Subido por Maren Seldrup

PULSIONES Y DESTINOS DE PULSIONES

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UNIDAD VI
Pulsiones y destinos de pulsión (1915)
Palabras clave
Pulsión
Sublimación
Fijación
Transformación en lo contrario
Vuelta hacia la propia persona
Transformación en lo contrario
Zona erógena
Placer de órgano
Actividad práctica
Señale las principales diferencias entre pulsión e instinto.
¿Por qué se requiere de la intervención de un Otro (primordial-originario) para la puesta en
marcha de la actividad pulsional?
Características de la pulsión
Destinos posibles
Circuito de satisfacción pulsional
-----------
Pulsiones y destinos de pulsión (1915)
Vamos a trabajar el texto hasta la página 127
1
El concepto de pulsión atraviesa toda la teoría psicoanalítica. Indirectamente hemos estado
hablando de pulsiones al referirnos a mociones de deseos inconscientes, a sumas de excitación o
quantum energético que recorre el aparato psíquico.
Una de las varias definiciones que da Freud sobre la pulsión, es la que sigue:
“Concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático”
en pág. 117 leemos
“… la «pulsión» nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un
representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma,
como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su
trabazón con lo corporal.”
En principio, pensamos este concepto a nivel de un psiquismo primario, en franca constitución
donde tienen lugar las primeras inscripciones, aquellas que atañen, como la definición lo señala, a
la esfera anímica pero también al cuerpo.
Podemos referir a las primeras experiencias de gratificación, aunque también de displacer
producidas desde la más temprana infancia. Se trata de un tiempo lógico donde no se cuenta con
la actividad del pensamiento, aunque sí supone un encuentro con el lenguaje, un encuentro con
un Otro primordial que viene a nombrar las necesidades del pequeño ser. El deseo, es el deseo del
Otro.
En este texto Freud habla de una acción exterior sin la cual, el infans probablemente desarrolle
patologías graves o no sobreviva, por caso, bebés que padecen hospitalismo o marasmo y aún con
todas las atenciones médicas, fallecen.
“Las pulsiones, al menos en parte, son decantaciones de la acción de estímulos exteriores.” (en
pág. 116)
Estamos hablando de la atención de un Otro auxiliador atravesado por el deseo de alojar de
alguna manera al ser que acaba de venir al mundo. Un Otro que podrá cuidar, interpretar
necesidades, dar un sentido (el propio) y a la vez demandarle algo, léase, amor. Esta acción exilia
al infans del mundo natural.
Estas primeras inscripciones - fijaciones - ponen en marcha la actividad pulsional, determinando a
su vez, un modo de goce singular, único.
-----------“… en Tres ensayos… se estableció explícitamente que la libido era una expresión de la pulsión
sexual” Strachey, pág. 110
2
El conflicto en las psiconeurosis se presenta entre el yo y la sexualidad en términos de mociones
de deseos - fantasías, exigencias de resolución, cuya raíz última vamos a ubicar en la actividad
pulsional (fijaciones). De este conflicto de intereses surge lo que Freud llamó su Primer modelo
pulsional:
Pulsiones sexuales
y
Pulsiones yoicas o de autoconservación
Se trata de un modelo teórico provisorio que a Freud le sirve para fundamentar el conflicto en las
psiconeurosis. Por lo pronto, decir que este texto se va a centrar en el primer grupo de pulsiones,
siendo que las denominadas pulsiones yoicas, le presentaron dificultades que, por el momento, no
vamos a trabajar. Lo importante es tener presente que este primer modelo representa un
conflicto entre instancias que el yo, de algún modo, tiene que resolver. El síntoma es una
respuesta posible, entre otras.
Diferencias entre pulsión y estimulo
Freud establece importantes diferencias entre los estímulos pulsionales y otros estímulos en
general. Estos últimos, operan de un solo golpe. Pág. 114 y siguientes
El estímulo pulsional proviene del interior del organismo y actúa de manera diversa sobre el alma.
Se requieren diferentes acciones para responder a los estímulos pulsionales. La huida no lo
cancela…
“… plantean exigencias… que modifican el mundo exterior lo suficiente para que satisfaga a la
fuente interior de estímulo.”
Partimos de la base de que estos requerimientos pulsionales, en su expresión más cruda, son
incompatibles con la vida cultural. Se requiere de transformaciones, cambios de vía para hacerlos
viables y alcanzar algún grado de satisfacción o alivio.
De ahí, el síntoma como respuesta, como “solución” posible en tanto satisfacción sustitutiva, al
modo de una transacción entre el deseo inconsciente y la defensa. Los ideales éticos y morales del
Yo, pueden darse de narices con los reclamos de las pulsiones, por caso, un sueño que da curso a
deseos perturbadores. Los síntomas vehiculizan un goce sexual (pulsional), diverso y singular en
cada sujeto. El abordaje clínico que plantea el psicoanálisis será caso por caso.
4 términos que definen la pulsión
3
1 Esfuerzo o empuje (Drang) Supone una fuerza constante – “una exigencia de trabajo impuesta a
lo anímico, a consecuencia de su trabazón con lo corporal” (117). Consideramos aquí, el factor
económico, el gasto energético, motor de la vida anímica.
2 La meta: “es en todos los casos, la satisfacción que solo puede alcanzarse cancelando el estado
de estimulación en la fuente de la pulsión… los caminos que llevan a ella… pueden ser diversos…
intercambiables…” (118)
Freud refiere a pulsiones de meta inhibida, por cuanto sufren una inhibición o una desviación
respecto de la meta originaria. Sería el caso de mociones pulsionales sádicas que sufren un cambio
de vía para orientarse a fines socialmente aceptables como la cirugía médica o la carpintería, por
mencionar alguna actividad que requiere de cortes, golpes, etc. Ver sublimación, en palabras clave
y en pág. 121, cambios de vía.
Dichas satisfacciones pulsionales, por cierto, parciales, guardan relación con la descarga de
excitabilidad psíquica. Un papel fundamental lo cumplen los principios reguladores de la vida
anímica, principio de constancia y de placer. (Ver nota 6 en pág. 116 acerca de estos principios)
También el principio de realidad hace su aporte.
3 El objeto “El objeto de la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más
variable en la pulsión; no está enlazado originariamente con ella, sino que se le coordina sólo a
consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfacción. No necesariamente es un objeto ajeno;
también puede ser una parte del cuerpo propio.
En el curso de los destinos vitales de la pulsión puede sufrir un número cualquiera de cambios de
vía; a este desplazamiento de la pulsión le corresponden los más significativos papeles. Puede
ocurrir que el mismo objeto sirva simultáneamente a la satisfacción de varias pulsiones; es, según
Alfred Adler [1908], el caso del entrelazamiento de pulsiones.
Un lazo particularmente íntimo de la pulsión con el objeto se acusa como fijación de aquella. Suele
consumarse en períodos muy tempranos del desarrollo pulsional y pone término a la movilidad de
la pulsión contrariando con intensidad su desasimiento.''
La pulsión, a diferencia del instinto, carece de un objeto predeterminado.
El neurótico se va a defender de esta falta de objeto, intranquilizante, por cierto, recurriendo a
mecanismos y artilugios, como ser, la idealización de los objetos que va encontrando en el camino.
Se defiende así de la inexistencia del objeto adecuado a su deseo, haciéndolo existir - consistir - en
sus fantasías, atribuyendo a su objeto de amor, cualidades acordes a sus expectativas libidinales, a
sus fantasías, entonces lo idealiza, lo salva, lo justifica hasta donde puede o inclusive se culpabiliza
para mantenerlo intacto, para que esa falta de objeto por estructura, no se haga presente.
Freud señala una conectividad entre las fantasías productoras de síntomas y las fijaciones
pulsionales, en tanto modos singulares de goce que exigen satisfacción, descarga…
4
4 La fuente. Freud nos remite a las zonas erógenas, allí donde se juega ese límite entre lo psíquico
y lo somático, presente en la definición misma de pulsión. Refiere a la capacidad que posee toda
región corporal de constituir la fuente de una excitación sexual, de comportarse como zona
erógena independiente de cualquier función biológica. El empuje pulsional brota de estas fuentes.
“Lo que distingue entre sí a las operaciones psíquicas que proceden de las diferentes pulsiones
puede reconducirse a la diversidad de las fuentes pulsionales”. Pág. 119
“¿Qué pulsiones pueden establecerse, y cuántas? Es evidente que esto deja mucho lugar a la
arbitrariedad. Nada puede objetarse si alguien usa el concepto de pulsión de juego, de pulsión de
destrucción, de pulsión de sociabilidad, siempre que el asunto lo exija y la rigurosidad del análisis
psicológico lo permita. Empero, - no puede dejarse de indagar si estos motivos pulsionales, tan
unilateralmente especializados, no admiten una ulterior descomposición en vista de las fuentes
pulsionales, de suerte que sólo las pulsiones primordiales, ya no susceptibles de descomposición,
pudieran acreditar una significación.”
En 121 leemos
“Con miras a una caracterización general de las pulsiones sexuales puede enunciarse lo siguiente:
Son numerosas, brotan de múltiples fuentes orgánicas, al comienzo actúan con independencia
unas de otras y sólo después se reúnen en una síntesis más o menos acabada...”
En su primera aparición se apuntalan en las pulsiones de conservación, de las que sólo poco a poco
se desasen; también en el hallazgo de obieto siguen los caminos que les indican las pulsiones
yoicas.
“Toda pulsión es un fragmento de actividad”, pág. 117 y 118.
Significa que no hay pulsión sin actividad (no hay pulsiones pasivas) en ningún caso, aunque la
meta pulsional - alcanzar la satisfacción - puede ser pasiva y esto no contradice lo dicho. Sería el
caso de una práctica o un síntoma de sesgo masoquista donde el sujeto “se hace” castigar de
alguna manera.
Decíamos, una pulsión representa una exigencia de trabajo para el aparato psíquico y una
modalidad de satisfacción según la fuente pulsional en juego, una disposición anímica a la que
habrá que darle un curso, una deriva, considerando el monto energético en juego.
Destinos de pulsiones
Freud señala 4 destinos pulsionales, abordando en este texto, solo los dos primeros.
El trastorno hacia lo contrario
Vuelta hacia la propia persona
Represión
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Sublimación
Trastorno hacia lo contrario
Comporta dos modalidades: 1 atañe a la meta pulsional - 2 atañe al contenido.
1 Según la meta pulsional (activa o pasiva)
A) Sadismo - masoquismo:
Placer de martirizar o ser martirizado (hacerse martirizar)
B) Voyerismo – exhibicionismo:
Mirar - ser mirado. Refiere al placer de ver o ser visto (hacerse ver)
Supone la sustitución de la meta activa, martirizar-mirar, por la meta pasiva, ser martirizado-ser
mirado
2 Atañe al contenido
Amor-odio (Al respecto, hablaremos en el 2do cuatrimestre)
Vuelta hacia la propia persona
Atañe al objeto. El sujeto se propone como objeto de satisfacción. Nótese que esta modalidad
incluye también, la variante anterior, el cambio de meta pulsional (actividad en pasividad).
Masoquismo
Exhibicionismo
Estos destinos podrán abarcar desde formas sublimadas, juegos sexuales, donde alcanzan una
clara expresión, pero también las llamadas perversiones de estructura y formas aberrantes del
goce sexual humano. Claramente no es lo mismo consensuar un juego erótico que una violación
en lo real. En este sentido, la neurosis es el negativo de las perversiones, decía Freud, el neurótico
fantasea con lo que el perverso ejecuta.
La sublimación supone un cambio de vía. Como ejemplo, tenemos el texto de la unidad VII, El
creador literario y el fantaseo. Allí, Freud refiere al escritor quien, a través de la escritura puede
matar, violar, secuestrar, ser maniatado, matado, romper todas las normas y sentir placer por ello,
un placer que podrá alcanzar también a sus lectores vía identificación con los diferentes
personajes. Lo mismo podríamos decir de una película, una obra teatral, etc. Se trata de ficciones.
La neurosis tiene formato de ficción.
Circuito de la pulsión
6
Freud diseña un circuito de la satisfacción pulsional, un ir y venir de la pulsión realizado en 3
tiempos planteados como voces gramaticales: Activa, Refleja y Pasiva
Par sadismo-masoquismo:
Martirizar (voz activa) - martirizarse (voz refleja) - hacerse martirizar (voz pasiva)
Como ser, los autorreproches en la neurosis obsesiva (voz refleja).
Par voyerismo-exhibicionismo:
Ver (voz activa)
-
verse (voz refleja)
-
hacerse ver (voz pasiva)
Es esperable que este circuito se complete en el 3er tiempo (hacerse objeto de deseo del Otro),
por el hecho de que los dos primeros tiempos son totalmente autoeróticos, recién en el 3er
tiempo se produce un movimiento de importancia por cuanto entra en la escena, el Otro
significativo, un Otro distinto de mí. Circuito que podría no suscitarse o no completarse, por caso,
patologías graves. Habrá que ver donde se fija, donde se traba la pulsión.
Lic Daniel Paccosi
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