INTRODUCCIÓN De la participación a la incidencia de las osc en políticas públicas Rodrigo Villar El estudio de la relación de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) con las políticas públicas es escaso en América Latina, a pesar de la creciente y variada participación de estas organizaciones en los diferentes momentos de la política pública. Las OSC han logrado incorporar nuevos temas a la agenda pública, han promovido nuevas voces y diversos puntos -de vista para el debate de las políticas, han movilizado la participación social y creado espacios para la deliberación de asuntos de interés común, han generado nuevos valores que guían la orientación de programas públicos, se han opuesto a propuestas de políticas o a programas en acción que consideren contrarios al interés público, han probado soluciones en pequeña escala que sirven de base para el diseño posterior de programas gubernamentales en escalas mayores, han sido contratadas por los gobiernos para la gestión de sus programas, han monitoreado y retroalimentado los programas gubernamentales. Las diversas formas de participación de las OSC en las políticas públicas a la vez que abren nuevas expectativas y oportunidades, han generado retos, preguntas y cuestionamientos en torno al papel de estas organizaciones privadas en las políticas públicas. ¿Cuáles son las fuentes de legitimidad de las OSG para realizar esta tarea de incidencia en las políticas públicas? ¿A nombre de quién hablan estas organizaciones cuando buscan influir la deliberación pública y la orientación de los programas gubernamentales? ¿Como rinden cuentas a las bases sociales que buscan defender? ¿Son tan eficaces en la tarea de gestión como suele creerse? El análisis de las diferentes opciones para la participación de las osc en políticas públicas, así como la reflexión sobre los retos que esta participación genera, son el tema de este libro. Con esta publicación queremos aportar a la incipiente discusión del tema de la influencia de osc en las políticas públicas, a partir del análisis de seis casos de incidencia de osc en políticas sociales en la Argentina, Brasil y Colombia. Cada uno de estos casos hace presentes temas relevantes para el debate sobre el papel de las OSC en la influencia de políticas sociales, así como aspectos Positivos y negativos de su acción en el espacio público. Estos casos muestran igualmente la coexistencia actual de osc que participan en la implementación o monitoreo de políticas en las cuales su papel en la formulación ha sido escasa o nula, con osc cuya incidencia en la orientación, gestión y control de las políticas públicas ha sido preponderante. Estos casos permiten mostrar las diferentes funciones y estrategias de las osc en las diversas fases de la política pública, así como los retos y tensiones que estas organizaciones encuentran en este campo de actividad. Con este material se pretende resaltar los aportes de las osc en este proceso, aprender sobre las estrategias utilizadas y también señalar los retos y dificultades con que se encuentran estas organizaciones al buscar incidir en las políticas. Varios procesos concurrentes de transformación sociopolítica han contribuido a la apertura de espacios y a la ampliación de las oportunidades de participación de las osc en los diferentes momentos de las políticas públicas. Entre estos procesos pueden señalarse los siguientes: la consolidación y profundización de las democracias, el avance de la descentralización política y administrativa, las redefiniciones del papel del Estado en materia de formulación de políticas públicas e implementación de programas sociales, y los lineamientos de los organismos ' multilaterales promoviendo una mayor participación de las' OSC en programas gubernamentales. Esta ampliación de las oportunidades para la participación de las osc en las políticas públicas genera un campo potencial para su contribución a los procesos de democratización y de ampliación del espacio público, sin embargo estas virtudes democráticas no son inherentes al conjunto de las OSC. A pesar del potencial para el cambio social y la democratización que ofrece la participación de las osc en políticas públicas, no siempre es posible equiparar participación de las osc en políticas públicas con ampliación de la democracia, ni con fortalecimiento de la sociedad civil. Hoy en día, cuando se ha ampliado el número, visibilidad y presencia pública de las osc y su papel en el de diálogo de políticas es más frecuente, el escrutinio sobre su acción y las preguntas sobre su "representatividad'; sobre la capacidad de hablar por otros y sobre efecto democratizador, es cada día objeto de mayor debate. Las OSC, como otros actores de la sociedad civil, son organizaciones privados que participan en el espacio público. Organizaciones privadas que producen bienes públicos y que participan en la deliberación pública. Este doble carácter público-privado de las osc es lo que por un lado contribuye a explicar sus potenciales, flexibilidad y eficacia en la arena de las políticas públicas, pero a su vez es lo que les genera inmensos retos y no pocos cuestionamientos. El tipo de relación que las osc establecen con el gobierno y con sus constituyentes, así como el proceso de creación de legitimidad y de credibilidad a los ojos de los diferentes públicos involucrados en el proceso de influencia, son algunos de los factores que están en juego para que la participación de las osc en las políticas públicas tenga o no un efecto democratizador y de fortalecimiento de la sociedad civil. En las páginas que siguen haremos una breve presentación de los principales elementos presentes en el análisis de los casos y de la reflexión sobre el papel democratizador de la participación de las ose en las políticas públicas. Iniciaremos con una clasificación de los tipos de relación estratégica entre ose y gobierno. Después describiremos muy sucintamente las fases de las políticas públicas y haremos mención a las diversas funciones que pueden tener las ose para incidir en dichas fases. En otra sección comentaremos las diversas fuentes de legimidad que utilizan las ose en el ejercicio de incidencia, y terminaremos con una descripción de los niveles de impacto potencial de las ose en el proceso de influencia en la política pública. 1. La función de incidencia y los intereses estratégicos de osc y gobiernos. Un supuesto básico de este trabajo es el reconocimiento de la heterogeneidad de las osc. Heterogeneidad en los campos de acción, niveles de capacidad y tipo de funciones que desarrollan, así como en cuanto a la diversidad de valores que promueven. Una de las implicaciones en el reconocimiento de la heterogeneidad de las ose es que el análisis de la función de incidencia no puede pensarse en términos "sectoriales", pues lo que está en juego no es una relación general y uniforme entre los sectores gubernamental y no gubernamental, sino entre intereses estratégicos y preferencias políticas heterogéneas de ose específicas, con las diversas agencias gubernamentales. La variedad de metas y de medios que orientan la acción de las ose y la de los gobiernos crea diversos patrones de relaciones estratégicas entre unas y otros, los cuales a su vez determinan de manera importante las estrategias y el tipo de acciones utilizadas por las ose para incidir en las políticas públicas. Una buena clasificación, entre las varias que se han propuesto para analizar la interacción entre ose y gobierno, es el modelo de las 4 C desarrollado por Adil Najam.1 Este modelo utiliza como criterio diferenciador la convergencia y divergencia entre metas y medios en las relaciones estratégicas de gobiernos y ose, produciéndose una matriz con cuatro posibilidades: Cooperación, Confrontación, Complementación y Cooptación. Las relaciones de cooperación se presentan cuando tanto me tas y estrategias son similares entre OSC y agencias gubernamentales. 1 Najam, Adil: "The Four C's of Government - Third Sector Relations: Cooperation, Confrontation, Complementarity Co-optation", en '7ournal on Noríprofit Management and Leadership, Vol. 10, N° 4, págs. 375-496, 2000. Matriz de relaciones estratégicas entre Gobierno y ONG METAS MEDIOS Convergencia Divergencia Convergencia Cooperación Cooptación Divergencia Complementariedad Confrontación Fuente: Najam, Adil: "Citizen Organizations as Policy Entrepreneurs", en Lewis, D. [ed.]: International Perspectives on Voluntary Action. Reshaping the Third Sector, Londres, Earthscan, 1999. Las relaciones de confrontación se producen cuando metas y medios son divergentes. En el caso de metas convergentes y estrategias divergentes se establecerá una relación de complementación y, por último, en el caso de metas divergentes y estrategias similares, podemos hablar de cooptación (Najam, 1999: 11-12). Si bien no se puede establecer una relación causal entre estas relaciones estratégicas y formas específicas de incidencia, sí se puede proponer como hipótesis de trabajo, que la naturaleza de la función de incidencia variará de acuerdo al tipo de relación estratégica entre osc y gobierno (Najam, 1999: 20). Por ejemplo, es probable que en casos de cooperación, la deliberación pública por parte de las OSC no sea un elemento fuerte en el proceso de desarrollo de la política y que más bien se tienda a crear un tipo de interacción más instrumental centrado en la implementación de la política. En casos de confrontación, es más probable que el papel de las osc sea el bloquear, oponerse o cambiar las políticas propuestas por el gobierno a través de la protesta; las manifestaciones callejeras, el llamado a la deliberación pública _y otros medios para llamar la atención sobre los impactos negativos de las políticas. En casos de complementariedad, suele requirirse la generación de consensos al menos-en lo que a los medios se refiere y por tanto, la persuación, la presentación de opciones innovadoras de política, se pueden convertir en parte esencial del proceso. En casos de cooptación, ambas partes buscarán cambiar las preferencias- políticas del otro para lograr metas compartidas. Es importante subrayar que el modelo descripto supone que las relaciones entre OSC y agencias gubernamentales se establecen de acuerdo a las decisiones estratégicas de ambas partes y qué estas no dependen solamente de uno de ]os actores. A pesar de que en algunos casos el gobierno puede ser el actor dominante en el juego político y las ose suelen tener menores opciones dentro de este juego, siempre están ambos actores participando en la relación, orientados por una decisión estra. tégipa (Najam, 1999: 19). El modelo también supone que el tipo de relaciones pueden variar en e] proceso, si las partes varían en sus intereses y posiciones estratégicas, ya sea en torno á los medios o a las metas de la política. 2. Fases de la política pública y funciones de las osc. El proceso de elaboración de la política pública suele ser descripto como una secuencia de fases. Esta secuencia constituye otro elemento importante en el análisis de la incidencia de las ose en las políticas públicas, pues existen variaciones en las estrategias de incidencia de acuerdo a cada una de estas fases. Las fases de ]a política pública pueden categorizarse de muy diversas maneras. En efecto, son muchas las clasificaciones que se han realizado.2 Una descripción muy simplificada de esta secuencia pero bastante, aceptada en la literatura es la siguiente:3 2 Véanse Kingdom, 1984 (Kingdom, John: Agendas, Altentatiue.c, and Public Iblicié.r, New York, Harper Collins, 1984, pág. 3); Najam, 1999, págs. 151152; Brown et al., 2001 (Brown, L. David et al.: "Civil Society Legitimacy: A Discussion Guide", en Brown, L. David. [ed.]: Practice Ke.rearch Engagement aml Civil Soeiety in a Globalizing World, Civicus and The Hauser Center for Nonprofit Organizations, Harvard University, 2001, págs. 66-67). Establecimiento de la agenda: Es el momento en que los diversos actores buscan poner a consideración en la agenda política los temas e intereses con los cuales se identifican. El establecimiento de prioridades es la tarea fundamental en esta fase. Formulación y promulgación: Es el momento de selección de alternativas de políticas y de orientaciones programáticas que respondan al problema planteado y del establecimiento de las condiciones institucionales y presupuestales que se requieren para lograr el efecto esperado. La tarea principal es la escogencia del enfoque u opción a utilizar y de las instituciones relevantes par á resolver el problema planteado. Implementación: Es el momento de la acción. El reto en esta fase es lograr que las tareas propuestas en la política se lleven a cabo y que se cumplan las orientaciones formuladas en la política. Muchas veces en ese proceso de implementación hay reformulaciones. Monitoreo y evaluación: Es el momento del seguimiento del desarrollo e impacto de la política. La tarea básica es la valoración de la política, así como de la implementación de la misma. Esta tarea se realiza durante el proceso de implementación, de manera que se pueda retroalimentar la política y corregir los problemas en el camino o al final para aprender para futuras políticas. Las fases antes mencionadas no son necesariamente secuenciales, ya. que por ejemplo las, organizaciones que hacen monitoreo intentan, a partir de la información, incidir en la reformulación de la política o en el rediseño de los instrumentos de implementación. Por lo tanto la actividad referida a una fase puede llevarse adelante en función de otra. 3. Funciones de las osc en los procesos de incidencia en las políticas públicas. En relación a las funciones de incidencia de las OSC en las políticas, existen igualmente variadas clasificaciones. Nosotros seguimos la propuesta por Adil Najam (1999: 152-153), por considerar que recoje sintéticamente las múltiples opciones que tienen estas organizaciones en relación a las políticas. Las principales funciones según este autor son: Formulación de propuestas: Significa promover que el gobierno haga lo que las organizaciones consideran, correcto o justo hacer a través de la participación directa en el diseño y formulación de las políticas sociales. Las organizaciones establecen coaliciones y buscan el apoyo público para lograr promover sus opciones de política o para oponerse a aquellas que consideran contrarias a sus preferencias. Innovación: Abarca el conjunto de propuestas de las organizaciones para ofrecer soluciones probadas en escalas pequeñas para ser ensayadas a escalas mayores o para desarrollar programas de manera diferente, o ensayar opciones que no se habían considerado. Como anota Najam, es frecuente que lo que fue innovación en un momento se convierta posteriormente en la forma general de hacer las cosas, así como es común que las soluciones de un día sean los problemas posteriores (Najam, 1999: 152). Provisión de Servicios: es la realización por parte de las mismas organizaciones de las actividades que estas consideran que se necesita hacer; y Monitoreo: Se refiere a las actividades que realizan las organizaciones para asegurar que el gobierno haga lo se supone que tiene que hacer y se implementen las políticas de acuerdo a lo convenido. La tarea central es el seguimiento y control sobre el desarrollo de las políticas sociales. Una función que no está presente en la clasificación de Najam, pero que creemos importante añadir, pues está muy presente en las actividades de varias OSC que buscan influir en políticas es la de 3 Retomamos varios elementos de Najam (op. át.: 151-152) para esta descripción. movilización social o función catalítica. Bajo esta función, las OSC actúan como puentes para coordinar y promover la participación de diferentes actores sociales en las diferentes fases de las políticas públicas. En un proceso de incidencia en políticas públicas no todas las OSC que participan en una coalición o alianza realizan la misma función en cada fase, y además las OSC pueden realizar más de una función en el proceso de incidencia. Muchas de ellas formulan propuestas al tiempo que movilizan, otras prestan servicios al tiempo que monitorean, otras buscan influir para que su propia innovación vaya a escala o porque ofrecen una red de servicios. En ese sentido, no todas las OSC involucradas en procesos de incidencia son organizaciones exclusivamente dedicadas a la incidencia, sino que muchas de ellas realizan múltiples funciones entre ellas la de incidencia. La función propiamente de formulación de propuestas y de incidencia en la política puede realizarse al mismo tiempo con otras funciones ya sea por parte de una misma OSC o por la coalición que actúa coordinadamente en el proceso. 4. Las fuentes de legitimidad de las osc en el proceso de incidencia. La participación de una organización o de una coalición en las políticas públicas requiere que se le otorgue legitimidad a su acción o, en otras palabras, que se le reconozca y se considere justificado el derecho a ejercer influencia en las diferentes fases de las políticas públicas (Brown et al., op. cit.: 64). La construcción de legitimidad de las OSC ante diferentes audiencias durante el proceso de influencia de políticas es una tarea continua que se requiere tanto internamente, para la ampliación y mantenimiento de las coaliciones, como externamente, para responder adecuadamente a quienes constantemente pueden cuestionar la función de incidencia de estas organizaciones. Esta legitimidad puede derivarse de diferentes fuentes, como bien lo señala David Brown en un trabajo realizado con un grupo de investigadores y activistas sociales interesados en esta temática. Este grupo identifica cuatro fuentes de legitimidad de las OSC al participar en tareas de incidencia en políticas públicas (Brown et al., op. at.: 64-65). A saber: Legitimidad moral: Basada en valores morales que pueden tener la suficiente aceptación y fuerza para legitimar la acción de las OSC. Procesos de incidencia y campañas contra el hambre, la violación de derechos humanos, el maltrato infantil, la violencia doméstica, suelen acudir a este tipo de legitimidad. El reto en este caso es que los diferentes involucrados y afectados acepten los términos valorativos en los que se basa la acción política. Legitimidad técnica: Se deriva del conocimiento, experiencia, competencia o información que tienen las organizaciones involucradas en la tarea de incidencia. Es utilizada por aquellas organizaciones cuya autoridad se basa en la calidad de sus investigaciones, en su capacidad para el desarrollo de programas, en su experiencia en el manejo de información o su competencia en áreas específicas del conocimiento. Legitimidad política: Derivada de la representatividad democrática, la transparencia y el proceso de rendición de cuentas a las "bases" o a los constituyentes por los cuales hablan y actúan. Esta legitimidad involucra el proceso de toma de decisiones y la forma en que participan los miembros de las organizaciones en la orientación y seguimiento de las actividades. En este caso, puede haber procesos de democracia interna de los miembros de las organizaciones involucradas, como de democracia externa con el conjunto de los constituyentes, los aliados y los miembros de la coalición. Este tipo de legitimidad se erosiona cuando hay poca o nula participación de aquellos por los cuales se está hablando o cuando estos critican la acción de sus supuestos representantes. Legitimidad legal: Basada en el cumplimiento de los estándares y expectativas legales, tanto internos (existencia de juntas directivas responsables, de informes al público, de manejos transparentes de cuentas, como externos, basadas en exigencias de cumplimiento de la ley o de las políticas trazadas por las instituciones sobre las cuales se orientan los procesos de incidencia. Lo interesante del trabajo de Brown y compañía es que pone en evidencia no sólo la existencia de diferentes fuentes de legitimidad, sino también cómo las diferentes audiencias y grupos interesados en el proceso de incidencia, realizan demandas diversas en relación a las fuentes de legitimidad y utilizan diferentes estándares para valorar la legitimidad de una organización en un proceso de incidencia (Brown et al., op. cit.: 72). Por ejemplo, mientras en algunos casos, las organizaciones buscan incidir en la política bajo una autoridad técnica o moral y eso constituye una fuente de legitimidad para algunas audiencias, otros grupos cuestionar i su acción con demandas de legitimidad política, en tanto se sienten excluidos del proceso de toma decisiones de la organización que habla por ellos. Esta diversidad de demandas puede ser fuente de conflictos para las organizaciones involucradas en el proceso de incidencia y requiere de ellas el desarrollo de estrategias para la satisfacción de las diferentes demandas o la priorización de las fuentes y los grupos con los cuales quieren construir su legitimidad. Por otro lado, las fuentes de legitimidad pueden variar de acuerdo a las fases. Mientras en los procesos de implementación de una política la competencia para ofrecer servicios de calidad puede ser central para juzgar a las instituciones involucradas, en el establecimiento de la agenda y en la formulación de la política, el énfasis puede ser mayor en la legitimidad moral y en la política. ¿Qué fuentes de legitimidad utilizan los actores en cada uno de los casos? ¿Qué métodos de construcción de legitimidad y de ampliación de lo público utilizan las ose en el proceso de incidencia? ¿Quién, y a nombre de qué, reta esa legitimidad? ¿Cómo se responde a esos retos? Estas son algunas de las preguntas a las que se enfrentan las organizaciones en los procesos de incidencia y, como veremos en el análisis de los casos, son preguntas difíciles de resolver, dada la multiplicidad de demandas y la diversidad de actores relacionados con el tema de la responsabilidad y legitimidad que tienen las ose involucradas en estas tareas. 5. Dimensiones del éxito de las osc en los procesos de incidencia en políticas públicas. El aporte de las OSC en el proceso de incidencia en políticas públicas se puede dar en diversas dimensiones, siendo el más directo la formulación y ejecución de las políticas o leyes por las cuales se ejerce el proceso de incidencia. Pero además de esta dimensión es importante tener un marco más general que permita captar los diferentes ámbitos en los cuales pueden darse los resultados de los procesos de incidencia. Durante el proceso de incidencia, las osc además de lograr que se discuta un tema de política, o que se formule e implemente un programa, pueden o no contribuir a la redefinición de la institucionalidad pública, al fortalecimiento de la democracia y de la sociedad civil. Por otro lado, la formulación de la política e incluso de su implementación no necesariamente conduce a las mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos o a la ampliación de sus derechos. En ese sentido, es importante al analizar y evaluar los aportes de las ose en el proceso de incidencia, ir más allá del logro en la formulación y cambio de la política y tener en cuenta otras dimensiones importantes desde el punto de vista de la democracia. El Institute for Development Research (IDR) desarrolló un modelo sencillo que permite analizar diferentes dimensiones del aporte de las OSC en el proceso de incidencia.4 Estas dimensiones son: las políticas, la democracia, el fortalecimiento de la sociedad civil y la ciudadanía. A nivel de la dimensión de las políticas, la expectativa es que se formulen o se generen cambios en las políticas públicas o en las legislaciones. En el nivel de la democracia, los cambios esperados se relacionan con el aumento de los espacios públicos de deliberación y negociación, así como : con el reconocimiento de parte del gobierno, la opinión pública ; y las mismas OSC de la participación de estas organizaciones en políticas públicas. En el nivel organizacional, se espera el fortalecimiento de la capacidad institucional y de la legitimidad de las diferentes organizaciones participantes en el proceso de incidencia. Por ultimo, pero no por eso de menos importancia, se espera que el proceso de incidencia tenga repercusiones en los ciudadanos, ya sea a nivel de una mejora en condiciones de vida, de oportunidades económicas o sociales, de ampliación de derechos o de incremento de capacidades. En el cuadro de la página siguiente se hace una síntesis de estas diversas dimensiones. Este marco de referencia nos permitió analizar los ámbitos o niveles en los cuales las OSC enfocaron sus acciones en los diferentes procesos de incidencia, así como las tensiones, vacíos o contradicciones en la acción en cada nivel. Veremos, por ejemplo, procesos donde hubo un gran énfasis en la formulación de la política y en la deliberación de la misma, pero pocas o nulas ganancias al nivel de los ciudadanos. O procesos, donde además de la formulación de la política, se ejecutaron programas que generaron importantes ganancias individuales para los beneficiarios de los mismos, pero donde el espacio público de deliberación de las políticas no se amplió y sólo algunos subgrupos de organizaciones se fortalecieron en el proceso. 4 Miller, Valerie y Covey, Jane: Adaocacy Sourcebook: Frameworks for Planning, Action, and Re fleck'm:, Boston, Institute for Development Research, 1997, págs. 102-108. Como veremos al analizar los casos, no podemos equiparar participación de las OSC en las políticas públicas con ampliación democrática, fortalecimiento de la sociedad civil o mejoras en la calidad de vida, ni tampoco podemos asumir a priori que los casos exitosos de incidencia de las OSC se derivan de una ampliación de la participación social. Entre participación en políticas públicas e incidencia en las políticas encontramos un amplio abanico de posibilidades, con extremos de alta incidencia en la política con poca participación social y su contrario de alta participación social y baja incidencia en la formulación e implementación de nuevas políticas. Teniendo en cuenta estos desbalances en el impacto en los diferentes ámbitos, queremos servirnos de los casos para plantear reflexiones y preguntas en torno al papel de las OSC en el proceso de incidencia en las políticas públicas. Estos temas nos parecen centrales de analizar, especialmente en una época en que el reconocimiento de las OSC por parte de los gobiernos y de la banca internacional está, en muchos casos, asociado a un sesgo hacia las organizaciones de servicios y hacia las más Profesionalizadas, bajo el supuesto de que estas pueden servir mejor a los más pobres y pueden "representar" de forma más adecuada sus causas. Hoy se habla más de dientes que de bases sociales, más de proveer servicios que de promover ciudadanía, más de resolver necesidades que de garantizar derechos, más de realizar proyectos que de impulsar reformas sociales, más de fortalecer organizaciones que de promover movimientos en torno a problemas sociales relevantes.5 Al lado de la prestación directa de servicios a los sectores más desfavorecidos, es fundamental, desde una perspectiva democrática y de cambio social, el apoyo a la organización y movilización de estos sectores, así como el fortalecimiento de la voz de los propios excluidos y de su capacidad por influir la agenda pública. Es importante complementar el trabajo por los marginados con el trabajo con los marginados. Hay que evitar que la vida asociativa se profesionalice a expensas del crecimiento de las membresías y de la participación social amplia. Se requiere enfatizar la reconexión de las organizaciones civiles con los movimientos sociales y con el público, para así evitar lo que algunos autores han detectado como tendencia en otros países: que las organizaciones de la sociedad civil y especialmente las OSC, estén hoy más cerca de los poderosos y más lejos de los excluidos.6 5 Fowler, Alan: "NGOS as a Moment in History: Beyond Aid to Social Entrepreneurship or Civic hmovation?", en 7hird World Quarterly, Vol. 2 1, N' 4, 2000, pág. 643. 6 Hulme, David y Edwards, Michel: "Conclusion: Too Close to the Powerful, Too Far from the Powerless", en Hulme, David y Edwards, Michel (eds.): NGOs, States andDonors. To Closefor Comfort? Save the Children, 1997.