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Musica migracion y educacion entre Europ

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Boletín de historia y antigüedades /Vol. CIX, No 874, enero - junio de 2022
Mú s i c a , m i g r a c i ó n y e d u c a c i ó n
entre Europ a y Améri c a:
la carrera musical de Gutierre Fernánd e z Hi d a lgo (c .1547-1622/23)
en S antafé, 15 70-1630 1
Egberto Bermúdez Cujar 2
Resumen
Se examina la carrera musical del compositor español Gutierre
Fernández Hidalgo en Santafé entre 1584-86 con base en documentos
originales en archivos de Bogotá, Sucre y España. A partir de la reconstrucción de su formación musical, se analiza su actividad profesional,
educativa y de establecimiento de la música polifónica europea, desde
la perspectiva de sus relaciones de padrinazgo con funcionarios reales y
eclesiásticos, así como en su interacción con la sociedad y los entornos
musicales en América. Fernández Hidalgo, como músico y migrante,
participó de la movilidad que caracterizó la profesión musical y formó
Conferencia presentada en la posesión como Miembro de Numero de la Academia Colombiana de Historia, junio 29 de 2022.
1
2
Profesor Universidad Nacional de Colombia.
Cómo citar este artículo
Bermúdez Cujar, Egberto. “Música, migración y educación entre Europa y América:
la carrera musical de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630”.
Boletín de Historia y Antigüedades, 109: 874 (2022): 117-174.
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Egberto Bermúdez Cujar
parte de redes que unían a América con la península ibérica y con otros
centros musicales europeos, especialmente en Italia y los Países Bajos.
Su activa participación en el establecimiento de la música europea en los
actuales Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia puede considerarse un logro
de mayor importancia que la calidad de su obra musical.
Palabras clave: Música y migración, educación musical, música
polifónica, historia de la música, Santafé.
Abstract
Based on archival documents of Bogotá, Sucre and Spain, this article
examines the musical career of Spanish composer Gutierre Fernandez
Hidalgo in Santafe between 1585-86. We attempt to reconstruct his music
education in Spain, his trajectory as composer, educator and establisher
of European music as seen from the perspective of his patronage liaisons
with Royal and ecclesiastics functionaries, as well as his interactions with
the local societies and the musical milieu in America. As musician and
migrant, Fernandez Hidalgo shared the high degree of mobility that
characterised the music profession in Spain and America; he was part of
networks that linked America with the Iberian Peninsula and with other
European musical centres, especially in Italy and the Netherlands. His
active participation in the establishment of European music in present
day Colombia, Ecuador, Peru and Bolivia is considered as an achievement
of greater significance than his musical works.
Keywords: Music and migration, musical education, polyphonic
music, history of music, Santafe.
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Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
Introducción
La carrera musical del compositor español Gutierre Fernández Hidalgo
(c.1547-1622/23), en España y América, constituye otro de tantos casos paradigmáticos sobre las circunstancias sociales, culturales, económicas y artísticas
en las que se desarrolló la profesión musical en los años tempranos del periodo
colonial. Su condición de eclesiástico y músico profesional le permitieron encontrar en América caminos de realización que no hubieran sido los mismos
de haber permanecido en España donde se había formado e iniciado su carrera
musical. Los documentos sobre los diversos acontecimientos de su vida arrojan
importantes luces sobre las condiciones y tensiones sociales y económicas en
las que los músicos debían realizar sus actividades. Tanto en Europa como en
América, tenía que alinearse con alguna de las tendencias o facciones en lucha
por el poder local para desarrollar su trabajo y colmar sus aspiraciones.
Estos documentos ilustran las condiciones de migración de músicos
profesionales entre España y América y la gran movilidad de estos dentro de
la península. Los documentos se refieren al repertorio musical internacional
(consolidado por compositores franco-flamencos, italianos y españoles) que
dichos músicos emplearon en la enseñanza y la práctica durante el proceso de
implantación de la música europea fuera de Europa y los diversos y contrastantes
contextos educativos, sociales y económicos en que lo hicieron.
Como sucedió con conquistadores, misioneros y burócratas en sus respectivos terrenos de acción en América, Fernández Hidalgo trató de desarrollar su
carrera musical, mejorar su posición social y económica y sentar bases sólidas
para el posterior desarrollo de la profesión musical, manifestando capacidades
docentes y de organización, tal vez de mayor alcance que la originalidad de su
obra como compositor.
En este trabajo se considera la información contenida en diferentes colecciones documentales de España (Sevilla, Salamanca, Talavera de la Reina), Colombia
(Bogotá), Ecuador (Quito), Perú (Lima y Cuzco) y Bolivia (Chuquisaca o La
Plata, hoy Sucre) lugares en los que Fernández Hidalgo vivió y trabajó la mayor
parte de su vida 3. Estos documentos nos proporcionan información sobre su
El contenido de los documentos conocidos ha sido presentado en varias ocasiones y aparecen incluidos en algunas de las publicaciones que se citan en las notas y en los folletos que
acompañan la grabación de 1996 de algunas de sus obras: Del cielo y de la tierra, Fiesta de
N. S. de la Candelaria, Santafé, c. 1605, 1996, CD MA-HCOL001 y la compilación Armonía
Andina. Música del período colonial en los países andinos, 1999, CD MA-HA002. Los nuevos
documentos complementan la información sobre su carrera en Talavera de la Reina, Santafé y
Sucre y sus relaciones sociales y musicales; algunos se exponen en Bermúdez, “Sabe en el canto
lo que ha podido deprender en esta tierra...”: Gonzalo García Zorro (1547/48-1617) mestizo,
3
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Egberto Bermúdez Cujar
carrera musical y sobre su perspectiva como migrante y el cambio económico
y social que este hecho trajo consigo. Antes de su llegada a América en 1584
aparece en los documentos como Gutierre Fernández y después de su llegada a
Santafé comienza a usar el apellido Fernández Hidalgo 4. Esto fue común, pues
el viaje a América para la mayoría de los migrantes abría las perspectivas de un
nuevo comienzo. Por ejemplo, Pedro de León, un joven extremeño de catorce
años que salió con rumbo a América en 1535, después de sus viajes y aventuras
en los actuales Colombia, Ecuador y Perú se convirtió en Pedro Cieza de León
(c. 1520-1554), el historiador que, una vez entrado en contacto con las redes
sociales y comerciales de los ricos judeo-conversos del Perú, decidió casarse
dentro de ese círculo y aceptar la tradición conversa de sus familias paterna y
materna; usando por primera vez su apellido verdadero, publicó su Crónica del
Perú en Sevilla 5.
En 1959, Robert Stevenson (1916-2012) reveló a la comunidad musicológica
la existencia e importancia de Fernández Hidalgo y un par de años más tarde
informó sobre la supervivencia de algunas de sus obras en los fondos musicales
del Archivo Capitular de la Catedral de Bogotá 6. En publicaciones posteriores,
canónigo y primer maestro de capilla de la catedral de Santafé (Nuevo Reino de Granada),
Javier Marín López (ed.), Músicas coloniales a debate. Procesos de intercambio euroamericanos,
2018, pp. 133-64. Deseo agradecer a las personas que facilitaron la finalización de este estudio,
escrito durante más de veinte años. En la Catedral de Bogotá al padre César Nieto, padre Jorge
Ayala, el canónigo Fernando Piñeros Rocha (1931-2016) y monseñor Juan Miguel Huertas
(1946-2020). En el Archivo General de la Nación a Sara González (1951-2021), Mauricio Tovar,
Augusto Gómez, Luz María Bravo, Angelina Araujo y Mauricio Carlos Puentes. En Bogotá,
Ellie Anne Duque, María Claudia Romero (1955-2015), María del Pilar López, Juan Luis Restrepo, Luis H. López, Roger Pita, Pablo Pérez y Camilo Moreno; en Chicago a Bernardo Illari,
en Sucre a Josep Barnadas (1941-2014), René Arze, Carlos Seoane y Guillermo Calvo Ayaviri.
En España a Cristina Bordas, Luis Robledo, Dante Andreo, Álvaro Torrente, Javier Marín, Juan
Ruiz Jíménez, Esperanza Rodríguez García y Paulino Capdepón. En Talavera de la Reina al
padre Daniel León y Concepción González Polo, Ernestina Duque y Rafael Gómez. Agradezco
también a los dos lectores nombrados por la Academia Colombiana de Historia por sus valiosas sugerencias y aportes.
En los documentos de la Colegiata de Talavera hasta ahora no se ha localizado su firma, pero
firma ‘Gutierre Fernández Hidalgo’ en un documento notarial del 21 de mayo de 1574 en que
sirve de fiador a unos sastres, ver Toledo, Archivo Histórico Provincial, Protocolos, 14416, s.f.
4
5
Agustín Aguilar Rodas, ‘Pedro Cieza de León’, Diccionario Biográfico Español, DB-e.
Robert Stevenson, The Music of Peru, 1959; ‘The Bogotá Music Archive’, Journal of the American Musicological Society, 15, 3 (1962), pp. 292-315; ‘Colonial Music in Colombia’, The Americas, 19, 2 (1962), pp. 121-36 y ‘The First New World Composers: Fresh Data from Peninsular
Archives’, Journal of the American Musicological Society, 23, 1, (1970), pp. 95-106. Las obras de
Fernández Hidalgo publicadas por Stevenson se incluyen en Renaissance and Baroque Musical
Sources in the Americas, 1970, Ej. Mus 10: “Gloria Patri”, Magnificat primi toni y en ‘Hispanic
American Musical Treasure’, Inter-American Music Review, VII, 1 (Fall-Winter 1985), pp. 26-28
(Laetatus sum in his, Tertii toni), pp. 29-30 (“Gloria Patri” del Magnificat primi toni), pp. 31-8
6
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Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
Stevenson aportó importantes datos sobre la permanencia de Fernández Hidalgo en Bogotá, Quito, Cuzco y La Plata 7. Los trabajos de José Restrepo Posada
(1908-72), José I. Perdomo Escobar (1917-80) y Alberto Lee López (1927-92)
proporcionan un contexto histórico para los aportes de Stevenson y para los
nuevos documentos que aquí se presentan 8.
Procuraré explorar las redes y conexiones mencionadas y también decir
algo sobre la condición social y los ingresos económicos de músicos y compositores. Evitando el anacronismo, presento aquí las bases de un sistema de
educación y practica musical que no ha cambiado mucho desde hace 400 años,
el mismo tiempo desde la muerte de Fernández Hidalgo que se cumplió o se
cumplirá en 2023.
Origen y formación musical
No contamos con documentos relacionados con el lugar y fecha de nacimiento de Fernández Hidalgo; examinaremos la escasa evidencia que existe a
este respecto, la que nos permite situar esta fecha hacia 1547/48, en Talavera de
la Reina o sus alrededores 9.
En el interrogatorio contenido en la segunda información sobre su vida
y actividades, que Fernández Hidalgo solicitó realizar en La Plata en 1612, el
testigo dominico Fray Alonso Torrejón (¿c.1552-?) de sesenta años, indica que
conoció a los padres del compositor en Talavera de la Reina 10. Por otra parte, en
(Magnificat quarti toni), pp. 39-46 (“Salve Regina”).
R. Stevenson, ‘Cuzco Cathedral: 1546-1750’, Inter-American Music Review, II, 2 (1980), pp.
1-25.
7
8
José I. Perdomo Escobar, Historia de la Música en Colombia, 1963, José Restrepo Posada,
Arquidiócesis de Bogotá, Cabildo Eclesiástico, 1970, y Alberto Lee López, ‘Clero indígena en al
arzobispado de Santafé en el siglo XVI’, Boletín de Historia y Antigüedades, 50, 579-81 (1963),
pp. 8-86. Vale la pena anotar que Lee López usa aquí el adjetivo ‘indígena’ para referirse a los
españoles criollos nacidos en América y no a los amerindios.
A este respecto, Stevenson, propuso un origen andaluz y una fecha de nacimiento más tardía, lo que hasta ahora no se había controvertido por ausencia de documentos. Ver ‘Gutierre
Fernández Hidalgo’, New Grove Dictionary of Music and Musicians, 1980, VI, pp. 474-75, artículo que sintetiza lo conocido y propuesto por este autor. La información que se proporciona en este trabajo se incorpora en mi trabajo ‘Urban musical life in the European Colonies:
Examples from Spanish America, 1530-1650’, Music and Musicians in Renaissance cities and
towns, Ed. Fiona Kisby, 2001, pp. 167-80, y a mis revisiones y adiciones a la segunda edición
del artículo de Stevenson, New Grove Dictionary of Music and Musicians, 2001, 8, pp. 685-86.
9
10
Sevilla, Archivo General de Indias (AGI), Charcas, 80, 12, 4, f. 40. Este documento (Charcas,
80, 12, 3-5) contiene la información fundamental para este estudio. La sección 2, consta de 2
ff. que contienen una copia de 1613 del concepto favorable de la Audiencia de 1597, así como
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
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Egberto Bermúdez Cujar
la primera información de 1597 informa que fue maestro de capilla en dicha villa,
hecho que es confirmado por varios de los testigos, en esta y en la diligencia de
1612 11. Según estos testimonios Fernández nació en una familia de los sectores
medios de la sociedad, ‘de personas honradas y de buen proceder’ información
complementada por un testigo, miembro de la pequeña nobleza de Talavera,
quien lo califica de ‘hidalgo notorio’ 12. Hay dificultad de ubicar socialmente un
apellido tan común como Fernández, el que usa en Talavera, los padrones existentes a lo largo del siglo XVI aportan poca información. Hernández o Fernández
indistintamente, figuran entre 1536 y 1546, como apellidos de pecheros, artesanos
(entalladores, curtidores, albañiles, empedradores, alfareros, viñateros, recueros)
y gente calificada de ‘pobre’ en las parroquias de San Salvador y San Ginés 13.
En la misma época en las parroquias de San Miguel y Nuestra Señora, de clase
media, burocracia municipal, eclesiásticos y algunos miembros de la pequeña
nobleza, las personas de este apellido son criados, además de un carpintero y
un tejedor. Según lo que conocemos, Fernández formaba parte de esas clases
medias y bajas, con acceso a una educación eclesiástica y con probables nexos
de padrinazgo con familias prominentes, forjados por su familia y allegados.
En octubre de 1574 ‘Gutierre Fernández, maestro de capilla’ aparece en un
documento relacionado con la introducción en la villa de Talavera de la cosecha
de uva que cultivaba ‘en sus heredades’ en la vecina Cazalegas, pocos kilómetros
al noreste 14. De esta información se desprende que probablemente Fernández
fuese nativo de Talavera o de sus alrededores y para este año se desempeñaba
como maestro de capilla de la Iglesia Colegial de Santa María. Es posible que
sus padres se hubiesen trasladado a Talavera de algún lugar cercano en las
primeras décadas del siglo XVI, hecho muy común entonces, si atendemos a
una disposición real de 1597 aceptando la petición. La sección 3 corresponde a la información
de 1597, consta de 16 ff. y es la única originalmente foliada. La sección 4 consta de 46 ff. sin
foliación y contiene copia de la información de 1597 y el texto de la diligencia de 1613, así
como dos cartas de 1608. La sección 5, de 1 f. es la sentencia de mayo de ese mismo año. Para
las secciones 2, 4, y 5, sin foliación original, establezco mi propia foliación.
11
AGI, Charcas, 80, 12, 3, ff. 4, 11 y 4, f. 38.
12
AGI, Charcas, 80, 12, 4, f. 38; y Charcas, 80, 12, 3, f. 11v.
Talavera de la Reina, Archivo Municipal (AMT), Padrones Municipales, (1518-1800), 3280,
ff. 2-7v.
13
14
[122 ]
AMT, Libro de Acuerdos del Ayuntamiento, 14, 1574-78, f. 174v.
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
lo escrito alrededor de 1560 por García Fernández, autor de una historia de la
villa que afirma 15:
hay pocos naturales, la mayor parte de los vecinos, ellos o sus padres o abuelos, son forasteros. De pocos linajes hay memoria de más que bisabuelo, es
causa que no se mira mucho.
Esta afirmación refleja una actitud social laxa, típica de una ciudad en
crecimiento, donde la élite se abría a la incorporación de la nueva riqueza de
forasteros que aprovechaban la estratégica situación de la villa, su cercanía con
la corte y su condición de cruce de caminos. De Talavera se podía acceder al
oeste a Galicia y Portugal, a norte a Castilla, las provincias vascas y Navarra, al
este a Murcia, Aragón, Valencia y Cataluña y al sur a Extremadura, Andalucía,
las Islas Canarias y de allí al norte de África y América. En un documento
notarial de 1583, a Fernández se le llama ‘vecino de Talavera’, al igual que en
el testimonio sobre la residencia de sus padres. Este documento nos permite
fortalecer la hipótesis de que Talavera, o tal vez la vecina Cazalegas, fuesen el
lugar de su nacimiento 16.
El negocio de viñas y vino parece haber sido una fuente de ingresos suplementarios muy frecuente en el caso de los músicos. Para la cercana Toledo,
Reynaud muestra que el negocio de vinos parece haber sido frecuente entre
los músicos al servicio de la catedral. Jerónimo Peraza (c.1550-1617), organista
proveniente de una familia de ministriles, después de su admisión en la iglesia
en 1583, adquirió bienes y tierras que incluían viñas, fabricaba vino con sus uvas
y las de otros, y además era propietario de una taberna. Algunos de los cantores
y maestros de música habían poseído viñas durante el siglo XVI; después de su
partida de la catedral el maestro de capilla Ginés de Boluda (1545-c.1606) encargó la venta de una a uno de los cantores de la iglesia 17. Vale la pena anotar
que Peraza y Boluda eran forasteros (de Sevilla y Hellín respectivamente) y
que al emplearse en la catedral adoptaron los usos locales que se extendían a
la vecina Talavera.
La fecha aproximada del nacimiento de Fernández se puede ubicar alrededor de 1545-48, es decir en el momento del auge del crecimiento de la villa
de Talavera con el aporte migratorio de lugares cercanos 18. Esta afirmación
15
Madrid, Biblioteca Nacional de España (BNE), Ms.1722, García Fernández, f. 21.
Toledo, Archivo Histórico Provincial (AHPT), Protocolo 14.433, s.f., marzo de 1583; aquí
Fernández actúa como testigo.
16
François Reynaud, La polyphonie tolédane et son milieu: Des premiers témoignages aux environs de 1600, 1996, pp. 57, 62-63, 74, 127, 132, 179, 185, 248-49, 251-52.
17
18
Cesar Pacheco, ‘La transformación del espacio urbano de Talavera en el S. XVI’, Espacio,
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[123 ]
Egberto Bermúdez Cujar
encuentra soporte en otros documentos: en 1585, en el momento de hacer
en Santafé sus declaraciones en el litigio por la canonjía de Gonzalo García
Zorro (c. 1547-1617), su antecesor en la catedral, afirmaba tener ‘...cuarenta
años’ 19. Stevenson cuestiona esta afirmación con base en otros documentos
de la catedral de Cuzco de 1593 y de La Plata en 1613 donde es mencionado
como hombre de cuarenta y sesenta años respectivamente lo que implicaría
una fecha de nacimiento cercana a 1553 20. Sin embargo, otros documentos
permiten que la balanza se incline por la primera fecha. En las informaciones
de 1597 uno de los testimonios más completos es suministrado por Sebastián
Martínez Arias, abogado de la Real Audiencia de La Plata y quien acompañó
a Fernández Hidalgo en sus viajes de Santafé a Quito y Lima. Martínez Arias
asegura que Fernández Hidalgo era de edad de cincuenta años lo que situaría su
nacimiento alrededor de 1547. Este testimonio es corroborado por el Capitán
Gaspar Fernández de Córdoba, regidor de la ciudad y familiar del Santo Oficio,
así como por Juan de Rojas, abogado de la Real Audiencia y alguacil mayor del
Santo Oficio, quienes indican que Fernández Hidalgo es de edad de ‘cincuenta
años’, siendo esta también la edad aproximada de ambos declarantes 21.
Así, una fecha cercana a 1547 resulta más verosímil si tenemos en cuenta
que su vínculo musical con Talavera comenzó en diciembre de 1570 y que en la
única mención sobre este hecho –el acta del 17 de enero de 1571– los miembros
del cabildo discuten sobre su nombramiento como maestro de capilla, que la
mayoría de los canónigos acepta con la condición de ‘que se ordene de epístola’,
para la Pascua Florida del año siguiente 22. No sabemos si Fernández cumplió
con el plazo establecido para su ordenación, pero en 1574 estaba ordenado,
pues en un documento notarial de mayo del mismo año se le llama ‘clérigo
maestro de capilla de la iglesia mayor de esta dicha villa de Talavera’ 23. Obtener
esa primera orden alrededor de los veintitrés años se enmarca perfectamente
dentro de la norma del momento.
En lo relacionado con su formación musical, es probable que ésta haya
comenzado en Talavera, aunque como era frecuente, muy joven pudo haber
sido enviado como niño de coro a una catedral vecina como Toledo, Ávila o
tiempo y forma. Revista de la Facultad de Geografía e Historia, 7, (1994), pp. 73-96.
19
AGI, Santafé, 226, 2, f. 94.
20
Stevenson, ‘The First New World composers’, p. 100.
21
AGI, Charcas, 80, 12, 3, ff. 8, 11 y 16v.
Talavera de la Reina, Archivo de la Colegial de Santa María (ACT), Libro de Actas capitulares, 2, Lib. 5. Desde henero de 1570 hasta 19 de noviembre de 1589, s.f. (las esquinas con la
numeración se encuentran dobladas, lo que hace difícil la lectura).
22
23
[124 ]
AHPT, Protocolo 14.416, s.f.
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
Segovia; o aún lejana como Palencia o Burgos, centros en los que recibieron
su primera educación musical algunos de los compositores de su generación.
Uno de los testigos, oriundo de Talavera, asegura haberlo conocido allí a los
diez años de edad y, si es así, el joven Fernández habría sido uno de los niños
cantores en la Colegial de aquella ciudad, alrededor de 1557 24. El primer dato
con respecto a sus actividades musicales antes de ser nombrado maestro de
capilla en Talavera nos la proporciona otro de los testimonios de la información
de 1597. El Licenciado Baltasar de Carvajal, residente en La Plata y vicario de
la ciudad de Huancavelica en el Perú, había estudiado en la Universidad de
Salamanca y asegura haber conocido a Fernández Hidalgo en aquella ciudad
alrededor de treinta años antes, es decir aproximadamente en 1567. Carvajal
agrega que lo conoció allí 25:
… estudiando en la Universidad de ella y ejerciendo en las iglesias de dicha
ciudad y Alcalá de Henares en su ministerio de música en compañía del
Maestro Navarro, una de las habilidades mayores que tuvo España, maestro
de capilla que era a la sazón de la dicha ciudad de Salamanca, a quien vio
este testigo estimar y tener en mucho al dicho Maestro Gutierre Fernández
Hidalgo por su mucha habilidad, destreza y virtud...
La asociación de Fernández con Juan Navarro (c.1530-80) en Salamanca
nos permite entrever la alta calidad de su formación musical. Entonces contaría
más o menos con veinte años de edad y es probable que fuera cantor y asistente
en la dirección de la capilla, así como estudiante adelantado de composición.
Es probable que Fernández fuera también estudiante de la universidad, pero
de haber finalizado sus estudios se hubiera llamado bachiller, título que está
ausente de los documentos que conocemos.
Navarro llegó a Salamanca procedente de Ávila entre noviembre y diciembre
de 1566 invitado para ser maestro de capilla sin efectuar prueba. Navarro había
permanecido más de dos años en Ávila y había sido el sucesor de Bernardino de
Ribera (c.1520-c.1580) periodo en el que Tomas Luis de Victoria (c1548-1611) se
desempeñaba como niño cantor y luego cantor adulto, antes de su viaje a Roma
en 1567 26. Es probable que Fernández, contemporáneo de Victoria, haya estado
en su misma condición bajo la tutela de Navarro y que se hubiera iniciado como
niño cantor en otra catedral como Palencia o Burgos. Esto lo podemos sugerir
24
El Capitán Gaspar Fernández de Córdoba, miembro de la pequeña nobleza de aquella región, ver AGI, Charcas, 80, 12, 3, f. 11.
25
AGI, Charcas 80, 12, 3, f. 5.
26
Samuel Rubio, Juan Navarro, El Escorial, 1978, p. 18.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[125 ]
Egberto Bermúdez Cujar
pues estas dos iglesias las menciona el joven fiscal Bernardino de Albornoz
(c.1563- ¿), en cuya compañía llegó a Santafé Fernández Hidalgo y quien en la
información de 1613 indica que en Talavera de la Reina 27:
de donde es natural este testigo, el dicho padre Gutierre Fernández fue
maestro de capilla en algunas iglesias y en otras partes como es en Burgos y
Palencia y otras partes, sabe por haberlo oído decir a personas ciertas, que
por oposición llevó los dichos magisterios...
Albornoz, oriundo de Talavera y varios años menor que el compositor,
pudo haber confundido el papel musical de éste en aquellas ciudades ya que
Fernández vivió únicamente en Talavera desde 1570 hasta su salida para América
casi quince años más tarde. Es probable que después de iniciarse como niño
cantor en Talavera, haya consolidado su formación musical como mozo de coro
y cantor en las catedrales de Burgos y Palencia, antes de comenzar su relación
con Juan Navarro, antes de la llegada de este último a Ávila, y perfeccionarla
posteriormente en Salamanca.
Juan Navarro comenzó su carrera en Ávila en 1564 como sucesor de
Bernardino de Ribera. No se conocen sus actividades en la década anterior
desde 1554 cuando concursa sin éxito por el puesto de maestro de capilla en
Málaga 28. Es probable que la relación de Fernández con Navarro hubiera comenzado antes de la llegada de este a Ávila. Burgos y Palencia eran catedrales
con una significativa actividad musical donde esto pudo haber ocurrido. En
Burgos, pudo haber entrado en contacto con el circulo de Rodrigo Ceballos
(c.1527-81), concretamente con su tío Francisco Ceballos (¿-c.1556) o con
Rodrigo Ordóñez (¿c.1530-?), que se desempeñaron allí como maestros entre
1553 y 1564 29. La estrecha relación entre su música y la de Rodrigo Ceballos
refuerza esta hipótesis. En cuanto a Palencia, allí Fernández como niño cantor o
cantor adulto, pudo establecer contacto con Pedro Ordóñez (¿-c.1578) quien en
1551 había sucedido a su hermano Alonso como maestro de capilla hasta 1578,
fecha de su jubilación y posible muerte y también momento del nombramiento
de Navarro como sucesor 30.
Otra posible alternativa para la formación de Fernández como niño de coro
sería la catedral de Segovia, muy cercana a Talavera donde obtuvieron su primera
27
AGI, Charcas, 80, 12, 4, f. 38.
28
Rubio Juan Navarro, p. 18.
S. Rubio, Historia de la Música Española, 2. Desde el ‘ars nova’ hasta 1600, 1983, pp. 24-25,
158-61.
29
30
[126 ]
José López-Calo, La Música en la Catedral de Palencia, 1980, I, pp. 467, 478.
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
formación musical Lázaro de Álamo (c.1530-70) y Hernando Franco (1532-85),
dos de los primeros compositores españoles que emigraron a América. Existe
alguna documentación sobre intercambios musicales entre Talavera y Segovia,
como la presencia en 1544 de Juan López de Arriaga, maestro de capilla de Talavera como opositor sin éxito al mismo puesto en Segovia y la de Andrés López,
natural de Talavera, hijo o sobrino del anterior, como sucesor de Bartolomé de
Olaso como maestro de capilla de Segovia en 1567 31. Con anterioridad, López
había sido elegido maestro de capilla de la catedral de Badajoz en 1559 y allí
permaneció hasta 1561; después de una ausencia es nombrado en ese mismo
puesto en 1585 y despedido el mismo año 32. Es posible que desde 1561 hasta
su llegada a Segovia seis años más tarde, López haya estado en Talavera como
maestro y haya iniciado él mismo, o enviado a Segovia al joven Fernández 33.
Salamanca
En 1618 Vicente Espinel (1550-1624) –contemporáneo de nuestro compositor, escritor, músico y conocedor de la teoría y la practica musical– alaba la
alta calidad de la capilla musical de la catedral de Salamanca bajo la dirección
de Navarro y anota que estaba compuesta por ‘grandes cantores de voces y habilidad’ 34. En su época de Salamanca, además de los capellanes encargados del
canto llano, Navarro contó con un buen grupo compuesto por un organista, seis
u ocho mozos de coro y el mismo número de cantantes adultos de polifonía,
complementados por un grupo de cuatro a seis instrumentistas (ministriles).
Salamanca era uno de los principales centros musicales de la península,
lo que se refleja en las actas capitulares de la catedral. Se menciona la visita de
cantores, instrumentistas y organeros de Antequera, Astorga, Ávila, Burgos,
Plasencia, Málaga, Madrid, Talavera, Valencia, Valladolid, Sevilla y Zamora, con
31
R. Stevenson, ‘First New World composers’, p. 97.
M. Santiago Kastner, ‘La música en la Catedral de Badajoz (años 1520-1603)’, Anuario Musical, XII, (1957), pp. 123-46 (pp. 129 y 131).
32
33
Durante este período (1559-84), dos posibles miembros de la misma familia de músicos,
Gabriel López y Pedro López aparecen documentados en las Actas Capitulares. El primero,
cantor bajo, capellán, apuntador y sochantre, figura también como el encargado de los autos
sacramentales de Corpus Christi y de Navidad entre los años 1557 y 1584. El segundo, cantor
tiple, aparece mencionado. Ver ACT, Libro 1 (1549-1569), actas de 1557, noviembre 15 de
1560, junio de 1561, s.f. y ACT, Libro 2 (1570-1589), actas de septiembre de 1580, f. 223bis v;
diciembre de 1581, f. 283; y mayo de 1584, f. 355. Un ‘músico’ y un ministril, ambos llamados
Juan López y que aparecen en 1585 y 1588 tal vez fueran miembros de la misma familia.
Vicente Espinel, Relaciones de la vida del Escudero Marcos de Obregón, 1618, p. 135, citado
por Rubio, Historia, p. 20.
34
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[127 ]
Egberto Bermúdez Cujar
quienes los músicos locales establecieron contactos. Las relaciones con centros
musicales cercanos incluyen los músicos de Salamanca en poblaciones vecinas
como El Barco de Ávila y Fuentesauco, así como la participación en procesiones
y fiestas en las otras iglesias y conventos de la ciudad. En cuanto a sus relaciones
internacionales, en esos años las actas mencionan la posibilidad de traer un
nuevo realejo de Flandes y se invita al cantante castrado, compositor y editor
Francisco Soto de Langa (1534-1619), residente en Roma a venir a la iglesia.
Además, en 1570 dos de los ministriles de la iglesia viajan en la comitiva del
Duque de Béjar durante la jornada que trajo de Génova a Santander a la Princesa Ana de Austria (1549-80), en la que también participaron los ministriles
de la catedral de Sevilla y su maestro de capilla Francisco Guerrero (1528-99)
en calidad de cantor contralto 35.
En cuanto a otros compositores y maestros de música en esta ciudad,
sabemos de Roque de Salamanca (¿ -1593) quien desde 1567 se desempeñaba
en la catedral como mozo de coro y capellán, en 1570 como maestro suplente
de los mozos de coro y en 1574 como maestro interino después de la partida
de Navarro y antes del nombramiento de Rodrigo Ordóñez como maestro de
capilla y organista 36. Tampoco sabemos nada de la estadía de Fernández en
Alcalá de Henares, pero si esto ocurrió durante la permanencia de Navarro en
Salamanca, su calidad de ciudad universitaria hace plausible dicho intercambio
pues sabemos que en 1569 un cantor contralto de Alcalá hace oposiciones para
ocupar una de las vacantes en Salamanca 37.
En la Universidad de Salamanca existe un precedente sobre la presencia
de un músico y futuro maestro de capilla en América, hecho que arroja ciertas
luces sobre la condición en que Fernández –de esa misma condición social–
vivió y trabajó en aquella ciudad. Se trata del ya mencionado Lázaro de Álamo,
oriundo de El Espinar, cerca de Segovia, quien después de iniciar su formación
musical como mozo de coro en la catedral de Segovia entre 1542 y 1549, vivió
en Salamanca en calidad de criado y acompañante de Mateo Arévalo Sedeño
(c.1526-c.1584), un joven de familia acomodada y coterráneo suyo. Después
de sus años de estudio en Salamanca, desde 1550, De Álamo viajó a América
en 1554 con Arévalo Sedeño como parte del séquito del dominico Alonso de
Montúfar (1496-1572) arzobispo de México y con ellos su hermano Jerónimo
35
R. Stevenson, Spanish Cathedral Music in the Golden Age, 1961, p. 14
Salamanca, Catedral de Salamanca (ACS), Libros de Actas 29 (1556-1567) y 30, (15681578). Agradezco a Álvaro Torrente su amabilidad al permitirme consultar sus notas inéditas
de estos documentos.
36
37
[128 ]
ACS, Libro 30, f. 53
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
de Álamo, también músico. Posteriormente Arévalo Sedeño inició su carrera
como fiscal y oidor en Guatemala y de nuevo en México, primero como oidor
y luego como rector de la universidad. Por esa razón, Lázaro de Álamo fue
nombrado en 1556 como segundo maestro de capilla de la catedral de México
en reemplazo de Juan Xuárez (fl.1533-61), quien había ocupado este oficio desde 1539. En 1568, dos años antes de su fallecimiento, Álamo es nombrado en
una canonjía convirtiéndose en el primer maestro de capilla en obtener dicha
distinción en América 38.
La carrera de Álamo en México constituye el modelo que era bien conocido
y que quiso emular nuestro compositor, es decir, convertirse en maestro de capilla
después de ordenarse y, por influencia de un protector, obtener el nombramiento de canónigo poco más de una década después. Como veremos, los tiempos
habían cambiado y Fernández Hidalgo nunca consiguió ese nombramiento,
que gestionó en La Plata una década después de su llegada a Santafé en 1584.
Otros compositores que siguieron el modelo mencionado fueron Hernando
Franco y su primo Alonso de Trujillo (fl.1549-82), quienes después de haberse
desempeñado como músicos del rey de Portugal llegaron a La Española y Cuba
alrededor de 1561-62 donde Franco fue maestro de capilla y Trujillo cura y
probablemente cantor por un espacio aproximado de dos años, cuando ambos
decidieron trasladarse a Santiago de Cuba hasta 1564. En ese año viajaron con
el obispo Bernardino de Villalpando (¿ -1569) a su nueva sede de Guatemala
donde Franco obtuvo el puesto de maestro de capilla y Trujillo el de cantor
de la catedral de la ciudad 39. Alrededor de 1573-75 aparentemente vinieron a
la ciudad de México a incorporase a la red del oidor Arévalo Sedeño a quien
conocían desde España y quien probablemente recomendó a Franco para su
prebenda como racionero en 1580; de Trujillo dejamos de saber en 1582 40.
Talavera de la Reina
A finales de 1570 Fernández ya se había vinculado a las actividades musicales de la iglesia colegial de Talavera de la Reina. Si aún estaba en Salamanca
para esa fecha, su salida de aquella ciudad posiblemente tenga que ver con
R. Stevenson, ‘Mexico City Cathedral: The Founding Century’, Inter-American Music Review, 1, 2 (1979), pp. 131-78 (pp. 136, 138-43).
38
María Gembero Ustarroz, ‘Aportaciones a la historia musical de Cuba, Santo Domingo y
Puerto Rico a partir de fuentes españolas (siglos XVI-XIX)’, Boletín Música. Casa de las Américas, 10 (2002), pp. 3-33 (pp. 4-7) y
39
40
Stevenson, ‘Mexico City cathedral: The Founding century’, pp. 148-49 y 154.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[129 ]
Egberto Bermúdez Cujar
la licencia de vacaciones que se le concede al maestro de capilla Navarro en
septiembre de ese año 41. Esta coyuntura pudo proporcionarle una ocasión
para independizarse de su maestro y comenzar de lleno su carrera musical
en su propia tierra. Allí lo encontramos como maestro de capilla en el mes de
enero de 1571. En la información de 1597, Gonzalo de Alarcón, afirma que el
compositor ‘muy mozo’ había ocupado dicho cargo, es decir, alrededor de los
veintitrés años si aceptamos 1547 como fecha de nacimiento 42. Esta era una
edad adecuada para comenzar como maestro de capilla si tenemos en cuenta
que Guerrero ocupo ese cargo antes de los veinte años, Morales alrededor de
los veintiséis, Victoria en Roma a los veinticuatro y Navarro, intenta sin éxito
obtener la plaza de maestro a esa misma edad. Así pues, aceptando la notable
excepción de Guerrero, resulta aceptable la afirmación del testigo, que confirma
que Fernández Hidalgo abandonó Salamanca antes que Navarro y comenzó su
carrera en Talavera a finales de 1570 y fue contratado en enero de 157143.
La iglesia colegial de Talavera de la Reina proporcionó a Fernández la
oportunidad de trabajar en un centro musical de mediano desarrollo, adecuado
para el inicio en firme de su carrera musical. Alrededor de 1560, la iglesia, cuya
fachada se comenzó en 1418 y fue finalizada alrededor de 1450-60 en tiempos
del arzobispo de Toledo Alonso Carrillo (1410-82), contaba con un capítulo de
cinco dignidades, doce canónigos, diez capellanes y ‘otros ministros’, que seguramente incluían los oficios musicales. La ciudad contaba con ocho parroquias
de las cuales dos estaban anexas a la colegial, tres monasterios masculinos (de
Jerónimos, Franciscanos y Dominicos) y uno de monjas de San Benito 44.
El primer libro de actas de la colegiata de Talavera, que abarca el periodo
entre 1549 a 1568, es muy escueto al referirse a las actividades musicales de la
iglesia y no menciona el nombre de los maestros de capilla, aunque sabemos
que los había en propiedad en 1550, cuando se habla de la falta de mozo de coro
(cantorcicos), y en 1569 cuando se le insta a darles lección después de la misa
mayor 45. Esto también ocurrirá durante el periodo de Fernández, ya que en
R. Stevenson, ‘Spanish Polyphonists in the Age of the Armada’, Inter-American Music Review, 12, 2 (1992), pp. 17-114 (p. 72).
41
42
AGI, Charcas, 80, 12, 3, f. 2.
Stevenson, Spanish Cathedral music, pp. 138-41, Rubio, Historia, pp. 141, 156, 197. Hay un
ejemplo aún más sorprendente, el de Ginés Pérez quien aparentemente obtuvo la plaza de
maestro de capilla por oposiciones en Orihuela en 1562 a la edad de catorce años. Ver Rubio,
Historia, p. 185.
43
44
García Fernández, ff. 7v-11 y José Gómez-Menor, La antigua tierra de Talavera. Bosquejo
histórico y aportación documental, 1965, p. 35.
ACT, Actas Capitulares, Libro 1 (1549-1569), ff. 15, 19 y la sección sin foliación en actas de
septiembre y octubre 1569.
45
[130 ]
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
las actas hay muy pocas menciones suyas. Hacia 1556 aproximadamente Fernández pudo haber ingresado como mozo de coro a la iglesia. En este período
aparecen los nombres de algunos cantantes y se sabe que la iglesia contaba con
un organista y un grupo de ministriles. Una década después las actas ponen
en evidencia un ambiente de reorganización, una de noviembre de 1566 está
relacionada con la restauración de uno de los órganos, mientras que otra de
mayo de 1564 insta a los cantores y organista a que concurran a cumplir sus
deberes so pena de multa. Hay otras, como la de agosto de 1566 que hace la
misma advertencia a los ministriles y de enero de 1569 que insta al maestro de
capilla para que cumpliese con el compromiso de dar lecciones a los mozos de
coro, aunque su nombre no se menciona 46.
El segundo libro de actas es un poco más concreto y nos indica que a comienzos de diciembre de 1570 el maestro de capilla y antecesor de Fernández
era Martín de Vergara 47. Durante este periodo se consolidó la construcción de
la iglesia colegial y en las décadas de 1580-90, la villa se modernizó y la plaza
mayor de Talavera adquirió su forma rectangular 48. En octubre de 1583, Fernández solicita permiso para ausentarse sin mayores explicaciones, se le concede
y probablemente deja Talavera en el mes de noviembre de ese año. En las actas
capitulares de comienzos de diciembre se indica que, ‘mientras no hubiere
maestro de capilla’, el racionero Pedro de Salcedo (¿-c.1614) se encargaría de
las lecciones de los mozos de coro 49. En mayo de 1584 se nombra en la plaza de
maestro a Francisco Montero y Salcedo vuelve a ocupar su silla de racionero50.
En ese mismo mes y año llegaba Fernández a Santafé.
Santafé
Gutierre Fernández llega a Santafé aproximadamente seis meses después
de su partida de Talavera de la Reina. Sabemos que la travesía que allí inició en
noviembre de 1583 lo llevó a Andalucía, tal vez a Cádiz y Sanlúcar donde se
46
ACT, Actas Capitulares, Libro 1, actas de mayo 1564, agosto 1566 y 7 de enero 1569, s.f.
ACT, Actas Capitulares, Libro 2 (1570-1569), ff. 15-16v. De tratarse de un compositor, podría ser el autor de la obra con texto latino atribuida a ‘Vergara’ contenida en el Ms. 5 de la
Catedral de Valladolid, junto con otras de Morales, Guerrero y otros; ver Higinio Anglés, ‘El
Archivo Musical de la Catedral de Valladolid’, Anuario Musical, 3, (1948), pp. 59-108 (p. 61).
47
48
Pacheco, p. 80.
ACT, Actas Capitulares, Libro 2, f. 338. Sobre Pedro de Salcedo, ver AMT, Caja 10/1, que
contiene el inventario de sus bienes de 1614.
49
50
ACT, Libro 2, ff. 353.
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[131 ]
Egberto Bermúdez Cujar
embarcó. Juan de Rueda, cantor en la catedral de La Plata y testigo del documento
de 1597 indica que cuando él se desempeñaba como sochantre de la iglesia de
Jerez de la Frontera, tuvo oportunidad de conocer a Fernández en la catedral de
Cádiz, en compañía del maestro de capilla, el Maestro Alarcón y del maestro de
capilla de Jerez, Diego de Aya. Rueda menciona además la admiración que en
ellos despertó su desempeño musical 51. Estos hechos ocurrieron probablemente
entre noviembre de 1583 y enero de 1584, fecha de salida de la flota que llevó a
Fernández Hidalgo a Cartagena donde llegó entre fines de febrero y comienzos
de marzo de ese año. De allí partió con destino a Santafé donde llegaría en el
mes de mayo 52. Esta información no puede precisarse más pues los registros
de pasajeros para este año no existen 53. Tampoco existen las actas capitulares
de la catedral de Santafé.
Figura 1. Firma de Gutierre Fernández Hidalgo, La Plata, 24 de noviembre de 1614, ABAS, Libro de Cuentas, s.n., s.f. Todas las fotografías del autor a menos que se especifique lo contrario.
El fiscal Bernardino de Albornoz, licenciado de la Universidad de Sigüenza fue
su compañero de viaje y probablemente su protector. Albornoz, quien pertenecía
a una de las familias más prestantes de la élite de Talavera de la Reina, lo instó a
la aventura americana después de haber recibido en 1582 el nombramiento como
fiscal en Santafé donde llegó con Fernández Hidalgo, el 4 de mayo de 1584 54. La
51
AGI, Charcas, 80, 12, 3, f. 3.
La única flota documentada para Tierra Firme en esos meses es la de Francisco de Novoa
Feijoo, que salió de la barra de N. S de la Bonanza de Sanlúcar de Barrameda el 3 de enero de
1584. La flota se hallaba preparada desde noviembre del año anterior y ya se encontraba en
Nombre de Dios en marzo de 1584. De regreso, la flota partió desde Cartagena y Nombre de
Dios en julio de 1584 y se encontraba de nuevo en Sevilla en octubre de ese mismo año. Ver
AGI, Contratación 2941, 2 y 3920.
52
53
M. del Carmen Galbis Diez, Catálogo de Pasajeros a Indias, VI, (1578-1585), 1986.
Juan Friede (ed.), Fuentes documentales para la historia del Nuevo Reino de Granada, Bogotá,
1976, VIII, Doc. 1159, pp. 130-31; Juan Flórez de Ocáriz, Libro Primero de las Genealogías del
Nuevo Reino de Granada, 1990, p. 89.
54
[132 ]
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
emigración de nuestro compositor sigue más o menos el mismo patrón que el de
los hermanos De Álamo a México en 1554 y la pertenencia a la red de allegados
de su protector se mantiene por varias décadas y explica sus desplazamientos y
empleos posteriores. Albornoz fue el sexto Fiscal de la Audiencia de Santafé y
fue promovido a la Audiencia de Charcas como oidor en 1592-93 en donde de
nuevo se encontraría con Fernández Hidalgo, después de haberse mantenido
en contacto a través de correspondencia e informes de allegados.
El Nuevo Reino de Granada atravesó por una difícil situación entre 1580
y 1585. Uno de los principales problemas fueron las contradicciones y diferencias entre la Audiencia y el arzobispo Luis Zapata de Cárdenas (¿ -1590) que se
habían iniciado a propósito de la jurisdicción de una campaña de extirpación
de idolatrías lanzada por el arzobispo y cuya autonomía la Audiencia había
reclamado para sí, debido a las grandes cantidades de oro que proporcionaba la
confiscación de los ídolos indígenas 55. Dichas discrepancias se atenuaron ante
la llegada de un visitador real, pues uniendo fuerzas, el arzobispo y la Audiencia se le opusieron al ver que amenazaba su poder. El visitador Juan Bautista
Monzón (¿ -1594) fue apresado y fue necesario el nombramiento de un segundo
visitador, Juan Prieto de Orellana (¿ -1625), enviado desde España para liberarlo
y reorganizar el gobierno renovando la Audiencia 56.
La renovación de la Audiencia de Santafé, entre 1582 y 1584, incorporó
al fiscal Albornoz nombrado para ocupar el cargo que había dejado vacante
Francisco Guillén Chaparro promovido al cargo de oidor y con funciones de
presidente 57. Albornoz permaneció en Santafé desde 1584 hasta que fue promovido como oidor de la Audiencia de Charcas en 1593 58. En su declaración
de 1613, refiere que conoció a Fernández Hidalgo en Talavera hacia 1573 y
agrega que lo había frecuentado en Santafé en 1584-85 y en La Plata en 1593.
La vinculación del compositor con dicha familia debió haber comenzado en
los círculos eclesiásticos de Talavera ya que Gabriel de Albornoz era uno de
los canónigos de la iglesia colegial cuando Fernández comenzó como maestro
E. Bermúdez, “Gold was music to their ears”: Conflicting sounds in Santafé (Nuevo Reino
de Granada), 1540-1570’, Music and Urban Society in Colonial Latin America, 2011, pp. 83-101.
55
Esperanza Gálvez Piñal, La visita de Monzón y Prieto de Orellana al Nuevo Reino de Granada, 1974, p. 14.
56
57
Friede (ed.), Fuentes Documentales, VIII, Doc. 1159, loc. cit.; Fernando Mayorga García, La
Audiencia de Santafé en los siglos XVI y XVII, 1991, p. 39 y Friede (ed.), Fuentes Documentales,
VIII, Doc. 1161, pp. 134-37.
AGI, Charcas, 80, 12, 4, f. 38. Albornoz menciona que vino al Nuevo Reino ‘desde el año de
ochenta y cinco’, sin embargo, se trata de un error pues además de lo ya expuesto hay correspondencia suya fechada en Santafé en noviembre de 1584. Ver Galvez Piñal, p. 128.
58
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[133 ]
Egberto Bermúdez Cujar
de capilla en 1571 59. Un argumento para suponer una relación de padrinazgo
entre el funcionario y el compositor, probablemente entre ambas familias en
Talavera, es que la información que Fernández Hidalgo solicita a la Audiencia
de Charcas el 3 de julio de 1597 se comenzó a realizar el día 8 de ese mes en la
semana en la que correspondía a Bernardino de Albornoz ser ‘oidor semanero’
y es este quien cita a los diecinueve testigos participantes en ella 60. Otro funcionario real cercano a Albornoz y a Fernández fue el licenciado Diego Rojo de
Carrascal (¿ -1599), nombrado en plaza de oidor de la Audiencia de Santafé en
1585 y quien luego frecuentó al compositor en La Plata cuando fue trasladado
a esa audiencia como oidor en 1592, condición que mantuvo hasta su jubilación
y muerte en 1599 61.
El único documento relacionado con el compositor que se conserva en
Bogotá es un registro notarial del 29 de septiembre de 1584 en el que ‘el padre
Gutierre Fernández’ toma en arrendamiento una casa de propiedad de Luis López
Ortiz, probablemente el más adinerado comerciante y propietario de la ciudad.
Se trata de una casa de tapia y paja que el compositor arrienda por un año y por
un precio de cincuenta y dos pesos de oro corriente, en la que había vivido hasta
ese momento el canónigo Francisco de Vargas (¿ -1602) quien había llegado
alrededor de 1581 62. En este documento se indica que Fernández ya era rector
del Colegio Seminario, cargo que debió comenzar a desempeñar en agosto de
1584 puesto que hasta julio lo había sido Pedro Ortiz de Chaburu (¿c.1547-?),
quien aparece mencionado en documentos como rector en los meses de febrero
y abril 63. En su informe de marzo de 1583, el arzobispo Zapata de Cárdenas
recomienda que a Ortiz de Chaburu se le otorgara el beneficio de Mariquita
59
ACT, Libro 2, s.f.
60
AGI, Charcas, 80, 12, 3, ff. 1-1v.
Así lo indica uno de los testigos de la información de 1597, quien habla de la relación de
Fernández Hidalgo con Rojo y con María de Aldana, su mujer. AGI, Charcas, 80, 12, 3, f. 10.
Ver también Mayorga García, pp. 43, 96.
61
Bogotá, Archivo General de la Nación de Colombia (AGNC), Notaria 1, Tomo (Caja) 11A,
1584-86, f. 185v (181bis v en lápiz) 29 de septiembre de 1584. Este volumen presenta dos numeraciones, una original manuscrita y una moderna con sello, de aquí en adelante la numeración moderna aparece entre paréntesis. En este caso particular por error faltan los sellos de dos
folios de la numeración moderna que han sido suplidos con lápiz. Con respecto al canónigo
Vargas ver AGI, Santafé, 127, 17, ff. 2-3 y Restrepo Posada, Arquidiócesis, pp. 32-34.
62
En otro documento del AGI, en 1584 Pedro Ortiz de Chaburu asegura haber estado más de
veinte años en el Nuevo Reino y solicita un beneficio en Mariquita, centro minero cercano a
Santafé. Ver también Ernesto Restrepo Tirado, ‘Documentos del Archivo de Indias: Indiferente
General Legajos 1937-38’, Boletín de Historia y Antigüedades, 33, No. 375-76, (1946), pp. 70-97
(p. 76). Para las biografías de Ortiz de Chaburu y García Zorro basadas en documentos originales ver Lee López, ‘Clero indígena’, pp. 31-32, 40-42.
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Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
y a Francisco Salas, rector del Seminario, se le enviara de cura beneficiado a
Los Remedios 64. Esto no ocurrió y Ortiz de Chaburu fue nombrado rector del
Seminario a comienzos de 1584.
Son pocos los datos concretos que tenemos acerca de Fernández Hidalgo en
Santafé. Los principales documentos que corroboran su presencia en la ciudad
están relacionados con el litigio que el mestizo Gonzalo García Zorro (c.15471617), maestro de capilla local, sostenía con las autoridades de la audiencia y
del cabildo eclesiástico de la catedral sobre la legitimidad de su nombramiento
como canónigo.
García Zorro era hijo de una mujer indígena y de Gonzalo García Zorro
(c.1500-c.1566), uno de los capitanes de Gonzalo Jiménez de Quesada (c.1509
-1579), fundador de la ciudad; de acuerdo con los testimonios obtenidos entre
1576 y 1577, fue educado como español en casa de su padre 65. Es probable que
Alonso Ruiz (¿- c.1578), cantante y organista oriundo de Toledo 66 y presente
en Santafé desde 1556, hubiera iniciado musicalmente a García Zorro, aunque
varios de los testigos de la información de 1577, indican que su padre le había
enviado siendo niño a la iglesia de Santafé para que ‘aprendiese gramática y canto
llano y demás cosas necesarias para el servicio de la iglesia’. El mismo García
Zorro afirma que antes de 1566 su padre le envió a España, donde también pudo
recibir parte de su iniciación musical 67.
Sobre sus conocimientos musicales, otros testigos añaden que además
de carecer de conocimientos de contrapunto para participar como cantante,
64
Friede (ed.), Fuentes Documentales, VIII, Doc. 1173, pp. (p.186). Puede haber duda sobre el
apellido de Salas, escrito con una abreviatura que Friede transcribe como Salas, pero Hernández de Alba interpreta como Sánchez.
AGI, Santafé, 124, 18, ff. 1v, 6v. Para un tratamiento más extenso del caso de García Zorro
ver Bermúdez, ‘Sabe en el canto canto lo que ha podido …’, passim.
65
Bermúdez, ‘Sabe en el canto lo que ha podido deprender en eta tierra’, pp. 160-61. Aparentemente Ruiz salió de Santafé alrededor de 1572, pues en una comunicación al rey de mayo de
1571, forma parte del cabildo de la catedral como canónigo (Friede (ed.), Fuentes Documentales, VI, Doc. 930, p. 122) y está ausente en otra comunicación del cabildo de marzo de 1573, a
la llegada de Zapata de Cárdenas (Friede (ed.), Fuentes Documentales, VI, Doc. 979, p. 212).
66
67
AGNC, Historia Civil, 15, f. 519. Sobre García Zorro, padre ver José I. Avellaneda Navas, La
expedición de Gonzalo Jiménez de Quesada al Mar del Sur y la creación del Nuevo Reino de Granada, 1995, pp. 111-12.
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Egberto Bermúdez Cujar
tampoco podía dirigir a los cantantes. En sus informaciones de cuatro años
antes, García Zorro se defendía contundentemente, afirmando en 1581 que 68:
sabe de canto lo que ha podido deprender en esta tierra, que son pocos los
que en ella hay que entiendan lo que la pregunta dice y que si lo hubiera,
este declarante deprendiera d[e] él …
Esto lo refrenda en su memorial de 1583, indicando que había aprendido
‘según los maestros y disposición que tiene esta tierra’ 69.
Figura 2. Firma de Gonzalo García Zorro, Santafé, 24 de mayo de 1579. ACB, Libro de sacramentos, f. 56.
El litigio en el que intervino Fernández Hidalgo como testigo, estuvo motivado por la no aceptación del nombramiento de García Zorro como canónigo,
objetado por el cabildo de la iglesia en 1580, decisión que fue reconocida por
una Real Cédula de 1583 y revocada en favor de García Zorro en otra de agosto
de 1584 que ordenaba aceptarle como canónigo y que él mismo presentó al
arzobispo en abril de 1585 70.
Probablemente por petición de los miembros de la nueva Audiencia y en
vista de su amplia experiencia musical, Fernández Hidalgo accedió a participar
en dichas diligencias. Estas declaraciones incluyen un breve comentario suyo
sobre las capacidades musicales de su antecesor, presentado en los primeros
días de mayo de 1585, un año después de su llegada a la ciudad y después de
conocer las actividades musicales de aquel antes de ser nombrado su sucesor.
En su comentario decía 71:
Para el oficio de maestro de capilla, ha menester saber contrapunto, compostura, regir el fascistol y enmendar las voces cuando se yerran, lo cual él no
68
AGI, Santafé, 236, 8, f. 291.
69
AGI, Santafé, 236, 8, f. 252.
Lee López, p. 40 y Friede (ed.), Fuentes Documentales, VIII, Doc. 1194, pp. 308-12 (pp. 31112)
70
71
[136 ]
AGI, Santafé, 236, 8, ff. 93v-94 citado por Stevenson, ‘First New World Composers’, pp. 99Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
sabe, por no saber más que cantar un poco de canto llano [y] sin dar cuenta
de él, un poco de canto de órgano...
Aparentemente García Zorro pretendía viajar a España en ese momento
y el 4 de mayo, se notifica que la noche anterior había huido de Santafé y se
solicita en Honda y Cartagena que se le impida el viaje 72.
Figura 3. Catedral de Sevilla, Hernán Ruiz el joven (1560-65), facistol, sillería y rejas del coro.
Fotografía: José Luis Filpo, licencia Creative Commons, 3.0. GNU
A pesar de que el compositor conceptuó en términos técnicos musicales, su
proceder hizo parte de la oposición que Albornoz y la nueva Audiencia, hicieron
al oidor Guillén Chaparro. El arzobispo no quiso enemistarse con la audiencia
ni con el cabildo de la iglesia, aunque mantuvo su enfrentamiento con Guillén
100, cita de AGI, Santafé, 226, copias del legajo 236.
72
AGI, Santafé, 236, 8, ff. 20-21v.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[137 ]
Egberto Bermúdez Cujar
que continuaba como presidente. El testimonio de Fernández Hidalgo en contra
de García Zorro pone de manifiesto un acuerdo con sus empleadores, que lo
situaba en una posición ambigua ya que se ponía del lado de la nueva Audiencia
y de la visita y en contra de los privilegios y abusos de poder por parte de los
criollos, defendidos por la antigua Audiencia y el arzobispo Zapata de Cárdenas.
Así quedaba entre el fuego cruzado de sus protectores, Albornoz y la Audiencia
de un lado y sus empleadores, el arzobispo y el cabildo de la iglesia, de la otra.
Los testimonios solicitados por García Zorro, y los de sus testigos y sus
contradictores –recogidos en varios expedientes entre 1575 y 1587– revelan
un ambiente musical limitado. Sin embargo, algunos en la ciudad estaban bien
informados en materia de composición musical, su repertorio polifónico y su
interpretación. En los documentos citados por lo menos diez clérigos manifiestan
conocer las actividades de García Zorro como maestro de los mozos de coro e
indican que muchos de ellos habían sido sus alumnos 73.
Esta situación no parecía ser muy diferente a la de una década atrás cuando
el recién llegado Zapata de Cárdenas escribía al rey denunciando el caos y desgobierno reinante en el Nuevo Reino, los indígenas, los encomenderos, los frailes,
la iglesia y la Audiencia, todos enfrentados contra todos, y como bien anota
el arzobispo: ‘todos dicen “Justicia” [pero] ninguno la quiere ver ni guardar 74.
Es probable que después de sus primeras experiencias, a mediados de
1585, el compositor se hubiera percatado que Santafé y sus iglesias no constituían el ambiente adecuado para la realización de sus planes y ambiciones y
que por eso no haya tomado ninguna medida para permanecer más tiempo en
la ciudad 75. Su alumno, el excolegial Lanchero describe su decisión en forma
muy elocuente, ‘por ser corto el salario y la tierra corta dejó todo aquello y pasó
al Perú’ 76. Zapata de Cárdenas había llegado a la misma conclusión en agosto
de 1573 sobre la situación en Santafé y diagnosticaba que: ‘mediante esta falta
de gobierno, la tierra se estrecha’ 77. En varias comunicaciones se indica que los
clérigos que llegaban pedían permiso para ir al Perú o se iban sin esperar a que
se lo concedieran. Sin embargo, la actividad musical de la ciudad parece haber
estado fortaleciéndose en esos años, como parece indicar la llegada de más de
treinta frailes dominicos al Nuevo Reino en 1585, principalmente destinados a
AGNC, Historia Civil, 15, ff. 518bis-574: AGI, Santafé, 236, 8, ff. 272-83. Muchos de estos
alumnos fueron originalmente identificados por Lee López, ver ‘Clero indígena’, passim.
73
74
Friede (ed.), Fuentes Documentales, VI, Doc. 992, pp. 256-62 (p. 256).
No hizo una prórroga de su contrato de arrendamiento por un año con Luis López Ortiz,
AGNC, Notaria 1, Caja 11A, 1584-86, f. 181bis.
75
[138 ]
76
AGI, Charcas, 80, 12, 3, f. 4v.
77
Friede (ed.), Fuentes Documentales, VI, Doc. 992, p. 257.
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
Santafé, para los cuales se pide poder transportar libres de derechos ‘dos órganos’
y ornamentos, lo que se otorga por un valor de hasta mil ducados 78.
La partida de Fernández Hidalgo de Santafé en enero de 1586 está relacionada con el ‘despoblamiento’ y clausura del Colegio Seminario de San Luis,
ocurridos en ese momento y sobre los cuales existe documentación 79. A pesar
de que este hecho se ha querido interpretar como una huelga estudiantil en su
acepción actual, la misma documentación permite una interpretación diferente,
menos esquemática y anacrónica y más ajustada a las tensiones de poder ya
descritas y a las circunstancias sociales 80.
Los testigos y actores principales coinciden en que el Colegio estuvo abierto
hasta el 20 de enero de 1586. En los autos efectuados ese día se suspenden los
salarios del catedrático principal y del mayordomo, aunque no se menciona a
Fernández Hidalgo quien probablemente había cesado sus tareas como rector y
salido de la ciudad a finales del año anterior 81. Es probable que esta decisión la
hubiera tomado un tiempo antes, ya que no hay documento de renovación de
su contrato de arrendamiento, el cual había finalizado en septiembre de 1585.
Además, dos de los testigos afirman que le adeudaban todo o parte de su salario 82.
Tampoco contamos con información precisa sobre los ingresos de Fernández
Hidalgo en Santafé. El único de sus gastos que conocemos son los cincuenta y
dos pesos de oro que pagaba por el arrendamiento de una casa en septiembre
de 1584 83. El único salario mencionado en los documentos del momento de
cierre del seminario es el del catedrático de lengua muisca, Gonzalo Bermúdez
(c.1550-1625), quien ganaba 400 pesos anuales, que podemos asumir era el
mismo que ganaban Fernández de Cea y Fernández Hidalgo, los cuales sumados
se aproximan a la mitad de la deuda que el colegio tenía en ese momento. Los
documentos del cierre de dicha institución insisten en la falta de financiación
78
AGI, Indiferente General, 2094, 191, s.f. y Restrepo Tirado, ‘Documentos del Archivo de
Indias: Indiferente General Legajos 1937-38’, p. 88.
79
AGI, Santafé, 29 y 226. Transcrito en Guillermo Hernández de Alba (ed.), Documentos para
la historia de la educación en Colombia, I: 1540.1653, 1969, Doc. 13, pp. 40-61. El Legajo 226
está transcrito en forma abreviada en Friede (ed.), Fuentes Documentales, VIII, Doc. 1201, pp.
325-41.
La interpretación de este hecho como huelga fue propuesta por el mismo Hernández de
Alba y retomada por Stevenson en ‘Colonial Music in Colombia’ (p. 122) y en otras publicaciones.
80
81
Hernández de Alba, (ed.), I, Doc. 13, pp. 43-44.
82
Hernández de Alba, (ed.), I, Doc. 13, pp. 52, 54.
83
AGNC, Notaria 1, Caja 11, f. 181bis v.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[139 ]
Egberto Bermúdez Cujar
y que las deudas ascendían a más de 2.500 pesos, pues ninguno de los tres
catedráticos había recibido su sueldo completo en los dos años anteriores 84.
Sin embargo, algunos testimonios, entre ellos el de uno de los pocos colegiales que se quedaron, ilustran las posibles razones de fondo para su disolución
y cierre. El principal testimonio es el de su discípulo Alonso Garzón de Tahuste
(c.1556-c.1646), corroborado por el canónigo de la catedral Juan de Escobar.
Garzón indica que los primeros colegiales en irse fueron Bartolomé Guillén y
Francisco Martín criados del oidor Francisco Guillén Chaparro, en ese momento
presidente de la Audiencia. Garzón afirma que los demás se habían ido en vista
de que a los dos primeros ‘no les habían hecho nada’. Adicionalmente, uno de
los colegiales, Baltasar Ramírez (¿c.1569-?) parece sugerir que la vida en el colegio no cumplía con las expectativas en cuanto a alimentos y comodidades 85.
Figura 4. Firma de Alonso Garzón de Tahuste, Santafé, 12 de octubre de 1585. ACB,
Libro de sacramentos, s. f.
No sorprende el silencio del oidor y presidente recién nombrado, evidencia
de su abierta contradicción con los miembros de la Audiencia anterior y con
el arzobispo, quien poniendo de manifiesto su posición política había elevado
quejas al Rey en contra de los visitadores 86. Fernández Hidalgo, al llegar a la
ciudad con Albornoz se constituyó en parte de la gran amenaza contra el mono84
Hernández de Alba (ed.), I, Doc. 13, pp. 50, 54 y 58.
85
Hernández de Alba, I, Doc. 13, pp. 47-56.
Los detalles de las visitas de Juan Bautista Monzón y Juan Prieto de Orellana, y los conflictos
por ellas ocasionados están contenidos en la citada obra de E. Gálvez Piñal. Ver Friede (ed.),
Fuentes Documentales, VIII, pp. 8-9 y Docs. No. 1151, pp. 58-66 y No. 1168, pp. 157-61.
86
[140 ]
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
polio de autoridad que Guillen tenía. Guillén Chaparro había llegado a Santafé
como quinto fiscal en agosto de 1582, ascendió al puesto de oidor en diciembre
de ese año por la muerte del Licenciado Castillo, y en virtud de la suspensión
de sus compañeros sometidos a la mencionada visita, quedó gobernando solo
‘por tres años’ 87.
Para corroborar el desinterés de Guillén Chaparro en que el Seminario
continuara existiendo, el citado canónigo Escobar agrega que, en el momento
de la información, marzo de 1587, aquel tenía ‘en su casa y servicio’ a los dos
colegiales 88. La antigua Audiencia inicialmente había colaborado con la fundación del Seminario proporcionándole una sede, un gesto de confirmación
de su volátil alianza con el arzobispo, y al mismo tiempo de complicidad en la
situación de clientelismo, abuso del trabajo de los indígenas y desgobierno que
los dos visitadores habían intentado remediar.
Los documentos conocidos sobre uno de los rectores del Seminario nos
proporcionan información adicional sobre la confrontación entre el arzobispo y
la Audiencia. En su informe de marzo de 1583, Zapata de Cárdenas considera a
Pedro Ortiz de Chaburu como ‘buen eclesiástico y músico’ y solicita su nombramiento como beneficiado en Mariquita, una ciudad de mejores ingresos que Los
Remedios, donde se encontraba 89. Sin embargo, cuando en 1590 se le solicita a la
Audiencia su concepto sobre el mismo eclesiástico ésta responde que ‘es tenido
por inquieto … y en los lugares donde ha vivido ha causado desasosiego entre
los vecinos’ 90. Algo similar se presenta en los documentos relacionados con
García Zorro en su contienda legal con la Audiencia y el cabildo de la catedral.
Con seguridad el arzobispo estaba minimizando su enfrentamiento con
el oidor y presidente Guillen Chaparro, pues Garzón de Tahuste indica que los
primeros en partir fueron los dos criados del presidente, añadiendo que tuvo
que ir a la casa de Guillén para recuperar las vestimentas pertenecientes al
colegio que habían llevado consigo. Es muy probable que Guillén considerara
que el arzobispo y el cabildo estaban excediendo su poder al querer contar con
sus protegidos sin salario adicional y su enfrentamiento con Zapata tampoco
le permitía colaborar con la iglesia. Otro testigo, el canónigo Juan de Escobar
confirma que los primeros que se negaron a cumplir con la directiva del arzobispo fueron los criados del presidente, y que los otros habían seguido su ejemplo.
Escobar añade que debido a que ‘todos estaban diestros en cantar’ también
87
Flórez de Ocáriz, Libro primero, p. 88.
88
Hernández de Alba, (ed.), pp. 50-52.
89
Friede (ed.), Fuentes documentales, VIII, Doc. 1173, pp. 180-93 (p. 186).
90
Lee López, ‘Clero indígena’, pp. 31-32.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[141 ]
Egberto Bermúdez Cujar
acudían a los servicios de ‘vísperas y misas’ 91. Zapata posiblemente se estaba
excediendo en su autoridad, pero la situación parecía deberse a la precariedad
de la educación musical local que había comenzado a mejorar con la presencia
de Fernández Hidalgo.
Figura 5. Anotación de A. Garzón de Tahuste, ACB, LC 2, p. 118, Salve Regina.
Estos documentos también corroboran los elementos básicos de la biografía
de Fernández Hidalgo en América, presentes en una anotación del LC 2, uno
de los cuatro libros de coro manuscritos del Archivo Musical de la Catedral de
Bogotá, muy probablemente redactada por su alumno y sucesor Alonso Garzón
de Tahuste, quien copió y compiló dicho manuscrito alrededor de 1626. Allí
afirma que Fernández Hidalgo llegó a Santafé 92:
… en mayo de 1584 años que comenzó a servir esta catedral, y en enero de
1586 se fue al Pirú y habiendo servido dos años la de Quito, pasó a la de los
Charcas que sirvió más de treinta años; falleció allí de más de 90.
Stevenson fue el primero en notar las inconsistencias de los testimonios
sobre la edad de Fernández Hidalgo, algo que nadie en Santafé supo a ciencia
cierta, con excepción del fiscal Albornoz que para ese momento se encontraba
en La Plata 93.
Garzón de Tahuste nació probablemente en Timaná hijo y nieto de conquistadores y pobladores de Quito, Pasto y dicha ciudad. No hay información
sobre su ordenación, que pudo ser en Popayán; su servicio en la catedral de
Santafé –de seis décadas– hace difícil establecer una cronología de sus activi-
91
Ibid., I, Doc. 13, pp. 51-52,
Bogotá, Catedral de Bogotá, Archivo Capitular, ACB, LC 2, p. 118, cita incluida por Stevenson en ‘The Bogotá Music Archive’, p. 302 y reproducida por este y otros autores. Stevenson
transcribe las últimas palabras como ‘de más digo’, que creemos se debe transcribir como ‘de
más de 90’ para referirse a la avanzada edad de la muerte de su maestro. En realidad, moriría a
una edad cercana a los ochenta años.
92
93
[142 ]
Stevenson, ‘First New World composers’, p. 100.
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
dades musicales 94. Lo encontramos como cura rector desde alrededor de 1584,
cuando comenzó a ser aprendiz de Fernández Hidalgo; en 1587 a la clausura
del Seminario, las autoridades de la iglesia recomiendan que se le encargue la
enseñanza de la música en caso de reapertura 95. En 1605 se desempeñaba como
maestro de capilla y en 1606-08 actuó como supervisor y corrector de los libros
de canto llano iluminados por Francisco de Páramo (¿-1616) 96. Garzón muere
después de redactar su testamento en 1646 97.
A pesar de que la actividad de Garzón de Tahuste se extiende hasta casi
1650, los pocos documentos financieros que a él se refieren aclaran algo sobre
la remuneración y el lugar de los profesionales de la música en la jerarquía de
los empleados eclesiásticos y en la sociedad. Es significativo que alrededor de
1635-41 los músicos encargados de la música polifónica (niños de coro, cantantes adultos e instrumentistas) fueran los menos favorecidos en la distribución
de los diezmos. Por el contrario, Garzón de Tahuste recibió una remuneración
mayor a pesar de poseer una formación musical similar 98. Su contribución en
la implantación de la música europea en Santafé fue realizada desde fuera del
plantel musical. No sabemos si su competencia musical se impuso por si sola
o si su prestigio y jerarquía social aseguraron su posición de supremacía en la
música de la ciudad.
AGI, Santafé, 131, 4, 7 ff. sin numeración. Garzón de Tahuste declara ser hijo de Alonso
Garzón, vecino de Timaná y por parte de madre nieto del capitán Francisco de Aguilar, conquistador de la ciudad de Quito. En este documento (ff. 1-1v, numeración nuestra) se menciona además que Aguilar y Garzón participaron en las conquistas de Quito, Pasto, Popayán,
Timaná, San Sebastián de la Plata y valle de Neiva con Sebastián de Belalcázar (c.1480-1551).
Ver también José I. Perdomo Escobar, El archivo musical de la catedral de Bogotá, 1976, p. 9.
Ninguna de las dos fechas vitales proporcionadas por Perdomo Escobar, 1558 y 1664 parece
verosímil y puede tratarse de errores de imprenta. El mismo Garzón de Tahuste sugiere que
nació alrededor de 1555-56 y que comenzó servir en la catedral alrededor de 1584 cuando
afirmaba, en abril de 1644, que su edad era ‘de casi noventa años’ de los cuales llevaba setenta
al servicio de la catedral (‘Sucesión de prelados…’, p. 632). Su hermana Ana Garzón de Tahuste
y Aguilar (¿-?) es ascendiente por línea materna del comerciante y líder político José Acevedo
Gómez (1773-1817). Agradezco a Alberto Gómez Gutiérrez su información sobre esta línea de
descendencia. Ver Geni.
94
95
Hernández de Alba (ed.), I, Doc. 13, p. 59.
Anotaciones en algunos de los libros de coro de canto llano citadas por Perdomo Escobar,
El archivo musical, pp. 729-33 y Hernández de Alba (ed.) I, Doc. 30, p. 87. El concepto de ‘rector’ en términos eclesiásticos, añadía tareas administrativas a las religiosas e implicaba mejor
remuneración.
96
97
AGNC, Notaria 2, 23, ff. 712 y ss.
ACB, Caja 42, ‘Autos de la distribución de diezmos … 1653’, s.f. Este es uno de varios cuadernos de cuentas con fechas entre 1632 y 1662, contenidos en las Cajas 42 y 43.
98
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[143 ]
Egberto Bermúdez Cujar
Figura 6. ACB, a. Libro de coro de canto llano (detalle), Francisco de Páramo, 1606-08. Fotografía Jorge
Gamboa. b. Colofón, Modus cantandi epistolam, Madrid: Tomás de Junta, 1595.
Educación musical y establecimiento de la tradición
polifónica internacional
El establecimiento del Colegio Seminario de San Luis por el arzobispo
Zapata de Cárdenas en mayo de 1582 es el primer paso en la enseñanza de
la tradición polifónica internacional en Santafé, como parte de la formación
musical de los futuros sacerdotes, cantantes y compositores, tal como en las
iglesias de España desde el medievo 99. No se conservan las constituciones del
99
Friede (ed.), Fuentes documentales, VIII, Doc. 1160, pp. 132-34. Ver también A. Lee López,
“El colegio seminario de San Luis de Tolosa. Cuarto Centenario del Seminario Conciliar de
Bogotá”, Boletín de Historia y Antigüedades, 69, 735 (1982), pp. 11-71. Ver también E. Bermúdez, ‘Church music in Colombia, 1560-1965: Education, repertoires and performance’, Chiesa,
Musica, Interpreti: Un dialogo necesario, Roma 7-9 novembre, 2019, 2020, pp. 207-81. En esta
publicación (p. 211) se confunde por error, la fecha de fundación del Seminario en 1582, con
la de llegada y posesión del arzobispo Zapata de Cárdenas en 1573. En la obra de Guerrero (p.
[144 ]
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
colegio, pero conocemos algo de su funcionamiento gracias a los testimonios
posteriores a enero de 1586 cuando fue clausurado 100.
El Colegio Seminario de San Luis estaba destinado a la educación de los
hijos de españoles pobres, de acuerdo con las instrucciones del Concilio de
Trento de 1563. El decreto indica que la enseñanza debía incluir gramática,
canto e instrucción eclesiástica; y que se debía preferir a jóvenes pobres, hijos
legítimos, que tuvieran por lo menos doce años de edad y supieran leer y escribir 101. En esto, el arzobispo Zapata de Cárdenas se desviaba de sus propósitos
de mediados de la década anterior, que buscaban incluir a los indígenas en los
esquemas de educación sacerdotal y musical. En 1575, Zapata de Cárdenas
y el cabildo de la catedral escriben al rey solicitando crear un colegio para la
enseñanza de indígenas y españoles, donde se enseñe ‘gramática y artes y otras
ciencias’. Sin embargo, el Consejo no decide nada y pide más información sobre
financiación 102.
Desde su llegada Zapata de Cárdenas insistió en la necesidad de ordenar
sacerdotes, incluyendo mestizos, y el mismo año el obispo de Cartagena reaccionó en una carta, indicando que Zapata ‘se ha dado tanta prisa… que ya
está llena la tierra’. En su repuesta, el Consejo recomienda que se le escriba al
arzobispo pidiéndole templanza en este asunto e insiste en que ‘por ahora no
conviene que mestizos se ordenen’ 103. Un par de años después, Zapata acata la
orden y suspende la ordenación de mestizos, pero explica que le había parecido
útil pues había ‘muchos hijos de españoles y de indios que son virtuosos, saben leer y escribir, cantar, gramática y otras ciencias’. Había preferido ‘ordenar
mestizos virtuosos’ porque: como conocedores de las lenguas indígenas eran
los más indicados para la evangelización de los naturales y, ‘como naturales…
no tienen intento de salir de la tierra sino de permanecer en ella’ 104. Este había
sido el caso de García Zorro 105.
228), también se confunde el editor del segundo libro de misas, los datos correctos son: Francisco Guerrero, Liber secundum missarum, Roma: Domenico Basa/Francesco Zanetto, 1582.
Ver también Leticia Pérez Puente, ‘El asentamiento de la iglesia diocesana en Indias. Fundación y fracaso del seminario de Zapata de Cárdenas en Bogotá, 1582-1585’, Tiempos Modernos,
7, 24 (2012), pp. 1-34. Este trabajo, basado en los de Friede y Lee López, aporta fuentes adicionales, pero incurre en errores e imprecisiones conceptuales y de citación de fuentes.
100
Canones, et Decreta Sacrosancti Oecomenici et Generalis Concilii Tridentini, Alcalá de Henares: Andrés de Angulo, 1564, p. clxvii: Sessio XXIII, Decretum de reformatione, Canon XVIII,
15 Iul. 1563: ‘... gramatices, cantus, computi ecclesiastici aliarumque bonarum artis …’.
101
102
Friede (ed.) Fuentes documentales, VI, Doc. 1028, pp. 372-82 (pp. 381-82).
103
Friede (ed.), Fuentes documentales, VI, Doc. 1039, pp. 428-36 (p. 429).
104
Friede (ed.), Fuentes documentales, VII, Doc. 1079, pp. 173-74.
105
E. Bermúdez, “Sabe en el canto lo que ha podido ...”, pp. 133-64.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[145 ]
Egberto Bermúdez Cujar
Los esfuerzos tempranos de Zapata de Cárdenas por incluir a los indígenas
y mestizos en la formación sacerdotal fueron replicados por los jesuitas en otros
lugares de América, como México y Perú. La Corona y el Consejo de Indias
frustraron esas intenciones a través de disposiciones como aquella de mayo de
1583 destinada a las autoridades de México en que se consideraba inconveniente
que se hicieran colegios para los indígenas y que en ellos se enseñara ‘las ciencias
de gramática, retórica, filosofía, lógica y otras’. La cedula añade que en los que
ya estuvieran fundados, no se enseñara nada diferente a ‘la doctrina cristiana y
leer y escribir y cantar y tañer para cuando se celebran los divinos oficios’’ 106. En
Santafé se adoptaron estas disposiciones y la enseñanza de gramática, retórica
y música se destinó solamente a los españoles. La instrucción musical de los
indígenas comenzó con la llegada de los jesuitas en 1599 y el establecimiento
de sus doctrinas en los alrededores de Santafé en la primera década del siglo
siguiente 107.
En 1583, el arzobispo envía a España un memorial sobre los problemas
y necesidades de las instituciones eclesiásticas bajo su jurisdicción. Sobre la
catedral de Santafé anota que es de mampostería y piedra, aunque no había
sido terminada y considera necesario que se provea de ‘órganos y libros, cera y
aceite y vino y otras cosas necesarias para el culto divino’. En esta misma comunicación se indica que se ha fundado el Seminario y se hacen propuestas para
su financiación. Las respuestas del Consejo no fueron satisfactorias pues en la
mayoría de las peticiones, se pide más información a la audiencia y en cuanto a
las compras para la iglesia, lo único que se otorga es una exención de derechos
por un monto de hasta mil ducados 108.
No contamos con noticias sobre los detalles de la actividad musical en el
Seminario anteriores a los documentos que se refieren a la presencia de Fernández Hidalgo. Los anteriores rectores habían sido Pedro Ortiz de Chaburu y
Francisco Salas y en el momento de la partida de Fernández Hidalgo se menciona a Cipriano Fernández de Zea (¿-c.1613) como catedrático de gramática y
Richard Konetzke (ed.), Colección de documentos para la historia de la formación social de
Hispanoamérica, 1493-1810. I (1493-1592), 1953, Doc, 416, pp. 450-51. Esta cédula fue expedida en Madrid el 23 de mayo de 1583.
106
Ver E. Bermúdez, ‘La música en las misiones Jesuitas en los Llanos Orientales colombianos,
1725-1810’, Ensayos. Historia y Teoría del arte, 5 (1998-99), pp. 143-66, 306 y The Ministriles
Tradition in Latin America: Part One, South America, 1. The cases of Santafé (Colombia) and
La Plata (Bolivia)’, Journal of the Historical Brass Society, 11, (1999), pp. 149-162. AGNC, Notaria 3, 33, f. 161.
107
108
[146 ]
Friede (ed.), Fuentes documentales, VIII, Doc. 1174, pp. 193-203 (pp. 197-99).
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
retórica y en 1586 como encargado de los bienes del colegio 109. En las diligencias
de 1587 Gonzalo Bermúdez es el encargado de la cátedra de la ‘lengua de los
naturales’ en dicho colegio 110.
Un hito importante en el establecimiento de la tradición musical europea
en el actual territorio de Colombia es el intento de publicación de un libro de
instrucción de canto llano y polifonía de Juan Pérez Materano (¿-1561) quien
después de haber llegado a Cartagena en 1537 y haber sido admitido en ella
‘vista su habilidad para el coro de cantor’ fue deán en la catedral local desde
1545 111. En tres ocasiones, en diciembre de 1554, agosto de 1557 y diciembre
de 1559 a Pérez Materano se le otorga licencia por diez años para imprimir un
‘libro de canto de órgano y canto llano’ y se especifica que debe hacerlo en ‘las
dichas Indias, islas y Tierra Firme del Mar Océano’ excluyendo a España y las
Islas Canarias, como lugares de impresión y de comercialización de la obra 112.
En 1560 se le prorroga dicha licencia por ‘la carestía del papel que ha habido
y hay en las Indias’; esta es la última noticia que tenemos 113. Creemos, como
Stevenson, que dicha publicación nunca se realizó por los problemas citados,
complicados con la intempestiva muerte de su autor 114.
La publicación de libros de música en América no se había generalizado
todavía cuando se le otorgan las licencias a Pérez Materano, a pesar de la presencia
en México de una sucursal de la imprenta sevillana del alemán Juan Cromberger
(¿-1540), gestionada desde 1539 por Giovanni Paoli (¿-1560/61) y que en 1556
había impreso el primer libro con notación musical 115. Es comprensible que en
las cédulas reales de 1557-59 se insistiera en que la impresión debía ser hecha
en América para estimular esta actividad teniendo en cuenta las concesiones y
Hernández de Alba (ed.), I, Doc. 13, pp. 43-44. Es posible que se trate de don Ciprián de Cea,
al que también se llama Cipriano Fernández, de cuyos bienes, en enero de 1613, el prior del
Convento de Santo Domingo de Panamá, reclama 59.769 mrs. Ver AGI, Contratación, 944B, 3,
No. 26. ‘Auto de los bienes de Cipriano Fernández o de Cea, difunto’, c. 1611-13, s.f.
109
110
Hernández de Alba, I, Doc. 13, pp. 48-49.
AGI, Santafé, 987, 3, ff. 76v-77. Carta real del 25 de noviembre de 1552 al deán de Cartagena
sobre pagos de clérigos y gastos de la iglesia.
111
AGI, Indiferente, 432, 23, ff. 298v-299. Hay otra cédula real anterior sobre el asunto, con
fecha del 19 de diciembre de 1554, ver AGI, Indiferente, 427, 30, ff. 72-72v.
112
113
Ulises Rojas, El beneficiado don Juan de Castellanos, cronista de Colombia y Venezuela, 1958,
p. 45. Rojas también proporciona importantes datos biográficos sobre Pérez Materano (pp. 44
y 45 n1).
José I. Perdomo Escobar, ‘Apostillas de la historia de la música en Colombia. Don Juan Pérez
Materano, clérigo y chantre de la catedral’, Lecturas Dominicales. El Tiempo, 24 de mayo de
1964, p. 4; Juan Friede, ‘El primer libro colombiano’, Boletín Cultural y Bibliográfico, 4, 12
(1961), pp. 1181-82; Stevenson, ‘First New World Composers’, pp. 98-99.
114
115
R. Stevenson, Music in Aztec & Inca Territory, 1968, pp. 174-78.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[147 ]
Egberto Bermúdez Cujar
privilegios especiales que se habían otorgado a Cromberger y Paoli para establecer su empresa. Se puede citar el caso del exitoso impresor sevillano Martin
de Montesdoca (1525/26-c.1585) que, tras la muerte de su esposa en 1557, profesó como sacerdote y viajó a Guatemala en 1561 después de publicar valiosos
volúmenes sobre la historia de América y otros con música de Guerrero, Juan
Vásquez y la tablatura de vihuela de Fuenllana 116. En Guatemala, Montesdoca
aprendió las lenguas y fue nombrado chantre de la catedral en 1572. En los escasos
documentos que se conocen, no aparece ninguna preocupación por retomar su
antiguo oficio antes de su retiro en 1585 a Izalco donde probablemente murió y
se había desempeñado dos décadas antes como sacerdote, Hernando Franco, el
primer compositor profesional español llegado a América 117. Es muy probable
que Montesdoca prefirió la seguridad de sus prebendas eclesiásticas al azar del
negocio que no prosperó en América entonces.
Si el canto y su teoría formaban parte del currículo de los seminarios, la
educación musical y la formación de cantantes, compositores e instrumentistas se hacía en la práctica. El aspecto crucial era el repertorio disponible, en
especial, el polifónico que diferenciaba a las iglesias en cuanto al prestigio de la
música de sus funciones públicas. La posesión de buenos órganos, un grupo de
cantantes e instrumentistas de calidad, y un repertorio acorde a las tendencias
internacionales eran los parámetros del prestigio musical de una iglesia a través
de toda la cristiandad, según lo prescribía el modelo de Roma. En América la
calidad de la música en las iglesias de este momento se puede percibir a través
de las descripciones que registran la presencia de voces e instrumentos, aunque
lo más frecuente son las quejas sobre una dotación insuficiente, que solicitan
que se les asigne más personal y fondos para comprar libros y órganos.
Los detalles que tenemos sobre la actividad de Fernández Hidalgo en el
Colegio Seminario de Quito, donde también enseñó entre 1588 y 1589, nos dan
una idea de la intensidad de las clases de música. En las actas capitulares de la
Los impresos en cuestión son: Pedro Cieza de León (c.1520-1554), Parte primera de la Chrónica del Perú, Sevilla: Martín de Montesdoca, 1553; Miguel de Fuenllana (¿-c.1579), Libro de
música para vihuela intitulado Orphenica Lyra, Sevilla: Martín de Montesdoca, 1554; Francisco
Guerrero, Sacrae Cantiones vulgo moteta nuncupata, quatuor et quinque vocum, Sevilla: Martín
de Montesdoca, 1555 y Juan Vásquez (c.1500-c.1560), Agenda defunctorum, Sevilla: Martín de
Montesdoca, 1556.
116
117
R. Stevenson, ‘Martin de Montesdoca: Spain’s first publisher of Spanish Polyphony (1550s)
Chantre in Guatemala Cathedral (1570s)’, Inter-American Music Review, 12, 2 (1992), pp. 5-16;
María Gembero Ustárriz, ‘El compositor español Hernando Franco (1532-85) antes de su llegada a México: Trayectoria profesional en Portugal, Santo Domingo, Cuba y Guatemala’, Latin
American Music Review, 26, 2 (2005), pp. 273-317.
[148 ]
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
catedral de enero de 1588, se acepta a Fernández Hidalgo como encargado de
la enseñanza de la música en el Seminario y se especifica que 118:
Las lecciones de canto y contrapunto las ha de dar cada día dos lecciones, una
por la mañana y otra por la tarde a todos los clérigos que quisieren aprender y a doce muchachos que han de servir en esta santa iglesia de cantores
monacillos y ayudar a la misa.
Por este trabajo se le asigna una tercera parte adicional a su sueldo y se
menciona que la otra tercera parte está asignada a quien enseñe gramática 119.
En Talavera, mientas era maestro de capilla en 1577-78 Fernández también
se encargó de complementar la educación musical de los jóvenes cantantes tiples
de la capilla. Entre octubre de 1577 y mayo de 1578, a dos de los tiples de la
capilla se les obliga a tomar diariamente ‘lección de canto de órgano y contrapunto’ con Fernández y se le encarga controlar su asistencia para descontarles
de su sueldo las faltas que tengan. A ambos se les recuerda que tienen la obligación de ordenarse 120. En este caso las lecciones debían tener un carácter más
práctico, especialmente relacionado con el repertorio que los cantantes debían
interpretar como parte del oficio.
El establecimiento del plantel musical en las catedrales del Nuevo Reino
había sido un proceso lento. En la iglesia de Cartagena, en 1537, Pérez Materano
actuaba como cantor y de sus dos compañeros, solo uno cantaba, Granadales
quien se decía que era ‘muy buen clérigo, de muy buena voz’ 121. Antes de la
muerte de Pérez Materano en 1561 llegó Alonso Ruiz y allí cantó su primera
misa Juan de Castellanos (1522-1607) alrededor de 1554, que era cantor de
polifonía y hábil en contrapunto 122. Después de la partida de Ruiz, en 1575 el
obispo se quejaba de que además de dos canónigos ya ancianos, no había ‘mozos
de coro sino un sacristán hábil y dos mozos de sacristía que sirven en camisetas
y zaragüelles’ 123. Un lustro después este sacristán había muerto y en la flota de
1581 llegó un sacerdote ‘buen cantor y eclesiástico’, que el obispo propuso para
la sacristía, aunque el gobernador se interpuso para nombrar a un familiar de
un criado suyo que ‘era un barbero que… siendo muchacho había servido en
R. Stevenson, ‘Quito Cathedral: Four centuries’, Inter-American Music Review, 3, 1, (1980),
pp. 19-38 (p. 26 n 55).
118
119
Ibid., p. 26 n 54.
120
ACT, Libro 2 (1570-89), ff. 175v, 181v, 191 y 194.
121
J. Friede (ed.), Documentos inéditos para la historia de Colombia, 1956, IV (1533-1538), Doc.
1002, pp. 250-52.
122
Rojas, p. 44.
123
Friede (ed.), Fuentes documentales, VI, Doc. 1039, pp. 428-38 (p. 430)
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[149 ]
Egberto Bermúdez Cujar
la sacristía de Talavera’. A pesar de las quejas del obispo y de que se convocó un
examen, el gobernador impuso su candidato. El obispo en su carta al rey le pide
que remedie la situación para que la sacristía de Cartagena tenga un ‘sacerdote
honrado’ y no ‘un barbero que no sabe leer una carta de excomunión’ 124. En
1588, el obispo solicita financiación adicional para poder tener seis canónigos,
dos curas y un organista 125.
El litigio de García Zorro pone de manifiesto una mejor situación en Santafé que en Cartagena, con un maestro de capilla, un grupo de cantores adultos
y algunos mozos de coro. Sin embargo, los mismos documentos sugieren una
no muy alta calidad en el tipo de música que se oía en la iglesia. Después del
establecimiento del Seminario y de la llegada de Fernández Hidalgo, alrededor
de 1585 el arzobispo Zapata de Cárdenas ordena que los jóvenes educados por
Fernández Hidalgo en el Seminario acudieran por turnos en grupos de cuatro
a seis, a cantar en las funciones de la iglesia. Después de más de un año de
presencia del compositor español en la ciudad, el arzobispo y probablemente
otros de su círculo y del gobierno, persuadidos de que los conocimientos musicales de Fernández Hidalgo estaban muy por encima de lo que se conocía y
se practicaba en la ciudad, decidieron aprovechar esta oportunidad de tener
una mejor música en la iglesia y perspectivas formativas y de continuidad, aun
después de la partida del maestro.
Lo documentos indican que fueron varios los alumnos que Fernández
Hidalgo dejó en Santafé. Francisco Lanchero de Loyola (¿c.1567-?), oriundo
de La Palma, ciudad al noroeste de Santafé, menciona ‘clérigos y muchachos
que dejó contrapuntantes, diestros en el canto’ 126. Sabemos que su sucesor fue
Alonso Garzón de Tahuste, cura de la catedral de Santafé. Bernardino de Albornoz lo confirma al indicar que durante su permanencia en Santafé, ‘enseñó allí
a fulano Garzón que después quedó en su lugar en la dicha iglesia por maestro
de capilla’ 127. Lanchero complementa esta información y habla de la existencia
124
Friede (ed.), Fuentes documentales, VIII, Doc. 1147, pp. 21-35 (pp. 21-23).
Ernesto Restrepo Tirado, ‘Documentos del Archivo de Indias: Indiferente General Legs.
1402-03’, Boletín de Historia y Antigüedades, 33, No. 377-79, (1946), pp. 183-212 (pp. 195-96).
125
[150 ]
126
AGI, Charcas, 80, 12, 3, f. 4v.
127
AGI, Charcas, 80, 12, 4, f. 38
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
de un alumno de composición, calidad que le atribuye a Garzón de Tahuste al
afirmar que 128:
…dejó un discípulo muy diestro en el canto que es hoy en la iglesia catedral de
la dicha ciudad de Santafé del Nuevo Reino de Granada, maestro de capilla
muy hábil y buen compositor.
Como rector del Colegio Seminario, Fernández Hidalgo estableció relaciones
estrechas con algunos de sus discípulos en el estudio del canto y la composición
musical. Así lo asegura Lanchero en 1597 cuando se desempeñaba como maestro de ceremonias de la Iglesia de La Plata 129. Lanchero siguió al compositor
a su salida de Santafé, ya que era uno de los pocos colegiales que se quedaron
en el colegio ante el éxodo de sus compañeros 130. Posteriormente, estuvo con
Fernández Hidalgo en Quito y Cuzco y, gracias a su familiaridad con la práctica
musical, su testimonio en la información de 1597 proporciona importantes
datos acerca de las actividades musicales en esas ciudades 131. Pedro Hernández
de Peralta (¿c.1559-?), fue otro de los alumnos del Seminario de Santafé que
también acompañó a Fernández Hidalgo a Quito y al Cuzco.
Hernández de Peralta, quien se desempeñaba en 1597 como doctrinero del
valle de Mollescapa menciona también a Hernando de la Parra Cisneros, otro
alumno de Fernández Hidalgo en Quito 132 y Bernardino de Albornoz confirma
la condición de Peralta como discípulo de Fernández Hidalgo 133. Garzón de Tahuste y Fernández de Peralta ya eran adultos y ordenados cuando estudiaron con
Fernández Hidalgo, mientras que Lanchero de Loyola era uno de los colegiales
del Seminario y cuando comenzó a estudiar tendría unos trece o catorce años.
Además de sus discípulos de Santafé y Quito, y en especial Garzón de
Tahuste, no conocemos con certeza a sus alumnos en Lima, Cuzco y La Plata.
Durante aproximadamente un año, entre 1590-91, Fernández Hidalgo estuvo
en Lima, periodo para el que no se cuenta con documentación; el testimonio de
Martínez Arias sugiere que trabajó en esa catedral, al igual que en el Convento de
128
AGI, Charcas, 80, 12, 3, f. 5.
AGI, Charcas, 80, 12, 3, ff. 4v-5v. Francisco Lanchero era sobrino de Luis Lanchero, uno de
los conquistadores del Nuevo Reino. De acuerdo con Flórez de Ocáriz (1676) él y su hermano
Alonso Ruiz Lanchero, ambos clérigos, estuvieron en el Perú y llevaron a dos de sus hermanas
solteras con ellos. Ver Libro Segundo de las Genealogías del Nuevo Reino de Granada, 1990, p.
375. Alonso Ruiz Lanchero figura como escribano en Tocaima alrededor de 1584. Ver AGNC,
Notaria, 1, Caja 11A, 1584-86, f. 221, diciembre. 1584.
129
130
Así lo asegura el colegial Baltasar Ramírez en 1587, ver Hernández de Alba, I, Doc. 13, p. 54.
131
AGI, Charcas, 80, 12, f.
132
AGI, Charcas, 80, 12, f. 1.
133
AGI, Charcas, 80, 12, f. 159.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[151 ]
Egberto Bermúdez Cujar
la Encarnación donde desempeñó labores docentes en el terreno musical, pues
dicho testimonio añade que “enseñó mucha música y cantores… escribiendo
libros de canto para dejar en la dicha iglesia y monasterio”, algo que también
haría en La Plata, pues el mismo testimonio indica que en las iglesias en las que
lo acompañó, se ocupaba de ‘escribir libros de música para enviar a las iglesias
donde está ausente’ 134.
Figura 7. Facistol Catedral de Sevilla, primer cuerpo, tambor para almacenar libros de canto, puerta. Bartolomé Morel, 1565, medallón de bronce con bajorrelieve: ante una representación del facistol, cantan tres niños de coro
y cuatro adultos, en el centro, el maestro de capilla, probablemente Francisco Guerrero. Licencia: Junta de Andalucía.
Banco de Imágenes, Identidad e imagen de Andalucía en la Edad Moderna. Dominio público.
Las condiciones económicas necesarias para dar continuidad a la labor
musical iniciada por Fernández Hidalgo no parecían mejorar. Dos años después
de su partida, en 1588, el deán y cabildo de la catedral se quejan de la insuficiencia de fondos y de que una iglesia como la de Tunja, que no era catedral,
tuviese para su cura un ‘beneficio que es de los mejores del país’, atreviéndose
a solicitar en vida de Juan de Castellanos, que lo disfrutaba, que le fuera cedido
una vez este muriera 135. Una década más tarde, en 1597, el cabildo de la catedral
134
Sebastián Martínez Arias en AGI, Charcas, 80, 12, ff. 14v-16v.
Restrepo Tirado, ‘Documentos del Archivo de Indias Indiferente General, Legajos 14021403’, p. 185.
135
[152 ]
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
de Santafé enfatiza una vez más la pobreza de su presupuesto, en especial porque
los diezmos en ese año presentaban una reducción de 8.000 pesos respecto de
los años anteriores, razón por la que solicitan la transferencia de algunos de sus
empleados a otras iglesias en las que puedan obtener un salario 136.
Figura 8. ACB, a. LC 1, f. 11, Morales, Missa si bona suscepimus, Credo, soprano 2, alto y bajo; b. LC 2, p.
3, Gutierre Fernández Hidalgo, Dixit Dominus, Donec ponam, alto y bajo. Adición de canto llano, s. XVIII.
Durante su larga tenencia en la catedral de Santafé, Garzón de Tahuste
tuvo tiempo para organizar entre 1625-30 el repertorio musical de la catedral
basado en aquel que había conocido desde el breve paso de su maestro entre
1584-86. El mismo probablemente fue el copista de los libros de coro LC 1, 2 y
3 y del original del que se copió en el LC 4 la música de Ceballos en la tercera
década del siglo XIX. Dos momentos cruciales para este trabajo de reorganización
fueron su desempeñó como secretario del Sínodo de 1606 convocado por el
arzobispo Loboguerrero en el que supervisó la elaboración de los libros de coro
136
Hernández de Alba, I, Doc. 25, pp. 76-79 (p. 78).
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[153 ]
Egberto Bermúdez Cujar
de canto llano que aún se conservan en el archivo de la iglesia, y la celebración
del primer Concilio en 1625 convocado por el arzobispo Fernando Arias de
Ugarte (1561-1638), el primer arzobispo oriundo de la ciudad.
Figura 9. ACB, a. LC 3, p. 26, G. Fernández Hidalgo, In manus tuas, alto y bajo; b. LC 4, f. 1, c.1828, R.
Ceballos, Magnificat 1 tono, tiple y tenor
Lamentablemente los archivos de las iglesias de Quito, así como las de
Lima, Cuzco y La Plata no cuentan con manuscritos musicales de los siglos XVI
y XVII que puedan servir de testimonio de la labor de Fernández Hidalgo en la
enseñanza del repertorio musical polifónico internacional. Los tres manuscritos
musicales más antiguos contienen las pocas obras que conocemos de Fernández
Hidalgo, una serie de magnificats con versos pares en polifonía, una serie de
salmos de vísperas y una de completas, estos últimos atribuidos indirectamente. De sus misas y motetes no se conserva ningún ejemplo y los manuscritos
mencionados contienen tres versiones del “Salve Regina” y un “Alleluia” del
oficio de vísperas de Sábado Santo, tampoco atribuido en forma explícita.
Estos manuscritos contienen música de Morales, Ceballos, Guerrero, Victoria
y suponemos que fueron copiados de otros que fueron copiados o enviados a
Santafé por Fernández Hidalgo y que debieron existir en Quito, Lima, Cuzco
y La Plata. Hasta el momento, sólo un magnificat incompleto de Guerrero ha
[154 ]
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
sido identificado entre las partes sueltas del siglo XVIII que conserva el Archivo
Arzobispal de Lima 137.
A pesar de no haber nacido en Santafé, Garzón de Tahuste formaba parte
de la élite de quienes se llamaban ‘beneméritos’ por haber prestado ‘servicios’
a la corona, generalmente a su propia costa y que por esa razón consideraban
que merecían toda clase de privilegios. Por ejemplo, esto era lo que pretendía en
1592 el niño de once años Francisco de Berrío y Oruña (c.1581-1622), sobrino
nieto de Jiménez de Quesada, quien solicitaba tierras alegando su condición
de ‘persona benemérita’ 138.
Dos décadas más tarde, en 1644, ya casi nonagenario, Garzón escribe una
concisa historia del arzobispado de Santafé donde incluye las primeras menciones
históricas sobre la música en la catedral139. Una buena fuente de información
sobre el funcionamiento de las catedrales de Quito, Lima, Cuzco y La Plata fue
seguramente Arias de Ugarte, pues en diferentes momentos se desempeñó como
corregidor de Potosí, gobernador de Huancavelica, oidor en Panamá, La Plata
y Lima y arzobispo de Quito, Santafé, La Plata y Lima 140. La gran movilidad de
los funcionarios reales y sus redes de influencias e información se convierten
en telón de fondo en el que actuaban los eclesiásticos y músicos.
Por otra parte, la competencia y enfrentamiento entre españoles locales y
españoles peninsulares surgen una vez más en Santafé en abril de 1595, en un
memorial del experimentado maestrescuela de la catedral de Santafé Francisco
de Porras Mejía (1545-1604), donde solicita el nombramiento de deán, petición
que incluye reveladores comentarios sobre su competidor por el puesto, Arias
de Ugarte, joven miembro de la élite de la ciudad. Porras resume la situación
así: “si el es graduado, yo también, él mozo, yo viejo, él sin experiencia en cosas
de la iglesia, yo la he gobernado diez años, y antes que él sirviese a S. M., lo
había yo hecho” 141. El resultado fue el esperado, Porras no obtuvo el cargo de
137
Sobre la obra de Guerrero en Lima ver R. Stevenson, ‘Rumbos de la investigación sobre
música colonial latinoamericana’, Revista Musical Chilena, 30, 134 (1976), pp. 5-8 (p. 5) y Arndt
von Gavel, Investigaciones musicales de los archivos coloniales en el Perú, 1974, pp. viii-ix, 1-10.
Pablo F. Pérez R., La encomienda de Chita, 2022, pp. 97-98, agradezco al autor el haberme
hecho conocer estos documentos.
138
A. Garzón de Tahuste, ‘Sucesión de prelados de este Nuevo Reino de Granada…’ Ms. Copia
de 1794 en Real Academia de la Historia, Madrid, publicado por Diego Mendoza, ‘Un trabajo
histórico inédito’, Boletín de Historia y Antigüedades, 6, 70 (marzo 1911), pp. 632-38.
139
Virgilio Freddy Cabanillas, ‘Hernando Arias de Ugarte’, DB-e y Diego López de Lisboa y
León, Epitome de la vida del ilustrísimo Dotor Fernando Arias de Ugarte, 1638.
140
141
AGI, Santafé, 17, 12, 114 s.f. Sobre Porras Mejía ver Restrepo Posada, Cabildo eclesiástico, pp.
34-35.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[155 ]
Egberto Bermúdez Cujar
deán y Arias de Ugarte dos décadas más tarde, llegó a ser arzobispo de Santafé
y más tarde de Lima 142.
En lo relacionado con los indígenas músicos, al contrario de lo que ocurrió
en Santafé donde ningún documento lo sugiere, en Cuzco y La Plata Fernández
Hidalgo estuvo encargado, en Cuzco de las parroquias de indios de San Blas y
San Cristóbal; y la de San Lázaro en La Plata. Allí podría haber tenido alumnos
indígenas, especialmente los que se dedicaban a la música de instrumentos,
de los cuales sabemos por los indígenas empleados como ministriles por la
catedral 143. Sin embargo, esto posiblemente no ocurrió pues otros documentos
– del Cuzco alrededor de 1589 – indican que dichos músicos indígenas tuvieron
como profesor a un instrumentista, intérprete de la corneta 144.
Figura 10. Facistol Catedral de Sevilla, primer cuerpo, tambor para almacenar libros de canto, puerta. Bartolomé Morel, 1565, medallón de bronce con bajorrelieve: ante un atril portátil tocan cinco ministriles, de izq. a der.:
chirimía soprano, corneta, sacabuche, chirimía alto y sacabuche. Licencia: Junta de Andalucía. Banco de Imágenes,
Identidad e imagen de Andalucía en la Edad Moderna. Dominio público.
Hemos insistido en la transmisión de conocimientos musicales a través de la
práctica, algo que aparece en los documentos relacionados con el funcionamiento
142
[156 ]
López de Lisboa, passim.
143
Ver E. Bermúdez, ‘The Ministriles Tradition’, passim.
144
Stevenson, ‘Cuzco Cathedral’, pp. 4-5; The Music of Peru, pp. 68-69.
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
de planteles musicales como las capillas de iglesias y catedrales. Es imposible
desconocer que la práctica entre aficionados competentes fue otro importante
camino de transmisión de conocimiento musical. Estaban los eclesiásticos que
tenían buenos conocimientos musicales pero que, por su condición social y
educativa no se dedicaban al canto y la composición como profesión. Estaban
otros individuos de variada extracción social y educativa (estudiantes, artesanos,
comerciantes, funcionarios, gobernantes) que tampoco derivaban su sustento
de la profesión musical pero que la practicaban en forma competente y también
servían de medio de transmisión de conocimientos musicales.
Un aspecto crucial era que los aficionados estaban al margen de la fiera
competencia que caracterizaba los círculos profesionales de la música. Valga la
pena citar el colorido comentario de un ilustre y muy competente aficionado
a la música, el emperador Carlos V (1500-58), ya retirado en Yuste. Cuando
en 1556 oyó interpretar una misa de un libro de música que le había obsequiado Guerrero le comentó a su confesor: ‘O hideputa, que sotil ladrón es este
Guerrero, que tal paso de fulano y tal de fulano hurtó’ comentario que causó
admiración cuando los cantores verificaron que el emperador tenía razón 145.
En consecuencia, no se debe descartar la posibilidad de que el abogado Martín
Camacho, quien convocó los citados interrogatorios en contra de García Zorro,
como aficionado a la música conociera perfectamente la terminología musical
que empleó en su memorial.
La mediana nobleza, y la emergente burguesía urbana, en emulación de la
realeza y los grandes títulos, también patrocinaron la enseñanza de la música
por medio de la fundación de ‘obras pías’, que incluían monasterios, capillas y
colegios. Un caso temprano y relacionado con América es el del virrey Francisco
Álvarez de Toledo (1511-82), hermano del conde de Oropesa y mandatario del
Perú ente 1569 y 1580. Los detalles del funcionamiento de la iglesia y el colegio
que fundó en Oropesa (Toledo), su villa natal, aclaran los procedimientos de
enseñanza y de práctica musical empleados en la época, apenas mencionados
en nuestros documentos.
En su testamento de 1580 el virrey formula muy detalladamente lo relacionado con la enseñanza de la música y las funciones de los estudiantes en la
iglesia. Toledo se preocupa por la educación como parte del programa de la
contrarreforma y la formación de sacerdotes y cita las disposiciones del Concilio
de Trento; finalmente encomienda la iglesia y colegio de San Bernardo a los
jesuitas. En cuanto a la dotación de la iglesia, estipula que además de retablos
y cuadros, se compren campanas de varios tamaños y ‘órganos para el coro’.
145
Prudencio de Sandoval, Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V., 1614, II, p. 828.
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[157 ]
Egberto Bermúdez Cujar
Toledo establece un numero de treinta y tres colegiales (simbólico en relación
con la edad de Cristo) entre los 12 y 16 años, estableciendo excepciones en el
caso de los ‘hijodalgos’, donde se ampliaba dicho rango de edad entre los 10
y los 20 años en virtud de la educación que habían recibido en sus casas. En
cuanto a su proveniencia, establece que la mitad de los colegiales debía venir de
sus dominios y localidades vecinas y la otra mitad debían ser foráneos, todos
seleccionados de acuerdo con su virtud, habilidad y pobreza. La duración de
los estudios era de diez años, tres para la enseñanza de gramática y latinidad,
tres para artes liberales y cuatro para teología 146.
En la iglesia, la función de los colegiales era la de ayudar al servicio del
coro en el canto de los oficios divinos y procesiones, y los ordenados cantar
las epístolas y evangelios. A todos se les había “de enseñar su canto llano y de
órgano” bajo la supervisión de un capellán, “que los enseñe y los industrie” 147.
En estos detalles encontramos una buena muestra de la ‘globalización’ de estas
instituciones de enseñanza que se fundaron desde Japón y la India, pasando por
España y Portugal hasta llegar a lejanos rincones de América. De acuerdo con
las disposiciones de su fundador, tanto la iglesia construida por Francisco de
Mora como el colegio fueron entregados a los jesuitas después de finalizados
en 1615 148.
Debemos insistir en que la música de la ciudad no era solamente la que se
oía en la catedral ejemplificada en las fuentes musicales citadas. En un documento notarial de agosto de 1584 encontramos como fiador a un tal Francisco
Martín ‘trompeta’, residente en la ciudad quien seguramente pertenecía al
grupo de músicos empleados por las autoridades del cabildo y de la Audiencia
para funciones públicas. El tipo y cuantía de la transacción y quienes tomaron
parte en ella revelan el entorno social mediano al que pertenecían. Un testigo
firmó a ruego por Martín quien declaró no saber firmar, confirmando así una
condición frecuente entre los mismos conquistadores y soldados, como García
Zorro padre, quien escasamente sabía dibujar su firma 149. Otros documentos
146
Roberto Levillier, Don Francisco de Toledo. Supremo organizador del Perú, 1935, II, pp. 90181 (pp. 113-15, 128).
147
Levillier, pp. 130-32.
Luis Cervera Vera, ‘La iglesia de San Bernardo en Oropesa (Toledo), diseñada por Francisco
de Mora’, Archivo Español de Arte, 250 (1990), pp. 199-218. Francisco de Mora (c.1553-1610)
fue alumno de Juan de Herrera (1530-97) el famoso arquitecto y constructor del Monasterio de
El Escorial.
148
AGNC, Notaria 1, Caja 11A, f. 156 (153). Martín actúa como fiador de Martín de Mahecha,
residente en La Palma y estante en Santafé, quien compra mercancía a Alonso López Carvajal
vecino de Santafé (pariente del escribano y de Luis López Ortiz) por la cantidad de sesenta y
tres pesos y un tomín y medio de oro de dieciocho quilates por mercancía. Sobre García Zorro
149
[158 ]
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
notariales de 1585 indican la presencia en Santafé de Diego López Quintana,
‘maeso de muchachos’ y Salvador Rodríguez, ‘maeso de música’, profesores de
primeras letras y de música, probablemente instrumental 150.
Figura 11. Virginal doble, tipo Muselaar, con teclado a la derecha. Hans Ruckers, Amberes, 1581. Metropolitan Museum of Art, New York, Gallery 694. El teclado de la izquierda se extrae y se coloca sobre el otro; se tocan
independientemente o acoplados. Licencia: Met Collection API open-access-met Open Access csv.
Además de indicar la existencia de la educación privada y personalizada
en Santafé, estos documentos sugieren el cultivo doméstico y la enseñanza de la
música instrumental, que otros documentos contemporáneos corroboran. En
febrero de 1582, por ejemplo, sabemos de la venta en Santafé de un ‘clavicordio grande de dos órdenes’ a uno de los notables de la ciudad 151. Con bastante
probabilidad se trata del instrumento de teclado que en los Países Bajos y en
Inglaterra se denominó ‘virginal’, con dos teclados 152. Dos años más tarde, en
diciembre de 1584, un herrero y cerrajero contrae una deuda por la compra de
padre ver Avellaneda, La expedición de Gonzalo Jiménez de Quesada, pp. 111-12.
AGNC, Notaria 1, Caja 11A, sobre Salvador Rodríguez, f. 277 (272), 9 de febrero de 1585 y
sobre Alonso López Quintana, f. 404 (401), 11 de julio de 1585.
150
AGNC, Notaria 1, 12, f. 312 (248). Este tomo también tiene doble foliación. Ver también y
Bermúdez, ‘Urban musical life in the European colonies’, pp. 171-72.
151
Acerca de este instrumento ver Grant O’Brien, Ruckers. A harpsichord and virginal building
tradition, 1990, pp. Edwin M. Ripin, ‘On Joes Karest’s virginal and the origin of the Flemish
tradition’, Keyboard instruments. Studies in keyboard organology, 1500-1800, 1977, pp. 67-75.
152
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[159 ]
Egberto Bermúdez Cujar
otro ‘clavicordio’, que suponemos era también un virginal o un clavicémbalo
de un teclado 153.
La presencia en Santafé de estos instrumentos apunta a un cultivo privado
de la música en las altas esferas de gobierno, los círculos de comerciantes, letrados y algunos eclesiásticos y entre los recién enriquecidos ‘conquistadores’ 154.
Por otra parte, desde el siglo XVI se observa en Europa una fuerte asociación
de los instrumentos de teclado y su repertorio (a excepción del órgano) con el
público femenino de las clases medias 155. No se debe soslayar la importancia
que dichos instrumentos adquirieron como elegantes y sofisticados muebles
y como símbolo de estatus de la emergente burguesía de comerciantes y financistas 156. La práctica musical doméstica de instrumentos de teclado a nivel
aficionado se convierte a finales del siglo XVI en índice de cultivo personal y en
prenda deseada, sobre todo de las mujeres jóvenes.
La música vocal en castellano de carácter profano era otro repertorio
importante en el que canciones, coplas y romances se cantaban con el acompañamiento de los instrumentos mencionados, además de la guitarra, el arpa
y la vihuela. Para el acompañamiento del canto se usaban esquemas musicales
(melodías y secuencias armónicas) que se conocían de memoria, como el muy
conocido “Guárdame las vacas”. Esta melodía y secuencia armónica aparece
en Santafé en 1548 en los documentos donde se acusa al entonces gobernador,
visitador y juez de residencia Miguel Díaz de Armendáriz (¿-c.1562) de pagar
en especie con mercancía de sus tiendas “de muy poco valor” –como “coplas de
“Guárdame las vacas” y otros villancicos”– a los soldados que enviaría al Perú
para sofocar la rebelión de Gonzalo Pizarro (c.1510-1548) 157.
Los pliegos de coplas (tanto de asunto religioso como profano) se exportaban desde España y, a pesar de imprimirse y comercializarse en forma masiva,
no han dejado muchas trazas en los documentos de archivo. Leonard en su
historia de los libros que circularon en América anota que en 1529 la familia de
impresores Cromberger tenía almacenadas en Sevilla más de 50.000 ‘pliegos de
153
AGNC, Notaria 1, Caja 11A, f. 232v (227v).
Sobre estos aspectos en un periodo más temprano de nuestra historia ver E. Bermúdez,
‘Trumpets, gold, minstrels and death’, loc. cit.; y en general sobre la música doméstica en este
periodo ver Kate van Orden, ‘Domestic music’, The Cambridge History of Sixteenth Century
Music, 2019, pp. 335-78.
154
155
James Parakilas, ‘1770s to 1820s: The Piano Revolution in the Age of Revolutions’, Piano
Roles: Three hundred years of life with the piano,1999, pp. 64-86.
[160 ]
156
Arthur Loesser, Men, women and pianos: A social history (1954), 1990, pp. 185-93.
157
Friede (ed.), Documentos inéditos, IX, Doc. 2060, p. 345.
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Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
coplas’ 158, muchas de ellas destinadas al mercado ultramarino y que se vendían
en resmas, manos, mazos y docenas.
También de esos años existen datos sobre el envío a América del repertorio
ideal para los mencionados clavicordios, las Obras de música para tecla, arpa
y vihuela de Antonio de Cabezón, publicadas en 1578 en Madrid por su hijo
Hernando de Cabezón (1541-1602), una de las tres únicas publicaciones hechas
en España en el siglo XVI para instrumentos de teclado 159. En octubre de 1586
se envía a Tierra Firme un cargamento de libros que contiene tres ejemplares
de las obras de Cabezón 160. En ese mismo año ya se había enviado un ejemplar
a México y tres años más tarde, en 1589, se enviaron seis ejemplares más con
destino a Tierra Firme 161.
Estos impresos accesibles a un gran público incluían clientela eclesiástica
que, además de las obras para instrumentos de teclado como las de Cabezón,
acompañaba el canto de coplas con instrumentos cómo la vihuela de seis ordenes que compró el cura rector de la catedral de Santafé Juan Bautista Pardo en
1631, o los instrumentos musicales (arpa, guitarra, vihuela y laúd) que poseía
en el momento de su fallecimiento en 1633 el bachiller y presbítero Francisco de
Mendoza (¿-1633) 162. Es probable que en estas reuniones musicales domesticas
se usaran los conjuntos o ternos de violas de gamba (vihuelas de arco, violones o vigolones) ya que aparecen en las actividades musicales de las doctrinas
jesuitas entre los indígenas de los pueblos cercanos a Santafé 163. En agosto de
1631 con la presencia de Diego Ordoñez “maestro de danza natural de Santafé”
158
Irving A. Leonard, Books of the Brave: Being an Account of Books and of Men in the Spanish
Conquest and Settlement of the Sixteenth-Century New World (1949), 1992, p. 96; José Torre
Revello, El libro, la imprenta y el periodismo en América durante la dominación española, 1940,
p. 225.
159
Las otras dos son: Luis Venegas de Henestrosa, Libro de cifra nueva para tecla, arpa y vihuela, Alcalá de Henares: Juan de Brocar, 1557 y Tomás de Santa María, Libro llamado arte de tañer
fantasía, así para tecla como par vihuela, Valladolid: Francisco Fernández de Córdoba, 1565.
Ver también Francisco Javier Roa Alonso, ‘Tecla, arpa y vihuela: aspectos de la cultura material
en la época de Cabezón’, Revista de Musicología, 34, 2 (2011), pp. 109-32.
José Torre Revello, ‘La difusión de la cultura escrita en los pueblos hispanoamericanos. Lo
que nos revela una lista de libros enviados América en 1586’ (III), Revista del Ateneo. Jerez de
la Frontera, 9, 62 (1932), pp. 171-74 (pp. 172-73)
160
Leonard, Romances, p. 53 y José Torre Revello, ‘Algunos libros de música traídos a América
en el siglo XVI’, Boletín Interamericano de Música, 2 (1957), pp. 9-17 (p. 16).
161
162
AGNC, Notaria 3, 39, f. 208 (Mendoza) y 32, ff. 115v-116 (Pardo).
Ver E. Bermúdez, ‘La música en las misiones Jesuitas en los Llanos Orientales colombianos,
1725-1810’, Ensayos. Historia y Teoría del arte, 5 (1998-99), pp. 143-66, 306 y ‘The Ministriles
Tradition in Latin America: Part One, South America, 1. The cases of Santafé (Colombia) and
La Plata (Bolivia)’, Journal of the Historical Brass Society, 11, (1999), pp. 149-162.
163
Vol. CIX No 874, enero - junio de 2022, 117 - 174
[161 ]
Egberto Bermúdez Cujar
corroboramos la enseñanza de este pasatiempo entre la élite de la ciudad, y en
otros sectores sociales 164.
Figura 12. Facistol Catedral de Sevilla, primer cuerpo, tambor para almacenar libros de canto, puerta.
Bartolomé Morel, 1565, a. medallón de bronce con bajorrelieve: el organista toca un órgano positivo con dos fuelles
alzados por el entonador; b. luneta de bronce con bajorrelieve: seis ángeles, dos sostienen un libro de música abierto y
cuatro tocan de izq. a der.: vihuela de arco tenor, arpa de un orden, vihuela de arco soprano o violín y vihuela de arco
alto; algunos cantan. Fotografía: Juan Carlos Castro, Catedral de Sevilla en Teresa Laguna Paul (ed.), El facistol de
la Catedral de Sevilla, p. 33.
Estos datos ponen de manifiesto la coexistencia de la educación musical
privada con aquella financiada por la Corona y la iglesia que –usando un término
que lo describe parcialmente– podría considerase un esquema de educación
musical pública. Un documento revelado por Stevenson en 1959 muestra cómo
Fernández Hidalgo también participó de la modalidad de educación musical
privada y personalizada. En junio de 1620, poco antes de su muerte, el compositor firma un contrato de enseñanza con Cristóbal Holguín, un joven de
catorce años oriundo de Cochabamba, a quien se compromete a instruir en la
música polifónica, al igual que a vestir y alimentar hasta que sepa lo suficiente
para poder vivir de su profesión. En ese contrato, que se ajusta a otros de esa
época, se menciona un posible retorno a Cuzco que según los documentos
examinados nunca se realizó 165.
[162 ]
164
AGNC, Notaria 3, 33, f. 161.
165
Stevenson, The Music of Peru, pp. 183-84.
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
Conclusiones
Como primera conclusión se enfatiza que, en la Santafé de 1584, al igual
que en Quito, Lima, Cuzco y Sucre; y en Zacatecas, Cartagena, Cumaná, Nagasaki, Macao, Goa y Luanda, se cantaba, tocaba, enseñaba y oía la misma música
que en Roma, Madrid, Bruselas, Amberes, Munich, Viena, Malta, las Canarias
o las Azores. No olvidemos que aquí debemos incluir la música instrumental,
doméstica, de baile y de entretenimiento.
Esto nos lleva a un interrogante: ¿qué sucedió con la continuidad de esta
tradición? La respuesta sólo se podrá construir con trabajos detallados sobre
la historia diferencial de la música común en estas ciudades y países. También
quedan por estudiar la reimplantación o ‘reimplantaciones’ de la música europea
en estos lugares durante los siglos XIX y XX.
Es probable que la labor docente de Fernández Hidalgo en la instalación
del repertorio polifónico internacional en las iglesias de los actuales Colombia,
Ecuador, Perú y Bolivia sea mucho más importante que la calidad misma de
su obra musical. La labor que desempeñó en Santafé, la llevó a cabo en Quito
entre 1586 y 1589, en Lima en 1591, en Cuzco entre 1591 y 1596 y de nuevo
entre 1597 y 1603 y finalmente en Charcas, en donde vivió y trabajó en dos
periodos, entre 1596-97 y entre 1603 y su muerte en 1622/23 166. Su labor de
diseminación del repertorio internacional la realizó a través de la compilación
de manuscritos, así como con el entrenamiento de sus alumnos, de los cuales
conocemos el nombre de cuatro.
Otro aspecto importante de su labor de implantación de la música polifónica internacional es el proyecto de gestión de su obra musical que contrató
con Diego de Torres, el provincial jesuita de la nueva provincia del Paraguay en
166
Fernández Hidalgo había otorgado un poder para testar en La Plata de 1620 (ANB, EP, 107,
ff. 295v-96) y los datos sobre sus últimos pagos no contienen una fecha explicita, pues se citan
los días y meses, pero contienen pagos correspondientes a los años 1622 y 1623. Por ahora, es
imposible precisar si su último pago, en el que se menciona su muerte, corresponde al año 1622
o al siguiente. Sin embargo, Fernando Rodríguez de la Torre, (‘Gutierre Fernández Hidalgo’,
Diccionario Biográfico Español, DB-e, refiere que, en 1597 “fue nombrado maestro de capilla de
otra catedral, la de La Plata (hoy Sucre), en la que permaneció hasta su fallecimiento en 1623”,
e indica la fecha precisa de su muerte en “11.VI.1623” sin precisar su fuente. Esta fecha fue
tomada del artículo del Grove Dictionary of Music de 2001 (p. 685) escrito por R. Stevenson en
1980, que revisé y aumenté alrededor de 1999 y que está disponible en el Grove Music Online.
No me fue posible supervisar la redacción de dicho artículo y la fecha citada es posiblemente
un error del editor, ya que en 1996 cuando Stevenson escribió la presentación de las notas de la
primera grabación de las obras de Fernández Hidalgo, si hubiera contado con esa información
hubiera sugerido su implementación en ellas. Ver E. Bermúdez, ‘Notas, folleto’, p. 12 en Gregor/
Canto, Del cielo y de la tierra. Fiesta de N.S. de la Candelaria, Santafé, 1605, 1996.
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[163 ]
Egberto Bermúdez Cujar
1607. Este era un proyecto de gran visión y alcance que presentó problemas en
su ejecución. A pesar del entusiasmo inicial de Torres, las dificultades que los
jesuitas debieron enfrentar en el establecimiento de las primeras misiones del
Paraguay relegaron a un segundo plano el proyecto editorial que Torres tampoco
pudo continuar al encargarse, desde 1615, del rectorado del nuevo Colegio de
Córdoba hasta 1621, cuando regresó a Lima, de ahí a Potosí en 1627 y después
a La Plata, cuando ya había fallecido Fernández Hidalgo 167. También es posible
que, con la experiencia del establecimiento de la música en las primeras reducciones, Torres entendiera que la música polifónica contrapuntística no era la
más adecuada para la iniciación musical de los neófitos indígenas.
Varias corrientes concurrieron en la implantación del repertorio polifónico
internacional en las catedrales donde actuó Fernández Hidalgo. En Santafé, García
Zorro había aprendido sus rudimentos con Alonso Ruiz y, al partir Fernández
Hidalgo, sus nuevas enseñanzas y repertorio las mantuvo su discípulo Garzón de
Tahuste que en Popayán había recibido su primera educación musical de Joost
de Rijcke van Marselaer (1498-c.1578), un misionero franciscano de la pequeña nobleza flamenca que había cumplido una importante labor de educación
musical en Quito desde 1535 y que se trasladó a Popayán en 1569 donde murió
casi una década después 168. La tradición musical de Ruiz muy probablemente
continuó en Cartagena, primera iglesia americana en la que trabajó y donde la
música polifónica internacional había sido implantada y desarrollada por Juan
Pérez Materano hasta su muerte en 1561. En esa misma catedral aprendió y se
ordenó Juan de Castellanos, quien se encargó de mantener esa tradición musical
en Tunja hasta comienzos del siglo XVII.
Conocemos algunos de los problemas sobre la transmisión de la tradición
musical europea. En Santafé se vio afectada por la falta de fondos y la irregularidad en los pagos de quienes la promovían. Esto ocurrió en el cierre del
Seminario donde los documentos indican que algunos colegiales reemplazaban
a sus maestros ante la ausencia de los titulares. Esto podría atribuirse al interés
en que los alumnos desarrollaran su práctica, pero muy probablemente se deba
al desinterés de los profesores debido al atraso en el pago de sus salarios 169.
También hemos aludido a la gran movilidad que existía en la profesión
musical y también a la alta rotación del sistema de empleos gubernamentales
167
Moreno Jeria, pp. 155-56.
E. Bermúdez, ‘Sabe en el canto lo que ha podido …’, pp. 147-48; E. Bermúdez, ‘Sounds from
fortresses of faith and ideal cities’, Listening to early catholicism, Eds. 2018, pp. 316-17. Ver también Michael van Varenberg, ‘Genealogie van Varenberg, Joost de Ricke’, Genealogie Online;
Rodolfo Pérez Pimentel, ‘Jodoco Ricke de Marselaer’, DB-e,
168
169
[164 ]
Hernández de Alba (ed.), I, Doc. 13, p. 57.
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
y administrativos en América, que rara vez permitían que los funcionarios
permanecieran en su puesto más de cinco años. Esta movilidad llevó a la conformación de redes entre los miembros de los círculos de poder. Estas redes se
tejían alrededor de los altos empleados de la administración colonial, obispos,
oidores, fiscales, contadores y abogados; al igual que las redes de comerciantes y
financistas, estaban ligadas a diferentes nodos en la metrópoli y en otros lugares
como Italia y los Países Bajos.
Hemos mostrado como la carrera de Fernández Hidalgo estuvo ligada a
estas redes que le permitieron su movilidad entre ciudades y catedrales en América. Como sucedería con sus colegas Lázaro y Jerónimo de Álamo, Hernando
Franco y Pedro Bermúdez, sus cambios de empleo estuvieron relacionados con
las relaciones que estos músicos tuvieron con obispos, oidores, y otros funcionarios, cuyos traslados llevaron a los hermanos De Álamo de España a Guatemala y México; a Franco y su primo Trujillo de Portugal a La Española, Cuba,
Guatemala, El Salvador y México; y a Pedro Bermúdez de Granada al Cuzco y
de ahí Guatemala y Puebla. Las conexiones entre los miembros de estas redes
tampoco han dejado una huella muy clara en los archivos, aunque de ejemplo
nos puede servir el poder dado en Madrid en 1598 por Tomás Luis de Victoria
para cobrar 100 pesos que se le enviaban de Lima 170.
Se debe insistir en que esta era una práctica ampliamente usada en España y en Europa en general. Francisco Guerrero, por ejemplo, siguiendo a su
arzobispo y protector, el cardenal Rodrigo de Castro (1523-1600), en 1588-89
visitó la corte de Madrid, superviso la edición de sus Canciones y Villanescas
y sus Mottecta en Venecia y mientras esta finalizaba, emprendió un viaje a Jerusalén, cuya crónica publicó en varias ediciones en los años siguientes 171. Las
relaciones de clientela, dependencia y padrinazgo con miembros de la élite de
sus lugares de procedencia fueron esenciales en el desarrollo de la carrera de
estos músicos, incluyendo a Fernández Hidalgo. En ocasiones, la lealtad a sus
protectores y a los miembros de sus círculos y redes podía llegar a extremos,
como a los que llegó Lázaro de Álamo en México en 1561 cuando agredió al
secretario del cabildo eclesiástico porque había insultado a los sobrinos de su
Guillermo Lohman ViIlena, ‘Documentos interesantes a la historia del Perú en el Archivo de
Protocolos de Madrid’, Revista Historica, 25 (1960-61), pp. 451-77 (p. 41), uno de los testigos es
Juan Bautista de Medina, ‘maestro de ministriles de Su Majestad; citado también por Stevenson, Spanish Cathedral Music, p. 361.
170
Stevenson, Spanish Cathedral Music, pp. 169-70; F. Guerrero, El viaje de Hierusalem …,
1592, ff. 10-11. Las obras en cuestión son las Canciones y Villanescas y los Mottecta ... quae
partim quaternis partim quinis, alia senis, alia octonis concinuntur vocibus, liber secundus, 1589,
RISM A/I G 4875.
171
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[165 ]
Egberto Bermúdez Cujar
protector el obispo. El obispo Montúfar le impuso una pena muy leve, aunque
este incidente retardó y casi malogra su nombramiento en una canonjía, que
sólo obtuvo dos años antes de su muerte y no alcanzó a disfrutar 172.
Estos documentos muestran las reacciones de nuestros músicos y compositores ante la gran inseguridad que rodeaba la profesión musical. Como estrategia, los tres optaron por la carrera eclesiástica, que se convirtió en una primera
seguridad y más adelante –con base en sus méritos musicales y eclesiásticos–
buscaron que se les otorgara una prebenda vitalicia en una iglesia, con preferencia
en una catedral. En esos mismos años, la profesión militar se consolidaría como
una opción atractiva para los músicos: García Zorro lo consiguió, mucho más
por el prestigio de su padre conquistador que por sus méritos musicales que,
según muchos, solo eran aceptables. Garzón de Tahuste solicitó una merced y
sólo consiguió el beneficio del curato, que en una catedral no podía ser similar
al que disfrutaba Juan de Castellanos en Tunja, que implicaba exclusividad. La
carrera de Fernández Hidalgo, realmente se desarrolla después de abandonar
Santafé, pero parece haber seguido caminos similares; en La Plata para 1612 ya
disfrutaba de un beneficio en una parroquia de indios, aunque nunca obtuvo
la canonjía que pidió ese mismo año. Uno de sus contemporáneos, Pedro de
Valencia, nieto de un no muy notorio poblador de la isla de Santo Domingo
emigrado al Perú y quien había comenzado como cantorcico en la catedral de
su natal Lima, después de haber sido racionero, cura beneficiado, canónigo,
visitador eclesiástico, llegó finalmente en 1616 a ser nombrado obispo, constituyendo la gran historia de éxito entre nuestro grupo de músicos 173.
Como vimos, Juan de Castellanos y Garzón de Tahuste recibían una remuneración mayor que todos los demás músicos, a pesar de poseer una formación
musical profesional similar. En el caso de Garzón de Tahuste, su contribución
en la implantación de la música europea en Santafé se llevó a cabo desde fuera
del plantel musical local. Su visión a largo plazo se manifiesta en la supervisión
de la elaboración de los libros de coro de canto, en la copia y compilación de
los libros de coro de polifónica y la organización de repertorio observada en el
inventario de 1632. No contamos con evidencia para asegurar si su competencia
musical se impuso por si sola o si fueron su prestigio y jerarquía social los que
aseguraron su posición de supremacía en la música de la ciudad hasta su muerte.
Las prioridades de Castellanos y García Zorro no eran musicales, mientras
que si lo eran, parcialmente las de Garzón de Tahuste y totalmente las de Fer172
Stevenson, ‘Mexico City Cathedral: The founding century’, p. 141.
AGI, Lima, Los detalles de la carrera de Valencia, en relación con los documentos en Bogotá
se desarrolla en otro trabajo en elaboración.
173
[166 ]
Boletín de Historia y Antigüedades
Música, migración y educación entre Europa y América: la carrera musical
de Gutierre Fernández Hidalgo (c.1547-1622/23) en Santafé, 1570-1630
nández Hidalgo. Esto se explicaría porque Garzón se vio cobijado por su familia
y su prestigio local y pudo además materializar sus intereses organizativos e
históricos, mientras que Fernández Hidalgo se concentró en su labor musical
sin abandonar la eclesiástica, que consideraba complementaria.
Cómo migrante a Indias, a Fernández Hidalgo no le ocurrió lo que a Filipo
de Carrizales, el protagonista de ‘El celoso extremeño’ de Cervantes, quien regresó
a España abandonando prospectos de buenos negocios en Indias y cargado de
150.000 pesos de oro y plata a los sesenta años después de haber emigrado a
Tierra Firme a los cuarenta 174. El éxito de Filipo era mucho más fácil de obtener
en la literatura que en la vida real. El estereotipo del ‘perulero’ era una realidad y
Fernández Hidalgo lo conoció, encarnado en el joven y acaudalado comerciante
y comisionista Juan López de Arguinzano (c.1580-c.1618), de familias asturiana
y vasca, casado en Potosí que representó al compositor en 1613 en uno de sus
frecuentes viajes ante la corte de Madrid.
El conflicto político que nuestro compositor encontró en Santafé tuvo
efectos concretos sobre sus decisiones y planes futuros. El enfrentamiento
entre españoles asentados en la conquista y sus descendientes, por un lado y
los peninsulares recién llegados por otro, se comenzaba a perfilar como una de
las características más distintivas de la sociedad colonial. Un estudio del clero
de La Plata en la primera mitad del siglo XVII muestra una identificación total
entre los intereses del clero y los de la sociedad secular, lo que refuerza la importancia del clero no solo como estamento aislado sino como elemento clave
para entender la sociedad colonial 175.
La información que tenemos sugiere que Fernández Hidalgo entendió
rápidamente que sus posibilidades de desarrollo musical en Santafé eran casi
inexistentes. Así pues, la lealtad que tenía por su protector, el fiscal Albornoz,
no le impidió salir de esta ciudad en la primera coyuntura que se le presentó.
La clausura del Seminario, al que había dedicado bastante tiempo y dedicación
debió ser un hecho lo suficientemente desalentador para impulsarlo aún más a
abandonar Santafé. El hecho de que varios de sus alumnos lo hubieran seguido
es una muestra de que apreciaban su trabajo y estaban dispuestos a continuarlo
en otro lugar. Con respecto a sus opiniones desfavorables sobre García Zorro, se
expresaron en términos puramente técnicos e ilustran aspectos de un entorno
complejo y conflictivo con encrucijadas que estos músicos sortearon de acuerdo
Miguel de Cervantes Saavedra, ‘El celoso extremeño’, Novelas ejemplares, 1613, ff. 137v-157
(ff. 138v-39).
174
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values in the clergy of 17th century Bolivia, 1989, p. 268.
175
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[167 ]
Egberto Bermúdez Cujar
con las posibilidades de maniobra que tuvieron. Sin embargo, los peninsulares
contaron con la ventaja de ser emigrados.
Los problemas sociales y políticos que enfrentó Fernández Hidalgo en
Santafé apuntaban a convertirse en definitorios para la sociedad colonial. En
la condición de mestizo, la ilegitimidad más que la sangre indígena, fue uno de
los principales argumentos de exclusión. Por otra parte, estaba la arrogancia de
los encumbrados socialmente, vista como amenaza para la cohesión social 176.
Cuando se reprende a Zapata de Cárdenas por intentar ampliar la base sacerdotal incluyendo a los mestizos se añade otro ingrediente que finalmente nos
lleva de nuevo a la instrucción de 1583 sobre la no conveniencia de enseñar
‘ciencias’ a los indígenas: el problema de que la educación e instrucción no solo
son herramientas de movilidad social y económica sino agentes de conciencia
autonomista o independentista. Proféticamente, como indica Levillier, el virrey
Toledo, en una carta al Rey de marzo de 1572 escribe: ‘Entiendo que esta tierra
se conservará algún tiempo […] pero […] en los frutos que de ella salen vendrá a
criar yerba de libertad de manera que la pierda la Corona de Castilla 177.
Archivos consultados
ACB: Archivo Capitular de la Catedral de Bogotá, Bogotá.
Libro de sacramentos, Cajas. Correspondencia, varios, Archivo Musical.
ACS: Archivo de la Catedral de Salamanca, Salamanca.
Libro de actas.
ACT: Archivo de la Colegiata de Talavera de la Reina, Talavera de la Reina.
Libros de Actas, Libros de cuentas, Archivo musical.
AGI: Archivo General de Indias, Sevilla.
Charcas, Lima, Santafé, Indiferente general,
AGNC: Archivo General de la Nación, Colombia, Bogotá.
Colonia: Notarias, Historia Civil, Testamentarias.
AHPT: Archivo Histórico Provincial de Toledo, Toledo.
Protocolos.
AMT: Archivo Municipal de Talavera de la Reina, Talavera de la Reina.
Libros de cabildo.
En cuanto a los hermanos mestizos Gonzalo y Diego García Zorro, vease Joanne Rappaport,
The disappearing Mestizo: Configuring difference in the colonial New Kingdom of Granada, Durham: Duke University Press, 2014, pp. 118-31.
176
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