PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA: PROYECTO CURRILULAR 1.1. Justificación de la materia

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ALGAIDA EDITORES
FILOSOFÍA Y CIUDADANÍA. 1º BACHILLERATO
PROPUESTA DIDÁCTICA
PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA: PROYECTO CURRILULAR
1. Introducción
1.1. Justificación de la materia
El Real Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre del Ministerio de Educación y Ciencia
por el que se establece la estructura de Bachillerato y se fijan sus enseñanzas mínimas,
entre otras materias, regula la de Filosofía y Ciudadanía, con la que se pretende hacer
una introducción a la Filosofía y a la reflexión filosófica, además de continuar con el
estudio de la ciudadanía planteado en la etapa obligatoria, pero ahora retomando el
concepto de lo que es la ciudadanía y cuáles son sus fundamentos.
Cuenta Platón en el Teeteto la historia de Tales quien por observar a los astros acabó
cayéndose en un pozo. Generalmente, la Filosofía y los filósofos suelen asociarse con
mundos irreales, complicados y que están más allá de los problemas cotidianos.
Evidentemente la reflexión filosófica es un tipo de conocimiento distinto a otros, que
requiere un mayor nivel de profundidad y un ejercicio diferente a otras formas de
conocimiento, pero no es algo innecesario ni tampoco aburrido.
La Filosofía es una actividad reflexiva y crítica que, gracias al aporte de otras
disciplinas y ciencias, pretende realizar una síntesis global acerca de lo que es el ser
humano, el conocimiento, su conducta y su vida social y política. Hay que romper con
ese prejuicio hacia la actividad filosófica, porque posee una riqueza tanto en la
comprensión de nuestra realidad como en la difusión de los distintos conocimientos
sobre la misma. Por tanto, la Filosofía posee varios niveles que son de gran utilidad y
necesarios para el ser humano. Entendida tanto como un cuerpo de teorías,
pensamientos y doctrinas, como, principalmente, un conjunto de actividades filosóficas
y capacidades reflexivas que todo ser humano tiene, la Filosofía es un vehículo
fundamental para orientarse y conocer el mundo en el que vivimos.
Una materia como la de Filosofía y Ciudadanía servirá para enfrentar esa actitud
negativa que, por lo general, tienen las personas. El sentido común entiende que la
Filosofía no sirve para nada y que solo se realiza por una minoría cerrada y
ensimismada que se mueve en el mundo de la abstracción, y que por tanto tiene una
incapacidad práctica por solucionar los problemas cotidianos. El propio Nietzsche
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afirmaba que la Filosofía era como una huida, y Heidegger señalaba que para el
filósofo, la tierra es la verdadera patria en la que aún no ha sido capaz de instalarse. Para
hacer creíble una materia como Filosofía y Ciudadanía, se debe reivindicar la posición
de Píndaro en el sentido de darle a la actividad filosófica la capacidad para conocer lo
que está a nuestros pies junto con lo que nos rodea para, de esta manera, poder tomar
decisiones concretas y actuar conforme a ellas evitando incurrir en discriminaciones,
exclusiones y marginaciones.
Asimismo, a lo largo de la Historia ha habido un vínculo muy especial entre la Filosofía
y el aprendizaje de la ciudadanía. Muchos son los pensadores y filósofos que han
reflexionado sobre el papel que tiene el ser humano en su dimensión política, y también
sobre los derechos y las obligaciones que deben ser reconocidas entre los seres humanos
para convivir libremente en una sociedad bien ordenada, justa y solidaria.
Por ello, es muy importante poder reflexionar sobre la condición humana y sus
distintas dimensiones: la biológica, la sociocultural, la simbólica, la política.
Asimismo, resulta atractivo e interesante razonar sobre el ejercicio del poder y las
formas de organización social, y comprender las bases de lo que constituye la sociedad
democrática, analizando sus orígenes, su evolución histórica y la fundamentación que
poseen valores como la libertad, la igualdad, la felicidad y la justicia, junto con
instituciones como el Estado, la democracia y los derechos humanos como instrumentos
de garantía y reconocimiento de la dignidad y la emancipación de todas las personas.
Además, en los tiempos actuales es una responsabilidad y un deber pensar sobre la
riqueza humana, que se expresa por medio de la diversidad de culturas, civilizaciones,
razas y géneros. De todos estos temas se ha preocupado siempre la Filosofía.
1.2. Justificación de la obra
Con este libro se pretende propiciar en el alumnado una actitud reflexiva, crítica y
no conformista, en donde con rigurosidad cada alumno y cada alumna pueda pensar,
analizar y enjuiciar coherentemente y por sí mismo los hechos, los valores, las ideas que
se le presentan y los contextos en donde se encuentra, utilizando la razón como
instrumento de diálogo y de persuasión, desde la autoestima y la autonomía y con la
capacidad de integrar en una visión de conjunto la diversidad de conocimientos,
creencias y valores.
Esta obra de Algaida tiene muy en cuenta quiénes son los principales destinatarios.
Cuando se habla sobre fenómenos, hechos e ideas de contenido filosófico, una de las
preocupaciones ha sido la de saber combinar los niveles de profundidad con los
niveles más divulgativos en el tratamiento de temas tan complejos como son: la
verdad, la fe, el conocimiento, la realidad, la lógica, el saber filosófico, etc.
Anteriormente, los alumnos y alumnas que accedían a estas materias por primera vez
eran demasiado jóvenes y lo hacían de forma casi repentina. Ahora ya vienen curtidos
por materias que tratan la ética y la ciudadanía, y que sirven para que cada alumno y
cada alumna tomen contacto previo con determinados conceptos filosóficos. De todas
formas siempre es un riesgo el grado de abstracción y dificultad de los temas tratados
filosóficamente. De ahí la necesidad de explicar Filosofía y Ciudadanía de manera
simple, clara y concisa.
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Con esta obra se ha intentado no caer ni incurrir en el error de dar por hecho
determinados supuestos. Con cada tema y con cada actividad interna, se aclara y
explicita la materia a la que se refiere. Frente a la opinión del sociólogo francés Pierre
Bourdieu, que pensaba que lo complejo hay que explicarlo de manera compleja, se
busca la forma de explicar lo complejo del modo más simple y claro posible. Por esta
razón, y dada la trascendencia y la dificultad de los temas de la materia, también los
autores han sido muy sutiles en su exposición y muy meticulosos en el uso del lenguaje.
Se trata de combinar claridad expositiva con diversidad de perspectivas, mostrando en
cada problema un abanico amplio de opciones y posiciones filosóficas. Los autores han
querido transmitir cada tema y cada idea siempre con claridad y disposición
pedagógica cultivando el diálogo, la comprensión y la tolerancia.
Asimismo, paralelamente al tratamiento de los temas que los grandes personajes y
pensadores han realizado a lo largo de la historia, una de las pretensiones prioritarias de
los autores ha sido la de inculcar una actitud filosófica de comprensión y
enjuiciamiento de nuestra realidad pasada, presente y futura, poniendo especial
atención a la dimensión social, cultural, simbólica y política del ser humano. Cuando
hablamos de «tener una actitud filosófica ante la vida», lo decimos en el sentido de la
posibilidad de adquirir y desarrollar la capacidad de interrogar sobre el mundo en que
vivimos de manera relacional, de forma integrada y desde su estructura plural,
intentando entenderlo y tratando de buscar y de plantear posibles respuestas, dando
pistas a los grandes problemas del ser humano. En Filosofía y Ciudadanía se pone
especial atención a la combinación de los niveles descriptivo, de diagnóstico, de crítica,
proyectivo y propositivo. El alumnado tiene que saber para qué sirve la Filosofía y por
qué es importante que todos aprendamos a filosofar. Resulta necesario que el alumnado
pueda ubicar y situar un problema, pueda interpretarlo de manera razonable
relacionándolo con el contexto histórico, valorarlo y, si cabe, proyectarlo al presente,
abriendo posibles caminos u horizontes por donde se pueda seguir avanzando.
Por otra parte, resulta crucial y muy importante desde el principio saber mostrar que la
Filosofía, sus filósofos, sus corrientes filosóficas y el modo de entender la ciudadanía
son plurales, de ahí la especial dedicación a mostrar la parcialidad de cada punto de
vista, tanto de quien se estudia como de quien estudia (profesorado, alumnado, ser
humano en general). Este espíritu se proyecta sobre el material de trabajo,
cuestionando cualquier posición dogmática o sacralizada de una idea, de un
concepto, de una institución e incluso de la propia condición humana.
Aunque el currículo expresamente se refiere a la Filosofía y a la ciudadanía
occidentales, ello no es óbice para que el equipo de trabajo se preocupe por mostrar la
diversidad de filosofías y los distintos sentidos de ciudadanía existentes en nuestra
cultura, tanto desde el punto de vista sincrónico (filosofía y ciudadanía actuales o
contemporáneas) como diacrónico (filosofía y ciudadanía occidentales en su trayectoria
histórica). Además, es importante incidir en que sus mismas fuentes, su formación y su
mismo desarrollo están imbuidos por elementos e influencias interculturales,
procedentes de diversas culturas y tradiciones. Por tanto, se intenta visualizar y
explicitar tanto las diversas tradiciones endógenas como las exógenas. Como trasfondo,
entre los objetivos principales está el propósito de cuestionar las visiones eurocéntricas
u occidentalocéntricas de la filosofía y la ciudadanía en tanto creación exclusiva de
Occidente.
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Básicamente, tal como señala el currículo, la exposición de cada tema se hace no de
manera abstracta y general, desvinculada tanto de su contexto histórico como del
presente desde el cual se aborda. Decía el escritor uruguayo Eduardo Galeano sobre la
historia, que había que concebirla como un profeta con la mirada vuelta hacia atrás.
Pues bien, desde el plano filosófico se plantea un enfoque de la Filosofía y del
concepto de ciudadanía siempre proyectados a nuestro presente. Por esta razón,
teniendo en cuenta los objetivos establecidos en el currículo entre otras cosas, el
contenido de los temas se centra en una serie de asuntos y problemas filosóficos de
especial relevancia histórica y con cierta continuidad tanto en el tiempo más lejano
como en el tiempo más cercano y actual, para que sean (re)interpretados, discutidos y
debatidos por el profesorado y el alumnado desde distintos ámbitos, visualizando
relaciones, generando respuestas y utilizando los conceptos, los términos y los
significados sin incurrir en imprecisiones, incoherencias o anacronismos.
Sí hay que considerar en todo instante que con este manual se ha intentado no caer en el
defecto de transmitir un clima tan excesivamente negativo que provoque un sentimiento
pesimista sobre el alumnado. Más bien todo lo contrario, se ha intentado compaginar el
espíritu de denuncia con el fomento y el reforzamiento de la ilusión y el optimismo.
Junto al espíritu crítico proyectado sobre esa realidad que se considera mejorable,
también se ilustra sobre aquellos elementos positivos y de bastante virtualidad que
poseen nuestra cultura y nuestro mundo moderno. Por tanto, se ha combinado el juicio
responsable sobre la realidad desde el optimismo, sin incurrir en maniqueísmos entre
pares de opuestos de o todo es malo o todo es bueno.
Asimismo, dada la alta capacidad de abstracción y generalización que posee el
pensamiento filosófico, la batalla continua de los autores del libro ha sido la de impedir
la pérdida de la condición humana que siempre está ahí, pero que por diversas razones
se pierde, se oculta o se invisibiliza. Es decir, los autores han intentado humanizar el
conocimiento en cada instante. Por ello, el referente principal en cada tema y en cada
núcleo o bloque temático es el ser humano corporal, vivo y concreto, inserto en un
circuito relacional con la naturaleza, y cuya existencia siempre se encuentra socializada
tanto individual como colectivamente. En todo esto, resultan decisivas las diversas
tramas y relaciones que se articulan entre los propios seres humanos y a través de las
mediaciones teóricas, ideológicas, culturales e institucionales que forman, conforman y
construyen su mundo.
Por esta razón y vinculado con lo dicho más arriba, dentro de ese propósito y de esa
intención de inculcar una actitud filosófica que aparece en todas las facetas de la vida
cotidiana, no se transmite únicamente la sensación de que la Filosofía solo se reduce a
lo que se estudia en el centro educativo o en la universidad. Además, el análisis del
concepto de ciudadanía le da al libro una mayor actualidad. No se trata tampoco con
cada tema de limitarse a mostrar lo que determinados personajes, pensadores o filósofos
famosos han pensado sobre determinados asuntos considerados de especial importancia.
También se ha pretendido mostrar que todo ser humano tiene capacidad de dotar de
sentido a la realidad, de ahí que todos los alumnos y alumnas participen, en un sentido
o en otro, en mayor o menor grado, en el proceso de investigación y conocimiento de la
realidad. A través de los ejes transversales es donde con mayor intensidad se establece
esta cercanía de la Filosofía con la ciudadanía y el mundo cotidiano. La idea del ser
humano como sujeto responsable que adquiere autoestima, con capacidad de
asombrarse y afán de saber, y que pese a estar condicionado por diversas circunstancias
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también condiciona y afecta a esas y otras circunstancias, como constructor de
realidades de manera relacional, aparece con cada problema tratado, implicando tanto al
profesorado como al alumnado.
El grupo de autores ha intentado realizar un trabajo original y creativo pero sin romper
con los manuales tradicionales que sobre la materia se han realizado. Con esta obra se
ha pretendido más bien construir puentes entre lo tradicional y el nuevo planteamiento
subyacente.
Finalmente, como resumen justificativo, los ejes propuestos y sobre los que gira el
desarrollo del libro son:
• Mostrar la utilidad y la necesidad de toda actividad y reflexión filosófica, así como
la importancia de inculcar una actitud filosófica racional, crítica y no conformista,
poniendo especial interés en el tratamiento de cada tema de manera clara, concisa y
abierta, combinando los niveles de abstracción con los problemas más concretos
tanto de contextos pasados como de contextos más cercanos y presentes.
• Exponer la diversidad de opciones filosóficas que han existido en el pasado y que
también existen en nuestro presente. Bajo una actitud respetuosa, dialogante, de
discusión racional y de tolerancia, se ha intentado transmitir la parcialidad de todo
mirar y la necesidad de enfrentar, mediante la persuasión y el convencimiento,
posiciones teóricas e ideas intolerantes, dogmáticas y autoritarias.
• Potenciar la capacidad que todo sujeto tiene, en especial los alumnos y las alumnas,
para dotar de sentido a la realidad. Todos participamos en el proceso de
construcción de pensamientos, de mundos y de realidades.
• Subrayar la condición humana de todo conocimiento, especialmente el filosófico,
sabiendo combinar los niveles de abstracción con las repercusiones que cada
posición e idea tienen sobre las condiciones de existencia humana y sobre valores y
principios relacionados con la libertad, la democracia, la ciudadanía y los derechos
humanos. El impacto de las nuevas tecnologías y el contexto actual de la
globalización son especialmente considerados.
• Combinar innovación y creatividad con el aprovechamiento del insumo y la
trayectoria tradicionalmente reflejada en los textos de Filosofía y Ciudadanía. Esa
combinación se refleja en los materiales de trabajo utilizados.
1.3. Características del entorno educativo
La materia Filosofía y Ciudadanía forma parte de las materias comunes establecidas por
la Ley Orgánica de Educación de Bachillerato, 2/2006, de 3 de mayo. Igualmente, el
Decreto 416/2008, de 22 de julio, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas
correspondientes al Bachillerato en Andalucía, recoge que la materia de Filosofía y
Ciudadanía forma parte del currículo del primer curso de Bachillerato como materia
común. Las materias comunes tienen como finalidad profundizar en la formación
general del alumnado, aumentar su madurez intelectual y humana e incidir en aquellas
competencias que tienen un carácter más transversal y favorecer el que sigan
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aprendiendo. Son materias que deben cursarse por todos los alumnos y alumnas que
inician los estudios de Bachillerato y que se caracterizan por tener formaciones diversas,
diferentes orígenes y distintas nacionalidades. Además, entre los principales propósitos
de las materias comunes está la consolidación de la madurez personal y social del
alumnado, proporcionándole las capacidades necesarias para su posterior incorporación
a la educación superior y a la vida laboral.
Asimismo, el hecho de que cada Comunidad Autónoma pueda concretizar el contenido
dado por el Real Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre a cada materia (BOE de 6 de
noviembre), ha permitido que los contenidos propios de la Comunidad Autónoma
Andaluza versen sobre el tratamiento de la realidad andaluza en sus aspectos
geográficos, económicos, sociales, históricos, culturales, científicos y de investigación
con el fin de mejorar las competencias ciudadanas del alumnado, su madurez intelectual
y humana. Por ello, teniendo en cuenta un entorno educativo formado por la diversidad
de alumnos y alumnas con esperanzas en el presente e ilusiones de futuro, una materia
como Filosofía y Ciudadanía debe preocuparse del desarrollo de sus habilidades y
conocimientos, con el objeto de que asuman su responsabilidad social y cívica para
poder incorporarse a la vida activa y a la educación superior con autonomía, autoestima,
solidaridad y responsabilidad.
El libro de Algaida Filosofía y Ciudadanía, teniendo en cuenta este entorno educativo,
ha intentado abordar los siguientes objetivos:
• Potenciar la capacidad de reflexión del alumnado sobre distintos problemas
filosóficos, cultivando la capacidad de cada uno y cada una para comprender y
analizar los textos por sí mismos y con la intención de que vayan ganando
autoestima y seguridad tanto en la identificación de los cuerpos problemáticos
como en sus interpretaciones y en sus juicios.
• Fomentar la destreza del alumnado para comprender y entender los problemas
filosóficos y sobre la ciudadanía y emplear sus términos y sus conceptos de manera
racional y precisa.
• Fomentar el espíritu de diálogo y de intercambio de ideas con actitudes de
tolerancia y respeto durante la discusión y los debates sobre cada idea desarrollada.
Es necesario que cada persona conozca otros puntos de vista y sepa convivir con la
pluralidad y la diferencia.
• Resaltar la parcialidad de cada punto de vista y de todo planteamiento filosófico
en general y sobre el concepto de ciudadanía en particular. Tanto a lo largo de la
historia como en nuestro presente, son muchas las teorías y las corrientes filosóficas
que adoptan perspectivas distintas sobre temas diversos relacionados con el
conocimiento, la verdad, el sentido de la existencia, el fundamento del ser humano
y de la realidad, el poder, los derechos y las libertades, la democracia, etc. De ahí la
importancia de potenciar la actitud de argumentar racionalmente sobre los propios
puntos de vista, contrastándolos con otras posiciones y con otras argumentaciones,
porque la verdad nunca es definitiva, ni cerrada, ni eterna, ni dogmática.
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• Inculcar, junto a la capacidad de argumentar racionalmente y comprender no solo
los textos filosóficos, una actitud crítica que no se conforme con lo empíricamente
dado y que busque las posibles soluciones y alternativas.
• Cultivar la capacidad de reflexión y de crítica, teniendo en cuenta una serie de
valores que sirvan de referentes a la hora de discernir cualquier situación de
desigualdad, marginación, discriminación y explotación, considerando la razón
como medio fundamental para la construcción de una sociedad más justa, más
democrática y más solidaria. Se intenta que cada alumno y cada alumna aprecien
todo intento de construir una sociedad mundial que respete los derechos humanos,
que se sostenga sobre relaciones de convivencia pacífica, que rechace la violencia y
su máxima expresión, la guerra, y que se base en el respeto de la naturaleza.
2. Objetivos generales del Bachillerato LOE
Según el Real Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre por el que se establece la
estructura del Bachillerato y se fijan sus enseñanzas mínimas, los objetivos del
Bachillerato que se marcan a continuación deberán contribuir a desarrollar las
siguientes capacidades entre los alumnos y alumnas:
a) Ejercer la ciudadanía democrática, desde una perspectiva global, y adquirir una
conciencia cívica responsable, inspirada por los valores de la Constitución
española así como por los derechos humanos, que fomente la corresponsabilidad
en la construcción de una sociedad justa y equitativa y favorezca la sostenibilidad.
b) Consolidar una madurez personal y social que les permita actuar de forma
responsable y autónoma y desarrollar su espíritu crítico. Prever y resolver
pacíficamente los conflictos personales, familiares y sociales.
c) Fomentar la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre hombres y
mujeres, analizar y valorar críticamente las desigualdades existentes e impulsar la
igualdad real y la no discriminación de las personas con discapacidad.
d) Afianzar los hábitos de lectura, estudio y disciplina, como condiciones necesarias
para el eficaz aprovechamiento del aprendizaje, y como medio de desarrollo
personal.
e) Dominar, tanto en su expresión oral como escrita, la lengua castellana y, en su
caso, la lengua cooficial de su comunidad autónoma.
f) Expresarse con fluidez y corrección en una o más lenguas extranjeras.
g) Utilizar con solvencia y responsabilidad las tecnologías de la información y la
comunicación.
h) Conocer y valorar críticamente las realidades del mundo contemporáneo, sus
antecedentes históricos y los principales factores de su evolución. Participar de
forma solidaria en el desarrollo y mejora de su entorno social.
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i) Acceder a los conocimientos científicos y tecnológicos fundamentales y dominar
las habilidades básicas de la modalidad elegida.
j) Comprender los elementos y procedimientos fundamentales de la investigación y
de los métodos científicos. Conocer y valorar de forma crítica la contribución de
la ciencia y la tecnología en el ámbito de las condiciones de vida, así como
afianzar la sensibilidad y el respeto hacia el medio ambiente.
k) Afianzar el espíritu emprendedor con actitudes de creatividad, flexibilidad,
iniciativa, trabajo en equipo, confianza en uno mismo y sentido crítico.
l) Desarrollar la sensibilidad artística y literaria, así como el criterio estético, como
fuente de formación y enriquecimiento cultural.
m) Utilizar la educación física y el deporte para favorecer el desarrollo personal y
social.
n) Afianzar actitudes de respeto y prevención en el ámbito de la seguridad vial.
Asimismo, según el Decreto 416/2008, de 22 de julio, por el que se establece la
ordenación y las enseñanzas correspondientes al Bachillerato en Andalucía, y como
adaptación de los anteriores objetivos generales al ámbito de nuestra Comunidad
Autónoma, el Bachillerato también contribuirá a desarrollar en el alumnado los
saberes, los hábitos, las actitudes y los valores que permitan alcanzar las siguientes
capacidades:
a) Las habilidades necesarias para contribuir a que se desenvuelvan con autonomía
en el ámbito familiar y doméstico, así como en los grupos sociales con los que se
relacionan, participando con actitudes solidarias, tolerantes y libres de prejuicios.
b) La capacidad para aprender por sí mismo, para trabajar en equipo y para analizar
de forma crítica las desigualdades existentes e impulsar la igualdad, en particular,
entre hombres y mujeres.
c) La capacidad para aplicar técnicas de investigación para el estudio de diferentes
situaciones que se presenten en el desarrollo del currículo.
d) El conocimiento y aprecio por las peculiaridades de la modalidad lingüística
andaluza en todas sus variedades, así como entender la diversidad lingüística y
cultural como un derecho y un valor de los pueblos y los individuos en el mundo
actual, cambiante y globalizado.
e) El conocimiento, valoración y respeto por el patrimonio natural, cultural e
histórico de España y de Andalucía, fomentando su conservación y mejora.
3. Objetivos generales para la materia común de 1º de Bachillerato: Filosofía y
Ciudadanía
La enseñanza de Filosofía y Ciudadanía en el Bachillerato tendrá como finalidad el
desarrollo de las siguientes capacidades:
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1. Identificar y apreciar el sentido de los problemas filosóficos y emplear con
propiedad y rigor los nuevos conceptos y términos asimilados para el análisis y la
discusión.
2. Adoptar una actitud crítica y reflexiva ante las cuestiones teóricas y prácticas,
fundamentando adecuadamente las ideas.
3. Argumentar de modo coherente el propio pensamiento de forma oral y escrita,
contrastándolo con otras posiciones y argumentaciones.
4. Practicar y valorar el diálogo filosófico como proceso de encuentro racional y
como búsqueda colectiva de la verdad.
5. Analizar y comentar textos filosóficos, tanto en su coherencia interna como en su
contexto histórico, identificando los problemas que plantean, así como los
argumentos y soluciones propuestas.
6. Utilizar procedimientos básicos para el trabajo intelectual y el trabajo autónomo:
búsqueda y selección de información, contraste, análisis, síntesis y evaluación
crítica de la misma, promoviendo el rigor intelectual en el planteamiento de los
problemas.
7. Adoptar una actitud de respeto de las diferencias y crítica ante todo intento de
justificación de las desigualdades sociales y ante toda discriminación, ya sea por
sexo, etnia, cultura, creencias u otras características individuales y sociales.
8. Valorar la capacidad normativa y transformadora de la razón para construir una
sociedad más justa, en la que exista una verdadera igualdad de oportunidades.
9. Valorar los intentos por construir una sociedad mundial basada en el cumplimiento
de los derechos humanos, en la convivencia pacífica y en la defensa de la
naturaleza.
10. Consolidar la competencia social y ciudadana fundamentando teóricamente su
sentido, valor y necesidad para ejercer una ciudadanía democrática.
11. Desarrollar una conciencia cívica, crítica y autónoma, inspirada en los derechos
humanos, y comprometida con la construcción de una sociedad democrática, justa
y equitativa y con la defensa de la naturaleza, desarrollando actitudes de
solidaridad y participación en la vida comunitaria.
Asimismo, según la Orden por la que se desarrolla el currículo correspondiente al
Bachillerato en Andalucía, y como concretización de los anteriores objetivos generales
para la materia de Filosofía y Ciudadanía en el ámbito de nuestra Comunidad
Autónoma, también contribuirá a desarrollar en el alumnado los saberes, las
capacidades, los hábitos, las actitudes y los valores que permitan alcanzar los
siguientes objetivos:
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• Conocer el origen y la evolución histórica del pensamiento filosófico y analizar la
relación que guarda con otros saberes u otras formas de conocimiento como el
arte, la religión, la ciencia, la mitología, etc.
• Argumentar filosóficamente y de manera coherente, conociendo algunas reglas de
la lógica y sabiendo diferenciar las falacias de los criterios de verdad.
• Valorar la importancia que los procesos de hominización y humanización han
tenido en el desarrollo de la especie humana y reflexionar sobre algunos de los
principales problemas generados por la capacidad cultural del ser humano.
• Conocer el origen del universo y saber algunos componentes de la estructura que
conforma la realidad macrocósmica y microcósmica.
• Distinguir las diferencias que existen entre el lenguaje humano y el lenguaje
animal, adquiriendo la capacidad de descubrir el papel y la función del lenguaje
como vehículo de construcción de significados y de símbolos.
• Descubrir los defectos y las virtudes de la condición humana y conocer las
distintas concepciones filosóficas que sobre el ser humano se han dado en el
pensamiento occidental.
• Conocer y saber distinguir los diversos significados de los principios y los valores
de libertad, igualdad, felicidad, la justicia y la dignidad humana, sabiéndolos
relacionar con los derechos humanos, el Estado de derecho y el Estado
constitucional de derecho.
• Conocer el valor de la condición de ciudadano y saber la relación que tiene con el
origen y la legitimidad del poder político, con la génesis histórica y la
fundamentación filosófica de las ideas de ciudadanía, de la democracia y los
distintos tipos de Estado de derecho.
4. Metodología
En ocasiones, hay quienes, ingenua o desinteresadamente, consideran que a través de la
educación se pueden resolver todos los problemas de la humanidad. Con este libro de
Filosofía y Ciudadanía se intenta evitar caer en esta especie de utopía pedagógica, pero
sin dejar de valorar la importancia que tiene la actividad educativa en la promoción y la
comprensión del pensamiento filosófico, la democracia, el mundo de la política, los
derechos humanos y la ciudadanía, sobre todo cuando se considera que ambas figuras se
desarrollan y se realizan en múltiples espacios sociales, entre ellos el espacio del centro
educativo. La educación no puede hacer que desaparezcan los males de la humanidad y
del planeta, pero sí puede ayudar para entender sus causas, ofrecer materiales de análisis
e inculcar ciertas actitudes y comportamientos que son necesarios para crear y fomentar
una cultura de derechos humanos junto con una ética cívica basados en la reflexión
filosófica.
Para poder lograr este propósito, los principios psicopedagógicos utilizados en este
libro son: el principio relacional; el activo-participativo; el dialógico; el crítico; y el
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principio de la complejidad. A continuación, veamos el significado de cada uno de
ellos:
• El principio relacional parte de la premisa de que las personas somos seres
relacionales, vivimos a través de las acciones intersubjetivas que desarrollamos. Por
medio de ellas, nos podemos reconocer como sujetos, protegiendo nuestros
derechos, o bien podemos tratarnos como objetos, violando nuestras libertades y
agrediendo nuestra dignidad. De la misma manera, se manifiesta la idea de que
tanto la ciudadanía como los derechos humanos se construyen con el haz de
relaciones y la red de acciones sociales que se despliegan entre las personas en
todas las parcelas de la vida. Tanto las instituciones como las normas y las reglas de
la convivencia humana se desarrollan relacionalmente. No hay ser humano ni
institución que exista fuera de una o varias relaciones.
• El principio activo-participativo considera que la ciudadanía y los derechos
humanos no son instancias ajenas a las personas, ni mucho menos a los alumnos y
alumnas. Todo lo contrario, ambas se viven día a día. Por esta razón, en el propio
centro educativo y a través de esta materia se intenta potenciar la implicación de los
alumnos y las alumnas en el aula, utilizando recursos que inciten a su participación
en problemas cotidianos que tienen mucho que ver con el reconocimiento o el
desconocimiento de las libertades, las facultades y los derechos humanos. Hay una
necesidad de educar desde y para la acción, sin miedo para afrontar los problemas
tanto locales como nacionales y globales, y con la intención de buscarles alguna
solución.
• El principio dialógico intenta desplegar una pedagogía multidireccional, con
intercambios mutuos y no de un único sentido, aquel exclusivamente marcado por
el profesorado. Se parte de la premisa de que los problemas humanos deben
debatirse y discutirse con respeto, desde la tolerancia y con la disposición de saber
escuchar la opinión de los demás. Se rechaza cualquier tipo de pedagogía bancaria
y unidireccional, en la que uno se limita a explicar y el resto se limita a escuchar.
En cierta medida, todo ser humano está capacitado para dotar de sentido y para dar
carácter al mundo que le rodea. También los adolescentes. Por ello, se deben crear
las condiciones apropiadas para una comunicación fluida, entre iguales, y
asumiendo simultáneamente sus diferencias. El centro escolar y las aulas deben ser
lugares de encuentros, espacios de diálogo y de aprendizaje mutuo, más aún cuando
vivimos en sociedades multiculturales. Esto no exime la responsabilidad del
educador para mediar e intermediar en los procesos de discusión y debate, como
tampoco le priva de su función de facilitar el insumo necesario para que los
alumnos y las alumnas adquieran una actitud dialogante y respetuosa.
• El principio crítico parte de una clara apuesta por el ser humano, como una fe
antropológica, en el sentido de que históricamente siempre se presentan situaciones
o condiciones de penuria o escasez (exclusión, dominación, alienación o
discriminación por razones étnicas, raciales, clasistas, de género, etc.) que hay que
saber descubrir. Pero, además, hay una confianza en que cada persona y cada grupo
humano tienen la capacidad de cambiar y transformar esas situaciones por otras
condiciones de vida, autonomía, libertad y creatividad (liberación y emancipación).
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Asimismo, la dimensión crítica proyecta un inconformismo por lo empíricamente
dado. La ciudadanía y los derechos humanos son procesos dinámicos, en
permanente movimiento, que nunca hay que tomar como un punto de llegada ya
logrado, sino como un punto de partida que hay que ganarse todos los días, que
siempre se renueva y sobre el cual hay que profundizar una y otra vez. De alguna
manera, se pretende enfrentar esa cultura escéptica que no confía en los derechos
humanos ni en la ética cívica porque piensan que no sirven para nada, ya que
sistemáticamente no son respetados y, además, son violados en todas las partes del
mundo. Por el contrario, críticamente se expresa que, con más razón, cuantas más
violaciones de derechos humanos haya en la Tierra, mayor importancia adquieren,
y por ello con más fuerza hay que defenderlos desde una conciencia cívica y
preocupada por el bien común.
• El principio de la complejidad expresa la interdisciplinariedad y la coimplicación
desde la que se aborda tanto la ciudadanía como los derechos humanos. Se
considera que todos los elementos de la realidad están relacionados. Además,
ambas figuras se explican mejor utilizando recursos éticos, filosóficos, jurídicos,
históricos, políticos, antropológicos y económicos, puesto que están
interrelacionados. Hablar de los derechos humanos y de los comportamientos
cívicos es hacerlo aludiendo a sus procesos históricos de constitución, a sus normas
e instituciones, a sus dimensiones tanto jurídicas como no jurídicas, a los valores
humanos que representan, a sus prácticas y acciones; en definitiva, forman parte de
la condición humana. Asimismo, se trata de una perspectiva compleja porque se
afirma que no hay derechos humanos sin ciudadanía y democracia, y tampoco se
construye una ciudadanía democrática sin derechos humanos y sin un pensamiento
filosófico que les dé fundamento. Existe una recurrencia y una recursividad entre
ellos.
Además, en el estudio de la Filosofía y de la ciudadanía, se intenta combinar la
dimensión teórica junto con la dimensión práctica, así como la dimensión intelectual
con la afectiva. Por esta razón, con esta materia se intenta establecer una conexión
entre el centro escolar y su entorno, con la vida real, es decir, que el aula sea un lugar
de reflexión filosófica que, a su vez, se muestre como un espejo trasmisor de la
compleja realidad que vivimos en lo relativo a la convivencia humana, las relaciones
interpersonales, los comportamientos democráticos, las normas jurídicas, los poderes
públicos, los mecanismos de exclusión y marginación social, la cultura de paz y de no
violencia, etc. En todos estos casos, se intenta analizarlos, discutirlos, debatirlos y
enjuiciarlos, intentando buscar algún tipo de solución o, al menos, ofrecer materiales
que sirvan para tratar mejor los problemas.
Por otra parte, junto con los principios psicopedagógicos empleados y para un mejor
desarrollo del aprendizaje, se utiliza una metodología participativa que fundamenta
los textos y las actividades del libro y que pretende adaptarse a las necesidades del
alumnado. Con ella no solo se imparten conocimientos sobre el pensamiento filosófico,
los valores democráticos y la ciudadanía, sino también se complementa la exposición
utilizando métodos de trabajo colectivos y democráticos que contribuyan a la
adquisición de una cultura participativa y activa en la vida cívica.
12
Asimismo, Filosofía y Ciudadanía, atendiendo a las orientaciones metodológicas de
nuestra Comunidad Autónoma, también utiliza los siguientes principios
metodológicos:
• Interacción: tal como hemos dicho, el componente social y relacional está muy
presente en el aprendizaje de esta materia. Y de manera general, todo aprendizaje,
antes de ser individualizado, es socializado por la información utilizada a través de
la comunicación y la cooperación desarrollada entre los docentes y el alumnado.
Para ello se fomenta la discusión, los debates, las argumentaciones por medio de las
actividades internas junto con las actividades de comprensión y finales. Desde esta
relacionalidad e interacción, se cultivan de manera más efectiva los
comportamientos democráticos, de ahí que sean muy pertinentes los trabajos en
equipo.
• Individualidad: todo el material curricular y las actividades del libro también
persiguen que cada alumno y cada alumna, individualmente, vaya ganando
autoestima y creciendo personalmente en el aprendizaje de las materias explicadas.
No todos tienen el mismo ritmo de aprendizaje. Por esta razón, por parte del
profesorado hay que tener siempre en cuenta y saber diferenciar los distintos
tiempos, momentos, lenguajes y formas de vida del alumnado, teniendo en cuenta
la cultura a la que pertenecen y el entorno social en el que viven. También estas
distinciones hay que saber transmitírselas a ellos.
La atención a la diversidad se hace especialmente importante, de ahí que se ofrezca
un abanico de miradas, opciones y perspectivas sobre las ideas filosóficas y el
concepto de la ciudadanía. Asimismo, se tienen en cuenta los estilos cognitivos
distintos que se pueden encontrar en el aula, en función de las características
específicas de cada alumno y alumna (si es inmigrante, si no lo es, si hay personas
con algún tipo de discapacidad, si han nacido en otra comunidad autónoma, etc.).
En este sentido, se utilizan elementos del modelo educativo de adaptación a la
personalidad y estilos de aprendizaje.
• Funcionalidad: desde el principio el aprendizaje de esta materia intenta mostrar su
utilidad, pues de esta manera se comprende mejor su sentido. No es otra la
intención de mostrar, permanentemente, situaciones problemáticas tanto del pasado
como del presente sobre la vida cívica y los derechos humanos que de alguna
manera nos condicionan y nos afectan, además de que son muy cercanas en nuestra
experiencia diaria, y a las que hay que buscar vías de solución.
• Comprensión: dado el perfil de Filosofía y Ciudadanía, además de la carga horaria
asignada de tres horas semanales, no se pretende que sea una materia que deba
aprenderse de memoria, sino que más bien, tal como ya se dijo, intenta que sea
entendida de una forma más comprensiva. Los alumnos y las alumnas deben saber
captar el sentido y el objetivo de cuestiones como para qué sirve la Filosofía, cuáles
son las principales preguntas filosóficas, qué relación guarda con la ciencia y el
concepto de verdad, cuál es el origen de la ciudadanía y cuáles son sus conceptos
más básicos y elementales, para que se orienten mejor en la vida y entiendan la
función de cada concepto y, de esta manera, les sirvan para enfrentar diversas
situaciones de la realidad en la que existen.
13
• Constructivismo: en el proceso de aprendizaje los alumnos y alumnas son los
principales protagonistas. Por ello, se parte de la premisa de que son ellos quienes
van asimilando, construyendo y avanzando en todo aquello que van aprendiendo. A
partir de la exposición de nuevas experiencias y del material ofrecido por este libro,
pueden crecer poco a poco como personas y, también, como ciudadanos y
ciudadanas respetuosos y honrados.
Para dinamizar las clases y con el objetivo de enriquecer un sistema de aprendizaje que
enaltece la vida personal y social del alumnado, asegurando el respeto por un orden
social democrático, en Filosofía y Ciudadanía se presentan secuencias instructivas que
responden a distintos modelos de enseñanza. Entre las más utilizadas están las que se
indican a continuación:
• Cooperación entre pares: dentro del proceso de enseñar a aprender a los alumnos
y a las alumnas, son ellos mismos quienes hacen el aprendizaje. De la misma
manera que los derechos humanos y la ciudadanía es un proceso de construcción
intersubjetivo, en el que todos participan, lo mismo se pretende con este modelo
educativo. Se trata de generar una sinergia de cooperación y de participación en el
aula, implicando directamente a los estudiantes con debates, discusiones, puestas en
común, argumentaciones, etc., para que aprendan unos de los otros. Es una forma
de abrirse al otro relacionalmente.
• Juego y cambio de roles: para comprender temas relacionados con la justicia, la
injusticia y la exclusión social, es muy importante que los propios alumnos y
alumnas experimenten situaciones de la vida real, intercambiándose los papeles de
las personas que sufren distintos tipos de discriminación y marginación (que una
persona de raza blanca se haga pasar por un indígena o por un inmigrante y
viceversa). Dada la diversidad de culturas que están presentes en nuestra sociedad y
en el propio centro escolar, la mejor forma de cultivar la empatía y la solidaridad es
potenciando este cambio de roles, para entender mejor a los demás y para tener una
mayor comprensión de nuestros prejuicios y defectos, sabiendo valorar la riqueza
de los demás.
• Investigación jurisprudencial: el contexto actual de la globalización es muy
diferente al de unos años atrás. Hablar, aprender y practicar la ciudadanía y los
derechos humanos requiere de un tratamiento obligado de las escalas tanto local
como nacional y global. Los problemas y las cuestiones políticas y sociales (el
calentamiento global del planeta, la violencia doméstica, la inmigración, la
interculturalidad, el racismo, etc.), pueden aparecer en un plano más cercano y
comunitario o en un plano más estatal o internacional. Incluso puede haber una
interconexión clara entre estas distintas escalas. Por ello, los alumnos y alumnas
deben saber manejarse en ellos con soltura, entendiendo sus causas y sus vínculos.
Finalmente, en esta dinámica metodológica del libro, también se maneja un
procesamiento de la información tanto inductivo como deductivo. Por un lado, a
partir de situaciones concretas (la toma de decisiones entre los mismos miembros de una
familia sobre los asuntos domésticos; la autoafirmación de un niño indígena antes las
burlas que los compañeros le hacen en clase; otras situaciones de discriminación y
marginación social; etc.), se empieza a desarrollar un volcado de información para que,
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poco a poco, se vayan generando las ideas más generales sobre la democracia, los
comportamientos cívicos y los derechos humanos.
Por otro lado, dada la importancia de combinar la teoría y la práctica, también se parte
de conceptos más abstractos para, después, ir acercándose a situaciones más empíricas y
cotidianas, subrayando esa dimensión del día a día que poseen tanto los derechos
humanos como la ciudadanía.
Respecto a la metodología, la Orden que desarrolla el currículo correspondiente al
Bachillerato en Andalucía propone para esta materia algunas sugerencias para los
métodos de enseñanza y utilización de recursos que pueden verse en las actividades y
que pueden resumirse de la siguiente manera:
• Interpretación de textos filosóficos que tengan relación con el origen y naturaleza
de la filosofía, y que se acompañen de pautas sencillas de reflexión personal tanto
oral como escrita. Asimismo, el alumnado deberá realizar esquemas, mapas
conceptuales y resúmenes para ejercitar el análisis y la síntesis.
• La metodología a seguir en el estudio de la lógica formal e informal, centrada en el
estudio de los argumentos y que en esta obra aparecen en anexo al temario, es
eminentemente práctica.
• Ejercicios de aplicación y transferencia de los conocimientos adquiridos a nuevos
problemas y situaciones de la realidad. Para ello, el diseño y creatividad de las
actividades se basan en acontecimientos y situaciones próximas al alumnado.
• Análisis de casos prácticos en los que el alumno o alumna debe aplicar un enfoque
interdisciplinar de la ética filosófica con otros tipos de ética de gran repercusión en
el mundo actual: la bioética, la ética empresarial, la ética de los medios, la ética
deportiva, etc.
• Como recursos didácticos se proponen: el propio libro de texto como una guía y
fuente documental; la lectura total o parcial de libros; material periodístico
(noticias, reportajes, artículos de opinión, etc.); el uso de las nuevas tecnologías de
la información y comunicación por las posibilidades que ofrecen (buscar y
compartir información, participar en foros de debate, presentar los resultados de la
investigación realizada, etc.); documentos audiovisuales cortos o de mediana
extensión (documentales, secuencias de películas, archivos sonoros, etc.); todos
estos recursos deben acompañarse de las actividades que se plantean de forma
original y cercana al alumnado en este libro.
5. Contenidos transversales
En esta dinámica, resulta de especial importancia la selección de una serie de temas
transversales o líneas temáticas que sirven de hilo conductor. La actitud crítica y la
capacidad de enjuiciar los problemas no solo del pasado sino también de nuestro
presente, exige abordar un conjunto de valores y de principios como los de respeto,
tolerancia, justicia, solidaridad, reconocimiento de la igualdad y de la diferencia frente a
la desigualdad, injusticia, etc. que son necesarios para la construcción de una sociedad
15
en la que todos los seres humanos quepan y participen, construyendo una humanidad de
paz y sin guerras, y con el reconocimiento mutuo de los
derechos humanos en todas las esferas y los espacios sociales. En cada tema se pone
especial atención al tratamiento de problemas relacionados con la convivencia humana,
los derechos humanos, el medio ambiente y la democracia, combinando las variables o
ejes de inclusión/exclusión;
de reconocimiento/no
reconocimiento;
de
emancipación/dominación;
de
igualdad/desigualdad/discriminación;
y
de
jerarquías/horizontalidades. No se trata de separar radicalmente la dimensión
epistemológica de la dimensión ética y política, sino de conectarlas demostrando que las
mismas formas de conocimiento y los propios marcos categoriales tienen por su uso y
por su delimitación unas consecuencias éticas, políticas y sociales. Por esta razón,
asuntos como las relaciones de poder, la ciudadanía, la democracia, problemas de
género, cuestiones de interculturalidad y aquellas otras referidas al impacto y a las
consecuencias de las nuevas tecnologías sobre nuestro vivir cotidiano y sobre nuestras
condiciones de existencia, son permanentemente utilizados de manera recurrente.
Los valores transversales forman parte del currículo de Bachillerato. La asignatura de
Filosofía y Ciudadanía, en cierta medida, los compendia y los aglutina con cada bloque
temático establecido en el ámbito filosófico, ético-cívico y social del currículo para
Bachillerato de la Comunidad Autónoma andaluza.
En esta línea, la intención de este proyecto de Algaida se centra en facilitar
expresamente dicho currículo para que sea proyectado sobre otras materias. No hay que
ignorar el hecho de la gran recurrencia que tienen determinados temas relacionados con
los valores transversales: el respeto por el medio ambiente; la educación intercultural; la
solidaridad; la no violencia y la paz; etc. Cuando se habla, por ejemplo, de derechos
humanos, de los comportamientos democráticos, de la igualdad, de la libertad o de la
condición humana, se está haciendo referencia a valores, actitudes y relaciones que no
solo afectan a los alumnos y alumnas de la materia de Filosofía y Ciudadanía de 1º de
Bachillerato, sino a todas las personas que viven en sociedad. Por esta razón, la
intención es que sean aprendidos e incorporados en los hábitos del alumnado no solo
durante el tiempo en el que se imparte esta materia, ni tampoco únicamente en el aula y
en el centro escolar, sino también fuera de ellos, en la calle. Principalmente, con los
contenidos transversales se quiere formar personas cívicas, participativas y
respetuosas de los derechos humanos.
Algunos de los valores y temas transversales que se desarrollan con los procesos
educativos y de aprendizaje de este libro, son los siguientes:
Educación para la democracia y los derechos humanos
El núcleo IV del libro está dedicado a la democracia y a la ciudadanía. En concreto, el
tema 13 se titula «Democracia, derechos humanos y ciudadanía global» y está dedicado
al concepto de la democracia, que resulta básico para implementar tanto
comportamientos cívicos como prácticas de respeto de los derechos humanos. Tal como
se manifestó a través del principio psicopedagógico de la complejidad, ninguno de las
tres figuras se entiende sin las otras dos. Son recurrentes y recursivas. Nuestras
sociedades se caracterizan por estar organizadas bajo instituciones democráticamente
elegidas y, como ciudadanos y ciudadanas, son muchas las esferas en el ejercicio de
nuestros derechos en las que actuamos de manera participativa, siguiendo unos
16
procedimientos y unas reglas previamente legislados por nuestros representantes. De la
misma manera que se apuesta por una cultura cívica y de derechos humanos, también se
potencia una cultura democrática entre los gobernantes y los gobernados teniendo en
cuenta el actual contexto de la globalización.
Educación para la paz y la no violencia
Muchas son las ocasiones en las que hay conflictos sociales y disputas. Las razones son
múltiples: porque se discrepa en las ideas; porque se tienen diferentes creencias
religiosas; porque se reivindican derechos y deberes distintos; por ambición de riqueza
o de poder; etc. El mayor error que se comete para resolver estas discrepancias es
utilizar mecanismos violentos y agresivos de resolución de conflictos. Solo quien
discrimina o se cree superior a los demás trata de imponerse por medio de la fuerza.
Históricamente los Estados han utilizado el camino de la guerra para imponer el orden y
la seguridad internacional. En la unidad 13 se exponen algunos de los mecanismos
utilizados para reducir los efectos perversos del uso de la fuerza militar y se dan algunas
pistas para lograr la paz mundial a través de la no violencia.
La base de la convivencia humana cotidiana se sostiene sobre el modo como se
construyen y desarrollan las relaciones entre las personas. Por esta razón, el valor de la
paz y la cultura de la no violencia son los mejores caminos que posibilitan las
condiciones necesarias para el respeto por la dignidad humana de todos. Ni con armas ni
con guerras ni bajo dinámicas de imperio y de dominación se reconocen los derechos y
los deberes de los seres humanos. Todo lo contrario, solo partiendo de la fraternidad, el
diálogo y la reciprocidad hay un mayor porcentaje de posibilidades de resolver los
conflictos sociales, políticos, económicos, culturales o religiosos.
Educación para la convivencia entre culturas
• La solidaridad y la cooperación: en el ser humano existe una disposición por ayudar
a quien lo necesita. Esta cualidad se despliega en todos los entornos sociales, tanto
en aquellas personas más cercanas (familiares y amistades) como más lejanas
(extraños o desconocidos). El tema 7 se centra en la condición humana. Una de sus
dimensiones es la faceta solidaria como expresión de la dimensión relacional y
cooperativa del ser humano. Lo mismo sucede con el tema 8, que habla sobre la
sociedad, la cultura y la interacción social: el ser humano necesita de los demás
para poder sobrevivir; solo solidariamente puede comunicarse, dialogar y
relacionarse.
Resulta fundamental inculcar comportamientos solidarios a los alumnos y alumnas.
De ahí la importancia que también tiene el trabajo en equipo, pues permite
descubrir lo fructífero que es cooperar con los semejantes para realizar proyectos en
común.
• Diversidad, interculturalidad y pluralismo: la globalización ha provocado un
incremento de la conciencia sobre la diversidad de culturas que existen en el
mundo. Fenómenos como la inmigración acentúan los lugares de encuentro entre
personas de origen diverso. Muchos son los centros escolares y las aulas integradas
por alumnos y alumnas de nacionalidad diferente. Por ello, la educación
multicultural e intercultural junto con el respeto por la diferencia son mecanismos
17
muy importantes para evitar que el racismo, la xenofobia y el odio al diferente se
extiendan sobre las conciencias de las personas. Muchas son las actividades y los
recursos utilizados a lo largo de este libro que plantean situaciones problemáticas
de convivencia intercultural.
De hecho, el tema 10 –dedicado a la acción moral y las teorías éticas– se centra en
una ética intercultural y de confluencia y en el tema 13 se menciona la dimensión
planetaria de una ética que debe responder a los problemas planteados por la
globalización. Resulta necesaria la enseñanza de la igualdad en la diferencia, el
respeto por la pluralidad desde criterios de emancipación, así como sentar las bases
de una educación intercultural que sepa denunciar cualquier expresión de
discriminación social, étnica o cultural.
Educación para la igualdad de oportunidades entre ambos sexos
Uno de los motivos más significativos de discriminación es por razones de género. Las
relaciones entre mujeres y hombres son tratadas en profundidad en los temas dedicados
a la política, la ética y los derechos humanos (temas 5, 10, 11 y 12), siempre
denunciando la prepotencia y los efectos negativos de la cultura patriarcal y machista, y
planteando cuestiones de marginación social y laboral de las mujeres que hay que
enfrentar desde el reconocimiento de la igual condición de género. En el aula, en el
centro escolar, en el ámbito doméstico, en los medios de comunicación, etc. se
presentan una serie de roles que se les adjudica a las personas según sean hombres o
mujeres. Como respuesta, a lo largo de todo este manual se potencia una actitud de
respeto y tolerancia que sepa analizar y criticar cualquier manifestación excluyente, sea
por razones sexuales o sea por cualquier otra razón.
Educación vial
Una de las principales causas de mortalidad se debe a los accidentes automovilísticos.
Los alumnos y las alumnas, en su cotidianidad, pueden actuar como peatones, como
ciclistas, como conductores de ciclomotores, como copilotos o como futuros pilotos. En
algunas actividades del libro, con el propósito de crear sensibilidad ante los problemas
de tráfico e inculcar prudencia y responsabilidad vial, se exponen algunas de las
consecuencias de la temeridad en la conducción o como peatones, así como algunos
consejos para evitar accidentes en la carretera.
Educación ambiental
La naturaleza es la principal fuente de riqueza y de la vida en nuestro planeta. Se
incorporan contenidos relacionados con la interacción que tiene el ser humano con el
medio. Los impactos medioambientales se analizan desde las condiciones que hacen
posible la vida en la Tierra y desde los riesgos que provocan su destrucción (desastres
naturales, catástrofes, contaminación ambiental, uso de armas de destrucción masiva,
etc.).
Por otra parte, para inculcar una sociedad más justa y respetuosa con la naturaleza, en el
tema 13 se menciona el sentido de un desarrollo sostenible que debe empezar por casa,
y extenderse con la acciones solidarias de la comunidad internacional por todo el
18
planeta, principalmente en los países más pobres que, además, es donde se encuentra
más del 70 % de la biodiversidad del planeta.
Educación para una vida saludable
Dado que uno de los propósitos de Filosofía y Ciudadanía es el de formar individuos
autónomos, con autoestima y responsables, en cada tema se transmite un espíritu de
responsabilidad espiritual y corporal de todos los
seres humanos. Por ello, llevar una vida saludable es uno de los pilares sobre los que
construir la libertad, la felicidad y el reconocimiento de los derechos humanos. No solo
se trata de respetar a los demás sino también que cada uno se respete a sí mismo. En el
libro se proporcionan insumos y actividades relacionadas con una alimentación sana,
inculcando el cuidado por la salud, la importancia de una correcta higiene, etc.
Cultura andaluza
A lo largo de todo el proyecto, a través de actividades y contenidos, se hace referencia a
la Comunidad Autónoma Andaluza para mostrar las diferentes realidades que existen en
la misma. En este sentido se recuerda que, históricamente, Andalucía ha sido y sigue
siendo en la actualidad, una comunidad de encuentro de culturas. Se muestra además
que es una comunidad democrática, con las instituciones y organismos necesarios que
garantizan la regulación de los derechos y deberes de cada ciudadano y ciudadana
residente en Andalucía.
6. Atención a la diversidad
La materia Filosofía y Ciudadanía es común a todas las modalidades del Bachillerato; la
heterogeneidad del alumnado –desde el punto de vista identitario, cognitivo,
psicológico y cultural exige atender a esta diversidad de manera coordinada y
efectiva, ya que habrá alumnos y alumnas que tengan una mayor facilidad para adquirir
conocimientos que otros, así como temas que resulten más amenos para unos
estudiantes que para otros.
Asimismo, la diversidad cultural y la concurrencia de alumnos y alumnas de
múltiples nacionalidades hará necesario que el tratamiento de cada tema tenga
sensibilidad hacia esta pluralidad cultural, evitando caer en etnocentrismos
discriminadores.
Este libro se preocupa por captar la atención del alumnado con el objeto de que sienta la
mayor curiosidad en cada tema. Para ello se utilizan diversos recursos didácticos:
• Textos motivadores al inicio de cada tema que inviten al alumnado a reflexionar
sobre la temática tratada.
• Actividades de todo tipo que atienden a los distintos niveles cognitivos de los
estudiantes.
• Relatos, cuentos, curiosidades filosóficas, frases célebres, ejemplos, fábulas,
etc. muy pedagógicos, sencillos y claros.
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• Exposición de ideas filosóficas con distinto nivel de profundidad.
• Especial atención a las actividades grupales para que los grupos formados sean
más o menos homogéneos y no haya descompensación formativa.
• Actividades para que todos y todas, sin excepción, se expresen correctamente sin
miedo a hablar y a opinar sobre temas de actualidad en debates, discusiones,
trabajos en equipo y puestas en común.
• Actividades de refuerzo y de ampliación de conocimiento tanto para el alumnado
más aventajado como para el más rezagado.
• Visionado de películas, lectura de noticias procedentes de los medios de
comunicación y sugerencias de libros de todo tipo y sobre cualquier género, pero
siempre relacionados con los asuntos tratados en cada tema, teniendo en cuenta la
diversidad de gustos y las diferentes vocaciones de los estudiantes.
7. Criterios de evaluación
Entre las labores del profesorado destacan los criterios que debe seguir y aplicar para
evaluar el proceso de aprendizaje de cada alumno y de cada alumna. La finalidad de
estos criterios es proporcionar al alumnado formación, madurez intelectual, autonomía y
todos los conocimientos y las habilidades necesarias para poder acceder a la educación
superior y desarrollar con capacidad y solvencia las demandas del mercado de trabajo y
de la vida laboral activa.
El conocimiento de las bases para ser un buen ciudadano o una buena ciudadana y la
formación crítica y reflexiva adquirida por medio del pensamiento filosófico son un
insumo inmejorable para construir un mundo más justo, más solidario, más equitativo y
respetuoso con el ser humano y el medio ambiente.
A continuación, se establecerán dos categorías de criterios de evaluación
complementarios que son de ayuda en este proceso: a) los establecidos por el Real
Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre del Ministerio de Educación y Ciencia; y b) los
criterios de valoración de los aprendizajes recogidos por la Orden por la que se desarrolla el currículo correspondiente al Bachillerato en Andalucía y que se organizan
según los cuatro núcleos temáticos de la materia de Filosofía y Ciudadanía. No obstante,
en cada tema se concretarán estos criterios generales en unos más específicos y
adaptados a la temática impartida en ellos. Esto hará que el alumnado que los supere sea
valorado positivamente de una manera lo más objetiva posible.
a) Los criterios de evaluación generales son los siguientes:
1. Reconocer y explicar con precisión y con rigor la especificidad de la filosofía
distinguiéndola de otros saberes o modos de explicación de la realidad,
diferenciando su vertiente teórica y práctica, centrándose en las preguntas y
problemas fundamentales.
20
Comprobar que se entiende y se comprende la especificidad del saber filosófico y el tipo
de preguntas que se hace, así como el grado de precisión y rigor alcanzado con la
explicación de los conceptos y las cuestiones planteadas, tanto de forma oral como por
escrito. Asimismo hay que evaluar la capacidad de valoración de las aportaciones de los
análisis filosóficos a los grandes problemas de nuestro tiempo.
2. Razonar con argumentaciones bien construidas realizando un análisis crítico y
elaborando una reflexión adecuada en torno a los conocimientos adquiridos.
Se pretende reforzar y consolidar la capacidad de comprensión, de crítica y de reflexión
sobre las aportaciones más importantes del pensamiento occidental sin que se caiga en
la retención mecánica de información y huyendo de la reproducción acrítica, de las
improvisaciones y las superficialidades contrarias al procesamiento activo y reflexivo de
los nuevos conceptos y los valores adquiridos.
3. Exponer argumentaciones y componer textos propios en los que se logre una
integración de las diversas perspectivas y se avance en la formación de un
pensamiento autónomo.
Se intenta valorar la capacidad del alumnado para construir y enriquecer con sus propios
criterios y opiniones trabajando de forma activa y constructiva el legado cultural
específico de la Filosofía.
4. Utilizar y valorar el diálogo como forma de aproximación colectiva a la verdad y
como proceso interno de construcción de aprendizajes significativos,
reconociendo y practicando los valores intrínsecos del diálogo como el respeto
mutuo, la sinceridad, la tolerancia, en definitiva, los valores democráticos.
Se propone comprobar el grado de comprensión e interiorización del sentido de diálogo
racional y de las condiciones necesarias para su desarrollo, su ejecución y su plasmación
en la práctica. También se quiere valorar la capacidad de saber escuchar y comprender a
los demás.
5. Obtener información relevante a través de diversas fuentes, elaborarla,
contrastarla y utilizarla críticamente en el análisis de problemas filosóficos,
sociológicos y políticos.
Se quiere comprobar la capacidad de seleccionar y de manejar informaciones diversas,
desde las más cercanas a la experiencia de cada alumno hasta las más científicas,
pasando por las divulgativas y las contenidas en los medios de comunicación y de
información, así como el dominio de destrezas de carácter general, como la observación
y la descripción, la clasificación y la sistematización, la comparación y la valoración,
etc., necesarias para la utilización crítica de esa información.
6. Conocer y analizar las características específicas de lo humano como una
realidad compleja y abierta de múltiples expresiones y posibilidades,
profundizando en la dialéctica naturaleza y cultura, e individuo y ser social, que
constituyen la persona.
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Se pretende observar la capacidad de comprender e integrar las diversas dimensiones
del ser humano, incidiendo en la importancia de la construcción social y simbólica y
valorando las concepciones filosóficas del ser humano y su vigencia actual.
7. Conocer y valorar la naturaleza de las acciones humanas en tanto que libres,
responsables, normativas y transformadoras.
Se trata de comprobar la capacidad para comprender el sentido de la razón práctica y la
necesidad de la libertad para realizar acciones morales y, consecuentemente, asumir
compromisos ético-políticos tanto en el ámbito personal como social, reflexionando
especialmente sobre la búsqueda de la felicidad, la justicia y la universalidad de los
valores en la sociedad actual.
8. Comprender y valorar las ideas filosóficas que han contribuido, en distintos
momentos históricos, a definir la categoría de ciudadano y ciudadana, desde la
Grecia clásica hasta la ciudadanía global del mundo contemporáneo, haciendo
especial énfasis en la Ilustración y en la fundamentación de los derechos
humanos.
Se quiere evaluar si se ha comprendido la categoría de ciudadano y de ciudadana como
tarea histórica inacabada y su fundamentación ético-política, así como la importancia de
reconocer y practicar las virtudes cívicas que posibilitan una convivencia democrática
en el marco universal de los derechos humanos.
9. Reconocer y analizar los conflictos latentes y emergentes de las complejas
sociedades actuales, sus logros y dificultades, sus cambios y retos más
importantes que contextualizan la actividad socio-política del ciudadano,
manifestando una actitud crítica ante todo intento de justificación de las
desigualdades sociales o situaciones de discriminación.
Se pretende comprobar el grado de comprensión de los problemas sociales y políticos
más relevantes de la sociedad actual (anomia, desarraigo, falta de coherencia, debilidad,
exacerbación del sentimiento de pertenencia, conflictos relacionados con las diferencias
culturales, con las desigualdades socioeconómicas y de género, etc.) y los logros e
intentos de solución que ofrecen los ordenamientos jurídicos y los sistemas de
participación democrática. Asimismo, se trata de evaluar la actitud que han desarrollado
los alumnos y alumnas ante dichos problemas sociales y políticos.
10. Señalar las diferentes teorías acerca del origen de poder político y su
legitimación, identificando las que fundamentan el Estado democrático y de
derecho y analizar los modelos de participación y de integración en la compleja
estructura social de un mundo en proceso de globalización.
Se trata de valorar la asimilación del origen y la legitimidad del poder político, de las
diferentes concepciones del Estado y de la fundamentación y funcionamiento de la
democracia, analizando las posibilidades y el deber de intervención del ciudadano y de
la ciudadana, tomando conciencia de la necesidad de participar en la construcción de un
mundo más humano.
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b) Algunos de los criterios de evaluación de los aprendizajes sugeridos por la Orden por
la que se desarrolla el currículo correspondiente al Bachillerato en Andalucía para la
materia de Filosofía y Ciudadanía son los siguientes:
1. Comprender un vocabulario básico sobre la naturaleza del saber filosófico, así
como la capacidad de identificar y diferenciar entre sí los saberes racionales y no
racionales, o las semejanzas y diferencias de la filosofía con la ciencia, la religión
y el arte.
2. Escribir en lenguaje simbólico enunciados atómicos y moleculares, en forma de
proposiciones y de argumentos y saber diferenciar mediante tablas de verdad si
determinadas fórmulas son tautologías, contradicciones o indeterminaciones.
3. Poseer capacidad crítica y creativa a la hora de transferir los conocimientos
adquiridos a nuevas situaciones.
4. Dialogar e intercambiar ideas, exponiendo las propias ideas de manera ordenada y
sabiendo escuchar y comprender las ideas ajenas con destreza crítica.
5. Comprender y diferenciar las principales teorías éticas y la fundamentación
filosófica de los derechos humanos.
Finalmente, el uso y la utilización de recursos pedagógicos tanto en la exposición de
cada tema como en los instrumentos complementarios y de apoyo, resulta prioritario
para poder evaluar a cada alumno y cada alumna. Equilibradamente, en el libro se ha
echado mano de ejemplos prácticos, cercanos, recurriendo a situaciones reales y
cotidianas, manejando metáforas, refranes, fábulas, anécdotas para que el discurso y la
lectura del texto fuesen lo más amenos posibles. Asimismo, los autores del libro de
Algaida han intentado ser innovadores con el material de trabajo seleccionado para
realizar los comentarios de texto, los trabajos individuales y en grupo, los debates y las
discusiones orales en el aula. El apoyo en películas, recortes de prensa, información de
Internet y de otros medios de información, así como el uso de las nuevas tecnologías se
reflejan en cada tema.
Tanto en el libro del profesor como del alumno se tienen en cuenta la conexión
permanente entre los contenidos y las destrezas que sobre los mismos deban
implementarse, evitando caer en selecciones o direccionamientos arbitrarios y
desvinculados con el desarrollo de los temas. Asimismo, los recursos que se emplean
son entretenidos y no monótonos y convencionales. El propósito es que el alumnado
participe permanentemente, por ello los ejercicios y los recursos didácticos tienen esa
intención de implicación y esa recreación de autoestima y de dotación de sentido
por parte de los alumnos y las alumnas. No se trata de reproducir esquematismos
repetitivos y literales sobre lo que piensan los filósofos y las filósofas.
8. Temporalización
La materia de Filosofía y Ciudadanía se engloba dentro de las materias obligatorias
propuestas por el Real Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre del Ministerio de
Educación y Ciencia por el que se establece la estructura de Bachillerato y se fijan sus
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enseñanzas mínimas. En el tiempo semanal que se le asigna, y durante todo el curso, se
deben trabajar una serie de conceptos, categorías, teorías y conocimientos filosóficos,
éticos, políticos y relacionados con la ciudadanía que hagan reflexionar al alumnado,
que lo motiven por su interés en la Filosofía y que le permita adquirir una serie de
conductas razonadas, comprensivas, tolerantes y solidarias con el desarrollo de una
ciudadanía global, los derechos humanos y una ética intercultural. También para que
pueda participar con sentido crítico y constructivo en la sociedad democrática de la que
forma parte y de la que en un futuro próximo será protagonista.
Dada la diversidad de temas, se propone que sea cada profesor o profesora quienes
calculen el tiempo empleado en cada uno de los 13 temas que estructuran el libro. Tras
una evaluación inicial y una vez comprobado el alumnado de que disponen, además de
que se observe el grado de motivación e interés de la clase en cada tema, el tiempo
dedicado variará. No obstante, se aconseja que por cada uno de los temas se dedique un
tiempo mínimo de 2 semanas, teniendo en cuenta que unos serán más fáciles de
comprender que otros, de ahí que el tiempo dedicado dependa del juicio dado por cada
profesor o profesora.
De todas maneras, se propone que se dediquen más sesiones a los temas en los que se
pueda incidir más en una mejora de la conducta de los alumnos y alumnas para construir
una sociedad más democrática, respetuosa y solidaria. Asimismo, se debe de tener en
cuenta el interés que muestran los estudiantes por el contenido de los temas, de cara a
una posible mayor atención y mayor dedicación por aquellos asuntos que les resultan
más atractivos. Finalmente, también hay que valorar la dinámica que lleva el grupo a
medida que avanza el curso.
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