El Proceso Civil: Panorámica general desde la perspectiva de la prueba Aníbal A. Ruiz Armijo SUMARIO ¿Cómo se prepara una demanda? La demanda previo a su formulación Formulación de la teoría fáctica La proposición de la prueba La admisión de la prueba La evacuación de la prueba La valoración de la prueba La motivación fáctica del fallo La motivación jurídica del fallo Revisión de la motivación fáctica en casación ¿CÓMO SE PREPARA UNA DEMANDA? Todo proceso contencioso inicia con la presentación de una «demanda escrita», que reúna «al menos» los requisitos del art. 420 CPC. Art. 420 CPC Todo proceso judicial comenzará con demanda escrita, que expresará al menos: 5) Los hechos en que se funde la petición, expuestos numeradamente en forma precisa, en orden y con claridad; 7) La pretensión que se formula, determinando clara y concretamente lo que se pide. [...]; 8) La proposición de los medios de prueba [...] deberán, indicando separadamente qué hechos pretende demostrar con los mismos; De modo que la presentación de un escrito de demanda (libelo) en debida forma, es una condición sine qua non de la válida conformación de la relación jurídica procesal. Esto faculta al Juez para — incluso de oficio— rechazar ad portas el ejercicio de la acción cuyo vehículo procesal no cumpla las formalidades correspondientes. Pero el hecho de que el escrito de demanda reúna las formalidades indispensables y sea por tanto admitido a trámite, no implica que el mismo sea apto para cumplir exitosamente con su misión de ser el vehículo de la pretensión. Para el abogado experimentado, y aun para aquel que sin serlo tanto conoce la redacción y la forma de los escritos judiciales, la pregunta «¿cómo se prepara una demanda?» puede parecer infantil. No lo es, pero tampoco es un misterio enmarañado. En cualquier caso el tema es complejo, a lo que se agrega la falta de formación en este aspecto: los textos sobre Derecho Procesal no orientan en esto, porque presuponen una serie de conocimientos previos. Los manuales no establecen la estructura de la demanda, ni enuncian pormenorizadamente todas las demás disposiciones que juegan y se agregan a la enunciación básica del Código Procesal. Los manuales tampoco explican la técnica procesal ni la táctica procesal, de la cual la demanda es un elemento esencial, y dan por supuesto que el abogado, conoce paso a paso el camino a seguir. Tampoco los modelos orientan en la cuestión, porque al referirse a casos concretos, por sus particularidades de su estilo y por la forma de planteo personal, no son muy fáciles de comprender, ni de trasladar a otros casos concretos. Para empezar, se presupone que sabe redactar. Esto es un error, porque al estudiante de Derecho no se le enseña redacción, y menos la redacción especial que tiene el proceso. LA DEMANDA PREVIO A SU FORMULACIÓN La demanda —y su contestación— no se construye sentándose a escribir. No se trata de obras de ficción, sino que se refieren a eventos reales sobre los que de previo debemos tomar conocimiento. La construcción de la demanda comienza mucho antes de empezar a redactar el primer borrador. Llega un cliente y nos expone su problema. ¿Conocemos del tema? El hecho de que a primera vista el caso sea una cuestión confusa es normal, y no debe alarmarse por ello. «Un abogado recién recibido, que ha estudiado bien todas las materias, recibe a su primer cliente. A solicitud del novel profesional, aquél empieza a narrar sus cuitas: narra una historia que a éste le suena heterogénea y confusa; un borbollón de hechos. Lo que el cliente le cuenta no entra en ninguno de los casilleros [donde tiene las instituciones y conceptos jurídicos estudiados]». GENARO CARRIÓ, Como Estudiar Y Como Argumentar Un Caso, p. 20 Se supone sabemos Derecho, pero la tendencia a la especialización puede hacer que hayamos olvidado áreas del conocimiento jurídico a las que no nos dedicamos habitualmente. No obstante, algunas de ellas estarán fácilmente dentro de nuestro ámbito de comprensión, no bien refresquemos un poco la memoria. Igual puede ocurrirle a quien domine el tema, pues debe profundizar la cuestión a través de la doctrina y la jurisprudencia, y en razón de que es lógico que a personas de mayor experiencia se les presenten casos más complejos. El cliente nos expondrá (a su manera) el caso, de lo cual tomaremos notas por cualquier medio que consideremos adecuado. Finalizado esto, debe completarse la información sobre los hechos mediante preguntas bien dirigidas. Esta es una de las cuestiones más difíciles de realizar para el abogado, porque ¿qué tenemos que preguntar? Es aconsejable que las preguntas tiendan a completar la secuencia de los hechos presentados, de modo tal que la ocurrencia del suceso se vea clara, es decir que la presentación, las relaciones luego ocurridas y la conclusión del mismo permitan entender con claridad qué es lo que ha sucedido. Por el momento, no preocuparse por el Derecho y las instituciones jurídicas: Hay que concentrarse en los hechos. Si no se tienen claros los hechos, muy poco podremos hacer. Una vez terminada esta fase, deberá preguntar al eventual cliente sobre las pruebas que tiene en su poder, o de otras que conozca. En este supuesto, debe guiarse por los medios de prueba previstos el Código Procesal Civil. Aclarar qué pruebas documentales tiene en su poder el cliente, las que tiene en poder el que va a ser demandado, y las que tienen terceros [particulares, o instituciones oficiales o privadas]. También inquirir sobre los testigos que pudiera haber de los hechos, y sobre la intervención de profesionales durante la relación jurídica (contadores, médicos, ingenieros, etc.). La prueba de interrogatorio de parte la preparará el abogado. Los peritos serán pedidos oportunamente según las necesidades del caso, y su preparación también correrá por cuenta del abogado. Ahora será el momento en que debemos presentarnos frente al cliente realmente como ABOGADO. No debe decir que «estudiará el caso» y luego le contestará, porque el cliente supone [aunque suponga mal] que el abogado todo lo sabe. Se abstendrá también de adelantar opiniones, salvo que conozca perfectamente de la cuestión planteada. Si decide tomar el caso, estimará inicialmente la probabilidad de éxito [alta-media-baja], y se la comunicará brevemente al cliente, recomendándole que vaya reuniendo los elementos probatorios que se hallan en su poder. Nunca debe garantizarse el éxito del pleito Por el momento usted conoce poco de la cuestión y ha oído tan solo la primera campanada: el proceso tiene variantes imprevistas cuyo desarrollo puede frustrar las mejores actuaciones. Además, debe tenerse presente que defendiendo a la otra parte va a estar un abogado. Por otro lado conviene examinar el conflicto subyacente y plantear la estrategia jurídica y la táctica procesal. Habrá que preguntarse si debe promoverse un proceso inmediatamente, o incluso si es conveniente hacerlo. Tal vez haya otros caminos más convenientes (mediación, conciliación, arbitraje). FORMULACIÓN DE LA TEORÍA FÁCTICA En el escrito de la demanda, el actor deberá formular una serie de hechos constitutivos. Estos son los supuestos fácticos de las normas jurídicas de las que depende la existencia de los derechos subjetivos que alega tener. Esos hechos constitutivos se refieren a las condiciones específicas de existencia de la relación jurídica sustantiva que fundamenta la pretensión del actor. EJEMPLO 1: El actor pide se condene al demandado al pago del precio de una compraventa. Los hechos constitutivos de la pretensión son las condiciones indicadas en los arts. 2530, 2540 C.: acuerdo entre vendedor y comprador respecto del precio y la cosa. Art. 2530 C.: «La compra y venta es un contrato por el cual una de las partes transfiere a otra el dominio de bienes determinados por un precio cierto». Art. 2540 C.: «La venta se perfeccionará entre comprador y vendedor, y será obligatoria para ambos, si se hubieren convenido en el bien objeto del contrato y en el precio, aunque ni el uno ni el otro se hayan entregado». EJEMPLO 2: El actor pide la reivindicación de un inmueble y que se condene al demandado a la restitución de la posesión sobre el mismo. Los hechos constitutivos de la pretensión son las condiciones indicadas en los arts. 1434, 1451 C.: Dominio del actor; posesión actual del demandado; despojo contra el reivindicante. Art. 1434 párr. 1º C.: «La acción de reivindicación nace del dominio que cada uno tiene de bienes singularmente determinados, y en virtud de ella, el propietario que ha perdido la posesión natural, lo reclama y lo reivindica, contra aquel que los tenga en su poder». Art. 1451 C.: «Si el bien fuere inmueble compete la acción [de reivindicación] contra el actual poseedor que la hubo por despojo contra el reivindicante». EJEMPLO 3: El actor pretende que se condene al demandado al pago de indemnización por los daños y los perjuicios derivados de un accidente de tránsito. Los hechos constitutivos de la pretensión son las condiciones indicadas en el art. 2509 C.: ocurrencia del evento dañoso; emergencia del daño; culpa del demandado; cuantía de los daños y/o de los perjuicios. Art. 2509 C.: «Todo aquel que por dolo, falta, negligencia o imprudencia o por un hecho malicioso causa a otro un daño material o moral, está obligado a repararlo junto con los perjuicios». Frente a los hechos constitutivos aducidos por el actor, el demandado puede tomar diversas posturas defensivas. 1 Oponiéndose a la pretensión del actor sin llegar a articular verdaderas excepciones materiales. a) Negando la existencia de los hechos alegados por el actor, volviéndolos controvertidos y necesitados de prueba: El debate se tornará fáctico. b) Admitiendo la existencia de los hechos alegados por el actor, pero discrepando acerca del derecho aplicable a ellos: El debate se torna jurídico. No son verdaderas excepciones materiales porque, aunque el demandado pide desestimar la pretensión del actor, lo hace de manera negativa, sin aducir positivamente hechos distintos de los alegados por el actor. En estas circunstancias, el debate se dará exclusivamente en el marco fáctico propuesto por el actor. 2 Oponiendo a la pretensión del actor, verdaderas excepciones materiales La verdadera excepción material se funda en hechos distintos de los alegados por el actor en la demanda, y que son el supuesto fáctico de normas jurídicas distintas de las invocadas por el actor. Pero estos hechos deben mantenerse dentro de la misma relación jurídica alegada por el actor, sin suscitar un nuevo objeto procesal. Es decir que el demandado se limita a pedir la desestimación de la pretensión, sin pedir nada positivo frente el actor. Si los hechos alegados por el demandado constituyen la causa petendi de una pretensión, entonces ya no se trata de una simple defensa, sino de una reconvención o contrademanda. Así como los hechos constitutivos alegados por el actor dependen de la relación jurídica sustantiva, y estas son innumerables, los hechos a alegar por el demandado en su defensa dependen también de esa relación jurídica sustantiva e igualmente son innumerables. Sin embargo, puede hacerse una clasificación de los hechos a alegar por el demandado como fundamento de sus excepciones materiales: a) Hechos impeditivos del derecho subjetivo del actor. b) Hechos extintivos del derecho subjetivo del actor. c) Hechos excluyentes del derecho subjetivo del actor. Hechos impeditivos Los que imposibilitan el nacimiento de la relación jurídica cuya existencia alega el actor [vicios del consentimiento; falta de causa; simulación; falsedad; plazo o condición suspensivos]. Ejemplo de hecho impeditivo: El demandado se opone a la pretensión de pago del actor, admitiendo que el contrato se realizó, pero que en él no concurrió verdadero consentimiento, pues la compraventa fue absolutamente simulada. Los hechos impeditivos serán los indicados en el art. 2221 C.: celebración aparente del acto. Art. 2221 C.: «La simulación es absoluta cuando se celebra un acto jurídico que nada tiene de real...» Hechos extintivos Los que evitan que la relación jurídica que el actor reclama perdure en el tiempo. La relación jurídica existió, y durante su existencia desplegó sus efectos normales, pero posteriormente dejó de existir y de surtir sus efectos [cumplimiento (pago); novación; remisión; renuncia]. Ejemplo de hecho extintivo: El demandado se opone a la pretensión de pago del actor, aduciendo la extinción de la obligación por su cumplimiento, pues ya entregó el precio de la compraventa, conforme lo pactado. Los hechos extintivos son los indicados en los arts. 2006 y 2007 C.: Cumplimiento total y conformidad con lo pactado [cantidad, modo, lugar, tiempo, etc.]. Art. 2006 C.: «No se entenderá pagada una deuda sino cuando completamente se hubiere entregado el bien o hecho la prestación en que la obligación consistía». Art. 2007 C.: «El pago se hará bajo todos los respectos en conformidad al tenor de la obligación...» Hechos excluyentes Los que fundamentan un contraderecho del demandado, que permite descartar el derecho subjetivo alegado por el actor [prescripción, beneficio de excusión, caducidad, pacto de no pedir]. Ejemplo de hecho excluyente El demandado se opone a la pretensión de pago del actor, admitiendo que en el pasado debió el precio, pero el derecho de cobrar esa deuda prescribió porque el acreedor dejó transcurrir más de diez años sin cobrarla. Los hechos excluyentes serán los indicados en el art. 906 C.: el lapso de diez años. Art. 906 C.: «El ejercicio del derecho de acción se prescribe por diez años. Esta regla admite las excepciones que prescriben los artículos siguientes, y las demás establecidas expresamente por la ley». EN RESUMEN LITERATURA CLÁSICA 74 Alegando hechos constitutivos, el actor afirma la existencia del derecho subjetivo sustantivo que reclama frente el demandado. Alegando hechos impeditivos, el demandado afirma que, aunque existieron los hechos constitutivos alegados, el derecho subjetivo reclamado por el actor no llegó a nacer. Alegando hechos extintivos, el demandado reconoce que el derecho subjetivo del actor existió en el pasado, pero afirma que ya no existe en el momento del actual proceso. Alegando hechos excluyentes, el demandado acepta que los hechos constitutivos del derecho subjetivo del actor existieron, pero afirma la existencia de otros hechos distintos [supuestos fácticos de normas distintas de las invocadas por el actor] que permiten descartar los efectos de aquellos. El actor tiene la carga de alegar y probar los hechos constitutivos del derecho subjetivo sustantivo que reclama [pretensión], de tal forma que si no los alega, esa circunstancia faculta al juez rechazar las pruebas propuestas, y para desestimar la demanda. Pero así como el actor debe alegar los hechos constitutivos de su derecho subjetivo sustantivo, el demandado debe invocar los hechos excluyentes de ese derecho, que únicamente pueden ser estimados por el órgano judicial si han sido alegados expresamente como tales en la contestación de la demanda y probados en el proceso. En cambio, los hechos impeditivos y los hechos extintivos no conforman la pretensión ni la excluyen, y para ser estimados por el órgano judicial no es preciso distinguir cuál de las partes los alega, siempre y cuando hayan sido probados en el proceso. EJEMPLO De la propia demanda por el pago del precio de la compraventa se infiere: a) que el contrato es absolutamente simulado [hecho impeditivo: falta de causa (arts. 2201.1º y 2447.3º C.)], y b) que han transcurrido mucho más de diez años sin que el acreedor requiriera de pago al deudor [hecho excluyente: prescripción (art. 874 C.)]. El primer supuesto puede ser estimado por el juez si resulta probado, aunque el demandado no lo haya alegado en la contestación a la demanda, pues el contrato es nulo por falta de causa (art. 2204 C.). El segundo supuesto sólo puede ser estimado por el juez si el demandado lo ha alegado expresamente (art. 874-876 C.). LA PROPOSICIÓN DE LA PRUEBA No basta con alegar la existencia de los hechos constitutivos de la pretensión (por el actor), o la de los hechos impeditivos, extintivos o excluyentes de ella (por el demandado), art. 240 CPC. Art. 240 párrs. 1º y 2º CPC «Corresponde a la parte actora y la parte demandada reconviniente, la carga de probar la certeza de los hechos constitutivos de su demanda o de su reconvención. »Incumbe a la parte demandada y la parte actora reconvenida, la carga de probar los hechos, que conforme a las normas que les sean aplicables, impidan, extingan o excluyan la eficacia jurídica de los hechos a que se refiere el párrafo anterior». Para cada uno de esos hechos la parte debe proponer la correspondiente prueba o conjunto de pruebas, observando lo confusamente dispuesto en el art. 236 CPC sobre la licitud, utilidad pertinencia, necesidad y formalidad de la prueba. Art. 236 CPC «La prueba debe de ser lícita, pertinente, útil y necesaria. La prueba será admitida siempre y cuando: «1) Se obtenga y origine sin vulnerar los derechos fundamentales y garantías procesales [...]» «2) Cumpla con los requisitos específicos referidos a la proposición y admisión de cada medio probatorio, establecidos en este Código» «3) Sea pertinente y procedente. Son pertinentes las pruebas que guarden relación con el objeto del proceso y procedentes las pruebas necesarias; y «4) Sea útil. Serán pruebas útiles aquellas que razonablemente contribuyan a esclarecer los hechos controvertidos». El numeral 1) se refiere al requisito de licitud de la prueba, pero se queda corto: es lícita toda actuación que no sea contraria a la ley (imperativa), a la moral y al orden público (art. 2437 C.). El numeral 2) establece un requisito adicional a los cuatro indicados al inicio del artículo 236 CPC: el de la formalidad de la prueba; aunque en el párrafo 2º del art. 237 CPC se le confunda con la cuestión de la ilicitud. Art. 237 párr. 2º CPC «También se considerará prueba ilícita, la que no cumpla en su proposición y admisión con los requisitos exigidos en el numeral 2), del artículo anterior». El numeral 3) nos habla del requisito de procedencia de la prueba, pero se limita a establecer que es procedente la prueba necesaria, con lo que incurre en el vicio de definición circular o petición de principio. El numeral 4) nos dice que prueba útil es que la que razonablemente contribuya a esclarecer los hechos controvertidos. Pero esta es una definición de la prueba necesaria (o «procedente»), no de la prueba útil. Es prueba útil (o idónea) la legalmente apta para probar una determinada clase de hecho. Contrario sensu, es prueba inútil (o inidónea) la legalmente inapta para probar una determinada clase de hecho. Art. 2374 párr. 1º C. «Los documentos públicos hacen prueba, aun contra tercero, del hecho que motiva su otorgamiento y de la fecha de éste». Art. 2374 párr. 2º C. «También harán prueba [los documentos públicos] contra los contratantes y sus causahabientes, en cuanto a las declaraciones que en ellos hubieren hecho los primeros». Art. 2375 C. «Las escrituras hechas para modificar o anular otra escritura anterior entre los mismos interesados, solo producirán efecto contra terceros, cuando el contenido de aquellas hubiere sido anotado en el registro público competente, o al margen de la escritura matriz y del testimonio en cuya virtud hubiere procedido el tercero». Art. 2376 C. «También puede modificarse el contenido de un instrumento público o quedar sin efecto alguno, por un contra instrumento privado, pero el contra instrumento privado no tendrá ningún efecto contra los sucesores a título singular, si su contenido no estuviere anotado al margen de la escritura matriz y en el testimonio con la cual hubiere obrado el tercero». Art. 2392 C.: «El documento privado no es prueba contra el que lo escribió y firmó, si siempre ha permanecido en su poder». Art. 2423 párr. 1º C. «Toda convención o acto jurídico cuyo objeto tenga un valor mayor de la suma en córdobas equivalente a doscientos dólares de los Estados Unidos de América, deberá constar en documento público o privado, no siendo en tal caso admisible la prueba testimonial». Art. 2424 C. «Cuando un acto jurídico se haga constar en un documento público o privado, no se recibirá prueba alguna de testigos contra o fuera de lo contenido en el documento ni sobre lo que se pueda alegar que se dijo antes, al tiempo o después de su redacción, aun cuando se tratare de una suma menor de la suma en córdobas equivalente a doscientos dólares de los Estados Unidos de América». LA ADMISIÓN DE LA PRUEBA Contestada la demanda, o transcurridos los plazos correspondientes, en el plazo de 5 días se convoca a las partes a la audiencia inicial, la cual deberá celebrarse en un plazo no mayor de 20 días contados desde la convocatoria judicial (art. 438 CPC). Son finalidades de la audiencia inicial (art. 441 CPC) 1. Obtener un acuerdo entre las partes. 2. Sanear los defectos procesales alegados. 3. Fijar con precisión la pretensión, la oposición y los temas del debate [art. 452 CPC]. 4. Ratificar la nómina de medios de prueba, admitir la prueba de que intentan valerse las partes en la audiencia probatoria [arts. 456-457 CPC]. 5. Señalar fecha y hora para la audiencia probatoria. Se pedirá a las partes que ratifiquen las pruebas ofrecidas en la demanda o contestación; ellas argumentarán sobre cada uno de los hechos en que existen discrepancias, y sobre las pruebas de las que intentará valerse en la audiencia probatoria. El juez en el acto, previa calificación, resolverá por auto sobre la admisión o rechazo de cada una de las pruebas ofrecidas. Al realizar esta actividad, el Juez puede cometer dos clases de errores: -Admitir prueba que debió rechazar. -Rechazar prueba que debió admitir. En el primer caso, el Juez admite prueba que debió rechazar por ser ilícita, inútil, impertinente o innecesaria. En el segundo caso el Juez rechaza prueba que debió admitir por reunir los requisitos de licitud, utilidad, pertinencia y necesidad. LA EVACUACIÓN DE LA PRUEBA Es necesariamente oral y pública. Inicia en la fecha, día y hora señalada, con la lectura del acta de la audiencia inicial en que se fijó el objeto del proceso, los hechos controvertidos y las pruebas admitidas. Las pruebas se practican en la audiencia pública, salvo excepciones legales, en cuyo caso tomará las medidas necesarios para su documentación. Las pruebas se practicarán en forma concentrada, salvo que resulte imposible por la naturaleza del medio probatorio, y siempre con la presencia del juez. Se permite que cada parte solicite la práctica de la prueba que hubiere propuesto del modo que mejor le convenga a sus intereses, si no perjudica el desarrollo de la audiencia o se menoscaba la intervención de parte contraria. Practicada la prueba y al final de la audiencia probatoria, en forma clara y concisa las partes harán sus alegatos finales orales [arts. 467-468 CPC] sobre: a) Hechos alegados. b) Fundamentos de Derecho alegados; b) Hechos admitidos. c) Hechos controvertidos. d) Hechos probados, o no probados. e) Resultados de las pruebas practicadas. LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA Art. 251 párr. 1º CPC «La valoración de la prueba en el proceso civil, deberá ser motivada de manera clara, precisa y razonada en la sentencia, atendiendo siempre a las reglas de la sana crítica, del conocimiento y criterio humano, así como de acuerdo a las normas que rigen el razonamiento lógico». Art. 251 párr. 2º CPC La valoración de la prueba se hará de manera conjunta, señalando cada uno de los medios de prueba, mediante los cuales se dieren por probados cada uno de los hechos de manera clara y terminante, que constituyen el fundamento de la sentencia [fallo], bajo sanción de nulidad absoluta. Art. 198 párr. 3º CPC «En los antecedentes de hecho, se consignarán con la claridad y la concisión posible y en párrafos separados y numerados, las pretensiones de las partes o interesados, los hechos en que las funden, que hayan sido alegados oportunamente y tengan relación con las cuestiones que deban resolverse, las pruebas que se hubiesen propuesto y practicado y los hechos probados, en su caso». Aquí el Juez puede incurrir en errores derivados del quebrantamiento del criterio racional, de las reglas de la experiencia humana o del razonamiento lógico; o en error de hecho o error de derecho en la valoración de la prueba. El error de hecho en la valoración de la prueba consiste en que el Juez comete yerros materiales evidentes al apreciar la prueba: Lee en un documento lo que éste no dice, o no lee lo que sí dice; atribuye a un testigo lo que éste no ha dicho, o no le atribuye lo que si dijo, etc. El error de derecho en la valoración de la prueba consiste en que el Juez otorga a la prueba una fuerza que legalmente no tiene, o es distinto del que le atribuye, o resuelve con base a una prueba inútil, o valora la producida sin los requisitos legales, es decir, se trata de un error jurídico. También puede incurrir en el error de hacer un rechazo implícito de una prueba admitida y evacuada, al omitir valorarla. LA MOTIVACIÓN FÁCTICA DEL FALLO Con base en los hechos dados por probados (o no probados) al valorar las pruebas evacuadas, el Juez debe proceder a levantar la «estructura fáctica» del asunto a él sometido: es decir, debe darle sentido al conjunto de los hechos alegados, probados y relevantes para fundar las pretensiones o las excepciones materiales esgrimidas por las partes. A esta actividad intelectual se le denomina en la ley y en la doctrina «motivación fáctica». Art. 201 párr. 1º CPC «Las sentencias se motivarán expresando los razonamientos fácticos y jurídicos que conducen a la apreciación y valoración de las pruebas [¿?], así como a la aplicación e interpretación del Derecho». Art. 201 párr. 1º CPC «La motivación deberá incidir en los distintos elementos fácticos y jurídicos del proceso, considerados individualmente y en conjunto, ajustándose siempre a las reglas de la lógica y la razón». La motivación fáctica puede ser inexistente (de forma total o ser tan solo aparente), ser insuficiente, ser irracional o ser ilógica. LA MOTIVACIÓN JURÍDICA DEL FALLO Verificada por el Juez la actividad de valoración de la prueba y la subsiguiente construcción de la estructura fáctica, procederá a elegir las normas jurídicas que a su criterio son las aplicables a esa estructura fáctica. A esta actividad intelectual del Juez se le denomina subsumisión, y constituye la base de denominada «motivación jurídica». La subsumisión es una operación lógica que consiste en determinar que un hecho jurídico reproduce la hipótesis contenida en una norma general. Art. 199 párr. 2º CPC «La autoridad judicial sin apartarse de la causa de pedir, los supuestos de hecho y fundamentos de derecho alegados en cada caso particular, resolverá conforme a las normas jurídicas pertinentes o aplicables al caso, aunque no hayan sido acertadamente citadas o alegadas por las partes». Art. 200 CPC «Cuando al tiempo de dictar sentencia la autoridad judicial considere dudosos algunos hechos relevantes para la decisión, desestimarán las pretensiones de la parte actora o de la parte reconviniente, o de la parte demandada o reconvenida, según corresponda a uno u otro la carga de probar los hechos que permanezcan inciertos y que fundamenten las pretensiones, con arreglo a lo dispuesto en este Código para la distribución de la carga probatoria». Al realizar la motivación jurídica el Juez puede incurrir en infracción directa o en infracción indirecta de la ley. La infracción directa de la ley ocurre cuando el juzgador comete un error iuris in iudicando que lo lleva a 1) violar (de forma expresa o tácita), 2) interpretar erróneamente, o 3) aplicar indebidamente, una norma jurídica sustantiva. La infracción indirecta de la ley ocurre cuando juzgador yerra al valorar las pruebas y establecer la estructura fáctica (error facti in iudicando), y como consecuencia comete un error iuris in iudicando, infringiendo una norma jurídica sustantiva. El vicio en la valoración de la prueba o en la motivación (fáctica o jurídica) debe trascender al fallo para que valga la pena atacarlo en apelación. Decisum, Ratio Decidendi y Obiter Dictum -Decisum: parte resolutiva de la sentencia, el fallo propiamente dicho, lo que se decide en el caso concreto. -Ratio decidendi: razones de la parte considerativa de la sentencia que constituyen la regla determinante del sentido del fallo y de su contenido específico. -Obiter dictum: «lo que se dice de paso» en la sentencia, esto es, «aquello que no está inescindiblemente ligado con la decisión». REVISIÓN DE LA MOTIVACIÓN FÁCTICA EN CASACIÓN En la primera parte del art. 566 CPC se prohíbe tajantemente «revisar» en casación los hechos dados por acreditados en la sentencia de instancia (estructura fáctica), o «revisar» la valoración de las pruebas contenida en ella. Pero a continuación se faculta al recurrente para «solicitar en casación el control de la motivación fáctica de la sentencia, para revisar su existencia, suficiencia, racionalidad y carácter lógico, siempre que éste fuera determinante para un fallo en sentido diferente». Este no es un motivo autónomo de casación, sino que necesariamente debe plantearse bajo el motivo del párrafo 2º numeral 3) del art. 562 CPC, en concreto por el sub-motivo de infracción de normas procesales reguladoras del contenido de la sentencia, y encasillando como normas violadas las disposiciones de los arts. 201 y 251 CPC. Lo que se alegará en casación es que en la sentencia de alzada: -hay carencia de motivación fáctica (por no existir, o por existir sólo de modo aparente); -La motivación fáctica existe, pero es insuficiente; -La motivación fáctica existe, pero en ella se quebranta el criterio racional; -La motivación fáctica existe, pero en ella se quebrantan las reglas de la lógica; explicando de que manera esta defectuosa motivación fáctica ha trascendido al fallo (error facti in iudicando). El art. 575 num. 4 CPC dispone que, si se estima el recurso por defectuosa motivación fáctica, en el fallo de casación se ordene el reenvío al órgano de 2da instancia para que en el plazo de 15 días dicte nueva sentencia de alzada, la que podrá ser objeto a su vez de nuevo recurso de casación. En el caso de estimarse el recurso de casación por defectuosa motivación jurídica (fundado en el párrafo 3º del art. 562 CPC, error iuris in iudicando), no hay reenvío, sino que la Sala de Casación dictará un nuevo fallo sobre el fondo (art. 575 num. 5) CPC)