Subido por Agustin Gutierrez

SP- Clase 1 (2021)

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SOCIOPOLÍTICA Y EDUCACIÓN
2º año
Profesora: Marina Faya
¡Hola a todos! Bienvenidos.
Clase 1. PRESENTACION Y ENCUADRE DE LA MATERIA
En esta primera parte de la clase les presentaré el sentido que adquiere la
materia en el marco del plan de estudio de la carrera. En esta asignatura,
Sociopolítica y Educación a lo largo del año abordaremos algunos problemas
y discusiones que atraviesan actualmente al campo educativo.
Sabemos que la educación, como práctica social institucionalizada,
da cuenta de relaciones y tensiones entre la política, la sociedad, la economía y
la cultura. Estos entramados se fueron construyendo a través de largos
procesos históricos y de la interacción de múltiples actores. Esta materia
pretende echar luz a esos complejos procesos donde las ideas pedagógicas se
ponen en evidencia más o menos explicitadas, en forma hegemónica o como
alternativas posibles en el devenir de la práctica cotidiana.
La intención de Sociopolítica y Educación es interpretar cómo la
educación se vincula e interviene entre el hacer de la política y las tensiones de
la sociedad, y fundamentalmente entenderla en el marco de la idiosincrasia
latinoamericana. Este aspecto contribuye a pensar cómo se fueron
construyendo los proyectos políticos en vinculación con los proyectos
educativos y, de este modo, cómo nos configuraron como sujetos hasta el
presente.
Recorrer estas pedagogías les permitirá interrogarse acerca de las ideas
que sustentan las políticas públicas y los sistemas educativos; para quiénes se
pensó la educación y con qué finalidades y valores, es decir, comprender que
la práctica educativa es una construcción de sentidos.
Adriana Puiggrós afirma que la educación, “como toda práctica social,
es productora de una pluralidad de sentidos y susceptible de ser
producida y leída desde ángulos diferentes (ideológico, político,
económico, psicológico) a partir de los procesos histórico-sociales”1.
De ahí la necesidad de realizar una “lectura pedagógica” de cualquier
proceso social. Si bien no todo es pedagógico, lo pedagógico está en todas
partes. Analizar las matrices de pensamiento y las prácticas desarrolladas a
partir de ellas es uno de los alcances de esta materia, desde aquí se podrá
empezar a comprender cómo se efectivizaron las políticas educativas en
nuestro país y en Latinoamérica.
Es importante señalar que el énfasis que
pondremos en lo latinoamericano responde, por
un lado, a la necesidad de comprender la realidad
y afirmar la nacionalidad y tradición cultural, y
por otro, pensar a la educación al servicio de un
modelo de Nación.
Como verán, adoptaremos perspectivas de
análisis históricas, sociológicas, políticas y
económicas, que, si bien serán breves, les
permitirán abordar el fenómeno educativo y
repensar el problema de la educación desde una
forma plural y diferenciada. Es decir, que
intentaremos trabajar sobre aquellos aspectos
necesarios para que como futuros docentes que
son, puedan desde ahora potenciar su capacidad
no sólo de análisis crítico sino de acción, con
claros y necesarios propósitos de transformación.
De tal modo que esta materia se podría leer a partir del siguiente
interrogante:
¿Qué relaciones y tensiones se manifiestan en el entramado:
sociedad - educación - sistemas políticos en Latinoamérica?
1
Puiggrós, Adriana (1998). La educación popular en América Latina. Orígenes, polémicas y perspectivas. Miño y Dávila
Editores, Argentina.
La educación como asunto “de Estado”.
El mundo de la educación
¿Por qué comenzar con este “tema”? Cuando los individuos nacen, lo
hacen en una sociedad que ya está constituida. Cuando el niño y el maestro se
incorporan a un establecimiento escolar, éste ya está constituido y forma parte
de un conjunto mayor al que se unen. Desde esta perspectiva “el todo” o “el
sistema” es anterior al individuo.
Pero también se puede decir, que la institución o el sistema son
producto de las prácticas de los individuos. Son ellos quienes construyen
los edificios escolares, sancionan las leyes y reglamentos, crean y asignan los
recursos, etc. Pero una vez constituido el “mundo de la escuela”, éste
pareciera tener vida propia. Tiende a existir casi independientemente de los
agentes que fueron sus creadores y más aún, determina parcialmente lo que
hacen las generaciones posteriores.
La educación como objetividad tiene una
relativa dureza. Las cosas de la educación no
son “de Plastilina”, no están hechas de un
material maleable a gusto y voluntad de los
hombres.
Los maestros y funcionarios de hoy no pueden “hacer la escuela” a su
gusto y voluntad y en función de sus propios objetivos. Sólo si se pone en
relación “lo que sucede” en el interior del mundo escolar con “lo que pasa”
fuera de la escuela se puede dar cuenta del sentido de los procesos y
productos educativos. La propia constitución de los sistemas educativos
“de Estado” tiene una racionalidad que no es “educativa” en sentido
estricto, sino social. La escuela no existe por sí misma, sino porque la
sociedad, en cada momento de su desarrollo, espera determinadas cosas de
ella. Por eso es preciso mirar siempre “adentro” y “afuera” de la escuela para
entender mejor tanto la educación como la sociedad.
La realidad social, una vez instituida, pareciera imponerse con cierta fuerza
a los agentes que la habitan y le dan vida. Las instituciones son producto
del obrar humano, pero luego son productoras de subjetividades. En
este sentido puede decirse que no sólo los alumnos son “formados” por la
institución que frecuentan, sino que también los feligreses que asisten a una
iglesia, los socios y deportistas de un club, los trabajadores de una fábrica
entre otros, todos ellos, son “formados” por esas instituciones y organizaciones
que habitan y transitan en un momento de sus vidas. Por eso es prioritario
preguntarse por la lógica del origen del sistema escolar.
Aquí el análisis tiene que ser necesariamente histórico. El sistema
educativo moderno comienza a construirse junto con el Estado
nación.
La historia de la escuela es en gran parte la historia del Estado
moderno.
En la mayoría de los países de Europa y América
Latina ambas historias van de la mano y no puede
entenderse la una sin la otra. Una de las primeras
preocupaciones de los padres fundadores de
nuestros Estados nacionales es la fundación de un
sistema escolar obligatorio y, por lo tanto, sujeto a
ciertas leyes.
Esto nos remite a lo que quizás sea el contraste más notorio entre la
educación moderna y otras formas de educación: la concentración en el Estado
tanto de la autoridad para determinar qué cuenta como disposiciones
indispensables en todo miembro de la sociedad, como la responsabilidad de
asegurar que todos los miembros de la sociedad las desarrollen.
Esto requiere que todos los agentes educativos (docentes o
administradores) sean empleados o estén sujetos inmediatamente a las
órdenes de alguna autoridad pública. Aún sin monopolizar los medios de
enseñanza, el Estado, en su carácter de representante de la existencia política
de la comunidad y del interés común, monopoliza los medios de consagración
del conocimiento socialmente relevante.
Entonces, decir que los sistemas educativos estatales tienen una
historia equivale a decir dos cosas:
1) que el modo de organizar las prácticas educativas ha cambiado a lo largo
del tiempo;
2) que el cambio resulta de la interacción entre los agentes y las instituciones
involucradas en esas prácticas.
¿Cuál es el sentido de este interés temprano en las cosas de
la escuela?
El aparato escolar y sus agentes, distribuidos gradualmente en todo el
territorio nacional, están allí para producir el efecto de construcción de
subjetividades: el habitante del territorio nacional se constituyó en ciudadano
dotado de una identidad patriótica. De este modo, la enseñanza de la historia
patria (junto con la de la lengua nacional) ocupó un lugar central en los
primeros programas curriculares de los incipientes sistemas educativos
nacionales estatales que tenían como objetivo la conformación de la identidad
nacional.
El desafío de los sistemas nacionales de educación consistió en
producir concretamente la igualdad de los habitantes. Por su organización
institucional y su capacidad de regimentar las prácticas, la escuela se
convirtió en un dispositivo de extraordinario valor para uniformar las
experiencias de ingreso en el conjunto social de todos los miembros jóvenes de
las sociedades nacionales, independientemente de sus diferencias de cuna. De
allí el interés de los estados en formalizar y en monopolizar el control
institucional de las prácticas de enseñanza.
Los habitantes del territorio debían cumplir con ciertas obligaciones. La
primera obligatoriedad es la que tiene que ver con la concurrencia a la
escuela. La generación de los padres fundadores de nuestras nacionalidades,
en la mayoría de los casos era liberal y estaba firmemente convencida del valor
de las libertades y derechos individuales. En este sentido, no dudaron en
decretar la obligatoriedad de la escolarización (definiendo la edad de inicio y el
número de años que había que frecuentar la escuela) y del programa escolar.
Además, esta obligatoriedad estuvo acompañada de la gratuidad y el
laicismo.
En general, se esperó que en las aulas se enseñaran las primeras letras,
los cálculos y la construcción de ciudadanía pero además, desde la
organización del sistema educativo argentino, se imaginó a la escuela primaria
asociada a variadas tareas que fueron desde promover la documentación de
niños y niñas, difundir pautas sanitarias entre estudiantes y sus familias,
garantizar la vacunación de la población para evitar epidemias, proveer la
alimentación básica hasta instalar consensos sobre las formas de
comportamiento social sobre asuntos diversos. Por todo esto, encontramos a lo
largo de la historia de la escolarización en la Argentina, debates álgidos y por
cierto nada inocuos, sobre los rumbos que debía asumir la escuela. Se trata de
debates que dan lugar a valoraciones disímiles de lo que en las instituciones
acontece, pero que también propician la construcción de identidades docentes.
El papel del Estado argentino
en un principio fue regulador y
productor. Aunque nunca tuvo el
monopolio en cuanto a la
prestación del servicio (siempre
existieron escuelas privadas) sí
reivindicó la exclusividad del rol
regulador. El cumplimiento
efectivo de esta función
depende no sólo de la voluntad
política de los gobiernos, sino también de la disponibilidad de recursos
efectivos para concretarla (sistemas de supervisión, estadísticas, etc.).
Podemos afirmar entonces que, en distintos momentos históricos, la escuela
primaria se vinculó activamente a políticas sociales más amplias.
Los propósitos y sentidos por los que se definieron estas políticas –así
como el contenido de las múltiples actividades que de ellas se derivaban–
fueron variando en los ámbitos de decisión. Así, quienes las pusieron en
práctica –maestros, directores, auxiliares, integrantes de distintos equipos
destinados a su ejecución, inspectores y supervisores– y los que las
acompañaron en distintos ámbitos –familias, organizaciones sociales,
comunitarias, barriales, políticas- las recrearon redefiniendo los sentidos con
los que habían sido construidas: como construcción de posibilidad de acceso a
la escolaridad; como atención a sujetos carentes de diversos bienes y pautas
culturales; como parte integral de la construcción de sujetos de derechos.
Estos momentos se solapan, no tienen límites definidos, y es por esto que
podemos advertir coexistencias, pero identificarlos nos permite analizar los
rumbos que intentan marcar las políticas en cada uno de estos tiempos
históricos.
ACTIVIDADES.
1. Les propongo la lectura del capítulo 1: “La educación como asunto de
Estado” del libro de Sociología de la Educación cuyo autor es Emilio
Tenti Fanfani.
A partir de la lectura profunda y minuciosa del capítulo y de los contenidos
desarrollados en la Clase 1, responda las siguientes preguntas:
a) ¿Qué es el Estado y qué es la Nación?
b) ¿Cuándo se originan los estados nacionales modernos y cuáles son
sus requisitos?
c) ¿Cómo se vinculan estos conceptos con la educación?
d) ¿Cómo se originan los Sistemas Educativos Nacionales?
e) ¿De qué manera se desarrollaron en nuestro país?
f) ¿Cómo se vincula la política educativa y la economía política?
g) Describa qué es un Estado Interventor: su origen, sus crisis, sus
procesos de reforma.
h) Caracterice los siguientes conceptos: descentralización-privatizacióneficiencia-equidad
2. Analice y explique la siguiente afirmación: “La escolarización como
estrategia de integración nacional”
3. Elabore un esquema, un mapa o una red conceptual que le permita
organizar visualmente las ideas centrales del capítulo y de la clase.
4. Observe detenidamente la imagen que aparece
en el cuerpo de la clase y analícelo en función de
los contenidos desarrollados. Por ej.
¿Qué rasgos de los sistemas educativos
modernos puede identificar?
¿Cómo se ubican los sujetos en el espacio? ¿A
qué se debe?.
5. Relate una experiencia vivida o conocida en la que la escuela y otras
instituciones sociocomunitarias articulen acciones vinculadas al
aprendizaje. Puede completar el relato retomando algunas ideas
desarrolladas en el Campo de la Práctica 1 y considerando estas
preguntas.
a) ¿Qué papel asume la escuela en esa experiencia?
b) ¿Cómo se articulan las instituciones socio-comunitarias en esa
iniciativa?
c) ¿Cuáles son los supuestos que a partir de la lectura de esta clase y
del material bibliográfico cree que estructuran esta experiencia?
Esta última actividad tiene como objeto discutir cómo
en este tiempo histórico la escuela piensa de distintas
maneras las relaciones entre la sociedad y las políticas
públicas y cómo hace concretamente para llevar
adelante su tarea.
Para esto les pido que elaboren el relato utilizando
Fuente: Times New Roman 12 con una extensión mínima de una página
y de máximo dos. Los leo!!!
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