Tema de Actualidad Inteligencia Artificial, el desembarco final Autor Luis Valderas En los últimos meses diversas aplicaciones que funcionan con la inteligencia artificial han comenzado a masificarse y a ser parte de nuestra vida diaria. El sistema de búsqueda de Google está siendo poco a poco desplazado por el Chat Open AI al cual se le pueden hacer preguntas y de esta forma obtener una rápida respuesta. Mientras más específica la pregunta, más precisa será la respuesta. No se puede negar que la interacción con un chat no humano debe generar temor. Pero el chat no ha llegado solo, están los generadores de imágenes que usan la inteligencia artificial para obtener fotografías de hechos que nunca han ocurrido. El papa vistiendo una parca blanca o el ex presidente Trump detenido violentamente por la policía. En algunos casos la calidad del material es tan buena que plantea un desafío principalmente para los medios de comunicación que se nutren de estos contenidos para informar. ¿Cómo definir que es verdad o no? Estamos viviendo una nueva revolución en el campo de las comunicaciones y la información, pues la Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse, ser parte de nuestra vida. Y ante eso cabe preguntarse. ¿Vamos a usar la inteligencia Artificial? O ¿Vamos a ser esclavos de ella? El escritor y científico británico, Arthur C. Clarke predijo en 1964 que "Los habitantes más inteligentes del futuro no serán hombres ni simios, serán máquinas. Los descendientes lejanos de las computadoras de hoy." Según afirmó entonces Clarke, las máquinas "empezarán a pensar y finalmente serán completamente más listas que sus creadores". Pero lo cierto es que la Inteligencia Artificial hace muchos años que ya está presente en formatos como las películas de monitos cuya animación obedece a un conjunto de algoritmos. Cuando navegamos por Instagram o Facebook ¿No les queda la sensación de que esas dos aplicaciones adivinan lo que queremos y estamos pensando o nos pregunta si nos gustó un lugar que acabamos de visitar y si lo recomendaríamos a alguien más? Todo lo que se ha mencionado es Inteligencia Artificial, pero lejos de sorprendernos, ya lo hemos normalizado y lo aceptamos perfectamente en nuestras vidas. Otro ejemplo mucho más conocido es Alexa que con el simple uso de la voz puede ejecutar instrucciones como entregar la temperatura de una ciudad, sintonizar una radio o que encienda o apague las luces de la casa Entonces lo que estamos viendo hoy es la misma Inteligencia Artificial, pero con usos mucho más personalizados. La profesora Ana María Budge en una reciente conferencia acerca de la Inteligencia Artificial apunta su preocupación a la ética, que se ha ido quedando atrás en muchos ámbitos y la revolución tecnológica no escapa a esa realidad. Explica que en términos éticos lo que corresponde es la autorregulación. “La autorregulación de quien usa la inteligencia artificial apunta a que esa persona estable una relación con la inteligencia artificial y no que sea subsumido por ella, no que sea tragado por esta inteligencia artificial anulando su propio ser, su propia esencia de persona. Creo que como profesores no podemos dejar de ver que ser usuarios no nos convierte en esclavos. Ser usuario y ser persona es lo mismo. Ser esclavo me pone por debajo de la inteligencia artificial. Creo que es tremendamente importante inculcar la autorregulación.” Desde el ámbito educacional la docente explica que la Inteligencia Artificial puede tener muchas aplicaciones, pero para que sea de real beneficio, se necesita hacer una reforma importante en las aulas para que la inteligencia artificial sea un complemento para aprender a reconocer estructuras gramaticales o matemáticas o de cualquier área de la educación y que no para copiar datos para la tarea del día. Los usos de la Inteligencia Artificial son cada vez más amplios y hoy hay empresas que las utilizan para salvar vidas. Es el caso de la empresa Safety Mind que aplica esta tecnología en la empresa peruana Aceros Aza que pertenece al rubro minero, por lo tanto, sus exigencias de seguridad deben ser bastante altas por las complejidades de sus procesos. Por ejemplo, en el área de los camiones de grandes dimensiones los conductores no pueden ingerir alimentos ni fumar mientras estén operando. Para fiscalizarlos tienen cámaras dentro de las cabinas para monitorear sus movimientos, función que hace un programa de inteligencia artificial y que detecta al instante cuando se comete una falta. Los operadores de los vehículos saben que son vigilados por la inteligencia artificial, que es infalible y por lo mismo evitan distraerse en horas de trabajo. Este sistema lleva ya un tiempo en aplicación en dicha empresa y la tasa de accidentes ha disminuido considerablemente, explica la Ingeniera Civil Industrial de la Universidad Técnica Federico Santa María, Gloria Aburto, quien diseñó el programa. Cree que "Las empresas deberían comenzar a incorporar este tipo de tecnología y perder el miedo a probarla. Esto tiene muchos beneficios para la toma de decisiones. Lo rescatable es que las universidades chilenas han generado diplomados sobre Inteligencia Artificial y ya han comenzado a egresar profesionales de dicha área”. El asesor del Instituto Profesional Los Lagos, Arnaldo Orellana dijo que siempre se teme a lo desconocido, pero "si logramos conocer sus beneficios en forma práctica para nuestro uso, no deberíamos tener miedo a la Inteligencia Artificial." Está de acuerdo en que debe regulación para el uso de esta tecnología, pero como ya está disponible y al alcance de todos, lo mejor es comenzar a usarla y aprender a sacar el mejor provecho de ella. Desde la óptica masónica, hay un gran trabajo que hacer, ya que la Inteligencia Artificial está impactando a nuestra sociedad desde todos los ámbitos y es el tiempo de poner sobre la mesa la dimensión ética, la forma bajo la cual nos vamos a relacionar con la inteligencia artificial e invitar a todos los sectores a una discusión sin demora y donde la esencia del ser humano esté por encima de todo.