Subido por Marina Fernandez

P-Kentenich-1-2015

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Noticias del Secretariado
1 / AÑO 2015
Una vida
para la Iglesia
Padre José Kentenich
Fundador de la Obra Internacional de Schoenstatt
“Y
a han pasado varios meses de la
celebración de los cien años de la
Alianza de Amor, el día 18 de octubre de 2014.
Desde Australia hasta Canadá, pasando por
diversos países asiáticos, europeos y africanos;
desde Escocia hasta Ciudad del Cabo y desde
Canadá hasta Tierra del Fuego, recorriendo
toda la geografía de nuestra América, nos
hemos sentido muy unidos al epicentro de
este acontecimiento: el Santuario Original en
el valle de Schoenstatt, Alemania.
Al cumplirse el primer siglo del pacto
realizado entre María Santísima, el Padre
José Kentenich y los primeros muchachos
que formaban la Congregación Mariana en
el Seminario de Schoenstatt, María nos
regaló una fiesta que quedará en la memoria por muchas décadas.
Sería imposible tratar de transmitir todo lo
sucedido en este día histórico que recogió lo
vivido cien años atrás y lo replicó en miles y
millones de personas en todo el mundo.
¿Cómo interpretar lo que significó renovar
esta Alianza de Amor para cada hijo de
Schoenstatt? ¿De qué modo se insertó en
ese hecho histórico al que aludimos? ¿Cómo
experimentó en su vida personal a la perso-
Un
verdadero
terremoto
de gracias
na de María, como Aliada; a la persona del
Padre Kentenich como instrumento? ¿Qué
experiencia de familia tocó su alma? ¿Qué
compromiso asumió para llevar adelante
esta cultura de Alianza en su vida y en su
ambiente? Sólo María Santísima lo sabe.
En todo caso, cien años atrás, al estallar la
primera guerra mundial, un sacerdote joven, el
Padre Kentenich, intuye que la única forma de
salvar a los muchachos que le habían sido
confiados y que deben partir al combate, es
“atarlos” a María en un lugar preciso: la pequeña capilla que se les había cedido para sus
reuniones. Su deseo era no sólo que ellos se
consagrasen a María sino, de algún modo,
pedirle a María, que Ella se consagre a ellos. Un
pacto incluye un movimiento de amor, de
interés, de cuidado de ambas partes. Para
lograrlo, ellos debían entregar algo que
costara: ¡qué mejor que su esfuerzo por santificarse y llegar a ser auténticas personalidades!
En aquella fecha, la capillita había sido restaurada por los mismos jóvenes pero aún no
disponían de una imagen de María. Ésta llegó
como regalo de parte de un profesor del
Seminario. El cuadro octogonal llegó a
Schoenstatt desde el anticuario de la ciudad
de Friburgo en donde fue comprado, el día 2
de abril de 1915. Este año entonces, recordamos el siglo desde que María quiso asociar las
gracias del Santuario a esa imagen particular.
Hoy no podemos pensar en un Santuario de
Schoenstatt, sin la imagen de gracias de la
Mater ter Admirabilis de Schoenstatt. A
través de ella, la Santísima Virgen desea
acercarse a nosotros.
Esto sucedió de un modo muy patente, el 18
de octubre pasado, junto al Santuario Original
en Schoenstatt, Alemania. Como se habían
congregado más de doce mil personas de más
de sesenta países del mundo, en el anfiteatro
preparado para la ocasión, era imposible que
pudieran estar todos cerca de la capilla de
gracias. Por eso, antes de que se renovara la
Alianza, se realizó un gesto que tocó las fibras
de los que lo vivieron en el lugar como de los
millones que lo pudieron seguir por la transmisión televisiva. Por primera vez en la historia,
la imagen de la Madre tres veces Admirable,
fue retirada de la capillita para que pudiera
recorrer el valle donde se habían congregado
sus hijos. La Madre quiso buscarlos allí donde
se encontraban para bendecirlos y derramar
sobre ellos todas sus gracias. El valle entero se
convirtió en Santuario y todos, desde el más
pequeño hasta el más grande, pudieron
saludarla de cerca y sentir su cercanía. Recién
entonces se renovó la Alianza. María “sale”
permanentemente de su Santuario para
buscarnos. Lo hace a través de los más de
doscientos Santuarios sembrados por los
cinco continentes, lo hace en los Santuarios
del Hogar, pero también lo hace en cada
imagen que la representa como Madre tres
veces Admirable. Cada cuadro, cada medalla,
cada estampa contemplada o tomada en la
mano con fe, nos transmite las gracias originales que Ella desea derramar sobre nosotros.
También a ti, que lees estas palabras, te busca
Ella. Y te busca allí donde estás, así como eres.
Ella desea regalarse a ti y te necesita.
Hoy vivimos tiempos convulsionados. La
violencia está a la orden del día y la convivencia se hace difícil en todos los ámbitos. Como
el Padre José Kentenich podríamos esforzarnos para que muchas personas descubran el
tesoro que a través de él hemos descubierto:
sellar una Alianza de Amor con María. ¿Qué
podríamos ofrecer para ello? ¡Algo que nos
cueste un poco! Seguramente sabemos en
qué campo podemos mejorar para acercarnos
a la santidad, elijamos un punto y tratemos de
llevarlo a la vida diaria.
¡Dejémonos encontrar por María! Ella, la
Madre fiel que nunca nos deja solos, puede
hacer – como lo hizo con los primeros muchachos de Schoenstatt – cosas muy grandes.
Hna. Clara María
El “misterio de
Schoenstatt”
“N
o es nuevo que la Santísima
Virgen se vincule a un lugar,
que una su amor y su actividad
a un determinado lugar. Y sin embargo es
algo nuevo que esa vinculación local se
manifieste en un nuevo lugar. ¿Acaso a lo
largo de los siglos la Santísima Virgen no ha
visitado innumerables lugares donde
despliega su amor y actividad de manera
original? ¿Por qué razón, también nosotros,
estamos convencidos de que la Santísima
Virgen se ha vinculado localmente a nuestro
pequeño Santuario? ‘Quítate las sandalias
de tus pies, porque el lugar que pisas es tierra
santa’ (Ex 3, 5). Si quieren saber cuáles son
las razones más hondas sobre las que se
fundan las convicciones, relean las Actas de
Fundación de Schoenstatt. En el Acta de
Fundación de octubre de 1914 se lee lo
siguiente: ‘Santísima Virgen, establécete
aquí y atrae desde aquí los corazones de los
hombres para regalárselos a tu Hijo’. Todos
somos hijos de la Familia. Por eso estamos
convencidos que el Acta de Fundación ha
sido aceptada y suscrita en el cielo. En esta
convicción se basa nuestra fe de que aquí
tenemos un lugar sagrado, de que quien
entre en contacto con Schoenstatt, física o
espiritualmente, será atraído a la original
corriente de gracias que fluye desde aquí (…)
Por lo tanto, cuando padezca alguna necesidad, entraré a nuestro Santuario y con fe
tomaré contacto con este lugar, experimentaré que las gracias se derraman allí con
mayor abundancia que en otros lugares
donde me arrodille con el mismo afecto y
fervor (…)
La fiesta de la Inmaculada nos recuerda
espontáneamente la historia del Santuario
de Lourdes. ¿Perciben con claridad la
diferencia entre uno y otro Santuario? ‘Yo
soy la Inmaculada Concepción’, dijo la
Santísima Virgen ataviada con hermosa
vestimenta, a la sencilla pastorcita de
catorce años. ‘Vé allí… Surgirá una fuente.
Lávate en ella y bebe de ella.’ La niña hace
lo que se le manda pero al principio no
entiende de qué se trata. Va hacia el
arroyo. ‘No’, le dice la bondadosa Señora,
‘No es allí donde debes ir’. Desciende hacia
allá; allá mana la fuente’. La niña mira a su
alrededor y no ve fuente alguna, pero fiel a
lo que se le mandó maternal y bondadosamente, escarba en la arena y de pronto
comienza a surgir el agua, primero en un
hilo de agua y luego en caudalosa corriente. Una fuente milagrosa. Al día siguiente
vienen centenares de personas. Con el
paso del tiempo se cuentan miles y miles.
La gente bebe de ese manantial y de ese
modo, Lourdes, comienza a ser fuente de
innumerables milagros.
También nosotros tenemos una fuente de
gracias que fluye allá abajo en el valle. Pero
se originó de una manera mucho más
sencilla y sobria. Es una fuente de gracias
no asociada a una vertiente material, como
la de Lourdes. ¿Se dan cuenta lo que
significa eso? El misterio de Schoenstatt es
la vinculación de la Madre tres veces Admirable (…) Es la vinculación local y la fecundidad espiritual universal de la Mater ter
Admirabilis. Una fecundidad de gracias.
Esperamos de nuestro Santuario, no ante
todo y directamente sanaciones físicas,
sino que desde él se atraiga a las almas, se
obre la transformación espiritual del
hombre, se imprima a la vida los rasgos de
Cristo” (P.J.Kentenich, 10.12.1933, tomado
de Kentencih Reader, tomo I, Editorial
Patris 2009).
escuchó. ¡Gracias Dios mío por haberme regalado un padre que nos protege y
nos guía en el camino de la vida!
CH.T.
L
C
E
LEYÓ SUS DESEOS
Quiero expresar mi agradecimiento por la oración escuchada del Padre Kentenich. Luego de haber pedido un trabajo para mi hijo, no sólo lo recibió, sino que
consiguió aquello que quería hacer desde hace mucho tiempo. Que este
testimonio sirva para su pronta beatificación.
J.L.L.
COMO SI HUBIESE ESTADO ESPERÁNDOME
Compré una entrada para el teatro y luego me regalaron dos más. Eran numeradas y ubicadas en lugares diferentes. Sabía de dos personas que querían ir a
esa presentación y se las di. Lo que no sabía es que era necesario que ambas
estuviesen en butacas cercanas. Antes de la función decidí acompañarlas para
ver si alguien podía cambiarle una de las entradas y me encomendé al Padre
Kentenich. Al entrar por uno de los pasillos y encontrarnos con el acomodador,
le pregunté cómo podíamos hacer. Para mi sorpresa sacó una entrada de su
bolsillo y me dijo: Alguien me devolvió esta entrada, se la dejo para que pasen
las dos juntas.
C. M.
EFICACIA DE LA NOVENA AUDAZ EN EL RIESGO
A mi hija mayor, madre de cuatro niños, le diagnosticaron nódulos en la
tiroides. Uno de ellos presentaba características dudosas y es por ello que la
doctora indicó una punción para hacer una biopsia. Pedimos ayuda al Padre
Kentenich. Acompañamos rezando la novena Audaz en el Riesgo. El Padre nos
Q
C
N
D
QUIERO AGRADECER
Quiero agradecer a Dios Padre, que por medio de la Mater y el Padre José,
respondió a mis oraciones. Tenía que iniciar la Licenciatura en Psicopedagogía,
no contaba con los recursos necesarios y recibí la ayuda económica que necesitaba. En especial agradezco la ayuda del P. Kentenich en la aprobación de las
materias más complejas de la Licenciatura.
Gracias Mater, gracias Padre José.
L.C.
CUIDADO PATERNAL
Una señora joven, con esposo e hijos, estaba realizando publicaciones en las
redes sociales que no la dejaban bien. Muy preocupada le recé al P.Kentenich. A
los tres días me animé a enviarle un mail diciendo lo que me estaba pareciendo
para que reflexionara.
Esa misma noche me respondió que me agradecía y que estaba muy feliz de
haber sido invitada, ese día, a conocer Nuevo Schoenstatt. Que habían sacado
fotos y también dando la mano a la estatua del Padre Fundador. Así, tuve
respuesta de que el P. Kentenich la llevó a su hogar y la ayudó.
F.M.G.
NUESTRO MILAGRO
Desde que nos conocimos supimos que queríamos formar una familia cristiana.
Vivimos momentos de angustia, tristeza y desilusión, por no poder lograrlo.
Comenzamos a dejar todo en manos de María y escribimos nuestro pedido a
nuestro Padre Fundador. Fue un verdadero trabajo en equipo. De todo esto
llegó nuestro pequeño milagro que se llama Martina.
A. y F. D.
DELICADEZAS
Muchas veces pido ayuda al Padre Kentenich para encontrar un lugar para
estacionar. Hace poco le dije: "Padre, que encuentre lugar porque cargo
muchas cosas y está lloviendo... Al doblar la esquina, justo delante de donde
iba, un coche estacionado pone el guiño para salir... Gracias Padre,
M. A.
Si en los extractos de cartas se afirma que el P. Kentenich es un “santo”, no significa anticiparse a la decisión de la Iglesia, es una opinión personal.
CONTACTOS:
Sitio web de Nuevo Schoenstatt:
www.nuevoschoenstatt.org.ar
Secretariado P. Kentenich en Argentina:
www.nuevoschoenstatt.org.ar/pjk-secretariado.html
Dirección de mail del Secretariado:
[email protected]
COLABORACION:
Si desea colaborar puede realizar su depósito en:
Caja de ahorro en Pesos: Standard Bank 0546/01103287/41
CBU: 0150546701000103287415
CUIT: 33-53709251-9
La publicación de este folleto es posible
gracias a la colaboración de los lectores.
Tres veces Admirable,
benigna y poderosa,
espiritualmente me postro ante tu imagen
en unión con todos los consagrados a ti,
que están dispuestos
a morir por tu reino.
Queremos reflejarnos a tu imagen
y volver a sellar nuestra Alianza de Amor.
A nosotros, tus instrumentos,
en todo aseméjanos a ti
y en todas partes, por nosotros,
construye tu reino de Schoenstatt
(P. Kentenich, Hacia el Padre Nº179).
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