KARL MARX (1818-1883) I. ANTECEDENTES DE LA FILOSOFÍA MARXISTA: EL IDEALISMO ALEMÁN. Podemos definir el idealismo como aquella corriente filosófica para la que la realidad es consecuencia de la actividad del sujeto. El idealismo considera que en el acto de conocimiento el sujeto que conoce construye la realidad conocida. Un ejemplo claro de idealismo es el de la filosofía kantiana: Kant creyó que la mente impone a la realidad conocida ciertas formas y conceptos a priori. Se llama idealismo alemán al movimiento filosófico de la primera década del s. XIX que, desarrollando algunas sugerencias de la filosofía kantiana, considera a la realidad como un producto de la razón. El idealismo alemán tiene su origen en Kant: la conclusión de la Crítica kantiana es que la razón pura teórica está limitada al fenómeno, mientras que el noúmeno o cosa en sí le resulta incognoscible. Sin embargo, los filósofos idealistas posteriores a Kant, entre ellos Hegel hacen una valoración más optimista de la Razón, considerando a ésta como una facultad que carece de límites. Hegel (1770-1831) es el representante máximo del idealismo alemán. La filosofía de Hegel es un intento por comprender cómo la razón y la libertad se realizan en la Historia. 1. Las características del idealismo alemán son: 1. Rechazo de la noción de noúmeno o cosa en sí. Para el idealismo alemán no existen límites para la Razón. 2. Se potencia el papel activo del sujeto. Para Kant el sujeto es activo en el conocimiento al imponer formas y conceptos a priori a las sensaciones, pero el conocimiento no puede ir más allá de tal experiencia sensible. Para el idealismo alemán no existe tal límite, todos los aspectos de la realidad conocida son consecuencia de la actividad del sujeto cognoscente. De ahí que Hegel pueda afirmar que todo lo real es racional y todo lo racional es real. 3. La Razón no se identifica con ninguna razón finita particular. Es decir, el sujeto cuya actividad intelectual da lugar a la realidad no es un hombre concreto. En el caso de Hegel la Razón se identifica con Dios. 4. El proceso por el cual la Razón o Infinito (no tiene límites) da lugar a la realidad y esta tiene lugar en el tiempo. La Razón, pues, se desarrolla en la historia. 5. Clara tendencia panteísta. El idealismo alemán elimina la radical separación entre Dios y las criaturas, y acaba pensando que todo participa de Dios, o tal como lo hemos llamado, la Razón Infinita. Se considera, por ejemplo, que la Naturaleza es una forma particular de expresarse Dios. 6. Retorno a la metafísica. Se establece una nueva relación entre Filosofía y Ciencia. La Filosofía deja de tomar a la ciencia como modelo y se coloca por encima de la ciencia con un nuevo método: el método dialéctico. 2. Los elementos del sistema filosófico de Hegel que se relacionan con Marx. 1. En cada época, la vida política, el sistema económico… reflejan el nivel de autoconciencia alcanzado por los seres humanos. Pero, la cultura de una época queda anticuada y surge otra nueva cultura. Del mismo modo, Marx afirma que las 1 relaciones de producción, generadas por las fuerzas productivas, se transforman por el avance de las fuerzas productivas. 2. La dialéctica, en el pensamiento de Hegel, es el método con que la Razón ha de proceder para comprender el desarrollo de la historia. La dialéctica es un proceso en tres momentos de los cuales los dos primeros son contrarios (tesis y antítesis) y el tercero es una reconciliación armoniosa de ambos (síntesis). El Infinito (razón, espíritu o idea) procede pues mediante la conciliación de contrarios. Simplificando mucho podríamos identificar la Idea con Dios (lo realmente Infinito), la antítesis con su manifestación como realidad finita (el mundo natural), y la superación de ambas realidades con el mundo humano (mezcla de infinito y finito). El antecedente más claro de esta concepción dialéctica de la realidad es Heráclito. Marx afirmará también que la realidad procede dialécticamente pero el sujeto de la dialéctica no es el Espíritu sino la humanidad. 3. La alienación, en Hegel corresponde al segundo momento de la dialéctica. Es el procedimiento por el cual la Idea (tesis) se hace otra cosa radicalmente diferente de sí misma, Naturaleza (antítesis). La razón por la que la Idea se aliena es que sólo de ese modo puede llegar al autoconocimiento. Marx retomará el término alienación liberándolo de connotaciones teológicas: el sujeto de la alienación será la clase oprimida que ha perdido su ser en el modo de producción capitalista. Puede decirse que la alienación tiene un sentido positivo para Hegel y peyorativo para Marx. 3. La izquierda hegeliana: Feuerbach. Materialismo y alienación religiosa. La izquierda hegeliana consiste en aquellos discípulos de Hegel que proponen una reforma radical del hegelianismo y elaboran una crítica radical a la religión por considerar que Hegel era un mero teólogo enmascarado. L. Feuerbach fue discípulo de Hegel en Berlín, perteneció a la izquierda hegeliana, y su obra más famosa es La esencia del cristianismo, 1841. Feuerbach influye en Marx a través de los conceptos materialismo y alienación. El materialismo de Feuerbach es la inversión del idealismo hegeliano. Mientras que Hegel consideraba que lo real tiene su origen en el Espíritu o la Idea, Feuerbach afirmará que lo divino, las ideas, son un mero reflejo de la realidad material. Por ello, si para Hegel el punto de partida para comprender la historia de las ideas es el Espíritu, para Feuerbach el punto de partida ha de ser el hombre, el hombre que vive en el mundo real, material. La crítica de Marx al materialismo de Feuerbach consiste en que Feuerbach considera que el hombre es un ser pasivo ante la realidad, que existe una influencia unidireccional de la realidad material hacia las ideas, mientras que Marx afirma que el hombre, como sujeto de la historia, transforma la realidad. La tesis de Feuerbach relativa a la alienación religiosa es similar a la de Jenófanes. Según Feuerbach el secreto de la teología es la antropología. Es decir: el ser divino no es sino el resultado del acto de proyectar al infinito la esencia del hombre. Dios no es sino el conjunto de los atributos humanos pero convertidos en infinitos. El resultado es que la religión aliena al hombre ya que el hombre religioso renuncia a su esencia y la contempla en Dios ya no como su propia esencia sino como una esencia “extraña”, infinita y divina. Por ello, la superación del cristianismo consistirá en que el hombre recupere su propia esencia. No hay más dios para el hombre que el hombre mismo. Y, algo importante, para Feuerbach, el hombre es un animal comunitario de ahí que su 2 esencia consista en la unidad del hombre con el hombre. Marx admite la crítica de Feuerbach a la religión pero cree que la superación de la alienación religiosa no pasa sólo por una mera crítica intelectual que Feuerbach hace sino que debe ser precedida por una transformación radical de las condiciones materiales en que viven los hombres. II. KARL MARX. VIDA Y OBRA. 1818-1883 1. VIDA Y OBRA. El pensamiento de Marx no se explica recurriendo sólo a sus fuentes: Hegel y los hegelianos de izquierda, la economía política y el socialismo utópico. Es importantísimo tener en cuenta que si fue capaz de transformar profundamente dichas fuentes fue porque en él se unieron teoría y actividad práctica revolucionaria. Con él se inaugura un nuevo tipo de filósofo cuyo objetivo principal no es comprender el mundo sino transformarlo: “Los filósofos no han hecho sino interpretar el mundo de diversas maneras; pero de lo que se trata es de transformarlo” (Tesis sobre Feuerbach,). Puede dividirse su vida y obra en tres etapas fundamentales: 1. 1818-1843. Nace en Tréveris (Renania) en Alemania: años de formación. Pertenece a la izquierda hegeliana. Admira el materialismo griego (su tesis versa sobre el materialismo de Demócrito y Epicuro) y la crítica a la religión de Feuerbach. Lucha, desde una perspectiva reformista y liberal, como periodista contra el gobierno represivo prusiano y es expulsado del país al ocuparse de casos de injusticia social flagrantes como la condena de la tala furtiva. 2. 1843-1848. Exilio en París y Bruselas. Toma contacto con los grupos de socialistas utópicos y anarquistas en inicia su amistad con Engels. Redacta las Tesis sobre Feuerbach, Manifiesto Comunista... Inicia la crítica de la economía capitalista y encuentra las bases del materialismo histórico. Se encuentra muy comprometido con la acción, rechazando sus primeras ideas reformistas así como los extremismos anarquistas y utópicos (causantes del fracaso de la Comuna de París) que no parten de un análisis de la realidad. Marx considera que la revolución ha de partir del proletariado y que sólo un socialismo científico puede marcar los caminos de la revolución. Obras de esta época son: Crítica a la filosofía del Estado de Hegel, Contribución a la crítica de la filosofía del Derecho de Hegel, Los Manuscritos de París, La Sagrada Familia, Tesis sobre Feuerbach, La Ideología alemana , La miseria de la filosofía y el Manifiesto comunista. 3. 1848-1883. Marx se exilia en Londres. Ante el fracaso de la revolución de 1848, se dedica ante todo al estudio de la economía capitalista. En 1859 publica Contribución a la crítica de la economía política, donde emplea con rigor el método dialéctico de análisis y llega a una formulación madura del materialismo histórico: el motor de la historia es el avance de las fuerzas de producción y el fin de la historia es la superación del capitalismo por el socialismo. La lectura de Darwin confirma su punto de vista materialista y dialéctico. Poco después publica su obra fundamental El Capital y es uno de los fundadores de la Internacional Socialista. Altusser en su interpretación de la filosofía marxista distingue en ella dos períodos: un periodo humanista, dominado por un humanismo racionalista liberal más cercano a Kant y Fichte que a Hegel y también en un humanismo “comunitario” 3 inspirado en Feuerbach. Y un segundo período científico basando su pensamiento en conceptos radicalmente nuevos (fuerzas productivas, relaciones de producción etc) 2. EL HOMBRE, EL TRABAJO Y LA ALIENACIÓN. 2.1. EL HOMBRE Consideramos que la naturaleza del hombre son los rasgos del hombre que dependen de su propio ser. Todos los hombres por naturaleza son seres activos cuyo destino es la perfección y el bien en la esfera del trabajo. En el tomo I de El Capital, Marx distingue entre la naturaleza humana en general y la naturaleza humana históricamente condicionada por cada época. Con esta distinción señala que el hombre posee algunos rasgos que van más allá de la posible influencia de la sociedad. El concepto de naturaleza humana es importante porque sirve de fundamento para la universalidad de la critica marxista: la explotación del hombre por el hombre es inaceptable porque todos los hombres son por naturaleza iguales, porque todos los hombres por naturaleza son seres activos cuyo destino es la perfección y el bien en la esfera del trabajo. Pero también es importante indirectamente por descarta que en dicha naturaleza se encuentre el derecho de propiedad de los medios de producción. Este derecho es consecuencia de un orden social que no siempre se ha dado y que dejará de darse tras la revolución. La moral burguesa, al entender la propiedad privada como un "derecho natural", hace la trampa de convertir un hecho (el hecho de que realmente se dé dicha propiedad en la sociedad capitalista) en un derecho. 2. 2. EL TRABAJO (TÉRMINO PAU). Para Marx no existe una esencia humana en general: el hombre se hace a sí mismo, a través de la historia, en la sociedad y transformando la naturaleza. (La historia es el desarrollo de la capacidad humana para mejorar su situación transformando la realidad, imponiéndose a la naturaleza). Así pues el hombre es un ser activo, práctico, siendo el trabajo su actividad principal. El trabajo es la actividad que realiza el hombre para satisfacer sus necesidades físicas y espirituales. pone al hombre en relación con la naturaleza y con los demás hombres. La naturaleza aparece como “su obra y su realidad”. Por el trabajo construye el hombre la sociedad y entra en relación con los otros. De manera que “la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo, es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales.” En Marx la noción de trabajo va más allá de su dimensión puramente económica y se convierte en una categoría antropológica: Marx caracteriza al hombre como un ser dotado de un "principio de movimiento", principio que determina su impulso para la creación, para la transformación de la realidad. El trabajo es el lugar en donde el hombre se desarrolla y perfecciona (más exactamente, donde se debería desarrollar y perfeccionar); de ahí que el trabajo no sea un mero medio para la producción de mercancías sino un fin en sí mismo y que pueda ser buscado por sí mismo y gozado. Dada esta comprensión de la naturaleza humana como la de un ser que sólo puede encontrar su perfección en el trabajo, no es extraño que el tema central de la filosofía marxista sea la transformación del trabajo sin sentido, enajenado, del trabajo como un mero medio, en un trabajo enriquecedor, en una actividad de 4 autorrealización, en un trabajo libre. Y no como ocurre en las sociedades de explotación donde el trabajo se ve como una experiencia alienada. 2.3. LA ALIENACIÓN. (TÉRMINO PAU) Significa enajenación o extrañamiento. Para Marx es la condición en la que vive la clase oprimida en toda sociedad de explotación donde una clase dominante posee los medios de producción y esta le sustrae a la clase oprimida su fuerza de trabajo y los productos que realiza. Tanto para Marx como para Hegel, este concepto describe la situación en la que un sujeto no se posee a sí mismo, cuando la actividad que realiza le anula, le hace salir de sí mismo y convertirse en otra cosa distinta a la que él mismo propiamente es; la alienación describe la existencia de una escisión dentro de un sujeto. Sin embargo, aunque Marx tomó este concepto de Hegel, hay importantes diferencias en el modo en que ambos filósofos la interpretaron. Para Hegel el sujeto de la alienación es la Idea, y la causa es de índole teológica, para Marx en cambio el sujeto es el hombre y la causa de la alienación en Marx es el derecho de propiedad de la clase dominante sobre los medios de producción y la fuerza de trabajo. La alienación principal es la alienación económica, la alienación que se da como consecuencia de la estructura socioeconómica que descansa en la propiedad privada. Pero la alienación no es sólo económica sino también religiosa, política, e intelectual. Alienación económica: Es la principal forma de alienación puesto que de ella dependen todas las demás. Se da en el trabajo y se refiere al hecho de que en esta actividad el sujeto productivo sufre una expoliación del producto de su trabajo, de su propia actividad y, en último término, de sí mismo. En la sociedad de clases, especialmente en la capitalista, el hombre no vive el trabajo como el ámbito de la creatividad y de la autorrealización, lo vive más bien como el lugar del sufrimiento y de la limitación. Marx cree que la razón de esta esencial insatisfacción está básicamente en que en las sociedades de explotación el sujeto vive la "actividad personal" o trabajo como algo que propiamente no le pertenece a sí mismo. 1. Alienación de la actividad: en el proceso del trabajo, el hombre se enajena de su propia fuerza de trabajo, no vive su actividad como algo que le pertenezca realmente. El trabajo se vive como algo exterior y forzado. (Dicho de otro modo: si trabaja lo hace por dinero, no porque la actividad se quiera por sí misma o porque sirva para otros fines ulteriores con los que el sujeto se pueda identificar como el bien de la sociedad, por ejemplo. En el sistema capitalista, el trabajador, al vender su fuerza de trabajo, se transforma también él en objeto, en mercancía.) 2. Alienación del objeto: los objetos producidos por la actividad del trabajador no le pertenecen a él, los vive como ajenos. (Además, el objeto se presenta como algo ajeno en un sentido más básico: en estos sistemas productivos, el productor se somete o subordina al producto en el sentido de que el productor es un mero medio para producir el objeto, en el sentido de que en dicha situación lo importante no es el bien del productor (su salud, el perfeccionamiento de sus facultades físicas o psíquicas) sino la 5 mercancía producida.) La crítica marxista a las sociedades de explotación conecta claramente con la tesis kantiana relativa a la necesidad de tratar a las personas como fines, no como meros medios: para Marx el gran defecto social y moral de las sociedades de explotación es que no tratan a las personas como fines sino como medios, en ellas el productor es un mero instrumento para producir cosas, y no propiamente una persona. Más que la cuestión de la desigualdad de la riqueza, a Marx le preocupó el hecho de que el trabajo en estas sociedades destruye la individualidad, trata al productor como una cosa y lo hace esclavo de las cosas. 3. Alienación social: la alienación económica hace que el objeto producido no le pertenezca al trabajador sino a otro, creando con ello una escisión en la sociedad, dando lugar a dos grupos o clases sociales antagónicas: la clase oprimida que realmente produce las mercancías y la clase opresora que se apropia de ellas. (Marx suponía que la enajenación del trabajo, aunque existente a lo largo de toda la historia, alcanza su cima en la sociedad capitalista y que la clase trabajadora es la más enajenada. Para entender esta conclusión es preciso recordar las extremas condiciones de vida en la que vivían los trabajadores en el siglo XIX, condiciones que supusieron un retroceso respecto de la situación de épocas anteriores: jornadas laborales cada vez más largas, trabajo agotador de niños, menor esperanza de vida de la clase trabajadora...) Alienación religiosa La religión es una forma de alienación porque es una invención humana que consuela al hombre de los sufrimientos en este mundo, disminuye la capacidad revolucionaria para transformar la auténtica causa del sufrimiento (que hay que situar en la explotación económica de una clase social por otra), y legitima dicha opresión. La religión es una forma de alienación en tres sentidos: por una parte porque es una experiencia de algo irreal, es una experiencia de algo que no existe. Siguiendo a Feuerbach, Marx considera que no es Dios quien crea al hombre sino el hombre a Dios. (Si la religión supone la existencia de Dios como algo infinito, lo hace oponiendo a ella el mundo finito, incluido el hombre mismo, desvalorizando su propio ser y su propio destino, desvalorizando el mundo humano frente a la calidad absoluta de la realidad trascendente o divina, realidad, por otra parte, dice Marx, meramente inventada por el hombre.) La religión también es alienación porque desvía al hombre del único ámbito en donde le es realmente posible la salvación y felicidad, el mundo humano, el mundo de la finitud expresado en la vida social y económica.( La religión le resta capacidad, energía y determinación para cambiar las situaciones sociales, políticas y económicas que son las realmente culpables de su sufrimiento). En este sentido Marx dice que la religión es el "opio del pueblo", pues, en definitiva, adormece el espíritu revolucionario que de otro modo tendría el ser humano; finalmente, su crítica a la religión se extiende también al hecho de que la religión suele tomar partido, pero no por las clases desfavorecidas sino por la clase dominante, perpetuando a ésta en el poder. 6 Por estas razones Marx consideró que era necesaria la superación de la religión y que ésta pasa realmente por la superación del sistema de clases sociales. 3. LA DIALÉCTICA. En Marx este término designa el peculiar proceso con el que se desenvuelve la sociedad a lo largo de su propia historia como el modo en que se debe pensar para captar adecuadamente dicho proceso. Marx presenta su dialéctica como una inversión de la dialéctica hegeliana. Marx toma el concepto de dialéctica de Hegel pero elimina toda la interpretación religiosa o teológica, considerando que el movimiento descrito por la dialéctica tiene como sujeto el mundo de la naturaleza y de la historia, el mundo finito. Podemos caracterizar la dialéctica como la teoría que acepta las siguientes tesis: La realidad está sometida al devenir y a la historia, por lo que, quien no sea capaz de captar un objeto en términos de su construcción histórica, no comprenderá bien dicho objeto. La contradicción. El cambio en la historia tiene su origen en la existencia de contradicciones en el seno mismo de las cosas. Racionalidad del cambio. El cambio no es un movimiento caótico, desordenado, sino que sigue una ley, una racionalidad. El esquema más abstracto de todo cambio es el de tesis, antítesis y síntesis: tesis: o momento de afirmación de una realidad; antítesis: o momento de negación de la realidad anterior; síntesis: o momento de integración de las dos realidades contradictorias anteriores; esta síntesis es, a su vez, una tesis nueva que da lugar a otra antítesis, la cual da lugar a una síntesis nueva, etc. Los términos "tesis", "antítesis", síntesis" se encuentran más en la filosofía hegeliana y el idealismo alemán que en los textos de Marx y Engels, quienes prefieren los términos "afirmación, negación y negación de la negación". De todas las características citadas, la más importante es la de la contradicción: para la dialéctica la contradicción, el enfrentamiento entre opuestos, es una dimensión fundamental de la realidad. En este punto, tanto Hegel como Marx reconocerán un antecedente en la idea heracliteana de la "guerra", es decir, la oposición de los contrarios, como "el padre de todas las cosas", la esencia íntima del ser. La dialéctica es también abierta e inacabada, porque la historia y el mundo real están inacabados. No hay “sistema” concluido. Y la dialéctica no pretende servir para justificar la realidad, sino para “transformarla” o comprender sus permanentes transformaciones. Marx aplicó la dialéctica a la historia y a la economía. Esta doctrina se conoce con el nombre de “materialismo histórico” 4. EL MATERIALISMO HISTÓRICO. Teoría marxista de la historia. Cree posible entender los cambios sociales y políticos a partir de los cambios que se dan en la base material de la sociedad, en las fuerzas productivas. El materialismo histórico quiere ser una teoría científica sobre la formación y desarrollo de la sociedad. Mediante una teoría económica, histórica y filosófica intenta 7 descubrir las leyes que rigen el cambio social y presenta un método para la interpretación de los conflictos sociales y su transformación. La característica definitoria del materialismo histórico consiste en la afirmación de que el desarrollo de las fuerzas productivas es la base de toda transformación social. El motor del cambio no son las voluntades de las personas tomadas individualmente, ni las ideas, ni mucho menos la voluntad divina, sino lo material. Marx nunca utilizó los términos “materialismo histórico” o “materialismo dialéctico”. Marx y Engels utilizaron más bien las expresiones “método dialéctico” para el materialismo dialéctico y “teoría materialista de la historia” para lo que aquí llamamos materialismo histórico. La primera formulación madura del materialismo histórico aparece en el prólogo de Contribución a la crítica de la economía política. Esquemáticamente puede expresarse como aparece en el siguiente gráfico, teniendo en cuenta que los cambios en el desarrollo de las fuerzas productivas determina los cambios en las relaciones de producción y en la superestructura. Superestructura Formas de conciencia (Las leyes, El Estado...) Transformación posterior (más o menos rápida) de la superestructura. Ideología Infraestructura Relaciones producción Infraestructura. Base Fuerzas productivas material Fase de equilibrio de Cambios en producción. las relaciones de Cambios en las fuerzas productivas Fase de revolución 4.1. INFRAESTRUCTURA Y SUPRAESTRUCTURA (TÉRMINO PAU) INFRAESTRUCTURA O estructura económica. Base material de la sociedad que determina la estructura social y el desarrollo y cambio social. Cuando cambia la infraestructura, cambia el conjunto de la sociedad ( relaciones sociales, el poder, instituciones, supraestructura…) La infraestructura incluye las Fuerzas productivas y las relaciones de producción. Las fuerzas productivas que es la base material de la sociedad y son los elementos usados por los agentes productores para hacer productos. El desarrollo de las fuerzas productivas determina tanto los cambios en las relaciones de producción como en la superestructura. Las fuerzas productivas incluyen: a) medios de producción: Instrumentos de producción (herramientas, máquinas, locales, el combustible…) materias primas y espacios. b) Fuerza de trabajo: Incluye las facultades productivas de los agentes productores (fortaleza, habilidad, conocimiento etc.). 8 Relaciones de producción. Las relaciones de producción son el conjunto de relaciones que se establecen entre los hombres como consecuencia de la producción o trabajo. En las relaciones de producción el marxismo distingue entre: -relaciones técnicas o materiales (relaciones que se establecen entre el agente y el medio de producción y el proceso de trabajo en general). Da lugar a la división técnica del trabajo. -relaciones sociales: son los vínculos que se establecen entre los hombres que participan en el proceso de producción.(en el modo de producción capitalista estas relaciones son básicamente dos: los propietarios de los medios de producción y los no propietarios de los medios de producción). Las relaciones de producción no son consecuencia de la voluntad de las personas sino de las condiciones materiales de producción según cada momento histórico. SUPRAESTRUCTURA Conjunto de elementos de la vida social dependientes de la infraestructura. Es un conjunto de instituciones no económicas entre las que se incluyen la religión, la moral, la ciencia, la filosofía, el arte, el derecho y las instituciones políticas y jurídicas. La tesis básica del materialismo histórico es que la superestructura depende de las condiciones económicas en las que vive cada sociedad, es decir, del grado de desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción producidas por éstas. La superestructura no tiene una historia propia, independiente, sino que está en función de los intereses de clase de los grupos que la han creado. Esta teoría tiene importantes consecuencias: - - La comprensión de los elementos de la superestructura sólo se puede realizar con la comprensión de la estructura y cambios económicos que se encuentran en su base. Que no es posible la independencia del pensamiento, respecto del mundo económico en el que están inmersas las personas. Lo que lleva al relativismo. Así las teorías filosóficas a lo largo de la historia no son sino consecuencia de las circunstancias económicas en las que están inmersos los filósofos. Marx expresa la influencia de la infraestructura en la superestructura con la frase la existencia determina la conciencia lo cual significa que el carácter de las ideas dominantes en una sociedad se explica por su propensión a sostener la estructura de papeles económicos exigida por las fuerzas productivas. Por ejemplo, el protestantismo, que convirtió todas las festividades tradicionales en días laborables, surgió cuando lo hizo porque era una religión adecuada para estimular la iniciativa capitalista e imponer la disciplina de trabajo. 9 4.2. LA IDEOLOGÍA. Un elemento esencial de la superestructura es la ideología. Sistema de representaciones del mundo (filosofía, arte, religión, derecho, moral,) que utiliza la clase dominante para legitimar su posición privilegiada frente a las clases oprimidas. En sociología se llama ideología a todo conjunto más o menos sistemático de creencias que intentan explicar al hombre y el mundo, a la vez que orientar su conducta a partir de ciertos valores aceptados como correctos. En este sentido general, toda teoría del mundo es una ideología: lo es tanto el punto de vista reaccionario como el conservador, tanto el progresista como el radical (incluido el propio marxismo). Pero el marxismo añade a este concepto general las siguientes peculiaridades: Entiende la ideología de un modo tan amplio que acaba identificando ideología con cultura; en la Contribución a la Crítica de la economía política nos dice Marx que la ideología abarca el derecho, la política, la religión, el arte, la filosofía, y (sugiere) hasta la misma ciencia. Las ideologías no describen al hombre y su situación en el mundo y la sociedad de un modo correcto, sino de un modo deformado, falso; esa deformación en la descripción del hombre es consecuencia del interés de la clase dominante por mantenerse en su situación de dominio; claros ejemplos de ideología son la teoría económica burguesa de Adam Smith quien consideraba que el capitalismo debe su vitalidad económica a la satisfacción de los instintos egoístas de los empresarios, La inclusión del derecho de propiedad en la naturaleza humana afirmada por John Locke, las ideas de libertad e igualdad que obtuvieron los siervos al desvincularse de la nobleza son aparentemente un síntoma de liberación, pero, en el fondo, sirven sólo para que los siervos expropiados de sus medios de producción queden a merced de los capitalistas. Las ideologías son un "producto social": los pensamientos de los hombres son consecuencia de la sociedad en que viven, particularmente del orden económico vigente; Dada esta interpretación de la ideología, una de las tareas fundamentales de la filosofía será la de desenmascarar el supuesto carácter objetivo de las descripciones ideológicas; la filosofía se concibe esencialmente como filosofía crítica. Esto es lo que intenta hacer el marxismo, por ejemplo, con su crítica a la religión y a la economía política clásica. 4.3 MODOS DE PRODUCCIÓN Y CAMBIO SOCIAL. Forma de producir los distintos bienes necesarios para la subsistencia. Los elementos básicos que se tienen en cuenta para caracterizar un modo de producción son el tipo de fuerzas productivas y el tipo de relaciones de producción a que dan lugar las fuerzas productivas. El cambio social consiste en la sucesión de los distintos modos de producción. Estos se suceden en función del desarrollo de las fuerzas productivas: cuando las fuerzas productivas alcanzan una determinada capacidad, las relaciones de producción a que habían dado lugar se convierten en una traba para el desarrollo de las 10 fuerzas productivas por lo que cambian las relaciones de producción y, por tanto, el modo de producción. 5. CRITICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA. 5.1 VALOR (TÉRMINO PAU) Marx distingue dos tipos de valores en las cosas y en las mercancías. El valor de uso de una cosa es su capacidad para satisfacer alguna necesidad humana. Y el valor de cambio es el que tiene un objeto en el mercado y que se mide en dinero, en términos cuantitativos. Hay objetos que tienen valor de uso pero no valor de cambio (el aire que respiramos, los sentimientos de las personas, el propio cuerpo humano), pero la tendencia de las sociedades de explotación (particularmente del capitalismo) es hacer de todo objeto que sirva para algo un objeto para vender y comprar, es decir una mercancía (se intenta vender el propio cuerpo, el talento y los sentimientos...). Podemos llamar mercancía a todo objeto que se pone en el mercado, a todo objeto producido con vistas a su cambio por otros objetos, con vistas a ser vendido en el mercado. El valor de cambio de un objeto no depende necesariamente de su valor de uso (de su utilidad social por ejemplo) sino del valor que tiene en el mercado, particularmente de su escasez o abundancia, y de la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlo. . El valor de cambio de una mercancía es su capacidad de ser intercambiada por cantidades de otras mercancías. 5.2 PLUSVALÍA (TÉRMINO PAU) El rasgo peculiar de la sociedad capitalista es que en ella la fuerza de trabajo es también una mercancía: dado que el productor no dispone de otro recurso para obtener bienes y medios para su subsistencia, debe poner la fuerza de su trabajo en el mercado. Del mismo modo que en el mercado las mercancías están sometidas a las fluctuaciones del mercado, básicamente por las leyes de la oferta y la demanda, la fuerza de trabajo tiene también un precio determinado por las mismas leyes. Pero a diferencia de otras mercancías —un coche por ejemplo— que satisfacen meramente necesidades humanas, la mercancía que llamamos fuerza productiva tiene la peculiar característica de producir otras mercancías. La fuerza de trabajo tiene un valor de cambio (el sueldo que recibe el trabajador) y un valar de uso (su valor para producir otras mercancías). A su vez, estas mercancías creadas por dicho trabajo tienen, claro está, valor de uso y valor de cambio, pero el valor de cambio que éstas tienen siempre es superior al valor de cambio que tiene la fuerza productiva que las ha creado (al salario). Aunque añadamos a este último valor otras cantidades como las que puedan corresponder a la amortización de las máquinas usadas en la producción, o los costes financieros que el empresario gasta para llevar adelante su negocio, siempre habrá una diferencia. A esta diferencia se le llama plusvalía y es el beneficio del capitalista. Sin este beneficio no habría sociedad capitalista. Esto, traducido en términos de horas-trabajo, quiere decir: de las ocho horas que el trabajador trabaja, una parte trabaja para él (la que revierte en lo que realmente le paga el empresario) y otra para el empresario (la que da lugar al exceso de valor de cambio que no revierte sobre el trabajador y que da lugar a la ganancia del empresario o plusvalía). La propuesta del marxismo es la desaparición de la plusvalía, es la idea de que el valor 11 del objeto producido por el productor vuelva a éste; bien sea porque los beneficios se reparten directamente entre todos los obreros, como ocurre en la interpretación cooperativista del socialismo, bien sea porque el Estado los restituye indirectamente al productor en la forma de otros bienes de los que puede disfrutar (carreteras, educación y sanidad gratuitas, subsidios de desempleo, o de vejez...), como es el caso de la interpretación más estatalista. 5.3. EL CAPITAL (TÉRMINO PAU) El empresario paga al asalariado, no el valor producido por éste, sino sólo el costo de su fuerza de trabajo. El capital es plusvalía acumulada, trabajo no consumido. Por ello se explica que, los economistas burgueses consideren el capital como fuente de riqueza y consideren natural que por el hecho de invertir un capital se deban obtener beneficios. Pero el capital no es sino trabajo humano apropiado ilegítimamente por el capitalista. Es el trabajador el que produce valor y el excedente de valor, que sostiene todo el sistema, es el producto del plustrabajo realizado por los obreros El capital es valor de cambio que se autovaloriza, dinero que se intercambia para obtener más dinero. El dinero funciona como capital en los siguientes casos: El dinero prestado a interés es capital. El capitalista no tiene por qué emplear dinero por definición. Puede prestar 10 vacas esperando recibir 15 al cabo de cinco años. El capital industrial. El capitalista intercambia su dinero por una mercancía que consiste en los elementos requeridos para la producción: fuerza de trabajo, materias primas, herramientas, locales...(colectivamente conocidos como medios de producción) con vistas a combinarlos en un proceso productivo, cuyo resultado pueda ser vendido en el mercado por una cantidad de dinero superior. La sociedad es considerada como capitalista cuando su producción se realiza predominantemente dentro del ciclo del capital industrial y existe una clase de personas que alquilan fuerza de trabajo distinta de la clase de los trabajadores. Cuando un capitalista pone en marcha una fábrica tiene que desembolsar un capital constante (el que corresponde a materias primas, maquinaria) y un capital variable (el que corresponde a los salarios de los trabajadores, para su subsistencia). La ganancia que obtenga, también llamada plusvalía, será el fruto de la alienación del trabajador puesto que la suma de capital constante y capital variable siempre es inferior al valor de cambio de la mercancía producida. Y esto es posible porque el capitalista siempre recorta en el capital variable, es decir, reduce los salarios. 6. RELACIÓN DE LA FILOSOFÍA DE MARX CON LA DE OTROS AUTORES. EN RELACIÓN AL TEMA DE LA DIALÉCTICA. La dialéctica, en el pensamiento de Hegel, es el modo en que el Infinito se desenvuelve en la Historia y el método con que la Razón ha de proceder para comprender tal 12 desarrollo. La dialéctica es un proceso en tres momentos de los cuales los dos primeros son contrarios (tesis y antítesis) y el tercero es una reconciliación armoniosa de ambos (síntesis).). Ambos autores reconocen un antecedente de esta concepción dialéctica de la realidad en Heráclito. Marx presenta su dialéctica como una inversión de la dialéctica hegeliana. Afirma que la realidad está sometida al devenir y a la historia y ese devenir se produce por la contradicción. Pero el sujeto de la dialéctica no es el Espíritu sino la humanidad y el motor de la historia no es una cuestión teológica, sino económica. EN RELACIÓN AL TEMA DEL HOMBRE. Marx ve al hombre como un ser activo, práctico, siendo el trabajo su actividad principal y critica la visión de Hegel al ver “la esencia humana, al hombre como autoconciencia”.. Y critica a Feuerbach por considerar “la actividad teórica” como la auténticamente humana, y descuida la actividad práctica; además concibe la naturaleza humana de un modo abstracto (aislado de su historia y de sus relaciones sociales). EN RELACIÓN AL TEMA DE LA ALIENACIÓN. Tanto para Marx como para Hegel, este concepto describe la situación en la que un sujeto no se posee a sí mismo. Sin embargo, aunque Marx tomó este concepto de Hegel, hay importantes diferencias en el modo en que ambos filósofos la interpretaron: Para Hegel el sujeto de la alienación es la Idea y consiste en el peculiar procedimiento por el cual la Idea se hace otra cosa radicalmente distinta de si, se enajena y se hace Naturaleza. Marx retomará el término alienación liberándolo de connotaciones teológicas: el sujeto de la alienación será el hombre, la clase oprimida. La alienación se refiere a la explotación del hombre por el hombre y la causa de la alienación en Marx es el derecho de propiedad de la clase dominante sobre los medios de producción y la fuerza de trabajo. .. La tesis de Feuerbach relativa a la alienación religiosa es similar a la de Jenófanes. Según Feuerbach el ser divino no es sino el resultado del acto de proyectar al infinito la esencia del hombre. Dios no es sino el conjunto de los atributos humanos pero convertidos en infinitos. El resultado es que la religión aliena al hombre ya que el hombre religioso renuncia a su esencia y la contempla en Dios ya no como su propia esencia sino como una esencia “extraña”, infinita y divina. En cuanto a la alienación religiosa Marx sigue a Feuerbach en que la religión es una experiencia de algo irreal, es una experiencia de algo que no existe. Ambos consideran que no es Dios quien crea al hombre sino el hombre a Dios. Y que la religión al considerar la existencia de Dios como algo infinito, lo hace oponiendo a ella el mundo finito, incluido el hombre mismo, desvalorizando su propio ser y su propio destino, desvalorizando el mundo humano frente a la calidad absoluta de la realidad trascendente o divina. Marx consideró que era necesaria la superación de la religión y que ésta pasa realmente por la superación del sistema de clases sociales: la diferencia con respecto a Feuerbach está precisamente en esta cuestión, pues para Feuerbach la supresión de la religión era posible con su superación intelectual, con la crítica filosófica a la religión; Marx creyó que era necesario, además y fundamentalmente, la modificación de las condiciones económicas que la han hecho posible, es decir, la desaparición del orden social creado a partir de la existencia de la propiedad privada. 13 EN RELACIÓN AL MATERIALISMO A lo largo de la historia de la filosofía encontramos diversos tipos de materialismos, desde el materialismo de los atomistas griegos hasta el materialismo del siglo XX consecuencia de la primacía de la ciencia. En el siglo XVIII muchos de los enciclopedistas defienden tesis materialistas. En Alemania los sistemas idealistas, desde Kant hasta Hegel, rechazaron el materialismo, pero tras la muerte de éste último, con el desarrollo de las ciencias naturales, y de modo destacado a partir del evolucionismo de Darwin, prolifera de nuevo el materialismo. A diferencia de Hegel en Marx hay prioridad del ser sobre el pensamiento. Y la naturaleza exterior es independiente del pensamiento. Feuerbach afirmará que lo divino, las ideas, son un mero reflejo de la realidad material. Y que el hombre vive en el mundo real material. Sin embargo Marx aunque es influido por Feuerbach no está de acuerdo en separar la Naturaleza respecto al hombre. Este último no es un ser contemplativo, sino activo, que transforma la Naturaleza. Según Marx, Feuerbach no supo ver que el mundo que nos rodea es un “producto histórico”, resultado de muchas generaciones que lo han transformado. Se suele incluir al materialismo histórico en lo que se ha llamado "las filosofías de la sospecha": las "filosofías de la sospecha" mantienen que para comprender la conducta de un individuo o de un grupo social no es adecuado atender a la explicación que dicho individuo o grupo da, pues dicha explicación no es objetiva, está mediatizada, es consecuencia de los intereses del individuo o grupo. Para entender a un individuo o grupo es necesario "sospechar" de la comprensión que él tiene de sí mismo y remitirse a otro nivel de realidad distinto al de la propia conciencia. Los filósofos de la sospecha han sido Freud, que destaca la motivación inconsciente en la conducta humana, Nietzsche, para el que la cultura occidental esconde su carácter antivital, y el marxismo, según el cual el fundamento verdadero de la conducta social no está en el nivel de la comprensión que los hombres tienen de sí mismos, comprensión que se sitúa en el nivel de las ideologías, sino en el nivel de los intereses económicos. EN RELACIÓN A TEMAS ECONÓMICOS Y POLÍTICOS. Marx critica el planteamiento de Locke de la propiedad privada como un derecho natural pues según Marx ha convertido un hecho (propiedad) en un derecho. En cuanto economista, Marx heredó de sus predecesores, sobre todo de David Ricardo, un determinado cuerpo doctrinario, lo sometió a un análisis sistemático y desarrolló una teoría propia que es tanto un análisis del capitalismo como una crítica de la economía política clásica. Los economistas clásicos, tales como Adam Smith o David Ricardo, consideraban tres fuentes de riqueza: 1) la naturaleza; 2) el capital, 3) el trabajo. Marx rechaza esto como una mistificación y sólo considera el trabajo como fuente de riqueza, combatiendo a los economistas burgueses que declaran naturales las leyes económicas. Sólo el trabajo es origen de riqueza, pero no la genera para todos, sino sólo para una minoría que se apropia de los productos y de los beneficios. A su vez las leyes económicas no sólo no son naturales (se rige por el mercado, el dinero o la bolsa) sino que están históricamente determinadas. Marx critica también la economía burguesa de Adam Smith quien consideraba que el capitalismo debe su vitalidad económica a la satisfacción de los instintos egoístas de los empresarios. 14 8. TEMAS PARA VALORAR Ideas para exponer tu posición personal sobre la filosofía de Marx 1. Crisis del capitalismo: alternativas al modelo actual de globalización. 2. Consecuencias de la máxima "Todo es ideología". 3. Alienación religiosa: el papel de la religión en el sometimiento de las clases inferiores. Alianzas con dictadores, falsas esperanzas de inmortalidad, moral de rebaño. 4. Posibilidad de la sociedad posclasista gracias al avance tecnológico. Reflexión sobre el documental Zeitgeist II. 5. La derrota económica de la Unión soviética. Consecuencias del marxismo. 6. Materialismo y ateismo. 9. ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE MARX. El pensamiento crítico. En el pensamiento de Marx teoría y práctica están conectadas: no trata de especular por especular, sino de reflexionar para incidir en la práctica y transformar aquellas estructuras que sean injustas, El criterio de verdad de una teoría reside en que esta se haga efectiva o real en la práctica. Este estilo de pensamiento ha influido en las investigaciones sociales de nuestro tiempo, como muestra la aportación de la Escuela de Frankfurt. La relevancia de la economía. Aunque es excesivo considerar la economía el único factor determinante, pues también es cierto que la «conciencia” o las ideas actúan sobre la sociedad, pervive en nuestros días la decisiva Influencia de lo material o económico en todo fenómeno sociocultural. Sin embargo, en las modernas sociedades, el Estado se debilita no porque sus funciones sean asumidas por la sociedad civil o por los trabajadores libremente asociados como vaticinaba Marx, sirio por la primacía del grancapital transnacional (multinacionales). La denuncia de la alienación del trabajo. La subordinación esclavizadora de los individuos a la división social del trabajo, la consecuente oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, la vivencia del trabajo solo como un medio de vida y no como la primera necesidad vital para nuestra realización como seres humanos, la denominada deslocalización, de las empresas para pagar salarios más bajos y generar trabajos en peores condiciones en aras a la maximización de beneficios no son algo extraño u ocasional en esta época de globalización. El trabajo se ha convertido en un bien escaso. Al haber más demanda que oferta, crece el paro y las condiciones laborales empeoran para la gran mayoría (trabajo parcial, inestabilidad laboral, contratos basura etc.,) El ser humano es un producto social que hace historia. Según Marx, el ser humano se crea a sí mismo mediante el trabajo. Pero esta autoproducción no es individual, sino colectiva y es el origen de la sociedad. Somos seres sociables, trabajamos en grupo, lo que contribuye además, a la multiplicación del rendimiento laboral. Así pues, el ser humano no posee ninguna naturaleza o esencia que lo determine de antemano, sino que se hace a sí mismo, es el protagonista de la historia. Las ciencias sociales de hoy suscriben esta tesis: las referencias a los procesos de socialización (primaria y secundaria), la constancia de que los seres humanos 15 somos los sujetos de la historia y que la realidad es una construcción social forman parte ya del acervo común. El conflicto, no la cooperación impulsa la historia. En cualquier sociedad hay grupos con intereses antagónicos. Las relaciones sociales entre esos grupos no son de armonía sino de conflicto, incluso de lucha entre los ámbitos económico, político o ideológico Según Marx esta tensión—o dialéctica— de grupos sociales contrapuestos —esclavos y amos, siervos y señores proletarios y burgueses— es el motor de la historia. La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. La concepción actual del conflicto no está revestida solo de negatividad; más bien, ahora también se valora su potencialidad como oportunidad para la mejora y el progreso en los campos económico, político o educativo, de ahí que determinadas teorías sociales integren el conflicto como un aspecto esencial de la sociedad y corno un factor fundamental del cambio social. La solidaridad internacional frente a la explotación humana. Marx afirma que el proletariado es una clase internacional y que sus intereses están por encima de los de las naciones y los Estados. Hoy disponemos de numerosos testimonios de solidaridad internacional ante los desastres naturales ---terremotos, tsunamis, tormentas torrenciales— que asolaron diferentes poblaciones del planeta, genocidios continuos, ante crímenes contra la humanidad, que acostumbran a cebarse especialmente con los débiles, los pobres del mundo. En primer término de esta solidaridad encontramos a la ciudadanía, las organizaciones no gubernamentales. En esta sociedad globalizada es necesaria una nueva cultura política en la cual adquiera mayor protagonismo la sociedad civil y de la que surjan proyectos políticos emancipadores. La crítica a la religión. La religión, puede ser instrumento de dominación o de emancipación de la humanidad, aliada al poder o entregada al servicio de los más humildes. Recordemos que Marx era crítico con la religión de su tiempo, justificadora de un orden socioeconómico injusto, ocultando la alienación que sufrían los trabajadores y adormeciendo sus conciencias con la esperanza de la obtención de una mejor vida ultraterrena. Su crítica puede tener vigencia incluso para los creyentes por su carácter de sana advertencia autocrítica y porque invita a optar por una vivencia religiosa cada vez más emancipadora; en concreto, a optar por los pobres y a comprometerse con la transformación de las situaciones injustas y alienantes de este mundo. 16 10. ALGUNAS INTERPRETACIONES DE MARX. Sirve para la valoración. Adolfo Sánchez Vázquez valora el marxismo como una “filosofía de la praxis”. Lo que primeramente hace falta es concienciarse de las injusticias sociales y las contradicciones sociales; esto es condición necesaria, aunque no suficiente, para la transformación social que deberá surgir con la llegada al poder de las clases sociales desfavorecidas. Pero el gran adversario es el Estado, que es definido por Gramsci como la suma de dictadura más hegemonía, estando constituido por dos tipos de sociedades enfrentadas: la sociedad política (cuyas características fundamentales son la violencia, la coerción, la dominación, la autoridad, la dictadura, etc.) y lo que desde Hegel se denomina una sociedad civil (cuyas características son el consenso, la democracia, la persuasión racional, la hegemonía, etc. La ideología . Los intelectuales nunca son neutrales, sino que sirven a la clase dominante de la sociedad donde están insertos, sirviendo a dicha clase al elaborar sus teorías, la ciencia, las técnicas, las artes, las ideas (también las religiosas). La clase dominada suele no ser crítica hacia la cultura que el poder les suministra. Por eso, esta clase debe realizar una revolución intelectual y moral, uniéndose a los intelectuales en la toma del “poder” cultural. La clase obrera debe, según Gramsci, organizarse , producir sus propios intelectuales y debe también tratar de traer para sí a los intelectuales tradicionales. Los intelectuales orgánicos deben estar en la dirección del partido, y no dedicados a una investigación aséptica, sino comprometida. El marxismo en la escuela de Frankfurt. Para los marxistas “humanistas”, la filosofía rnarxista debe ser una filosofía de la praxis (Gramsci, Sánchez Vázquez), y en su estatuto funcional consiste en dilucidar las condiciones de la alienación ideológica que se presentan en la sociedad capitalista. La teoría crítica de la Escuela de Frankfurt también apuesta por una filosofía de la praxis. Para estos teóricos, la “verdadera historia” comenzará con la supresión de la propiedad privada de los medios de producción capitalistas, liberando de la alienación a los individuos producidos por este tipo de sociedad. La teoría crítica se propone contribuir a la “aceleración” mediante la praxis social, política y económica. Pero esta teoría sufre los embates de hechos tales como: -El primero consiste en que el capitalismo, en lugar de debilitarse, parece irse afianzando con el paso del tiempo. -La clase proletaria, que tenía que posibilitar con su praxis el fin del sistema capitalista Marcuse), ha sido introducida en el mismo, los valores del neocapitalismo han sido introducidos en el proletariado 17 - La experiencia de los países donde estaba instaurado en “socialismo real”, ha mostrado que la supresión violenta del capitalismo no conlleva eo ipso e ipso facto (por él mismo y de manera inmediata) a la emancipación y libertad de los individuos, sino todo lo contrario. - Otro hecho estremeció este pensamiento humanista marxista: en el estado nacional socialista nazi alemán tuvo lugar la alianza entre dos clases sociales que en teoría deberían estar enfrentadas: las masas proletarias se unieron, en un mismo proyecto con la oligarquía capitalista. Herbert Marcuse (1898-1979) representante del marxismo en la Escuela de Frankfurt. Para Marcuse la teoría de Marx es una crítica en el sentido de que todos los conceptos son una denuncia de la totalidad del orden existente. En su mayor obra, El hombre unidimensional, Marcuse arremete durísimamente contra la sociedad contemporánea y la dominación de la técnica sobre el hombre. Tomando como punto de referencia la sociedad capitalista norteamericana donde vivía, Marcuse piensa que se trata de una sociedad disfrazada de libertad pero que es una sociedad represiva, que aliena y domina al hombre, en aras de un supuesto interés general. Esa sociedad, además de su imperialismo neocolonial, ejerce un “control total” sobre los hombres, la mediación del progreso técnico y productivo. Y esta sociedad lo tiene todo “atado y bien atado”, de tal forma que parece ser capaz de imposibilitar cualquier cambio social, “comprando” al hombre unidimensional al obsequiarle con pequeños actos de confort. Marcuse sostiene que los aspectos más destructivos de la represión se dan en las sociedades especialmente opresoras, y señala que en las modernas sociedades industriales de consumo, se añade una sobre represión, que es fruto de la unión de la represión del principio de realidad con la del principio de rendimiento que está en la base de las sociedades capitalistas. Sin embargo, Marcuse se enfrentó también con el marxismo soviético, ya que también éste se convirtió en instrumento al servicio de una sociedad represiva burocrática y totalitaria. De hecho, pensaba que las sociedades basadas en el modelo soviético también desarrollaron características represivas, pero aunadas al cinismo con el que intentaron enmascarar la explotación. No obstante, es en las sociedades capitalistas más desarrolladas donde aquella sobre represión se convierte en más eficaz por estar completamente enmascarada. El hombre de la sociedad capitalista avanzada, obnubilado por un consumo sin freno y por .una falsa liberalización de las costumbres, pierde todo sentido crítico, se convierte en un hombre unidimensional, integrándose más y más en el sistema. Incluso el proletariado industrial, el sujeto revolucionario, según el marxismo, ha llegado a perder este carácter y ha sido interiorizado en el sistema capitalista, comprado por el espejismo del falso bienestar ofrecido por el consumismo. Ante esta generalización de la alienación y de la unidimensionalización de los hombres, es preciso, según Marcuse, a la vez una reivindicación y una reinterpretación del pensamiento de Marx: mantener su capacidad crítica, pero replantear ésta crítica no tanto desde la concepción marxista clásica de la alienación del trabajo, sino a partir de la felicidad total del ser humano. Se trata, según Marcuse, de añadir al marxismo la dimensión de lo lúdico, de la alegría, el erotismo y de la eudaimonía en el sentido más amplio. Puesto que la explotación 18 capitalista se mantiene, aunque las formas de dominación se han hecho más sutiles, y el sistema ha llegado incluso a obtener el consentimiento de los explotados, Marcuse considera que solamente las clases más marginales de la sociedad y, especialmente, los jóvenes, pueden constituirse en los nuevos sujetos revolucionarios. Acabar con la sobrerepresión y realizar la tarea de la auténtica emancipación de la humanidad, supone una auténtica subversión total de todas las estructuras sociales, especialmente de las propias de la organización del trabajo, al modo como ya lo habían planteado ciertos autores del llamado “socialismo utópico”, pero de forma más radical. Un ejemplo de ello es la guerra de Vietnam, que demuestra que los pobres a veces ganan a los ricos. En frase de W. Benjamin (con la que acaba el libro Marcuse): “Sólo por causa de aquellos que no tienen esperanza nos es dada la esperanza”. Según Marcuse, no cabe esperar que los teóricos, los sabios, los ingenieros o los técnicos pongan al frente de una liberación de semejante alienación de la persona, pues ellos mismos son los principales beneficiarios de semejante sistema social. Entonces, sólo cabe esperar que las propias contradicciones del sistema capitalista y la alienación las que hagan explotar el sistema. Marcuse se plantea que existen dos hipótesis que pueden darse para superar y eliminar Este sistema: 1. Que la represión y la alienación se extiendan indefinidamente si la sociedad es capaz de imposibilitar las necesarias transformaciones. 2. O que surja un “contra-movimiento” internacional y global que haga explotar esta sociedad. La sociedad actual tiende a una mayor uniformización, a lo que hoy llamaríamos un pensamiento único, así como a un creciente totalitarismo, tanto a nivel económico, político, cultural, tecnológico y científico. Y eso será así mientras el consumo sea ofrecido como una forma de libertad, siendo en realidad un mecanismo de y para crear y satisfacer falsas necesidades. La libertad ha quedado reducida, para este hombre alienada, en la posibilidad de escoger entre los diferentes objetos o las diferentes marcas de moda. Durante los años sesenta el pensamiento de Marcuse se convirtió en el inspirador de la llamada nueva izquierda, tanto americana como europea, y su pensamiento se constituyó en uno de los núcleos protagonistas de las revueltas estudiantiles de mayo de 1968. Louis Althusser Este último concepto y, sobre todo, los modos de producción del capitalismo (plusvalía, valor de cambio, etc.) constituyen la aportación verdaderamente científica del marxismo: la interpretación de la historia a través de los modos de producción, las relaciones reales que determinan. No hay otra ciencia que la que nos lleva al descubrimiento, cada época, de los modos de producción: concepto eminentemente teórico, por un lado, porque es inmediatamente visible en la experiencia; no es por tanto un concepto propiamente empírico, sino que es un concepto eminentemente práctico, porque el conocimiento de la historia no tiene otro objeto que la transformación de la 19 sociedad. Althusser rechaza una interpretación meramente economista de los modos de producción, en el sentido de que constituyen un todo complejo y estructurado de relaciones económicas, políticas e ideológicas. La ruptura epistemológica que lleva a tener por ideológica toda presentación de un marxismo humanista no significa que no deba considerarse el papel de la ideología dentro de la sociedad: la ideología no es mera “falsa conciencia”, como sostenía el marxismo anterior, que es parte integrante de toda sociedad, y forma parte de la práctica social. En una interpretación marxista científica, la ideología de la sociedad burguesa es el mecanismo de que se vale el Estado para reproducir las relaciones de producción y las relaciones sociales que derivan de ellas; no reconocerlo así es una forma de mala ideología. A diferencia de la ciencia que carece de sujeto, la ideología existe por y para los sujetos. Las teorías de Althusser tuvieron una honda repercusión en los planteamientos teóricos del marxismo de los años setenta de un modo especial entre los grupos de estudiantes denominados maoístas. 20