¡lsit,rlol'.o v tto s<'rlt¡ vivrl cle
trri l ¡lrl¡tjo, sirro t¡ilt, irtlt'lll;ts lrt' sit'ltlr ) ( ( )ttl('ltlo ¡rot lt'ltt't t'slll ¡rt tr
l.':-i,rtt,
('t('() (lrr('lrrs l('liccllci¿ts a 1l¿rbllr-clc csr'tcrrur ¡rrrrvit"¡lr'rr tlr'l lrt't lr,,
tlt' t¡ttt' lt'lltr's l<t cllte yo pr-rc<lar clccir'¡l rcs¡-rt't'lo. l'ol si 1r' silvt, tlt,
algtl, dcsctt qlte sepas que yo mc sicnto tr grrsto r'oltvr'l sltntlr¡ t olrli
go sobre tus dificultades.
modificar esa situación.
('ilrccc de valor.
¡lr¡ t' srr
t\
il ti\,1 N( l()N Vlr.liltAl
A.42.: Hay una cosa que me llama mucho la atcnciíru. 'l'ú nlc lrrrs ¡rr.tlitlo
varias veces que te sugiera posibles solucioncs ¿l cslr silr¡rrtiorr \
cuando te presento alguna me contestas sistcnrhtie¿rrne lrlt ,,.'r ..
pero>. A todas las alternativas que hemos examinaclo lcs Illrs L'n( ( )n
trado pegas y me pregunto hasta qué punl-cr desc¿rs cslirlzarlt' ¡r;rr;r
l, (): ¿Dicc r-rsted que está cansado de hacer la misma clase de cosas?
l): l,rr |utina de su trabajo le hace pensar que lo que usted hace
sr
ll..]
a
A.53.: a
A.48.:
c
A.54.: a
A.49.:
A.50.:
A.55.:
c
b
A.51.: a
A.56.: c
A.58.: a
4.2. TÉCNICAS DIRECTI\,'AS
Se consideran técnicas directivas todas aquellas intervenciont's vt.r'brrlt's
del entrevistador en las que el mensaje está organizado en función dc srr ¡rrrr¡rio
sistema de referencia y no de acuerdo con el sistema de refcrcncia clt'l t lit'rrt...
El origen, tanto de los contenidos de esta clasc dc intcrvcrrr:iont's c'orrrr rlr,
técnica concreta qlle se selecciona, descansa sobrc l¿rs hi¡xilr.sis r¡rrt'r'l
crttrevistad<tr ha el¿tbol-¿tclo sclbrc cu/rles son los prnblcnras o clilii'ullrrrlt's rl,'l
c'licntc y sol>t c strs l)('r'c('l)ciot-tcs.y valrlracior-lcs clc l¿r corrcluc'l¿r tlt'tislt'l¿r
Iilt ti'lllrirtt¡s I't'lrt'r:rl,'s, l:r t¡lilizacirin rlc cst:r t'llrst'tlt'ltitrrirrrs rt.r¡rrir.rt.
tlrrlr lr:rltilitl;ttl ttt:t1,,,t r¡tt,'l;r t'ri1,i1l¡, ¡t9r'llts lrlt'llir-lrs ll¡ rlir¡t lir¡:rs, y:r r¡rrt.si ,'l
t'ltllt'visllttlt)t tt():,irltc t'1,'l,rt t'l l¡¡t¡r'ltl¡:rtl,'t¡ltrl,)
l)irt;t lr':rliz,r¡ ¡lr:r i¡rlr.r
vt'llt iolr rlilr', lir,r, l,r rr',tr r ton rlr.l ¡rlrt it.nl.. ¡rrtr'rlt. sr'¡ l:t ,rlr:l;rr t¡liz.:rt ioll rr
'/,1
t NtlitrvtstA
Y
Stl(irrs|r()Nrrs rNr)ilili( lAS: liNll{liNAMllrNt(}( oMtrNt( Ailv()...
rlt, lust¡ t'l lrlllttttlono clcl l)r1)ccs() tcrltpóttttco. H,n otl'¿ts pallr[rrirs, t'l t'ntltlc<r
rr;rtlt't'rr:rrlo tlt't'slls lócnic:¿rs ¡rucrclc forrrcntar resistenci¿rs m/rs intcns¿rs c}lc
l:rs ¡rrovot rr(llrs l)()r'un¿l lrtiliz¿rcirin def icienle de las técnicas no dircctivas.
-f
l. S¡xrlr'¡r
.2.
l,lt rtlilr¡t:rt irtr¡ rlr' llr
I o,, olr¡t'livos c¡uc llcvan a un terapeuta a emplear el sondeo son:
) ( orn('nzllt' llt clttrevista.
/,) Arrinr¡rl rrl ¡racicnte a revelar
rr
o elaborar información.
, ,) l)t'r¡r:rrrrl:rl la expresión del los sentimientos u opiniones del paciente.
a)
¡¡r¡r
r'l
r'('s
1. Una intervención de afirmación de la capacidad sólo debc clc r-t'¿rlizr¡r.
se después de que el paciente haya manifestado expresamcnlc s¡ clt's...,
de y su decisión para pasar a la acción.
2. Esta técnica sólo debe emplearse cuando el terapeuta haya obscrlrrtlo ,,
evaluado hechos de los que pueda inferir, sin lugar a dudas, quc cl
¡r:rt it.rr
te tiene, en efecto, la capacidad que él le atribuye. Dicho de 9t¡a ¡¡¡r(.r;r,
esta técnica debe ser empleada con total sinceridad, sin incur-r'i¡ ¡r ¡ r( i r (.r
una mentira piadosa o en un ofrecimiento de falsas esperanz¿rs.
r
3. Esta clase de intervenciones está contraindicada cuando los ¡r:rt.it.rrt,.r,
tienen una imagen de sí mismos, tan negativa, que descucnturr t'l 1,.,,,1
back positivo. En estos casos, la afirmación de una capaciclatl t.r¡tri
buye a disminuir la autoestima del cliente, lo cual se suclc ¡'rorrr.r tl,,
manifiesto a través de sus comentarios autodespectivos
]
ErEmpro
Paciente: Hahía pensado apuntarme a un cursillo de tenis. Tentlrírt
r¡rrr,
hacerlo ya, porque el plazo acaba esta semana. Pero cuanclo me ittttLgitt,t ,,tt
lcL pista... no sé...
Il.lt,ml'l.tI
I'ircicrrlc: I luy ulgunos días que no me apetece ni duchanne. Hasta la músi('(t tn( nttslc.slo. Algunas cosos que pasan en casa me socan de quicio y estalltt. 1,,'rtt¡tia7.o a no aguantarlo.
'lL'r'a¡rcrrl:r:
en primer plano una acción potencialmente benef iciosu
En el empleo de esta técnica conviene tener en cuenta las sirluicrrl(.s
tricciones:
tlt' lrr ¡rr.t'1¡rt'tL'.t, ¿Por qué?
irrlorrnrrt'irill nrcdiante una pregunta alterrrativa que incluya la partícula qué.
clirigitllr l irlclrnz¿rr los olrjt'livos
del paciente respecto cle slrs c:-rpacicllcl¡s o lr:rlri
paciente.
rrrit'nlos clcl paciente, explicitando así las condiciones que inciden
rlllt' cl problema.
nit rcst I'icción importante en el manejo del sondeo consiste en la evitación
F,ste tipo de inter-venciones suelen hacer que el
ponga
it'rrlt'
s('
a
la
defensiva
o que se sienta obligado a dar una explicación
¡r:rt
o juslilicrrc'i<in clcsuconducta. Porello, espreferible tratar deobtenerlamisma
¿.A
qtté clctse de cosas te refieres?
-Í.2.2. Al'il'ln¿rr:ir'lr rlr,
l¿r (f¿rl)¿r(:¡(lad
l'lsl:r ltit nit rt rlt' irtlt'r'vt'ttt'itin c:orrsislt' ('n (Jlr(' t'l t'rrlrtvislttclol' ¡-loltc clc
rtr;trtilir'slo,:t lr':lvtrs rlt'un t'rtunt irr<lo vct lr:rl, l;r,;r¡r;r, irl:rrl lr:rllilr¡:rl rlt'l ¡rircit'lt.
lr' ¡lrt:r r t':rliz:rt tur;r ;rt l irritl:rrl t ont t t'llr-
i¡
al petciente arealizar algo en arclrrcllos c¿ui()s cn c¡ut.c'¡r.c'r't'rlt'
confianza o iniciativa.
c) Poner
l't,)nr()v('r'c'jcmplos concretos sobre la conducta, las ideas o los senti-
l',1 sonclco cs la técnica privilegiada por el análisis funcional de la conrlr¡r'lrr, lx'rr) su cmpleo se recomienda siempre que el objetivo fundamental
.;r';r irlt'rrtif ic¿tr-cn qué consiste el problema.
"/
Anir-r-rzrr
lidades.
s,
[
cir¡rurciclarcl cst¿i
sigu icrr It's:
ó) Ampliar la conciencia
l,;r lt;t'¡ric¿r clcl sondeo consiste en una pregunta que se refiere directar r r('n l(' :r los
¡rrrlltlcntas del paciente. Esta pregunta suele contener la partícul;r r¡rr,', t rjnro, t-uanclo, dónde o quién, y además adopta la modalidad abierta;
,",,1r', ir, r¡lrttt'rrl ¡raciente la posibilidad de responder de acuerdo con sus
r ,rlt'¡'r )r r:rs \/ v:rlort:s .y no con los previamente fijados por el entrevistador.
,l)
l.AS I lr( Nlt ¡\1, l)l ll! I I tiVl N( l( )N Vlr.t{BAt
Terapeuta: Tú siempre has destacado en los depoftes. podrías rr¡tn,rtrfi,r
pronto. Con la fuerTa y agilidad que tienes podrías ltacerlo nruty bitt t.
4.2.3. Confrontación
La confrontacitin es un tipo de inter-vención vcrü¿rl rrccli¿rntc lir t¡rrt't.l
[cralpeuta clescribc ttlgttnzts discrepancias o clistolsioncs c¡rrt'ill)¿ll.ccc¡ c'rr l.,s
nrcnsa.jcs v/o corrtlrrt lrrs rli'l ¡tacicntc.
[,<ls olt jr'livos tlt. t^sl:r
¿¿)
ltit lrit.:r so¡r:
ltlt'r¡lifit:rr l;r',rlt"'r:¡lrlit;tti,nt'st¡rrt't'rrrilt't'l 1r;rtit.rrlctlcnr:urr'r;r lr;rlri
It¡;rl
/(:
trNil{tivts't'Ays(t(;tr,siloNt,tstNI)ililic't'AS: tiN'il{tiNAMIlrNl()(()MlrNt(Allv()
/r)
llrpl<
¡r'¿rr'
ot r'¿rs lirrn¿rs cn clLlc
cl perciente puede percibir una sittt¿rci<in
o t'orrt'r'pcirirr clc sí mist-lro.
l .ir t orrlrrrlt¿rcirin ¿rnte l¿rs descalificaciones del paciente se realiza
rr¡t'tlirrrrtt'lir rlcscr-ipción de la contradicción o incongrrrencia en que haya
int rrlritlo. l'r¡r'lo gcneral, dichas incongr-uencias se pueden clasificar en algur
rr;r tlt' t'sllrs cr.ratl'o czrtegorías:
. lrrllt' t'ollcltrcta verbal y conducta no verbal.
r l r t rt lrr corrcltrcta y su descripción verbal.
. l'lrrl ri' rlos rrrcnsajes verbales.
. l',rrlrt rlos rrrcttsajes no verbales.
r
I ,r t onlrr¡rrt:rt ir'rr cle las descalificaciones suele adoptar la forma enuncialrr,r /)rr 1", (lttt'... l)(t1)-.., o bien Por una parte..., pero por otrq... En cambio, la
r r,nlr,nl:rt ir¡rr tlt'rrn nrensaje o conducta distorsionados se lleva a cabo des' r rl)r('n( 1,, t'l ¡rrr rccso cle distorsión o indicando una o varias alternativas para
r ¡rrr' t'l ¡r;rcit'trlt' t'cconsidere la situación.
l):rtlo t¡ut' los cfectos de una confrontación pueden ser muy poderosos y
(¡¡r'( o¡r lrtt'ucrrcia el paciente tiende a vivir la confrontación como un casti1,r,, :r l:r lroll tlc cmplear esta técnica convienen tener presentes las siguientes
rtslt it't'iottcs:
tlt'l:rs ¡rosiltlcs
r-cr¿tcci<ll-lcs
clc trrt ¡rlrtir'nte lultL.r¡n:r c'orrlrrrrrl:rt
i,rr
l,legación o rechazo de la incongruencia a. qua se l.c crtlitrtlrt. l.u rrt,¡i:rt.iorr
suele manifestarse de distintas maneras: ver-balnlcntc, clcs¿rcr.t'tlitrrrrtlo :rl
terapeuta, persuadiéndolo o intentando persuadirlo clc c¡uc strs o¡rirrit,rrt.s
cstán equivocadas, restándole importancia al tema o busc¿rnclr¡ a¡-royo t.rr l;r
opinién de terceros.
Confusión. Si la confusión del paciente es auténtica -si no 1o cs cr¡uivrrl,.;r
una negación- indica que la confrontación ha sido realizada clcr nraucr':r ir¡t r¡
rrecta. En este caso, el error más frecuente consiste en una cspr.cilit:rt-iorr
insuficiente y, por tanto, el terapeuta habrá de repetir la confiontacirirr t,¡r ¡
ciándola de forma concisa y clara.
r
Falsa aceptación. El paciente afirma verbalmente haber asumicl., t'l t o¡
tenido de la confrontación con intención de evitar o soslayar el im pac lo t.n rt
cional que le ha causado la intervención. Este tipo de reacción rcvela r¡rrt.t'l
cliente no estaba suficientemente preparado para afrontar la conlirrl¡rt-ion.
r
Aceptación auténtica. Esta reacción se caracteriza porque el pucic.rrtt, rr.:,
ponde a la confrontación con un verdadero deseo de examinar y lr rorl i f i r.: r su
conducta.
r
conl'r'ontación debe describir y no jllzgar o evalllar los mensajes o
cr lrrclr rct¿rs del paciente.
tln¿r conlrontación nunca debe ser formulada como una inferencia
vlgu, sirro que, al contrario, conviene que incluya una conducta con-
E¡nnrpro
t'lct¿t.
.1.
Algrrrr:rs
s()n:
Tras cada confrontación, especialmente si la respuesta del pmcit'rrtt rr, lr.r
sido una aceptación auténtica, es recomendable emplear técl-lic¿rs r ro t l i r r.r t
vas, como la paráfrasis o el reflejo, con objeto de potenciar la lonrr tl,' ,,,¡r
ciencia del cliente respecto a su reacción.
l. []rrl
2.
l.AS lli( Nl( r\r. l)l lN ll,li\l1,N( l()N Vlll{llAl
lil
rnornento para realizar una confrontación debe ser elegido cuidatlosiurrcntc, teniendo en cuenta el nivel de atención, de ansiedad, de
rk'sco clc c¿rmbio v de habilidad para escuchar que posee el cliente.
'lunrbión cs nccesario tener en cuenta la confianza que demuestra
lcncl cn cl tcrapeuta, ya que cuanto mayor sea ésta más receptivo será
t'l ¡racicntc ¿Intc el contenido de la confrontación. Por este motivo la
r'onlrrrnt¿rciíln cstá contraindicada cuando no existe un buen rapport.
los tactores detallados en el punto anterior, el
rnon)t'nlo ¿rclccu¿rclo para emitir una confrontación es aquel en el que
t'l ¡lrt'icrrtc clcrrtrcslra tener la capacidad necesaria para actllar de
lirnnl c'f r'ctivl, crr lcl¿rc:iirlr con los contcniclos t'ortflrrrtt¿tcltls.
r
Paciente: Hemos quedado como amigos, pero me molesta qua t'ttttrttlt,
viene aI piso con sus amigas se comporte como si no hubiera pasr.rtlo rttrtIr.
Entonces, los otros sacan una botello de vino y se ponen a jugar a kt.s cru.rtt.s
o a los dados y a mí no me hacen ni casa, como si stt verdcLdera urttil4t
litttir
ella.
Y
yo allí, pudriéndome...
Terapeuta: Por una parte dices que habéis quedado como arttigr).t, l)(,tr, ltt)t
otrct dices que te molesta que ella se conlporle ct¡n¡o tal.
-1. IJrrir vt'z cv¿rlrracl()s
5. ('u:urtl<¡ lir t'orrf rr¡rrl:rci<in sc r-cf icr-c ¿r lrt'r'ltos tttrtv r',,ttt¡rlt'jos o stt¡-lonc
lur llr':ur t'slr¡t'r'zo ¡rrur t'l p:rcit'rrlt', tlclrt'.'rrun, i:¡t';t'tlt'li,r'r tut t'scrtlorritrl:r 1r;tt:r t¡ttt','l ¡r:rt it rrlt'nr) s('v(':r s()nr('litlr,:r ltr('t l(", rl,'ttt¡t¡ttllts tlt't'ltlll
lrir¡ t'r¡ ¡rot o Iit'tn¡ro.
4.2.4. In terfirctac iírn
L¿t tí't'rlit':r tlt'l:r irrtt't'¡rlr'lrt<'itir-l cor-lsiste cn un¿r cnlisirir-l vcllral t,n lir t¡rrt.t'l
[ct'apcttll t¡llt't't':rlr'lit'lrlt'trr¡rt lirllr¿r clistinta clc corri't'lri¡ t'l ¡'rrrrblt'rrr:r () lrr:r
cx¡llit'ltt iorr tlt stls t.rtrltrr'l;ts v lrt'liluilt's. l.ir irrlt.r'¡tlt'lrrciri¡ rlt. ¡¡ ¡ris¡rr¡
ft'ltt¡ttlt'ltt) v:ltt;t
"('l'lttt,'l ¡tr;ttto lt'ritit-o (()n (lU('lnrll:rjt't'l lt.t:r¡rr.ttllr, l)(.\(.ir
,'ll<1, t tl;llt¡ttit't ttrlct ¡tlr'l,tr ro¡r
"t'tlilt'rt'nt i:r rlr'olllrs lt:t rrit:rs :r t'nr¡r1,.:u t,rr l:r
/,ri
rrN'r'rirrVrs|A
\'.\r(;rrsr()Nrrs rNr)ilrr,:( rAS: r.N,l,lr.riNAMiliNr()( ()Nlr Nr( A|rv()
t'llltt'visllt l)()l'(ltlc l('('()g('los lts¡'lcctos inr¡rlícitos clc k¡s nrctrsu.jcs v corrcltrct¿rs
rlt'l ¡r:rt'it'ttlt', cs tlccir; ac¡ttcllo clrlL: n() sc nr¿rnif icst¿r c1e una mancr.¿t clir.cct¿r.
|,os o[rjt'tivos clc la interprel-ación son:
l,AS
ll ( Nl( i\',l)l
,
)
A l,r ll.r';r tlt'.fl'cccr una interpretación deben tenerse en cuenta las
.ll'tttr ttlr''. r o|¡1j111'¡;¡t'irlllCS:
I lil
trrolrrt'ltl<¡ crr clLle se ofrece una interpretación tiene una enorme
inr irlt.¡rt i:r sr¡h-cr el efecto que tendrá en el paciente. por eso, el entre_
vr:.llrtlr)r'nunc¿r debe dar una interpretación antes de que el cliente
Ir:rv:r rrtlt¡uiriclo un cierto grado de conciencia y comprensión sobre el
It'¡n;r rr irrtu'pretar. cuando existan indicios de que la interpretación
¡rtt,'tlt' ('lltls¿lr ansiedad, resistencia o dolo4 esta técnica está totalmenIt' t orrIr'aindicada.
I llrrl
irltcrpretación resulta más útil cuando se ofrece durante la fase
i¡rlt'r'rlcrcli¿r de la entrevista, porque así el paciente tiene oportunidad
tk' r'c¿rccior-lar a la interpretación dentro del marco terapéutico. Aden uis, c:l conocimiento de esa reacción resulta muy valioso para
el tera¡rcutu, cltricn con esa información verá facilitada su tarea de prever la
t'orr I i lrrr¿rción del tratamiento.
l.
1.. intcr-pret¿rción siempre debe basarse en los mensajes emitidos por
t'l ¡xrcicnte, y en su formulación se deben evitar cuálquier clar" d.
irrlt'r'lcl'cncias provenientes de los valores y actitudes del entrevistador.
Acl.r'¿is, los datos en que se apoya una interpretación han de ser sufic'it'l I lcs .y rcpresentativos.
'1. Iil cnul'lciadci de una interpretación debe adoptar la forma de una tentrrtiv¿r <r ¡r.sibiliderd del tipo Me pregunto si... Es posible que...
euizít...
l'tttlicnt sar que...
5.
l)r's¡rrrú's clc trn¿r inte.pretzrción es aconseiable comprobar qué piensa y
sit'rrlc cl ¡racicrrtc sobr-c l¿r nueva perspectiva qt-le se le ha ofrecido. poi
t'slt' ttlolivo, ltr clal'if ic:aci<in es altamente recon-lcrnclable en es¿r circr n ls
llu rt'ilt.
l.lts ¡rosilrlt's l't':tt't'iottt's tlt' los clit'ntcs íurl('lnr;r irrlt'r'¡rri'llrt irirr
¡rrrt.rlt'¡ scr.
¡nrrv r,¡u i;rtl;rs, v ost il:r¡r tlt'stlt'l;r rrt't.¡rlltt'irin ;rl nr;r: r ir¡lt.r¡lo rt,t.lr:rzo. l)t,t.ru.rr
:r ttt:rtrt'j;rt l:t rt.:rt t iorr rlr'l t,ltll.t'visl:rrlo ¡ltt,,rlt,r,r,r ulrl rr.r or rl;u r¡ut,:
qr-re
/,1
r¡rr¿r
irrlc'r'¡r't'llrt iorr
rr'
sil,rrr
lit intcr.plctzrc'i<irr sca cl'rrllrt'u.
¡ En caso dc que el cliente
proteste por-Lurl intcr'¡rlctleirilr cs rilil r.rrr
plear un reflejo y reiterar Ia interpret¿rción, sicurl-rrc c¡trc r:l t'nlrt'visl;r
dor esté seguro de su adecuación. Pero, como norm¿r gcnclal, :r¡rlt.s rlt.
repetir una interpretación que ha sido rechazzrder por cl clicntt', r'orr
viene considerar su formulación y la validez dc los hcchos sr¡lrrr. los
que se apoya.
cxplicación alternativa.
Arrr¡rlitrr l¿r arttocomprensión del paciente cuando ésta es per-tinente
t orr l¡r srr¡x'r'ución de sus dificultades.
¡lucictrtc plr)lcslc ¿rnlc
lit:r, rrt.t't'sirliurrrcntc,
l'lxrr¡rirr¿rr la conducta del paciente desde un punto de vista distinto, u
oI lt.t t'r' rrrra
tl tt\/t N( l()N VliltltAt
' l'll llt't lrr) (l('(ltt('ttlt
¿r) ltlt'¡llilicar y nl()strar las relaciones qlre existen de manera implícita
t.rrlrt los nrcltsajes y la conducta.
/,)
lF.l
t En algunas
ocasiones la aceptación de la interpretaciírn pr-rctlt'n() s(,1
auténtica. En este caso, el paciente asiente tan sólo para n() clcsirgr':rtl:rr
al terapeuta.
r
La aceptación auténtica de una interpretación se reconoce pol cl lrt.t'|r, ,
de que el paciente muestra que ha asumido, integrado o aprcncliclo rrl1,o
sobre lo interpretado, mediante algún cambio, indicio o el¿rbo¡'aci,rr.
E¡Bnnpro
Paciente: A veces pienso en volver con ella, porque dejarla sólr¡ ntc lttt ttttt
do complicaciones. Si lo hiciera todo volvería a ser como antes, p(,t( ) n( | t.tt,t )
que ésa sea la solución.
Terapeuta: Tal vez, al menos paft e de tu confusión se deba u
culpable por haberla dejado.
(l u
( t
t
.\ t r' t t t r
",
4.2.5. Instrucciorres
Esta técnica consiste en uno o más enunciados a través de los currlt's t,l
terapeuta pretende instrrri4 dirigir o indicar al paciente sobre cómo clt'lrt. tl,'
hacer algo.
Es conveniente enunciar las instrucciones manteniendo la sigrricrrtt'
estmctura: especificación del objetivo a alcanzar, exposición de los p¿rs()s (lu(.
permitirán alcanzar esos objetivos, especificar lo que se debe haccr'.y l. t¡rr,'
se debe evitar durante la ejecución.
Los objetivos de las instrucciones son:
a) Influir o ayudar al paciente para que se conrp()rtc
clc:
urrr
nuur('r'il
determinada.
b) Pr'<l¡lorriolt¡tt :tl ¡rltcictrtc la inftrrllaci<in ¡reccsulir ¡ru':r
r¡rrt. lt's..;r
¡rosilllt':ttlt¡rtilir; ltt;tlrlr'lrel'o clinrinru'urr:r concluclir t'o¡lclt.ll.
l.irs irlsll tt( ( t()ttt':. ¡rttr'tlr'tr t'sllrl tliligicllts lr¿tr'ilt irlg,o t¡rrt'r'l ¡rrt.it'rrlt' ¡rrrt'tlt.
tt'ltlizlrl tltll:tltlt l.l,'lrllr't'i',1;t o lt¡t'r;r tlt't'lllr. Atlt.rr¡lis, t.l t'r¡l¡lt.nitlr¡ rlt,rrrr:r:.
-(,r,r,.-rr(l\t,,itNt)il<tt(
ittsltttccioltcs ¡rttcclc rcfct'ilsc
olrst.r'v¿rblcs.
¿r l¿rs
tAS: l,,Nl,liliNAMlliN'lt)(.()MllNl(./\'l'lVO..
¡.AS't',li('Nt('A¡i t)tr lN'l til{vtiN(,t()N
idc¿rs, los scntimjcnt()s () l¿rs concluctas
LOs ()lr jt'liv()s
lis ¿rlt¿rnrcntc recomendable comprobar que el paciente ha comprendido
lirs i'st'r.rcci.ncs que se le han dado, inmediatamlnte después de haberlas
t'rurrci^c|.. Estc objetivo se puede lograr preguntando al ciiente de manera
tlilc'r't¡r o picliéndole que las repita.
A¡rlcs clc cnunciar unas instrucciones es aconsejable tener en cuenta que:
L l.rs
¡ritcicntes siguen mejor las instrucciones cuando se hayan asociapositivas. por esta razón, es importante que el
It't'ir¡rctllit t'cltterce positivamente al cliente, mientras emite el enunciarlo r'ol'r't's¡"rr¡ndiente. Los refuerzos utilizados con más frecuencia, en
.sl¡r silu¿rci<1l.r, son un ligero movimiento de cabezaen sentido afirma_
l ivo, u rr¡r son ris¿r, etc.
tl¿rs ¿r cr¡rrsccuencias
tlt'l
vtitut^t,
t3 I
t.lrc'rr¿rcll.c son:
a)
Motivatt' arl lxrcicnte para que permanezc¿r en la silu¿rci<in clc crrlr.t'vislrr
o para que se someta a un tratamiento concr-eto.
b)
Ayudar al paciente para que comprenda los objetiv.s gcuc:r-ulcs (.sr)(,.
v
cíficos del tratamiento.
La motivación que siente un paciente ante ra psicoterapia, su gr.acl, tlt,
compromiso y la evitación de los sentimientos negativos que a veccs s¡r'l-1(.¡
ante la incerlidumbre dependen con frecuencia dé lo a;usiadas y clarr-as i1rr..,
sean sus expectativas. Por estarazón, la colaboración del paciente aunr('¡t:r
cuando se especifican las características y objetivos del tratamiento en lirr-rrr.r
detallada y deliberada siempre que sea preciso, pero, sobre todo, dur¿lnrc. lir
fase inicial.
,). l,¡rs insllrrcci<¡ncs son más efectivas si se enuncian como una sugeren_
t'irr y rr0 conro una orden. Así, se recomiendan fórmulas del tipá *Me
¡¡rt.tlttt'tit (lua...>>, "Pienso que podría ser útil que usted-...,, etc.
Después de encuadrar la situación terapéutica es aconsejable que el te r.rrpeuta compr-uebe si el paciente ha comprendido su mensajl. Esta activicl¿rcl
suele realjzarse pidiéndole que describa sus expectativas en función clcl corrtenido del encuadre.
.1. L,s 1'r.c:icntes comprenden mejor y siguen más de cerca las instmcciottcs si ¿tntes de enunciarlas el entrevistador solicita explícitamente
su
irlcrrcirin, con fórmulas del tipo
voy
a
decirle
algo
que
me
gusta."Ahora
riu que hiciera. por favo4 preste mucha atención...>
E¡nupro
Ii.¡Iilt¡I'l.o
Tcrapeuta: Por favor, preste muchq atención a ro que voy a crecir Me gusIttría qtte usted se relajara todo cuanto pueda. Estaiarea [e será muy
faiil sr
.st a'sliterz.a por hacer lo que yo Ie vaya indicando. siéntese cómodamente...
Terapeuta: Nuestros esfuerlos se centrarrin en dos aspectos
fúndttrttt,trttt
les. E,n primer lugar, intentaremos aclarar cuá.les son loi móviles
¡t,s t¡t rr,
¡xtr
usted solicita un
.tratamiento, para después, establecer algunos oltjt,tiy¡,s
concretos en la solución de sus dificultades. Cuando hayarrtos logrutftt t,.str,.s
objetivos nos plantearemos el problema de elegir el tietamienÍo ntti,s 4tlt,
cuado.
4.2.7. Información
"1.2.(r. llnr:u¿rdre
ti'cnica del encuadre consiste en una intervención con la que el entrevislacl.r' trata de predisponer al paciente para que considere una situación
o
sr r('('so clcsclc Llna perspectiva determinada. pese
a esta definición tan general,
t'rr lir Pr'hc:tica, los contenidos cle esta clase de intervenciones se restringen
a
l¡r rr,r'i<irr clc ¡rsicoterzrpia y a las etapas del proceso terapéutico.
L¿r
l Jn cncu¿rdr-c
puede describir la base lógica en que se fundamenta el tra_
l¡rrri.rrl. . cl v¿rl'r potencial que éste tendrá p^.u paciente. Su tono ha de
st'l ttl<lclcl'¿ttl¿tllrcntc optirrrista, ¿lunqlre sin l'alt¿rr-"ii.r la objctiviclacl, pues se
l|ltl¿t tlc ('xl)t'csíll rln¿t scr-ic dc crccncias posilivas rr'r¡r,.,'li, ¡l car-n6i9, a ¡as
¡losillilitlirclcs c'ol)cl'ctlts c¡tte ticrrc cl trrncicrrlr'<lc t'rrrlrlriirlo l¡r lir.nl¿r c¡ clsc! sc
¡rrrt'tlt. logrirl cl r'¿ulrllio.
Dar información durante una entrevista consiste en transmitir al pacicrrco¡
te datos referidos a hechos, experiencias, sucesos, alternativas o person¿rs
objeto de:
a/ Identificar
b
)
alternativas.
Evaluar alternativas.
c) Disipar
mitos.
La importancia dc csta técnica como modalidad terapóLrtic¿r sc irrcr.crnc.¡,
ta en cicrlos ti¡los clt'¡roblercir)ncs, conlo son los rriños ¡-rcr.t¡r'[¡cl¡s, ¡rs
pacienl-cs
c¡ttc' ltlttt ¡lt't'tttitncc'iclo lr<lspitaliz¿rclos clrlr¿rnlc rrl¡clrp licrrr¡r¡, t,lt..
Dc hcclro, llltlt'll¡ts tlt'l¡rs rlt'lit'icrrcias clc cstr¡s
¡rac'icrrlcs r.rr I¿r r.r'solrrt.irirr tlt,
stts ¡rtrrlllt'ttl¡ls t'olitliltltos ¡rtrrvit'rrt'rr rlt'su t'¿u't.ltt.i¿r rlt'ilrfirr.¡n¿rt.irin.
li.)
trNttit,.\¡tstA
Y
Srr(;t stt()Ntis lNr)il{rr(
r'AS:
liNil{t,.NAMilrN't()( ()NllNl( Ailv().
.AS
.l
oltt'tt'r irrlirltll:rc'irin it ttrt ¡ritc'icnl('()s ncc:Lrs¿u'io tcncr cr) (u('lttil Llt-tc:
l. l.rr i¡rfirlrrlitci(1tl clr cl cr¡n[cxlo clc cntrevista debe scr considcr¿rcl¿r
(()nr() un ilrstl'tuncnto tclapéutico, no coltto un fin en sí misma. Es
Al
tlt't'ir, csta lécl'lic¿r sólo debe enplearse cuando la información se relat'it¡ttlt coll los problemas del paciente o con los objetivos terapéuticos
v:r t'sl¿rblcciclos; en suma, cuando es relevante.
.
.l
I
r
r':r :r
i¡rrrolltrlos.
l.s colttenidos
C.
1.
nunca
rrt¡rrt'llos aspectos que puedan resultar desagradables o compromete-
T.:
c.2.
t'onr¡rlctanrente seguro. En caso de duda, es preferible que remita al
¡rircicntc ¿r un¿r fuente que considere fidedigna, o que compruebe por sí
nrisrno l¿r veracidad de sus datos.
lJ.
l,l.l rin¡
'lt'r'it¡rcrrltt: Si tt.s/cd vcrdaderamente desea antpliar sus conocimientos ct
Itttyt;.s tlt' t.sltttlios ttttit,ar.siÍarios, sitt que ello sillniliqtrc ubandc¡nar su puesttt rlt'lntlxrjo, ¡ttrerlt'tuttlt'it'ulrtr.sc cn lo I.lnit,t,t'.sitltttl Nttt'it¡uttl tla lilucacir¡rt
tt l)i.stttttt'itt. Al litrttl tlt'c.slc tni.sntr¡ p(t.\('().\('('tt('n('ult(t t'l ('t'ttttt¡ Asociolt¡ dc
tutt',\lt(t ti'1¡itttt. Alli, t'u ltt¡nt.s tlt,rtli<'ittrt, ltrtt.tlt'tt rtltr,r'r'tlt, utttt inli¡t'tttttt i,,n
t
s t lt'
IttI
lt tt lt t.
¿Quieres decir que para ti es impor-tante ir de corlpllrs rrr
próxima semana, pero también ves la terapiar coLrro lrlgo
importante?
b)
¿En qué sentido crees que ir de compras te va a bcnt.lici:u
más que la sesión de psicoterapia?
C.3. P.: Creo que a los hombres lo único
que les interesa es clonrinl¡
rr
los demás.
T.: a) Da la impresión de que hablas de todos los honrblcs t'rr rrrr
ción de la experiencia qlre has tenido con Llnos ¡rot.os. Mt.
pregunto si de tus experiencias has sacado la cclnc'lusiorr rlt.
que todos los hombres son como los que tú has conr¡t.itl,,.
b)
C.4.
¿Qué ha sucedido para que pienses así?
P.: No quiero que mi marido decida por mí. euiero scr,\o t¡rrit.rr
tome mis propias decisiones.
T.:
cntr-cvisl-ador nunca debe dar más información que la estrictamenIr' rrcccs¿rria, pues la combinación de una información perlinente con
()lr'a cluc no lo es puede paralizar a un paciente que yu.itubu prepara-
r'r,o
tttt
a)
a)
Tienes capacidad suficiente para tomar tus propiars clccisir¡
nes, tanto si tu marido te presiona, como si no.
b)
Me pregunto si en caso de que tu marido no le pr-csiorurst. lt.
gustaría tanto ser independiente.
l'.1
tlo ¡.xu'u la ¿rcción.
sacar bucr-l¿rs not¿rs si rlt't.i
P.: creo que no podré venir a la próxima sesión porqLlc lcrrg. r¡rrt'
ir de compras.
T.:
(r. ('rrirrrckr cl terapeuta prevea que la información que ha ofrecido al
¡rirc'icntc le ha supuesto un impacto emocional, conviene que explore
srrs scntinrientos o actitudes al respecto.
l,ll c'ntlcvistador nunca debe ofrecer una información de la que no está
a) ¿F,n qué momentos sientes eso?
á) Tienes capacidad suficiente para
des estudiar.
tlo¡ r's.
'/.
l
P.: A veces tengo la impresión de que me van a cxptrlsirr.
de la información, pues en caso contrario tende-
'.. l,:r irrf r¡r'rrr¿rciirn debe ofrecerse de manera objetiva, sin ocultar
H
Identifica la clase de respuesta ofrecida por el ter-upcrrta.
lr,.,lrr ltlt nic¿r sírlo se empleará en caso de que el entrevistado sea recep-
;r
¡l.tt\'t,N( t()N Vlil<ttAt.
(f) l)t: pa¡rcl y l:ipiz
i r r li
li',
ll.J
+.2.ii. l'..jr.r'r'icios
rrll¿rción debe ofrecerse sólo en caso de que el paciente no posea
I'tlr¡s l.s clatos que el entrevistador considere precisos, o cuando haya
tlt'rrroslr'¿rclo que los datos que maneja son inexactos.
L:
L:r inlirrlraci<in ha de ser enunciada de manera comprensible, para que
cl ¡ r: rt it'r r l c Ia pueda asimilar y aplicar sin especiales esfuerzos. Por ello,
:',',lt'lrt'n t'vit¿tr tanto las redundancias como la sobrecarga inforrnativa,
\':r (ln('l;r ¡rlirtrcra aburrirá al cliente, mientras que la segunda tenderá
;r ;¡l,r'r¡¡nrrrlt'. Si los datos a transmitir fueran muchos o muy complejos,
l¡r ,'rrrrrt i:rt'i<in clebe de organizarse en forma de secuencia graduada.
.l
llr( Nl( r\ri l)l
En cada uno de los casos que siguen elabora una resplrcst¿r clc sourlt',,
habilidad-capacidad, confrontación e interpretación.
C.
5.
(Un estudiante de 15 años.)
P.: Mis nol¿rs h¿rn bajado mucho. No só ¡rorc¡rró nl.' ¡,i('nr()
rlcsi
(1.
6.
rr
I
nlr\
r.r't's¿rrlo ¡ror. loclo.
(Un:r rrirr:r tlt. t ulr¡ lo tlr. Itl'int¿rr.i¿r)
lt: N, ttt('{l:t l:t ¡';ttt;t lr:t, r't lr¡s tlt'i¡t'rts ('n ('ilsil. l,irs r¡;rlt.¡rr.rlit,rs rr,
lll( lllllrol l.tll l,:t:, ¡tit¡:ts lt() ttt't t'sil;r¡t s;tlt,.l (.:,¡t:, ( ()::t\
lrNllilvlslA \ sl (;lrs'l l()Nl.s lNl)ll{lr('lAs: l,,NtttlINAMtt Nt()( {)fvltNt( Ailv()
s.l
('
'/
([
Jrr
l'.:
(t{
lrornbrt' clt. nrccli¿rrrlr crlzrrl.)
C.
l,)sloy nru.y (lcs¿urint¿rclo por est¿r incapacidad física. No puedo
Ir¿rccl l'l¿rcl¿r con1o ¿lntes. No sólo ha afectado a mi trabajo, tamlrii'n cn c¿rs¿r. Siento que no tengo nada que ofrecer a los demás,
nucla que ffrerezca la pena.
l.l.
11: (Sit'rrr¡rtt' Ilt'glr tarclc
ilsu
(I
n
T.: a)
l)l(.trr,unt()
cio. Pero si alguno se mete conmigo o me dice lo quc [orl]() (rlr('
T,z a) No me puedo imaginar que te lleves tan bien con ellos si tit.
nen que estar con tanto cuidado. De hecho, tengo e utcrrrlitlrr
que rlltimamente has tenido varias peleas.
bl nices
c)
que te llevas bien con ellos, pero, al misnro ticrrr¡ro
rrno de los ejemplos que siguen, elige la opción que consideres
T.:
('. 12. P.: (Af irrner ser capaz de hacer amigos con facilidad entre gentes
rtruy cliversas). Tengo que cambiarlne otra vez, es la tercera vez
crr lo clue va de año. Siempre voy a dar con Ltn compañero de
lr¿rbitación qlle es un bicho raro.
'l'.: rr) Antcs has dicho que haces amigos con facilidad, pero parece
c¡rrc ticnes clificultades para vivir con alguien durante muchcr
icrrr 1to.
Si la gente tiene que andar con tanto cuidado conr igo ¡rr rt.rl,,r
comenzar las peleas con facilidad. No puedr-r corrr¡rrlrr,l,.r
porqué piensas que eres acomodaticio.
al
Has retrasado la boda dos veces pero dices que ln cltric'rr,s.
Quizá me equivoque, per-o creo que no estás complctarrrortt,
seguro de querer casarte con ella.
b)
Es difíci] comprender cómo has podido retrasar la l'cclrrr clos
veces si la quieres tanto como dices.
c) Parece como si tuvieras miedo a casarte.
Mc prcgr-rnto llirsr:r
qué punto la quieres.
c.1ó. P: (una persona poco aseftiva). Puedo arreglhr-nrclus yo sorl
t.rr
situaciones de este tipo.
ü,) Mc c:xlt'¿rñ¡r t-l-lttcho quc seas cLt?L\'/, <lc haccr anigos con l¿rciIitllcl y It'rrg¿ls [¿tlrlos pt'oblcrrrlrs ¡r;rlir rrirrir con algtricrr.
T.:
u) 'l'ú tc pcrcibcs a ti mism¿r conr() Lu-l¿r l)cls()nl:rsr.r'l iv:r, ¡rt.rrr
y() ll() ltt' vislo cs¿t ¿rsertiviclacl. ¿'Poclr'íus ayrrcl:rlll(' ir ( ()nt
Pr t.r rr lt'r
Anlr.s tlijislt'r¡rrc. lurc'r.s rrrrri1,.,,s r,,r¡ l;rr ilitl:rtl. Alrr.rr <¡rrt,cs llr
¡';r'r';r'l
r
C.15' P.: (Un hombre joven que ha pospuesto la fecha de su rrr¿rtrir¡trrr,,
dos veces). Yo la quiero mucho..., creo qué es la nre.jo'clrit.:r tlt.l
mundo. Tenemos tantos planes para el futuro. pe.o lrc lt'rrirLr
que retrasar la fecha de la boda.
l¡r corrll oltt¿tcitin ntás adecuada.
¡'';r
il,::Jl;l l'lí:lli:; i;,,1i:l::1,1",'",i,,llil"',';ll "'|"',..''|(,
rl,.
dices que es mejor que se anden con cuidado corltig().
P.: Oclio levantarme para ir a trabajar. Estoy cansado de la misma
vicja rutina. Es una farsa. Nada de lo que hago merece la pena,
pcro es el negocio de mi suegro y si lo dejo habría una escena
f ¿rmiliar-. El es demasiado viejo para llevar el negocio.
)
lr<¡
hace4 es mejor que tengan cuidado. Nadie me fasticli¿r a nrí.
(Un hombre de 50 años.)
¿
Dices que te interesan nuestras cntrc¡vist¿rs, ¡-rcrrr sir.rrr¡r¡t: llt'
gas tarde. No parece que esto lengzr nrrrchr¡ scll I irl< ¡.
C'1,4. P.: (Un chico de 14 años que ha tenido varias pcleas con c()nlplir(.rl)s
de clase.) Yo me llevo bien con esos tíos. Soy bast¿rntc ¿rcor r l< ¡tl¡ rl i
11: liste profesor no me gusta. Siempre me reprende. Nunca cambiará, es estúpido. Me pongo furioso cuando me riñe.
I
llrrrcllo prrrvcclro tlq t'Illrs.
cJ Si nuestras entrevistas te son tan provech()s¿ls, llc
por qué siempre llegas tarde.
[().
l¡r llurcrstro novato.)
c¿rcl¿r
las crrll'cvistls). l,,slov nlr¡v irrf r'ri,srrrl¡ t'r¡
b) Me
lo (tJrr csl.udiante de Primaria)
l'rrlu
t{5
cuesta entender qué quieres dccir con s¿rc¿u'l)r'()v(.t
nuestras entrevistas; siempre llegas tardc.
11: M i cl¿tse es un jaleo. No sé manejarme con esos chicos tan problcnr¿'rticos. El director me acucia para que ponga más orden y
yo ucl cstoy seguro de hasta qué pllnto el orden es importante.
(.II.
¿r
csl¿ts clltt'cvist¿ls con r-rstecl, s¿rc<l
([Jrrl pcrsona mayor.)
P.: La cmpres¿r está a punto de jubilarme, incluso aunque yo no
(luicro. ¿Cómo me las voy a arreglar? Me sorprendo a mí mismo
¡rt'nserndo en los buenos tiempos, no quiero encarar el futuro. A
v('L'c.s pensar en la jubilación me pone tan nervioso que no
¡rucclo ni comer ni dormir. Mi familia ha sugerido que trate este
(
l.As'ilr.( Nt( A:r t)t tN I t,tivt N( t()N vtitilt^l.
/')
S¡
t'sl;r rl ist'r.t.¡tarrci¿r?
,'ri"' tttl;t
l)('ts()tr¡r lrs('r'livrt, ,'¡tut'rlt.s t'l¡rlicrtt tn(. ( ()nr() ('s
t¡rrr. lr.r.il( lt(.il1t:t:. ('n t.sit silU:tt.i()lr,,
fi(r tNilitr\/t:ltA \ .\lr(;trst,t()NtrstNlrilili(..t,AS:
t
) I'ttt'tl,
I
ir rr.
tiNt,t{tiNAMil.Nt()( ()NltrNt(
,^.t,tv()..
('(lrtiv()('iltrll(', l)cr1) n() nrc p¿ll'cccs ulrr
l)(.r's()¡¡
(' 17 l'.: (t/rr ('rrplc¿lclo cluc csth discutiendo
Irclrrs' ¿ll'rqllc
llsicr.-
con un jefe de personerl).
bien, pero me pregunto si tn aspiración es reatipo de preparacién que es neces¿rr.i¿r en ese puesto.
lisr¿r tcniendo en cuenta el
lrl,'ntilit;r l:r cl¿rse de interuenciones terapéuticas que aparecen a conti_
¡1)il.
l)rrlcrrrcls trabajar sobre cuatro aspectos. primero intentaremos
:¡r'l¿''¿rr porqué acude usted a la psicoterapia. Después intentare, rrs cst¿rblecer algunos objetivos terapéuticos. Esto nos proporcio-
rurr'á algunas directrices y metas a alcanzar. Entonces deierminare¡rr<¡s l¿rs técnicas a emplear para lograr nuestros objetivos y, por
ú¡lt
lt'¡i'sul
ilt.s.
C.24. Tu bt-¿rz<-r ttct está relajado. Relirjzrlo. Dejar c¡rrc lu tcrrsirirr irblultlorrt.
lu cuerpo.
día.
r') llrrs t'.bajado
lll.
tlilrt
C.26. Las academias de policía no están restringidas a krs horrrbrt's. Si
estás interesada en esa profesión y tienes buenas not¿rs, 1-rrrcrlt's soli
citar la admisión. El número de mujeres admitidas aLu'ncntrr t':rrl:r
ri.;rlisla por tu parle tralar de optar a ese puesto.
.
l¿ur
¡r) Prt:des estar orgulloso de tu rendimiento aquí, pero me preg.nto si eso es suficiente para compensar tu falta de forma-
/r) ll:rs trabajado bien en estos años. pero me pregunto si es
(
lt'slt:ttr'r'o:r;tttt'gll'tt'tcl¿tscollsilu¿tc'iorrc'sc¡trcllrsllrtrltol:r
C.25. Quieroqueteconcentresenimaginares¿rsitu¿rci<in.Visr¡ulizatotlr¡s
los detalles y sensaciones de lo que in-raginas.
cií¡¡t académica.
llll:l(
¡i /
esta empresa sólo admita a la flor y nata cl.,
r'.cl^ ¡rr-.r'noción, no entiendo porqué yo no tengo opción a Lln
r)rcsto. Durante diez años he trabajado bien. La gente dice quc
sov rrn lícler.
'l'-:
l.AS'l lr( Nl( A:- lll ll.Jll,l{\'l,N( l()N VlrltttAI
inro, evaluaremos los progresos realizados.
( . l(). Mc grrstzr.ía que durante esta semana, cacla noche,
emplee esta
cirra clc r"elajación. colóquese en una posición confortabie y utilíccl¿r cuando sepa ql-le no va a ser interrumpido.
('.20. l)r'a cnrpez¿rr pr-rede qlle sea úrtil que hablemos de que
lo
es una
¡rsic't.-.pier y de qué es lo que le puede ofrecer a usteá. primero
ilrrr:rrr;rr-r:nros aclarar lo que a usted le gustaría que le aportara la
¡rsic'rcr-apier, apoyándonos en eso, intentaremos resolvei sus prolrlr.nrirs.
( l l. 'lir v()z cs clcrn¿rsiado
estridente, todavía resulta un poco agresiva.
lnltinlulr¡ clc nrrcvct suavizando el tono de voz.
( 2-) lil
llt't'll<I tlt'c¡ttc cstós confinado en una silla de ruedas no signil-ica
(ltl(' ll() ¡lttt'tlits zrllt'cnclcr a realiz¿rr- much¿rs clc trrs t¿u'c¿rs h¿rbiiu¿rlcs.
l'lxislt'rr fir.lr.s clc c'scil¿rr-tLr ¿l rr()v('r'rt't.' rr siillr v rr llirc.r'c<ls¿rs
st'ltllttlo t'rr l¡1'.¡r'rlc t'sl¿¡lrl9 <lc ¡tir..
( .) l. 'li'llt'l ;t ;rl1lttit'tt t',tt <¡ttit'rt lllrlrlrrr'(l(' nr.ur('r;r
1r,,1':rr'.,'. l,:r ¡r..'itort'r';r¡ri:r r;ut¡llitirr
lr;rl,ilu:rl ;rvurl:r lr tlt's;r
rt..r\rrrl.rr.r.r,r¡rr.rrrlt.r.r¡rrt:t¡¡it,
C.27. Recuéstate y pt'ensa concretamente en eso. Intenta cc¡ntal-lrrc
do te sientes así.
cr nirr
c.28. Las violaciones no siempre se producen de noche, a vcccs Iit.'r.rr
lugar en otros momentos. En este barrio hubo tres cl scnrcslr.t.
pasado a plena luz del día.
C.29. Un cur-rículum es un resumen de los estudios que has realizirrlo, .1,'
las actividades o de cualquier trabajo voluntario o exper-icnt irr t¡rr..
hayas tenido. Es una forma de describir tus conocimientos v cu:rlili
cación que puede ay'udarte a encontrar un tipo concreto clc I r': I r: j,
r
r
,
C.30. La psicoterapia no siempre ofrece respuestas concretas. 'li' l¡,'rrr l:r :r
explorar algunos factores que pueden contribuir a tus clilicult;rr1,..,
C.3I. Lapsicoterapiapuede ayudarte
a que te percibas de fornr¿r tlistirrt,r
C.32. Esta semana vas a hacer una lista con todas las situacir.rnL,s ('n (lu(.
te sientas así. La próxima semana me la traes.
c.33. Has realizado un gran esfuerzo durante los úrltimos mcscs. il:¡s
adquirido la capacidad de salir con mujeres. Te decidiste po'csr.
diar ingeniería y has alcanzado un nivel de acuerdo con tus puclrt's
suficiente para poder convivir enpaz con ellos. Quizá tengus ¡rrrr
blemas que aún no hemos tratado. En ese caso, ¿podríanros cliscrr
tirlos ahora?
Selecciona la respuesta de encuadre que te parezca nlás
aclcctr¿rcl¿r crr l,rs
casos que siguen:
c.34. P.: (Se le ha pedido que reslrma sus problen-ras). Brrcno, lrt'nrr¡s
hablado de más cosas de las que esperaba. IJcnros crrr¡rt'zrrtl,
hablando de mis sentimientos de soled¿rcl .y clc¡rr-csi<irr. l.ut'go lc
he contaclo círnlo nlc- dcsagracla n'ri trabir.jo y los llr'oblt'nrils (lu('
cot't'to ¡-lltllt'lt'ntl,o c'on ¡rtis [rij<ls. Yo lro lr'llílr t'ollt'icllt iir tlr.r¡rr,.'
Iotltts t's;ts ( ( )s:rs ttr(' l)r1'()('ul):lr-ltt lütsllt r¡ttt. ltt'rrros t.trr¡lt'z:rrlo rt
llrrlrlru rl,' ,'ll:rr
t,\ INllil \/lsli\
\'Slr(;rrsll(¡NrisrNr)il<ri( lAS: l.NllilrNAMllrNr()(
()lvr
lNr( Ailv()...
l.AS'l t.( Nt(;\r, t)t.tf..|t tiVt N( t()N vl:tiBAl,
'l'.: tt) | lt'lltos iclcrltilicrtclo ¿rlgun¿ts clascs clc
¡rxrblcrrurs. l'rrrcce c¡rrcr
it tts{t'cl lc ¡.lt'cocttltit Ilt¿rs sLr solcd¿rd que los pl-oblcr}l¿rs con
strs lri.jos. ¿Dcsc¿r qLlc tt-¿rtcntos primcro este asunto?
¡rt'r rrril il :t t¡llo clc stts Iti.jos c¡trc lcalict'cir-'r'l¿rs
tu rlu(' corrsidcrc convenicntc).
T.:
/rJ I lcrrros dctcctado trcs áreas de problemas que parecen preocllp¿irlc. ¿Cuánto interés tiene en cambiar esos aspectos de
c)
¿.'fiene usted otros motivos de preocupación? Si es así, hablenros cle eso ahora
sirlo
'll: rr)
clcf
del ejemplo anterior han
inidas en forma concreta).
T.:
r:) Ahora que sus problemas están claramente definidos hemos
clc decidir por dónde empezamos. Por lo que usted ha dicho
dc su trabajo, puede ser útil qlle empecemos por ahí. ¿Cómo
lo ve?
(h,l cliente ha propuesto comenzar a tratar el tema de sus relaciones con los hijos).
'l'.: a) Ya tcncmos en qué consisten sus dificultades con sus hijos.
Ahor¿r nccesitamos establecer una meta a alcanzar en esa
hlca. ¿Qué le parece algo relacionado con sus discusiones
corr cllos?
hcnros claborado una definición de sus dificultades.
ncta
<'i Antcs lrcnros cle{'injdo sus pr:oblemas de relación con sus
lriios. Alror'¿r Ltc-cesitamos tr'¿rz¿rr-nos rrn objctivo. ¿Pr-reclc
tlt't'i¡'t ttt'llgo tllts clc la firrnl ('n (llr('sus lirrlrili¿u'c-s sc rcl¿t,
t ioll:ut cnll't'sí?
]
/ l'.: (St' lt;rtr t'sllrlrlt't'itlo trtut sr'r'ir'rlr'olrjr'l ir,, r¡rrr'r'l ¡r:rt it'rrlt.tlt'sr'¿r
:tl,:tttz;tl t'tll:rr','lrtti{)n(()n:,u',lrr¡,. Ilrr,,rl,','llr}!(()n\isl(.('n
a)
b)
;rl1lrrrr:r
¿Córno formularía usted esas situaciones purn ulcurrzirr
lrr
Parece que usted perrnite que el niño la ay.lrde aLurcluc int'lr¡s,,
eso le cuesta. ¿Qué podría hacer usted la próxirna vcz l)¿lr.¿l s(.1
Parece como si a usted le costase mucho ser toler-¿lnlt' t on
conducta de sus hijos.
l:r
c) Parece
que las cosas están razonablemente bien. ¿-(Jut, pr,,
blemas trataremos ahora?
tos más difíciles de abordar. ¿Está de acuerdo?
(
srr lrijo
más tolerante ante las alterrrativas que él propone piu'lr lrrct'r'
las cosas de una manera diferente a como usted ¿rcoslunrlr':r,,
lr¿r contado de sus sentimientos de soledad y depresión
sr-rgiero que empecemos por ahí, ya que pueden ser los asun-
Ahor-¿r nccesitamos transfomar esa definición en una
c¡rrc rrstccl dcscc alc¿rnzar" ¿Podría sugerirme alguna?
crorr
que el niño lo hace).
Ahor-¿r que tenemos sus problemas claramente definidos,
¡rc'ccrsitamos definir el orden en qt-le vamos a tratarlos. Por lo
r¡uc hzr contado de su trabajo, considero que este tema deberíir scr el primero. ¿Está usted de acuerdo?
/;) Antcs
¿For qué no intenta hacer algo clif'crcntc clt' lo r¡rrc lr('()stunr
bra la próxima vez qlre se presente uLr¿r clc csirs silu:rt'ir¡¡rt....,)
c.38. P.: (Ha decidido ayrrdar a su hijo a levantar la mesa dcs¡'rrri's rlt: l;r
cena. Permite que lo haga, pero le cuesta aceplat- la lolll¡rr l..n
sus problemas tenenros que decidir con qué orden los vamos a tratar. Por lo que
l'.:
t'lrs rlt' l:r ¡ll;ur,'
meta propuesta?
/r/ Ahora que hemos definido claramenle
('. 16.
l¿u
cosa, un avión de aeromodelismo, por c.jcrn¡tlo.
r'/ I lcrnos identificado al menos tres áreas problernáticas.
11: (1.:rs tr-es cuestiones problemáticas
a)
b) Una posible situación sería constmil
str vicla?
( l',
fi()
D) Ensayos conductuales
Llevar a cabo una sesión de ensayo conductual, de veinte minutos tlt'rlrrr;r
ción máxima, enla que el entrevistador ejercite las intervenciones clirt'r'lir';rs;
concretamente, sondeo, habilidad-capacidad, confoontación e interplcIut.irir¡
Las intervenciones deben ser elegidas de acuerdo con el plan trazaclo ¡rol
el entrevistador antes de la sesión. La adecuación de dicho plan .y la cllirlirtl
de la ejecución serán discutidas al frnahzar la misma.
Realizar una sesión de ensayo conductual de quince minutos clc clur'¿rción, en la que el entrevistador ejercite las inter-venciones de encuacllc vclbll,
instrucciones e información.
La ejecución de esta sesión se verá favorecida si es enFocacla corno l:r ¡rli
mera o la última entrevista, o como una sesión en la que se en¡tlcarr otr'¿rs ltit'
nicas terapéuticas diferentes a la entrevista propian-rentc clicha.
4.2.9. Solt¡r'ir¡nr.s
(1.1.
¿¡) S,,ntl,',,
/r) I l:rl,rlr,l.r,l ( .rp:r,
itl;rtl.
lrNllilr\¡lS'lA
('.2
Stl(;lrSll()NIiS lNl)llili( lAS: IrNll{lrNAMttrNt()( (}N4t Nt( AttV()
Y
l.AS'l'l ( Nl( i\', lrl ll! ll ll\ l.l.l( l( )N Vlrl(llAl
ll.. Arlttt¡tlt' tl:.lt'tl st' jrrllilc porlr'Íir
r-t'¿rlizul rlivt'ls:rs l:lt1.its ulilt.s 1'
sltlisllrt'l<¡r'ils. Ustccl p()scc c()fl()cilltictrlos sobltrtlr¡s Pirtil ( ( rnlr
rru¿rr lr¿rcicllclo cosas impoltantcs cn su t's¡lcc'ilrliclrrtl.
(lonllrrnlirt'i<ilr.
¿¿)
/r) Sonrlco.
('. I.
rr)
In
rtrccliatez-[nterprctación.
C.: Dice Llsted que su familia le ha sr-rger-iclo c¡trc s(' p()nlllr t,rr lurt:r
miento. ¿Significa eso que usted está ac¡r-rí srilo I'rol t'orrr¡rllrt t'r
/r) Sonclco.
(-l
les?
¿r) I labilidad-Capacidad.
/r)
('-
S:
I
l.:Quizá su rotunda negativa a encarar cl f'utlrrrl corrllillr¡vt.
lrrtcr-prctación.
,;Q1'¿,
C.9. S.: ¿'Qué signilica para el director
S.:
icicnte como para que hayas venido a verme.
,;()1¡¿'
C.: Dice qlre no sabe manejarse con chicos tan problenr/rticos, ¡rt'rr
también que no hace caso al directorporqlle no est/l scgurrr rlt.
hasta que punto mantener el orden en su clase es irrrpoll:rrrlr'
para usted.
hayan bajado porque tus estudios ya no te inte-
r
tc hace pensar que las niñas no necesitan saber matemáti-
t'its?
I.:
ll.:l)trcde que las matemáticas no te importen, pero tienes inteligcncia suficiente como para sacar buenas notas también en
¡l¿rtemáticas.
C.: Dices que no te da la gana hacer los deberes de casa pero, por lo
c¡ue cuentas de las matemáticas, más parece que lo que sucede
cs ql-re no ves en que te podría beneficiar hacer la tarea.
I.:
7.
C.10. S.: ¿Cuántas veces te ha reprendido hoy?
H.:Si quisieras podrías llevar-te con él tan bien o meior c¡rrr'r.,,rr ,.1
resto de tus prof'esores.
C.: ¿Nunca se te ha ocurrido la posibilidad de que el problcrna lrrrrr
bién podría solucionarse si en lugar de pretender que ól c¿rrrlrit'
contigo, te compoftaras tú de manera diferente con él?
S.: ¿En qué forma concreta afecta su incapacidad física a sus relaciones f'amiliares?
I.:
Puede que te enfades tanto con él porque sus regañin¿rs lliclt'r¡
tu amor propio.
C.1
1. S.: ¿Cuánto tiempo hace que usted
se siente tan insatisfecho corr su
trabajo?
C.: [Jstccl dicre qr-re no tiene nada valioso que ofrecer a los demás y,
sirr cnrbargo, su rendimiento en el curso de programación hace
sos¡-lccherr qlte se va a convertir en un experto en ordenadores.
H.:Usted ha demostrado entereza suficiente en otras ocusiorrr.s
como para enfrentarse con su familia si lo crcc vcrcl¿rclcr'¿rnrt'lrlt'
l.: ()uit,it t'sc. scntinricnto slryo de no tencr n¿rcl¿r importantc
C.: ¡'Sc da cuenta de que
ollr't'r't
¿t
qtrc
los tlcrl¿is cs t¿tn stilo rura rrlurilr'sl:rci<in clc sn clcsáni-
nr() V (iu ('z('¿r rlc birsr.objctiva.
¡i
Probablemente, si aclarara esa cuestión de hasta quc [)unt() ('\
importante para Llsted que la clase esté en orden, lc lt'sult:u r;r
más sencillo manejarse con los chavales y con el dilcc'l<¡¡.
Probablemente, te esfuerzas en creer que las niñas no necesitan
saber matemáticas para así tener más tiempo para jugar.
H.:A usted aún le quedan muchos recursos físicos e intelectuales
¡rnra podcr seguir desarrollando un trabajo verdaderamente
í¡til, tanto para usted mismo como para los demás.
l;r
H.; Usted es suficientemente asertivo para imponer el orclcn clr ur)ir
clase, siernpre que usted quiera.
r1'san ctolrto antes.
.(r
que usted pong¿l or-clcn t'rr
clase?
('.: l)itt's cllle te sientes muy desinteresado por todo, sin embargo,
t'l lr:r.jorrazo de tus calificaciones parece haberte preocupado lo
L 'llrl vcz tLls notas
i
menta.
significa exactamente que tus notas hayan bajado mucho?
I.: ('rr ¡racidad intelectual no te falta.
suf
rlt'
forma decisiva en el mantenimiento de la ansicclacl t¡rrr. t.r¡rt'r
S.: ,'¡¡,'o.¡,' t tt:illtlo s('('tt('u('nlr':t uslt'rl t'rr
sit'1'1
¡lr
r':,1;r
.,ill:rt iorrtlr.tlt.sltso
necesario.
es usted quicn clurzrntc ¿ri'l()s ll¿r clt':r<lo t.s;l
c¡ttc ¿thor¿r sc qttc'ja, ¿rl h¿rbcr'ocrrll¿rclr¡ ¿r los rlt'¡ru'rs lrr
irrsrrlisl:rt r'ir'rrr t¡rrt: lc prrrclrrcc str tllltu jo?
f
¿rl'sa clc
l.: 'lirl tt'¡',i
Il
ttr¡ t'rislit'r'rttt csrts llltblts frrlrrilirrrts tlt'llrs t¡rrt'lr:rlrl;r,
('\l)('t lttt('trl;r:','rlilit ttllrtrlt's ¡r;rttt'itl:rs ¡r:rr':r l()nliu r¡n;r tlt't isioll
7:-.._ 11r)ll(_r!,vr¡rA Y.str(ilrsl l()NliS INI)lltl,l(l'lAS: liN'l'RliNAMlli,N't'O ('OMllNl(:41'lVO...
rcspccto a csc pLlcsto dc trabajo, que le result¿r
cómodo y tan lrustrante.
¿r
la vcz tan
C.15.: a
b
C.I6.: a
C.lB.:Encuadre
C.
C.21.: Instrucciones
C.22.: Información
C.23.: Encuadre
C.24.: Irrstmcciones
C.25.: Instrucciones
C.2ó.: Información
C,27.: Instrr-rcciones
C.28.: Información
C.29.: Información
C.30.: lincuadre
C.31.: Encuadre
C.32.: Instrucciones
C,33.: Iincr,radre
C.34.:b
C.35.: c
C,3ó.: b
C.37.: c
C.38.: a
c.12.: a
C.13.:
19.: Instrucciones
5.
LA II\TERACCIÓN
C.14.: b
C.IT.: c
C.20.: Encuadre
cuando dos personas entran en relación el factor más influyente cn cl
tipo de interacción que habrán de mantener es la manera en que cada uno clc
ellos percibe al otro.
5.1. PERCEPCIÓN INTERPERSONAL
La percepción interpersonal tiene sus raíces en la formación de aqucllgs
juicios u opiniones, relativos a las demás personas que, de forma implícila rr
explícita, inciden en la evaluación de los otros como animales socialcrs, l)or.
ello, suele definirse como la manera en que las personas reaccionan .y r.csponden a los otros en el pensamiento, el sentimiento y la acción.
como proceso, la percepción interpersonal se organizaa través dc la intcgración de criterios de diversa índole, si bien, en el contexto terapéuticp, les
más relevantes son la autoimagen del terapeuta y las expectativás y valol.(ls
tanto de éste como de su paciente o pacientes. Además, considerando aisladamente al entrevistado4 autoimagen, expectactivas y valores constituyen cl
punto del que surgirá el estilo interactivo que pondrá en juego como profesional de la psicoterapia.
5.1.1. Autoimagen
Los sentimientos, ideas y expectativas que una persona desarrolla hacia sf
misma, influyen de manera decisiva en su comportamiento, pues con mucha
frecuencia, lo que uno espera de sí mismo se convierte en una profecía auto-
cumplida.
Los aspectos de la conducta del terapeuta que pueden influir más directamente sobre el transcurso de una entrevista o tratamiento se circunscribcn
a tres áreas: compelcncia, poder e intimidad.
La actittrcl c¡ttc tttitttticnc cl terapeuta hacia sLl compctcncia ¡rnlfl.sion¡l
rcsttlt¿r pct'itlclicirrl l)nttr $u tt'aba.io si cursa con f'r¡cl'tcs se nlirrricnlris clc inaclc-
nl éxilo r¡ nricck¡ ¿rl f'l'¿rcnso, Lu nctllilcl l,T$l)r.clo ul lxrclcr,cs
clctct'tttitt¿t¡ttc cuanclo cl tclapcrrl.a ticnc cr¡nf'liclos lclnr,krrrritl,¡s.,,,, ir, irlpoctl¿leiC)ll, tll¡cdo
fcrt.tci¿t, cl c:t¡tlttr¡1, la p:rsiviclad, lar dcpcnclencia r¡ ln r,olrlluclc¡rcnclcncia. Por
últinro, crl /tl'c¿t dc l¿r intinridard pucde intcrf'crir cn cl c.icrc'icir¡ clcr la prol'csión
clc cntl'cvistadot', cuando la aceptación o el rechazo I'csultan cxtraordinarianrcnlc pcnosos.
Actitud hocia uno mismo
Hocer proselitismo
del estilo de vido
Conduclos dalFirapcuta quc licndcn
,
1 . Hocer proselitismo ideológico.
2. Provocor uno lucho por el poder.
3. Rechozor o clientes con un estilo de vido
diferente del suyo.
4.
l,lir:los de lu autoímagen
a pcrsuadir
ol pacicnta
Sermoneor o los pocientes
.
la interaceión terapéutíca
.sobre
Áreo problemótico: Poder
Areo problemótico: Grqdo de competencio personol o profesionol
Actilud hacia uno mismo
Abiertomente positivo
(miedo ol frocoso)
lrt¡¡ud
h*¡*¡rn,o
Abieriomente outocrítico
(miedo ol éxito)
Conductos leropéuticos que evilan el confliclo
t. Descortqr lo retroolimentoción negotivo.
2. Folsificor lo retroolimentoción.
3. Evitor o suovizor el moteriol feropéuiico difícil.
I
.
Actitud hocio uno mismo
Debilidod o irresolución
(miedo ol control)
oltos.
Expresor público o privodomente comentorios
outodepreciotivos.
4.
Aclilud hacio uno mismo
Necesidod de ofecto
y oceptoción
Sobreidentificoción con o rechozo de pocientes
muy mosculinos o muy femeninos.
2. Seducir o los clientes de se^o opuesto.
3. Hiperreocción o molinterpretoción
de los reocciones positivos o negotivos
'
de los pocientes.
enirevisto.
Preocupoción o irritoción cuondo el pociente se
resiste o hoce los cosos de molo gono.
Áreo problemótico: lntimidod
Conductas del terapeuto que le reoseguron sexuolmenle
l.
.
Persuodir ol cliente poro que hogo lo que
él/ello quiere.
2. lnformor de monero sutil de lo buen teropeuio
I
que es.
Evitor lo interocción positivo.
retrool imentoción negotivo.
Proponerse metos y expectoiivos demosiodo
Conductas que proporcionon o focilitan el control
3. iontinuo control del contenido y dirección de lo
2. Reboior lo retroolimenioción positivo.
3. Autoproporcionorse obiertomente
5.
Sentimientos de inodecuoción
sexuol (insuficientemente
mosculino o femenino)
Omnipotencio (miedo
o perder el controlf
Conduclos terapéulícos que montienen uno ouloimogen
negolivo
4.
Actílud hacia uno mísmo
Actitud hocía uno mismo
Actitud hacio uno mismo
Necesidod de distoncio
(miedo o lo proximidod
y ol ofecto)
Conductos del teropeuto que promueven la aceptoci5n
t. Promover sentimientos positivos en el pociente.
2. Evitor enfrentorse con u ofender ol pociente.
3. lgnoror los indicios de rechozo por porte del
cliente.
4. Hocer fovores o pocientes.
Conductos
de distonciomiento y evitocíón emocionql
lgnoror los sentimienios positivos del pocienie.
Mostrorse obiertomente brusco o distonte.
Montenerse en el rol profesionol de <<experto>>.
Conductas del terapeulo que permiten evitor el control
.
Guordor un silencio persistente o evitor
lo porticipoción.
2. Mostrorse obiertomente directivo o divogor
I
3.
4.
constontemente.
Pedir permiso ol pociente frecuentemente poro
hocer o decir olgo.
No expresor nunco los propios opiniones,
tomondo los del pociente como punto
de relerencio.
5.7.2. Expectativas
Lo que alguien espera de una relación determinada y la actitud que desarrolla hacia eia relación está íntimamente ligado a lo que cada miembro de
esa relación anticipa del otro durante los primeros momentos de su encuentro. En el contexto terapéutico, la actitud de los protagonistas hacia la entrevista o el tratamiento se establece previamente y depende, en gran medida, dc
las experiencias que ambos comparten con otros miembros del grupo social
al que pertenecen.
Itot'est¿t l'lrón, cottvicttc que el tcrapcutit iclurtlf'lt¡tre ('ururlo antcs cuálcs
sorr ac¡rrcllas c.xpcctativas clc,l ¡racieintc haci¿r la sittr¿rclól¡ rlc c,rrtrcvista quc
cle,pcnclcn clc su grupo soci¿rl dc rcferencia, porc¡ttcr la congrttcnci¿r o incongrlrcncin dc talcs cxpcctativas con las suyas propias v¿r ¿r inl'luir clircctamente
sobrc c[ pronóstico.
La falta de congruencia entre las expectativas del paciente y las del terapeLlta aumenta la tensión de la entrevista, de manera que, cuando se trata de
rtna psicoterapia, ésta suele terminar prematuramente. Con frecuencia, los
¡-ri.rcicntes que abandonan el tratamiento antes del final suelen esperar del
lcrapeuta consejos concretos para abordar sus dificultades, así como medicación para su sintomatología. Es deci4 este tipo de pacientes, cuyas expect¿rtiv¿rs no coinciden con las del entrevistado4 tienden a adoptar una actitud
clc claboración pasiva. En cambio, los pacientes cuyas expectativas son congrucntes con las de su interlocutor tienden a concebir la entrevista como una
o¡-lortunidad para hablar abiertamente de sí mismos y de sus dificultades, al
ticmpo que consideran la interacción terapéutica como un instrumento para
la rc:solución de sus conflictos. Estos pacientes, además, aceptan una parte de
l¿r rc'sponsabilidad en el éxito del tratamiento.
Con objeto de mitigar las posibles incongruencias entre las expectativas
clcl paciente y las propias, el terapeuta debe sondea4 al principio de la prinlcl'a cntrevista, de qué forma y a través de qué referencias ha llegado el
¡racicnte a su consulta, pues las referencias previas al encuentro terapéutico
jrrcgan siempre un papel favorable o desfavorable sobre la congruencia de las
cxpectativas. Por ello, el entrevistador deberá indagar con sutileza la idea que
cl parciente se haya formado de asuntos tales como quién debe tomar la iniciltiva en la comunicación, con cuanta frecuencia, hasta qué punto y en relación con que cuestiones el terapeuta debe ser activo o pasivo, si debe o no
aconsejarle o explicarle el origen de sus dificultades, etc.
A partir de la información que obtenga, el entreüstador evaluará hasta qué
propia forma de entender
¡rr-rnto coinciden las expectativas del paciente con su
la psicoterapia. Después, en caso de desacuerdo, realizará las intervenciones
c¡ue considere oportunas (Ej.: instrucciones, modelado, encuadre, etc.).
En general, el mayor grado de desacuerdo en las expectativas de los participantes en una entrevista terapéutica se produce cuando el cliente pertelucce a la clase social trabajadora, mientras que la mayor congruencia se produce con clientes de clase media; o sea, con clientes que pertenecen a la
nrisma clase social que su entrevistador. De hecho, existe evidencia empírica
clc que la mayoría de los terapeutas sienten una marcada predilección por
pacientes jóvenes, atractivos, que se expresan verbalmente con facilidad y tie¡ren éxito en la vida.
Pero el pronóstico de un paciente no sólo depende de sus expectativas,
sino también de las del terapeuta en relación con el éxito del tratamiento. En
cxistc asinrislno cviclencia crnpft'iett clc c¡ttet tttt ptrrttósticrl lbvt¡1.1[lc ilrl'lrryc s1¡bl.c cl óxitt¡ clcl tlttanrirrnto.y sobt'c cl ittct'ctrtettlrl clc la ¡rlrrrl¡ctivicl¿rcl vcrr.[¿rl clcl patcicnter chll'¿rntc cl nrisrno. Pt¡t'otl'¿t p¿tl'tc, tttt ¡rtrlnóstit'6 f'¿rv<¡r¿rblc tamIión se l'cl¿rciona oon l<ls scntimicnttls ptlsitiv<ls clcl
tcrapeLlta haci¿r str cliente y con su tendenci¿r a rebaiar cl graclo cle pcrturbación cle óstc. La tr¿rscendencia de estos datos aumenta cuando sc ticnc cn
cnenta que la actitud de un terapeuta hacia su cliente sólo se basa parcialrurcntc .tt lot datos clínicos, debiéndose en buena medida a la influencia dc
krs estereotipos del entrevistador.
r.,stc scrrticl¡1,
Los estereotipos son juicios sobre la clase de persona que es y el tipo cle
conducta que caracterizará a un individuo, en una situación dada. Los estereotipos se elaboran en función de la edad, la ocupación, el sexo o la apariencia del individuo en cuestión. Esta clase de iuicios son muy peligrosos cn
un terapeuta, porque se desencadenan a partir de las primeras impresiones
que obtiene del chénte y, pese a ello, su contenido es vivido como producto de
.ittu p".."pción nítida. En consecuencia, antes de decidir si un paciente concreto es una persona cálida o fría, amigable u hostil, el terapeuta debe revisar
cuidadosamente los datos que sustentan su conclusión.
La existencia de los estereotipos y su influencia perturbadora sobre la
entrevista terapéutica no implica que ciertas primeras impresiones no sean
adecuadas, aunque como señala Sullivan (1984), con mucha frecuencia son
erróneas.
El mejor antídoto contra la influencia de los estereotipos en la práctica
clínica es, según diversos estudios empíricos, la experiencia profesional,
pues, con el páso del tiempo, el entrevistador va tomando conciencia de los
,ralores y expectativas que aporta a la situación terapéutica y, de este modo,
aprende a neutralizar su efecto contaminante. A esta tarea contribuyen,
igualmente, su nivel de autoconocimiento y las supervisiones periódicas dc
los casos que atiende.
Además, al entrevistador con escasa experiencia puede resultarle útil
tener en cuenta que:
o Cuando sus expectativas se inclinan hacia una posible ocultación dc
datos relevantes por parte del paciente, dicha ocultación tiende a producirse con más frecuencia que si sus expectativas son neutras o de trn
alto nivel de autorrevelación. En otras palabras, las expectativas del
terapeuta, respecto a la posible ocultación de información relevantc
por purte del paciente, pueden acabar en una profecía autocumplida.
.
Tanto los estereotipos como las expectativas en la percepción interpersonal pueden ser fácilmente manipulados.
En resumen, el entrevistador debe desarrollar al máximo la capacidad de
identificar si sus expectativas son congmentes o no con las de su paciente. En
mitig¡.lr la inf'lrtcncln cle esle lrccllr¡ sotl'c l¿r
tttl'cvist¿t o cl tr'¿ttanlicnto, olr.jctivo clucr pucdc alc¿rnzur lx)t'unit ckrblc vfa, En
¡'rt'inrct'lugilt; clanclo al pacicntc la información ncccs¿rril plrl clrtrr sLt c<llabor'¿tción activ¿t sc incremente y, en segundo lugari adoptanck¡ una ¿rcl.itud crfti-
c¿tso ncg¡.ltivo, clcl)c! aplctnclcr'¿r
e
c¿I
antc sus propias impresiones y juicios respecto al clicntc v su pronóstico.
La congruencia de las expectativas del terapeuta y del paciente se desarrolla en función de los valores asumidos por cada uno de ellos. Es así como
¿r l.ravés de los valores se establece una vinculación entre clase social y pronóstico de la psicoterapia.
El sistema de valores de un individuo se desarrolla con los procesos de
socialización que tienen lugar en la familia y en el grupo de los pares, durantc su infancia y adolescencia. Es deci4 los valores emanan de la cultura y
nricrocultura en que se integra una persona.
Entre los recursos con que cuenta un terapeuta a la hora de tratar a una
pcrsona cuyos valores son muy distintos de los suyos destacan:
) Emplear el encuadre de forma temprana. Durante los
primeros
momentos de la entrevista el terapeuta explicará a su paciente, en un
lenguaje asequible, de qué forma la comunicación verbal puede convertirse en un medio para comprender y resolver las dificultades interpersonales. El entrevistador insistirá enla influencia facilitadora de la
comunicación hasta que el paciente adopte una actitud cooperativa.
2) Estar sensibilizado con el lenguaje y el estilo más apropiados para
relacionarse con sus clientes. Sin embargo, el terapeuta se abstendrá
de imitar las expresiones de su paciente. En otras palabras, el entfevistador deberá hablar de una manera que resulte asequible a su clien-
te, sin pretender en ningún momento hablar como
l'ic¿rción clc c:onclrrcl¿r, lgiliza la rcl¿rción pacictttc-tcrt'it¡rcrtttit.y iILnllcnlál
cl grackr clc nrcjorfa ex¡rcrirlcnt¿rd¿r cn cl urotlcnto clc tcl'nrin¿u'cl tt'¿t-
tanricnto.
5) Emplear el modelado sobre conductas cspecíficats sr-rsceptiblcs
litar la comunicación y la interacción terapéuticas
l-r.1.3. Valores
I
tcllsiórr cle la intcllcciórr, clcv¿r l¿r t'cgttlut'iclurl cle lu ¿tsistcttcia tltll'¿tttlc
cl tl'llalllierrto, lircilitl la colabor'¿rciilrr clru'¿rnle' kls c'je t'e ici<¡s tlc ltttrli-
é1,
ya que
este
hecho sería considerado como un gesto protector.
3) Mitigar los aspectos más ambiguos
de la entrevista, hablando directamente, de forma específica, concreta y activa. También es conveniente
que modifique los aspectos más sedentarios de la entrevista, favoreciendo el libre movimiento físico durante la comunicación.
4) Promocionar la comprensión y adaptación del entrevistado, mediante
el desarrollo de preentrevistas o encuentros previos a la entrevista o el
tratamiento propiamente dichos. La(s) preentrevistas(s) actúan de
manera similar a un largo período de instrucciones, ya que permiten
al paciente entrenarse en la ejecución de nuevas conductas, que luego
desarrollará de manera habitual durante la relación terapéutica. Se ha
comprobado empíricamente que el empleo de esta técnica reduce la
clc f ¿rc:i-
Con todo, existen ocasiones en que no es posible reducir la distancia
social entre los interlocutores; al menos, no hasta el punto necesari<¡ para quc
la ayuda terapéutica resulte efr.caz. Esto sucede cuando sus culturas o mictrlculturas de origen son muy diferentes. En estos casos es aconsejable que cl
tratamiento lo realicen paraprofesionales cuyo patrón de socialización y, por'
tanto sus valores, sean similares a los asumidos por el paciente. Dichos perrttprofesionales deben estar especializados en tareas muy concretas.
5.7.4. Influencia del sexo y la raza en la percepción
interpersonal
Los valores y expectativas de dos personas que entran en relación dependen, además de la cultura y microcultura a que pertenecen, de otras variablcs
demográficas como son el sexo y laraza.
Las investigaciones sobre la influencia del sexo en la relación terapéuticit
fundamentalmente, en la comparación de entrevistas cLryos
protagonistas coinciden o difieren en el sexo. Por ejemplo, se ha comprobadtr
que las mujeres, cuando son entrevistadas por un hombre cálido, hablan
menos que cuando son entrevistadas por un hombre frío. Esta pauta de intcracción se invierte cuando los participantes son varones. Una posible explicación a este hecho consiste en que las mujeres tienden a percibir la calidcz
de un entrevistador varón como un indicio de seducción, lo cual producirfa
un efecto inhibidor sobre su conducta verbal. Este hecho es particularmentc
notorio cuando la mujer busca ayuda por haber sido objeto de agresión
sexual. Sin embargo, en términos generales los resultados obtenidos afirm¿rn
que la mujer entrevistada habla más acerca de sí misma que el hombre'
se han centrado,
Pero los resultados más significativos, en lo que se refiere a la influenci¿t
del sexo en la interacción terapéutica, tienen que ver con los aspectos no vell
bales de la comunicación. En términos generales, las mujeres parecen no sclltirse cómodas cuando su interlocutor no está frente a ellas. Si bien la invisi-
bilidad del interlocutor ejerce siempre un efecto inhibidor sobre
l¿r
comunicación, esta clase de efecto es más pronunciado cuando el comunicante es una mujer. Este fenómeno parece deberse al hecho de que los pacicntes de sexo femenino valoran más el feedback visual. A su vez, semejante criterio interactivo, que también se manifiesta en un mayor contacto ocular dc
Ius rnrt,icres rltrrantc l¿r corluniclción, cr¡n indcpenrlenclu rlcl scxo ck'l intcllt¡t'rrlor; pocllfa clcscaus¿u's<¡l)r'c rrn¿r nr¿lyor btisc¡ttcclrt rk ¡rli.r'tr¡.y a¡rrrrbilcitln
t'cs¡'tcclo dc los hombt'cs.
Por t¡tra palte, las murjeres son m/rs sensibles a la c<¡urrrnic¿rción no verbal, clc nranera que prestan más atención que los hombrcs a la expresión
l¿rcrial de las emociones, a los registros del tono de voz y a los movimientos del
cllcrrpo. Por otra parte, la distancia interpersonal en la que las mujeres se
sicntcn cómodas es significativamente más corta que la introducida por los
llonrbres, tanto si su interlocutor es de su mismo sexo o del sexo contrario.
En resumen, el sexo de los comunicantes introduce diferencias significativas en algunos registros verbales pero, sobre todo, en algunos registros no
vu'b¿rles de la comunicación. Y tales diferencias pueden llegar a traducirse en
I'ucrntes de tensión durante la interacción terapéutica.
Prrr su parte, la raza, junto con la clase social, constituye un factor clave
¿¡similación individual de valores, expectativas y actitudes, pues cada
grlrpo ótnico tiende a crear un ámbito cultural propio. Así, son numerosos los
cn
l¿r
cstrrdios que han puesto de manifiesto las diferencias interraciales en los
p¿rtr'ones interactivos y en el estilo comunicativo predominantes.
Dc acuerdo con estos datos, el entrevistador que conversa con un cliente
clc clistinta raza, deberá estar especialmente atento a aquellas actitudes, pre-
y estereotipos contaminantes de la percepción de su interlocutor
como individuo aislado. Sobre todo, el terapeuta deberá evitar reproducir
clrrrante la entrevista, a nivel individual, el tipo de relación característica
cntrc las etnias a que pertenecen él y su paciente. Por ejemplo, si el entrevistaclor es blanco y el entrevistado es negro, el primero deberá estar muy atent<l a toda conducta suya que tienda a definir la relación entre ambos como
patcrnalista o de dominancia/sumisión, pues de no corregir el sesgo, la interac:ción quedará viciada y sus intervenciones apenas serán de utilidad.
,irricios
J-I.2. I)IMENSIONES DE LA INTERACCIÓN
Una interacción puede ser estudiada agrupando sus atributos en torno a
clos dimensiones o ejes: uno, el eje afectivo, abarca aspectos tales como la
caliclcz, la empatía y Ia autenticidad; el otro, que llamaremos eje jerárquico,
aglutina en torno a sí todo lo referido a la influencia del estatus, la compelcrncia profesional, el control, el dominio o el poder.
La especificidad de una interacción es función de la forma en que se combinan estas dos dimensiones, por lo que la relación que se establece entre
cstas variables determina el nivel de profundidad, que alcanzan o pueden
tlcanzar la interacción y el grado de reciprocidad y compatibilidad que vincula a los participantes.
l-¡.2.
l.
l,¡t tlirt¡t,lu.ririlr ltlirrrlivlr
l,6s atri[r¡tos clcr rrn¿r I'clación terra¡róttticit qttc conf igttt'¿tn la clinrcnsión
¿rfi.ctiva dc cs¿r rclacil¡n son c¿rliclcz, cnrpartfa y ¿rutcnticicl¿rd, lin pt'inci¡ri<l,
r.st¿rs ca¡acterfsticas afbctan a todo tip<l de comunicantcs, pcro cn el contcxttl
tcrarpéuticc-r constituyen las pautas del comportamiento interactivo del cntl'c:vistadot, que contribuyen más directamente al éxito del tratamientr¡.
tí.2. t.1
.
Calidcz o ü,ceptüción incondicional
La calidezdel estilo interactivo es tan difícil de definir como Ia calidez del
estilo comunicativo, pues la dificultad consiste en delimitar la calidez, frente
a otros rasgos facilitadores de la interacción terapéutica. Con todo, la mayoría de los profesionales de Ia psicoterapia identifican la calidez interactiva
con la aceptación incondicional del paciente y con la consiguiente actitud cle
permisividad hacia é1.
Por aceptación incondicional se entiende la constancia de los sentimientos del entrevistador hacia su cliente, en el sentido de que aquél considera y
refserzaa éste como persona, con independencia de las actitudes, sentimientos o acciones concretas que el cliente pueda manifestar en un momento
dado. Así, la aceptación incondicional suele concretarse en cierta clase dc
sentimientos e ideas que el terapeuta experimenta hacia su cliente, como por
ejemplo, Me siento bien cuando estoy con esta persona, Esta persona me gustd,
Lo que esta persona me cuenta no me aburre ni me incomoda. En contrapartida,lo que lá aceptación incondicional no implica es que un terapeuta deb¿r
sentir siempre y por igual afectos positivos hacia todos sus pacientes. Al con-
iu .itrución terapéutica pueden presentarse situaciones que el
"tr
entreüstador no desea, sin que ello cambie su consideración del cliente como
trario,
persona. Además, el terapeuta, como cualquier ser humano, prefiere a Unas
personas respecto a otras y este aspecto es extensible a su relación con tr¡s
pacientes, sin que ello perjudique su labor en lo más mínimo.
Lo que si es importante para un entrevistador es la toma de conciencia V
la pronia identificación de la clase de sentimientos que despierta en él sr"l
interlocutor. El terapeuta debe aprender lo que significan sus sentimientos
hacia el paciente, pues con mucha frecuencia, los sentimientos negativos
hacia un cliente se relacionan con los valores, dificultades o conflictos dcl
propio terapeuta. En tanto en cuanto los sentimientos negativos del terapetlia pueden bloquear o viciar la interacción, éste deberá abordarlos en un¿t
supervisión o directamente con su cliente, de forma que, si no llegaran a
desaparecec deberá renunciar a continuar con el caso.
La aceptación incondicional y la actitud de permisividad de un terapeuta
se transmiten a través de la evitación de juicios de valor relativos al contenido de Ia comunicación del paciente, a través de una escucha atenta y de un
Illlo
¡rersorralizackl, l)crrl sobrc totlo,
ll
citliclcz cn lu lnlr.rlr.'ciCrtt sc ln¿tnilics-
a lravós rlc la caliclcz clc la cr¡tnLlrtic¿rc:i<iu; cs cl¡.rcir; ntcrli¡rnlt'r'l torto tlc voz,
la ¡rostt.rla, la clistanci¿r intcrlrcrsou¿rl o la cmisil¡n cltr rr'litt'tzos vclb¿rlcs dcl
Ii¡-to Mc a¡4rudó conversar c<ttt Usted, Me sienlo próxittto u Il,slul, atc.
l¿r
Mucho sc ha disctrtido sobre la conveniencia de enlrenar" a los jóvenes
clttrcvist¿rdorcs cn técnicas específicas para transmitir la calidez al paciente.
l)cr ¿rcrrcrclcr con ciertos profesionales de la psicoterapia, la calidez debe surgir clc lirrma espontánea, ya que sólo es efectiva cuando se trata de un rasgo
car'¿rctcríslico de la personalidad del terapeuta.Para estos teóricos, la calidez
a¡rrcnclida sería una impostura que en ningún caso podría llegar a confundir
a la intuición de un paciente. Sin embargo,la calidez en la comunicación y en
l¿r intcracción puede ser considerada como una habilidad social, que los
c¡rtlcvistadores deben aprender a desarrolla4 sin que ello presuponga fingirlicnto alguno.
de la conveniencia de este tipo de entrenamiento radica en el
un estilo cálido de interacción aporta respecto a un
reducción
de
la ansiedad y la tensión del entrevistado (medida a
f'r"ío:
erstilr¡
y del descenso de los errores de propsicogalvánica
dc
la
respuesta
travós
productividad
verbal e incremento generalizado
de
la
aumento
nrrnciación),
mejoría
alcanzado.
de
clcl ¡¡r'ardo
L¿r r¿rzón
ti¡-ro clc bcnetjcios que
[,os nivclcs ptrrpucstos pol' L]¿tt'kllttl'f' y Pieit'cc sott:
Nlvel t:
ncgarción ()
Consister L:n una plcgr.utt¿t, ur) conlcntitt'io tt'itnc¡ttiliz,itclttt; tttrit
u l'l¿l
¿tclvct'tcnci¿t.
Nivel 2: Las intervenciclnes de este nivel rccogen rinicamenle el cc¡ntcnido o parte cognitiva del mensaje del cliente (Paráfrasis). Los senlimientos sc
ignoran.
Nivel 3: Consiste en elaborar un reflejo de los sentimientos y de la situ¿tción, a partir del contenido del mensaje del cliente. Se trata de un nivel clc
inter-vención que muestra la comprensión del tema que tiene el terapeutar,
pero implica una intervención no directiva. (Ejemplo: Estds desanimado por'
que no encuentras trabajo).
Nivel 4: En estas intervenciones no sólo se reflejan los sentimientos del
paciente sino también las limitaciones que implican. Estas últimas se enuncian de manera personalizada, significando con ello que el paciente posee o
acepta la responsabilidad de su déficit. Este nivel manifiesta comprensión,
pero es parcialmente directivo. (Ejemplo: Te sientes desanimado porque nQ
consigues acercarte a tu padre. k gwstaría que él diera el primer paso.)
l-ar
Nivel 5: Las intervenciones de este nivel poseen todas las caracterlsticas
del nivel anterior y, además, añaden al menos un paso conductual que se propone al paciente como medio para superar sus deficiencias y acercarse a la
meta propuesta. Este nivel es claramente directivo. (Ejemplo: Te sientes desanimado porque no consigues acerc&rte a tw padre. Te gustaría que él diera el pri'
mer paso, pero puedes haceilo tú si comienzas por expresarle tus sentimienlos.)
Algunos autores han destacado la base cognitiva de esta habilidad, sin
empatía del terapeuta con un alto nivel de productividad y expresividad vct'
bal, y la ausencia de empatía con el silencio, los tiempos de reacción lentos y
las intermpciones innecesarias del discurso. La empatía del entrevistador
también se considera asociada a su capacidad para atender y permaneccr
concentrado ante los mensajes del paciente.
!'t,2.1.2. Ilrnpatía
cmpatía suele definirse como la capacidad para afrontar la comprensión do las personas desde el marco de referencia de éstas, 1l ro desde el
nrílrco de referencia propio. Es decin la empatía consiste en la capacidad de
rlrr individuo para identificarse con otro en todo lo referente a la conducta y
k¡s scntimientos, de forma que la comprensión de las actitudes y compor-tarnicrntos del otro se ve sustancialmente incrementada.
crrrbargo, la clase peculiar de comprensión que conlleva la empatía compronrctc por igual ciertos aspectos preceptúales, valorativos y emocionales. Por
lirrrto, durante la entrevista terapéutica,la ernpatía del entrevistador se manilicsta por igual en su forma de escuchal de sentil de percibir y de responder
al cliente.
Pese a que resulta muy difícil hablar de empatía en términos operativos
C¿rlkhuff y Pierce (1975) constmyeron un Int¡entario de Discriminación de Ia
I,)tttpatía, que distingue cinco niveles o grados de comunicación empática.
Asinrismo, estos autores defendieron que, en la situación terapéutica, el
¡¡r'ado de empatía de una intervención clínica nunca debe ser inferior al nivel
Ilcrs, siendo los niveles cuatro y cinco los grados de empatía más adecuados
¡-rara las verbalizaciones del entrevistador.
Algunas investigaciones demuestran que los pacientes identifican
l¿r
Sin embargo, los clientes sólo consideran que el entrevistado escucha dc
forma empática, si reciben indicios del tipo mm-hmm o intervenciones no
directivas como paráfrasis, clarificaciones o resúmenes. Dicho de otra mancra, la atención empática que se presta a un paciente debe de ser expresader;r
través de la comunicación, pues de lo contrario, el paciente tiende a considc'
rar que no se le comprende suficientemente.
Teniendo en cuenta que la atención que una persona presta a otra constituye un refuerzo muy efectivo para el establecimiento de una relacién, el
entrevistador deberá entrenarse en esta clase de actividad, sin caer nunca en
la tentación de utilizar los indicios no verbales propios de la atención empática, como una pantalla encubridora de su aburrimiento.
l)or riltinro, krs bcnel'ici(,s que aportn a la cntlsvlsln lu cottclttcta cnrpáticit
clcl tcra¡rcrrrt¿r sorr bhsic¿u'lrclltc dt¡s: incrcmcnto tlc la procltrcllviclacl vctrbll clcl
¡;acicntc y dcsccnso clc las latcnci¿rs previas a sus respucst¿ts. Anrbos lactores
s<¡n considcrad<ls
por los especialistas como directamente vinc:ul¿rclos al óxito
rlcl tratamicnto.
5.2.1.3. Autenticídad
La autenticidad del terapeuta consiste en ser él mismo durante la entrevista. Esto significa que un terapeuta auténtico se cornporta de forma espontlnea, no defensiva y abierta, sin necesidad de ser insincero o de representar
trn parpel. Pero sobre todo, la autenticidad durante una entreüsta obliga al
cntl'cvistador a ser congruente, esto es, a que sus palabras y conductas no verbalcls coincidan con sus sentimientos.
Sin embargo, el grado de autenticidad necesario durante una entrevista
tu'arpéutica está constreñido por las restricciones propias de Ia situación, por lo
quc: erutenticidad y apertura significan en este contexto algo muy distinto que en
la rcl¿rción entre dos amigos. El terapeuta genuino, el entrevistador que no
Krpresenta ningún papel, en primer lugar es consciente de sus sentimientos
h¿rcia el paciente y, además, los expresa adecuadamente a través de los registros
vcrbales y no verbales de la comunicación. Porque ser genuino no significa verb¿rlizar todo lo que se piensa o se siente en relación con el paciente, sino poseer
lar capacidad de expresar los sentimientos negativos hacia é1, siempre que éstos
scan persistentes o amenacen con intermmpir la comunicación empática o la
arccptación incondicional. Por estarazón,la inmediatez es una técnica de intervcnción verbal especialmente adecuada para comunicar la autenticidad.
Diversas investigaciones han vinculado la autenticidad del terapeuta, por
una parte, con la flexibilización de la comunicación del paciente y, por otra,
cr¡n el incremento de su mejoría psicológica. Además, la autenticidad del
lclapeuta incide positivamente en la autorrevelación del paciente y, sobre
toclo, en la profundidad de su autoexploración.
En resumen, estudios de muy distinta procedencia coinciden en poner de
nr¿rnif icsto que la calidez,la empatía y la autenticidad del terapeuta, cuando
cr()ncurren conjuntamente y de manera prolongada, durante una serie de
crrtrcvistas, contribuyen a la mejoría del paciente, gracias a su efecto reductor clc la ansiedad.
fr.2.2. l,a dimensión jerárquica
En el contexto terapéutico, el eje jerárquico de la relación concierne al
(lstatlls del terapeutay abarca dos tipos de atributos. Por una parte, los relativos ¿r su experiencia o competencia profesional; por otra, todo lo referente a
lu clistancil sr¡ciul y, por consigrricrtlc, al ck¡tttinio o ¡rock t't¡ttc ésia rrngcntll'it
Lrn
Llna rcl¿rción.
Algunos investigarcioncs h¿rr¡ rcvclaclo qr-lc la crxpct'icncia clcl lct'it¡tcrttlir
ticnc un cfccto facilit¿rdon mientras quc el producidcl por la clistanci¿t srrcial
tiende a ser inhibitorio. Pese a todo, aunque la competcncia prol'csion¿rl clcl
cntrevistador es considerada por los clientes como un atributo que inspit'a
confianza en su interlocuto{, a veces, un entrevistador con mucha experiencia puede resultar excesivamente dominante y socialmente remotcl.
El hecho de que experiencia profesional, pode¡, control y distancia social
sean factores difíciles de desvincular ha provocado una gran dispersión de los
resultados de investigación y control clínico. Por ejemplo, se ha comprobaclo
que la edad, una variable vinculada con la distancia social, tiene efectos neg¿ttivos cuando las diferencias entre terapeuta y cliente son considerables, y positivas cuando tienden a disiparse. Sin embargo, un entrevistador de más edacl
que el entrevistado puede ser percibido por éste como una persona más madura y, en cualquier caso, como un profesional que ha tenido oportunidad de
alcanzar una alta cualificación profesional. En estas circunstancias la edad sc
convierte en un factor que favorece la atracción y la confianza del pacientc.
En definitiva, la influencia del eje jerárquico de una relación terapéuticit
tiene consecuencias reforzantes o aversivas, de acuerdo con la forma espccffica en que se combinan sus atributos en cada situación concreta. Pero antcs
de realizar una predicción conviene tener en cuenta que, la distancia social es
una variable que incrementa su peso cuando el paciente procede de una clasc
social humilde. Por ello, es responsabilidad del terapeuta aprender a prever el
efecto que los distintos atributos de su estatus ejercerán sobre un pacientc
concreto, para luego, modular su influencia minimizando las diferenci¿rs
inhibidoras y potenciando las reforzantes.
5.3. PROFUNDIDAD DE LA INTERACCIÓN TERAPÉUTICA
El grado de profundidad que alcanza una relación terapéutica constitt"lyc
una de las facetas interactivas más difíciles de definir y operativizar de cara ¿t
la investigación, ya que tiende a confundirse, tanto con sus secuelas vivenciales, como con su influencia sobre el éxito del tratamiento.
Tradicionalmente y por influjo del psicoanálisis y de la terapia centracl¿t
en el cliente, la profundidad de una relación terapéutica ha estado ligada a las
nociones de rapport, transferencia y contratransferencia. Sin embargo, en los
últimos tiempos se han desarrollado, aunque por el momento de mancr¿t
insuficiente, algunas investigaciones basadas en el grado de reciprocidad y
complementariedad que alcanza la relación paciente-terapeuta y en lit
influencia de las características personales de este último, en particular de su
estilo perceptual.
l-a ltociótt cla rup¡xtrl sc tttiliz,a pat'a dcsignnl cl ¡lrreso tlt. irrlcgrarciCrn clc
ttllit t'claciótt inlct'¡rct'son¿tl clur'¿tntc los plinrcrrrs nlontclllr¡s clc rrn cncLrcntro,
¿tsf cotllo let inst¿tl¿rc:ión y nrarntcninricnLcl dc un vfncuk¡ rrctanrcntc ¡r<lsitivo en
Ios nrclmcntos posteriores. Por ello, el rapport tienc un¿r inf'lucrnci¿r capital en
l¿t cntrcvista terapéutica, puesto que sin él el pacientc sc scntirá incómodo y
clif'fcilmcnte fácilitará al terapeuta el tipo de información que necesita. Para
f ¿rcilitar el establecimiento del rapport, cada entrevistador debe desarrollar
sus cstrategias particulares, adaptando a su peculiar estilo de comunicación
cr interacción a las exigencias de la entrevista en cuanto proceso.
Con todo, la relación terapéutica también puede ser entendida como un
tipo de interacción en el que los participantes interactúan de manera recípr'oca. De hecho, numerosas investigaciones, en las que la reciprocidad fue
clcfinida como la retroalimentación que un miembro de una relación recibe
clc otro u otros, han demostrado que el curso seguido por una relación tera¡róutica depende de la clase de covariación que se establece entre las actitudes
clc los interlocutores. Es decil la reciprocidad constituye una de las claves de
t<rcla interacción terapéutica que avanza progresivamente hacia la cooperac:i(rn, ya que su presencia es vivida como una confirmación y su ausencia
corno Lln indicio de rechazo.
La reciprocidad tiene dos vertientes: complementariedad y similaridad. La
conrplementariedad facilita a los interlocutores el manejo de la ansiedad genemda por la situación de entrevista, sobre todo en la derivada de la dimensión
.icrárquica de la interacción terapéutica. Este aspecto se hace evidente, por
cicmplo, en la forma en que ajustan sus roles un paciente sumiso y un terapcuta dominante o, a la inversa, un paciente dominante y un terapeuta sumiso.
l.
Fistoy nt¡V r¡rte ntaclo pot' la t nse ñitnza. I lc pcttstttftl crr ll ¡rrlsiIiliclacl dc c¿¡ltbiiu'clc tt'itl;ai<t, pct'o c()lllo ttstercl sitbcr allot'¿t cs tlil'fci I cnct¡lr Ll'¿u'
La enseñan
2.
P.z
clrplc(),
r.:.\
ya no es mlly satisl'actoria para ti.
Siempre deseé ser medico. Pero ahora estoy desalentaclo,
T.: ¡Oh! Estoy seguro de que eso es algo que usted puede lclgratt'si
verdaderamente lo desea.
3.
tenido un semestre muy desigual y no sé cómo salir del nt<lIladero. No estoy seguro de adónde iré cuando salga de aquf.
P.: He
T.: Usted se siente perturbado
por cómo le han ido las cosas en estc
semestre y también confuso a causa de ello.
4.
P.:
Mi profesor siempre me critica.
T.: ¿Por qué supone usted que lo hace?
5.
Estoy aburrido de mi trabajo. Siempre es la misma histori¿r'
Pero, ¿qué otra cosa puedo hacer?
T.: Usted se siente insatisfecho con su trabajo a causa de la rutin¿t.
No puede encontrar en él nada que le interese. Desea un traba.io
más atrayente. Un paso para obtenerlo podría ser hacer una list¿r
de las necesidades que debe satisfacer un nuevo trabajo e identificar cómo esas necesidades pueden ser satisfechas por algunas
P.:
tareas profesionales.
6.
Por el contrario, la simetría o similaridad de rasgos y actitudes respecto
al cje afectivo de la relación es el otro factor que favorece la progresión de
ttna interacción terapéutica. Cuando un interlocutor se muestra cálido el otro
ticnde a comportarse de idéntica manera; lo mismo sucede cuando el afecto
cn cuestión es el rechazo o la hostilidad.
Resumiendo, el grado de profundidad que llega a alcanzar una relación
tcrerpéutica depende de dos factores básicos: uno, el grado en que los interlocutores se complementan respecto a los atributos del eje jerárquico de la inter'¿rcción, otro, el grado en que ambos participantes experimentan y comunic¿ln un mismo atributo del eje afectivo.
P.:
No entiendo por qué he tenido este accidente. Mi vida siemprc
sido agradable y ahora esto.
T.: Está resentido porque
hat
no puede explicarse cómo le ha podicl<r
suceder una cosa así, tan de repente. Usted necesita encontrar al
menos una explicación que lo haga parecer más justo.
7. P.: Mis padres están a punto de divorciarse' Yo deseo que no ltr
hagan.
Estás preocupado porque tus padres están a punto de divorciarsc.
8.
P.: Los años pasan sin que seamos capaces de tener un hijo.
T.: Está desanimada porque no acaba de quedar ernbatazada. Ustccl
I;.4. IiJERCICIOS
A)
De papel y
lápiz
Utilizando la clasificación de los niveles de empatía propuesta por CARKUFF y PIERCE identifica el nivel al que pertenecen los siguientes ejemplos.
desea mucho tener un hijo.
9.
P.: Estoy atrapada, no soy capaz de mudarme a una casa alquilada a
menos que mi marido me deje. Pero también deseo que él continúe viviendo conmigo. Al menos parte del tiempo.
T.: Mudarse a una casa de alquiler parece ser un obstáculo para qtl(!
ustedes continúen su relación.
t0, P.: Me rcsulta
mr.rv_diffcil oclaptarmo do¡de qu€ nre,fubilé. Los
dfas
parecen tan vacfos.
T.: usted
se siente inritil porque ahora trene ttxle¡
el tiempo en slls
manos. No encuentra la forma de llenar sus clfas
v clesea hallar
cosas significativas que hacer. un paso adelante
p"átin ser continuar con sus intereses laborales, incluso aunque oficialmente
no
sea un trabajador.
t, Actltr¡dcs .y crccncias clcl cntrcvlstaclor quc sc han nrunlf'cstaclo clurantc l¿r scsión.
2.
Identilicación de las actitudes y creencias clcl entrevistador que tcnfan
una base objetiva en la información aportada por el cliente, y clc las
que obedecfan a sus prejuicios o a la información que presupuso
o infirió durante la entrevista.
Inventario de la conducta observable del paciente.
4. Valores y actitudes que se desprenden de esas conductas.
3.
ll)
Onsayo conductual
Los siguientes
.ejercicio¡-de ensayo conductual tienen como objetivo
general la familiarización
der entreviitado con lu i"fr;;;;ia faciritadora o
inhibidora sobre el curso de la entrevista, de las u.ti;"J.r;irulor"r,
así como
de los sentimientos asociados.
o La paciente es una
pujer joven que tiene problemas económicos. Eila
sola mantiene a tres hijos péqueño-s con er dinero
q""áur¡.rr" trabajando
como prostituta y.traficando drogas. Dice estar
mly preocupada po. r'
¡
situación económica, y.a eue no rógra obtener fondÁie
u u.rr"nárr"ii
ni un trabajo cuarificado que le permita sacar adelante
a su fbmiria.
El cliente es un hombre de unos sesenta años de edad
que está a punto
de jubilarse. La mayor parte de su vlda tu tru puruáoLbajando
como
vendedor de muebles. Tiene el Bachiller s"p"á"1f;;;""
ha asistido a
una clase desde los dieciocho años. Ahora dereu vorver
a estudiar y
obtener un título universitario.
o El entrevistado es un varón acusado
de violación y asalto sexual. Afir_
ma no sentirse curpabre en absoruto, porque la víctima
era una mujer y
olo estaba pidiendo".
¡
'
La cliente es una muj-9r con un problema de depresión.
Está excesivamente gorda y su condición física es deficient". Éil^
,"
,l"rt.
muy a dis_
gusto con su imagen y fuma continuamente
durante la entrevista.
La paciente es_una mujer de mediana edad que vive
d.e ra beneficencia.
Dice haber sid_o viorada y,haber quedado
u .orrr"",r"rr.iu
de ese hecho. Está dudando entreiener el niño
"ÁauriuÁu
o abortar.
El entrevistado es un niño de doce años que recientemente
ha perdido
una pierna en un accidente de automóvir.-Antei
de eso
.r' g.u'
nadador y
ahora quiere continuar practicando
"ru
a9n91* ;;;;;;r1..".
"r" de hablar .o" i á"a."nadoral equipo
de competición de su coiegio, pero antes
ha que_
rido conocer la opinión de1 psLOlogo.
Para alcanzar el mencionado objetivo es aconsejable
que, tras la ejecu_
ción, se discutan las siguientes cuestiones:
5.5. SOLUCIONES
l.:2.o
2.:1,"
3.: 3.'
4.:1.."
5.: 5."
6.:4."
7.: 3."
B.:4.'
9.:2."
10.: 5.'
().
l,ll, l)ll(Xll,lSo
Las personas definimos nuestras relaciones desde los mensajes qlle tÍansmitimos, si bien, tanto la presencia como la ausencia de mensajes constitttyctt
definiciones interactivas que cada interlocutor propone al otro, respecto al ti¡rrl
de cosas que pueden hacerse o decirse en esa relación. Estas propuestas, ¿l stl
vez, son necesariamente aceptadas o rechazadas por el otro, quien expreser stt
aceptación o rechazo de la relación, bien con un mensaje, bien con el silenc:io.
6.1. CONTROL Y EVITACIÓX NUI CONTROL
EN UNA RETACIÓN
El concepto de control en las relaciones personales no se refiere al p<lclct'
férreo de una persona sobre otra, sino a las continuas negociaciones, y ctl
ocasiones luchá, que se establecen entre dos individuos, con objeto de dctctr
minar la clase de conductas que tendrán lugar entre ellos, siendo tales cettcgorías conductuales las que definen la relación'
como afirma Haley (1977,189)... nadie puede no verse involucradt¡ ett lu
ddinir la relación que establece con otro ser. Porc¡ttc
cuandó alguien transmite un mensaje, está realízando una maniobra pitt'l
definir la relación, ya que al margen de su contenido informativo, en el plitnrr
de la relación, dicho mensaje significa éste es el tipo de relación en eI quc st
dicen cosas como las de este mensaje. Si alguien desea abstenerse de definir srr
relación con otro hablando de banalidades, en realidad está diciendo quc lit
relación entre ambos debe mantenerse neutral y anodina.
lwcha que se establece por
En contrapartida, el receptor de un mensaje tiene tres tipos de opcio¡tcs
básicas. La primera , aceptar la propuesta de relación tal como es presentatclit
por el emisor; Ia segunda, contradecir dicha propuesta presentando rlll¿l
álternativa más o menos similar y, por último, la tercera opción consistcr ctl
aceptar la definición de Ia relación propuesta por el emiso4 a través dc tlrl
mensaje que indica que permite la maniobra de control pese a que tiene ca¡ritcidad para impedirla.
Sierrtpt'c cluc un¿r J)or'son¿l pr'oponc un¿r dcl'inicil¡n clcl unu rcllción estlr
It'itt¿tltclo clc c:onttrrl¿u'ln y, pot'cstcr tl<ltivo, la otrar pat'tc, c¡rrc prtcclc i.rccptar' <l
t'cch¿rz¿tt' lat pro¡rucst¿r cn cttestión, se hacc dcpositaria dcl contlul. En otras
¡ralarbt'its, cs irnposilrlc quc alguicn conceda a otra person¿r toda la iniciativa
crr la clcl'inición de una relación, puesto que su inhibición indica qlre es el otro
c¡uicn dcbe dcterminar la clase de conductas que regirán esa relación.
En csto consiste la más importante de las paradojas de la relación de dos
sclcs humanos, paradoja que se hace especialmente evidente cuando el
clcsamparo es incluso más efectivo que el autoritarismo en el control de una
rcl¿rción. Porque quien se muestra desamparado no sólo permite que defina
la rclación quien se hace cargo de é1, sino que, simultáneamente, está definicndo la relación entre ambos como una relación tal que, en ella, alguien se
ocupa de protegerle. Por ejemplo, cuando un paciente dice al terapetta: estoy
tun umfuso que no puedo decidir. Dígame usted lo que debo hacer y yo lo haré,
cl paciente está ofreciendo al terapeuta el control de la relación, pero también
lc cstá indicando el tipo de conducta que debe adoptar.
En resumen, cuando una persona eüta ejercer el control de una relación
cn un nivel, en otro nivel está definiendo la relación como una clase de inter'¿rcciC¡n que no controla. Esto es así porque en base a la articulación digital y
analógica de la comunicación humana, cualquier mensaje se produce en dos
nivclos: a) Infomto de...;b) Obedezca mi orden en el sentido de...
Pero existe una forma de escapar a la paradoja de la relación con otro ser
hunrano, evitando con ello Ia definición de esa relación. Este recurso consistc cn definir la relación a través de un mensaje que se descalifica a sí mismo.
Bs clecir, cuando un mensaje es incongruente, la definición de la relación pro¡rucsta por ese mensaje queda invalidada.
Formalmente, cualquier mensaje puede descomponerse en los siguientes
crlcnrentos (Haley, 1977):
(como lns clrugas o cl ulcr¡hol), nranif'cst¿ruclo quc cl tont¡ clc, su Illens¿r,ie p¡1)vicnc dc p¡'occsos invt¡lrrrrt¿rlios (cs cl c¿rs() clc la it'r'itaciCrn luc:iu alguicrn
camullacla com<l lettiga), etc.
La descalificación del conlcnido dc un mcnsar.jc pucdc realizarse a tt'avós
de indicios de amnesia (No me acuerdo...), afirmanclo clue el mensetje ha sido
mal interpretado ya que, aunque las palabras fueran en un sentido, l¿r intención al pronunciarlas era otra, emitiendo un mensaje y acto seguido ott'o c¡ttc
contradice al primero, restando importancia o seriedad a un enunciado alirmando que es una broma, transmitiendo la información en un idioma que el
interlocutor no comprende, negando el valor comunicativo de un mcnsajc al
afirmar que las palabras que lo componen no son elementos significantes
sino obietos materiales, etc.
En cambio, el emisor puede negar que su mensaje está dirigido a su interlocutor haciendo patente que habla para sí mismo en un apante, dirigiéndose al
otro en función de su estatus o poder de representación y no como persona, afirmando que en realidad su interlocutor tiene otra identidad distinta de la quc
manifiesta (por ejemplo, que no se trata de un amigo sino de un policía), etc,
Por último, para negar que la definición de un mensaje se refiera a la situación en que éste se emite basta con especificar el contexto como no actual en
el tiempo o en el espacio (ejemplo: Tú antes me caías mal y puede que en adelante me caigas mal, llamando cárcel al consultorio psiquiátrico, etc.).
En resumen, la evitación de la definición de una relación puede lograrse
mediante la descalificación de Ia identidad del emisol del contenido del mensaje, de la identidad del receptor o del espacio y el momento en que se produce la comunicación.La incongruencia de los mensajes que se descalifican
a sí mismos puede tener lugar en el nivel digital, mediante dos enunciados
consecutivos o mediante la dislocación de los planos digital y analógico de la
comunicación.
1) Yo.
2) Digo algo.
3) A usted.
4) En esta situación.
Mediante la descalificación de cualquiera de estos cuatro elementos o de
Ios cuatro alavez, el emisor del mensaje invalida su propia definición de la
rcl¿rción que ha propuesto, por medio de ese mismo mensaje.
Quien desea descalificar su identidad como emisor puede lograrlo transmitiendo su mensaje amparado en un seudónimo, explicitando que no habla
¿r título personal, sino en nombre de una institución o un grupo, indicando
c¡r-rc tan sólo es un mensajero (de Dios o de otra persona), afirmando que su
rrrcnsaje es emitido bajo el influjo de una fuerza que escapa a su control
6.1.1. Control del contenido de la comunicación verbal
Ni los estudios experimentales, ni los seguimientos clínicos, han podid<l
establecer cuál es el método más efectivo para controlar el contenido de la
comunicación verbal durante una entrevista terapéutica. Sin embargo, existc
un amplio acuerdo en que instrucciones, modelado y condicionamiento verbal constituyen recursos particularmente idóneos.
6.1.1.
1. Instrucciones
Las instrucciones son una técnica de intervención terapéutica de uso ll-ccuente durante una entrevista inicial o durante una serie de entrevistas terapéuticas (véase epígrafe 4.1.5).
Cltt¿tnclo sc ctnplcu al prirrcipio dc la cnlrevlsln, esl¡r lér'rrir'¡r sc convicr'tc
c¡r tttt cxcclcnlc nrcclio clc crlntrr¡l de la cor¡unic¿rción vcrllrl, yit clucr trrcrnritc
rlt¡liv¿u'¿tl clicntc p¿rr¿r qLle h¿rblc dc cicrtos tcmas cou cl fal¿rntcr ¿rclccuado.
Units instt'ttcciones ef'ectivas ajustan las expectativas clc los intcl'locutores,
t'cclucicndo al mfnimo la desorientación y la incertidr-rmbrc dcl paciente. Más
concrctamcnte, las instrucciones inducen a la adopción por parte del cliente
clcl rol complementario al rol de terapeuta. Este hecho tiene como consecucncia inmediata una mejora de la fluidez y profundidad de la comunicación que se establece entre ambos.
6.1.1.2. Modelado
La técnica del modelado se halla próxima a las instrucciones y, con fi:ecucncia, se convierte en uno de sus complementos. El modelado consiste en
ofi'cccr al cliente una demostración del tipo de cosas que se espera que haga.
En la entrevista terapéutica el modelado puede tener lugar a través de una
cintar magnetofónica en la que se haya grabado una entrevista, ofreciendo al
¡ritcicnte el guión de una entrevista, favoreciendo la observación o realizando
u tr¿t dcnrostración mediante un role-playing.
Cuando se utiliza durante los primeros momentos de una entrevista, el
nrodclado ofrece resultados positivos en el ajuste y la mejora de la comunicación tcr:apéutica, ya que promueve en el paciente la clase de conductas exhibidars por el modelo. Especialmente cuando en la secuencia demostrativa se
inclr,rye el reforzamiento vicario, esta estrategia aumenta la autorrevelación
clcl paciente, potencia la libertad con que este se expresa e inhibe sus resistcrncias a la hora de abordar temas conflictivos. Sin embargo, el modelado es
un método de control del flujo de la entrevista terapéutica más disruptivo que
l¿rs instmcciones.
6,
l, 1.3, Condicionamiento aerbal
El método más conocido, más investigado y más controverlido en el contrr¡l del contenido verbal de una entrevista es, sin duda alguna, el condicion¿tmiento verbal. Esta técnica consiste en la emisión voluntaria o involuntariar, por parte del terapeuta, de conductas que promueven en el paciente un
cicrto tipo de respuestas.
Los estudios sobre los efectos del condicionamiento verbal durante la
crrtrevista terapéutica se iniciaron con investigaciones en principio muy ale"iadas del ámbito clínico; trabajos que, progresivamente, fueron extendiéndosc al campo de la práctica psicoterapéutica. Los resultados de estas investigatciones demostraron que entre las conductas verbales del paciente más
sr:sceptibles al condicionamiento se encuentran las manifestaciones de afec-
lo,
lars
¿rtrloll'clcl'crrcias ¡rositivas y trrrgllivits, lits cx¡rt'esiont's tlc ltoslilitlutl y
c:l r.ccrrcrck¡ clc kts ¿rc<¡ntccirlricntos cler l¿r infirnci¿r.
Sin cnrbarrg(),
p¿l¡'¿r l¿r
lormació¡"1 clc un cntrcvist¿tcl<¡r'ticncn n'l/ls irTlpol!
t¿rncia los rcsultados relativos a la clasc clc conductÍ¡s qllc actútan conro
zad<;rcs. Dichos datos pueden agrllparsc en dos grandcs catcgorfan:
t'cfillr
a) Indicios lingüísticos y paralingtiísticos mÍnimos, como puedcn scr
lt¡s
términos sí, ya, bien o mm-hmm y conductas no verbales reguladclras
de la interacción, como son la sonrisa o los ligeros movimientos cle l¿r
cabeza que indican asentimiento. EI tipo de interacción y de resultados que promueve el empleo de ésta clase de reforzadores es conocido
en el campo de la psicoterapia como efecto Greespoon.
b) lntervenciones verbales complejas y estructuradas de
acuerd<¡ con
objetos específicos. A este grupo pertenecen las intervenciones terapéuticas no directivas, como son la clarificación, la paráfrasis, el reflcjo, el resumen y la autorrevelación del terapeuta (véase capítulo 4).
El condicionamiento verbal se hace más efectivo cuando el curso de la
entrevista se desarrolla en la ambigüedad, con abundantes silencios o notoria
pasividad por parte del entrevistado4 ya que, bajo éstas condiciones, el
impacto de los reforzadores se hace más intenso. En consecuencia, el éxitcl cn
la selección de los reforzadores de uno y otro tipo está en función del contcxto, así como de la conciencia del entrevistador respecto al hecho de que la
conducta que emite es un reforzado4 cuyos efectos se harán senti4 y no una
actividad inocua, como en ocasiones han defendido algunos entrevistadores
de orientación no directiva.
En definitiva, el entrevistador ampliará su pericia profesional según vaya
siendo capaz de controlar indirectamente el curso de una entrevista, mediante la selección de aquellos reforzadores que, siendo especialmente atractivos
para el paciente, facilitan el logro de los objetivos terapéuticos.
Por último, el entrevistado4 sobre todo si es novato, debe estar alerta respecto a Ia influencia que ejercen en muchas de las respuestas del terapeutit,
Ias sutiles manipulaciones de cierta clase de pacientes que, bien por el carácter de sus dificultades (fuerte necesidad de aprobación, sociopatía, etc.) o por
su larga experiencia en entrevistas terapéuticas, han llegado a ser especialistas del condicionamiento verbal.
6.2. CONCEPTO DE ESTRUCTURA EN LA ENTREVISTA
TERAPÉUTICA
La entrevista terapéutica es una situación interactiva en la que los participantes ajustan sus repertorios conductuales en función de la meta quc,
implícita o explícitamente, se han propuesto alcanzar. Por ello, la princip:.rl
no clircctividad.
pe ligrrr clc ruru r!lttt'rtvistn lct'¿tpéttticit rtlttttltrrtrttr clit'cctiva ct¡trsister
pol'Lln
laclo, pucrclc couvcl'til'sc crl ull¿t sitttaciótt c¡ttc cl ¡racicntc llegit
*,,.¡,,",
a vivcnci¿rr cotl() g¡ intcrlrrgart<lt'io y, ¡'tttt'<ltl'o, crt.t qtrc cl cltlt'cvistaclot'¡:ttccl0
ir-rc¡r"rir cn sesgos a ln hor¿r ¿" clergir lt¡s tcnr¿ts ¿t tt'at¿r¡'rl clc ofi"ccct'altcrl'n¿ttiv¿rs. En el primcro dc l<¡s cas()s, al ru¡t¡torl ticnclc a clisminuir clc lorrna cotlsiclcr¿rblc; en el scgundo, si la hipótesis que sustenta la actividad dcl tcrapcuter
no ha sido strficientemente confirmada en entrevistas anteriores, el tratamiento entero puede resultar inefectivo por su falta inicial de relevanci¿l.
Contrariamente, el mayor peligro al que se enfrentan las entrevistas clnramente no directivas estriba, por una parte, en que la comunicación pucdc
derivar en una conversación trivial, sin más objeto que el desahogo de uno de
sus participantes y, por otra, en que los encuentros terapéuticos se tornen incfectivos uf dilrritt" la información pertinente y la responsabilidad ante el
cambio. En estos casos, el terapeuta corre el riesgo de no poder llegar a establecer ninguna hipótesis sobre cuál es el problema que acucia al pacientc y
cómo podría elaborarlo con éxito.
La noción de estructura alcanza a aspectos muy variados de la entrevista,
r-rntrc los que destacan las intervenciones del entrevistador las respuestas
<rf'r'cciclas por el cliente, latáctica general o estilo de la entrevista o la recogi-
Las entrevistas terapéuticas de corte directivo se caracterizan porque en
ellas el entrevistador tiende a llevar buena parte de la conversación, realizando preguntas específicas sobre temas que con frecuencia son elegidos por é1,
c(,nsccucnci¿r clc ol'clcn pr'áctico quc s(! clct'iv¿t clcl olllctivo t¡ f ilr¿rlicl¿rcl
clrtl'cvistl colrc:r'crt¡.r cs l¿r eistrrtctut'¿t clLle adopta e I ptrtcestt,
clcr ttn¿t
Asf, ¡-ror c.jcmplo, una entrcvista cle orientación probablcnrcntc rcquerirá,
pol'sr.l misnra naturaleza, más estructuración que las entrevistas o fragmentos clc una cntrevista dedicada a la identificación del problema. De igual
nr¿rncr'¿r, al margen de otros factores, una entrevista que se realiza en una
siltración de crisis suele requerir más estructuración que una entrevista que
It¡r'ma parte del período intermedio de un largo tratamiento.
Por estructura de una entrevista se entiende el grado en que el entrevistacontenido y el curso de la comunicación que establece con
cl<lr cletermina el
srr intcrlocutor. Esto significa que la estructura de una entrevista particular
¡rrrcclc variar a lo largo de su desarrollo temporal, según sus características se
arproximen o se alejen de un continuo, que se extiende desde un grado máxirno dc estructuración o directividad a un grado mínimo de estructuración o
clir.y firrmalización de la información obtenida. Este hecho ha tenido como
consecuencia que las nociones de directividad y de no directividad hayan
aclquirido matices muy distintos en las consideraciones teóricas y en las
c<lnstataciones empíricas de los diversos autores que han tratado el tema. Por
cllo, ¿r la hora de analizar la estructura de una entrevista, junto con su grado
clc directividad/no directividad, siempre es necesario tener en cuenta, las
otr'¿rs dos variables moduladoras de Ia estructura de la comunicación terapéutica; esto es, el grado de actividad del terapeuta y el hecho de que sus
intcrvenciones sean más o menos ambiguas.
6.2,1. I)irectividad versus no directividad
Ctrando el objetivo prioritario de una entrevista consiste en recopilar la
rrr¿r.yor cantidad de información específica, el proceso tiende a organizarse de
rn¿urcr¿r altamente estructurada, es deci{, adquiere un alto grado de directivi-
rlad. Y ello, porque el entrevistador obtiene una mayor cantidad de datos fiablcs.y válidos si mantiene un formato rígido, que se asemeja al de una encuesta, cn lugar de permitir que el paciente se explaye libremente, o se calle, en
rcl¿rción con los temas que se consideran relevantes en esa situación. Por el
contrarrio, cuando el objetivo fundamental de una entrevista terapéutica consistc en potenciar la comodidad y disponibilidad del paciente, el terapeuta se
r-rsf'rrcrza por interferir lo menos posible en la secuencia comunicativa pro¡rucsta por su cliente. En estos casos la entrevista terapéutica es un proceso
cllro, por su carencia relativa de estructuración, se acerca al extremo no direcIivo.
El grlrr
ul ti"-po que ofrece frecuentes informaciones o explicaciones del problema
planteado por el cliente. Es deciq, el terapeuta directivo se comporta de maneia claramente activa, dando oportunidad al paciente de expresar sus actitudes hacia asuntos concretos, pero indicándole aquellos aspectos de las mismas que a su juicio son más relevantes. Igualmente, intenta favorecer lcls
cambios en la conducta del paciente proponiendo acciones concretas que
éste debería realízar. Para lograr sus objetivos terapéuticos, el entrevistad<lt'
directivo recurre tanto a técnicas que explicitan el contenido de las verbalizaciones del paciente, como a datos de observación o a Ia influencia que stl
prestigio personal pueda ejercer sobre su interlocutor.
En cambio, las entrevistas realizadas por terapeutas que prefieren tln
estilo netamente no directivo se caracterizanpor el hecho de que las verbalizaciones del paciente son más extensas y numerosas que las del terapeutat,
Este último tiende a intervenir fundamentalmente cuando desea mostrar a stl
interlocutor que le acepta como persona y que comprende sus sentimientos,
actitudes y conductas explícitas, al tiempo que refuerza las verbalizacioncs
del cliente que tocan estos temas.
Aunque los resultados de investigación son bastante controvertidos, crl
general tienden a afirmar que las técnicas no directivas facilitan elinsight y \¿t
áutoexploración en mayor grado que las técnicas directivas. Sin embargo, l<ls
resultados más importantes son aquellos que demuestran que el grado clc
directividad/no directividad adoptado por un terapeuta afecta de maner¿t
diferente a diferentes pacientes. Así, Ios clientes que antes de la entrevista sc
mostraron reacios a la misma aumentan sus resistencias ante un terapeutit
clit'cclivo, nricnlr'¿ts c¡ttc licnclcn a clisnrinuirl¿rs ants rrn tt.rrrpr.rrl¡r lro clircrctivo,
lgttitltncttlc, los clicntcs con lugar clc control cxtcrno lcsponckrrr rrrc.jor a un
lcrt'itpctlt¿r clil'cctivt¡, nricntlas qLrc para lcls clientes con lugarr dc c<lntrol interno rcsult¿r más cf'ectivcl un terapeuta no directivo.
10. Rcfi¡r.z¿u' cxplfcilurTlcntc o inl'uncllr conl'innz¡t ttl ¡rttclc'trtc. (t{i,: N¿¡
quierc qu( l( tlesauinrcs. Sé quc si perscwrus kt cttttsegttirdsl'
Asimisnro, cxistc cicrta cvidcncia cnr¡rft'icat t'cs¡rccto ¿r qLlc lats puttttts
comunicativas más caractcrlsticas dcl cstilo no dircctivo son:
En dcfinitiva, la adecuación de las intervenciones terapéuticas directivas y
clirectivas depende en gran medida de la capacidad del entrevistador, para
¿tclecttarse a las características personales de sus pacientes. De hecho, algunas
invcstigaciones han demostrado que, con independencia de sus preferencias
tcóricas, los entrevistadores tienden a ser directivos con clientes dependientes,
micntras que tienden a ser no directivos con clientes dominantes.
¿) Definir la situación terapéutica en términos de responsabilidacl clel
paciente para dirigir la entrevista, tornar decisiones, etc. (Ei.: A veces,
iontor loi propios problemas nos ayuda a ver con claridad)'
n<r
Con todo, existe cierta evidencia empírica respecto a que las pautas comupor los terapeutas directivos son:
nicr¿rtivas más frecuentemente empleadas
I
.
Dcfinir la situación de acuerdo con los métodos de diagnóstico y tratamiento. (Ej.: No sé qué puede pasarte, pero lo averiguaremos a través de
lets pruebas que realices y también por medio de las entrevistas).
2. Indicar
¿r
el tema atratar pero permitiendo que el paciente lo desarrolle
su manera. (Ej.: ¿Te importaría contarme más acerca de esas dificuha-
b)
c)
por otra parte, también se ha comprobado empíricamente que las
siguientes pautas son igualmente frecuentes en entrevistas directivas y no
directivas:
I.
des a Ia hora de dorrnir?).
3. Encauzar el tema elegido con objeto
de obtener una confirmación, una
negación o simplemente más información específica. (Ej.: ¿Con cuónta frecuencia te sucede? o ¿Thmbién te sucede cuando estás solo?).
4. Identificar un problema, una fuente de dificultades, una actitud que
sería beneficioso modifica4 etc., apoyándose en instrumentos diagnósticos o en presupuestos teóricos. (Ej.: Una de tus dificultades radica
en que no has tenido oportunidad de comparar tu habilidad con la de
otras personas).
5. Interpretar los resultados de diversas pruebas psicológicas, sin afirmar
o negar que existan dificultades concomitantes. (Ej.: Tu petfil, según el
cuestionario 16PF de Cattel...).
Indicar, a través de una intervención verbal, que se ha comprendido la
expresión de un sentimiento o actitud, manifestado en la anterior verbalización del paciente . (Ei.: Usted se siente muy afectado, claro).
Interpretar o responder a aquellos sentimientos o actitudes del pacicnte que hayan siáo expresados de manera implícita o muy sutil. (Ej.:
Supongo que hubiera preferido no venir).
II.
Preguntar de tal manera que el paciente tenga que elegir o desarrollar
un tema. (Ej.: ¿En qué has estado pensando hoy?).
Indicar que, en efecto, se ha comprendido el discurso del paciente
(Ej.: Uhm, te vas de vacaciones)'
III. Indicar al paciente
que la decisión la debe de tomar é1. (Ei.: Eso
depende de ti).
fV. Expresar acuerdo o desacuerdo con la decisión tomada por el clientc'
(Ej.: Me parece una postura acertada).
A su vez, para determinar si el grado de estructuración de una entrevista
es alto, bajo o medio, suelen resultar de gran valor heurístico los siguientes
criterios:
r
La entrevista es decididamente directiva cuando las intervenciones dcl
terapeuta son suficientes, por sí mismas, para mostrar la pauta generarl
que sigue el proceso.
7. Explica¡, comentar o dar información sobre el tema que se está tratando. (Ej.: Bueno, una razón podría ser que tú te sientes demasiado inseguro para lograrb).
.
La entrevista es decididamente no directiva cuando, atendiendo excltlsivamente a las verbalizaciones del paciente, podemos establecer las
pautas que ha seguido el Proceso.
instruir al paciente para que realice alguna actividad concreta, que él considera que resultará beneficiosa. (Ej.: Lapráctica continuada de la relajación puede ayudaile).
¡
La entreüsta es semidirectiva cuando, a partir de las verbalizacioncs clc
uno solo de sus participantes, es imposible establecer una pauta o tC¡nica general que caracterice el proceso.
ó. Expresar acuerdo o desacuerdo, o cualquier otra reacción personal,
ante el discurso o la conducta del paciente. (Ej.: ¡Así se habla!).
t3. Proponer o
9. Tratar de influir en la decisión o conducta que adoptará el cliente. (Ej.:
Me gustaría que lo intentaras otra vez).
En otro orden de cosas, las frecuentes polémicas que han tenido comtr
objeto la conveniencia de la directividadyla no directividad en cuanto recllr-
sos (lc
lit cttntttnicación
tctu¡réutic¿r gcncralmcrnlei lrun cst¿rtlt¡ c:cntr¿rcl¿rs crrr
Iot'no a urr ti¡ro corrct'cto clc: intclvcrr-lcil¡n: l¿r intcr.prcrt¿rciC¡n, Ulr¿r irrtcrprctación
(vó¿rsc cpfgr af'c 4.2,4) consistc cn uua intcrvcnción vcrbtl clcl tcr.arpcuta cn la
quc óstc lcl¿tciona o explica algunas conductas dcl parcicrrrtc. Cognitivamentc
ttna intctprclación es Ltna inlercncia que realiza el entrcvisLadori a partir de las
inf <lrmaciones de diversa índole que le ha proporcionado su cliente; y como tal
inf'crencia, consiste en el establecimiento de una relación entre dos elementos
c¡uc hasla entonces permanecían cognitivamente desvinculados. Es así como
rrna interpretación ofrece al paciente una manera diferente y nueva de consiclcrar sus dificultades. De hecho, uno de los objetivos de la interpretación consislc en presentar al paciente aquellos aspectos o implicaciones de su expericncia que se negaba a reconoce4 por causa de la ansiedad que le provocaban.
El grado en que la inferencia del terapeuta difiere de la conciencia que
ticne el paciente respecto al contenido de la interpretación se denomina piolirndidad de la interpretación. una interpretación es tanto más profunda
c:u¿rnto más alejada se halla de la forma habitual del paciente de considerar
str ccrntenido, o cuanto más improbable le parezcaa éste la explicación que le
t¡h'ccc su interlocutor. consecuencia directa del nivel de profundidad dé una
intcrpretación es su grado de aceptabilidad para el paciente, de forma que las
irrlclpretaciones más profundas tienden a ser rechazadas porque resultan
nocic¡nes distantes, poco plausibles para los pacientes que las reciben, mientlers que las interpretaciones menos profundas suelen ser aceptadas tras una
brcve consideración.
El principal argumento en contra de la interpretación consiste en que,
tl'as una intervención de esta clase, la productividad verbal del paciente tien¿r reducirse, hecho que se considera indicio de resistencia. y én efecto, esto
cs lo que se desprende de los resultados de diversas investigaciones sobre la
clc
visl¿rclorcs c¡urr hrrblarr cr¡n li'cc:ttcrtclu, Estc I'cnólncno [ta sickl crlnsiclct'aclt¡
cr¡r¡r¡ inclici,, clc quc la ¡rartici¡'laciótr clcrl trrl'¿tpctlt¿t cs vivicl¿t ¡rttt'erl clictttt:
c()r"¡() Lltl l.clrrr:126. Por <¡tl'a p¿u'lc, tanrbién cxiste ttna cicrta ervitlcnci¿t ompf'
¡ic1 c¡nc rcl¿rcigna un nivcl nr<xlct'aclo o ¿tlto clc activiclad, con cl hcch<l clc c¡t'tc'
cl tcrapeuta scar pcrcibido por el clicntc colrlo Ltna persona cálida y cmpática'
Estos áatos son contraric¡s a los criterios delcnclidos por cl psicoanálisis .y la
tcrapia centrada en el cliente, dado quc cstas escuelas limitan a priori el nivcl
clc actividad de sus entrevistadores.
Uno de los fenómenos más estudiados en relación con el nivel de activiclad del terapeuta se conoce con el nombre de sincronía. Se dice que se ha
establecido una relación de sincronía entre paciente y terapeuta cuando la
duración de las intervenciones de éste controla la duración de las intervenciones de aqué1, de forma que ambos hablan durante un perÍodo de tiemprl
similar.
Ahora bien, la sincronía es una variable reguladora de la comunicación
terapéutica, más en análogos experimentales, que cuando se estudia la dura'
ción de las intervencionei en una situación de entrevista real. De hecho,
durante una serie de entrevistas terapéuticas, la sincronía tiende a desaparecer para dar lugar a una relación inversa entre la duración de las intervenciones de los participantes. Es deci4 durante una psicoterapia, cuanto más
habla el terapeuta menos habla el paciente y viceversa, cuando éste es más
explícito aquél tiende a guardar silencio'
Igualmente, en situación de entrevista el estatus de los interlocutores cs
una Jariable que afecta a la sincronía de las intervenciones. Así, el fenómenrr
de la sincronía se presenta cuando los participantes tienen un estatus similar;
pero no cuando entre ellos existen diferencias considerables'
utilidad de la interpretación durante la primera entrevista. Sin embargo,
otros estudios demuestran que el contenido de las interpretaciones son ias
arportaciones del entrevistador que mejor recuerdan los clientes después de
I'inalizada una entrevista. Por ello, parece aconsejable que el entrevistador
cvitc las interpretaciones durante su primer encuentro con el paciente, pero
conviene que recurra moderadamente a esta técnica siempre que la productividad del paciente no sea vital y, en cambio, resulte indispensable favorecer
su autocomprensión.
desarrolla la entrevista. Durante un primer encuentro, el incremento cle l¿t
productividad verbal del paciente se logrará mediante la activación de la productividad del entrevistador; en cambio, esta última debe tender a decrecct'
según se vaya afianzando la relación terapéutica' En cualquier caso, si cl
entrevistador desea animar a su paciente a expresarse ampliamente, antes es
necesario que él adopte esa misma conducta.
6.2.2. Nivel de actividad
6.2.3.
En la entrevista terapéutica se entiende por nivel de actividad el grado de
¡rroductividad lingüística de los participantes o, por decirlo de una manera
nrcnos específica, el nivel de participación en el proceso comunicativo.
De acuerdo con los resultados de diversas investigaciones, la mayoría de
los pacientes prefieren terapeutas activos, es deci4 prefieren a aqueilós entre-
En consecuencia, el entrevistador debe aprender a controlar su nivel dc
actividad y a emplearlo de acuerdo con las circunstancias concretas en que sc
E
specificidad/ambigüedad
Esta variable hace referencia al grado de concreción de los mensajes verbales, mediante los que el terapeuta controla el curso de una entrevista' Un
comentario o una pñgunta se consideran ambiguos cuando su nivel inltlrmativo es bajo, es deci4 cuando se trata de intervenciones que apenas restringen las pósibles alternativas, entre las que el paciente puede elegir su ros-
pLtesto. Por cl ct¡ntl'at'lo, sc considcra quc Lln¿r intervenclón vclhal cs cspccff ica cuando su vak¡r'inli¡l'mativo os alto y, por tanto, imponc una clara limitación a las posiblcs respLlestas.
Las investigaciones sobre la influencia de esta variable en el curso de una
cntrcvista apuntan hacia una relación directa entre ambigüedad de la intervcnción del terapeuta y grado de productividad del paciente, de manera que,
una pregunta general tiende a provocar una larga respuesta, mientras que,
una pregunta específica tiende a elicitar respuestas breves y concisas. Por
esta razón, existe un acuerdo generalizado respecto a la conveniencia de
colnenzar las entrevistas con preguntas ambiguas, como por ejemplo, éQué te
trae por aquí?, y no con intervenciones específicas del tipo ¿Cuánto tiempo
lnce que tienes problemas? El empleo de esta última modalidad al iniciar una
cntrevista tiene como consecuencia una pérdida de información, que es evitable con el uso de comentarios ambiguos.
Igualmente, se sabe que el grado de especificidad de una pregunta tiene
ef'ectos diversos sobre el contenido de la respuesta de los entrevistados. Además, las intervenciones ambiguas son particularmente efectivas en dos situaciones concretas. Una, cuando el paciente mantiene de forma espontánea un
ritmo de participación fluido. En este caso, el grado de actividad del pacien[e se mantendrá con sólo unas pocas intervenciones ambiguas del terapeuta.
Otra, cuando el entrevistador va a dar comienzo a la sesión o cuando desea
crnpezar a tratar un tema hasta entonces inexplorado.
En cambio, la ambigüedad de las intervenciones del entrevistador está
completamente contraindicada cuando el nivel de productividad del paciente languidece, cuando el terapeuta necesita obtener un dato concreto y cuanclo el paciente permanece en silencio ante preguntas abiertas y de tipo general. En éste último caso, la especificidad es necesarta para compensar la
incertidumbre cognitiva y la ansiedad que, con frecuencia, caractertzanla
situación en que se hallan los pacientes, especialmente los que no han recibiclo instrucciones concretas sobre la conducta que se espera desarrollen.
En resumen, en la situación de entrevista el grado de ambigüedad o especificidad que debe emplear un terapeuta estará en función, tanto de sus objetivos inmediatos (tipo de interacción que desea establece4 clase de informa-
c:ión que necesita...), como de su sensibilidad para captar cuándo ia
ambigüedad de sus intervenciones desencadena un nivel de ansiedad e incerticlumbre perturbadoras para el cliente.
Ó.:}. DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA
La entrevista terapéutica
se
desarrolla con la transmisión de información,
a través de los diversos canales verbales y no verbales. Por esta razón, el
cntrevistador debe esforzarse en aprender a escuchar y captar la información
cl¡c sg pucicnte lc clir.igc clc ln mnncl'a més cf'ectlvu poulble, Pctr¡ cl c$l'ucrzo
ptteclc tclreit'éxittr
¡i,,,..,tr¡ctiu¿¡.al nráxiñro l¿r situacil¡n dc cnlt'ervist¿t sókr
scsgos,
c¡uc
krs
divcrsos
clc
¡rucclcn t'cc¿tcr sobl'¡-r
ir,"cliant" l¿r neutyalización
tt'a¡rsmitida. En
ol'nt¿tción
inf
dc
la
inlbrcncia
pcrccpción
r:
los proccsgs clc
dcbc
precisión,
ol
cntrevistad<¡r
con
esctlchar
poru
a
aprcncier
otras palabrur,
más
obietivamentc
lo
interlocutor
percibir
a
su
desariollar la capacidad de
posible.
Esta habilidad interpersonal se adquiere atendiendo al máximo a l¿rs
peculiaridades y matices de la comunicación, en especial atendiendo al modtl
qn" los diversos niveles del discurso se puntúan entre sí.- Concretamente,
"n
Ias iariaciones de la expresividad y su relación con los cambios del contenido verbal, así como la identificación de las variaciones del estilo y de las perturbaciones de la pronunciación cuando el cliente pasa de un tema a otro'
suelen proporcionár indicios significativos a Ia hora de identificar qué áreas
de conienidos requieren una exploración posterior' Por ejemplo, si algunos
temas de conversación cursan con una alta velocidad de emisión, mientras
que otros son desarrollados por el cliente de manera más calmada, el terapeuta podría elaborar la hipótesis de que tal diferencia en el estilo de emisión
se debe a la ansiedad de los contenidos emitidos a mayor velocidad.
En cualquier caso, siempre resulta de gran utilidad que el terapeuta sea
consciente del nivel de ansiedad evocado por el contenido de sus preguntas,
ya que existe evidencia empírica de que Ia tendencia a producir una buena
impresión en el entrevistador entra en conflicto con la demanda de sinceridaá. nsto es, la tendencia de los entrevistados a producir una buena impresión en el entrevistador lleva a aquellos a elaborar soluciones de compromiso
que implican la distorsión de la información contenida en sus respLrestas.
Ásimismo, puede resultar muy útil para el entrevistador tener en cuenta que,
los interlocutores con un nivel de ansiedad crónica intermedia tienden a distorsionar sus respuestas ante preguntas arnenazarttes más que los entrevista'
dos con un grado de ansiedad bajo o alto'
La clase de información que interesa a un entrevistador concreto depende, en buena medida, de sus orientaciones teóricas. Pero al margen de este
tipo de sesgo, que resulta no sólo inevitable sino también necesario, todo
terapeuta déb" ap."nder a captar y a considerar cualquier clase de información que le ofrezZasu interlocutor. Desgraciadamente no existe una fórmtll¿t
que permita, al entrevistador sin experiencia, orientarse inequívocamentc
respecto a la clase de información que es necesaria en un caso concreto O resp".io u los canales por los que el paciente transmitirá esa información, .yit
q,r" la variabilidad de los individuos y los grupos definen la comunicación y
la interacción como procesos dependientes del contexto. A pesar de ello, existe un acuerdo generálizado sobre Ia importancia de dos fenómenos habituales en el desarrollo de Ia comunicación terapéutica: la autorrevelación v la
resistencia.
(l.ft.
l.
Alllrlruovolnrririlr y rrrriskrllrrir¡
l-t¡s cntrcvistacl<lt'cs clfnict¡s c(t-npartcn cntlc sf urra clnr'¿r trrrcf'crencia por
las inli¡t'macioncs autoncf'eridas cle sus pacientes, Dc hcclro, l¿r autor¡evelación
cttnstituve un¿r de las fientes de información primordiales con que cuenta un
clfnico de cara al diagnóstico, y un medio insustituible para
-uchor terapeut¿ts cn el desarrollo del tratamiento. No en vano, numerosas investigaciónes
avalan la opinión, muy extendida entre los entreüstadores, de que la cápacidad
p¿u'a alrtorrevelarse del paciente y del terapeuta se relaciona directamente con
cl óxito de una terapia. Concretamente, estas investigaciones identifican dos
catcgorías temáticas, como vinculadas al progreso de una psicoterapia: la
cxploración interna de la propia experiencia y su comunicación al interlocutor.
Sin embargo, la autorrevelación del entrevistado es un fenómeno ligado a
nlgunas características de la relación que mantiene con el entrevistador. Así:
r
¡
¡
'
La autorrevelación del paciente se produce con más fi:ecuencia si se
siente personalmente acogido por el entreüstador y cuando este último
sc ha demostrado capaz de hablar libremente de sí mismo.
l,a autorrevelación del paciente se produce con más frecuencia cuando
el terapeuta ha desarrollado un estilo abierto y personal de dirigirse al
cliente.
La autorrevelación del paciente es reforzada por el hecho de que su participación en la entrevista sea voluntaria y no forzosa.
La autorrevelación es estimulada por la creencia del paciente en la
naturaleza confidencial de la entrevista.
¡ La autorrevelación del terapeuta refuerza la
autorrevelación del
paciente. sin embargo, este principio debe de ser manejado con precaución (véase epígrafe 4.1.5); puesto que el objetivo de la entrevista se
refiere al paciente y sus dificultades, el terapeuta nunca debe llegar a
acaparar el centro de la comunicación.
Además, existe evidencia empírica respecto a la conveniencia de observar
las siguientes restricciones:
-
La autorrevelación excesiva del terapeuta puede ser considerada por
el cliente como fuera de lugar; en este caso, el efecto que produce
sobre su propia autorrevelación es de tipo inhibitorio.
La autorrevelación del terapeuta resulta efectiva para evocar en el
paciente informaciones de tipo simila¡, sólo si éste último considera a
su interlocutor como un amigo y no como un extraño. Es deci4 la calidad del rapport afecta a la información autorreferida.
-
Las diferencias extremas en las edades de los interlocutores debilitan
el efecto facilitador de la autorrevelación del terapeuta sobre la auto-
l.l.cverlnciórr cleI crlicntrr. Pot'cso, cttntrtlo cl cnlrevlsl¿ttltlt'cs cttltsiclclrtblcrrrcntr.r ntás vicio o nrás,iovcrr qttc el t'nlt'ervisl¿tclt¡, lit ¿ttllol'l't.vcl¿lción, c<luto rcspttelstat ctlrn tt n ic¿tt ivit, t ic ndc a blttq tteritrscr.
autolrcvelación cs un f'cnómcnr¡ vinculaclo ¿tl lrucn dcsal'lr¡lltl dc ttn¿t
cntrcvista y al éxito del tratarniento, la t'csistcncia cs u¡r f'cnl¡mcno quc clif iculla la consecución dc los objctivos clír"ricos. Por cllt¡, sabcr detect¿rrla cs tlna
habilidad indispensable en un buen entrevistador.
Si
l¿r
En general, se admite que Ia resistencia es una manifestación dc la ansicdad experimentada por el entrevistado, ante la posibilidad de revelar ¿r ott'a
p"trorrá ciertos aspectos de su intimidad. La resistencia tiende a manil'csl"at'
se en Ia comunicación verbal mediante alguna de estas tres formas:
-
El entrevistado permanece bloqueado y guarda un silencio completo.
El entrevistado habla de manera fluida, pero sus temas de convers¿rción se reducen a aspectos banales sin implicaciones psicológicas.
entrevistado descalifica su discurso, o algunos aspectos del
- El
mismo, a través de la emisión de mensajes incongruentes. Este tipo
de resistencia suele expresarse, verbalmente, con las rectificaciones
y lapsus y, no verbalmente, en el empleo de la expresividad facial y
Ios movimientos de los pies. De entre los canales no verbales la
expresividad facial resulta el más ilustrativo. Por esta razón, con frccuencia suele convertirse en el medio encargado de puntuar incongruentemente una secuencia verbal, tras la que laten sentimient<lS rl
ideas conflictivas.
De los tres tipos de resistencia reseñados, el último es el menos establc
porque, si bien denota una ansiedad más intensa que en los casos anteriores,
ésta se halla más localizada y, por tanto, la situación a que da lugar resulta
más fácil de tratar que las respuestas de evitación generalizada'
En cualquier caso, los indicios mencionados no siempre están vinculados
a una resistencia, sino que su valor específico viene determinado por la situ¿tción en que se presentan. Por ejemplo, muchos de los silencios que se producen durante una entrevista terapéutica pueden resultar más expresivos y útiles para la comunicación, que las palabras.
6.3.2. Comunicación de las emociones
El concepto de estilo hace referencia al carácter expresivo que adquiert:
un mensaje en función de la forma en que es construido y emitido. A su vez,
en la comunicación terapéutica, la configuración estilística nos remite a l¿t
descarga de ciertas emociones del hablante, con influencia efectiva sobre la
comunicación y la interacción que éste mantiene con su interlocutor.
Los nr¿u.eackrr,cs clc erstilo rnás li.cct¡crntcs s¡ltr lrt seleer,lt,ln lóxica,
erl ti1.lo clc
u¡tlsllttccitltt gt'ittttitticatl, la vcklciclarcl .y clrrraciClrr tlc lrrs cruisiorrcs, l,rs c,rirrr.cs
clc ¡ltrltlttttci¿tci(rrl tnlts o t11cllos sistc¡nátic<ls, lit exlrr.csivicltcl l¿rcial, lar posttrl'a, la <¡¡'ic¡rlaci(rn clcl cLtct-po, los gcstos y ler motiliclacl gcncrrarl clcl ctrer:po. En
clcf initiva, pucdcn sel: marcadorcs de estilo todas aqueliars concluctas verbales
o no vcrbalcs quc calilican emocionalmente la individualidad de un mensaje.
cru¿rntr¡ u lu cr¡trrtrnicación clc cmoclt¡ncs cspccfl'ic¿ts, lus lnvestigncirl'
prás
¡clcv¿rntes prrcclcn cliviclirsc e n ckls gt'itttclcs gl'tlpos; pot'ttrl¿t pal'te , lo$
ncs
En
conccrnicntcs a l¿r conrunic¿rcil¡n dc cnrtrciortcs pcnosit¡i, coll"lo la ansicclarcl y
la dcprcsidln, y pol otra, lars quc harn cstudi¿tclo l¿r comunicación clc cmttcioncs
gratas, entre las que destacan la cercanfa cmocional, cl aprecio, lzr aprtlbitción y la calidez.
La expresión de las emociones tiene una incidencia directa sobre la inte-
l'¿tcción que se establece entre dos interlocutores. Durante la entrevista, la
cxpt'csión de las emociones constituye un fenómeno fácilmente identificable,
pero que, sin embargo, resulta difícil de definir. En términos generales, la
cxpresividad emocional suele vincularse a nociones tan imprecisas como
c:<rl<¡rido de las interwenciones, poder para atraer o mantener ia atención del
intcrlocutor o valor como reforzador generalizad,o. En cambio, resulta
nrttcho más fácil identificar la comunicación de emociones concretas como
la ansiedad, el disgusto o la ternura, ya que su función de descarga y sus efecIr¡s sobre la interacción se hacen ostensibles.
Las emociones concretas y el tono emocional general de una intervención
Ptrcden transmitirse a través de cualquier canal comunicativo, si bien los más
árptos, o simplemente los utilizados con más frecuencia, son los paralingüístic<¡s y kinésicos.
6.3,2.1. Comunieaeión dc
En el contexto terapéutico, los estudios sobre la comunicación de cnrtlciones desagradables se han centrado más sobre el paciente que sobre cl
entrevistadol de forma que los resultados se le ofrecen a este último como un
medio para facilitar la discriminación de los estados emocionales de su interIocutor.
La ansiedad es una de las emociones más relevantes en el estudio cle l¿r
personalidad y la comunicación. Su manifestación puede abarcar canales tan
áirtintor como el contenido lingüístico, el tono y la tasa de las emisiones o los
gestos. Así:
-
Los resultados de algunos estudios empíricos han vinculado positiva-
nrcntc la expresividad general del terapeuta, con el grado de significación o
rclcvancia de las informaciones que ofrece el pacierie. A su vei, algunas de
crst¿ts investigaciones han abordado la identificación de las cualidaáes
de la
cxpresividad emocional del terapeuta que inciden directamente sobre la flui_
clcz de la comunicación y el éxito del tratamiento. Así, por ejemplo, se ha
conrprobado que durante las horas más productivas de una psicoterapia las
intcrvenciones del terapeuta tienden a posee{, de manera significativalrnente
mayor o más frecuente, inflexiones cadenciosas, buena vocilización, escasos
ti[ubeos y repeticiones, que las intervenciones que se producen durante los
nromentos menos productivos. Dicho de otra manera, utravozque transmite
scriedad, calidez y relajación está asociada a la buena marcha de la entrevister terapéutica.
Igualmente, existen evidencias empíricas que asocian el éxito de la psicotcrapia con un lenguaje terapéutico fresco, rico en connotaciones y cenlrado
cn la exploración de la experiencia interna. En cambio, el estilo dél paciente
¿rsociado empíricamente con el éxito del tratamiento es enérgico, ubi".to y
clirecto. Además, un incremento intencional de la expresividad emocional del
lu^nguaje del terapeuta suele ser suficiente para p.o.ro.u, el incremento
de la
cxpresividad emocional del paciente, cuando el discurso de este último se
h^ce apagado. En suma, el estilo expresivo abierto y relajado de ios participantes en una entrevista sirve como indicio para establecer un pronóstico
f
¿rvorable.
emooione's penosü.s
-
-
El examen del contenido léxico en busca de indicios de ansiedad rela'
ciona esta emoción con las referencias frecuentes a la muerte, a lOs
defectos corporales, a Ia mutilación, a la inseguridad asociada a l¿r
separación de familiares, a la culpa, a la anticipación del castigo y er lat
vivencia de una ansiedad difusa y no específica.
El examen de las pautas paralingüísticas que denotan ansiedad vincttla esta emoción con incremento de la actividad lingüística al tratat'
ciertos temas, incremento en la velocidad de las verbalizacioncs,
reducción del tiempo de reacción, habla entrecortada y elTores de pronunciación.
El examen de la conducta kinésica como canal de la ansiedad, dest¿rc¿t
el incremento súbito de la movilidad general del cuerpo, gestos f'aciatIes de desagrado y ciertas posturas rígidas, como los brazos caldos y
apretados a lo largo del cuerpo, piernas cerradas y rígidas, y cllcrpo
muy estirado.
En contraste con las manifestaciones de ansiedad, la depresión suclc
comunicarse por un descenso en la tasa del habla y un aumento en la tasa.y
duración de los silencios. Además, el bajo nivel de activación a que están asociadas las conductas que indican depresión se evidencia en la sensación clcr
pesada carga que transmiten el habla lenta, la monotonía del contenido y la
uniformidad del tono del paciente. Igualmente, con frecuencia' la depresi(rn
tiende a expresarse a través de un tono de voz bajo y una pronunciación poc<r
claray prolongada, así como a través de ciertas posturas y gestos del tipo ojos
bajos, cabezay brazos caídos u hombros hundidos.
En concluslón, purn poclc:t'identil'icar la emoclón clonrlnnntc cn cl pacientc cltlrantc un momento cl¿tclo clc la entrcvista, el ternpeutn clcrbc atencler a lc¡s
dil'erentes c:anales de l¿t comunicación, especialmente a k¡s no vcrbales, infiricndo cn base a la infbrmación que obtiene, si su hipótcsis sobre el estado
cmocional del paciente es o no acertada.
6,3,2,2. (knnunicación de emociones gratas
En contraste con la comunicación de emociones penosas, el estudio de la
comunicación de las emociones gratas durante la entrevista terapéutica ha
tenido como protagonista principal al terapeuta y no al paciente. una posible
explicación de este curioso fenómeno podría ser que entrevistadol en cuanto
terapeuta, tiende a hacer de soporte del paciente, y para ello recurre a la
cxpresión de sentimientos agradables, especialmente la calidez personal.
Al margen de este sesgo de las investigaciones, los canales por los que se
transmiten las emociones gratas son similares a los habituales en la comunicación de las emociones penosas. La cara, las pautas paralingüísticas y el
contenido verbal constituyen los registros más relevantes.
El aprecio de un interlocutor hacia otro, su cercanía emocional, se manil'iesl.a con frecuencia a través de las expresiones verbales directas, el contacto
oculaq, la cercanía ffsica o psicológica y la dirección que adopta la inclinación
del cuerpo. Pero el aprecio y la aprobación no sólo son emociones que un
interlocutor transmite a otro, sino que también son emociones que una persona puede provocar en otra, mediante un hábil manejo de ciertos recursos
comunicativos.
Así, por ejemplo, cuando en un contexto comunicativo una persona desea
<lbtener la aprobación de otra tiende a sonreír más que a permanecer seria, a
mover afirmativamente la cabeza más que negativamente, y a hablar libremente más que a ser parco.
Este estilo comunicativo se opone casi por completo al promovido por
ciertas escuelas de psicoterapia, especialmente las de orientación psicoanalí-
tica. Asimismo, las prescripciones de esta orientación se oponen a otros
resultados de investigación que indican que, con independencia de la escuela
teórica a que pertenezca un terapeuta, el paciente responde más libremente
cuanto más libremente se expresa aquél.
Paralelamente, por influjo de la terapia centrada en el cliente se suele
considerar que la calidez contribuye aafranzar la relación terapéutica, y que
siempre incide de manera positiva sobre el nivel de productividad del paciente, así como sobre su grado de autorrevelación. sin embargo, existe evidencia
empírica respecto a que diferentes grupos de sujetos (Ej.: internados, pacientes externos con o sin diagnóstico previo), en diferentes contextos (Ei.: insti-
lucionales, consulta pública, consulta privada) responden de manera dife-
un n'llsmo cntrevlstndor, [1n tltras palabt'us, nl lgual
cn ln ctttl'cvist¿t tcrapéttticn, los
..f'""t.r* clc la calidcz del cntrevistack¡r son clc un tiptl o clc otro cn filncil¡n clc
las caracterfsticas del interlocutor y dcl contcxto en que ticne lugar la rclaci(rn. Por tanto, parcce aconsejablc que cl terapeuta, antes de manif'estarse
c/rlido o frlo de manera inequfvoca, realice una evaluación, lo más exacta
posible, de la clase de persona que es su cliente, así como de la situación cn
rcntc ¿rntc
I¿r
caliclc,z dc
c¡uc otras ntuchas v¿rriablcs intcrvinicntcs
que se encuentran.
6.4. EJERCICIOS
A) De papel y lápiz
Califica como adecuada o inadecuada cada una de las respuestas del tcrapeuta que se citan a continuación. En cada caso, discute con tu grupo de tra'
baio las razones en que te basas.
1. P.: No consigo encontrar el tiempo necesario para estudiar.
T.: Deberías aprender a manejar tu tiempo de una forma más provcchosa.
2. P.: (Silencio.)
T.: ¿Qué te parece esta nevada?
3. P.: Me gustaría no haberme comprometido con ella.
T.: Ahora mismo pareces estar muy preocupado.
4. P.: La escuela
es una lata.
T.: En cualquier sitio que estés tienes la misma actitud.
5. P.: Estoy embarazada.
T.: ¿Cómo piensas tomártelo? Quiero deci4 ¿qué crees que puedcs
hacer? ¿Qué harás?
6. P.: He tenido problemas con mi compañera de habitación.
T.: ¿Puedes decirme algo más sobre ese asunto?
7. P.: Es responsabilidad de mi mujer encontrar un método para col'ltrolar la natalidad. Eso no es asunto mío.
T.: Según usted esa es la actitud que debe adoptar un hombre'
8. P.: El tema de los hombres me produce mucha ansiedad'
T.: Probablemente esa ansiedad se debe a un conflicto edípico ntl
resuelto.
b/ ¿Qué esperaba$? Qulcro clecln ¿Dónde hac estoclo sntelt?
9. P.: (Stlenclo.)
jHasta qiré punto alll las cr¡ncllclones eran dlstintus?
T.: Mo parcce que ahora te rcsulta diffcil hablar dc csc tcma.
10. P.: Puede parecer una tonterla, pero me aterra morir durante un viaje
en avión.
¿No serfa maravillosc¡ estar fircra clc ac¡urf?
P.: He estado a punto de ser violada varias veces. De eso he sacaclo
algunas conclusiones. Ahora me resulta muy diffcil no sospechar
de la mayorfa de los hombres.
c) tUh Umml
ló.
T.: Yo también tuve ese problema durante varios años. Lo que me
pasaba era...
T.:
a)
Elige Ia opción que te parezca más adecuada.
11. P.: Durante toda la vida he deseado ser médico. Ahora no puedo
entrar en la facultad por su maldito .Numerus clausus'.
b) Fundamentalmente los hombres son seres ávidos de poder:'
c) Tus conclusiones acerca de la violación hacen que te resulte
T.: a) Verdaderamente es una lástima.
b/ Puedes tÍatar de desafiar esa política.
c/ Estás muy afectado por haber sido excluido de algo que siempre has deseado hacer.
12. P.: Puedes apostar a que estoy harto de estar en este hospital. No soy
yo quien está loco, sino toda mi familia. Ellos si que están para
que los encierren.
comprendo perfectamente lo que quieres decir. comparto tus
sentimientos. Me resulta dificil estar cerca de un hombre. concretamente la semana Pasada..'
difícil confiar en los hombres.
17.
p.: (En un susurro, mirando hacia el suelo): Bueno, creo que esta
nuestra última sesión.
T.z
a)
Sí, es nuestra última sesión. Yo me siento satisfecho de como
han ido las cosas' Me pregunto qué sientes tú'
b) si,es nuestra última sesión.
13. P.: Estoy completamente deprimido. Nada de lo que hago está bien.
T.: a) ¿No sabes de nada que al hacerlo te permita sentirte bien?
b) No puedo creer que absolutamente todo te vaya tan mal.
c)
c) Si, así es, y me estoy preguntando si tú sientes
18. P.: Me gustaría matar al viejo por Ia forma en que ha tratado a mi
madre en los últimos años.
T.z
que no te hayas acercado a ellos tanto como
es necesario.
b)
a) Pareces muy furioso con tu padre'
b) Teperturba que tu padre hayatratado mal a tu madre durante
años.
¿Puedes citarme algunos ejemplos de cosas que haces mal?
a) Bueno, puede ser
c)
15. P.: Odio estar aquí. Es Ia peor prisión que he visto en mi vida. Es una
guarida de ratas, sitio asqueroso y fétido. Nadie merece estar aquí,
sea lo que fuere lo que haya hecho.
T.: a/ Sientes que ni tú ni nadie debería tolerar las condiciones de
esta cárcel.
Has ido acumulando mucha rabia contra tu padre durante los
últimos años.
19. P.: Me siento solo pero he logrado situarme.
T.:
a)
¿Puedes
decirme algo más sobre cómo te sientes por haber
logrado situarte?
Hablemos de eso, puede que te sientas mejor.
c) Atl te gusta mucho relacionarte con otros chicos.
algo respecto al
hecho de que esta sea nuestra última sesión.
14. P.: ¿Por qué los chavales no quieren jugar conmigo? Siempre estoy
solo. No les caigo bien.
T.z
¿cuáles son tus sentimientos de
cara al futuro?
T.: a/ Bueno, no es asunto mío juzgar eso.
b) Usted piensa que no es equitativo que sea el único en estar aquí.
c) Pero estar aquí puede ser bueno para usted.
es
b)
Uh hmm.
c)
¿Cuánto tiempo hace que lo has logrado?
20. P.: Mi mujer y yo hemos decidido tener familia. Pensamos que puede
ser bonito ser padres y ver cómo los chicos crecen y se desarrollan.
Pero cuando pi"ttro en la cantidad de cosas que van a cambiat'
para nosotros, no estoY seguro.
Ti: a) Pareco que no cstds muy scgnro de sl deüett$ tcner hi,jos, Tcncr
hijos tienc sus venta,jas: pcro tambiérr impllcu c¿rnrbios drásti-
T.:
cos,
ningún test.
b/ Hablas de algunos
aspectos positivos de tener familia, pero
también prevés cambios en tu vida con los que no te sientes
cómodo. Tus sentimientos sobre tener hijos parecen ambiva-
lentes.
c) ¿Has hablado con tu mujer
sobre esas preocupaciones?
21. P.: (El cliente está teniendo dificultades para llevar a cabo una acción
de cara a un objetivo concreto).
T.z
a) Parece que existen discrepancias entre tu deseo de ser
más
asertivo y tu logro de esa meta. ¿Puedes ayrrdarme a comprender esa discrepancia?
b)
¿Te sientes
a/ Usted slente quc yo plenso que Bu hfitl es tonto o cstó loco.
b/ Está completon'rente convcnciclo de que su hi.io no neccsita
c)
25. P.: Ahora que he vuelto a la universidad, mi marido está empezando a
quejarse porque no tengo tiempo libre para estar con él y con los chicos. Ambos decidimos que seía bueno para mf volver a la universidad, pero ahora no estoy segura de que esto no acabe en una pelea,
T.: a) No hace mucho yo estaba en Ia facultad y afrontando en casa
esa clase de problemas. Era muy frustrante para nosotros
hasta que llegamos a un acuerdo.
b) Mi marido y yo tenemos el mismo problema. El está en la
facultad y pasa mucho tiempo estudiando, y yo siento que los
niños y yo no pasamos con él suficiente tiempo.
incómodo siendo asertivo en las situaciones que
acordamos?
c/
T.z
a) ¿Qué piensas que dirán tus padres?
b) ¿Tus padres fuman?
c) ¿C6rno vas a contarles lo que ha pasado?
23. P.: Me siento tan solo. No hay nadie a quien le preocupe si estoy vivo
o muerto. Todo el mundo tiene alguien que se preocupe por é1,
pero yo soy cuanto tengo en el mundo.
T.z
a)
c) Se ha encontrado con que al volver a la universidad,
aparecen
un montón de problemas imprevistos. ¿Qué ha intentado hacer
para resolverlos?
difícil tener éxito en una meta concreta. Sin embargo
parece interesante que sigas intentándolo ¿estás de acuerdo?
A veces es
22. P.¿ Nunca tuve problemas hasta ahora. Mis padres no saben que
fumo.
Yo también he estado deprimido a veces, pero nunca he llegado a sentir que no le importaba a nadie. Eso tiene que resultar
26. P.: Ellos se van a enfadar y a sentirse dolidos por Io que he hecho.
T.:
Cuando siento que nadie se preocupa por mí yo también me
siento muy solo. Es un sentimiento muy duro. Creo que sé
como se siente.
c/
Cuando siento que nadie se preocupa por mí yo también me
siento muy solo. ¿Qué hace usted cuando se siente tan deprimido?
24. P.: (Un padre que trata de la evaluación psicológica de su hijo): Mi
hijo no necesita que le hagan un test. Lo que necesita son profesores competentes que le comprendan. No es tonto ni está loco.
a/
¿Saben que bebes?
b)
¿Por qué piensas que se van a
c)
Uh... Huh. Sigamos.
sentir dolidos?
27. P.: (Una viuda de edad avanzada): Me las arreglo bien. (Con la mirada perdida y sin inflexión en lavoz). Cuido de la casa y del perro,
y salgo con algunos amigos. (Las manos caídas y el cuerpo muy
quieto). En general me las arreglo muy bien.
T.z
a) Me alegra oír que usted se apafabien. Pero ahora mismo parece ansiosa. ¿Ha ocurrido, algo recientemente?
doloroso.
b)
Parece como si usted creyera que los profesores no comprenden a su hijo.
b)
Dice que se las arregla bien, pero su voz y sus gestos sugieren
que las cosas no parecen irle tan bien. ¿Puede ser que todavfa
se siente triste o deprimida?
c) Es difícil
creer que las cosas le van bien oyéndoselo decir en ese
tono apagado y con la mirada perdida. Me pregunto si a ustecl
le preocupa algo de lo que hablamos en la sesión de hoy.
28. P.: (Tiene problemas para definir una meta terapéutica asequible),
T.z
a)
Aveces es difícil definir un objetivo concreto. ¿Podría indicarme algunos ejemplos de cómo le gustaría comportarse en esa
situación?
b/ Encuentra dlffcil identlficar una meta
concreta. Qulzá necesltemos volver hacia atrás y cmpezar de nuevo, ¿Le parece bien?
c/
(Mirando por la ventana, hablando eln lnllexlones dc voz): lvtl
marido haLscendido cn su trarbajo. N()s cnmblam0s cle c,asa el mes
que viene, Eso me hace muY feliz.
T.: a) parece que usted se alegra de su ascenso, pero que no le agra-
33, P.¡
A veccs es diffcil identificar una meta concreta. Primero yo le
propongo que consideremos la forma en que se relaciona con
da cambiarse de casa.
su esposa.
y hemos empleado parte de nuestro
tiempo en hablar sobre nosotros. Al principio fue difícil, pero
29. P.: Hemos seguido su consejo
ahora es mucho más fácil.
T.z
a) Parece que están más a gusto.
b/ Sospecho que les costó volver a empezar a hablar de nuevo.
c) Debe ser agradable comprobar que pueden volver a hablar
T.z
de
yo todavía viviera con ellos quizá pudiera convencerles para
que continuaran juntos.
T.:
a/
á/
¿Has pensado en dejar la universidad para poder estar allí?
Sientes que si estuvieras en casa serías capaz de cambiar las
cosas.
c)
¿Por qué
tu presencia cambiaría las cosas?
31. P.: Estoy muy frustrado. Mi madre se siente dolida si yo no hago lo
que ella quiere. ¿Es que no se da cuenta de que tengo mi propia
vida?
T.: a/ Debe de ser muy engorroso. Mi madre también me hace esas
cosas.
b) Mi
madre también
olvidarlo.
c/
se
Debe de estar muy contenta. ¿Dónde se van a vivir?
c)
¿Le desagrada
porta así. No estoy seguro de ser capazde
35.
que exige estudiar
¿CórÍro es que quieres hacer Medicina,
mucho, si no estudias ahora?
b) Aunque estudias muy poco dices que quieres hacer Medicina,
Me resulta diffcil de comPrender.
c)' Dices que quieres entrar en la Facultad de Medicina, pero que
,ro p,r"?"s ñacerlo porque tu media no es suficientemente alta.
entrar en esa Facultad
¿Te sientes verdaderaÁe\te capaz de
con tus hábitos de estudio?
a)
p.: (una mujer que está hablando sobre su marido): cuando está en
casa no presta mucha atención a lo que allí ocurre. Siempre está
pensandt en su trabajo. Me gustaría verle más interesado por lo
que pasa en casa.
T.: a/ Usted es consciente de que su marido ahora está muy metido
en su trabajo, pero cuando está en casa le gustaría que él estuviera realmente allí.
b) pareceque a usted le molesta que él se preocupe por su trabajo.
c) Le gustaria
Debes sentirte furioso por eso. Recuerdo cómo me sentía yo
cuando mi madre no me dejaba tomar mis propias decisiones.
32. P.z No sé si he progresado algo desde que empezamos. Llevo trabajando mucho tiempo para solucionar mis problemas, pero nada
parece haber cambiado..., a pesar del tiempo y el dinero invertidos.
Pareces enfadado conmigo porque piensas que no has progresado.
c) Pareces frustrado.
viéndome.
Quizáestás considerando si debes continuar
que él se interesara más por usted cuando está en casa.
36. P.: (La entrevista ha llegado al inicio de la despedida)'
T.: a) Hemos logrado alcantzar los objetivos que usted se propuso; me
pregunto si no ha llegado el momento de dejar nuestras entrevistas.
meses hemos realizado progresos considerables en relación con las metas propuestas. En este momento
me pregunto si hay algunos otros asuntos que a usted le gusta-
b) Durantelos últimos
T.: a/ Pese a que te sientas como dices has realizado algunos progresos. Yo veo algunos. Vamos a examinarlos.
b)
cambiarse de casa?
34. p.: Quiero entrar en la Facultad de Medicina, pero no tengo la media'
No sé qué voy a hacer.
ustedes mismos.
30. P.: Si
b)
ría explorar.
c)
Pareceque hemos tenido éxito al alcanzat las metas que usted
," ptoprrro inicialmente. He estado pensando que quizá debiéramos terminar nuestro contacto después de esta entrevista,
¿Está de acuerdo?
ll)
,7
lNnnnyos conrluclulrlo¡
.
¡a
l.,AS
Desarrr¡ll¿lr una cnl.revista de treinta a cuar-enta y cinco minutos de
duración c<¡n el objetivo de que el terapeuta integre tc¡clas las habilidades y estrategias que ha adquirido.
ll'l'
l,As
En este caso es importante que el terapeuta se esfuerce por desarrollar un
cstilo de comunicación e interacción acorde con sus preferencias personales,
cnlatizando el manejo adecuado de los siguientes recursos:
a/ la conducta verbal y la no verbal;
b) la calidad y el nivel de empatía;
c) el grado de implicación y espontaneidad del entrevistador;
d/ la selección de las técnicas de intervención verbal;
e) elgrado de estructura adecuada.
Durante una entrevista terapéutica pueden distinguirse tres etapas o lases
y cada una de ellas posee características específicas derivadas de la función
que cumple en el proceso terapéutico.
ó.j-r. S0LUCIONES
l.
7.1. PRIMERA ETAPA O FASE INICIAL
Inadecuada: serrnonea.
2. Inadecuada: introduce un tema triüal.
3. Adecuada: refuerza al cliente para que siga hablando.
4. Inadecuada: es una recriminación.
5. Inadecuada:
es
un bombardeo de preguntas.
6. Adecuada: permite ahondar en el tema sin sesgarlo.
7. Adecuada: refleja los sentimientos del cliente ante un tema probablemente espinoso y, en cualquier caso, íntimo.
B. Inadecuada: es una interpretación mal enunciada.
9. Adecuada: la inmediatez está formulada correctamente en una situación idónea.
10. Inadecuada: la autorrevelación tiende a serprolija.
11.c l2.b
13.c
l4.b
15.a
t6.c
17.c
18.a
25. c
26. b
19. b
20. b
2I.
a
22. c
23.
c
24. c
27. c
28. a
29. c
30. b
31. c
32. c
35. a
36. b
33.
a
El objetivo principal de la primera etapa o fase inicial de una entreüsta es
lograr que el paciente se sienta cómodo en presencia del terapeuta, así como dispuesto ahablarlo más librementeposible de inhibiciones de cualquieríndole. El
establecimiento de esta clase de relación de trabajo se conoce con el nombre de
rqpport y puede lograrse por los medios habituales en otras formas de interacción social. Entre ellas destacan las expresiones no verbales, como una sonrisa
amable, un cálido apretón de manos o una suave invitación a tomar asiento,
También contribuyen a establecer una atmósfera distendida las caracterlsticas
físicas del lugar donde se desarrolla la entrevista. Estas deben ser tales que favorezcanal máximo laconfranza, la sensación del paciente de estar adecuadamente atenüdo y de que cuanto él diga será tratado de forma confidencial.
Distintos trabajos empíricos han puesto de manifiesto que los elementos
que, con independencia del marco teórico del terapeuta, tienden a convertir
Ia entrevista en una relación interpersonal adecuada para alcanzar objetivos
psicoterapéuticos son:
¡
Los comentarios del terapeuta se mantienen en la misma línea de pensamiento que la desarrollada por el sujeto.
o El terapeuta es totalmente apto para comprender los sentimientos
clel
paciente.
34. c
¡ El
terapeuta intenta, de hecho, comprender los sentimientos del
paciente.
.
EI tono de voz del terapeuta expresa su capacidad para compartir los
sentimientos del paciente.
t
Hl tct'¿tpetlltt c¡¡ttsiclct'rt itl pacicnlc corrlo su colrrllo¡,¡rtkrr,cn
cir'¡lr rk' trrr ¡rrrrblcltt¿r conrtin.
.
El tclalrcul¿r
tr'¿rt¿r
a su pacierrtc collro
l¿r rcsr¡lu-
El terapeuta
un castigo.
se
li.r <11-urr,tuniclacl
clc crstulrlcct:t'un¿t lrt'intet'n hipCltcsis stllrl'c lu clnsc clc ¡rct-
s()na clttc cs stt Pite:ictrtc:.
zr ur.r
igrral.
Pt¡r cl c:ontretrio, los rasgos considerados más clisf'unci<¡nalcs cn una inter'¿rcción tcrarpéutica son:
'
lir
presenta de tal forma que
es
vivido por el paciente como
' El terapeuta provoca en su paciente el sentimiento de ser rechazado.
¡ La relación interpersonal que se establece entre paciente y terapeuta es
ITIA.
'
El terapeuta pone al paciente en su sitio, con cierta fi:ecuencia. El terapeuta busca el favor del paciente.
'
El terapeuta busca impresionar al paciente haciendo alarde de su capacidad o conocimientos.
.
El terapeutatrata al paciente como si fuera un niño.
En definitiva, en la medida en que el terapeuta se esfuerza por crear un
clima cómodo y de colaboración, la reración que establece con su paciente
ticnde a basarse en los objetivos característi.o. d" las técnicas no directivas.
El hecho de que éstas predominen durante ra primera etapa de una entrevista, o durante las primeras entrevistas de un ciclo terapéutilo, no significa,
sin
cmbargo, que durante esta etapa, y en un momento dado no sean aconsejahlcs intervenciones más activas. De hecho, por lo general la entrevista
suele
comenzar con un sondeo que zuele adoptar la forma
¿En qué consiste su problema? o ¿Cómo puedo ayudarle?
El clima de franca colaboración que es preciso lograr durante la primela etapa de la entrevista se ve favorecido poi el empleo de otra técnica direc_
tiva que consiste en encuadra4 presentai o definii la situación de entrevista,-mediante la especificación dg los objetivos de la interacción terapéutica
.y de las fases y técnicas generales de que consta el tratamiento. concretan-rente, la incidencia de esta tácticatiene una amplia repercusión
en el desa_
rrollo de la entrevista, pues el encuadre contribuye a disminuir notablemente la ansiedad del paciente, ya que se le proporcionan una serie
de
pllntos de referencia respecto de los cuales puede esiructura4 tanto
sus percepciones, como sus expectativas. Este hecho suele traducirse en un consiclerable incremento de la motivación para permanecer en tratamiento.
Además, el encuadre ofrece al terapeuta la oportunidad de establecer algunas
hipótesis elementales en relación con la for.,'u en que é1, y sobre todo
sus
cxpresiones y actitudes menos controladas conscientemente afectan
al
paciente (inhibiéndole, tranquilizándore, etc.). La técnica de encuadrar
la
cntrevista o el tratamiento también es importante porque ofrece al terapeu-
La cluración clc lar primcrar cLapa cle ltn¿r cntl'cvist¿t st-lclc oscil¿tt'cntrc dicz.
rrriuLrtos, cuanclcl se trata dc una primera y útnica cntrevistit, h¿rsta alrcclccltlt'
clc clgce o quince horas, repartidas en v¿rrias sesiones, cuando el f acttlr ticmhistorial clfnico.
¡rg no está predeterminado y es preciso realizar un detallado
El final de la primera etapa de una entrevista terapéutica o de la primcra
l'ase de una serie de entrevistas, tiene lugaS cuando el paciente ha transmiticlo suficiente información sobre sus dificultades, como para que su interlocutor haya podido establecer, una primera hipótesis muy general, sobre la
clase de ptobt"-u que motiva la necesidad de tratamiento. Es aconsejable
l'inalizar esta etapa con un resumen donde se sinteticen aquellos elementos
que sean, a juicio del entrevistado4 los más significativos entre los aportados
por el cliente. Porque el resumen facilita una transición pausada a la siguiente etapa, pero sobie todo tiene como función dar al paciente la oportunidad
de corregir las malas interpretaciones en que hubiera podido incurrir su
interlocuior. Esta la clase de precaución se hace aconsejable no sólo al final
de la primera fase de una entrevista, sino siempre que exista el peligro de
viciar el desarrollo de una etapa posterior.
?.2. SEGUNDA ETAPA O FASE INTERMEDIA
La transición entre la primera y la segunda etapa de una entrevista debe
realizarce, de la manera menos brusca posible, Por esta razórt, en el inicio
de la fase intermedia conviene que el terapeuta seleccione las intervenciones verbales en función de las fluctuaciones que experimente el grado de
distensión de la comunicación y la interacción que ha establecido con su
cliente.
La fase intermedia de una entrevista o de una serie de ellas, cuando l¿r
meta es un logro terapéutico, puede subdividirse en las siguientes etapas:
. Identificación del problema'
. Elaboración de hipótesis.
¡ Propuesta de solución.
. Ejecución del tratamiento.
Aunque es durante este período del tratamiento, cuando más se hacc
notar la lnfluencia del modelo teórico que ha adoptado el terapeuta, es frecuente que su objetivo general se aborde mediante una combinación de técnicas diiectivas yno directivas. Por ejemplo, cuando se trata de identificar un
problema, el entrevistador primero suele revisar un tema concreto de maneia no directiva, generalmente acogiéndose a un tema propuesto por el pacien-
tcr, p¿lr¿l clcspttós, prolitncllzur crt !!sc tclma
cCrm<1, clCrrtclc, ctc.
n lrnvés clc prcgrrntns clcl tipo qrró,
crrlnclo,
durante los primeros m<¡mentr¡s clc la etarpa intermedc un¿r entrevista, la tarea fundamental del terapeuta suele combina¡
por una parte, el tipo de preguntas que le permiten tirar de la lengua a su
patcientc, y por otra, formular preguntas que le permitan alcanzar eI quid de
lu cuestión,
H,n otr¿rs parlabras,
cli¿r
l'l'ccrrcrnciu cstos aspcctt¡s clcl cliscrtt'so clcl etttrevistaclo sttclen
li'¿rnc¿t cr ¡n t t'acl
iccil¡n ct¡n cl
ct ltt tett
icltl
sc
cstul'ttll
tlltrt t ico,
2. La comnnic'ación nc¡ tte rbal y lu e xprcsivitlad gettcral, Hl r<¡strt¡ ctcrhe cltr
constituir un f'clco de atención para el tcrarpcut:t, no porquc slls calacterísticas revelen peculiaridades de la personalidad del clientc, sintt
porque vehiculiza la información relativa a los sentimientos y emociones, constituyendo uno de los mejores registros parat evaluar las fluctuaciones de la interacción.
Para poder elaborar una o varias hipótesis sobre cuáles son las dificultaprimer luga4 saber
olrservar lo que sucede durante la entrevista, en segundo luga4 saber deslinclar la información objetiva de aquellas informaciones que tienden a enmasc¿rrarla y, por último, saber abordar las fluctuaciones de la comunicación y la
intcracción tal como se van presentando a lo largo de la entrevista.
También es conveniente que el entrevistador preste atención a las manos
y a los desplazamientos corporales. Estos tienden a expresar la intensidad de
ias emociones y, junto con el rostro, constituyen un medio importante en lat
comunicación de la receptividad y la crispación.
En relación con la observación se recomienda, tanto la autoobservación,
cr¡mc¡ la observación de los distintos niveles de la conducta del paciente
clttrante la entrevista. Concretamente, en lo que atañe a su propia conducta,
cl tcrapeuta debe vigilar sus reacciones, esforzándose por no realizar inter1-rt'crtaciones inmediatas de la conducta que observa en su cliente. Este autocontrol está orientado a alcanzar dos objetivos. En primer luga4 se trata de
clcs¿rrrollar la actitud psicológica de objetividad que es necesario mantener a
lo largo de la entrevista, puesto que tomar partido, a favor o en contra, de lo
qttc alguien hace o dice, conlleva la adopción de ciertas conductas o actitudes
quc el paciente suele captar con facilidad, especialmente en caso de rechazo
o desaprobación. En segundo luga¡, el autocontrol permite al entrevistador
mantener la libertad de espíritu que necesita para evaluar correctamente. Sin
cmbargo, el hecho de que el entrevistador deba rechazar la interpretación de
las primeras impresiones que obtiene del paciente, no significa que no deba
¿rnotarlas cuidadosamente, pues en su momento esta clase de información
puede ser especialmente valiosa.
Por tanto, para poder objetivar la información que ofrece un cliente es
necesario, por una parte, identificar los efectos de su ansiedad sobre la intcracción y la comunicación, de manera que, su inseguridad respecto a la opinión del entrevistador sobre Io que él cuenta, afecte lo menos posible a la eva'
luación de los hechos y, por otra, es necesario controlar la propia ansiedad,
para que ésta no desemboque en interpretaciones precipitadas o en la autodefensa tras el rol de experto.
cles, problemas o conflictos de un cliente es necesario, en
En relación con la conducta del cliente, se recomienda observar atentanlcnte dos niveles:
l.
Para aprender a deslindar Ia información objetiva de otra clase de informaciones que pueden enmascararla eS necesario tener siempre presente qLlC,
cualquier persona, cuando tiene que hablar de sí mismo y de sus actuaciones
anteáores, lo hace de tal forma que tiende a minimizar los aspectos desfavorables de tales conductas, para ofrecer la mejor imagen posible de sí mismo.
La capacidad que ha de desarrollar el terapeuta , para adecuar sus técnicas a las fluctuaciones de la comunicación y la interacción que mantiencr
con su cliente, se halla íntimamente ligada a la identificación de las distor
siones introducidas por la ansiedad de los participantes en la relación terapéutica.
le otorga el terapeuta.
Así, en la situación de entrevista, los cambios en la actitud del entrevista'
do deben entenderse como respuestas a los cambios de actitud del entrevis'
tador. En otras palabras, cuando un terapeuta observa una clara modificación de la actitud inicial del cliente debe cuestionarse y objetivar al máximo
la clave bajo la cual está funcionando la percepción interpersonal en esa
situación concreta, esto es, debe discriminar entre Ia actitud directa del
entrevistado hacia é1, de aquellas conductas del cliente que se relacionan con
la actitud que el cliente Ie atribuye.
Por otra parte, las características de la sintaxis empleada por el paciente suelen manifestar su caudal cultural asimilado, mientras que la elocución y la pronunciación, así como las distorsiones de la pronunciación o el ritmo, suelen revelar su sentimientos y actitudes. Por ello, con
entrevist¿t
no eS prcel
otro,
hacia
y
el
respeto
en
terapéutica consiste en el autorrespeto
casos
en qLlc
de
aquellos
a
excepción
visible que existan serias fluctuaciones,
frustradas,
vean
seriamente
se
Ias expeitativas del cliente hacia el terapeuta
El lenguaie y los conceptos utilizados. Esta categoría conductual suele
ofoecer abundante información sobre el medio social en que se desenvuelve el cliente, a quien en caso de que se autodefina recurriendo a
conceptos como tímido, nervioso, arisco, etc. se le deberá pedir un
ejemplo reciente de su conducta, que refleje esa característica, porque
probablemente estas nociones tengan para élun sentido distinto al que
.Quando
la actitud fundamental de los participantes en una
Pcro trlt ctlalq'uict'c¿lso, cu¿lt1cl<l l¿r c<lurunic:aclón y l¡r lnlr.nrcciórr f'luctúlan
tltll'¿tnlc tltrit c¡rlt'cvista, las v¿tri¿rcir¡ncs ptrcclc,n scgttir cLls clir,cccioncs, o bicn
se i.t¡rt'cciit un¿r urcrit¡l'f¿r rt bic¡r la cvt¡lución siguc cul'so clctcri<¡l'antc. El prilnclrr clc lr¡s casos slrponc {emprc quc el pacienle, ha expcrinrcnlatlo un alivio
de lu sensación dc que causá4a una mala impresión, qu.e delatarla algo desas,
lrt¡.st¡ t¡ algo por el estilo (sulliüp, 1984). Por el contrario, en otras ocasiones,
la c<lmunicación puede ir deteribrándose progresivamente, de manera que el
¡;ae:icntc comienza a comportarse como si dudara de la valía del entrevistarlor: En este caso, el requisito fundamental para hacer posible la continuación
clc l¿r rclación consiste en que el terapeuta controle su ansiedad, esforzándosc por idcntificar mediante una versión retrospectiva, cuáles han sido los factot'cs quc han provocado el deterioro.
Iin csta circunstancia
es aconsejable revisar tres categorías de datos:
I) conjunto de hechos que definen la situación. se trata de establecer si
cl proceso se ha desarrollado de forma insidiosa o si el cambio se ha
instalado a partir de un momento determinado, como por ejemplo, en
cl caso en que un exceso de entusiasmo del terapeuta sobre un aspecto determinado, haya inducido la pasividad del cliente, o bien le haya
of'endido al decir o hacer algo.
2) Factores que hayan podido contribuir al desaliento del paciente respecto a los resultados de la entrevista, ya que en este caso el paciente
comienza a preguntarse qué puede hacer para salir de esa situación,
sin faltar a la cortesía.
3) Relación que establece entre la situación actual y la conducta del
entrevistador hacia ese paciente, remontándose a los primeros momentos de la interacción. En estos casos se aconseja verifica4 por
eiemplo, hasta qué punto el paciente provocó desagrado al entrar en la
consulta, si ha perdido el interés por los temas de la consulta o si le ha
molestado alguno de sus comentarios.
son cambios significativos en la actitud del entrevistado los que se expreiarl cl'r bruscas manifestaciones de aburrimiento, irritación, enojo o diveriión. Para este autoD la aparición de esta clase de conductas indica que la
:ntrcvista comienza a deteriorarse, tanto en la comunicación, como en la
ntcrracción.
otros factores de deterioro pueden deberse al propio entrevistador. El
nhs pernicioso de todos ellos consiste en la inseguridad del terapeuta, resrcrc:t<l a su propia valía. Esta actitud con frecuencia se revela, no mediante
trarnc¡uilizar'ls, o lil c:onrunic¿rción sc clcgt'itcla h¿¡stit t!l l)tlnto clcr cltlcr lit inte l'¿tecil¡n sc t'ou-rpc. En ningtrr-ro dc l<¡s clos c¿tst¡s sc ll¿tbt'/tn ¿tlc¿tnz,¿tclt¡ los obictivos
de l¿r cntrcvista y, por tanto, ósta habt'/t f't'itc¿ts¿tdo.
Sin embargo, es posible trabajar en una situación comunicativa detcriorante siempre que ésta no conlleve la desintegración de la interacción. .Est¿t
posibilidad existe cuando, ante una situación de deterioro, el terapeuta cstá
alerta respecto a su propia ansiedad, atendiendo de manera especial a[ más
sutil y frecuente de sus disfraces: la irritación. Tanto si ésta es suave como si
es violenta, el entrevistador deberá identificar su causa o los factores desencadenantes, para después preguntarse de qué manera su ansiedad se relacion¿t
con sus expectativas de éxito y con las intervenciones concretas ya realizadas.
Ahora bien, el entrevistador establece sus hipótesis en base a todas sus
impresiones y a la información de que dispone, pero su labor al respecto no
debe quedarse ahí, sino que debe esforzarse por verificarlas. En este punto es
frecuente encontrar entrevistadores que trabajan con estilos muy diferentes. A
uno lo llamaremos intuitivo, al otro'explorativo. El terapeuta altamente intuitivo no formula explícitamente las hipótesis que va elaborando sobre el problema de su paciente, sino que establece o tiende a establecef, masivamentc,
inferencias inadvertidas que regulan sus intervenciones posteriores. Esta
forma de abordar la entrevista resulta excesivamente rica en espontaneidacl y,
por ello, peligrosa, puesto que la conducción del proceso se independiza de lcls
datos concretos sobre los que se establecen la toma de decisiones y Ia adop'
ción de las actitudes, expectativas, etc. Es decil un estilo marcadamente intuitivo convierte la interacción terapéutica en un proceso poco controlado y
menos controlable aún con el transcurso del tiempo. Por el contrario, el terapeuta de estilo explorativo se esfuerza, en primer luga4 por formular explícitamente las hipótesis que maneja en relación con su cliente, al tiempo quc
trata de identificar los pasos que le han llevado a relacionar ciertas apreciaciones con ciertas hipótesis. En segundo lugaq, el terapeuta explorativo se
esfuerza por probar las hipótesis que ha elaborado, mediante intervenciones
explorativas que obedecen a un objetivo bien definido. Esta última clase de
entrevistadores también se caracterizan porque periódicamente dirigen a stt
cliente preguntas críticas, esto es, preguntas cuya respuesta confirmará stt
hipótesis o indicará que ésta debe de ser rechazada y sustituida por una hipótesis alternativa. Dicho de otra manera, el terapeuta explorativo aplica en su
trabajo el método hipotético deductivo, de manera que sus intervenciones
ofrecen la mayor garantíaposible de rigor científico y seriedad, pese a la complejidad y sutileza implicadas por la situación de entrevista terapéutica.
rna petición de confianza directa, sino mediante la falta de atención, el
rrcnosprecio o una manera humillante de dirigirse al paciente. En estas cir'ttnstancias, la ansiedad inicial del entrevistado se agrava, ya que sus necesiladcs no sólo no son resueltas en la interacción que establece, sino que, al
:<lntrario, o adopta una actitud sumisa hacia el entrevistador para así poder
7.3. TERCERA ETAPA O FASE FINAL
La tercera etapa de una entrevista se conoce con el nombre de cierre de la
entrevista o cier-re del tratamiento. Tanto en un caso como en otro, su objeti-
vo lilnd¿lmc¡rt¿tl consisler en cortsolidnr los logrrls alcanzuckrs clrrr'¿rntc las etapits antcli<lrcs dcl pl'occso.
inicia con una suave indicación del entrcvisterdor respecto a
f inal, indicación qtre debe ser seguida por un resumen de los
contenid<¡s tratados. Con el empleo de esta técnica se potencian dos objetivos. Por una parte se ofrece al cliente la oportunidad de aclarar aquellos
malentendidos en que hubiera podido incurrir el entrevistador y, por otra, se
lc brinda la posibilidad de comunicar cualquier información que hubiera
c¡uedado retenida por diversos motivos. De hecho, es relativamente frecuente
qtte el cliente, en este momento próximo a la despedida, okezcaalguna inforEst¿r f asc se
cFtc sc acerca el
mación especialmente relevante. Este fenómeno suele darse en pacientes que
n<¡ clcsean que acabe la entrevista y que, por eilo, tratan de prolongarla sacánekr un tema de interés, o bien en pacientes que, sabiéndose en el final de la
cntrevista, dejan de temer las consecuencias que pudiera tener el hecho de
rcvcrlar una información que ellos consideraban perturbadora. por esta
ra'r,ón, el terapeuta no debe descuidar su atención y su interés ni siquiera en
los úrltimos momentos de la entrevista.
El siguiente tipo de intervención del entrevistador en la fase final del proccso se refiere a las prescripciones, que según los modelos teóricos adoptados
ptteclen consistir en tareas arealizar por el paciente, en su casa, duránte el
tiempo que transcurra hasta el próximo encuentro, en recomendaciones
¿lcerca del manejo de futuros problemas, en reasegurar al paciente respecto a
su capacidad para manejarse solo, en potenciar su motivación en los temas
tratados sugiriendo como podría abordarse la sesión próxima o en especificar como se realizará el seguimiento.
En cualquier caso, la función de esta intervención terapéutica consiste en
¿rtar los cabos que hayan podido quedar sueltos, insistiendo siempre en los
¿rspcctos potenciadores de la comprensión del paciente respecto de sus dificultades, y en su esperanza y autoconfianza frente al futuro.
Por último, esta etapa y con ella el tratamiento o la entrevista culmil1¿In con la despedida formal, que consiste en los rituales sociales habitualcs en una despedida. Es recomendable que ésta se desarrolle de forma
lrrcve y respetuosa, pero también cálida, de manera tal que haya un rugar
¡rara el reconocimiento del esfuerzo realizado y la manifestación de sentirnicntos de gratitud y afecto. cuando se trata del final de una serie de
cntrevistas terapéuticas la transición entre el tratamiento y el postratatnicnto debe realizarse de la manera más suave y productiva posible. En
cste c¿rso es frecuente que la etapa final abarque varias entrevistas, porque
con muchísima frecuencia, la utilidad de un tratamiento, en cuanto a
cin-rentación de los resultados alcanzados, depende de la flexibilidad de la
comunicación y la interacción durante los últimos momentos del encuentr'o terapéutico.
7,4,,t,,ll,l ll( ll( I l( )S
llnsrtyos (:on(l u(:(tttt
l(rH
Los e.iercicios de ensayo conductttal que se proponcn a continuacil¡r'r ticnen como objetivo fundamental, familiarizar al entrevistador ptro oxpct'imentado, con los momentos más característicos del desarrollo de las cntrcvistas terapéuticas, consideradas a lo largo de todo un tratamiento. L¿t
consecución de este objetivo se verá facilitada si tras cada ejercicio se discttten en el equipo de trabajo, tanto el nivel de adecuación alcanzado en cu¿rnto
al grado de directividad, como la tendencia a estructurar más o menos las
entrevistas, en función de las preferencias personales y del modelo teórico al
que se adscribe el entrevistador.
.
Realizar un ensayo conductual de al menos veinte minutos de duración
para cada una de las situaciones siguientes:
Primera entrevista con un paciente del que no se conoce ningrln dato
- personal, excepto el nombre y la edad. La hora de consulta fue roscrvada por teléfono.
entrevista con un paciente que ha sido remitido por algún prclfc'
- Primera
sional de la psicoterapia, la medicina o por alguna institución. El entrcüstador ha tenido oportunidad de consultar antes de su encuentro con cl
paciente, un amplio informe sobre su problemática y situación actual,
-
Primera parte de una entrevista en la que se reanuda el tratamient<l
tras unas largas vacaciones.
Momentos iniciales de una entrevista de la fase intermedia de un tratamiento.
Para todos estos casos se recomienda prestar especial atención a
aspectos verbales y no verbales facilitadores del rapport.
.
-
l<ls
Realizar una sesión de ensayo conductual de al menos treinta mintrtos
de duración, de una entrevista terapéutica, cuyo objetivo central
alguna de las siguientes metas:
Identificación precisa del problema del paciente.
sc¿t
Elaboración de una o varias hipótesis respecto a la naturaleza de las
dificultades del paciente.
Propuesta(s) de metas terapéuticas específicas y de los medios quc
serán empleados en orden a su consecución.
Ejecución del tratamiento acordado.
Se recomienda al entrevistador que en todas estas situaciones se esfuercc
por integrar las conductas relacionadas con la habilidad de saber escuchar y
saber preguntar, en función de las hipótesis que elabore.
¡
Reallzar una seclón de ensayo conductual, dc ¡l mcno¡ un cuarto de
hora de duraclón, en la que se recoja alguna dc la¡ rlgulentes situaciones:
-
Final de una entrevista inicial cuando se prevé que paciente y tera-
peuta volverán a trabajar juntos.
Final de una entrevista inicial que no tendrá continuación.
Final de una entrevista de la fase intermedia del tratamiento.
Entrevista final de un tratamiento que contará con un período de
seguimiento.
Entrevista final de un tratamiento que no tendrá seguimiento.
Se recomienda al entrevistador que planifique, con anterioridad al ensayo conductual, cómo desea abordar la transición entre la fase intermedia y la
final, asf como la manera de encadenar la despedida formal o social con el
final del proceso terapéutico propiamente dichó.
-
Sncunp¡, Plnrg
SUGESTIONES INDIRECTAS
fl.
¿,QLJl',1
SON l,AS Sl,J(;lls'l'lONl'lS ¡Nl)l llli(l'l'AS?
8.1. LAS SUGESTIONES
Inicialmente convendría definir Io que es una sugestión. Como casi en
cualquier concepto teórico, es difícil encontrar una única definición que
.glrrúne todos los matices involucrados en el término' Sin embargo, simplif i'
cando podemos definir las sugestiones como:
,rProceso mediante el cual una persona es conducida a un estado menlal tal
que asume acríticamente una sensación, una idea o una acción'
La definición que proponemos incluye los elementos esenciales implicados en este fenómeno. El término proceso hace referencia a que las sugestit'lnes conllevan una serie de acciones por parte de alguien. Habitualmentc,
estas acciones consisten en la enunciación de asertos o frases, pero pueclcn
estar acompañadas por elementos gestuales, variaciones de la respiración,
del tono di voz, de ü velocidad de las palabras, etc. (Rhue, Lynn y Kirsch,
lgg3). Muchas veces, ni siquiera es necesaria la presencia física de la pcrsona que sugestiona. Tenemos pr-ueba de ello al leer una novela de terror cn la
que se deicriben minuciosamente ciertas escenas que nos llevan a expct'iÁentar miedo. La comunicación publicitaria está repleta de este tipo de [ácrticas sugestivas en las que nos sumimos de forma casi inadvertida.
El segundo elemento de la definición implica a la persola que es sugcstionada y-a los cambios que se operan en ella. El objetivo es hacer aflorar cn
ella (paiiente, lector, consumidor...) una conducta, una sensación, unit
idea... que se encontraba ya entre su propio repertorio._Sencillamentc, sc
trata de-posibilitar que emárjan estas respuestas. Desde el punto de vista dc
la terapiá, las sugestiones serían una forma de comunicación relacional cn l¿t
que el terapeuta no hace sino permitir al paciente asociar sus propios rec:tll!
sos para su curación (Paul-Cavallier 1998)'
también en la definición la necesidad de que las sugestiot"tcs
sean asumidas acríticamente. Este aspecto tiene que ver con la necesidad dc
que los contenidos de la sugestión sean procesados de manera automátic¿t,
Se menciona
sin {lu(. lllt,rlit' t,l ¡uutlisis r,¡rt'iolt¡rl v ( t.tli(.() solrt.r, lo (llt(, s(, r.sl¡r t.nu¡rt.ilrrrtlo. l,ll
Itlt'iltlrtit'ttlo tlt'l lrlr¡ilisis t orrst'it'trlt', rlr,lritlo,, 1,, r,,,¡,,.,*lr v l;r r.onlrrsirin, lirr.ililir t,l srlr¡irnit.lrlo clt. los t'f t't'los clc. l¿rs siugcsti()lt(.fi.
¡l¡st,r'vtrr.ir srt
Atlt'rlt¿is, ir lo largo clc las phgirtas c¡rrc sigucn crr¡rlear.crrros la p:.rlzrbr-er
illt'otlscit'ltlc ctt l'crltcrticl¿ts oc¿rsioncs. Sin enrbargo, lzr arccpci<ir-r con que utilizlll'('lllos cslc tól'rniuo se l'h l'adicalnrcnte distinta a la propuesta por Sigmund
li¡r'ucl, ¡rrrcs cl térnrino inconsciente denotaráun almácén en el que caáa per_
srrrir guu|cl¿r las soluci<¡nes a sus problemas; soluciones que han sido cubierllrs ¡'rrr'otros mírltiples aprendizajes conscientes. Este alÁacén se encarga de
l)r'()tcgcr ¿rl individuo proporcionándole la mejor solución entre las qrrJ dir_
lx)nc [)¿rra alrontar la situación concreta en que se encuentra.
Willi¿rnt O'l l¿rnl6n ( 1993), urro ckr los sistcnt¿rtiz.aclott's clc' la <¡bl'¿t tlc lr,r'it'li'
(ct'it¡-liit t'tt
son, zrf,irma clLle ¡na dc sus pr-incipalcs a¡tot'titciot-tcs, titttt<l it la
It.sir.vit.r.ir
clirlo.
lrr,r'¡¡¡¡t l)('(lu(.li¡t, r¡ttt't'slitlril itl)l't'll(li('lltlr¡ ¡t itlttl;tt', l)illil (lt¡('
t'9¡r¡ ¡r¡tlt.lo ¡rirlir v,rlv,'t lr lrtlt¡ttit il t'sllr lrtrlrilitlittl t¡ttt'lrltlriir ¡rt't
wick, 1993).
u la hipnosis en particular, es cl tlso dc cicrt-tos Pitttrrttt's litt'
y
e rt
lUírti.or en la elaboráción del contenido de las sugestiotres, lit tttittlt:t'rt
las
oc¿tsi<¡l-lcs
muchas
En
paciente.
del
¡rrrr[ue éstas afectan a la evolución
pi"d^d"r del lenguaje pueden ser consideradas terapéttticas cn sí nlisnllts Vit
qu" pr"d"n.y.td.r a cambiar la conducta humana, no por lo quc se clicc, sillrr
po. iu estructura que se emplea al decirlo (Watzlawick, 1993). Se pttcrclc clt't'ir'
que l.s aportaciones de Erickson se convirtieron en la base principal tlt' kr
q.r" portetiormente llegaría a ser la Programación Neuro-Lingtiística ( PN l')
(Sun¿t"r y Grinder; 1975; 2001.; Grinder y Bandle4 1981). No 1lbst¿trrlt',
ó'Hut¡oniambién sostiene que los efectos de tales articulaciones cnr-tnciittivas, en muchas ocasiones, podían ser considerados más bien como Lttl ¿tl'tt'
que una ciencia. Esta observación tiene que ver con la escasa sistematizitcititt
áe las aporlaciones de Erickson. Su obra adolece de explicaciones porrtrcttorizadas de los mecanismos involucrados en cada una de sus técnicas tct'¿tpéuticas que permitan la aplicabilidad de sus hallazgos'
Dc fbrma análoga,las sugestiones también pueden ser suministradas bajo
lr'¿rrlcc lripnótico (Para una explicación más detallada consultar Cabestrert,
2004). El contenido y la estructura de las sugestiones bien sean vigiles o bajo
Para Erickson la hipnosis no era más que un estado que se alc¿tnz¿t clt'
forma natural, en el que se focaliza la atención' permitiendo un trabaio ¿ltllr¡rregulador mediante Ia generación de nuevos aprendizajes. Fsta visión clilie
¡¡cstio'abilidad conseguida por la inducción del trance. Muchas lr".Lr,
"r,
lc'r'apia no resulta necesario inducir un trance hipnótico o conseguir que éste
sca n'luy profundo ya que las sugestiones terapéuticas pueden ser suministratl¿rs cn estado vigil, obteniéndose resultados aitamente satisfactorios.
supuestos de los que par-te Erickson entienden que es el paciente quien ticttt'
que asociar sus propios recursos para resolver sus problemas' Las persotllts
en sí mismai las capacidades naturales para superar las dificultaclt's.
for""r,
'El
paciente ha de aprender a aprender para conseguir un nivel de frtncio¡l¡tmiento adecuado. Por ello, el objetivo consiste en que el paciente recupcl'c stl
poder personal y el control sobre su vida, haciendo que emerjan las solttcir¡nes a partir de ius propios recursos. En este sentido, se justifica el uso colts-
ljrr¿r vez
definido lo que es una sugestión, nos damos cuenta de que
es
irlg, c.tidiano, que surge prácticamente en cualquier aspecto de nuestra
vitl.. En consecuencia, estamos sometidos a un bombardeo continuo de este
li¡rr clc urensajes. A estas sugestiones que se producen en estado de vigilia, es
rlccir; sin que medie ninguna inducción formal de trance hipnótico, l.i d.no_
rrrirr¿r.r'cnros sugestiones vigiles. En este sentido sabemos que el lenguaje
¡rucclc inl'luir sobre las personas y que tiene de algún modo u-n efecto hip"á_
lir'o. listc etecto se conoce también como hipnoterapia sin trance (waizla_
l|itrlcc no es diferente. La única diferencia estriba en que las sugesiiones bajo
lr'¿rnce llegan a tener unos_efectos más rápidos e intenios debidJ a la
hipersu_
fI.2. IIL LENGUAJE
Antes de proseguir convendría presentar a Milton H. Erickson (1901confundir con Eric Erickson- terapeuta reconocido universalnrcnte -no
como uno de los mejores hipnotizadores del mundo médico. Dedicó
Ircla su carrera profesional al estudio de la hipnosis y a los fenómenos relaci.nados con ella. Este profundo y dedicado esfueizo le llevó a formular
ilportaciones novedosas e implantar una concepción nueva de esta técnica
tclapéutica. Entendía la terapia como una forma de alrrdar a sus pacientes
ir arnpliar los límites que se autoimponían. Su vida personal es más que un
t'lcrnplo para sus concepciones psicoterapéuticas. Aquejaclo de poliomielitis
sc vio obligado a estar postrado durante mucho tiempo y sólo con su esfuerz. .y tenacidad logró vencer la enfermedad y volver a caminar. se dedicaba a
general
..r-o
I
re lustancialmente respecto de los enfoques clásicos de la hipnosis. l.os
1980)
r La pNL es un nuevo modelo terapéutico que surge en California alrededor dc lt¡s ¿tl¡os
(proli'sol rlt'
setenta a parlir de una serie de investigáciones lievadaJa cabo por John Grinder
["diiir..i t Richard Bandler (estudiarite de psicología). Estos autoresestudiaron las v¿tri¿¡lrlt's
quJ h.ciu., iue un terapeuta fuera eficaz. Pará ello revisaron multitud de horas de intcrvr-:ltt iril t
peculiat rrorrr
de tres emblemáticos terapeutas: Fritz Pearls, Virginia Satiry Milton Frickson. El
uaoptudo al entenáer que tres elementos éran los que deterrninaban la conduct¿t lrttltr;t
I)N l,
na (El sistema nerwioso, los prógramas de acción y el lenguaje). A p.afiir de,este sustrato la
(mapers).
lisl's
la
realidad
con
representaciones^de
manejan
huma^nos"se
;;i;;;" q;" ios seres
Áápu. ."tr diferentes en cada individuo, ya que tendemos a codificar nuestras expericnrias.th'
dependiendo de los procésos de. selección de la inforrnación empleados. [.4 I'N l.
;;áñ;;l;i^4
pretenie aportar un modelo descripiivo general de estos procesos de selección y herrzrnrit'ttl:ts
iécnicas p- ittdug.t cómo operan en cada individuo en particular'
üi.ru"
tantc denüu dc ¡u¡ lntowsncronce dc un lcnguaic
que cxprcsa
m;"
poalblltdad (Lankton y Lankron, l9g3),
Por ejemplo, para Erickson resultaba desafortunado emplear
.una suges_
tión atribucio-nal,-predictiva y directa del tipo, <usted. se eiií"ntra sumido
en
un trance profundo y va a sentirse muy cómbd.or, mientras que resultaba
más
ventajoso emplear un lenguaje más permisivo. Empleando un leguaje
abierto, permisivo e indirecto la sugestión podría quedai formulada aóh siguien_
te manera, <Usted puele decidir en qué momento empieza a darse
d"
que está en un estado de trance profundo y quizti entoices
"uáto
sienta la necesidad
ponerse más cómodo>. Esta última formulación tiene
múltiples ,oenta¡as
{esd9 el punto de vista.del paciente ya que er uso de parabras como (pode.,
decidir, quizá...r,,Ie indican que dispon" d" lo. .""r-rrJo. necesarios para ilevar a cabo aquello que se está sugestionando y le brinda la posibiiidad
de
decantarse por una serie de alternativas. Puede decidir darse cuenta
ahora
que se encuentra en trance profundo, pero también tiene abierta
fela posibilidad de darse cuenta más ádelante. En consecuencia, podríamos decir
que el enfoque terapéutico de Milton Erickson es direciivo e indirecto.
Resulta muy autoritario y directivo en las estrategias de intervención
aplica_
das sobre los síntomas y abierto e indirecto en el modo de formular
las
sugestiones.
8.3. LO QUE VAS A TRABAJAR
A lo largo de los capítulos de esta segunda parte vamos a tratar de
dar
lstructura a las estrategias sugestivas indirectas clásicamente emplead.as
en
a hipnosis ericksoniana. Más adelante se expondrán descriptivamente
los
)atrones lingüísticos más frecuentemente empleados en éstá. El propósito
lo es otro que ilustrar de forma sencilla h mánera de articula, ir, ,,rg"r_
iones para conseguir ciertos fenómenos hipnóticos y en definitiva
el cam_
lio terapéutico, aunque esta exposición de elementos sugestivos no debe
ier entendida como un recetario de técnicas que funcionJn
aisladamente.
ln relación con esta última idea, convi..r" u.üru, que frecuentemente las
rstructuras discursivas de las sugestiones no se encuentran aisladas,
sino
¡ue están imbricadas unas con otras a lo largo de todo el fraseo del tera_
teuta. Es, por tanto, necesario conocerlas tien de forma aisrada para
roderla*s reconocer y emplear dentro de una estructura
compreja d" ,r,rg"riones. Recordemos que la orientación de la hipnosis ericksoiir'""
lr,áT-¡ndamente centrada en el paciente. La apertura y permisividad de las
ugestiones puede ocasionar que el paciente elija alte;n;tivas distintas
a las
ue pretendíamos conseguir con la súgestión. Muchas veces las
sugestiones
o funcionan a la primera; sin embargo, el transcurso del tiempo
! lu up"rrra hacen que el paciente retome sugestiones dadas en otras ocasiones,
ya
ue ahora resultan útiles en r'pro."lo de curación. Así, desde el enfoqíe
ropuesto por Erickson, son los deseos, las necesidades, el momento
vital
de los paclentes los quc dtrlgtrán nucstra actuaclón. El terapeuta solamen.
te facilita las claves y el clima para que el paciente lleve a cabo la terapla.
Otra aclaración respecto del contenido del presente capftulo es que no
todos los patrones expuestos tienen que ver con el contenido verbal de la
sugestión. En algunas ocasiones ciertos patrones cobran especial fuerza
cuando son acompañados por elementos paralingülsticos (respiración, tono
devoz, paradas...). Otros, por su parte, emergerán de la estructura global del
discurso y, por tanto, ha de entenderse que residen en el total de las sugestiones llevadas a cabo en una sesión terapéutica.
9,
PATRoNBS LlNcÜfsncos
DE tAS SUGESTIONES INDIRECTAS
9.1. IMPLICACIONES-PRESUPOSICIONES
Definición
El primer patrónde sugestión indirecta que vamos a consideraa quizá el
más emblemáiico, es el de la implicación-presuposición (Gunnison, 1990). Se
(anteCe'
suele denominar habitualmenté así porque consta de dos elementos
dente-consecuencia) que forman parte de una misma estrategia sugestiva' En
una implicación el terapeuta genera urra presuposición (una suposición pre'
via mediante alguna *t.ibuliruiiOn o algún otro tipo de conducta fanteceden'
tel) por la que el paciente recoge e internaliza el contenido de una sugestión
que posteriórmente conllevara un cambio en la conducta [consecuencia].
En una clásica intervención llevada a cabo por Erickson en una de sus
sesiones podemos identificar fácilmente los dos elementos implicados en este
patrón.
Ejemplo
opor favoti no entren en trance hasta haberse sentado cómodnmente en la sillao
Antecedente: Sentarse cómodamente en la silla'
Consecuente: Entrar en trance.
Mecanismo de acción
En este ejemplo se puede observar cómo el objetivo de Erickson con esta
intervención era que los pacientes entrasen en trance hipnótico pa1'a comenzar
la sesión terapéitica (ei esta ocasión un objetivo muy directivo)' Probable'
mente la e"peiien.ia le aconsejaba emplear sugestiones indirectas (en cuanto
al lenguaje) para eütar las resistencias. Si analizamos la intervención observa'
(ltl('iltt'ltlvt'ttttit t'ottt¡tlt'jlr t'sltrtt'lrrrir tlt'srtgt.slir¡trt.s r.on(.¡tl(,n¡l(lits. l,¡
¡lr.illl('lil s('('ll('ll('lltl¿l t'lt t'l ltlllt't'ctlr'ttle'. <Sclrllrsc c(inrorliulrr.¡rlt,t,rr l¿r silla, cstc
t'lt'lltt'ltlo clc lit srtgcsli<itt, t¡uc inici¿rlr¡rcnlc ¡rr.rcclc p¿utc'cr.rrrra ge ntil irrvit¿rci<ir-1,
lll()si
st't'ottvicl'tc ctt
let
csltrllcl¿t clc tur¿r scric clc instrltcci<lncs oc:¡ll¿rs,
¿r salrcr:
'lir vas a sc't¿r'(cl str.ict. p,clrí'habcr decidido c¡ucclarse
de pie)
'l'c v¿rs ¿r sclltar en la silla (quizá hubiera preferido
sentarse en un sofá,
o cn cl suclo...)
Tc vas a sentir cómodo (tal vez la percepción del paciente sobre la
conrr¡didad de la situación difiera bastante respecto de la del terapeuta)
con las sugestiones indirectas incluidas en el antecedente, el teraha
conseguido que el paciente se siente en un lugar determinado y que
¡rt'rrta
Icnga un estado emocional concreto (sentirse cómodo). Además, si el pacienIt' irccpta la cortés invitación a sentarse, ha conseguido que automáticamenlc ircr:ptc lzr segunda parle de la sugestión (el consecuente). En este caso, que
t'l ¡racicntc entre en trance. Podemos observar también cómo en esta técnica
sr' ¡'rrrcclc rclorzar la intensidad de la sugestión, al manejar la tendencia oposicio¡list¿r dc los sujetos. El propósito es que el paciente entre en trance. Al
t'ltttltci¿t¡'Iar irnplicación en negativo (no entre en trance) estamos activando la
Icrrrlcnc:i¿r oposicionista de los pacientes y, por tanto, cuando lleve a cabo el
rurlcccclcrrtc, se dispondrá con avidez a llevar a cabo el consecuente. Es por
t'sl. r¡r.rc cl terapeuta propone la alternativa contraria a la que se quiere ctnscgr r i r', para reforzar la eficacia de la primera técnica con la tendencia
oposit'iorrist¿r de los pacientes. Por otra parte, el hecho de emplear sugestiones en
li¡r'rr¿r de negación obliga al paciente cuanto menos a representárse aquello
r¡rrc tiene que evitar hacer y por tanto a hacerlo, al menos a nivel .ogrritirro.
Mtrchas veces cuando alguien se opone a hacer algo, resulta más éfectivo
¡rclhcrirse a su tendencia oposicionista y emplearla de forma práctica, que
,l'¡stinarse en que se lleve a cabo nuestra idea al pie de la retra.
.S<'rkr
como se puede ver; el mecanismo de acción de esta técnica se basa en
lccubrir la directividad de la sugestión con una envoltura lógica (si-entonces)
llc lzr que no se puede escapar a no ser que se preste atención consciente. El
prrrpósito no es otro que el de conseguir que, de forma inadvefiida, el pacient' ¡'r:ciba acríticamente la sugestión que implica la emisión de la conáucta y,
.'n c()nsecuencia, la lleve a cabo evitando las resistencias.
ciran parte de la efectividad de las sugestiones indirectas, en general, y de
irs implicaciones, en particula! reside en la desconexión lógicaáel paciénte
'('spccto del contenido de la sugestión. para conseguir
eita desconexión
't'strlta de vital importancia formular las sugestiones apoyándose
en una
'strLrctura confusional. Es decir; se trata de anular la capacidad analítica del
raciente mediante la longitud del fraseo (es imposible seguir el hilo de una
;rrgestión muy larga), o rebuscando las formulaciones para que sea difícil
rclvertir la trampa lógica en la que se está cayendo.
lnrllcnck¡ncs
lrnrlt¿rblc,lrrcrlttc si sc lirrrnrrl¿rt'iul ¡risl¿ttl¿t y clircctarltctltcr llts sttgesliottt's
nlostlacl¿rs crn cl c:icrln¡llo, tro lcrtclt f¿trr cl ntisltr<l clcc:to st¡bt'c los ¡tacic'tttt's
quc acabnn clc iniciar lil tcrapia () clLlc ticncn muc:has rcsistcnci¿ts. Vet¿ttttrls
conro qucdarían las dos sugestic¡ncs del cjen-rplo formuladas dc
directa:
Ilt¿tllct'¿t
,rAl comienzo de la sesión te sentarás en tu silla y te sentirás cómodt¡"
nEn unos instantes entrarás en
trence>>
Es obvio que en un estilo directivo de hacer hipnosis estas formnl¿rciollcs
serían perfectamente válidas, pero desde un encuadre naturalista comt¡ cl clc
Erickson chocan con la dinámica comunicacional que se pretende est¿rblcrccl'
con el paciente. Es, por tanto, muy deseable el uso de este patrón sugestivo ctt
las primeras fases de la terapia.
Respecto de esta técnica sugestiva habría que hacer una advertenciit, ttl
igual que las implicaciones pueden jugar a favor nuestro, también pucclctt
jugar en nuestra contra. Es deciq hay que tener cuidado con palabras talcs
como oSi (condicinal), o .trata de...", etc., pues implican la posibilidacl tlc
fracasar. En muchas ocasiones resulta más deseable establecer una cláttsttlit
temporal. Es mejor decir: "Cuando entres en trance...o o nEn el mor-nento ctt
que entres en trance...o, que decir: nTrata de entrar en trance...o o nSi cntl'¿ls
en trance...>.
Comentario
A título anecdótico podríamos decir que esta estructura sugestiva es sinrilar a la que aparece en el hechizo que formula la bruja del cuento de la Bclll
Durmiente. ,.Cuando cumplas la edad de quince años, te pinchanis con el hu.stt
de una lueca y morirás". Finalmente, y como sucede muchas veces en terarpiit,
es imposible eliminar por completo el mensaje negativo de una sugesti<11t,
aunque siempre cabe la posibilidad de reformular el consecuente. En eslc
sentido, Ias tres hadas buenas consiguieron modificar el sortilegio haciencl<r
que las consecuencias fueran menos negativas. ,rCuando cumplas la edad dt
quince años, te pincharás con el huso de Ltna rueca, pero no morirós, quedards
sumida en un profundo sueño del que sólo despertarás mediante un beso de verdadero amor>>.
Precauciones
Ya que todos los mensajes que emitimos mediante las sugestiones van a
ser procesados de uno u otro modo por los pacientes, es necesario ser mtly
cauteloso con lo que se inserta en ellos, sobre todo de los riesgos que st:
coren al formular sugcstloncs muy conrplcjas. En ocaslones, si el terapeuta
nr¡ ticnc clara la sugesl.ión quc quicrc clar y complica en cxccso las sugcstiones para hacerlas indirectas, pude que introduzca elementos en elfraseo que
vayan en contra de lo que se pretendfa conseguir.
Otras alternativas
Como indicábamos al comienzo del apartado,la implicación es la sugestión indirecta por excelencia. De ellas se derivan *rrltit.td de estrategias
sugestivas similares y probablemente casi siempre acompañen a otros
patrones. A título de ejemplo indicaremos otra estructura que, estando
directamente relacionada con las anteriores, incluye algún matiz distinto
que permitirá al terapeuta jugar con más alternativas en la elaboración del
fraseo.
9.1.1. El prerrequisito implicado
El propósito de esta implicación es valerse del compromiso tácito que
asume el paciente al aceptar la primera parte de la sugestión.
Ejemplo
,rPuede que cuando tu mente inconsciente decida comenzar a entender las
raz.ones por las que quieres seguir con la terapia, prefieras comunicdrselo a ella
antes que a mí.',
Mecanismo de acción
El prerrequisito implicado en esta ocasión sería enconlrar razones para
seguir viniendo aterapia y el consentimiento tácito juega con la resistencia
del paciente a verbalizar contenidos profundos al terapeuta. En la sugestión
clel ejemplo se está animando al paciente de forma indirecta a que reflexione
y preste atención a los motivos que le llevan a cuestionarse su permanencia
r:n la terapia.
El matiz introducido en este tipo de sugestión es el uso de alternativas
más o menos deseables. La estructura del fraseo supedita la posible recompcnsa de la segunda parte de la sugestión (algo deseado o una alternativa
menos indeseable) a la ejecución del prerrequisito. Esta estructura es semeiante a la clásicamente empleada con los niños a la hora de comer. "Cuando
le comas el filete te podrás tomar las natillasn o "Si te comes las espinacas
puedes dejarte el pescador.
9.2. l{Al,lrl0Al)tlllA
Deflniclón
La salpicadura también es conocida como siembra de ideas o palabras y
consiste, sencillamente, en esparcir ciertas sugestiones relacionadas entrc sf a
lo largo de todo el guión de Ia sesión. Es un modo de presentar las sugestiones
que p-ermite que la mente inconsciente del paciente las utilice del modo qtle le
r"rr.rit" más apropiado. Esta técnica también implica dos elementos bien dife'
renciados. Se requiere, por una parte, cierto material significativo dirigido a la
mente conscienté del páciente y por otra, ir intercalando determinadas palabras o frases qr" ptopáttgan de forma abierta a la mente inconsciente posibles
estrategias p"ra É solución de problemas. Con frecuencia, las palabras o fra'
ses intercal^dur r" señalan enfatizando pausas inmediatamente antes de ellas
o bien variando el tono devoz al pronunciarlas'
Ejemplo
uQuizáen este momento estésbuscandola manera de dar uncambiO atU
vida... puede que te admires de tu capacidad para ver las cosas desde otro
punto de vista... en ocasiones te dejas sorprender con la posibilidad de elegir
otro camino.>
Indicaciones
trata de una técnica sugestiva tremendamente abierta e indirecta y por
consiguiente el paciente la aceptará desde su marco de referencia, escapando
al control direciivo del terapeuta. Resulta muy útil a la hora de sugerirle al
paciente nuevas formas de abordar un problema. A la larga, el peso que estas
iugestiones tienen sobre la mente inconsciente del paciente ocasiona un
cambio de actitud en éste, al aglutinar los elementos dispersos en un mensa'
je que adquiere sentido.
Se
9.3. LENGUAJE METAFÓRICO: CUENTOS, PARABOLAS,
CHISTES, ACERTIJOS, ANALOGÍAS Y METAFORAS
Definición
Es un patrón de comunicación hipnótica en el que se trabaja con dos
niveles: urrnivel abierto dirigido a la mente consciente y un nivel encubierttr
dentro de los contenidos del relato, dirigido a la mente inconsciente (Ham'
mond, 1990). Es una estrategia que implica un alto nivel de simbolización y
transformación de contenidos por parte del paciente y puede conseguirse
('l¡ll)l('illl(l() tlistitttos li¡ros rk'r.'slrrclru'as nln'¿rliv¿rs: t'ur'l¡los, c'lristr.s, rrrct/rf
ot'¿rs...
zitl'lit ittcttt'iritt tlcl llaeictrlt'solll't't'l 'itrc'go clc ¡ritlitbt'as y al lttistltr¡
tie'ttt¡ro
crrvf¿r trn nrensajc ¿r l¿r rncntc incr¡nscictttc clt'l ¡ritt'ir.'ltlc st¡bl't' lit I'c'lt'vitltci¿t tlt'l
contcnickl clcl cuernt<l cn lcl¿rci<1lt col't sLt sclttinricntr¡ cle, s<¡lcrd¿tcl.
Comentarios
Pucdc resultar llamativo incluir bajo un mismo epígrafe denominad,o lengttctje nrelafórico, estructuras lingüísticas tan bien diferenciadas como los
cucstos, los acertijos, las metáforas, etc. Esto responde a que todos estos elenrcr)tos, pese a sus claras diferencias estructurales y de contenido, tienen una
lirncicin sugestiva similar. Todos permiten transferir ciertos aprendizajes,
cnscñanzas, moralejas o actitudes ante un suceso concreto, a una situación
al"¡stracta inespecífica. La ventaja que tiene esta técnica reside en poder
llal-¡lar de algo o abordar un tema sin tener que mencionarlo directamente.
lin cllas se establece lo que denominaba Erickson la comunicación paralelal
(o'[{anlon, 1993). con esta alternativa en el patrón de sugestión se consigue
quc sea el mismo paciente quien dé forma a los significados de un modo relevante para sí. El objetivo es crear una experiencia para introducir un mensa,icr, que es personalizado por el paciente desde su experiencia. El paciente
ircrrcle a la narración y recoge de ella las herramientas que necesita para su
pr'oceso de cambio entre las que le resultan accesibles.
9.3.1. l,os cuentos y parábolas
Los ef'ectos cle la imaginería simbólica, s<¡n cs¡rcciitlrncntcr sigttil'ic:ittivos
bajo trance hipnótico. El trabajo con los símbolos, con li'ccttcnciit I'cvit't'lt'
tanto en alteraciones en las reacciones fisiológicas colro en la rcol'icnt¿tcirit¡
de ciertas conductas del paciente. El uso del propio lenguajc dcl pacictttc tlos
permite identificar los símbolos relevantes para él y de este moclo cntplcitt'los
en Ia historia que se nalTa. Por ejemplo, un paciente que constantcmclttc tlos
manifiesta sentirse atrapado, probablemente responda de form¿r lav<tl'altlt'
ante una historia en la que el protagonista se encuentra atrapackr crl tlllit
gruta. De este modo, si el personaje de la historia gracias a sus habilicl¿tclcs t's
capaz de encontrar una salida y escapal se le está brindado al pacie:ntc tttt
modelo de conducta en relación a la forma de escapar de todos aque lltls ¡rtrrblemas que le hacen sentirse atrapado. El hecho de que el paciente se intitgine en dicha situación es un interesante método terapéutico de hacer ¿rflot'¿tt'
las emociones y elaborar los conflictos al reconfigurar la situación cll stl
mente.
9.3.2. Los chistes
Indicaciones
Indicaciones
El humor en psicoterapia es fundamentalmente una herramientat pat'it
Los cuentos y parábolas son una ayuda indispensable en el desarrollo
humano (conesa Ferre4 2000). Sirven para presentar al paciente nuevas posil;ilidades en su actuación al remarcar las actitudes que el héroe tiene dentro
clc su historia. También sirwen como sustrato discursivo donde insertar otro
tipo de sugestiones indirectas: juegos de palabras, la salpicadura, los elementos de imaginería simbólica.
Conjuntamente con los beneficios obtenidos tanto de la estructura narrativa como del contenido de los cuentos, los juegos de palabras insertos en
cslos tienen un propósito confusional y de so{presa, así como de trasmitir un
rlensaje a la mente inconsciente del paciente. Así por ejemplo, una frase del
tipo <nunca sale sólo el qwe solo sale" inserta en una historia permite focali-
comunicar una actitud entre el terapeuta y el paciente. Esta actitud gcncl'¿¡ cll
el paciente un proceso de autoexploración muy positivo.
Lo esencial en el uso de chistes o chascarrillos dentro de las intcrvcttci¡rnes del terapeuta es la capacidad para reírse de uno mismo, aceptandtl lits
propias limitaciones y las de los demás y viendo sus debilidades desde let pctspectiva del humor. Con ello se consigue mostrar al paciente los problcttras
desde otro punto de vista del empleado anteriormente. También pcrtrrilt'
abordal de forma indirecta, ciertos temas que de ser abordados abiertame ttte podrían suscitar resistencias. La risa puede llegar a hacer sentir al pitcicttte que tiene cierto control sobre los problemas que le acucian. En cuatlc¡ttit't'
caso, el terapeuta debe emplear el humor con gran destreza y máxima sctlsibilidad y en ningún caso a costa del paciente.
Contraindicaciones
I Consiste en la serie de estrategias comunicativas que ha de emplear un terapeuta para
tlt:cir algo, para trasmitir una idea, para invitar a un cambio de actitud, évitando deciilo dirécta¡ncnte. El terapeuta ha de emplear imágenes, figuras, etc. para abordar un tema de manera
l('('ta.
indi-
A pesar del gran valor terapéutico que tiene el uso del humor en psicolt''
rapia hay que ser cauto a la hora de emplearlo. Su uso inadecuado pueclcr itc'itrrear un gran desequilibrio en Ia relación terapéutica y bloquear la colrttttti-
¿tt iott r'lt't lir,:r, l,r.trt'l ultlr¡ sr'lllil¡lit'lrlos n(.l,illivos t'l¡ t.l
¡r;rr.ir,lrlt.. Si llrs ilrlr,t.
/('ll(¡()ll(':. ltt¡l¡tol.lslitlts ltr¡ sor¡ t'l:tlrr¡l:rtlirs
lx)l l)lul('rl,.l lr'r:r¡rt.rrllt t.r¡¡ t,l
rltit'livo lttlltl:t¡ttt'ltllrl tlt'lrt'rrt'liciiu irl ¡rrt'it,rrlr', tislc lt'r¡rlt.r'lr lr tlt'st.olrliru.clcl
('lill)('lll,il, l('il('( i()lt:ttt(lr¡ tlt' li¡l nl:r lcnsít. Aclcrlr¿is los tlisliltlos Ii¡ros rlr. It¡lll¡l
;unlritirr Iit'rrr'n ('()ns('(.u(.n('irrs clislint¿ts so[l.c crl J)t.()ccs() rlc. r,x¡rlor nci<in clc
()s stl.i('l()s. l'ot cicrrt¡tlo, t:l sur-citsltro r-csult¿l ntcn()s fhcilit¿rdor.cl¡c
otros tip()s
It' lrurrlor: Asirnisr.no, cl cstaclo plmtual dcl pacicnte ha de scr una clave que
t' irrrlit¡rrc rrl tcluPc:trta cl tip() dc humor que debe ser empleado o si ni siquie':r tlt'lrt' scr cnrplcaclo. Por clemplo, si el paciente
está enfermo, .unruáo o
Ir'¡rrirnirl, pucclc qlre no le apetezca reírse, o incluso puede llegar a no entenIt'r'll intcltci<in humorística de lo que se está relatando.
t
ltl ¡lrttit'ttlt'lto st'1.'ilrtlit:r ttittl',tttt:t lt¡ltttlt tlt'¡rt,tt't'tl.'t St't's¡rt't:t t¡ttt'st':t t'l
¡llrt it'rrlt,t¡rrit'n t'xlnril',rr lrrs t'ont lttsiortt's ¡rt't littt'trlt's:ll ll,'vlrt'it t:tlro t'l rrt t'l li
io, r¡rrc cui¡:.rr t'rr l¿r c'rrr,nlu tlt'lls rrrrilli¡rlt's lor'¡nlts tlt':tlrotrl¿tt lttt l)tr¡lllt'lll¡r.
P<¡l'tirrrlo, clt csl¿r lí'cltic¿r sc
pt'ctcnclc cttn cll¿r.
c:s
altsolrrl¿uttcrtlt'ittclilt'r'lr¡ tt's¡tr't'lo clt'lo t¡tlt'st'
El terapcuta purcdc cmplear murltitucl clc accrtiios p¿lr'¿r f ¿ri'ilil¿u t'l
aprendizaje de nuevas perspectivas por pa[tc dcl pzrcicntc. Mttclt¿ts v('t'('ri,
el más trivial acertijo permite al paciente adoptar Lln nLlcv() utocl<¡ cle vr'l st
realidad.
t
Ejemplo
l,..icmplo
()lit.it
i.r un paciente con una escasa autoestima y que tiene dificultades en
nrurif r'stuI con asertividad sus necesidades, se le podría recordar la siguiente
rrrit'<lo[¿r c¡ue le sucedió al actor Kirk Douglas:
uNr¡
.si conoce lo que le sucedió a Kirk Douglas en su cuqrenta cumpleattt:lor celebró su cumpleaños invit&ndo a sus amigos a una cena. (Jna
,'.. ltt tlx ¡ terminado la fiesta se fue a dormir y transcurridas uncLs cuantas horas
r' ¡tltit'itlo sueño sonó el teléfono. La llamada procedía de su madre quien le
,s.
.sr;
l',',.slt'
rtttítt lt'licilar.
En principio, cualquier acertijo es válido para llevar a cabo esta tócnit'rt,
pero la creatividad del terapeuta y el tipo de estrategias que se prcrtcrtcllttt
comunicar al paciente abren un gran abanico de posibilidades. En cslit ot'it
sión ilustraremos esta técnica con un juego mental clásicamente trtilizlrtkr
por Erickson (O'Hanlon, 1993).
Sencillamente consiste en entregar al paciente una hoja en la clttt' t'slrt
escrito el número 710 y se le pide que lea el número de todas las forlt'tlts ¡rosi
bles que se le ocurra.
Iijr, hoy es tu cuarenta cumpleaños, y te llamo para felicitarte.
sí ntamá, pero ¿para eso es necesario que me despieftes a esta horas?
txlt ftt.s haber llamado mds tarde.
La mayoría de los pacientes comienzan a generar posibilidadcs ittusil¡r
das de lectura. Fragmentando el número, asociando los dígitos crlll('si,
leyéndolo al revés, incluso algunos pacientes giran la hoja y reinterprcf ittt los
grafismos de los número como letras, con lo que se puede leer la palallra ( ) I L
(aceite en inglés).
Sí hijo, pero no olvides que a la misma hora me despertaste tú hace cua'nlu uños y no protesté en absoluto."
El paciente trasferirá y generalizará las estrategias que tácitamcnlt' lut
desarrollado al practicar con el ejercicio a otras áreas de su vida.
.ll.il. Acertijos
9.3.4. Analogías y metáforas
I
Definición e indicaciones
c.nsisten en proponer al paciente algún juego mental, geométrico o
rirtcrlático con objeto de hacer que éste entienda la necesidad de ir más allá
' los l-narcos de referencia habitualmente empleados e intentar estrategias
,vcclosas y creativas de resolución de problemas.
Comentario
s-
P.dríamos decir que este tipo de intervenciones son puramente indirecl,' que resulta más difícil es afirmar que sean sugestiones. En principio
Definición
Estas dos estrlrcturas narrativas son el valuarte del patrón comtttlit:ltt'irr
nal que hemos definido como lenguaje metafórico. Retomando lo qLlo ¿tl)ltlr
dimos en el colegio sobre estas figuras retóricas, sabemos que una mctálirr':r
es una figura retórica en la que se traslada el significado real de un clbiclo o
un concepto a otro gracias a Ia comparación fácita que se establecc cllllt
a los dientes-). Por su pilrtt', lrr
ambos (las perlas de tu boca
-refiriéndose
analogía es una semejanza formal establecida entre una o varias enticl¡r<lt's
por el hecho de desempeñar una función semejante o alguna coinciclc'nt'irr
significativa (Una bebida isotónica para un deportista cumpliría la nristtr¡t
función que el combustible para un vehículo).
Mccanlnmo dc acclón
l'll obictivo clcr crstc tipo clcr lcnguaje t¿rnt<¡ cn lar litcr'¿rtrrr'¿r cor-no cr.l slr Lrso
'rlttlo pattt'ón crlmttnic¿tc'ional tcrapétrtico, consistc cn actualizar Llna expeicnci¿r clcl pasado con el ob.icto de dar sentido a una experiencia actual. se
rirt¿r clc llevar la nueva experiencia más allá (meta) valiéndose de la intensilacl (c<lgnitiva, sensorial o emocional) de experiencias pasadas. se pretende
It'scribir o comunicar experiencias de una manera no literal al emflear una
11r¿rgcn
simbólica.
La concepción terapéutica que implica el uso de esta técnica está basada
¡r la idea,de que el potencial de cambio y aprendizaje reside en el propio
,ac:icrnte. ste tiene las herramientas para .rrrárr" y rolo necesita descubrirrs clcntro de él con la ayrrda del terapeuta. De este modo, las metáforas sir(rt p¿rra mostrar al paciente que dispone de los recursos para resolver una
itu¿rción problemática, y que únicamente tiene que aprender a transferirlos
c iln contexto a otro.
Ejemplo
En cste apartado quiero traer un ejemplo que aparece en el libro de Jay
propio Erickson en donde sL
nticnclc perfectamente la funcionalidad del lenguaje metafórico.
E,rickson: ¿Y cuáles son los valores particulares de cada depresión suya?
orque sospecho que tiene la idea errónea de que la depresión estti mal.
lalc.y (1985), quien relata una intervención del
Paciente: Bien, cuando estoy deprimido, creo, soy menos productivo.
Erickson: Humm... Y cuando las ruedas traseras de su automóvil qued.an
'ra¡tadas en una cuneta, y no se pude salir en primera, ni en segund.a, ní en fur'ra, bien, creo que es conveniente primero poner la marcha atiás, y luego alter'tr con Ia primera, marcha atrás y primera otra vez, y otrq,
ampliando iada. vez
ás el movimiento de ida y vueha, hasta salir de Ia cuneta.
Paciente: Humm...
, Erickson:
lclante
Y creo que tiene que disfrutaila y realmente moverse hacia atrás y
hasta salir del paso. Y no lamentar el retroceso. cond.uciendo su cochá,
;ted ha aprendido muchísimo sobre cómo conducir.
4. ITEENCUADRE-REDEFINICIÓX-NNSENCUADRE
Definición
consiste en establecer una nueva asociación entre un significado actual
tuvieron otros significados. En cierlas ocasiones
,rr hechos que en el pasado
ulr nu(.v() sigttil'icitrlo a tntit sittt¡tc'i11tt (l't'cltc'ttacllc-r'ctlcl'illi'
eión) r-rricntt'¿rs quc cn ()lt'¿ts crl r¡bjctivo (rs l'()r'rlp(rt'cict'tas ¿¡soci¿tcit¡lrcrs.y cl'ccnci¿rs quc sc han cstablcciclo crrónc¿rmcntc (clcsctlctt¿tdre,)'
cs irrlcl'crsanlc
cl¿rr
Desde la pcrspcctiva de Ia terapia ericksoniana sc entiendc quc gl'¿tlt pilt'tc
de los problemas de los pacientes residen en la rigidez de los pcnsatnrictrlos
que aplican a la hora de afrontar los problemas (Erickson y Rossi, l98l ). Dc
hecho, Erickson pensaba que las personas en general se autoimponen limit¿tciones innecesarias. De este modo, buscaba romper con esta concepción et'tr1nea y llevar a los pacientes a una comprensión más amplia sus posibilidadcs,
Ejemplo
Como ejemplo alegórico de este tipo de intervencióncabriatraer a colación
un fragmento del cuento .rlas aventuras de Tom Sawyer" (Mark Twain). En él
se na¡.a cómo, tras una de sus travesuras, Tom es castigado a blanquear t<xla
la valla que rodea la casa de su tía. Sin embargo esta actividad resulta absoltttamente atractiva a los ojos del resto de chavales del pueblo. En lugar dc ctlnlplir el castigo Tom organiza entre los entusiasmados concurrentes tur"nos p¿tl'tt
pintar un pequeño trozo de la valla a un módico precio. El ingenio clc cstt'
muchacho le ha permitido redefinir la situación y torna lo que se suponfa iba a
ser un aburrido día de castigo, en el que sería el hazmerreír de sus compañcros, en un lucrativo negocio por el que los demás niños le están agradecidtls.
Imagine que acude a consulta un alto directivo de una empresa que sc vc
aquejado de una progresiva tartarnudez que le sobreviene cadavez que tictrc
que hacer una presentación ante sus superiores. Una sugestión que ¡gd¡rl'iniera Ia situación de este paciente podría quedar del siguiente modo: uli¡¡
situaciones como estas, la audiencia ante la que hablas no suele darse cuenta cle
que titubeas (desencuadre). Más bien asumen que ese posible temblor es uLtd
garantía sobre lo que estds contando, y es resultado de tu interés por transmilir
de forma accesible lo que se quiere contar>.
9.5. TRUISMOS
Definición
Consiste en la presentación de un hecho tan constatado por la expet'ictlcia cotidiana de cada uno, que no puede ser negado'
Mecanismo de acción
Otra de las aportaciones de Erickson a la psicoterapia, es el respeto pol- el
ritmo del pacienté a h hora de aceptar las sugestiones. Él planteaba que para que
llllll stlgoslil,lt litctit
t'f icaz clcbf¿t scr ucclrtarla eorr firciliclacl
¡rrr.parr.tc clcl pacicn-
te, lin cstc scttliclo, krs tntisnl<ts cttnrtrrlcrr una filnciCrrr catalizacl<¡l a clc <¡Lnrs
srtgcstioncrs. lil prrr¡rósitt) cs gcncr ar una disposici(rn clc accptlbiliclacl por pau-te
clcl patcicntc. La partc inici¿rl clc la sugcstión busca la aquicscencia, accptación o
conscntinticnto por partc dc la otra persona y, posteriormente, se concatena una
scgLrncLr paflc para aprovccharse de la tendencia al sí generada por la primera.
Ejemplo
nA la mayoría de la gente le relaja la cálida sensación del sol en la cara
al
pascar por la playa... y puede que tú mismo hayas experimentado en algún
lllomcnto esta sensación. Tal vez... en este instante puedas estar sintiendoisa
scnsación de calma... y progresivamente a medida que oyes mis palabras te
vayas sintiendo... más cómodo y más relajado... en el sillón.,
fipos de verbalizaciones empleadas
Este tipo de patrón suele
ir encabezado por algunas de las siguientes fi:ases:
rrrinar urlo l'l't.nle l los rlcruhs. Ilrt¿r vc'z iclt'lrtif it'¡tclo tlit'lto sislcttlit, t'l lt'l'it
tr-rsrrt¡ lta rlc incluilkl cn l¿rs sttge'stioncs cott oltirrlo tlc'irtrr¡llilic'itl'stl c'li'c'lo,
Ejemplo
Si entre las verbalizaciones del paciente proliferasen exprcsit¡ncs talcs
como: <Estoy muy deprimido, continuamente siento como un(f pesadu Urgu
sobre mis hombros. En ocasiones siento una especie de angustia qttc ntc oprime el pecho y no me deja respirar. Siento cómo la gente de mi alrededrtr .\c ttttt.'1'(
y habla muy deprisa, yo no tengo esa energía... muchas veces soy inca¡taz, tlt dur
un solo paso>.
En este ejemplo el sistema representacional del paciente es cl¿rr¿tnlcttle
cinestésico. Por tanto, el tipo de sugestiones deberían reforzarse con clctrlctttos relativos a las sensaciones del cuerpo. ,rQuiero que comiences a pannilirlt
experimentar una sensación de ligereZa en alguna de tus manos... ru¡ sc l¡ia¡t si
la izquierda o la derecha... pero dentro de unos instantes irás notando L:ottt(, tttt(t
de ellas comienza a pesqr cada vez menos... pwede que incluso noles t:tlttttt tttttt
comienza a estar más caliente que la otra".
nEn multitud de ocasiones...>
nCasi todo el mundo...o
uYa sabes que...,
uMás pronto o más tarde todos...o
9.6. EMPLEAR EL SISTEMA REPRESENTACIONAL
DEL PACIENTE
Definición
se trata de identificaq, primero, y emplea4 después, los elementos represcntacionales mediante los que el paciente construye su mundo. Exiiten
c:inco sistemas representacionales: visual, auditivo, olfativo, gustativo y
c:irrestésico (Gunnison, 1990).
Mecanismo de acción
Habitualmente el paciente a lo largo de sus verbalizaciones indica de
li¡r'ma encubierta en qué mundo representacional está inmerso. El terapeuta
lra de estar atento a qué tipo de verbos, adjetivos, adverbios y expresiones
crr¡plea el paciente, para poder identificar el sistema representacional. En la
r-nayoría de las ocasiones este sistema suele ser mixto, aunque suele predo-
9.7. ACOMPASAMIENTO-AMPLIFICACIÓX V RTIIIUIIITZO
Definición
Digamos que éste no es un patrón discursivo como los descritos lrasta cl
momento, sino más bien una actitud paralingüística (todo lo que tienc qttc vct
con la manera de hablar que no es estrictamente el contenido de lo c¡ttc sc
dice). Con ella se le indica al paciente de forma, tanto abierta como encubict'
ta, que es acompañado en su proceso de autoexploración y que está l'cspo¡'
diendo correctamente ante las sugestiones que se le están dando. Estc /i'rr/back que se le proporciona al paciente de forma abierta, consiste en pcc¡ttcños
comentarios verbales sobre lo que está haciendo conductualmentc cll ('s('
mismo instante, reforzando cada pequeño cambio en la dirección de let sttgr.'stión. Con este tipo de mensajes se consigue que progresivamente sc vay¿tll
amplificando las respuestas a las sugestiones formuladas. Por otra pitt'te, itl
paciente también se le proporciona un feedback encubierto que consiste ctl t'l
uso del tempo y Ia intensidad de la voz, así como el acompasamicnto tlcl
patrón respiratorio entre el terapeuta y paciente (Bandler y Grindeq 197.5).
Indicaciones
Ésta es una técnica que favorec e el rapport (nivel de confianza tcrit pór t t i
ca caracteÍizada por una afinidad emocional y una confianza mutu¿t) y l¿r
empatía con el paciente.
Mecnnlsmo cle acclón
Il.fcmpkr
uQtrictrr c¡ttc: tc sictrtcs c(rm<¡cl¿uncnte cn ttr silla... tttuy bien... as( dejrutdo
tt.s picnrus aptryando suavetnente en el suelo y paralelas... eso es... (Progresivatte ntc l¿r vt¡2. del tcrapeuta se va haciendo menos intensa y elritmo mds lento),
rttcrdcts ccntrarte en mis palabras o alternar tu atención entre tu respiración
cl tcrirpcuta iri acompasando su respiración con la del paciente) y mi voz...
's 1'rosiblc clue empieces a notar cierta sensación de ligereza en alguna de tus
nan()s... Lal vez comiences a sentir una mano más pesada que la otra... de
ttc'lut Ttuedes darte cuenta que tu mano iTquierda (la que veamos que se
trrrcvc) comienza a describir pequeños movimientos... eso es... así... primero
t.sl... ¡tequeños movimientos y en algún momento puede que empieces a notar
'<rtrro si algo tirase de tu mano hacia arriba... al principio muy poco tL poco...
r.sf... y cadavez... a medida que pasa el tiempo notarás con más intensidad
'sa I'rrcrza... eso es... puedes notar ahora cómo tu mano se va elevando proIt'csivamenter.
Ejemplo
).8. ANCI,AJES
Definición
[Jrr anclaje consiste en
Frccucntcmcntc l1¡s arnclarics sc llcv¿ttt ¿t c¿tbo cott st-lgcsti<lncs postltiptrr'tliqtlL!
cas. Es decir; qr:e la sugcsti(rr-r cs llcvada ¿r c¿tlro ba.io trancc pcrg sc cspcl'¿t
la
rcspttcstit
el efecto ,. prádrr.u fgera clc ó1. lnicialmcntc hary qlte desarrollar
que queremos que se desencaclene, habitualmente un eshdo emocion¿tl clt:
óU¡u.iO" o de aótivación. Si buscamos que la persona se inhiba ante una sittta'
ción, entrenaremos la relajación: acompasando la respiración, mantcnicnclt¡ l¿t
frecuencia del latido c.rdá.o, generando un tono muscular bajo, etc' Si por cl
.ontrario se pretende ,rnu ,"rpr"sta de activación, amplificaremos ttldos l<ls
mecanismo, b" ,"rpr"sta. Uná vez establecidas las respuestas las anclarcnr<ls
con una señal (unaimagen, una palabra, un gesto u otra respuesta). C6n p1¡sterioridad, cadavezqn" r" produzca la señal se producirá automáticut¡sn1er la
respuesta. La señal pbdta ser dada por el terapeuta, otra persona de su cnt6l'
no,'autosuministraáa por el propio paciente o incluso el anclaje podrá cstat'
vinculado con algún estímulo característico de Ia situación'
un estímulo (auditivo, verbal, gestual, táctil...) que
vr¡ca automáticamente una respuesta previamente establecida en la conduc-
clcl paciente. Los anclajes puede ser creados desde la nada, es decir vincuuna señal del tipo que sea a una respuesta. Pueden ser también eliminakrs, rompiendo la asociación entre un estímulo concreto y su respuesta; o
rtrc:dcn ser modificados, asociando un estímulo habitual con una respuesta
lu
r
istinta o una respuesta ya establecida con otra señal desencadenante totalrlcnte nueva.
Indicaciones
El ciertas ocasiones el anclaje persigue generar un estado emocional (con
rs lespuestas fisiológicas propias) vinculado con una situación o un pensarirrrrto, lo que permite manipular las vivencias del sujeto. Se pueden asociar
staclos emocionales a situaciones que antes no los generaban, o bien romper
icrtas asociaciones y crear otras para generar nuevos significados o nuevos
fi'ctos.
Está técnica está muy indicada para manejar los estados de ansiedad
cncrados por problemas (fobias a diversas situaciones, prevención de reaciones emocionales en situaciones sociales, etc.).
Es frecuente emplear esta técnica para prevenir las respuestas de ¿rnsitrdad ante situacionei fóbicas. En el caso de un paciente que tiene miedo ¿t
,rotu, s'" podía realizar la siguiente intervención: ,r(Jna l)ez que hayas subido
al avión, te sentards en tu asiinto y en el momento en el que empieces a nt¡lar lu
más mínima sensación de ansiedad quiero que aprietes tus dedos índice y pulgar y en ese instante comenzarós a notar como progresivamente entras es lttt
ZttiAo de relaiación semeiante al que ahora has sido capaz de desarrollar''
9.9. ELECCIÓN ILUSORIA
Definición
La idea de esta técnica sugestiva es ofrecerle al paciente una variedad clc
alternativas para que tenga la sensación de que puede elegir por uno u tlttrr
camino, por una u otra tulid.. La trampa lógica de esta técnica reside en cltl('
cualquiera de las elecciones implica que el paciente responda en la direcciótl
qn" Él terapeuta quiere. En muchas ocasiones las posibilidades que se pl'('Jentan al pacienté no son ni tan siquiera distintas sino que se presentit la
misma alternativa pero empleando dos nombres distintos para ella. Pocll'íitmos diferenciar varios tiPos:
o Sugestión cubriendo todas las alternativas'
.
.
Elección entre alternativas semejantes.
Elección implicada.
( )lr.ie I
ivo
lirr tlt'lirlilivll lo c¡tlt'st'c'ottsigttt'c'on cstu tccrric¿r r.s lcclrrcir. los c¿urrirros
t¡ttt'1rtlt'tlt' t'ltt1.llc'ttclcl'cl ltacicrtlc y crrcurrrirrarlcr lr¿rcia ac¡trcrl c¡uc cl tcr.lpcr-rtzr
lrlr tlcc'irlicl<¡ Ilc,v¿rrlc, corr obicto clc clvit¿rr cl fl-¿rc¿rso, p"r,, gt,-,".unclo
en el
¡rirt'it'rrlt' la scrrsaci<in dc clue cligc y, por Lanto, aceptanáo la sirgestión. Al servi''l p^cicntc el menú completo de posibilicladós estamo, ur"g.,rurrdo su
tix ilo.
liicmplo
.
Srrgcstión cubriendo todas las alternativas
uQttizli en este momento desees entran en trance y para ello puedes
sentarte
tlcjrtr qtta lus manos descansen en el reposabrazoi,L tal v"z pennitir que
se
',
tl)(,.v(tr ctr rLt-s pienms, puedes manteneilas cruzas, o bien
di¡arlas abiertas.
littttl¡ií, ¡ttrades decidir b.uscar la postura que sea más cómod,a para ti, lo esen'itrl cs t¡rre experimentes Ia entrada en trancer.
.
lllcc:crión entre alternativas semejantes
uMc r¡regt¿nto si deseas entrar en un trance profundo
o sencillamente prdier's llcgur a un estado de conciencia que te permita centro' tu
atención en tus
t t I ¡ i u s t¡ ivencias internas >.
t
¡
.
?
I
lrigit'ir. lllt¡r tlt,llrs ¡rrrr¡xrsit'iottt's llt'vir il¡st'll¡t lit stt¡',1'¡;1ir¡lt tlt'st'¡ttl¡l; t'll (illll
()ll
$i1¡, lir 6l r.ir i¡r'lrryt. ¡rrir irllt.r'rrirl ivit r¡ttt' it¡ritt t'ttlt'ttlt'ltlt' ll¡ttl¡t l it'ttt' t¡tlt' v('l'(
la ¡rt'itrtet'lt.
Ejemplo
que prelieras recordar ttlgurru experiencitt l'cliz, t¡ttc lt' .sttt't'tlit¡
"Es posible
cuandolenías siete años o quizá prefieras ltacerte consciente del .sr¡ttidtt tlt ttti
voz al ir entrando en un trance más profundo"'
9.71. SUGESTIONES ABIERTAS
Definición
Es un tipo de sugestiones indirectas en las que el objetivo es im¡rt'cciso v
debe ser ajustado por el propio paciente. Se suelen referir de forma ittl¡'rc't srr
nal (se conocen, se sabe, existen, huy...) a un gran conjunto dc altcrl'lt¿tlivas
para hacer o experimentar algo. Con ellas le indicamos al pacicntc ll(l('vilsi
ior-^. de interpretar una situación, de abordar un problema, etc. El csti|¡ v
el contenido de estas verbalizaciones son absolutamente abiert<ls, villl()s,
imprecisos y contrasta con otro tipo de sugestiones en donde las ftll-l-llttl¡rt'itr
nes del terapeuta son más concretas y precisas'
h,lección implicada
"N, estoy del todo seguro si lleganis a comprender el problema que te preoul)u ct1 este mismo instante o lo irás comprendiendo progresivamente
a medi_
'rr t¡trc pase el tiempor.
Objetivo
El propósito esencial en este tipo de sugestión, más que en nitrgttttlt, t's
,r"rr."t1.r posibles resistencias del paciente a Ia terapia en general o et lt I I i ¡rr I
t
).
I0. NON-SEQUITUR
de sugestiones o contenidos en particular. La idea es proporcionar ¿rl trlat'it'tt
te uná sugestión lo más cercana a sus necesidades pero brindándolc la ¡rosi
bilidad de ajustar el mensaje a su idiosincrasia.
Definición
lrr
este patrón lingüístico se unen dos proposiciones que no se siguen
i¡¡ic^mente la una a la otra (non-sequitur), con el objeto á" g"r"ru,
cierto
;lirclo de confusión o de sorpresa y conseguir así la aceptacioníacita
de alguir <lc las dos proposiciones.
Precauciones
En ocasiones es posible que el paciente esté interpretando la sttgt'slirilr
que se le ha dado de un modo tan peculiar que escape al control del tcrl'¿r Pt'r l
tá. Bn conveniente explorar en qué sentido el paciente ha ido astllrtit'tttlrr
estas sugestiones.
Mecanismo de acción
l-a perplejidad o
asombro del paciente sobreviene cuando al emplear
r^ estructura gramatical en la que se supone debe haber cierta coheráncia
Ir:r'ua de contenido, se combinan dos temas sin ningún tipo de
conexión
el.
Ejemplos
mente inconsciente sabe qwe hay multitud de formas de entrar (tt ltrtt t
cer. oHoy en día se conocen muchas formas de resolver problemas". n('tttttttltt
,rTL¿
se vive en pureia ret¡ulld ülll ponrrst'
lient¡to que se ¡tusa iunltx*,
tlc ucucrdt¡ en la ntaneru de orguttizar el
9.12. lrtillcuN'I)ts
Definición
consiste en enunciar las sugestiones con formato de pregunta, introdu.
ciendo un cuestionamiento sobre el que no se espera ,-t.tu r"ipr"sta directa
concreta. Esta forma de proceder invita al paciente a que adquiera una orientación hacia el cuestionamiento sobre sus preocupaciones internas.
Ojetivos
Las sugestiones en forma de pregunta tienen la finalidad de centrar la
atención en alguna idea, estimular las asociaciones o favorecer el encuentro de significados por parte del paciente. También pueden ser muy ritiles
en las primeras sesiones durante la inducción del trance. Es muy intere.
sante durante las fases iniciales de la terapia, cuando el terapeuta todavfa
no ha tenido la oportunidad de conocer el nivel de respuesti del paciente
ante sugestiones más directas. Evita la sensación de fracaso en el pacien-
te, incrementando progresivamente el rapport y la confianza en el tratamiento. De nuevo, estamos ante un tipo de patrón lingüístico a prueba de
fallos.
Precauciones
Es importante no caer en el uso incorrecto de las sugestiones en forma de
pregunta. Se trata de trasmitir la posibilidad de que algo puede suceder y no
de indicarle al paciente que el terapeuta tiene dudas sobre la efectividad áe la
técnica empleada o sobre la correcta evolución del proceso. No se debe transmitir inseguridad en absoluto, esto destruina elrapport ya establecido con el
paciente y propiciaría una reacción en cadena, impidiendo el efecto de las
futuras sugestiones. El uso de este tipo de sugestiones debe ser combinado
con otras de otro tipo, ya que finalmente pueden generar la sensación de
incertidumbre continua sobre lo que va a suceder.
muev(,! cuda ve?, nús rclpido dl acercdrse a lu c'ara?¡¡, u¿,()ttic'n's itttttginar
uht¡ru,.. turu bottilu plata c'on ctguas lruspurtttlc'sln
9.1
3. AlrOStct(tn ¡I,;
ol)ults't'os
Definición
En esta técnica se juega con el tránsito entre dos polaridades opuestas, l,it
estructura lingüística empleada vincula la disminución o aumento en una clc
las dos polaridades con la respuesta contraria en la otra.
Mecanismo de acción
La trampa lógica que se establece en esta técnica sugestiva t'csidc c.n l¡¡
inexorable del vínculo entre las dos posibilidades. El paciente sólo prdrá
prestar atención consciente a uno de los dos elementos, mientras cluc cl ttltrt,
inevitablemente, le hará reaccionar de forma automática a la sugestlón, llr
un fenómeno análogo a la transformación de la energía. La energfa ni se ct'eg,
ni se destruye, solamente se transforma. Un cuerpo suspendido en el alel'o cle
una casa tiene mucha energía potencial, pero al caer va perdiendo cncrglu
potencial que se convertirá en energía cinética. De igual modo sucede cn c¡te
tipo de sugestión. Cuanto más se trata de evitar una de las dos sugestitttrct
más se cae en la otra. En realidad, la idea que tácitamente subyace a esta técnica es que el fracaso tiene siempre algo de positivo, ya que lo que no sc cronsigue por un lado se termina consiguiendo por otro. El error es consider¿tclo
como una forma de crecer y aprender (Paul-Cavallieq 1998).
Precauciones
Como en casi todos los fenómenos sugestivos, las respuestas que nrás
fácilmente se consiguen son las fisiológicas y motoras y, progresivamentc,
cuando el paciente lleva más tiempo en la terapia, los cambios se pueden d¿tt'
en la esfera de lo cognitivo (ideas, pensamientos, creencias, actitudes, etc.). Si
empleamos esta técnica aI principio de la terapia probablemente fracasenrt¡s
al introducir contenidos cognitivos. Es más interesante comenzar con ct¡ntcnidos motores (que pueden ser amplificados y reforzados) y posteriormcntc
introducir contenidos cognitivos.
Ejemplos
"¿Me pregunto si sientes la sensación de pesadez en la mano izquierda y
entonces serd. ésta la que tennine por caer; o quizá estés notando más ligera [a
mano derecha y, por tanto, será ésta la que se eleve?r. o¿Notas si Ia mano se
Ejemplos
uCuanto más rígido se va poniendo tu brazo derecho, el resto del cuerpo se
siente mtis y más relaiado,. ,,Cuanto mds dudes de los beneficios que vas u
rru
';i:;::r:,:'i,¿:::x":,'
,"1,,1!'"¡n'li'rtdtts
s.lución a¿terttn,tn ,,0;:,'::::::,::^e.!
v 'sistritic'arivt¡';
tieyw
qtl
ttx huthz,st¡s a tos
";erdn
que transcurro
hor'ti"q,te das con
il",i,"i;r:!:cuadaorup'iht"Ái,.*¿i'"i,iil',:;i;;;;";o:;:;;:ri'::',i",i,íll#
9.1
h
4. SUGESTIONES NEGATIVAS
Definición
de necesidad imperiosa de ilevar
a cabo
:#:'j:::"i:::i:,:,11.:i."::* ;i;;;;;;;;ff
il:il,,TJ':J,?".?r'i!:
ff-:'ff;":'ff ':"*Í::i::l:':f
bu sca facititar ra
uiñTffi
::
::^':11::
_l"c?,i:"
paciente,
en :l
lugar
de favorece,
#;
ffi
"t
"rfr"Á
rca por parte dol
consciente.
El objetivo es favorecer qrre el paciente
no ileve a cabo un gran esfuer.
zo consciente para conseguir ,r.rá
."rp,r"sta concreta. Muchas veces
hecho de intentarro conscientemente
ot
impide q,r" r-;;;;;. ür rrrru invitacrón
a que se relaje, que no haga nada y
q,r" ,L dedique;-;ü;;r. cómo
el efee.
produciendo auiomáti.á-"nt"
sin que el rrus;rru¿a voluntarra.
,T"::i:t
I
N
t)l t{tr(:'l'As
175
ll. I j'r. 00Nl,lc'l'olll,lH l,lN(;t'tls'l'100s
l)cflnición
sou una serie de estructuras fraseológicas básicas empleadas en cualt¡trlcrt clc los tipos anteriores de patrones lingüísticos, que sirven para enla¡lttt'tttl¿I sugestión con la siguiente facilitando una suave transición entre Ltn
c¡l¡rtlo clc conciencia y otro, o entre un nivel de comunicación y otro.
llstos conectores podrían ser clasificados básicamente en tres subtipos:
r
Conjunción - "A y B"
K... puedes notar cómo tw mano derecha se va adormeciendo y al mismo
lit'tttpct cómo el ritmo del corazón se vc: acompasando con tu respiración...>
¡
Objetivo
rrs r.l rur;0fsTtcos Dlt l,As sl J(itls't'toN us
Causativos implicados - oCuando, mientras, durante, a medida que A-B>
"... mientras que notas cómo tu brazo se va poniendo rígido irás entrand.o
t'tt tm estado cada vez más profundo de relajación.
.
Causa-efecto - (A hace que
B"
<...prestar atención a tu respiración perunite que realices inspiraciones mds
htrgas y mtis profundas".
Objetivo
fipos de verbalizaciones empleadas
oNo se preocupe por...>
oNo es necesario que preste
demasiada atención a...>
haga el esfue.zo para que suceda,
sencitamente
El objetivo primordial de estos elementos discursivos es dotar de cierta
agilidad y coherencia al conjunto del fraseo. No obstante, se sabe también que
lers sugestiones resultan más eficaces si se conectan unas con otras. De hecho,
t¿rmbién cumple una función confusional. El hecho de unir dos o más sugestiones implica una mayor dificultad para ser rechazadas (Hammond , 1"ggo),
permítase que suce.
d"..r)"
nSin tan siquiera tener conciencia
de ello ya ha sido capaz d.e...r,
"Sin necesidad de intentarlo, sucederá por sí solo...,
fipos de verbalizaciones empleadas
nCuando... puedes...
o.
oMientras que... notas como se va produciendo...r.
<Una vez hayas... entonces...>
Ejemplo
nPara conseguir entrar en trance
hipnótico, no es necesario que ffaks
ltacer nada... ,i ho*
f"tto q", ;;i"i'rí'*"rr" en brando... n;i ,o, siquiera de
c.s
necesario que prestes una atención
consciente
a mis parabras... Tu menre
ittconsciente ya estó proce.sandg
t9 a""'alg" de tar modo que irás
entrando ett
trance sin que te des cuenta... sin
hicer
ui
"r¡u":i7-o;;;;;;r;;urrto,.
Ejemplo
"A medida que tu mqno derecha vaya bajando irás progresivamente yen&t
mds atrás en el tiempo hasta que llegues a la edad de 6 años,.
10.
EJBRCICIOS
En los siguientes ejercicios debe identificar la presencia de alguna de la¡
sugestiones itdirecta, y patrones comunicacionales que hemos trabajado a lO
larlo de la sección. Dá Lntre las tres alternativas que se le ofrecen indiqU6
cuál es la correcta. Ai final de Ia sección encontrará eI solucionario dóndo
¿rparecen las respuestas correctas.
A: osería interesante qwe aprendieras 4 escuchar...1 a tu cuerpo. A medlda
que escuches. . . a tu cuerpo, te darás cuenta de lo satisfecho que te encuentfAsv '
a) Truismo.
)
b
c)
hnplicación-PresuPosición.
Salpicadura.
B: uHas podido ver en muchas ocasiones cómo el mar mece sus olas sobre
la otrilla de [a ptaya y cómo éstas borran las huell'as que han deiado sobre la
arena>>.
a) Elecciónllusoria.
b
)
Lengr:aje Metafórico.
c) Sugestión abierta.
c: ,.cuando entres en trance
podnis continuar pensando en lo que piensas
cn estos momentos>.
a) Implicación-PresuPosición.
b
)
Lenguaje Metafórico.
c) Elección llusoria.
1 Los puntos suspensivos
indican pausas deliberadas por parte del terapeuta.
_ : _: __,_¡rv¿rae
lttt's
rr\rrrIIEUTASI ENTRENAMtENTO
COMtINlCATfVq;
ct pett'u*
.alstrr(t
al año' penuitiini,,
¡xtrucht
,r,,,X;;Li,'i[if,i,"1':;! ',"una ve?'
)
c/
,ta.v.r(,
Lenguaje Metafórico.
tto es necesario que abras del todo k¡s oicts lodavta... puedes ir desperez,ándot( poco a poco... quild tus músculos hagan eI intento de estirarse,., rut se lct
intpidas... eso es, puedes ir moviendo tus manos... asl... tus piernas y, pregresivamente, vas a ir notando md"s vívidamente los estlmulos que hay alrededor.. la temperatura exterior... mi voz... tu cuerpo apoyado en la silla,,, y
Truismo.
l)oco a poco terminarás saliendo de ese trance en el que te encontrabas muy a
¿) ¿r¡i ilrá"o"u'r)"r!r'''
rcva, tersa y vigorosa capa>.
a/ Sugestión Abierta.
b
v(?., qttc ra
iii'
¿re
ü"n,,)'¡rrct y e,\tropéa.
'or
gt.rsto
,"!- l::!:.'#:X:1?
/ía preparando un examen notus er caft.
tienesnada"ci,";;":;7"";;,"r,Jifiií,ii!3;,;,::,:r:*::l!:i;;:lt;i,n
tteves tod'o e!
potemuestra","",?!.,:!,"Jolo:;;;;i;;,,rT::;;:í:;:Trffi
;|:;';f::::::::::,i:*iíiiiü"r, de dejar de esmdiar At mismo rt,n¡,
:l?,r#;i¿
',1,,1*i;";;::f:ff
n,i,:f-- wtrv'LL@r
:i:#n;f*.mentu,,o",ií,",u,o*,,1
(L e"v*men con una
absoluta
ideas.,
"la¡iaá
a/ Reencuadre.
ó/ Salpicadura.
c/ Truismo.
F: ,rEn muchas ocas
c^lfzzz ae
la sensación de
de recordar otgo,
de no
also. ,ab"r-q""
,,':::,!"2r!s_,exoeymentad.o
t"'i*ái.enmentado
to trcnes en Ia punta
pero eres
í:::ff
incapaz dZ
"onnu,J^-t^
de la
;"::::'"?Í.oi:::::!*:::;;;;;:;'í¿;7;:;,í:',"$#T,:;:
Xi'?!::,";::.'::""";:;;";;";n2"7:"':í::;::
"Y puede que t
-'' r vL'
Qlt|ltus oios
;:!,;,,i;*i#:#::":;:r;:,!:il;;;i:::##::;::,í::;ff
imágenes
¿it nln
á,::::i!!#,
.aquel *o*"rn,...
.tas
r;:::J;,yr"::x:r'Jji::"3':::#;:::i::';:á,r,:,'ír,x#i,W
ew
de
@ ve< p{ts€t?-
I: ,rErt este momento... en el que te encuentras tranquilo y relajado, quiero
que aprietes fueftemente alguna de tus dos manos. Cada vez que quieras rec*perimentar esta sensación no tendrás más que apretar el mismo puño que aca.
bas de apretar ahora y observanis cómo podrás experimentar de nuevo el tnlsmo
astado de calma".
a) Truismo.
b) Anclaje.
c/ Emplear
)
J: "No se si tu mente inconsciente ya ha decidido si se elevard tu mano
o la derecha, tal vez haya decidido que se levanten ambas a la vezr.
a) Anclaje.
b) Ernplear
el sistema representacional
del paciente.
h"ry. tregado et momenb
\:"":?!
!, poríti"'"ire
dt
fu,l.trance en el c¡ut
¿:n(r?s. nt
decidac i,
j
:?;:;T:í'^,::"::::':",i!:*::i:::*4;:;;1""í'ii'¡x#Jí,,í1,,í1
".t;-,^s'^)1Ii:
cidad
der discuiso, i.,.."_"'';;á ";";::::
j,;
i:
il;;;frriili!,r;:;i:,
"
el sistema representacional del paciente.
c,) Elección ilusoria.
K: "Puede que comiences a sentir cierto acorchamiento, cierta sensac:lútt
dc anestesia... en tu mano derecha o bien experimentes la nece:;idad de olvldur alguno de los recuerdos desagradables que te sucedieron la sematm pasada
r.
Implicación-presuposición.
c/ Emplear
el sistema representacional del paciente.
iz.quierda
a/ Tiuismo.
b
y relajado".
a) Acornpasamiento-Amplificación y Refu erzo.
b/ Truismo.
c/ Emplear el sistema representacional del paciente.
lcnit
sabes...sabesqueto-io,,aJ."-."á'_'"íil,i"ilí#"¡;iá:it#:;y.
a/ Reencuadre_Redefinición_Desencuadre.
ó/ Truismo.
c/ Salpicadura.
G:
l7e
ri.rERctctos
Iu.s
a) Ernplear el sistema representacional del paciente.
b/ Non-sequitur.
c) Elección ilusoria.
L: "Al salir de una grave enferrnedad, resuha importante pregunlarsc soltrt
necesidades que se van a tener a partir de entoncesr.
a) F;rnplear el sistema representacional
,i
b) Sugestión abierta.
c) Truismo.
del paciente.
,
M: a¿Eres consciente de que
trance mds prolundo todavlai)
en
estos
momenbs
estd.s
experimeüando un
a/ Salpicadura
ó/ Sugestiór, ubr.*u.
sol,uCl0Nlts
c,) Pregunta.
N: "A
ya¿¿¿¿o que
se irá haciendo más
tu mano derecha se haga más pesada,
la mano izquierd.a
y más ligera,.
a/ Aposición de opuestos.
ó/ Sugestión abierta.
c/ Implicación-presuposición.
o: "No es necesario.ulLe retgies espec.iarmente
ninguna parte de tu cuer,"*Z'i"i..i"soro
quiero que
dercs que se vayan sucediendo
"iá[ "giertos'o
rorior'"ombios
en;i;';;; d"'t) respiraciór...y
que observes cómo se producen
""ii*lr'i"omente
a) Sugestiones
p.o"'Thmpoco importa si..iienes
út
<<.
en forma de negación.
ó) Aposición de opuestos.
c/
Sugestión abierta.
P: "cuando lu mano haya tocad.o
tu frente puedes entrar en
relaiación más profund.o,.
a/ Salpicadura.
á/ SugestiOn abierra.
c/ Conector lingüístico.
71,
,n
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tlt'l,t Jtritolt't*t¡li,t t0llllt'v,r t'l rh",,rtlolhr, l,rttlo
¡rt,rrliro (olt0
(o¡((,1)l¡,11, r¡'lrtrr¡r,r9s.ts
sentidn, la compelencia comunicaliva de un psicolcr,rpeilta
0s, conlo la clc r.ualquier cpmilnicante,
una cOmpetencia praqlnática en el senlido lingüíslicn del tórmirro,
5e trata cler una competencia de
nntulaieza retÓlica que vincula la comunicación terapeutica
ccln el c¿mbio
-est6 flt cgn
cie actilucles
la persuasion*. Hn otras palabras, la cnmpexencra comunicativa
clel terapeuta vincula la relación
{trapéutica cnn ins i{arriacins
cüÍr}{.Jnns
cle
psicoterapia,
la
farlures
aI tiernp* que cqilstiluye iln
heurísticn clínicn que, situado en un nivef intermedio enfre
la feor¡a y {a técnica, quÍa inrplicitannrnt*
{ns esfuerzns rin{ terapeuta. Fn esle iontext
a, Enfrevisfu y srges/rnnes mdirrrto-r, *nu*nn**rrn
reimunfc*fluopnrc¡orenespsrmf*r{rleut$s (*nstituye una guía básíca pnra quienes
se interesan
pordesarroll,rr las ronlpelencias co¡nunicativ¿s
csrnciales p-ara la prát1ica ot,rl,u,
dp la obra se iluslran lcs distínros esrii's de comun¡cac¡ón
t*,ueuri'rr,
iu,
pr*ru f, f4q,
;;;,ilt*, ffi;
caracterizan y ias vías para adquirirlas. lEuafmentn, aste
fexro e,iescrihe tanto el prücesg enrna las
o¡reú una panorárnicu g*n*r*i;* h
ñuil;;;;g-;;il;
etapas de enÍrev¡sra. alxiempo q,.re
indirectas p,rra, más adelaute, desrribilias y e¡ernpliNicarlar
rninrrunsarnente pur ult¡mo, en todos
lns capítulos se facilrta al ltrlor ia posibilidad de irtrentrficar
los
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Begoira Roir Menchaca es prtrferora litt¡lardelDepartamenro de personaljd¿d,
Évaluacióri
y
Jenórnenos
dr: ponerios en pldctita
Tiatarnienroc Fsicologiuts
{Farulrad de psicoloqia, IJNFDI
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tahes{rero ANonso
es pirrfesur ron{rarado rloclol de{ Dep.trt'amenl0 de Psirologia
t}ásira
Il lFaru{iad de FsiLo}oqía, UNIDl.
rsBN: 97 8, 81 - 362- 17
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