Subido por ANDRES COSME ALVAREZ ALMENDRAS

All You Need is Kill Volumen 1

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Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Recluta Kiriya
Parte1
Cuando las balas empiezan a volar, solo es cuestión de tiempo antes de
que el miedo envuelva completamente a un soldado.
Ahí estas, con la muerte de acero zumbando en el aire.
El bajo y mudo estruendo distante de los proyectiles, un sonido vacío que
sientes más de lo que oyes. Los más cercanos suenan alto y claro. Gritan con una
voz que hace sonar tus dientes, y sabes que se dirigen hacía a ti. Cortan
profundamente el suelo, arrojando un velo de polvo que se mantiene allí,
esperando por la siguiente ronda para rasgar a través de ella.
Miles de cartuchos, ardiendo a través del cielo -pedazos de metal no más
grandes un dedo- y solo basta uno para matarte. Solo basta uno para convertir a
tu mejor amigo en una masa de carne humeante.
La muerte llega rápido, en un latido de corazón, y no es exigente con
quien lo toma.
Los soldados que las toman rápido –antes de que sepan que los golpeoson los más afortunados. La mayoría mueren en agonía, con sus huesos
triturados, sus órganos destrozados y dejando un mar de sangre en el suelo.
Esperan solos en el barro por la muerte para que les robe y escurra las últimas
gotas de vida con sus heladas manos.
Si hay un paraíso, es un lugar frío. Es un lugar oscuro. Es un lugar
solitario.
Estoy aterrorizado.
Agarre el gatillo con los dedos tiesos; mis brazos tiemblan como yo lo
hago, enviando una lluvia de acero ardiente sobre el enemigo. El rifle patea
cuando lo disparo, *Vunk, vunk, vunk*. Un ritmo más estable que mi corazón. El
espíritu de un soldado no está en su cuerpo, está en su arma. El cañón se calienta
hasta que ilumina, el calor transforma el miedo en ira.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
1
¡Que se joda el general y su patética excusa de mierda para el apoyo
aéreo!
¡Que se jodan sus procedimientos y sus planes que no sirven un carajo
para cuando la mierda comienza a volar!
¡Que se joda la artillería por quedarse en el flanco izquierdo!
¡Que se joda el bastardo que acaba de hacer que lo maten!
Pero más que todos ellos. ¡Que se jodan todos los que tienen su mira en
mí! Empuñas tu ira como un puño de acero y aplastas sus rostros.
Si se mueve. ¡A la mierda!
Tengo que matarlos a todos, hacer que dejen de moverse.
Un grito se abrió camino a través de mis dientes apretados.
Mi rifle dispara 450 balas de 20 mm por minuto, así que me puedo gastar
rápidamente el cartucho. Pero no hay razón para abstenerse. No importa la
cantidad de munición que tenga cuando esté muerto. Hora de un nuevo cartucho.
-¡Recarga!
El soldado al que le estaba gritando ya estaba muerto. Mi pedido murió en
el aire, un pulso de estática sin sentido. Volví a apretar el gatillo.
Mi amigo Yonabaru atrapo una de las primeras rondas que dispararon de
vuelta, una de esas jabalinas. Fue atravesado de manera recta, atravesando su
Jacket2. La punta salió cubierta de sangre, aceite y algunos fluidos no
identificables. Su Jacket bailo macabramente por diez segundos antes de que
finalmente se detuviera.
No tenía sentido llamar a un médico. Tenía un agujero debajo de su pecho
de casi dos centímetros de diámetro, y paso limpiamente a través de su espalda.
La fricción había cauterizado la herida por los bordes, dejando un baile de opacas
llamas anaranjadas alrededor de la abertura. Todo ocurrió en el primer minuto
después de la orden de atacar.
Él era el tipo de persona que se aprovecha de ti por tener un rango
superior, te molesta por la mierda más estúpida, o te decía quien era el culpable
en una novela policiaca antes de que terminaras el primer capítulo. Pero él no
merecía morir.
1
Originalmente aquí dice “Brass” que literalmente significa bronce, pero en el ejército la palabra se
utiliza para referirse a los altos mandos, pero como no especifica cual, decidí poner general.
2
Jacket es el nombre de su armadura, como suena más cutre, la dejare así.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Mi pelotón-146 hombres de la 17ª Compañía, 3er Batallón, Regimiento 12
de la División Acorazada de Infantería 301- fuimos enviados para reforzar el
extremo norte de la isla de Kotoiushi. Nos llevaron en helicóptero para emboscar
por el flanco izquierdo de la retaguardia del enemigo. Nuestro trabajo consistía
en eliminar a los que trataran de huir cuando el asalto frontal inevitablemente los
hiciera retroceder.
Tanto para algo inevitable.
Yonabaru murió incluso antes de que comenzara la lucha. Me pregunté si
él sufrió mucho.
Mientras tanto, me di cuenta de lo que estaba pasando, mi pelotón estaba
justo en medio de la batalla. Estábamos recibiendo el fuego de ambos bandos,
nuestros enemigos y nuestras propias tropas.
Todo lo que podía escuchar eran gritos, sollozos, y "¡Mierda! ¡Joder!
¡Mierda! ¡Mierda!” Las blasfemias volaban tan frecuentes como las balas.
Nuestro jefe de escuadrón estaba muerto. Nuestro sargento estaba muerto. El
zumbido de los rotores de los helicópteros de apoyo se había ido hace mucho.
Las comunicaciones fueron cortadas. Nuestra compañía se había reducido a
trizas.
La única razón por la que todavía estaba vivo era porque había estado a
cubierto desde que Yonabaru había caído.
Mientras los demás se mantenían firmes y luchaban, yo me escondía en el
revestimiento de mi Jacket, temblando como una hoja. Estos trajes de poder
están hechos de un blindaje compuesto japonés que es la envidia del mundo. Te
cubren como arroz blanco. Imagine que si una concha3 lograba atravesar el
primer asalto, nunca lograría pasar un segundo. Así que si me quedaba fuera de la
vista por suficiente tiempo, el enemigo se habrá ido para cuando salga. ¿Cierto?
Estaba cagado de miedo.
Como cualquier recluta recién salido del campo de entrenamiento, yo
podía disparar un rifle o un martinete, pero todavía no se hacer nada además de
eso. Cualquiera puede apretar un gatillo. ¡Bang! ¿Pero saber cuándo disparar o
dónde disparar cuando estás rodeado? Por primera vez me di cuenta de que no
sabía nada sobre la guerra.
Otra jabalina rozó por encima de mi cabeza.
Probé la sangre en mi boca. El sabor del hierro. La prueba de que todavía
estaba vivo.
3
Se refiere a sí mismo en su traje blindado.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Mis palmas estaban húmedas y resbaladizas en el interior de los guantes.
Las vibraciones del Jacket me dijeron que la batería estaba casi sin jugo. Olí
aceite. El filtro estaba en las últimas, y el hedor de la batalla estaba peleando su
camino en mi traje, el olor de los cadáveres enemigos era como el olor de las
hojas arrugadas.
No había sentido nada por debajo de la cintura por un tiempo. Debe haber
una herida donde me golpearon, pero no la había. No sabía si eso era bueno o
malo. El dolor te permite saber que aún no estás muerto. Por lo menos no tenía
que preocuparme por la orina en mi traje.
Sin granadas de combustible-aire. Sólo me quedan treinta y seis balas
20mm. El cartucho estará vacío en cinco segundos. Mi lanzacohetes -que nos
dieron a cada uno, con sólo tres cohetes de todos modos - se perdió antes de que
pudiera disparar siquiera esa maldita cosa. Mi cámara montada en la cabeza fue
destruida, la armadura de mi brazo izquierdo estaba destrozada, e incluso a todo
funcionamiento el Jacket sólo estaba en un 40 por ciento. Milagrosamente, el
martinete en mi hombro izquierdo había sobrevivido sin un rasguño.
Un martinete es un arma de batalla que utiliza una carga explosiva para
disparar picos de carburo de tungsteno, solo es bueno contra los enemigos dentro
del alcance del brazo. Los cartuchos de pólvora que dispara son tan grandes
como el puño de un hombre. En un ángulo de noventa grados de impacto, lo
único que puede le hacer frente es el blindaje frontal de un tanque. Cuando me
dijeron por primera que su cartucho sólo tenía veinte rondas, no creí que nadie
podría vivir lo suficiente para usar tantas. Me equivoqué.
A la mía le quedaban cuatro rondas.
Había disparado dieciséis veces, y fallé quince -tal vez dieciséis veces.
La pantalla del casco de mi traje estaba deformada. Yo no podía ver
ninguna maldita cosa en la parte doblada. Podría haber un enemigo justo en
frente de mí y nunca lo sabría.
Dicen que un veterano que utiliza la Jacket puede ver su entorno sin
necesidad de utilizar la cámara. Usa más que los ojos en la batalla. Tenía que
sentir el impacto que pasa a través de las capas de cerámica y metal en su cuerpo.
Leer el tirón del gatillo. Sentir la tierra a través de la suela de sus botas. Tomar
los números de un caleidoscopio de medidores y conocer el estado del campo en
un instante. Pero yo no podía hacer nada de eso. Un recluta en su primera batalla
no sabe una mierda de nada.
Exhale e inhale.
Mi traje estaba lleno de sudor. Un terrible olor. Un moco se filtraba en mi
nariz, pero no podía limpiarlo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Revisé el cronómetro al lado de mi pantalla. Sesenta y un minutos habían
pasado desde la batalla comenzó. Qué montón de mierda. Sentía como si hubiera
estado luchando durante meses.
Miré a la izquierda, a la derecha. Arriba, abajo. Forme un puño dentro del
guante. No pude usar demasiada fuerza, tuve que recordarlo por mí mismo.
Exagere, y mi objetivo se desvió hacia abajo.
No hay tiempo para comprobar el flujo sanguíneo. Es hora de disparar y
olvidar.
*¡Thak thak thak thak thak!*
Una nube de polvo se levantó.
Los proyectiles enemigos parecían cabalgar sobre el viento por encima de
mi cabeza, pero a la mía le gustaba desviarse después de salir del cañón, como si
el enemigo les ordenara distanciarse. Nuestro perforado sargento dijo que las
armas podrían divertirse así. Si me preguntas, me parecería justo que el enemigo
deba llegar a oír los proyectiles sonando sobre ellos también.
Todos
deberíamos tener nuestro turno de sentir el aliento de la muerte en la parte
posterior de nuestro cuello, amigos y enemigos por igual.
Pero ¿Cómo sería el sentir la muerte para un enemigo inhumano? ¿Incluso
sienten miedo?
Nuestros enemigos, los enemigos de las Fuerzas Unidas de Defensa. Son
Monstruos. Mimics, los llamamos.
Mi arma se quedaba sin munición.
La silueta de una orbe deforme se materializó en la neblina-de arcilla
marrón. Era más pequeño que un hombre. Probablemente llegaría hasta el
hombro de un soldado con una Jacket puesta. En todo caso, si un hombre fuera
un tubo delgado de pie, un Mimic sería un barril de cerveza negra con cuatro
extremidades y una cola.
Algo así como el cadáver hinchado de una rana ahogada, así nos
gustaba decirles. Según escuchamos de las ratas de laboratorio, dicen que tienen
más en común con las estrellas de mar, pero eso solo son detalles.
Ellos son un blanco más pequeño que un hombre, por lo que,
naturalmente, son más difíciles de acertar. A pesar de su tamaño, pesan más que
nosotros. Si tomas uno de esos barriles de gran tamaño del tipo que los
estadounidenses utilizan para destilar whisky y lo llenas con arena mojada,
podrías compararlos con eso. No tienen el tipo de masa que podrías esperar de un
mamífero, que es el 70% de agua. Un solo golpe de una de sus extremidades
puede enviar un hombre volar en mil pedazos
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Sus jabalinas, proyectiles disparados desde los respiraderos de sus cuerpos
tienen el poder de municiones de 40mm.
Para luchar contra ellos, utilizamos máquinas para hacernos más fuertes.
Usamos una armadura mecanizada llamada Jacket -lo mejor y último en la
ciencia. Nos introducimos en la piel de un puercoespín de acero, tan dura que
una escopeta disparando a quemarropa no dejaría un rasguño. Esa es la forma en
que nos enfrentamos contra los Mimics y aun así estamos siendo superados.
Los Mimics no inspiran el tipo de miedo instintivo que esperarías
encontrar si te enfrentas a un oso protegiendo a sus cachorros, o al conocer la
mirada de un león hambriento. Los Mimics no rugen. No son espantosos de ver.
Ellos no levantan las alas o se ponen de pie sobre sus patas traseras para verse
más intimidantes. Simplemente cazan con la implacabilidad de las máquinas. Me
sentí como un ciervo en el camino congelado frente a los faros de un camión No
podía entender cómo me había metido en la situación en que la estaba.
Me había quedado sin balas
Adiós, mamá.
Voy a morir en un maldito campo de batalla. En alguna isla olvidada por
dios, sin amigos, sin familia y sin novia. En el dolor, en el miedo, cubierto en mi
propia mierda por el terror. Ni siquiera puedo levantar la única arma que me
queda para defenderme del bastardo corriendo hacia mí. Era como si todo el
fuego que había en mí se hubiera ido con la última ronda de munición.
El Mimic venía por mí.
Puedo escuchar a la muerte respirando en mi oído.
Su figura ocupa una gran parte de la pantalla del casco.
Ahora que lo veo; su cuerpo está teñido por un color rojo sangre. Su
guadaña -un color gigante de dos metros de largo-, es del mismo tono vívido. En
realidad es más como un hacha de batalla que una guadaña. En un mundo en que
amigos y enemigos usan el mismo tipo de color para camuflaje, él arroja un
resplandor rojo bronce en todas las direcciones.
La muerte se precipita hacia adelante incluso más veloz que un Mimic.
Una patada de su pierna carmesí y salgo a volar.
Mi armadura es aplastada. Dejo de respirar. El cielo se convierte en el
suelo. Mi pantalla se está ahogando en las advertencias rojas intermitentes. Toso
sangre, atenuando el resto de del advertencias.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Entonces mi martinete dispara. La explosión me arroja por lo menos diez
metros en el aire. Pedacitos del blindaje de la parte posterior de mi Jacket se
dispersan por el suelo. Aterrizo boca abajo.
La muerte blande su hacha de batalla.
El metal grita mientras corta a través de lo incortable. El hacha suena tan
alto como un tren de carga.
Veo el caparazón del Mimic atravesando el aire.
Sólo tomó un golpe a reducir el Mimic a un cúmulo inmóvil. Arena
cenicienta era vertida desde la herida abierta. Las dos mitades de la criatura se
estremecieron y se contrajeron, manteniendo cada uno su propio ritmo extraño.
Los mayores inventos tecnológicos de la humanidad que apenas podían rayar a
esta criatura, era devastado por un arma barbárica de hace mil años.
La muerte se volvió lentamente hacia mí.
En medio de la multitud de luces de advertencia de color rojo inundando
mi pantalla, una única luz verde tintineaba en ella. Una transmisión de un aliado
estaba entrando.
-. . . lto poco. . . as bien?
La voz de una mujer. Imposible que lograra salir por encima del ruido. No
podía levantarme. El Jacket estaba tan gastado como yo. Tomo todo lo que me
quedaba solo para rodar hacia arriba.
Tras una inspección más cercana, estaba, nada menos, que en compañía
del Ángel de la Muerte. Era sólo otro soldado en un Jacket. Un Jacket que no es
como el mío, ya que fue equipado con un hacha de batalla masiva, donde debería
estar el martinete. Las insignias en el hombro no decían JP4 en su lugar se leía
Estados Unidos. En lugar del habitual camuflaje del desierto de color arena con
pedazos de café, el traje brillaba de pies a la cabeza en carmesí metálico.
The Full metal Bitch.5
Ya había escuchado las historias. Una adicta a la guerra, siempre
persiguiendo la acción, sin importar dónde la llevara. Decían que ella y su
escuadrón de las Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos habían
destruido la mitad de todos los Mimic confirmados asesinados en la guerra. Tal
vez alguien que pudiera ver tanta lucha y vivir para contarlo realmente era el
Ángel de la Muerte.
4
Japón
La perra de metal, La perra metalizada. Como quieran llamarla. La dejare como está escrito
originalmente.
5
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Todavía con el hacha de batalla, el Jacket en un rojo ardiente se dirigió
6
hacia mí. Su mano se agachó y buscó a tientas la toma IN de mi hombro. Una
comunicación de contacto.
-Hay algo que quiero saber.
Su voz llenó mi traje, claro como el cristal. Un suave y ligero tono, que
entra en contradicción con el hacha de dos metros y la carnicería que acababa de
crear con él.
-¿Es verdad que el té verde que sirven en Japón al final de la comida es
gratis?
La arena conductora que se derrama del Mimic caído baila lejos junto al
viento. Podía oír el grito lejano de los proyectiles mientras volaban. Este fue un
campo de batalla, el campo chamuscado donde habían muerto Yonabaru, el
capitán Yuge, y el resto de mi pelotón. Un bosque de carcasas de acero. Un lugar
donde el traje se llena de tu propia orina y mierda. Cuando te arrastras tú mismo
a través de un lodazal de sangre y mugre.
-Me he metido en problemas por creer en todo lo que leo. Así que pensé
en jugar a lo seguro, preguntarle a un local.- Continuó.
Aquí estoy, medio muerto, cubierto de mierda, ¿y tú quieres hablar de té?
¿Quién se acerca a alguien, lo patea en el suelo, y luego le pregunta sobre el té?
¿Qué pasaba por su jodida cabeza? Quería decirle lo que estaba pensando, pero
las palabras no salían. Podía pensar en las palabras que quería decir, pero mi boca
había olvidado cómo trabajar -una letanía de blasfemias estancadas en la puerta-.
-Ese es el problema con los libros. La mitad del tiempo el autor no sabe
que rayos está escribiendo. Especialmente los novelistas de guerra. Ahora ¿Qué
tal si relajas tu dedo del gatillo y tomas un agradable, y profundo respiro?
Buen consejo. Me tomó un minuto, pero empecé a ver con claridad de
nuevo. El sonido de la voz de una mujer siempre tenía una manera de calmarme.
El dolor que había dejado en la batalla volvió a mis tripas. Mi Jacket
malinterpretó las calambres en mis músculos enviando señales al traje en
forma de un espasmo leve. Pensé en la danza que el traje de Yonabaru hizo justo
antes de morir.
-¿Duele mucho?
-¿Tu qué crees?
Mi respuesta no fue más que un ronco susurro.
6
Puerto para conexión directa.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
El Jacket de color rojo se arrodilló frente a mí, examinando la placa de
blindaje destrozado en mi estómago. Me aventuré a preguntar;
-¿Cómo va la batalla?
-El 301 ha sido aniquilado. Nuestra principal línea se retiró a la costa para
reagruparse.
-¿Qué pasa con tu equipo?
-No te preocuparse por ellos.
-Así que. . . ¿cómo me veo?
-La parte delantera esta perforada, pero el blindaje de atrás lo detuvo. Está
carbonizado.
-¿Qué tan malo es?
-Malo.
-No me jodas.- Miré hacia el cielo. -Parece que se está empezando a
aclarar.
-Sí. Me gusta el cielo aquí.
-¿Y eso por qué?
-Es claro. No se puede vencer a las islas con cielos despejados.
- ¿Voy a morir?
-Sí.- Me dijo.
Sentí las lágrimas en mis ojos. Yo estaba agradecido de que el casco
escondía mi cara de la vista. Mantuvo mi vergüenza como algo privado.
El Jacket de color rojo maniobró para acunar suavemente mi cabeza.
-¿Cuál es tu nombre? No tu rango o número de serie. Tu nombre.
-Keiji. Keiji Kiriya.
-Soy Rita Vrataski. Me quedaré contigo hasta que te mueras.
Ella no hubiera dicho nada. Prefiero que escuche, pero no iba a dejar que
ella me viera llorar.
-Vas a morir también si te quedas.
-Tengo una razón. Cuando mueras, Keiji, voy a tomar la batería de tu
Jacket.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Eso es frío.
-No hay necesidad de luchar. Relájate. Déjalo.
Oí un chirrido electrónico-una señal de comunicación entrante en el casco
de Rita-. Era la voz de un hombre. El vínculo entre nuestras Jackets retransmite
automáticamente la voz para mí.
-Calamity Dog, aquí Jefe Criador.
-Te copio. ¿Cuál es el asunto?
-Servidor Alfa y los alrededores están bajo control. Estimamos que
podemos resistir durante trece minutos, como mucho. Tiempo para recoger la
pizza.
-Calamity Dog. Copiado. Operando en silencio desde aquí.
El Jacket de color rojo se puso de pie, cortando nuestro enlace de
comunicaciones. Detrás de ella una explosión rugió. Sentí como el suelo tembló
a través de mi columna vertebral. Una bomba guiada por láser cayó del cielo. Se
hundió profundamente en la tierra, perforando la antes de que detonara-. El suelo
de arena blanca se hinchó como un panqueque cocido; su superficie se quebró y
salió suelo más oscuro que el color de jarabe de arce al aire. Una lluvia de barro
salpicó mi armadura. El hacha de guerra de Rita brillaba a la luz.
El humo se disipó.
Pude ver una masa retorciéndose en el centro del enorme cráter dejado por
la explosión: el enemigo. Puntos rojos de luz brotaron vida en la pantalla de mi
radar, tantos que cada punto toca otro. Me pareció ver a Rita inclinando la
cabeza. Ella saltó hacia adelante, revoloteando a través del campo de batalla. Su
hacha subía y bajaba. Cada vez que resplandecía, la cáscara de un Mimic se
elevaba. La arena que salía de sus heridas giraba en los torbellinos trazados por
su cuchilla. Ella les cortó con la facilidad de un láser que corta la mantequilla.
Sus movimientos la hicieron crear un círculo a mí alrededor, protegiéndome.
Rita y yo habíamos pasado por el mismo entrenamiento, pero ella era
como un monstruo mientras yo estaba tirado en el suelo, un juguete estúpido que
ya no tenía baterías. Nadie me había obligado a estar aquí. Yo mismo me arrastre
a este campo de batalla, y no estaba haciendo ni una maldita cosa buena por
nadie. Mejor me hubiera muerto junto a Yonabaru. Al menos entonces no habría
puesto a otro soldado en peligro tratando de protegerme.
Decidí no morir con las tres rondas que quedan en mi martinete. Levanté
una pierna. Puse una mano en una rodilla. Me puse de pie. Y Grité. Me obligué a
seguir adelante. El Jacket color rojo se volvió hacia mí. Escuche algo de ruido en
mis auriculares, pero no entendí lo que estaba tratando de decir. Uno de los
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Mimics se destacó del resto. No se veía diferente a los demás. Sólo otra ahogada
e hinchada rana. Pero había algo en él que lo distinguía. Tal vez el estar cerca de
la muerte había agudizado mis sentidos, pero de alguna manera sabía que era el
con quien estaba destinado a luchar. Así que eso es lo que hice. Salté sobre el
Mimic y arremetió contra mí con su cola. Sentí que mi cuerpo se aligeró. Uno de
mis brazos había sido cortado. El brazo derecho, dejando el martinete en la
izquierda intacto. Que suerte la mía. Apreté el gatillo. La carga fue disparada en
un ángulo de noventa grados perfecto. Un tiro más. Un agujero se abrió en el
caparazón del Mimic. Un tiro más. Y perdí el conocimiento.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 2
El libro de bolsillo que había estado leyendo estaba al lado de mi
almohada. Era una novela de misterio acerca de un detective americano que se
supone que es una especie de experto en el Oriente. Tenía mi dedo índice metido
en una escena en la que todos los protagonistas se reúnen para cenar en un
restaurante japonés en Nueva York. El cliente del detective, un italiano, trata de
ordenar un café después de la comida, pero el detective le detiene en frío. Él
empieza a hablar de cómo en los restaurantes japoneses, te traen el té verde
después de comer, así que no tienes que pedir nada. Luego se desvía en cómo el
té verde va muy bien con la salsa de soja, y oh, ¿por qué es que en la India se
condimentan su té con leche? Finalmente se reunieron todos los involucrados en
el caso en un solo lugar, y habla sobre cualquier cosa, excepto del culpable.
Me froté los ojos.
Al pasar la mano por encima de mi camisa sentí mi estómago a través de
la tela. Pude distinguir en mi abdomen un recién formado paquete de seis que no
había estado allí medio año atrás. No hay rastro de ninguna herida, ninguna carne
chamuscada. Mi brazo derecho estaba justo donde debe estar. Buenas noticias
por todas partes. ¡Qué horrible sueño! Debo haberme quedado dormido leyendo
el libro. Debí saber que algo extraño pasaba cuando Mad Wargarita7 comenzó
entablar una pequeña charla acerca de las novelas de misterio. Operadores
Americanos especiales que habían cruzado todo el Océano Pacífico sólo por el
gusto de la sangre no tenían tiempo para leer el último best seller. Y si tenían
tiempo libre, probablemente lo gastarían ajustando sus Jackets. ¡Qué manera de
empezar el día! Hoy va a ser mi primera experiencia real de combate. ¿Por qué
no he soñado con mandar a volar algunos cuantos chicos malos, y de paso
obtener un ascenso o dos?
En la litera de encima de mí había una radio con graznando graves notas
musicales, una especie de roca prehistórica tan antigua que ni mi viejo la habría
reconocido. Podía oír los sonidos de la base de agitándose con vida, charlas
incoherentes que vienen de todas las direcciones, y por encima de todo, la voz del
DJ con exceso de cafeína escuchándose a distancia dando pronóstico del tiempo.
Podía sentir cada palabra perforando mi cráneo. Claro y soleado aquí en las islas,
al igual que ayer, con una advertencia de los rayos UV para la tarde. ¡Cuidado
con esas quemaduras de sol! Los cuarteles no eran mucho más que cuatro
paredes de madera resistentes a incendios apoyados juntos. Un cartel de una nena
en bikini de piel bronceada colgando en una de las paredes. Alguien había
reemplazado la cabeza de la chica del poster con una del primer ministro
7
Refiriéndose a Rita como “Chica loca de la guerra”. ¿tal vez?
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
arrancado de un periódico. La cabeza de la chica en bikini sonrió vivazmente en
su nueva casa al lado de un constructor musculoso machista en otro cartel cerca.
La cabeza del constructor musculoso era MIA. Me estiré en mi litera. El marco
de aluminio soldado chilló en protesta.
-Keiji, firma esto.
Yonabaru estiró el cuello a un lado de la litera de arriba. Él se veía bien
para un chico que acababa de ver quedar empalado. Dicen que las personas que
mueren en los sueños se suponen que deben vivir por siempre.
Jin Yonabaru se había unido tres años antes que yo. Tres años más de
deshacerse de la grasa, tres años más de trabajar en los músculos. Antes, cuando
él era un civil había sido delgado como un palo. Ahora él parecía hecho de roca.
Él era un soldado. Entonces observó el papel.
-¿Qué es?
-Una confesión, de la que te hablé.
-Lo firmé ayer.
– ¿En serio? Qué raro. Lo escuché rebuscar en páginas anteriores.
-No, no está aquí. Bueno, firma uno para mí otra vez, ¿quieres?
-¿Estás tratando de sacar algo de mí?
-Sólo si regresas en una bolsa de cadáveres. Además, sólo puedes morir
una vez, así que ¿qué más da el número de copias que firmes?
Los soldados de la UDF8 en primera línea tienen una tradición. El día
antes de una operación, había colarse en el almacén y hacerse con un poco de
licor. Beber y ser feliz, porque mañana moriremos. El tiro que dan antes de la
batalla rompe cualquier rastro de alcohol que quede en el torrente sanguíneo.
Pero si te atrapan, te llevarían ante un comité disciplinario -quizá a una corte
marcial si cometes una falta muy grave o te metes con el perro equivocado- luego
de que revisen el inventario, claro, una vez que la lucha hubiera terminado y todo
el mundo estaba de vuelta en la base.
Por supuesto, era difícil llevar a corte marcial a un cadáver. Es por eso que
todos dejamos notas antes de la batalla explicando cómo el robo había sido
nuestra idea. Pero claro, cuando se hace la investigación, la mente maestra
siempre es un pobre diablo que había conseguido que lo maten. Era un buen
sistema. La gente que maneja el almacén eran sabios con experiencia, por lo que
se aseguraban de dejar de lado algunas botellas para que no se perdiera
demasiado. Podrías pensar que simplemente iban por delante y les daban a todos
8
United Defense Forces. Así se quedara para acortar texto.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
un par de copas la noche anterior al combate por el bien de la moral, nada más,
pero no. Era la misma vieja canción y bailaban cada vez. Las buenas ideas no
tienen ninguna oportunidad en contra de la buena burocracia.
Tomé el papel de Yonabaru.
-Es curioso, yo pensé que estaría más nervioso.
-¿Tan pronto? Guárdalo para el día, hombre.
-¿Qué quieres decir? ¿Nos vestiremos para esta tarde?
-¿Estás loco? ¿Por cuánto tiempo planeas traer esa cosa encima?
-Si no me lo pongo hoy, ¿cuándo lo haré?
-¿Qué tal mañana, cuando tengamos que hacerlo?
Estuve cerca de caerme de la cama. Por un instante, mis ojos se posaron
en el soldado tumbado en la litera al lado mío. Él estaba hojeando una revista
porno. Entonces miré la cara de Yonabaru.
-¿Qué quieres decir? ¿Mañana? ¿Se pospuso el ataque?
-No, hombre. Siempre ha sido para mañana. Pero nuestra misión secreta
para conseguir embriagarnos comienza esta noche a las 1900 horas. Bebemos nos
tumbamos y despertamos con una cojonuda resaca en la mañana. Un plan que ni
siquiera el HQ9 podría joder.
Espera. Ya habíamos irrumpido en el almacén anoche. Me acuerdo de
todo el asunto. Estaba nervioso porque empezaría mi primera batalla, así que
había decidido retirarme un poco temprano. Yo había regresado a mi litera y
empecé a leer esa novela de misterio. Incluso me acordé de ayudar a Yonabaru a
subir hasta su cama cuando llegó tambaleándose de la fiesta con las damas. A
menos que... ¿a menos que hubiera soñado eso también?
Yonabaru sonrió burlonamente.
-No te ves bien, Keiji.
Tomé la novela en mi cama. La había traído todo el tiempo para leer en mi
tiempo libre, pero había estado ocupado con el entrenamiento de formación que
había quedado de adorno en el fondo de mi bolsa. Recuerdo haber pensado cómo
era irónicamente apropiado de que no había tenido tiempo para empezar a leerlo
hasta el día antes de que yo probablemente muriera. Abrí el libro en última
página que había leído. El detective americano que se suponía iba era un experto
en Oriente estaba discutiendo los puntos más finos del té verde, al igual que yo
9
Cuartel General
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
recordaba. Si hoy fuera el día antes de la batalla, ¿Cuando me había leído el
libro? Nada tenía sentido.
-Escucha. No hay nada sobre la operación de mañana. Parpadeé.
-Nada de eso, ¿eh?
-Solo asegúrate de no disparar a alguien en la espalda, y te irá bien.
Solté un gruñido como respuesta. Yonabaru curvó su mano en una pistola
y apuntó con su dedo índice en la cabeza.
-Lo digo en serio. El sudor es demasiado, te convertirás en un loco.
Terminaras perdiendo tu mente antes de que incluso tengas la oportunidad de
volarte los sesos.
El chico que había reemplazado se había vuelto un poco loco, así que lo
sacaron de la línea del frente. Dicen que comenzó interfiriendo comunicaciones y
parloteando sobre cómo estaba condenada la humanidad. No es el tipo de mierda
que los de la UDF quieren escuchar de un jinete de Jacket fuertemente armado.
Puede que no perdamos a muchos como los que perdemos contra el
enemigo, bueno, no es mucho de todos modos. En la batalla, a menos que tengas
en armonía el cuerpo y la mente, eres una carga. Yo sólo acabo de llegar a la
primera línea -incluso sin haber visto nunca nada de acción- y ya estaba teniendo
alucinaciones. Quién sabe qué luces de advertencia estaban sonando en mi
cabeza.
-Si me preguntas, cualquiera que salga a la batalla sin tener algo de
diversión tiene un tornillo suelto o tres.- Yonabaru sonrió.
-¡Hey, no asustes a la carne fresca!- Protesté. No estaba realmente
asustado, pero mi confusión estaba creciendo.
-¡Solo mira a Ferrell! La única manera de hacerlo es perdiendo lo que sea
que haga humano. Un sensible y cuidadoso sujeto como yo no está hecho para
pelear, y esa es la verdad.
-No veo nada malo con el sargento.
-No es una cuestión de bien o mal. Es sobre tener un corazón hecho de
tungsteno y los músculos tan grandes cortan la sangre a su cerebro.
-Yo no iría tan lejos.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-A continuación vas a decirnos que Mad Wargarita nos es más que otro
grunt igual que nosotros.
10
-Sí, bueno, la cosa con ella es...
Y así continuó nuestra conversación, de regreso al cuartel como siempre
lo hacíamos. Nuestro hablar mal de Rita estaba golpeando a su paso cuando el
sargento apareció.
El Sargento Ferrell Bartolomé había estado más tiempo que cualquier otra
persona en nuestro pelotón. Había vivido a través de tantas batallas, él era más
que un soldado, él era el pegamento que mantenía nuestra compañía unida.
Decían que si lo ponían en una centrífuga, habría sido 70% de hermano mayor,
20% sargento instructor-bola de demolición, y 10% acero reforzado con
carbono.
Él frunció el ceño hacia mí, y luego miró a Yonabaru, quien fue a toda
prisa a ocultar nuestras confesiones del licor. Su ceño se profundizó.
-¿Tú eres el soldado que se irrumpió en el almacén?
-Sí, fui yo.- Mi amigo confesó sin un rastro de culpa.
Los hombres en las camas de los alrededores se agacharon bajo sus hojas
con la velocidad con la que se dispersan las cucarachas a la luz, revistas porno y
cartas olvidadas. Habían visto la mirada en el rostro del sargento. Me aclaré la
garganta.
-Acaso la seguridad, eh. . . ¿se tuvo algún tipo de problemas?
La frente de Ferrell se arrugo como si tuviera una pila de placas blindadas
en la cabeza. Tuve una sensación fuerte de deja-vu. ¡Todo esto sucedió en mi
sueño! Algo paso, sin relación. Al mismo tiempo en que Yonabaru y sus amigos
estaban entrando en el almacén. Seguridad había sido alertada, y el robo había
salido a la luz antes de lo previsto.
-¿Dónde has oído eso?
-Sólo, uh, una inferencia afortunada.
-¿Qué tipo de problemas?- Yonabaru se asomó por el borde de su litera.
-Alguien se metió en una pila de mierda de cerdo hasta las rodillas. Ahora,
puede que no tener nada que ver con ustedes, sin embargo, a las 0900 horas,
usted y el equipo de la 4 ª división va a tomar el primer lugar en el campo de
10
Soldados de baja categoría. Al igual que “Brass”, podría ser soldado raso, pero con grunt es igual de
fácil de entender.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
entrenamiento físico. Pase el mensaje al resto de esos cabezas de chorlito que se
hacen llamar un pelotón.
-¡Tienes que estar bromeando! Estamos por ir a la batalla de mañana, ¿Y
nos quieren enviar afuera para EF11?
-Es una orden, cabo.
-¡Señor, el equipo completo de 4 ª división se reportará al campo de
entrenamiento Nº 1 a las 0900, señor! Pero, eh, una cosa, sargento. Hemos estado
haciendo esa incursión del licor durante años. ¿Por qué hacérnosla difícil ahora?
-¿De verdad quieres saber?- Ferrell giro los ojos. Yo tragué saliva.
-No, ya sé la respuesta.- Yonabaru sonrió. Él siempre parecía estar
sonriendo. -Es debido a que la cadena de mando por aquí esta tan jodida como
infierno.
-Lo descubrirás por ti mismo.
-Espere, ¡sargento!
Ferrell dio 3 pasos regulados y se detuvo.
-¿Vamos, ni siquiera una pista?- Yonabaru lo llamó desde detrás de la
estructura de la cama de metal donde cubría el paquete con las confesiones.
-El general es el único que esta con las bragas metidas en esta podrida
excusa de seguridad que tenemos en la base, por lo que no me mira, y tampoco
mira al capitán. De hecho, podrías haber callado también y hacer lo que te dicen
para obtener algo a cambio.- Suspiré.
-Él no nos va a tener allí tejiendo cestas, ¿verdad? -Yonabaru negó con la
cabeza. -Tal vez todos podemos darnos un abrazo de grupo. Maldito idiota.
Ya sabía cómo terminaría esto. Yo también había soñado todo esto.
Después de su derrota hace un año y medio atrás en la batalla de la playa de
Okinawa, el Cuerpo japonés hizo una cuestión de honor para recuperar una
pequeña isla se alza frente a la costa de la Península de Boso, un lugar llamado
Kotoiushi. Con un pie allí, los Mimics sólo serían piedras alejadas de Tokio.
El Palacio y el centro de gobierno imperial se retiraron y gobiernan desde
Nagano, pero no había ninguna manera de reubicar el motor económico que era
la ciudad más grande de Japón. El Ministerio de Defensa sabía que el futuro de
Japón estaba sobre el resultado de esta operación, así que además de reunir
veinticinco mil Jackets, una corriente interminable de generales demasiado
ansiosos habían sido colocados en esta pequeña base la Flower Line en el frente
11
Es algo obvio, pero solo para aclarar: Entrenamiento Físico.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
que llevaba a Península de Boso. Incluso habían permitido a Operaciones
Especiales, Americanos, entrar al juego; los EE.UU. no habían sido invitados a la
fiesta en Okinawa.
A los estadounidenses probablemente no les importaba un comino si
Tokio era reducido a un baldío humeante. Pero dejar que el área industrial
responsable de producción del más ligero, y duro, blindaje compuesto cayera por
los Mimics estaba fuera de cuestión.
El 70% de las partes de la-pieza-de-arte que era el Jacket provenían de
China, pero los trajes no podían hacerse sin la tecnología japonesa. Así que
convencer a los americanos de venir no había sido difícil. La llegada de las tropas
extranjeras trajo consigo seguridad más estricta. De repente hubo controles sobre
cosas como la falta de alcohol, al cual la seguridad de la base habría hecho la
vista gorda antes. Cuando el General se enteró de lo que había estado sucediendo,
fueron severamente regañados.
-¿Cómo pudo ser por casualidad? Me pregunto quién lo habrá jodido.
-No fuimos nosotros. Sabía que los estadounidenses estarían observando
su precioso batallón como si fueran halcones. Fuimos tan cuidadosos como una
virgen en la noche del baile.
Yonabaru dejó escapar un quejido exagerado.
-Ungh, mi estómago. . . ¡Sargento! ¡Mi estómago acaba de comenzar a
doler de verdad! Creo que es mi apéndice. O tal vez me dio tétanos en la espalda
cuando me lastimé en la formación. Sí, ¡Eso tiene que ser!
-Dudo que mejore antes de esta noche, así que asegúrese de mantenerse
hidratado. Eso no va a durar hasta mañana, ¿Me oyes?
-Oh, hombre. Realmente duele
-Kiriya. Asegúrese que beba un poco de agua.
-Señor.
Haciendo caso omiso de los quejidos de Yonabaru, Ferrell salió de los
cuarteles. Tan pronto como se fue, Yonabaru se sentó e hizo un gesto grosero en
la dirección a la puerta.
-Él realmente tiene un palo metido en culo. No entendería una buena
broma incluso si viniera con un maldito manual. De ninguna manera voy a ser
como el cuándo este viejo. ¿Me entendiste?
-Supongo.
-Mierda, mierda, mierda. Hoy todo se está yendo a la mierda.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Todo era como lo recordaba. La 17ª compañía pasaría las siguientes tres
horas con EF. Exhaustos, escucharíamos al oficial encargado, con el pecho
tapizado de medallas, darnos lecciones durante otra media hora antes de que nos
dispersáramos. Todavía podía escucharlo amenazando con arrancar los pelos de
nuestros traseros uno por uno con sus dedos potenciados con un Jacket. Mi sueño
se veía menos como uno por cada minuto que pasaba.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 3
Hay un ejercicio llamado Iso push-up. Levantas tu cuerpo como lo harías
con una flexión ordinaría, pero te mantienes en esa posición. Es mucho más
difícil de lo que parece. Puedes sentir tus brazos y abdomen temblando, y
eventualmente terminas perdiendo el sentido del tiempo. Después de haber
contado algo así como la milésima oveja saltando la valla, ruegas por estar
haciendo flexiones normales, cualquier cosa menos esto. Los brazos no están
diseñados para ser pilares. Los músculos y las articulaciones están ahí para
flexionarse y doblarse. Flexionar y doblar. Suena bien sólo de pensarlo. Pero no
debes pensar en ello, o será aún peor. Eres un pilar, ¿me entiendes? ¡Un Pilar! Un
lindo y fuerte pilar.
Los músculos no son realmente importantes para un jinete de Jacket. Ya
sea que el agarre de una persona sea de treinta kilos o setenta, tan pronto como se
ponen un Jacket, van a tener 370 kilos de fuerza en la palma de sus manos. Lo
que un jinete de Jacket necesita es paciencia y control, la capacidad de mantener
una posición sin mover un músculo. Las Iso push-up solo están para eso.
Sentarse en la pared tampoco es del todo malo. Algunas variaciones de las
Iso push-ups se habían convertido en la forma favorita de disciplina de la vieja
Fuerzas de Autodefensa de Japón, después prohibieron los castigos corporales.
Me costó creer que la práctica hubiera sobrevivido suficiente para que la División
de Infantería Acorazada la adoptara. La JSDF12 se había unido a la UDF antes de
que yo naciera. A quien sea que se le hubiera ocurrido tal castigo, espero que
haya tenido una muerte lenta y dolorosa.
-¡Noventa y ocho!
-¡Noventa y ocho!- Todos gritamos.
-¡Noventa y nueve!
-¡Noventa y nueve!- Mirando fijamente el suelo, ladrábamos
desesperadamente al compás de las instrucciones del sargento, el sudor fluía por
nuestros ojos.
-¡Ochocientos!
-¡OCHOCIENTOS!.... ¡Vete a la mierda!
12
Japan Self-Defense Forces.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Nuestras sombras eran claras y nítidas bajo el abrasador sol. La bandera de
la compañía se soltó y revoloteó por encima del campo. El viento azotando los
campos de entrenamiento apestaba a sal y dejó una capa de limo salobre en
nuestra piel.
Allí, inmóviles en medio de ese gigantesco campo de entrenamiento, 141
hombres de la 17ª Compañía de la División de Infantería Acorazada manteniendo
sus Iso push-ups. Estaban de pie tres jefes de pelotón, inmóviles como sus
hombres, cada uno enfrente de su pelotón. Nuestro capitán observaba la escena
con una mueca desde la sombra de las carpas de los cuarteles. Sentado junto a él
estaba un general de brigada de la Oficina General de Personal. El general que
había abierto su boca y empezó esta farsa, estaba probablemente bebiendo té
verde en una oficina con aire acondicionado. Maldito chupa vergas.
Un general era un ser de los cielos. Un ser encaramado en un trono
dorado, superior a mí, superior a Yonabaru, superior a Ferrell, superior al
teniente a cargo de nuestro pelotón, el capitán a cargo de nuestra compañía, el
teniente coronel a cargo de nuestro batallón; superior al coronel a cargo de
nuestro regimiento, más alto incluso que el comandante de la base. Los generales
eran los dioses de la Flower Line y para todos los que entrenaban, dormían, y
cagaban dentro de los muros. Estaban tan arriba, que parecía lejano e irreal.
Los generales no roban licor. Ellos se van temprano a la cama, se levantan
temprano, siempre se cepillan los dientes después de cada comida, nunca se sin
pasar por una mañana sin afeitar -malditos mesías. Los generales iban a la batalla
enfrentando a la muerte con la barbilla en alto, tan tranquilos como quieras. Ni
una mierda, todo lo que tenían que hacer era sentarse en Nagano y elaborar sus
planes de batalla. Una orden de ellos y nosotros los mortales en las líneas del
frente nos moveríamos como peones a través de un tablero de ajedrez hacia
nuestro espeluznante destino. Me gustaría ver a uno de ellos aquí con nosotros en
el barro. Teníamos nuestras propias reglas aquí abajo. La cual era probablemente
la razón por la que se mantenían alejados. Demonios, si uno de ellos se mostrara
por aquí, vería una bala perdida dirigirse hacia él y se agregaría a la lista de
KIA13. Este era de pensamiento menos terrible que pasaba por mi cabeza,
cualquiera de ellos habría sido suficiente para enviarme a fusilamiento.
Los Generales en la tienda de campaña no eran los únicos espectadores
alrededor observando nuestra tortura. Los chicos de la 4ª compañía estaban
riendo alto. Hace un tiempo les vencimos en un partido de rugby dentro de los
muros por más de treinta puntos, así que supongo que sentían que era una especie
de retorcida venganza. El licor que conseguimos era para ellos también, su
solidaridad es conmovedora. Bola de imbéciles. Si se metían en problemas en
Kotoiushi, te aseguro que no iba a ir a rescatarlos.
13
Killed in Action. Muerto en acción
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Operaciones Especiales de E.U y algún periodista se habían metido en el
campo para observarnos desde una distancia segura. Tal vez no hacían Iso pushups de dónde venían, pero cualquiera que sea la razón, ellos estaban riendo
mientras nos apuntaban con sus gordos dedos. La brisa que salió del agua recogió
sus voces y las arrojó sobre nosotros. Incluso a esa distancia, el comentario era
fuerte y chillón. Uñas arañando una pizarra. Oh, hombre. ¿Eso es una cámara?
¿Enserio está tomando fotos? Muy bien, eso es todo, hijo de puta. Tú eres el
siguiente en mi lista de KIA. El dolor y la fatiga atormentaban mi cuerpo. Mi
sangre bombeada tan lento como el plomo.
Esto estaba tomando mucho. Contando mi sueño, esta era la segunda vez
que había que soportar esta sesión especial del EF. No sólo EF, Iso push-ups En
el entrenamiento nos enseñan que incluso cuando estas en un dolor insoportable,
-especialmente en la parte de dolor-la mejor cosa que puedes hacer es encontrar
algún tipo de distracción, centrarte en otra cosa que no sea en el ardor de los
músculos y el sudor bajando por tu frente. Cuidadosamente sin mover mi cabeza,
miré a mí alrededor por el rabillo del ojo. El periodista estadounidense tomando
fotos, un pase de visitante colgaba de su cuello. ¡Di queso! Era un tipo
musculoso. Podrías alinearlo con cualquiera de esos tipos de las fuerzas
especiales de Estados Unidos y nunca notarías la diferencia. Él se vería más en
casa en un campo de batalla, eso es seguro.
Tengo la misma sensación de esos tipos de las fuerzas especiales que la
que recibí del sargento Ferrell. El dolor y el sufrimiento son como viejos amigos
para hombres como ellos. Caminaron hasta la cara del peligro, sonrieron, y le
preguntaron por qué le tomó tanto tiempo para llegar allí. Estaban en una
completamente distinta a la de un recluta como yo.
En medio de la vista llena de testosterona, una única mujer sobresalía
como un adolorido dedo meñique. Ella era una cosita delgada y pequeña de pie
a una corta distancia del resto del escuadrón. Verla allí, junto al resto de su
equipo de tamaño extra-grande, era algo que parecía fuera de lugar.
“Ana de las Tejas Verdes va a la guerra”14.
Me imagino que el libro sería un spin-off entorno a La Primera Guerra
Mundial. Mongolia se apropia de algunas tierras, y allí está Ana, con una
ametralladora escondida delicadamente bajo su brazo. Su pelo era del color de
acero oxidado, similar a un rojo apagado. Algunas pelirrojas hacían pensar en
imágenes de sangre, fuego, actos de valor. Pero no ella. Si no fuera por la
camiseta de color arena que llevaba puesta, habría parecido una niña que había
llegado a la base en un viaje de campo y se había perdido.
14
“Anne of the Green Gables”. Serie de libros lanzada en 1908 sobre una niña huérfana.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Los otros estaban desplegados en torno a esta chica que apenas les llegaba
hasta el pecho como una campesina medieval atemorizada, sorprendida frente a
la nobleza.
De repente me di cuenta. ¡Ella es Rita!
Tenía que serlo. Era la única manera de explicar cómo este mujer, que no
podría haber sido vista en un traje de Jacket si no era más que en un disfraz de
fiesta, estaba compañía de los Spec Ops. La mayoría de las mujeres que se
ponían el traje parecían una especie de cruce entre un gorila y un gorila más feo.
Eran la única Unidad Blindada de Infantería que podían pasar por las líneas
delanteras.
Rita Vrataski era el soldado más famoso en el mundo. Antes, cuando me
enliste en la UDF, no se podía pasar un día sin ver las noticias alimentando sus
alabanzas. Historias con títulos como "Un Comando Legendario", "Valquiria
Encarnada", ese tipo de cosas. Yo había oído que Hollywood iba a hacer una
película sobre ella, ya estaba en la UDF en el momento en que salió, así que
nunca la vi.
Alrededor de la mitad de todos los Mimics que la humanidad había
matado jamás podían atribuirse a las batallas en las que su escuadrón había
luchado. En menos de tres años, habían masacrado tantos Mimics como toda la
UDF junta en veinte años. Rita era una salvadora que descendió de lo alto para
ayudar a incrementar las posibilidades en esta interminable batalla perdida.
Al menos, eso es lo que decían.
Todos creímos que ella era parte de un escuadrón de propaganda que
estaban usando para hacer incursiones en territorio enemigo. Que los ponían en
frente de algún arma secreta o una nueva estrategia que realmente se merecía el
crédito.
El 60% por ciento de los soldados eran hombres. Esa cifra se disparó a
85% cuando comenzaron a hablar de ese sangriento jinete de Jacket en las
primeras líneas. Después de veinte años luchando contra un enemigo cuya
identidad ni siquiera conocemos, perdiendo terreno día tras día, nosotros los
grunts no necesitábamos otro salvador musculoso que gruñía y sudaba y tuviera
una hamburguesa por cerebro al igual que nosotros.
Sí, si tuviera yo la última palabra en la Dirección General de Personal,
habría escogido a una mujer también. Dondequiera que se desplegaran los Spec.
Ops. De Estados Unidos, la moral se dispara. La UDF había sido empujada hasta
la orilla del acantilado, pero finalmente fueron capaces de empezar a moverse del
borde. Después de terminar la guerra en América del Norte, se trasladaron a
Europa y luego el norte de África. Ahora, habían llegado a Japón, donde el
enemigo estaba llamando a la puerta de la isla principal de Honshu.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Los americanos llaman a Rita la Full Metal Bitch, o a veces sólo Queen
Bitch. A veces, cuando nadie estaba escuchando, la llamamos Mad Wargarita.
El Jacket rojo de Rita era tan rojo como el sol naciente. Ella metió su nariz
en los asuntos de los sujetos con batas de laboratorio que habían pasado meses
sin dormir hasta refinar su Jacket con pintura polimérica para absorber cada
escaneo de radar posible. Su traje era de un color rojo metálico de plomo -no,
más que eso, brillaba. En la oscuridad sería capaz de captar la luz más tenue, un
ardiente carmesí. ¿Estaba loca? Probablemente.
A sus espaldas, habían dicho que pintó su traje con la sangre de su
escuadrón. Cuando destacas de esa manera en el campo de batalla, sueles atraer
más que solo el fuego enemigo. Otros decían que ella no se detendría ante nada
para hacer que su escuadrón se viera bien, incluso que uso a un compañero como
cobertura una vez. Si ella tenía un fuerte dolor de cabeza, se volvería como
mierda de mono, matando amigos y enemigos por igual. Y que ninguna sola
ronda enemiga había rozado su Jacket aún. Podía entrar a cualquier parte del
infierno y volver indemne. Tenían un millón de historias. Su rango y archivos
como soldado, terminaron con una gran cantidad de tiempo en sus manos, y
escuchar ese tipo de historias, transmitirlas y embellecerlas -era justo el tipo de
cosas que necesitábamos para matar el tiempo y para mantener fuera el tema de
los camaradas caídos.
Rita había sido un jinete de Jacket que comía y dormía en la misma base
que yo, pero yo nunca había visto su cara hasta este momento. Podríamos haber
resentido el trato especial que tiene, si hubiéramos tenido la oportunidad de
pensar en ello.
No podía apartar los ojos de la línea de su cabello, lo llevaba corto, ya que
se balanceaba con el viento. Había un equilibrio elegante en sus características.
Podrías incluso llamarla hermosa. Tenía una nariz fina, una barbilla afilada. Su
cuello era largo y blanco, cuando la mayoría de los jinetes de Jacket ni siquiera
tenían cuello. Su pecho, sin embargo, era completamente plano, entraba en
desacuerdo con las imágenes de mujeres de raza blanca que ves pegados en las
paredes de cada celda de los cuarteles. No es que me moleste. El que la mire y
piense en el nombre Full Metal Bitch necesitaba revisarse la cabeza. Ella estaba
más cerca de un cachorro que de una perra. Supongo que incluso en una camada
de perros pitbull hay espacio para un dulce perrito. Si, en mi sueño, la coraza del
Jacket rojo apareció y me mando a volar, tendría que haber algún tipo de mierda
en mi litera. Ya había visto su cara y su Jacket un montón de veces en las
noticias, pero no te daba una idea de lo realmente bien que ella se veía en
persona. Siempre me había imaginado una Rita Vrataski alta y despiadada, con
un cuerpo de nocaut y un total aire de auto-suficiencia.
Entonces nuestros ojos se encontraron. Aparté la vista de inmediato, pero
ya era demasiado tarde. Ella comenzó a caminar hacia mí. Se movía con
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
determinación, con un pie plantado firmemente en la tierra antes de desplazar el
otro, implacable, una fuerza imparable. Aunque sus pasos eran pequeños, el
resultado neto era una marcha que te ponía nervioso, como estar acosado. No
estoy seguro de haber visto jamás a nadie, caminar así antes.
Vamos, no me hagas esto. No puedo ni moverme. Dale a este chico un
descanso y se piérdete, ¿Entendido? Vamos. ¡Vete! Rita se detuvo. Los músculos
de mis brazos empezaron a temblar. Entonces, a propósito, ella se alejó. De
alguna manera ella escucho mi oración, dio un giro de noventa grados a la
derecha delante de mí y se dirigió hacia el general de brigada que estaba sentado
bajo la carpa. Ella mostro un saludo superficial. No tan descuidado como para ser
insultante, pero tampoco tan rígido como para podía oír nada tronando. Un
saludo apropiado para la Full Metal Bitch. El general de brigada lanzó una
mirada de duda a Rita. Rita era un sargento mayor.
En la jerarquía militar, la diferencia entre un general de brigada y un
sargento mayor era casi lo mismo que la diferencia entre una comida de cuatro
platos en un restaurante esnob y un buffet de todo lo que puedas comer. Los
reclutas como yo éramos estrictamente comida rápida, complementada con una
gran porción de patatas fritas a un lado. Pero no era tan sencillo. Nunca lo fue.
Rita era un militar de US, la pieza clave de la próxima operación, y uno de los
soldados más importantes de la faz del planeta. Dejando el rango de lado, era
difícil decir cuál de ellos tenía más poder. Rita se quedó en silencio. El general
de brigada fue el primero en hablar.
-Sí, ¿Sargento?
-Señor, ¿Sería posible para mí unirme al EF? Señor. -La misma voz alta de
mi sueño, hablando en un perfecto tono continúo.
-Usted tiene una gran operación para mañana.
-Al igual que ellos, señor. Mi equipo nunca ha participado en esta forma
de EF, señor. Creo que nuestra participación podría ser vital para asegurar el
éxito de la coordinación y la ejecución de la operación conjunta de mañana.- El
general estaba perdido por esas las palabras. Las Fuerzas Especiales de E.U
alrededor del campo comenzaron a gritar de alegría.
-Solicitando permiso para participar en el EF, señor.- Dijo ella.
-Concedido.
-Señor, ¡gracias, señor!
Ella dirigió un saludo rápido. Hizo un cambio radical de postura, se
deslizó entre las filas de los hombres que miraban fijamente la tierra. Ella escogió
un lugar junto a mí y comenzó su serie de Iso push-up. Podía sentir el calor
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
saliendo de su cuerpo a través del aire frío entre nosotros. No me moví. Rita no
se movió. El sol se encontraba alto en el cielo, arrojando sus rayos sobre
nosotros, asando lentamente nuestra piel. Una gota de sudor se había formado en
mi axila, a continuación, continuo su camino lentamente hacía suelo. El sudor
había empezado a brotar en la piel de Rita también. ¡Mierda! Me sentía como un
pollo calcinado en el mismo horno que el pavo de Navidad. Los labios de Rita
hicieron el más sutil de los movimientos. Una voz baja que sólo yo podía oír.
-¿Tengo algo en la cara?
-¿Qué?
-Me has estado mirando a por un tiempo hasta ahora.
-¿Yo? No.
-Pensé que tal vez había un punto de láser en la frente.
-Lo siento. No lo había, no es nada.
-Oh. Está Bien
-Tienes mierda-por-cerebro ¡Kiriya! ¡Te estás deslizando! -Gritó el
teniente.
Rápidamente extendí mi brazo hacia atrás regresándolo a su posición. A
mi lado, Rita Vrataski, con la expresión desinteresada de alguien que nunca había
tenido necesidad de hacer contacto humano durante toda su vida, continuó su Iso
push-up. EF terminó en menos de una hora más tarde. El general, olvido el sabor
a bilis en su boca y volvió a los cuarteles sin más instrucciones.
La 17ª Compañía había pasado una tarde productiva pre-batalla. No iba de
la manera en que yo recordaba. En mi sueño, nunca hice contacto visual con Rita,
y ella no se había unido al EF. Tal vez yo estaba pensando demasiado las cosas,
pero yo diría que lo hizo sólo para cabrear al general.
Le tomo a la Valquiria Encarnada una llave inglesa en una sesión de
entrenamiento disciplinario planeada con precisión militar para salirse con la
suya. Por otra parte, su antena pudo simplemente detectar algo que le hiciera
querer ver lo que esta cosa extraña llamada Iso push-up era y de que se trataba.
Tal vez sólo había sentido curiosidad. Sin embargo, una cosa era segura. Rita
Vrataski no era la perra que todo el mundo la hacía parecer.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 4
-¿Qué tal ayer por la noche, eh? Esa mierda estaba apretada.
-Tú lo has dicho.
-Con reflejos como esos, esa chica debe estar ocultando resortes en ese
pequeño cuerpo. Podía sentirlo por todo el camino hacia mi abdomen.
-Oye si hablas así, será mejor que tengas cuidado.
-¿A quién no le gusta un cumplido? Solo estoy diciendo que era buena.Mientras hablaba, Yonabaru movió sus caderas. Ver a alguien moverse así en un
Jacket era muy, muy divertido. Un gesto cotidiano con suficiente poder como
para nivelar una casa.
Nuestro pelotón estaba en el extremo norte de la isla de Kotoiushi,
esperando la orden de emboscada, con los Jackets en el modo de suspensión. Una
pantalla de alrededor de metro y medio de altura estaba frente a nosotros,
mientras proyecta una imagen del terreno detrás. Es lo que llamaban camuflaje
activo. Se suponía que iba a hacernos indetectables ante un enemigo que nos mira
de frente. Por supuesto, podríamos haber utilizado una pintura. El terreno había
sido bombardeado hasta quedar en el olvido, por lo que a cualquier dirección que
mires, todo lo que verías sería el mismo terreno baldío carbonizado.
La mayoría de las veces, los Mimics acechaban desde las cuevas que se
retorcían en las profundidades del lecho marino. Antes de un asalto terrestre,
disparamos bombas anti-búnkeres que penetran en la tierra antes de detonar.
Coman eso. Cada uno de esos bebés cuesta más de lo que ganaría en toda mi
vida. Pero los Mimics tenían una desconocida manera de evitar las bombas. Esto
es suficiente para hacer que te preguntes si estaban recibiendo una copia de
nuestros planes de ataque de antemano. Según los papeles, teníamos una ventaja
aérea insuperable, pero por tierra había una guerra interminable de todos modos.
Desde que nuestro pelotón era parte de una emboscada, no estábamos
portando las armas de gran calibre como los Cañones-masivos que eran cada uno
del tamaño de un coche pequeño cuando estaban completamente montados. Lo
que sí teníamos eran rifles de 20 mm, granadas de combustible-aire, martinetes y
lanza cohetes cargados con tres rondas para cada uno.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Ya que éramos del pelotón de Ferrell, todos estábamos unidos a él por
15
medio de comunicadores. Eché un vistazo al HUD de mi Jacket. Marcaba
veintiocho grados centígrados. La presión era 1.014 milibares. La fuerza de
ataque principal se pondría en movimiento en cualquier momento.
Ayer por la noche, después de las infinitas horas de EF, me decidí por ir a
la fiesta. No era lo que yo recordaba hacer en el sueño, pero yo no tenía ganas de
volver a leer ese libro. La parte de ayudar a Yonabaru hasta su litera después de
que él se tambaleó de regreso al cuartel se mantuvo igual.
Circulaba el rumor en pelotón de que la novia de Yonabaru era un jinete
de Jacket también. Con la excepción de las fuerzas especiales, los hombres y
mujeres luchaban en pelotones separados, por lo que no se habría encontrado con
ella en el campo de batalla de todos modos.
-Sé que, sólo estoy diciendo cosas, pero si uno de ustedes fuera a ser
asesinado…- Me aventuré a decir.
-Me siento como una mierda.
-Pero siguen viéndose el uno al otro de todos modos.
-El cielo no es un banco suizo. No puedes guardar lejos el dinero en
alguna cuenta secreta allí y esperar a hacer un retiro. Tienes que hacer lo que
puedas antes de ir a la batalla. Esa es la primera regla de los soldados.
-Sí, supongo.
-Pero te estoy diciendo, te tienes que enganchar dentro de algún coño.
Carpe diem,16 hermano.
-Carpe lo que sea.
-¿Qué pasa con Mad Wargarita? Ustedes estaban hablando durante el EF,
¿verdad? Deberías de tomar eso, yo sé que puedes.
-Ni siquiera pensaba ir allí.
-Una pequeña chica como ella, apuesto a que es una loba en la cama.
Cuanto más pequeña sea, mejor folla, ¿sabes?
-Muestra un poco de respeto.
-El sexo no se tiene nada que ver con el respeto. Desde el peón más bajo a
Su Majestad el general, todo el mundo quiere hacer un poco de pudin entre las
piernas. Todo lo que estoy diciendo es como que evolucionamos….
15
16
Head-Up Display. La pantalla del casco.
Tópico literario que en el que se anima a aprovechar el momento presente sin esperar el futuro.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Sólo cierra la boca.- Le dije.
-¿Esa es la manera de hablar conmigo en frente del sargento? Estoy
herido. Tengo un carácter muy sensible. Sólo estoy diciendo basura para
mantener mi mente distraída. Al igual que todos los demás.
-Tiene razón.- Alguien más aportó por el enlace del comunicador.
-Hey, ¿Yo no puedo tener un voto?
Parece que este era el tipo de excusa que todos en el pelotón habían estado
esperando. Todo el mundo empezó a hablar a la vez.
-Yo voy a dar mi voto para Yonabaru.
-He puesto esta cosa para filtrar sus bromas, así que dejen de desperdiciar
su aliento.
-Suena como que Kiriya va a tener que intensificar su entrenamiento si no
quiere que Yonabaru lo pueda cabrear tan fácil.
-¡Señor! ¡Creo que tengo que reiniciar mi de Jacket, señor! ¡No quiero que
se estropee durante la batalla!
-Aaww viejo, mataría por un cigarrillo. Debe quedar alguno en mi otro
Jacket.
-Pensé que habías dejado de fumar.
-Hey, ¡cállense! ¡Estoy tratando de dormir un poco!
Y así fue. La conversación iba de ida y vuelta a través del enlace de
comunicaciones, como si fuera una sala de chat. Todo lo que Ferrell podía hacer
era suspirar y sacudir la cabeza de su Jacket.
Cuando estás tan nervioso que te has quedado sin uñas que morder, debes
pensar en algo que disfrutes para aliviar la presión. Nos enseñaron eso en el
entrenamiento también. Por supuesto, si consigues a un montón de animales
como estos y los pones juntos, muchos en lo único que pensarán seria en sexo.
Sólo había una chica en la que podía pensar, mi pequeña y dulce bibliotecaria
cuyo rostro apenas podía recordar. Quién sabe qué estaba haciendo. Había
pasado medio año desde que se casó. Probablemente ahora estaría embarazada.
Me enliste justo después de que me gradué de la escuela secundaria, y ella
rompió mi corazón. No creo que esas dos cosas estuvieran relacionadas. ¿Quién
puede decirlo?
Me había inscrito pensando que podría darle un poco de sentido a este
jodido mundo apostando mi vida en batalla y ver como el destino me trató. Fui
un chico que siempre estuvo verde. Si yo fuera té verde ahora, en ese entonces
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
debí hacer sido de color verde lima. Resulta que incluso mi vida no es lo
suficientemente valiosa para comprar una de esas preciadas bombas, y lo que las
cartas del destino que me habían tocado no tenían orden ni sentido.
-A la mierda con esto. Si no vamos a cavar trincheras, ¿No podemos
sentarnos al menos?
-No podemos ocultarnos si estamos cavando trincheras.
-Este camuflaje activo no es bueno para una mierda. ¿Quién puede decir
que no pueden ver mejor de lo que creíamos? Se supone que no son capaces de
ver los helicópteros de ataque tampoco, pero los derriban del cielo como globos
en una galería de tiro. Fue un tiempo cojonudo en Okinawa.
-Si nos encontramos con el enemigo, me asegurare de hacerles un examen
de la vista.
-Sigo diciendo que la trinchera es el mayor invento del hombre. Mi reino
por una trinchera.
-Podrás cavar todas las trincheras que quieras una vez que volvamos. Es
una orden.
-¿No es así la forma en que torturaban a los prisioneros?
-Le daré mi pensión al hombre que invente una manera de fijar... ¡Mierda,
ya ha comenzado! ¡No dejen que les vuelen las pelotas señores!- Gritó Ferrell.
El sonido de la batalla inundo el aire. Podía sentir el estruendo de los
proyectiles distantes cuando hacían explosión. Volví mi atención a Yonabaru.
Después de lo que pasó en el EF tal vez mi sueño era sólo un sueño pero si
Yonabaru muere a mi lado en el comienzo de la batalla, nunca me lo perdonaría a
mí mismo. Repetí los acontecimientos del sueño en mi cabeza. La jabalina había
venido a las dos en punto. Había volado derecho a través de la pantalla de
camuflaje, dejándolo en el suelo, más o menos, alrededor de un minuto después
de que la batalla empezó. Tensé mi cuerpo, listo para ser derribado en cualquier
momento.
Mis brazos estaban temblando. Un picor se estaba desarrollando en la
parte baja de mi espalda. Una depresión en el traje interior chocaba contra mi
costado. ¿Qué están esperando? La primera ronda no golpeó Yonabaru. El tiro
que se suponía que lo habría matado a él se dirigía a mí en su lugar. No tengo
tiempo para moverme ni un milímetro. Nunca olvidaré una vista así, la vista de la
jabalina enemiga volando directamente hacia mí.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 5
El libro de bolsillo que había estado leyendo estaba al lado de mi
almohada. Era una novela de misterio acerca de un detective americano que se
supone que es una especie de experto en el Oriente. Tenía mi dedo índice metido
en una escena en la que todos los protagonistas se reúnen para cenar en un
restaurante japonés en Nueva York.
Sin levantarme, miré cuidadosamente alrededor de los cuarteles. Nada
había cambiado. La modelo en traje de baño todavía tenía la cabeza del primer
ministro. La radio graznaba la música de una manera grave desde la litera de
arriba; desde la tumba un cantante nos amonestó llorando por un amor perdido.
Después de esperar y asegurarme de que el DJ leyera el informe del tiempo con
su chiclosa voz, me senté. Recargando mí peso en el borde de la cama al hacerlo.
Me pellizqué el brazo tan fuerte como pude. El lugar en que me pellizqué
comenzó a ponerse rojo. Me dolió como a una perra. Lágrimas nublaron mi
visión.
-Keiji, firma esto.- Yonabaru estiró el cuello desde un lado de la litera de
arriba.
-…
-¿Qué pasa? ¿Aún sigues dormido?
-Nah. ¿Necesitas mi firma? Claro.- Yonabaru desapareció de mi vista.
-¿Te importa si te pregunto algo un poco raro?
-¿Qué? Sólo necesito que firmes en la línea punteada. -Su voz llegó desde
el marco de la cama. -No es necesario que escribas cualquier otra cosa. Nada de
dibujitos graciosos del teniente en la parte de atrás ni nada por el estilo.
-¿Por qué iba a hacer eso?
-No sé. Es lo que yo hice la primera vez que firmé.
-No me compares con t-ah, olvídalo. Lo que quería preguntar era;
¿mañana es el ataque, no?
-Claro. Esa es la clase de cosas que no cambiarían.
-Nunca has escuchado de alguien que reviva el mismo día una y otra vez,
¿verdad? - Hubo una pausa antes de que me contestara.
-¿Estás seguro de que estás despierto? El día después de ayer es hoy. El
día después de hoy es mañana. Si no funcionará de esa manera, nunca
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
llegaríamos a la Navidad o al Día de San Valentín. Entonces estaríamos jodidos.
¿O no?
-Sí. Es cierto.
-Escucha. No hay nada con la operación de mañana.
-…Claro.
-El sudor es demasiado, acabarás como un loco, terminarás perdiendo la
cordura incluso antes de que tengas la oportunidad de volarte los sesos.
Me quedé mirando fijamente a la tubería de aluminio del marco de la
cama.
Cuando yo era un niño, la guerra contra los Mimics ya había iniciado. En
lugar de indios y vaqueros o de policías y ladrones, luchábamos contra los aliens
utilizando pistolas de juguete que disparan balas de plástico con un resorte.
Dolían un poco cuando te golpeaban, pero eso era todo. Incluso a quema ropa
apenas hacía daño. Yo siempre jugué al héroe, el que toma la bala por el equipo.
Me aventuraba con valentía a la línea de fuego, absorbiendo una bala tras otra.
Daba un salto con cada golpe recibido, realizando una danza interpretativa
improvisada. Yo era muy bueno en eso. Inspirados por la muerte del héroe, mis
camaradas lanzarían un contraataque audaz. Con su noble sacrificio, había
asegurado la salvación de la humanidad. La victoria sería declarada, y los niños
que habían estado del lado de los chicos malos regresarían con la humanidad y
todo el mundo se pondría a celebrar. No había un juego como ese.
Pretender ser un héroe caído en la batalla era una cosa. Morir siendo un
héroe en una guerra real era otra. A medida que fui creciendo, comprendí la
diferencia, y sé que no quiero morir. Ni siquiera en un sueño.
Hay algunas pesadillas de las cuales no puedes despertar, no importa
cuanto lo intentes. Yo estoy atrapado en una pesadilla, y no importa cuántas
veces me despierte, aún estoy en él. Sabía que estaba atrapado en un bucle que no
podía romper, esa era la peor parte de todo. Luché contra el pánico. ¿Pero
realmente estaba ocurriendo de nuevo?
El mismo día que ya había vivido dos veces se estaba desarrollando de la
misma manera a mí alrededor. O tal vez todo era una pesadilla, después de todo.
Por supuesto las cosas estaban sucediendo de la manera que recordaba. Todo
estaba en mi cabeza, así que ¿por qué no? Esto era ridículo. Golpeé el colchón.
¿Había soñado ese punto negro volando hacía mí? ¿La jabalina que destrozó mi
coraza y atravesó mi pecho estaba solo en mi cabeza? ¿Había imaginado la
sangre, y tosiendo trozos de mi pulmón?
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Déjame contarte que es lo que pasa cuando te trituran los pulmones. Te
ahogas, no en el agua, en el aire. Jadea tan duro como quieras, los pulmones
triturados no pueden proporcionar el oxígeno que el cuerpo necesita al torrente
sanguíneo. A tu alrededor, tus amigos están respirando de adentro hacia afuera
sin pensarlo por un segundo, mientras tú te asfixias en un mar de aire, solo.
Nunca supe de esto hasta que me pasó a mí. Nunca había oído hablar de ello.
Definitivamente no lo había hecho. Pero realmente sucedía.
No importaba si nunca se lo decía a nadie, nadie me creería. Aún así,
seguía siendo la verdad. La sensación que había quedado impresa en mi mente
era la prueba suficiente de ello. El dolor que se dispara a través de tu cuerpo
como un rayo, tienes las piernas tan malditamente pesadas que se siente como si
hubieran sido rellenadas con sacos de arena, el terror tan grande que aplasta tu
corazón, no es cosa de la imaginación y los sueños.
No estaba seguro de cómo, pero me habían matado. Dos veces. No hay
duda de ello. No me molestaba escuchar a Yonabaru contar una historia que ya
había oído antes. Rayos, podría hacer eso diez, cien veces, cuanto más mejor.
Nuestras rutinas diarias estarían llenas con la misma mierda repetitiva. ¿Pero
volver a la batalla? No, gracias.
Si me quedo aquí, me matarán. Si moría antes o después de Yonabaru,
realmente no me importaba. No había manera de que pudiera sobrevivir al
tiroteo. Tenía que escapar. Podría estar en cualquier lugar, menos aquí.
Incluso los santos tienen límites en su paciencia, y yo no era un santo. Yo
nunca había sido de los que creen ciegamente en Dios, Buda o ninguna de esas
mierdas, pero si alguien allá arriba me iba a dar una tercera oportunidad, yo no
iba a desperdiciarla. Si me quedo aquí sentado mirando la litera de arriba, el
único futuro que me esperaba era terminar en una bolsa de cadáveres. Si no
quería morir, tenía que moverme. Moverme primero y pensar después. Al igual
que nos enseñaron en el entrenamiento.
Si hoy es una repetición de ayer, Ferrell estaría por aquí de un momento a
otro. La primera vez que apareció era cuando había estado tomando un vertedero,
el segundo mientras estaba charlando con Yonabaru. Después estaríamos afuera
en una ridícula sesión de EF, y volveríamos agotados. Eso me hizo pensar. Todo
el mundo en el 17 ª Compañía estaría en el EF. No sólo eso, todos los demás en
la base con tiempo de sobra se reunirían alrededor del campo para ver. No podría
pedir una mejor oportunidad para escaparme de la base. Tomando en cuenta lo
cansado que sería después del entrenamiento, posiblemente era la única
oportunidad que tenía.
Si me lastimo a mí mismo, probablemente puedo hacerlo. No iban a enviar
a un soldado herido a EF. Necesitaba una lesión que fuera tan mala como para
sacarme de EF, pero nada tan malo para no poder moverme. Para una persona
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
incluso una herida superficial en el cuero cabelludo lo haría sangrar como un
cerdo. Fue una de las primeras cosas que nos enseñaron en Primeros Auxilios.
Por el momento, me pregunté que de bueno tenía saber primeros auxilios o
cualquier otra cosa después de que una jabalina de Mimic cortara tu cabeza y la
envié a volar por el aire, pero creo que nunca sabes cuándo un pequeño pedazo
de conocimiento sería útil. Tenía que empezar rápido. ¡Mierda! Tenía un día
entero para repetir, pero no el tiempo suficiente cuando lo necesitaba. Ese
sargento cabeza dura estaba en camino. ¡Muévete! ¡Muévete!
-¿Qué es todo ese ruido ahí abajo?- Preguntó Yonabaru casualmente.
-Tengo que salir por un minuto.
-¿Salir? ¡Hey! ¡Necesito tu firma!
Me zambullí en el espacio entre las literas sin siquiera molestarme en
atarme los zapatos. Se sentían como bofetadas de concreto bajo mis pies, me
volteé justo antes de golpear el cartel de la nena en traje de baño. Pasando al
sujeto con la revista porno acostado en su cama.
No me dirigí a ningún lugar en particular. En este momento mi prioridad
es asegurarme de no toparme con Ferrell. Tengo que llegar a algún lugar fuera de
la vista para poder hacerme daño, y entonces aparecer cubierto de sangre para
cuando Yonabaru y Ferrell terminaran su conversación. Para un plan que había
cocinado sobre la marcha, no era del todo malo. Mierda. Debería haber traído el
cuchillo de combate que estaba bajo mi almohada. Era inútil contra los Mimics,
se usaba para abrir latas o cortar a través de la madera o tela, que era algo que
ningún soldado decente podía dejar fuera. Me corté con el cuchillo una y mil
veces durante el entrenamiento. No habría tenido ningún problema para hacer
una herida en cuero cabelludo con él. Salí por la entrada de los cuarteles, quería
poner el mayor espacio posible entre el HQ y yo.
Aumente mi velocidad cuando doblé la esquina del edificio. Había una
mujer allí. Que mal momento. Ella gruñó mientras empujaba un carrito con una
montaña de patatas. Yo la conocía: Rachel Kisaragi, una civil encargada de la
cafetería No. 2. Con un pañuelo blanco como la nieve, cuidadosamente doblado
en forma de triángulo cubriendo su ondulado cabello negro. Tenía una sana piel
bronceada y pechos más grandes que el promedio. Su cintura era estrecha. De los
tres tipos de mujeres de los que se jactaba la raza humana -la bonita, la hogareña,
y las gorilas con las que no se podía hacer nada más que enviarlas al ejército- la
puse en la categoría "la bonita" sin siquiera pestañear.
En una guerra que ya había durado veinte años simplemente no había
suficiente dinero para que todo el personal de apoyo militar sean empleados del
gobierno. Incluso en una base en las líneas del frente, llenaron tantas funciones
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
17
no combatientes con la población civil como pudieron. Incluso The Diet había
debatido la posibilidad traspasar el transporte de material de guerra de las zonas
no combatientes al sector privado. La gente bromeaba diciendo que a este ritmo,
no pasaría mucho tiempo antes de que los combates los pasaran a los civiles e
hicieran que ellos resuelvan todo el asunto.
Había escuchado que Rachel era más de una nutrióloga que una cocinera.
La única razón por la que la conocí fue porque Yonabaru había estado
persiguiendo su falda antes de que él se incluyera en su pelotón actual. Al
parecer, a ella no le gustaban los chicos que avanzaban muy rápido, así que
prácticamente Yonabaru quedaba descartado. Sonreí ante la idea y una montaña
de patatas se estrelló contra mí. Desesperadamente, retrocedí con el pie derecho
para recuperar el equilibrio, pero me resbale con una de las papas y caí de lleno
sobre mi trasero. Una avalancha de papas azotó en mi rostro, uno tras otro,
parecían los golpes ansiosos de un boxeador novato en su camino hacia el
campeonato mundial de peso pesado. El carrito de entrega metálico asesto el
golpe final, un duro derechazo a la sien.
Me desplomé en el suelo con un ruido lo suficientemente contundente
como para parecer una granada de combustible-aire por sí mismo. Paso un
tiempo antes de que pudiera respirar.
-¿Estás bien?
Gemí. Al menos parecía que ninguna de las papas había golpeado a
Rachel.
–Yo. . . Creo que sí.
-Lo siento. Realmente no puedo ver a dónde voy cuando estoy empujando
esta cosa.
-No, no es tu culpa. Salté justo en frente de ti.
-Oye, ¿no te conozco?– Dijo Rachel mirando hacia abajo al pobre sujeto
tirado en el suelo con sus ojos verdes. Una tímida sonrisa se extendió por mi
cara.
-Parece que nos volvemos a encontrar. . .
-¡Lo sabía! Eres el nuevo recluta en la 17ª.
-Sí. Lamento los problemas- Le dije.
Una papa giró y se resbalo de mi vientre. Con una mano en la cadera,
Rachel inspeccionó el daño. Sus delicadas cejas se hundieron.
17
Institución gubernamental Japonesa que administra el subministro de recursos militares. Creo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-No podrían haberse esparcido más lejos aún si lo intentabas.
-Lo siento.
-Es su culpa por ser tan redondas.- Ella arqueó la espalda un poco y su
pecho sobresalía. Era difícil de ignorar.
-Supongo.
-¿Has visto a donde se fue esa papa?
No lo había hecho. No es como si los tubérculos cubrieran el suelo
tampoco.
-No debería tomar tanto tiempo para recogerlos, si es que me ayudas.
-No, quiero decir, sí.
-Bueno, ¿Cuál será?
El reloj seguía corriendo. Si no salgo de aquí ahora, estaré muerto para
mañana. No tengo tiempo para levantarme y ponerme a recoger patatas, o
cualquier otra cosa como esa. Pero algo más me estaba pateando a ello, una
atracción que había sentido por esta chica desde la primera vez que me encontré
con ella, justo después de entrar en la base. Me quede sentado en el suelo,
estancado y pretendiendo estar adolorido. Estaba a punto de decir mi respuesta
cuando escuché el sonido de pasos precisamente medidos que se aproximaban
por detrás.
-¿Qué estás haciendo?- Fue un gruñido como el de un sabueso salido de
las puertas del infierno. Ferrell. Había aparecido por la esquina del cuartel y
ahora estaba inspeccionando las patatas esparcidas por el sendero de hormigón
con desaprobación.
-Yo-yo estaba empujando mi carrito, y…
-¿Este es tu desorden, Kiriya?
-¡Señor, sí, señor!- Me puse de pie. Una ola de vértigo se apoderó de mí.
Él giró los ojos y fijó su mirada en mí. -¿Se-señor?
-Estás herido. Déjame echar un vistazo.
-No es nada. Estaré bien.
Ferrell se acercó más y tocó mi cabeza, a la derecha de mi línea del
cabello. Un dolor agudo se disparó a través de mi cuero cabelludo. Sus dedos de
salchicha abrieron la herida. La sangre caliente brotó de la frente al ritmo de una
desconocida banda de rock. El flujo corría perezosamente por un lado de mi
nariz, tocó la comisura de mi boca, y luego colgó brevemente en la punta de mi
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
barbilla hasta que empezó a escurrir gota por gota. Un creciente charco de sangre
fresca floreció en el concreto. El fuerte olor a hierro llenó mis fosas nasales.
Rachel se quedó sin aliento.
-Hrmm. bien, la entrada en la herida está limpia. ¿Con que te golpeaste?
Rachel intervino. -Mi carrito cayó sobre él. Lo siento.
-¿Es eso lo que pasó?
-En realidad, yo soy el que choco con ella, pero sí, más o menos así fue.
-Está bien. Bueno, no es tan malo como parece. Vas a estar bien. -Dijo
Ferrell, dando a mi nuca una bofetada juguetona.
Un chorro de sangre voló de mi frente, manchando mi camisa. Dejándome
donde estaba, fue a la esquina del cuartel y gritó, lo suficientemente fuerte como
para asustar a las cigarras en las paredes,
-¡Yonabaru! ¡Trae tu trasero aquí!
-¿Hay algo que necesite de un soldado? Estoy aquí para… oh. Buenos
días, Rachel. Sargento, otro buen día en el cuerpo ¿No cree? Bien, parece que
germinaron patatas del concreto.
-Cierra el pico y trae algunos hombres aquí para recoger esto.
-¿Quién, yo?
-Bueno, no parece como si el pudiera levantar nada ¿O sí? -Ferrell señaló
en mi dirección.
Yonabaru quedó boquiabierto.
-Amigo, ¿qué te golpeó? Parece que estuviste veinte minutos dentro de
una jaula contra un irlandés de 300 libras. –Dijo al sargento: -¿...? Espera,
¿significa que Keiji fue el que provoco todo esto? -Regresando conmigo: -
Maldita manera para empezar el día, ir y arruinar la mañana de alguien de esa
manera.
-¿Cuál es el problema, no quieres ayudar?
-¡No seas tonta! Por ti, recogería cualquier cosa. Patatas, calabazas, minas
terrestres....
-Suficiente. ¿Hay alguien en esta miserable excusa de pelotón cuya cabeza
no este atrofiada como la de este idiota?
-Eso duele, Sargento. Solo mire. Voy a traer a los hombres más duros y
trabajadores de la 17ª.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¡Kiriya! ¡Deja de quedarte parado por ahí como un espantapájaros y
mueve el culo a la enfermería! estás exento del EF de hoy.
-¿EF? ¿Quién ha dicho algo de EF?
-Yo lo hice. Alguien se metió hasta las rodillas en una pila de mierda de
cerdo al irrumpir en el almacén anoche.
-Puede que no tenga nada que ver con ustedes, sin embargo, a las 0900
usted y su equipo de la 4 ª división van a tomar el primer lugar en el campo de
entrenamiento para EF.
-¡Tienes que estar bromeando! Estamos por a ir la batalla de mañana, ¿Y
quiere enviarnos afuera para EF?
-Es una orden, cabo.
-¡Señor, el equipo completo de 4 ª división se reportará al campo de
entrenamiento Nº 1 a las 0900, señor! Pero, eh, una cosa, sargento. Hemos estado
haciendo esa incursión del licor durante años. ¿Por qué ponérnosla difícil ahora?
-¿De verdad quieres saber?- Ferrell giro los ojos.
Deje atrás la conversación que ya había escuchado antes, y me escape a la
enfermería.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 6
Estaba de pie en la puerta que separaba la base del mundo exterior. El
guardia que comprobó mi ID levantó las cejas con duda. Había una capa extra de
seguridad en la base gracias a la visita de las tropas Estado Unidenses. Aunque el
Cuerpo japonés supervisaba la seguridad del Cuartel General, el equilibrio de
poder con los EE.UU. les impedía interferir con cualquier cosa bajo la
jurisdicción de Estados Unidos.
Por suerte, la seguridad de Estados Unidos no tenía ningún interés en
alguien que no era uno de los suyos. Sin un papel con el permiso de un oficial al
mando, Keiji Kiriya no podía dejar la base. Pero los soldados estadounidenses
podían ir y venir a su antojo, y todo lo que tenían que hacer era mostrar un flash
de su identificación. Todo el mundo utiliza la misma puerta, por lo que si me
tocaba un guardia estadounidense, podría dejarme pasar, sin hacer preguntas. Lo
único que les importaba era mantener a los indeseables lejos de su valioso equipo
de fuerzas especiales. Un recluta tratando de desertar probablemente no atraería
su atención. El guardia no debe haber visto muchas tarjetas de identificación
japonesas, porque se quedó con la mía mucho tiempo.
La máquina que verifica los ID simplemente registra lo que pase por la
puerta. No hay necesidad de pánico. ¿Por qué iban a cambiar el sistema un día
antes del ataque? Los músculos de mi estómago se tensaron. El guardia estaba
mirando hacia atrás y adelante entre mi tarjeta y yo, comparando la fotografía
borrosa de mi cara.
El corte en mi sien ardía. El cirujano que me atendió en la enfermería me
dio tres puntos de sutura sin ningún analgésico. Ahora parecía un perno ardiente
enviando electricidad a través de mi cuerpo. Los huesos de mi rodilla crujieron.
Yo estaba desarmado. Perdí mi cuchillo, que ahora estaba cómodo y tibio bajo mi
almohada. Si lo tuviera conmigo, podría inmovilizar a este tipo con una Media
Nelson18, si es que pensara en no dejarme ir a ningún lugar. Estiré mi espalda.
Tengo que mantener la calma. Si te mira fijamente, devuélvele la mirada.
Ahogando un bostezo, el guardia pulsó el botón para abrir la puerta.
La puerta a la libertad se abrió. Me di la vuelta lentamente para mirar
hacia atrás cuando me deslicé sobre la barra amarilla. Allí en la distancia, estaba
el campo de entrenamiento.
La brisa del mar, tenía un fuerte aroma a océano, soplando a través del
campo hacia la puerta. Al otro lado de la valla, vi a los soldados ponerse en
18
Una llave de lucha.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
cuclillas mientras se hacían cada vez más pequeños, como hormigas. Eran los
soldados con lo que había comido y entrenado. Ellos eran mis amigos de la 17ª.
Me tragué la nostalgia que crecía en mí. Caminé, tranquilo, mientras el
viento húmedo soplaba contra mi cuerpo. Seguí caminando hasta estar fuera de la
vista del guardia. No corras. Sólo un poco más lejos. Cuando giré en una esquina.
Comencé una carrera de velocidad.
Una vez que empecé a correr, no me detuve.
Estaba a quince kilómetros de la base de Tateyama, cerca había un distrito
de entretenimiento. Incluso si tomaba ruta indirecta, serían veinte kilómetros a lo
sumo. Una vez que esté allí, podría cambiar mi ropa y conseguir los suministros
que necesitara. No podía arriesgarme a tomar los trenes o la carretera, pero una
vez que llegue a la ciudad de Chiba estaría en casa, libre. Ni el ejército ni la
policía pondrían sus narices en los centros comerciales subterráneos de los
barrios bajos de allí.
Faltan alrededor de ocho horas hasta la reunión del escuadrón a las 1830
horas. Que es cuando probablemente se darían cuenta de que me había ido sin
permiso. No sé si enviarían coches o helicópteros tras de mí, pero al anochecer,
planeaba ser sólo otra cara en la multitud. Me acordé del entrenamiento que
hacíamos a los pies del Monte Fuji. Marchas de sesenta kilómetros a toda
velocidad. Cruzar la península Boso en medio día no sería un problema. En el
momento en que la batalla de mañana comience, yo estaría muy lejos, y así
terminarían los días que se repiten y las muertes brutales. El sol estaba alto en el
cielo, bañándome con su luz cegadora.
Cañones automáticos de 57 mm estaban cubiertos con lonas blancas en
intervalos de cien metros a lo largo del malecón. Rayones rojo-marrones por el
óxido estropearon las antiguas placas de acero en su base. Las armas de fuego se
habían instalado a lo largo de toda la costa para cuando los Mimics lleguen a la
parte continental. Cuando era niño, y puse mis ojos por primera vez en esas
armas, pensé que eran las cosas más geniales que había visto. El acabado de laca
negra en su acero inculcó un sentido irrazonable de confianza en mí. Ahora que
ya había visto una verdadera batalla, sabía con certeza que armas como estas
nunca podrían repeler un ataque Mimic. Estas armas se movían como los
dinosaurios que eran. No podrían esperar que lograran golpear con éxito a un
Mimic. ¡Qué broma!
Todavía tenían equipos de mantenimiento asignados a estas cosas que
salían y les inspeccionaban una vez por semana. La burocracia ama los residuos.
Tal vez la humanidad perdería.
La idea me llegó de la nada, pero no podía evitarlo
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Cuando les dije a mis padres que me enlisté, ellos querían que me uniera a
la Guardia Costera. Dijeron que aún tendría la oportunidad de luchar sin entrar a
la batalla. Ese sería yo realizando una tarea vital para la defensa de las ciudades
donde las personas trabajaban y vivían. Pero no quería pelear contra los Mimics
para salvar a la humanidad. Las películas ya me habían llenado de eso.
Podría buscar en mi alma hasta que mi cuerpo se convierta en polvo y
nunca iba a encontrar el deseo de hacer grandes cosas como salvar a la raza
humana. Lo que encontré en cambio, fue una pila de rompecabezas que no podía
resolver, no importa cuántas veces lo intentara. Había una última pieza enterrada
para poder resolverlo. Eso me molestaba. Era débil. Ni siquiera podía conseguir
que mujer que la amaba, la bibliotecaria, me mirara a los ojos. Pensé que la
irresistible marea de la guerra me iba a cambiar, que me forjara en algo que
funcione. Pude haberme engañado a mí mismo en la creencia de que encontraría
la última pieza del rompecabezas que necesitaba para completar a Keiji Kiriya,
en el campo de batalla. Pero nunca quise ser un héroe, amado por millones de
personas. Ni por un minuto. Si podía convencer a los pocos amigos que tenía de
que yo era alguien que podía hacer algo en este mundo, que podría dejar una
marca, no importa cuán pequeña sea, eso sería suficiente. Y mira donde estoy.
¿Qué había hecho medio año de entrenamiento por mí? Ahora poseía un puñado
de habilidades que no eran buenas para una mierda en una verdadera batalla, y
abdominales.
Todavía era débil, y el mundo seguía jodido.
Mamá, papá, lo siento. Me tomó tanto tiempo darme cuenta de lo obvio.
Es irónico que tuviera que huir del ejército para poder descubrirlo.
La playa estaba desierta. La Guardia Costera debe haber estado ocupada
evacuando este lugar durante los últimos seis meses. Después de poco menos de
una hora corriendo, me pare en el borde del malecón. Había recorrido unos ocho
kilómetros, estaba a la mitad de camino de Tateyama. Mi camisa de color arena
estaba oscura por el sudor. La gasa que estaba envuelta alrededor de mi cabeza se
estaba cayendo. Una gentil brisa marina, que se sentía refrescante después de que
el viento caliente barriera a través de la base, estaba acariciando mi nuca.
Si no fuera por las ametralladoras, y las características de un anime
olvidado hace mucho introducidas en el mundo real19, habría sido la viva imagen
de un resort tropical. La playa estaba llena con los cascarones de fuegos
artificiales del tipo de los que parecen cohetes, esos que se arman y ponen en
marcha con un tubo de plástico en el suelo. Nadie estaría tan loco como para
acercarse tanto a una base militar y hacer estallar los fuegos artificiales. Deben de
19
Referencia a Evangelion.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
haber sido dejados por algún bastardo en la línea delantera tratando de advertir
sobre los Mimics en el ataque a la península de Boso. Había activistas contra la
guerra por ahí que estaban convencidos de que los Mimics eran criaturas
inteligentes, y que estaban tratando de encontrar la manera de comunicarse con
ellos. ¿No es grandiosa la democracia? Gracias al calentamiento global, toda esta
franja de playa ya estaba por debajo del nivel del mar para cuando la marea
subió. Al anochecer, estos malditos tubos serían arrastrados por el mar y el
olvido. Nadie sabría nunca que le di una patada a uno de estos quemados tubos
tan duro como pude.
-Bien, ¿qué es esto? ¿Un sholdado?
Me di la vuelta. Había pasado un tiempo desde que no había oído a nadie
hablar japonés. Estaba tan perdido en mis pensamientos, que no me di cuenta de
que alguien había estado detrás de mí. Dos figuras, un anciano y una niña, de pie
encima de la banqueta. La piel del anciano habría parecido salmuera si la
poníamos dentro de un frasco en un día luminoso como hoy. En su mano
izquierda sostenía una lanza de metal con tres puntas justo como en un cuento de
fantasía. ¿Qué está haciendo con un tridente? La chica se veía justo en la edad
para estar en la escuela primaria, le apretaba la mano derecha con fuerza. La
mitad de su cuerpo estaba escondida detrás de la pierna del hombre, la chica me
miró descaradamente por debajo de su sombrero de paja. La cara debajo del
sombrero era demasiado blanca como para haber pasado mucho tiempo
cocinándose bajo el sol.
-Túh tienes una cara estraña.
-Soy de la base Flower Line.- ¡Maldita sea! Había usado mi boca antes
que mi cerebro.
-Ah.
-¿Qué, eh, los trae por aquí?
-El mar tiene peces que quieren ser atrapados, toda la familia vino desde
Tokio.
-¿Qué pasó con la Guardia Costera?
-Llego la n'ticia que una tos ferina v'nía desde Okinawa. Así que toma'on a
t'dos y se fueron. Si el ejército se encarga de esas corvinas por nosotros,
respiraremos más fácil, eso e' seguro.
-Sí.
“Corvinas” era obviamente una jerga local para referirse a los Mimics. La
gente común nunca tenía la oportunidad de ver un Mimic con sus propios ojos.
Lo mejor a lo que podían echar un vistazo era a un cadáver en descomposición
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
varado en la playa, o tal vez uno que había quedado atrapado en una red de pesca
y murió. Pero como la arena que los conducía era arrastrada por el mar, todo lo
que quedaban eran cáscaras vacías. Es por eso que mucha gente pensaba que los
Mimics eran algún tipo de anfibio que cambiaba su piel.
Sólo alcancé a entender cerca del 70% de lo que el anciano dijo20, pero
escuche lo suficiente para saber que la Guardia Costera se había retirado de la
zona. Nuestra derrota en Okinawa debe haber sido más grave de lo que pensé. Ya
es suficientemente malo para ellos recuperar nuestras fuerzas combinadas arriba
y abajo de la línea de Uchibo. Todo el mundo había sido reasignado enfocándose
en las principales ciudades y zonas industriales.
El anciano sonrió y asintió con la cabeza. La chica lo miró con los ojos
abiertos como platos, como si fuera testigo de algún raro espectáculo. Ponía
mucha esperanza en las tropas de la UDF estacionadas en la base Flower Line.
No es que yo hubiera firmado para defenderlo a él o a cualquiera. Aun así, me
hizo sentir mal.
-¿Tienes algunos cigarrillos, hijo? Desde que los mil'tares se fueron,
difícilmente he conseguido ninguno.
-Lo siento. Yo no fumo.
-Entonces no te preocupes por nada.
El viejo miró hacia el mar. No había muchos soldados de la Infantería
Blindada que sufrieran de adicción a la nicotina. Probablemente porque no se
podía fumar durante la batalla, cuando más lo necesitas. Me quedé en silencio.
No quería hacer o decir nada estúpido. No podía dejar que averiguara que soy un
desertor. Les disparaban a los desertores. Escapar de los Mimics sólo para ser
asesinado por el ejército no tenía mucho sentido. La niña tiró de la mano del
hombre.
-Ella se aburre muy fácil. Aún así tiene buenos ojos, sin embargo. Si
hubiera sido niño, ella'bria sido un buen pescador.
-Sí.
-Sólo una cosa antes de que me vaya. Nunca he visto algo como esto. Salí
corriendo de mi casa tan rápido como pude cuando lo vi y te encontré aquí. ¿Qué
hacemos con eso? ¿No tiene ná' que ver con' as corvinas?
Él levantó el brazo. Mis ojos siguieron las ramas retorcidas de sus dedos
mientras señalaba. El agua se había vuelto verde. No es el verde esmeralda que te
gustaría ver en la costa de una isla en el Pacífico Sur, era un verde turbio
espumoso, como si un barco petrolero lleno de helado de té verde hubiera
20
¡Yo también carajo! Aunque no lo parezca, esa última línea del viejo me costó sangre.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
encallado y derramado la carga en la bahía. Había un pez muerto flotando sobre
las olas, una mancha de plata. Reconocí que ese verde. Lo había visto en los
monitores durante el entrenamiento. Los Mimics comían el suelo, al igual que las
lombrices de tierra. Pero a diferencia de las lombrices de tierra, la tierra que
pasaba a través de sus cuerpos y que excretan era tóxica para las otras formas de
vida. La tierra que comían los Mimics moría y se convertía en desierto. Los
mares se volvieron de un color verde lechoso.
-No es como ninguna marea roja q'aya visto.
Un grito agudo llenó el aire. Mi cabeza reconoció este familiar sonido
Con las cejas todavía ceñidas, la cabeza del anciano remontó un arco que
navegó a través del cielo. Los pedazos rotos de la mandíbula y el cuello pintaron
el sombrero de paja de la niña con un rojo vivo. Ella no se dio cuenta de lo que
había sucedido. Una jabalina de Mimic sale de su cuerpo a mil doscientos metros
por segundo. El cráneo del anciano salió volando antes de que el sonido de la
jabalina nos alcanzara. Ella lentamente levantó la vista. Una segunda ronda corto
a través el aire. Antes que sus grandes ojos oscuros pudieran captar la vista de su
abuelo asesinado, una jabalina corto a través de ella, un acto de misericordia sin
rencor. Su pequeño cuerpo fue borrado. Golpeado por la explosión, el cuerpo sin
cabeza del anciano se tambaleó. La mitad de su cuerpo estaba manchado de un
escarlata profundo. El sombrero de paja giró en el viento.
Mi cuerpo retrocedió. No me podía mover. El cuerpo de una rana
hinchada se puso de pie en la orilla del agua. Esta costa estaba definitivamente
dentro del perímetro de defensa de la UDF. No había oído informes de que
cualquier bote patrulla se haya hundido. La base de la parte frontal estaba viva y
bien. No podía haber ningún Mimic aquí. Ante mi afirmación los dos cuerpos
que estaban tirados junto a mi habrían reclamado si es que pudieran. Pero ellos
habían muerto, delante de mis ojos. Y yo, su única esperanza de defensa, había
desertado de la única unidad militar en la zona capaz de retener esta invasión.
Yo estaba desarmado. Mi cuchillo, mi pistola, mi Jacket, todos estaban
atrás en la base. Cuando yo pasé por esa puerta hace una hora, había dejado mi
única esperanza para defenderme. Estaba a treinta metros de la pistola de 57 mm
más cercana. Con la carrera de distancia. Aunque sabía cómo disparar una,
todavía quedaba tratar con la lona. Nunca habría tenido tiempo de quitarla.
Insertar la tarjeta de identificación en la plataforma, ingresar mi clave de acceso,
alimentarla con un cinturón de munición de treinta kilómetros, soltar la palanca
de bloqueo de rotación o si no, el cañón no se mueve y no puede disparar, subir
en el asiento, girar el mango de la manivela oxidada-al carajo. Fuego, ¡hijo de
puta! ¡Fuego! Yo conocía el poder de un Mimic. Pesaban varias veces lo que un
jinete de Jacket completamente armado. Estructuralmente tenían mucho en
común con una estrella de mar. Tenían un endoesqueleto justo debajo de la piel,
y tomaba rondas perforadoras de 50 mm atravesarlo. No se detienen sólo porque
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
un hombre estaba desarmado. Rodaban justo sobre ti como un motocultor sobre
una madriguera de topo.
-No me jodas.
La primera jabalina me perforó el muslo. La segunda abrió una herida en
la espalda. Estaba demasiado ocupado tratando de mantener dentro los órganos
que venían a través de mi garganta como para incluso darme cuenta de la tercera.
Y me desmayé.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 7
El libro de bolsillo que había estado leyendo estaba al lado de mi
almohada. Yonabaru estaba contando su fajo de confesiones en la litera de arriba.
-Keiji, firma esto.
-Hey cabo, tienes un arma, ¿no?
-Sí.
-¿Puedo verla?
-¿Desde cuándo eres un aficionado por las armas?
-No es como si fuera eso.
Su mano desapareció en la litera de arriba. Cuando regresó, tenía agarrado
un pedazo brillante de metal negro.
-Está cargada, así que ten cuidado donde apuntas.
-Uh, sí.
-Si te vuelves cabo, puedes traer sus propios juguetes a la cama y nadie te
puede decir nada al respecto. Lanza habas como estos no son nada efectivos
contra un Mimic de todos modos. Las únicas cosas que necesita un jinete de
Jacket son su 20mm y su lanza cohetes, tres cohetes para cada uno. La banana
que te empacas como bocadillo no cuenta. Ahora ¿puedes firmar esto ya?
Estaba demasiado ocupado retirando el seguro de la pistola como para
responder. Envolví mi boca alrededor del cañón, imaginando la bala 9 mm en la
cámara, a la espera de explotar desde el acero frío y duro.
Y apreté el gatillo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 8
El libro de bolsillo que había estado leyendo estaba al lado de mi
almohada.
Yo suspiré.
-Keiji, firma esto.- Yonabaru estiró el cuello hacia abajo de la litera de
arriba.
-Señor, sí, señor.
-Escucha. No hay nada con la operación de mañana. El sudor es
demasiado, te convertirás en un loco, terminaras perdiendo tu cordura antes de
que incluso tengas la oportunidad de volarte los sesos.
-No estoy sudando nada.
-¡Oye, no es nada de qué avergonzarse! Todo el mundo está nervioso la
primera vez. Es como echar un polvo. Hasta que lo has hecho, no te lo puedes
sacar de la cabeza. Todo lo que puedes hacer, es pasar el tiempo masturbándote.
-No estoy de acuerdo.
-Hey, estás hablando con un hombre que ha jugado el juego.
-¿Qué pasa si, hipotéticamente, se repitiera tu primera vez, una y otra vez?
-¿De dónde sacaste esa mierda?
-Sólo estoy hablando hipotéticamente eso es todo. Al igual que resetear
todas las piezas en un tablero de ajedrez. Tomas tu turno, y entonces todo vuelve
a empezar.
-Depende.- Todavía colgando de la litera de arriba, su rostro se asomó. ¿Estás hablando de follar o luchar?
-No estoy hablando de follar.
-Bueno, si me pidieran volver a pelear en Okinawa de nuevo, les diría que
se lo metan por el culo. Pueden enviarme a un maldito pelotón de fusilamiento si
quieren, pero yo no volvería.
¿Qué pasa si no tienes opción? ¿Y si tuvieras que revivir tu ejecución una
y otra vez?
Al final del día, cada hombre tiene que limpiar su propio culo. Tampoco
hay nadie para tomar las decisiones por ti. Y cualquiera que sea la situación en
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
que te encuentres, eso no es más que otro factor en tu decisión. Lo cual no quiere
decir que todo el mundo tiene la misma gama de opciones como todos los demás.
Si hay un chico por ahí con un as en la manga, seguro que habrá otro que ha sido
tratado como un pedazo de mierda. A veces llegas a un callejón sin salida. Pero
tu caminaste por tu cuenta cada paso de ese camino que te llevo allí. Incluso
cuando te llevan encadenado a la horca, tienes la opción de hacer frente a la
muerte con dignidad o ir pataleando y gritando al más allá. Pero yo no tengo esa
opción. Podría haber una cascada gigante justo más allá de Tateyama, el borde de
todo el maldito mundo, y nunca lo sabré.
Día tras día he de ir y venir entre la base y el campo de batalla, donde soy
aplastado como un insecto que se arrastra en el suelo. Siempre y cuando el viento
sople, naceré de nuevo y moriré. No puedo llevar nada conmigo a mi próxima
vida. Las únicas cosas que voy a mantener serán mi soledad, el temor de que
nadie pueda entenderme y la sensación del gatillo contra mi dedo. Es un mundo
jodido, con reglas jodidas. Así que a la mierda.
Tomé una pluma al lado de mi almohada y escribí el número "5" en el
dorso de mi mano izquierda. Mi batalla comienza con este número. Vamos a ver
cuánto puedo llevar conmigo. ¿Y qué si el mundo me tira un montón de mierda?
Voy a pasar a través de el como si fuera maíz. Esquivare las balas enemigas por
un pelo. Voy a matar a los Mimics con un solo golpe. Si Rita Vrataski es una
diosa del campo de batalla, voy a observar y aprender de ella hasta que pueda
igualarla, muerte por muerte. Tengo todo el tiempo del mundo. Nada mejor que
hacer. ¿Quién sabe? Tal vez algo vaya a cambiar. O tal vez, encontrare la manera
de tomar este maldito mundo y orinarle en los ojos. Eso estaría bien para mí.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
El sargento Ferrell
Parte 1
"Si un gato puede cazar ratones, es un buen gato." Dijo un emperador
chino una vez.
Rita Vrataski era un gato muy bueno. Ella mataba su cuota y era
debidamente recompensada. Yo, por el contrario, era un gato de callejón sarnoso
y gordo, indiferente a través del campo de batalla, listo para ser pelado,
eviscerado, y se convertido en una raqueta de tenis. El General se aseguraba de
que Rita quede perfectamente preparada, pero ellos no nos daban ni el culo de
una rata al resto de nosotros los grunts.
EF había seguido durante tres largas horas, y puedes estar absolutamente
seguro de que incluía algunas putas Iso push-ups. Estaba tan ocupado tratando de
averiguar qué hacer a continuación que no estaba prestando atención al aquí y
ahora. Después de media hora, las fuerzas especiales de Estados Unidos dejaron
de observar nuestras torturas y regresaron a los cuarteles.
Me salté lo de mirar fijamente a Rita, y ella se fue con el resto de su
pelotón, lo que significaba que esto iba para largo. Era como un software de
rutina si/no:
Punto de guardado, si Rita se une al EF = Finalizaba.
Si no lo hacía, la rutina continuaría: Putos Iso Push-Ups.
Tal vez esto era una prueba de que yo puedo cambiar lo que pasará. Si yo
miraba fijamente a Rita, ella se uniría al EF, e iban a terminar después de una
hora. El General se había convocado esta sesión de EF por ninguna buena razón;
podría acabar con ella por lo mismo.
Si mi conjetura estaba en lo cierto, mi causa no estaba necesariamente sin
esperanza. Una ventana de oportunidad podría presentarse en la batalla de
mañana. Las probabilidades de que eso suceda podrían ser 0.1%, o incluso un
0.01%, pero si pudiera mejorar mis habilidades de combate, aunque sea lo más
mínimo, si en esa ventana se abriera siquiera una grieta; encontraría una manera
de abrirla completamente. Si pudiera entrenar para saltar cada obstáculo esta
pequeña pista de encuentro que la muerte arrojó hacía a mí, tal vez algún día me
despierte en un mundo con un mañana.
La próxima vez me aseguraré de mirar fijamente a Rita durante el EF. Me
sentía un poco mal por meterla en esto, ella era básicamente un observador en mi
interminable espectáculo de una persona. Pero realmente no había mucho donde
elegir. No tengo horas para perder en la construcción del músculo que no me
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
llevare al siguiente bucle. Mejor gastare ese tiempo programando mi cerebro para
la batalla.
Cuando el entrenamiento por fin había terminado, los hombres en el
campo huyeron a los cuarteles para escapar del calor del sol, refunfuñando sus
quejas en su colectiva respiración. Me acerqué al sargento Ferrell quien se
agachó para atar los cordones de sus zapatos. Él había estado por más tiempo que
cualquiera de nosotros, así que decidí que sería el mejor lugar para empezar a
buscar ayuda en mi programa de entrenamiento de batalla. No sólo porque era el
miembro del pelotón con la más larga supervivencia, se me ocurrió que el 20%
sargento de instrucción que él tenía, por si sólo me podría venir muy bien.
Olas de calor resplandecían por encima de su corte de pelo de tapa llana.
Incluso después de tres horas de EF, se veía como si pudiera correr un triatlón y
llegar en primer lugar sin despeinarse. Tenía una peculiar cicatriz en la base de su
grueso cuello, un símbolo de la época de antes de que hubieran arreglado todos
los bugs de las Jackets y habían tenido que implantar chips para aumentar el
tiempo de reacción de los soldados. Había pasado un tiempo desde que habían
recurrido a algo tan crudo. Esa cicatriz era una medalla de honor, veinte años de
duro servicio y todavía coleando.
-¿Ninguna ampolla hoy?- La atención de Ferrell nunca abandono sus
zapatos. Él habló brusco con un rollo de la lengua, propio de los brasileños.
-No.
-¿Atrapaste pies fríos?21
-Estaría mintiendo si dijera que no estoy asustado, pero no estoy pensando
en correr, si es lo que quieres decir.
-Para un novato con solo lo básico, te lo estas tomando bien.
-Usted todavía continuará con su entrenamiento ¿Verdad, sargento?
-Trataré de.
-¿Le importaría si entreno con usted?
-Está intentando algún tipo de broma ¿Raso?
-No hay nada divertido con matar, señor.
-Bueno, hay algo divertido con tu cabeza si quieres meterte a ti mismo en
una de esas malditas Jackets un día antes de que dirigimos a morir. ¿Quieres
comenzar a sudar? Ve a buscar los muslos de una señorita para hacerlo.- Los ojos
de Ferrell se quedaron en sus cordones. -Rompa filas.
-¿Sargento? Con todo el respeto, yo no lo veo corriendo detrás de las
damas.
21
Getting cold feet? Termino en inglés para referirse a tener miedo o acobardarse.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Ferrell finalmente levantó la vista. Sus ojos eran como fusiles de cañones
20 mm disparándome salvas desde bunkers hundidos en las líneas de su
bronceada y cara curtida. Yo me cocinaba bajo el sol deslumbrante.
-¿Me estás diciendo que crees que soy una especie de maricón que
prefiere estar atado en un Jacket que apesta a sudor, a estar entre las piernas de
una mujer? ¿Es lo que me estás diciendo?
-E-eso no e-es lo que quise decir ¡Señor!
- Bien, entonces. Toma asiento.- Se pasó la mano por el pelo y le dio unas
palmaditas al suelo.
Me senté como la ráfaga de viento marino que sopló entre nosotros.
-Yo estaba en Ishigaki, ya sabes.- Ferrell comenzó. -Deben haber pasado
al menos diez años. Los Jackets en ese entonces eran baratos como el infierno.
Había un lugar cerca de la entrepierna, donde las placas no cumplían su trabajo
del todo bien. Se frotaban a través de tu piel. Y los lugares que habían formado
costras durante el entrenamiento se frotaban de nuevo cuando ibas a la batalla.
Dolía tanto que algunos chicos se negaban a arrastrarse por el suelo. Se
levantaban y caminaban justo en medio de la batalla. Podías decirles que solo
lograrían que los maten, pero siempre había unos cuantos que se levantaban de
todos modos. Bien podían haber caminado por ahí con objetivos pintados en sus
pechos.- Ferrell silbó como un proyectil que cae. – ¡WHAP! Perdimos un
montón de hombres de esa manera.
Ferrell tenía una mezcla de sangre japonesa y brasileña en él, pero él venía
de América del Sur. La mitad de ese continente había sido devastado por los
Mimics. Aquí en Japón, donde la alta tecnología era más barata que la buena
comida, nuestras Jackets eran piezas de precisión maquinaria. Sin embargo, había
un montón de países que todo lo que podían hacer era enviar a sus tropas con una
máscara de gas, un buen lanza cohetes a la antigua, y una oración. Olvídate de
artillería o soporte aéreo. Cualquier victoria que tenían solo les daba un poco más
de vida. Nanobots que se desbordaban de los cadáveres Mimic se comían los
pulmones de cualquier soldado que haya sobrevivido. Y así, poco a poco, se
propago el desierto sin vida a través de las tierras de la gente que una vez
llamaron hogar.
Ferrell provenía de una familia de agricultores. Cuando sus cosechas
comenzaron a fallar, optaron por abandonar sus tierras y trasladarse a una de las
islas del este, paraísos protegidos por las maravillas de la tecnología. Familias
con personas que prestan servicios en la UDF tenían prioridad para la
inmigración, así es como Ferrell llego a unirse al Cuerpo japonés.
Estos "Soldados de Inmigración", como se les conocía, eran comunes en la
Infantería Blindada.
-¿Has escuchado la expresión Kiri-Oboeru?
-¿Qué?- Le pregunté, sorprendido de oír el japonés.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Es un viejo dicho samurái que significa, “Corta y aprende.'" - Negué con
la cabeza.
-No me suena familiar.
-Tsukahara, Bokuden, Itou, Miyamato Musashi, todos los famosos
samurái en su momento. Estamos hablando de hace quinientos años.
-Creo que leí un cómic sobre Musashi una vez.
-Malditos niños. No saben de Bokuden pero si de Batman.- Ferrell suspiró
con exasperación. Allí estaba yo, un japonés puro, y él sabía más sobre la historia
de mi país que yo.
-Los Samurái eran guerreros que se ganaban la vida luchando, al igual que
tú y yo. ¿Cuántas personas crees que el samurái que acabo de nombrar, habrá
matado en toda su vida?
-No lo sé. Si sus nombres todavía viven después de alrededor de
quinientos años, tal vez. . . ¿diez o veinte?
-Ni siquiera cerca. Los registros de aquel entonces son vagos, pero el
número está por algún lugar entre los 300 y 500. En ese entonces no tenían
pistolas. Ellos no tenían bombas. Cada hombre que mataban era cortado en un
maldito cuerpo a cuerpo. Yo diría que eso sería suficiente para justificar una
medalla o dos.
-¿Cómo lo hacían?
-Envía a un hombre al gran más allá cada semana, a continuación, has lo
mismo durante diez años, y tendrás tus quinientos. Eso por eso que se les conoce
como espadachines maestros. No lo hicieron con sólo matar una vez y los
llamaron así en un día. Ellos continuaban. Y se hacían mejores.
-Suena como un juego de video. Cuantos más matas, más fuerte te
vuelves, ¿Es eso? Mierda, tengo mucho de que ponerme al día.
-Excepto que los oponentes con los que entrenaban no eran maniquíes o
pequeños extraterrestres digitales. Los hombres que mataban, vivían y
respiraban. Eran como ganado. Hombres de espadas. Hombres que luchaban por
sus vidas al igual que ellos. Si querían vivir, tenían que atrapar a su enemigo con
la guardia baja, poner trampas, y a veces huir con el rabo entre las piernas.
Esa no es la primera imagen que aparece en tu cabeza cuando piensas en
espadachines maestros.
-Aprender que es lo que puede matarte y cómo matar a tu enemigo. La
única manera de saber algo así es haciéndolo. Un chico que había sido enseñado
a blandir una espada en un dojo no tenía ninguna posibilidad contra un hombre
que había sido entrenado en batalla. Ellos lo sabían, y seguían haciéndolo. Esa es
la forma en que acumulaban cientos de cadáveres. Un movimiento a la vez.
-Kiri-Oboeru.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Así es.
-Así que ¿por qué molestarse en entrenarnos a todos?
-Ah, directo al punto. Con un cerebro como ese, eres demasiado listo para
ser un soldado.
-Lo que sea, Sargento.
-Si realmente quieres pelear contra los Mimics, necesitas helicópteros o
tanques. Pero los helicópteros cuestan dinero, también necesita dinero para
entrenar a los pilotos. Y los tanques no van de buena mano con este terreno,
demasiadas montañas y ríos. Sin embargo, Japón está lleno de gente. Así que los
envuelven en Jackets y los envían a las líneas del frente. Limones en limonada.
Mira lo que pasaba con los limones.
-Toda esa mierda que te enseñan en la formación es el mínimo
indispensable. Ellos toman un montón de reclutas que no diferencian sus culos de
sus codos y les enseñan no cruzar la calle cuando la luz está en rojo. Mirar a la
izquierda, mirar a la derecha y mantener sus cabezas abajo cuando las cosas se
ponen calientes. La mayoría de los bastardos sin suerte olvidan todo cuando la
mierda comienza a volar y caen bastante rápido. Pero si tienes suerte, puedes
pasar vivo y tal vez incluso aprender algo. Pruebas por primera vez la batalla y
haces una lección de ella, tal vez tengas algo para poder llamarte un soldado.Ferrell se interrumpió solo. -¿Qué es tan gracioso?
-¿Eh?- Una sonrisa se había formado en mi cara mientras él hablaba y yo
ni siquiera me di cuenta.
-Veo a alguien sonriendo antes de una batalla, empiezo a preocuparse por
el cableado en tu cabeza.
Había estado pensando en mi primera batalla, cuando Mad Wargarita trató
de ayudarme, cuando mis tripas manchando el barro fueron quemadas a cenizas,
cuando la desesperación y el miedo corrían por mi cara. Keiji Kiriya había sido
uno de los bastardos sin suerte. Dos veces. La tercera vez, cuando corrí, mi suerte
no podía decirse buena tampoco. Pero por alguna razón, el mundo seguía darme
otra oportunidad, desafiándome a encontrar una manera de sobrevivir. No por
suerte, por mi cuenta.
Si podía reprimir las ganas de correr, me seguiría despertando para un día
completo de entrenamiento seguido de un día en el campo de batalla. ¿Y qué
podría ser mejor que eso? Casi por defecto, seguiría aprendiendo, un movimiento
a la vez. Lo que le tomó a esos espadachines diez años, yo podía hacerlo en un
día. Ferrell se puso de pie y le dio a mi espalda una palmada con la mano,
deteniendo mi tren de pensamientos.
-No tiene mucho sentido preocuparse ahora. ¿Por qué no se ves si puedes
ir por una dama?
-Estoy bien, sargento, estaba pensando.- Ferrell aparto la mirada. Lo
presione. -Si sobrevivo a la batalla de mañana, habrá otra batalla después de esa,
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
¿no? Y si sobrevivo a esa batalla, voy a ir a la siguiente. Si tomo las habilidades
que aprendo en cada batalla, y entre las batallas que practico en las simulaciones,
mis probabilidades de sobrevivir deberían seguir incrementando. ¿Verdad?
-Bueno, si quieres sobre analizar.
-No haría daño a adquirir el hábito de entrenamiento ahora, ¿O sí?
- No renuncias fácil, ¿verdad?
-No.
Ferrell negó con la cabeza. -Para ser honesto, te imaginaba diferente. Tal
vez me estoy poniendo demasiado viejo para esto.
-¿Diferente cómo?
-Escucha, hay tres tipos de personas en la UDF: adictos muy nerviosos
apenas con vida, las personas que se inscribieron en busca de un boleto para
comer, y la gente que camino mucho, dio un paso en el puente equivocado en
algún lugar, y solo se quedaba en él.
-Supongo que me había puesto en el último grupo.
-Eso hice.
-¿En qué grupo está usted, sargento?
Él se encogió de hombros.
-Primero póngase el traje. Nos vemos aquí en quince minutos.
-Señor, uh, ¿con traje de batalla?
-Un jinete de Jacket no puede practicar sin su equipo. No te preocupes, no
voy a utilizar munición real. Ahora ¡Vístase!
-¡Señor, sí, señor!
Yo saludé, y lo decía en serio.
El cuerpo humano es una máquina divertida. Cuando quieres mover algo,
digamos, el brazo, el cerebro en realidad envía dos señales al mismo tiempo:
"¡Más poder!" Y "¡Menos poder!" El sistema operativo que del cuerpo
automáticamente mantiene una cierta energía de vuelta para evitar el esfuerzo
excesivo y rasgarse. No todas las máquinas tienen incorporado esa función de
seguridad. Puedes apuntar el coche a la pared, pisar de golpe el acelerador hasta
el piso, y el coche se va a aplastar a sí mismo contra la pared hasta que el motor
se destruya o se quede sin gasolina.
Las artes marciales utilizan cada trozo de fuerza que el cuerpo tiene a su
disposición. En el entrenamiento de artes marciales, golpeas y gritas al mismo
tiempo. Tu comando “¡Grita más fuerte!" Ayuda a anular el comando "¡Menos
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
poder!". Con la práctica, puedes exprimir la cantidad de energía que tu cuerpo
retiene. En esencia, aprendes a canalizar la energía del cuerpo que se destruya a
sí mismo.
Un soldado y su Jacket trabajan de la misma manera. Al igual que el
cuerpo humano tiene un mecanismo para retener el poder, las Jackets tienen un
sistema para mantener el esfuerzo y el poder en equilibrio. Con 370 kilogramos
de fuerza de agarre, un Jacket podría aplastar fácilmente el cañón de un rifle, por
no hablar de los huesos humanos. Para evitar que sucedan accidentes como esos,
las Jackets están diseñadas para limitar automáticamente la fuerza ejercida, e
incluso activamente contrarrestar la inercia para equilibrar adecuadamente la
cantidad de fuerza liberada. Los técnicos llaman a este sistema auto-equilibrador.
El auto-equilibrador retrasa las acciones del operador del Jacket por una fracción
de segundo. Es un intervalo de tiempo tan pequeño que la mayoría de las
personas ni siquiera nos damos cuenta de ello. Pero en el campo de batalla, ese
intervalo podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.
En tres batallas completas de diez mil Jackets cada una, sólo un soldado
podría tener la mala suerte encontrar un problema con el auto-equilibrador, y si el
auto-equilibrador decide tener un espasmo justo cuando tienes un Mimic yendo
hacia ti, todo habrá acabado. Es una pequeña posibilidad, pero nadie quiere ser el
hijo de puta sin suerte que agarra la paja más corta. Es por ello que, al inicio de
cada batalla, veteranos como Ferrell apagan el auto-equilibrador. Nunca nos
enseñaron esto en el entrenamiento. Tuve que aprender a caminar de nuevo con
el auto-equilibrador apagado. Ferrell dijo que tenía que ser capaz de moverme sin
pensar.
Me tomó siete intentos caminar en línea recta.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 2
Dos centinelas fueron colocados en el camino que conduce a la sección de
la base bajo la jurisdicción de Estados Unidos. Eran enormes, cada hombre
llevaba un rifle de alta potencia en los brazos tan grande como mis muslos.
Sus físicos hacen que se vean como armaduras en exhibición. Ellos no
tienen que decir una palabra para dar a conocer a los transeúntes quien estaba a
cargo. Bombas de racimo podrían haber llovido del cielo, y estos chicos habrían
sostenido su terreno, sin parpadear, hasta que recibieran órdenes directas de hacer
lo contrario. Si los mantenía en la esquina de mi ojo y me dirigía a la puerta
principal, estaría en el camino que había tomado cuando traté de ausentarse sin
permiso en mi tercera vez a través del bucle. Correr sería fácil. Con lo que había
aprendido, probablemente podría evitar la emboscada Mimic y llegaría a la
ciudad de Chiba. Pero hoy tenía otro objetivo en mente.
Eran las 10:29. Yo estaba de pie en el punto ciego de los centinelas. Con
mi zancada de ochenta centímetros, los centinelas estaban exactamente a quince
segundos desde donde yo estaba.
Una gaviota volaba por encima. El rugido lejano del mar se mezcla con
los sonidos de la base. Mi sombra era una pequeña piscina recogida a mis pies.
No había nadie más en el camino. Un camión de combustible estadounidense
pasaba. Los centinelas saludaron.
Tuve el tiempo justo para caminar. Tres, dos, uno.
El camión se acercó a una bifurcación en la carretera. Una señora de
limpieza de edad con un trapeador dio un paso hacia el frente del camión. Los
frenos chillaron. El motor del camión se detuvo. Los centinelas voltearon hacia la
conmoción, su atención se desvió por unos preciosos momentos. Caminé por su
derecha.
Podía sentir el calor emitido por su gran volumen. Con músculos como
esos, yo no tenía ninguna duda de que pudieran alcanzar mi culo y tirar de mi
columna vertebral. Por un instante, sentí un deseo irracional de arremeter contra
ellos.
Claro, podía parecer que no sería más que solo un fuerte viento, pero no
se debe juzgar un libro por su cubierta. ¿Quieres probarme? ¿Quién quiere un
pedazo de este pequeño recluta asiático?
¿Las habilidades que había aprendido al pilotar el Jacket podía traducirlas
en combate mano-a-mano contra otro ser humano? ¿Me había vuelto algo más
fuerte, algo mejor? ¿Por qué esperar a los Mimics?, ¿Por qué no probarme a mí
mismo con estos finos ejemplares en este momento?
El guardia de la derecha se volvió.
Mantén la calma. Mantenga tu ritmo constante. Él está girando hacia la
izquierda. Cuando lo haga, te deslizas en su punto ciego detrás del otro centinela.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
En el momento en que mira a su alrededor para detectar cualquier signo de Keiji
Kiriya, seré parte del paisaje.
-¿Viste algo?
-Silencio. El capitán está observando, y no se ve feliz.
-Vete a la mierda.
Y de esa manera, yo me había infiltrado en territorio de E.U. Mi objetivo
era una Jacket hecha para E.U. Después de un par de veces a través del bucle,
había llegado a la conclusión de que necesitaba una nueva arma: algo que no
teníamos en el Cuerpo de japonés. El problema de los rifles estándar de 20 mm
es que no eran muy eficaces contra Mimics. Caminan en una delgada línea de
compromiso entre el número de rondas que un soldado podía llevar, la tasa de
fuego necesaria para alcanzar un blanco a alta velocidad, y la cantidad aceptable
de retroceso. Eran las más poderosas emitidas por el ejército, pero si realmente
querías perforar ese endoesqueleto, 50mm era la única manera de estar seguro.
La estrategia básica de la UDF fue emplear una línea de infantería
blindada que dispare rondas de 20 mm para frenar al enemigo lo suficiente para
que la artillería y los tanques pudieran acabarlos. En la práctica, el apoyo nunca
llega rápido o era lo suficientemente pesada. Nos tocaba a nosotros acabar a los
Mimics por nuestra cuenta.
El arma de último recurso para los veteranos, y que yo mismo había
usado, era el martinete montado en el hombro izquierdo. Podías golpear, abrir un
agujero y derramar las tripas de un Mimic con uno de esos bebés. El lanza
cohetes podría ser útil también, pero era difícil acertar con éxito, y era más
seguido que te quedaras sin cohetes cuando realmente necesitabas uno. Como
crecía acostumbrándome a la lucha, me basé más y más en el poder del martinete
57mm.
Pero el martinete tenía un gran inconveniente: Su cartucho solo sostenía
20 cargas. A diferencia de nuestros rifles, tampoco se podía cambiar de cartucho.
Una vez que disparas la vigésima ronda, se terminaba. A lo sumo, un soldado iba
a perforar veinte agujeros en algo. Una vez que el martinete se quedaba sin carga,
ni siquiera se podía utilizar para clavar una estaca en el corazón de un vampiro.
Las personas que habían diseñado el Jacket sólo no habían considerado la
posibilidad de que alguien sobreviviera el tiempo suficiente en combate cuerpo a
cuerpo con un Mimic para utilizar más de veinte rondas.
A la mierda con eso.
Quedarme sin munición me había matado un montón de veces. Otro
callejón sin salida. La única manera de evitarlo era encontrar un arma cuerpo a
cuerpo que no se quede sin munición. Yo había visto uno, una vez, en la batalla
que había iniciado todo este bucle.
El hacha de batalla. Rita Vrataski, una Valquiria vestida con un Jacket de
color carmesí, y su hacha. Podría haber sido más apropiado llamarla un bloque de
carburo de tungsteno con la forma de un hacha. Un hacha de batalla nunca se
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
queda sin munición. Todavía puedes usarlo si conseguía doblarse. Guardaba un
montón de golpes. Era un arma de cuerpo a cuerpo perfecta.
Pero en lo que se refiere al mundo, Keiji Kiriya era un nuevo recluta que
aún no veía su primera batalla. Si yo les pedía que reemplazaran mi martinete
estándar con un arma diferente, simplemente porque no me gusta, seguro que no
me van a escuchar. Yonabaru se había reído de mí, y Ferrell realmente me lanzó
un puñetazo. Cuando traté de hablarlo directamente con nuestro comandante del
pelotón, él me ignoró por completo. Iba a tener que adquirir el arma que
necesitaba por mi cuenta.
Me dirigí a los cuarteles de la división de suministros que estaban con las
Fuerzas Especiales de Estados Unidos. Cinco minutos después de cruzar hacia el
lado estadounidense de la base, llegué a un lugar custodiado por solo un soldado.
Estaba dándole vueltas a una llave inglesa en su mano.
El olor acre del aceite flotaba en el aire, inundando la salobre espiga del
océano. El siempre presente zumbido de hombres activos en la base había
disminuido. En la oscuridad de los cuarteles, las armas de acero que la
humanidad había utilizado para derribar a sus enemigos estaban disfrutando de
una corta siesta.
La mujer con la llave era Shasta Raylle, una técnica civil. Su paga estaba
por lo menos a la par con un teniente primero. En todo caso, muy por encima de
la mía. Le di un vistazo a sus papeles: altura, 152 centímetros; peso, 37
kilogramos; agudeza visual, 20/300; comida favorita, pay de maracuyá. Tenía
algo de sangre india americana en ella y llevaba el pelo negro recogido en una
cola de caballo.
Si Rita era un lince de caza, Shasta era un conejo desprevenido. Pertenecía
a un hogar, acurrucada en una acogedora habitación cálida, viendo películas y
comiendo con bombones, no untada en aceite y grasa en alguna base militar.
Hablé tan suavemente como pude.
-Hola.
Shasta saltó ante el sonido de mi voz. Maldita sea. No es lo
suficientemente suave.
Sus gruesos lentes cayeron al piso de concreto. Verla buscando esas gafas
era como ver a un cuadripléjico resbalarse con el agua. En lugar de bajar la llave
inglesa y buscarlos con la sensación de ambas manos, ella buscaba en vano con
una sola. No es exactamente lo que esperarías de alguien que se había graduado
como la mejor de su clase en el MIT22, desarrolló algunas de las Jackets militares
más avanzadas en su primera publicación de investigación para la industria de
defensa, y luego, para repetir, saltó a la UDF como técnica asignada en particular
a un Jacket rojo-metálico.
Me agaché y recogí sus gafas, eran más como un par de lentes de aumento
que estaban unidos improvisadamente.
22
Massachusetts Institute of Technology
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
verlos.
-Se te cayó esto.- Le dije, sosteniéndolos donde esperaba que ella pudiera
-Gracias, quien quiera que seas.
-No hay de qué.
Shasta me miró. Los lentes de vidrio de botella hacían ver sus ojos como
huevos fritos. -¿Y tú eres…?
-Keiji Kiriya.
-Gracias, Keiji Kiriya. Soy Shasta Raylle.
Había omitido deliberadamente mi rango y pelotón. La cabeza de Shasta
se hundió.
-Sé que este cuartel parece algo plano y común, lo es, pero eso no viene al
caso. El punto es, que contienen tecnología militar muy sensible. Sólo las
personas con la correspondiente autorización de seguridad tienen permitido
tenerlas.
–Lo sé. No la quiero.
-Oh. ¡Bueno! Me alegro de haber aclarado eso.
-En realidad.- Le dije, dando un paso hacia adelante. -Vine a verte a ti.
-¿A mí? Yo-yo estoy halagada, pero me temo que no puedo, quiero decir,
me pareces muy bien y todo, es sólo que no creo que esto sea apropiado, y
todavía hay preparativos para mañana, y-Ni siquiera es mediodía.
-¡Tomara el resto del día!
-Si terminaras de escucharme...
-Sé que parece como si todo lo que he estado haciendo es quitar y volver a
colocar esta parte, bueno eso hago, pero de verdad estoy ocupada. ¡En serio!- Su
cola de caballo se balanceaba cuando ella asentía para sí misma, acentuando su
sinceridad.
Se está haciendo una idea equivocada. Tengo que poner en marcha esta
cosa de nuevo.
-¿Así que la unidad de memoria externa de ese traje ha sido dañada?
-Lo está, pero ¿Cómo sabes eso?
-Hey, tú y yo sabemos que una unidad de memoria externa no parece que
se use mucho en la batalla. Pero desde que esos chips personalizados contienen
tecnología militar sensible por tonelada métrica, tienes que llenar una montaña de
papeleo para pedir una de esas malditas cosas, ¿me equivoco? Y ese calvo hijo de
puta en la armería acortejándote, no importa cuántas veces le digas que no estás
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
interesada no hace la situación más fácil, supongo. Es casi suficiente para hacerte
considerar robar una de las que están en las Jackets del Cuerpo japonés.
-Robar una del… ¡Ni siquiera he pensado en eso!
-¿No?
-¡Por supuesto que no! Bueno, la idea puede haber pasado por mi mente
una o dos veces, ¡Pero nunca lo haría! ¿Realmente parezco el tipo que…
Sus ojos se agrandaron cuando vio lo que había en la bolsa de plástico
sellada que saqué de mi bolsillo. Una sonrisa maliciosa se extendió por mi cara.
-¿Qué si alguien robó una para ti?
-¿Puedo tenerlo? ¿Por favor?
-¡Qué rápido cambiamos de canción!
Levanté la bolsa con el chip por encima de mi cabeza. Shasta saltaba
mientras trataba de agarrarla, pero ella y sus 158 centímetros no tendrían suerte.
El aceite manchado en su ropa hizo que mis fosas nasales se quemaran.
-Deja de molestarme y sólo suéltala, ¿Podrías? *Salto. Salto.* No sabes lo
mucho que tendría que pasar para conseguir uno de estos. Te lo estoy rogando.
¿Por favor? *Salto.*
-Te lo voy a dar, pero necesito algo a cambio.
-¿Algo. . . a cambio? *Gulp.*
Ella llevo la llave inglesa a su pecho, aplanando sus inflados pechos que
yacían ocultos bajo su overol. Claramente se había acostumbrado a jugar a la
víctima después de unos años con los animales en las Fuerzas Especiales. Si era
tan fácil de levantar, no puedo decir que realmente pudiera culparlos.
Señale con la mano que tenía la bolsa de plástico hacia el hacha de batalla
gigante que colgaba de una jaula en la parte trasera del cuartel. Shasta parecía no
entender lo que yo estaba buscando. Sus ojos se movían con cautela alrededor de
la habitación.
hacha.
-Vine a pedir prestado eso.- Señale con el dedo directamente hacia el
-A menos que mis ojos estén peor de lo que pensé, esa es el Hacha de
batalla de Rita.
-Bingo.
-Así que. . . ¿también estás en la Infantería Blindada?
-Cuerpo japonés.
-No es algo fácil para mí decirlo, yo no quiero ser grosera, pero si tratas de
imitar a Rita sólo vas a salir herido.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¿Eso significa que no me la vas a prestar?
-Si realmente crees que lo necesitarás, lo haré. Es sólo un trozo de metal,
tenemos un montón de piezas de repuesto. Cuando Rita me lo pidió por primera
vez, tuve que cortar de las alas de un bombardero desarmado.
-¿Entonces por qué la renuencia?
-Bueno, porque, francamente, serás asesinado.
-Con o sin ella, moriré algún día.
-¿No puedo cambiar tu opinión?
-No es probable.
Shasta se quedó en silencio. La llave colgaba en su mano como un trapo
viejo, y sus ojos perdieron el enfoque. Un mechón de cabello despeinado
manchado con sudor y grasa se pegó en su frente.
-Antes yo estaba estacionada en el norte de África.- Dijo. -El mejor
soldado del mejor pelotón allí me pidió lo mismo que tú. Traté de advertirle, pero
había políticas involucradas, las cosas se complicaron, así que le deje tenerla.
-¿Y él murió?
-No, vivió. Apenas. Pero sus días de soldado habían terminado. Si hubiera
encontrado alguna manera de detenerlo.
-No debes culparte a ti misma. Tú no hiciste que los Mimics lo atacaran.
-De eso se trata, no resultó herido luchando contra los Mimics. ¿Sabes lo
que es la inercia?
-Tengo un diploma de escuela secundaria.
-Cada una de esas hachas de batalla pesan 200 kilogramos. Con el agarre
de 370 kilogramos de un Jacket puedes levantarla, seguro, pero incluso con esa
fuerza es una tremenda cantidad de inercia. Él se rompió la espalda balanceando
el hacha. Si balanceas 200 kilogramos con la potencia amplificada de un Jacket,
puedes literalmente partirte a ti mismo en dos partes.
Sabía exactamente lo que quería decir, la inercia de la que estaba hablando
era exactamente lo que yo buscaba. Buscaba algo masivo para destruir un
endoesqueleto Mimic de un golpe. Eso podía matarme en el proceso, ese fue el
punto.
-Mira, estoy segura de que piensas que eres bueno, pero Rita no es un
soldado ordinario.- Shasta hizo un último intento de disuadirme.
-Lo sé.
-Ella es extraordinaria, de verdad. Ella nunca usa su equilibrador
automático. Y no me refiero a que lo apaga antes de la batalla. Su Jacket ni
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
siquiera está equipado con uno. Ella es el único miembro de nuestro equipo sin
él. En un escuadrón de élite, ella es más que una elite.
-Dejé de usar el equilibrador automático hace mucho tiempo. Nunca pensé
en retirarlo por completo. Voy a tener que hacer eso. Un peso menos.
-Oh, así que eres el próximo Rita, ¿Supongo?
-No. Yo no podría sostenerle una vela a Rita Vrataski.
-¿Sabes lo que me dijo la primera vez que la conocí? Ella dijo que estaba
contenta de viviera en un mundo lleno de guerra. ¿Puedes tu decir lo mismo?Shasta me evaluaba detrás de sus gruesos lentes.
Sabía que significaba lo que estaba diciendo. Le devolví la mirada sin
decir una palabra.
-¿Por qué estás tan obsesionado con su hacha de guerra?- Preguntó.
-Yo no diría que estoy obsesionado. Sólo estoy tratando de encontrar algo
más efectivo que un martinete. Voy a tomar una lanza o un machete, si tienes
uno. Cualquier cosa que pueda usar más de veinte veces.
-Eso es lo que dijo la primera vez que me pidió que cortara su hacha.-
Shasta relajó su agarre de la llave inglesa.
-Cualquier comparación con la Full Metal Bi...uh, Valquiria es un gran
elogio.
-Sabes, eres muy. . .- Su voz se apagó.
-Soy muy... ¿Qué?
-Inusual.
-Tal vez sea así.
-Sólo recuerda, no es un arma fácil de usar.
-Tengo mucho tiempo para practicar.
Shasta sonrió.
-He conocido a soldados que piensan que pueden seguir los pasos de Rita,
y fallar, y he conocido a algunos que reconocen el prodigio que ella es y ni
siquiera tratar de igualarla. Pero tú eres la primera persona que he conocido que
se da cuenta de la distancia entre tú y Rita y todavía está dispuesto a recorrerla.
Entre más entendía sobre la guerra, más estaba seguro que Rita era un
prodigio. La segunda vez a través del bucle, cuando Rita se unió a nosotros en la
sesión de EF, yo sólo me le quede mirando en el camino, porque era un nuevo
recluta que no conocía nada mejor. Ahora que yo había estado en el bucle las
suficientes veces como para decir que soy un verdadero jinete de Jacket, la
brecha entre ella y yo parecía aún más grande. Si yo no tenía, literalmente, una
cantidad infinita de tiempo, me habría dado por vencido.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Con un magnífico salto, Shasta arranco el chip de silicio de mi mano.
vayas.
-Espera. Déjame darte algunos papeles para esa hacha antes de que te
-Gracias.
Ella iba por los papeles, luego se detuvo. -¿Puedo preguntarte algo?
-Dispara.
-¿Por qué tienes el número cuarenta y siete escrito en la mano?
No sabía qué decirle. En primer lugar, no podía llegar a una sola razón
creíble para que un soldado tuviera que escribir un número en su mano.
-Oh, es que, quiero decir, espero no haber dicho nada que no debí decir.
Negué con la cabeza.
-¿Ves cómo las personas tachan los días en un calendario? Esto es algo
como eso.
-Si es lo suficientemente importante como para escribirlo en tu mano,
debe ser algo que no quieres olvidar. ¿Cuarenta y siete días hasta que regreses a
casa, tal vez? ¿O los días para el cumpleaños de tu novia?
-Si tuviera que ponerle un nombre, yo diría que es el número de días desde
que morí.
Shasta no dijo nada más.
Ya tenía mi hacha de batalla.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 3
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0600 Despertarse.
0603 Ignorar Yonabaru.
0610 Robar el chip de silicio de armería.
0630 Desayunar.
0730 Practicar movimiento básico del cuerpo.
0900 Visualizar entrenamiento del maldito EF.
1030 Pedir prestado el hacha de batalla de Shasta.
1130 Almorzar.
1300 Entrenar con énfasis para corregir los errores de la batalla
anterior. (Con Jacket.)
1500 Verme con Ferrell para entrenamiento de batalla en vivo.
(Con Jacket.)
1.745 Cenar.
1830 Asistir a la reunión del pelotón.
1900 Ir a la fiesta de Yonabaru.
2000 Revisar el Jacket.
2200 Ir a la cama.
0112 Ayudar a Yonabaru a subir en su litera.
Así era más o menos cómo pasaba el día.
Además del entrenamiento, todo se había convertido en rutina. Me
escabullí de esos centinelas tantas veces que podía hacerlo con los ojos cerrados.
Me estaba empezando a preocupar si es que me había convertido en un experto
ladrón antes que un soldado profesional. No es que la capacidad de robar
cualquier cosa en un mundo que se reiniciaba al final del día me sirviera de
mucho.
La rutina diaria no cambia mucho cuando pasas de un bucle al siguiente.
Si me desvió mucho de la rutina, podría obligar a que sucediera algo diferente,
pero si no hacía nada, podría jugar a lo mismo por siempre. Era como si todos
siguieran leyendo el mismo guion que les habían dado el día anterior y la
improvisación fuera mal vista.
Eran las 1136 y estaba almorzando en la cafetería Nº 2. La señora del
almuerzo me sirvió la misma cantidad de sopa de cebollas al mismo tiempo en el
mismo plato. Moví mi brazo para evitar la misma salpicadura que trazaba el
mismo arco a través del aire. Esquivando las llamadas de amigos a lo largo de la
cafetería, me senté en el mismo asiento.
Rita estaba sentada tres filas delante de mí, dándome la espalda mientras
comía. Yo no había elegido este momento para comer, ya que coincidía con su
almuerzo; sólo pasó de esa manera. Por ninguna razón en particular, me había
acostumbrado a verla comer de este mismo ángulo cada día.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
La cafetería Nº 2 no era el tipo de lugar donde esperarías que un sargento
mayor como Rita cenara. No es que la comida fuera mala. Era bastante buena en
realidad. Pero no parecía probable que impresionara a alguien que se despertaba
en el cielo privado de un oficial cada mañana y tenía la mitad de la base a su
entera disposición. Yo había oído hablar de que las fuerzas especiales
estadounidenses habían traído a su propio cocinero, que sólo profundizó su
misteriosa presencia. Ella podría haber tragado una rata viva y no se habría
parecido más a una serpiente en medio de nosotros. Y como nuestra salvadora
comía sola. Nadie trataba de hablar con ella, y los asientos a su alrededor siempre
estaban visiblemente vacíos.
A pesar de su valor en batalla, Rita Vrataski comía como una niña. Ella
lamía la sopa de las comisuras de su boca y dibujaba en su comida con la punta
de sus palillos. Al parecer, los palillos eran algo nuevo para ella. A las 1143 se le
cayó un frijol del plato. Giraba ganando velocidad, rebotando primero en su
bandeja, y luego en la mesa. El frijol voló por el aire con un giro hacia la
derecha, a toda velocidad hacia el piso de concreto. Cada vez, con reflejos de
relámpago, Rita extendía su mano izquierda, atrapando el frijol en el aire, y lo
metía en su boca. Todo en menos 0,11 segundos. Si ella hubiera vivido en el
viejo oeste, me imagino que ella habría derrotado a Billy The Kid. Si hubiera
sido una samurái, podría haber leído cada destello de la katana de Kojiro Sassari.
Incluso cuando estaba comiendo, la Full Metal Bitch era la Full Metal Bitch.
Hoy, como todos los días, ella estaba tratando de comer una ciruela
umeboshi encurtida. Debe haberla confundido por una pequeña fruta seca
ordinaria. Después de dos o tres intentos para agarrarla con sus palillos, ella lo
metía en su boca.
Directo en la trampa.
Rita se dobló como si hubiera recibido una bala de 57 mm justo en su
intestino. Su espalda se contrajo. Su cabello color óxido parecía que estaba a
punto de levantarse por completo. Pero ella no parecía toserla de regreso. Dura
como un clavo. Ella se lo trago completamente, hasta el fondo. Rita bebió un
vaso de agua como venganza.
Ella debía tener por lo menos veintidós años, pero nunca lo creerías al
verla. El color arena de los uniformes militares no la adulaban, pero si se vestía
con uno de esas faldas con numerosos encajes que llevaban las chicas en la
ciudad, se vería muy linda. Al menos eso me gustaba imaginar.
¿Qué pasa con esta comida? Sabe a papel.
-¿Lo estás disfrutando?- Una voz vino por encima de mi cabeza.
Sosteniendo mis palillos sin mover un músculo, miré por el rabillo del ojo.
Una cara prehistórica me miró desde debajo de un corte de pelo con tapa llana
estabilizado alrededor de dos metros sobre el nivel del mar. Sus rasgos eran más
de un dinosaurio que dé humano. Definitivamente había un velociraptor
acechando en su árbol familiar. Mi espíritu cayó cuando vi su tatuaje en el
hombro: un lobo con una corona. Él era de la 4 ª, la compañía que guardaba
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
rencor contra nosotros desde ese partido de rugby. Volví a llevar la comida a mi
boca con la regularidad de máquina.
Él levantó sus cejas, dos arbustos regordetes que habrían sido la envidia
del mundo oruga.
-Te pregunté si lo estabas disfrutando.
-¿Cómo no disfrutar de tan buena compañía?
-Así que ¿Por qué estás tragando tu comida como si fuera algo que
encontraste atrapado en el extremo de un cepillo de baño?
Hay sólo un puñado de soldados sentados en las enormes mesas de la
cafetería. El olor de algo dulce emanaba desde la cocina. La luz artificial de las
lámparas fluorescentes en el techo caía sobre el camarón frito amontonado en
nuestros platos de servicio-pesado.
Si tuviera que clasificar la comida preparada en la UDF como buena o
mala, era sin duda buena. Después de todo, sólo había tres cosas que un soldado
de la UDF hacía: comer, dormir, y luchar. Si la comida no era buena, tendrías un
problema moral en tus manos. Y de acuerdo a Yonabaru, la comida en la base
Flower Line era mejor que en la mayoría.
La primera vez que la probé, me pareció que estaba deliciosa. Eso fue
hace unos cinco subjetivos meses de ahora, tal vez más. Después de alrededor de
un mes en el bucle, empecé a sazonar bastante mi comida. Intencionalmente
mezclaba los condimentos para crear un sabor horrible, sólo lo suficiente para
recordarme que la comida estaba allí. Y ahora, incluso eso había dejado de
funcionar. No importa si estás comiendo alimentos preparados por un chef de
cuatro estrellas, después de 80 días de comer la misma cosa, todo sabe igual.
Probablemente porque así es. En este momento, era difícil para mí pensar en la
comida como algo más que una fuente de energía.
-Si la expresión de mi cara te desanima en tu almuerzo, me disculpo.- No
lo use tratando de iniciar una pelea.
-Espera. ¿Estás tratando de decir que esto es mi culpa?
-No tengo tiempo para esto.
Empecé a echar el resto de la comida del plato en mi boca. Estrello su
palma con el tamaño de un guante de béisbol sobre la mesa. La sopa de cebolla
salpico sobre mi camisa, dejando una mancha donde los mejores esfuerzos de la
señora del almuerzo habían fracasado. Realmente no me importa. No importa lo
duro que fuera la mancha, una vez que sea pasado mañana, yo ni siquiera tendría
que lavarla.
-Los grunts de la 4ª compañía no valen el tiempo de los poderosos en la 17
ª ¿Es eso?
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
23
Me di cuenta de que sin saberlo, me puse en una bandera muy molesta.
Este bucle enserio que estaba maldito desde el primer momento. Yo había
matado accidentalmente a Ferrell al final del último ciclo, y eso había dejado
todo fuera de control en esta ocasión. Desde donde yo estaba, no habían pasado
incluso cinco horas desde que había muerto vomitando sangre. Por supuesto que
fui asesinado también, pero eso era de esperar. Ferrell había muerto tratando de
proteger a un maldito nuevo recluta. Eso sólo estimuló mi migraña lo necesario
para patearme a galope.
Yo había planeado aliviar mi mente mirando a Rita de la forma en que
siempre lo hacía, pero mi humor de perros debe haber sido más obvio de lo que
pensé. Claramente, era lo suficientemente malo para desencadenar algo que no
había ocurrido en ninguno de los bucles anteriores.
Recogí mi bandeja y me levante.
El cuerpo de ese hombre era una pared de carne bloqueando mi camino.
La gente se empezó a reunir, impacientes por una pelea. Eran las 1148. Si pierdo
el tiempo aquí, sería desprenderme de toda mi agenda. El hecho de que yo tuviera
todo el tiempo del mundo no significaba que tuviera tiempo que perder. Cada
hora perdida significaba que era una hora más débil, y eso me afectaría en el
campo de batalla.
-¿Estas corriendo, cobarde?- Su voz sonó a través de la cafetería.
Rita se volvió y me miró. Era obvio que ella se había dado cuenta de que
el recluta que había estado mirándola fijamente durante el EF estaba comiendo en
la misma cafetería. Algo me decía que si e devolvía la mirada, ella me ayudaría
de la forma en que me había ayudado durante el EF, la forma en que me había
ayudado en mi primera batalla. Rita no era el tipo de persona que podría darle la
espalda a alguien en problemas. Su humanidad estaba empezando a mostrarse.
Me pregunté cuál sería su juego, tal vez ella empiece a hablar de té verde para
enfriar a este chico. Me reí entre dientes con esa idea.
-¿Qué es tan gracioso?
-Ups. No tiene nada que ver contigo.
Mis ojos dejaron a Rita. El Keiji Kiriya de pie en la cafetería este día no
era un verde recluta. Mi apariencia externa puede ser la misma, pero por dentro
era un veterano endurecido en setenta y nueve batallas. Yo podía hacer frente a
mis propios problemas. Había involucrado a Rita una vez durante el EF y una vez
más, indirectamente, por mi regular charla para poner en mi camino una de sus
hachas de batalla de repuesto. No necesitaba involucrarla por tercera vez sólo
porque sea a través de la comida.
-¿Estás jodiendo conmigo?- Él no iba a dejar pasar esto.
-Lo siento, pero yo realmente no tengo tiempo que perder, joder.
-¿Que tienes entre las piernas? Un par de pelotas de ping pong?
23
Bandera/Flag: Evento, por así decirlo, que van definiendo una ruta en los galges o novelas visuales.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Nunca me quite el saco para ver. ¿Y tú?
-¡Hijo de puta!
-¡Es suficiente!- Una seductora voz corto nuestro argumento. No fue Rita.
La salvación llegó de un lugar inesperado. Me di la vuelta para ver a una
mujer de piel bronceada de pie junto a la mesa. Sus pechos con delantal
irrumpieron bruscamente con un buen 60% en mi campo de visión. Se puso de
pie entre nosotros sosteniendo camarón frito humeante con un largo par de
palillos de cocina. Era Rachel Kisaragi.
-No quiero ninguna pelea aquí. Esto es un comedor, no un ring de boxeo
-Solo estoy tratando de enseñarle a este recluta algunos modales.
-Bueno, la escuela acabo.
-Oye, tú fuiste la que se quejó de lo mal que se veía comiendo tu comida.
-Aun así.
Rachel me miró. Ella no había mostrado el más mínimo atisbo de ira
cuando me golpeé con su carrito de patatas, así que para que esto haya llegado a
ella, debo haberla impresionado. Una parte de ella probablemente quería
avergonzar a cualquier persona asociada con Jin Yonabaru, ampliamente
considerado como la persona más molesta de la base. No es que la culpe. Tropecé
con la bandera de patatas derramadas, y ahora me tropecé ésta. La secuela era mi
responsabilidad.
En una base teñida de manchas café con tonos de la tierra del desierto, una
mujer como Rachel estaba destinada a atraer a un admirador o dos, pero nunca
me había dado cuenta de lo popular que era. Este hombre no había escogido una
pelea conmigo por alguna rivalidad entre compañías. Él estaba presumiendo.
-Está bien. No debí haber dicho nada.- Rachel se volvió hacia el gigante
que asoma y me alejó con un gesto volteando desde de su espalda.
-Aquí. Ten un camarón, va por la casa. Guárdalo para los pingüinos.-
Rachel frunció el ceño.
-¿Acaso este enano no tiene nada que decir?- Él sacó un brazo grande y
carnoso por encima del hombro de Rachel y lanzó un golpe.
Reaccioné instintivamente. Meses subjetivos en un Jacket me habían
acondicionado para mantener siempre los pies firmemente plantados en el suelo.
Mi pierna derecha giró en el sentido de las agujas del reloj, la izquierda en
sentido contrario, colocándome en una postura de batalla. Paré su embestida con
mi brazo izquierdo y levante la bandeja del almuerzo con mi mano derecha para
evitar que se cayera, con mi centro de gravedad nunca dejando la mitad de mi
cuerpo. Rachel dejó caer el camarón frito. Lo arrebaté de su elegante vuelta en el
aire antes que su cola lograra tocar el suelo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
El desvío había arrojado al sujeto fuera de balance. Dio dos pasos
tambaleantes hacia adelante, luego un tercero, antes de caer en el almuerzo de un
soldado sentado frente a él. Comida y platos salieron volando con un
espectacular choque. Me levante, balanceando mi bandeja en una mano.
-Se te cayó esto.- Le entregué a Rachel el camarón frito.
Los espectadores estallaron en aplausos.
-¡Maldito pedazo de mierda!
El tipo ya estaba molesto, su puño estaba volando hacia mí. Él era terco.
Tuve un momento para considerar si debía esquivar su puñetazo, lanzar un
contraataque por mi parte, o dar la vuelta y correr.
Hablando desde la experiencia, un derechazo recto de un hombre que
había sido entrenado para pilotar un Jacket definitivamente tenía cierto efecto,
pero no era nada en comparación con lo que podía hacer un Mimic. El golpe de
este perdedor sería suficiente para infligir dolor, pero no una herida mortal, a
menos que sea extremadamente afortunado.
Vi como puso cada onza de su fuerza en el golpe. Su puño estaba
navegando justo a la punta de mi nariz. Él estaba descuidando sus pies, dejando
una abertura. Yo no la tomé.
No era mi primera oportunidad para matarte.
Se recuperó del golpe perdido, su respiración rugía en su nariz. Comenzó
a saltar alrededor como un boxeador.
-Deja de agacharte y pelea como un hombre, ¡Perra!
¿Todavía no ha tenido suficiente?
La brecha entre nuestros niveles de habilidad era más profunda que una
fosa marina, pero supongo que la demostración no había sido suficiente para que
se hunda. Pobre bastardo.
Él vino con un gancho de izquierda.
Me moví hacia atrás medio paso.
Whoosh.
Otro golpe. Di un paso atrás. Podría haberlo matado dos veces ya. Allí, mi
tercera oportunidad. Ahora cuarto. Él estaba dejando demasiadas aberturas para
contar. Podría haberlo dejado sobre el piso diez veces en solo un minuto. Por
suerte para él, mi trabajo no era enviar a jinetes de Jacket discapacitados a la
enfermería, no importa qué tan impetuosos fueran. Mi trabajo era enviar Mimics
a su lugar privado en el infierno.
Con cada golpe que lanzaba y fallaba, la multitud gritaba.
-¡Vamos, ni siquiera lo has arañado!
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¡Deja de brincar alrededor y dale un golpe ya!
-¡Dale un puñetazo! ¡Dale un puñetazo! ¡Dale un puñetazo!
-¡Cuiden las puertas, no quiero que nadie interrumpa esto! ¡Tengo diez
dólares en el grande!
Seguido inmediatamente por:
-¡Veinte al chico escuálido!
“¡Hey, ese soy yo!” Pensé mientras esquivé otro puñetazo. Entonces
alguien gritó:
-¿Dónde está mi camarón frito? ¡Perdí mi camarón frito!
Entre más crecía la emoción de la multitud, él ponía mayor esfuerzo detrás
de sus golpes y se volvían más fáciles de evitar.
Ferrell tenía un dicho: "Rompe cada segundo." La primera vez que lo
escuché, yo no entendía lo que significaba. Un segundo era un segundo. No había
nada para estirar o romper.
Pero resulta que se puede tallar la percepción del tiempo en piezas cada
vez más finas. Si accionas un interruptor en la parte posterior de tu cerebro,
puedes ver un segundo pasar como fotogramas de una película. Una vez que
averiguas lo que estaría sucediendo diez cuadros más tarde, puedes tomar las
medidas necesarias para revertir la situación a tu favor. Todo en un nivel
subconsciente. En la batalla, no podías contar con nadie que no entendiera cómo
romper el tiempo.
Evadir sus ataques era fácil. Pero yo no quería tropezar con más banderas
innecesarias de las que ya tenía. Había tenido un montón de problemas para
cambiar mi horario, pero si seguía con esto la 17ª estaría en la cafetería pronto.
Necesitaba llevar esta diversión a su fin antes de que ellos llegaran.
Decidí que recibir uno de sus golpes me haría perder la menor cantidad de
tiempo. Pero no contaba con que Rachel interviniera su camino para tratar de
detenerlo. Ella alteró el curso de su puño derecho sólo lo suficiente para cambiar
el golpe que se suponía iba a mi mejilla en uno que aterrizó justo en mi barbilla.
Una ola de calor se propagó por mis dientes en la parte posterior de mi nariz. Los
platos en mi bandeja bailaron a través del aire. Y vi a Rita en el borde de mi
campo de visión, saliendo de la cafetería. Me gustaría hacer este dolor una
lección para la próxima vez. Perdí el conocimiento y vagaba a través de un
confuso sueño…
Cuando volví en mí, me encontré acostado sobre varias sillas de tubos
empujadas juntas como cama improvisada. Algo húmedo estaba en mi cabeza, un
pañuelo de mujer. Un ligero olor a cítricos flotaba en el aire.
-¿Estás despierto?
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Estaba en la cocina. Encima de mí un ventilador industrial estaba
zumbando, absorbiendo el humo de la habitación. Cerca de allí, había un líquido
verde olivo a fuego lento en una olla enorme como los calderos que se suponía
que usaban los nativos furiosos para hervir exploradores desde la medula hasta
sus sombreros, o incluso más grande. Un menú de la próxima semana colgado en
la pared. Sobre el menú escrito a mano estaba la cabeza de un hombre arrancado
de un cartel.
Después de mirar fijamente sus dientes blanqueados por lo que parecía
una eternidad, finalmente lo reconocí. Era la cabeza del constructor musculoso
del cartel en nuestros cuarteles. Me pregunté cómo es que había hecho todo el
camino desde los cuarteles de los hombres a su nuevo muro, donde podría pasar
sus días sonriendo a sabiendas que estaba con las mujeres que trabajaban en la
cocina.
Rachel estaba pelando patatas, lanzando cada piel en espiral en una cesta
de gran tamaño que hacía juego con el tamaño de la olla. Esas eran las mismas
patatas que habían llegado como lluvia sobre mi cabeza en mi tercera vez a través
del bucle. Me había comido ya setenta y nueve veces esas malditas patatas
trituradas que estaba haciendo. No había otros trabajadores la cocina aparte de
Rachel. Ella debe haber preparado las comidas para todos estos hombres por su
cuenta.
Al sentarme, mordí el aire un par de veces para probar mi mandíbula. Ese
golpe me había atrapado desde un ángulo recto. Las cosas no parecen estar
alineadas de la manera que deberían.
Rachel resoplo al verme. -Lo siento. Realmente no es un mal tipo.
-Lo sé.
Ella sonrió. -Eres más maduro de lo que pareces.
-No lo suficientemente maduro para no meterme en problemas, al
parecer.- Respondí encogiéndome de hombros.
Las personas estaban siempre un poco muy nerviosas el día antes de una
batalla. Y los chicos siempre estaban buscando una oportunidad para quedar bien
delante de una chica alucinante como Rachel. El engalamiento estaba
definitivamente contra mí, aunque estoy seguro que la cara que había estado
haciendo no habría ayudado a la situación de cualquiera.
-¿Qué eres, un pacifista? Una rareza por estos lugares.
-Me gusta guardarme para el campo de batalla.
-Eso lo explica todo.
-¿Explica qué?
-El por qué te estabas reprimiendo. Eres obviamente un mejor luchador.
Los ojos de Rachel me miraron fijamente. Ella era alta para una mujer.
Esta base se había construido hace tres años. Ella había llegado a la base Flower
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Line inmediatamente después de obtener su licencia de nutricionista, eso la hace
por lo menos cuatro años mayor que yo. Pero seguro que no lo parecía. Y no era
que hiciera todo lo que pudiera para hacerse ver más joven. El brillo de su piel
bronceada y su cálida sonrisa eran tan naturales como llegaron. Ella me recordó a
la bibliotecaria de la que me había enamorado en la escuela secundaria. La
misma sonrisa que me había robado el corazón y me enviaba felizmente al
trabajo de ventilar la biblioteca en el caluroso verano de hace tanto tiempo.
-Nuestras vidas deberían ser escritas en piedra. En papel es demasiado
improvisado, demasiado fácil de volver a escribir.- Pensamientos como ese
habían estado mucho en mi mente últimamente.
-Eso es algo extraño para decir.
-Tal vez.
-¿Vas a encontrarte con alguien?
La observe. Tenía ojos verdes.
-No.
-Estoy libre esta noche.- Luego se apresuró a agregar: -No te hagas una
idea equivocada. No le digo este tipo de cosas a cualquiera.
Hasta donde. Se había quitado de encima a Yonabaru con bastante
facilidad. Por toda una semana escuche queja tras queja sobre la mujer más
caliente cuyas rodillas fueron encerradas con el mayor candado. "Realmente es
un travesti." Me decía. Y tuve la sensación de que no era un trato especial sólo
porque Yonabaru era quien era.
-¿Qué hora es?- Yo todavía tenía un horario que cumplir.
-Casi las tres. Estuviste fuera durante unas tres horas.
1500. Se suponía que debía estar entrenando con Ferrell. Tenía que
corregir lo que había hecho en el último bucle, el movimiento que había matado a
Ferrell y el teniente. Habían muerto protegiéndome porque estaba presumiendo.
Todavía podía ver las humeantes y carbonizadas fotos familiares con las que
Ferrell había decorado el interior de su Jacket aleteando en el viento. Una foto de
él sonriendo bajo el sol brillante de Brasil rodeado de hermanos y hermanas
quedo grabada en mi mente.
No poseo ningún talento extraordinario que me distinga de mis
compañeros. Yo sólo era un soldado. Había cosas que podía hacer, y cosas que
no podía. Si practicaba, con el tiempo podía cambiar algunas cosas que no podía
hacer antes con las cosas que pude. No iba a dejar que mi exceso de confianza
matara a la gente que había salvado mi vida una y otra vez.
En otras circunstancias podría haber aceptado su invitación.
-Lo siento, pero no soy el tipo que estás buscando.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Me di la vuelta y empecé a correr hacia el campo de entrenamiento donde
el sargento Ferrell estaba esperando, apestando a sudor y bombeando adrenalina.
-¡Estúpido!
No me detuve a devolver el cumplido.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 4
Iteración #99:
Muerto en acción 45 minutos después de iniciar la batalla.
Parte 5
Iteración #110:
Ellos pasan a través de nuestra línea defensiva. Yonabaru es el eslabón
más débil.
-Keiji… en la novela de misterio… Es el sujeto comiendo pudin quien…
Después de esas palabras, murió.
Muerto en acción 57 minutos después de iniciar la batalla.
Parte 6
Iteración #123:
Las migrañas que comenzaron después de una cincuentena de bucles están
empeorando. No sé lo que las está causando. Los analgésicos que los médicos
dan a mí no sirven en absoluto. La perspectiva de que estos dolores de cabeza me
acompañen en todas las batallas de aquí en adelante no está haciendo mucho por
mi moral.
Muerto en acción sesenta y un minutos después de iniciar la batalla.
Parte 7
Iteración #154:
Perdí la conciencia ochenta minutos después de iniciar la batalla. No he
muerto, pero todavía estoy atrapado en el bucle. Lo que sea. Si así es como va a
ser, así es como será.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 8
Iteración #158:
Finalmente he dominado el hacha de batalla de carburo de tungsteno. Puedo
rasgar a través de un endoesqueleto Mimic con un movimiento de la muñeca.
Para derrotar a sus enemigos resistentes, la humanidad desarrolló hojas que
vibran a ultra-altas frecuencias, martinetes cuyos picos de fuego viajaban a
velocidades de 1500 metros por segundo, y explosivas armas de cuerpo a cuerpo
que utilizaban el Efecto Monroe. Pero las armas de proyectiles se quedan sin
munición. Se atascan. Se rompían. Si golpeabas una hoja delgada en el ángulo
equivocado, se haría añicos. Y así Rita Vrataski reintrodujo a la guerra la simple,
pero altamente eficaz, hacha.
Era una solución elegante. Hasta el último kilogramo y metro por segundo
de impulso generado por los actuadores del Jacket se convertían en fuerza
destructiva pura. El hacha podría doblarse o despostillarse, pero su utilidad como
arma no disminuiría. En la batalla, las armas que puedes utilizar para golpear a tu
enemigo eran más fiables. Las armas que habían sido perfeccionadas con un
borde fino, tales como la katana, cortarían tan profundo que podía atascarse el
cuerpo de tu enemigo y no podrías sacarlos. Había historias de guerreros que
incluso embotaban sus espadas con una piedra antes de la batalla para evitar que
eso suceda. El Hacha de Rita había demostrado que vale la pena y otra vez.
Mi pelotón se arrastró hacia la punta norte de la isla de Kotoiushi, Jackets
modo de suspensión. Fue cinco minutos antes de que nuestro comandante de
pelotón diera la señal para el comienzo de la batalla. No importa cuántas veces lo
experimentara, aquí es cuando mi tensión se elevaba. Ahora veo por qué
Yonabaru dejaba salir cualquier mierda de su boca. Ferrell solo dejo que nuestra
charla lloviera sobre él.
-Te estoy diciendo, te tienes que enganchar dentro de algún de coño. Si
esperas hasta que estés atado a una de estas Jackets, será muy tarde.
-Sí.
-¿Qué pasa con Mad Wargarita? Estaban hablando durante el EF,
¿Verdad? Deberías tomar eso, yo sé que puedes.
-Sí.
-Eres un cliente frío.24
-¿Sí?
-No has estallado aun tu cereza, y estás tan calmado como una puta,
carajo. En mi primera vez tenía mariposas aleteando como un tornado en mi
estómago.
24
Cool Customer. Alguien que ni se inmuta ante la situación más difícil.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Es como una prueba estandarizada.
-¿De qué estás hablando?
-¿No tomaste de esos en la escuela secundaria?
-Amigo, no esperes que recuerde la escuela secundaria. ¿Tu si?
-Sí.
Había conseguido ignorar a Yonabaru y a lo que pasaba por su tren de
pensamiento, pero mi mente estaba en piloto automático.
-Sí.
-Sí, ¿Qué? Ni siquiera dije nada.
La voz de Yonabaru llegó a mí como si cruzara a través de una niebla.
Me siento como si hubiera estado luchando en este mismo lugar durante
un centenar de años. Hace medio año yo era un niño en la escuela secundaria. No
me podría interesar menos una guerra que estaba ahogando lentamente al mundo
en su propia sangre. Yo había vivido un mundo de paz, uno lleno de familiares y
amigos. Nunca me imaginé que cambiaría las aulas y el campo de fútbol por una
zona de guerra.
-Estás actuando divertido desde ayer.
-¿Sí?
-Amigo, no te vayas a perder de nosotros. Dos en fila del mismo pelotón
¿cómo sería eso? Y he querido preguntar: ¿Qué coño es ese trozo de metal que
estas cargando? Y ¿Qué coño es lo que planeas hacer con él? ¿Tratando de hacer
valer tu individualidad? ¿Trabajando en un proyecto de arte?
-Es para triturar.
-Triturar ¿Qué?
-Al enemigo, en su mayoría.
-Así que te acercas, para eso está el martinete. ¿Vas a decirme que eres
mejor con un hacha? Tal vez deberíamos llenar nuestro pelotón con leñadores.
¡Hii hoo, hii hoo!
-Eso de los enanos.
-Buen punto. Bien hecho. Un punto para ti.
Ferrell entro a nuestra conversación.
-Hey, no sé dónde lo aprendiste, pero seguro que es difícil como el
infierno poder usar esa cosa. Pero Kiriya, sólo utilízalo cuando estés cara a cara y
no tengas elección. No te precipites a preguntar. La guerra moderna aún se libra
con balas. Trata de no olvidarlo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Sí señor.
-Yonabaru.- Supongo que el sargento sintió la necesidad de difundir la
tención alrededor.
-¿Sí?
-Solo. . . has lo que siempre haces.
-¿Qué demonios, sargento? ¿Keiji obtiene una charla y yo me quedo con
esto? Un alma delicada como como la mía también necesita algunas inspiradoras
palabras de aliento.
-Creo que animarte con mi rifle también te haría bastante bien.
-¿Sabes lo que es esto? Discriminación, ¡eso es lo que es!
-Parece que de vez en cuando consigues pensar, Yonabaru.- Dijo Ferrell,
con su voz metálica en el enlace. -Le daré mi pensión al hombre que invente una
manera de fijar... ¡Mierda, ya ha comenzado! ¡No dejen que les vuelen las pelotas
señores!
Salté a la batalla, con el flujo sanguíneo alocado, el usual zumbido en mi
casco. Al igual que en otros momentos. Allí. Un blanco. Disparé. Me agaché.
Una jabalina pasó silbando junto a mi cabeza.
-¿Quién está ahí? ¡Estás demasiado delante! ¿Quieres que te maten?
Fingí seguir las órdenes del líder de pelotón. No importa cuántas vidas
tengas, si sigues las órdenes de cada oficial recién salido de la academia,
terminarías muerto y aburrido.
Los caparazones estallaban mientras cruzaban el cielo. Limpié la arena de
mi casco. Eché un vistazo a Ferrell y asentí. Sólo le tomó un instante para darse
cuenta de que el fuego de supresión que acababa hacer había frustrado una
emboscada enemiga. En algún lugar en lo profundo del intestino de Ferrell, sus
instintos le decían que este recluta llamado Keiji Kiriya, que nunca en su vida
había puesto un pie en la batalla, era un soldado que podía utilizar. Él fue capaz
de ver más allá de la imprudencia que acababa de hacer. Era este tipo de
adaptabilidad que la que lo había mantenido con vida durante veinte años.
Para ser honesto, Ferrell era el único hombre en el pelotón que podía
utilizar. Los otros soldados sólo habían visto dos o tres batallas a lo sumo.
Incluso algunos de los que habían sobrevivido en el pasado no habían matado
nada. No puedes aprender de tus errores cuando te matan. Estos novatos no
sabían lo que era caminar al filo de la navaja entre la vida y la muerte. Ellos no
sabían que la línea que lo dividía, la zona fronteriza con una pila de cadáveres,
era el lugar más fácil para sobrevivir.
El miedo que impregnaba cada fibra de mi ser era implacable, era cruel, y
era mi mejor esperanza conseguir pasar a través de esto.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Esa era la única manera de luchar contra los Mimics. Yo no sabía una mierda de
ninguna de las otras guerras, y francamente no me importaba. Mi enemigo era el
enemigo de la humanidad. El resto no importa.
El miedo nunca me abandonó. Mi cuerpo temblaba con él. Cuando me
daba cuenta de la presencia de un enemigo justo fuera de mi campo de visión,
podía sentir como se arrastraba a lo largo de mi espina dorsal. ¿Quién me había
dicho la manera en que el miedo se filtraba en tu cuerpo? ¿Había sido el jefe de
pelotón? ¿O era Ferrell? Tal vez era algo que había oído durante el
entrenamiento.
Pero, aun cuando el temor atormentando mi cuerpo, me tranquiliza y me
consuela. Los soldados que se ven arrastrados por una descarga de adrenalina no
sobreviven. En la guerra, el miedo es la mujer de la que te advirtió tu madre.
Usted sabía que no era bueno para usted pero no se podía sacudirla. Tenías que
encontrar una manera de llevarte bien con ella, porque no se iba a ninguna parte.
La 17ª Compañía del 3er Batallón del 12º Regimiento de División de
Infantería Acorazada 301o no era más que carne de cañón. Si el asalto frontal
tenía éxito, los Mimics que huirían del asedio caerían sobre nosotros como un
torrente de agua que pasa a través de un barranco seco. Y si no, seríamos un
pelotón solitario en medio de un mar de hostiles. De cualquier manera, nuestras
probabilidades de supervivencia eran escasas. El comandante del pelotón lo
sabía, y el sargento Ferrell sabía. Toda la compañía fue armada con los soldados
que habían sobrevivido a la masacre en Okinawa. ¿Quién mejor para hacer esta
asignación de mierda? En una operación de veinticinco mil Jackets, si una
compañía solitaria de 146 hombres fuera eliminada, ni siquiera tendrían una nota
sobre el escritorio del General en el Ministerio de Defensa. Éramos los chivos
expiatorios cuya sangre engrasaba las ruedas de la maquinaria de guerra.
Por supuesto, sólo había tres tipos de batalla para empezar: jodido,
seriamente jodido y jodido más allá de todo reconocimiento. No entre en pánico
al respecto. Había un montón de caos en todos lados. Mismas Jackets. Mismo
enemigo. Los mismos amigos. Igual yo, con los mismos músculos que no estaban
preparados para lo que yo les estaba pidiendo y estaban gritando en protesta.
Mi cuerpo nunca cambiaría, pero el sistema operativo que corría en él
había visto una reforma total. Había empezado como un recluta verde, una
muñeca de papel arrastrada por los vientos de la guerra. Ahora, me había
convertido en un veterano que inclinaba la guerra a mi voluntad. Llevaba la carga
de la interminable batalla como la máquina asesina en me había convertido, una
máquina con sangre y nervios en lugar de aceite y cables. Una máquina no se
distrae. Una máquina no llora. Una máquina lleva la misma amarga sonrisa día
tras día. Lee la batalla como se desarrolla. Sus ojos escanean el próximo enemigo
antes de que termine de matar al primero y su mente ya está pensando en el
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
tercero. No era buena o mala suerte. Simplemente era. Así que seguí luchando. Si
esto iba a durar para siempre, lo iba a hacer para siempre.
Dispara. Corre. Planta de un pie y luego el otro. Mantente en movimiento.
Una jabalina atravesó el aire que había ocupado sólo una décima parte de
segundo antes. Se incrustaba en el suelo antes de detonar, haciendo explotar
tierra y arena en el aire. Había conseguido un descanso. El enemigo no podía ver
a través de la lluvia de tierra mientras caía, yo podía. Allí. Uno, dos tres. Anoté a
los Mimics a través de la cortina improvisada de polvo.
Accidentalmente patee a uno de mis compañeros, el tipo de patada que se
usa para abrir una puerta cuando tu manos estaban ocupadas. Yo tenía una pistola
en la mano izquierda y un hacha de batalla en la derecha. Fue una buena cosa que
dios nos había dado dos brazos y piernas. Si sólo tuviera tres extremidades para
usar, no hubiera sido capaz de ayudar a este soldado, quienquiera que fuera.
Cuando me voltee, partí a otro Mimic con un solo golpe. Corrí hasta el
soldado caído. Tenía un lobo con una corona pintada en su armadura, la 4 ª
Compañía. Si estaban aquí, significaba que nos habíamos encontrados con la
fuerza principal de asalto. La línea se estaba abriendo paso.
Los hombros del soldado estaban temblando. Estaba en estado de shock.
Si se trataba de los Mimics o de mi patada que le había enviado allí, no lo podía
decir. Él era ajeno al mundo que lo rodeaba. Si lo dejaba allí, sería un cadáver
dentro de tres minutos.
Puse mi mano sobre su hombro y con la placa establecí una comunicación
de contacto.
-¿Te acuerdas por cuántos puntos te ganamos en ese juego?- Él no
respondió. -Ya sabes, el que perdieron contra la 17 ª Compañía.
-¿Qu. . . qué?- Las palabras salieron ásperamente de su garganta.
-El partido de rugby. ¿No te acuerdas? Era algún tipo de record dentro de
los muros, así que me imagino que les debimos ganar por al menos diez o veinte
puntos.- Me di cuenta de lo que estaba haciendo. -Sabes, es gracioso, yo
hablando contigo de esta manera. Oye, no crees que ella me cobre por robar su
idea, ¿Verdad? No es que ella tenga una patente sobre la misma ni nada.
-¿Qué? ¿De qué estás hablando?
-Vas a estar bien.- Él salió de allí bastante rápido, no era un novato como
yo lo había sido. Yo le di una palmada en la espalda. -Me la debes 4ª Compañía.
¿Cuál es tu nombre?
-Kogoro Murata y no te debo una mierda.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Keiji Kiriya.
-Esa actitud que tienes. No estoy seguro de que me guste.
-El sentimiento es mutuo. Esperemos que nuestra suerte se mantenga.
Chocamos nuestros puños y nos separamos.
Gire mi cabeza de izquierda a derecha. Corrí. Tiré del gatillo. Hace tiempo
que mi cuerpo había pasado del agotamiento, pero una parte de mí mantenía un
elevado sentido de alerta imposible en circunstancias normales. Mi mente estaba
en una cinta transportadora que clasificaba manzanas buenas y malas, cualquier
pieza de información que no era vital para la supervivencia era bloqueada
automáticamente.
Vi a Rita Vrataski. El estruendo de una explosión anunciaba su llegada.
Una bomba guiada por láser cayó de un avión sobrevolando en círculos, lejos del
alcance del enemigo. Cubrió la distancia entre nosotros en menos de veinte
segundos y detono precisamente donde la Valquiria la había llamado.
Rita se dirigía hacia el punto donde la bomba había golpeado, una mezcla
destrozada de escombros, partes iguales de vivos y muertos. Las criaturas que
salían del cráter se topaban con su balanceante hacha de batalla.
Incluso en medio de la batalla, ver el Jacket rojo de Rita agitaba algo en
mí. Su sola presencia había resoplado nueva vida en nuestra línea rota. Su
habilidad era incomparable, el producto de los esfuerzos de Estados Unidos en
las fuerzas especiales para hacer un soldado que ponga fin a todos los soldados.
Pero era más que eso. Ella realmente era nuestro salvador.
Sólo un vistazo de su Jacket en el campo de batalla llevaría a los soldados
dar un 10% extra, incluso si ya no tienen de sobra. Estoy seguro de que había
hombres que la verían y se enamorarían, como un hombre y una mujer en un
barco que se hunde espiándose el uno a otro entre las olas. La muerte puede venir
en cualquier momento en el campo de batalla, así que ¿Por qué no? Los chicos
sabios que la habían nombrado Full Metal Bitch realmente habían hecho un buen
trabajo pescado ese nombre.
No creo que tengan el derecho. O tal vez estaba empezando a sentir algo
por Rita Vrataski yo mismo. Esa me vino muy bien. Atrapado en este maldito
bucle, no tenía ninguna esperanza de enamorarme. Incluso si encontraba a
alguien que me pueda amar en un corto día, desaparecería al siguiente. El bucle
me robaría todos los momentos que pasara con alguien.
Rita me había salvado una vez, hace mucho tiempo. Me había mantenido
en calma con su charla al azar sobre té verde. Ella me había dicho que se
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
quedaría conmigo hasta mi muerte. ¿Qué mejor destino para mí que el amor no
correspondido de nuestra salvadora misma?
Mi sistema operativo siguió respondiendo de forma automática, a pesar de
la distracción que estaban dando mis emociones. Mi cuerpo se retorció. Planté un
pie en el suelo. No tengo que pensar en la batalla que se desarrollaba ante mis
ojos. El pensamiento sólo estorbaba el camino. Decidir de qué forma moverse, y
cómo, eran cosas que hiciste en el entrenamiento. Si hacías una pausa para pensar
en la batalla, la muerte estaría allí esperando, lista para blandir su guadaña.
Seguí luchando.
Habían pasado setenta y dos minutos desde la batalla había comenzado.
Tanaka, Maie, Ube, y Nijou estaban KIA. Cuatro muertos, siete heridos, y cero
desaparecidos. Nijou había colgado el cartel de la modelo en traje de baño en la
pared. Maie era de algún lugar del interior de China. Nunca dijo una palabra. No
sabía mucho acerca de los otros dos. Grabe las caras de los hombres que había
dejado morir el fondo de mi mente. En unas horas su dolor se habría ido, pero yo
lo recordaría. Como una espina clavada en mi corazón atormentándome,
endureciéndome para la siguiente batalla.
De alguna manera nuestro pelotón se había mantenido unido. Podía
escuchar las aspas de los helicópteros en la distancia. No estaban disparando
desde el cielo. Hasta ahora, este era el mejor intento. El jefe de pelotón no tenía
palabras para el recluta que había tomado el asunto con sus propias manos. De
vez en cuando Ferrell disparaba unas cuantas rondas en mi camino para ayudar.
Y entonces lo vi, el Mimic con el que había luchado en la batalla que me
había atrapado en este maldito bucle. Había gastado tres rondas de martinete en
él día. No sé cómo, pero sabía que era ese. En el exterior era el mismo cadáver de
rana hinchada como todos los demás, pero aquí, en la 157 vez en el bucle,
todavía podía reconocer al Mimic que me había matado la primera vez.
Iba a morir con extremo prejuicio. De alguna manera sabía que si podía
acabar con él, iba pasaría por algún tipo de limite. Puede que no rompa este bucle
de batalla tras batalla tras batalla, pero algo iba a cambiar, aunque sea un poco.
Estoy seguro de ello. Quédate allí. Voy por ti.
Hablando de cruzar límites, todavía no había leído nada más de la novela
de misterio. No sé por qué se me ocurrió en ese momento, pero lo hizo. Había
pasado algunas de mis últimas preciosas horas leyendo ese libro. Me detuve
como el detective que estaba a punto de revelar al culpable. Había estado tan
preocupado por el entrenamiento que no había pensado en otra cosa. Debe haber
pasado casi un año. Tal vez había llegado el momento, en la siguiente vuelta
terminare ese libro. Si mataba a este Mimic y pasaba al siguiente nivel, me
gustaría empezar en ese último capítulo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Preparé mi hacha de batalla. Atento al viento, y cargue.
La estática empezó a crujir en mis auriculares. Alguien me estaba
hablando. Una mujer. Era nuestro salvador, la Full Metal perra, Valquiria
encarnada, Mad Wargarita. Rita Vrataski.
-¿Cuántos bucles llevas?
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
The Full Metal Bitch
Parte 1
Un brillante sol trazó sombras nítidas sobre el suelo. El aire era tan limpio
que podías haber conseguido un disparo limpio con un francotirador a kilómetros
de distancia. Sobre el terreno, la bandera de la 17ª Compañía se espetó con una
brisa húmeda desde el sur que sopla del Pacífico.
El aire de mar contenía un olor que serpenteaba su camino por debajo de
tu nariz y te hacía cosquillas en la lengua y se dirigía a tu garganta. Rita frunció
la frente. No era el hedor de un Mimic. Era más como una ligera fragancia de
pescado que te daban en los cuencos de salsa Nuoc Mam.
Aun con la tensión en tiempos de guerra y la amenaza constante de la
muerte a un lado, el Lejano Oriente en realidad no era tan malo. La línea de la
costa, que era difícil de defender, proporcionaba hermosas puestas de sol. El aire
y el agua estaban limpios. Si Rita, que tenía alrededor de una décima parte del
refinamiento y cultura de una persona promedio, pensaba que era un lugar
maravilloso, un verdadero turista podría haber considerado que era el paraíso. Si
hubiera un punto en contra, sería la humedad empalagosa.
El tiempo esa noche sería perfecto para un ataque aéreo. Una vez que el
sol se ponga, bombarderos cargados con municiones guiados por GPS tomarían
el cielo en enjambres para convertir la isla en un paisaje lunar sin vida antes del
asalto por tierra de la mañana siguiente. El hermoso atolón, la flora y fauna que
llaman hogar, todo compartirá el mismo destino que el enemigo, si todo va según
lo planeado.
-Hermoso día, ¿No te parece, Mayor Vrataski?
Una vieja cámara de cine colgaba del grueso cuello del hombre, un tronco
de madera roja en comparación con el árbol de haya del jinete de Jacket
promedio. Rita los ignoro casualmente.
-Una gran iluminación. Días como hoy pueden hacer que incluso un avión
y remaches acero se vea como algo de da Vinci.
Rita resopló. -¿Estás haciendo fotografía artística?
-Esa no es la manera de hablar con el único reportero gráfico incorporado
en la expedición a Japón. Tengo un gran orgullo en mi rol de transmitir las
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
verdades de esta guerra al público. Por supuesto, el 90 por ciento de la verdad es
la iluminación.
-Una charla bastante resbaladiza. Deben amarte en relaciones públicas.
¿Cuántas lenguas crees que tienes?
-La única que el señor hizo bien en otorgar a los estadounidenses. Aunque
escuche que los rusos y cretenses tienen dos.
-Bueno, escuche que hay un dios japonés que le saca la lengua a los
mentirosos. No hagas nada que meta a la tuya en problemas.
-Ni pensarlo.
En la esquina del campo de entrenamiento en donde Rita y el fotógrafo
recibían toda la fuerza del viento que provenía del océano. En el centro del
campo gigante, 146 hombres de la 17ª Compañía de la 301a División de
Infantería Blindada Japonesa estaban congelados en hileras a lo largo del suelo.
Era una especie de entrenamiento llamado Iso push-up. Rita no lo había visto
antes.
El resto del equipo de Rita estaba de pie a poca distancia, con sus gruesos
y cerdosos brazos sobresaliendo de ellos. Estaban ocupados haciendo lo que los
soldados hacen mejor, burlarse de los que son más desafortunados que ellos.
-¿Tal vez esta es la forma en que practican una reverencia?
-¡Hey samurái! ¡Intenta recoger una espada después de una hora de eso!
Ninguno de los compañeros del escuadrón de Rita se acercaba a ella
dentro de las treinta horas antes de un ataque. Era una regla no escrita. Las únicas
personas que se atrevían acercarse a ella eran una ingeniera nativo americana que
casi no podía ver al frente y el fotógrafo, Ralph Murdoch.
-¿No se mueven en absoluto?
Rita parecía dudosa. -No, sólo mantienen esa posición.
-No sé si yo lo llamaría entrenamiento samurái. Se ve más como el yoga,
si me preguntas.
-¿Es raro encontrar similitudes entre el misticismo de la India y la
tradición japonesa?
-¡Noventa y ocho!
-¡Noventa y ocho!
-¡Noventa y nueve!
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¡Noventa y nueve!
Mirando el suelo como agricultores viendo crecer el arroz, los soldados
ladraban al compás de las instrucciones del sargento. Los gritos de los 146
hombres resonaron en el cráneo de Rita. Una migraña conocida envió hilos de
dolor a través de su cabeza. Era una mala.
-¿Otro dolor de cabeza?
-No es asunto tuyo.
-No veo cómo un pelotón de valiosos médicos no pueden encontrar una
cura para un dolor de cabeza.
-Yo tampoco ¿Por qué no tratas de averiguarlo?- Le espetó.
-Mantienen en esos chicos una bonita correa corta. Incluso no conseguir
una entrevista.
Murdoch levantó su cámara. No estaba claro lo que pretendía hacer con
las imágenes del espectáculo que se desarrollaba en perfecta inmovilidad delante
de él. Tal vez las vendería a un tabloide con nada mejor que imprimir.
-No estoy segura que eso sea de buen gusto.- Rita no conocía un solo
soldado en el campo, pero ella no tenía que conocerlos para que le agraden más
que Murdoch.
-Las fotos no son de buen o mal gusto. Si haces clic en un enlace y una
imagen de un cadáver aparece, es posible que tengas motivos para hacer una
demanda. Si aparece la misma foto en una página del New York Times, podría
ganar un Premio Pulitzer.25
-Esto es diferente.
-¿Lo es?
-Tú eres el que irrumpió en el centro de procesamiento de datos. Si no
fuera por tu desliz, estos hombres no estarían aquí siendo castigados, y no
estarías aquí de tomado fotos de ellos. Yo diría que califica como mal gusto.
-No tan rápido. Me han acusado erróneamente.- El sonido del obturador de
la cámara se hizo más frecuente, enmascarando su conversación. -La seguridad
aquí es laxa en comparación con el comando central. No sé qué estabas tratando
de desenterrar aquí en el quinto pino, pero no daño a nadie haciéndolo.
-Así que estás sobré mí.
25
Serie de 21 galardonados a publicaciones en E.U las categorías abarcan periodismo, literatura,
composición musical, etc. Son considerados del más alto prestigio.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Sólo odio ver los censores ponerse sobre ti justo cuando metes tu cuchara.
-El gobierno nos puede decir cualquier verdad que les plazca. Pero hay
verdades y hay verdades- Dijo Murdoch. -Depende de las personas decidir cuál
es cuál. Incluso si es algo que el gobierno no quiere que sea reportado.
-Que egoísta.
-Nombre a un buen periodista que no lo sea. Uno tiene que encontrar una
historia. ¿Conoces algún Dreamer?
-No estoy interesada en las religiones ficticias.
-¿Sabías que los Mimics se pusieron en movimiento casi exactamente al
mismo tiempo que comenzó esa gran operación en Florida?
The Dreamers eran un grupo civil -pacifista, por supuesto. La aparición de
los Mimics había tenido un tremendo impacto en los ecosistemas marinos. Las
organizaciones llamaron para la protección de delfines, ballenas y otros
mamíferos marinos se extinguieron. The Dreamers recogieron lo que habían
dejado.
Los Dreamers creían que los Mimics eran inteligentes, e insistían el
fracaso de la humanidad para comunicarse ellos era lo que había conducido a esta
guerra. Ellos razonaron que si los Mimics podían evolucionar tan rápidamente a
este tipo de armas potentes, con paciencia, podrían desarrollar los medios para
comunicarse. Así los Dreamers habían comenzado a tomar miembros de un
público cansado de la guerra que creían que la humanidad jamás podría triunfar
sobre los Mimics, y en los últimos dos o tres años el tamaño del movimiento se
había disparado.
-Entrevisté a unos cuantos antes de venir a Japón.- Continuó Murdoch.
-Suena como un trabajo duro.
-Todos ellos tienen el mismo sueño en el mismo día. En ese sueño, la
humanidad cae ante los Mimics. Ellos piensan que es algún tipo de mensaje que
están tratando de enviarnos. No es necesites que te diga eso.- Murdoch pasó la
lengua por los labios. Su lengua era demasiado pequeña para su cuerpo, dando la
clara impresión de un molusco. -Hice un poco de investigación, y resulta que son
particularmente altas las concentraciones de estos sueños los días antes de que
Operaciones Especiales de E.U. lancen ataques importantes. Y en los últimos
años, cada vez más la gente ha estado teniendo ese sueño. No se ha hecho
público, pero algunas de estas personas incluso son del ejército.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¿Crees en lo que sea que esos raritos te digan? Escúchalos el tiempo
suficiente y te harán creer que los Sea Monkeys26 son como Einsteins.
-Círculos académicos ya están discutiendo la posibilidad de la inteligencia
Mimic. Y si lo son, no hay que buscar muy lejos para pensar que tratan de
comunicarse.
-No debes asumir que todo lo que no entiendes es un mensaje.- Dijo Rita.
Ella bufó. -Sigan así, y lo siguiente que me estarán diciendo es que han
encontrado señales de inteligencia en nuestro gobierno, y los dos sabemos que
nunca va a suceder.
-Muy divertido. Pero hay una ciencia aquí que no se puede ignorar. Cada
escalón de la escalera evolutiva, desde un organismo unicelular a animales de
sangre fría a animales de sangre caliente, se ha visto un aumento de diez veces en
el consumo de energía.- Ralph pasó la lengua por los labios de nuevo. -Si nos
fijamos en la cantidad de energía que un ser humano en la sociedad moderna
consume, es diez veces mayor a la de un animal de sangre caliente de tamaño
similar. Sin embargo, los Mimics, que se supone que son animales de sangre fría,
consumen la misma cantidad de energía que los seres humanos.
-¿Eso significa que están más alto que nosotros en la escalera evolutiva?
Es una buena teoría. Deberías publicarla.
-Me parece recordar que dijiste algo acerca de tener sueños.
-Claro que tengo sueños. Sueños ordinarios.
Para Rita, buscar un significado en los sueños era una pérdida de tiempo.
Una pesadilla era una pesadilla. Y los bucles de tiempo con los que había
tropezado en el curso de la guerra, bueno, eran algo completamente distinto.
-Tenemos un ataque para mañana. ¿Alguna de las personas que
entrevistaste tuvo un mensaje?
-Absolutamente. Llamé a Los Ángeles esta mañana para confirmarlo. Los
tres habían tenido el sueño.
-Ahora sé que no es verdad. Eso es imposible.
-¿Cómo lo sabes?
-Esta es sólo la primera vez a través de este día.
-¿Eso de nuevo? ¿Cómo puede un día tener una primera vez o segunda
vez?
26
Artemias Salinas que entran en criptobiosis. Fueron comercializados como “mascotas inteligentes” en
la década de los 80’s en E.U.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Sólo espero que nunca lo averigües.
Murdoch hizo una muestra de encogerse de hombros. Rita regreso la
mirada a los hombres desafortunados en el campo.
Los Jinetes de Jacket no tenían mucho uso para el músculo. La resistencia
era la orden del día, no el poder explosivo. Para construir su resistencia, el
escuadrón de Rita practica una técnica de pie de kung-fu conocido como Ma bu.
Ma bu consistía en extender las piernas como si estuvieras a horcajadas sobre un
caballo y mantener esa posición durante un período prolongado de tiempo.
Además de fortalecer los músculos de la pierna, era una forma muy efectiva para
mejorar el equilibrio.
Rita no estaba segura de su beneficio, si hay uno, que se supone que las
Iso push-up deberían tener. Parecía más como un castigo, así de simple. Los
soldados japoneses, envasados juntos como sardinas en lata, permanecieron
congelados en esa posición. Para ellos, esto probablemente clasificaba entre las
peores experiencias de su vida. Aun así, Rita les envidiaba este simple recuerdo.
Rita no había compartido ese tipo de experiencia desechable con nadie en mucho
tiempo.
El viento sofocante tiró de su pelo color rojo óxido. Su flequillo, siendo
demasiado largo no importa cuántas veces se lo cortó, le daba comezón en la
frente. Este era el mundo como lo fue al comienzo del bucle. Lo qué pasó aquí
sólo Rita lo recordaría. El sudor de los soldados japoneses, los gritos y abucheos
de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, todo habrá desaparecido sin dejar
rastro.
Tal vez hubiera sido mejor no pensar en ello, pero ver a estos soldados
entrenando el día antes de un ataque, camisas empapadas de sudor que se pegan a
la piel con el aire húmedo, sentía pena por ellos. En cierto modo, esto era su
culpa por traer a Murdoch junto con ella.
Rita decidió encontrar una manera de acortar el EF y ponerle fin a este
ejercicio aparentemente sin sentido. ¿Y qué si inculca a un samurái espíritu de
lucha? Todavía se orinaban la primera que corrían a un asalto Mimic. Ella quería
detenerlo, incluso si se trataba de un gesto sentimental que nadie más que ella
misma lograra apreciar.
Examinando el campo de entrenamiento, Rita se topó con un par de ojos
desafiantes mirándola directamente. Estaba acostumbrada a ser mirado con
asombro, admiración, incluso miedo, pero que nunca había visto esto; una mirada
tan llena de odio desenfrenado de un completo extraño. Si esa persona podría
disparar rayos láser de sus ojos, Rita habría sido más horneada que un pavo de
Acción de gracias en unos tres segundos.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Ella sólo había conocido a otro hombre cuyos ojos incluso se acercaban a
esa misma intensidad. Los profundos ojos azules de Arthur Hendricks no habían
conocido ningún miedo. Rita lo había matado, y ahora esos ojos azules estaban
enterrados profundamente en la fría tierra.
A juzgar por sus músculos, el soldado mirándola era un novato sin mucho
tiempo fuera del campo de entrenamiento. Nada como Hendricks. Él había sido
un americano, teniente y el comandante de la brigada de las Fuerzas Especiales
de Estados Unidos.
El color de los ojos de este soldado era diferente. Su pelo, también. Su
rostro y su cuerpo no eran ni cerca. Sin embargo, había algo en este soldado
asiático que a Rita Vrataski le gustaba.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 2
Rita se preguntaba a menudo como sería el mundo si hubiera una máquina
que pudiera medir definitivamente la suma del potencial de una persona.
Si el ADN determina la altura de una persona o la forma de su cara, ¿Por
qué no sus rasgos menos obvios también? Nuestros padres y madres, abuelos y
abuelas, finalmente cada individuo era el producto de la sangre que corría por las
venas de aquellos que vinieron antes. Una máquina imparcial podía leer esa
información y asignarle un valor, tan simple como la medición de la altura o el
peso.
¿Qué pasa si alguien que tenía el potencial para descubrir una fórmula que
desbloquee los misterios del universo quería llegar a ser un mal escritor de
ficción? ¿Qué pasa si alguien que tenía el potencial de crear delicias
gastronómicas sin precedentes, había puesto su corazón en la ingeniería civil?
Esta lo que deseamos hacer, y lo que somos capaces de hacer. Cuando esas dos
cosas no coinciden. ¿Qué camino debemos seguir para encontrar la felicidad?
Cuando Rita era joven, tenía un don para dos cosas: jugar herraduras y
fingir llorar. La idea de que su ADN contenía el potencial para convertirse en una
gran guerrera no podría haber estado más lejos de su mente.
Antes de que perdiera a sus padres cuando tenía quince años, era una chica
normal que no le gustaba su pelo color zanahoria. Ella no era especialmente
buena en los deportes, y sus calificaciones en la escuela secundaria eran
normales. No había nada en su aversión de los pimientos y el apio que la
distinguiera. Sólo su habilidad para fingir el llanto era verdaderamente
excepcional. Ella no podía engañar a su madre, cuyos ojos de águila veían a
través de cada artimaña suya, pero cualquiera a excepción de ella estaría
comiendo de su mano después de unos segundos de lágrimas. Sólo había otro
signo distintivo de Rita, era el pelo rojo que había heredado de su abuela. Todo lo
demás era exactamente igual que los más de trescientos millones de
estadounidenses.
Su familia vivía en Pittsfield, una pequeña ciudad al este del río
Mississippi. No es la Pittsfield en la Florida, no el Pittsfield en Massachusetts,
era el Pittsfield en Illinois. Su padre era el hijo menor de una familia de artistas
marciales mayormente de jiujitsu. Pero Rita no quería ir a una academia militar o
practicar deportes. Quería quedarse en casa y criar cerdos.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Con la excepción de los jóvenes que se inscribieron a la UDF, la vida para
la gente de Pittsfield era pacífica. Era un lugar para olvidar fácilmente que la
humanidad estaba en medio de una guerra contra un enemigo extraño y terrible.
A Rita no le importaba vivir en una ciudad pequeña y no ver a nadie más
que las mismas cuatro mil personas, aproximadamente. Escuchar a los chillidos
de los cerdos al principio y fin del día, también podía sentirse un poco cansada,
pero el aire estaba limpio y el cielo era ancho. Ella siempre tenía su lugar secreto
donde podía ir a soñar despierta y buscar tréboles de cuatro hojas.
Un viejo comerciante jubilado tenía una pequeña tienda en la ciudad.
Vendía todo, desde alimentos y hardware hasta pequeñas cruces de plata que se
suponía que mantenían a los Mimics alejados. Llevaba granos de café totalmente
naturales que no se podían encontrar en ningún otro lugar.
Los ataques Mimic habían convertido la mayor parte de la tierra cultivable
en los países en desarrollo a desierto, dejando alimentos de lujo como café
natural, té y tabaco extremadamente difíciles de conseguir. Habían sido
reemplazados por sustitutos o con saborizantes artificiales que generalmente
fallaban. La ciudad de Rita era una de las muchas que intentaban proporcionar
los productos y el ganado que una nación hambrienta y su ejército necesitaban.
Las primeras víctimas de los ataques Mimic también eran los más
vulnerables: las regiones más pobres de África y América del Sur. Los
archipiélagos de Asia sudoriental. Los países que carecían de los medios para
defenderse veían como las arenas del desierto devoraban sus tierras. Las personas
abandonaron el cultivo comercial de café, té, tabaco y especias codiciadas en
ricas naciones y comenzaron a sembrar lo básico: frijoles y sorgo, cualquier cosa
para evitar la inanición. Las naciones desarrolladas generalmente han sido
capaces de detener el avance Mimic en la costa, pero muchos de los productos
que habían dado por sentado desaparecieron de los mercados y las tiendas
durante la noche.
El padre de Rita, que había crecido en un mundo donde incluso las
personas del medio oeste podían tener sushi fresco todos los días, era, no es
exagerado decir, un adicto al café. Él no fumaba ni tomaba, café era su vicio. A
menudo, él tomaba a Rita de la mano y se escabullía con ella a la tienda del
anciano cuando la madre de Rita no estaba viendo.
El anciano tenía la piel bronceada y una tupida barba blanca. Cuando él no
estaba contando historias, fumaba su pipa de agua entre bocanadas. Pasaba sus
días rodeado de mercancías exóticas de países que la mayoría de la gente nunca
había oído hablar. Había pequeños animales labrados en plata. Muñecos
grotescos. Tótems tallados con las caras de las aves o bestias extrañas. El aire de
la tienda era una embriagadora mezcla de humo del anciano, especias
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
incalculables, y granos de café totalmente naturales insinuando del suelo rico en
el que crecieron.
-Estos granos son de Chile. Estos aquí son de Malawi, en África. Y éstos
viajaron todo el camino por la Ruta de la Seda, de Vietnam a Europa.
Le dijo a Rita. Todos los granos parecían iguales para ella, pero ella
señalaría, y el viejo recitaba sus linajes.
-¿Tienes algún tanzano para hoy?- Su padre era muy versado en el café.
-¿Qué, te terminaste el último lote ya?
-Ahora estás empezando a sonar como mi esposa. ¿Qué puedo decir? Son
mis favoritos.
-¿Qué hay de estos? y éstos son realmente algo bueno. Café Kona
Premium, crecido en la gran isla de Hawái. Pocas veces encontrar estos incluso
en Nueva York o Washington. ¡Sólo huele ese aroma!
Las arrugas en la cabeza del anciano se profundizaron en los pliegues
mientras sonreía. El padre de Rita se cruzó de brazos, claramente impresionado.
Estaba disfrutando de este difícil dilema. El mostrador era un poco más alto que
la cabeza de Rita, así que tenía que ponerse de puntillas para poder ver bien.
-Llegaron de Hawái. Lo vi en la televisión.
-Estás ciertamente bien informada, jovencita.
-No deberías de burlarte. Los niños miran más noticias que los adultos. Lo
único que les importa es el béisbol y el fútbol.
-Tienes toda la razón en eso.- El anciano se acarició la frente. -Sí, es el
último. El último café Kona en la faz de la tierra. Una vez que se ha ido, se ha
ido.
-¿De dónde sacaste algo así?
-Eso, querida, es un secreto
La bolsa de cáñamo estaba llena de granos de color nata. Eran ligeramente
más redondos que la mayoría de los granos de café, pero parecían normales en
todos los demás aspectos.
Rita tomó uno de los granos y lo inspeccionó. El espécimen sin tostar era
fresco y agradable al tacto. Imaginó los granos que tomaban el sol de un cielo
azul que se extendía por todo el camino hasta el horizonte. Su padre le había
contado sobre los cielos de las islas. A Rita no le molestaba que los cielos en
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Pittsfield fueran de un azul delgado y acuoso, pero sólo una vez quería ver el
cielo que había llenado los granos con la calidez del sol.
-¿Te gusta el café, jovencita?
-En realidad no. No es dulce. Yo prefiero el chocolate.
-Es una pena.
-Huele muy bien, sin embargo. Y estos definitivamente huelen mejor que
todos- Dijo Rita.
-Ah, entonces aún hay esperanza para ti. ¿Qué dices, si te haces cargo de
mi tienda cuando me jubile?
El padre de Rita, que hasta entonces no había alejado la vista de los granos
de café, interrumpió. -No le pongas cualquier idea en la cabeza. Necesitamos a
alguien para encargarse de la granja, y ella es todo lo que tenemos.
-Entonces tal vez ella pueda encontrar a un chico joven y prometedor o
una niña para pasarle mi tienda, ¿eh?
-No sé, lo pensaré.
Rita contestó con indiferencia. Su padre dejó la bolsa de café que había
estado admirando y se arrodilló para mirar a los ojos de Rita.
-Pensé que querías echar una mano en la granja.
El anciano intervino apresuradamente. -Que la niña haga su propia mente.
Sigue siendo un país libre.
Una luz se encendió en los ojos jóvenes de Rita. -Así es, papá. Puedo
elegir ¿Verdad? Bueno, siempre y cuando no me hagan entrar en el ejército.
-¿No te gusta el ejército tampoco, eh? La UDF no es del todo mala, ya
sabes.
El padre de Rita frunció el ceño. -Es mi hija la que estás hablando.
-Pero cualquiera puede enlistarse una vez que cumple dieciocho años.
Todos tenemos el derecho de defender a nuestro país, el hijo y la hija por igual.
Es una buena oportunidad.
-No estoy seguro de que quiera a mi hija con los militares.
-Bueno, yo no quiero alistarme en el ejército en primer lugar, papá.
-Oh, ¿por qué es eso?- Una mirada de curiosidad genuina cruzó el viejo
rostro del hombre.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-No puedes comer Mimics. Leí lo que en un libro. Y no deberías matar a
los animales que no puedes comer sólo por el hecho de matarlos. Los maestros,
nuestro pastor y todos dicen eso.
-Tú vas a ser algo problemática cuando crezcas ¿No es así?
-Yo sólo quiero ser como los demás.
El padre de Rita y el anciano se miraron y compartieron una sonrisa de
complicidad. Rita no entendía qué era tan gracioso.
Cuatro años más tarde, los Mimics atacarían Pittsfield. El ataque llegó en
medio de un invierno inusualmente duro. La nieve caía más rápido de lo que
podía ser limpiada de las calles. La ciudad fue congelada.
Nadie lo sabía en ese momento, pero los Mimics enviaban algo parecido a
una patrulla de exploración antes de un ataque, un pequeño grupo de rápido
movimiento cuyo propósito era avanzar en la medida de lo posible, a
continuación, volvían con información para los demás. Ese enero, tres Mimics
habían deslizado pasando la cuarentena de la UDF e hicieron su camino hasta el
río Mississippi sin ser detectados.
Si la gente del pueblo no se hubiera dado cuenta de un movimiento
sospechoso en las sombras, probablemente el grupo de exploradores no habría
tomado nota en particular de Pittsfield, con su ganado y hectáreas de tierras de
cultivo. Al final resultó que, el tiro disparado desde un rifle de caza de un guardia
en la noche llevó a una masacre.
La guardia del estado fue inmovilizada por la nieve. Pasarían horas antes
que un pelotón de la UDF llegara en un helicóptero. Para entonces, la mitad de
los edificios de la ciudad se habían quemado hasta el suelo y tres mil quinientos
residentes de la ciudad no habían sido asesinados. El alcalde, el predicador, y el
viejo hombre de la tienda general estaban entre los muertos.
Los hombres que habían elegido crecer para cultivar maíz en lugar de
unirse al ejército murieron luchando para defender a sus familias. Las armas
pequeñas eran inútiles contra Mimics. Las balas sólo rebotaban en sus cuerpos.
Las jabalinas Mimic atravesaban las paredes de las casas de madera e incluso
ladrillo con facilidad.
Al final, un grupo irregular de gente del pueblo derrotó a los tres Mimics
con sus manos desnudas. Esperaron hasta que los Mimics estuvieran a punto de
disparar antes de evadirlos, golpeándose con sus jabalinas entre sí. Mataron a dos
de los Mimics esta manera, y ahuyentaron al tercero.
La madre de Rita murió protegiendo a su hija en sus brazos. Rita observó
en la nieve como su padre luchó y murió. El humo subía en espiral de las llamas.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Cenizas brillantes revoloteaban hasta entrada la noche. El cielo brillaba de color
rojo sangre.
Desde abajo del cuerpo de su madre, ya empezaba a enfriarse. Rita
consideraba a su madre una devota cristiana, le había dicho que fingir llorar era
una mentira, y que si ella mentía, cuando dios juzgara su alma inmortal no le
permitiría entrar al cielo. Cuando su madre le dijo a Rita que si los Mimics no
mentían, podían entrar en el Cielo, la niña se había enojado. Los Mimics ni
siquiera eran de la Tierra. Ellos no tienen alma, ¿no? Si la tenían y realmente
iban al cielo, Rita se preguntó si las personas y los Mimics peleaban incluso allí.
Tal vez eso es lo que le esperaba a sus padres.
El gobierno envió a Rita a vivir con unos parientes lejanos. Robó un
pasaporte de un refugiado tres años mayor que ella, que vivía en un apartamento
destartalado de al lado y se dirigió a la oficina de reclutamiento de la UDF.
En todo el país, la gente se estaba cansando de la guerra. La UDF
necesitaba a todos los soldados que pudieran conseguir para las líneas del frente.
Siempre y cuando el demandante no había cometido un crimen
particularmente atroz, el ejército no rechazaba a nadie. Legalmente, Rita no tenía
la edad suficiente para enlistarse, pero el oficial de reclutamiento apenas miró su
pasaporte robado antes de entregarle un contrato.
El ejército concedía a las personas un último día para retirarse del
alistamiento si tenían dudas. Rita, cuyo apellido ahora era Vrataski, pasó su
último día en una dura banca afuera de la oficina de la UDF.
Rita no tenía ningún tipo de dudas. Ella sólo quería una cosa: matar hasta
el último Mimic que había invadido su planeta. Sabía que podía hacerlo. Ella era
la hija de su padre.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 3
En la siguiente noche clara, mira hacia arriba en dirección a la
constelación que la humanidad llama cáncer. Entre las tenazas de la pinza
derecha de ese cangrejo gigante en el cielo se encuentra una estrella débil. No
importa lo duro que mires fijamente, no lo verás a simple vista. Sólo puede ser
visto a través de un telescopio con una abertura de treinta metros. Incluso si se
pudiera viajar a la velocidad de la luz, lo suficientemente rápido como para
rodear la tierra siete veces y media en un segundo, se necesitaría más de cuarenta
años para llegar a esa estrella. Las señales de la Tierra se dispersaban en su viaje
a través del vasto abismo.
En un planeta que giraba alrededor de esta estrella vivían su vida con
mayor número y diversidad que en la Tierra. Culturas más avanzadas que la
nuestra se desarrollaban y florecían, y criaturas con inteligencia muy superior a la
del Homo sapiens dominaban. Por el propósito de este cuento de hadas, les
llamaremos personas.
Un día, una persona de este planeta inventó un dispositivo llamado
“Bomba Terraformica”. El dispositivo podría colocarse en la punta de una nave
espacial. Esta nave, mucho más simple que cualquier nave semejante cargada de
vida y con medios que la soporten, podría cruzar el vacío del espacio con relativa
facilidad. Al llegar a su destino, la carga de la nave detonaría, haciendo llover
Nanobots sobre la superficie del planeta.
Nada más llegar, los Nanobots comenzarían a cambiar el mundo,
transformando cualquier ambiente hostil en uno adecuado para la colonización de
las personas que los hicieron. El proceso real es mucho más complicado, pero los
detalles no son importantes. La nave que transportaría los colonos al nuevo
mundo llegaría después de que los Nanobots ya hubieran completado la
transformación.
Los eruditos entre estas personas se preguntaron si era ético destruir el
entorno existente de un planeta sin examinarlo. Después de todo, una vez hecho,
el proceso no se puede deshacer. Parecía razonable concluir que un planeta tan
fácilmente adaptado para soportar la vida de su propio mundo también podría
albergar vida indígena, tal vez incluso vida inteligente propia. “¿Estaba bien?” Se
preguntaron “¿Robar un mundo, sin haberlo visto, de sus habitantes nativos?”
Los creadores del dispositivo argumentaron que su civilización se basó en
avances que no se pueden deshacer. Para expandir su territorio, nunca se habían
rehuido a sacrificar vida menor en el pasado. Los bosques habían sido
despejadas, pantanos drenados, presas construidas. Había innumerables ejemplos
de personas destruyendo los hábitats y llevando a las especies a la extinción para
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
su propio beneficio. Si podían hacer esto en su propio planeta, ¿Por qué un
mundo desconocido en el vacío del espacio recibiría un trato diferente?
Los eruditos insistieron en que la terraformación de un planeta que podría
albergar vida inteligente necesitaba supervisión directa. Se registraron sus
protestas, fueron consideradas, y en última instancia ignoradas.
Había preocupaciones más urgentes que la preservación de cualquier vida
que pueda ser, sin saberlo, pisoteada por sus proyectos de terraformación. La
gente se había vuelto demasiado numerosa para su propio planeta, por lo que
necesitaba otro para soportar su creciente población. La estrella madre del mundo
elegido no podría estar a distancia demasiado grande, no bastaría una estrella
binaria o una llamarada. El planeta mismo tendría que mantener una órbita
alrededor de una estrella de clase G, a una distancia suficiente para que exista
agua en estado líquido. La estrella de un sistema que reunió estos criterios fue la
estrella que llamamos el sol. Ellos no se preocuparon mucho de que ésta podría
ser la única estrella en este rincón de la Vía Láctea, era el hogar de su propia vida
inteligente. No trataron de comunicarse. El planeta estaba a más de cuarenta años
de distancia a la velocidad de la luz, y no tenían tiempo para esperar ochenta años
por la posibilidad de una respuesta.
La nave construida en ese planeta lejano que llegó a la Tierra. Trajo
consigo no miembros de su especie. No armas de invasión. Básicamente no nada
más que una máquina de construcción.
Cuando se detectó, la nave interestelar llamó la atención del mundo. Pero
todos los intentos de la Tierra para hacer contacto quedaron sin respuesta. Luego
la nave se dividió en ocho piezas. Cuatro de las piezas se hundieron en las
profundidades del océano, mientras que tres cayeron en tierra. La pieza final se
quedó en órbita. Las piezas que aterrizaron en el norte de África y Australia
fueron entregadas a la OTAN. Rusia y China se peleaban por la pieza que
aterrizó en Asia, pero China ocupó el primer lugar. Después de mucha discusión
entre las naciones de la Tierra, la nave nodriza en órbita se redujo a un pequeño
trozo de basura espacial por una lluvia de misiles.
Las máquinas madre que se posaron sobre el fondo del océano empezaron
a llevar a cabo sus instrucciones en silencio y metódicamente. En las
profundidades, las máquinas de se toparon con los equinodermos, estrellas de
mar. Los Nanobots producidos penetraron los rígidos endoesqueletos de la
estrella de mar y comenzaron a multiplicarse en simbiosis con sus anfitriones.
Las criaturas resultantes se alimentaron del suelo. Comieron el mundo y
cagaron veneno. Lo que pasaba a través de sus cuerpos era tóxico para la vida en
la Tierra, pero es adecuada para las personas que los habían enviado. Poco a
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
poco, la tierra donde las criaturas se alimentaron murió y se convirtió en desierto.
Los mares donde se propagaron se volvieron de un color verde lechoso.
Al principio se pensó que las criaturas eran el resultado de mutaciones
causadas por el escurrimiento químico, o tal vez alguna forma de vida
prehistórica liberada por la actividad tectónica. Algunos científicos insistieron en
que era una especie de salamandra evolucionada, aunque no tenían pruebas para
apoyar su conclusión. Con el tiempo, estas nuevas criaturas formaron grupos y
empezaron a aventurarse fuera del agua. Ellos siguieron trabajando para
remodelar la tierra sin tener en cuenta a la sociedad de los hombres.
27
Cuando aparecieron por primera vez en tierra, los xenomorfos
alienígenas no eran armas de guerra. Ellos eran lentos, y un grupo de hombres
armados podrían despacharlos fácilmente. Pero al igual que las cucarachas que
desarrollan resistencia a los pesticidas, las criaturas alienígenas evolucionaron.
Las máquinas madre que los crearon concluyeron de que con el fin de cumplir
con su objetivo de terraformar el planeta, tendrían que eliminar los obstáculos
que se interponían en su camino.
La guerra envolvió al mundo. El daño fue forjado rápida y masivamente.
En respuesta, una Fuerza de Defensas Unidas en todo el mundo fue creada. La
humanidad tenía un nombre para el enemigo que había llevado al mundo al borde
de la ruina. Los llamamos Mimics.
27
Referencia a los extraterrestres de la película “Alien”
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 4
Rita Vrataski unió a las Fuerzas Especiales de Estados Unidos después de
la batalla que le valió la Medalla del Valor de Thor. La medalla, que lleva un
retrato de dicha deidad blandiendo el martillo, se otorga a cualquier soldado que
mata a diez o más Mimics en una sola batalla. Los Mimics habían surgido como
el único enemigo capaz de hacer frente a un pelotón de infantería de cincuenta
hombres armados haciendo llover balas. Algunas medallas Thor eran necesarias
para ser golpeados.
El oficial que colgó la medalla reluciente alrededor del cuello de Rita la
alabó por unirse a las filas de élite de los que podían presumir de habían
liquidado el doble de un puñado de Mimics. Rita fue el primer soldado en la
historia en recibir el honor en su segunda batalla. Hubo algunos que le
preguntaron en voz alta a la cara. ¿Cómo Rita pudo haber adquirido las
habilidades necesarias para lograr tal hazaña cuando era sólo su segunda
operación de campo? Rita les respondió con su propia pregunta:
“¿Cocinar es peligroso?”
La mayoría respondería que no. Pero, ¿qué si no era con una estufa de gas,
sino con un lanzallamas de corto alcance? Cualquier número de materiales
inflamables podían estar esperando debajo del fregadero de una cocina promedio.
Los estantes forrados con ollas podrían debilitarse y caer en una avalancha de
hierro y acero. El cuchillo de un carnicero podía matar tan fácilmente como una
daga.
Sin embargo, pocas personas considerarían cocinar una profesión
peligrosa, y de hecho, el peligro real es remoto. Cualquiera que haya pasado
algún tiempo en una cocina está familiarizado con los riesgos inherentes tales
como son, y sabe lo que se puede hacer de manera segura y lo que no se puede.
Nunca arrojar agua sobre un incendio de hidrocarburos, mantener el cuchillo
apuntando lejos de su arteria carótida, no utilizar veneno para ratas cuando la
receta requiere de queso parmesano.
Para Rita, la guerra era diferente.
Los ataques de los Mimics eran simples. Le recordaban a Rita a los cerdos
que había criado en Pittsfield. Los soldados buscaban a un Mimic para atacar,
pero los Mimics hacían las cosas al revés. Como una escoba barriendo el polvo
del suelo, los Mimics atacaban a grupos enteros de soldados a la vez. Mientras
supieras cómo evitar la escoba, no importa cuántas veces atacaran los Mimics, tú
no serías barrido. El secreto para luchar contra los Mimics no era evitar el
peligro, era correr de cabeza contra ellos.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Inténtalo tú mismo la próxima vez. Es fácil.
Eso era por lo general suficiente para conseguir que la dejaran en paz. Se
encogían de hombros y se iban lejos, estupefactos.
Rita, sólo acababa de cumplir dieciséis años, no entendía por qué estaba
tan dotada para la batalla. Ella habría sido más feliz con tener una habilidad
especial para hornear pasteles de carne, o saber dónde quería un cerdo que lo
rascaran, pero al parecer dios tenía sentido del humor. Él debió haberla notado
durmiendo durante los sermones todos esos domingos que sus padres la habían
llevado a la iglesia.
Se supone que las Fuerzas Especiales era un lugar para individualistas,
personas con problemas de autoridad. Todo el mundo en el equipo eran
supuestamente asesinos viciosos que habían sido puestos a elegir entre el ejército
y la soga. Eran hombres que le disparaban a una persona tan pronto como
hablaban con ella, y que no discriminaban entre compañeros y Mimics cuando
dejaban volar balas de 20mm. El deber era duro, y siempre estaban buscando
cuerpos más calientes para llenar los lugares dejados por todos los KIAs
. De hecho, la unidad de Rita resultó ser un equipo completo de batalla con
veteranos endurecidos. Si fundías todas las medallas ganadas en ese equipo,
podrías haber hecho una maldita una barra de pesas de clase categoría Olímpica.
El equipo estaba lleno de tipos duros que habían pasado por el infierno y
volvían tantas veces que se encontraban en una base con el primer nombre del
Diablo. Cuando la mierda comenzaba a volar, empezaban a contar chistes. No del
tipo de bromas que le decías a tu madre en la cena, tampoco. Contrariamente a su
reputación, sin embargo, había algunos buenos tipos en el pelotón. Rita se llevó
bien con sus nuevos compañeros de inmediato.
Un primer teniente de nombre Arthur Hendricks mantenía al escuadrón
unido. Tenía un reluciente pelo rubio, penetrantes ojos azules, y una bella esposa
tan delicada que tenía que tener cuidado de no romperla cuando le daba un
abrazo. No importa cuán pequeña era la operación, Hendricks siempre llamaba a
su esposa de antemano, por lo que era constantemente ridiculizado por el resto
del escuadrón.
En un equipo donde todos, hombres y mujeres, utilizaban un lenguaje que
habría le hubiera causado a una monja un paro cardíaco, Hendricks era el único
hombre que nunca pronunció una sola blasfemia. Al principio trataba a Rita
como una hermana pequeña, para su asombro. Ella nunca lo admitiría, pero
parecía que eso le gustaba.
Rita había estado en el equipo por medio año cuando quedó atrapada en el
bucle de tiempo que dictó el ritmo de su vida desde entonces. La batalla que
convertiría a Rita Vrataski en la Valquiria era una operación especial incluso para
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
los estándares de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos. El presidente estaba
a la reelección, y él quería entregar una victoria militar para asegurar la suya.
Pese a las objeciones de sus generales y los medios de comunicación, él
derramó todo en la operación, cada tanque, cada helicóptero de ataque que
pudiera permanecer en el aire, y más de diez mil pelotones de soldados con
Jackets. El objetivo: recuperar el control de la península de Florida. Fue la más
peligrosa, más temeraria, y por mucho, la batalla más dura que Rita había visto
nunca.
En las Fuerzas Especiales tenían un montón de palabras de cinco letras en
su vocabulario, pero el miedo no era una de ellas. Aun así, más de un escuadrón
se dio la vuelta en una guerra desesperanzada contra un enemigo superior. Un
Jacket concedía una fuerza sobrehumana, pero que por sí solo no convertía a las
personas en superhéroes. Durante la Segunda Guerra Mundial, Erich Hartmann
había derribado 352 aviones en el frente ruso, pero Alemania todavía perdió la
guerra. Si los generales elaboraban planes que pedían lo imposible, la misión
fracasaría, tan simple como eso.
Después de la batalla, las Jackets destruidas llenaban la península de
Florida, sus corazas destrozadas servían como ataúdes para los cadáveres en su
interior.
Rita Vrataski se las había ingeniado para caminar sobre la delgada cuerda
de piano que serpenteaba entre la vida y la muerte. Ella había doblado su
martinete antes de perderlo por completo. Tenía poca munición. Ella agarró el
rifle de 20 mm con tanta fuerza que bien podría haberlo soldado a su mano.
Luchando contra las ganas de vomitar, quitándole las baterías a los cuerpos de
sus amigos caídos. Ella acunó su rifle en sus brazos.
-Parece que estás teniendo un mal día.
Era Hendricks. Se sentó junto a Rita en un hueco en el suelo donde ella
estaba arrodillada y miraba hacia el cielo como si estuviera tratando encontrar
las formas de las nubes. Justo en frente de ellos, una jabalina, gritó su alto
gemido, dispararon contra el suelo. Grueso humo negro se elevaba del impacto
del cráter. La imagen de Pittsfield quemándose con un cielo rojo llenaba los
pensamientos de Rita.
Hendricks sabía que tenía que hacer caminar a Rita de regreso de donde
sea que es tuviera.
-Mi madre me dijo una vez que en algunas partes de China, mezclan la
sangre de animales con su té.
Rita no podía hablar. Su garganta eran como papel de lija, y ella dudaba
de siquiera poder tragar.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Hendricks continuó. -Todos los nómadas allí podían montar a caballo.
Hombres, mujeres, incluso los niños. En la Edad Media, fue su movilidad lo que
les permitió conquistar la mayor parte de Eurasia. Ni siquiera Europa se salvó.
Ellos llegaron desde el este, moviéndose a de un país tras otro, extranjeros
salvajes que bebían sangre de tazas de té, acercándose más y más. Es suficiente
para dar pesadillas. Algunas personas piensan que fueron en realidad esos
nómadas chinos los que dieron origen a las leyendas de vampiros en Europa del
Este.
-… ¿Teniente?
-¿Mi pequeña historia te aburrió?
-Estoy bien, teniente. Lo siento. No volverá a suceder.
-Hey, todos necesitamos un descanso a veces. Especialmente en un
maratón como este. Sólo un poco más y será el momento de tomar las duchas. Te
lo prometo.
Él terminó de hablar y se movió con el siguiente soldado. Rita se
reincorporó a la refriega.
Y entonces lo vio. Un Mimic que se destacaba del resto. No se veía
diferente a los demás, era otro cadáver de rana hinchada en un mar de anfibios.
Pero había algo en éste que lo distinguía. Tal vez pasar tanto tiempo tan cerca de
la muerte había agudizado los sentidos que no sabía que tenía, secretos que
yacían ocultos a la vista normal. Cuando ella mató ese Mimic, el bucle de tiempo
comenzó.
Siempre había un Mimic en el corazón de la red, una reina. Su apariencia
exterior era la misma que los demás. Al igual que todos los cerdos se parecían
para alguien que no estaba en el negocio de la crianza de cerdos, la diferencia
entre ese Mimic y el resto, solo Rita podía verla. De alguna manera, como ella
luchó y mató a incontables Mimics, empezó a distinguirlos. Era algo subliminal,
cercano al instinto. No podía haber explicado la diferencia si lo intentara.
El lugar más fácil para ocultar un árbol era en el bosque.
El lugar más fácil para ocultar un oficial se encontraba era entre los
grunts. El Mimic en el corazón de cada paquete se ocultaba a la vista. Piensa en
ello como el servidor de la red.
Cuando matas al servidor, la red Mimic emite un tipo específico de señal.
Los científicos luego lo identificaron como un pulso de taquiones, o alguna otra
partícula que podría viajar en el tiempo, pero Rita realmente no entender nada de
eso. La parte importante es que la señal emitida por los Mimics que habían
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
perdido a su servidor viajaba atrás en el tiempo para advertir del peligro
inminente al que se enfrentaban.
El peligro aparecía en la memoria de los Mimics como un presagio, una
ventana hacia el futuro. Los Mimics que recibieran esta visión podrían modificar
sus acciones para navegar con seguridad ante el peligro pendiente. Esta era sólo
una de las muchas tecnologías descubiertas por esa raza avanzada de una estrella
distante. El proceso, incorporado en el diseño de cada máquina madre, servía
como un sistema de alerta para prevenir algún extraño accidente que altere el
plan terraformico que había tomado tanto tiempo para poner en movimiento.
Pero los Mimics no eran los únicos que podían beneficiarse de estas
señales. Mata a un servidor Mimic con algún contacto eléctrico en el, y un
humano podría recibir el mismo don de la previsión destinada a la red. La señal
de taquiones enviada al pasado no distingue entre Mimic y humano, y cuando
llega, los seres humanos perciben el presagio como un sueño hiperrealista, exacto
en cada detalle.
Para derrotar verdaderamente una fuerza de ataque Mimic, tienes que
destruir primero su red y todas las copias de seguridad que contiene, luego
destruir el servidor Mimic. De lo contrario, no importa cuántas estrategias
diferentes intentes, los Mimics siempre desarrollaran una contramedida que
garantice su supervivencia.
 Destruir la antena.
 Masacrar cada Mimic que se utilice como copia de seguridad para
la red.
 Una vez que la posibilidad de que las transmisiones al pasado ha
sido eliminada, destruir el servidor.
Tres sencillos pasos para escapar hacia el futuro. Le tomó a Rita pasar a
través del bucle 211 veces para descifrarlos.
Nadie a quien Rita le dijo le creyó. El ejército estaba acostumbrado a
tratar con hechos concretos. Nadie estaba interesado en historias rebuscadas que
involucraban bucles de tiempo. Cuando a Rita finalmente rompió el circuito y
alcanzó el futuro, se enteró de que Arthur Hendricks había muerto. Fue uno de
veintiocho mil muertos en la batalla.
En los dos días que Rita había pasado en un círculo sin fin de lucha, se las
había arreglado para investigar la historia de la guerra, buscar fuentes para
obtener información sobre los Mimics, y enlistar a un torpe ingeniero para que le
haga un hacha de batalla. Ella había logrado romper el bucle, cambiando su
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
propio futuro, sin embargo, aun así, el nombre de Hendricks termino con las
letras impresas KIA al lado.
Rita finalmente entendió. Esto era lo que la guerra era en realidad. Cada
soldado que falleció en combate no era más que otra cifra en el cálculo de bajas
estimadas. Sus penurias, alegrías y miedos nunca entraron en la ecuación.
Algunos vivirían, otros morirían. Todo era lo que el imparcial dios de la muerte
llamaba probabilidad. Con el beneficio de su experiencia en el bucle de tiempo,
Rita sería capaz de vencer las probabilidades para algunos y salvar ciertas
personas en el futuro. Pero siempre habría aquellos a los que no podía salvar.
Personas con padres, madres, amigos, tal vez incluso hermanos, hermanas,
esposas, esposos, hijos. Si pudiera repetir el bucle 211, tal vez podría encontrar
una manera de salvar Hendricks, pero ¿a qué costo? Rita Vrataski estaba sola en
el bucle de tiempo, y para que ella lo hiciera, alguien tendría que morir.
Hendricks hizo una última llamada telefónica antes de esa batalla. Se
enteró de que acababa de ser padre, y él estaba molesto porque la imagen de su
hijo que había impreso y puesto dentro de su Jacket se había ensuciado. Él quería
ir a casa, pero puso primero la misión. Rita había oído la conversación telefónica
212 veces. Ella la sabía de memoria.
Rita fue galardonada con una medalla por su servicio distinguido en la
batalla de la Orden de la Valkiria, dada a los soldados que asesinaron a más de
cien Mimics en una sola batalla. Ellos crearon el honor sólo para ella. ¿Y por qué
no? El único soldado en todo el planeta que podía matar tantos Mimics en una
sola batalla era Rita Vrataski.
Cuando el presidente le colgó la brillante medalla en el pecho de Rita, la
elogió como a un ángel de la venganza en el campo de batalla y la declaró un
tesoro nacional. Ella había pagado esa medalla con la sangre de sus hermanos y
hermanas. No derramó una lágrima. Los ángeles no lloran.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 5
Rita fue reasignada. El nombre de Full Metal Bitch y el temor que
inspiraba recorría las filas. Un equipo de investigación de alto secreto fue creado
para estudiar el bucle de tiempo. Después hurgar, pinchar, y sondear a Rita, las
batas del laboratorio redactaron un informe diciendo que era posible que los
bucles habían alterado el cerebro de Rita, esta era la causa de sus dolores de
cabeza, y media docena de otras cosas que en realidad no respondían ni una
pregunta. Si eso significaba que podía limpiar a los Mimics de la faz de la tierra,
no le importaba si estos saltos dividían su cráneo en dos.
El presidente le había dado la autoridad a Rita para actuar con total
autonomía en el campo de batalla. Ella hablaba cada vez menos con los demás
miembros de su escuadrón. Tenía un casillero de alquiler en Nueva York, donde
almacenaba las medallas que conseguía al llegar.
Parte 6
Rita fue destinada a Europa. La guerra continuó.
Parte 7
África del Norte.
Cuando Rita escuchó que su próxima misión sería en algunas islas en el
Lejano Oriente, se alegró. Cadáveres asiáticos serían un cambio fresco de los
negros y los blancos habituales del frente occidental. Por supuesto, no importa la
cantidad de pescado crudo que comían allí, la sangre aún salía a borbotones del
mismo tono de rojo cuando una jabalina Mimic destrozaba a un hombre y su
Jacket. Cuando todo estaba dicho y hecho, ella probablemente también se
cansaría de verlos.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 8
Rita estaba familiarizada con la pesca con cormoranes, una tradicional
Técnica japonesa. Los pescadores atan un lazo en la base del cuello del cormorán
entrenados sólo lo suficiente para evitar que traguen cualquiera de los peces de
mayor tamaño que capturen, y luego les dan suficiente cuerda para que el pájaro
se sumerja en el agua con los peces. Una vez que el cormorán tiene un pescado,
los pescadores tiran del pájaro de nuevo y hacer que escupa su captura. Rita
sintió que su relación con el ejército era muy parecida a la relación de un
cormorán con pescador.
Rita estaba en el ejército porque así era como ella se ganaba la vida. Su
trabajo consistía en salir a matar Mimics y traer sus cuerpos de vuelta a sus amos.
A cambio, le daban todo lo que necesitaba para vivir y se hacían cargo de las
pequeñas molestias de la vida sin que ella supiera que estaban allí. Era una
relación de dar y recibir, y en su mente era justo.
Rita no quería el papel de ser la salvadora de la tierra, pero si eso es lo que
quería el ejército, así sería. En tiempos oscuros en que el mundo necesitaba una
figura para que la gente se reúna detrás.
La línea de cuarentena de Japón estaba al borde del colapso. Si el enemigo
lograba romper en Kotoiushi, los Mimics tomarían el complejo industrial en la
isla principal. Con las fábricas de vanguardia y tecnología de Japón perdidas en
la mesa, se había estimado una caída de 30% en la eficacia de las Jackets que
utilizaban para hacer la guerra. Las consecuencias se harían sentir en toda la
UDF.
Sin alguien para interrumpir las transmisiones de taquiones, la batalla
nunca terminaría. Técnicamente era posible rechazarlos con una abrumadora
muestra de la fuerza. Después de varios bucles los Mimics se darían cuenta de
que no podían ganar, y se retirarían con el menor número de bajas posibles. Pero
eso no era lo mismo que derrotarlos. Ellos simplemente se retiraban bajo el
océano, lejos del alcance de la humanidad, y reunirían sus fuerzas. Una vez que
hubieran montado una fuerza insuperable, ellos atacaban de nuevo, y no se
podían detener por segunda vez.
Luchar una guerra contra los Mimics era muy parecido a jugar a un juego
con un niño. Habían decidido que iban a ganar antes de que el juego hubiera
comenzado, y no se rendirían hasta que ganaran. Poco a poco, la humanidad fue
perdiendo terreno.
La duración de los bucles de tiempo Mimic eran de aproximadamente
treinta horas. Rita repetía cada bucle sólo una vez. La primera vez a través de la
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
batalla evaluaba las bajas sufridas en su escuadrón; la segunda vez ella ganaba.
En el primer paso ella podía ver cuál era la estrategia y aprendía quien moría.
Pero la vida de sus amigos estaba en las manos despiadadas del destino. Eso no
podía ser cambiado.
Antes de cada batalla, Rita se aislaba a sí misma para aclarar sus
pensamientos. Uno de los privilegios de su situación era que Rita tenía su propia
habitación privada a la que nadie se le permitía entrar. El escuadrón de Rita
entendía que las treinta horas antes de una batalla eran un momento especial para
ella. El soldado promedio del equipo no estaba al tanto del bucle de tiempo, pero
sabía que Rita tenía sus razones para no querer hablar con nadie en ese tiempo
previo a la batalla. Ellos mantuvieron su distancia por respeto. A pesar de que
espacio era exactamente lo que Rita quería, todavía la hacía sentirse sola.
Rita estaba admirando las cristalinas aguas del Pacífico desde su posición
en el salón en el cielo. La única estructura en la Base Line Flower tan alta como
la torre de Rita era una antena de radio cercana. La torre estaba prácticamente
rogando para ser el primer objetivo cuando los Mimics lleguen a tierra. Sólo
podías reírte de la audacia de colocar el salón de oficiales en una ubicación tan
vulnerable. Este era el problema de los países que no habían sido invadidos
todavía.
Japón había logrado escapar en gran parte de los estragos de la guerra. Si
la isla se hubiera localizado un poco más lejos de Asia, que se habría reducido a
desierto hace mucho tiempo. Si hubiera estado más cerca, los Mimics la habrían
invadido antes de pasar al continente. Toda la paz que Japón disfrutaba se reducía
a la suerte.
El área destinada a la sala de oficiales era innecesariamente grande y casi
completamente vacía. La vista que proporcionaba el océano era adecuada para un
hotel de cinco estrellas. Por el contrario, la cama de marcos de tubo de alta
resistencia que se situaba en el centro de la habitación parecía haber sido elegida
como una broma.
Rita apretó un botón. El cristal líquido incrustado en el vidrio resistente a
explosiones se opacó, oscureciendo la vista. Había elegido la sala para los
oficiales como sus aposentos, porque era un lugar que los otros miembros de su
equipo probablemente no visitarían. El sistema operativo integrado en los
cuerpos de sus compañeros de escuadrón había sido programado para la guerra.
No habrían puesto un pie en un edificio que era un blanco tan ostentoso. Rita no
se preocupaba mucho por eso.
Para disipar sus temores, la tecnología japonesa había explicado que el
cristal estaba entretejido con fibras de carbono, dándole resistencia a la par con el
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
caparazón de un Jacket. Si el material era tan bueno, Rita se preguntaba por qué
no parecía funcionar tan bien en el frente. Al menos aquí estaba sola. Al día
siguiente, ella podría tener que ver algunos de sus amigos morir. No quería tener
que mirarlos a los ojos.
Un suave golpe despertó a Rita de sus pensamientos. El vidrio en la
entrada del salón también estaba incrustado con el cristal líquido. Estaba igual de
opaco que el resto.
-No quiero distracciones dentro de treinta horas. Sólo déjame en paz.
No hubo respuesta. Percibió una presencia extraña desde el otro lado de la
puerta. Se sentía como un pequeño animal que está siendo perseguido por una
manada de lobos, o una mujer que es acechada en un callejón oscuro. Sólo podía
ser Shasta.
Rita pulso un botón. El cristal se aclaró para revelar a la pequeña mujer
nativo americana de pie en la puerta. La primer teniente Shasta Raylle era mayor
que Rita y, técnicamente, con superior rango, pero la Valquiria no tenía que hacer
nada por cualquiera ingeniero. Aun así, Rita tenía cortesía y simpatía por Shasta.
*Ruido sordo*
Shasta se golpeó la frente contra el cristal. Ella había confundido el vidrio
transparente con una puerta abierta y se dirigió directamente a ella. Ella estaba
sosteniendo algo en la mano que presionó contra su cabeza. Se agachó en el
suelo, temblando como una hoja. Era difícil creer que el cerebro dentro de esa
cabeza fuera tan brillante. Por otra parte, tal vez así es como los genios eran.
Algunas personas llamaban Rita un genio militar, y ella no era tan diferente de
todos los demás. La única cosa sobre ella que era especialmente singular era su
capacidad de concentración. Los pensamientos de Shasta probablemente fueron
consumidos por lo que fuera que tuviera en la mano, al igual que Rita por la
batalla que se avecina.
Rita abrió la puerta hasta la mitad. Las gafas de Shasta estaban todavía
desiguales por el impacto con el vidrio. Ella los ajustó mientras se levantaba.
-Lamento molestarte. Pero había algo que tenía que mostrarte. Yo
realmente, realmente lo siento.- Shasta agachó la cabeza y chocó contra la puerta
que seguía bloqueando la mitad de la entrada. Esta vez se golpeó con la esquina.
*Ruido sordo.*
-Ooow-. Shasta se puso en cuclillas en el suelo otra vez.
-No hay necesidad de disculparse. Tú eres siempre bienvenida, teniente.
Sin ti, ¿Quién cuidaría de mi Jacket?
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Shasta se puso de pie, con los ojos húmedos por lágrimas. -¡Me llamaste
teniente de nuevo! Llámame Shasta, por favor.
-Pero, teniente…
-¡Shasta! Sólo quiero que todo el mundo me hable como una persona
normal.
-Está bien, está bien. Shasta.
-Eso está mejor.
Rita sonrió. -Así que... ¿qué era lo que querías mostrarme?
-Claro.- Dijo Shasta. -Mira esto. No lo vas a creer.
Shasta abrió su mano. Rita miró fijamente el extraño objeto que
descansaba en su pequeña palma. Era sólo un poco más grande que una bala de 9
mm, tenía forma intrincada y estaba pintado de color rojo brillante. Rita había
oído hablar de las personas que pintaban las puntas de sus balas de distinto color
para distinguir entre tipos de munición, pero nunca todo el casquillo Ella lo
recogió. Tenía la forma de una persona.
Shasta continuó rápidamente.
-Se supone que esto es secreto ¿Verdad? Alguien en la base me habló de
ellos. Fui todo el camino hasta Tateyama para conseguirlo. Me tomó casi todo el
dinero que llevaba encima para ganarlo.
-¿Ganarlo?
-Pones el dinero en la máquina, giras la perilla, y una de estas figuras sale
en una pequeña burbuja de plástico.
-¿Es una especie de juguete?
-¡Oh no!, Es un valioso objeto de colección. Los raros pueden valer más
de cien dólares cada uno.
-¿Cien dólares por esto?
-Correcto.- Shasta asintió con fuerza.
Rita llevo la diminuta figura a las luces blancas de la habitación. Tras un
examen más cercano, claramente se parecía a un soldado que vistiendo un Jacket.
Estaba pintado de color rojo y blandiendo un hacha de batalla, sólo podía
significar que se suponía que era el Jacket de Rita.
-Hicieron un buen trabajo. Incluso las aletas se parecen a las reales.
Supongo los secretos militares ya no son lo que solían ser.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Usan modelistas profesionales. Todo lo que necesitan es un vistazo para
hacer algo casi exactamente igual que al original. Los modelos fabricados en
Japón son los mejores. Pueden subastarse por un montón de dinero.
-¡Qué desperdicio de talento en perfecto estado!- Rita volteó la figura
sobre su mano. Las palabras grabadas en los pies decían HECHO EN CHINA. -
¿China todavía tiene tiempo para hacer juguetes? He oído que ni siquiera pueden
seguir el ritmo de la producción de los chips de control de Jacket.
-Ellos aún tienen una gran fuerza de trabajo. ¿Recuerda al senador que fue
obligado a renunciar después de decir que China podía permitirse el lujo de
perder a tantas personas como las hay en todo Estados Unidos y todavía tendría
más de mil millones? Bueno, en realidad han perdido millones de personas en el
sur, pero han sido capaces de mandar suficientes recursos para mantener la línea.
-Es difícil creer que venimos del mismo planeta.
-América está en guerra, y todavía encontramos tiempo para hacer malas
películas.
Rita no podía discutir eso. La UDF existía para proteger a un mundo
obsesionado con crear un montón de mierda sin valor, pensó Rita. Era increíble
cómo la gente podía poner sus corazones y almas en cosas tan triviales. No es
que fuera necesariamente algo malo. Nadie apreciaba eso que más de Rita, cuya
única habilidad era matar.
-Tengo muchos más.- Shasta sacó un puñado de figuras de su overol.
-¿Qué es esto? ¿Una especie de cerdo-rana salido de la oscuridad del
Amazonas?
-Eso es un Mimic.
-Parece que era demasiado para tus modelistas profesionales.
-Así es como se ven en las películas en las películas. De todas formas,
hasta donde le concierne al público así son los reales. Créeme, así son en las
películas, hasta la última arruga.
-¿Qué tal este?
-Deberías saberlo. Es Rita Vrataski ¡Tú!
La figura era delgada, prodigiosamente dotada, y lucía un pelo rubio
rizado. Era difícil encontrar una sola característica que asemejara remotamente a
Rita. Dio la casualidad que Rita había conocido a la actriz elegida para
interpretarla en las películas. Era difícil decir que pudiera parecer un jinete de
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Jacket, Rita apenas lo era. Pero la mujer que eligieron para el papel era
demasiado glamorosa para un soldado que lucha en el frente.
Rita comparó su figura con la del Mimic. De repente, el modelo Mimic no
se veía tan lejos.
-¿Te importa si me quedo con este?- Rita recogió la estatuilla de Full
Metal Bitch que no se le parecía.
-¿Qué?
-No extrañaras uno ¿Verdad?
La reacción de Shasta estaba en algún lugar entre la de un gato adormilado
expulsado de su lugar favorito en de la cama y un niño de cinco años cuya tía le
había negado el último trozo de chocolate con nuez macadamia y caramelo
porque lo había estado guardando para sí misma. La expresión de su rostro habría
hecho que las solicitudes enviadas al MIT cayeran en picada si los futuros
estudiantes hubieran sabido que era la alumna que se había graduado como la
mejor de su clase.
Rita reconsideró su petición. Gente como Shasta que fueron a
universidades hiper-competitivas de clase alta, eran probablemente los más
susceptibles que la mayoría para explotar al azar si se les presionaba.
-Disculpa, mal chiste. No debería molestarte así.
-No, yo soy la que debería disculparse.- Dijo Shasta. -Es sólo que ese tipo
de... bueno, es realmente raro. Quiero decir, me he comprado todas las burbujas
en la máquina, y que fue el único que salió.
-No te preocupes. No pienso quitártelo.
-Gracias entender. Lo siento mucho. Aquí, ¿por qué no tomas éste en su
lugar? Se supone que es bastante raro también.
-¿Quién es?
-Es el ingeniero asignado al escuadrón de Rita en la película. Así que
básicamente. . . soy yo.- Una risa nerviosa escapó de los labios de Shasta.
Era el peor cliché de una Ingeniero mujer que Rita había visto nunca.
Demasiado delgada y pecosa, rasgos faciales exagerados en el borde extremo de
la curva de probabilidad. Si alguna vez hubo una maniática perfeccionista de diez
milímetros que nunca colocó mal ni un solo tornillo o corría riesgo al besar a una
persona del sexo opuesto, sería algo así. Por supuesto, la verdadera brillante
ingeniera en la que supuestamente estaba basada, probablemente se golpeaba la
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
cabeza contra propio armario al menos dos veces al día, pero por las cosas que
hace nunca lo sabrías.
Shasta miró a Rita con preocupación en sus ojos.
-¿No te gusta?
-No se parece en nada a ti.
-Tampoco la tuya.
Se miraron entre sí.
-Muy bien, gracias. Me lo quedare. Para la suerte.
Shasta levantó otra figura cuando Ralph Murdoch, con su cámara como
requisito colgando de su grueso cuello, entró.
-Buenos días, señoritas.
Rita ladeó una ceja color rojo óxido con la llegada de su invitado no
deseado. Su rostro se endureció como acero. El repentino cambio de actitud de
Rita sobresaltó a Shasta, quien parecía que no podía decidir si esconderse de Rita
detrás de ese extraño armatoste de periodista o al revés. Después de algunos
incómodos momentos de vacilación, optó por ponerse a cubierto detrás de Rita.
-¿Cómo llegaste aquí?- Rita no hizo ningún intento para ocultar su desdén.
-Soy un miembro registrado de tu equipo personal. ¿Quién me iba a
detener?
-Tú eres tu propio personal, y los dos lo sabemos. Puedes irte ahora.
A Rita no le importaba mucho este hombre y su “nunca-ver-una-mota-debatalla-y-lodo”. La gente como él y Shasta podían conocerse y hablar con la total
seguridad siempre que su ánimo lo permita. Sus palabras nunca dibujaban el
temor de saber que tendrían que ver a sus amigos morir en la siguiente batalla.
Fue ese temor, esa certeza, lo que mantuvo a Rita lejos de sus compañeros de
escuadrón, la única familia que le quedaba. Nada de este tonto tendría que lidiar
con eso alguna vez en toda su vida.
-Eso sería una lástima después de venir todo el camino hasta aquí.- Dijo
Murdoch. -Me encontré con un pedazo interesante de noticias, y pensé en
compartirlo con ustedes.
-Envialo a New York Times. Estaré encantada de leer todo sobre ello.
-Confía en mí, querrás escuchar esto.
-No estoy interesada algo que te parezca interesante.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Las tropas japonesas van a tener un poco de EF. Un castigo por ponerse
revoltosos anoche.
-Le pedí que se fuera. Nunca estoy de buen humor antes del combate.
-¿No quieres venir a ver? Van a hacer algún tipo de entrenamiento al estilo
samurái. Me encantaría escuchar a la Valquiria en todo el asunto.
-Tu madre debe haber estado decepcionada de que el aborto sólo mató tu
conciencia.- Dijo Rita.
-Qué forma de hablar para una linda y dulce chica como tú.
-Y lo diré la próxima vez también, pero no quiero que me molesten.
-¿Vamos?
-Créeme, preferiría no hacerlo.
Murdoch levantó una ceja. -Muy bien, habla basura y tonterías. Dos por
uno.
-Supongo que debe ser contagioso.
-Está bien, así que no tengo conciencia y voy a ir directamente al infierno.
Me dijiste lo mismo en Indonesia cuando tomé esas fotos de la niña llorando
corriendo de un puñado de Mimics.
-El infierno es demasiado bueno para ti. Sólo encontrarías una manera de
obtener una foto de Satanás y lo utilizarías para entrar como un gusano por la
puerta trasera del Paraíso.
-Me lo tomaré como un cumplido.
Una sonrisa se dibujó en los labios de la Valquiria. Era la misma sonrisa
que tenía en esas horas oscuras en el campo de batalla, cuando estaba oculta
detrás de su casco. El cuerpo de Shasta se tensó. Murdoch dio un paso atrás sin
siquiera darse cuenta.
-Bueno.- Dijo la Full Metal Bitch. -Estoy a punto de entrar en Infierno. Y
hasta que lo haga, no quiero ver tu cara de nuevo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 9
Rita terminó por ir a ver el EF. Shasta no lo hizo. La única persona cerca
de Rita era ese maldito Murdoch. El resto de su escuadrón mantuvo una distancia
respetuosa. Fue entonces cuando los ojos de Rita conocieron ese desafío desde el
campo, esa mirada que llevaba el peso del mundo. Había algo en el chico que le
gustaba a Rita. Ella comenzó a caminar hacia él.
Ella se acercó con un propósito, cada paso era un movimiento
perfectamente diseñado para propulsar un Jacket a través del campo de batalla
con una eficiencia total. Avanzó por el campo sin esfuerzo y sin hacer ruido. Para
obtener el 100% de un Jacket, un soldado tenía que ser capaz de caminar a través
de una habitación llena de huevos sin agrietar uno solo. Eso significaba ser capaz
de distribuir perfectamente su peso corporal con cada paso.
El soldado seguía mirando a Rita. Ella caminó hacia él, luego hizo un giro
de noventa grados y se dirigió hacia la tienda donde el general de brigada estaba
sentado. Ella le dio un saludo reglamentario. El general de brigada lanzó una
mirada dudosa a Rita. Rita era un sargento mayor por rango, pero también estaba
en el cuerpo de los Estados Unidos, por lo que sus lugares relativos reales en la
jerarquía militar eran un poco turbios.
Rita recordó a este hombre. Él había estado unido a la cadera del general
que había hecho una línea recta al estrechar la mano de Rita al inicio de la frívola
recepción para celebrar la bienvenida a las Fuerzas Especiales. Había un montón
de oficiales que habían subido de rango sin tener que luchar en el frente de
batalla, pero éste parecía tener predilección por la grandilocuencia y besar culos.
Hablaron brevemente, el general estaba aparentemente desconcertado y
Rita tenía una postura y lenguaje corporal bien practicado. Entonces Rita regresó
al campo, caminando más allá de las filas de hombres que parecían inclinarse
ante ella. Ella escogió un lugar junto al soldado que la había estado mirando y
comenzó su Iso push-up. Podía sentir el calor de su cuerpo irradiando a través del
aire frío entre ellos. El soldado no se movió. Rita no se movió. El sol estaba alto
en el cielo, asando lentamente su piel. Rita habló en voz baja para que sólo el
soldado a su lado pudiera escuchar:
-¿Tengo algo en la cara?
-No algo que yo pueda ver.
Aparte de la entonación un poco rara, el Brusco del soldado era claro y
fácil de entender. Nada como en África del Norte. La gente de las antiguas
colonias francesas no podían hablar Brusco para salvar sus vidas.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
El inglés Brusco, o simplemente Brusco, era un lenguaje creado para lidiar
con el problema de la comunicación en un ejército compuesto por soldados de
decenas de países. Tenía un vocabulario minimalista y el menor número de
irregularidades gramaticales como sea posible. Cuando se redactó el lenguaje,
quitaron deliberadamente todas las blasfemias de la lista oficial de vocabulario,
pero aun así no podías mantener a un grupo de soldados sin que añadir la palabra
"mierda" en forma de sustantivos, verbos, adjetivos y cualquier forma posible de
todos modos.
-Has estado observándome por un tiempo.
-Supongo que lo he hecho.- Dijo.
-¿Hay algo que quieres de mí?
-Nada que quiera discutir aquí.
-Entonces esperemos hasta que esto acabe.
-¡Tienes mierda por cerebro, Kiriya! ¡Te estás deslizando!- El teniente
ladró.
Rita, con la expresión desinteresada de alguien que nunca había tenido
necesidad de contacto humano en toda su vida, continuó su Iso push-up.
Las Iso push-up eran mucho más duras de lo que parecían. Gotas de sudor
se formaron a lo largo de la línea de tu cabello, iban más allá de tu sien,
dirigiéndose a tus ojos, haciéndolos arder por la sal y trazaban una línea en tu
cuello antes de caer a tu pecho. Tener que soportar la picazón que provocan
cuando bajan por tu cuerpo se parece mucho a lo que un soldado tenía que
soportar encerrado en un Jacket. Esta formación samurái no es completamente
inútil después de todo, Rita lo decidió.
Cuando las cosas se volvían difíciles de soportar, lo mejor era que dejaras
tu mente divagar. Rita dejó que sus pensamientos se alejen de los gritos de su
propio cuerpo protestando a los alrededores. El general de brigada de la
Dirección General de Personal parecía desconcertado por el intruso en sus
acciones. Para él, un hombre que nunca había experimentado un momento de
conflicto con armas reales, tal vez este campo de entrenamiento, con sus suaves
brisas del mar, era parte de la guerra. Para las personas que nunca habían
respirado esa mezcla de sangre, polvo y metal ardiente que invadía el campo de
batalla, era fácil imaginar que ese despliegue era la guerra, que ese entrenamiento
era la guerra, que escalar en esa carrera era la guerra. Sólo había una persona a la
que la guerra se extendió en ese día tranquilo antes de la batalla: una mujer
llamada Rita Vrataski y sus bucles en el tiempo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Rita menudo había soñado que algún día se cruzaría otra persona que haya
experimentado los bucles. Incluso que llegaría con una frase que podría utilizar
para identificarse entre sí. Una frase sólo Rita sabía. Una frase que ellos
compartirían.
Para que hubiera otra persona atrapada en un bucle de tiempo, significaría
que alguien que no sea Rita tendría que haber destruido un servidor Mimic por
accidente. Al igual que Rita se vio obligada a dejar a personas atrás en el bucle
de tiempo, esta persona no tendría más remedio que dejarla atrás. Él estaría solo.
Ella podría o no ser capaz de viajar a través del bucle de tiempo con él, y
la idea la aterrorizaba, aunque ella podía darle consejos de cualquier manera.
Compartir su soledad. Decirle cómo salir del bucle, conocimiento que le había
tomado a Rita 211 muertes. Él iba a luchar con sus dudas, como Rita lo había
hecho. Se convertiría en un gran guerrero.
En un profundo y silencioso rincón del corazón de Rita, estaba segura de
que nadie le iba a llegar a decir aquellas palabras que sólo ella conocía. La señal
de los taquiones Mimic era el pináculo de una tecnología alienígena, una
tecnología que les ha permitido conquistar la inmensidad del espacio. Que Rita
fuera atrapada en el bucle de tiempo durante la batalla para recuperar Florida
había sido un golpe de suerte imposible para la humanidad. Si no fuera por esa
casualidad, la tierra ya habría caído ante los xenomorfos. No sólo los seres
humanos, prácticamente todas las especies en el planeta ya estarían extintas.
La fama de Rita crecía con cada batalla, y su soledad con ella. Se había
roto el bucle de tiempo, pero sentía como si todavía estuviera reviviendo el
mismo día. Su única esperanza era que con la victoria de la humanidad, el día en
que hasta el último Mimic se extinga, de alguna manera pudiera deshacerse de su
terrible aislamiento. Hasta entonces, seguirá desempeñando su único papel en el
conflicto.
A Rita no le importaban las batallas. Ella no tenía que pensar para luchar.
Cuando ella entraba en su Jacket rojo, la tristeza, la risa, la memoria que la
atormentaba más que el resto, todo se escabullía. El campo de batalla, con
remolinos de humo y pólvora, era el hogar de Rita.
El EF terminó en menos de una hora más tarde. El general, olvidó la bilis
en su boca olvidado, apresurándose en regresar al cuartel. Cuando Rita se
levantó, el hombre a su lado se puso de pie. Él no era particularmente alto para
un jinete Jacket. Era joven, pero llevaba su uniforme como si hubiera nacido con
él. Su ropa parecía como si acabara de salir de la fábrica, así que era
extrañamente discordante en su apariencia. Sus labios se torcieron en una sonrisa
de Mona Lisa que hacía un buen trabajo en ocultar su edad.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
El número 159 estaba garabateado como números arábigos en el dorso de
su mano. Rita no sabía lo que significaba, pero era algo extraño de hacer. Era tan
extraño que Rita no creyó olvidarlo pronto. Había oído hablar de soldados que
graban su tipo de sangre en las plantas de sus pies en los días antes que las
Jackets fueran comunes, pero nunca había oído hablar de un soldado que tuviera
notas de un bolígrafo en el dorso de su mano.
-Así que querías hablar. ¿Sobre qué?
-Ah, cierto.- Dijo.
-¿Y bien? Empieza con ello, soldado. Soy una chica paciente, pero hay
una batalla mañana, y tengo cosas por hacer.
-Yo, uh, tengo la respuesta a tu pregunta.- Él vaciló como un estudiante de
secundaria un drama leyendo un mal guion. -Los restaurantes japoneses no
cobran por el té verde.
Rita Vrataski, la salvadora de la humanidad, la Valquiria, una chica de
diecinueve años de edad, dejo caer su máscara.
La Full Metal Bitch comenzó a llorar.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Killer Cage
Parte 1
-¡Mierda, ya ha comenzado! ¡No dejen que les vuelen las pelotas señores!
Batalla 159
Me lance hacia adelante, con mi flujo sanguíneo alocado. Veo un objetivo,
fuego, me agacho. Una jabalina paso silbando junto a mi cabeza.
-¿Quién está ahí? ¡Estás demasiado hacia delante! ¿Quieres que te maten?
El teniente decía lo mismo cada vez. Limpié la arena de mi casco. Los
caparazones estallaban mientras cruzaban el cielo. Limpié la arena de mi casco.
Eché un vistazo a Ferrell y asentí.
Esta vez la batalla iba a terminar. Si me quedaba de pie, veía como morían
Yonabaru y Ferrell, no iban a volver. Todo se reduce a esto. Allí no estaba
repitiendo la batalla. El temor de que arañaba mis entrañas no era el miedo a la
muerte, era el miedo a lo desconocido. Yo quería soltar mi rifle, el hacha y
encontrar una cama para esconderme debajo.
Era una reacción normal, el mundo no estaba destinado a repetirse. Sonreí
a pesar de las mariposas en el estómago. Estaba luchando contra el mismo temor
que todos los demás. Estaba poniendo mi vida, la única que tenía, en la línea.
-No estás realmente atrapado en un bucle de tiempo.- Rita me había
explicado.
Mis experiencias de las 158 batallas anteriores eran reales; era yo el que
en realidad no existía. Lo que sea que había estado allí por el terrible dolor, la
desesperanza y la orina caliente en su Jacket, eran sólo recuerdos rotos ahora.
Rita me dijo que desde el punto de vista de una persona con la memoria,
no había diferencia entre tener una experiencia real o sólo tener la memoria de
ello. Sonaba como una mierda filosófica para mí. Rita tampoco parecía
entenderlo del todo bien tampoco.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Recuerdo haber leído un cómic, cuando yo todavía leía cómics, sobre un
tipo que usaba una máquina del tiempo para cambiar el pasado. Me parecía que si
el pasado ha cambiado, entonces el tipo del futuro volvió atrás en el tiempo para
cambiarlo debería haber desaparecido, al igual que el hombre en esas viejas
películas de "Volver al Futuro", pero el cómic pasaba por alto los detalles.
Me había convertido en un reacio mirón en los sueños de los Mimics. En
mi primera batalla, aquella en la que Rita me salvó la vida, había matado sin
saberlo, uno de esos Mimics que ella llamó "servidores". En todas las batallas
desde entonces, desde la segunda hasta la 158, Rita había matado al servidor.
Pero la red entre el servidor y yo ya se había establecido en el instante en que lo
maté, es decir, yo fui atrapado en el bucle, y Rita había sido liberada.
Los Mimics utilizan el bucle para alterar el futuro a su beneficio. La
jabalina que falló a Yonabaru en la segunda batalla era para mí. Mi encuentro
casual con el Mimic cuando escape de la base no había tenido nada que ver con
el azar. Habían estado cazándome todo el tiempo. Si no hubiera sido por Rita, me
habrían tenido como desayuno, almuerzo y cena.
La lucha continuó. El caos acosaba el campo de batalla. Me deslicé dentro
de un cráter con el resto de mi equipo para evitar ser volado por un tiro de
jabalina. El equipo se había movido un centenar de metros más adentro de la
costa desde el comienzo de la batalla. El agujero cónico en el que nos pusimos a
cubierto fue cortesía de un bombardeo guiado por GPS en la noche anterior. Una
bala perdida aterrizó cerca de mis pies, rociando arena en el aire.
-Justo como en Okinawa.- Comentó Ferrell, con su espalda apoyada
contra la pared de tierra. Yonabaru exprimió otra carga.
-Tuvo que haber sido una pelea cojonuda.
-Estábamos rodeados, al igual que ahora. Nos quedamos sin munición y
las cosas se pusieron feas.
-Nos traerás mala suerte.
-No lo sé.- Ferrell se levantó de la cobertura del cráter, disparó su rifle y
luego se hundió de nuevo contra la pared. -Algo en mi cabeza me dice que esta
batalla va a alguna parte. Sólo es un sentimiento.
-Mierda, el Sargento tiene una charla feliz. Mejor tengamos cuidado que
no nos alcance un rayo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Si tienes alguna duda, simplemente ve a nuestro nuevo recluta en acción.28
Dijo Ferrell. -No me sorprendería verlo levantarse y bailar el jitterbug sólo para
mear en los Mimics.
-No sé el jitterbug.- Le dije.
-No me digas.
-Tal vez le voy a dar a esa bonita hacha de batalla tuya una oportunidad.Yonabaru asintió a la losa reluciente de carburo de tungsteno en el agarradero de
mi Jacket.
-Solo te lastimarás a ti mismo.
-Eso es discriminación, es lo que es.
Lo mismo de siempre. Todo el mundo habla con otros, nadie escucha.
-¡Bogíes a las dos!
-¡Nuestro trigésimo quinto cliente del día!
-¿Quién de ustedes, imbéciles, me acaba de enviar este archivo de un gran
trasero? ¡Estamos en medio de una maldita guerra, por si no se habían dado
cuenta!
-Hombre, necesito algunos cigarrillos.
-¡Cierra boca y dispara!
La primera línea superó al de cubierta y nivelaba sus rifles con la multitud
que se acercaba. Las balas perforaron el aire, pero el bombardeo Mimic seguía
llegando. Agarré el mango del hacha.
Sin previo aviso, una bomba cayó del cielo. La munición laser guiada con
precisión rompió el lecho de roca, cavando profundamente en la tierra antes de
detonar. Los Mimics cayeron en el cráter.
Un Jacket carmesí apareció en medio de la lluvia de tierra y barro.
Carburo de tungsteno recortó distancia agitando las extremidades y gruesos,
torsos de rana. Después de unos minutos, nada se estaba moviendo. Nada Alien
al menos.
La estática inundo mis oídos hasta que llego una voz.
28
El Jitterbug es un baile estadounidense popular en los 30´s y 40´s era un baile enérgico con algunas
acrobacias.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Siento la espera.
La Full Metal Bitch se puso de pie, levantando una enorme hacha de
batalla, en medio de nuestro pelotón de color arena. Su armadura rojo-bronce
brillaba bajo el sol. Levanté mi mano para que me reconociera de la multitud.
-Nosotros acabamos de llegar.
-¿Qué está haciendo la Full Metal Bitch aquí?- Yonabaru olvidó de
ponerse a cubierto y miró estúpidamente su Jacket. Habría pagado un buen
dinero para poder ver su rostro.
Rita preguntó a Ferrell. -Necesito hablar con quién sea que esté a cargo de
este pelotón. Conéctenme.- Ferrell abrió un canal entre Rita y el teniente.
-Aquí estoy.
-Aquí Rita Vrataski. Tengo una petición para el oficial a cargo del tercer
Pelotón de la 17ª Compañía, 3er Batallón, 12º Regimiento, 301a de la División
de Infantería Acorazada. Necesito que me prestes Keiji Kiriya. ¿Eso está bien
para usted?
Ella no declaró su rango o división. En una cultura militar donde el cielo
era del color que tu oficial superior decía que era, sólo la Valquiria era libre para
operar fuera de la cadena de mando. Incluso en aquella primera batalla, no había
sido la Full Metal Bitch quien acunó mi cabeza mientras agonizaba. Fue Rita
Vrataski.
-¿Sí o no?
-Bueno, eh, sí.
-Le agradezco su ayuda. Sargento, ¿qué hay de usted? ¿Te importa si tomo
Kiriya prestado?
Ferrell se encogió de hombros con su aprobación, con los hombros con
Jacket se levantaban como una ola del mar.
-Gracias, sargento.
-Vea que él no haga ningún jitterbug cerca de nuestro equipo.
-¿Jitterbug? ¿Es algún tipo de código?- Preguntó Rita.
-Sólo una expresión.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Keiji, ¿qué es todo esto?
-Lo siento, sargento. Te lo explicaré más tarde.- Le dije.
-Regrésalo a las doce en punto.
-Uh, claro.
-¡Hey, Keiji! ¡Si ves por allí una máquina expendedora, tráeme unos
cigarrillos!- Yonabaru llamó justo antes desconectarme del comunicador.
Rita se rió del chiste de Nijou. -Tienes un buen escuadrón. ¿Estás listo?
-Se gentil.
-Siempre soy gentil.
-Eso no es lo que he escuchado.
-Sólo preocúpate por los Mimics ¿Okay?
Golpeando las paredes del cráter de impacto, escarbando, y finalmente
escalando uno sobre el otro, los Mimics habían comenzado a salir fuera del
agujero que Rita creado en el suelo. Nos fuimos contra el montón de cabeza.
Había ranas hinchadas de lado a lado.
Correr. Disparar. Regresar. Recargar. Correr un poco más. Disparar.
Respirar.
Bombas de precisión cazaban a los Mimics que se escondían. El humo
hacía una espiral hacia el cielo donde habían encontrado a su presa. La arena y la
suciedad seguían al humo en el aire, y trozos de carne Mimic no se quedaban
atrás. Corrimos hacia el cráter y acabamos con todo lo que las bombas no.
Erradícalos, despedázalos.
Incluso cuando repites el mismo día una y otra vez, la vida en el campo de
batalla era cualquier cosa menos rutinaria. Si el ángulo de tu swing fallaba por un
grado, podría desatar una cadena de acontecimientos que cambiarían todo el
resultado de la batalla. Un Mimic que se te escapa en un minuto, acaba con tus
amigos al siguiente. Con cada soldado que muerto, la línea se va debilitando,
hasta que finalmente se derrumba bajo la presión. Todo porque tu hacha giro
cuarenta y siete grados en vez de cuarenta y ocho.
Había más Mimics de los que podía contar. Los puntos llenaban la
pantalla del radar. La regla de oro era que se necesitaba un pelotón de diez Jacket
para derribar un Mimic. Incluso entonces, para que sea válida el pelotón tenía
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
que rociar esa maldita cosa con balas hasta que no quede ninguna. Rita estaba en
constante movimiento. Ella balanceaba su hacha con la facilidad que un niño con
una espada de plástico de juguete. El aire estaba lleno de partes de Mimic. Otro
paso, otro golpe, otra extremidad. Lave, enjuague, repita.
Nunca había visto nada igual. Las jabalinas llevaban la muerte a través del
aire. Estaba lo suficientemente cerca como para alcanzar y tocar media docena de
Mimics. A pesar del peligro a mí alrededor, me sentía con una calma extraña.
Tenía a alguien cuidándome la espalda. Rita era un filtro que destilaba y
neutralizaba el miedo. Yo estaba en el valle con la sombra de la muerte, no había
una jodida duda, pero tenía a Rita a mi lado.
Aprendí a sobrevivir al imitar la habilidad de Rita con el hacha, y en el
proceso, había llegado a conocer cada movimiento, que pie usaría ella para dar el
siguiente paso, que Mimic había que golpear primero cuando estás rodeado. Yo
sabía cuándo iba a balancear su hacha, y cuando correría. Todo eso y más estaba
codificado en mi sistema operativo.
Rita esquivaba el peligro y se movía a través de las filas enemigas,
tallando un camino perfectamente ejecutado de destrucción. Las únicas cosas que
dejó de pie eran objetivos que no se molestó matar. Yo estaba muy feliz de
limpiar después de ella. Nunca habíamos entrenado juntos, pero nos movíamos
como gemelos, veteranos de incontables batallas uno al lado de otro.
Cuatro Mimics vinieron por Rita a la vez, malas noticias, incluso para la
Valquiria. Ella todavía estaba fuera de balance por su último swing. Con mi
mano libre, la empuje suavemente. Por una fracción de segundo se sobresaltó,
pero no le tomó mucho tiempo para entender lo que había hecho.
Ella realmente era un maestro. En menos de cinco minutos, había
aprendido a trabajar en equipo conmigo. Cuando se dio cuenta que yo podía usar
un brazo o una pierna libre para evitar un ataque, se volvió y enfrentó al próximo
enemigo de frente, sin ninguna intención de esquivar. Una pata delantera Mimic
se quedó a una palma de su cara y ni siquiera se inmutó.
Trabajamos como una sola unidad. Rasgamos a través del enemigo con un
poder aterrador, manteniendo siempre el Jacket del otro en la esquina del ojo. No
necesitamos palabras o gestos. Cada movimiento, cada paso, decía todo lo que
había que decir.
Nuestro enemigo puede haber desarrollado la capacidad de retroceder el
tiempo, pero la humanidad ha desarrollado sus propios trucos. Habían personas
que podían mantener un Jacket en óptimas condiciones, las personas que podían
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
crear estrategias y manejar la logística, las personas que prestaban apoyo en las
primeras líneas, y por último pero no menos importante, las personas que eran
asesinos natos. La gente podría adaptarse a su medio ambiente y a sus
experiencias en cualquier número de formas. Un enemigo que podía ver el futuro
y percibir el peligro era víctima de su propia atrofia evolutiva. Aprendíamos más
rápido de lo que ellos podían.
Yo pasé por la muerte 158 veces para surgir en alturas que ninguna
criatura en este planeta podría aspirar una sola vez su vida. Rita Vrataski había
ascendido aún más. Estábamos a grandes zancadas por delante, lejos del resto de
la fuerza, un ejército por nosotros mismos. Nuestros Jackets trazaron agraciadas
espirales en sentido del reloj por donde pasamos, un hábito que aprendí de Rita.
Espasmódicos montículos de carroña fue todo lo que dejamos a nuestro paso.
Con cuarenta y dos minutos en la batalla, lo encontramos. El Mimic en la
raíz de todo el bucle de mierda. El hilo que nos unía. Si no fuera por este
servidor, yo nunca me habría ahogado en mi propia sangre, visto mis entrañas se
derramarse sobre la tierra decenas de veces, vagando sin rumbo por este infierno
sin salida. Si no fuera por este servidor, nunca habría conocido a Rita Vrataski.
-Esto es todo, Keiji. Tú tienes que ser quien lo acabe.
-Con gusto.
-Recuerda: La antena primero, luego las copias de seguridad, después el
servidor.
-¿Y luego vamos a casa?
-No del todo. Cuando el bucle termina, empieza la verdadera batalla. Esto
no terminara hasta que no quede un Mimic moviéndose.
-Nada nunca es fácil.
El genocidio era la única manera de ganar esta guerra. No podías reducir
sus fuerzas a un 30% y reclamar la victoria. Había que destruir hasta el último de
ellos. Acabar con el servidor, y la guerra continuaría. Todo lo que Rita y yo
podíamos hacer era librar a nuestras tropas del atolladero de tiempo que los
bucles de tiempo de los Mimics. Una victoria duradera requeriría más fuerza de
lo que dos soldados por sí solos podrían hacer jamás. Pero el día que ganemos,
yo podría morir, Rita podía morir, Yonabaru, Ferrell, y el resto de nuestro
pelotón podía morir, incluso esos imbéciles con un coño por labios de la 4ª
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
podrían morir, y el tiempo nunca se repetiría de nuevo. Un nuevo día caería sobre
la Tierra.
Rita dijo que acabar con un servidor Mimic era tan fácil como abrir una
lata. Todo lo que necesitabas era el correcto abrelatas. Que hasta entonces ella
había sido la única persona en el planeta que lo tenía.
Gente de la Tierra ¡Alégrense! ¡Keiji Kiriya acaba de encontrar otro
abrelatas! Ordene ahora, y por cada abrelatas marca Rita Vrataski que compre,
recibirá un segundo abrelatas marca Keiji Kiriya ¡Sin cargo adicional!
Por supuesto, no podrías comprarnos por separado aun si quisieras.
Supongo que Rita y yo no éramos vendedores muy honestos. Lo que esta
pesadilla de bucle de tiempo salido de las entrañas del infierno infierno ha unido,
ningún hombre podrá separarlo. Sólo Rita y yo comprendíamos la soledad del
otro, y estaríamos lado a lado, cortando a los Mimics en cubitos del tamaño de un
bocado hasta el amargo final.
-¡Antena abajo!
-También las copias de seguridad.
-Entendido.
Levanté mi hacha de batalla y la bajé rápidamente, con un golpe limpio-
Abrí los ojos. Estaba en la cama. Tomé una pluma y escribí "160" en la
palma de mi mano. Entonces pateé tan fuerte como pude.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 2
No es fácil decirle a una persona algo que sabes que la va a hacer llorar, y
mucho menos hacerlo en público. Y si Jin Yonabaru estaba en la audiencia,
estarías navegando en un arroyo de mierda con una canoa de concreto con un
hoyo en medio.
La última vez lo había hecho sonar demasiado forzado. Estaba tratando de
pensar en una mejor manera de decirlo, pero no podía llegar con nada corto y
dulce que le permitiera a Rita saber que yo también estaba experimentando los
bucles de tiempo. Tal vez debería decirle eso. Demonios, no tenía ninguna idea
mejor.
Nunca fui particularmente inteligente, y el poco cerebro que tenía estaba
preocupado tratando de averiguar por qué no había salido del bucle de acuerdo al
plan. Había hecho todo tal y como Rita me dijo, pero ahí estaba yo en mi 160vo
día antes de la batalla.
El cielo sobre el primer campo de entrenamiento era tan claro la 160va vez
como lo había sido el primero. El sol de las diez de la mañana caía sobre nosotros
sin piedad. El EF acababa de terminar, y las sombras agrupadas en nuestros pies
estaban moteadas con manchas más oscuras de sudor.
Yo era un completo desconocido ante esta mujer con el pelo de color
oxido y con piel demasiado pálida para un soldado. Sus vivos ojos marrones
estaban fijos en mí.
-Así que querías hablar. ¿Sobre qué?
Estaba fuera de tiempo, y sin ideas brillantes. Hubiera sido mejor hablar
con ellas antes del EF. Ahora es demasiado tarde. Miré a Rita y le dije lo mismo
sobre el té verde como lo había hecho antes.
“Hey, no salió tan mal esta vez"- Pensé. -"Tal vez ella no va a... oh,
mierda."
Lágrimas corrían por las mejillas de Rita y goteaban de la punta de su
barbilla, entonces aterrizaban salpicando en la palma de la mano que extendí para
capturarlas. Todavía estaba caliente por hacer ejercicio, pero las lágrimas ardían
como casquillos de 20mm. Mi corazón latía con fuerza. Era como un estudiante
de secundaria pidiéndole a una chica que vaya conmigo al baile. Ni siquiera la
batalla hacía bombear mi presión arterial tanto.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Rita se agarró la parte inferior de mi camisa, apretando tan fuerte que las
puntas de sus dedos se tornaron blancas. En el campo de batalla que pude ver
cada uno de sus movimientos antes de que ella los haga, pero aquí no tenía idea.
Me había programado para esquivar mil ataques Mimic con facilidad. ¿Pero
dónde estaba mi buen sistema operativo cuando realmente lo necesitaba? Mi
mente vagaba en busca de una salida. Me pregunté si mi camisa estaba sudorosa
donde ella estaba agarrando.
La última vez, había permanecido como una estatua hasta que Rita
recuperó la compostura y habló. Tal vez después de diez viajes más a través del
bucle todo esto sería de rutina. Sabría exactamente que decir mientras la sostenía
suavemente contra mi hombro. Pero eso significaría reducir mi interacción con la
única persona en el mundo que me entiende a un acto de memoria. Algo me decía
que era mejor quedarme ahí parado y aceptarlo.
Yonabaru estaba boquiabierto frente a nosotros como un turista en un
zoológico con un oso que se levanta repentinamente y comienza a bailar el vals.
Al menos finalmente encontré una situación en la que se callara. Ferrell
cortésmente desvió la mirada, pero sólo hasta la mitad. Y así era más o menos
cómo se comportó el resto del pelotón. Mierda. Yo era el oso bailarín. No me
vean. No digan nada. Solo arrojen su dinero en la lata y váyanse.
¿Qué se supone que debes hacer cuando estas nervioso, imaginar a todos
desnudos? No, eso era para hablar en público. En el entrenamiento nos enseñaron
a mantenernos pensando en algo que disfrutamos. En algo que te hizo feliz. En la
batalla, esto sería probablemente una de esas cosas felices en las que pensarías de
nuevo, así que ¿Por qué era tan angustioso ahora? Si Dios tuviera una respuesta,
no me la estaba diciendo.
Rita yo corrimos lejos, dejando a los hombres en el campo rascándose la
cabeza. Nos deslizamos más allá de la valla de metálica bordeando los campos de
entrenamiento. La brisa que soplaba desde el mar se sentía fría contra nuestra
piel. Corríamos solamente por correr. La costa se veía a lo lejos por nuestra
izquierda, aguas de azul cobalto se extienden más allá de la barricada sin sentido
hecha de alambre de púas que se alineaba en la playa. El mar seguía siendo azul
porque habíamos luchado para que se mantuviera así. Un bote patrulla corto un
curso paralelo al nuestro arrastrando una estela blanca a lo largo de afilada la
línea divide el mar y el cielo.
Los profundos gritos de los soldados se desvanecieron. Los únicos sonidos
eran el rugido del mar, el ruido de las lejanas botas militares retumbando en el
concreto, mi corazón golpeando ruidosamente, y el suspiro del aliento de Rita.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Me detuve abruptamente y me quede en silencio, como había hecho antes
de empezar a correr. Rita no pudo disminuir su velocidad a tiempo y choco
contra mí. Otro desliz de mi sistema operativo. Di unos pasos torpes. Rita
tropezó mientras recuperaba el equilibrio. Nos sostuvimos uno a otro para evitar
caer. Mi brazo estaba envuelto alrededor del cuerpo de Rita y el de ella alrededor
del mío.
El impacto arriesgo a romper cualquier número de regulaciones. Su carne
tonificada presionada contra mí como un blindaje reactivo. Un aroma agradable
asaltaba mis sentidos. Sin mi Jacket, estaba sin defensa ante los químicos que
erraban en el aire.
-Uh, disculpa.- Rita fue la primera en pedir disculpas.
-No, fue mi error. No debí detenerme.
-No. Quiero decir, discúlpame, pero…- Dijo.
-No tienes que pedir disculpas.
-No estoy tratando de disculparme. Es sólo que... ¿te importaría soltar mi
mano?
-Ah...
Un aura roja destacaba en la muñeca de Rita donde mis dedos se habían
apoderado de su piel.
-Lo siento.
Para mí, Rita era una vieja amiga, la compañera de muchas batallas. Pero
para ella, Keiji Kiriya era un extraño que acababa de conocer. Nada más que una
silueta de color ceniza de otro tiempo. Sólo recordaba el alivio que había sentido
cuando quedamos con prensados uno contra el otro por la espalda. Sólo había
experimentado la electricidad que fluía entre nosotros cuando nuestros ojos se
encontraban en el entendimiento implícito. Sólo sentía una sensación de anhelo y
devoción.
Antes de unirme al ejército, vi un programa sobre un hombre enamorado
de una mujer que había perdido la memoria en un accidente. Debe de haber
pasado por algo parecido a lo que yo estaba pasando ahora. Observando
desesperanzadamente todas las cosas que amas en el mundo siendo arrastrados
por el viento, mientras que estás parado sin el poder para impedirlo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Yo... bueno...- Ni siquiera sabía qué decirle a ella esta vez, a pesar del
bucle anterior.
-¿Esta es tu manera inteligente de sacarnos de allí?
-Sí. Supongo.
-Bueno. Ahora, ¿Dónde estamos exactamente?- Rita giró sobre sus talones
mientras observaba sus alrededores.
Nos detuvimos en un amplio espacio rodeado por un lado con la barricada
de alambre y una cerca de alambre de púas por el otro. La hierba sacaba brotes
verdes a través de las grietas en el hormigón que cubría aproximadamente unos
diez mil metros cuadrados.
“El campo de entrenamiento No. 3.”
Me las arreglé para llevarnos de un campo de entrenamiento a otro.
Discretamente. Había estado pasando demasiado tiempo con Ferrell. Su amor por
el entrenamiento rayaba en una grave enfermedad mental y estaba comenzado a
contagiarme.
Rita se volvió hacia mí. -Es algo sombrío.
-Lo siento.
-No, me gusta el vacío de que tiene.
-Tienes gustos raros.
-¿Puede considerarse un gusto? El lugar en el que crecí era
irremediablemente vacío. Sin embargo no teníamos ningún océano. El cielo aquí
es que es tan... brillante.- Dijo, con la cabeza inclinada hacia atrás.
-¿Te gusta, el cielo?
-No es el cielo como tal, es su color. Ese azul brillante.
-¿Entonces por qué tu Jacket es rojo?
Pasaron unos momentos de silencio entre nosotros antes de hablar de
nuevo.
-El cielo en Pittsfield es tan nítido. Al igual que el color del agua después
de haber enjuagado una brocha con pintura azul en ella. Al igual que toda el agua
de la tierra que refleja el cielo en ella.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Me quede viendo a Rita. Ella me regreso la mirada, con sus vivos ojos
marrones observando los míos.
-Disculpa. Olvida que dije eso.- Dijo.
-¿Por qué?
-No fue algo muy Rita Vrataski para decir.
-Yo no sé sobre eso.
-Yo sí.
-Bueno, pienso que fue bueno.- Le dije.
Rita abrió ampliamente los ojos. Por un instante, brillaron con un destello
de la Full Metal Bitch. El resto de su rostro permaneció inmóvil.
-¿Qué dijiste?
-Dije que sonaba bien.
Ella parecía sorprendida por eso. Un mechón de pelo de color óxido cayó
en su frente, y ella lo levantó con su mano para jugar con él. Alcancé a ver sus
ojos por entre sus dedos. Estaban llenos de una extraña luz. Parecía una niña
cuyos hilos del corazón habían comenzado a desmoronarse, una niña cuyas
mentiras se habían puesto al descubierto por la penetrante mirada de su madre.
Rompí el incómodo silencio.
-¿Pasa algo malo?
-No.
-No me estaba burlando de ti. Sólo algo que quería decir. Supongo que no
fue en el momento adecuado.
-Hemos tenido una conversación como esta en un bucle antes, ¿no? Pero
sólo tú lo recuerdas.- Dijo Rita.
-Sí. Lo siento.
-No, no me molesta- Dijo ella, sacudiendo la cabeza.
-Entonces ¿Qué pasa?
-Dime que planeas.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Bueno, hay muchas cosas que todavía no lo entiendo.- Le dije.-Te
necesito para saber cómo terminar el bucle, para empezar.
-Te estoy preguntando que estás planeando hacer ahora, así que no tengo
que pensar en ello.
-¿Estás bromeando?- Le pregunté.
-Lo digo en serio.
-Pero tú eres Rita Vrataski. Siempre sabes qué hacer. Será divertido ser la
que está fuera del bucle, para variar.
-No es muy divertido para mí.- Le dije. Me pregunté a qué se refería al
decir "Será." Pensé que ya había sido liberada del bucle, después de pasar 211
veces a través de treinta horas en Florida. Abrí la boca para preguntar, pero ella
interrumpió.
-Creo que me he ganado el derecho a sentarme y ver.- Dijo.- He tenido
que manejar bastante mierda como esta. Es tu turno. Cuanto más pronto lo
aceptes, mejor.
Suspiré.- Lo sé.
-Hey, no me culpes.
-Bien entonces, sigue siendo un poco temprano, pero mi siguiente parada
es la cafetería. Espero que estés de humor para comida japonesa.
La cafetería era ruidosa. En una esquina, un grupo de soldados estaba
viendo quien podía hacer el mayor número de flexiones en tres minutos. Otro
grupo que pasamos caminando estaba jugando con la gastronomía del pollo con
un líquido misterioso que parecía una combinación de cátsup, la mostaza y jugo
de naranja. En el otro extremo de la sala un tipo estaba cantando una canción
popular o tal vez era una vieja canción de anime que había sido popular hace al
menos setenta años, acompañado de un banjo. Una de las religiones ficticias la
habían utilizado originalmente como una canción anti-guerra, pero no es el tipo
de detalle que moleste a los chicos que se inscribieron en la UDF. La melodía era
fácil de recordar, y eso es todo lo que se necesitaba para ser un éxito con una
multitud de jinetes de Jacket.
¡Ha unirnos todos a la gue-rra!
¡Ha unirnos todos a la gue-rra!
¡Ha unirnos todos a la gue-rra!
¡Y matemos algo nosotros mismos!
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Había visto esto 159 veces. Pero desde que había sido atrapado en el
bucle, difícilmente note algo del mundo fuera de mi cabeza que no me ayudara
directamente a salir de aquí. Me sentaba tranquilamente en una pequeña cafetería
gris, carente de sonido, mientras metódicamente paleaba la comida sin sabor en
mi boca.
Aunque la batalla de mañana fuera bien, algunos de los soldados aquí no
iban a volver. Si iba mal, aún menos volverían. Todo el mundo lo sabía. La
Infantería Blindada era Santa Claus, y la batalla era nuestra Navidad. Lo único
que harían los elfos que Nochebuena sería soltarse el pelo y beber un poco de
ponche de huevo.
Rita Vrataski estaba sentada frente a mí, comiendo la misma comida por
160va vez. Ella examinó su 160vo umeboshi.
-¿Qué es esto?
-Umeboshi. Es ciruela -las personas le dicen ciruela, pero es más como un
albaricoque secado al sol, y luego en escabeche.- Se come.
-¿A que sabe?
-La comida es como la guerra. Tienes que experimentarla por ti misma.
Ella lo picó dos o tres veces con sus palillos, luego lo lanzó con cuidado al
aire al aire y entro en su boca. La acidez la golpeó como un golpe de un luchador
de peso pesado y ella se dobló, agarrándose su cuello y el pecho. Podía ver los
músculos crispados en su espalda.
-¿Te gusta?
Rita trabajaba en su boca sin levantar la vista. Su cuello se tensó. Algo
salió volando de su boca, una semilla perfectamente limpia patinó hasta detenerse
en su bandeja. Se limpió los bordes de su boca mientras jadeaba.
-No esta agrio en lo absoluto.
-No en esta cafetería.- Le dije. –Hay demasiadas personas del extranjero.
Ve a un lugar local si quieres conocer su verdadero sabor.
Cogí el umeboshi de mi bandeja y las metí en mi boca. Hice un
espectáculo de saborearlo. A decir verdad, estaba lo suficientemente amargo
como para torcer mi boca como el culo de un cangrejo en marea baja, pero no iba
a darle el gusto de verlo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Está muy bueno.- Saboreé mis labios.
Rita se puso de pie, con su boca una línea recta. Me dejó sentado en la
mesa mientras se dirigía por el pasillo entre las mesas, pasando por multitudes de
soldados, hasta llegar al mostrador de porción. Allí, Rachel le habló a un gorila,
un hombre que podía llegar y tocar el techo sin ni siquiera estirarse, el mismo
gorila de la 4ta división cuyo puño se encontró con mi mandíbula hace varios
bucles. La Bella y la Bestia estaban considerablemente sorprendidos como para
dejar su tema de conversación. Toda la cafetería podía sentir que algo estaba
pasando; las conversaciones se apagaron, y la música de banjo se detuvo. Gracias
a dios.
Rita se aclaró la garganta. -¿Me podría dar algunas ciruelas encurtidas
secas?
-¿Umeboshi?
-Sí, eso.
-Bueno, seguro, si quieres.- Rachel sacó un plato pequeño y empezó a
amontonarlo con umeboshi de un gran cubo de plástico.
-No necesito el plato.
-¿Disculpa?
-Esa cosa que tienes en la mano izquierda. El cubo. Me quedo con él.
-Hum, las personas no suelen comer muchas a la vez.- Dijo Rachel.
-¿Eso es un problema?
-No, supongo que no...
-Gracias por tu ayuda.
Con el cubo en mano, Rita regresó triunfalmente. Ella lo volteó boca abajo
en el centro de la mesa justo en frente de mí.
El contenedor era de unos treinta centímetros de ancho en la boca, un
recipiente lo suficientemente grande para servir a unos doscientos hombres, ya
que nadie quiso nunca más de uno, lleno hasta la mitad con umeboshi de color
rojo brillante. Lo suficientemente grande como para ahogar a un gato pequeño.
La base de mi lengua comenzó a doler con sólo mirarlo. Rita fue por sus palillos.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Ella señaló a una de las arrugadas, frutas rojizas de la cubeta y se lo metió
en la boca. La mordió. Tragó saliva. Y escupió la semilla.
-No esta agria en absoluto.
Sus ojos se humedecieron. Rita me pasó el barril con un empujón. Mi
turno. Escogí la más pequeña que pude encontrar y la puse en mi boca. Me lo
comí y escupir la semilla.
-La mía tampoco.
Estábamos jugando nuestro propio juego de la gallina gastronómica. Las
puntas de los palillos de Rita temblaban mientras las sumió de nuevo en el barril.
Hizo dos intentos para recoger otro umeboshi entre ellos antes de que se rindiera
y sólo lo clavo con un palillo, y lo llevó a la boca. La fruta soltaba gotas de
líquido de color rosa que mancharon la bandeja donde cayeron.
Una multitud de curiosos se había comenzado a congregar alrededor de
nosotros. Nos observaban incomodos al principio, pero la emoción crecía
palpablemente con cada semilla escupida en la bandeja.
El sudor en nuestra piel era como la condensación de una lata de cerveza
un día caluroso. El montón repugnante de semillas a medio masticar crecía.
Rachel estaba a un lado, mirando con una sonrisa preocupada. También alcance a
ver a mi amigo de la 4ª entre la multitud. Estaba pasando un buen rato viéndome
sufrir. Cada vez que Rita o yo nos metíamos otra ciruela en la boca, una ola de
euforia asaltaba a la multitud.
-¡Vamos, acelera el ritmo!
-¡No te retractes ahora, sigue comiendo!
-¿No vas a dejar que esta niña se te adelante, o si?
-Joder, ¿crees que él puede vencer a Rita? ¡Estás loco!
-¡Come! ¡Come! ¡Come!
-¡Cuiden las puertas, no quiero que nadie interrumpa esto! ¡Tengo diez
dólares en el chico escuálido!
Seguido inmediatamente por:
-¡Veinte a Rita!
Entonces alguien gritó:
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¿Dónde están mis camarones fritos? ¡Perdí mi camarón frito!
Hacía calor, había ruido, y de alguna manera que no puedo explicar, me
sentía como en casa. Había un lazo invisible que no había estado allí en mis
veces anteriores a través del bucle. Había probado un poco de lo que el mañana
traería y de repente todas las pequeñas cosas que suceden en nuestras vidas, las
minucias del día, tenían un nuevo significado. Justo en ese momento, estar
rodeado de todo ese ruido se sentía bien.
Al final, nos comimos cada umeboshi industrialmente envasado en el
barril. Rita tenía el último. Yo había dicho que era un empate, pero como Rita
había empezado, ella insistió en que había ganado. Cuando me opuse, Rita sonrió
y sugirió arreglarlo con otro bote. Es difícil decir si esa sonrisa significaba que
realmente podía seguir comiendo o si la sobrecarga de alimentos ácidos le había
hecho algo raro en la cabeza. El gorila de la 4ta trajo otro barril lleno de la fruta
roja del infierno y lo colocó en el centro de la mesa con un ruido sordo.
En ese momento, me sentí como si estuviera hecho de umeboshi de la
cintura para abajo. Fue cuando salude con la bandera blanca.
Después de eso, hablé con Rita sobre todo, Yonabaru que nunca se calla,
el sargento Ferrell y su obsesión por el entrenamiento, la rivalidad entre nuestro
pelotón y el cuarto. Por su parte, Rita me dijo cosas que no había tenido tiempo
de hacer en el último bucle. Cuando no estaba encerrada en su Jacket, la Full
Metal Bitch tenía una sonrisa tímida que le sentaba bien. Sus dedos olían a grasa
de máquina, ciruela encurtida, y un toque de café.
No sé qué banderas levante o como es que lo hice, pero en ese 160vo
bucle mi relación con Rita había profundizado como nunca lo había hecho antes.
A la mañana siguiente, el cabo Jin Yonabaru no despertó en la litera de arriba. Se
despertó en el suelo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 3
No encontraba la paz al dormir. Un Mimic sería el que apagaría mi vida, o
que me desmayaba en medio de la batalla. Después de eso, nada. Entonces, sin
previo aviso, la nada cedió. El dedo que había estado apretando el gatillo de mi
rifle estaba metido a tres cuartas partes en mi bolsillo. Me encontraba en la cama,
rodeado con su marco de tubo, escuchando la voz aguda del DJ leyendo el
tiempo del día. Claro y soleado aquí en las islas, al igual que ayer, con la
advertencia de rayos UV por la tarde. Cada palabra parasitaba su camino en mi
cráneo y se quedaba allí.
Cuando decía "soleado" ya había recogido la pluma, y cuando decía
"islas" estaba escribiendo el número en mi mano, y al mismo tiempo que había
llegado a "advertencia por rayos UV" ya estaba fuera de la cama y en camino a la
armería. Esa era mi rutina al despertar.
Dormir la noche antes de la batalla era una extensión de la formación. Por
alguna razón, mi cuerpo nunca incremento el cansancio. La única cosa que me
traía conmigo eran los recuerdos y las habilidades que había dominado. Pasaba la
noche dando vueltas, mi mente repitiendo los movimientos que había aprendido
el día anterior cuando se quemaba la programación en mi cerebro. Tenía que ser
capaz de hacer lo que no pude la última vez a través del bucle, para matar a los
Mimics que no podía matar, para salvar a los amigos que no podía salvar. Era
como hacer un Iso push-up en mi mente. Mi propio tormento privado nocturno.
Me despertaba en modo de batalla. Como un piloto inspeccionando
interruptores antes del despegue, me inspeccionaba mí mismo una parte a la vez,
comprobando los músculos que podrían haberse anudado de noche a la mañana.
Nunca me saltaba ni un dedo meñique.
Rote mi trasero 90°, salté de la cama y abrí los ojos. Parpadeé. Mi visión
era borrosa. La habitación era diferente. La cabeza del primer ministro no me
estaba mirando desde lo alto de la modelo con traje de baño. Para el momento en
que me di cuenta, ya era demasiado tarde; mi pie buscaba una plataforma que no
estaba allí y mi inercia me envió cayendo de la cama. Mi cabeza se estrelló
contra el suelo con cobertura de teja, y finalmente me di cuenta de donde estaba.
La luz del sol brillaba a través de capas de vidrio resistente a explosiones
y se derramaban a través de la vasta y ventilada habitación. Una brisa artificial
del purificador de vertía sobre mi cuerpo mientras yacía en el suelo. Las paredes
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
y el vidrio grueso bloqueaban completamente los sonidos de la base que por lo
general sonaban fuertemente en mis oídos.
Estaba en el Sky Lounge. En una base expuesta de acero y madera
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ignífuga de color caqui, esta era la única habitación correctamente equipada.
Originalmente era una sala de reuniones para oficiales que hacía a veces de sala
de recepción, la vista nocturna de Uchibo través de su cristal de varias capas
habría costado un buen precio.
Así cuan agradable era la vista, era un lugar pésimo a despertar, a menos
que fueras una cabra de montaña o un ermitaño amante de las alturas. O podrías
ser Yonabaru. Había oído que tenía algún lugar secreto, una planta alta a la
incluso los oficiales se les permitía ir. "Su nido de amor", le decíamos.
Era más como un nido para águilas.
Mirando a través del océano se podía ver la suave curva del horizonte. La
playa de Uchibo era apenas visible a través de la niebla de la mañana. Triángulos
de olas color de rosa formaban espuma y se desvanecían de nuevo en el mar. Más
allá de las olas de la isla los Mimics habían hecho sus lugares de desove. Por un
momento, me pareció ver un de brote verde brillante a través de las olas.
Parpadeé. Sólo había sido un destello de luz del sol en el agua.
-Ciertamente dormiste bien anoche.
Rita se paró sobre mí, después de haber caminado desde la otra habitación.
Miré hacia arriba lentamente desde el suelo de baldosa.
-Se siente como si hubieran pasado años.
-¿Años?
-Desde que tuve una buena noche de sueño. Se me había olvidado lo
bueno que era.
-Esa es una loca conversación de bucles de tiempo.
-Tú deberías saberlo.
Rita hizo un gesto simpático con su mano.
Nuestra salvadora, la Full Metal Bitch, parecía más relajada esta mañana
de lo yo la había visto nunca. Sus ojos eran más suaves a la luz fresca de la
mañana, y la luz del sol hacía que su cabello color oxido brillara de naranja. Ella
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Para los que no saben: A prueba de fuego.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
me dio el tipo de mirada que podría dar a un cachorro que la había seguido hasta
su casa. Ella era tan apacible como un monje zen. Era hermosa.
La sala de repente parecía demasiado brillante, y entrecerré mis ojos por el
resplandor.
-¿Qué es ese olor?
Un olor extraño se mezclaba con el aire limpio del filtro. No era
necesariamente un mal olor, pero no habría ido tan lejos como para llamarlo
agradable. Demasiado picante para una comida, demasiado salado para un
perfume. Francamente, no sabía qué diablos era.
-Todo lo que hice fue abrir la bolsa. Tienes una nariz afilada.
-En el entrenamiento nos habían dicho que había que tener cuidado con
los olores extraños, ya que podría significar que había un problema con el filtro
del Jacket- no es que estuviera en el Jacket ahora mismo.
-Nunca había conocido a nadie que confundiera la comida con armas
químicas.- Dijo Rita. -¿No te gusta el olor?
-Esa no es la palabra que usaría. Huele. . . raro.
-No tienes modales en absoluto. ¿Es esa la manera de agradecerme por
hervir una olla de café por la mañana para nosotros?
-¿Eso es. . . café?
-Seguro que lo es.
-Esta no es tu manera de vengarte de mí por el umeboshi, ¿verdad?
-No, así es como los granos de café tostados recogidos de verdaderos
arboles de café crecidos en el suelo huelen. ¿Nunca habías tomado uno?
-Tengo una taza con saborizante artificial todos los días.
-Sólo espera hasta que fermente. Todavía no has olido nada.
No sabía que todavía quedaban granos de café naturales en el mundo. Es
decir, yo sospechaba que el café de verdad existía todavía, en algún lugar, pero
no sabía que hubiera alguien que tuviera todavía la costumbre de beberlo.
La bebida que pasaba por café en estos días se hacía a partir de granos de
laboratorio crecidos con saborizante artificial para agregar gusto y aroma. El
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
grano substituto no olía tan fuerte como los granos que Rita estaba moliendo, y
no se abrían camino por la nariz para bajar por todo el tracto respiratorio como
estos lo hacían, tampoco. Supongo que se podría extrapolar el olor de las cosas
artificiales y finalmente acercarse a la cosa real, pero la diferencia en el impacto
era como la diferencia entre una pistola 9mm y un proyectil de un tanque de
120mm.
-Eso debe valer una pequeña fortuna.- Le dije.
-Te dije que estábamos en la línea del norte de África antes de venir aquí.
Fue un regalo de uno de los pueblos que liberamos.
-Y que regalo.
-Ser la reina no es del todo malo, ya sabes.
Un molinillo de café con manivela estaba en medio de la mesa de cristal.
Un único y pequeño dispositivo, había visto uno una vez en una tienda de
antigüedades. Al lado había una especie de embudo de cerámica cubierto con un
paño marrón manchado. Supuse que tenías que poner los granos de café en el
medio y colar el agua a través de ellos.
Una estufa de gas portátil brindada por el ejército y una gran sartén
estaban el centro de la mesa. Un líquido claro burbujea ruidosamente del sartén.
Dos tazas estaban cerca, uno estaba desconchado y con la pintura agrietada, y
otro parecía nuevo. En el mismo borde de la mesa había una bolsa de plástico con
cierre llena de granos de café de un color marrón oscuro.
Rita no parecía tener muchos objetos personales. No había nada en el
lugar además de un saco que equipaje semi-transparente a los pies de la mesa que
parecía una pesada bolsa de boxeador. Sin el equipo de hacer café para apoyarlo,
la bolsa se habría derrumbado, estaba casi vacía. Los soldados que tenían que
estar listos para enviar fuera hasta los confines de la tierra en un aviso de
momento no se les permitía mucha carga, incluso para los estándares Rita viajaba
ligero. Que una de las pocas cosas que tenía fuera un molinillo de café de con
manivela no hacía nada para disminuir la percepción de que ella era un poco rara.
-Puedes esperar en la cama si quieres.
-Prefiero ver.- Le dije. -Esto es interesante.
-Entonces creo que seguiré moliendo.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Rita comenzó a girar la manija del molinillo de café. Un sonido de grava
crujiendo llenó la sala y la mesa de cristal se sacudió. Los rizos de Rita
temblaron sobre de su cabeza.
-Cuando termine la guerra, te daré el mejor té verde que hayas probado
alguna vez, en agradecimiento por el café.
-Pensé que el té verde provenía de China.
-Puede haber empezado allí, pero fue perfeccionado aquí. Pasó mucho
tiempo antes de que incluso habían permitieran que sea exportado. Me pregunto
de qué clase deberíamos tener.
-¿Lo sirven gratis en los restaurantes?
-Eso es correcto.
-Después de la guerra. . .- Rita sonaba un poco triste.
-Hey, esta guerra se acabará algún día. No hay duda al respecto. Tú y yo
lograremos verlo.
-Tienes razón. Estoy seguro de que lo hará.- Rita tomó las semillas y las
extendió sobre la tela que cubría el embudo. -Hay que humearlas primero.
-Oh ¿sí?
-Cambia el sabor completamente. Un viejo amigo una vez me enseñó. No
sé cómo funciona, pero tenía razón.
Ella humedeció los granos recién molidos con un poco de agua no tan
hervida. Burbujas de color crema cobraron vida cuando el agua tocó los granos.
Un aroma sorprendente tejido de partes amargas, dulces y agrias llenó el aire que
rodeaba la mesa.
-¿Todavía huele raro?
-Huele maravilloso.
Usando un movimiento circular, Rita vertió cuidadosamente el agua. Gota
a gota, un líquido marrón brillante comenzó a llenar la taza de acero que estaba
esperando debajo. Una delgada línea de vapor había comenzado a levantarse de
la taza cuando un sonido ensordecedor traspasó las paredes gruesas de vidrio
templado del Sky Lounge. El suelo de baldosas se sacudió. Rita y yo estábamos
en el suelo en un santiamén. Nuestros ojos se encontraron.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
No hubo un tintineo arañando el cristal roto, sólo fue fuerte y sorpresivo
sonido, como si alguien hubiera arrojado una gruesa guía telefónica en el suelo.
Una grieta en forma de telaraña se propagaba a través del cristal de la ventana,
una lanza de color arena estaba incrustada en el centro de la red. Un líquido de
color morado oscuro se filtraba por las grietas del cristal y caía sobre el piso.
Demasiado tarde, las sirenas comenzaron a sonar a través de la base. Tres
columnas de humo se elevaron por la ventana. El agua de la costa se había vuelto
de un verde vívido.
-¿Un-un ataque? Mi voz estaba temblando. Probablemente mi cuerpo
también. En los 159 bucles nunca había habido un ataque sorpresa. La batalla
debía comenzar después de aterrizar en la Isla Kotoiushi.
Una segunda y tercera ronda impactaron en la ventana. El cristal entero se
había abombado hacia adentro pero de alguna manera logro mantenerse. Las
grietas entrecruzaban la ventana. Puntos de luz destellaban delante de mis ojos.
Rita había logrado ponerse de pie y regresaba con calma el sartén a la
parte superior de la estufa de gas portátil. Ella apagó la llama con manos
expertas.
-Este vidrio es realmente algo. Nunca se sabe si todo es solamente
fanfarroneo.- Rita musitó.
-Tenemos que responder el ataque, no, tengo que encontrar al sargento¡espera, nuestros Jackets!
-Debes comenzar por calmarte.
-Pero ¿¡qué está pasando!?- No quería gritar, pero no podía evitarlo. Nada
de esto estaba en el guion. Había estado tanto tiempo en el bucle que la idea de
que hubiera nuevos eventos en el guion me aterrorizaba. Que el guion en cuestión
pasara a involucrar que las jabalinas de Mimics se estrellen contra las ventanas
de la habitación en la que estaba no ayudaba.
-Los Mimics utilizan los bucles para ganar la guerra. No eres el único que
recuerda lo que ha pasado en cada bucle.
-¿Entonces todo esto es porque la cagué la última vez?
-Los Mimics deben haber decidido que era la única forma en que podían
ganar. Eso es todo.
-Pero... la base.- Le dije. -¿Cómo es que llegaron aquí?
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Llegaron por el rio Mississippi para atacar Illinois una vez. Son criaturas
acuáticas. No es de extrañar que encontraran un camino a través de una línea de
cuarentena creada por un grupo de seres humanos que viven en la superficie.Rita estaba calmada.
-Supongo.
-Deja las preocupaciones para el General. Para ti y para mí, esto sólo
significa que lucharemos aquí en vez de Kotoiushi.
Rita tendió su mano. La estreche y me ayudó a levantarme. Sus dedos
estaban encallecidos en su base, por el roce con las placas de contacto del Jacket.
La palma de su mano con la que había estado sosteniendo la sartén era mucho
más cálida que la mía. Podía sentir que la presión sobre mi pecho comenzaba a
menguar.
-El trabajo de un jinete de Jacket es matar a todos los Mimics a la vista.
¿Verdad?
-Sí. Sí, es cierto.
-Vamos a ir al hangar de Estados Unidos primero. Me voy a poner mi
Jacket. Conseguiremos armas para los dos. Yo te cubro en nuestro camino hacia
el hangar japonés. ¿Entendido?
-Lo tengo.
-Entonces cazamos al servidor y lo matamos. Terminaremos con el bucle.
Después de eso, sólo hay que limpiar lo que quede.
Dejé de temblar. Rita lanzó una sonrisa irónica.
-No hay tiempo para nuestra taza de la mañana.
-Hay que acabar con esto antes de que se enfríe.- Le dije, tratando de
buscar una taza.
-¿Eso fue intento de chiste?
-Valió la pena intentarlo.
-Eso sería agradable, creo. El café nunca sabe igual cuando se recalienta.
Y si dejas que las cosas naturales se asienten, después de cerca de tres días
comienza a crecer moho. Eso me pasó una vez en África. Pude haberme pateado
a mí misma.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¿Estaba bueno?
-Que gracioso.
-Si no lo bebiste, ¿cómo sabes que no lo estaba?
-Puedes beber todo el café mohoso que quieras. No esperes que yo limpie
una vez que te enfermes. Vamos.
Rita se alejó de la mesa, dejando atrás el café natural recién hecho.
Cuando empezamos a caminar por la habitación, una pequeña mujer que estaba
pegada a la puerta se vino abajo, con su tocado de plumas y todo. Su cabello
negro estaba trenzado en una cola de caballo que se dejaba caer detrás de su
extraña elección de sombrero. La nativa americana favorita de todos, Shasta
Raylle.
-¡Estamos bajo ataque! ¡Estamos bajo ataque!- Gritó ella, casi sin aliento.
Su rostro estaba pintado con líneas rojas y blancas de guerra. Empecé a
preguntarme si todo el bucle terminaría volviéndome loco en mis últimos
segundos de vida dentro de un cráter humeante en alguna parte.
Rita dio un paso atrás para apreciar una de las mentes más brillantes que el
MIT tenía que ofrecer.
-¿Cuál tribu está atacando?
-¡No es ninguna tribu! ¡Son los Mimics!
-¿Así es como siempre te vistes para la batalla?
-¿Es así de malo?- Preguntó Shasta.
-No soy nadie para criticar las costumbres o la religión de alguien, pero yo
diría que estás unos doscientos años de atrasada para esa fiesta.
-¡No, no entiendes!- Dijo Shasta. -¡Me obligaron a vestirme así en la fiesta
de anoche! Este tipo de cosas siempre pasa cuando no estás cerca.
“Supongo que todo el mundo tiene una cruz que cargar.” Pensé.
-Shasta, ¿por qué estás aquí?- Dijo Rita, con una sorprendente paciencia.
-Vine a decirle que tu hacha no está en el hangar, está en el taller.
-Gracias por el aviso.
-Ten cuidado ahí fuera.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¿Qué vas a hacer?
-Yo no puedo luchar, así que pensaba en encontrar un buen lugar para
ocultarme.
-Usa mi habitación.- Dijo Rita rápidamente. -Las jabalinas no pueden
atravesar las paredes o el vidrio. Es más resistente de lo que parece. Sólo tienes
que hacerme un pequeño favor.
-¿Un...favor?
-No dejes que nadie entre aquí hasta que él o yo regresemos.- Rita señaló
con el dedo pulgar en mi dirección. No creo que Shasta incluso haya notado que
había alguien de pie junto a Rita hasta entonces. Casi podía oír sus grandes ojos
parpadeando desde algún lugar detrás de sus gafas mientras me observaba. No
había conocido Shasta Raylle aún en este bucle.
-¿Y tú eres...?
-Keiji Kiriya. Un placer.
Rita dio avanzó hacia la puerta.
-No dejes entrar a nadie, sin importar quiénes sean ni lo que digan. No me
importa si es el presidente, dile que se vaya a la mierda.
-¡Sí señor!
-Cuento contigo. Ah, y otra cosa…
-¿Sí?
-Gracias por el amuleto de la suerte. Lo necesitaré.- Rita y yo corrimos
hacia el hangar.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 4
Cuando Rita y yo habíamos hecho el relativamente largo viaje desde el
Sky Lounge, las Fuerzas Especiales de Estados Unidos habían establecido un
perímetro defensivo con su hangar como su centro.
Le tomó dos minutos a Rita para meterse en su Jacket. Un minuto cuarenta
y cinco segundos para correr al taller de Shasta. Seis minutos con quince
segundos para acabar con dos Mimics que nos encontramos en el camino hacia el
hangar de Japón. En total, doce minutos y treinta segundos habían pasado desde
que dejamos el Sky Lounge.
La base había caído en caos. Lenguas de fuego se disparaban hacia el cielo
y los vehículos yacían volcados en el camino. Una neblina de humo llenó los
pasillos entre los cuarteles, por lo que era difícil ver. El petardo estallido de las
armas de fuego pequeñas eran inútiles contra los Mimics, resonaban en el aire,
ahogados por el rugido ocasional de un lanza cohetes. Las jabalinas se
encontraban con los helicópteros de ataque, tan pronto como se asomaban en el
cielo, rompiendo sus rotores y enviándolos en espiral hacia el suelo.
Por cada persona que corría al norte para huir de la carnicería, había otro
corriendo al sur. No había manera de saber en qué dirección se estaba a salvo. El
ataque sorpresa había roto la cadena de mando. Nadie en la parte superior tenía la
menor idea de lo que le estaba pasando a nadie en la parte inferior.
Casi no había cadáveres Mimic, y las decenas de miles de Jackets en la
base no estaban activadas en lo absoluto. Los cuerpos humanos estaban
esparcidos aquí y allá. No tomó más de una mirada a un torso aplastado para
saber que estaban KIAs.
Un soldado muerto yacía boca abajo en el suelo a treinta metros delante de
mi hangar. Su torso había sido destrozado como carne molida, pero aún estaba
agarrando una revista con ambas manos. Por debajo de una fina capa de polvo se
veía una sonriente rubia en topless entre las páginas. Podía reconocer esos
prodigiosos pechos donde sea. El chico de la litera junto a la mía los había estado
observando durante todas esas conversaciones que había tenido con Yonabaru en
los cuarteles. Era Nijou.
-Pobre bastardo, murió mirando porno.- Dije.
-Keiji, sabes lo que tenemos que hacer.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Sí, lo sé. No hay vuelta atrás en esta ocasión. No importa quién muera.
-No hay mucho tiempo. Vamos.
-Estoy listo.- Por un segundo pensé que lo estaba. -¡Mierda! Esto no es
una batalla, es una masacre.
La puerta del hangar estaba abierta. Había marcas de que alguien había
forzado la cerradura con algo así como una barra de hierro. Rita agarró una de las
hachas de batalla en el suelo y tomó la carabina 20 mm que estaba colgada en su
espalda.
-Tienes cinco minutos.
-Sólo necesito tres.
Corrí al hangar. Era un gran edificio con revestimientos de Jackets en
ambos lados con un pasillo en el centro. Cada edificio albergaba suficientes
Jackets para pelotón, veinticinco por pared. El aire en el interior era pesado y
húmedo. Las luces incrustadas en las paredes parpadeaban de vez en cuando. La
mayoría de las Jackets todavía colgaban de sus ganchos, sin vida.
El abrumador hedor de la sangre casi hace que me tropiece con mis pies.
Un enorme y oscuro charco se había juntado en el centro de la habitación,
manchando el hormigón. Era suficiente como para llenar un baño de aves. Dos
líneas que parecían como si hubieran sido pintadas con un pincel se extendían
desde la piscina de sangre hasta la otra entrada en el otro extremo del hangar.
Alguien había sido horriblemente herido aquí, y lo que sea que lo haya
arrastrado lejos no tenía la fuerza o equipo para hacerlo apropiadamente. Si toda
esa sangre había salido de una persona, ya estaba muerto. Un puñado de Jackets
estaban esparcidos desordenadamente en el suelo, como disecadas mudas de piel
de alguna bestia con forma humana.
Un Jacket era muy parecido a uno de esos trajes de peluche ridículos que
los empleados visten en los parques temáticos como algún maniático y sonriente
ratón. Cuando estaban vacíos, solamente estaban colgados en la pared con
agujeros en la parte de atrás esperando a que alguien se suba en ellos.
Desde que los Jackets leen las pequeñas señales eléctricas de los
músculos, cada uno tenía que ser por encargo. Si usaras el Jacket de otra persona,
no se sabe que es lo que podría pasar. Puede que no se mueva en absoluto, o
podría romper tus huesos como ramas, pero sea cual sea el resultado, no sería
bueno. Nadie lo hizo fuera de base sin saber al menos eso. Los Jackets en el piso
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
eran una clara evidencia de que alguien había ignorado esa regla básica por la
desesperada necesidad. Negué con la cabeza.
Mi Jacket se había quedado sin ser molestado en su litera. Me metí en él.
De los treinta y siete chequeos previos me salté veintiséis. Una sombra se movió
en el otro extremo del hangar donde el rastro de sangre estaba, en el extremo del
hangar donde Rita no estaba mirando. Mi sistema nervioso entro en modo de
pánico. Estaba a veinte metros de la puerta, tal vez menos. Un Mimic podría
cubrir la distancia en menos de un segundo. Una jabalina podía hacerlo aún más
rápido.
¿Podría matar a un Mimic con mis propias manos? No. ¿Podría tratar con
él? Sí. Los Mimics se movían más incluso más rápido de lo que un ser humano
con Jacket podía, pero sus movimientos eran fáciles de leer. Podía esquivar su
disparo y estrellarlo firmemente contra la pared y ganar tiempo suficiente para
hacer mi camino a Rita. Inconscientemente, asumí una postura de batalla, rotando
la pierna derecha hacia la derecha y mi izquierda en sentido anti horario.
Entonces la identidad de la sombra finalmente se mostró: Era Yonabaru.
Estaba cubierto de sangre de la cintura para abajo. La sangre seca llenaba
su frente. Parecía un pintor descuidado. Una sonrisa reemplazó la tensión de su
rostro y comenzó a correr hacia mí.
-Keiji, mierda, no te había visto en toda la mañana. Estaba empezando a
preocuparme.
-Ahora somos dos. Me alegro de que estés bien.- Cancelé mi plan de
evasión, mi cuerpo estaba corriendo y pasé por encima de la ropa que había
dejado en el suelo.
-¿Qué crees que estás haciendo?- Preguntó.
-¿Qué es lo que parece? Voy a matar a algunos Mimics.
-¿Estás loco? Este no es el momento.
-¿Tienes algo mejor que hacer?
-No lo sé, ¿qué tal una agradable y ordenada retirada, o buscar un lugar
donde los Mimics no estén e ir allí? ¿¡O tal vez sólo correr de una puta vez!?
-Los estadounidenses se están preparando. Necesitamos a unirnos a ellos.
-No somos nosotros. Olvídate de ellos. Si no nos vamos ahora, puede que
no tengamos otra oportunidad.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Si corremos, ¿quién quedara para luchar?
-¿Estás loco? ¡Escúchate a ti mismo!
-Es por esto para lo que entrenamos.
-La base está perdida, amigo, está jodida.
-No, mientras Rita y yo estemos aquí no lo está.
Yonabaru agarró el brazo de mi Jacket, en realidad tratando de arrastrarme
como un niño tirando con todo su peso sobre la mano de su padre para llegar a la
tienda de juguetes.
-Estás diciendo locuras, viejo. No hay nada que tú o yo podamos hacer
para hacer una diferencia.- Dijo con otro tirón. -Tal vez esta es tu idea del deber,
el honor, de toda esa mierda. Pero créeme, ninguno de nosotros tiene el deber de
conseguir que nos maten por nada. Tú y yo sólo somos soldados ordinarios. No
somos como Ferrell o los chicos de las Fuerzas Especiales. La batalla no nos
necesita.
-Lo sé.- Me sacudí la mano de Yonabaru con el más leve de los
movimientos. -Pero necesito la batalla.
-Realmente lo dices en serio, ¿no?
-No espero que lo entiendas.- Rita me estaba esperando. Ya había tomado
cuatro minutos.
-No digas que no te lo advertí.
Ignoré el comentario simplista de Yonabaru y salí corriendo del hangar.
Rita y yo no éramos los únicos soldados que llevaban Jackets ahora. Mi HUD
estaba rociado con iconos que indican otros aliados. Agrupados en grupos de dos
o tres, que se habían puesto a cubierto en los cuarteles o detrás de los vehículos
volcados donde podrían salir a intervalos para disparar ráfagas cortas con sus
rifles.
El ataque sorpresa Mimic había sido impecable. Los soldados estaban
completamente aislados del comando. Incluso aquellos que llevan Jackets no
luchaban como un pelotón disciplinado, era más como una turba armada. Para
que la infantería blindada sea eficaz contra un Mimic, tenían que rodearlo en
abanico y desde la cubierta y disparar todo lo que tenían contra el enemigo sólo
para frenarlo. Uno a uno, incluso dos contra uno, no tenían ninguna posibilidad.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Los iconos aliados parpadeaban en mi pantalla, y luego se apagaban. El
número de aliados se mantenía estable únicamente gracias a las Fuerzas
Especiales de Estados Unidos. El número de iconos Mimic estaba en constante
aumento. La mitad del tráfico de comunicaciones era estática, y el resto era una
mezcla de gritos de pánico y -¡Joder! ¡Mierda! ¡Joder!- No escuchaba a nadie
dando órdenes. Las predicciones de Yonabaru no se veían lejos.
Abrí un canal de comunicación con Rita. -¿Y ahora qué?
-Haz lo que mejor sabemos hacer. Matar algunos Mimics.
-¿Algo más específico?
-Sígueme. Te mostraré.
Nos unimos a la batalla. El Jacket carmesí de Rita era una bandera para
que nuestro fragmentado ejército se uniera detrás. Nos movíamos de un soldado
solitario al siguiente, pastoreando juntos. Hasta el último Mimic estaba muerto,
nos mantuvimos así.
La Valquiria volaba desde un extremo de la Flower Line al otro a
voluntad, llevando su mensaje tácito de esperanza a todos los que la veían.
Incluso las tropas japonesas, que nunca habían visto su Jacket en persona, y
mucho menos luchado a su lado, ganaban un renovado sentido de propósito al
ver el acero de color rojo brillante. Dondequiera que iba, el corazón de la batalla
continuaba.
En su Jacket, Rita era invencible. Su compañero, su servidor, podría haber
tenido un talón de Aquiles o dos, pero yo era más que un reto para cualquier
Mimic. El enemigo de la humanidad había conocido a sus verdugos. Era hora de
mostrarle a los Mimics cuan profundo en el infierno habían caído.
Recogiendo baterías y munición de los muertos, pateábamos y
pisoteábamos como un bailarín de jazz con la muerte en el campo de batalla. Si
un edificio se metía en nuestro camino, hacíamos un nuevo camino con nuestras
hachas de batalla. Explotamos un depósito de combustible para destruir toda una
turba de Mimics. Arrancamos parte de una antena de la torre de la base y lo
usamos como una barricada. La Full Metal Bitch y el escudero a su lado eran la
muerte encarnada en acero.
Nos encontramos con un hombre escondido detrás de la carrocería
quemada de un vehículo blindado. Un Mimic se dirigía hacia él, y sabía que sin
decírmelo me tocaba cuidar éste. Golpee, y el Mimic cayó. Rápidamente, me
puse entre el cadáver del Mimic y el hombre para protegerlo de la arena
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
conductiva que se derrama de su cadáver. Sin un Jacket para filtrar los Nanobots,
la arena era mortal.
Rita aseguró un perímetro alrededor del hombre herido. El humo de los
coches reducía la visibilidad a casi nada. A diez metros de distancia, a eso de las
seis en punto, había una torre de acero que había caído de lado. Más allá de eso,
nuestro HUD era un hervidero de puntos blancos de luz. Si nos quedamos aquí
seríamos rodeados por Mimics.
La pierna del hombre quedó atrapada bajo el vehículo volcado. Era
musculoso, y una cámara de película antigua colgaba de su cuello que era mucho
más grueso que el mío. Era Murdoch, el periodista que había estado tomando
fotos al lado de Rita durante el EF.
Rita se arrodilló y examinó su pierna. -Pensé que intentarías mantenerte al
margen de la batalla.
-Era una buena toma, Sargento Mayor. Un Pulitzer asegurado, si me las
arreglaba para tomarla. No contaba con la explosión, sin embargo.- El hollín y la
suciedad manchaban las comisuras de la boca.
-No sé si esa es buena o mala suerte.
-Si encuentro a una diosa en el infierno debe significar que todavía tengo
algo suerte.- Dijo.
-Este blindaje se clavó profundamente en tu pierna. Va a tomar mucho
tiempo para sacarte.
-¿Cuáles son mis opciones?
-Puedes quedarte aquí tomando fotografías hasta que los Mimics te
aplasten y maten, o puedo cortarte la pierna y llevarte a la enfermería. Elige.
-¡Rita, espera!
-Tienes un minuto para pensarlo. Los Mimics están llegando.- Ella levantó
su hacha, no estaba interesada en otorgarle los sesenta segundos completos.
Murdoch respiró hondo. -¿Puedo preguntarte algo?
-¿Qué?
-Si sobrevivo... ¿vas a dejarme tomar una foto tuya adecuada? ¿Sin que
saques la lengua y sin que levantes el dedo?
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Las tropas japonesas y estadounidenses se reunieron poco más de dos
horas después del ataque habría comenzado. En el tiempo que había tomado al
sol salir desde el cielo del este y brillar directamente desde arriba, los soldados en
el terreno habían improvisado algo que realmente se podría llamar un frente. Era
una batalla fea, pero no era una derrota. Había varios hombres que seguían vivos,
seguían moviéndose, seguían luchando. Rita y yo corrimos a través de los restos
de la base.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 5
El frente estaba por el centro de la base Flower Line, cortando un
semicírculo abultado que daba a la costa. Las Fuerzas Especiales de Estados
Unidos estaban ancladas el centro del arco irregular donde los ataques enemigos
eran más feroces. Los soldados apilaban sacos de arena, se escondieron entre los
escombros, y bañaban al enemigo con balas, cohetes y con lenguaje duro cuando
podían.
Si dibujas una línea imaginaria de los soldados estadounidenses en la isla
Kotoiushi, el campo de entrenamiento no.3 sería justo el centro. Ahí es donde
los Imita habían llegado a tierra. Generalmente, los Mimics se comportaban con
la inteligencia de un equipo de jardinería. Los ataques sorpresa no estaban en su
repertorio militar. Y puedes estar seguro de que su punto débil, el servidor con la
última palabra, estaba fuertemente defendido, rodeado por un muro de la fuerza
Mimic. Los misiles que cavaban y hacían añicos la corteza, las bombas de racimo
se fragmentaban en mil bombas pequeñas, bombas de combustible-aire
incineraban todo lo que estuviera cerca de ellos. Todas las herramientas de
destrucción hechas con la tecnología de la humanidad eran inútiles por su cuenta.
Derrotar a los Mimics era como desactivar una bomba; había que desarmar cada
pieza en el orden correcto o tu cara saldría volando.
El Jacket de Rita y el mío eran una pareja perfecta, sangre y arena. Un
hacha cubría la espalda del otro. Esquivamos jabalinas, hacíamos rodajas a los
Mimics, creábamos agujeros en el concreto con los picos de carburo de
tungsteno. Todo para buscar al Mimic cuya muerte podría terminar esto.
Conocía la rutina bastante bien: destruir la antena y las copias de
seguridad para evitar que los Mimics envíen una señal al pasado. Pensé que había
conseguido hacerlo bien en mi bucle 159vo, y que no era probable que Rita
hubiera jodido las cosas. Pero de alguna manera todo había reiniciado de nuevo.
Conocer a Rita un poco más íntimamente en este bucle 160a había estado bien,
pero a cambio la Line Flower había sido golpeada. Habría fuertes bajas de
personal no combatientes y una gran cantidad de muertos cuando el polvo
finalmente se hubiera asentado.
Me di cuenta de que Rita tenía una idea. Había pasado por más bucles de
lo que yo había hecho, así que tal vez ella vio algo que yo no. Pensé que me
había convertido en un veterano, pero junto a ella era todavía un novato recién
salido del entrenamiento.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Estábamos de pie en el Campo de Entrenamiento No. 3 con una barricada
de púas volcada de lado, la cerca de alambre fue pisoteada por otros tres. Los
Mimics se amontonaban en la zona, hombro con hombro, como si tuvieran
hombros. Incapaz de soportar el peso enorme de los Mimics, el hormigón se
había doblado y agrietado. El sol había comenzado a hundirse más en el cielo,
proyectando sombras complejas en el terreno irregular. El viento era tan fuerte
como lo había sido el día anterior, pero el filtro del Jacket eliminaba todo rastro
de olor del océano.
Entonces ahí estaba, el Mimic servidor. Rita y yo lo vimos al mismo
tiempo. No sé cómo sabíamos que era él, pero lo sabíamos.
-No puedo contactarme con mi equipo de apoyo. No vamos a tener ningún
apoyo aéreo.
-No es nada nuevo para mí.
-¿Recuerdas que hacer?
Asentí con la cabeza desde el interior de mi Jacket. -Hagamos esto.
El campo estaba lleno con diez mil metros cuadrados de Mimics a la
espera de nuestras hachas para enviarlos al olvido de la muerte. Avanzamos a su
encuentro.
Cuatro patas cortas y una cola. No importa cuántas veces veía un Mimic,
nunca sería capaz de pensar en otra cosa más que en una rana muerta e hinchada.
Con solo verlos, no había forma de diferenciar al servidor de sus clientes, pero
Rita y yo conocíamos la diferencia.
Comían la tierra y cagaban veneno, dejando tras de sí un desierto sin vida.
La inteligencia alienígena que los había creado había dominado los viajes
espaciales y habían aprendido a enviar información a través del tiempo. Ahora
estaban tomando nuestro mundo y convirtiéndolo en un facsímil30 del suyo, cada
árbol, flor, insecto, animal y humano sería condenado.
Esta vez tenía que destruir el servidor. No más errores. Si no lo hacíamos,
esta batalla nunca podría terminar. Puse toda la inercia que me atreví detrás de mi
hacha, un golpe limpio a la antena.
-¡Lo tengo!
30
Copia o reproducción de algo antiguo. Generalmente textos, manuscritos, códices, etc.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
El ataque llegó por detrás. Mi cuerpo reaccionó antes de que tuviera
tiempo para pensar. En el campo de batalla, le dejaba a mi inconsciente la tarea
de dirigir mi cuerpo. Los cálculos fríos e imparciales de mi sistema operativo
subliminal eran mucho más precisos de lo que yo podía hacer.
El hormigón a mis pies se dividido en dos, disparando polvo gris en el aire
como si la tierra hubiera explotado. Mi pierna derecha giró para mantener el
equilibrio. Todavía no podía ver que me estaba atacando. No había tiempo para
hacer balancear mi enorme hacha de batalla en juego.
Mis brazos y piernas se movían al ritmo en que cambiaba mi centro de
gravedad. Estremecimientos recorrían mis nervios, tratando de proporcionar la
respuesta evasiva necesaria a tiempo. Si mi espina dorsal hubiera sido cableada
con el blindaje en mi espalda, habría sido como una tormenta.
Empujé con la culata de mi hacha. Si se hacía bien, sería un golpe similar
al de un martinete. Con la posible excepción del blindaje frontal de un tanque, no
había muchas cosas que pudieran soportar un golpe recto con 370 kilogramos de
fuerza perforadora.
El golpe rebotó. ¡Mierda!
Una sombra se movía en el borde de mi visión. No había tiempo para
apartarse del camino. Sostuve en el aliento que había tomado antes de golpear
con el hacha. El golpe iba a venir. Allí. Por un instante mi cuerpo se levantó del
suelo, entonces yo estaba rodando, mi visión se alternaba entre el cielo y la tierra,
el cielo y la tierra. Deje de rodar y me puse de pie en un solo movimiento, fluido.
Mi hacha estaba lista.
Allí, con una pierna todavía levantada en el aire, había un bronceado
Jacket rojo. ¡Rita!
Tal vez ella me había lanzado fuera del camino de un ataque que no había
visto venir, o tal vez me había metido en su camino. Pero sin duda había sido ella
quien me envió a toda velocidad por el suelo.
“¿Qué demonios. . .?”
El Jacket se agachó y se lanzó. La hoja del hacha tenía el filo de una
navaja brillante. Yo entregué mi cuerpo a la batalla. Ciento cincuenta y nueve
bucles lo habían entrenado para que se moviera con facilidad, y lo hizo. El primer
golpe vino desde el lado, falló por un pelo. Desvié el segundo con una feroz
media vuelta del mango de mi hacha. Antes de que una tercera oscilación pudiera
venir, salté fuera del peligro y puse un poco de distancia entre nosotros.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Me quedé sin aliento y la realidad de la situación me hundía.
-¿Qué carajo estás haciendo?
Rita caminó lentamente hacia mí, con su hacha de batalla balanceándose
bajo, casi rozando el suelo. Se detuvo, y su voz resonó en el enlace de
comunicaciones. Con su alta y delicada voz, tan fuera de lugar en el campo de
batalla:
-¿Qué te parece que estoy haciendo?
-¡Parece que estás tratando de matarme mierda!
-Los humanos perciben las transmisiones Mimic como sueños. Nuestros
cerebros son las antenas que reciben esas transmisiones. Pero no solamente de un
lado. Nuestros cerebros se adaptan, nos convertimos en las antenas. Ni siquiera
estoy en el bucle más, pero todavía estoy conectada; Todavía puedo sentir al
servidor Mimic porque yo misma soy una antena. Las migrañas son un efecto
secundario. Las has tenido, ¿no es así?
-¿De qué estás hablando?
-Es por eso que el bucle se repitió la última vez, a pesar de que destruiste
las copias de seguridad. Tú no destruiste una antena, que era yo.
-Rita, no lo entiendo.
-Funciona en ambos sentidos. Si te conviertes en una antena, los Mimics
todavía serán capaces de crear el bucle. Soy una antena. Estás atrapado en un
bucle. Me matas, el bucle no se propaga. Si te mato, será en verdad. Para
siempre. Sólo uno de nosotros puede escapar.
Nada de eso tenía sentido. Había sido un nuevo recluta atrapado en un
bucle de tiempo que no entendía. Había rezado para ser tan fuerte como la
Valquiria que vi caminando en el campo de batalla. Me había convertido a mí
mismo en un cadáver innumerables veces tratando de seguir sus pasos, y después
de 160 intentos, finalmente había ganado el derecho a estar a su lado. Habíamos
luchado, reído, almorzado y hablamos de mierda juntos. Me arrastré por el
infierno para estar cerca de ella, y ahora el mundo iba a separarnos. No podía
pensar en algo más jodido que eso. El mismo bucle que me había convertido en
un guerrero iba a matarme.
-Si la humanidad va a ganar, necesitaremos a alguien que pueda romper el
bucle.- La voz de Rita era fría y uniforme.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Espera, tiene que haber-Ahora sabremos si ese alguien es Rita Vrataski o Keiji Kiriya.- Rita se
lanzó.
Tiré mi rifle; necesitaba tiempo para apuntar y apretar el gatillo, y no lo
tenía contra la Full Metal Bitch. Agarré mi hacha de batalla con ambas manos.
Nuestra lucha se desarrolló por toda la base. Nos mudamos desde el
campo de entrenamiento No. 3 hacía el campo que habíamos usado para EF,
pisoteando los restos de la carpa que el general había utilizado para resguardarse
del sol abrasador de mediodía. Pasamos por los restos humeantes de los cuarteles
de la compañía 17ª y cruzamos hachas delante del hangar. Nuestras hojas se
deslizaban entre nosotros. Me agaché para evitar el golpe y seguí corriendo.
Los otros soldados se detuvieron y miraban por donde pasábamos. Sus
cascos escondían sus expresiones, pero no su estado de shock. ¿Y por qué no?
Yo tampoco podía creer lo que estaba sucediendo. Mi mente estaba en la
negación, pero mi cuerpo seguía funcionando, ajeno, como la máquina bien
engrasada en que se había convertido. Con movimientos afinados a la perfección,
presionándose al ataque.
Cuando nos acercamos a la línea de las tropas estadounidenses, una luz
verde en mi HUD parpadeó, una comunicación entrante para Rita. El enlace entre
nuestros Jackets retransmitió la transmisión a mí.
-Jefe Criador a Perro de la Calamidad.- Era la voz de un hombre. Rita
desaceleró de manera casi imperceptible. Aproveché la oportunidad para ampliar
el espacio entre nosotros. La voz continuó -La operación para suprimir a
enemigos cercanos ha tenido éxito. Pareces un poco ocupada, ¿necesitas una
mano?
-Negativo.
-¿Alguna orden?
-Mantener los japoneses fuera de esto. No voy a ser responsable de lo que
suceda si se meten en mi camino.
-Entendido. Buena caza. Jefe Criador fuera.
El canal se cerró, y le grité a Rita.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¿Es todo lo que tienes que decir? ¿Hola? ¿¡Qué carajo!?- No hubo
respuesta. El Jacket rojo de Rita se acercó a mí. No tenía más tiempo para hablar.
Estaba demasiado ocupado luchando por mi vida.
No sé si Rita estaba realmente tratando de matarme o sólo me estaba
probando. Yo era una precisa máquina combate que no procesa ciclos de
información sobrante superflua. Rita y cualquier cosa más complicada que
correr/desviar/esquivar tendría que esperar. Sean cuales sean sus intenciones, sus
ataques eran realmente mortales.
La puerta principal de la base estaba a mi derecha. Estábamos en el
camino que había tomado tantas veces para colarme en el lado estadounidense de
la base para robar una de las hachas de Rita. La línea de las Fuerzas Especiales
de Estados Unidos estaba extendida justo en el lugar donde los dos centinelas
fornidos habían estado parados.
Rita balanceó su arma sin tener en cuenta a quién o qué podría golpear. No
veía ninguna razón para arrastrar a nadie más en esto, así que empecé a alejarnos
de la línea. La cafetería No.2 estaba a unos cien metros más adelante. Las
jabalinas habían mellado la estructura, pero a pesar de todo, todavía estaba de
pie. Estaba a una buena distancia de la línea, podía hacerlo. Un instante después
había cubierto los cien metros y estaba haciendo camino al interior a través de la
puerta por el lado opuesto del edificio.
Había un tenue crepúsculo dentro, apenas había luz suficiente para ver.
Tablas tiradas por un lado, apiladas en una barricada improvisada en frente de la
entrada opuesto a la puerta que atravesé. Alimentos y botellas de salsa de soja
medio vacías yacían esparcidos por el suelo de cemento. No había rastro de
nadie, vivo o muerto, en toda la habitación.
Aquí fue donde me pasé incontables almuerzos observando a Rita comer.
Cuando me enfrenté que al simio de la 4ª compañía y jugué a la gallina culinaria
con Rita y un bote de umeboshi. ¿Qué mejor lugar para Rita y yo para decidir
nuestras vidas en un duelo a muerte?
Una luz anaranjada brillaba a través de un agujero en la pared oeste.
Cuando miré el cronómetro al lado de mi pantalla casi no podía creer que habían
pasado horas desde que la batalla comenzó. Ya estaba anocheciendo. No es
extraño que sintiera como si mi Jacket hubiera sido forrado con plomo. No tenía
el músculo para esto. Mis baterías se habían agotado y los sistemas estaban a
punto de apagarse. Nunca había estado en una batalla que durara la mitad de esta.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
El Jacket rojo de Rita se deslizó en la cafetería. He bloqueado un ataque
horizontal con mi hacha; el marco de mi Jacket crujió. Si hubiera dejado de
avanzar, el par de los actuadores habría desgarrado mi Jacket de adentro hacia
afuera. El miedo a lo que Rita era capaz de hacer se apoderó de mí de nuevo. Rita
Vrataski era un prodigio en la batalla, y ella había aprendido a leer todos mis
bloqueos y fintas.
Cada movimiento en batalla ocurría a un nivel subconsciente. Esto hace
que sea doblemente difícil de compensar cuando alguien aprende a leer esos
movimientos. Rita estaba a la mitad de un paso por delante de mí, lista para dar
un golpe mortal al lugar donde yo estaría antes de que yo llegara.
Se dio en el blanco. Instintivamente me metí en el arco de su hacha,
evitando por poco todo el peso del golpe. La placa de mi hombro izquierdo salió
volando. Una luz roja de advertencia se encendió en mi pantalla.
Rita pateó, y no había manera de evitarlo. Navegué por la habitación.
Saltaron chispas de mi Jacket al rayar a lo largo del piso de concreto
desquebrajado. Giré una vez me estrellé en el mostrador. Una lluvia de palillos
cayó sobre mi cabeza.
Rita ya se estaba moviendo. No hay tiempo para descansar. Cabeza,
revisada. Cuello, comprobado. Torso, hombro derecho, brazo derecho unido,
todo estaba bien excepto mi hombro izquierdo que estaba desprotegido. Todavía
podía luchar. Había soltado mi hacha. Enterré mis guantes en el borde del
mostrador, lo arroje hacía arriba. Rita golpeó, haciendo añicos el mostrador y
levantó un rocío de madera y metal.
Estaba en la cocina. Donde antes se extendía un fregadero de acero
inoxidable y una estufa de gas con potencia industrial. Sartenes y ollas lo
suficientemente grandes como para hervir cerdos enteros estaban colgados a lo
largo de una pared. Los montones de cubiertos de plástico llegaban a la techo.
Hileras de bandejas todavía con desayunos sin comer, ahora estaban fríos.
Retrocedí, tirando los platos al suelo en una avalancha de alimentos y de
moldes de plástico. Rita seguía acercándose. Le arrojé una olla en su y marqué un
impacto directo. Sonaba como un gong, ya que rebotó en el casco de su Jacket
color rojo cereza. Al parecer no era suficiente para disuadirla. Tal vez debí haber
probado con el fregadero de la cocina en su lugar. Con un movimiento de su
hacha, Rita destruyó la mitad del mostrador y un pilar de hormigón reforzado con
acero.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Retrocedí más, estaba contra la pared. Me arroje al suelo cuando un golpe
horizontal se aproximó hacia mí. El rostro del fisicoculturista, sin dejar de sonreír
tontamente sobre la cocina tomó el golpe en mi lugar. Esquivé las piernas de
Rita. Me arrojó fuera del camino. Dejé que el impulso me llevara de vuelta a las
ruinas del mostrador de la cafetería. Mi hacha estaba donde la había dejado.
Recoger un arma que ya habías tirado sólo podía significar una cosa: que
estabas listo para luchar; nadie agarraba un arma que no va a utilizar. Estaba
claro que no podía seguir corriendo por siempre. Si Rita realmente quería
matarme, y estaba empezando a pensar que sólo podría, no huiría. Defenderme
de un ataque tras otro había dejado mi Jacket agotado. Era el momento de aclarar
mi mente.
Había una cosa que no podía olvidar. Algo que me había prometido a mí
mismo hace mucho tiempo, cuando decidí luchar para salir de este bucle. Oculto
bajo el guante de la mano izquierda estaba el número 160. Antes, cuando la cifra
era sólo 5, había tomado la decisión de tomar todo lo que pudiera para aprender
al día siguiente. Nunca había compartido el secreto de esos números con nadie.
Ni con Rita, ni con Yonabaru, ni siquiera con Ferrell con quien había entrenado
con tantas veces. Sólo yo sabía lo que significaba.
Ese número era mi mejor amigo, y mientras estuviera allí tenía miedo a
morir. No importaba si Rita me mataba. Nunca habría llegado tan lejos sin ella de
todos modos. ¿Qué podría ser más apropiado que redimir a mi salvador con mi
propia muerte?
Pero si me daba por vencido ahora, todo se habría perdido. Las tripas que
había derramado en el cráter de esa isla. La sangre con la que me ahogue. El
brazo que había dejado en el suelo. Todo el maldito bucle. Terminaría
desvaneciéndose como el humo del cañón de una pistola. Las 159 batallas que no
existían en ningún otro lugar más que en mi cabeza pero en mi cabeza se habrían
ido para siempre, en vano.
Dar todo lo que tenía y perder era una cosa. Pero no iba a morir sin luchar.
Rita y yo probablemente estábamos pensando lo mismo. Comprendí lo que
estaba pasando. Demonios, ella y yo éramos las únicos dos personas en todo el
maldito mundo que podían entenderlo. Me arrastré por cada centímetro de la isla
Kotoiushi tratando de encontrar una manera de sobrevivir, al igual que Rita había
hecho en algún campo de batalla en Estados Unidos.
Si yo vivía, ella moriría, y nunca iba a encontrar a alguien como ella
nunca más. Si ella vivía, yo tendría que morir. No importa de cuántas maneras
diferentes lo pensara mi cabeza, no parecía haber otra salida. Uno de nosotros
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
tenía que morir, y Rita no quería hablar de ello. Ella iba a dejar que nuestra
habilidad decidiera. Ella había decidido hablar con el acero, y tenía que darle una
respuesta.
Levanté mi hacha.
Corrí hacia el centro de la cafetería y comprobé su peso. Me encontraba de
pie casi exactamente donde Rita y yo competimos con el umeboshi. ¿No es
divertida la vida? Fue hace sólo un día, pero se sentía como toda una vida. Rita
me había vencido en eso, también. Creo que era justo decir que ella tenía un don
para la competencia.
El Jacket carmesí de Rita avanzó un paso a la vez, midiéndome. Se detuvo
justo fuera del rango de mi hacha, su reluciente arma fue agarrada con fuerza en
su mano. Los sonidos del combate irrumpieron en la tranquilidad de la cafetería.
Las explosiones iban al ritmo de tambores lejanos. Casquillos desgarrando el
cielo eran las notas altas de flautas. Rifles automáticos jugaban con el staccato31
de percusión. Rita y yo tocábamos juntos tambores estridentes de carburo de
tungsteno.
No había espectadores animando en las desmoronadas ruinas de la
cafetería. El montón de mesas y sillas volcadas eran nuestros únicos
espectadores, silenciosos observadores de la danza mortal de nuestros Jackets de
color carmesí y arena. Nos movíamos en una espiral, como Rita siempre lo hacía,
trazando un patrón en el suelo de cemento. Estábamos bailando un ballet de
guerra, envueltos en el pináculo de la tecnología de la humanidad, nuestras armas
rudimentarias cantaban una canción fúnebre de mil años de antigüedad.
La hoja de mi hacha se dobló y mallugó. Mi Jacket estaba cubierto de
cicatrices, la batería estaba casi agotada. Mis músculos se movían por pura fuerza
de voluntad.
Una tremenda explosión sacudió la cafetería. Saltamos con el sonido.
Sabía que su siguiente ataque sería un golpe mortal. No podría evitarlo.
No había tiempo para pensar, pensar era para el entrenamiento. La batalla
necesitaba acción. La experiencia grabada en mi cuerpo a través de 159 batallas
guiaría mis movimientos.
Rita agarró su hacha de nuevo para atacar. Mi hacha respondería desde
abajo. Las dos gigantes hojas gigantes golpearon, triturando placas de armadura.
31
Símbolo musical que señala cuando una nota tiene que durar menos tiempo que su valor original.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Sólo había una diferencia real entre Rita y yo. Rita había aprendido a
luchar contra los Imita sola. Yo había aprendido a luchar contra los Imita
observando a Rita. Justo en el momento en que ella golpee, el siguiente paso que
tomaría... mi sistema operativo lo había grabado todo. Yo sabía lo que iba a hacer
en su próximo movimiento. Es por eso que el golpe de Rita sólo me rozó, y mi
swing desgarró su Jacket.
Un agujero se abrió en la armadura carmesí de Rita.
-¡Rita!
Su batalla hacha temblaba en sus manos. El Jacket de Rita estaba haciendo
su mejor esfuerzo para filtrar los comandos no deseados provocados por las
convulsiones en sus músculos. El mango del hacha de carburo de tungsteno cayó
ruidosamente de sus guanteletes. Sangre, aceite, y algunos fluidos no
identificables salían del agujero en su armadura. La escena era inquietantemente
familiar para mí, y tuve un renovado sentimiento de terror. Ella extendió su brazo
y buscó a tientas la conexión en la placa de mi hombro. Una comunicación de
contacto. La voz de Rita sonaba claramente en mi casco
-Tú ganaste, Keiji Kiriya.- El Jacket carmesí se inclinó difícilmente contra
mí. La voz de Rita estaba seca y fundida el con dolor.
-Rita, ¿por qué?
-Lo supe desde hace mucho tiempo. Incluso desde que recibí por primera
vez la señal Mimic. Que la batalla siempre terminaría.
-¿Qué? Yo no-Tú eres el que saldrá de este bucle.- Rita tosió, el sonido de un golpe
mecánico atravesó la comunicación.
Finalmente lo entendí. Cuando conocí a Rita ayer, ella había decidido que
iba a morir. No lo reconocí hasta este momento. Pensé que había tropezado
accidentalmente con algún tipo de bandera. Debería haber tratado de buscar una
manera de salvarla, pero dejé que el día se deslizara entre mis dedos.
-Lo siento, Rita. No-no lo sabía.
-No te disculpes. Has ganado.
-¿Ganado? ¿No podemos... no podemos sólo seguir repitiendo esto? Puede
que nunca dejemos el bucle, pero estaremos juntos. Para siempre. Podemos estar
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
juntos más de una vida. Cada día será una batalla, pero podemos manejar la
batalla. Si tengo que matar a mil Mimics o un millón, lo haré. Lo haremos juntos.
-Todas las mañanas se despertará una Rita Vrataski que no sabe que
existes.
-No me importa.
Rita sacudió la cabeza. -No tienes elección. Tienes que romper el circuito
antes de que lo que me pasó a mí te pase a ti. Acaba con esta maldita cosa
mientras puedas.
-No puedo sacrificarte para hacerlo.
-El Keiji Kiriya que conozco no sacrificaría la raza humana para sí mismo.
-Rita…
-No hay mucho tiempo. Si hay algo que quieras decir, dilo de una vez.- El
Jacket carmesí se desplomó.
-Me quedaré contigo hasta que te mueras. T-Te amo.
-Bien. No quiero morir sola.
Su rostro estaba oculto debajo de su casco, y yo estaba agradecido. Si
hubiera sido capaz de ver sus lágrimas, nunca podría haber terminado con el
bucle y haberla dejado para siempre. La luz del sol poniente, rojo y bajo en el
cielo occidental, bailaba a través del Jacket carmesí de Rita, envolviéndola en un
resplandor rubí brillante.
-Fue una larga pelea, Keiji. Ya es la puesta de sol.
-Es hermoso.
-Bastardo sentimental.- Había una sonrisa en su voz. -Yo odio los cielos
rojos.
Fue lo último que dijo jamás.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Parte 6
El cielo era brillante.
Rita Vrataski estaba muerta. Después de que maté al servidor Mimic y
acabe con los rezagados, me tiraron al calabozo. Dijeron que era por negligencia
en el cumplimiento del deber. Por imprudentemente ignorar las órdenes de un
oficial superior y haber puesto a mis compañeros soldados en peligro. No
importaba que no hubiera habido oficiales superiores para dar algunas malditas
órdenes. Estaban luchando para encontrar a alguien a quien culpar por la muerte
de Rita, y no podía culparlos por querer un chivo expiatorio.
La corte marcial tomó lugar tres días después de que me encerraron; fui
absuelto de los cargos. Al final, decidieron darme una medalla en su lugar.
Un general, el que había ordenado el EF, me dio una palmadita en la
espalda y me dijo que había hecho un buen trabajo. Él casi giro los ojos cuando
lo dijo. Quería decirle que se metiera la medalla por el culo, pero me contuve. La
muerte de Rita era mi responsabilidad. No tenía sentido desquitarme con él.
La medalla fue la Orden de la Valkiria, otorgada a los soldados que
mataran a más de cien Mimics en una sola batalla. Un premio creado
originalmente para un soldado muy especial. La única manera de recibir un honor
aun mayor era morir en batalla, como Rita lo había hecho.
Realmente había matado a muchos de esos hijos de puta. Más que todos
los que había matado Rita combinados en una sola batalla. No recuerdo mucho
de lo que sucedió después de que destruí al servidor, pero al parecer me encontré
con una batería de repuesto para mi traje y procedí a tomar por mi cuenta cerca
de la mitad de todos los Mimics que habían atacado a Flower Line.
La reconstrucción de la base tomaría bastante esfuerzo. La mitad de los
edificios en la base habían quemados hasta los cimientos, y solo mover los
escombros ya era una tarea monumental por sí mismo. El cuartel de la 17ª
Compañía se había ido, y la novela de misterio que nunca había tenido tiempo de
terminar ahora no era nada más que cenizas.
Estuve dando vueltas sin rumbo como una persona apresurada de un lado
a otro a través de la base.
-¿Luchar como maldito maniático? ¿Eso es lo que los héroes
condecorados hacen?
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
La voz me resultaba familiar. Me voltee justo a tiempo para ver un puño
volar directamente hacia mí. Mi pierna izquierda se reposicionó. No tuve tiempo
para pensar. Todo lo que podía hacer era decidir si presionar o no el interruptor
de contraataque en mi cabeza. Si me encendía el interruptor, los reflejos
marcados en mí a través de 160 bucles arrancarían, convirtiendo mi cuerpo en
una especie de robot.
Podría alternar mi peso a la pierna izquierda, desviar el golpe con el
hombro, y agarrar el codo de mi atacante al momento de dar un paso adelante con
mi pie derecho y enterrar mi codo en su costado. Eso lo resolvería con el primer
golpe. Reproduje la simulación en mi cabeza y me di cuenta de que estaría
destrozando las costillas de mi agresor antes de saber quién era. Opté por sólo
tomar el golpe. Lo peor que podría conseguir sería un ojo negro.
Me dolió más de lo que me pensaba. La fuerza del golpe me tiró hacia
atrás, y yo aterricé fuertemente contra mi trasero. Al menos nada estaba roto,
todo según lo planeado. Era bueno saber que podía tener una carrera siendo un
saco de boxeo por delante si es que el ejército no funcionaba.
-No sé si eres un prodigio, pero seguro que estás muy lleno de mierda de ti
mismo.
-Déjalo en paz.
Yonabaru estaba a mi lado. Parecía que quería seguir lanzando golpes,
pero una mujer con una camisa llana de soldado había interrumpido para
detenerlo. Su brazo izquierdo enyesado. La tela blanca hacía contraste con su
camisa caqui. Ella debía ser la novia de Yonabaru. Me alegré de que ambos
hubieran sobrevivido.
Había una luz en los ojos aquella mujer como en ninguna que hubiera
visto antes visto antes, como si estuviera viendo a una leona sin cadenas. Era una
mirada reservada para algo más que un humano.
-Estar paseando por aquí como si nada hubiera pasado... simplemente me
enferma verte.
-Dije, déjalo en paz.
-Al carajo con él.
Antes de que pudiera ponerme de pie, Yonabaru se había quitado de
encima. Me levanté lentamente y me quité el polvo de encima. Mi mandíbula no
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
dolía tanto. No era nada en comparación con el vacío Rita había dejado dentro de
mí.
-Fue un buen golpe.- Alguien dijo detrás de mí. Era Ferrell. Él se veía
igual que siempre, tal vez con otra arruga o dos en la frente para mostrar en la
lucha.
-¿Lo viste?
-Lo siento, no tuve tiempo para detenerlo.
-Está bien.
-Trata de no tenerle rencor. Perdió muchos amigos ese día. Sólo necesita
un poco de tiempo para procesarlo.
-Vi a Nijou- lo que quedaba de él.
-Nuestro pelotón perdió diecisiete hombres. Están diciendo que son tres
mil víctimas en total, pero no hay un número oficial todavía. ¿Te acuerdas de que
la hermosa jovencita que dirigía la cafetería No.2? Tampoco lo logró.
-Oh.
-No es tu culpa, pero poco importa en este momento. Ya sabes, le diste
una buena patada a la amiga de Yonabaru. Entre otros.
-¿Otros?
-Otros.
Agregando la lista de Ferrell de las personas a las que había pasado por
encima durante la batalla. Quién que más había hecho. No podía recordar ni una
maldita cosa, pero estaba claro que había sido una especie de maníaco homicida
en el campo de batalla. Tal vez yo era el que había puesto el brazo de la novia de
Yonabaru de esa forma. No es de extrañar que estuviera tan enojado. Una patada
de un Jacket sería más que suficiente para hacerlo. Diablos, podrías licuar los
órganos internos con facilidad.
Esperaba Yonabaru recordara ese miedo. Le ayudaría para mantenerse
vivo en la próxima batalla. Puede que el ya no piense más en mi como un amigo,
pero él seguía siendo un amigo para mí.
-Lo siento.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-Olvídalo.- Ferrell definitivamente no estaba enojado. En todo caso,
parecía agradecido. -¿Quién te enseñó a pilotar un Jacket de esa manera?
-Tú lo hiciste, sargento.
-Lo digo en serio, hijo. Hablar de entrenamiento es una cosa, pero no hay
un soldado en todo el cuerpo de Japón que te pueda enseñar a luchar de esa
manera.
El sargento Bartolomé Ferrell tenía más batallas detrás de sí que casi nadie
en la UDF. Él sabía lo que era un guerrero. Él entendía que si no lo hubiera
pateado fuera del camino, estaría muerto. Él sabía que el novato de pie delante de
él era mejor guerrero de lo que jamás podría aspirar a ser. Y sabía que en la
batalla, el único rango que importaba era que tan bueno eras.
El sargento Ferrell fue el responsable de los cimientos sobre los cuales
había construido mis habilidades en. Pero no podía empezar a explicárselo, así
que no lo intenté.
-Ah, casi lo olvido. Una pequeña mujer como un ratón del cuerpo de E.U.
ha estado preguntado por ti.
Shasta Raylle. Una Shasta Raylle que sólo había conocido brevemente en
el Sky Lounge. Casi no habíamos hablado en absoluto. La Shasta que me había
prestado un hacha de batalla era un invento del bucle actual.
-¿Dónde están los cuarteles temporales de la 17ª? Y ¿qué pasó con el
hangar? Me gustaría revisar mi Jacket.
-Apenas sales del calabozo y quieres revisar tu Jacket? Eres único.
-No soy nada especial.
-El escuadrón de E.U. tomó tu Jacket. Ahora que lo pienso, esa ratoncita
fue la que lo tomó.
-¿Qué quieren con mi Jacket?
-El General tiene planes. No te sorprendas si terminas en las Fuerzas
Especiales de Estados Unidos.
-¿En serio?
-Necesitan a alguien que tomar el lugar de la Valquiria. Estoy seguro de
que encajaras perfectamente.- Ferrell me dio una palmada en el hombro y nos
separamos.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Me dirigí a la parte estadounidense de la base para encontrar a Shasta y mi
Jacket. Los cuarteles y caminos estaban tan quemados que era difícil decir dónde
terminaba la parte japonesa y donde comenzaba la parte estadounidense. Incluso
los centinelas y todos sus músculos se habían ido.
Encontré mi Jacket en el taller de Shasta. Shasta estaba allí también.
32
Alguien había arañado las palabras "Killer Cage " en el peto. "Cage" así era
como los americanos pronunciaban mi nombre. Supongo que ahora tenía mi
propio título. No tomó mucho tiempo. Era un buen nombre para el cerdo que
ganó medallas por matar a sus amigos. Me gustaría agradecerle al sujeto que lo
pensó. Qué mundo tan jodido.
Shasta me vio mirando la inscripción. -Lo vigilé tan de cerca como pude,
pero lo hicieron de todos modos. Lo siento.- Tuve la sensación de que le había
dicho algo similar a Rita en el pasado.
-No te preocupes. ¿Me dijeron que me estabas buscando?
-Quería darle la llave para el Sky Lounge.
-¿La llave?
-Así me lo pidió Rita. Nadie ha entrado desde que te fuiste. No fue fácil
mantener fuera a las personas durante tres días enteros, pero puedo ser muy
ingeniosa.- Shasta me entregó una tarjeta de acceso. -Simplemente ignora las
cosas de la entrada.
-Gracias.
-Me alegro de poder ayudar.
-¿Puedo preguntarte algo?
-¿Qué cosa?
-¿Tu sabes-tu sabes por qué Rita pintó su Jacket de rojo? Difícilmente era
su color favorito. Pensé que podrías saberlo.
-Ella dijo que quería destacar. No estoy segura de por qué alguien querría
destacar en el campo de batalla. Sólo te hace un objetivo más fácil.
-Gracias. Eso tiene sentido.
32
“Jaula de Muerte”
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
-¿Supongo que querrás cuernos en el tuyo?- Debo haber fruncido el ceño
porque ella de inmediato agregó: -¡Lo siento! Sólo estaba bromeando.
-Está bien. Tengo que aprender a cuidar esa mirada. Gracias de nuevo por
la llave. Voy a revisar el Sky Lounge.
-Antes de que te vayas...
-¿Sí?
-No es de mi incumbencia, pero me preguntaba...
-¿Qué cosa?- Le pregunté.
-¿Eras un viejo amigo de Rita?- Apreté mis labios en una sonrisa irónica. Lo siento, no debí haber preguntado.
-No, está bien. En realidad, nosotros...
-¿Sí?
-Nos acabábamos de conocer.
-Por supuesto. Acabábamos de llegar a la base. Fue una tontería
preguntar.
Deje a Shasta y me dirigí al Sky Lounge. Abrí la puerta con cuidado, a
pesar de que sabía que no iba a molestar a nadie.
Había una cinta amarilla con la palabra "BIOHAZARD"33 impresa a
intervalos regulares atravesando la entrada. Había un extintor cerca de mis pies, y
un residuo grumoso cubría el suelo. Supuse que se trataba de Shasta siendo
ingeniosa. La base todavía estaba cubierta de arena conductiva de Mimics, y las
descontaminaciones a instalaciones no vitales como el Sky Lounge no estaban en
lo alto de la lista de prioridades. Muy lista.
Entré. El aire era rancio. El olor de Rita ya estaba desapareciendo de la
habitación. Nada se había movido de donde lo habíamos dejado. La bolsa tirada
de vinilo, el molinillo de café y la estufa portátil destacaban cuán corta había sido
su estancia aquí. Eran las únicas huellas de que ella había estado aquí. Casi todo
lo demás que poseía eran cuestiones militares. El juego de café eran los únicos
objetos personales que tenía. Por supuesto que no me había dejado una nota,
habría sido demasiado sentimental para la Full Metal Bitch.
33
Riesgo Biológico.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
La tasa sobre la mesa de cristal aún contenía el café que Rita había hecho.
Levante la taza. El café estaba oscuro y quieto. Se había enfriado a temperatura
ambiente hace días. Me temblaban las manos, enviando pequeñas ondulaciones
en la superficie de color negro azabache. Así fue como Rita se había enfrentado a
su soledad. Ahora lo entendía.
Eras sólo una pieza en el tablero, y yo era la pieza que te sustituiría. Nada
más que el falso héroe que el mundo necesitaba. Y ahora este mundo bueno-paranada me iba a empujar a través del campo de batalla lleno de manchas de sangre
y humo. Pero nunca odiaste al mundo por lo que te hizo.
Así que no dejare que el mundo pierda. Me podrían arrojar a un campo de
Mimics con nada más que un hacha de carburo de tungsteno y un Jacket a punto
de morir y pelearía por salir. Marcharé entre la más profunda sangre a través de
más masacres que todos los veteranos juntos de la UDF hubieran visto juntos, y
saldré invicto. Entrenaré hasta saber el nanosegundo preciso para apretar el
gatillo, el momento exacto para tomar cada paso. No dejaría que una jabalina
arañara siquiera la pintura de mi Jacket.
Mientras yo viva y respire, la humanidad nunca caerá. Te lo prometo.
Puede que tome una docena de años, pero voy a ganar esta guerra por ti. Incluso
si no estás aquí para verlo. Tú eras la única persona que quería proteger, y te has
ido.
Ardientes lágrimas amenazaban con salir de mis ojos mientras miraba el
cielo a través del cristal agrietado, pero no voy llorar. No por los amigos que iba
a perder en las batallas por venir. Los amigos que no sería capaz de salvar. No
voy a llorar por ti hasta que la guerra termine.
A través de la ventana deformada vi el cielo, un cielo azul que parecía
extenderse hacia el infinito. Una nube flotaba perezosamente a través. Miré hacia
la ventana, y como una esponja totalmente seca absorbiendo el agua, mi cuerpo
absorbía el infinito cielo.
Odiabas estar sola, pero mantiene su distancia de los cuarteles, dormías y
te despertabas en la soledad, porque era muy difícil hacer frente a los amigos que
sabías que iban a morir. Atrapada en una interminable y cruel pesadilla, tus
únicos pensamientos eran para ellos. No podías soportar perder a ninguno de
ellos, sin importar quién.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
El rojo era tu color, tuyo y solo tuyo. Descansará contigo. Pintare mi
Jacket de color azul cielo, el color que me dijiste que amabas cuando nos
conocimos. En un campo con un millón de soldados, voy a destacar entre todos
los demás, un pararrayos de los ataques enemigos. Yo seré su objetivo.
Me quede sentado allí por algún tiempo, sosteniendo la última taza de café
había hecho, para alguien que apenas había conocido. Su fino aroma agitaba en
mí un insoportable anhelo y tristeza. Una pequeña colonia de moho azul-verdoso
se balanceaba sobre la superficie del café. Llevando la taza a mis labios y la bebí.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
Palabras del autor
Me gustan los videojuegos. He estado jugando desde que era un mocoso.
Los he visto crecer conmigo. Pero incluso después de vencer a decenas de juegos
en la dificultad más alta, nunca me había movido tan animado como para que las
paredes temblaran. Nunca reí, lloré, o salté con una pose de victoria. Mi
excitación se desplazaba como el hielo en un estanque tranquilo, girando
alrededor de algún lugar muy dentro de mí.
Tal vez es sólo la reacción que tenía por verlo desde afuera. Miraba hacia
abajo desde arriba y decía: "Después de todo el tiempo que he puesto en el juego,
por supuesto que iba a vencer." Mirándome a mí mismo con una sonrisa
comemierda estampada en mi cara, una sonrisa de un veterano que sólo alguien
que hubiera estado allí podría apreciar.
El final nunca cambiaba. El anciano de la aldea no podía llegar a nada
mejor que desgastada misma línea que usaba siempre. -Bien hecho, XXXX.
Nunca dudé de que la sangre de un héroe corriera por sus venas. Bueno, la broma
es para ti, viejo. No hay ni una gota de sangre de héroe en todo mi cuerpo, así
que ahórrame elogio. Sólo soy un tipo ordinario, y estoy orgulloso de serlo.
Estoy aquí porque invertí tiempo. Las ampollas que tengo en los dedos lo
demuestran. No tenía nada que ver con la casualidad, la suerte o la activación de
mis maravillosos poderes. Reiniciaba el juego cientos de veces hasta que mi
ataque especial finalmente fue perfecto. La victoria era inevitable. Así que por
favor, ahórrate esa charla del héroe.
Este era el tipo de cosas que pasaban por mi cabeza mientras estaba
escribiendo. Sin la ayuda de un gran número de personas, esta novela nunca se
hubiera creado en este mundo. Es una historia oscura, con personajes muriendo
de izquierda a derecha, pero estoy contento por como resultó.
Me gustaría dar las gracias a Yoshitoshi Abe por dibujar perfectamente el
mundo de la novela en sus ilustraciones; mi editor jefe, Miyuki Matsumoto, que
fue más allá de lo que decía el deber por el libro; Después brilla Takeshi
Yamazaki por su maravilloso trabajo de diseño; Junio Masuda y sus increíbles
amigos por su ayuda comprobando todas las cosas militares; y finalmente Chōhei
Kambayashii por sus muchas sugerencias interesantes. Ah, casi lo olvido.
Gracias a todos los buenos chicos y chicas por darme aquellos deseos negro
azabache.
-Hiroshi Sakurazaka.
Traducción: Wisdel
Corrección: Deicob
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