Subido por Maruja perez rodriguez

TEMA 0. INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA GRIEGA

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Mª DOLORES JIMÉNEZ JIMÉNEZ
TEMA 0. INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA GRIEGA
Si la literatura griega aparece por primera vez en el siglo VIII a.C. se debe
simplemente a que fue entonces cuando aprendieron la escritura alfabética de los fenicios, lo
cual de ningún modo significa que carecieran de literatura durante los siglos precedentes. La
poesía griega más antigua que conocemos es el producto madurado por varios cientos de años
de evolución.
Los griegos no comenzaron a escribir de repente todo cuanto componían ya en prosa,
ya en verso; es decir, los griegos no pensaban en términos de pasar a la posteridad: se
recitaba o cantaba para la ocasión determinada, para entretener a la audiencia o para
ser grato a los dioses. Para algunos tipos de composición la interpretación oral fue
siempre la principal, mientras que la circulación escrita fue secundaria. Hubo una enorme
producción literaria que jamás fue escrita, y la que fue escrita resultó conocida más porque
fue oída que porque fuera leída. No hubo un público lector numeroso en Atenas al menos
hasta finales del siglo V a.C., y en fecha más tardía en otros lugares de Grecia.
1. GÉNEROS LITERARIOS
Otra cuestión importante es la propia existencia de los géneros literarios. Los griegos
han inventado todos -o casi todos- los géneros literarios de nuestra tradición. No obstante,
puesto que los géneros literarios corresponden a una cierta disposición cultural, y están
relacionados con un cierto modo de difusión y recepción de la literatura, no coexisten todos
desde un comienzo, sino que han ido apareciendo a lo largo de la historia cultural griega. Y
ese sucesivo imponerse de un determinado género tiene una clara significación cultural y
social. Desde los tiempos de la épica a los de la novela cambia no sólo la concepción de lo
literario, sino también la sociedad y la función que la literatura asume en su contexto
histórico.
La épica es el género más antiguo, y está ligado a una larga tradición de poesía oral,
que pervive latente en la composición formular que está en la base de la epopeya homérica.
HOMERO es para nosotros el gran comienzo de la literatura, pero es, en cierto modo, un
virtuoso compositor del final de la épica oral, que, al componer su gran poema, da un salto
cualitativo en la tradición épica de la que depende. Homero surge y compone a partir de una
tradición poética anterior que no llegó a ponerse por escrito, puesto que era oral y de unos
tiempos sin escritura; pero, de la que podemos hacernos una idea gracias a nuestros
conocimientos sobre la poesía heroica de tradición oral en varias culturas.
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Más tarde aparece, ya en el siglo VII con ARQUÍLOCO y con ESTESÍCORO, la lírica
personal, en sus dos formas de lírica monódica y coral. La lírica supone un modo distinto
de concebir el mundo y la expresión poética. Ahora se quiere reflejar la propia
personalidad, un sentir el presente tratando de salvar en la poesía el instante fugitivo, el yo
individual, el mundo subjetivo del poeta. Frente al aedo, el poeta -el creador-, no es sólo un
profesional del canto, sino un maestro del saber y del sentir, alguien que expresa su
personalidad. Y alguien tan audaz en su expresión como ARQUÍLOCO o SAFO nos habla en un
lenguaje tan original como íntimo, abriendo un nuevo horizonte para la poesía. Los siglos
VII-V son una gran época para la lírica. Y, aunque la tradición textual nos haya legado tan
sólo una pequeña parte, unos fragmentos mínimos de la gran lírica arcaica, a través de esos
maltratados textos podemos reconocer la impresionante calidad de esas creaciones poéticas.
Tras la lírica viene la dramaturgia, en su doble vertiente de la tragedia y la comedia.
Eso fue en la Atenas clásica, en la democracia del siglo V. La tragedia y también la comedia
son creaciones complejas, que recogen la herencia de la lírica, y realmente los cantos del coro
continúan la tradición de la lírica coral, que se ofrece en otros tonos y en otros festivales en
las odas de PÍNDARO y de BAQUÍLIDES. También la tragedia, como la épica, hunde sus
raíces en el relato de los mitos. Pero con una diferencia importante. Ya no toma como tema
central las hazañas de los héroes, sino sus padecimientos. La tragedia es deudora tanto de
la épica como de la lírica, pero supone un enorme avance sobre ambas en su saber trágico, que
invita a una reflexión constante sobre la condición humana y divina, al hilo de la
escenificación en el teatro de Dioniso de los episodios más inquietantes de las antiguas sagas.
Pero frenta a los grandes géneros poéticos surgen otros géneros y otras formas
literarias, como la filosofía y historia y los primeros tratados científicos, formas de saber
que rompen con la tradición mítica. Todavía algunos presocráticos usan el verso como forma
literaria -así PARMÉNIDES y EMPEDOCLES-, pero no están vinculados a la lírica excepto de
modo muy marginal; van a la busca de un nuevo saber sobre la realidad a través de la
inquisición personal, como los primeros historiadores, HECATEO y HERÓDOTO. El uso de la
prosa frente al verso es indicativo de una nueva disposición personal frente al texto, que
ahora deviene documento de una investigación personal. El historiador griego pone su
nombre al frente de su “historia” como garantía de su veracidad. Ya no pide auxilio a las
musas para que le suministren los datos de la memoria mítica. Y en estos tratados en prosa
comienza la crítica al mito como forma de saber, aquí se prescinde del mythos y se recurre al
logos, discutible y empírico.
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Pero hay también una evolución importante de los géneros, o de algunos. Mientras que
la tragedia queda sin nuevas fuerzas creadoras tras la crisis del sentido heroico, bien visible en
algunas piezas del último EURÍPIDES, la comedia cambia desde la farsa fantasiosa y atrevida
de ARISTÓFANES a la comedia de costumbres, la Comedia Nueva, de MENANDRO. La
fascinante fuerza cómica de la Comedia Antigua queda difuminada en un tipo de teatro
cómico más burgués, más moderno. Curiosamente, pero muy bien explicable por el contexto
social, será ese teatro cómico de enredos cotidianos y de figuras estereotipadas el que influirá
en la comedia latina. Pasarán muchos siglos hasta que las piezas chispeantes, políticas,
lúbricas, disparatadas, del gran ARISTÓFANES se repongan en teatros europeos. Sólo en estos
últimos lustros el teatro aristofánico ha vuelto a ponerse en escena en muchos países con
notable éxito.
El último género literario de la larga tradición griega será la novela, la novela de amor
y aventuras, tan tardía que no la estudiará ninguna Poética ni siquiera tendrá nombre propio
helénico.
Junto a ese aparecer de nuevos géneros no deja de ser interesante la pervivencia de los
más antiguos o su reaparición a lo largo de los siglos. Por ejemplo, en la épica no deja de ser
sorprendente que la narración épica del viaje de los Argonautas, un relato famoso ya en
tiempos del autor de la Odisea, lo conservemos en la obra pulida del alejandrino APOLONIO
DE
RODAS, de mediados del siglo III a.C., y que la Continuación de Homero, donde se
cuentan los episodios de la conquista de Troya que dejó sin relatar el viejo aedo, esté
compuesto por QUINTO
DE
ESMIRNA, según los mismos patrones formales de la épica
tradicional. Con los mismos hexámetros, los mismos héroes, los mismos símiles, los mismos
epítetos, en ese dialecto épico tradicional y artificial, escribe Quinto de Esmirna su
continuación del primer poeta griego a más de mil años de distancia. Ya los dioses de Homero
se habían jubilado y el cristianismo se extendía incontenible mientras Quinto, y más tarde, ya
en pleno siglo V de nuestra era, NONNO DE PANÓPOLIS cantaban las glorias de los héroes y de
los dioses homéricos, en los mismos cauces formales utilizados por el fundador del género
épico. Claro está que lo que comenzó siendo un género popular ya se había transformado
hacía muchos siglos en un arte erudito, un fantasma polvoriento de bibliotecas y museos.
Otro caso curioso de pervivencia es el de algunas formas de la lírica. Por ejemplo, la
del epigrama, compuesto a base de dísticos elegíacos. Desde el siglo VI a.C. hasta el siglo V
d.C., y aún más allá, en época bizantina, ese tipo de poemas lapidarios perdura con una
notable perennidad de sus tópicos, de sus convenciones formales, y sus ecos nostálgicos.
Desde SIMÓNIDES a PÁLADAS van muchos siglos. La llamada Antología Palatina ofrece
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centenares de epigramas de muchos siglos y de formato muy homogéneo, en un espléndido
ejemplo de la vigencia secular de una tradición poética.
2. ÉPOCAS EN LA LITERATURA GRIEGA
Tradicionalmente se ha estructurado la historia de la literatura griega antigua en tres
grandes períodos.
-Literatura Arcaica: desde los orígenes hasta finales del siglo VI a.C. A este perído
pertenecen la epopeya (Homero), la didáctica (Hesíodo y la fábula primitiva), la lírica
(Arquíloco, Safo, etc) y la filosofía presocrática.
-Literatura Clásica: abarca los siglos V y IV a.C. En este período triunfa la tragedia
(Esquilo, Sófocles y Eurípides), la comedia (Aristófanes), la historia (Heródoto, Tucídides y
Jenofonte), la oratoria (Lisias, Isócrates y Demóstenes), la filosofía (Platón y Aristóteles).
-Literatura Helenística y Romana: abarca desde el siglo III a.C. hasta el mundo
bizantino. En este período la cultura griega se expande por el mundo, renovándose los viejos
géneros (la épica de Apolonio de Rodas, la lírica de Calímaco o Teócrito, la comedia de
Menandro, la historia de Polibio, etc.) y naciendo otros nuevos (la novela).
BIBLIOGRAFÍA
ALSINA, J.: Los grandes períodos de la cultura griega, Madrid, Espasa-Calpe, 1988.Y
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Gredos, 1978
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