Subido por renapear

El CUerpo TRabajo

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Renato H. Peña Artica – Movimiento I – EMAD Profesorado
Frente al espejo de mi baño miro un cuerpo, flaco,
enjuto, raquítico, delgado. No me avergüenzo de mí,
ni de mi reflejo, un cuerpo falto de carne, pero no de
vida. Un cuerpo habitado por memorias de otros
cuerpos, un cuerpo que junto a otros cuerpos se
proyecta, se reduce, se agita, se llora, se ríe, se agota
y a veces flota. Si es verdad que la facia recorre todo
mí cuerpo biológico, es verdad también que lo hacen
otras manos, como es verdad también que un beso y una caricia no solo se sienten entre
el rose de labios o manos, se sienten desde la yema de los dedos del pie hasta el cuello y
también en la piel de gallina o en el erizar de nuestros pelos.
El actor/actriz no camina en el escenario, danza.
César Brie
Hay un poema de autor peruano que cada que leo me recuerda y me alienta en mi
camino de actor/profesor.
Un cuerpo viejo pero trabajado para la pelea
madruga y danza
frente a los arenales de Barranco
Se mueve como dibujando
una rúbrica antigua, con esa gracia, y
sin embargo, está hiriendo, buscando el punto
de muerte
de su enemigo, el aire no, un invisible
de mil años.
Su enemigo ataca con movimientos de animales
agresivos
y el maestro los replica
en su carne: tigre, águila o serpiente van sucediéndose
en la infinita coreografía de evitamientos y desplantes.
Ninguno vence nunca, ni él ni él,
y mañana volverán a enfrentarse.
-Usted ha supuesto que yo creo a mi adversario
cuando danzo- me dice el maestro.
Y niega, muy chino, y sólo dice: él me hace danzar a mí.
El Maestro de Kung Fu
José Watanabe
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