Subido por manoloperezantunez

PEDAGOGIA DE LA SITUACIÓN

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PEDAGOGIA DE LA SITUACIÓN
LA
SITUACION
PEDAGOGICA:
UNA
REALIDAD
PARA
VIVIR
Desde que se desarrolla de modo generalizado la pedagogía por objetivos, que refuerza el lado
operacional de los programas de las disciplinas educativas, acusa el jalonamiento, el control y la
evaluación del aprendizaje; encuadra cada vez más estrechamente el desarrollo intelectual en un
laboratorio artificial y abstracto que olvida (¿o rechaza?) todo lo que está vivo, "ondulante y diverso",
siento la imperiosa necesidad de hacer la apología de una pedagogía que vaya a contracorriente de la
que está de moda: es decir de la pedagogía por objetivos. Esta pedagogía defendería la vida en la
escuela, se aprendería de la vida misma más y mejor que de las disciplinas programadas, se seguiría el
flujo natural de esos viajes cotidianos donde los pasajeros son considerados como seres humanos en su
globalidad y no como cabezas para rellenar y marcar. Esta pedagogía sería una pedagogía de la
situación, es decir, una pedagogía de la vivencia, que explota cada momento del aquí y del ahora en su
diversidad aleatoria, azarosa e imprevisible; que se arriesga a responder a las urgencias del momento,
incluso si son expresadas por los estudiantes, sobre todo si son expresadas por los estudiantes por fin
implicados, motivados para manifestarse, sin miedo a la divergencia, a la diferencia, espontánea y
simplemente, no en una relación de fuerza permanente, sino en una coexistencia dinámica, donde la
confrontación
permite
tanto
el
cuestionamiento
como
la
profundización.
Esta pedagogía de la situación no impediría además la intervención de una pedagogía disciplinada y
programada. Permitiría, al contrario, al logos desarrollarse en el eros, reconciliando así el discurso y la
acción, el intelecto y el afecto, reencontrando el deseo como motor primero y como fuente de energía,
reanimando ese lugar privilegiado que debería ser la escuela, fortaleciendo el vitalismo de los alumnos y
de
los
profesores.
Para retomar una metáfora conocida, pero siempre bella y significativa, la pedagogía de la situación es
una invitación al viaje, al gran viaje imprevisible, vasta deriva con pequeños itinerarios bien jalonados,
con escalas a horas fijas, pero dejando libre su ritmo, su espacio y su energía, permitiendo el disfrute
tanto de los imprevistos como de los elementos identificables de la experiencia viva.
LAS
CINCO
VARIABLES
DE
LA
SITUACION
Enumerando las cinco variables que, para mí, definen la situación pedagógica, no pretendo establecer
una jerarquía. Puedo decir, sin embargo, que este orden de presentación corresponde a mi manera de
examinar el asunto. En efecto, si se considera la situación pedagógica como un encuentro, podemos
decir que se define dentro de un
espacio-tiempo determinado; a menudo se debe a la iniciativa del
pedagogo o de la institución, pero sólo existe realmente si el grupo viene a la cita, frecuentemente a
partir de las intenciones o fines del encuentro, que no son más que pretextos de actividades o de
ocupación del espacio-tiempo designado. Para nosotros el
encuentro es a la vez continente y
contenido, causa y consecuencia, programa y objetivos. Se podría creer que estos cuatro parámetros
solos son necesarios y suficientes. Sin embargo a pesar de su importancia, la situación pedagógica sólo
está completa cuando se tienen en cuenta las interferencias, explícitas o implícitas, del
mundo
exterior que el grupo y el animador transmiten más o menos conscientemente, así como los
imprevistos, expulsados de la situación educativa clásica como intrusos y obstáculos para el aprendizaje,
pero bienvenidos dentro de una concepción viva y abierta del encuentro no programado y, a menudo,
motor
auxiliar
precioso
y
poderoso
de
la
dinámica.
Es evidente también, que estas cinco variables funcionan simultáneamente y que la situación se define
dentro de la multiplicidad y la variabilidad de las relaciones, dosificaciones, combinaciones que allí se
forman y entran en juego. El análisis, al que estamos obligados para reflexionar sobre su existencia, su
importancia y sus posibilidades de explotación, no debe hacernos olvidar la globalidad -síntesis difícil,
evidentemente, pero ejemplar único de la realidad. Sin embargo, todavía sería más teórico e incluso
ideológico, forzarse a la síntesis totalizadora. Veremos que, normalmente, la visión de una situación
dada para un grupo determinado varía con cada individuo según las acentuaciones personales. Esta
definición subjetiva de la situación es la que tenderemos a favorecer, después de haber intentado
examinar los elementos objetivos y esencialmente constitutivos de una situación pedagógica.
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