ANCLAS Los estados emocionales influyen poderosamente en el pensamiento y el comportamiento. Una vez obtenidos y calibrados estos estados, ¿cómo podemos utilizarlos para tener más recursos en el presente? Necesitamos algún modo de hacerlos disponibles y estabilizarlos en el aquí y el ahora. Imagine el impacto que tendría en su vida si pudiera activar sus estados de alto rendimiento a voluntad. Los mejores profesionales de la política, el deporte, las artes y los negocios deben ser capaces de ser ingeniosos en el momento. El actor debe ser capaz de comprometerse con su papel cuando se abre el telón, no una hora antes o a mitad del segundo acto. Esta es la esencia de la profesionalidad. Igual de importante es saber desconectar. El actor debe ser capaz de abandonar su papel cuando cae el telón. Muchas personas en el mundo de los negocios están muy motivadas, consiguen grandes cosas, pero se agotan y se vuelven infelices, pierden su vida familiar o, en casos extremos, sufren un infarto. Gestionar nuestros estados requiere equilibrio y sabiduría. Cada uno de nosotros tiene una historia personal rica en diferentes estados emocionales. Para volver a experimentarlos, necesitamos un desencadenante, alguna asociación en el presente que provoque la experiencia original. Nuestra mente relaciona las experiencias de forma natural, es la manera que tenemos de dar sentido a lo que hacemos. A veces estas asociaciones son muy agradables; por ejemplo, una pieza musical favorita que nos trae un recuerdo agradable. Cada vez que escuchas esa melodía en concreto, te evoca esos sentimientos agradables. Y cada vez que lo hace, refuerza la asociación. Un estímulo que está vinculado a un estado fisiológico y lo desencadena se denomina ancla en PNL. Otros ejemplos de anclas positivas naturales serían las fotografías favoritas, los olores evocadores o la expresión o el tono de voz especiales de un ser querido. Los anclajes suelen ser externos. Suena el despertador y es hora de levantarse. El timbre del colegio indica el final del recreo. Son anclas auditivas. Un semáforo en rojo significa stop. Un movimiento de cabeza significa sí. Son anclas visuales. Y el olor a alquitrán recién puesto puede transportarle como por arte de magia a la escena de su infancia en la que lo olió por primera vez. Los anunciantes intentan que su marca sea un ancla para un producto concreto. Un ancla es cualquier cosa que accede a un estado emocional, y son tan obvias y generalizadas que apenas nos damos cuenta de que existen. ¿Cómo se crean las anclas? De dos maneras. Primero, por repetición. Si vemos repetidas veces que el rojo se asocia con el peligro, se anclará. Es un simple aprendizaje: rojo significa peligro. En segundo lugar, y mucho más importante, el anclaje puede establecerse en un solo momento si la emoción es fuerte y el momento oportuno. La repetición sólo es necesaria si no hay implicación emocional. Piensa en cuando ibas al colegio (eso ya es un anclaje poderoso en sí mismo) y descubrías que algo interesante y emocionante era fácil de aprender. Los hechos que no te interesaban necesitaban mucha repetición. Cuanto menos implicado emocionalmente estés, más repeticiones necesitarás para aprender la asociación. La mayoría de las asociaciones son muy útiles. Forman hábitos y no podríamos funcionar sin ellas. Si eres conductor, ya tienes una asociación entre un semáforo en verde que pasa a rojo y mover los pies de una determinada manera sobre los pedales. No es una operación en la que quieras tener que pensar conscientemente cada vez, y si no haces esa asociación, no es probable que sobrevivas mucho tiempo en las carreteras. Otras asociaciones, aunque útiles, pueden ser menos agradables. Ver un coche de policía en el espejo retrovisor puede hacer que te preguntes por el estado de tu coche y a qué velocidad estás circulando. Otras asociaciones no son útiles. Muchas personas asocian hablar en público con ansiedad y ataques de pánico leves. Pensar en un examen hace que muchas personas se sientan nerviosas e inseguras. Las palabras pueden actuar como anclas. La palabra "examen" es un ancla para que la mayoría de los escolares se sientan ansiosos y no sean capaces de dar lo mejor de sí mismos. En casos extremos, un estímulo externo puede desencadenar un estado negativo muy poderoso. Es el ámbito de las fobias. Por ejemplo, las personas que sufren claustrofobia han aprendido una asociación muy poderosa entre estar en un espacio cerrado y sentir pánico, y siempre hacen esa asociación. La vida de muchas personas está innecesariamente limitada por miedos de su historia pasada que aún no han sido reevaluados. Nuestra mente no puede evitar hacer asociaciones. Las que has hecho y estás haciendo, ¿son agradables, útiles y fortalecedoras? Podemos elegir las asociaciones que queremos hacer. Puedes tomar las experiencias de la vida que te parezcan más difíciles o más desafiantes y decidir de antemano en qué estado fisiológico te gustaría encontrarte para afrontarlas. Para cualquier situación que te disguste, puedes crear una nueva asociación y, por tanto, una nueva respuesta, utilizando anclajes. Esto se hace en dos etapas. En primer lugar, se elige el estado emocional deseado y, a continuación, se asocia a un estímulo o ancla para poder traerlo a la mente siempre que se desee. Los deportistas utilizan mascotas de la suerte para potenciar su habilidad y resistencia. A menudo verás a deportistas realizando pequeños movimientos rituales que sirven para el mismo propósito. Una de las formas más eficaces de cambiar tu comportamiento y el de los demás es utilizar tus estados de recursos mediante anclas. Si te enfrentas a una situación con más recursos que antes, tu comportamiento cambiará a mejor. Los estados de recursos son la clave del máximo rendimiento. Cuando cambias lo que haces, también cambia el comportamiento de los demás. Toda tu experiencia de la situación será diferente. Nota de advertencia. Las técnicas de cambio de este capítulo y de todo este libro son muy poderosas, y este poder proviene principalmente de la habilidad de la persona que las utiliza. Un carpintero puede hacer muebles magníficos con herramientas de precisión, las mismas herramientas en manos de un aprendiz no obtendrán los mismos resultados. Del mismo modo, se necesita práctica y trabajo para obtener el mejor sonido de un buen instrumento musical. En el transcurso de la formación de muchas personas en estas habilidades, hemos visto los escollos de aplicar estas técnicas por primera vez. Le recomendamos encarecidamente que practique estas técnicas en un contexto seguro, como un seminario de formación en PNL, hasta que se sienta seguro y su nivel de habilidad sea lo suficientemente alto. ANCLAJE DE RECURSOS A continuación, le ofrecemos algunos pasos para transferir recursos emocionales positivos de experiencias pasadas a situaciones presentes. Puede pedirle a un amigo que le ayude con cada uno de estos pasos. Siéntate cómodamente en una silla o ponte de pie en un lugar desde el que puedas observar el proceso desde una mayor distancia. Piensa en una situación concreta en la que te gustaría haber actuado, sentido y reaccionado de otra manera. A continuación, elige un estado emocional de entre los muchos que has experimentado que te gustaría tener a tu disposición en esa situación. Puede ser cualquier recurso -confianza, humor, valentía, persistencia, creatividad-, cualquiera que intuitivamente te venga a la mente como el más apropiado. Cuando hayas elegido el recurso, piensa en un momento concreto en el que hayas sentido que poseías ese recurso. Tómate el tiempo que necesites. Mira los ejemplos que te vengan a la mente y elige el que te resulte más claro e intenso. Si has elegido un recurso y no recuerdas un momento en el que lo hayas experimentado, imagina a alguien que conozcas, o incluso a un personaje de un libro o una película, que tenga ese recurso. ¿Cómo serías tú si fueras esa persona, con esa característica? Recuerda que, aunque el personaje no sea real, sus sensaciones sí lo son, y eso es lo que cuenta. Con ese ejemplo en mente, ya sea real o imaginario, puedes pasar al siguiente paso, es decir, elegir los anclajes que traerán ese recurso a tu mente cuando lo desees. En primer lugar, prueba con un ancla kinestésica: alguna sensación que puedas asociar con el recurso elegido. Tocar el dedo índice con el pulgar o cerrar el puño de cierta manera funciona bien como ancla cinestésica. Lo veo a menudo en una pista de squash, cuando los jugadores tocan la pared lateral para recuperar la sensación de confianza cuando el partido va mal. Es importante que el ancla sea especial y no forme parte de tu comportamiento cotidiano. Es bueno elegir un anclaje diferente, que no ocurra todo el tiempo, para que no se asocie con otros estados y comportamientos. También es bueno que el ancla sea discreta, algo que puedas hacer sin que los demás se den cuenta. Ponerse cabeza abajo puede ser una gran ancla para la confianza, pero seguro que te creas una reputación de excéntrico si la utilizas para dar un discurso en un banquete. A continuación, el ancla auditiva. Puede ser una palabra o frase que te digas internamente. No importa qué palabra o frase utilices, siempre que esté en sintonía con el sentimiento. La forma de decirlo, el tono de voz, tendrán tanto impacto como la propia palabra o frase. Hágala distintiva y memorable. Por ejemplo, si "confianza" es el recurso que quieres anclar, puedes decirte a ti mismo: "Cada vez me siento más seguro", o simplemente: "¡Confianza! Utiliza un tono de voz seguro. Asegúrate de que el recurso es realmente apropiado para la situación problemática. Ahora el ancla visual. Puedes elegir un símbolo o recordar lo que veías cuando te sentías seguro de ti mismo. Siempre que la imagen que elijas sea distintiva y ayude a evocar el sentimiento, funcionará. Cuando hayas elegido un anclaje en cada sistema de representación, el siguiente paso es revivir esos sentimientos de confianza recreando vívidamente la situación del recurso. Da un paso adelante o cambia de silla mientras te asocias plenamente a la experiencia. Situar los distintos estados emocionales en lugares físicos reales diferentes ayuda a separarlos limpiamente. En su imaginación, vuelva ahora al estado de recurso específico que ha elegido. . . Recuerde dónde estaba y qué estaba haciendo. . . A medida que esto se vuelve más claro, imagine que está de vuelta en ese estado y que está viendo lo que estaba viendo... Puedes empezar a oír los sonidos que oías y a revivir los sentimientos que formaban parte de esa experiencia. . . Tómate un tiempo y disfruta reviviendo esa experiencia lo más plenamente posible. . . Para volver a estar en contacto con la sensación corporal completa de tu estado de recursos, a menudo ayuda volver a representar tus actividades en ese momento. Puedes poner tu cuerpo en la misma posición, haciendo las mismas cosas que estabas haciendo (sólo si es apropiado)... . Cuando esos sentimientos hayan llegado a su punto álgido y empiecen a disminuir, vuelve físicamente a tu posición no implicada. Ya ha descubierto cuál es la mejor manera de recrear su estado de recursos y cuánto tiempo tarda en hacerlo. Ahora está listo para anclar los recursos. Entra en tu lugar para el estado de recursos y vuelve a experimentarlo. Cuando alcance su punto álgido, vea su imagen, haga su gesto y diga sus palabras. Debes conectar tus anclajes al estado de los recursos a medida que alcanza su punto álgido. El momento es crítico. Si los conectas después del pico, anclarías saliendo del estado, que no es lo que quieres. La secuencia de los anclajes no es crítica, utilice el orden que mejor le convenga o conéctelos simultáneamente. En algún momento después de que sus sentimientos ingeniosos hayan alcanzado su punto máximo, necesitará salir y cambiar de estado antes de estar listo para probar el anclaje. Utilice las tres anclas de la misma manera y en la misma secuencia y observe hasta qué punto accede a su estado de recursos. Si no está satisfecho, vuelva atrás y repita el proceso de anclaje para reforzar la asociación entre sus anclajes y su estado de recursos. Puede que tengas que repetirlo varias veces, pero merece la pena para poder acceder a ese estado cuando lo necesites. Por último, piensa en una situación futura en la que es probable que necesites ese estado de recursos. ¿Qué puedes utilizar como señal para saber que necesitas ese recurso? Busca la primera cosa que veas, oigas o sientas que te haga saber que estás en esa situación. La señal puede ser externa o interna. Por ejemplo, una expresión particular en la cara de alguien o su tono de voz, sería una señal externa. Iniciar un diálogo interno sería una señal interna. Ser consciente de que puedes elegir cómo te sientes es un recurso en sí mismo. También interrumpirá la respuesta habitual y anclada. Merece la pena anclar esta conciencia a la señal. La señal actúa entonces como un recordatorio de que puedes elegir tus sentimientos. Al cabo de un tiempo, si sigues utilizando el ancla, la propia señal se convertirá en un ancla para que te sientas con recursos. El desencadenante que antes te hacía sentir mal, ahora se convierte en uno que te hace sentir fuerte e ingenioso. He aquí un resumen de los pasos básicos del proceso. Las anclas necesitan serlo: Justo cuando el estado está alcanzando su punto máximo. Únicos y distintivos Fáciles de repetir exactamente Vinculados a un estado que se vuelva a experimentar de forma limpia y completa. Anclaje de los Estados con Recursos Resumen 1. Identifica la situación en la que quieres ser más ingenioso. 2. Identifique el recurso concreto que desea, por ejemplo, la confianza. 3. Comprueba que el recurso es realmente apropiado preguntándote: "Si pudiera tener este recurso aquí, ¿realmente lo cogería? Si la respuesta es afirmativa, continúe. Si la respuesta es negativa, vuelva al punto 2. 4. Busca una ocasión en tu vida en la que hayas tenido ese recurso. 5. Seleccione los anclajes que va a utilizar en cada uno de los tres sistemas de representación principales: algo que se ve, se oye y se siente. 6. Sitúate en otro lugar y, con la imaginación, vuelve a experimentar plenamente ese estado lleno de recursos. Vuelva a experimentarlo. Cuando haya alcanzado su punto máximo, cambie de estado y salga de él. 7. Vuelve a experimentar tu estado de recursos y, cuando llegue a su punto máximo, conecta los tres anclajes. Mantén el estado todo el tiempo que quieras y luego cambia de estado. 8. Pruebe la asociación disparando los anclajes y confirmando que efectivamente entra en estado. Si no está satisfecho, repita el paso 7. 9. Identifique la señal que le permite saber que se encuentra en una situación problemática en la que desea utilizar su recurso. Esta señal le recordará que debe utilizar su ancla. Ahora puede utilizar estos anclajes para invocar su estado de recursos siempre que lo desee. Recuerde experimentar con ésta o cualquier otra técnica de PNL para encontrar la forma que mejor funcione para usted. Ten en cuenta el resultado (sentirte con más recursos) y juega con la técnica hasta que lo consigas. A algunas personas les basta con hacer el gesto ("disparar" su ancla kinestésica) para producir el estado de recurso. Otros quieren seguir utilizando las tres anclas. Puedes utilizar este proceso para anclar diferentes recursos. Algunas personas anclan un recurso diferente en cada dedo. Otras personas conectan muchos estados de recursos diferentes al mismo anclaje para producir un anclaje de recursos muy potente. Esta técnica de añadir diferentes recursos a la misma ancla se conoce como apilamiento de recursos. Anclar y utilizar tus estados de recursos es una habilidad y, como todas las habilidades, se vuelve más fácil y eficaz cuanto más la utilizas. A algunas personas les funciona a la primera. Otras, en cambio, necesitan practicar para desarrollar su competencia y su confianza en que realmente marca la diferencia. Recuerde el modelo de aprendizaje. Si el anclaje es nuevo para ti, enhorabuena por pasar de la incompetencia inconsciente a la incompetencia consciente. Disfrute de esta etapa mientras se vuelve conscientemente competente. El anclaje de recursos es una técnica para aumentar la elección emocional. Esta cultura, a diferencia de otras, cree que los estados emocionales son involuntarios y creados por circunstancias externas u otras personas. Puede que el universo nos reparta cartas variadas, pero nosotros podemos elegir cómo y cuándo jugarlas. Como dijo Aldous Huxley, "La experiencia no es lo que te ocurre, sino lo que haces con lo que te ocurre". ENCADENAMIENTO DE ANCLAJES Los anclajes pueden encadenarse de modo que uno lleve a otro. Cada ancla proporciona un eslabón en la cadena y desencadena la siguiente, al igual que el impulso eléctrico fluye de nervio a nervio en nuestro cuerpo. En cierto sentido, las anclas son un espejo exterior de cómo creamos una nueva vía neuronal en nuestro sistema nervioso entre un desencadenante inicial y una nueva respuesta. Encadenar anclajes nos permite movernos a través de una secuencia de estados diferentes de forma fácil y automática. El encadenamiento es especialmente útil si el estado problemático es fuerte y el estado de recurso está demasiado lejos para alcanzarlo en una sola etapa. Por ejemplo, piense en una situación en la que se sienta frustrado. ¿Puede identificar la señal constante que desencadena este sentimiento? ¿Un tono de voz en tu diálogo interno? ¿Una sensación concreta? ¿Algo que ve? A menudo puede parecer que el mundo conspira contra ti, pero tú puedes controlar cómo reaccionas ante la conspiración. Y el sentimiento de frustración no va a cambiar el mundo exterior. Cuando tengas esta señal interna, decide a qué estado te gustaría pasar. ¿Tal vez a la curiosidad? ¿Y de ahí quizá a la creatividad? Para poner en marcha la cadena, recuerde un momento en el que sintió una gran curiosidad y afiáncelo, quizás de forma cinestésica, con un toque en la mano. Rompe el estado, y luego piensa en un momento en el que estabas en un estado muy creativo y ancla eso, tal vez con un toque en otro lugar de tu mano. A continuación, vuelve a una experiencia frustrante y, en cuanto recibas la señal de frustración, activa el ancla de la curiosidad y, cuando el sentimiento de curiosidad alcance su punto máximo, toca el ancla de la creatividad. Así se establece una red neuronal de asociaciones que pasa fácilmente de la frustración a la creatividad, pasando por la curiosidad. Practíquelo tantas veces como desee para que la conexión se vuelva automática. Cuando seas capaz de provocar, calibrar y anclar distintos estados emocionales, dispondrás de una herramienta tremendamente poderosa para el asesoramiento y la terapia. Tanto tú como tus clientes podréis acceder rápida y fácilmente a cualquier estado emocional. El anclaje puede utilizarse para ayudar a los clientes a realizar cambios con notable rapidez, y puede hacerse en cualquier sistema, visual, auditivo o kinestésico. COLAPSO DE ANCLAJES ¿Qué pasaría si intentaras sentir frío y calor al mismo tiempo? ¿Qué ocurre si mezclas amarillo y azul? ¿Qué ocurre si disparas dos anclas opuestas a la vez? Sientes calor o verde. Para colapsar las anclas, se ancla un estado negativo no deseado (llámese frío o azul) y un estado positivo (llámese caliente o amarillo), y se disparan las anclas simultáneamente. Tras un breve periodo de confusión, el estado negativo cambia y surge un estado nuevo y diferente. Puedes utilizar esta técnica de colapso de anclas con un amigo o cliente. Aquí tienes un esquema de los pasos; asegúrate de establecer y mantener una buena relación en todo momento. Colapso de Anclas Resumen 1. Identifique el estado problemático y un estado positivo potente que la persona preferiría tener disponible. 2. Obtenga el estado positivo y calibre la fisiología para poder distinguirlo. Romper el estado: haz que el cliente cambie a otro estado dirigiendo su atención a otra parte y pidiéndole que se mueva. 3. Vuelva a provocar el estado deseado y fíjelo con un toque concreto o una palabra o frase; a continuación, vuelva a romper el estado. 4. Pruebe el anclaje positivo para asegurarse de que está establecido. Dispare el anclaje aplicando el mismo toque en el mismo punto y/o pronunciando las palabras adecuadas. Asegúrese de que percibe la fisiología del estado deseado. Si no es así, repita los pasos 1 a 3 para reforzar la asociación. Cuando haya establecido un anclaje positivo para el estado deseado, rompa el estado. 5. Identifica el estado o la experiencia negativa y repite los pasos 2 a 4 utilizando el estado negativo y anclándolo con un toque particular en un punto diferente. Rompe el estado. Esto establece un ancla para el estado problemático. 6. Lleve a la persona a través de cada estado por turnos, utilizando las anclas alternativamente, diciendo algo como: "Así que hay algunas veces en las que te has sentido "azul" (dispara el ancla negativa) y en estas situaciones realmente preferirías sentirte "amarillo" (dispara el ancla positiva)". Repite esto varias veces sin romper el estado entre ellas. 7. Cuando estés preparado, dirígete a la persona con palabras adecuadas como: "Observa cualquier cambio que percibas y dispara ambas anclas al mismo tiempo". Observe atentamente la fisiología de la persona. Probablemente observará signos de cambio y confusión. Retire el ancla negativa antes que el ancla positiva. 8. Pon a prueba tu trabajo pidiéndole que acceda al estado problemático o disparando el ancla negativa. Deberías ver que la persona entra en un estado intermedio (diferentes tonos de verde), o en un estado nuevo y diferente, o en el estado positivo. Si sigues obteniendo el estado negativo, averigua qué otro recurso necesita la persona. Colócalo en el mismo lugar que el primer recurso positivo y continúa a partir del paso 6. 9. Por último, pídale a la persona que piense en una situación en un futuro próximo en la que podría haber esperado sentirse negativamente y pídale que la repase en su imaginación mientras usted observa su estado. Escuche cómo lo describe. Si no estás contento con su estado o si sigue sintiéndose infeliz ante la perspectiva, averigua qué otros recursos son necesarios y anclalos en el mismo lugar que el primer recurso positivo, y continúa a partir del paso 6. Los anclajes de colapso no funcionarán a menos que el estado positivo sea más fuerte que el negativo, y puede que tenga que apilar recursos positivos en un anclaje para conseguirlo. Una forma de entender lo que ocurre es que el sistema nervioso intenta activar al mismo tiempo dos estados incompatibles entre sí. No puede, así que hace algo diferente. Se rompe el antiguo patrón y se crea uno nuevo. Esto explica la confusión que suele producirse cuando se colapsan los dos anclajes. Los anclajes permiten disponer de experiencias utilizando conscientemente los procesos naturales que normalmente utilizamos de forma inconsciente. Nos anclamos todo el tiempo, normalmente de forma totalmente desordenada. En cambio, podemos ser mucho más selectivos sobre a qué anclajes respondemos. CAMBIAR LA HISTORIA PERSONAL La experiencia humana sólo existe en el momento presente. El pasado existe en forma de recuerdos y para recordarlos tenemos que reexperimentarlos de alguna manera en el presente. El futuro existe en forma de expectativas o fantasías, también creadas en el presente. El anclaje nos permite aumentar nuestra libertad emocional escapando de la tiranía de las experiencias negativas del pasado y creando un futuro más positivo. Cambiar la historia personal es una técnica para reevaluar los recuerdos problemáticos a la luz de los conocimientos actuales. Todos tenemos una rica historia personal de experiencias pasadas que existen como recuerdos en el presente. Aunque lo que realmente ocurrió (sea lo que sea, porque la memoria humana es falible) no puede cambiarse, sí podemos cambiar su significado para nosotros en el presente y, por tanto, su efecto en nuestro comportamiento. Por ejemplo, el sentimiento de celos casi siempre se genera no a partir de lo que ocurrió realmente, sino de imágenes construidas de lo que creemos que ocurrió. Entonces nos sentimos mal en respuesta a esas imágenes. Las imágenes son lo bastante reales como para provocar reacciones extremas, aunque nunca hayan sucedido. Si las experiencias pasadas fueron muy traumáticas o muy intensas, de modo que incluso pensar en ellas provoca dolor, entonces la cura de fobias del capítulo 8 es una técnica más adecuada. Está diseñada para tratar experiencias emocionales negativas muy intensas. Cambiar la historia personal es útil cuando los sentimientos o comportamientos problemáticos se repiten. El tipo de sentimiento "¿Por qué sigo haciendo esto? El primer paso para utilizar esta técnica con un cliente o amigo es, por supuesto, establecer y mantener una buena relación. Modificar el resumen del historial personal 1. Identificar el estado negativo, elicitarlo, calibrarlo, anclarlo y luego romper el estado. 2. Mantenga el anclaje negativo y pida a la persona que vuelva atrás y piense en un momento en el que tuvo sentimientos similares. Continúe hasta que llegue a la experiencia más antigua que la persona pueda recordar. Suelte el ancla, rompa el estado y traiga al cliente de vuelta al presente. 3. Pídale al cliente que, a la luz de lo que ahora sabe, piense qué recurso habría necesitado en esas situaciones pasadas para que hubieran sido experiencias satisfactorias en lugar de problemáticas. Probablemente identificará el recurso con una palabra o frase como "seguridad", "ser querido" o "comprensión". El recurso debe proceder del interior de la persona y estar bajo su control. Si otras personas en la situación se comportan de forma diferente, la persona no aprenderá nada nuevo. Sólo podrá obtener respuestas diferentes de las otras personas implicadas si él mismo es diferente. 4. Obtenga y ancle una experiencia específica y completa del estado de recursos necesario y ponga a prueba este anclaje positivo. 5. Manteniendo el ancla positiva, lleve a la persona de nuevo a la experiencia más temprana. Invítale a observarse a sí mismo desde fuera (disociado) con este nuevo recurso y observa cómo cambia su experiencia. A continuación, invítale a entrar en la situación (asociada) con el recurso (tú sigues manteniendo el ancla) y repasa la experiencia como si estuviera sucediendo de nuevo. Pídele que se fije en las respuestas de los demás en la situación, ahora que tiene este nuevo recurso. Invítale a imaginarse cómo sería él desde el punto de vista de los demás, para que pueda hacerse una idea de cómo perciben este nuevo comportamiento. Si en algún momento se siente insatisfecho, vuelva al paso 4, identifique y apile otros recursos para aportar a la situación anterior. Cuando la persona esté satisfecha, experimente la situación como diferente y pueda aprender de ella, retire el ancla y rompa el estado. 6. Prueba el cambio sin utilizar ningún anclaje pidiendo al cliente que recuerde la experiencia pasada y observa cómo han cambiado esos recuerdos. Presta atención a su fisiología. Si hay signos del estado negativo vuelve al paso 4 y apila más recursos. PASEO POR EL FUTURO En PNL, experimentar una situación por adelantado se denomina anticipación del futuro y es el paso final de muchas técnicas de PNL. Te adentras en el futuro imaginando con los nuevos recursos que tienes, y experimentas por adelantado cómo deseas que sea. Por ejemplo, el ritmo futuro en Cambiar la Historia Personal consiste en pedir a la persona que imagine la próxima vez que es probable que se repita la situación problemática. A medida que lo hace, usted calibra si hay algún signo de recaída en el estado negativo. Si es así, sabrás que queda trabajo por hacer. El ritmo futuro pone a prueba si tu trabajo es eficaz. Es lo más parecido a encontrarse en la situación problemática. Sin embargo, la verdadera prueba de cualquier cambio es la próxima vez que la persona se enfrente al problema de verdad. Las ideas y los cambios pueden anclarse fácilmente en la consulta psicológica. El aprendizaje se queda anclado en el aula y los planes de negocio en la sala de juntas. El mundo real es la verdadera prueba. En segundo lugar, el ritmo futuro es una forma de ensayo mental. La preparación mental y la práctica es un patrón constante que se encuentra en todos los profesionales de alto rendimiento: actores, músicos, vendedores y, sobre todo, deportistas. En torno a este elemento se construyen programas de entrenamiento completos. El ensayo mental es la práctica en la imaginación y, puesto que el cuerpo y la mente forman un solo sistema, prepara y prepara al cuerpo para la situación real. Dar al cerebro fuertes imágenes positivas de éxito lo programa para pensar en esos términos, y hace que el éxito sea más probable. Las expectativas son profecías autocumplidas. Estas ideas de ritmo futuro y ensayo mental pueden utilizarse para aprender de cada día y generar nuevos comportamientos. Tal vez te apetezca repasar los siguientes pasos cada noche antes de irte a dormir. Cuando repases el día, elige algo que hayas hecho muy bien y algo con lo que no estés tan contento. Vuelve a ver ambas escenas, ensaya los sonidos, experiméntalas de nuevo de forma asociada. A continuación, sal de ellas y pregúntate: "¿Qué podría haber hecho de otra manera? ¿Cuáles fueron los puntos de elección en estas experiencias? ¿Cómo podrían mejorar aún más las experiencias positivas? Es muy posible que identifiques otras opciones que podrías haber tomado en la experiencia no tan buena. Ahora repite las experiencias, pero con un comportamiento diferente. ¿Qué aspecto tiene? ¿Cómo suena? Comprueba tus sentimientos. Este pequeño ritual te ayudará a elegir. Puede que identifiques una señal en la experiencia no tan buena que te alerte la próxima vez que ocurra, para utilizar otra opción que ya hayas ensayado mentalmente. Reproducir y crear nuevas opciones ¿Se siente bien? Recordar y repetir Pregúntese: "¿Qué podría haber hecho de otra manera? Puede utilizar este tipo de técnica para generar un comportamiento totalmente nuevo, o para cambiar y mejorar algo que ya hace. GENERADOR DE NUEVOS COMPORTAMIENTOS Esta es la técnica más general que puede utilizar si desea un nuevo comportamiento, o uno que le gustaría cambiar o mejorar. Por ejemplo, puede que quieras mejorar en tu deporte favorito. Imagínate a ti mismo comportándote de la manera que te gustaría, por ejemplo, sacando bien en el partido de tenis. Si te resulta difícil, observa a un modelo de conducta. Ponte en la silla del director de la película interior. Imagina que eres Steven Spielberg. Observa cómo se desarrolla la escena ante tu ojo interior. Mantente disociado mientras escuchas y editas la banda sonora. Tú eres la estrella y el director. Si hay otras personas involucradas, observa sus respuestas a lo que estás haciendo. Dirige la escena y edita la banda sonora hasta que estés completamente satisfecho, luego entra en esa imagen de ti mismo y ejecútala como si la estuvieras haciendo. Mientras lo haces, presta especial atención tanto a tus sentimientos como a las respuestas de la gente que te rodea. ¿Representa este nuevo comportamiento tus valores y tu integridad personal? Si no te parece correcto, vuelve a la silla del director y cambia la película antes de volver a meterte en ella. Cuando estés satisfecho con tu actuación imaginada, identifica una señal interna o externa que puedas utilizar para desencadenar este comportamiento. Ensaya mentalmente la señal y el nuevo comportamiento. El generador de nuevos comportamientos es una técnica sencilla pero poderosa para tu desarrollo personal y profesional. Cada experiencia se convierte en una oportunidad para aprender. Cuanto más lo hagas, más rápido te convertirás en la persona que realmente quieres ser.