Érase una vez, una granja donde los animales no eran lo que parecían ser. Así, la oveja decía "muuuu" mientras que el gallo cantaba nanas a la hora de dormir, en lugar de despertarlos a todos. Aparte de eso, hacían cosas muy raras: el caballo ponía huevos, la vaca daba lana, el gallo cuidaba de las ovejas…. ¡Era todo anormal! Cuando se enteraron los vecinos del pueblo empezaron todos a visitar la granja. Los animales se ponían muy contentos cuando los niños del pueblo les dabas de comer y jugaban con ellos. En la granja también había un huerto donde el granjero cultivaba muchas plantas. Todas las plantas daban frutos que sabían a golosinas. Los pimientos sabian a menta, los limones en vez de ser ácidos eran dulces como la miel y los melones sabían a melones. ¿Cómo podía ser eso? No tenía sentido. En la granja existía un pequeño lago en el cual los peces eran de colores, saltaban como las ranas en vez de nadar y hablaban como los pájaros que volaban por la granja. Los pájaros hablaban como los burros. Los niños del pueblo al enterarse fueron a visitar la granja para ver todo lo que allí había raro. El granjero al darse cuenta que iban muchos niños decidió montar una granja escuela para que la visitaran todos los niños de los pueblos de los alrededores. En el centro de la granja , había un pozo, que en vez de agua tenía multitud de flores de colores y junto al pozo había dos árboles enorme en cuyas ramas se podía beber y en el tronco había pedacitos de frutas tropicales, donde los niños podían comer. En los árboles se podía observar como los pajaritos saltaban de una rama a otra y sus cantos sonaba cómo los de las ranas. En la granja había un estanque que en vez de patos había cerdos… Un gran peral q en vez de dar peras daba fresas; los niños cuando visitaban la granja, una de las actividades que hacían era sacar a los conejos con collar y cadena como si de perros se tratara…. ¡¡¡¡Todo era anormal!!!! Las flores estaban sembradas en macetas solo con el agua, pero los vecinos del pueblo y los niños lo veían todo normal. ¿Os lo podéis creer? Esta granja era anormal y maravillosa porque los ratones eran amigos de los gatos, a su vez los gatos eran amigos de los perros y todos ellos formaban un gran equipo y todos iban a una. Así se consiguió formar la granja más extraña, misteriosa y maravillosa del mundo. En la granja también fueron llegando elefantes y leones muy raros pues los leones no eran fieros eran como gatos y los elefantes jugaban con pelota en sus trompas. Poco a poco se fue convirtiendo la granja como en un pequeño zoo el cual todo el mundo quería visitar. Cada día iban más niños y niñas porque se lo pasaban genial. Pero los padres al ver que sus hijos estaban tan contentos y sorprendidos decidieron ir ellos también para ver aquel extraño lugar. Una vez visitaron la granja quedaron igual de sorprendidos que sus hijos y decidieron contárselo a toda la familia. Llegaron al acuerdo de que cada año para estas fechas irían todos a visitar aquella extraña y anormal granja tan chula. En la granja había mucho trabajo que hacer, antes de que llegaran los niños de visita, así que todos ayudaban, Los monos cocinaban su plato favorito: Chocos fritos, las gallinas limpiaban las mesas, las vacas llevaban los platos a las mesas. Después del almuerzo el pavo real daba un taller de arte. Otra de las actividades que hacían era jugar a la play junto con los animales, solo se permitía los fines de semana ,así que los niños sacaban las entradas para el sábado o el domingo, jugaban sobre todo al FIFA y se les pasaban las horas volando. El burro era el que más se divertía, todos disfrutaban el fin de semana. A todos les gustaba mucho esa granja, pero... ¿Cuál era el secreto para que todo fuese tan increíble? Nadie prestó atención a la hija del granjero, que era una niña muy tímida pero que guardaba un gran secreto… Violeta era una pequeña bruja. Violeta con sus hechizos cambiaba el orden de las cosas. Un día muy lluvioso al amanecer un rayo despertó a Violeta, y de forma muy brusca, observó que alguien le había quitado de su mesita de noche su libro de hechizos. Repentinamente se asomó por la ventana y vio que los animales habían vuelto a su normalidad. “¿Quién me habría quitado él libro?” Se preguntó. Entonces salió corriendo hacia donde estaban todos los animales para buscar el libro, y entre ellos en una esquina había una niña escondida y llorando con su libro de hechizos en la mano. Violeta le preguntó: - Hola, ¿por qué te has llevado mi libro? Y la niña llamada Sara le dijo llorando que siempre había soñado con ser como ella y pensó que lo mejor sería quitárselo y poder cumplir su sueño. Violeta como era muy buena le regaló el libro a Sara , se quedaron jugando mucho tiempo en la granja junto con los animales que estaban tan locos que una vaca estaba intentando saltar a la comba, un gallo jugar al futbol y un caballo a la rayuela… Desde ese día Violeta y Sara son las mejores amigas.