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Resumen del libro de Fred Spier - El lugar del hombre en el Cosmos

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Resumen de El lugar del hombre en el Cosmos
Por Iván Darío Parra Mesa
Abril 5 de 2023
El lugar del hombre en el Cosmos
La Gran Historia y el futuro de la humanidad
Fred Spier
Editorial Crítica, Barcelona, 2011
Reseña
Spier impulsa el concepto de “La Gran Historia” como una “manera de explicar el modo en que han
llegado a existir las cosas” [13/2].
Spier propone una estructura general aplicable a la totalidad de la historia [18/2].
La Gran Historia es el “enfoque de la historia que sitúa a la historia humana en el contexto de la
historia cósmica, desde el comienzo del Universo hasta el actual estado de la vida en la Tierra”
[23/1]. Según Spier, “el enfoque de la Gran Historia nos ayuda a crear un marco teorético nuevo en
el cual puede integrarse, al menos en principio, la totalidad del conocimiento científico” [23/1].
“[…] todas las explicaciones históricas son reconstrucciones de algún tipo, y por tanto es probable
que sufran cambios a lo largo del tiempo. Esto significa también que el estudio de la historia no
puede ofrecer certezas absolutas, sino únicamente sugerir aproximaciones de la realidad que un día
fue presente” [25/2].
Para Spier, “[…] elaborar una historia humana general vendría a determinar la creación de una
identidad global, identidad que no se hallaría directamente asociada con ninguna sociedad
actualmente viable” [36/1].
Tal vez fue Alejandro de Humboldt el primer adelantado en la construcción de una Gran Historia en
su obra Kosmos [40/2]. “Daba a su enfoque el nombre de ‘historia cósmica del universo’” [41/1].
Para Spier, la Enciclopedia de las ciencias filosóficas de Hegel fue también un intento de construir
una Gran Historia [46/1]. Igual Robert Chambers con su obra Vestigios de la historia natural de la
creación [47/1]. Posteriormente H. G. Wells escribió Esquema de la Historia Universal. Historia
sencilla de la vida y de la humanidad, con la que Wells buscó fomentar el surgimiento de una
identidad global que evitara futuras guerras entre los hombres [49/2].
Spier propone en su libro una teoría que explica la Gran Historia. Para él, una de las principales
pautas de la Gran Historia (de ahora en adelante GH) es que, “el incremento de la complejidad a lo
largo del tiempo habría conducido a disminución paralela de los acontecimientos debidos
puramente al azar” [57/1] en el juego entre Azar y Necesidad.
El planteamiento explicativo de la dinámica de cambio en la GH trata de abarcar todo, desde las
partículas elementales hasta los cúmulos de galaxias [58/3] en un marco común en el que se inserten
todos esos procesos generales de cambio. Es pues un enfoque basado en procesos [59/2]. Spier
denomina “régimen” a cada proceso que integra la gran historia [60/1]. Este término pretende
“abarcar todas las formas de complejidad que han existido en la historia” [60/1]. Considera que
existen dos tipos de regímenes: los integrados por los sistemas adaptativos complejos y los
compuestos por sistemas complejos no adaptativos [60/2]. Un régimen entonces es “una fórmula
abreviada con la que denotar una idea que incluye a un tiempo la estructura y la transformación de
los procesos” [61/1]. Puede asimilarse a lo que Peter Senge denomina estructura-conducta. Podría
equipararse el término “régimen” a “sistema” según Spier [67/1].
“Un régimen es, en general, más complejo cuando más numerosas y variadas sean las conexiones e
interacciones que tienen lugar entre los elementos fundamentales y cuanto mayor sea el número y
la diversidad de éstos” [68/1].
Con lo anterior, para Spier, la GH “se ocupa del surgimiento y la desaparición de la complejidad a
cualquier escala” [61/2]. La tesis que propone Spier dice: “La forma más breve de resumir el
contenido de la Gran Historia consiste en señalar que se ocupa del surgimiento y la desaparición de
la complejidad a cualquier escala” [61/2]. Para él, “la energía que fluye a través de la materia, en
ciertas condiciones de contorno, es la cauda del surgimiento como de la desaparición de todas las
formas de complejidad” [61/2]. Él define la energía “como todo aquello que puede cambiar la
materia, sea su estructura o sus movimientos, incluyendo el hecho de que aumente o disminuya su
complejidad” [66/1].
Los distintos niveles de complejidad son, según Spier, autónomos unos de otros. Esto “quiere decir
que un determinado nivel de complejidad exhibe unas propiedades emergentes a las que no es
posible hallar explicación suficiente basándonos en las propiedades observables en un nivel de
complejidad inferior” [68/3].
Spier asume tres niveles de complejidad: “el de la naturaleza físicamente inanimada, el de la vida y
el de la cultura” [72/3]. La complejidad de la naturaleza inanimada “no utiliza ninguna información
para sostenerse a sí misma” [73/2]. “A diferencia de lo que sucede con la complejidad inanimada, la
vida se sustenta a sí misma haciendo continuamente acopio de materia y energía […] valiéndose de
información hereditaria que se encuentra almacenada en las moléculas de ADN” [73/3]. También
valiéndose de información del medio circundante.
La cultura, por su parte, se basa en la información almacenada en los cerebros y en todos los
registros creados por el ser humano [74/1].
La hipótesis de GAIA [76/1].
De acuerdo con Spier, “[…] el surgimiento de toda forma de complejidad requiere que un flujo de
energía recorra la materia” [77/1]. Ese flujo constante de energía permite conservar la configuración
compleja en una especie de equilibrio dinámico [78/1].
Considera Spier también el concepto de “Densidad de energía” como la cantidad de energía que
fluye a través de una determinada cantidad de masa en un período dado de tiempo [81/1]. En ese
sentido, las densidades de energía de los organismos vivos son superiores a las de los sistemas no
vivos [82/1].
Define también Spier el concepto de “Formas de complejidad construida” como “el conjunto de la
complejidad material que han fabricado los seres humanos” [86/2]. Este conjunto se divide en dos
subconjuntos: el de la complejidad construida pasiva en el que sus miembros no precisan de un flujo
de energía para funcionar (como una carretera) y el de la complejidad construida alimentada en el
que sus miembros sí requieren del aporte continuo de energía de fuentes externas, como las
máquinas [86/3, 87/1]. Según Spier, los seres humanos son la única entidad en el Universo que ha
construido formas de complejidad movidas por fuentes de energía externa.
“A diferencia de las formas de complejidad que surgen espontáneamente, las formas que son
propias de la complejidad construida no utilizan esa energía [el flujo de energía necesario para el
funcionamiento del objeto] para alcanzar un mayor grado de complejidad en su seno” [87/2].
Principio Goldilocks1: “Todos los regímenes materiales que poseen una estabilidad relativa se
caracterizan por el hecho de que tanto su aparición como su conservación dependen del
mantenimiento de unas determinadas condiciones” [90/2]. “Para que exista complejidad, las
circunstancias que deben darse han de ser precisamente las adecuadas” [91/4]. A las variaciones de
estas circunstancias en el espacio y en el tiempo, Spier las denomina “Gradientes Goldilocks” [93/3].
Para Spier, el enfoque de la Densidad de energía unido a la aplicación del principio Goldilocks
proporciona “un primer esbozo de una teoría histórica del conjunto de los acontecimientos
conocidos, incluyendo la historia humana” [95/2].
Este enfoque “aborda la cuestión de la aparición, la existencia sostenida y el inevitable declive de la
complejidad” en la Gran Historia [97/2].
Para Spier, “[…] dentro de ciertos límites –los que imponen las circunstancias Goldilocks–, los flujos
de energía que recorren la materia determinan, en medida considerable, el curso de los
acontecimientos, mientras que el azar se encarga del resto” [99/1].
A partir de este momento, y una vez expuestos los principios teóricos, Spier se centra en describir
la Gran Historia enmarcada en dichos principios. Para ello empieza con el Big Bang. En ello Spier
indica que, a pesar del descubrimiento de la materia y la energía oscuras, es la materia ordinaria y
las formas de energía conocidas las que han determinado “el surgimiento y la desaparición de la
complejidad en el Universo” [107/2].
Va luego describiendo Spier los eventos que sucedieron luego del Big Bang y cómo se fueron
originando las estructuras complejas. Cómo surgieron las interacciones, los elementos, las galaxias,
etc. Incluso dice que los agujeros negros, al mantener cohesionadas las galaxias jugaron un papel
crucial en el surgimiento de la complejidad durante la evolución cósmica restante [123/2].
Dice que, durante la formación de la red cósmica de galaxias, se formaron también zonas carentes
de materia que se constituyeron en grandes sumideros de entropía posibilitando el surgimiento de
1
Principio “Ricitos de oro”.
la complejidad en las zonas con materia [125/2]. Indica Spier que en los momentos iniciales del
Universo la entropía era máxima lo que contradice lo indicado en otras fuentes donde se dice que
el desorden o entropía al principio del Universo era mínimo y que ha crecido constantemente en el
tiempo según la segunda ley de la Termodinámica.
Describe luego cómo la aparición de las estrellas posibilitó la creación de complejidad a pequeña
escala gracias a que en ellas se crearon varios átomos complejos.
Agrega que “[…] en las estrellas no se acumula información que pudiera ayudarlas a adaptarse a las
circunstancias. En contraste con lo que es propio de la vida, las estrellas y las galaxias son entidades
complejas no adaptativas” [134/3].
Nuestro sistema solar se encuentra ubicado en la zona galáctica habitable en la que se dan las
condiciones favorables para la vida y que emergió hace unos 8 mil millones de años. Antes de eso
hubo muchas supernovas explotando lo que barrió cualquier vida primigenia en esa zona [141/3].
En esta zona galáctica habitable se dan los cuatro requisitos para la aparición de vida compleja: la
existencia de elementos pesados en cantidad suficiente para la formación de planetas telúricos, un
entorno desprovisto de fenómenos ligados a la explosión de supernovas, una estrella central
mediana y una duración suficiente para que aparezca la vida [142/1]. Esta zona galáctica habitable
es una región anular situada a una distancia de entre 23 mil y 30 mil años-luz del centro de la galaxia
y en el plano de la misma. Allí existen estrellas formadas hace entre 8 mil y 4 mil millones de años,
una de las cuales es nuestro Sol con 5 mil millones de años de existencia. La formación de nuestro
sistema solar a partir de una nube de gas y polvo pudo haberse iniciado gracias a la onda de choque
que comprimió dicha nube, debida a la explosión de una supernova cercana a la zona galáctica
habitable hace unos cinco mil millones de años [146/2].
Junto con el Sol se formó un anillo de gas y polvo a su alrededor en el que se inició un proceso de
acreción lento que llevó a la formación de los planetas y los demás cuerpos del sistema. Durante los
primeros 600 millones de años de vida de los planetas así formados, se dio un bombardeo cósmico
constante del material circundante sobre dichos planetas [151/1]. El agua de nuestro planeta vino
de esos cuerpos (meteoritos y cometas) que impactaron la Tierra primigenia.
Según Spier, la complejidad que ha surgido en la Tierra se debe, al menos, a cuatro factores [156/1]:
1. La gravedad adecuada para mantener cohesionados los distintos componentes sólidos,
líquidos y gaseosos del planeta.
2. La energía interna proporcionada por los átomos radiactivos que calientan, desde el centro
hacia la superficie y producen la actividad geológica: fumarolas, volcanes y tectónica de
placas.
3. La energía, en la cantidad adecuada, proveniente del Sol.
4. Los efectos gravitatorios debidos a los demás cuerpos del sistema adicionales al Sol. Sobre
todo, la Luna y Júpiter. La Luna, en particular, contribuye a estabilizar el eje de rotación
terrestre [158/1]. También, la gravedad combinada del Sol y de la Luna contribuye a
ralentizar el período de rotación de la Tierra gracias al efecto de las mareas. Conservando
el momento angular del sistema Tierra-Luna, este proceso de ralentización ha hecho que la
Luna se aleje de la Tierra [159/1]. Estos efectos gravitatorios de los demás cuerpos del
sistema solar producen variaciones periódicas en los movimientos terrestres, conocidas
como Ciclos de Milankovic. Estos ciclos tienen efectos en las glaciaciones, en los patrones
de las corrientes oceánicas, así como en los regímenes de los vientos en el planeta [161/1].
Un factor adicional sería el de la existencia del campo magnético terrestre, producido como efecto
de la rotación de su núcleo de hierro fundido y que protege las formas de vida del efecto deletéreo
de las partículas cósmicas y el viento solar, conocido todo como radiación cósmica, que puede ser
letal [159/2].
Desde el punto de vista de la densidad de energía, en vatios por kilogramo, según Spier, la vida
genera tales densidades con un mayor valor que las de los objetos inertes [167/3]. Los sistemas
vivos necesitan extraer flujos de materia y energía de su entorno para poder conservarse en la
existencia [168/2]. Los sistemas vivos, en lugar de almacenar sólo materia y energía, almacenan
información y crean conocimiento.
Los virus posibilitan la transferencia de genes entre organismos tanto unicelulares como
pluricelulares (Transgénesis) 169/2].
Spier cita a Erich Jantsch quien afirma que (en palabras de Spier) “el surgimiento de una información
biológica codificada en moléculas que se transfieren de generación en generación abrió la
posibilidad de que se instauraran los procesos de aprendizaje” [172/2].
“Desde el momento en que, por medio de la información, resulta posible transmitir de una
a otra la experiencia acumulada de un gran número de generaciones queda abierta una
nueva dimensión al aprendizaje. Si hasta ahora las estructuras químicas de carácter
disipativo [esto es, aquellas estructuras que utilizan los flujos de materia y energía para
conservar su existencia] no lograban pasar de la ontogenia, es decir, no iban más allá de
procurar la evolución de su propia individualidad, y su memoria se limitaba a la experiencia
obtenida en el transcurso de su existencia, lo que vemos surgir con la información es, en
cambio, la posibilidad efectiva de la filogenia (o lo que es lo mismo, de la progresión histórica
de todo un filo). En un principio, el árbol ancestral no es un árbol, sino el cabo inicial de una
única y delgada línea genealógica. La experiencia de las generaciones anteriores, así como
las fluctuaciones de la misma y su evolución se transfieren verticalmente, lo que en este
caso significa que lo hacen a lo largo del eje temporal. Esta vinculación con el tiempo hace
que el desarrollo de una mayor complejidad tenga más posibilidades de verificarse de lo que
parece en principio posible alcanzar mediante la ontogenia de los sistemas materiales”
[172/3]2.
Este proceso de transferencia de información intergeneracional genera un ciclo virtuoso de
aprendizaje en el mundo de la vida.
“Por el momento no está claro si el surgimiento de la vida –aun suponiendo ya presentes las
condiciones adecuadas para su existencia– era inevitable o no (como lo fue en su momento la
aparición de las galaxias, las estrellas y los planetas), o si ésta fue el resultado de un insólito azar”
[178/1].
2
Ver Erich Jantsch, The self-organizing universe, pág. 103 (lo tengo resaltado) en el libro en formato
electrónico. Ver página 116 del PDF.
Para Spier, tanto la evolución biológica como tecnológica han aumentado continuamente su
velocidad y esto se debe a que implican procesos de aprendizaje [183/2]. La consecuencia de dichos
procesos es que esas evoluciones “se caracterizan por la presencia de mecanismos de
retroalimentación positiva” [184/3], mecanismos que llevan a una aceleración exponencial del
cambio. La vida extrae materia y energía del entorno y usa volúmenes de flujos de materia y energía
cada vez mayores para mantenerse en la existencia y para prosperar. Esa tendencia implica también
una tendencia al incremento en la eficiencia energética de las entidades en el mundo de la vida; es
decir, “conseguir mayor complejidad con los mismos recursos” 187/3]. Tal tendencia se aprecia en
los fenómenos de evolución convergente según la cual, distintos organismos encuentran soluciones
similares [188/2]. La capacidad de explotación de mayores fuentes de energía viene aparejada con
una mayor complejidad de la entidad que hace tal explotación [190/2].
La innovación evolutiva se da cuando un sistema biológico (una población biológica, por ejemplo)
desarrolla formas de explotar nuevos flujos de materia y energía que le proporcionen una ventaja
en relación con su supervivencia [206/1].
Definición de Nicho: parte de un entorno en el cual encaja una y sólo una especie biológica dada
[191/1].
Definición de Bioma: partes de un entorno que son explotadas por organismos diferentes [191/1].
Sobre la Hipótesis de GAIA, la interacción bidireccional entre vida y sistemas abióticos [197/2 y ss.,
204/2]. La vida crea y mantiene “unas circunstancias Goldilocks favorables a su propia
supervivencia” [198/2]. La aparición del agua en la Tierra y del oxígeno en la atmósfera [199, 200,
206/2, 207/1].
El origen del petróleo en la corteza terrestre [207/2].
La extinción de organismos anaeróbicos debida a la gran oxidación y el auge de los organismos con
respiración aeróbica [208/2].
Según Spier, para los organismos, el coste de alcanzar una mayor complejidad se ve retribuido con
la recompensa de unas mejores posibilidades de supervivencia y reproducción [211/2]. No estoy de
acuerdo con esto pues las más simples bacterias han sobrevivido casi 4 mil millones de años con
tasas altísimas de reproducción. Lo que uno podría decir es que, al lograrse una mayor complejidad,
se abre un espacio distinto de posibilidades de interacción con el entorno. Lo que Kauffman llama
el adyacente posible.
“[…] para muchas plantas y animales ya notablemente sofisticados, el aumento de la complejidad
revelaría ser una buena estrategia de supervivencia, pese a que resultara más costoso mantenerla”
[228/2].
Definición de histéresis: Situaciones de desarrollo constreñido en unos límites concretos y
caracterizadas por seguir un cauce determinado carente de vuelta atrás [211/4, 312/1].
“Podría llegar a argumentarse incluso que el conjunto de la historia del Universo se halla sometido
a las restricciones que le impone una histéresis definida por los valores específicos de las constantes
naturales, las cuales no permiten sino el surgimiento de ciertos tipos de complejidad” [212/1].
La fauna ediacárica y la explosión cámbrica [213/3, 214/1]. Según Spier, el período de la Tierra
conocido como “Bola de nieve” terminado hace 580 millones de años, fue el que catapultó la
innovación de la división del trabajo intercelular y las subsiguientes radiaciones evolutivas ediacárica
y cámbrica [220/1, 223/1].
Sobre los distintos períodos en que la Tierra fue una “bola de nieve” [220/3, 221/2/3].
Spier hace la siguiente afirmación: “Las especies provistas de un cerebro lograrían aprender de sus
propias experiencias gracias al uso de la memoria y tratarían de concebir formas nuevas de hacer
las cosas” [224/1]. En esto no estoy de acuerdo con Spier ya que da a cualquier especie, cuyos
organismos tengan un cerebro capaz del aprendizaje, la capacidad de aprender como especie lo que
sólo es cierto para las especies que desarrollan una cultura.
Sobre los supercontinentes que integraron todas las tierras emergidas en un solo continente [228/3,
229/1].
Sobre la colonización de la tierra seca por las plantas hace unos 400 millones de años [230/2].
Estrategia de conquista: las semillas en las plantas y los huevos en los animales [232/1].
Sobre la aparición del carbón durante el Carbonífero (360 a 300 millones de años atrás) como
residuo de plantas y árboles muertos y enterrados bajo sedimentos [233/2]. El petróleo se formó
hace unos 150 millones de años a partir de formas de vida marina [234/1].
Sobre la danza evolutiva plantas con flores – insectos [235/1].
Pasa luego Spier a hablar (Capítulo 6) del “surgimiento de la máxima complejidad conocida hasta la
fecha” que, para él, es el ser humano.
Dice Spier que “la tendencia evolutiva general ha revelado ser proclive a la aparición de especies
dotadas de cerebros progresivamente mayores y más complejos” [244/1].
El aprendizaje colectivo según David Christian. Para él este aprendizaje opera “de manera similar a
la forma en que la selección natural ha venido actuando en la historia biológica y, en este sentido,
el ritmo al que progrese el aprendizaje cultural depende decisivamente tanto del número de
personas interconectadas como de la cantidad de conexiones” [246/2]. No estoy de acuerdo en este
punto con Christian. Ese aprendizaje sólo se da así en el ámbito de la ciencia. En las demás
manifestaciones de la cultura es común el “olvido colectivo”, el repetir lo que falló antes, el no
aprender de la experiencia, etc. Spier concuerda en eso con lo que él llama el “olvido cultural”
[247/2].
Cita Spier al geólogo estadounidense Marion King Hubbert quien afirma que “[…] la cultura humana
ha de referir necesariamente la historia de la creciente capacidad humana de controlar y manipular
la energía” [252/3].
Resume Spier diciendo que “[…] a lo largo de la mayor parte de la historia humana, por no decir en
toda, el tema que predomina es el de la búsqueda de una cantidad de materia y energía suficiente
como para garantizar tanto la supervivencia como la reproducción, y esto, claro está, en los
márgenes definidos por unas determinadas circunstancias Goldilocks” [253/1].
Sobre la gran falla del Rift y su papel en la aparición de los homíninos [257/2, 258/1].
Spier hipotetiza que “el crecimiento del cerebro humano debió guardar relación con el incremento
del empleo de herramientas” [261/2] y también como un proceso de selección sexual [264/2] y un
efecto de los cambios climáticos debidos a los “Ciclos de Milankovic” [264/3].
Anota que existe una relación inversa entre el tamaño del cerebro y el del intestino [269/1].
Mientras el cerebro aumentó de tamaño gracias a lo dicho anteriormente y a una mejor nutrición,
el intestino disminuyó su tamaño debido a que se hizo una predigestión externa mediante el uso de
herramientas que permitían un premasticado y del fuego que permitió la cocción [271/2].
Spier utiliza el concepto de “Consumo de energía per cápita” para mostrar cómo se fue
incrementando la cantidad de energía que las personas consumían en su diario vivir [275/1].
La primera radiación adaptativa de índole cultural se produjo cuando el Homo Erectus salió de África
y se expandió por otros continentes [277/2].
El homo empezó a usar vestidos hace 1.180.000 años [278/2].
Las ventas del pulgar oponible en la evolución del homo [283/1]
La erupción del Toba y el cuello de botella humano (10.000 individuos) hace entre 80 y 60 mil años.
El reino de la contingencia [284/2].
Según Spier es en la costa meridional de Chile donde se encontraron las pruebas más antiguas de la
existencia de seres humanos en América [285/2].
La cultura Clovis, en Norteamérica, parece que terminó debido a la explosión de un cometa sobre
Norteamérica hace 12.900 años [291/2].
El inicio de la agricultura y la cría de animales, se dio de manera independiente, en distintas regiones
del planeta [309/2]. Una evolución cultura convergente [311/2]. Este desarrollo impulsó la creación
de calendarios [314/1], de las religiones agrícolas [325/1] de la propiedad privada [327/1] y de la
especialización en el trabajo [327/1].
El surgimiento de los cacicazgos o las ciudades-estado [319/2, 320/2, 335/2].
El surgimiento de los primeros estados [332/2, 337/2, 338/4, 339/2, 348/1].
El surgimiento de los imperios [341/2].
El surgimiento de las religiones morales y su uso por los poderosos para legitimar su poder [346/2].
El surgimiento de la clase media: los comerciantes y especialistas [351/2]
La primera oleada de la globalización en el siglo XV europeo [358/2, 359/2/3, 365/1].
Una consecuencia: el surgimiento del moderno método científico [366/2]
Frier dice que ya hacia 1430 marinos vascos pescaban en las costas de Terranova [360/1].
El surgimiento de los Estados-Nación. Las nuevas élites surgidas de la clase media toman el gobierno
en muchas regiones [360/3, 361/1/2]. Esto llevó incentivó el proceso de colonización, en busca de
recursos para mantener dichos estados [378/3]. Surgieron las élites de comerciantes. Estas élites,
posteriormente en las colonias, contribuyen a liberar sus países de sus centros coloniales [367/3].
La identidad nacional [378/2].
La segunda oleada de globalización fue, según Spier, lo que se conoce como la Revolución Industrial
del siglo XVIII [368/2 y ss.]. Los ingleses explotan el carbón como fuente energética ya que habían
pauperizado sus bosques que les proveían de leña [371/2]. El agua dentro de las minas de carbón
era un problema por lo que se vieron obligados a buscar cómo sacarla. Para ello el ingeniero Thomas
Newcomen inventó un “sifón térmico” impulsado por vapor con base en tecnología ya existente. El
verdadero motor de vapor fue inventado por James Watt con base en la máquina de Newcomen.
Esto creo todo un ecosistema de desarrollo que dio origen a la revolución industrial que empezó a
desplazar a la generación de riqueza basada en la agricultura. Todo esto llevó a la migración del
campo a la ciudad y al surgimiento de grandes metrópolis.
Spier considera que la tercera ola de globalización es el fenómeno de la informatización y con
Internet [381 y ss.]. Esto ha llevado al incremento de la desigualdad social entre países y al fenómeno
de las migraciones buscando un bienestar [385/2].
Sobre la eficacia biológica. Dice Spier: “Una superior eficacia implicaría adquirir la capacidad de
producir un mayor montaje de complejidad con la misma cantidad de energía […]” [396/3].
Sobre el desarrollo sostenible definido como “[…] aquel que alcance a satisfacer las necesidades del
presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para atender a sus propias
necesidades” [412/2]. Esto está contenido en el denominado Informe Brundtland que se titula
Nuestro futuro común.
“En mi opinión, y en la de otros muchos, la cuestión más fundamental que ha de resolverse en
relación con el futuro de la humanidad estriba en saber si los habitantes del planeta Tierra lograrán
cooperar o no en la consecución de un objetivo crucial: el de alcanzar un futuro más o menos
sostenible en razonable armonía […] muy bien pudiera suceder que esta fuera precisamente la
cuestión más decisiva que todos nosotros, incluidos nuestros hijos, debamos resolver” [428/1,
429/1].
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