Jurisprudencia Constitucional Notarial Docente: Pablo Andrés Bonilla Hernández [email protected] (i) Organización del notariado (ii) la función notarial y (iii) la teoría formal del instrumento público. Ramas del derecho involucradas: El derecho registral. El derecho mercantil. El derecho civil y procesal civil. El derecho procesal penal. El derecho tributario (extrafiscalidad) Organización del notariado y la función notarial [email protected] El Notario, su función y trascendencia. Extranjero a quien se le han extendido los títulos de Abogado y Notario y reclama el hecho que el CANG no le permite ejercer la profesión de Notario. C. La delegación de funciones jurisdiccionales a los Notarios. La delegación a los Notarios de realizar ciertos actos judiciales, como auxiliares de los Jueces, sin que ello apareje jurisdicción. E. La Fe Pública Notarial. F. La función jurisdiccional y el Notario. G. Los derechos adquiridos de los Notarios. H. El protocolo, el Archivo General de Protocolos y la publicidad. El Notario como sujeto pasivo de impuesto (s) y la fiscalización de la SAT. J. Inspección del Protocolo y responsabilidad del Notario. K. Otros de relevancia. A. B. D. I. Ver expediente número 1026-2010 C. C. Caso objeto de análisis: Pertinencia en cuanto a que el Notario autorizante de un instrumento jurídico participe como tercero en un proceso en donde la Litis estriba en cuanto al negocio jurídico y los vicios del consentimiento presentes en el mismo y no en cuanto al instrumento público. TEMAS INVOLUCRADOS: función notarial, función modeladora, función legitimadora, nulidad negocio jurídico, nulidad instrumento público. “…Motiva la solicitud de amparo la inconformidad que resiente la postulante con la decisión de la Sala cuestionada de confirmar la desestimación que el juez de primera instancia dispuso respecto del incidente de desvinculación del proceso que planteó por haber sido vinculada en calidad de tercera, en un proceso que, según afirma, tiene por objeto la declaratoria de nulidad por vicio del consentimiento del negocio jurídico contenido en una escritura pública que, en su oportunidad autorizó, y no la validez de ese instrumento. En tales criterios basó su afirmación de que no tiene interés personal y directo en la sustanciación del proceso y, por tanto, no le correspondía soportar la carga de intervenir en calidad de tercero coadyuvante de los demandados. (…) tanto los órganos de la jurisdicción ordinaria que conocieron la pretensión de la postulante de ser separada del juicio de mérito al que había sido vinculada como tercera con interés, como también el Tribunal de Amparo de primer grado, estimaron que la denegatoria de esa petición fue correcta pues el pronunciamiento que se haga en aquel juicio ordinario pudiera abarcar la forma en la que realizó su actividad aquella profesional del derecho, situación que, contrario a lo que ésta afirma, recomendaba su participación en el mismo. Esta Corte estima acertados tales razonamientos debido a diversos factores que es necesario considerar. En primer lugar, el hecho de que lo que se denuncia es la nulidad del negocio jurídico contenido en una escritura pública autorizada por la ahora postulante, y no la validez de éste instrumento jurídico, no exime a aquélla de responsabilidad, ni debe limitar la posibilidad de que ésta sea requerida para brindar información al respecto. Ello es así porque, pese a que tal diferencia atiende a que la nulidad que se denuncia fue presuntamente provocada por vicio en el consentimiento que los demandados prestaron al momento de la celebración de dicho negocio, existen obligaciones que únicamente atañen al profesional autorizante del respectivo instrumento. La labor que debe realizar el notario no se circunscribe a oír y trasladar en un escrito la voluntad de las partes contratantes, para luego, una vez observadas las formalidades del caso, dar fe pública de lo acordado por medio de su signatura y la impresión de su sello. Su función alcanza mayor amplitud, pues dentro de la función pública que ejerce al recibir, interpretar y dar forma legal a la voluntad de las partes (redactando los instrumentos adecuados a este fin y confiriéndoles autenticidad), a este profesional del derecho le corresponde la tarea de comprobar, mediante los títulos legales correspondientes, el derecho, el estado civil, la capacidad para otorgar determinado acto jurídico, u otras circunstancias que los requirentes aseguren poseer, ya que en su actividad está comprendida la autenticación de hechos y la constancia de datos relevantes para el negocio a celebrar en el asunto particular. En forma puntual, su función legitimadora supone la verificación de que las partes contratantes sean efectivamente las titulares del derecho que reclaman tener, estando obligado a calificar la representación en los casos que se ejercite, la cual conforme a la ley y a su juicio, debe ser suficiente. Sin embargo, es importante considerar que si bien es cierto que lo que se cuestiona en el juicio ordinario relacionado no es la validez de dicha escritura pública, sino el negocio que ésta contiene, como aquélla insiste en diferenciar, también lo es que tal objeción se funda en el supuesto vicio del consentimiento prestado por los contratantes y que, sin duda, es éste hecho el que adquiere particular relevancia en el análisis que reclama la resolución de este asunto, pues ese acuerdo constituye, precisamente, uno de los puntos sobre los que el notario debe dar fe. Al estampar su firma y sello, dicho funcionario le está confiriendo autenticidad al acto o contrato celebrado, lo que supone, primero, la aquiescencia de los contratantes, y luego, que ésta anuencia haya sido debidamente comprobada por el notario. Que alguno de los otorgantes se atribuya una facultad que no posee es una conducta sobre la que, solamente aquéllos deben responder. Sin embargo, sobre este tema, cobra relevancia la actuación del notario, si por mandato legal, éste está obligado a comprobar tal extremo. Las anteriores consideraciones ponen de manifiesto la importancia que tiene la intervención de la accionante como tercera dentro del citado proceso judicial. Tales razonamientos también permiten advertir la necesidad de esa participación en atención a sus intereses propios, pues pese a que asegura que no tiene ningún interés en las resultas del juicio, el llamado que se le hizo a intervenir en el mismo constituye una oportunidad para que pueda formular los argumentos que estime necesario exponer al Juez del asunto. De cualquier manera, en caso de que dicha profesional considerara prudente omitir pronunciamiento alguno acerca de la imputación efectuada por la demandante, tendrá la opción de hacerlo, a menos que el Juez de la causa disponga requerirle, por alguno de los medios que establece la ley, algún tipo de información que agregue claridad sobre el asunto a dilucidar. Como consecuencia de la calidad de tercero que se le confirió, el funcionario judicial se limitará a conferirle las audiencias respectivas, mismas que aquélla podrá o no evacuar.”. Según voto razonado disidente emitido dentro del expediente 2729-2011 (inconstitucionalidad general parcial), para el ex Magistrado Alejandro Maldonado Aguirre “…un planteamiento de abogados notarios a abogados jueces, no puede reducirse a la perspectiva de los primeros como titulares de una profesión liberal, que en efecto la tienen, sino también como depositarios de una función pública. No hay duda de que los notarios tienen amplia libertad para acepar o no un encargo profesional, y dentro de éste, para expresar su propio criterio acerca de las condiciones jurídicas que su conocimiento y experiencia recomienden para beneficio o mejor conveniencia de sus clientes. Cuando ha terminado la etapa de decidir entre el notario y su requirente el tipo, forma y otras condiciones del negocio o acto de voluntad que debe autenticar con su fe pública, pasa a otra condición que deja de ser privada o libre. Entonces ejerce una actividad que ya no es liberal sino reglada. Esto es así, porque la sociedad le ha conferido ese poder de dar fe erga omnes a los documentos en que estampa sello y firma, también registrados por el Estado. Esa función pública del notario es la que, a mi criterio, obliga a interpretar las normas que se cuestionan con métodos propios para conocer del Derecho Administrativo y no como lesiones a derechos humanos fundamentales, naturales e inherentes a la personalidad individual, porque los impetrados no lo son. No habiendo sido así, discrepo con la sentencia por no basarse, según mi criterio, en métodos interpretativos adecuados ¿Puede un extranjero ejercer el Notariado en Guatemala o únicamente lo pueden hacer aquellos guatemaltecos “naturales”? ¿Se viola el artículo 2 del Código de Notariado, de permitir a un extranjero nacionalizado ejercer la profesión? ¿Qué cuerpo legal lo limitaría, o, en su defecto, lo avalaría? ¿De no permitírsele a una extranjero se atenta contra el principio de igualdad; derecho del trabajo? ¿Se puede tener la calidad de Notario (título profesional) y sin embargo no ejercer la función notarial (profesión de Notario)? ¿Qué normativa constitucional pudiese utilizarse en cuanto a las no limitaciones de los extranjeros naturalizados; y en todo caso, será posible invocarla? ¿El Notario es un funcionario público? ¿El Notario presta servicios; si es así, de qué tipo: profesionales, comerciales, notariales? ¿Aplican los TLC´s a los servicios que presta un Notario? Expediente número 1006-2002. Caso objeto de análisis: Viabilidad jurídica que un extranjero (Norteamericano) pueda ejercer el Notariado en Guatemala. Únicamente el guatemalteco de origen puede ejercer dicha profesión. TEMAS INVOLUCRADOS: Sistema de notariado latino, requisitos habilitantes para ejercicio notarial (organización legal del Notariado), función notarial, servicios profesionales, servicios notariales. El abogado Steven Edward Hendrix ha promovido acción constitucional de amparo, reclamando contra la decisión emanada por la Junta Directiva del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala de no autorizarle el derecho a ejercer la profesión de notario, con fundamento en que por ser el solicitante de nacionalidad estadounidense, la referida profesión [de notario] <<de conformidad con nuestra legislación vigente es de ejercicio exclusivo a los guatemaltecos de origen… Al respecto, esta Corte, obviando pronunciamiento alguno respecto de las razones por las cuales la citada Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales extendió un título profesional a una persona cuya nacionalidad podría impedirle el ejercicio de la profesión que ampara el título, pues ello no es debatido en este proceso constitucional; considera que la tesis del amparista apoyada en los precedentes jurisprudenciales que cita, y los tratados internacionales [suscritos por Guatemala en temática relacionada con el comercio mundial] que relaciona, no puede ser acogida por esta Corte, en atención a que el sistema notarial guatemalteco –de tendencia al sistema denominado como de “Notariado Latino”- es distinto del sistema notarial que rige en el país [Estados Unidos de América] en el que se emanaron los precedentes jurisprudenciales en los que quien solicita amparo pretende sustentar su pretensión; aparte de que, el sistema notarial que rige en Guatemala, no conceptualiza a la función notarial como “un servicio” y de ahí que carecen de aplicación los tratados internacionales en materia comercial (de servicios) cuya aplicación invoca el amparista…En el caso del amparista, se puede colegir que la Junta Directiva del Colegio Profesional impugnado denegó la autorización para el ejercicio como notario tomando como base su nacionalidad, pues el solicitante, según lo relaciona en su líbelo introductorio de la acción de amparo, es de nacionalidad estadounidense. Ese también fue el fundamento para que la apelación instada contra la denegatoria de autorización fuera desestimada por la Asamblea de Presidentes de los Colegios Profesionales de Guatemala. A criterio de esta Corte, el conflicto antes generado puede ser solucionado aplicando lo dispuesto en el artículo 146 de la Constitución Política de la República… para los efectos positivos del otorgamiento de amparo, la Asamblea de Presidentes de los Colegios Profesionales deberá dictar resolución ordenando al Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala, el dictar una resolución que contenga autorización para permitir el ejercicio de la profesión de Notario al solicitante de amparo, condicionada a que para que se de tal autorización, Steven Edward Hendrix debe cumplir con acreditar ante dicho Colegio Profesional, el haber adquirido la nacionalidad a que se refiere el artículo 146 de la Constitución Política de la República…”. Ver artículo 6, 106 y 108 C.N. En cuanto a calificar “servicios notariales” ver: Expedientes 289-2001, 17772007, 2729-2011, y 1306-2001. EXPEDIENTE 4251-2011 Caso: Se rechaza la contestación de la demanda ya que se hizo extemporáneamente. No obstante, a través de acta notarial se hizo constar, según narración del interesado, que sí fue presentada en tiempo. TEMAS INVOLUCRADOS: fe pública notarial, actas notariales de referencia, acta de declaración jurada, cumplimiento de plazos judiciales y jornada laboral judicial. “…En la sentencia apelada, el a quo denegó la protección constitucional solicitada por considerar que la declaración jurada no contiene hechos que le consten al notario, sino que únicamente constituye un relato de lo acontecidos, por lo que no se puede evidenciar que la amparista hubiere presentado el documento a las quince horas con veinte minutos como señala en su relato… esta Corte advierte que la protección constitucional denegada en primera instancia debe mantenerse, ya que la autoridad cuestionada no lesionó el derecho de defensa de la accionante al rechazar la contestación de la demanda, argumentando que su planteamiento fue extemporáneo. Se asume lo anterior, puesto que la razón de su rechazo muestra que la referida autoridad estimó planteado fuera del plazo el escrito de contestación de la demanda que la accionante presentó; ya que, del análisis del caso se advierte que el acta referida contiene una declaración jurada, es decir que al notario no le constan los hechos descritos, por ser una narración que le hacen de lo acontecido. El jurista, Nery Muñoz en su libro “El Instrumento Público y el Documento Notarial” citando a Pedro Ávila Álvarez señala con relación a las actas de referencia “En estas actas, en las que el Notario da fe de la comparecencia ante él de determinadas personas a hacer las manifestaciones que se recogen en el acta, pero sin dar fe de los hechos a que dichas manifestaciones se refieren…”. La postulante del amparo no probó fehacientemente que el rechazó del escrito de contestación de la demanda hubiese sido un acto arbitrario y que la fundamentación que utilizó la autoridad cuestionada haya sido violatoria de sus derechos, toda vez que al notario no le consta que la hora de presentación del escrito en la sede del órgano jurisdiccional hubiese sido a las quince horas con veinte minutos. Por lo anterior, el acta que contiene la declaración jurada no constituye medio probatorio que sea idóneo. De conformidad con el principio de seguridad jurídica, no es procedente que los tribunales reciban escritos presentados por las partes después de concluida la jornada laboral…”. El Notario, la función jurisdiccional y la publicidad [email protected] Expedientes acumulados 467 y 612–2008 Caso objeto de análisis: posible violación a los derechos adquiridos a favor de Notario, debido a que producto de modificaciones legislativas, existe ahora imposibilidad de continuar tramitando un asunto de jurisdicción ordinaria que la ley antes le permitía al Notario. TEMAS INVOLUCRADOS: jurisdicción voluntaria, derechos adquiridos, jurisdicción. Contenido: “…La accionante estima que la disposición impugnada restringe el derecho adquirido por el ejercicio del notariado en la tramitación de adopciones y que la disposición legal se emitió en perjuicio de los notarios, pues hasta antes de la entrada en vigencia de la ley impugnada, los notarios se hallaban legalmente facultados para tramitar adopciones en la vía extrajudicial; sin embargo, –dice– esa facultad les fue arrebatada en su totalidad y conferida con exclusividad al Consejo Nacional de Adopciones, con lo cual estima que se violan las disposiciones constitucionales invocadas. Al respecto, esta Corte considera que los argumentos expuestos por la accionante no encuentran asidero en este Tribunal, ya que como se expuso respecto de la Ley Reguladora de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción Voluntaria, lo que el legislador realizó fue una delegación de funciones jurisdiccionales dirigidas al cumplimiento de deberes estatales –como la protección de los niños declarados adoptables, como en el presente caso–, con lo cual no constituyó derechos subjetivos para los notarios, sino un deber de auxilio a las funciones del Estado, específicamente las jurisdiccionales, valiéndose de la fe pública que poseen para hacer constar y autorizar actos y contratos, por disposición legal… se advierte que el legislador decidió derogar la normativa que regulaba la tramitación notarial de adopciones, pues ésta ya quedaba regulada por la nueva ley, con los aspectos propios para cumplir con su objeto, fines y motivaciones, atendiendo a los convenios internacionales ratificados por el Estado de Guatemala y a los deberes estatales constitucionalmente establecidos para con la niñez. De ahí que no se advierta restricción a derechos adquiridos por la profesión notarial que violen los artículos constitucionales invocados por la interponente, debido a que no existe reconocimiento constitucional que consolide derecho alguno en materia del encargo de una atribución que el Estado determina y que discierne según su razonable función ordenadora de la vida social…”. En cuanto a los derechos adquiridos de los profesionales, especialmente de los Abogados, ver Expedientes Acumulados 825-2000, 1305-2000 y 1342-2000. Expediente 1056-97 Caso objeto de análisis: Cuestionamiento en cuanto a si el Notario, en su calidad de Notario Notificador (art. 71 CPCyM), ejerce una función jurisdiccional de administración de justicia propia del Estado. Temas involucrados: Notario, administración de justicia, jurisdicción. “…De conformidad con lo que preceptúa el artículo 33 del Código Procesal Civil y Mercantil el juez podrá a instancia de parte, encomendar a un notario la realización de determinados actos, incluso notificaciones y discernimientos. En virtud de tal designación, el notario asume la calidad de auxiliar del juez y queda facultado para practicar la diligencia que le sea encomendado, sin que ésta constituya prórroga de la potestad de administrar justicia, sino únicamente delegación de la práctica de una diligencia que, como cualquier otra, está sujeta a la fiscalización de las partes mediante los recursos o medios de impugnación que la ley prevé para el efecto y que bajo ningún punto de vista incide en la resolución final del asunto ni en la administración de En el mismo sentido ver el expediente 687-1998 Expediente número 929-96 Caso: Posible inconstitucionalidad de la norma (artículo 264 bis CPP) que autoriza al notario a levantar acta notarial en donde se haga constar arresto domiciliario en hechos de tránsito, ya que supone la participación del Notario en una actividad que apareja jurisdicción y excede así su función o atribuciones. Temas involucrados: Fe pública notarial, jurisdicción, función notarial . Contenido: “…Efectuado el estudio comparativo correspondiente, esta Corte considera que el artículo 264 del Código Procesal Penal, como regla general, prevé que las medidas sustitutivas deben ser aplicadas por juez competente, las cuales están dirigidas fundamentalmente hacia los delitos dolosos; y la adición que genera el artículo 19 impugnado es una alternativa para los hechos culposos, que por ser de menor gravedad y por ende, de menor peligro de obstaculización de la verdad y fuga del imputado, requieren de mayor facilidad de aplicación de la medida sustitutiva por excelencia para esos hechos: el arresto domiciliario. De ahí que la norma atacada señala que dicha medida podrá constituirse mediante acta levantada por notario… Aplicar la medida de arresto domiciliario es facultad que estuvo por años en el antiguo Código Procesal Penal. Y la misma no constituye acto jurisdiccional, pues todo lo actuado en la fase preliminar son actos de investigación y preparatorios para el eventual juicio penal. La función de juzgamiento se inicia con el período intermedio ante el juez respectivo y se matiza con más preeminencia en la fase del juicio. En consecuencia, la norma atacada no viola ningún precepto Constitucional…”. Expediente 1805-2018 Caso objeto de análisis: Cuestionamiento en cuanto a si un Notario puede actuar como Notario Notificador en el extranjero. Temas involucrados: Notario, Notario Notificador, jurisdicción, suplicatorio. “Analizados los antecedentes del caso, esta Corte advierte que la controversia se origina de la interpretación que se hace de la función que ejerce el notario en casos como el que se presenta, de manera que se hace necesario analizar, al menos, dos aspectos: la función del notario en el ejercicio liberal de la profesión y como auxiliar judicial. Respecto del ejercicio liberal de la profesión, este ocurre en los casos en que dicho profesional es requerido por los interesados para autorizar o dar fe de los actos o contratos celebrados por particulares, dando certeza jurídica a todas aquellas declaraciones que se formalizan ante sus oficios, sea dentro o fuera de la república, siempre que los mismos surtan efecto en el país, actividad que se encuentra regulada básicamente en el Código de Notariado y en la Ley del Organismo Judicial. Ahora bien, el ejercicio del notario como auxiliar del juez, tiene su fundamento en el artículo 33 del Código Procesal Civil y Mercantil, norma que establece los actos en que puede actuar por designación de juez. Ahora bien, el ejercicio del notario como auxiliar del juez, tiene su fundamento en el artículo 33 del Código Procesal Civil y Mercantil, norma que establece los actos en que puede actuar por designación de juez. Para el ejercicio de ambas funciones, queda claro que el requisito habilitante es el ostentar el título profesional de notario; sin embargo, estas difieren en la función específica que desempeñan, pues en el segundo actúa por designación de juez en los actos públicos que este le ha encomendado, los cuales debe ejercer con la diligencia necesaria, pues en esta designación cumple una tarea propia de su tribunal, de manera que actúa en ejercicio de una función pública delegada, en el entendido que posee las mismas limitantes de dicha autoridad judicial. Hecha la anterior distinción, queda por analizar si es viable la actuación de un notario como notificador judicial en el extranjero, especialmente en el caso que su actuación se requiere para notificar una demanda promovida ante un juez de la República de Guatemala. En este caso, se tiene que, dada la función en que se ubica el notario cuando actúa por designación judicial, como antes se apuntó, le son aplicables las mismas limitaciones a las que se encuentran sometidos los órganos jurisdiccionales, derivado de la función pública delegada que se encuentra desempeñando, entre ellas la competencia por razón del territorio, y en este caso, si bien el notario tiene facultad para ejercer este tipo de actuaciones, se entiende que la misma ha sido concedida para actuar dentro del territorio nacional, en tanto ningún tribunal del país se encuentra habilitado para practicar notificaciones en el extranjero, por lo que, si es necesario notificar a algún sujeto fuera del territorio nacional, se debe utilizar la vía legalmente establecida para este tipo de situaciones regulada en el artículo 81 del Código Procesal Civil y Mercantil, el cual es congruente con lo previsto en el 388 del Código de Derecho Internacional Privado, por cuanto establece que si no existe otra vía legal – entiéndase algún acuerdo de cooperación u otro instrumento internacional similar–, se debe optar por la vía diplomática a través de un exhorto o carta rogatoria.”. Expediente 1898-2012 Caso objeto de análisis: Cuestionamiento en cuanto a si el Notario es sujeto pasivo del tributo. Temas involucrados: Notario, sujeto pasivo, protocolo, exhibición del protocolo, funciones notariales, obligaciones y deberes notariales, sanción al Notario. “…el notario no puede ni debe ser considerado como contribuyente [sujeto pasivo de una obligación jurídico-tributaria] en su calidad de profesional del derecho, sino únicamente en su condición de sujeto personal y/o particular, pues no existe en el ordenamiento jurídico guatemalteco regulación sobre algún tributo en el cual el sujeto pasivo de la relación jurídicotributaria sea el propio notario, pues éste solo ejerce una profesión liberal, cuyo título expedido legalmente para tales efectos, así lo autoriza, ello de conformidad con la Constitución [Artículos 87, 89 y 90]. Entre las funciones de los notarios en ejercicio, tal como lo afirma el Instituto Guatemalteco de Derecho Notarial, figura la de ser depositarios de sus protocolos. El protocolo es un todo [colección ordenada de las escrituras matrices, actas de protocolación, razones de legalización de firmas y documentos que autoriza y registra el notario de conformidad con lo dispuesto por el artículo 8 del aludido Código] y no un conjunto de documentos. Pero el notario no es solamente depositario de los protocolos, sino además, es responsable de su conservación, como reza el artículo 19 ibidem, ya que se trata de colecciones que pertenecen al propio Estado. Por ello cabalmente los notarios están sujetos al cumplimiento particular de los deberes y obligaciones establecidos por el Título II del Código de Notariado. Entre estas obligaciones es relevante destacar la dispuesta en el artículo 78 que consiste en enviar periódicamente al Archivo General de Protocolos el testimonio especial de las escrituras públicas que autoriza. el acto de exhibición del protocolo por parte del notario a requerimiento de la Administración Tributaria, no constituye la obligación tributaria que regula el artículo 14 del Código Tributario; asimismo, debe inferirse que éste [el notario], en esa precisa circunstancia, tampoco puede constituirse en sujeto pasivo de tal obligación, es decir, en calidad de contribuyente [salvo sus obligaciones personales, como se dijo con anterioridad], ello de conformidad con el artículo 18 del mismo cuerpo normativo en referencia, por lo tanto, desde esa perspectiva no le es aplicable dicha normativa. Ahora bien, si el notario, en su calidad profesional [no personal] no debe considerarse como contribuyente o sujeto pasivo de relación jurídico-tributaria alguna, el punto a dilucidar sería entonces si ¿el notario puede o no ser considerado como sujeto pasivo de algún “deber formal” ante la Administración Tributaria?” …dentro del sistema jurídico guatemalteco, el único cuerpo normativo que regula el actuar y los “deberes formales” del notario como profesional del derecho, es el Código de Notariado. Dicho cuerpo normativo, tal como lo afirma el Instituto Guatemalteco de Derecho Notarial, sujeta a quienes ejercen esa función a ser celosos de la exhibición de su protocolo. La misma no puede llevarse a cabo sin el cumplimiento estricto de los procedimientos que puntualmente dispone aquel cuerpo legal. Es más, la exhibición completa del protocolo no puede tener lugar sino en el caso de averiguación sumaria por la comisión de algún delito y ante el Inspector de Protocolos, tal y como lo previene el artículo 21 del mencionado Código. Ahora bien, la propia ley prescribe que cualquier persona que tenga interés en la consulta de determinadas escrituras matrices –no del protocolo–, podrá hacerlo en presencia del notario, siempre que no se trate de testamentos o donaciones por causa de muerte, porque estas escrituras están protegidas por el secreto profesional y la privacidad inherente a ellas, a menos que los consultantes sean los propios otorgantes. De modo que la exhibición de las escrituras matrices a personas distintas de las señaladas, salvo resolución firme de juez competente [bajo su estricta responsabilidad], es lesiva a la función notarial, incluida dentro de las profesiones autorizadas a que se refieren los artículos 34 y 90 de la Constitución y reguladas por la Ley de Colegiación Profesional Obligatoria. (…) En todo caso, no podría equipararse una obligación profesional regida por un cuerpo normativo específico, como el Código de Notariado [exhibición del protocolo ante la autoridad correspondiente –Inspector de Protocolos–] con la de una obligación fiscal [pago de tributos por los sujetos pasivos – contribuyentes–]”. “…de ninguna manera, se puede suponer que el protocolo de los notarios constituya un repertorio privado, fuera de control de los entes públicos reconocidos por la ley para el oficio fiscalizador de su debido orden y adecuación a las normas que lo regulan. Asimismo, tampoco debe suponerse inaccesible a la vista de los particulares interesados en su consulta. Lo que ocurre es que, por seguridad jurídica de dicho instrumento, se deben seguir los procedimientos que la ley señale para obtener su exhibición o para solicitar copia de las escrituras que lo forman. Por esto es que los notarios están obligados a remitir al Archivo General de Protocolos los testimonios especiales, con la regularidad que el correspondiente Código determina, copias a las cuales pueden acceder los jueces, la Administración Tributaria, el Ministerio Público, o cualquier otra persona natural o jurídica que, salvo los documentos que la misma ley prohíbe hacer públicos, están en posibilidad de consultar”. De igual forma la Corte de Constitucionalidad ha explicado en los expedientes Acumulados 729 y 744-2000, que “…en nuestro régimen notarial las escrituras matrices y demás documentos que autoriza un notario -cuya colección ordenada se denomina legalmente protocolo- son esencialmente públicos, motivo por el que pueden ser consultados en presencia del notario por cualquier persona que tenga interés particular -lo que desde luego incluye al fisco-, con la excepción de aquellas escrituras que contengan actos o contratos para los que la ley ha establecido reserva, como sucede, en nuestro sistema, con los testamentos y donaciones por causa de muerte, pero solamente mientras vivan los otorgantes, los cuales, a tenor de lo prescrito por el artículo 22 del Código de Notariado, únicamente podrán ser consultadas por los propios interesados. Expediente 2975-2016 Caso objeto de análisis: Cuestionamiento en cuanto a la Notificación hecha por Notario Notificador Temas involucrados: Notario, fe pública. “…obra el acta de notificación (…) practicada a los ejecutados en la dirección antes mencionada, por (…), quien por haber actuado en el ejercicio de su función notarial se le reputa como funcionario público, lo cual implica que todos los actos y contratos por ella autorizados están revestidos de veracidad hasta que sean redargüidos de nulidad, lo anterior deriva de la fe pública que el Estado le ha otorgado como consecuencia de las actuaciones realizadas en su profesión, motivo por el cual la notificación realizada está revestida de certeza jurídica y que además los ahora amparistas no aportaron medios de prueba que desvanezca la presunción de legalidad de estos actos, todo ello en base la fe pública de la notaria notificadora”. EXPEDIENTE 3641-2010 Caso objeto de análisis: presentación ante una autoridad administrativa de documentos legalizados por Notario. No obstante los mismos son rechazados por no ser los originales, e inclusive no existe un fundamento legal que avale el requerimiento de los documentos originales. TEMAS INVOLUCRADOS: Fe pública notarial, actas notariales de legalización de documentos, principio de legalidad, referencia, acta de declaración jurada, instrumentos públicos. Contenido: “…Denuncia la postulante que la autoridad impugnada se negó a recibir la solicitud presentada, argumentando la imposibilidad de aceptar documentos legalizados por notario…. fue admitida como prueba en primera instancia el acta notarial faccionada en la ciudad de Guatemala, el dieciocho de mayo de dos mil diez, por la notaria Anabella Alburez Aja, en la que, entre otras cosas, se hizo constar lo siguiente: a) la negativa de personal de la administración tributaria de recibir la documentación presentada por el representante legal de la entidad amparista a efecto de inscribirla como contribuyente; y b) el requerimiento de que se presentaran, para proceder a dicha inscripción, en original, el recibo por consumo de agua, energía eléctrica o teléfono, o de pago del impuesto único sobre inmuebles relativo al bien cuya dirección se inscribiría como domicilio fiscal, o, en su caso, contrato de arrendamiento o factura de pago de renta por dicho concepto. El instrumento público aportado como prueba, de conformidad con el artículo 186 del Código Procesal Civil y Mercantil (de aplicación supletoria en los procesos constitucionales, artículo 7o de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad), al haber sido autorizado por notario, produce fe y hace plena prueba, teniéndose por acreditados, derivado de los hechos que se hicieron constar en el acta notarial, la negativa a admitir a trámite la solicitud formulada por la solicitante del amparo y los motivos aducidos por la administración tributaria para asumir tal decisión. Si bien la autoridad impugnada negó en el trámite del proceso que se haya rechazado la solicitud formulada, es menester destacar que la no admisión de ésta por no acompañar la documentación requerida acarrea los mismos efectos de un rechazo, es decir, la negativa a acceder a la inscripción de la postulante como contribuyente en el Registro Tributario Unificado. También la administración tributaria alegó que no se exigió a la amparista que acompañara documentos originales, indicando que en los trámites para la inscripción de contribuyentes se permite la presentación de copias legalizadas por notario; sin embargo, dicha autoridad no ofreció prueba alguna que sirviera para corroborar su aseveración y, especialmente, para refutar el contenido del instrumento público aportado como prueba por la postulante. De esa cuenta, concluye la Corte en los hechos que se estiman probados, derivado de la categoría de plena prueba que el ordenamiento procesal confiere al acta notarial (la que no fue redargüida de nulidad o falsedad), tomando en cuenta, además, que los hechos controvertidos se refieren a una específica situación fáctica acaecida en un momento y lugar determinados, de la que no quedó otra constancia que lo consignado en dicho instrumento y que, por ende, revelan la inexistencia de mayores elementos que habrían podido ser pesquisados de oficio por el tribunal… No existe normativa alguna que impida, para los efectos de solicitar la inscripción como contribuyente y, en general, para llevar a cabo cualquier actuación ante las autoridades administrativas o judiciales, que el interesado presente copias legalizadas notarialmente de los documentos que le sean requeridos, pues el notario, por disposición legal, está dotado de fe pública para hacer constar la autenticidad de aquellos documentos reproducidos en su presencia (artículos 1, 54 y 55 del Código de Notariado). De esa cuenta, no es dable a la autoridad impugnada requerir que se acompañen únicamente documentos originales, impidiendo la presentación de copias legalizadas por notario, como condición para la admisión de las solicitudes que se le formulen, pues una exigencia en tal sentido no sólo carece de base legal sino que, a la postre, inobserva la fe pública conferida por el ordenamiento al notario, demeritando la autenticidad que jurídicamente se reconoce a los instrumentos públicos por éste autorizados.”. Expediente 265-2012 Caso objeto de análisis: Procedimiento para obligar al Notario a expedir testimonio (artículo 74 C.N. vs. CPCyM) Temas involucrados: Negativa de extender testimonio, jurisdicción voluntaria, Notario. Contenido: “En el caso objeto de estudio el amparista alega que la autoridad impugnada no debió dar trámite a la solicitud de diligencias de jurisdicción voluntaria para expedición de un testimonio de una escritura pública… el procedimiento establecido en el artículo 74 del Código de Notariado es específico para ese efecto y no mediante la jurisdicción voluntaria contemplada en el Código Procesal Civil y Mercantil, por lo que se variaron las formas procesales. En ese sentido se determina que el artículo 74 del Código de Notariado no regula un procedimiento específico como afirma el postulante sino simplemente esa norma contempla que se deberá dar audiencia al notario y dictará la resolución que proceda, y en el caso que el notario obligado no obedeciere se ordenará la ocupación del protocolo y se designará a otro notario para que extienda el testimonio, asimismo el artículo 402 del Código Procesal Civil y Mercantil regula: “Las informaciones que las leyes exigen para la realización de ciertos actos, como el otorgamiento de autorizaciones judiciales, rectificación de partidas, etcétera, y todos los que no estuvieren especialmente reglamentados, se sujetarán a lo dispuesto en este título, aplicándose, además, lo que particularmente establezcan como requisito especial las leyes respectivas ”, por esa razón se determina que todas aquellas cuestiones que no estuvieren especialmente reguladas en las leyes, como es el caso de la negativa de un notario a extender el testimonio de una escritura pública debe instarse por el procedimiento idóneo que es el de jurisdicción voluntaria... por lo que en razón de lo anterior el Juez puede conforme el carácter de no contencioso de la llamada “jurisdicción voluntaria” y de lo estipulado en el artículo 405 del Código Procesal Civil y Mercantil no sujetarse a las formas o términos de la jurisdicción contenciosa para el trámite del asunto y además el artículo 74 del Código de Notariado contempla conferir audiencia al notario del cual se exige que extienda el testimonio de la escritura pública, para que este explique las razones de su negativa y, si considera el obligado que la solicitud de la parte interesada carece de justificación jurídica para su procedencia, podrá oponerse siendo éste el medio específico para hacer valer su inconformidad y, no interponer medios de impugnación como nulidad y apelación, ya que estos son viables únicamente en los asuntos litigiosos y no en la tramitación de la llamada “jurisdicción voluntaria”…”. Expediente 178-2013 Caso objeto de análisis: Rechazo de inscripción de mandato según documentos provenientes del extranjero presentado, bajo la consideración que no está foliado el mismo. Temas involucrados: Documento proveniente del extranjero, principio de unidad de acto. Contenido: “El artículo 13 del Código de Notariado regula: “En el protocolo deben llenarse las formalidades siguientes: (…) 3. El protocolo llevará foliación cardinal, escrita en cifras; (…)”. Por su parte, el artículo 64 de ese cuerpo legal, refiere las formalidades que deben cumplirse en las actas de protocolación al preceptuar: “El acta de protocolación contendrá: (…) 4. Mención del documento o diligencia, indicando el número de hojas que contiene y el lugar que ocupa en el protocolo, según la foliación, (…)” . Del estudio de los antecedentes, se establecen los siguientes extremos: i) en escritura pública cuarenta y cinco (45) -obrante a folio diez de la pieza de primer grado-, autorizada en esta ciudad el dieciocho de julio de dos mil doce, por el notario Ángel Estuardo Pulido De León -postulante-, se procedió a protocolizar un documento proveniente del extranjero, consistente en Poder Especial otorgado el doce de junio de dos mil doce, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos de América por Roger Charles Jehenson, a favor de Mónica Ivonne Abdo Marina; ii) en la cláusula cuarta de ese instrumento público, quedó estipulado que el documento relacionado quedaría contenido entre las hojas de protocolo números de orden C un millón seiscientos veintisiete mil setenta y cuatro (C1627074) y un millón seiscientos veintisiete mil setenta y cinco (C1627075) y de registro trescientos cincuenta y siete mil ciento siete (357107) y trescientos cincuenta y siete mil ciento ocho (357108); correspondiéndoles “los folios” del ciento veinte al ciento veinticinco. Al efectuar el estudio de los agravios denunciados por el accionante, esta Corte arriba a las siguientes conclusiones… se establece que la decisión de suspender la inscripción del testimonio de la escritura pública aludida, fue emitida de conformidad con lo que establece el numeral 3 del artículo 13 del Código de Notariado, que establece: “En el protocolo deben llenarse las formalidades siguientes: (…) 3. El protocolo llevará foliación cardinal, escrita en cifras. (…)”, y el numeral 4 del artículo 64 del mismo cuerpo legal que regula: “El acta de protocolación contendrá: (…) 4. Mención del documento o diligencia, indicando el número de hojas que contiene y el lugar que ocupa en el protocolo, según la foliación, y los números que correspondan a la primera y última hojas”. Por lo que del estudio de los antecedentes, esta Corte se percata que los documentos que se incorporaron dentro de las hojas de protocolo con número de orden C un millón seiscientos veintisiete mil setenta y cuatro (C1627074) y C un millón seiscientos veintisiete mil setenta y cinco (C1627075), y de registro trescientos cincuenta y siete mil ciento siete (357107) y trescientos cincuenta y siete mil ciento ocho (357108), no están foliados en forma cardinal y por escrito en cifras (obrantes a folios once, doce, trece y catorce del expediente de mérito) y siendo que éstos son documentos provenientes del extranjero con sus pases de ley, su foliación es un requisito que es exigido no sólo por las normas arriba citadas, sino que, además, esta servirá para determinar el lugar que ocuparán éstos al momento de incorporarse al protocolo, y así hacer constar que los folios que le corresponden al documento protocolizado son los mismos que los consignados por el notario autorizante en el acta de protocolación. La ausencia de los requisitos advertidos por la autoridad recurrida, denotan la inobservancia del principio de unidad del acto notarial, el cual establece la simultaneidad en el tiempo respecto de las distintas etapas de una escritura pública, encontrándose en éstas últimas la de cumplir con los requisitos de forma que debe llenar el instrumento público que se ha protocolizado.”. Expediente 3640-2012 Caso objeto de análisis: Cuestionamiento en cuanto tarifas fijadas por AGP. Temas involucrados: Notario, obligaciones y deberes notariales, sanción al Notario, fe pública, acceso a información pública. “…la información a la que se refiere la Ley de Acceso a la Información Pública no atañe al ejercicio de la función notarial, sino a la propia de la actividad administrativa del Archivo General de Protocolos, en este caso. En consecuencia, no tiene aplicabilidad la normativa regulada en la referida ley respecto de la documentación que registra o conserva (avisos, mandatos judiciales, expedientes judiciales de jurisdicción voluntaria, testimonios especiales de escriturar pública y protocolos depositados por fallecimiento, impedimento o ausencia de Notario), pues no constituye información que haya sido generada en el ejercicio de la actividad administrativa o de las facultades legales del Director del Archivo, sino que resulta ser documentación autorizada por Notarios, en el ejercicio de su profesión, por lo que no encuadra en la definición de “información pública” a la que se refiere la citada ley. … la documentación que conserva el Archivo General de Protocolos se encuentra originalmente impresa en papel; por ende, para que pueda ser consultada como imagen digital a través de medios electrónicos, previamente tuvo que realizarse un procedimiento por el que se captura, con medios de digitalización, lo impreso en las hojas de papel para su posterior publicación electrónica, lo cual conlleva la indexación de las imágenes en una base de datos y finalmente su colocación en un sistema que facilite su consulta. … el cobro es por la recepción remota (y no por el envío como señala la norma denunciada) de los avisos mencionados, lo cual evidencia la existencia de un servicio de comunicación telemática que el Organismo Judicial pone a disposición del Notario, como alternativa, para que pueda cumplir con esas dos obligaciones desde cualquier lugar, sin tener que acudir a la sede física del Archivo General de Protocolos. Eso implica la disposición de una receptoría virtual y demás costos que su implementación implica. … la consulta de los instrumentos públicos contenidos en los protocolos de notarios fallecidos no la realiza el Director del Archivo General de Protocolos, sino el mismo usuario que lo requiere con auxilio del personal del Archivo. … el Archivo es público y, por ello, el Director debe permitir la consulta de cualquier escritura o documento, sin cobro alguno…”. Un medio adicional que garantiza la publicidad a que se hace mención es la existencia del Archivo General de Protocolos, institución pública a la que los notarios tienen obligación periódica y permanente de remitir testimonios especiales de los instrumentos que autoricen, con la salvedad de que en el caso de testamentos o donaciones mortis causa el envío deben hacerlo en plica para cumplir con el requisito de confidencialidad o reserva. También hay que consignar que para hacer efectivo el derecho de consulta y publicidad de los documentos notariales matrices, el Código de la materia establece en el artículo 22 que si el notario se negare a exhibir la escritura, el Juez de Primera Instancia de su jurisdicción, previa audiencia por veinticuatro horas al profesional renuente, dictará la resolución que corresponda, disposición que guarda relación y coherencia con la del artículo 74 del mismo cuerpo legal que regula el procedimiento para el caso de que el notario se negare a extender una copia fiel del instrumento notarial, debidamente firmada y sellada. Con vistas a fortalecer la publicidad de los documentos notariales, esa misma normativa concede atribución al Director del Archivo General de Protocolos para extender a cualquier persona que lo solicite, sin que tenga que acreditar ningún interés, testimonios, copias simples o legalizadas y certificaciones de los instrumentos que obren en esa dependencia. Todo este conjunto de normas apunta, por consiguiente, de modo explícito, a la publicidad inherente a dichos documentos, por cuanto el notario, aunque es un profesional privado, ejerce por disposición de la ley una función primordialmente pública”. La Inspección y Revisión del Protocolo dentro del marco del recurso de responsabilidad [email protected] Vea lo que para el efecto regulan los artículos 85 al 89, 101 del Código de Notariado y responda: ¿Cuál es el propósito de una inspección y revisión del Protocolo? ¿Prejuzga sobre la validez de los instrumentos públicos? ¿Qué sucede si se comprueba en dicha inspección y revisión que no se ha cumplido con los requisitos formales que establece la ley? ¿Qué recurso indica la ley, cabe contra lo resuelto por parte de la Corte Suprema de Justicia? ¿Quién lo resuelve? ¿Qué procedimiento aplicar considerando que no tiene uno regulado en ley? ¿Qué sanciones puede imponer la Corte Suprema de Justicia al Notario? - - - Consiste en un medio de control legal de la función notarial. La hay de tipo ordinaria, extraordinaria, especial, postmortem. Base legal: artículos 81 numeral 2), 84 al 89 del Código de Notariado Inspección y revisión: ¿Supuestos distintos o idénticos? Verifica las formalidades establecidas en los artículos 8 al 18, 29, 36, 37, 38, 42, 43, 45, 51, 52, 64, del Código de Notariado. El Notario debe presentar el protocolo y sus comprobantes, debiéndose practicar la inspección y revisión en su presencia (artículo 86). Su propósito consiste en comprobar si en el protocolo se han llenado los requisitos formales establecidos en esta ley (artículo 85): ¿Y si son subsanables? ¿Y si siendo subsanables no son subsanados? Funciones distintas: Director del Archivo General de Protocolos (ente fiscalizador) y la Corte Suprema de Justicia (ente sancionador). Las resoluciones que se dicten con motivo de la inspección y revisión de protocolos, no prejuzgan sobre la validez de los instrumentos públicos. - - - Se levanta acta de dicha inspección y revisión, misma que en la que hará constar si se llenaron o no en el protocolo los requisitos formales, las observaciones e indicaciones que hubiere hecho el Notario y las explicaciones que al respecto diere éste (artículo 87). Si de la inspección y revisión apareciere que en el protocolo no se observaron los requisitos formales, el funcionario respectivo remitirá copia certificada del acta correspondiente a la Corte Suprema de Justicia, la que previa audiencia al notario, resolverá lo pertinente (artículo 88). Contra lo resuelto cabe el recurso de responsabilidad (artículo 89). El artículo 101 del Código de Notariado identifica las sanciones a imponer por estos motivos. Bien pueden consistir en amonestar o censurar al notario infractor, o imponerle multa que no excederá de veinticinco quetzales. En caso de reincidencia, las multas podrán ser hasta de cien quetzales, o suspensión de un mes hasta un año. ¿Puede presentarse un proceso de Amparo, faltando agotar el recurso de responsabilidad? ¿Cuándo existiría reincidencia por parte de un Notario, para efectos de la aplicación de las sanciones que regula el art. 101 del C. de N.? ¿Cuál es la finalidad, objeto o propósito del recurso de Responsabilidad? ¿La sanción de la CSJ se interrumpe planteado el recurso de responsabilidad? ¿Qué plazo hay para su planteamiento? A. Dirigido en contra del Presidente del Organismo Judicial y de la Corte Suprema de Justicia. Autoridad que denegó para su trámite el recurso. B. Se está impugnando resolución de la CSJ en la cual se suspendió a un Notario en el ejercicio de su cargo, por un año. Dicha sanción (la suspensión de un año) deriva de la Inspección y Revisión que se le efectuó al Notario, quien ya había sido reincidente en cuanto a las sanciones derivadas del incumplimiento formal de los requisitos dentro del Protocolo. C. Según el Código de Notariado (artículo 88), si de la inspección y revisión se determina que en el protocolo no se observaron los requisitos formales, el funcionario respectivo remitirá copia certificara del acta correspondiente a la Corte Suprema de Justicia, la que previa audiencia al notario, resolverá lo pertinente. Contra la resolución que dictare la Corte, no cabra mas recurso que el de responsabilidad. No obstante esto, no hay legislación alguna que desarrolle lo atinente a dicho recurso. Como bien indica la propia CC, el recurso, era regulado por los derogados Código de Enjuiciamiento Civil y Mercantil, Decreto Legislativo 2009, la Ley Constitutiva del Organismo Judicial, Decreto Legislativo 1762 y la Ley de Responsabilidad, Decreto 1547 del la Asamblea Legislativa de Guatemala. El Código de Enjuiciamiento Civil y Mercantil, y la Ley Constitutiva del Organismo Judicial, se utilizaban principalmente en cuanto al procedimiento a observar. La Ley de Responsabilidades databa de 1928. Poseía 30 artículos, todos con un enfoque en el ámbito de responsabilidad de empleados y funcionarios públicos. Principalmente su objeto fue desarrollar la normativa jurídica referida al Antejuicio, aunque existía un tratamiento de temas, tanto relativos a la probidad, responsabilidad y Antejuicio. Expresaba: Artículo 1.“…Todo empleado o funcionario público será responsable conforme a las leyes, por las infracciones u omisiones en que incurra en el desempeño de su cargo.”. ARTICULO 7o.- “Incurren en responsabilidad los funcionarios o empleados públicos que impidan u obstaculicen el ejercicio de los derechos de los habitantes y los que por interés, negligencia o malicia dejen de cumplir con las obligaciones que las leyes les imponen. Las leyes penales clasifican los delitos y señalan las penas aplicables a los funcionarios o empleados por las acciones u omisiones punibles en el ejercicio de sus funciones.”. Se sugiere ver lo que indica el artículo 153 literal g) de la LOJ. También lo que indica el artículo 98 del Código de Notariado. Expediente 3240-2012 Caso objeto de análisis: Rechazo del recurso de responsabilidad reconocido en el Código de Notariado, al no existir procedimiento establecido en ley para su desarrollo, toda vez que la ley que regulaba el mismo ya no se encuentra vigente. Temas involucrados: Responsabilidad notarial, plenitud hermética del derecho, incumplimiento requisitos formales de los instrumentos públicos, recurso de responsabilidad. Doctrina legal: La idoneidad del recurso de responsabilidad también está reconocido en el mismo sentido del expediente acá indicado en los 32392012, 2918-2012, 2811-2012 y 3603-2015. Contenido: “…Carlos Alberto Sagastume Portillo señala como acto generador de agravios la resolución de dieciocho de junio de dos mil doce, emitida por la Presidencia del Organismo Judicial y de la Corte Suprema de Justicia, por la que rechazó para su trámite el recurso de responsabilidad que promovió contra la decisión de tres de febrero de dos mil doce, dictada por la Corte Suprema de Justicia, mediante la cual se le suspendió en el ejercicio de la profesión de notario por el plazo de un año. Estima que el agravio consiste en la limitación que se le hace para poder accionar un medio de impugnación contra la resolución que decretó su inhabilitación en el ejercicio de su profesión de notario, no obstante que la ley lo faculta para impugnarla, lo que a su juicio genera vulneración a sus derechos de defensa y a la tutela judicial efectiva, así como al principio jurídico del debido proceso. Manifiesta que por medio del acto contra el que cuestiona, fue rechazado para su trámite el recurso de responsabilidad que interpuso, con el fundamento de que estaban derogadas leyes que contemplaban esa impugnación. Argumenta que es incorrecto afirmar que ese recurso se encontraba únicamente establecido en esas leyes derogadas, dado que el artículo 88 del Código de Notariado también lo regula, por lo que conforme esa norma, contra la resolución que contiene la sanción mencionada, procedía el recurso de responsabilidad… Este Tribunal, atendiendo a los motivos alegados por el postulante, establece que, efectivamente, el recurso de responsabilidad está regulado en el citado artículo 88 del Decreto 314 del Congreso de la República, que prescribe que contra la resolución que dictare la Corte Suprema de Justicia, en virtud de tener a la vista el expediente de inspección y revisión de protocolo e incumplimiento de los requisitos formales que se promueve contra un notario, no cabrá más recurso que el antes indicado. Si bien esa norma de naturaleza sustantiva da vida a aquella figura jurídica, no existe el ordenamiento jurídico de carácter adjetivo que le dé efectividad; es decir, que el recurso de responsabilidad sí está regulado en el cuerpo legal aludido, pero no existe un mecanismo procedimental para hacerlo valer. Lo anterior debido a la derogatoria de los Decretos antes mencionados que contemplaban el procedimiento respectivo en cuanto al recurso de responsabilidad. No obstante lo anteriormente apuntado, resulta imperativo garantizar el derecho de petición del postulante, contenido en el artículo 28 de la Constitución Política de la República de Guatemala, que prescribe: “Los habitantes de la República de Guatemala tienen derecho a dirigir, individual o colectivamente, peticiones a la autoridad, la que está obligada a tramitarlas y deberá resolverlas conforme la ley.” . Este Tribunal, privilegiando la eficacia de ese derecho, ha establecido en anteriores fallos que “…aun ante falta de regulación, la autoridad no puede dejar de resolver peticiones, sino que, aplicando el principio jurídico de la plenitud hermética del derecho, está obligada a conocer de cualquier petición y resolverla haciendo la integración del derecho que sea necesaria” [sentencias de veinte de mayo de mil novecientos noventa y ocho; expediente ciento cincuenta y nueve – noventa y siete (159-97); y de diez de octubre de dos mil seis; expediente dos mil trescientos noventa y cinco – dos mil seis (2395-2006)]. Conforme a lo anterior, para garantizar el derecho de petición del accionante, en observancia a la plenitud de hermética de derecho, viabilizando una tutela judicial efectiva acorde a la jurisprudencia de esta Corte y para dar efectividad al recurso interpuesto por el postulante, la autoridad reclamada deberá dar trámite a la solicitud que se le hace, para lo cual debe acudir a lo normado en el artículo 135 de la Ley del Organismo Judicial, que regula: “Toda cuestión accesoria que sobrevenga y se promueva con ocasión de un proceso y que no tenga señalado por la ley procedimiento, deberá tramitarse como incidente” , debiendo, para ese efecto, estar a lo regulado en ese cuerpo legal.”. ¿Cuándo habría falta de definitividad en estos casos? Al respecto ver expediente 4655-2015, 4829-2014 y 2811-2012. ¿Cuándo existe o estamos en presencia de la reincidencia? Al respecto ver expediente 460-2012, 4738-2015, 4889-2015 y 3033-2016. ¿Se interrumpe la sanción por plantearse impugnaciones? Al respecto ver expediente 3766-2013. ¿Qué plazo debe observarse para su planteamiento? ¿Posible perpetuidad? Al respecto ver expediente 3603-2015, 4554-2015, 55622015 y 3490-2016. ¿Se debe hacer un análisis integral del expediente? Expedientes 27382018 y 388-2017. ¿Se debe plantear el curso de responsabilidad en contra de la Presidencia o bien del pleno de la CSJ? Expediente 4182-2015. El recurso de responsabilidad también procede contra la resolución de la Corte Suprema de Justicia, en expediente de rehabilitación. ARTICULO 104. Los notarios que hubieren sido condenados por los delitos especificados en el inciso 4o. del artículo 3o. de esta ley, podrán ser rehabilitados por la Corte Suprema de Justicia, siempre que concurrieren las circunstancias siguientes: 1. Que hubieren transcurrido dos años más del tiempo impuesto como pena en la sentencia. 2. Que durante el tiempo de la condena y los dos años más a que se refiere el inciso anterior, hubieren observado buena conducta. 3. Que no hubiere reincidencia; y 4. Que emitiere dictamen favorable el Consejo Superior de la Universidad de San Carlos. Expediente 702-2014 Caso objeto de análisis: El hecho que un Notario haya extendido testimonio de una escritura matriz contenida en papel sellado especial para protocolo que se había extraviado. Temas involucrados: Responsabilidad notarial, el Notario como funcionario público, falsedad material e ideológica, etc. “…pues lo que es objeto de investigación es el hecho de que el ahora sindicado extendió un segundo testimonio a favor de la compradora, con lo cual inscribió a su favor el inmueble, pese a que el notario autorizante se encontraba tramitando las diligencias de reposición de protocolos debido al extravío de la escritura original, situación que, al ser comprobada, pudiera encuadrar en distintas figuras delictivas susceptibles de ser cometidas por un particular o por un funcionario público, siendo este un criterio valorativo propio del órgano jurisdiccional que no puede ser revisado por esta vía constitucional…”. Ver también expediente 5787-2014. En éste se estima improcedente la cuestión prejudicial para efectos de perseguir penalmente posible responsabilidad contra Notario (falsedad ideológica) por faccionamiento de acta notarial de saldo deudor. Se estima que el delito es autónomo y no requiere de previa declaratoria de nulidad o falsedad por vía civil. El Notario y la fiscalización de la Administración Tributaria [email protected]