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Sobre la Ley Sinde

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Sobre la Ley Sinde
A diferencia de los legisladores francés y británico, que han optado por modelos
de persecución de los usuarios finales, mediante el sistema de control de descargas,
avisos y desconexión del servicio como sanción1, las autoridades españolas, al menos
hasta el momento, han elegido una vía alternativa: la sanción a los proveedores de
servicios de la Sociedad de la Información (PSSI) que, a través de su actividad,
permiten a aquéllos infringir los derechos de los titulares de las obras protegidas. Para
ello, a los vigentes arts. 16 y 17 de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información
y del Comercio Electrónico (LSSI) se ha añadido recientemente la reforma de los arts. 5
y 8 de la misma, del art. 158 y de la Disposición Adicional 5ª del Texto Refundido de la
Ley de Propiedad Intelectual (TRLPI) y del art. 122 bis de la Ley de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa, mediante la conocida como “Ley Sinde”, y que no es sino
una Disposición Final, la 43ª, de la Ley de Economía Sostenible2.
A la luz de todas estas disposiciones, detectada por un titular una violación de
sus derechos de PI por parte de un PSSI (que tiene en sus servidores copias de obras
protegidas o enlaces a las mismas), dicho titular, y con independencia de la posibilidad
de acudir a la jurisdicción ordinaria, civil o penal, más lenta, podría iniciar un
1
Vía cuya consagración, por otra parte, ha permitido el legislador europeo. En la nueva
redacción dada a la Directiva 2002/21 relativa a un marco regulador común de las redes y los servicios de
comunicaciones electrónicas por el art. 1.b) Directiva 2009/140 (el llamado “paquete Telecom”), frente a
la resistencia mantenida por el Parlamento hasta la votación final, la redacción del nuevo art. 1.3.bis
señala que (cursivas mías) “[C]ualquiera de esas medidas [se refiere a las que pueden adoptar los
Estados Miembros] relativas al acceso o al uso por parte de los usuarios finales de los servicios y las
aplicaciones a través de redes de comunicaciones electrónicas, que sea susceptible de restringir esos
derechos y libertades fundamentales solo podrá imponerse si es adecuada, proporcionada y necesaria en
una sociedad democrática, y su aplicación estará sujeta a las salvaguardias de procedimiento apropiadas
de conformidad con el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las
Libertades Fundamentales y con los principios generales del Derecho comunitario, que incluyen una
protección judicial efectiva y un procedimiento con las debidas garantías. Por lo tanto, dichas medidas
solo podrán ser adoptadas respetando debidamente el principio de presunción de inocencia y el derecho
a la vida privada. Se garantizará un procedimiento previo, justo e imparcial, que incluirá el derecho de
los interesados a ser oídos, sin perjuicio de que concurran las condiciones y los arreglos procesales
adecuados en los casos de urgencia debidamente justificados, de conformidad con el Convenio Europeo
para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales. Se garantizará el derecho a la
tutela judicial efectiva y en tiempo oportuno”. Obsérvese que la referencia a la tutela judicial efectiva es
genérica, y no se dice, a diferencia de lo que pedía la enmienda 138 a este texto, que la suspensión del
servicio (“medida sobre el acceso o uso”) deba ser tomada por una autoridad judicial.
2
Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible (BOE nº 55, de 5 de marzo de 2011), que
entró en vigor el 6 de marzo.
procedimiento administrativo caracterizado por su rapidez, en orden a obtener la
retirada del contenido ilícito o el cierre incluso del sitio web. Identificado el infractor3,
el titular podrá dirigirse a la Sección Segunda, de nueva creación, de la Comisión de
Propiedad Intelectual, quien requerirá a aquél para que, en el plazo de 48 horas proceda
a retirar tales contenidos ilícitos o presente las alegaciones que estime oportunas,
presumiblemente justificando su conducta o la tenencia de las oportunas licencias. Se
inicia así, si no hay retirada, un plazo de dos días para presentar pruebas por ambas
partes, tras las cuales, disponen de otros cinco días para presentar sus conclusiones.
Finalizado dicho plazo, y en los tres días siguientes, la Comisión resolverá lo que estime
oportuno sobre la existencia o no de infracción y, en su caso, las medidas que habrán de
adoptarse para que no continúe el comportamiento ilícito, singularmente, la retirada del
enlace o copia o, incluso, el cierre o bloqueo del sitio web. No obstante, a falta de
cumplimiento voluntario de tales medidas por el infractor, la Comisión, en la redacción
final de la norma, no tiene poder para imponerlas coactivamente en un primer momento,
y se hará precisa la intervención judicial: el juez convocará nuevamente a las partes
interesadas en el plazo de dos días, para escucharlas y resolverá mediante auto, en otras
48 horas, si las medidas violan o no lo previsto en el art. 20 CE, en lo relativo a la
garantía de los derechos de libertad de expresión, información y comunicación.
Realmente, la reforma incide en algo ya previsto en el ordenamiento, pero que
no se había mostrado muy eficaz: la retirada urgente de enlaces o el cierre de webs que,
con independencia de la legalidad de su propia conducta, cuestión que no se prejuzga
(se aplicarían con independencia de que fueran no infractores), permiten el acceso a
contenidos ilícitos en ordenadores o servidores de terceros. Tal posibilidad era ya
contemplada por los arts. 138 TRLPI y ss., pero se había mostrado ineficaz ante el
“empecinamiento” de los jueces en la aplicación de los tradicionales criterios para la
adopción de medidas cautelares, en particular, la apariencia de buen derecho4. Tras esta
postura judicial subyace la idea de que, si no es clara la calificación jurídica de la
conducta (ni la del enlace, ni la del intercambio), no parece de recibo cerrar el sitio, sino
que conviene esperar al resultado del proceso (civil o penal). Mediante la atribución, por
3
De forma previa, y si no pudiera el titular identificar al PSSI infractor, podría dirigirse al juez
para que éste ordenara, en un plazo de 24 horas, a cualquier otro PSSI cuyo servicio sea aprovechado por
aquél para que le diera sus datos. En la toma de tal decisión el juez habrá de ponderar la afectación de los
derechos de intimidad reconocidos en el art. 18 CE.
4
Vid., p. ej., el Auto del Juzgado de lo Mercantil nº 7 de Barcelona denegando las medidas
cautelares en el caso de elrincondejesus.com.
la nueva Ley, de esta facultad a un órgano administrativo que no tiene porqué actuar
bajo los criterios y garantías judiciales, la retirada del contenido o la suspensión del
servicio quedan prácticamente “garantizadas”, y de forma rápida.
Evidentemente, ello puede ser objeto de muchas alabanzas… y críticas.
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