CREDO DEL BIBLIOTECARIO Creo en la facultad de la abstracción, intrínseca al ser humano, ya que ella le permite generar conocimiento y cultura. Creo en la información, insumo básico para la generación de nuevo conocimiento. Creo en la profesión bibliotecaria, ya que por ella la humanidad posee patrimonio documental y se facilita el ejercicio inalienable del derecho a informarse. Creo en el análisis documental, exhaustivo y riguroso, que posibilita a los usuarios la recuperación eficaz y eficiente de la información. Creo en la biblioteca pública, en sus servicios sin distinción de raza, edad, sexo, religión y nacionalidad. En sus actividades en pro de la democratización de la información y disminución de la brecha digital. Creo en la biblioteca escolar, laboratorio para el aprendizaje integrado al currículo, en sus servicios a la comunidad educativa, en la consecución del aprendizaje autónomo a través de los diferentes soportes y servicios electrónicos; en la educación para la criticidad como única opción para el éxito académico de las personas. Creo en la biblioteca y en los centros de información en la educación superior, ya que ellos son el corazón de un nivel educativo, donde la investigación es la actividad principal para la generación de nuevo conocimiento. Creo en la biblioteca nacional, en su función coordinadora de la recopilación, organización, análisis, resguardo y difusión de la producción intelectual, científica y artística de los pueblos. Creo en la biblioteca y en los centros de información especializados, en la gestión de la información interna para que empresas e instituciones logren sus objetivos y cumplan su misión. Creo en las nuevas tecnologías, en el hiperdocumento, en la capacidad humana para semantizar la información y en todas las herramientas, insumos y servicios que propician la creación de nuevo conocimiento. Creo en bibliotecarios alfabetos informacionales, ávidos lectores, consumidores de información, pensadores creativos y críticos, investigadores organizados, analistas documentales, conocedores de las necesidades de información, manejadores de herramientas tecnológicas que facilitan acceder y recuperar la información. Creo en el trabajo bibliotecario, profesión milenaria, de mucho prestigio en el pasado, importante en el presente e importantísima en la futura sociedad del conocimiento. Jesús Guzmán Domínguez Bibliotecólogo Guatemala, 30 de septiembre de 2008