La terapia cognitiva conductual es un tipo frecuente de terapia del habla (psicoterapia). Trabajas con un asesor de salud mental (psicoterapeuta o terapeuta) de forma estructurada, asistiendo a una cantidad limitada de sesiones. La terapia cognitiva conductual te ayuda a tomar conciencia de pensamientos imprecisos o negativos para que puedas visualizar situaciones exigentes con mayor claridad y responder a ellas de forma más efectiva La TCC puede ser una herramienta muy útil, ya sea sola o en combinación con otras terapias, para tratar los trastornos de salud mental, como la depresión, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) o un trastorno de la alimentación. Sin embargo, no todas las personas que se benefician de la terapia cognitiva conductual tienen una enfermedad mental. La TCC puede ser una herramienta eficaz para ayudar a cualquier persona a aprender cómo manejar mejor las situaciones estresantes de la vida.1 Por qué se realiza La terapia cognitiva conductual se utiliza para tratar una amplia gama de problemas. Con frecuencia es el tipo preferido de psicoterapia porque puede ayudarte rápidamente a identificar y afrontar desafíos específicos. Generalmente requiere menos sesiones que los otros tipos de terapia y se realiza de forma estructurada. La terapia cognitiva conductual es una herramienta útil para abordar desafíos emocionales. Por ejemplo, puede ayudarte a lo siguiente: Controlar los síntomas de enfermedad mental Prevenir recaídas de síntomas de enfermedad mental Tratar una enfermedad mental cuando los medicamentos no son una buena opción Aprender técnicas para lidiar con situaciones estresantes de la vida Identificar formas de controlar las emociones Solucionar conflictos en las relaciones y aprender mejores formas para comunicarse Afrontar el dolor o las pérdidas Superar traumas emocionales relacionados con el maltrato o la violencia Afrontar una enfermedad médica Controlar los síntomas físicos crónicos Los trastornos de salud mental que podrían mejorar con terapia cognitiva conductual incluyen: Depresión Trastornos de ansiedad Fobias Trastorno de estrés postraumático Trastornos del sueño Trastornos de alimentación Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) Trastornos de consumo de drogas Trastornos bipolares Esquizofrenia Trastornos sexuales En algunos casos, la terapia cognitiva conductual es más efectiva cuando se combina con otros tratamientos, como antidepresivos u otros medicamentos La duración de la terapia La TCC generalmente se considera una terapia a corto plazo, que puede llevar de cinco a veinte sesiones. Junto con tu terapeuta, podrás acordar cuantas sesiones necesitarás. Algunos de los factores a tener en cuenta son: El tipo de trastorno o situación Gravedad de los síntomas Cuánto hace que tienes los síntomas o convives con esa situación La rapidez con que evolucionas Cuánto estrés estás padeciendo Qué tanta ayuda recibes de tus familiares y de otras personas Confidencialidad Excepto en circunstancias muy específicas, las conversaciones con el terapeuta son confidenciales. Sin embargo, un terapeuta puede violar la confidencialidad si existe una amenaza inmediata a la seguridad o si la ley estatal o federal exige que informe sus inquietudes a las autoridades. Estas situaciones incluyen lo siguiente: Amenaza de dañarte o suicidarte de inmediato o pronto (inminente) Amenaza de dañar o matar inminentemente a otra persona Abuso de un niño o un adulto vulnerable (un mayor de 18 años hospitalizado o vulnerable por una discapacidad) No poder cuidar de ti mismo de manera segura COMO AFECTA LA SALUD MENTAL EN LA SOCIEDAD Las enfermedades de salud mental constituyen una epidemia silenciosa que ha afectado a las Américas mucho antes de COVID-19, con depresión y ansiedad como dos de las principales causas de discapacidad. La Región también tiene el segundo nivel más alto de consumo de alcohol en el mundo”, Carissa F. Etienne. Directora de la Organización Panamericana de la Salud. La OMS alerta que la salud mental individual está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos. Las presiones socioeconómicas persistentes constituyen un riesgo bien conocido para la salud mental de las personas y las comunidades. Las pruebas más evidentes están relacionadas con los indicadores de la pobreza, y las condiciones de vida de las personas. La salud mental es una parte integral de la salud y va más allá de la ausencia de trastornos mentales. Por ello, su abordaje requiere de intervenciones conjuntas desde distintos sectores, a fin de promoverla y abordar su tratamiento. La mala salud mental se asocia asimismo a los cambios sociales rápidos, a las condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación y los mandatos de género, a la exclusión social, a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y mala salud física y a las violaciones de los derechos humanos. También hay factores de la personalidad y psicológicos específicos que hacen que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales. Por último, los trastornos mentales también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales. Datos y cifras a nivel global Los trastornos mentales, neurológicos y por el consumo de sustancias representan el 10% de la carga mundial de morbimortalidad y el 30% de las enfermedades no mortales. Alrededor 1 de cada 5 niños, niñas y adolescentes es diagnosticado con un trastorno mental. La depresión es uno de los principales trastornos que afecta a la población mundial, siendo una de las causas más importantes de discapacidad. Una persona se suicida en el mundo cada 40 segundos aproximadamente. Las personas con trastornos mentales graves mueren de 10 a 20 años antes que la población general Inversión en salud Mental A pesar de estas cifras, el gasto en servicios de salud mental en todo el mundo representa un 2.8% del gasto total destinado a la salud en general. En países de bajos ingresos el presupuesto asignado a salud mental representa el 0,5% del presupuesto general de salud, mientras que en los países de altos ingresos este porcentaje asciende a 5.1%. Es decir que en los países de ingresos bajos el gasto en salud mental es de menos de 1 dólar per cápita, frente a los 80 dólares per cápita en países de ingresos altos. La Organización Mundial de la Salud, recomienda que el porcentaje de gastos asignados los servicios de salud mental deben ser proporcional al porcentaje de carga atribuible a estas condiciones. En la Región de las Américas, el gasto en los servicios de salud mental ronda entre el 0,2% y el 8,6%, mientras que el gasto promedio es del 2,0% a pesar de que el 19% del total de años de vida ajustados en función por la discapacidad (AVAD) se asocia con trastornos mentales, neurológicos, por el uso de sustancias y el suicidio. Cabe destacar además que en la Región, el 60% del presupuesto asignado a salud mental es destinado a hospitales psiquiátricos en lugar de servicios de basados en la comunidad. La salud mental en el contexto de la pandemia por COVID-19 Las condiciones generadas por la pandemia del COVID-19 han llevado a un aumento en el número de personas con nuevas condiciones de salud mental o que experimentan un empeoramiento de condiciones pre-existentes. En palabras de la Dra. Etienne, la pandemia de COVID-19 ha provocado una crisis de salud mental en nuestra Región a una escala nunca antes vista. En este contexto, la OPS/OMS ha venido trabando junto con sus colaboradores para apoyar a los países de la Región de las Américas en la implementación de estrategias para de promover y apoyar el bienestar mental de todas las personas. Esta pandemia ha expuesto la necesidad de que la salud mental se constituya como un componente central dentro de los planes de respuesta y recuperación de los sistemas de salud y los gobiernos nacionales. Es importante destacar que las políticas de salud mental que adopten los países deben abordar cuestiones que incluyan la promoción de la salud mental y no sólo ocuparse de los trastornos mentales. Para hacerlo es fundamental incorporar, en el desarrollo de estas políticas, a sectores como el de educación, empleo, justicia, vivienda, desarrollo social, así como a la sociedad civil, además del sector salud. En el contexto de los esfuerzos nacionales por desarrollar y aplicar políticas relativas a la salud mental, es esencial, no solo proteger y promover el bienestar mental de los ciudadanos, sino también satisfacer las necesidades de las personas con trastornos de salud mental. Salud mental: fortalecer nuestra respuesta Datos y cifras Existen estrategias asequibles, eficaces y viables para promover, proteger y recuperar la salud mental. La necesidad de actuar en relación con la salud mental es indiscutible y urgente. La salud mental tiene un valor intrínseco y fundamental y es parte integral de nuestro bienestar general. La salud mental está determinada por una compleja interacción de factores de estrés y vulnerabilidad individuales, sociales y estructurales. Conceptos sobre la salud mental La salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Es parte fundamental de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos. La salud mental es, además, un derecho humano fundamental. Y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico. La salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales. Se da en un proceso complejo, que cada persona experimenta de una manera diferente, con diversos grados de dificultad y angustia y resultados sociales y clínicos que pueden ser muy diferentes. Las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales y discapacidades psicosociales, así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva. Las personas que las padecen son más propensas a experimentar niveles más bajos de bienestar mental, aunque no siempre es necesariamente así. Determinantes de la salud mental A lo largo de la vida, múltiples determinantes individuales, sociales y estructurales pueden combinarse para proteger o socavar nuestra salud mental y cambiar nuestra situación respecto a la salud mental. Factores psicológicos y biológicos individuales, como las habilidades emocionales, el abuso de sustancias y la genética, pueden hacer que las personas sean más vulnerables a las afecciones de salud mental. La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, también aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental. Los riesgos pueden manifestarse en todas las etapas de la vida, pero los que ocurren durante los períodos sensibles del desarrollo, especialmente en la primera infancia, son particularmente perjudiciales. Por ejemplo, se sabe que la crianza severa y los castigos físicos perjudican la salud infantil y que el acoso escolar es un importante factor de riesgo de las afecciones de salud mental. Los factores de protección se dan también durante toda la vida y aumentan la resiliencia. Entre ellos se cuentan las habilidades y atributos sociales y emocionales individuales, así como las interacciones sociales positivas, la educación de calidad, el trabajo decente, los vecindarios seguros y la cohesión social, entre otros. Los riesgos para la salud mental y los factores de protección se encuentran en la sociedad en distintas escalas. Las amenazas locales aumentan el riesgo para las personas, las familias y las comunidades. Las amenazas mundiales incrementan el riesgo para poblaciones enteras; entre ellas se cuentan las recesiones económicas, los brotes de enfermedades, las emergencias humanitarias y los desplazamientos forzados, y la creciente crisis climática. Cada factor de riesgo o de protección tiene una capacidad predictiva limitada. La mayoría de las personas no desarrollan afecciones de salud mental aunque estén expuestas a un factor de riesgo, mientras que muchas personas no expuestas a factores de riesgo conocidos desarrollan una afección de salud mental. En todo caso, los determinantes de la salud mental, que están relacionados entre sí, contribuyen a mejorar o socavar la salud mental. ¿Cómo diferenciar entre un psicópata y un sociopata? Para la mayoría de las personas, incluyendo a los psicólogos forenses, los términos sociópata y psicópata son prácticamente intercambiables. Los expertos discuten interminablemente si existen o no diferencias significativas entre estas dos condiciones, pero el hecho es que existen dos términos con acepciones distintas; puede que las diferencias sean sutiles, pero las sutilezas importan. El DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) alberga a ambas condiciones bajo la categoría de “desórdenes antisociales de personalidad” (DSM-5). Esto significa que muestran muchos comportamientos comunes, como falta de culpa y remordimiento, tendencia a comportarse de manera violenta e indiferencia por las normas sociales y los derechos de otros. Ciertamente, los psicópatas y sociópatas son muy parecidos, pero cada uno tiene comportamientos que lo hacen único. Los sociópatas tienden a ser nerviosos y a agitarse facilmente. Son volátiles y propensos a tener ataques de ira. Frecuentemente se comportan de manera poco educada y viven en los límites de la sociedad, incapaces de conservar un trabajo estable o permanecer en un lugar por mucho tiempo. Les es muy difícil generar relaciones interpersonales, pero pueden lograrlo. Pueden crear vínculos con alguna persona o grupo, pero no les importa la sociedad en general ni sus reglas. Los crímenes cometidos por sociópatas, incluyendo el asesinato, tienden a ser más espontáneos que planeados. En cambio, los psicópatas son incapaces de generar lazos emocionales y tener empatía por los otros, a pesar de muchas veces tener personalidades encantadoras. Los psicópatas son extremadamente manipuladores y se ganan muy fácilmente la confianza de los demás. Aprenden a fingir emociones; parecerán bien educados y tendrán trabajos estables. Algunos incluso son tan hábiles que son capaces de mantener relaciones a largo plazo o formar una familia, sin que aquellos que los rodean sospechen de su verdadera naturaleza. A la hora de cometer crímenes, lo psicópatas planean meticulosamente cada detalle, a diferencia de los sociópatas. Las causas de la sociopatía y la psicopatía son muy diferentes. Se piensa que los psicópatas lo son por naturaleza (genética), mientras que los sociópatas se vuelven así por haber sido criados en determinado ambiente. La psicopatía está más relacionada con defectos neurológicos producto del poco desarrollo del área del cerebro que se encarga de controlar los impulsos y emociones. La sociopatía, en cambio, es más bien producto de un trauma infantil y de abuso emocional y psicológico. En pocas palabras, los psicópatas son individuos más peligrosos: artistas del engaño que actúan con frialdad reptileana. ¿Cómo lidiar con las personas manipuladoras? Todos hemos conocido personas manipuladoras, ya sean amigos, familiares o nuestros cónyuges. Son las personas que saben cómo presionar nuestros botones. Ellos podrían asustar, forzar, obligar, criticar, culpabilizar, sobornar, responsabilizar, socavar, intimidar, abusar; o también ellos halagan, ofrecen simpatía, actúan inocentemente, pero no con sinceridad. Todo esto es chantaje emocional; es manipulación. Nota: Este artículo brinda un amplio resumen sobre la manipulación emocional. Pero la manipulación emocional en el matrimonio puede ser más compleja y necesita ser dirigida con gran sensibilidad y cuidado. Si usted está casado y está preguntándose cuál es la diferencia que existe entre una interacción no saludable y el abuso verbal o emocional, le animamos a leer nuestro artículo Señales de Abuso Emocional. Cualquier cantidad de problemas maritales pueden generar desafíos o incluso conducir a la desesperanza de uno o ambos cónyuges. Y para lograr encontrar una dirección se requiere comprender problemas subyacentes y patrones relacionales que condujeron a la crisis. Comuníquese con nuestros especialistas en consejería pastoral o con licencia incluso si usted es la única persona en el matrimonio dispuesta a tomar medidas en este momento. Ellos le pueden guiar mientras toma sus primeros pasos hacia la recuperación. La palabra manipular no está en la Biblia. Sin embargo, el comportamiento era tan común hace miles de años como lo es ahora. Considere el libro del Génesis: Solo tenemos que mirar las historias de cómo Satanás logró que Adán y Eva dudaran de la bondad de Dios, de cómo Rebeca y Jacob engañaron a Isaac y a Esaú, y cómo los hermanos de José lo intimidaron al punto de la esclavitud. (¡Y esos son solo unos pocos ejemplos de solamente un libro de las Escrituras!) En cada caso, los manipuladores estaban intentando beneficiarse a expensas de sus víctimas; y eso nunca ha cambiado. Todos los seres humanos nacen en pecado, así que todos podemos ser tentados a hacer lo que sea necesario para obtener lo que queremos; nosotros somos egoístas. Para asegurarnos de que tratamos bien a otros y respondemos sabiamente a las personas que nos intentan manipular, necesitamos comprender algunos principios básicos: ¿Qué es la manipulación? ¿Por qué la manipulación es algo incorrecto? ¿Por qué las personas manipulan? Señales de manipulación El impacto de la manipulación ¿Cómo dejar de ser manipulado? ¿Qué esperar cuando se deja de seguir el juego? ¿Dónde encontrar más ayuda? ¿Qué es la manipulación? Resumido, la manipulación es una forma falsa de satisfacer nuestras necesidades. Todos tenemos necesidades legítimas para la supervivencia física y el bienestar emocional. Y las personas sanas saben cómo solicitar apropiadamente lo que necesitan y cómo interactuar con otros para obtener un buen resultado para todos. Sin embargo, las personas manipuladoras intentan disimuladamente influenciar a alguien para alcanzar su motivo oculto. Y la manipulación implica control y coerción. Manipular: Controlar u obligar a otra persona de maneras ingeniosas, injustas o maliciosas (dañinas pero tentadoras), especialmente en su propio beneficio. Controlar: No permitir a la otra persona elegir su propia acción o respuesta al presionarla de alguna forma. Obligar: Satisfacer los deseos propios intimidando, restringiendo o dominando a la otra persona. ¿Por qué la manipulación es algo incorrecto? Al principio de la historia de la humanidad, Dios puso a Adán y a Eva en el jardín. Ellos podrían comer de cualquier árbol a excepción de uno. Avanzando rápido de este momento hasta Génesis 3 cuando Dios observa a Adán y a Eva caminar hacia ese árbol prohibido, los escucha hablando acerca de la fruta, los mira darle un mordisco … y no los detiene. ¿Por qué no lo hizo? Porque Dios permite que los humanos elijan libremente por sí mismos. (Usted probablemente ha escuchado a los cristianos hablar acerca de la soberanía de Dios y el libre albedrío de los seres humanos.) La manipulación es un intento de quitarle a alguien su libre albedrío y reemplazarlo con nuestros propios deseos egoístas o motivos retorcidos y hacerlo de un modo que ignora por completo el valor y la dignidad de la otra persona. La manipulación muestra desprecio por la Palabra de Dios y Su creación: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. (Mateo 22:37-39 NVI) Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia. (Colosenses 3:12 NVI) En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. (1 Pedro 3:8 NVI) Cuando nosotros conocemos y seguimos a Cristo, es nuestro gozo amar a otros de forma comprometida, sacrificial, honesta, valiente, llena de gracia, sanadora y perdurable. ¿Lo hacemos perfectamente? No. Pero Dios lo deja claro: Él no manipulará, controlará u obligará a los seres humanos a obedecer. Y tampoco nosotros lo deberíamos hacer. Desafortunadamente, eso no cambia la realidad de que algunas personas lo hacen ¿Por qué las personas manipulan? Las personas pueden ser manipuladoras debido a sus propias heridas, dolores o inmadurez. Tienden a reaccionar ansiosamente en lugar de relacionarse libremente. Les hacen falta las habilidades relacionales que se necesitan para tener interacciones saludables. O ellos nunca aprendieron, o se han rehusado a la autoconciencia, humildad, empatía y una disposición a hacerse responsables por sus propias acciones. Entonces, manipular es la única forma que conocen para relacionarse con los demás. Después están los que confían en que otros les arreglen, paguen las cosas o los cubran para no tener que ser responsables. En este mismo sentido, algunas personas tienen un desorden de carácter y disfrutan manipulando a otros, incluso al punto de lastimarlos. (Un desorden de carácter es “un trastorno caracterizado por un comportamiento socialmente indeseable, como control deficiente de los impulsos o la incapacidad para mantener relaciones afectivas cercanas y por ausencia de ansiedad o culpa”). Las personas manipuladoras pueden tener diferentes razones detrás de sus acciones, pero usualmente caen en tres categorías básicas o estilos: Máster. Esta persona se presenta como el que está a cargo y es su trabajo hacer lo que él/ella quiera sin hacer preguntas, porque “lo que ellos digan, es para tu propio bien”. Tienden a ser molestos y a enojarse fácilmente. Son intimidadores. La fuerza es su táctica principal, pero también podrían convencerle de que se someta con un encanto fascinante. Salvador (facilitador, rescatista, Mesías). Esta persona ha hecho algo por usted y cree que, como le “salvó” (de lo que sea), usted tiene una deuda de gratitud con ellos para siempre y se espera que haga las cosas a la manera de ellos. Para hacerlo sentir culpable y lograr que usted se doblegue a su voluntad, usualmente utilizan comentarios de tipo “tú deberías” seguidos de recordatorios de las cosas que ellos han hecho por usted. Y como el máster, la personalidad del salvador también podría aprovechar la frase, “es por tu propio bien”. Víctima. Esta persona a menudo es pasada por alto como manipuladora porque son los de tipo pobre de mí. Las víctimas saben que hay mucho poder en parecer impotentes. Sí, algo legítimamente malo les pudo haber ocurrido, pero su táctica principal es usar eso como una excusa para lograr que usted ceda a sus deseos y demandas. Sin importar el estilo del manipulador, su guion es el mismo: Ellos ordenan la acción que se supone usted debe realizar, y usted debe hacer lo que ellos quieren sin resistirse. Si usted percibe ese patrón en alguna de sus interacciones, puede estar en una relación insana con una persona manipuladora. Señales de que usted está siendo manipulado “Los manipuladores emocionales suelen ser muy hábiles”, escribe Travis Bradberry, Ph.D. “Comienzan con una manipulación sutil y aumentan la intensidad con el tiempo, y tan lentamente que usted ni siquiera se da cuenta de lo que está ocurriendo”. Entonces, ¿usted de qué debería estar pendiente? Bradberry sugiere nueve señales de un manipulador emocional: Ellos socavan su fe con respecto a la comprensión que usted tiene de la realidad. Sus acciones no coinciden con sus palabras. Son expertos repartiendo culpa. Se atribuyen el papel de víctimas. Ellos son demasiado, muy pronto. Son un agujero negro emocional. Ansiosamente acuerdan ayudar, e incluso, se ofrecen de forma voluntaria, y luego actúan como mártires. Siempre intentan superarle. Conocen todos sus botones emocionales y no dudan en presionarlos. Por supuesto, esa no es una lista exhaustiva. Y no siempre es fácil reconocer cuando una persona está tratando de manipularle o controlarle; entre más astuto es un manipulador, más difícil es reconocer su juego final. Sin embargo, debido a que la manipulación es tan destructiva, es importante tener una idea general de lo que hay que identificar. (Pero tenga cuidado de no asumir que alguien que está siendo bullicioso y animado lo está tratando de coaccionar. Simplemente podría tener una personalidad extrovertida). El impacto de ser manipulado Tener a otra persona quitándole, o intentando quitarle, su libertad por medio de represalias, proyección, o “gaslighting” (un comportamiento abusivo que lo hace cuestionarse su propia realidad o cordura) pueden tener un enorme impacto negativo en usted física, emocional y espiritualmente. Usted podría desarrollar: Aumento del estrés mental y de la fatiga física. Depresión o ansiedad. Disminución de la confianza en sí mismo, lo cual puede llevarle a dudar de usted. Su sentido de la realidad se ve amenazado, lo cual puede llevarlo a pensar que se está volviendo loco. Sentimientos de impotencia o vergüenza. Comportamientos auto tranquilizadores que no son saludables, para lidiar con el estrés y la fatiga. Sea que la manipulación tenga la forma de abuso físico o amenazas, humillaciones verbales o insultos, intento de culparle para hacer lo que ellos quieren, o gaslighting, usted necesita ponerle fin. ¿Cómo dejar de ser manipulado? Si usted piensa que podría estar en una relación con alguien que está intentando manipularle, le sugerimos seguir estos pasos: Sea consciente y tenga una mente abierta. Pregúntese ¿Esta persona realmente está intentando invalidar mi elección y hacerme actuar como ella quiere? Tenga en mente que hay una diferencia entre la exhortación (estímulo fuerte) y la manipulación. La exhortación es cuando alguien le dice una verdad que es sinceramente para su beneficio, y luego le permite tomar su propia decisión. Ellos aceptan y respetan su decisión final incluso cuando no estén de acuerdo con ella. La manipulación es cuando alguien le dice algo que puede ser verdad, pero en realidad es para beneficio propio. Aquí la clave es que ellos no le permitirán tomar su propia decisión y no aceptarán o respetarán su decisión final. Ellos continuarán presionándole hasta que tome la decisión que ellos quieren que usted tome. Busque la opinión de un consejero cristiano con licencia. Esto es especialmente importante si el manipulador es su cónyuge o pariente. Un consejero le puede ayudar a identificar problemas personales subyacentes que usted podría necesitar abordar, y le ayudará a encontrar mejores formas de manejar sus interacciones con la otra persona. Una perspectiva exterior puede ayudarlo a ver las cosas con mayor claridad. 3. Pregúntese: ¿Esta persona es lo suficientemente segura (física, verbal, emocionalmente) para confrontarle, o habrá una reacción negativa contra mí si lo hago? Confrontar a una persona cara a cara es la mejor manera de abordar los desacuerdos entre dos personas (vea Mateo 18:15-17). Pero si la persona no es segura o usted no está seguro, siga el consejo de Proverbios 9:7-8 y no le confronte; es probable que le echen las cosas en cara y sea culpado. También para este caso, el aporte de un consejero puede ser importante. 4. Establezca y haga cumplir límites saludables. Deje de seguirle el juego al manipulador. Los límites lo protegen de ser lastimado y tienen consecuencias para las personas que intentan cruzarlos. Entre más destructivo es el manipulador, más fuerte debe ser el límite. Usted podría necesitar aumentar la distancia física o relacional entre usted y la otra persona, incluso al punto de tener que detener todo contacto hasta que cesen sus comportamientos manipuladores insanos. ¿No sabe dónde comenzar? Escuche la transmisión con Gary Thomas titulada “Estableciendo límites en Relaciones tóxicas” (Parte 1 y Parte 2, solo disponible en inglés). Además, hemos listado más recursos al final de este artículo ¿Qué esperar cuando usted deja de seguir el juego? Cuando usted deja de seguir el juego del manipulador, puede esperar que suceda una de tres cosas: Ellos estarán molestos por un tiempo, pero eventualmente van a hacerse cargo de su comportamiento y realizarán cambios en su vida personal. La manipulación se detendrá. Este es el mejor resultado por el que esperamos y oramos. La persona se convertirá en una peor versión de sí misma. Ellos se volverán más fuertes, más humillantes verbalmente, o aumentarán la presión sobre usted para hacerlo volver a atrás, volver al guion para que haga lo que ellos digan. Usted incluso podría ver todos los tres estilos de manipulación en la misma persona mientras intenta obtener lo que desean: El máster se vuelve el salvador, quien luego se vuelve la víctima, que cambia al máster, que vuelve al salvador … y el ciclo se repite. Siempre es posible que esta persona cambie, pero no es probable. Es por esto que usted necesita un sistema de apoyo. La persona se convierte en una peor versión de sí misma y se vuelve peligrosa física y relacionalmente. Podrían intentar arruinarle financieramente, incluso presentar cargos falsos contra usted. Debido a que usted no hace lo que ellos quieren, hacen todo lo posible para lastimarle de alguna forma. Estas personas pueden ser extremadamente peligrosas y usted necesitará apoyo emocional y probablemente protección legal, para esquivar la tormenta. Afortunadamente, este tipo de evento no es tan común, pero aun así necesita planear con anticipación y mantenerse a salvo. Si se encuentra en los Estados Unidos llame a la línea gratuita de Violencia Doméstica Nacional al 1-800-799-7233 o visite thehotline.org. Su seguridad es lo más importante y la línea gratuita puede ayudar ¿Dónde encontrar más ayuda? Vivimos en un mundo roto, caído, con personas lastimadas. Debemos ser sensibles con aquellos en la comunidad, nuestro lugar de trabajo, nuestra iglesia, nuestras familias y nuestros matrimonios. “Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos”. (Romanos 12:18, NVI). Al mismo tiempo, necesitamos ser perspicaces, especialmente con una persona manipuladora. Jesús dijo, “Los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas”. (Mateo 10:16, NVI). Artículo La psicología es crucial para la salud mental y el bienestar emocional. Los profesionales de la psicología pueden ayudar a tratar una amplia variedad de enfermedades mentales, desde la depresión y la ansiedad hasta los trastornos alimentarios y la adicción. Sin embargo, aún hay mucho por hacer en cuanto a la estigmatización de la salud mental y la necesidad de invertir en investigación y tratamiento. Es fundamental fomentar una cultura de apertura y comprensión hacia aquellos que luchan contra enfermedades mentales y apoyar la investigación en este campo para mejorar nuestra comprensión y encontrar tratamientos más efectivos. La psicología es una ciencia cada vez más importante en la actualidad, especialmente en lo que respecta a las enfermedades mentales y la salud mental. A medida que la sociedad evoluciona, se hace cada vez más evidente la importancia de cuidar nuestra salud mental tanto como nuestra salud física. En este sentido, es fundamental destacar la labor de los profesionales de la psicología y su capacidad para ayudar a las personas a superar sus problemas emocionales y psicológicos. Desde la depresión y la ansiedad hasta los trastornos alimentarios y la adicción, la psicología ha demostrado ser una herramienta poderosa para tratar una amplia variedad de enfermedades mentales. Sin embargo, aún hay mucho por hacer en el ámbito de la psicología y la salud mental. A menudo, las personas que necesitan ayuda no buscan tratamiento debido a la estigmatización que aún existe en torno a la salud mental. Es importante que se hable más sobre este tema y se fomente una cultura de apertura y comprensión hacia aquellos que luchan contra enfermedades mentales. También es importante destacar la necesidad de una mayor inversión en investigación y tratamiento para las enfermedades mentales. A pesar de los avances realizados en la psicología clínica, todavía hay mucho que no se comprende sobre el cerebro humano y cómo funciona. Es importante que se apoye la investigación en este campo para mejorar nuestra comprensión de las enfermedades mentales y encontrar tratamientos más efectivos. En resumen, la psicología es una ciencia fundamental para la salud mental y el bienestar emocional. Es importante que se fomente una cultura de apertura y comprensión hacia aquellos que luchan contra enfermedades mentales, y se apoye la investigación y el tratamiento para mejorar la calidad de vida de quienes padecen estas enfermedades.