En una calurosa tarde de verano, Alicia se encontraba en el río con su hermana cuando se quedó dormida. ZZZzzz… Alicia se despertó por el ruido que hacia un conejo que corría apresuradamente. ¡Voy a llegar tarde! Alicia curiosa corrió tras el conejo que se metió en su madriguera y decidió seguirlo. ¡Espérame conejo, quiero ir contigo! La niña entró en la madriguera y estaba tan oscuro que tropezó y cayó en un profundo pozo que parecía no tener fin. Al cabo de un rato Alicia llegó a una gran sala llena de puertas. Justo en ese momento, el conejo atravesó la más pequeña de todas, por la que Alicia no cabía Ahora como haré para entrar? Alicia encontró una pequeña botella y curiosa bebió su contenido, al hacerlo se hizo del tamaño necesario para pasar por la puerta. ¡Bébeme! Al cruzar la puerta, Alicia encontró al conejo y sus amigos tomando el té de la tarde. ¡Siéntate a tomar el té con nosotros! Mientras tomaba el té, Alicia vió unas galletitas que decían “¡Cómeme!” y al comerlas empezó a sentirse muy cansada y se quedó dormida. ¡Cómeme! Al despertar, Alicia se dio cuenta que todo había sido un hermoso y divertido sueño. ¡Qué divertido!