LA CIGARRA Y LA HORMIGA Érase una vez, en un bosque, un día de verano, una cigarra se pasaba el día tumbada a la sombra de un árbol cantando despreocupada. A su lado una hormiga trabajaba sin descanso, recogiendo comida para su hormiguero de cara al invierno. Pasaron los días y llegó el invierno. La cigarra no tenía provisiones para pasar el invierno y estaba hambrienta. Decidió pedirle comida a la hormiga. La hormiga se negó a prestarle comida por la holgazanería de la cigarra y se burló de ella cerrándole la puerta de su hormiguero. No tenemos que ser holgazanes como la cigarra pero tampoco reírnos como la hormiga.