Subido por FERDINAN DUENAS ROJAS

EL LENGUAJE humano

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PLANIFICACIÓN
¿Qué tema
escribiré?
¿Qué busco
expresar con este
texto?
¿a quién está
dirigido?
El lenguaje
La importancia del Público en general
lenguaje humano,
deslindar el
lenguaje humano lo
del posible
lenguaje animal.
¿Qué tipo de texto
escribiré?
Expositivo.
EL LENGUAJE
El lenguaje como parte fundamental de la lingüística, del cual se ocupa solo en el estudio
del lenguaje, en que los signos son palabras constituidas por sonidos, y este viene a ser el
lenguaje articulado. El lenguaje es cualquier sistema de signos que sirve para la
intercomunicación, intercambio de ideas, estados de animo entre dos o más individuos,
la comunicación o interacción que es la capacidad exclusiva del ser humano no solamente
se da de forma verbal o articulado, también se da a través de diversos sistemas de signos
como escritos, gestuales, danza, música, pintura, señales de humo, entre otras, que el
hombre a desarrollado a través de su historia.
Engloba todas las lenguas e idiomas, incluyendo incluso el dialecto que, determinada las
características específicas de cada región de una lengua específica, esta capacidad innata
que los seres humanos tenemos, comienza a gestarse a partir de la concepción y esto va
estableciéndose definitivamente de acuerdo a la relación que se mantiene el individuo con
el mundo social en que se desarrolla, y el principal gestor y autor es la madre con quien
es su primer contacto como ser social. Iniciando una vida comunicativa activa,
aprendiendo un sistema de signos que específicamente se conoce como código de una
lengua el cual empleara para comunicarse.
Hemos dicho que se puede llamar “lenguaje” cualquier sistema de signos que sirva para
la intercomunicación, es decir, para comunicar ideas o estados psíquicos entre dos o mas
individuos. Y a menudo se llama “lenguaje” cualquier tipo de comunicación entre seres
capaces de expresión, sean ellos hombres o animales. En efecto, hechos de expresión se
han comprobado también entre los animales. Así, por ejemplo, se han realizado estudios
sobre el lenguaje de las abejas; y sobre todo, los psicólogos han estudiado también otras
expresiones significativas registradas en los animales, como caballos, perros, etc. Sin
embargo, los lingüistas no aceptan el lenguaje animal como objeto de la investigación
lingüística, por no reconocerle las características esenciales del lenguaje humano. En
efecto al considerar las expresiones animales como lenguajes, es decir, como sistemas de
signos, se atribuye a ese ultimo (signo) un signo muy amplio y en parte, discutible. Lo
que entendemos comúnmente por signo es un “instrumento” que esta por una idea, un
concepto o un sentimiento, con los cuales el signo mismo no coincide: un instrumento
que evoca, en particular, un concepto en virtud de una “convención” y de acuerdo con
una tradición determinada, pero que no tiene con el concepto evocado ninguna relación
necesaria de causa a efecto o viceversa. Los psicólogos, y entre ellos, en particular los
behavioristas, que llaman “contexto” a cualquier conjunto de hechos que se encuentran
comúnmente en una relación necesaria o por lo menos, habitual, consideran como
“signos” los hechos mismos de un “contexto”, en la medida en que el presentarse de uno
de ellos reclama o implica la posibilidad o necesidad de que se presente(n) también
otros(s), hechos(s) perteneciente(s) al mismo “contexto”, aplicando este punto de vista al
lenguaje humano, los estudios aludidos consideran los signos de este (las palabras) como
una especie de “estímulos” a los que corresponderían como “reacciones” determinadas
imágenes. Esta concepción tiene, sin duda, sus serios fundamentos desde el punto de vista
psicológico, pero no puede explicar en forma satisfactoria el asalto del signo “hecho” al
signo “sustitución” o instrumento convencional y elemento de cultura perteneciente a una
determinada sociedad.
Por otra parte, aun admitiendo como justificada la analogía entre esos dos tipos de signos,
podemos decir simplemente que la lingüística trata solo del segundo tipo, decir, solo de
los signos que tienen valor simbólico, o sea, de los que son también, aunque no
exclusivamente, simbólico. Es oportuno recordar, a este propósito, la caracterización del
signo lingüístico dad por el estudio austriaco Karl Bühler en su teoría del lenguaje
(Sprachtheorie, Jena, 1934: tr. Esp., Madrid, 1950): el signo lingüístico es síntoma como
expresión del hablante, es decir, en cuanto manifiesta algo acerca de quien lo produce; es
señal en relación con el oyente, o sea, con su receptor; y es símbolo en relación con su
significado “real”, es decir, en cuanto designa a través de un concepto (o, desde el punto
de vista psicológico, a través de una “imagen”) algo pertenece a una realidad que es, o
por lo menos se considera, independiente tanto al hablante como del oyente. Si admitimos
la validez de este concepto de signo, ya no podemos llamar propiamente “signos” a las
expresiones del lenguaje animal: en efecto, el lenguaje animal corresponde, según parece,
a una excitación física o fisiológica, a una reacción vital de carácter elemental y que no
implica ninguna operación simbolizaste. El lenguaje animal seria, por consiguiente, un
seudolenguaje, y se distinguiría fundamentalmente del lenguaje del hombre por no tener
sus “signos” el valor simbólico y convencional que tienen los signos de los lenguajes
humanos: los “signos” animales corresponderían mas bien a las reacciones elementales
que en manifestaciones humanas son los gritos y que no constituyen propiamente
expresión lingüística.
Queda, establecido que los signos del lenguaje humano tienen siempre valor simbólico,
es decir, un valor que no reside en los signos materiales como tales y al que estos solo se
refieren. Pero, aun así, la definición del lenguaje sigue siendo demasiado amplia si
queremos referirla al lenguaje que constituye al objeto propio de la lingüística. En efecto,
los sistemas de signos simbólicos que la humanidad emplea son bastante numerosos:
además del lenguaje articulado, se pueden considerar como “lenguajes” todos los sistemas
de señalamiento (con banderitas, con señales luminosas, etc.) y cualquier otro sistema que
exprese o comunique algo simbólica y convencionalmente. Esto acontece, por ejemplo,
con el arte bajo todos sus aspectos, desde la música hasta la danza, con gestos, la escritura
y los varios lenguajes simbólicos convencionales, desde el “de las flores” o el de los
naipes hasta el de las señales del tráfico. Sin embargo, hay que observar que muchos de
estos lenguajes son “traducibles” al lenguaje articulado: es decir que sus signos se pueden
traducir exactamente mediante palabras, o simplemente representan palabras o frases.
Así, por ejemplo, la escritura, en sus aspectos mas comunes, es simplemente un sistema
de signos simbólicos paralelo al lenguaje articulado, ya que reproduce a este por medio
de otros signos. No toda escritura, y por supuesto, ya que la escritura pictográfica, usada
por muchos pueblos “primitivos”, no traduce paralelamente frases y palabras, y tampoco
lo hace propiamente la escritura ideográfica, por ejemplo, la de los chinos, que no
representa palabras fónico sino ideas, parte autónomo, que se puede leer “sin palabras” y
se podría interpretar, no solo en chino, sino también en cualquier otro idioma. Pero las
escrituras mas usuales, como la silábica y la
fonética”, reproducen efectivamente,
con mayor o menor exactitud, el habla articulada. Sin embargo, no es tal el caso de otros
de los “lenguajes” mencionados, por ejemplo, de los sistemas internacionales de señales,
de los gestos y, muy en particular, del arte, que no “se traduce” propiamente, hablando,
con el cual, en rigor, no presenta paralelismo ninguno.
Como producto social la lengua es como un tesoro (tesaurus, catálogo, inventario)
depositado en los sujetos de una comunidad; como una gramática que existe virtualmente
en los cerebros de un conjunto de individuos, por lo que Saussure considera que la lengua
existe completamente en la masa de individuos que componen una comunidad, y está más
o menos completa en cada individuo, esto implicaría la consideración de una “lengua
individual”.
La lingüística no puede ser, por tanto, ciencia general de los “lenguajes” que constituyen
más bien el objeto de la llamada semiología, sino que trata exclusivamente, en primer
lugar, del lenguaje articulado y, en segundo lugar, de los demás sistemas que solo
reproduce a este.
A lo largo de toda la historia humana, ha ocurrido cambios trascendentales para la
existencia y desarrollo, el hombre ah demostrado una capacidad de supervivencia superior
a todo ser vivo. Un aspecto fundamental fue el desarrollo del lenguaje, que le ah permitido
subsistir y transformarse en un ser razonable y social, creando una cultura de
conocimiento extenso gracias a esta capacidad innata que es la comunicación a través de
una lengua el cual permite el uso de códigos lingüísticos, que se adquiere de manera
natural como herencia cultural y todas las personas estamos en la capacidad de adquirir
cualquier lengua.
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