UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUMBES FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ECONOMÍA Informe sobre las diferencias y similitudes de los modelos AK, de Barro, de Romer y de Uzawa-Lucas. Curso: Modelos de crecimiento económico Docente: Mg. Econ. Yaritza Montero Oblea Estudiante: Chocan Huaches Luis Alberto TUMBES, PERÚ 2023 Estos cuatro enfoques de crecimiento endógeno presentan divergencias notables en términos de los elementos que inciden en su función de producción y, por ende, en la trayectoria del crecimiento económico. A continuación, se describen detalladamente estos modelos: El planteamiento propuesto por Rebelo establece una función de producción caracterizada por rendimientos constantes a escala y una productividad marginal del capital que no solo es positiva sino también no decreciente. Esta particularidad se deriva de su concepción del capital físico y humano como componentes unificados, lo cual anula los efectos perjudiciales de los rendimientos decrecientes. En consecuencia, surge la formulación de una función de producción tipo AK que depende en gran medida del progreso tecnológico y del capital, permitiendo un crecimiento económico continuo a largo plazo. Barro, por su parte, destaca la relevancia crucial del Estado en el contexto económico y postula la introducción del concepto de gasto público productivo. Este componente del gasto público se traduce en mejoras tangibles en la productividad económica, como infraestructuras viales, redes urbanas, educación y atención médica. En esta perspectiva, el aumento del gasto público genera un impulso en la producción y, por ende, en el ahorro y el crecimiento económico. Sin embargo, este modelo también reconoce un aspecto negativo, ya que el financiamiento de dicho gasto proviene de impuestos que pueden reducir el nivel de ahorro. Por esta razón, Barro postula que existe un nivel óptimo de impuestos que maximiza el crecimiento económico. Romer introduce el concepto de externalidad positiva del conocimiento, argumentando que las inversiones en investigación y desarrollo (I+D) son fundamentales para estimular el crecimiento económico. Estas inversiones generan nuevos conocimientos y tecnologías que se incorporan a la producción, y su impacto se extiende más allá de la empresa que los desarrolla. Además, el modelo de Romer considera una población que no crece (n = 0), lo que da lugar al llamado efecto escala, donde el crecimiento económico no siempre se incrementa con un aumento en la población. Esta perspectiva desafía la noción convencional de que una mayor población conlleva necesariamente a un mayor crecimiento. El enfoque de Uzawa-Lucas propone una interacción distinta entre el capital físico y el capital humano. A diferencia de los modelos previos, estos dos componentes son tratados por separado y se les asignan dos tecnologías diferentes para su producción: una para el capital físico (A) y otra para el capital humano (B). Sin embargo, esta separación introduce una mayor complejidad en la determinación de la función de producción, ya que el impacto del capital humano destinado a la producción de más capital humano también influye en la producción de capital físico. Esta interconexión complica la solución del problema, pero el modelo destaca que la acumulación de capital humano tiene un efecto positivo en el crecimiento económico. En resumen, estos cuatro modelos convergen en la importancia fundamental de la tasa de ahorro y los avances tecnológicos para fomentar el crecimiento económico. También coinciden en que un aumento en la población o una mayor depreciación del capital pueden actuar como limitantes del crecimiento. No obstante, el modelo de Romer se diferencia al considerar una población sin crecimiento. En conjunto, estos enfoques proponen distintas combinaciones de factores para lograr un crecimiento económico sostenido: Los modelos de Uzawa-Lucas y Rebelo hacen hincapié en la posibilidad de un crecimiento permanente al combinar stocks en aumento tanto de capital físico como de capital humano. El enfoque de Romer sugiere la viabilidad de un crecimiento endógeno continuo al combinar el capital con la externalidad positiva del conocimiento y la inversión en I+D. El modelo de Barro introduce el gasto público como factor en la función de producción, contrarrestando los efectos negativos de los rendimientos decrecientes y promoviendo un crecimiento sostenido a lo largo del tiempo.