Subido por Agustina Aguirre

Ecos de la Revolución del 52 por Marcelo delgadillo

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ECOS DE LA REVOLUCIÓN DEL 52
Por Marcelo Delgadillo
En momentos que los grupos conservadores pretenden enfrascar el debate en ambitos de
la "pequeña politica" y fragmentar lo popular es menester rememorar los grandes
acontecimientos de masas para comprender y visibilizar lo sustancial de la política y
aquello que realmente en juego. Sin duda,en este sentido,la Revolución del 52 representa
una de esas explosiones populares que hasta hoy arrojan múltiples enseñanzas y marcan
horizontes programáticos y de emancipación social.Por tanto,no se trata del pasado ni
mucho menos.
A partir del 9 de abril el 52 se desata una enorme insurrección popular y se instauraba
raudamente un período revolucionario donde las masas irrumpen inexorablemente y para
siempre en la historia de Bolivia.El ejercito de la oligarquía minera y de los terratenientes
era derrotado por el pueblo que se había armado al calor de la lucha,asaltando cuarteles y
desarmando a los miembros de las fuerzas represivas,dando lugar a "el ocaso del Estado
oligárquico" que era,básicamente,la estructura política con la cual se fundó Bolivia.
El corazón de aquellas jornadas fue el proletariado minero boliviano que destruyó la
columna vertebral del aparato represivo. Pocas veces en la historia de las clases
subalternas se registra tan contúndete victoria popular. A diferencia de muchas revoluciones
del siglo XX,donde una prolongada lucha en el campo abría el camino a las grandes
transformaciones,aquí la lucha se desarrolló rápidamente en núcleos urbanos,en el centro
del sistema político,a partir de la sagacidad política y audacia organizativa de la vanguardia
proletaria.Sin duda alguna,los acontecimientos que emergen de la Revolución del 52
marcarán a la clase obrera boliviana como la más organizada y aguerrida de America Latina
en la segunda mitad del siglo XX.
Se impondrá mediante las milicias populares una serie de grandes medidas como ser:la
nacionalización de las minas,la redistribución de la tierra,el voto universal y la reforma
educativa.Parecía como si todos los demonios se hubiesen desatado para la vieja oligarquía
boliviana.
No obstante,la historia siempre es más compleja e intrincada,el proletariado terminará
cediendo la iniciativa política a la pequeña burguesía letrada del Movimiento Nacionalista
Revolucionario-como bien lo explica Zavaleta Mercadodando paso al enfriamiento de la revolución.Fue esa pequeñaburguesia la base para la
reconstitución del poder de la burguesía señorial y del ejército.En realidad,el proletariado
no fue consecuente consigo mismo al no reconocer sus propias fuerzas y no insistir en la
conformación de su propio poder,en la conformaciónde su propia soberanía.Son estos los
hechos contradictorios y trágicos que afrontan y atraviesan las clases populares en su
proceso de autoconstitución.
La limitación de la clase obrera será la limitación de la revolución en su conjunto.Por
ello,justamente,la revolución quedará inconclusa o inacabada en múltiples aspectos que
pasamos a analizar:
a).-Democratización castrada.-La democracia entendida como autodeterminación de la
masas-en sentido zavaletiano-fue paulatinamente sustituida por la democracia liberal y no
se reconoció otras formas de práctica democrática presentes en las clases subalternas y
pueblos indígenas.El congelamiento de la democracia en sus ámbitos formales fue el
antecedente de la incursión del período dictatorial de nuestro país.
b).-Homogenización de la nación.- A partir de los habitus monoculturales de la
pequeñoburguesía del MNR se constituyó la forma de concebir el “ser nacional” y las
instituciones del Estado.Se implantó la castellanización masiva de la población como no se
lo había hecho con anterioridad,dando paso a un proceso de homogeneización o etnocidio
cultural.Y,precisamente, por eso,surgieron fuertes ideologías contestatarias como ser el
Indianismo y el Katarismo.
c).-Neutralización de la Industrialización.-Debido a que el excedente económico fruto de las
nacionalizaciones no se reinvirtió decididamente en un proceso de industrialización que
constituya la base de la liberación económica y la soberanía nacional.No hay
nacionalización que implique emancipación sin industrialización.A decir de Zavaleta,hay que
partir de la idea de un “desarrollo que libera” para salir de las cadenas de la dependencia y
subdesarrollo propias del capitalismo periférico.
d).-Distribución conservadora de la tierra.-El MNR impuso su visión en la forma de distribuir
la tierra,que es propia de la pequeñaburguesía,es decir,minifundiaria y de pequeño
propietario;sin considerar las formas de producción comunitaria que estaban presentes en
los campesinos.En efecto,la forma de producción del pequeño propietario campesino no
generó condiciones para su desarrollo;al contrario,las condiciones impuestas a los
campesinos fueron de pauperización crónica(débil articulación con los mercados,falta de
protección a la producción nacional,falta de apoyo ante desastres naturales,pérdida de
fertilidad de la tierra,etc).En realidad,no solo no se dotó de fuerzas productivas al
campesinado para su desarrollo,sino que se erosionó la principal fuerza productiva que es
la capacidad asociativa que estaba presente en las comunidades campesinas.Todo ello dio
lugar a la migración hacia las ciudades o,en su caso,a formas de subsunción al capital del
pequeño productor campesino por intermediarios o por parte de empresas agroindustriales
como se ve con mayor fuerza en el oriente.
e).-Convalidación de la división racializada del trabajo.-El 52 nunca cuestionó las coloniales
jerarquías que están presentes en el proceso de trabajo; las poblaciones indígenas siempre
ocuparon puestos subalternos en la división del trabajo,sea al interior de las minas o en las
haciendas.En efecto,el MNR convalidó esta colonial división del trabajo que configura a las
clases sociales y a los procesos de opresión racial en nuestro país.
f.-El mito de la burguesía nacional.-El MNR asoció la idea de progreso a la formación de
una burguesía nacional que sería per se una clase dirigente.La historia demostró que la
burguesía tiende a asociarse con el capital trasnacional y es el agente de la recolonización
de nuestro país.Por ello,es correcta la idea,de Álvaro García Linera de no repetir el ciclo del
52 y distribuir el excedente social para fortalecer y potenciar las estructuras de autogestión
popular y comunitaria,ello no implica salir automáticamente del capitalismo y no tener
burguesía,eso no lo puede hacer Bolivia solamente y es parte de un proceso de
transición.La Ley del Valor,por cierto,no se derrumba con meros deseos.Dicho sea de
paso,aquellos que plantean la salida automática y por decreto del capitalismo,como si se
tratase de una decisión personal,demuestra que no entienden la complejidad del asunto y
caricaturizan la lucha por el socialismo.
Claramente,son muchas las lecciones del 52,en particular, a la luz de los desafíos de la
actual Revolución que estamos asistiendo en nuestro país en los últimos años.Muchas de
las tareas de la Revolución del 52 aún nos interpelan y su horizonte aún es el horizonte de
lo nacional-popular en Bolivia.La ideología del Nacionalismo Revolucionario está muy
presente en las clases populares,forma parte de su programa histórico.El nacionalismo en
nuestros país es fruto de la lucha de clases y es el más importante ideario contra el
neoliberalismo en la actualidad.Justamente,por ello,Evo Morales señala,con toda precisión y
claridad,que “la lucha es entre los nacionalizadores y los privatizadores”,que es otra forma
de decir entre la nación y la antinación.Esta lucha recorre toda nuestra historia y es la que
nos convoca.
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