USO DEL SUELO URBANO Y RURAL 10°

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USO DEL SUELO URBANO Y RURAL
Concepto de suelo: Desde la perspectiva política y de administración territorial, el concepto de suelo tiene otro sentido.
Según esta, lo importante no es si el suelo es apto para cultivar, sino si es urbanizable o no. Así se distinguen dos tipos
de suelo: urbano y rural.
a. Suelo urbano: Según las políticas administrativas que hacen parte del ordenamiento territorial, el suelo urbano es
aquella área del territorio destinada para la construcción de viviendas, edificaciones, zonas comerciales, redes de
servicios públicos e infraestructura vial. Es decir, es toda área destinada a la construcción y al fortalecimiento de los
asentamientos humanos.
El suelo urbano se divide según su uso así:
• Zonas comerciales: aquellas cuyo principal uso es el comercial. Son áreas donde se ubican supermercados,
restaurantes, bancos y tiendas, entre otros.
• Zonas industriales: aquellas donde se encuentran establecimientos dedicados a la transformación de materias
primas. Antiguamente, las industrias se ubicaban en el interior de las grandes ciudades, lejos de lugares residenciales.
Sin embargo, con la expansión urbana, varias industrias fueron trasladadas a áreas rurales, mientras que otras aún
permanecen cerca de zonas residenciales donde son admitidas.
• Zonas residenciales: espacios donde predominan las viviendas y conjuntos residenciales.
• Zonas residenciales mixtas: áreas de la ciudad que conjugan viviendas, comercio e incluso industrias.
• Zonas de alto impacto: espacios de la ciudad donde para se realizan actividades ilícitas o referidas a la prostitución.
Generalmente, son áreas urbanas de marginalidad y de vulnerabilidad.
• Zonas históricas y culturales: áreas de la ciudad donde se encuentran edificaciones de valor histórico, urbanístico
y cultural, como museos y patrimonios arquitectónicos, entre otras.
• Zonas militares: áreas de la ciudad donde se encuentran establecidos los batallones de las fuerzas armadas.
Las zonas comerciales, industriales y residenciales, a su vez, están clasificadas en tipos según parámetros de densidad,
clase de comercio, seguridad y riesgo de contaminación, entre otros.
CATEGORÍAS DEL SUELO URBANO: A partir del crecimiento de las ciudades, se definieron dos categorías de suelo
urbano: suelo suburbano y de expansión.
Suelo suburbano: aquel suelo donde se mezclan el suelo urbano y el suelo rural. No hay una delimitación específica
para decidir a cuál pertenece. El área límite justo entre lo urbano y lo rural puede ser usada para ampliar las
construcciones urbanas o para actividades agropecuarias. Generalmente, no es tenido en cuenta en las políticas de
ordenamiento territorial, a diferencia del suelo de expansión urbana.
Suelo de expansión urbana: la porción del territorio destinada al crecimiento urbano, la cual está contemplada de
antemano por políticas de ordenamiento territorial. No todas las áreas limítrofes de las poblaciones son propensas a
albergar nuevas construcciones; esto depende de aspectos tan variados como el precio del suelo, los accidentes
geográficos, el acceso a servicios públicos y la disponibilidad de redes de transporte, entre otros. Por ejemplo, un cerro
o montaña cercana imposibilitaría la construcción de nuevas viviendas; en cambio, las zonas planas junto a carreteras
y la cercanía a puntos de comercio, mercados y escuelas facilitarían la llegada de nuevos pobladores.
Conurbación
La conurbación es un proceso espacial de urbanización entre dos o más ciudades. Es decir, es el espacio intermedio
entre ellas que ha sido urbanizado, pasando de suelo rural a suelo urbano. En el país, existen múltiples ejemplos de
esta naturaleza, por cuenta de la expansión de las grandes ciudades y capitales de departamentos. Usualmente, la
conurbación es un proceso que se sale del control del ordenamiento territorial.
b. Suelo rural: Corresponde al área del territorio no apta para el desarrollo urbano y cuyas actividades principales son
de carácter forestal, agrícola, ganadero y minero. Se define según el tipo de recursos naturales que posea para obtener
el máximo provecho. Por ejemplo, un área rural con varias zonas de bosques aptos para producir madera es definida
como un área de explotación maderera, por lo que cualquier política de ordenamiento del territorio deberá tener en
cuenta este aspecto para beneficiar a la población.
La explotación de los recursos naturales de los suelos rurales, renovables o no renovables se conoce como
aprovechamiento rural. Por tanto, difiere del aprovecha miento urbano, que se enfoca en sacar el máximo beneficio
de la comercialización y puesta en el mercado de diversos productos, al igual que de la venta de servicios en todo el
territorio urbano.
Áreas de reserva y de amenazas y riesgos
Las áreas de reserva son suelos protegidos de urbanización o cultivo para que mantengan sus condiciones naturales
sin ninguna intervención humana, pues ofrecen una diversidad biológica importante. Estas áreas deben mantenerse tal
como están, so pena de infringir la ley. Algunos ejemplos de áreas protegidas son: los páramos, los parques naturales,
las reservas de fauna y flora, los bosques con especies en vía de extinción, los nacimientos de ríos, quebradas y arroyos,
y las áreas de recreación ecoturística.
Las áreas de amenazas y riesgos son suelos expuestos a desastres naturales, como deslizamientos de tierra,
erupciones volcánicas o desbordamientos de ríos, entre otros fenómenos naturales. Por tal razón, son zonas no aptas
para construir asentamientos humanos.
USO DEL SUELO URBANO Y RURAL
Concepto de suelo: Desde la perspectiva política y de administración territorial, el concepto de suelo tiene otro
sentido. Según esta, lo importante no es si el suelo es apto para cultivar, sino si es urbanizable o no. Así se distinguen
dos tipos de suelo: urbano y rural.
a. Suelo urbano: Según las políticas administrativas que hacen parte del ordenamiento territorial, el suelo urbano
es aquella área del territorio destinada para la construcción de viviendas, edificaciones, zonas comerciales, redes de
servicios públicos e infraestructura vial. Es decir, es toda área destinada a la construcción y al fortalecimiento de los
asentamientos humanos.
El suelo urbano se divide según su uso así:
• Zonas comerciales: aquellas cuyo principal uso es el comercial. Son áreas donde se ubican supermercados,
restaurantes, bancos y tiendas, entre otros.
• Zonas industriales: aquellas donde se encuentran establecimientos dedicados a la transformación de materias
primas. Antiguamente, las industrias se ubicaban en el interior de las grandes ciudades, lejos de lugares residenciales.
Sin embargo, con la expansión urbana, varias industrias fueron trasladadas a áreas rurales, mientras que otras aún
permanecen cerca de zonas residenciales donde son admitidas.
• Zonas residenciales: espacios donde predominan las viviendas y conjuntos residenciales.
• Zonas residenciales mixtas: áreas de la ciudad que conjugan viviendas, comercio e incluso industrias.
• Zonas de alto impacto: espacios de la ciudad donde para se realizan actividades ilícitas o referidas a la
prostitución. Generalmente, son áreas urbanas de marginalidad y de vulnerabilidad.
• Zonas históricas y culturales: áreas de la ciudad donde se encuentran edificaciones de valor histórico, urbanístico
y cultural, como museos y patrimonios arquitectónicos, entre otras.
• Zonas militares: áreas de la ciudad donde se encuentran establecidos los batallones de las fuerzas armadas.
Las zonas comerciales, industriales y residenciales, a su vez, están clasificadas en tipos según parámetros de
densidad, clase de comercio, seguridad y riesgo de contaminación, entre otros.
CATEGORÍAS DEL SUELO URBANO: A partir del crecimiento de las ciudades, se definieron dos categorías de suelo
urbano: suelo suburbano y de expansión.
Suelo suburbano: aquel suelo donde se mezclan el suelo urbano y el suelo rural. No hay una delimitación específica
para decidir a cuál pertenece. El área límite justo entre lo urbano y lo rural puede ser usada para ampliar las
construcciones urbanas o para actividades agropecuarias. Generalmente, no es tenido en cuenta en las políticas de
ordenamiento territorial, a diferencia del suelo de expansión urbana.
Suelo de expansión urbana: la porción del territorio destinada al crecimiento urbano, la cual está contemplada de
antemano por políticas de ordenamiento territorial. No todas las áreas limítrofes de las poblaciones son propensas a
albergar nuevas construcciones; esto depende de aspectos tan variados como el precio del suelo, los accidentes
geográficos, el acceso a servicios públicos y la disponibilidad de redes de transporte, entre otros. Por ejemplo, un
cerro o montaña cercana imposibilitaría la construcción de nuevas viviendas; en cambio, las zonas planas junto a
carreteras y la cercanía a puntos de comercio, mercados y escuelas facilitarían la llegada de nuevos pobladores.
Conurbación
La conurbación es un proceso espacial de urbanización entre dos o más ciudades. Es decir, es el espacio intermedio
entre ellas que ha sido urbanizado, pasando de suelo rural a suelo urbano. En el país, existen múltiples ejemplos de
esta naturaleza, por cuenta de la expansión de las grandes ciudades y capitales de departamentos. Usualmente, la
conurbación es un proceso que se sale del control del ordenamiento territorial.
b. Suelo rural: Corresponde al área del territorio no apta para el desarrollo urbano y cuyas actividades principales
son de carácter forestal, agrícola, ganadero y minero. Se define según el tipo de recursos naturales que posea para
obtener el máximo provecho. Por ejemplo, un área rural con varias zonas de bosques aptos para producir madera es
definida como un área de explotación maderera, por lo que cualquier política de ordenamiento del territorio deberá
tener en cuenta este aspecto para beneficiar a la población.
La explotación de los recursos naturales de los suelos rurales, renovables o no renovables se conoce como
aprovechamiento rural. Por tanto, difiere del aprovecha miento urbano, que se enfoca en sacar el máximo
beneficio de la comercialización y puesta en el mercado de diversos productos, al igual que de la venta de servicios
en todo el territorio urbano.
Áreas de reserva y de amenazas y riesgos
Las áreas de reserva son suelos protegidos de urbanización o cultivo para que mantengan sus condiciones
naturales sin ninguna intervención humana, pues ofrecen una diversidad biológica importante. Estas áreas deben
mantenerse tal como están, so pena de infringir la ley. Algunos ejemplos de áreas protegidas son: los páramos, los
parques naturales, las reservas de fauna y flora, los bosques con especies en vía de extinción, los nacimientos de
ríos, quebradas y arroyos, y las áreas de recreación ecoturística.
Las áreas de amenazas y riesgos son suelos expuestos a desastres naturales, como deslizamientos de tierra,
erupciones volcánicas o desbordamientos de ríos, entre otros fenómenos naturales. Por tal razón, son zonas no aptas
para construir asentamientos humanos.
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