La cortesía verbal: presentación Buenos días, hoy vamos a hablar de la cortesía verbal. Primero vamos a introducir el tópico. La cortesía es un concepto muy amplio, ya que existe mucha diversidad intercultural. Cada cultura tiene su propias convenciones para expresar cortesía. La defición más conveniente/convincente es la de Moliner que dice: ‘Conjunto de reglas mantenidas en el trato social, con las que las personas se muestran entre sí consideración y respeto.’ En esa definición se destaca el caráctar social y convencional de la cortesía. Podemos añadir que ningún hablante es capaz de expresarse de forma neutra. La cortesía está presente o no. Según Fraser por ejemplo la cortesía verbal se base en lo que él llama ‘el contrato conversacional’. Eso significa que una conversación supone derechos y obligaciones mutuas entre los hablantes. Solamente cuando esas obligaciones y derechos no se violan, se puede constatar que la locución (=el acto de habla) es cortés. Por eso, podemos deducir que la cortesía no es un acto autónomo sino un subacto del acto de habla. La cortesía no se constitye de reglas constitutivas como la gramatica, sino de reglas regulativas. Si no se aplica esas reglas, todavía se puede hacerse entender lo que no es el caso si ignora las reglas gramaticales. El linguïsta Lakoff aclara las estrategias verbales que se puede usar para conversar de una manera cortés. Distingue tres fórmulas básicas: 1) No impongas tu voluntad al interlocutor. 2) Indica opciones. 3) Haz que tu interlocutor se sienta bien, sé amable. Ahora vamos a entrar en los aspectos diferentes de la cortesía verbal. Para empezar, la noción de ‘imagen’ desempeña un papel importante en el análisis de la cortesía verbal. Esta imagen refiere sobre todo a la personalidad del hombre. Consiste de dos subcategorias; la imagen positiva y negativa. La primera se trata de la autoestima del individuo y su deseo de que ésta sea respetada y reforzada por toda la sociedad. La imagen negativa implica la aspiración de cada persona a que los otros no impiden sus acciones. En caso de disconformidad existen algunos expresiones como en mi opinión, si no me engaño, ... para evitar que el interlocutor se sienta ofendido. Si no se usaría ese tipo de expresión podría implicar que el oyente sea incompetente o ignorante. En cuanto la imagen negativa, la exhortación es el prototipo de los actos de habla que amenaza el interlocutor de actuar liberamente. El objetivo de una exhortación es el de influir en el comportamiento intencional del oyente. Un buen ejemplo de una violación del comportamiento intencional es un interrogatorio policial en que el interrogador elecciona esas preguntas que desestabilizan las emociones del criminal para que diga la verdad. Los actos exhortativos se subdividen en actos impositivos y no impositivos. En el primer caso solo el hablante se aprovecha de la realizacion de la exhortación. Ejemplos son el ruego, la súplica y el mandato. Este tipo de actos tienen un mayor grado de imposición ya que el hablante incita al oyente que realice cierta acción. El caso más extremo es el mandato porque al hablante no le interesa/importa la imagen negativa del oyente. Los actos no impositivos, en cambio, benefician sobre todo al oyente, como los consejos, la recomendación y la instrucción. El peligro existe cuando el oyente no sigue el consejo del hablante, porque puede implicar que le falta competencia e intelegencia. O sea al negar el consejo, la imagen positiva está amenazada. Otra estrategia de la cortesía negativa es la indicación que no hace falta invertir mucha energia en la realización de la acción, por ejemplo si uno pregunta para ayudar a subir la valija, puede añadir que esta no pesa mucho. De esta manera el interlocutor accerderá mas facilmente a la petición. .... El imagen positiva consiste en el anhelo de cada persona que los otros deseen para él lo que él desea por si mismo, por ejemplo la expresion ‘Buenos días’ Expresiones como el cumplido, la felecitacion, y la invitacion refuerzan la imagen positiva del oyente. Otra estrategia importante para proteger la imagen positiva del interlocutor es suavizar la propia opinion si está en contradiccion con la del oyente, por ejemplo en un debate.