FORTALEZCAMOS NUESTRA AMISTAD CON DIOS Desde que nacemos hasta que morimos lo que más necesitamos es el amor, no solo el amor romántico, sino también el cariño de familiares y amigos. Pero hay un tipo de cariño que necesitamos más que ningún otro, es el amor y la amistad de Jehová. Mucha gente considera imposible que simples humanos puedan tener el amor y la amistad del Dios Todopoderoso, ya que vive en los cielos y es invisible a nuestros ojos. Pero los cristianos no pensamos eso sino todo lo contrario. Un claro ejemplo de una amistad verdadera con Jehová fue la de Abrahán pues demostró que tenía una fe sobresaliente. Jehová puede ser nuestro mejor amigo, y es posible gracias al amor que Él nos tiene y a nuestra Fe en El y su hijo Jesucristo. ¿Ahora porque podemos estar convencidos de que podemos gozar de una buena relación con nuestro creador? Diríjase a su ejemplar de la biblia y lea conmigo por favor lo que nos dice (Génesis 1:27) El texto señala que estamos hechos a la imagen de Dios, por supuesto, no somos como Dios físicamente ya que Él es un espíritu y nosotros de carne y hueso, más bien, significa que tenemos en nuestro interior sus mismas cualidades como el amor y la justicia. Asi que para gozar de una buena relación con jehová Dios buscaremos hacer siempre su voluntad y seguir su guía, debemos amoldar nuestra personalidad a la suya, de este modo evitaremos conductas que le desagraden. Ahora, de acuerdo al título de este discurso, esta relación que tenemos con nuestro Creador, debemos fortalecerla día a día. Pudiéramos pensar que gozamos de una sólida y estrecha relación con Jehová, pero ¿Sabía que ésta corre el peligro de enfriarse debido a las presiones del mundo de Satanás y a nuestra propia imperfección? ¿Le gustaría fortalecer aún más su amistad con Jehová? Pues bien, los invito a abrir sus Biblias y leer el consejo registrado en la carta de Santiago 4:8. Notemos que en este texto se habla de dos acciones: nosotros nos acercamos a Dios y luego él se acercará a nosotros. Si estas acciones se repiten, nuestra amistad con Jehová se estrechará y él se volverá más real para nosotros. ¿Qué pasos en concreto podemos dar para acercarnos más a Dios? Vamos a analizar dos de esos pasos: la conciencia cristiana y la madurez espiritual. Sabemos que todos los humanos hemos sido dotados con una conciencia, aunque la mayoría no la escucha y pasa por alto las normas de Dios; pero también hay quienes prefieren hacer los bueno y por ende, odian las cosas malas que suceden en el mundo. Para entenderlo mejor, leamos por favor la carta a los Romanos 2:14,15. Estos textos indican que a pesar de que el hombre está alejado de Dios, todavía tiene la capacidad de distinguir, en términos generales, lo bueno de lo malo. Habiendo sido hecho a la imagen de Dios, refleja hasta cierto grado las cualidades divinas de la sabiduría y la justicia. La conciencia es un sentimiento interior que nos acusa o nos excusa. Ilustrémoslo de la siguiente manera: Para que una brújula nos guíe en forma correcta y segura debemos calibrarla. Lo mismo ocurre con la conciencia, para que resulte una guía segura, debemos educarla según las justas y elevadas normas divinas. ¿Por qué lo decimos? Pues porque el ambiente donde vivimos, las costumbres y los hábitos pueden educar erróneamente nuestra conciencia y por lo tanto, esta puede equivocarse al considerar un asunto. Un claro ejemplo de aquello encontramos en el evangelio según Juan 16:2. Allí Jesús predijo que el mundo odiaría y mataría a los siervos de Dios, pues según su conciencia estaría rindiéndole servicio. En el sitio oficial de los testigos de Jehová, JW.ORG, en la sección Noticias, encontramos pruebas del cumplimiento de las palabras de Jesús: hermanos están siendo perseguidos, pues aducen que lo hacen en nombre de Dios. Por ejemplo, en Ucrania el 17 de mayo de 2015, hombres armados detuvieron a cuatro testigos de Jehová de la zona de Novasoxs. Les cubrieron los ojos y los condujeron amenazados por armas de fuego al cuartel militar. Allí los golpearon brutalmente durante dos horas haciéndoles creer que los ejecutarían. Además, trataron de obligarlos a aceptar que la iglesia ortodoxa era la única religión verdadera, ordenando al más joven de los detenidos que se uniera al ejército. Estos hermanos fueron liberados luego de pasar la noche en una prisión provisional que excedía por mucho su capacidad. En Rusia, debido a la decisión del Tribunal Supremo, se ha lesionado terriblemente los derechos de los testigos de Jehová. Desde el 20 de abril de 2017, las autoridades de este país lo consideran un grupo extremista resultando como consecuencia, casos de encarcelamiento, redadas constantes a los lugares de reunión e incendios de los mismos, así como a los domicilios de hermanos, pérdida de sus empleos y agresiones a niños y adolescentes en sus establecimientos educativos. Hemos visto por lo tanto que, aunque todos tenemos conciencia, esta no actúa de la misma manera en todos. La clave está en que estudiemos la palabra de Dios en forma regular mediante oración, reflexionando en lo que aprendemos y aplicándolo en el diario vivir. El estudio de la Biblia debe ayudarnos a conocer cada día mejor a Jehová, sus cualidades, sus sentimientos, lo que le agrada y lo que no; así, entrenaremos nuestra conciencia y se tornará en una guía segura. En nuestro libre Albedrio Jehová nos permite hacer todo lo que queramos, pero el amor a Dios nos motiva a evitar todo lo que nos puede perjudicar y dañar nuestra relación con el, por eso debemos respetar nuestros límites. ¿Y cómo podemos hacer para permanecer dentro de los límites? Para ello Jehová nos ha dado nuestro cerebro y como ya hemos mencionado la conciencia, pero Él sabe que necesitamos algo más que eso, por esa razón nos ha dado los principios bíblicos que son las verdades de las escrituras que nos ayudan a tomar sabias decisiones. Nuestro Creador Jehová sabe que es lo que más nos conviene y también confía en que tomemos decisiones basadas en los principios de su palabra, si así lo hacemos, podremos ser realmente felices y estar en paz con El. Si amoldamos nuestra conciencia a las leyes y principios bíblicos, veremos las cosas de la manera en que Jehová las ve. Los verdaderos cristianos debemos amoldar nuestra vida de acuerdo a las elevadas normas morales de Dios y permitir que éstas nos guíen en todo asunto, incluso los personales como la elección de compañías, el entretenimiento, la vestimenta, el trato con el prójimo. Abra su Biblia por favor y diríjase a la carta de Santiago 1:22-25. Santiago, medio hermano de Jesús, advirtió en esta carta a los cristianos de los peligros de ser oidores olvidadizos. ¿Qué quiso decir con estas palabras? Al levantarnos por la mañana, por lo general nos miramos en un espejo para arreglar nuestro aspecto, pero en cuanto emprendemos nuestras diversas actividades y nos centramos en otras cuestiones, dejamos de pensar en la imagen que vimos. Lo mismo puede sucedernos en sentido espiritual. La investigación de la palabra de Dios nos permite comparar lo que somos con lo que Jehová espera de nosotros. Nos vemos cara a cara con nuestras debilidades. Este conocimiento debería incitarnos a cambiar de personalidad. Sin embargo, al concentrarnos en las ocupaciones diarias y luchar contra los problemas, es fácil que dejemos de pensar en los asuntos espirituales. Es como si olvidáramos los amorosos actos de Dios a favor de nosotros. Si nos sucede tal cosa, nos hacemos vulnerables a las inclinaciones pecaminosas. Por lo tanto, ser "hacedores" implica que nuestra fe nos motiva a predicar con celo las buenas nuevas y a participar en las reuniones. Amamos a Dios de corazón, y por eso obedecemos su "ley perfecta", que abarca todo lo que él espera de nosotros. Veamos ahora el segundo aspecto que nos ayudará a fortalecer nuestra relación con Dios: La madurez espiritual. Los diccionarios definen a la madurez como el estado de desarrollo completo de algo, la circunstancia de hallarse en el estado o sazón oportunos para hacer la cosa de que se trata o dar los resultados convenientes. Pero para entender lo que es la madurez cristiana, acompáñenme a leer lo que menciona la carta a los Hebreos 5:14. ¿Qué se espera entonces de una persona madura en sentido espiritual? Pablo animó a los cristianos hebreos a progresar hacia la madurez, pero también les dijo lo que implica esta cualidad. Cuando un niño nace no esperamos que se quede así durante años, el tiempo pasará e irá creciendo hasta que alcance su completo desarrollo. Lo mismo ocurre en sentido espiritual. Cuando alguien conoce la verdad se espera que también progrese. Al alcanzar la madurez, se evidencia que conocen tanto las enseñanzas elementales de la Biblia como las más profundas Además, como ponen en práctica lo que han aprendido, sus facultades perceptivas están bien ejercitadas; así que pueden distinguir entre lo correcto como lo incorrecto. Por lo tanto, cuando tienen que tomar cualquier decisión, evalúan los principios bíblicos que tienen que ver con su situación y los aplican en su vida. Otro aspecto que nos ayuda a entender lo que significa ser una persona madura en sentido espiritual, la encontramos en la carta a los Efesios 4:13,14. Así es, el cristiano maduro se esfuerza por imitar a Jesús en todo, a pesar de la imperfección. Pablo también advierte del peligro de las enseñanzas que son engañosas y aclara que quien ponga fe en ellas, serían como bebés espirituales "aventados como por olas". Las tretas o las trampas de los hombres transforman astutamente la verdad en falsedad y presentan las mentiras como si fuesen verdades. Por esta razón debemos permanecer en guardia, pues el Diablo, el "gobernante de este mundo", podría aprovecharse de nuestras necesidades o nuestros deseos y hacernos pecar, o para intentar que nos enamoremos de este mundo y descuidemos nuestro servicio a Jehová. Para muchos jóvenes puede resultar un desafío el convertirse en cristianos maduros o tal vez no se sientan capaces de asumir mayores responsabilidades. Si es el caso, pueden pedir ayuda a Jehová. Mediante su espíritu santo los ayudará a vencer cualquier temor, a darles el impulso necesario para esforzarse y fortalecerse espiritualmente. Busquemos por favor la primera carta a Timoteo (1 Timoteo: 4:12,13). Pablo exhortó a Timoteo a que no dejara que su juventud ni sus defectos le impidieran hacer lo que es correcto cuando fuera necesario, a que tuviera una conducta ejemplar, a que cuidara su relación con Dios y que tenía que seguir progresando. Jóvenes, esfuércense por seguir cultivando buenas cualidades. No es fácil progresar espiritualmente, pero tampoco es imposible. Si tienen paciencia y trabajan intensamente en ello, lo conseguirán. Podrán hacer mucho en el servicio a Jehová. No podemos pasar por alto la gran labor que desempeñan nuestras queridas hermanas, ese ejército grande que la Biblia menciona. Siempre son ejemplos de trabajo, son fuente de consuelo, de prudencia, de cariño fraternal, quienes por sus magníficas cualidades gracias a su madurez, no solo gozan de muchas bendiciones si no que son una bendición misma para las congregaciones. Jehová está muy interesado en que todos los que lo adoran progresen hacia la madurez. Como hemos visto, para fortalecer nuestra amistad con Dios es necesario mantener perfectamente entrenada nuestra conciencia -uno de los dones divinos que nos distinguen como humanos- mediante el aprendizaje y la práctica continua de su palabra, lo que nos permite asimilar la forma de sentir y actuar de nuestro Creador. Hemos visto también que, así como cuando una fruta está madura y ha finalizado su ciclo natural de desarrollo; su apariencia, color, aroma y sabor han alcanzado el estado que se considera deseable. Por lo tanto, la madurez cristiana es sinónimo de excelencia, plenitud e incluso perfección. ¿Qué conseguiremos si aplicamos lo que se ha mencionado a lo largo de este discurso? Pues que nuestra relación con Dios se estrechará cada vez más y él se volverá mucho más real para nosotros. Por eso, esforcémonos por pensar como Jehová lo hace. Es el ser más sabio que existe, por lo que debemos aceptar su guía sin reparos y en todo aspecto de nuestras vidas; esto derivará en una buena conciencia e iremos progresando hacia la madurez. Jehová premiará nuestro aguante y podremos disfrutar de su aprobación y sus bendiciones ahora; y en el futuro, vida sin fin, así como una relación inquebrantable con el Soberano Universal por toda la eternidad.