Subido por Jorge Urbiola

Apertura en el Primer Grado

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Ritual de Primer Grado
APERTURA DE LOS TRABAJOS EN PRIMER GRADO
Rito Escoces Antiguo y Aceptado de la Gran Logia de España
Venerable Maestro, * * *: H.·. Primer Vigilante, ¿sois masón?
Primer Vigilante: Ven.·. Maestro, mis HH.·. me reconocen como tal.
Venerable Maestro: H.·. Primer Vigilante, ¿cuál es el Primer deber de un Vigilante
en Logia?
Primer Vigilante: Asegurarse de que la Logia esté cubierta interior y exteriormente.
Venerable Maestro: ¡Aseguraos de ello, H.·.!
Primer Vigilante: H.·. Segundo Vigilante, ¡aseguraos si la Logia está cubierta!
Segundo Vigilante: H.·. Guarda Templo (si existe Guarda Templo exterior) o H.·.
Experto, (si no existe Guarda Templo exterior), ¡ved si la Logia está cubierta!
El H.·. Guardatemplo, entreabre la puerta y pregunta al Guarda Templo Externo. Si
no existiese este Oficial el H.·. Experto armado de su espada, sale del Templo
comprobando el exterior y sus accesos.
Entra de nuevo y dice:
Experto o Guardatemplo, sin ponerse al orden, saluda colocando la espada punta
hacia arriba: H.·. Segundo Vigilante, la Logia está cubierta exteriormente.
Segundo Vigilante, *: H.·. Primer Vig.·., estamos a cubierto exteriormente.
Primer Vigilante, *: Venerable Maestro, la Logia está a cubierto.
Venerable Maestro: H.·. Segundo Vigilante, ¿cuál es el segundo deber de un
Vigilante en Logia?
Segundo Vigilante, *: Venerable Maestro, asegurarse de que todos los presentes
sean masones.
Venerable Maestro: H.·. Pr.·. y Seg.·. Vigilantes, cumplid este deber, cada uno
sobre vuestra columna, y dadme vuestro informe.
*. ¡En pie, HH.·., cara al este!
Os haréis reconocer como Ap.·. cuando pasen los HH.·. VV.·.
Los HH.·. de las columnas del norte y sur y los del oriente se enfrentan al Este.
El Segundo Vigilante sale por la izquierda de su mesa, baja del pedestal y se
coloca al noroeste de la línea central longitudinal del mosaico. El Primer Vigilante,
saliendo al mismo tiempo y de la misma forma, se pone a su lado, al suroeste.
Simultáneamente van mirando a los HH.·.; el Primer Vigilante a lo largo de la
columna del sur, y el Segundo Vigilante de la columna del norte. Cuando pasan,
cada H.·. hace el signo de aprendiz. Cuando se encuentran los Vigilantes ante el
altar en oriente, de cara al Venerable Maestro saludan con sus malletes. El
Venerable Maestro les devuelve el saludo de la misma forma. Los Vigilantes,
continuando su vuelta respectiva a la Logia, regresan a su sitio.
Segundo Vigilante, *: H.·. Primer Vigilante, todos los HH.·. de la columna del norte
son masones, están de pie y al orden.
Primer Vigilante, *: Venerable Maestro, los HH.·. de ambas columnas son
masones y están al orden de aprendiz.
En ese momento los HH.·. que están en el Oriente se ponen al orden de Aprendiz.
Venerable Maestro: Reconozco también como masones a los HH.·. Que están en
el Oriente.
*. ¡Sentemonos, HH.·.!
Venerable Maestro: H.·. Segundo Vigilante, ¿qué edad tenéis?
Segundo Vigilante: Tres años, Venerable Maestro.
Venerable Maestro: H.·. Segundo Vigilante, ¿dónde está vuestro lugar en Logia?
Segundo Vigilante: En el Sur, Venerable Maestro.
Venerable Maestro: ¿Por qué estáis colocado ahí?
Segundo Vigilante: Para observar mejor la trayectoria del sol, mandar a los
obreros del trabajo al descanso y llamarlos del descanso al trabajo a fin de que el
Maestro obtenga honor y satisfacción.
Venerable Maestro: H.·. Pr.·. Vig.·., ¿dónde está vuestro lugar en la Logia?
Primer Vigilante: En occidente, Venerable Maestro.
Venerable Maestro: ¿Por qué estáis colocado ahí?
Primer Vigilante: así como el sol se pone por el oeste al cerrar el día, el Primer
Vigilante se coloca allí para ayudar al Venerable Maestro a cerrar la Logia, pagar a
los obreros y despedirles contentos y satisfechos.
Venerable Maestro: H.·. Primer Vigilante, ¿cuál es el lugar del Venerable Maestro?
Primer Vigilante: En Oriente.
Venerable Maestro: ¿Por qué, H.·. mío?
Primer Vigilante: así como el sol se levanta por el este al abrir el día, el Venerable
Maestro se coloca allí para abrir la Logia, dirigirla en sus trabajos e iluminarla con
su SABIDURÍA.
Venerable Maestro: ¿A qué hora acostumbran los Aprendices masones a abrir sus
trabajos, H.·. Primer Vigilante?
Primer Vigilante: A Mediodía, Venerable Maestro.
Venerable Maestro: H.·. Segundo Vigilante, ¿qué hora es?
Segundo Vigilante: Mediodía en punto, Venerable Maestro.
Venerable Maestro: Ya que por la voluntad de mis HH.·. estoy en el oriente, y es la
hora en que los Aprendices masones comienzan sus trabajos, HH.·. Primero y
Segundo Vigilantes, invitad a los HH.·. de vuestras columnas a ayudarme a abrir
los trabajos de esta Respetable Logia en Primer Grado de la masonería.
Primer Vigilante, *: H.·. Segundo Vigilante, HH.·. de la columna del sur, por
encargo de nuestro Venerable Maestro os invito a que nos unamos a él para abrir
los trabajos de esta Respetable Logia en el Primer Grado de la masonería.
Segundo Vigilante, *: HH.·. de la columna del norte, uníos a mí para ayudar a
nuestro Venerable Maestro a abrir los trabajos de esta Respetable Logia en el
grado de aprendiz.
Anunciado, H.·. Primer Vigilante.
Primer Vigilante: Anunciado en ambas columnas, Venerable Maestro.
Venerable Maestro, *: HH.·., ¡de pie y a la orden!
HH.·. Maestro de Ceremonias y Experto, ¡cumplid con vuestro deber!
El Maestro de Ceremonias precedido por el M.·. Experto, que llevará su espada,
va al oriente, pasando por occidente y por el norte, provisto de una vela que
enciende con aquella que está en la mesa del Venerable Maestro.
Con la vela el Maestro de Ceremonia y el Experto se acercan a la columnita jónica
(Sabiduría) y alumbran la estrella que está allí.
Venerable Maestro, *: ¡Que la SABIDURÍA presida la construcción de nuestro
templo!
El Maestro de Ceremonias siempre con su vela y precedido del H.·. Experto, va
por el Sur hasta encender la luz sobre la columnita dórica (Fuerza).
Primer Vigilante, *: ¡Que la fuerza lo sostenga!
El Maestro de Ceremonias siempre con su vela y precedido del H.·. Experto,
continuo haciendo la vuelta a la Logia, pasa por el Norte, el Este y el Sur hasta
llegar a la columnita corintia (Belleza) y enciende la luz que está allí.
Segundo Vigilante, *: ¡Que la belleza lo adorne!
A continuación, el Maestro de Ceremonias enciende las luces de la menorah,
Primero la vela central, después la última de la izquierda y, finalmente, la última de
la derecha. Posteriormente enciende las velas del Primer Vigilante y, por último, la
del Segundo Vigilante. El Experto, dando tres ligeros golpes con la empuñadura
de su espada sobre el reverso del cuadro de Logia, lo despliega sobre el
pavimento entre las columnitas.
El pasado Maestro inmediato u otro antiguo Venerable Maestro abre el volumen
de la ley sagrada en el capítulo Primero del evangelio de San Juan, poniendo
encima el compás abierto y
sobre ambos, la escuadra de forma ritualística en Primer Grado. Poniéndose al
orden hace el signo, después vuelve a su lugar y repite el signo de aprendiz.
Venerable Maestro: * * * (da tres golpes de mallete).
Primer Vigilante: * * * (da tres golpes de mallete).
Segundo Vigilante: * * * (da tres golpes de mallete).
El H.·. Experto y el M.·. de Ceremonias cruzan la espada y el bastón por encima
del Ara durante la invocación del Venerable Maestro.
Venerable Maestro: A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·., en nombre de la
Francmasonería Universal, bajo los auspicios de la Gran Logia de España y en
virtud de los poderes que me han sido conferidos, declaro abierta, en el grado de
aprendiz, esta respetable Logia de San Juan, constituida en el Oriente de ... con el
numero … y el nombre distintivo de ….
¡A mí, HH.·.!
¡Por el signo!
(todos hacen el Signo)
¡La batería! * * * (tres golpes de mallete y sendas palmadas de los HH.·.)
¡Y la aclamación escocesa!
¡Huzze! ¡Huzze! ¡Huzze! (haciendo con la mano derecha el signo de
consentimiento con cada aclamación).
HH.·., ya no estamos en el mundo profano. Hemos dejado nuestros metales en la
puerta del templo. Elevemos nuestros corazones en fraternidad y nuestras
miradas hacia la luz.
*. ¡Sentaos HH.·.!
Disposiciones Preliminares para una Iniciación
Cámara de Reflexión
El H.-. Exp.·. después de haber vendado los ojos del Postulante, lo llevará a la
CÁMARA DE REFLEXIÓN en donde le quitará la venda.
Este Gabinete es una pequeña sala, cuyos muros están pintados de negro y
llevan, en color plata, la imagen de un reloj de arena y una guadaña
entrecruzadas; la de un gallo y debajo las palabras "Vigilancia y Perseverancia" y
la fórmula hermética "V.I.T.R.I.O.L." (VISITA INTERIORA TERRAE
RECTIFICANDOQUE INVENIES OCCULTUM LAPIDEM), Visita el Interior de la
Tierra y Rectificando Encontrarás la Piedra Oculta.
Está amueblada con una mesa y una silla; sobre la mesa se habrá dispuesto una
vela encendida por toda iluminación: un Cráneo, un Espejo, Pan, una jarra de
Agua, y tres tacitas que contienen respectivamente Mercurio, Azufre y Sal.
Una hoja triangular con las preguntas:
¿Qué le debe el hombre a Dios?,
¿Qué le debe a sus semejantes? y
¿Que se debe a sí mismo?,
posteriormente se le indica que redacte su testamento Filosófico.
La Logia
Estará preparada como se indica en la Descripción de la Logia y además se habrá
previsto el siguiente material:
Una "Copa de Libaciones" por candidato, una jarra de agua y un recipiente con
extracto de áloe: puesto todo en la mesa del H.·. Hosp.·.,
Una "plancha de bolas" formando un obstáculo, que será puesto posteriormente a
lo largo de la Columna Sur.
Una hoja de cartón o un abanico para la "prueba del aire";
Una jofaina con agua, destinada a la "PRUEBA DEL AGUA", que se colocará al
lado del estrado del Prikk Vig.·. y una toalla blanca;
Un soplete con polvo de licopodio, destinado a la "PRUEBA DEL FUEGO", que
estará justo en el estrado del Tes.·.;
Las herramientas simbólicas del Apr.·.: Cincel, Mallete y Regla.
Espadas para todos los HH.·.
Una cuerda y una zapatilla por candidato, los mandiles, guantes y rosas son
igualmente previsibles.
Un compás por candidato para el juramento, sobre la mesa del H.·. Hosp.·.
Un sobre por candidato para recoger las cenizas del testamento sobre la mesa del
Ven.·.
Iniciación
El Prof.·. que habrá sido sometido antes al interrogatorio y a las tres vueltas de
escrutinio, conforme a los Reglamentos Generales de la Obediencia, será
convocado para estar presente una hora, por lo menos, antes del comienzo de la
tenida y será conducido inmediatamente a una sala de espera, en la que no podrá
encontrar a ninguno de los que lleguen después.
Antes, el H.·. Tes.·. habrá percibido los derechos de admisión.
El H.·. Exp.·. o, en su defecto, un H.·. preparador designado antes por el Ven.·.
M.·., va hacia el Prof.·. en la Sala de espera y le dice, sin leer nada, las palabras
siguientes:
El Experto: Caballero, habéis solicitado ser recibido francmasón. ¿Vuestra
resolución es definitiva? ¿Estáis dispuesto a someteros a las pruebas que debéis
sufrir?
Si la respuesta es afirmativa; dice: Si es así, seguidme.
EI Experto: Caballero aquí es, donde vais a sufrir la primera prueba, que los
antiguos iniciados llamaban: ¡"la prueba de Tierra"!.
A tal fin, es indispensable que os deshagáis de toda ilusión equivocada y, para
haceros sensible materialmente a lo que se debe ejecutar dentro de vos
espiritualmente, os ruego me déis lo que llevéis de precioso y, particularmente,
todos los objetos de metal, que simboliza lo que reluce con brillo engañoso.
Después de hacer esto, el H.·. Exp.·., agrega: Ahora, Caballero, vais a ser
abandonado a vos mismo, en la soledad, el silencio, y esta débil luz. Los objetos y
las imágenes que se ofrecen a vuestra vista tienen un sentido simbólico y debe
incitaros a la meditación.
Deberéis redactar vuestra TESTAMENTO FILOSÓFICO contestando por escrito a
las preguntas que figuran en esta hoja, y formulando a continuación vuestras
últimas voluntades.
Vendremos a recogerlas en su momento.
El H.·. Exp.·. deja al Postulante en la Camara de Reflexiones.
Recepción
Una vez leída la PI.·. grabada de los TTrab.·. anteriores y leída igualmente la
correspondencia del Taller y tratadas las otras cuestiones previstas:
Venerable Maestro: HH.·., vamos a proceder ahora a la Iniciación, que está en el
orden del día, del Profano N…, que ha sido objeto de tres escrutinios favorables.
H.·. Tesorero, ¿habéis percibido ya los metales que corresponden a los "derechos
de iniciación"?
El H.·. Tes.·. que ya habrá hecho lo necesario, da la respuesta oportuna.
Venerable Maestro: H.·., ¿habéis colocado al postulante en el Cámara de
Reflexiones?
Experto: Así lo he hecho V.·. M.·.
Venerable Maestro: Si es así, id al Postulante y traedme su Testamento Filosófico.
Los metales de los que le habéis despojado entregadlos al H.·. Tesorero.
En este momento el Ven.·. M.·. mientras espera la vuelta del H.·. Exp.·., recordará
sencillamente el "currículum vitae " del Postulante.
El H.·. Exp.·. llega hasta el Postulante, recoge el Testamento y los metales,
después de lo cual vuelve al Templo y avanza ritualmente hasta el pie del Oriente,
presenta al Ven.·. M.·., en la punta de su espada, el antedicho Testamento y los
metales los entrega al H.·. Tesorero.
Venerable Maestro, da lectura al Testamento y prosigue: HH.·., acabáis de
conocer el Testamento Filosófico del Postulante...
¿Tiene alguien alguna observación que presentar?
Los VVig.·. lo comunican a sus respectivas columnas y si ningún H.·. pide la
palabra:
Venerable Maestro: H.·. Experto volved al Postulante y preparadlo para su
recepción como sigue:
Una cuerda al cuello; los ojos vendados; el br.·. izq.·., el p.·. izq.·. y la rod.·. der.·.
descub.·.; el p.·. izq.·. en zap.·., a continuación conducidlo a la puerta del Templo.
El H.·. Exp.·. abandona el Templo ritualmente.
Pausa.
Durante este tiempo, el M.·. de Cer.·. dispone rápidamente en los lugares
requeridos el material
necesario para la Ceremonia de Iniciación (ver "Disposición de la Log.·. para una
Iniciación").
El Exp.·. vuelve acompañado del Postulante (preparado ritualmente, como se ha
dicho) y quedan ambos a la puerta del Templo. El Retejador (o en su defecto el
Exp.·.) llama profanamente a la puerta del Templo.
Cubridor: H.·. Segundo Vigilante, a la puerta del Templo llaman profanamente.
Segundo Vigilante: H.·. Primer Vigilante, llaman profanamente a la puerta del
Templo
Primer Vigilante: Venerable Maestro, a la puerta del Templo llaman profanamente.
Venerable Maestro: H.·. Primer Vigilante ¿Quién es el temerario que se atreve a
interrumpir nuestros trabajos?
Primer Vigilante: H.·. Segundo Vigilante ¿Quién llama de esa forma?
Segundo Vigilante: H.·. Cubridor, mirad quién llama así.
El H.·. Cubridor abre la puerta y pone la punta de la espada sobre el pecho del
recipiendario diciendo:
Cubridor: ¿Alto quién va? ¿Quién es el audaz que osa interrumpir nuestros
trabajos?
Experto: ¡Hkk mío, retened vuestra espada, yo os conjuro!
El H.·. Cubridor retira su espada.
Reconocedme, soy vuestro H.·. Experto que presento a un profano para ser
admitido en nuestros augustos misterios.
El H.·. Cubridor cierra la puerta bruscamente.
Cubridor: H.·. Segundo Vigilante, el que llama a la puerta es el H.·. Experto que
presenta a un profano para ser admitido en nuestros Augustos Misterios.
Segundo Vigilante: H.·. Primer Vigilante, el que llama a la puerta es el H.·. Experto
que presenta a un profano para ser admitido en nuestros Augustos Misterios.
Primer Vigilante: Venerable Maestro, el que llama a la puerta es el H.·. Experto
que presenta a un profano para ser admitido en nuestros Augustos Misterios.
Venerable Maestro, *: HH.·., armaos con vuestras espadas a fin de defender este
recinto, un profano se encuentra en las puertas del templo.
H.·. Cubridor pedirle al H.·. Experto cómo espera el profano ser admitido en
nuestros Augustos Misterios.
Cubridor: H.·. Experto, ¿cómo espera el profano ser admitido en nuestros
Augustos Misterios?
Experto: Porque es un hombre libre y de buenas costumbres.
El H.·. Cubridor cierra la puerta y transmite la respuesta al Segundo Vig.·. y este al
V.·. M.·.
Venerable Maestro: H.·. Primer Vig.·., puesto que es libre y de buenas costumbres,
pedirle su nombre y edad.
Primer Vigilante, forzando la voz: H.·. Cubridor, pedirle al profano su nombre y
edad.
Cubridor: ¡Profano! ¿Cuál es vuestro nombre y edad?
Una vez recibida la respuesta el H.·. Cubridor cierra la puerta y dice: H.·. Primer
Vig.·., es el profano N..., su edad es de ….
Primer Vigilante: V.·. M.·., es el profano N..., su edad es de ... y A L.·. G.·. D.·. G.·.
A.·. D.·. U.·., acaba de sufrir satisfactoriamente la "Prueba de Tierra".
Venerable Maestro: ¿Os habéis asegurado que el Postulante está ritualmente
preparado para la Iniciación?
Cubridor: Si, Venerable Maestro.
Venerable Maestro: HH.·., hemos verificado la identidad del Postulante que se
encuentra a la puerta del Templo, al cual los tres escrutinios han sido favorables.
Ha sufrido la "Prueba de Tierra" y esta ritualmente preparado para su recepción.
¿Alguno de entre vosotros se opone a que sea introducido?
Primer Vigilante: Venerable Maestro, el silencio reina en ambas Columnas.
Venerable Maestro: Puesto que nadie se opone, H.·. Cubridor, haced entrar al
Postulante.
El H.·. Guarda Templo abre la puerta con gran estrépito y el Exp.·. introducé al
Postulante, que es conducido por el M.·. de Cer.·., desde dentro y le hace bajar la
cabeza, como si pasara por una puerta muy baja, lo sitúa entre Columnas. El H.·.
Experto apoya enseguida la punta de su espada en el pecho del Postulante.
Caballero, aseguraos por el tacto la naturaleza del objeto que os oprime el pecho y
decidnos, ¿qué es?
Recipiendario: Una espada.
Venerable Maestro: Caballero, esta espada que sentís sobre vuestro pecho está
siempre dispuesta para castigar al perjuro. Es el símbolo de los remordimientos
que roerán vuestro corazón si llegáis a ser traidor a la Fraternidad, en la que
habéis solicitado ser admitido. La venda que cubre vuestras ojos es el símbolo de
la ceguera en la que se encuentra el hombre dominado por sus pasiones y
sumergido en la ignorancia y la superstición.
¿Que deseaís que os podamos dar nosotros?
Recipiendario: Pido ser recibido Masón.
La respuesta se la da el M.·. de Ceremonias.
Venerable Maestro: ¿Os presentáis aquí por vuestra propia voluntad, en plena
libertad y sin ninguna coacción?.
Respuesta del Recip.·. y si es afirmativa se continuo.
Venerable Maestro: Reflexionad bien Caballero, en los pasos que estáis dando.
Os pueden llevar a sufrir pruebas terribles que exigen todo el coraje y toda la
firmeza de donde sólo los carácteres decididos son capaces de salir airosos.
¿Estéis decididos a someteros a esas pruebas?
Respuesta del Recipiendario y si es afirmativa.
Venerable Maestro: Puesto que es así y que ya habéis sido advertido, soportad las
consecuencias.
El hombre justo es valiente; el universo se derrumba, que las ruinas os golpeen sin
sorprenderos...
¡Profano! ¿En quién depositáis vuestra confianza?
Recipiendario: En Dios.
La respuesta se la comunica el M.·. de Ceremonias.
Venerable Maestro: Puesto que ponéis vuestra confianza en Dios, no os
decepcionará. Tomad parte en la invocación que le hacemos llegar en vuestro
favor.
H.·. Experto, conducid al profano a los pies del altar de los juramentos y que se
ponga de rodillas.
El H.·. Experto deja de apuntarle con la espada y lo conduce al altar de los
juramentos y le hace poner de rodillas.
Venerable Maestro, *: En pie y al orden mis HH.·.
Inclinémonos delante del Gran Arquitecto del Universo; reconozcamos su Potencia
y nuestra debilidad. Contengamos nuestros espíritus y nuestros corazones en los
límites de la equidad y esforcémonos, por nuestra obras, en elevarnos hasta Él. Él
es Uno, existe por Él mismo y se revela en todo y para todo.
Que se digne proteger las obras de paz que están representadas en este Su
Templo, que anime su celo, que inflame el corazón de amor a la virtud; que nos
ayude con éxito a iniciar a este aspirante en Nuestros Augustos Misterios. Que
nos preste Su asistencia con este profano y que lo sostenga en medio de las
pruebas que va a sufrir.
*. El V.·. M.·. da un golpe de mallete y cada uno se sienta.
¡Postulante! levantaos. Volved a la mano que os guia; pues ella os preservará de
todo peligro.
El profano se levanta. El H.·. Experto lo conduce entre columnas. Se guarda
algunos instantes de silencio.
Venerable Maestro: ¡Caballero!. Antes de admitiros a las pruebas, desearíamos
sondear vuestro corazón y haceros unas preguntas sobre los principios morales
que dirigen diariamente vuestra conducta.
Responded sin tardanza a las preguntas que os serán expuestas. Sed sincero y
no esperéis engañarnos, tarde o temprano vuestra impostura será descubierta.
¿Qué es la Virtud?
Responde el Recipiendario.
Venerable Maestro: La Virtud es una firme y constante disposición de practicar el
bien.
¿Qué es el Vicio?
Responde el Recipiendario.
Venerable Maestro: El Vicio está opuesto a la Virtud, es una disposición habitual al
mal.
Sabed, Caballero. Que es para poner un freno saludable a los impulsos de las
viles pasiones que no han sido controladas por la razón y que es para elevarnos
por encima de los menospreciables intereses de que se sirven muchos hombres
por lo que nos constituimos en Sociedad. Trabajamos unidos y sin relajarnos en
nuestra mejora; buscamos acostumbrar a nuestro corazón a no darse más que a
buenas acciones, nuestro espíritu a concebir ideas sólidas de valor y virtud. Es
ordenando así las inclinaciones sobre los principios de la moral, que se llega a dar
al alma el justo equilibrio de fuerza y sensibilidad que constituye la Sabiduría, es
decir la Ciencia de la Vida.
Pero este trabajo es penoso y requiere muchos sacrificios, los cuáles podréis
afrontar si estáis junto a nosotros. Necesitamos que toméis la firme resolución de
aceptar este trabajo, si persistís en vuestro deseo, que habéis manifestado, de ser
recibido Francmasón.
¿Es esa vuestra intención?
Respuesta del Recipiendario y si es afirmativa:
Venerable Maestro: Si ocultáis unos propósitos totalmente diferentes, si habéis
juzgado a la Fraternidad a partir de informaciones falsas fruto de ciertos ignorantes
y calumniadores o si trabajar constantemente para vuestro perfeccionamiento
moral os parece que está por encima de vuestras fuerzas, todavía estáis a tiempo:
os podéis retirar e ignoraremos para siempre que
habéis estado aquí.
¿Persistís en el deseo de haceros recibir Masón?
Contesta el Recip.·. y si la respuesta es afirmativa.
Venerable Maestro: No debéis ignorar que toda sociedad tiene sus leyes. Pero,
como sería poco prudente imponer obligaciones sin conocerlas, me incumbe
deciros los deberes que os serán impuestos y que tendréis que desempeñar
cuando seáis parte de esta respetable asamblea.
El primero de estos deberes es un silencio absoluto sobre todo lo que tendréis,
que veréis y descubriréis ahora entre nosotros y sobre todo lo que veréis,
aprenderéis y sabréis más tarde.
El segundo, es el que está en la esencia de nuestra Sociedad, combatir las
pasiones que deshonran al hombre y le trae infelicidad; practicar las virtudes, las
más cariñosas y benefactoras; socorrer a los hermanos y ayudarse con sus
consejos y sus luces. Estas virtudes que, en el mundo profano, son vistas como
cualidades raras, no son entre nosotros, los Masones, más que el simple
cumplimiento de un deber.
El tercero de los deberes de un Masón, es el estar conforme con los Estatutos
Generales de la Masonería y con las leyes particulares de nuestra Orden. Os
puedo dar la seguridad que estas leyes no son contrarias en nada con las del
Estado, ni con las conveniencias sociales, ni con vuestras obligaciones familiares
o religiosas.
Por lo tanto, Caballero, conocéis los principales deberes de un Masón; ¿estáis
dispuestos a tornar la resolución firme y sincera de cumplirlos?
Respuesta del Recipiendario y si es afirmativa:
Venerable Maestro: Caballero, antes de someteros a las pruebas prescritas debo
exigiros una promesa formal, tomada bajo la "Copa de Libaciones" ¿Consentís en
hacerla?
Respuesta del Recipiendario y si es afirmativa:
Venerable Maestro: H.·. Maestro de Ceremonias, conducid al recipiendario ante el
Altar de los Juramentos y Vos, H.·. Experto, traed la "Copa de Libaciones".
El M.·. de Cer.·. conduce al Recip.·. al pie de Oriente; el Exp.·. le pone la Copa
llena de agua pura en la mano izquierda.
Venerable Maestro: Caballero: bebed, bebed un poco.
El Recip.·. lo hace. El H.·. Experto le pone la mano derecha en el corazón.
Ahora, pronunciad conmigo el siguiente Juramento.
"Prometo por mi honor, el silencio más absoluto sobre toda clase de pruebas a las
que se me puede someter".
El Recip.·. repite la Fórmula del Juramento.
Durante este tiempo el M.·. de Ceremonias. Echa discretamente un poco de áloe
en la Copa.
Venerable Maestro: ¡Se ha tornado nota de vuestra promesa!. Pero debéis
conocer la importancia de un Juramento, si faltáis a la palabra dada
solemnemente.
¡Ahora bebed! ¡Bebedlo todo!
El Recip.·. lo hace. El M.·. de Ceremonias quita entonces la Copa de la mano del
Recip.·.
Pausa.
Venerable Maestro: Que esta bebida, que se ha vuelto amarga, sea para vos
Caballero, el símbolo de la amargura y remordimiento que dejaría en vuestro
corazón el perjurio que habría manchado vuestros labios.
Sin embargo, si os queda alguna duda o algún escrúpulo, estáis a tiempo para
retiraros. Pero os advierto que muy pronto ya no podréis hacerlo. ¿Persistís?
Respuesta del Recipiendario y si es afirmativa:
Venerable Maestro, *: Puesto que es así, H.·. Experto, conducid al Recipiendario
en su PRIMER VIAJE, en el curso del cual sufrirá la "Prueba del Aire". Lo confío a
vuestra prudencia. Devolvédnoslo sano y salvo.
El H.·. Exp.·., asistido por el M.·. de Cer.·., coge al Recip.·. por la mano y lo
conduce por la derecha del Oriente entre Columnas. Le quita la cuerda que lleva al
cuello y le conduce en sentido contrario, es decir por la izquierda, para este único
viaje, para simbolizar así la incapacidad de los Prof.·. de conocer las Leyes
profundas del Universo y de conformarse a ellas. De ahí los obstáculos, casi
infranqueables, que encuentran en su camino.
El Recip.·. pasa primero por la Columna del Sur, por el Este y después por la
"plancha basculante" dispuesta a lo largo de la Columna del Norte, sostenido por
el Exp.·. y el M.·. de Cer.·.. Durante estos desplazamientos los HH.·. de la Logia
harán un gran ruido con sus pies y sus espadas, ruido que cesará bruscamente al
golpe de mallete del Ven.·. Maestro.
Después es conducido por el Exp.·. al estrado del Seg.·. Vig.·.guiado por la mano
derecha y le hace dar tres golpes en la espalda del éste último.
Segundo Vigilante: Se levanta de su sitio y se coloca delante de su estrado
poniendo su mallete contra el pecho del Recip.·. y grita:
¿Quién va?
Experto: Es un profano que pide ser recibido Masón.
Segundo Vigilante: ¿Cómo pretende alcanzarlo?
Experto: Porque es libre y de buenas costumbres.
Segundo Vigilante: Puesto que es así, ¡que pase! para que sea purificado por el
Aire.
El H.·. Exp.·. moverá un abanico delante de la cara del recipiendario para crear
una corriente de aire.
El Exp.·. lleva al Recip.·. Dextrórsum entre Columnas.
Segundo Vigilante, después de volverse a sentar en su sitio, *: Ven.·. Maestro, el
Primer Viaje del Recipiendario ha terminado.
Venerable Maestro: Decidme Caballero, ¿qué pensáis del viaje que habéis
realizado?
Pausa.
Profano, los viajes que tenéis que efectuar son simbólicos. Evocan las pruebas
reales que los ancianos imponían a todo candidato a la iniciación. Si la Sociedad
de la que formamos parte os los evitara, os haría perder sus frutos; por ello me
autoriza a revelaros los misterios que encierra.
Caballero, el viaje simbólico que acabáis de hacer es la imagen de la vida
humana. Los ruidos que habéis escuchado simbolizan las pasiones que la agitan;
los obstáculos que habéis encontrado significan las dificultades que el hombre
sufre y que no puede vencer ni rebasar mientras no adquiera la energía moral y
los conocimientos que le permitan luchar contra la adversidad.
Estas dificultades son mayores para los que no poseen la Luz, y que, por ello
ignoran las leyes profundas del Cosmos y obran muchas veces contra estas leyes.
La ascensión que habéis intentado en estas circunstancias debía ser, fatalmente,
seguida de una caída, que hubiera podido ser mortal, sin la ayuda de manos
fraternas, que os han sostenido en el momento más crítico.
Esta experiencia simbólica debe incitaros a la moderación en vuestros deseos, a
la prudencia en vuestros ímpetus; constituye "La Prueba del Aire" de los antiguos
Misterios, que viene después de la "Prueba de la Tierra", que habéis sufrido
durante vuestra estancia en la "Cámara de Reflexión".
Pausa.
Venerable Maestro: H.·. Experto Conducid al Recipiendario en su SEGUNDO
VIAJE, durante el cual sufrirá la "Prueba del Agua".
En este viaje que se hace por la derecha de oeste a este, partiendo por el norte y
volviendo por el sur, el terreno será más llano, las dificultades menores y en
menos cantidad.
Los HH.·. de las Columnas hardn un ligero ruido de roce de espadas.
El Recip.·. pasa por una "plancha de bolas", dispuesta a lo largo de la Columna del
Sur, y da vuelta al Oeste.
Todo ruido cesará bruscamente al golpe de Mallete del Ven.·. Maestro.
Después es conducido por el Exp.·. al estrado del Pr.·. Vig.·. guiado por la mano
derecha, le hace dar tres golpes en la espalda de este último.
El Prikk Vig.·. se levanta, se coloca delante de su estrado y poniendo su Mallete
contra el pecho del Recip.·. y grita:
Primer Vigilante: ¡¿Quién va?!
Experto: Es un profano que pide ser recibido Masón.
Primer Vigilante: ¿Cómo pretende alcanzarlo?
Experto: Porque es libre y de buenas costumbres.
Primer Vigilante: Puesto que es así, que pase, para ser purificado por el Agua
El M.·. de Cer.·. sumergirá la mano izquierda del Recip.·. en una jofaina con agua,
por tres veces, después la secará con un pano blanco y llevará, con el Exp.·., al
Recip.·. entre Col.·.
Primer Vigilante, después de haber vuelto a su sitio, *: Ven.·. Maestro, el Segundo
Viaje del Recipiendario ha terminado.
Venerable Maestro: Decidme Caballero, ¿qué enseñanza habéis sacado de este
segundo viaje?
Profano, en el curso de este Segundo Viaje habéis escuchado menos ruidos,
habéis encontrado menos obstáculos. Hemos querido demostraros que éstos se
allanan más y más bajo el paso del hombre que persevera por los senderos de la
Virtud. Sin embargo, todavía no se ha liberado de los combates que está obligado
a mantener para triunfar sobre sus pasiones y de las de los demás.
Durante este viaje, como en los Antiguos Misterios, habéis sufrido la "Prueba del
Agua", tercer elemento simbólico.
Pausa.
Venerable Maestro, *: H.·. Experto, conducid al Recipiendario en su TERCER
VIAJE, durante el cual sufrirá la "PRUEBA DEL FUEGO".
En este viaje, que también se hace por la derecha del oriente, el terreno está
completamente libre y no se oye ningún ruido.
El viaje se hace en Dextrórsum de oeste a este partiendo por el norte, siempre
conducido por el Exp.·., continúa la vuelta a la Logia hasta llegar al pie del Oriente,
cerca del V.·. M.·., guiado por la mano derecha, le hace dar tres golpes en la
espalda de este último.
El Ven.·. M.·., colocando su Mallete contra el pecho del Recip: .y grita:
Venerable Maestro: ¡¿Quién va?!
Experto: Es un profano que pide ser recibido Masón.
Venerable Maestro: ¿Cómo pretende alcanzarlo?
Experto: Porque es libre y de buenas costumbres.
Venerable Maestro: Puesto que es así, ¡que pase! para ser purificado por el
Fuego.
El Recip.·. es purificado por la llarnas producidas oportunamente por el M.·. de
Cer.·. con un soplete con polvo de Licopodio; después, siempre conducido por el
Exp.·., continúa la vuelta a la Logia por la derecha y lleva al Recip.·. entre Col.·.
Primer Vigilante, *: Ven.·. Maestro, el Tercer Viaje del Recipiendario ha terminado.
Venerable Maestro: Caballero, en este Viaje no habéis escuchado ruido alguno. El
significado de este símbolo es que si perseveráis resueltamente en la Virtud, la
vida se convierte calma y apacible.
Las llamas por las que habéis pasado figuran el cuarto elemento simbólico de los
Antiguos: ojala que pueda el Fuego que os ha envuelto transmutarse en vuestro
corazón en un amor ardiente para vuestros semejantes, y la Caridad pueda
inspirar, desde ahora, vuestras palabras y actos.
No olvidéis jamás este principio de sublime moral, "No hagas a los demás, lo que
no quieras que te hagan a ti". Grabar en vuestro corazón este otro precepto, "Haz
a los demás todo el bien que tu quisieras que te hicieran a ti".
Venerable Maestro: ¡Caballero! Necesitamos exigiros el juramento que os debe
unir a la Orden Masónica en la que pedís ser admitido. Quizás, algún día, sea
necesario que vertáis hasta la última gota de vuestra sangre para su defensa o la
de vuestros HH.·.. ¿Si llegara el caso, consentiríais hacer este sacrificio y tendréis
el valor si se os pide?
El recipiendario debe responder afirmativamente.
Venerable Maestro: Puesto que es así, H.·. Experto y H.·. Maestro de Ceremonias,
conducid al Recipiendario al Altar de los Juramentos para que preste su
Juramento.
Los dos OOf.·. lo hacen por la derecha, y colocan al Recip.·. ante el Altar.
Venerable Maestro: Recipiendario, con el fin de asegurar los privilegies de la
Masonería únicamente a hombres que merecen obtenerlos, se les pide que
contraigan una promesa de fidelidad. Puedo aseguraros que esta promesa no
tiene nada incompatible con los otros deberes de un hombre y de un buen
ciudadano.
¿Consentís en prestar un Juramento solemne, fundado sobre los Principios que os
he expuesto y os comprometéis a guardar celosamente los Secretos y los
Misterios de la Masonería?
Recipiendario: Sí, consiento.
Venerable Maestro: Os informo que vuestro Juramento será prestado ante las
Tres Grandes Luces de la Masonería, que son: EL LIBRO de las LEYES
SAGRADAS, el COMPAS y la ESCUADRA y que en esta Respetable Logia este
Libro es la BIBLIA.
¿Tenéis algún inconveniente en prestar vuestro Juramento ante este Libro?
Los aplomadores de antemano habrán señalado lo que conviene y eventualmente
se habrá previsto otro libro para el juramento.
Recipiendario: No.
Venerable Maestro: Puesto que es así, H.·. Experto, poned los pies del
Recipiendario en escuadra y colocadle la mano derecha, abierta y desnuda, sobre
las TRES GRANDES LUCES SIMBÓLICAS de la Masonería: el LIBRO de la LEY
SAGRADA, el COMPAS y la ESCUADRA que se encuentran encima del Altar de
los Juramentos. H.·. Experto, poned un COMPAS en la mano izquierda del
Recipiendario, ¡con una punta apoyada sobre su
corazón!
¡En pie y al orden HH.·., espada en mano!
El Exp.·. y el M.·. de Cer.·. cruzan la espada y el bastón por encima del Recip.·. de
modo que formen una escuadra.
Venerable Maestro: Caballero, escuchad atentamente la fórmula del Juramento;
que repetiréis conmigo, si estáis de acuerdo:
YO N…, bajo la invocación del Gran Arquitecto del Universo y en presencia de la
Respetable Logia de Francmasones regularmente reunida y debidamente
consagrada.
Por mi propia y libre voluntad, juro y prometo solemnemente sobre las Tres
Grandes Luces de la Francmasonería no revelar jamás ningún secreto de la
Francmasonería, que me sea confiado, si no es a un legítimo y buen Masón o en
una Logia regularmente constituida.
Juro amar a mis HH.·. socorredlos y prestarles toda mi ayuda en sus necesidades.
Prefiero que se me corte el cuello, antes de faltar a mi juramento.
Que el GkkAkkDkkUkk me ayude y me preserve de tal desgracia.
Venerable Maestro, *: H.·. Experto y Maestro de Ceremonias, conducid al
Recipiendario entre Columnas.
Todos los HH.·. están al Orden con la espada en la mano izquierda.
Venerable Maestro, *: H.·. Primer Vigilante, vos sobre el que reposa una de las
primeras columnas de este Templo. Ahora que la paciencia y la firmeza del Neófito
le han hecho ganar su primera victoria en la lucha entre el Profano y el Masón,
¿qué pedís para él?
Primer Vigilante: ¡Qué la venda le sea quitada, que vea y medite!
El M.·. de Cer.·. apaga las Luces, dejando la Logia muy débilmente iluminada por
las Estrellas y el Delta.
Todos los HH.·. en pie, cesan de estar al orden y dirigen la punta de sus espadas,
que cogen con la mano derecha, hacia el Neófito.
Venerable Maestro: Que la luz le sea dada a mi tercer golpe de Mallete.
El H.·. Exp.·. quita la venda de los ojos del Neófito.
Venerable Maestro: Neófito, estas espadas que veis apuntándoos, os anuncian
que todos los Masones volarán en vuestra ayuda en un momento de peligro; pero
también os anuncian que, si traicionáis vuestro Juramento, no escaparéis a la
venganza de todos los HH.·. Extendidos sobre toda la faz de la tierra, que han
jurado castigar al perjuro. ¿Lo juráis, HH.·.?
Todos los HH.·.: ¡Lo juramos!
Venerable Maestro: Ahora estáis informado de todos los peligros a los que os
expondríais si no observáis estrictamente los compromisos que habéis contraído.
Os invitamos a reflexionad de nuevo sobre ello. Os volveremos a pedir que lo
confirméis antes que la consagración os sea dada.
H.·. Experto volved a cubrir los ojos del Neófito y conducidlo fuera del Templo.
El Exp.·. cubre rápidamente los ojos del Neófito, los HH.·. cesan de apuntarle con
las espadas y vuelven a su sitio.
El Exp.·. hace salir al Neófito para que se pueda vestir. El M.·. de Cer.·. vuelve a
dar la luz al Templo.
Venerable Maestro: HH.·., para comunicar la Luz a este Neófito necesitamos
concentrar todas nuestras fuerzas. Por ello conviene recogerse esperando que el
Neófito sea introducido de nuevo.
Durante este tiempo el M.·. de Cer.·. ordenará todo el material que haya servido
para la Prueba.
El Exp.·. vuelve a la puerta del Templo, con el Neófito vestido, los ojos vendados,
y llama como Aprendiz.
Venerable Maestro: H.·. Segundo Vigilante, informaos quién llama así.
Segundo Vigilante: H.·. Guarda Templo, ved quién llama así.
El G.·. Temp.·. entreabre la puerta y la cierra inmediatamente.
Guarda Templo: H.·. Segundo Vigilante, es el Neófito D…, acompañado del H.·.
Experto que busca la Verdad y la Luz, que pide la entrada al Templo.
Segundo Vigilante: Venerable Maestro es el Neófito D…, acompañado del H.·.
Experto, que busca la Verdad y la Luz, que pide la entrada al Templo,
Venerable Maestro: HH.·., preparaos a recibir al Neófito en la "Cadena de Unión".
¡En pie, HH.·.!
Formemos la Cadena abierta.
Pausa.
Todos los HH.·. ejecutan la orden. Los HH.·. Del Oriente participan en la cadena
aunque se quedan en sus sitios.
El H.·. Guarda Templo abre la puerta del Templo.
Venerable Maestro: ¡Dad entrada al Templo al Neófito y que sea colocado dentro
de la Cadena de Unión!
El Exp.·. entra con el Neófito, cuyos ojos están vendados, y le introduce en la
Cadena de Unión.
El H.·. presentador se coloca detrás del Neófito y pone sus manos sobre los
hombros.
Primer Vigilante: Venerable Maestro, el Neófito está en la Cadena de Unión y
desea la Luz.
Venerable Maestro: Puesto que ha sido juzgado digno, que la Luz le sea dada a
mi tercer golpe de Mallete.
Sin embargo, Neófito, le plantearé una última pregunta.
Habéis conocido a muchos hombres; puede que tengáis enemigos. Si encontráis
en esta Asamblea, o entre los Masones alguno de ellos, ¿estaríais dispuesto a
darle la mano y a olvidar el pasado?
Neófito: Si, lo estoy.
Venerable Maestro: Tomamos nota de vuestra respuesta y sabremos recordárosla
si es necesario.
H.·. Segundo Vigilante, ¿qué pedís para el profano?
Segundo Vigilante: LA LUZ Vkk Mkk.
Venerable Maestro: H.·. Primer Vigilante, ¿qué pedís para el profano?
Primer Vigilante: LA LUZ Vkk Mkk.
Venerable Maestro: H.·.. Orador, vos como representante de la Ley, ¿qué solicitáis
para el profano?
Orador: LA GRAN LUZ Vkk Mkk.
Venerable Maestro: Pueblo Masónico, como soberano que sois, ¿qué pedís para
el profano?
Todos: LA LUZ.
El Ven.·. M.·. da tres golpes de Mallete.
Al tercer golpe el H.·. presentador quita rápidamente la venda de los ojos del
Neófito.
Pausa.
Venerable Maestro: Fijaos bien, neófito. El aspecto de esta Asamblea ha
cambiado por completo. ¡Ninguna espada está apuntándoos!
Como podréis percataros sólo hay HH.-. formando una Cadena de Unión que
simboliza la unión de todos los Masones esparcidos sobre la superficie de la tierra.
Mirad y si veis algún enemigo entre nosotros ejecutad vuestra promesa.
Venerable Maestro: No es siempre delante de uno que se encuentra a los
enemigos. Los más temibles muchas veces están detrás.
¡Volveos!
El H.·. presentador está detrás de él. El Neófito se encuentra así cara a cara con
él, que le da enseguida el abrazo fraternal.
Se pide reconstituir la Cadena.
Venerable Maestro: ¡Nuestras manos os unen a nosotros y al Altar de la Verdad!
Su abrazo os anuncia que no os abandonaremos nunca, tanto como la Verdad, la
Justicia, la Discreción y el Amor fraternal, os serán sagrados.
HH.·., dejemos la Cadena.
Se hace después de haber sacudido los brazos tres veces.
Venerable Maestro: Tomad asiento.
H.·. M.·., de Ceremonias, acercad al Neófito al Altar de los Juramentos y colocad
al H.·., presentador, a su lado.
El M.·. de Ceremonias ejecuta la orden y el H.·. Experto se queda de pie al lado
del Neófito.
Venerable Maestro, *: De pie y al Orden, HH.·., espada en mano.
Todos obedecen y cogen la espada con su mano izquierda, estando al orden con
la derecha.
Neófito, ahora que vuestros ojos no están cubiertos, considerad los objetos que
están colocados en el Altar de los Juramentos. Estos objetos constituyen las Tres
Grandes Luces que iluminan la conducta de los Masones.
EL LIBRO DE LA LEY SAGRADA es el símbolo de la Tradición.
LA ESCUADRA, emblema de rectitud, nos inspira la rectitud en nuestros
pensamientos y acciones; es el símbolo de la Ley moral.
EL COMPAS, instrumento de medida y comparación, nos permite apreciar los
productos y consecuencias de nuestros actos, que siempre deberán ser
fraternales hacia todos nuestros semejantes y, en particular, hacia nuestros HH.·.
Masones.
Ahora, poneos de rodillas y vuestra mano derecha sobre las Tres Grandes Luces
de la Masonería que se encuentran en el Altar de los Juramentos.
El Exp.·. ejecuta esa orden y coloca al Neófito frente al Ven.·. M.·., en genuflexión
de la rodilla derecha, la izquierda se mantiene en 90°.
Venerable Maestro: Neófito, ¿os reafirmáis enteramente en las obligaciones que
acabáis de contraer?
¿Confirmáis sinceramente y sin restricciones el Juramento solemne que habéis
prestado hace un momento, con los ojos vendados?
¿Juráis, guardar respeto a nuestras dignidades masónicas, siempre que lo que se
os ordene sea conforme y no contrario a nuestras leyes?
Neófito: Si, lo confirmo y lo juro.
Venerable Maestro: H.·., … vos que sois el presentador del Neófito y por lo tanto el
responsable ante esta Respetable Logia y ante la Orden entera de la obligaciones
que el Neófito acaba de contraer, ¿prometéis velar para que sea fiel, seguirlo
durante su vida masónica y en su vida profana, iluminarle con vuestros consejos y
prevenirle de eventuales errores?
Presentador: Me comprometo a ello formalmente, V.·. M.·.
Venerable Maestro: Se ha tornado nota de vuestra promesa.
El presentador vuelve a su sitio.
Venerable Maestro, teniendo la espada flamígera en la mano izquierda, cuya hoja
pone ligeramente sobre la cabeza del Neófito, y teniendo el Mallete en su mano
derecha, dispuesto a golpear sobre la hoja: A la Gloria del Gran Arquitecto del
Universo, en nombre de la Masonería Universal y bajo los auspicios de la Gran
Logia de España.
En virtud de los poderes que me han sido conferidos por esta Respetable Logia,
os Consagro, Constituyo y Recibo Aprendiz Francmasón, grado primero, del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado y miembro activo de esta Resp.·. Logia de San Juan,
constituida en los Valles de … con el N° … y el título de ….
El Ven.·. M.·. da tres golpes iguales con su mallete sobre la hoja de la espada, que
la apoya ligeramente sobre la cabeza del recipiendario, después pone la espada y
el mallete encima de su mesa.
Levantaos, H.·. mío, porque desde ahora ya no recibiréis otro calificativo entre
nosotros, acercaos y recibid el abrazo fraternal, que por mi conducto os dan todos
los HH.\e esta Respetable Logia y los esparcidos por la superficie de la Tierra.
El Ven.·. M.·. le da el abrazo fraternal.
Venerable Maestro, *: Sentaos, HH.·..
H.·., ahora ya puedo informaros que en la Masonería hay distinto grados, cada uno
de los cuáles contiene secretos particulares que son comunicados a los
recipiendarios, según sus méritos.
Vamos a comunicaros ahora los Secretos del Primer Grado que acabáis de recibir.
H.·. Segundo Vigilante, proceded a la instrucción de nuestro H.·. N….
H.·. Experto y H.·. Maestro de Ceremonias, conducen por la derecha al nuevo H.·.
entre Columnas.
Segundo Vigilante: H.·., todas las Escuadras, Niveles y Plomadas son verdaderos
signos de reconocimiento para un Masón. Por tanto debéis manteneros bien
derecho, los pies en escuadra.
El nuevo H.·. ejecuta las instrucciones. El H.·. Exp.·. vigila su buena ejecución.
Ahora dad un paso hacia mi con el pie izquierdo y traed el pie derecho contra el
izquierdo, formando escuadra: es el primer paso regular en Masonería y es en
esta posición que los "SECRETOS" son comunicados.
Cuando entréis en la Logia, haréis este paso tres veces.
Los Secretos del Grado consisten en un SIGNO, un TOQUE y una PALABRA.
Poned ahora la mano derecha al nivel de la garganta, el pulgar en escuadra, el
antebrazo derecho horizontal: se llama a eso "ponerse al orden".
El SIGNO se hace pasando la mano de un lado a otro del cuello, dejando
enseguida caer el brazo derecho.
Éste alude a la penalización de vuestro juramento y significa que como hombre de
honor y Masón: ¡vos preferiríais que os corten el cuello antes que revelar
indebidamente los Secretos que os han sido confiados".
El TOQUE se da, dándose respectivamente la mano derecha y ejerciendo una
presión marcada, con el pulgar curvado, en la articulación del índice, que une este
dedo a la mano.
ESTE TOQUE constituye la petición de la PALABRA SAGRADA.
El interrogado debe responder:
"No sé leer ni escribir, sólo sé deletrear. Dadme la primera letra y yo os daré la
siguiente".
Para que pueda hacerlo de aquí en adelante, yo os diré que ésta palabra es
«Boaz»".
El Exp.·. hace repetir al nuevo H.·. el toque y la palabra letra por letra.
Segundo Vigilante: Esta palabra procede de la Columna que está situada en el
Exterior del Templo de Salomón, a la izquierda de la puerta de entrada, que
significa: «Con Fuerza».
En fin, habéis de saber que como Aprendiz vuestra edad es de "Tres años".
H.·. Primer Vig.·. , la instrucción del nuevo H.·. …, está terminada.
Primer Vigilante: Venerable Maestro, todo es justo y perfecto.
Venerable Maestro: H.·. Experto, revestid al Neófito del Mandil de Aprendiz
Masón.
El Exp.·. lo hace.
Venerable Maestro: H.·., llevad este Mandil, que es el símbolo del trabajo que ha
sido llevado por los Masones más ilustres y por los más humildes, os lo tenéis que
poner cada vez que asistáis a una Logia; en vuestra calidad de Aprendiz llevaréis
la baveta levantada. Su color blanco es el emblema de la pureza, de la inocencia y
del candor, guardaos de alterarlo por vuestras acciones.
Venerable Maestro, *: En pie y al orden, HH.·..
Os invito a reconocer desde ahora como H.·., miembro de esta Respetable Logia,
al nuevo iniciado N…, que se encuentra entre Columnas, a darle socorro y
asistencia en toda ocasión, persuadidos que, por su parte, él no olvidará jamás las
obligaciones Masónicas que ha contraído.
HH.·. Primero y Segundo Vigilante, invitad a los HH.·. que decoran vuestras
respectivas columnas, como yo lo hago a los de Oriente a que se unan a mí para
celebrar con una Batería de júbilo la feliz adquisición que acaba de hacer la
Masoneria y esta Respetable Logia en particular en la persona de nuestro H.·. ….
Primer Vigilante: H.·. Seg.·. Vig.·. y HH.·. que decoráis mi columna, el Venerable
Maestro os invita a celebrar con una Batería de júbilo la feliz adquisición que
acaba de hacer la Masonería y esta Respetable Logia en particular en la persona
de nuestro H.·. ….
Segundo Vigilante: HH.·. que decoráis la columna del Norte, el Venerable Maestro
os invita a celebrar con una Batería de júbilo la feliz adquisición que acaba de
hacer la Masonería y esta Respetable Logia en particular en la persona de nuestro
H.·. ….
Primer Vigilante: El anuncio está hecho, Venerable Maestro.
Venerable Maestro: A mí, HH.·., por el Signo, la batería, * * * y la aclamación
escocesa: ¡Huzze! ¡Huzze! ¡Huzze!
*. Sentaos, HH.·..
Venerable Maestro: H.·. Maestro de Ceremonias, conducid a nuestro nuevo H.·.
N…, al pie de Oriente y vos H.·. Experto hacedle ejecutar su primer trabajo de
Aprendiz.
El M.·. de Cer.·. hace acercar al nuevo H.·. a la Piedra Bruta. El Exp.·. le da el
mazo y el Cincel y, habiéndole hecho poner la rodilla derecha en tierra, la
izquierda en 90°, le hace dar tres golpes sobre la Piedra Bruta con estos útiles.
Experto, se pone al orden, hace el signo de Apr.·. y dice: Venerable Maestro, el
primer trabajo de Aprendiz de nuestro nuevo H.·. N…, ha terminado.
Venerable Maestro: H.·. Maestro de Ceremonias, haced subir a nuestro nuevo H.·.
los peldaños del Oriente.
El M.·. de Cer.·. hace subir al Oriente al nuevo H.·. quien estará al orden:
Venerable Maestro: H.·., siguiendo una antigua tradición, os doy ahora un par de
guantes blancos, de los que os serviréis en nuestras Tenidas solemnes. Os
indican que las manos de un Masón deben ser puras de todos los actos
reprensibles, así como que su conciencia será pura de todos los sentimientos
viles.
Siguiendo esta misma tradición se os entregaría un par de guantes blancos de
mujer, a fin de que los destinéis a la persona que tenga más derecho a vuestro
respeto y amor. Como recuerdo de esta tradición os damos en nombre de toda la
Logia una rosa destinada a esa mujer.
H.·. Maestro de Ceremonias, conducid ahora a nuestro H.·. N…, a la cabeza de la
primera fila de Septentrión, lugar que se le atribuye hoy. En el futuro se colocará
en la fila de atrás con los otros
Aprendices.
El M.·. de Cer.·. conduce al nuevo H.·. a su sitio.
Este se quedará de pie y al orden.
Venerable Maestro: Debéis saber, mi muy Qkk H.·. N…, que la beneficencia es
una de las Virtudes cuya práctica es más querida entre los Masones. No debe
confundirse con la limosna, que rebaja al que la recibe sin elevar al que la da.
Los metales, que se os han retirado antes de entrar en el Templo, simbolizan todo
lo que brilla con un resplandor engañoso. Es la moneda corriente de los prejuicios
vulgares: constituye una riqueza ilusoria, que el sabio debe saber despreciar. El
hombre que aspira a ser libre debe aprender a separarse de las cosas fútiles y
acordarse que la avaricia es el eje de todos los vicios.
Pero estos metales, convenientemente manejados por el sabio, pueden también
servir para hacer el bien.
"Una Viuda y sus Hijos" (es así como designamos a la Francmasonería y a sus
miembros), reclaman constantemente nuestra asistencia. Tenemos obras de
solidaridad para las que se hace un llamamiento a los buenos sentimientos de los
HH.·.. Ellos deben consultar a sus medios, al mismo tiempo que a su corazón,
para no pasarse de lo que sus posibilidades le permitan ofrecer.
La caridad cesa, en efecto, de ser una virtud si se hace en perjuicio de deberes
más sagrados y más urgentes: una familia a mantener, hijos a educar, viejos
padres a mantener, compromisos civiles que respetar: estos son los primeros
deberes que la Naturaleza y la conciencia nos imponen.
Daréis pues, una ofrenda para nuestras Obras de solidaridad, según vuestros
medios, y discretamente, porque los actos de beneficencia de un Masón no deben
ser jamás actos de ostentación, ni de vanidad, capaces de enorgullecer al que da,
y de humillar al que recibe.
Deben ser solo el cumplimiento de un Deber y quedar en secreto.
H.·. Maestro de Ceremonias restituid los metales a nuestro H.·. N…. El sabrá
usarlos con discernimiento.
Venerable Maestro: Querido H.·. N…, al final de esta Tenida, cuando el H.·.
Hospitalario os presentará como a todos, lo que llamamos el "Saco de la Viuda"
podréis ingresar vuestro óbolo como acto de Beneficencia.
Vuestra ofrenda será el testimonio del espíritu de sacrificio que debe animar a
todos los Masones.
No nos queda más, H.·. N…, que destruir el Testamento en el cual habéis
consignado vuestros últimos pensamientos de profano.
Estáis llamado desde ahora a una nueva vida y vuestras ideas evolucionarán
naturalmente, a medida que realizaréis el perfeccionamiento de vos mismo y
avancéis en el conocimiento.
Conviene, pues, que vuestras anteriores impresiones, destinadas a ser superadas,
sean olvidadas.
Destruyendo este testimonio de vuestro pasado, nosotros manifestamos la
confianza que tenemos en vuestro futuro.
¡Entrego, pues, vuestro Testamento a las llamas purificadoras!
El Ven.·. M.·. quema el antedicho Testamento que ha colocado clavado en la
punta de la espada colocada sobre su mesa. El H.·. Exp.·. recoge la ceniza en un
sobre que entrega al nuevo H.·.
¡Conservad H.·., preciosamente estas cenizas, en recuerdo del día en que os
habéis consagrado a la búsqueda de la Verdad y ligado a los Hijos de la Viuda!
¡Que estéis satisfecho de ello durante toda vuestra vida!
¡Sentaos H.·.!
H.·. Experto, ¡incinerad ahora los Informes del plomaje!
El Exp.·. quema ostensiblemente los Informes.
Venerable Maestro: Ahora concedo la palabra al H.·. Oradkk que os va a
manifestar los calurosos sentimientos de la Respetable Logia hacia nuestro nuevo
H.·. y exponerle sucintamente el sentido y el fin del Arte Real.
Orador breve alocución del H.·. Orad.·.
Venerable Maestro: Queridos HH.·., devolvamos al Gran Arquitecto del Universo
todo lo bueno, lo útil y glorioso que ha hecho por nosotros en esta jornada
solemne donde hemos visto el crecimiento del número de nuestros hermanos.
Que continúe protegiendo nuestros trabajos y nos dirija constantemente hacia la
perfección.
Que la armonía, la unión y la concordia sean siempre el triple cimiento de nuestras
obras.
Que en las vueltas por el mundo, sepamos reconocer siempre la sabiduría de los
verdaderos Hijos de la Luz.
Ahora queridos HH.·., vamos a proceder a la clausura de la Logia.
Clausura de Trabajos
Venerable Maestro, *: HH.·. míos, el orden del día se ha agotado. Antes de cerrar
los trabajos, estoy dispuesto a conceder la palabra a quien tenga proposiciones
que presentar en interés de la orden masónica en general, o de esta Respetable
Logia en particular.
Si ningún H.·. pide la palabra, el Primer Vigilante dice:
Primer Vigilante, *: Venerable Maestro, el silencio reina sobre ambas columnas.
Venerable Maestro: Voy a hacer circular el saco de las proposiciones al mismo
tiempo que el tronco de la viuda.
H.·. Maestro de Ceremonias y H.·. Hospitalario, ¡cumplid con vuestro deber!
Estos HH.·. ejecutan la orden recibida, empezando por el Venerable Maestro y los
HH.·. que están en el oriente, dando después la vuelta a la Logia en Dextrórsum.
Hecho esto, se colocan entre columnas.
Primer Vigilante, *: Venerable Maestro, el saco de proposiciones y el tronco de la
viuda están a vuestra disposición.
Venerable Maestro, *: ¿Alguno de vosotros, HH.·. míos, reclama el Tronco de la
Viuda?
Primer Vigilante, si no hay respuestas de los HH.·.: Venerable Maestro, el silencio
reina sobre ambas columnas.
Venerable Maestro: Entonces, H.·. M.·. de Ceremonias y H.·. Hospitalario,
¡acercaos a Oriente!
Si el saco contiene proposiciones, el Venerable Maestro informa a la Logia, o
anuncia sólo que hará lo necesario oportunamente. El producto del tronco de
beneficencia se cuenta y se toma nota en el esbozo de la plancha trazada.
Venerable Maestro: El saco de beneficencia será contado por el H.·. Oradkk, su
importe lo registrara el H.·. Secretario en la plancha y del importe se hará cargo el
H.·. Hospitalario.
Pausa.
HH.·. míos, ¡formemos la Cadena de unión!
Todos se quitan los guantes. Los HH.·. se colocan, silenciosamente, en el centro
del templo, alrededor de las tres columnitas y del cuadro de Logia, de la siguiente
manera:
- Pies derechos y paralelos, de manera que no se toquen entre ellos, ni con los de
los HH.·. cercanos.
- Cada H.·. coge con su mano derecha la izquierda del H.·. situado a su izquierda,
poniendo el brazo derecho por encima del brazo izquierdo.
- Mirada fija sobre el cuadro de Logia, manteniéndose en silencio durante varios
segundos.
La duración es a discreción del Venerable Maestro, según el grado de
concentración conseguido.
- La Cadena puede ser acompañada por la columna de la armonía.
- El V.·. M.·. o un H.·. designado por él pronunciará una plegaria ligada a las
circunstancias del día.
Mis queridos HH.·. dejemos la Cadena de Unión.
Los HH.·. vuelven a su sitio y se sientan.
Venerable Maestro, *: H.·. Segundo Vigilante, ¿dónde reciben los Aprendices su
salario?
Segundo Vigilante: En la columna B, Venerable Maestro.
Venerable Maestro: H.·. Primer Vigilante, ¿están los obreros contentos y
satisfechos?
Primer Vigilante: Venerable Maestro, así lo parecen en ambas columnas.
Venerable Maestro: H.·. Orador, decidme vuestra opinión sobre los trabajos
realizados.
Orador, hace un breve resumen de los trabajos, o si no es procedente, dice
simplemente: Resultan justos y perfectos, Venerable Maestro.
Venerable Maestro, *: H.·. Primer Vigilante, ¿qué edad tenéis?
Primer Vigilante: Tres años, Venerable Maestro.
Venerable Maestro, *: H.·. Segundo Vigilante, ¿a qué hora los Aprendices
masones acostumbran a cerrar sus trabajos?
Segundo Vigilante: A medianoche, Venerable Maestro.
Venerable Maestro, *: H.·. Primer Vigilante, ¿qué hora es?
Primer Vigilante: Es medianoche en punto, Venerable Maestro.
Venerable Maestro: Ya que es medianoche en punto, tenemos que volver a las
tinieblas y siendo la hora en que los Aprendices masones acostumbran a cerrar
sus trabajos, y éstos han resultado justos y perfectos, HH.·. Primer y Segundo
Vigilantes, invitad a los HHkk que decoran vuestras CColkk, como yo lo hago con
los HHkk de Orkk, que se unan a vosotros y a mí para cerrar los trabajos de esta
Respetable Logia en grado de aprendiz.
Primer Vigilante, *: H.·. Segundo Vigilante, y HH.·. de la columna del sur, nuestro
Venerable Maestro os invita a que os unáis a él y a mí, para cerrar los trabajos de
esta Respetable Logia en grado de aprendiz.
Segundo Vigilante, *: HH.·. de la columna del norte, nuestro Venerable Maestro os
invita a que os unáis a él y a mí, para cerrar los trabajos de esta Respetable Logia
en grado de aprendiz.
Anunciado, H.·. Primer Vigilante.
Primer Vigilante: Anunciado en ambas columnas, Venerable Maestro.
H.·. Experto y Maestro de Ceremonias, ayudadnos!
*. ¡En pie y al orden, HH.·.!
Todos se ponen en pie y al orden.
¡Que la luz que ha iluminado nuestros trabajos continúe brillando en nosotros,
para que terminemos fuera la obra empezada en el templo y preservémosla para
que no esté expuesta a los profanos!
El Maestro de Ceremonias, precedido del H.·. Experto, procede al apagado de las
luces siguiendo el movimiento de las agujas de un reloj, las apagará con el
apagador, jamás se soplará la llama. Primero la de la columna jónica mientras el
V.·. M.·. dice:
Venerable Maestro, *: ¡Que la paz reine sobre la tierra!
El Maestro de Ceremonias seguirá por el sur hasta llegar a la columna dórica la
que apagará mientras el Primer Vigilante dice:
Primer Vigilante, *: ¡Que el amor reine entre los hombres!
El Maestro de Ceremonias seguirá por el norte hasta llegar a la columna corintia la
que apagará mientras el Segundo Vigilante dice:
Segundo Vigilante, *: ¡Que la alegría reine en los corazones!
El Maestro de Ceremonias y el Experto cruzan el bastón y la espada sobre el altar
durante la invocación del Venerable Maestro.
Venerable Maestro: * * *.
Primer Vigilante: * * *.
Segundo Vigilante: * * *.
Venerable Maestro: A L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·., en nombre de la Francmasonería
Universal y bajo los auspicios de la Gran Logia de España, declaro cerrada en
grado de aprendiz, esta Respetable Logia de San Juan, constituida en el Oriente
de ... con el numero ... y el nombre distintivo de ...
Seguidamente, el pasado Maestro inmediato u otro antiguo Venerable se dirige al
altar de los juramentos, poniéndose al orden hace el signo, levanta los útiles
simbólicos y cierra el volumen de la ley sagrada; después vuelve a su sitio.
Venerable Maestro: ¡A mi, HH.·. mios!
¡Por el signo!
Todos hacen el signo de aprendiz.
¡La batería! * * *. Se dan tres golpes de mallete o sendas palmadas.
¡Y la aclamación escocesa!
¡Huzze! ¡Huzze! ¡Huzze!
HH.·. míos, muy por encima de las preocupaciones de la vida material, se abre
para el francmasón el vasto dominio de la actividad espiritual.
Antes de separarnos, unamos nuestros corazones en fraternidad y elevemos
nuestros pensamientos al Creador. ¡que Él inspire nuestra conducta en el mundo
profano, que guie nuestra vida y sea la luz de nuestro camino!
¡Juremos guardar el silencio sobre los trabajos de este día y retirémonos en paz!
Todos, haciendo el gesto de juramento: ¡Lo juro!
En este momento, el Venerable Maestro y los Vigilantes apagan las velas
encendidas que hay sobre sus mesas.
El Maestro de Ceremonias o el Experto retira el cuadro de Logia, haciendo una
cruz diagonal con
su bastón o empuñadura de la espada, según el oficial, sobre el reverso.
Los HH.·. están de pie y en sus respectivos sitios.
El V.·. M.·. invita al M.·. de Ceremonias a iniciar la marcha de clausura.
Comienza la salida el M.·. de Ceremonias, seguido del V.·. M.·. , dignatarios,
oficiales, Maestros, Compañeros y por último Aprendices.
Instrucción del Primer Grado
En coda grado masónico existe una instrucción compuesta de preguntas y
respuestas.
Las preguntas se plantean para estimular la reflexión. El aprendiz debe esforzarse
en contestarlas sin contentarse con recordar simplemente las respuestas
convencionales que deberá conocer de todas maneras. Aunque no se pretende
que sean respuestas de rutina.
Sin embargo, algunas de estas respuestas deben, en los "retejes", ser dadas
textualmente.
Cuando esta instrucción sea dada en Logia, el Primer Vigilante hará las preguntas
y el Segundo Vigilante dará las respuestas.
P.: H.·. mío ¿de dónde venís?
R.: De una Logia de San Juan, Venerable Maestro.
P.: ¿Qué hacéis allí?
R.: Se trenzan coronas para la virtud y se forjan cadenas para los vicios.
P.: ¿Que venís a hacer aquí?
R.: Vencer mis pasiones, someter mi voluntad y hacer un nuevo progreso en la
Masonería.
P.: ¿Qué lazo nos une?
R.: La Masonería.
P.: ¿Qué es la Masonería?
R.: Es una alianza universal de hombres, iluminada para trabajar en comün para el
perfeccionamiento intelectual y moral de la humanidad.
P.: ¿Sois Masón?
R.: Mis HH.·. me reconocen como tal.
P.: ¿Por qué contestéis así?
R.: Porque un Aprendiz Masón debe desconfiar de sí mismo y antes de juzgar
debe recurrir a las luces de sus HH.·..
P.: ¿Qué es un Masón?
R.: Un hombre libre y de buenas costumbres, tan amigo del rico como del pobre, si
son virtuosos.
P.: ¿Qué quiere decir ser libres?
R.: El hombre «libre» es el que, después de haber enterrado los prejuicios de lo
vulgar, se ha visto renacer a la vida nueva que confiere la Iniciación.
P.: ¿Por qué decís que un Masón es «tan amigo del pobre como del rico, si son
virtuosos»?
R.: Para indicar que el valor individual se debe apreciar en razón de las cualidades
morales. La estima sólo debe medirse por la constancia y la energía que el
hombre emplea en la realización del Bien.
P.: ¿Cuáles son los deberes de un Masón?
R.: Huir del vicio y practicar la Virtud.
P.: ¿Cómo debe practicar la Virtud un Masón?
R.: Prefiriendo la Justicia y la verdad a todas las cosas.
P.: ¿Dónde habéis sido recibido Masón?
R.: En una Logia justa y perfecta.
P.: ¿Qué hace falta para que una Logia sea justa y perfecta?
R.: Tres la dirigen, cinco la iluminan, siete la hacen justa y perfecta.
P.: Explicad esta respuesta.
R.: Los TRES son el Venerable Maestro y los dos Vig.·. Estos Oficiales, con el
Orad.·. y el Sec.·. son las CINCO Luces de la Logia.
Pero hace falta que SIETE miembros de la Logia, al menos, se reúnan para poder
proceder a los Trabajos regulares.
De estos SIETE miembros, tres al menos deben poseer el grado de M.·. y dos el
grado de Com.·.
P.: ¿Desde cuándo sois Masón?
R.: Desde que he recibido la Luz.
P.: ¿Qué significa esta contestación?
R.: Que no somos realmente Masones hasta el día en que nuestro espíritu se ha
abierto a la inteligencia de los misterios de la Masonería.
P.: ¿En qué reconoceré que sois Masón?
R.: En los Signos, las Palabras y los Toques.
P.: ¿Cómo interpretáis esta respuesta?
R.: Un Masón se reconoce por su manera de obrar, siempre equitativa y franca
(signos); por su lenguaje leal y sincero (Palabras); en fin, por la solicitud fraternal
que manifiesta hacia todos aquellos a los que está ligado por los lazos de la
solidaridad (Toques).
P.: ¿Cómo se hacen los signos de los Masones?
R.: Por la Escuadra, el Nivel y la Plomada.
P.: Explicad esta contestación.
R.: El Masón en sus actos, debe inspirarse en el sentimiento de Equidad
(Escuadra), debe intentar nivelar las desigualdades arbitrarias (Nivel); y contribuir,
por fin, a elevar sin cesar el estado moral y material de la Sociedad entera
(Plomada).
P.: Haced el Signo de "al Orden".
R.: (Lo hace poniéndose al orden).
P.: ¿Qué significa este signo?
R.: La mano situada en el cuello, parece contener el hervidero de las pasiones que
se agitan en el pecho y preservar así a la cabeza de toda exaltación febril,
susceptible de comprometer nuestra lucidez mental.
P.: Haced el "Signo Penal" o de reconocimiento.
R.: Lo hace.
P.: ¿Qué significa este signo?
R.: Que preferiría se me corte el cuello antes que revelar los secretos que me han
sido confiados.
P.: Dadme la Palabra Sagrada.
R.: No sé leer ni escribir, sólo se deletrear; dadme la primera letra y yo os daré la
segunda.
P.: ¿Por qué decís: "Yo no sé leer ni escribir"? ¿A qué se refiere esta ignorancia?
R.: Al lenguaje simbólico empleado por la Masonería. Su sentido no se discierne
más que progresivamente por el Iniciado, al principio de su carrera, deletrea con
dificultad lo que más tarde será para él objeto de una lectura corriente.
P.: ¿Qué os indica la manera de deletrear la Palabra Sagrada?
R.: El método de la Masonería, que solicita los esfuerzos intelectuales de cada
uno, evitando inculcar dogmas. Se pone al Neófito en la vía de la Verdad, dándole
simbólicamente la primera letra de la Palabra; debe encontrar por si mismo la
segunda; después se le indica la tercera, a fin de que adivine la cuarta.
P.: ¿A que se llama "Salario" en la Masonería?
R.: Es la recompensa del trabajo producido por el Obrero.
P.: ¿En que se traduce el "Salario" de los Masones?
R.: En el perfeccionamiento gradual de sí mismo.
P.: ¿Cuál es la forma de tu Logia?
R.: Un rectángulo.
P.: ¿En qué sentido se orientan sus lados largos?
R.: De Oriente a Occidente.
P.: ¿Y sus lados anchos?
R.: De Mediodía a Septentrión.
P.: ¿Su altura?
R.: Del Zenit a Nadir.
P.: ¿Qué significan estas dimensiones?
R.: Que la Masonería es Universal.
P.: ¿Por qué está situada la Logia de Oriente a Occidente?
R.: Está orientada, como todos los antiguos edificios sagrados, de forma que
recuerde que la Masonería indica a sus adeptos la dirección de donde viene la
Luz. Situándose así en la vía trazada para ir por si misma a la búsqueda de la
Verdad.
P.: ¿Qué entendéis por la palabra "Logia"?
R.: Es el lugar sagrado que sirve de refugio a los Masones, para cubrir sus
trabajos.
P.: ¿Por qué los trabajos Masónicos deben hacerse a cubierto?
R.: Porque todas las fuerzas que están destinadas a desplegarse útilmente fuera
deben, al principio, estar concentradas sobre sí mismas para adquirir así su
máxima energía expansiva.
P.: ¿En qué puede compararse una Logia regularmente cubierta?
R.: A la célula orgánica y más especialmente al huevo, que contiene un ser en
potencia. Todo cerebro pensante figura como un taller cerrado, una asamblea
deliberante, y al abrigo de la agitación exterior.
P.: ¿Qué decís cuando los trabajos no están cubiertos?
R.: Llueve. Esta expresión permite a los Masones avisarse entre ellos cuando su
conversación puede ser sorprendida por oídos profanos.
P.: ¿Qué es lo que sostiene la Logia?
R.: Tres Grandes Pilares que se llaman Sabiduría, Fuerza y Belleza, que están
simbólicamente representados por el Ven.·. M.·. y los dos VVig.·.
P.: ¿Cómo pueden estos pilares sostener la Logia, es decir, presidir el trabajo
constructivo de los Masones?
R.: La Sabiduría concibe, la Fuerza ejecuta, la Belleza adorna.
P.: ¿Por qué os habéis hecho recibir Masón?
R.: Porque estaba en las Tinieblas y buscaba la Luz.
P.: Explicad esta respuesta.
R.: La Sociedad en la cual vivimos está parcialmente civilizada. Las Verdades
esenciales están en ella rodeadas de sombras espesas, los prejuicios y la
ignorancia la dominan, la fuerza o la astucia priman sobre el derecho. El mayor
conjunto de Verdad y de Luz solo puede encontrarse en los Templos Masónicos.
P.: ¿Qué significa esa Luz?
R.: El Conocimiento y la Virtud que emana del Gran Arquitecto del Universo.
P.: ¿En qué estado estabais cuando se procedió a vuestra iniciación?
R.: Ni desnudo, ni vestido, pero en un estado decente, privado del uso de la vista y
desprovisto de todo metal.
P.: ¿Por qué estabais en este estado?
R.: Despojado de una parte de mis vestidos, para recordar el estado de desnudez
del hombre cuando nace, y también porque la virtud no necesita ornamentos. El
corazón descubierto en señal de amistad.
La rodilla derecha desnuda para señalar los sentimientos de humildad que deben
presidir la búsqueda de la Verdad.
El pie izquierdo descalzo, imitando una antigua costumbre por respeto a un Lugar
santo.
Privado del uso de la vista, a fin de manifestar la ignorancia del Recipiendario,
todavía privado de la Luz que le traerá la instrucción masónica.
Desprovisto de todo metal, como prueba del desinterés y renuncia a todo lo que
brilla con resplandor engañoso y que puede privarme de mi perfeccionamiento.
Simbólicamente para evitar obstáculos a mi purificación por la tierra, el aire, el
agua y el fuego.
P.: ¿Cómo fuisteis introducido en Logia?
R.: Por tres grandes golpes.
P.: ¿Cuál es su significado?
R.: Pedid y se os dará (LA LUZ); buscad y encontraréis (LA VERDAD); llamad y se
os abrirá (LA PUERTA DEL TEMPLO).
P.: ¿Qué os ocurrió después de vuestra introducción en el Templo?
R.: Después de sufrir diversas pruebas y del consentimiento de mis HH.·., el M.·.,
de la Logia me recibió Masón.
P.: ¿Cuáles son estas pruebas y qué significan?
R.: Estas pruebas consistieron en tres viajes destinados a mostrarme el camino
que conduce a la Verdad.
P.: ¿Qué hicisteis después de sufrir estas pruebas?
R.: Presté juramento de guardar los secretos de la Orden Masónica y de actuar en
todas las circunstancias como buen y leal Masón.
P.: ¿En qué consisten los secretos de la Orden?
R.: En el conocimiento de las Verdades, de las que los Símbolos masónicos son la
traducción sensible.
P.: ¿Qué habéis visto cuando entrasteis en Logia?
R.: Nada que el espíritu pueda comprender: un espeso velo cubría mis ojos.
P.: ¿Cómo explicáis esta respuesta?
R.: No basta con estar puesto en presencia de la Verdad para entenderla. La Luz
sólo ilumina al espíritu humano cuando nada se opone al resplandor. Mientras la
ilusión y los prejuicios nos ciegan, la oscuridad reina en nosotros y nos convierte
en insensibles al esplendor de lo Verdadero.
P.: ¿Qué habéis visto al recibir la Luz?
R.: El Altar sobre el que he prestado juramento, con las Tres Grandes Luces de la
Masonería: El Libro de la Ley Sagrada, el Compás y la Escuadra; el Delta
Luminoso; El Sol, la Luna y el Maestro de la Logia.
P.: ¿Qué representa el Delta luminoso?
R.: El Gran Arquitecto del Universo.
P.: ¿Qué relación existe entre el Sol, la Luna y el Maestro de la Logia?
R.: El Sol representa la Razón Divina que aclara la inteligencia, la Luna figura la
imaginación que recibe las ideas de una forma apropiada y el Maestro de la Logia
simboliza el Principio que ilumina la conciencia sobre la doble influencia de la
Razón y la Imaginación.
P.: ¿Dónde está sentado el Maestro de la Logia?
R.: En el Oriente.
P.: ¿Por qué?
R.: Lo mismo que el Sol aparece en Oriente para emprender la carrera del día. Así
mismo el Maestro de la Logia está en Oriente para abrir la Logia y dirigir a los
HH.·. por la Senda de la Masonería.
P.: ¿Dónde están los Vigilantes?
R.: En el Oeste y en el Sur para ayudar al Maestro de la Logia en sus trabajos,
pagar a los obreros y dejarlos contentos y satisfechos.
P.: ¿Qué significa el Occidente con relación al Oriente?
R.: El Oriente indica la dirección de donde procede la Luz y el Occidente la región
donde termina. El Occidente representa, pues, el mundo visible que perciben los
sentidos, y de una manera general, todo lo concreto. El Oriente, al contrario,
representa al mundo intelectual que no se revela más que al espíritu; en otros
términos lo que es abstracto.
P.: ¿Dónde están colocados los Aprendices?
R.: En el Septentrión, que representa la región menos iluminada, porque solo
poseen los conocimientos elementales en Masonería, y que, por lo tanto, todavía
no son capaces de soportar una Gran Luz.
P.: ¿A qué hora los Masones acostumbran a abrir y cerrar sus trabajos?
R.: Alegóricamente los trabajos empiezan a Mediodía y terminan a Medianoche.
P.: ¿Qué significan estas horas convencionales?
R.: Indican que el hombre llega a mitad de su carrera, el mediodía de su vida,
antes de poder ser útil a sus semejantes; pero que desde este instante y hasta su
última hora, debe trabajar sin desmayo para el bien común.
P.: ¿Qué edad tenéis?
R.: Tres años.
P.: ¿Qué significa esta respuesta?
R.: Informarse de la edad masónica de un H.·. es pedirle cuál es su grado. El
Aprendiz Masón tiene tres años, porque está iniciado en los Misterios de los tres
primeros años.
P.: ¿Cuáles son estos Misterios?
R.: Son las analogías que se deducen de las propiedades metafísicas de los
Números. La razón se fundamenta sobre estas nociones que se aplican para
resolver problemas de la existencia.
P.: ¿Qué habéis aprendido por el estudio del Número Uno?
R.: Que todo es uno, y que nada podría existir fuera del todo: "uno es el todo".
P.: ¿Cómo formuláis los principios que os revela el estudio del número dos?
R.: A menudo la razón humana asigna artificialmente límites a lo que, en realidad
es uno e ilimitado. Sólo lo percibimos diferenciando el objeto observado de su
entorno.
Bajo este punto de vista, dos es el Número de la Ciencia. Pero al mismo tiempo
representa un antagonismo que conviene conciliar.
P.: ¿Qué concluís de todo ello?
R.: Que hay lugar a llevar la Dualidad hacia la Unidad por medio del número tres.
El Ternario, síntesis de lo que parece opuesto, constituye para nosotros la
representación inteligible de la Unidad. Por esta razón, la Masonería, recuerda la
Luz del Ternario por sus principales símbolos.
P.: ¿En qué consiste el trabajo del Aprendiz?
R.: En desbastar la Piedra Bruta, a fin de despojarla de sus asperezas y acercarla
a una forma en consonancia con su destino.
P.: ¿Cuál es la Piedra Bruta?
R.: Es el Profano, producto grosero de la Naturaleza, que el Arte de la Masonería
debe pulir y transformar.
P.: ¿Cuáles son las Herramientas del Aprendiz?
R.: El Mazo, el Cincel y la regla de 24 divisiones.
P.: ¿Qué representan?
R.: La Regla de las 24 divisiones recuerda la alegoría egipcia de las 24 puertas
atravesadas por el Sol en su marcha aparente y simboliza el día del Masón, para
quien todas las horas deben ser empleadas útilmente; el Mazo representa la
Voluntad, normalmente aplicada a la transformación del Profano en Iniciado; el
Cincel perfecciona esta Gran Obra.
P.: ¿Qué significa la Marcha del Aprendiz?
R.: El celo que debemos demostrar yendo hacia la Luz.
P.: ¿Cuales son vuestras ambiciones?
R.: Una sola, aspiro a ser recibido entre los Compañeros.
Primer Vigilante: Trabajad y perseverad.
Venerable Maestro: H.·. Experto, completad esta instrucción en el "Memento" del
grado. Ejecutad los Signos y la Marcha mientras se explica.
Memento del Primer Grado
El H.·. Exp.·. se porie al orden entre Col.·., saluda al V.·. M.·. y prosigue
anunciando y ejecutando sucesivamente:
EL SIGNO DE ORDEN
Estando de pie, los pies en escuadra, llevar la mano derecha a la garganta, los
cuatro dedos cerrados bajo la garganta y el pulgar separado formando la
escuadra, el brazo y antebrazo horizontales, el brazo izquierdo caído a lo largo del
cuerpo.
EL SIGNO PENAL O DE RECONOCIMIENTO
Estando al orden, retirar la mano derecha horizontalmente hacia el hombro
derecho y dejarla caer a lo largo del cuerpo, el brazo alargado, describiendo
también una escuadra.
LA MARCHA
Estando al orden, hacer tres pasos hacia adelante, saliendo con el pie izquierdo y
llevando cada vez el talón del pie derecho contra el pie izquierdo, de modo que
formen una escuadra; hacer enseguida el Signo de Reconocimiento.
EL TOQUE
El Toque se da tomándose recíprocamente la mano derecha y ejerciendo una
presión marcada, con el pulgar curvado sobre la articulación del índice que une
este dedo a la mano.
Es la petición de la "Palabra Sagrada" que se da en respuesta como sigue:
LA PALABRA SAGRADA
El H.·. interrogado debe responder:
"Yo no sé leer ni escribir, sólo se deletrear; dadme la primera letra, yo os daré la
segunda".
EL QUE PIDE: B.
EL QUE CONTESTA: O.
EL QUE PIDE: A.
EL QUE CONTESTA: Z.
AMBOS: BOAZ.
Esta palabra designa una de las columnas situadas a la entrada del Templo de
Salomón y su significado es "CON FUERZA".
LA PALABRA DE PASO
No existe palabra de paso en el grado de Ap.·. En el Rito Escocés Antiguo y
Aceptado.
LA PALABRA DEL SEMESTRE
No existe palabra de semestre en la G.·. L.·. E.·.
LA BATERÍA
Tres golpes iguales dados con la palma de la mano derecha sobre la izquierda.
La aclamación sigue a la Batería.
LA ACLAMACIÓN ESCOCESA
¡HUZZE - HUZZE - HUZZE!
ORDEN DE DUELO
Estando en pie, se inclina la cabeza hacia el suelo y se apoyan los dedos índice y
medio de cada mano sobre los párpados cerrados, teniendo el pulgar separado en
forma de escuadra.
BATERÍA DE DUELO
Dejando el orden de duelo, se extiende el brazo izquierdo, se coloca sobre el
antebrazo la mano derecha y enseguida se golpea con ésta:
Un golpe diciendo: ¡"Gimamos"!
Enseguida dos golpes, diciendo: ¡"Gimamos"! ¡"Gimamos"!
Después tres golpes: ¡"Gimamos"! ¡"Gimamos"! ¡"Pero esperemos"!
Esta batería siempre se termina con una batería de júbilo o una batería de
esperanza.
BATERÍA DE ESPERANZA
Esperemos.
Esperemos con confianza.
Esperemos con confianza y serenidad.
LA EDAD
Tres años.
EL VESTIDO DEL APRENDIZ
El mandil de piel blanca, ribeteado de blanco, cuya baveta estará levantada y los
guantes blancos.
LA CADENA DE UNIÓN
Corta: Se efectúa alrededor del Cuadro de la Logia, las manos desnudas, los
brazos cruzados sobre el pecho, el brazo derecho encima, los pies abiertos, todos
los Oficiales dejan sus estrados.
Larga: Se emplea en la acogida de un Neófito, las manos desnudas, los brazos
abiertos, los pies abiertos, si hay suficientes HH.·., se ponen en pie pero no
abandonan su sitio.
Las siguientes palabras son un ejemplo de cómo se exhorta en la Cadena de
Unión:
Regocijémonos HH.·. por el trabajo cumplido fielmente.
Esforcémonos cada día para conseguir la perfección.
Fortifiquemos en nuestro corazón el amor a la verdad y el sentimiento de nuestros
deberes.
Que nuestras tenidas sean más y más fuertes en la unión y la voluntad de ser
útiles a nuestros semejantes.
Que ellas sean, siempre, un lugar de paz y virtud y que la cadena de unión sea
cada vez más fuerte entre nosotros para que nada pueda quebrarla.
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