Salario mínimo, un desafío para los colombianos, mini ensayo

Salario mínimo, un reto para los colombianos.
El salario mínimo mensual legal vigente –smmlv–, se encuentra regulado en el artículo 145 del
Código Sustantivo del Trabajo –CST–, que define tal pago como aquel al que todo trabajador
tiene derecho con el ánimo de sufragar sus necesidades y las de su familia. Este, se determina
mayormente por algunas condiciones un tanto específicas, como son: el Producto Interno Bruto
(PIB), la producción laboral y el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Esta es la razón por la cual
el salario mínimo es lo más esperado por los trabajadores mes a mes, sin embargo, la gran
mayoría, debe hacer "malabares" para que les pueda alcanzar y así cubrir sus necesidades
básicas. Por eso, en este documento hablaremos sobre el desafío en el que se convierte vivir
con un salario mínimo para un trabajador colombiano.
Como punto de partida, tenemos en cuenta el artículo del diario el Tiempo en su columna “¿Para
qué le alcanza el salario mínimo en Colombia?” del 10 de enero de 2023. Así mismo, tomaremos
como referencia la crónica de Andrés Felipe Solano, “Salario mínimo, vivir con nada” (2015),
donde menciona todas las vicisitudes que debe pasar un trabajador colombiano viviendo con un
salario mínimo.
En este contexto, vivir con un salario mínimo en Colombia acarrea muchos desafíos y retos para
los trabajadores colombianos, pues, si bien, existe un incremento del salario, es cada vez más
difícil equilibrarlo con respecto a los gastos que se generan en los hogares normalmente, tales
como gastos en vivienda, en alimentación, transporte, esto, imposibilita el que los trabajadores
puedan ahorrar, para mejorar sus condiciones de vida, obligando a correr en el mismo circulo,
mes tras mes,(trabajo, gasto, trabajo gasto) tal como lo menciona el famoso economista Robert
Kiyosaki obligando a cada uno a correr la carrera de ratas, así bien, vivir con salario mínimo en
Colombia se puede asemeja a tener un algodón de azúcar, el cual es deseado, esperado,
disfrutado, hasta que este se cae en un pozo de agua, como son los gastos, que por más que
deseemos conservar un poco de esa dulzura, no va a ser posible, porque este se desvanecerá
sin retorno.