Subido por Antony Ricardo Flores Vivanco

Social representation of sexuality and attitudes in Mexican university students

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Revista de Psicología Social
International Journal of Social Psychology
ISSN: 0213-4748 (Print) 1579-3680 (Online) Journal homepage: https://www.tandfonline.com/loi/rrps20
Representación social de la sexualidad y actitudes
en estudiantes universitarios mexicanos
José Moral & María-Estela Ortega
To cite this article: José Moral & María-Estela Ortega (2009) Representación social de la
sexualidad y actitudes en estudiantes universitarios mexicanos, Revista de Psicología Social,
24:1, 65-79, DOI: 10.1174/021347409786922998
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Published online: 23 Jan 2014.
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Representación social de la sexualidad y
actitudes en estudiantes universitarios
mexicanos
JOSÉ MORAL Y MARÍA-ESTELA ORTEGA
Universidad Autónoma de Nuevo León
Resumen
Se estudia la representación social de la sexualidad y su relación con las actitudes y comportamientos sexuales en una muestra de 395 estudiantes de psicología mexicanos. Se empleó un cuestionario, integrado por un test
de asociación libre de palabras para determinar el contenido semántico de la representación, dos escalas tipo
Likert para medir actitud hacia la sexualidad y la homosexualidad, así como preguntas cerradas y abiertas
sobre conductas sexuales. El análisis de datos se realizó por análisis de conglomerados, análisis factorial, correlaciones, comparaciones de medias y chi-cuadrado. En el núcleo central de la representación social encontramos
una sexualidad definida por la identidad de género y la heterosexualidad, cuyo ejercicio se basa en el amor y
valores de respeto. El análisis de conglomerados arroja 5 grupos semánticos. Estos grupos presentan una asociación débil con las actitudes, pero independencia con la conducta. Por el contrario, las actitudes se relacionan con
la conducta sexual en un grado de débil a moderado. Se discute la conexión de lo cognitivo con el comportamiento
y el efecto de las medidas usadas.
Palabras clave: Representación social, actitudes, sexualidad, conducta, jóvenes.
Social representation of sexuality and
attitudes in Mexican university students
Abstract
This paper studies the social representation of sexuality and its relationship with sexual attitudes and
behaviors in a sample of 395 Mexican psychology students. The measure instrument applied was a
questionnaire, integrated by a word free association test to determine the representation semantic content, two
Likert-type scales to measure attitudes toward sexuality and homosexuality, as well as some closed and open
questions on sexual behaviors. The statistical analysis was carried out through hierarchical cluster analysis,
factor analysis, correlations, central tendency comparisons and chi-square test. In the central nucleus of social
representation we found a sexuality that is defined by gender identity and heterosexuality, and whose practice
is based on love and on values of respect and personal care. The cluster analysis defines 5 semantic groups.
These groups show a weak association with attitudes, but independence with behavior. On the contrary,
attitudes are related with sexual behavior in a grade from weak to moderate. Connection between cognitive
and behavioral aspects as well as the effect of the measures employed is discussed.
Keywords: Social representation, attitudes, sexuality, behavior, young people.
Agradecimientos: Al M. C. Juan Carlos Sánchez por su ayuda en la captura de los datos.
Correspondencia con los autores: José Moral. Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Nuevo León.
C/Mutualismo 110. Col. Mitras Centro. Monterrey, Nuevo León, México. C.P. 64460. Tel.-Fax. 00 52 81
8348 37 81. E-mail: [email protected]
María Estela Ortega. Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Autónoma de Nuevo León. Av. Lázaro
Cárdenas Ote.y Paseo de la Reforma s/n. Campus Mederos UANL 64930 Monterrey, N.L. México. Teléfono
83294237 ext. 7857. E-mail: [email protected]
© 2009 by Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0213-4748
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Las actitudes se pueden definir como un sesgo en el pensamiento, reacciones
emocionales y comportamiento en relación con un objeto. Este sesgo puede ser
registrado bajo dimensiones descriptivas bipolares (Allport, 1935). Las actitudes
no son conductas sino predisposiciones aprendidas para actuar selectivamente y
conducirse de manera determinada en la interacción social, operan como parte de
un sistema de representación de la realidad y una vez incorporadas regulan la
conducta. Podemos describirlas en función de cuatro características: a) dirección:
las actitudes se refieren a un objeto frente al cual toma posición el sujeto e implican una tendencia a la acción; b) adquisición, ya que son aprendidas en interacción; c) estabilidad: las actitudes son relativamente durables, no obstante, al
mismo tiempo son factibles de ser modificadas por influencias externas; y d)
polaridad afectiva: implican la aceptación o rechazo del objeto (Campbell,
1963).
Para comprender la relación entre actitud y comportamiento podemos destacar la teoría de la acción razonada de Fishbein y Ajzen (1975). Estos autores sostienen que muchos de los comportamientos de los seres humanos se encuentran
bajo control voluntario, por lo que la mejor manera de predecir un comportamiento dado es la intención que se tenga de realizar o no dicho comportamiento.
Esta intención estará en función de dos determinantes: la actitud y la norma subjetiva definida como la percepción de la persona sobre las presiones sociales que
le son impuestas para realizar o no un comportamiento determinado.
Las representaciones sociales son formaciones cognitivas socialmente producidas y por consiguiente socialmente diferenciadas, pertenecen a un grupo social
con su historia e identidad, son respecto a un objeto relevante en la vida social de
ese grupo y se forman en procesos de comunicación verbal y no verbal entre los
miembros del grupo (Moscovici, 1961). En su estudio podemos distinguir los
aspectos siguientes: semántico-informativo (significados y creencias), valorativoactitudinal (valores, actitudes y estereotipos) y normativo (normas y preceptos)
(Moscovici, 1988). En su formación y evolución dos procesos juegan un papel
importante: la objetivación (concretización de los elementos abstractos del objeto social) y el anclaje (proceso de familiarización de los aspectos nuevos o que han
sufrido cambio) (Moscovici, 1961). Existen varios métodos para estudiar la
estructura de las representaciones, uno consiste en distinguir el núcleo central de
los elementos periféricos. El primero tiene características rígidas que lo hacen
muy resistente al cambio, con una determinación social fuerte, resultando relativamente independiente del contexto social específico. El sistema periférico es
flexible, dinámico y más permeable al cambio, tiene una determinación más personalizada y contextualizada, permitiendo un anclaje psicológico a la realidad
mediata (Abric, 1993; Casado, 2001). Las representaciones sociales son una rejilla de lectura de la realidad social, guían la conducta de los miembros del grupo
y a su vez pueden ser modificadas por cambios en las prácticas sociales (Ortega,
2006).
El contenido semántico de la representación cognitiva de un objeto es la red
de significados asociados al mismo. Desde un enfoque psicosocial, dentro de un
grupo social amplio, se pueden distinguir subgrupos de individuos que comparten este aspecto de la representación. Esta comunalidad representacional se atribuiría, por una parte, a influencias de familia, personalidad y grupos de pares; y
por otra parte, a las imágenes que fluyen y dominan la sociedad en la que están
insertos los participantes, las cuales son diversas, especialmente en un mundo
abierto y globalizado como el actual y de las cuales se apropia el sujeto para construir su identidad (Leventhal, 1973).
Ya desde finales de los 80 se viene reconociendo que hay una fuerte conexión
entre la teoría de actitudes y la teoría de las representaciones sociales, aunque vie-
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nen de dos posiciones epistemológicas diferentes. En los primeros estudios de la
psicología social se consideraban que las actitudes tenían un origen y funciones
sociales, pero gradualmente se evolucionó hacia una noción individualista, considerando que la naturaleza adquirida de las actitudes yace en la historia personal
del sujeto y está al servicio de su identidad personal. Por el contrario, el paradigma de representaciones sociales toma una perspectiva social, centrándose en el
compartir y transformar la información a fin de crear un conocimiento útil
socialmente (Doise, 1989).
Desde la teoría de las representaciones sociales dos líneas se han propuesto
para conceptuar la relación entre estos dos paradigmas. La primera línea concibe
las actitudes como componentes específicos de las representaciones sociales. Las
actitudes no son posiciones individuales, sino que están determinadas por el
conocimiento generado en el proceso social de compartir y crear significado.
Solamente si el objeto ha estado presente en los medios de comunicación y en la
discusión cotidiana, las personas pueden elaborar una actitud hacia ese objeto
con sentido e interés sociales. La segunda línea conceptual considera que la
representación en el grupo social no es homogénea, sino que varias representaciones del objeto conviven en desacuerdo e incluso confrontación, de ahí se derivan las distintas actitudes, en la medida en que cada sujeto participe de una de
esas representaciones (Staerklé, 2006). Uno de los determinantes más importantes de esa participación es la identidad social. Las representaciones sociales se
dinamizan cuando son retomadas por los grupos en el proceso de construcción de
la identidad social (Duveen, 2001). La actitud entra en juego con la identidad
individual, mientras que la representación social entra en juego con la identidad
social e ideología dominante del grupo, siendo determinada por estos elementos
previos y de jerarquía superior en la organización del pensamiento social (Flament y Rouquette, 2003).
Los objetivos del presente trabajo son, considerando al conjunto de estudiantes como un grupo, describir el contenido y la estructura de la representación
social de la sexualidad a través del estudio del contenido semántico, así como sus
actitudes hacia la sexualidad en general y la homosexualidad. Desde una perspectiva psicosocial, determinar subgrupos de participantes que comparten una
representación semántica de la sexualidad semejante y ver su relación con las
actitudes y comportamientos sexuales.
Método
Se trata de un estudio descriptivo-correlacional con un diseño no experimental de tipo transversal. Se empleó una muestra no probabilística por conveniencia de participantes voluntarios no remunerados. La captura fue de tipo colectivo
y se realizó en los salones de clases de la Facultad de Psicología de la UANL, de
agosto del 2004 a agosto del 2005. El instrumento empleado consiste en un
cuestionario de lápiz y papel de auto-informe.
Muestra
La captura de la muestra de 395 sujetos se realizó en los salones de clases de la
Facultad de Psicología de la UANL, de agosto del 2004 a agosto del 2005. Está
constituida por un 83% de mujeres y 17% de hombres. La edad mínima es de
18 y la máxima de 28, con una mediana y moda de 19 años, una media de 19,53
y una desviación estándar de 1,46. El 98,7% de los encuestados son solteros y
sólo 1,3% están casados o en unión libre. El 89,1% vive con sus padres o familiares, el 5,6% de alquiler con amigos/as, el 2,8% en un internado para estudiantes
y el 2,5% solos, con el cónyuge o con la pareja.
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Instrumento de medida
Como instrumento de medida se empleó un cuestionario. Éste comienza
con preguntas sobre datos demográficos y sigue con un test de asociación
libre de palabras en relación con el estímulo “sexualidad”, dos escalas de actitud una respecto a la sexualidad en general y otra respecto a la homosexualidad, y preguntas cerradas y abiertas sobre relaciones voluntarias de pareja con
o sin coito vaginal, masturbación, fantasías sexuales, relaciones voluntarias
homosexuales, las emociones asociadas a estas conductas, embarazos no deseados, asalto o abuso sexual e infecciones de transmisión sexual. El cuestionario
termina con una pregunta cerrada respecto al grado de sinceridad en las respuestas. Los reactivos de las escalas de sexualidad y homosexuales son de tipo
Likert con un recorrido de 5 puntos (de totalmente en desacuerdo a totalmente de acuerdo). La mitad estaban redactados en un sentido de aceptación y la
otra mitad en un sentido de rechazo. No obstante, todos se puntúan en un
sentido de rechazo, invirtiendo la puntuación en aquellos redactados en un
sentido de aceptación. El contenido de los 20 reactivos de la escala de sexualidad cubre: actitudes hacia la masturbación, desnudez, pornografía, el placer y
valoraciones sobre la sexualidad como buena/mala, sucia/natural,
placentera/angustiante. Se eliminaron los referentes a la infidelidad por ser
inconsistentes con la escala. El contenido de los 10 reactivos de la escala de
homosexualidad cubre: aceptación/exclusión de los homosexuales como individuos, de la homosexualidad como orientación sexual y las manifestaciones
públicas de los homosexuales. En el test de asociación se pedía asociar espontáneamente cinco palabras a la palabra estímulo “sexualidad”, luego ordenarlas por grado de representatividad y definir cada una de ellas (De Rosa,
1988). Respecto a la fiabilidad del cuestionario, el 60,8% de los encuestados
dice que respondió de forma totalmente sincera, el 39% se reservó cosas, el
0,2% contestó de forma no sincera en algunas preguntas y 0% de forma no
sincera en general.
Procedimiento estadístico
El test de asociación libre se analiza a través del análisis de conglomerados
jerárquico. El análisis se realiza al nivel individual, por el método de Ward.
Se emplea la distancia euclídea al cuadrado como medida de similaridad. Las
dimensiones subyacentes a los reactivos de cada una de las dos escalas de
actitud se determinan por análisis factorial exploratorio, factorizando por
Ejes Principales. En la escala de actitud hacia la sexualidad, el número de
factores se define por el criterio de Cattell (1958), es decir, el punto de inflexión de la curva de sedimentación de los autovalores, ya que por el criterio
de Kaiser (autovalores mayores a 1) surgen un número excesivo de factores
(9) de difícil interpretación, además se aplicó una rotación ortogonal por el
método Varimax. La escala de actitud hacia la homosexualidad por el criterio
de Kaiser resulta unifactorial, de ahí que no se rote. En ambas escalas se
determina el ajuste de las estructuras factoriales hipotetizadas con base en
los resultados exploratorios por medio de análisis factorial confirmatorio
(AFC), empleando el método de Máxima Verosimilitud desde la matriz de
correlaciones; a tal fin se emplea la misma muestra de 395 participantes. La
consistencia interna de las escalas y factores se calcula por la alfa de Cronbach. Las puntuaciones en la escala y los factores se definen por suma simple
de elementos, puntuando todos hacia el polo de rechazo. El ajuste de las distribuciones a una curva normal se contrasta por la prueba de KolmogorovSmirnov.
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Toda variable con un recorrido de más de 9 puntos y cuya distribución se
ajusta a una curva normal es tratada como una variable numérica o paramétrica.
Las correlaciones se estiman por el coeficiente r de Pearson para dos variables
numéricas, por el coefiente Rho de Spearman para una o dos variables ordinales,
por el coeficiente eta para una numérica y otra nominal; y por el coeficiente
biserial-puntual para una nominal dicotómica y otra numérica u ordinal. La
diferencia de proporciones se contrasta por el estadístico Chi-cuadrado. La
diferencia de tendencia central, por la prueba de Kruskal-Wallis, cuando la
dependiente es ordinal, y por el análisis de varianza (ANOVA), cuando es
numérica. Dentro del ANOVA, las comparaciones por pares de medias se
realizaron por prueba LSD. En todos los casos se pudo mantener el supuesto de
varianzas homogéneas, contrastado por la prueba de Levene. Todos los cálculos
se realizaron con el SPSS 10, salvo el AFC que se realiza con el STATISCA 5.
Resultados
Análisis del grupo considerado como una unidad social
El análisis de contenido de carácter temático se realizó tomando como unidad
de análisis la definición dada a cada palabra. Las respuestas se pudieron clasificar
en 15 categorías específicas y una residual. La confiabilidad interjuez para este
sistema de categorías semánticas fue alta. Calculada por el coeficiente ϕ entre dos
evaluadores dentro de un subconjunto de 100 encuestas escogidas aleatoriamente entre las 395 disponibles fue de .93, variando de .88 a .99 (Tabla I).
TABLA 1
Categorías semánticas de las palabras asociadas a Sexualidad y su confiabilidad interjuez (coeficiente phi)
Categorías semánticas
ϕ
Amor, intimidad, confianza - El amor, la intimidad, la confianza, el cariño o el
respecto como sentimientos que llevan a la persona a emparejarse y deben estar
presentes en las relaciones sexuales. La sexualidad como un potenciador de estos
sentimientos existentes en la pareja.
.89
Anticoncepción – Asociación del uso de anticonceptivos con el ejercicio de la
sexualidad. Se puede afirmar que son importantes para evitar el embarazo o la
transmisión de enfermedades sexuales.
.99
Besos, caricias y juegos sexuales - Actividad sexuales no coitales de pareja como
besos, caricias. Se destaca el componente lúdico y de excitación.
.92
Coito - Relaciones sexuales entre hombre y mujer en términos generales que
incluyen el coito o el acto concreto del coito. Símbolos que hacen referencia al
coito por el lugar donde se realiza (cama) o momento del día (noche). Se suele
emplear la palabra sexo y relaciones sexuales.
.95
Erotismo corporal, biología y necesidad – El cuerpo entendido como el espacio
donde se vive la sexualidad o como una totalidad erótica. Partes corporales
contempladas como elementos eróticos (piernas, senos, glúteos, labios).
Emanaciones corporales como fluidos, olores y gemidos. Asociaciones a la biología
y el cuerpo. La concepción de la sexualidad como un impulso biológico.
.93
Sexualidad sin pareja - Manifestaciones de la sexualidad sin necesidad de pareja
física propias de la adolescencia (abstinencia, masturbación o fantasía)
.90
Hijos, reproducción – El fin de la sexualidad es la reproducción o el deseo de
tener un hijo.
.96
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TABLA 1
(continuación)
Categorías semánticas
ϕ
Identidad y orientación sexual - La base para distinguir al hombre de la mujer
y las diferencias asociadas al hombre y la mujer. Afirmación de la presencia del
sexo contrario como necesario para una relación sexual. Afirmación del propio
género en oposición al contrario.
92
Madurez sexual - La adolescencia como el momento de la vida en que se alcanza
la madurez sexual. Necesidad de madurez sexual, social o personal para tener
relaciones sexuales.
.89
Mensajes de educación sexual – Mensajes comunes en programas de educación
sexual como sexo responsable, respeto hacia sí mismo y el otro, salud o higiene
sexual. Proclamar la necesidad de tener una información suficiente, clara y buena
para poder vivir la sexualidad sin complejos. El sexo no es malo sino natural y un
fenómeno social. Asociaciones con materias y prácticas de psicología sobre
educación sexual. Excluye el tema de los preservativos
.95
Miedos y angustias - Miedo al contagio de enfermedades de transmisión sexual,
a tener una primera relación sexual, a lo desconocido en la sexualidad. La
sexualidad como algo prohibido, oculto, sobre lo que no se puede hablar; que la
gente vive con mucha confusión, complejos, miedos e inhibiciones. La sexualidad
como un mito lleno de mentiras y engaños. La sexualidad como algo sucio
asociado a las enfermedades de transición sexual, la prostitución, alcohol o drogas.
.91
Placer - El fin de la sexualidad es el placer o asociar sensaciones como orgasmo.
.97
Pareja – Se asocia a formas estables de relación como noviazgo y matrimonio
.97
Pasión o excitación – Asociación con la pasión y la excitación pasional.
.98
Relación interpersonal – Se comenta que la sexualidad es una relación física y
afectiva entre dos personas, donde están presentes muchas gamas de sentimientos
y sensaciones. Se suelen emplear las palabras de relación, sentimientos, persona.
.88
Cada categoría semántica se definió como una variable ordinal, ponderando el
orden de representatividad asignado a la categoría (de 5 para el primer orden a 1
para el quinto) y sumando en cada sujeto estos valores ponderados. Así, la puntuación o rango en la categoría puede variar de 0 a 15. La puntuación de 15
supone que el sujeto empleó la misma categoría semántica en las 5 asociaciones
(5+4+3+2+1) y una puntuación de 0 en ninguna. De este modo, se sigue la
recomendación de Abric (2003) de analizar las palabras por el orden de representatividad asignada en vez de orden de asociación libre.
Si contemplamos a los estudiantes de psicología como un grupo, podemos
determinar la estructura de su representación de la sexualidad, desde el modelo
de Abric (1993) y el procedimiento de análisis de Vergès (1994). El núcleo central viene definido por las categorías semánticas de frecuencia alta (de 72 a 359)
y rango medio alto (de 2,86 a 3,4). La primera periferia está formada por las categorías de frecuencia alta y rango medio bajo (de 2,2 a 2,85). La segunda periferia
por categorías de frecuencia baja (de 36 a 71) y rango medio alto. Finalmente, la
tercera periferia está formada por las categorías semánticas cuya frecuencia es
baja y rango medio bajo. Al dividir la suma de los rangos de los sujetos en una
categoría semántica por su frecuencia en la muestra obtenemos el rango medio
de dicha categoría semántica. La mediana de las frecuencias fue de 72 y la media
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de los rangos medios de 2,86, con una variación de 2,2 a 3,4. En el núcleo central
tenemos: “Identidad y orientación sexuales”, “Coito”, “Amor, intimidad y confianza”, “Mensajes de educación sexual”, “Cuerpo” y “Pareja”. En la primera
periferia sólo encontramos una categoría semántica, la de “Placer”. En la segunda
periferia aparecen: “Relación interpersonal”, “Madurez” y “Manifestaciones de la
sexualidad sin pareja” (abstinencia, masturbación y fantasías). En la tercera periferia se encuentran: “Hijos”, “Miedos”, “Anticoncepción”, “Pasión” y “Besos y
juegos”. Ver tabla II.
TABLA II
Núcleo central y las tres periferias de la representación semántica de la sexualidad*
RM ≤ 2,86
RM > 2,86
(F > 72)
Núcleo Central
F
Identidad sexual
359
Coito
275
Amor
250
Mensajes
240
Cuerpo
152
Pareja
138
(F ≤ 72)
Relación
Madurez
Sexualidad
sin pareja
RM
3,3
3,1
3,3
3,1
3,0
3,1
2ª Periferia
F
53
53
RM
3,4
3,3
42
2,9
Placer
1ª Periferia
F
109
3ª Periferia
F
Hijos
72
Miedos
67
Anticoncepción 43
Pasión
39
Besos
36
RM
2,5
RM
2,2
2,3
2,3
2,7
2,4
*Se especifica, para cada categoría, su frecuencia (F) y el rango medio de las categorías (RM). La
mediana de las frecuencias fue de 72 y la media de los rangos medios de 2,86.
Los 20 reactivos de la escala de sexualidad presentaron una estructura trifactorial que explica el 31,60% de la varianza total. El primer factor refleja valoración
de la virginidad y condena de la pornografía. El segundo factor indica rechazo de
la masturbación y del sexo como algo sucio que genera angustia. Finalmente, el
tercer factor se refiere a timidez, vergüenza, pudor y rechazo de la sexualidad
como fuente de placer. La escala obtuvo una consistencia interna adecuada con
una alfa de Cronbach de .84, al igual que sus factores con alfas que varían de .75
a .67. Las distribuciones de la escala total y del primer factor se ajustaron a una
distribución normal, siendo asimétricas positivas las de los otros dos factores. Los
tres factores, definidos como suma simple de elementos, correlacionan significativamente entre sí: F2 y F3 (.536), F1 y F2 (.454) y F1 y F3 (.451). El análisis
factorial confirmatorio indica que la estructura de tres factores relacionados presenta unos índices de ajuste adecuados (Moral, 2006). El residuo estandarizado
cuadrático medio (RMS SR) fue de .062 y el error cuadrático de aproximación de
Steiger-Lind (RMS EA) de .067 (< .075). Los índices gamma poblacional (PGI)
y gamma poblacional ajustado (APGI) fueron de .930 y .912 (> .90). Los dos
índices de bondad de ajuste Jöreskog (GFI y AGFI) fueron de .928 (> .90) y de
.897 (≈.90).
Los 10 reactivos de la escala de actitud hacia la homosexualidad presentaron
una estructura unidimensional que explica el 41% de la varianza total, una consistencia interna por la alfa de Cronbach de .87 y su distribución se ajustó a una
curva normal. El análisis factorial confirmatorio indica que la estructura unifac-
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torial presenta índices de ajuste adecuados: RMS EA = .070 y RMS SR = .044
(< .075), PGI = .957 y APGI = .933, GFI = .941 y AGFI = .908 (> .90).
Si dividimos la media de cada escala de actitud entre su número de reactivos,
podemos interpretar con más facilidad hacia qué polo se mueve dicho estadístico
de tendencia central, al reducir el recorrido potencial de la escala al recorrido del
reactivo, de 1 (totalmente en desacuerdo) a 5 (totalmente de acuerdo), estando
los reactivos puntuados en sentido de rechazo. Con un valor por debajo de 2,25,
el grupo se ubica en un polo de aceptación de la sexualidad y por encima de 2,75
en un polo de rechazo. Entre 2,25 y 2,75 se puede considerar que la actitud no es
ni de aceptación ni de rechazo. En relación con la escala de actitud hacia la sexualidad, la actitud más definida de aceptación se observa en el segundo factor de
masturbación; más del 84% de los participantes se hallan por debajo de 2,5; su
media fue de 1,81. La actitud más definida de rechazo aparece en el primer factor
de pérdida de la virginidad y pornografía; más de la mitad se hallan por encima
de 2,5; su media fue de 2,93. En una posición intermedia se ubica la actitud
general hacia la sexualidad (media de 2,37) y de pudor y rechazo del sexo como
fuente de placer (media de 2,29). En relación con la homosexualidad, los participantes se ubican en el polo de aceptación (media de 2,24).
Análisis al nivel de grupos de individuos definidos por semejanza semántica
Por el análisis de conglomerados jerárquico, se definieron 5 grupos a partir de
las 15 categorías semánticas específicas y tratadas como variables ordinales. El
número de grupos se fija tras la revisión del dendograma, estando los 5 grupos a
una distancia de 5 unidades frente a las 30 unidades de la agrupación general de
todos los participantes. Estos 5 grupos son caracterizados por medio de comparaciones de tendencia central en cada una de las 15 categorías semánticas (específicas) ordinales. Así, se genera un perfil para cada grupo con categorías de promedios altos y bajos que lo diferencia significativamente de los demás grupos (ver
Tabla III).
El primer grupo formado por 147 participantes muestra las puntuaciones
más altas en los contenidos temáticos de coito, erotismo corporal, miedos y
angustia, besos y placer, reflejando un concepto de sexualidad corporal que integra riesgos como embarazo e infecciones de transmisión sexual. Lo denominamos “sexo físico”.
El segundo grupo está formado por 52 participantes. Presenta las puntuaciones más altas en mensajes de educación sexual; las más bajas en identidad y
orientación sexual, coito, relaciones interpersonales y besos y caricias, así, parece
reflejar una aceptación de la sexualidad sin preocupaciones por la identidad y
orientación sexuales, pero con cierta distancia de la actividad sexual. Lo denominamos “mensajes de educación sexual”.
El tercer grupo compuesto por 84 participantes presenta las puntuaciones
más altas en amor, pareja y pasión, así, resalta la sexualidad como expresión del
amor en pareja. Lo denominamos “amor y sexo”.
El cuarto grupo formado por 44 participantes asocia la sexualidad a una
forma de relación interpersonal, aspectos de la madurez sexual, especialmente en
referencia con cambios en la adolescencia, diferencia de género y mensajes de
educación sexual. Por otra parte, es el que menos asocia contenidos de pareja y
pasión, y presenta baja asociación de los contenidos físicos y emocionales más
espontáneos. A este grupo lo denominamos “madurez y temas académicos asociados”.
Finalmente, el quinto grupo está formado por 68 participantes. Muestra la
puntuación más alta en identidad y orientación sexual y las más bajas en mensa-
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TABLA III
Contraste de tendencia central por grupos semánticos en cada categoría1
G.S2
N
Identidad
Mensajes
Amor
Coito
Cuerpo
Pareja
Miedos
1
147
169,51
147,31
155,43
274,72
246,39
196,60
214,32
2
52
104,07
361,55
175,76
121,93
162,31
217,65
205,12
3
84
131,64
182,79
349,98
137,57
161,38
224,48
180,02
4
44
283,31
297,03
162,75
146,09
169,09
167,56
184,02
5
68
358,19
137,24
142,10
198,54
184,63
173,00
188,54
K-S: χ2
256,76
243,83
235,66
130,71
66,32
18,45
17,99
P
.000*
.000*
.000*
.000*
.000*
.001*
.001*
G.S2
N
Pasión
Besos
Relación
Placer
Madur
Expr.
Antic
Hijos
1
147
195,26
209,33
202,01
209,30
198,13
204,85
203,52
207,62
2
52
2 199,10
190,73
185,35
197,20
210,19
200,94
199,59
198,87
3
84
216,45
195,21
192,26
207,36
188,55
193,46
201,96
187,37
4
44
184,67
192,19
223,60
184,43
212,48
200,94
185,82
198,07
5
68
188,92
186,26
189,54
171,40
190,71
184,65
187,85
189,63
K-S: χ2
13,63
12,43
11,04
11,26
7,37
6,32
5,11
4,95
P
.009*
.014*
.026*
.024*
.118
.176
.276
.292
K-S: χ2 = Prueba de Krukal-Wallis.
Grupos semánticos (G.S.): 1 - Sexo físico, 2 - Mensajes de educación sexual, 3 - Sexo como expresión de amor, 4
- Madurez y temas académicos asociados y 5 - Diferencia de género. En la tabla se muestran rangos medios.
1
2
jes de educación sexual, amor, besos y caricias y placer. En las categorías de coito
y erotismo corporal se aproxima al primer grupo. Este grupo puede reflejar un
concepto de la sexualidad muy ligado a la diferencia de géneros en un plano físico y social más que emocional. Lo denominamos “diferencia de género”.
Hay una asociación débil entre los grupos semánticos y la escala de actitud
hacia la sexualidad (ή = .151). La diferencia de medias en la escala entre los 5
grupos semánticos tiende a la significación estadística (F(4, 390) = 2,280, p = .060,
η2 = .023). Las comparaciones de medias post hoc (LSD), revelan diferencia sig–
–
–
nificativa–entre los grupos–1 (X= 46,680)
– y 5 (X= 49,471) (Xd = –-3,435, p =
.028),– 3 (X = 49,309)
– y 4 (X = 45,023) ((Xd = 3,928, p = .044) y 4 (X = 45,023)
y 5 (X= 49,471) (Xd = -4,836, p = .014). Las actitudes de mayor rechazo se presentan en los grupos de identidad de género (5) y amor y sexo (3). Las de mayor
aceptación en los grupos de madurez y temas académicos asociados (4) y sexo
físico (1).
Se observa una diferencia significativa en el primer factor de la escala de
sexualidad de valoración de la virginidad y condena de la pornografía (F(4, 390)
= 3,740, p = .005; η2 = .037). Las comparaciones
de medias–post hoc indican
–
–
diferencia significativa entre los grupos 1 (X = 19,407) y 3 (X = 21,417) (Xd =
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–
–
–
–
-2,009, p = .007),
p = .002), 3 (X
– 1 (X= 19,407)
– y 5 (X= 21,695) (Xd = -2,288,
–
–=
21,417) y– 4 (X = 19,312) (X d = 2,104, p = .023) y 4 (X = 19,312) y 5 (X =
21,695) (Xd = -2,383, p = .011). Los grupos de diferencia de género (5) y amor y
sexo (3) son los que más valoran la virginidad y condenan la pornografía. Los
grupos de sexo físico (1) y madurez y temas académicos asociados (4) son los que
menos. No obstante, la asociación entre los cinco grupos semánticos y el factor
por el coeficiente eta es débil (ή = .192).
Se obtiene equivalencia de tendencia central entre los 5 grupos semánticos
respecto al segundo factor de rechazo de la masturbación (Kruskal-Wallis: χ2(4) =
3,724, p = 495) y el tercer factor de pudor y rechazo de la sexualidad como fuente de placer (Kruskal-Wallis: χ2(4) = 1,449, p = .836). En ambos factores, el promedio más alto (polo de rechazo) aparecen los grupos 5 (diferencia de género) y 3
(amor y sexo) y el más bajo (polo de aceptación) en el grupo 4 (madurez y temas
académicos asociados).
En la escala de actitud hacia la homosexualidad aparece diferencia significativa entre los grupos (F(4, 190) = 2,711, p = .027; η2 = .028). Las comparaciones
–
de medias post
– hoc indican–diferencia significativa entre
– los grupos 1 (X
–=
21,186) y– 2 (X = 23,559) (X d = -2,373,
p = .032),–1 (X = 21,186)
–
– y 5 (X =
24,109) (Xd = -2,924, p = .005) y 4 (X= 21,250) y 5 (X= 24,109) (Xd = -2,859,
p = .029). La actitud hacia la homosexualidad de los grupos de sexo físico (1) y
madurez y temas académicos asociados (4) es la de mayor aceptación; y la de los
grupos de diferencia de género (5) y mensajes de educación sexual (2) es la de
mayor rechazo. Nuevamente, la asociación entre los grupos semánticos y la actitud es débil (eta = .166).
Por la prueba de Kruskal-Wallis, no se establece diferencia significativa entre
los cinco grupos semánticos en los aspectos conductuales evaluados: frecuencia
de relaciones sexuales voluntarias con coito vaginal (χ2(4) = 1,076, p = .898) o sin
coito vaginal (χ2(4) = 0,549, p = .969), de masturbación (χ2(4) = 2,386, p = .665),
de fantasías sexuales (χ2(4) = 2,411, p = .661) y de fantasías y sueños explícitos
homosexuales (χ2(4) = 1,574, p = .813). Por la prueba Razón de verosimilitud de
χ2, tampoco hay diferencias respecto a haber tenido o no al menos una relación
homosexual voluntaria (RV(4) = 2,593, p = .628), las experiencias de abuso sexual
(RV(4) = 4,307, p = .366), embarazo no deseado (RV(4) = 5,262, p = .261) ni
enfermedades de transmisión sexual (RV(4) = 1,888, p = .726). El nivel de actividad sexual más alto suele encontrarse en el primer grupo de sexo físico, incluyendo embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual. La experiencia de
abuso sexual aparece más en el segundo grupo de mensajes de educación sexual.
El cuarto grupo de adolescencia y temas académicos asociados suele aparecer en
la frecuencia más baja o entre las más bajas. Tendencias que carecen de significación estadística.
Por el contrario, las escalas de actitud presentan una correlación significativa
con diversos aspectos de conducta. La escala de actitud hacia la sexualidad y sus
tres factores, por el coeficiente Rho de Spearman, correlacionan con valores de .30 a -.46 con la frecuencia de relaciones sexuales voluntarias de pareja sin coito
vaginal, frecuencia de fantasías sexuales y frecuencia con que se practica la masturbación. Con valores bajos (de -0,13 a -0,19) con la frecuencia de fantasías y
sueños explícitos homosexuales. A una actitud mayor rechazo, menor frecuencia.
Por el coeficiente biserial-puntual, las puntuaciones bajas en la escala (-.159) y
en sus factores primero (-.141) y tercero (-.190) se asocian con haber tenido relaciones homosexuales; y las puntuaciones bajas en el segundo factor de actitud
hacia la masturbación (-.131) se asocian a haber sido víctima de abuso sexual (ver
Tabla IV).
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Representación, actitud y sexualidad / J. Moral y M. E. Ortega
TABLA IV
Correlaciones entre actitudes y conducta
Conductas
EH
EAS
F1
F2
F3
Frecuencia de relaciones sexuales
con penetración vaginal
Rho
P
-0,030
.728
-0,138
.111
-0,123
.156
-0,069
.426
-0,159
.066
Frecuencia de relaciones sexuales
sin penetración vaginal
Rho
P
-0,139
.005*
-0,444
.000*
-0,330
.000*
-0,309
.000*
-0,442
.000*
Frecuencia de masturbación
Rho
P
-0,028
.579
-0,302
.000*
-0,097
.054
-0,303
.000*
-0,347
.000*
Frecuencia de fantasías sexuales
Rho
P
-0,137
.006*
-0,423
.000*
-0,269
.000*
-0,318
.000*
-0,462
.000*
Frecuencia de fantasías o sueños
explícitos homosexuales
Rho
P
-0,170
.001*
-0,190
.000*
-0,135
.007*
-0,133
,008*
-0,188
.000*
Ha tenido o no alguna relación
homosexual voluntaria
Rbp
P
-0,114
.024*
-0,159
.002*
-0,141
.005*
-0,036
.470
-0,190
.000*
Ha sido o no víctima de abuso
sexual
Rbp
P
-0,025
.618
-0,093
.063
-0,045
.371
-0,131
.009*
-0,065
.197
Ha padecido o no infecciones
de transmisión sexual
Rbp
P
-0,028
.577
-0,028
.577
-0,019
.703
0,030
.556
-0,070
.164
EH- Escala de actitud hacia la homosexualidad, EAS – Escala de actitud hacia la sexualidad,
F1 – Virginidad y pornografía, F2 – Masturbación y F3 – Pudor y placer. Rho- Coeficiente Rho de Spearman.
Rbp – Coeficiente biserial-puntual.
La escala de actitud hacia la homosexualidad presenta correlaciones bajas (por
el coeficiente Rho) con fantasías y sueños explícitos homosexuales (-.170), relaciones sin coito vaginal (-.139) y fantasías sexuales (-.137). Por el coeficiente
biserial-puntual, puntuaciones bajas en la escala se asocian a haber tenido relaciones homosexuales (-.114). Hay una actitud de mayor aceptación hacia la
homosexualidad entre quienes han mantenido este tipo de relaciones.
Sólo las relaciones voluntarias de pareja con coito vaginal y el haber sufrido o
no una infección de transmisión sexual permanecen independientes de las escalas
de actitud.
Discusión
Desde el aporte de Abric (1993, 2003) a la representación social, el núcleo
central en la representación social de la sexualidad, en esta muestra de estudiantes mexicanos de psicología, está integrado por la identidad de género, el coito
heterosexual como la forma de actividad sexual más aceptada socialmente, el
amor como elemento necesario para llegar a esa actividad y los principios de respeto y cuidado en el ejercicio de la sexualidad. Es decir, la imagen es positiva,
muy socializada y acorde a una etapa de desarrollo sexual con actividad sexual
más bien escasa. Sólo un tercio de la muestra ha tenido relaciones con coito vaginal, la mitad ha mantenido relaciones sin coito vaginal y dos tercios se masturban. Los elementos periféricos, diversos y heterogéneos, pero que pueden desestabilizar el núcleo central al cambiar son: el placer, el contemplar la sexualidad
como una forma amplia de relación con los demás, el asociar la sexualidad con los
cambios corporales de la pubertad, con formas solitarias de ejercicio, abstinencia,
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deseo y pasión. Así, entre estos elementos periféricos, aparecen algunos específicos de actividad sexual propios de la etapa de vida de los encuestados. Como elementos heterogéneos, más periféricos y con muy escasa influencia en el núcleo
central estarían el placer, el fin reproductivo, miedos asociados a perder la virginidad, contraer infecciones de transmisión sexual, la desinhibición a través del
alcohol, el uso de anticonceptivos y actos sexuales de pareja correspondientes a la
fase de excitación como besos y caricias. Así, las connotaciones más negativas
toman un carácter periférico. Esta imagen positiva muy ligada al amor y el respeto es consonante con otro estudio sobre relaciones íntimas en jóvenes realizado
en Europa (Apostolidis, 2002).
La actitud del grupo de estudiantes es de aceptación de la masturbación, valoración de la virginidad y rechazo de la pornografía. Esto concuerda con el hecho
que la conducta la más practicada es la masturbación (66%) y la menos practicada el coito vaginal (34%). Además, es consonante con los estudios culturales
sobre valores en México sobre la importancia de la virginidad (Díaz-Guerrero,
2003).
A pesar de que la identidad de género y orientación sexual es central en el
aspecto semántico de la representación, la actitud respecto a la homosexualidad
es más bien de aceptación. El 21% reconoce tener fantasías o sueños homosexuales y 4% mantener conductas homosexuales. Lo cual podría reflejar que en la
necesidad de definirse como hombres y mujeres no hay mucha tensión homófoba. No obstante, se ha de considerar el sesgo femenino de la muestra (83% de
mujeres) y cierto sesgo masculino en la redacción de los reactivos de la escala de
actitud hacia la homosexualidad (por ejemplo, “ver a dos hombres besándose en
la boca me daría asco”).
Desde un enfoque psicosocial y a partir del análisis de conglomerados, hemos
distinguido 5 grupos semánticos de representación de la sexualidad. La asociación entre estos grupos y las actitudes resultó débil. Los grupos de “sexo físico” y
“madurez y temas académicos asociados” son los que muestran actitudes de
mayor aceptación hacia la pérdida de la virginidad, pornografía, homosexualidad
y sexualidad en general; y los grupos de “identidad de género” y “sexo como
expresión de amor”, de mayor rechazo. El de “mensajes de educación sexual”
queda en una posición intermedia, salvo en homosexualidad, donde es el grupo
de “amor y sexo” el que se ubica en la posición intermedia. Sin embargo, se
observa ninguna asociación significativa con aspectos de conducta. Al revisar las
medias y porcentajes, el grupo que muestra actitudes de mayor aceptación
(“madurez y temas académicos relacionados”) presenta los valores más bajos, es
decir, más inhibición. Lo que remarca una tendencia a intelectualizar en temas
de sexualidad. El grupo de “sexo físico” aparece en los valores más altos reflejando una mayor experiencia sexual.
Sin embargo, actitudes de mayor aceptación sí se asocia a una mayor actividad
sexual respecto a las relaciones sin coito vaginal, masturbación fantasías y homosexualidad. La asociación es de débil a moderada. Se ha de señalar que los reactivos de las escalas Likert contemplan tanto opiniones como tendencias de conducta y reacción emocional, lo que puede justificar una mayor varianza compartida.
Los grupos con más preocupación por la identidad de género y orientación
sexual son los que muestran actitudes de más rechazo hacia la homosexualidad,
lo que se podría atribuir a inseguridad en el tema y falta de información. El
grupo que más habla de sexo como algo físico y el grupo más apegado a los
temas académicos son los que más aceptan la homosexualidad, lo que podría
atribuirse a un mayor contacto con la sexualidad y expresión de información y
valores académicos. Por otra parte, cuanto más se acepta la sexualidad, más se
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acepta la homosexualidad. Ante estas relaciones cabría preguntarse si el tener
una actitud de mayor aceptación hacia la sexualidad o los significados atribuidos
a sexualidad son determinantes de conducta homosexual. La asociación de la
conducta homosexual con la actitud hacia la sexualidad en general es débil y deja
de ser significativa si se controla por correlación parcial la frecuencia de fantasías
homosexuales. La conducta homosexual también se asocia con una mayor frecuencia de masturbación; relación que se debilita, en especial en el grupo de
mujeres, si se controla la frecuencia de fantasías homosexuales. En un modelo de
regresión logística, por el método forward y el criterio de Wald, la conducta
homosexual es predicha por la frecuencia de fantasías homosexuales y de masturbación, con una detección de casos del 47%, un rechazo de no-casos del 100%, y
un 50% de varianza explicada, quedando la actitud hacia la sexualidad y los 5
grupos semánticos de asociación a sexualidad excluidos del modelo. Si además
consideramos que la única actitud independiente con mantener relaciones
homosexuales es la actitud hacia la masturbación, tenemos que la conducta
homosexual no está determinada por aceptar más la sexualidad y los significados
atribuidos a sexualidad, sino por tener más fantasías homosexuales, en especial si
están reforzadas por la masturbación.
La falta de asociación entre los contenidos semánticos asociados a sexualidad y
la conducta nos trae a colación el problema de la conexión de lo cognitivo con lo
emocional y conductual.
Según el modelo ACT (de carácter adaptativo del pensamiento) de Anderson (1983, 1993), la información sobre hechos está almacenada en la memoria
declarativa, mientras que la información sobre como llevar a cabo las acciones
está almacenada en la memoria procedimental. La estructura representacional
en la memoria declarativa es una red semántica donde cada unidad de información está representada por un nodo y las relaciones entre unidades de información están representadas por lazos que unen a los nodos. Por otra parte, la regla
de producción es la unidad de conocimiento en la memoria procedimental.
Una regla de producción es una estructura representacional del tipo “si condición - entonces acción”. Desde este modelo, gran parte del conocimiento que
adquieren los adultos empieza como declarativo para luego pasar a ser procedimental; aunque los aprendizajes más tempranos son puramente procedimentales. Ambos tipos de memorias poseen un formato y un modo de adquisición
diferente, pero se pueden relacionar, transduciéndose lo declarativo en procedimental y viceversa.
Se podría considerar que el concepto de sexualidad, determinado desde el test
de asociación libre de palabras, forma parte de una memoria declarativa, bastante
disociada de una memoria procedimental. Aunque se puede matizar que ciertos
aspectos estén más desconectados que otros. Existe mayor desconexión entre los
conocimientos académicos y la conducta sexual; y más conexión entre una representación corporal del sexo y la conducta sexual. Probablemente los contenidos
académicos formen parte de una memoria declarativa semántica aislados de formatos procedimentales de memoria.
El hecho que el grupo de “madurez y temas académicos asociados” muestra
una separación más evidente entre la actitud de aceptación y su comportamiento
sexual también nos refleja que tanto el test de asociación semántica como las
escalas Likert pueden estar contemplando aspectos más explícitos de la cognición. Empleando un test de actitudes implícitas tal vez el resultado no sería el
mismo. Es decir, dicho grupo no destacaría por una imagen positiva y de aceptación hacia la sexualidad. A tal fin, se puede emplear el procedimiento ideado por
Greenwald, Nosek y Banaji (2003). Esto remarca una distancia entre lo que se
estudia y dice en un contexto académico y lo que se hace fuera de él. Además, la
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capacidad predictiva de las actitudes sobre la conducta podría mejorar si considerase intención de acción, tal como se realiza desde el modelo de acción razonada de Fishbein y Ajzen (1975).
Desde el enfoque de la representación social, la relación de la representación
con la conducta habría que buscarla en los aspectos normativos, actitudinales y las
creencias, pudiendo estar el conocimiento e incluso las actitudes bastante desligados de la conducta por los aspectos normativos o por falta de creencia en lo que se
sabe. Precisamente en los estudios culturales de Díaz-Guerrero (2003) se señala
que las normas culturales implícitas mexicanas respecto al sexo son represivas.
Conclusiones
En esta muestra de estudiantes de psicología mexicanos, tratada como un
grupo homogéneo, hallamos una imagen positiva de la sexualidad muy ligada a
la etapa evolutiva de los encuestados y a un discurso propio de la educación
sexual, donde la identidad de género, la heterosexualidad y los valores de respeto
e higiene ocupan un lugar central en la representación social. La actitud del
grupo es de valoración de la virginidad y rechazo de la pornografía y de aceptación de la masturbación. Esta representación no implica una actitud de rechazo
hacia la homosexualidad, sino más bien es de aceptación.
Por otra parte, dentro de la muestra, podemos distinguir 5 agrupaciones de
participantes con base en la comunalidad de su representación: (1) sexo físico, (2)
mensajes de educación sexual, (3) sexo como expresión de amor, (4) madurez y
temas académicos asociados, y (5) diferencia de género. Dichos grupos de participantes con una representación homogénea se asocian, de una forma débil, con
las actitudes hacia la sexualidad y la homosexualidad, pero no con la conducta.
Por el contrario, estas actitudes sí se relacionan con la conducta sexual en un
grado que va de moderado a débil. Así, la representación, al menos medida por el
test de asociación libre, parece formar parte de una memoria declarativa muy
desligada de formatos de memoria procedimentales. Las actitudes medidas por
escalas Likert que influyen reactivos de opinión, emociones y tendencia de comportamiento, parecen capturar algunos aspectos conscientes por el sujeto de
memorias procedimentales.
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