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Juana B Gutierrez de Mendoza llama revol (1)

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Juana B. Gutiérrez de Mendoza
L A S P R O TA G O N I S TA S
LLAMA R EVOLUCIONAR IA
RICARDO CRUZ GARCÍA | HISTORIADOR
L
Juana Belén Gutiérrez de Mendoza (1875-1942).
FOTOGRAFÍA ANÓNIMA, CA. 1914. TOMADA DE: MARÍA DE LOS ÁNGELES
MENDIETA ALATORRE, JUANA B. GUTIÉRREZ DE MENDOZA.
PRECURSORA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA, MORELOS,
TALLERES DE IMPRESORES DE MORELOS, 1983
a máquina de escribir enmudeció ese 13 de
julio de 1942. Su dueña, aquella mujer que la
ametrallaba con vehemencia para estampar
ideas, críticas y reflexiones, había fallecido. Y
no solo eso: la hija tuvo que vender la reliquia
en que su madre escribió cientos de agudos
artículos y ardientes discursos para costear su
entierro. Así partía de este mundo la liberal, revolucionaria y luchadora social Juana Belén Gutiérrez de Mendoza.
Era el amanecer de un día nevado en San Juan del Río, Durango, cuando el duro invierno vio nacer a Juana Belén el 27 de
enero de 1875. El campo y las minas rodearon su infancia, pero
también la explotación de los trabajadores, la miseria, la marginación y la carencia educativa. De hecho, en 1892, a los diecisiete
años, se casó con el minero Cirilo Mendoza, a quien enseñaría
a leer y escribir.
Para 1897 la encontramos en la zona minera de Chihuahua
y como colaboradora de los periódicos de oposición al porfirismo El Diario del Hogar y El Hijo del Ahuizote. Allí vive su primer encierro a causa de sus escritos. Al año siguiente ya está en
Coahuila, donde la vuelven a meter a la cárcel por alrededor de
cuatro meses.
De formación autodidacta, Juana Belén es firme simpatizante del liberalismo de la generación de la Reforma, así como dura
opositora a los abusos del porfirismo y del clero católico. Es por
ello que cuando se organiza el famoso Congreso Liberal de 1901
en San Luis Potosí, se convierte en su defensora y difunde su
programa e ideas a través de Vésper, su célebre periódico fundado en ese mismo año en la ciudad de Guanajuato.
Nunca antes en la historia de México una mujer había fundado y dirigido un periódico político, mucho menos de oposición
al gobierno. En Vésper, Gutiérrez de Mendoza criticó la concentración del poder en el presidente, la sujeción de los legisladores
y jueces a su mandato, así como los abusos de los gobernadores
estatales. Por ello, El Diario del Hogar la llamaba “nuestra Juana
de Arco” y los Flores Magón, a través de Regeneración, se congratulaban de su labor periodística en favor de la libertad del
pueblo.
Sin embargo, pronto el diario fue clausurado y Juana Belén
tuvo que salir de Guanajuato. Luego de dedicarse a impulsar o
dirigir clubes liberales, se estableció en Ciudad de México y allí
continuó con la publicación de Vésper. Para 1903 fue elegida
primera vocal del Club Liberal Ponciano Arriaga, integrado también por Camilo Arriaga, Antonio Díaz Soto y Gama, Ricardo
Flores Magón, entre otros.
Al poco tiempo, la mayoría de ese grupo fue encarcelada. A Juana Belén la acusaron de sedición y rebelión, por lo que permaneció varios meses en la prisión
de Belén. Tras ser liberada, partió al exilio a Estados
Unidos, siguiendo a los demás liberales que ya se habían establecido allí. Desde el país vecino, reanudó la
edición de Vésper.
Después entró en conflicto con Flores Magón y se
distanció del grupo al inclinarse por la transformación
de la nación por la vía democrática. En 1905 regresó a
México y no cesó en su empeño de “justicia y libertad”
(el lema de Vésper). Más tarde se unió al maderismo.
En 1909 contribuyó a fundar el Club Político Femenil
Amigas del Pueblo y el Club Hijas de Cuauhtémoc que,
durante la campaña electoral de Francisco I. Madero,
exigieron el derecho al voto y “la total emancipación
de la mujer mexicana”.
Gutiérrez de Mendoza fue la primera mexicana
en dirigir un periódico político: Vésper, que se publicó
de 1901 a 1932, aunque de manera interrumpida.
VÉSPER, CUARTA ÉPOCA, NÚM. 2, 31/MAR/1932
Doña Juana
plasmó su
propuesta
indigenista en
¡Por la tierra
y por la raza!,
publicado en 1924
con el auspicio
del Consejo de
los Caxcanes
zacatecano.
JUANA B. GUTIÉRREZ
DE MENDOZA, ¡POR LA
TIERRA Y POR LA RAZA!,
ZACATECAS, IMPRENTA DE
F. PÉREZ NEGRETE, 1924
Tras el triunfo de la revolución y luego de decepcionarse del gobierno maderista, Gutiérrez de Mendoza
se inclina por el zapatismo y se establece en Morelos.
Desde allí apoya la causa mediante propaganda y con
su incesante labor periodística. El caudillo Emiliano
Zapata incluso la pone al frente de un regimiento militar, llamado Victoria, y la nombra coronela.
En el zapatismo, además de combatir al régimen
usurpador de Victoriano Huerta, lucha por mejorar
las condiciones de campesinos e indígenas mediante
programas de reparto agrario y educativos, principalmente. Durante el huertismo también iría a prisión, lo
mismo que en la guerra entre las facciones revolucionarias por oponerse al carrancismo.
Terminada la lucha armada, en 1922 se vuelve
maestra misionera de la cruzada vasconcelista contra
el analfabetismo en Jalisco y Zacatecas. Años después
es nombrada inspectora de escuelas rurales en este último estado, donde también fundaría la organización
indigenista Consejo de los Caxcanes.
Su visión a favor de los indígenas quedó plasmada
en ¡Por la tierra y por la raza! (1924). Luego fue nombrada directora del Hospital Civil zacatecano. Ya de regreso en Ciudad de México, en 1932 publicó la última
época de Vésper. Un lustro más tarde partió a Michoacán para dirigir la Escuela Industrial para Señoritas
de Morelia, bajo el amparo del gobernador Gildardo
Magaña, antiguo compañero zapatista.
Su pensión de cinco pesos, otorgada por el Estado
mexicano por sus servicios a la Revolución, no le alcanzaría para tener una vida sin preocupaciones. Enferma, pero sin dejar la lucha social ni rendirse ante la
indiferencia, finalmente muere en la pobreza en Ciudad de México, a los 67 años.
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Relatos e HISTORIAS en México
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