Subido por Maritza Zabala Rodríguez

Inteligencia artificial

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Inteligencia artificial y ODS
Cumplir con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, planeados por Naciones Unidas como
modelo de agenda global, necesario si queremos que el planeta tenga futuro, depende de la
voluntad de gobiernos, instituciones o personas y de la aplicación de innovaciones tecnológicas.
La Inteligencia Artificial, IA, es clave en el contexto de la política pública, dado que tiene el potencial
de ayudar a resolver algunos de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad. Así es, la IA y
otras tecnologías digitales, presentes en nuestras vidas, influyen en la consecución de los ODS tal
vez porque son motor de crecimiento económico y progreso social que han abierto nuevos
mercados y oportunidades para el avance en áreas críticas como salud, educación, energía y medio
ambiente.
Muchos expertos predicen que la IA y sus máquinas superen en las próximas décadas el
rendimiento humano en múltiples tareas. La IA asistirá el crecimiento económico y será una
herramienta valiosa para mejorar el mundo, si industria, sociedad civil y gobiernos trabajan juntos
para desarrollar aspectos positivos de la tecnología, gestionar sus riesgos y desafíos y garantizar
que todo el mundo tenga la oportunidad de ayudar a construir un mundo basado en la IA.
El gobierno tiene muchas tareas por hacer: convocar conversaciones sobre temas importantes y
ayudar a la agenda del debate público; supervisar la seguridad y equidad de las aplicaciones a
medida que se desarrollan, adaptar los marcos regulatorios para fomentar la innovación al tiempo
que se protege al público; apoyar la investigación básica y la aplicación de la IA a los bienes públicos,
así como el desarrollo de una mano de obra cualificada y diversa.
Ahora bien, si se establecen marcos normativos y legislativos apropiados, para direccionar el
potencial de la IA hacia mayores beneficios para las personas y el medio ambiente, así como hacia
el logro de los ODS.
Esto demanda un cambio de modelo para promover la cooperación y limitar las posibilidades de
control del comportamiento de los ciudadanos a través de la IA, tal como pasa ahora, ni los
individuos ni los gobiernos son capaces de seguir el ritmo a los desarrollos tecnológicos. Lo
evidencia la falta de una legislación adecuada para garantizar la viabilidad a largo plazo de estas
nuevas tecnologías.
En general, el enfoque de la regulación de los productos con IA para proteger la seguridad pública
debe basarse en la evaluación de los aspectos del riesgo que la IA puede reducir, junto con los
aspectos de riesgo que puede aumentar. Además, se necesita una visión regulatoria previa a la
supervisión regulatoria. Los formuladores de políticas deben tener suficiente comprensión de los
desafíos de la IA para formular políticas públicas sólidas efectivas.
Desarrollar y estudiar la inteligencia de las máquinas puede ayudarnos a entender y valorar mejor
la inteligencia humana. Usada con prudencia, la IA puede incrementar nuestra inteligencia y
ayudarnos a trazar mejores rutas hacia el futuro.
© Maritza Zabala Rodríguez
@mazarito1
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