Subido por Alam Javier

Defensa de Carlos en el caso de Ana Baquedano

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Defensa de Carlos en el caso de Ana Baquedano
La atipicidad es la falta de adecuación de la conducta al tipo penal.
En el artículo 243 bis 12 del código penal del estado de Yucatán se expresa que:
Comete el delito de ciberacoso quien intimide y asedie a cualquier persona, a pesar de su oposición,
por medio de las Tecnologías de la Información y Comunicación, tales como redes sociales,
mensajería instantánea, correo electrónico o cualquier otro medio digital; mediante el envío de
mensajes de texto, videos, impresiones gracias, sonoras o fotografías.
En este caso Carlos no fue el autor del ciberacoso, ni intimidación ya que Roberto fue el creador de
la cuenta para realizar la extorsión y hostigamiento a través de la red social Telegram considerada
una red social de mensajería instantánea, logrando que mediante estas actitudes incurra en el tipo
penal de ciberacoso descrito en el artículo 234 bis 12 del código penal del estado de Yucatán.
En el artículo 243 bis 3 del código penal de Yucatán se expresa que:
Comete el delito de violación a la intimidad sexual la persona que divulgue, comparta, distribuya o
publique imágenes, videos o audios de contenido Intimo sexual de una persona que tenga la mayoría
de edad, sin su consentimiento, su aprobación o su autorización, así como a quien videograbe, audio
grabe, fotografíe, imprima o elabore, imágenes, audios o videos con contenido intimo sexual de una
persona sin su consentimiento, sin su aprobación, o sin su autorización. A quien cometa este delito,
se le impondrá una pena de tres a seis años de prisión y una multa de quinientas a mil Unidades de
Medida y Actualización.
En este Carlos no divulgó, distribuyó o publicó imágenes, videos o audios de Ana, Roberto sustrajo
del celular de Carlos las imágenes y vídeos íntimos sexuales con el cual extorsiono Ana, luego de ver
que sus extorciones no funcionaron procedió a divulgar su contenido intimo en varias páginas
dentro de la misma red social Telegram, por lo que su conducta cae tipificada en el artículo 243 bis
3 del código penal de Yucatán.
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