PLANIFICACIÓN ¿Qué tema escribiré? ¿Qué busco expresar con este texto? ¿a quién está dirigido? El lenguaje La importancia del Público en general lenguaje humano, deslindar el lenguaje humano lo del posible lenguaje animal. ¿Qué tipo de texto escribiré? Expositivo. EL LENGUAJE El lenguaje como parte fundamental de la lingüística, del cual se ocupa solo en el estudio del lenguaje, en que los signos son palabras constituidas por sonidos, y este viene a ser el lenguaje articulado. El lenguaje es cualquier sistema de signos que sirve para la intercomunicación, intercambio de ideas, estados de animo entre dos o más individuos, la comunicación o interacción que es la capacidad exclusiva del ser humano no solamente se da de forma verbal o articulado, también se da a través de diversos sistemas de signos como escritos, gestuales, danza, música, pintura, señales de humo, entre otras, que el hombre a desarrollado a través de su historia. Engloba todas las lenguas e idiomas, incluyendo incluso el dialecto que, determinada las características específicas de cada región de una lengua específica, esta capacidad innata que los seres humanos tenemos, comienza a gestarse a partir de la concepción y esto va estableciéndose definitivamente de acuerdo a la relación que se mantiene el individuo con el mundo social en que se desarrolla, y el principal gestor y autor es la madre con quien es su primer contacto como ser social. Iniciando una vida comunicativa activa, aprendiendo un sistema de signos que específicamente se conoce como código de una lengua el cual empleara para comunicarse. Hemos dicho que se puede llamar “lenguaje” cualquier sistema de signos que sirva para la intercomunicación, es decir, para comunicar ideas o estados psíquicos entre dos o mas individuos. Y a menudo se llama “lenguaje” cualquier tipo de comunicación entre seres capaces de expresión, sean ellos hombres o animales. En efecto, hechos de expresión se han comprobado también entre los animales. Así, por ejemplo, se han realizado estudios sobre el lenguaje de las abejas; y sobre todo, los psicólogos han estudiado también otras expresiones significativas registradas en los animales, como caballos, perros, etc. Sin embargo, los lingüistas no aceptan el lenguaje animal como objeto de la investigación lingüística, por no reconocerle las características esenciales del lenguaje humano. En efecto al considerar las expresiones animales como lenguajes, es decir, como sistemas de signos, se atribuye a ese ultimo (signo) un signo muy amplio y en parte, discutible. Lo que entendemos comúnmente por signo es un “instrumento” que esta por una idea, un concepto o un sentimiento, con los cuales el signo mismo no coincide: un instrumento que evoca, en particular, un concepto en virtud de una “convención” y de acuerdo con una tradición determinada, pero que no tiene con el concepto evocado ninguna relación necesaria de causa a efecto o viceversa. Los psicólogos, y entre ellos, en particular los behavioristas, que llaman “contexto” a cualquier conjunto de hechos que se encuentran comúnmente en una relación necesaria o por lo menos, habitual, consideran como “signos” los hechos mismos de un “contexto”, en la medida en que el presentarse de uno de ellos reclama o implica la posibilidad o necesidad de que se presente(n) también otros(s), hechos(s) perteneciente(s) al mismo “contexto”, aplicando este punto de vista al lenguaje humano, los estudios aludidos consideran los signos de este (las palabras) como una especie de “estímulos” a los que corresponderían como “reacciones” determinadas imágenes. Esta concepción tiene, sin duda, sus serios fundamentos desde el punto de vista psicológico, pero no puede explicar en forma satisfactoria el asalto del signo “hecho” al signo “sustitución” o instrumento convencional y elemento de cultura perteneciente a una determinada sociedad. Por otra parte, aun admitiendo como justificada la analogía entre esos dos tipos de signos, podemos decir simplemente que la lingüística trata solo del segundo tipo, decir, solo de los signos que tienen valor simbólico, o sea, de los que son también, aunque no exclusivamente, simbólico. Es oportuno recordar, a este propósito, la caracterización del signo lingüístico dad por el estudio austriaco Karl Bühler en su teoría del lenguaje (Sprachtheorie, Jena, 1934: tr. Esp., Madrid, 1950): el signo lingüístico es síntoma como expresión del hablante, es decir, en cuanto manifiesta algo acerca de quien lo produce; es señal en relación con el oyente, o sea, con su receptor; y es símbolo en relación con su significado “real”, es decir, en cuanto designa a través de un concepto (o, desde el punto de vista psicológico, a través de una “imagen”) algo pertenece a una realidad que es, o por lo menos se considera, independiente tanto al hablante como del oyente. Si admitimos la validez de este concepto de signo, ya no podemos llamar propiamente “signos” a las expresiones del lenguaje animal: en efecto, el lenguaje animal corresponde, según parece, a una excitación física o fisiológica, a una reacción vital de carácter elemental y que no implica ninguna operación simbolizaste. El lenguaje animal seria, por consiguiente, un seudolenguaje, y se distinguiría fundamentalmente del lenguaje del hombre por no tener sus “signos” el valor simbólico y convencional que tienen los signos de los lenguajes humanos: los “signos” animales corresponderían mas bien a las reacciones elementales que en manifestaciones humanas son los gritos y que no constituyen propiamente expresión lingüística. Queda, establecido que los signos del lenguaje humano tienen siempre valor simbólico, es decir, un valor que no reside en los signos materiales como tales y al que estos solo se refieren. Pero, aun así, la definición del lenguaje sigue siendo demasiado amplia si queremos referirla al lenguaje que constituye al objeto propio de la lingüística. En efecto, los sistemas de signos simbólicos que la humanidad emplea son bastante numerosos: además del lenguaje articulado, se pueden considerar como “lenguajes” todos los sistemas de señalamiento (con banderitas, con señales luminosas, etc.) y cualquier otro sistema que exprese o comunique algo simbólica y convencionalmente. Esto acontece, por ejemplo, con el arte bajo todos sus aspectos, desde la música hasta la danza, con gestos, la escritura y los varios lenguajes simbólicos convencionales, desde el “de las flores” o el de los naipes hasta el de las señales del tráfico. Sin embargo, hay que observar que muchos de estos lenguajes son “traducibles” al lenguaje articulado: es decir que sus signos se pueden traducir exactamente mediante palabras, o simplemente representan palabras o frases. Así, por ejemplo, la escritura, en sus aspectos mas comunes, es simplemente un sistema de signos simbólicos paralelo al lenguaje articulado, ya que reproduce a este por medio de otros signos. No toda escritura, y por supuesto, ya que la escritura pictográfica, usada por muchos pueblos “primitivos”, no traduce paralelamente frases y palabras, y tampoco lo hace propiamente la escritura ideográfica, por ejemplo, la de los chinos, que no representa palabras fónico sino ideas, parte autónomo, que se puede leer “sin palabras” y se podría interpretar, no solo en chino, sino también en cualquier otro idioma. Pero las escrituras mas usuales, como la silábica y la fonética”, reproducen efectivamente, con mayor o menor exactitud, el habla articulada. Sin embargo, no es tal el caso de otros de los “lenguajes” mencionados, por ejemplo, de los sistemas internacionales de señales, de los gestos y, muy en particular, del arte, que no “se traduce” propiamente, hablando, con el cual, en rigor, no presenta paralelismo ninguno. Como producto social la lengua es como un tesoro (tesaurus, catálogo, inventario) depositado en los sujetos de una comunidad; como una gramática que existe virtualmente en los cerebros de un conjunto de individuos, por lo que Saussure considera que la lengua existe completamente en la masa de individuos que componen una comunidad, y está más o menos completa en cada individuo, esto implicaría la consideración de una “lengua individual”. La lingüística no puede ser, por tanto, ciencia general de los “lenguajes” que constituyen más bien el objeto de la llamada semiología, sino que trata exclusivamente, en primer lugar, del lenguaje articulado y, en segundo lugar, de los demás sistemas que solo reproduce a este. A lo largo de toda la historia humana, ha ocurrido cambios trascendentales para la existencia y desarrollo, el hombre ah demostrado una capacidad de supervivencia superior a todo ser vivo. Un aspecto fundamental fue el desarrollo del lenguaje, que le ah permitido subsistir y transformarse en un ser razonable y social, creando una cultura de conocimiento extenso gracias a esta capacidad innata que es la comunicación a través de una lengua el cual permite el uso de códigos lingüísticos, que se adquiere de manera natural como herencia cultural y todas las personas estamos en la capacidad de adquirir cualquier lengua.