Maestros de Justicia Por Dr. Brian J. Bailey Título Original “Teachers of Righteousness” Copyright © 2004 Brian J. Bailey Todos los derechos reservados. Título en Español: “Maestros de justicia” Libro de texto de Zion Christian University. Usado con permiso. Publicado por Zion Christian Publishers. Primera edición en español impresa en abril 2005. Segunda edición en español impresa en marzo 2011. Traducción al español: Marian Belmonte, España. Revisión: Gisela C. de Fragoso. Edición: Carla Borges, Abril 2005, IBJ Guatemala 2008. A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas fueron tomadas de la versión Reina-Valera en su revisión de 1960, © 1960 Sociedades Bíblicas Unidas. Impreso en los EE.UU. de Norteamérica por: Zion Christian Publishers P.O. Box 70 Waverly, New York14892 EE. UU. de Norteamérica Teléfono: (1-607) 565-2801 Fax (1-607) 565-3329 www.zionfellowship.org ISBN 1-59665-214-4 AGRADECIMIENTOS A Belmonte Traductores, Marian Belmonte, quien realizó la traducción de este libro. A Gisela C. de Fragoso, por su ayuda en la revisión y corrección del manuscrito de este libro. A Carla Borges, por la edición de este libro y diseño de la portada. A Justin Kropf, por su excelente trabajo en el formato final de este libro. Equipo Editorial: Rebecca Blodgett, Carla Borges, David Kropf, Justin Kropf, Denise Miller, Raquel Pineda y Caroline Tham. Deseamos extender nuestro agradecimiento a todas esas personas queridas, pues sin sus muchas horas de inestimable ayuda este libro no hubiera sido posible. Estamos verdaderamente agradecidos por su diligencia, creatividad y excelencia en la compilación de este libro para la gloria de Dios. INDICE Prefacio Introducción 11 1 — La vida del maestro 13 2 — La preparación del maestro 17 3 — Grandes maestros 25 4 — Establecer un fundamento firme 33 5 — Avanzar hacia la perfección 43 6 — Métodos de enseñanza (I. R. A.) 67 7 — Proliferación de nuestras enseñanzas 81 8 — Materiales de investigación 87 9 — Cómo preparar y presentar lecciones 99 10 — Lecciones sobre hermenéutica 113 11 — Apuntes prácticos 185 12 — Consejos para el aula 189 13 — Las recompensas de un buen maestro 193 Epílogo PREFACIO La profesión de maestro es, sin lugar a dudas, la más antigua y mayor de las vocaciones, porque realmente es una vocación. Sin esta profesión, sería imposible que una generación transmitiera a la siguiente generación su aprendizaje, ya que una generación se construye sobre el conocimiento y la experiencia de otra generación. Los métodos pueden variar pero, esencialmente, son el oral y el escrito. Fue por medio de la tradición oral como Isaac y Jacob, morando en tiendas con Abraham (He. 11:9), fueron enseñados por el patriarca. A Abraham, sin embargo, fue su padre Taré quien le enseñó, mientras estaba en Ur de los caldeos, los relatos de las generaciones previas y de la era antes del Diluvio, los cuales fueron trasmitidos a través de Noé y sus hijos. Hemos de recordar que Noé todavía vivía cuando nació Abraham. La longevidad de sus vidas permitió que muchas generaciones recibieran la enseñanza de sus piadosos antepasados. Sin embargo, incluso antes de la muerte de Noé, el conocimiento se había corrompido por los así llamados misterios de Babilonia promulgados por Nimrod y su esposa Semiramis. Se nos dice que los antepasados de Abraham sirvieron a otros dioses (Jos. 24:2). Desde el punto de vista de las Escrituras, los principios espirituales tal y como los conocemos hoy no estuvieron disponibles en forma escrita hasta que Moisés, el gran hombre de Dios, lo hiciera bajo la inspiración del Espíritu Santo. Estos escritos son los que los judíos llaman los cinco primeros Libros de Moisés y que nosotros en el mundo occidental y cristiano conocemos como Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Estos libros, junto a los otros 34 libros (compilados por varios escribas tales como Samuel, David, Salomón y los 16 profetas, así como Esdras), forman lo que llamamos el Antiguo Testamento. Más tarde, la Iglesia primitiva compiló los otros 27 libros en un formato aparte llamado el Nuevo Testamento. Juntos forman el canon bíblico que los santos de todas las sucesivas eras han aceptado como inspirados por el Espíritu Santo. El apóstol Pablo habla de ese punto al escribir a su amado hijo en la fe, Timoteo, cuando dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Ti. 3:16,17). Por lo tanto, es principalmente para que instruyan en estas Escrituras para lo que Dios nos da a los maestros, y el propósito de éstos es hacer que la gente entienda la Ley y las Escrituras (Neh. 8:7,8). Quizá una cita de Abraham Lincoln sirva para animar a cada maestro: “Estudiaré y me prepararé, y quizá me llegue mi oportunidad”. Es un hecho el que —parafraseando a Donal Trump en uno de sus libros— no se produzcan en realidad “éxitos instantáneos”. De hecho, es siempre el artista o profesional bien preparado, siempre humilde, que siempre trabaja duro, que siempre estudia, el que recibe los reconocimientos instantáneos. Lincoln, a este respecto, podría servir de ejemplo a cualquiera que intente ser un maestro de justicia. Otro consejo clave e importante, de nuevo citando a Donald Trump, es este: “cumplir con nuestra tarea”. Como maestros de justicia, debemos estar preparados, en estudio y oración, y así el Señor nos ayudará cuando se presente nuestra oportunidad. 11 INTRODUCCIÓN En cierta ocasión, nos encontrábamos otros dos pastores y yo en Ujung Pandang, en las islas Célebes, llevando a cabo un seminario, hospedados en un hotel de esa ciudad. Mientras comíamos en el restaurante, invitamos a un norteamericano que estaba comiendo él solo en una mesa a que se uniera a nosotros. Nos dijo que era oftalmólogo, y que solía pasar un mes al año en ese hermoso país de Indonesia dando clases a otros colegas oftalmólogos de hospitales locales. Nos explicó que su técnica era observar las operaciones oculares que llevaban a cabo los doctores locales, y luego pedía pacientes que necesitaran una cirugía más avanzada. Después de eso, reunía a los doctores a su alrededor mientras él llevaba a cabo varias operaciones, y seguidamente observaba mientras ellos desarrollaban operaciones similares con tan solo un grado mayor de dificultad que las que antes habían sido capaces de hacer. Nuestro amigo norteamericano usaba la analogía de que cuando abandonaba el hospital, todos esos cirujanos habían escalado un peldaño más en su experiencia quirúrgica. Por el contrario, otros equipos que habían llegado con un instrumental muy sofisticado que no estaba al alcance de los indonesios y desarrollaban operaciones sorprendentes (podríamos decir de las del peldaño más alto, con el aplauso de sus colegas), dejaban a los cirujanos indonesios en el mismo peldaño en el que se encontraban antes de que llegara el equipo. 12 Maestros de Justicia Nuestra actitud, por lo tanto, al enseñar debe ser la de determinar en qué peldaño se encuentra la congregación y asegurarnos de que todos ellos hayan escalado un peldaño más de la escalera del desarrollo cristiano cuando nosotros nos vayamos. Para ilustrar este principio, analicemos la exhortación del apóstol Pedro en 2 Pedro 1:5-8. Lo hemos puesto en forma de diagrama. Amor La escalera cristiana (2 Pedro 1:5-7) Afecto fraternal Piedad Paciencia Dominio propio Conocimiento Virtud Fe Claramente, el apóstol Pedro está diciendo que debemos estar en el primer escalón de la escalera cristiana, el cual es la fe, antes de poder experimentar la virtud. De igual forma, todos estos peldaños se han de experimentar de forma secuencial antes de alcanzar la cima de la escalera, que es el amor. Con estos principios en mente, analizaremos ahora las claves de la vida y el ministerio de un maestro. 13 CAPÍTULO 1 La vida del maestro Al mirar atrás y ver nuestras propias experiencias, nos damos cuenta que la vida del maestro a menudo tuvo más impacto que sus propias palabras. Esto es totalmente bíblico, ya que David en el Salmo 51:6 dice al Señor: “He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”. Las lecciones que intentamos impartir a otros se deben ver en nuestras propias vidas. El apóstol Pablo les dijo a los corintios: “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres” (2 Co. 3:2). Por lo tanto, los principios que un maestro expone deberían ser aplicados primero a su propia vida. Es uno de los enigmas de la vida. El maestro a menudo pensará que por dedicarse a enseñar a otros las sendas de justicia y de rectitud se salvará a sí mismo y que, por lo tanto, no importa mucho la manera en que él mismo viva. Con razón el apóstol Pablo condena este tipo de pensamiento cuando escribe a los romanos en Romanos 2:21-23: “Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?” Creo que todos estaríamos de acuerdo en que el esposo primero ha de ser copartícipe del fruto. De forma similar, el 14 Maestros de Justicia maestro debería ser el primero en experimentar lo que enseña. Hay un aire de credibilidad y autoridad detrás de aquel que se pone delante de otros y es capaz de dar un testimonio personal, cuando está declarando algún principio, que respalda su enseñanza. De hecho, nuestra enseñanza debería estar salpicada de anécdotas e ilustraciones personales para darles vida a nuestras lecciones. El Señor pudo decir de sí mismo que Sus palabras eran espíritu y vida. Recitar una doctrina sin la unción es meramente dar la letra de la Ley (la cual mata); es la palabra inspirada por el Espíritu la que da vida (2 Cor. 3:6). Es la unción la que hace que cuando nosotros partimos el Pan de Vida, eso se convierta en una experiencia transformadora para las vidas de otros. Entonces, de igual manera, la forma de vestir y los gestos del maestro se han de tomar en cuenta. Es digno de mención el que los sacerdotes de antaño, que eran esencialmente los maestros de la era de la Ley, vistieran unas túnicas distintivas. Esa vestimenta aportaba una cierta solemnidad a la presentación de los principios divinos cuando los sacerdotes explicaban las Escrituras mientras vestían sus túnicas sacerdotales. Debemos considerar que las verdades que ministramos sin duda van a determinar el destino eterno de nuestros oyentes. Aunque en ciertas ocasiones debiéramos rezumar el gozo del Señor, sin embargo, debe haber ocasiones también en las que deberemos mostrar seriedad y gravedad en nuestros gestos para que nuestros alumnos logren entender su santo y supremo llamamiento. Incluso personas mundanas, como Donald Capítulo 1: La vida del maestro 15 Trump, reconocen la importancia de vestir apropiadamente para la ocasión, y qué mejor ocasión tenemos nosotros que el hecho de propagar las leyes de Dios. 17 CAPÍTULO 2 La preparación del maestro John Cotton Dana, el primer presidente de la Special Libraries Association (Asociación de Bibliotecas Especiales) y pionero en anuncios e impresión de libros de biblioteca, dijo: “Aquel que se atreve a enseñar, no debe nunca dejar de aprender”. El estudio es, claro está, el primer paso en la preparación de un maestro. El apóstol Pablo, al escribir a su amado hijo en la fe, le dijo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15). Y aunque un hombre sabio dijo: “el mucho estudio es fatiga de la carne” (Ec. 12:12), no hay otra forma mediante la cual podamos adquirir el conocimiento que un maestro necesita para poder enseñar adecuadamente a otros. ¿Entonces cómo deberíamos estudiar? De nuevo el hombre sabio nos ayuda: “Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor” (Ec. 12:9-11). Examinemos con cuidado estas palabras de sabiduría. 18 Maestros de Justicia En primer lugar, Salomón, que fue el predicador de Jerusalén y uno de los maestros y autores más sobresalientes de todos los tiempos, obviamente pasó años preparándose para la tarea de manifestar la sabiduría de Dios a todas las edades. Esa preparación se realizó a los pies de su padre David, el dulce salmista de Israel, profeta, rey y también maestro de los caminos de Dios, como él mismo declara en el Salmo 51:13: “Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti.” Aquí hemos de intercalar una verdad, los maestros se especializan. Como podemos ver claramente en las escuelas seculares, donde un maestro enseña una clase de matemáticas y otro enseña una de historia, o de lenguaje o de algún otro segundo idioma. Está perfectamente claro que los maestros no intentan enseñar todo el espectro del conocimiento; ellos mismos se ciñen al tema que les gusta o atrae y con el cual se sienten cómodos al aprender. En el caso de Salomón, su entrenamiento consistía en conocer sabiduría, justicia, juicio y equidad, como nos enseña Proverbios 1:3: “Para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad”. Su libro de Eclesiastés nos enseña el camino y la vida de alguien que, lamentablemente, no camina en las sendas de la sabiduría. En sus propias palabras, Salomón declaró que él era un rey viejo y necio que ya no sería amonestado más. También nos dice que Dios le da al hombre que es bueno ante Sus ojos sabiduría, conocimiento y gozo (Ec. 2:26). Capítulo 2: La preparación del maestro 19 Esto se confirma en Daniel 1:17: “A estos cuatro muchachos (hablando de Daniel y sus tres amigos), Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños”. Es sumamente importante darnos cuenta de que la capacidad de aprender viene de Dios, así como nuestro entendimiento. Por lo tanto, al observar “La preparación del maestro”, sentimos que verdaderamente es una preparación para un oficio divino (Ef. 4:11). Dios es el que otorga la gracia o la capacidad para funcionar en el oficio que Él escoge para nuestras vidas. Tenemos que conocer nuestro llamado y el área específica en la que funciona mejor nuestro don. En esa área experimentaremos la dirección del Espíritu Santo cuando empiece a inculcarnos las verdades que Él desea impartir y hacer realidad en nuestras vidas para que nosotros, a cambio, podamos compartirlos con otros. Escudriñar Volviendo a Eclesiastés 12:9, vemos que el maestro debe escudriñar las verdades. Esto se confirma y se ve claramente en Proverbios 25:2: “Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudriñarlo”. Se hace referencia a esto como el maná escondido de la Palabra de Dios que está reservado para los vencedores (Ap. 2:17). Una verdad muy importante se nos da ahora confirmando lo que habíamos mencionado anteriormente con respecto a “La vida del maestro”: una vida que vaya de acuerdo a la enseñanza y sea ejemplo. 20 Maestros de Justicia ¿Por qué algunos maestros de la Palabra propagan doctrinas falsas? Es debido a que sus vidas no se conforman a las verdades de la Palabra de Dios. Dios, por lo tanto, les entrega a alguna forma de falsa doctrina, como leemos en Ezequiel 20:25: “Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir”. Los vencedores, sin embargo, tienen el privilegio de alimentarse del maná escondido de la Palabra que, en esencia, son las verdades más profundas y escondidas de las Santas Escrituras. Poner en orden Ahora vemos en Eclesiastés 12:9 que el maestro “... e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios”. Aquí tenemos una lección para todos los maestros y predicadores. Toda la creación de Dios es una creación de orden, y nosotros, que somos Su más sublime creación aquí en la Tierra, hemos sido creados para el orden. Funcionamos mejor cuando hay ley y orden: “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo” (Sal. 119:165). Somos capaces de trabajar mejor cuando todo está en su sitio y cuando hay simetría, ya sea en el hogar o en el trabajo. En una ocasión, un amigo mío tuvo una visión del último día del Señor en la carpintería de Su padre. Acababa de terminar una pieza de carpintería, por lo que dejó sus herramientas en su lugar, dobló su delantal cuidadosamente y lo colocó en su sitio. Caminando hacia la puerta, miró hacia atrás con ternura, Capítulo 2: La preparación del maestro 21 a esa escena de la pieza de carpintería terminada y el lugar tranquilo donde se encontraba cada herramienta, cada tabla y cada silla colocadas en sus respectivos lugares. No importa qué área de la vida pongamos en consideración; cuando hay orden, hay también un sentido de progreso. Ahora bien, esto es especialmente cierto cuando hablamos de aprender. Ya que es un Dios de orden quien nos creó, nosotros aprendemos por medio del orden. El arte, pues, de un maestro es llevar a los alumnos de un nivel a otro a través de pasos pequeños y bien ordenados. Para usar una ilustración, un maestro lleva a sus alumnos en el viaje de la vida de un lugar a otro con una progresión fácil. Por ejemplo, en el campo de las matemáticas, desde la identificación de los números pasamos a una suma sencilla, luego añadimos la resta, seguida de la multiplicación y la división. Después, sobre ese fundamento sólido, podemos avanzar hacia disciplinas más complejas como la geometría, el álgebra y el cálculo. Sin el fundamento sólido de los principios elementales, todas las demás lecciones se tambalearán, y los problemas parecerán insolubles. Y aunque esto se ve muy claro en el campo de las matemáticas, es aún más importante cuando se trata de las verdades espirituales. En este punto me gustaría aportar una ilustración que me enseñaron hace ya algunas décadas, pero que nunca se me ha olvidado. En Atenas, Grecia, hay muchos monumentos de la llamada “Edad de Oro” de la vida y la cultura griega. Aunque no podemos elogiar la cultura griega, aprendí esta lección 22 Maestros de Justicia inolvidable. A medida que íbamos caminando con un guía turístico por un parque ateniense, nos guió por una fila de columnas, las cuales dijo que habían sido erigidas mucho antes de los tiempos de Jesús. Después llegamos a una que se había caído hacía tan solo veinte años. Cuando le preguntamos por qué se había caído la columna, nuestro guía nos llevó al fundamento, y vimos cómo una brizna de hierba que había penetrado a través de la roca la había roto. De esa manera, la columna en sí estaba intacta, pero se cayó por tener una base defectuosa. En la vida cristiana, el maestro tiene que prestar atención a las palabras del apóstol Pablo en 1 Corintios 3:10: “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica”. Ese fundamento es, como dice Pablo, Jesucristo. Es el mensaje sencillo de salvación: de la fe en la obra llevada a cabo en la cruz del Calvario. Por lo tanto, Jesucristo es la piedra angular de nuestro fundamento, del cual se toman todas las demás medidas (Ef. 2:20,21). El apóstol Pablo continúa después en 1 Corintios 3:12-15: “Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” Capítulo 2: La preparación del maestro 23 Por lo tanto, el maestro debe establecer un buen fundamento primero en su propia vida y luego en las vidas de aquellos a los que ministra. Hablaremos del fundamento en detalle en el capítulo dedicado a ello. Debemos enfatizar en “La preparación del maestro”, que el Señor le guiará a pasar por muchas experiencias para hacer de los principios que él enseña una realidad personal. Hablaremos de esto cuando consideremos los diferentes planes de enseñanza que existen en la iglesia. El maestro tiene que estudiar de forma sistemática las áreas a las que Dios le llama. Esto se logra comparando las Escrituras (como hicieron los de Berea). Debemos tener notas abundantes en libros, marcados claramente con el tema, para que podamos hacer referencia a ellos fácilmente, así como referencias bíblicas a otros versículos cuando sea posible. En mi caso, he descubierto que mi principal área El Señor le de enseñanza está en los libros de la Biblia. Por lo tanto, he intentado guiará a pasar a lo largo de los años estudiar cada por muchas libro de la Biblia, siguiendo las experiencias referencias, siempre que me fuera posible, sobre verdades similares para hacer de que encontraba en otros libros de los principios las Escrituras. que el maestro enseña una realidad De esta manera, cuando estaba escribiendo este libro, ya había escrito e impreso más de cuarenta 24 Maestros de Justicia libros, muchos de los cuales son comentarios sobre libros de la Biblia con un mensaje predominante sobre el tema de guiar al pueblo a Sion, incluyendo principios que son escatológicos por naturaleza. Hay ciertos temas que he intentado evitar asiduamente, tales como el matrimonio y la familia, porque no tengo hijos y, por lo tanto, no tengo experiencia personal en la crianza y la educación. Uno encuentra un gran gozo cuando descubre su llamado a este ministerio de la enseñanza y está en el campo de la elección de Dios para su vida, porque Él da esa sabiduría, conocimiento y entendimiento con gozo (Ec. 2:26). Aunque es un duro trabajo, se convierte en un trabajo de amor gozoso. De esta manera continuamente, le alabamos y le glorificamos en nuestro trabajo y actitud. 25 CAPÍTULO 3 Grandes maestros En cualquier profesión, tanto los jóvenes como los más ancianos reciben una gran inspiración de todos aquellos que son considerados expertos en la materia que esas personas desarrollan. Recuerdo que una vez tuve que tomar un curso de entrenamiento en Suiza, para poder recibir el título de Director de Hotel, con gran admiración observaba a los jefes de cocina que preparaban un banquete para los miembros del Consejo Federal de Suiza. Tuve la oportunidad de observar la conducta del director del hotel mientras dirigía a su equipo y saludaba a algunos invitados importantes en uno de los hoteles más prestigiosos de esa ciudad en particular. Además, visité la Cámara de los Comunes de Inglaterra para escuchar a los expertos polemistas de aquel entonces. Sin embargo, fue particularmente instructivo el escuchar a Winston Churchill dirigirse a unas 60.000 personas en el palacio de Blenheim, mientras aquel maestro orador mantenía embelesada a la audiencia con sus palabras muy bien seleccionadas y sus apropiadas pausas, haciéndoles estar atentas a cada una de sus palabras. Más tarde, cuando entré al instituto bíblico, los alumnos aprovechábamos todas las oportunidades que teníamos para escuchar a los grandes predicadores y maestros en sus 26 Maestros de Justicia respectivos púlpitos. Aquellos que hacía mucho tiempo habían partido rumbo a un hogar mejor allá en el cielo también nos causaban una gran inspiración. Nosotros los alumnos saboreábamos las palabras que dejaron escritas, y con gran ahínco devorábamos cualquier recorte que encontrábamos con relación a sus estilos de vida y su manera de enseñar o predicar, anhelando que al estudiarlo pudiéramos hacer que, por algún proceso de ósmosis, parte de su manto se quedara adherido a nosotros. Examinemos ahora algunos de los grandes maestros de la historia de la Iglesia desde sus comienzos. Aunque no es muy amplio, esperamos que pueda ser una fuente de inspiración para usted, querido lector. Jerónimo (347 d.C.- 420 d.C.) Como más se conoce y recuerda a Jerónimo es como traductor de la versión de la Santa Biblia en latín, conocida como la Vulgata Latina. Aunque su vida podría describirse como tumultuosa y gran parte de sus escritos como controvertidos, la razón por la que le hemos incluido se debe a un sueño que tuvo en sus primeros años. En ese sueño, él se veía siendo llevado ante el trono del juicio de Cristo, acusado de ser defensor de Cicerón, el filósofo pagano. La repercusión de esto fue que durante toda su vida se aseguró bien de advertir sobre las consecuencias de las enseñanzas de los estudiosos paganos. Este incidente en su vida es una advertencia de la que bien haríamos todos en tomar nota, para que podamos enseñar sólo la Palabra de Dios no adulterada y no vanas filosofías, como Pablo nos advierte en Colosenses 2:8: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, Capítulo 3: Grandes maestros 27 según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo”. El venerable Beda (673 d.C. – 735 d.C.) Desde la edad de 7 años hasta su muerte a los 62, este hombre vivió en el monasterio de Jarrow en Northumbria, al norte de Inglaterra. Fue conocido por su piedad y la dulzura de su disposición, de la cual fluía constantemente un profundo agradecimiento a Dios. Fue, sin lugar a dudas, el historiador más destacado de su tiempo, y a él le debemos hoy su magnífico trabajo de investigación, The Ecclesiastical History of the English People (La historia eclesiástica de los ingleses). Su oración, sin embargo, bien podría ser la oración de cada maestro de la Palabra de Dios: “Y te pido, amado Jesús, que de la misma forma en que me has dado a beber con gran delicia las palabras de Tu conocimiento, me concedas también el poder llegar a Tu presencia, Fuente de toda sabiduría, y permanecer para siempre ante Tu rostro”. Este sentido de profunda gratitud al Señor por habérsele permitido saber, entender y enseñar Su Palabra, debería estar siempre brotando en nuestros corazones, para que nosotros, que tenemos el privilegio de haber sido apartados de muchos de los trabajos de este mundo para poder estudiar las verdades eternas, podamos apreciar verdaderamente nuestro santo y supremo llamamiento. 28 Maestros de Justicia John Wycliffe (1328 d.C. – 1384 d.C.) Este hombre devoto fue quizá el teólogo más destacado que la Universidad de Oxford haya producido jamás. Recibió su Licenciatura, Maestría y Doctorado en Divinidades en esta universidad. Poseía un profundo conocimiento de las Escrituras, encerrado en una vida de pureza y firme valor y tenacidad para presentar las verdades evangélicas. Su dominio del lenguaje del hombre común le concedió una elocuencia sin igual ante sus rivales y adversarios, los cuales eran numerosos en aquellos días de papismo. En el asunto de sus sermones y conferencias contra las demandas del Papa Beato Urbano V (quien había decretado que el rey Eduardo III debía entregar todo el dinero del tributo de los últimos 33 años) recibió el apoyo del rey y del parlamento. Wycliffe fue capellán del rey y el delegado de la corona en la corte papal para presentar allí la negativa del rey a pagar el dinero del tributo. Allí pudo ver los excesos de las suntuosas condiciones de vida del papa y sus obispos. Wycliffe gozó de popularidad entre las masas, y su nombre fue también reverenciado fuera de las islas británicas. Se dice de sus escritos que influenciaron a John Huss, el cual influenció a su vez a Martín Lutero; de ahí que sea considerado por algunos como el padre de la Reforma. El Papa Gregorio XI le condenó y mandó arrestar en el año 1377, pero recibió el apoyo del rey y de John de Gaunt, y Capítulo 3: Grandes maestros 29 continuó escribiendo hasta su muerte. Como más se le conoce en el mundo de la literatura es por su traducción de la Biblia al inglés medieval. De esta versión, a través del trabajo de William Tyndale y Miles Coverdale, finalmente recibimos la Versión Autorizada de 1611. Tras salir de Oxford, Wycliffe se convirtió en rector de Lutterworth Parish. Allí fue donde el movimiento Lollard, el cual fue el preludio al movimiento protestante en Inglaterra, tenía sus oficinas centrales. Maestros y predicadores eran enviados desde allí tan bien preparados por John Wycliffe, que se reprodujeron a sí mismos y fueron una fuerza vibrante para Cristo durante más de 150 años después de la muerte de Wycliffe. De Wycliffe aprendemos una lección muy importante, la cual también veremos en la vida de John Wesley, debemos buscar enseñar a otros para que ellos a su vez puedan enseñar a otros, ya que el principio bíblico es que nuestra descendencia es quien heredará lo que Dios ha escogido para nosotros (Is. 54:1-3). John Wesley (1703 d.C.- 1791 d.C.) Aunque fue un predicador al aire libre que fundó sus propias congregaciones (llamadas Metodistas por el sistema metódico de Wesley de predicar y establecer congregaciones), sin embargo fue también un prolífico escritor. Sus escritos aportaron un claro entendimiento de los principios que predicaba y enseñaba. 30 Maestros de Justicia Esencialmente, además de la doctrina básica de la salvación por fe en Cristo, también enseñó exhaustivamente sobre la perfección cristiana y llevó a multitud de personas a la bendición de la verdadera santidad. También se dio cuenta de la necesidad de una buena infraestructura. Al hacer eso, estableció el fundamento para un trabajo que ha perdurado a lo largo de los siglos siguientes. Su colega George Whitefield (quien logró establecer reuniones quizá más grandes que las de Wesley), al comparar ambos ministerios, dijo que al final de sus días, John Wesley tendría un ministerio más perdurable debido a su infraestructura. Aunque fue conocido por su piedad personal e infatigable energía, predicando a menudo cinco veces al día, fue su diario personal y 44 sermones lo que causó un impacto duradero en sucesivas generaciones. Por lo tanto, para los maestros, la lección que podríamos aprender de John Wesley es la necesidad de experiencias personales en Cristo que tengan una base bíblica sólida y que se puedan desarrollar fácilmente por medio de la palabra y también por escrito para que otros también puedan disfrutarlas. Por medio del entrenamiento de maestros con el mismo celo, y sus prolíficos escritos que establecerían un fundamento doctrinal firme, el movimiento metodista creció aún más tras la muerte de su fundador. Como se dijo de Abel: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella” (He. 11:4). De esta manera, el propagar una verdadera santidad personal y un conocimiento de Cristo Capítulo 3: Grandes maestros 31 en nuestra propia generación permitirá que el Señor nos dé una semilla que perdure durante muchas generaciones. John Wesley hizo algo nuevo, ya que aunque Martín Lutero ciertamente fue el instrumento que el Señor usó para restaurar la doctrina de la salvación por la fe, fue John Wesley quien obtuvo el privilegio de restaurar la Iglesia a una santidad personal. Wesley nos permitió cumplir el mandamiento de nuestro Señor de ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto (Mt. 5:48). Un factor digno de mención es que Wesley vendía sus libros a un precio muy barato para que los pobres pudieran comprarlos, con lo que se aseguró una distribución masiva. Esto es importante, porque cuanto más se leen nuestros libros, más posibilidades hay de que tengan un fruto eterno. Lo que intentan muchos escritores es obtener una remuneración económica aquí en esta tierra, y con ello reducen las recompensas eternas que de otra manera podrían haber obtenido si su actitud hubiera sido más generosa. F.B. Meyer (1847 d.C.- 1929 d.C.) Meyer, en su tiempo, fue uno de los más queridos maestros de la Biblia y un destacado teólogo en Keswich. Enfatizó el orden de hechos, fe y sentimientos, considerando los hechos como esenciales para que la fe pueda llegar. Después, tras la fe, sentimos la bendición de la experiencia a la que la fe nos ha llevado. Su enseñanza bien podría ser una guía para cada maestro, habiéndonos asegurado antes de que nuestros 32 Maestros de Justicia hechos sean correctos. Esto requiere investigación y un profundo conocimiento de las Escrituras, para que lo que expongamos no lo contradiga ningún otro versículo. Las Escrituras interpretan las Escrituras, y a medida que comparemos las Escrituras con las propias Escrituras guiaremos a nuestros oyentes por un camino seguro y edificaremos un fundamento sólido en sus vidas. La fe está basada en hechos, porque sólo podemos invitar a la gente a creer en verdades bíblicas. De esta forma, el supremo llamamiento del maestro es el de interpretar la verdad sin adulterarla. La verdad pura de la Palabra de Dios debe fluir de nuestros labios. 33 CAPÍTULO 4 Establecer un fundamento firme Debemos ahora analizar Hebreos 6:1-3 para poder entender el fundamento bíblico que el maestro ungido debe establecer en las vidas de aquellos a los cuales ministra. En Hebreos 5:12 el apóstol Pablo reprende a sus lectores declarando que todos ellos debían ser ya maestros; no que todos ellos debieran poseer el don ministerial de enseñanza, sino que todos ellos deberían ya tener la capacidad y el deseo de enseñar a otros los principios bíblicos. Por el contrario, estaban necesitados de la leche de la Palabra de Dios y eran incapaces de ingerir el alimento sólido, la carne, de la Palabra. Hebreos 6:1-3 dice: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite”. El apóstol Pablo hace primero una apelación a los maestros a no perder de vista el objetivo hacia el cual toda enseñanza debe ir dirigida: esto es, la perfección en Cristo. Aunque los maestros deben avanzar desde las verdades elementales del evangelio, está claro que Pablo espera que estos principios se enseñen bien, porque son los que establecen el fundamento de la vida cristiana. Estos principios elementales son: 34 Maestros de Justicia 1. El fundamento del arrepentimiento de las obras muertas. Esencialmente, el arrepentimiento es la renuncia y abandono del pecado para comenzar a caminar en la dirección opuesta. Haciendo esto, ese pecado que antes reinaba en la vida del creyente ahora es reemplazado por la virtud correspondiente (el fruto del Espíritu). Podemos establecer una analogía con el trabajo de un jardinero, cuando arranca una mala hierba del terreno en el que con tanta ternura está trabajando y la reemplaza por una hermosa flor. Las obras muertas de las que debemos apartarnos (y las que realmente debemos aborrecer) están enumeradas en Gálatas 5:19-21: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”. Estos son, de hecho, los 17 pecados que nos separarán del amor de Dios. Si esos pecados no se tratan debidamente en el corazón del maestro y en el del creyente, terminarán destruyendo incluso el don ministerial más hermoso y maduro de Cristo. Será algo similar a lo que le sucedió a la columna ateniense, que se derrumbó tras haber permanecido estable durante muchísimos años y tras haber sido admirada durante incontables generaciones. Capítulo 4: Establecer un fundamento firme 35 El fruto del Espíritu que debe reemplazar a las obras muertas está enumerado en Gálatas 5:22,23: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Este fruto es similar a las otras virtudes de Colosenses 3:12,13: de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros (que se pueden interpretar como las especias principales del Cantar de los Cantares 4:14). Otra analogía que podemos usar Los que para establecer el fundamento obedecen las apropiado es la parábola de Jesús en Mateo 7:24-27: “Cualquiera, enseñanzas de pues, que me oye estas palabras, la Palabra y las hace, le compararé a un de Dios hombre prudente, que edificó su establecen un casa sobre la roca. Descendió fundamento lluvia, y vinieron ríos, y soplaron de roca. vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”. De esta manera, los que obedecen las enseñanzas de la Palabra de Dios establecen un fundamento de roca (y permanece a pesar de las tormentas de la vida), mientras que los que 36 Maestros de Justicia caminan en desobediencia y permiten que las obras de la carne crezcan en sus vidas establecen un fundamento de arena y, por lo tanto, se vendrán abajo. Muy grande ha sido la caída de muchos ministros escogidos de Dios que descuidaron neciamente el jardín de su corazón, haciéndose críticos, codiciosos y lujuriosos incluso en su vejez. 2. Fe en Dios. El maestro debe definir la fe cuidadosamente como un don de Dios, como se nos dice claramente en Efesios 2:8: “Por gracias sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros pues es don de Dios”. Romanos 4:8 y 16 dice: “Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado… Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros”. Es por medio de la fe como se transmiten todas las bendiciones de Dios a la vida del creyente. Aquí tenemos algunas de estas bendiciones: a. Entendimiento — “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (He. 11:3). b. Agradar a Dios — “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (He. 11:6). Capítulo 4: Establecer un fundamento firme 37 c. Sabiduría — “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Stg. 1:5,6). d. Perfección cristiana — “Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” (Gá. 3:2,3). e. Justicia — “Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos” (Ro. 4:6,7). No fueron las obras ni los sacrificios lo que restauró a David a la presencia de Dios después de haber pecado con Betsabé, como él dijo: “Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto” (Sal. 51:16). Fue un acto poderoso de Dios lo que le restauró. Debido a la fe de David, Dios lo limpió de su iniquidad y creó en él un corazón limpio, y restauró en él el gozo de la gran salvación de Dios. (Ver también Salmo 32:1,2 y Romanos 4:3-8.) 3. La doctrina de bautismos. La Palabra traducida del griego “baptizo” (“Yo bautizo”) debe ser entendida por el maestro y 38 Maestros de Justicia explicada cuidadosamente a los alumnos. La palabra griega es una transliteración, no una traducción. Hemos de explicar el contexto en el que esa palabra se usa en el lenguaje griego. Se usaba para describir un barco que se había hundido o una prenda de ropa que se había sumergido en un tinte líquido para cambiarle el color. Por lo tanto, el acto del bautismo significa ser sumergido totalmente. Básicamente hay cuatro bautismos: a. Bautismo en agua — un acto ceremonial en el cual el candidato es sumergido completamente en agua, dando a entender con eso que es enterrado con Cristo y resucita en novedad de vida para caminar con Cristo. b. Bautismo del Espíritu Santo — Cristo lo llamó “la promesa del Padre”, y ocurrió por primera vez en el día de Pentecostés (Hechos 2:1-4). Es cuando el creyente es lleno y sumergido en el poder del Espíritu Santo, con la señal inicial de hablar en otras lenguas. c. Bautismo de fuego — a menudo ocurre en la llenura inicial, pero no necesariamente. Este bautismo fue prometido por Juan el Bautista a través del ministerio de Jesús (Mt. 3:11). El maestro debería animar a sus alumnos a ser sumergidos en el fuego santo que quema la escoria y nos da un deseo santo de predicar el evangelio y llevar a muchos a volverse hacia la rectitud. Capítulo 4: Establecer un fundamento firme 39 d. Bautismo de sufrimientos — descrito por el apóstol Pablo en 2 Corintios 1:5 como los sufrimientos de Cristo que deben abundar en nosotros. También es designado como “la participación de sus padecimientos” (Fil. 3:10). El maestro debería explicar que es sólo por medio de los sufrimientos como reinaremos con Cristo. El apóstol Pablo advirtió a los romanos: “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Ro. 8:17). 4. Imposición de manos. Este acto es dado bíblicamente por las siguientes razones: a. Para bendecir, como cuando el Señor imponía sus manos sobre los niños para bendecirlos. Los patriarcas lo hacían para conferir la bendición sobre sus hijos (Gn. 48:14). b. Para impartir un don o virtud. Josué fue lleno de sabiduría porque Moisés impuso sobre él sus manos. Pablo impartió un don espiritual sobre Timoteo por medio de la imposición de manos (Dt. 34:9, Nm. 27:22, 23, 2 Ti. 1:6). c. Para orar por los enfermos (Stg. 5:14). d. Para ordenarlos en el ministerio (Nm. 27:18, Hch. 13:3). 5. Resurrección de los muertos. Esta es una de las esperanzas más ricas para el cristiano, porque de igual forma que Cristo resucitó, nosotros también resucitaremos. 40 Maestros de Justicia Como maestros, hemos de enfatizar la certeza de la resurrección porque está intrínsicamente unida a la resurrección de Cristo, como dice Pablo: “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres” (1 Co. 15:12-19). Más aún, el maestro debe hacer exégesis con mucho cuidado; se nos ha dado un cuerpo espiritual, y de igual forma que una estrella difiere de la otra en gloria, así será también en la resurrección. Después, el maestro debe animar a los alumnos a luchar por alcanzar todo lo que Cristo tiene preparado para nosotros. 6. Juicio eterno. Todos hemos de comparecer ante el trono del juicio de Cristo para dar cuenta de nuestras obras hechas en el cuerpo (2 Co. 5:10). Para poder mostrar lo preciso que será este juicio, el maestro debería ensayar a menudo la advertencia del Señor: “Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa Capítulo 4: Establecer un fundamento firme 41 que hayan pronunciado” (Mt. 12:36 NVI). Al hacerlo, promovemos la santidad y la perfección cristiana, ya que el apóstol dice: “Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” (Stg. 3:2). 7. Avanzar hacia la perfección. La vida del alumno debe ser progresiva, al igual que la del maestro. Consideremos las palabras del apóstol en Hebreos: “Vamos adelante a la perfección… Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite” (He 6:1-3). Vemos la soberanía de Dios Padre en todas las cosas. Nuestra capacidad de conocer y enseñar los principios más profundos depende de si estamos calificados o no a los ojos del Padre. 43 CAPÍTULO 5 Avanzar hacia la perfección Ahora el maestro debe enseñar con destreza el camino a la perfección, pues no es suficiente dar la siguiente exhortación: “Vamos adelante a la perfección” (He. 6:1). El maestro debe mostrar con claridad el camino y los pasos que los alumnos deben tomar en su búsqueda de la santidad; sin embargo, leemos en Isaías 28:9,10: “¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿a los destetados? ¿a los arrancados de los pechos? Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá”. Por lo tanto, como ocurre con la enseñanza en el campo secular, igualmente ocurre con lo espiritual: los maestros deben asegurarse de que sus alumnos estén bien fundamentados sobre las verdaes elementales antes de que sean enseñados en el alimento sólido de la Palabra. El apóstol Pablo escribió: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de El propósito del maestro es llevar a sus alumnos a la perfección y la madurez. 44 Maestros de Justicia Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:11-13). Podemos resumir este pasaje declarando que el propósito del maestro es llevar a sus alumnos a la perfección y la madurez. Seguramente esto no será rebatido, sino reconocido por todos. En el caso de un horticultor, el granjero siembra su semilla y luego nutre con esmero las jóvenes plantas, como el manzano, hasta que crecen y se hacen árboles maduros y dan manzanas maduras y perfectas, sin defecto. En algunos casos, incluso los llevan a exhibiciones de horticultura con la esperanza de ganar el primer premio. ¿Acaso no sería esa la expresión del corazón del Padre celestial que desea llevar muchos hijos a la gloria? Sin duda, el Capitán de nuestra salvación fue hecho perfecto a través de los sufrimientos (He. 2:10). La perfección definida El objetivo del maestro es presentar a todo hombre perfecto en Cristo (Col. 1:28), y enseñarle todo el consejo de Dios como medio para ser llevado a la perfección en Cristo (Hch. 20:27). El apóstol Pablo le dijo a Timoteo que: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Ti. 3:16,17). Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 45 Leamos de nuevo Hebreos 6:1-3, donde Pablo nos exhorta a proseguir hacia la perfección: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite”. La palabra “perfección” en el texto griego es “teliotes”, cuyo significado equivale a “alguien que termina”, y por tanto “el que consuma o acaba”. En otras palabras, hemos de llevar a cabo el trabajo para el cual fuimos diseñados antes de la fundación del mundo. Cuando el Señor nos manda ser perfectos al igual que nuestro Padre celestial es perfecto (Mt. 5:48), La palabra griega “teliotes” se vuelve a usar, dando a entender un sentido de plenitud de carácter, el cual, por el contexto, se podría entender como “bondad”. Ahora hemos de examinar los varios aspectos bíblicos de la perfección enumerados en la Biblia. 1. Terminar la tarea que Dios nos ha encomendado (He. 6:1). 2. Lo sano o saludable (Mt. 5:48). 3. El control de nuestra lengua (Stg. 3:1). 4. La perfección que se revela por medio de la justicia — Noé, Daniel y Job (Ez. 14:14, 20). 5. Perfección manifestada a través de la pureza (1 Ts. 4:3). 6. Perfección a los ojos de Dios — perfección hacia Dios. 7. Perfección de corazón. 46 Maestros de Justicia 1. Perfección como la terminación de la tarea que Dios nos ha encomendado — El deseo consumidor del apóstol Pablo era el de llegar a la meta del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús, como muy elocuentemente lo expresó, y con mucha pasión, en el siguiente pasaje: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:12-14). El sentido de la palabra “perfecto” aquí, claramente no se refiere a una perfección moral o espiritual, sino a la de cumplir el objetivo de Dios para su vida. En una visión celestial, me fue mostrado claramente que Dios nos había ordenado para propósitos específicos antes de la fundación del mundo, y hemos de buscar alcanzar esos objetivos. De esta manera, el maestro ha de animar a cada alumno a proseguir en busca del objetivo celestial concreto que Dios haya ordenado para su vida. Esto incluiría, obviamente, buscar a Dios con respecto a los dones específicos que Él desea que recibamos y desarrollemos. Además, hemos de llevar a cabo viajes misioneros y el ministerio que Él nos haya designado en iglesias, escuelas, seminarios y convenciones. 2. Perfección como lo sano o saludable — “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mt. 5:48). En este pasaje, tenemos un mandamiento claro y bien definido de Jesús. Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 47 El contexto en el cual se nos da este mandamiento tiene que ver con la bondad del Padre celestial: “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mt. 5:45). Vemos, pues, la bondad de Dios manifestada cuando Él alimenta y cuida incluso de los impíos. Esto queda demostrado a lo largo y ancho de todas las Escrituras. Comenzando en Génesis, Dios protegió a Caín con una marca, aun cuando Caín había matado al justo Abel (Gn. 4:1-15). Ismael recibió la promesa de que se convertiría en una nación grande y poderosa, aun cuando el Señor sabía que se convertiría en uno de los principales antagonistas tanto de Israel como de la Iglesia por medio del Islam. Tenemos otros muchos casos de la bondad de Dios hacia los que no la merecen; por ejemplo, podemos comparar las vidas de dos reyes. En primer lugar, hubo un rey justo, Ezequías, a quien Dios sanó misericordiosamente en respuesta a sus peticiones después de que le fuera dicho por el profeta Isaías que iba a morir. Dios le prometió 15 años adicionales de vida (2 R. 20:1-10). Luego llegó uno de los reyes más malvados, Jeroboam I de Israel, que llevó a la nación de 10 tribus a una total apostasía a través de sus caminos idólatras, y aun así, fue sanado por el Señor tras ser castigado por su impiedad. Podemos leer sobre este relato en el siguiente pasaje de la Escritura: “Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón 48 Maestros de Justicia de Dios, que había clamado contra el altar de Bet-el, extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡Prendedle! Mas la mano que había extendido contra él, se le secó, y no la pudo enderezar. Y el altar se rompió, y se derramó la ceniza del altar, conforme a la señal que el varón de Dios había dado por palabra de Jehová. Entonces respondiendo el rey, dijo al varón de Dios: Te pido que ruegues ante la presencia de Jehová tu Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada. Y el varón de Dios oró a Jehová, y la mano del rey se le restauró, y quedó como era antes” (1 R. 13:4-6). Esta manifestación de la bondad de Dios en la esfera de la sanidad me fue mostrada con claridad cuando era un joven pastor en Francia. Allí, prácticamente al terminar cada reunión de domingo, orábamos por los enfermos y Dios obraba sanidades por Su gracia; sin embargo, una vez que la gente había recibido su sanidad e incluso había visto al Señor obrar algunos de los milagros más espectaculares, abandonaba la iglesia. Una vez recibido aquello que venían a buscar, ya no volvían a visitarnos. Yo le sugerí al Señor que no les sanara inmediatamente sino que esperara hasta que le hubieran aceptado como su Salvador, y que luego podía sanarles. Sin embargo, Él me dejó bien claro que Su bondad, manifestada en este caso a través de Su poder sanador, era como un árbol cuyas ramas sobrepasan las paredes de la iglesia y alcanzan tanto a los que están fuera como a los que están dentro de la iglesia (ver Gn. 49:22). El principio de la bondad de Dios nos lo da el apóstol Pablo cuando escribe a los gentiles declarando: “¿O menosprecias Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 49 las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Ro. 2:4). Esta virtud de la bondad es la naturaleza misma de Dios, como Él le declaró a Moisés en Éxodo 34:6: “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad”. El profeta exclama con gran euforia: “Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura!” (Zac. 9:17). Es como si la perfección de Su belleza se manifestara por medio de Su bondad. Pablo declara que la bondad de Dios se manifiesta al injertarnos a nosotros, los gentiles, en el verdadero olivo de Dios cuando Él mismo rechazó a los rebeldes israelitas. Romanos 11:22 dice: “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado”. El maestro debería intentar estimular a sus alumnos a las buenas obras, tanto con los fieles como con los infieles. Efesios 6:8 declara: “sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre”. Pablo exhorta a su fiel hijo en el Señor con relación a los que le ha encomendado: “Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos” (1 Ti. 6:18). A Tito, Pablo le escribe exhortándole a que se muestre a los demás como un patrón de buenas obras en todas las cosas (Tit. 2:7). Nuestro deseo es ser como Jesús, que fue ungido por Dios y fue haciendo el bien (Hch. 10:38). Hagamos nosotros lo 50 Maestros de Justicia mismo, y con nuestro buen ejemplo incitemos a nuestros alumnos a ser portadores de la bondad de Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor. 3. Perfección manifestada en el control de nuestra lengua — Consideremos primero las palabras de Santiago en su epístola en los versículos 3:1-13: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 51 una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre”. A medida que examinamos este pasaje, nos damos cuenta de la pasión con la que Santiago nos quiere hacer ver que si somos capaces de controlar el miembro más indómito de nuestro cuerpo, entonces seremos capaces de controlarlos todos. Sin controversia alguna, en ocasiones nuestras palabras fluyen de nuestra boca sin considerar el daño que pueden producir en otros. Haríamos bien en meditar nuestras palabras. El Señor dijo claramente: “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mt. 12:36-37). Como hemos visto, este apóstol, que es medio hermano de nuestro Señor y habla de la misma forma contundente, desarrolló las enseñanzas de Jesús en esta esfera de nuestras propias palabras. El rey David tuvo mucha sabiduría con respecto a la lengua. En el Salmo 39:1 leemos: “Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David. Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté delante de mí”. Su hijo, el rey Salomón, también enseñó sobre la lengua en los siguientes pasajes de la Escritura: 52 Maestros de Justicia a. Proverbios 10:20 — “Plata escogida es la lengua del justo...”. b. Proverbios 12:18 — “... Mas la lengua de los sabios es medicina”. c. Proverbios 15:2 y 4 — “La lengua de los sabios adornará la sabiduría... La lengua apacible es árbol de vida...”. d. Proverbios 18:21 — “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”. e. Proverbios 21:23 — “El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias”. El siguiente refrán sirve para resumir las varias citas que hemos anotado: El sabio estudiosamente evita hablar con rapidez. Estando yo mismo en una posición directiva, intento que mi eficiente, capaz y entendida secretaria canalice todas las llamadas. Luego, ella toma notas detalladamente para que yo pueda tener tiempo de considerar cómo debería responder. Haciendo esto, intento cumplir la oración de David en el Salmo 17:2: “De tu presencia proceda mi vindicación”. Podría reiterarse de otra forma citando Isaías 58:13: “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras”. El rey David dijo: “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha estado en mi lengua” (2 S. 23:2). Como maestros, podemos compartir este mismo testimonio de David y abrir nuestra boca con sabiduría, teniendo la ley de clemencia siempre en nuestra boca. Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 53 4. Perfección revelada por la justicia — La conexión entre perfección y justicia se revela por medio de las vidas de estos tres hombres piadosos: Noé, Daniel y Job. Cada uno de ellos fue llamado perfecto y justo, como vemos en los siguientes pasajes de la Escritura. Génesis 6:9 dice así de Noé: “Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. Aunque la palabra “perfecto” no se usa específicamente de Daniel, sin embargo se dijo de él: “... mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él” (Dn. 6:4), lo cual es una definición de perfección (ver “perfecto” en un diccionario). Con relación a Job, la Escritura dice: “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1). El Señor dijo expresamente: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” (Job 1:8). También en Job 2:3: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?”. Estos tres fueron llamados justos en Ezequiel 14:14 y 20: “si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y 54 Maestros de Justicia Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor… y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas”. Examinemos las cualidades de la justicia aplicadas a la perfección. Las 17 cualidades de un hombre justo están enumeradas en el siguiente pasaje de Ezequiel 18:5-9: a. b. c. d. e. f. g. h. i. j. k. l. m. n. o. p. q. “Y el hombre que fuere justo, hiciere según el derecho y la justicia, que no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, ni violare la mujer de su prójimo, ni se llegare a la mujer menstruosa, ni oprimiere a ninguno, que al deudor devolviere su prenda, que no cometiere robo, y que diere de su pan al hambriento, y cubriere al desnudo con vestido; que no prestare a interés, ni tomare usura, que de la maldad retrajere su mano, e hiciere juicio verdadero entre hombre y hombre, en mis ordenanzas caminare, y guardare mis decretos para hacer rectamente, este es justo; este vivirá, dice Jehová el Señor”. No debemos olvidar nunca la amonestación del apóstol Juan cuando advierte en 1 Juan 3:7: “Hijitos, nadie os engañe; el Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 55 que hace justicia es justo, como él es justo”. La justicia no debería quedar restringida sólo a actos externos de piedad y buen vivir sino que también debería entenderse como un regalo de Dios, como escribe David en el Salmo 24:5: “El recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación”. Como declara Pablo en Filipenses 3:9: “y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”. Luego también el Señor, en el Sermón del monte, dijo: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mt. 5:6). Que el maestro sea alguien que more en el Salmo 45:7: “... has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros”. Un maestro que tiene hambre y sed de justicia y está lleno de Su justicia probablemente creará ese deseo apasionado en sus estudiantes. 5. La perfección que se manifiesta a través de la pureza — la voluntad de Dios queda claramente definida en este aspecto de la perfección en los siguientes versículos: “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios” (1 Ts. 4:3-5). Es digno de notar que el segundo paso en la escalera de los logros espirituales que encontramos en 2 Pedro 1:5 es la virtud, 56 Maestros de Justicia entendiendo por ello la pureza sexual (ver el gráfico de la escalera cristiana de la página 12). Por lo tanto, amados maestros de justicia, concentrémonos en la necesidad de enfatizar la pureza sexual a nuestros alumnos. Deberíamos ser vasos apartados de todo tipo de expresión de impureza sexual. Una cosa es enseñar a nuestros alumnos a ser puros, y otra cosa totalmente distinta es ser ejemplos vivos de pureza y mostrarles el camino. La clave está en la oración de David cuando, tras haber pecado con Betsabé, clamó al Señor: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Sal. 51:10). Hemos de exigir a nuestros alumnos, incluso implorarles, que hagan esta oración antes de caer en pecado. Podemos ver la importancia del corazón en la enseñanza de nuestro Señor cuando dijo, como respuesta a una pregunta con respecto a la limpieza exterior, que los discípulos trasgredieron las tradiciones de los escribas y fariseos con respecto al hecho de que ellos habían comido sin lavarse las manos primero. Podemos leer este relato en Mateo 15:17-20: “¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre”. Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 57 No podemos dar una mejor recomendación que la que dio el rey David a su amado hijo Salomón en Proverbios 4:23: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. Lamentablemente, Salomón no prestó atención a las enseñanzas de su padre, y entregó su corazón a todo tipo de placeres, incluyendo muchas mujeres. El resultado fue que, debido a ese corazón dividido, Dios dividió también su reino. Sin embargo, Salomón, al dar instrucciones a otros, escribió: “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos” (Pr. 23:26). Quizá esto lo escribiera para su sucesor Roboam, quien anduvo en los postreros caminos de Salomón: “E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar a Jehová” (2 Cr. 12:14). El maestro debe dar a sus alumnos entendimiento de la gracia de Dios en este asunto de vencer las artimañas del adversario en el área de la impureza sexual. Pablo le dijo a su amado hijo en la fe: “Huye también de las pasiones juveniles”, al igual que hizo José cuando fue tentado por la mujer de Potifar (2 Ti. 2:22, Gn. 39:12). Salomón, que había recibido muchos avisos pero que nunca los siguió, escribió: “Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso” (Ec. 7:26). Recordemos que la clave para agradar a Dios es poner en orden nuestras propias conversaciones, diciendo y haciendo 58 Maestros de Justicia lo que es recto y verdadero ante Él y, de este modo, seremos guardados de caer en las trampas de la impureza sexual. Pablo mismo le dio gracias al Señor, reconociendo el poder de Dios para librarle en esta área de la pureza sexual: “En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel” (1 Co. 7:25). Acordémonos siempre de clamar a Dios en la hora de la tentación para ser guardados por Su poder (Judas 1:24). Como maestros, hemos de enfatizar a nuestros alumnos el poder de Dios para guardar mediante Su gracia y misericordia. 6. Perfección ante los ojos de Dios — para con Dios — Estas frases y otras similares se usan para describir las vidas de los reyes de Israel y Judá. Es casi como una boleta de calificaciones sobre sus reinados, y podría ser también un facsímile de lo que aparecerá en los libros en los cuales están registradas nuestras obras aquí en la Tierra. Examinemos algunas de estas cosas (las cuales no hemos puesto en orden cronológico) con el propósito de ilustrar algunos principios. Existieron 20 reyes en cada linaje (de Judá y de Israel) del reino dividido. El trigésimo en el linaje de David y uno de los más grandes fue Ezequías. Su boleta de calificaciones aporta los siguientes datos: “En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés” (2 R. 18:5-6). Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 59 El libro de Crónicas también narra el resumen de las vidas de los reyes de Judá. Esdras, el sacerdote, escribió este libro con su amor por la santidad. Como tal, este libro tiende a ser más circunspecto en la evaluación del carácter de los reyes. Por lo tanto, su lectura de la vida de Ezequías es como sigue: “E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre” (2 Cr. 29:2). Esdras también narra la visita de los embajadores de los príncipes de Babilonia, los cuales fueron enviados para averiguar la maravilla que se produjo en la tierra (refiriéndose a la destrucción del ejército de los asirios por un ángel): “Mas en lo referente a los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en el país, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón” (2 Cr. 32:31). He de confesar que este versículo llenaba nuestros corazones de temor cuando nosotros mismos éramos alumnos. Le pedíamos fervientemente al Señor que no nos abandonara, porque no podíamos confiar en nuestro propio corazón. Continuamos leyendo con respecto al renombre de Ezequías debido a su bondad (2 Cr. 32:27-32) pero, a pesar de ello, había esta terrible mancha en su boleta de calificaciones: “Mas Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho, sino que se enalteció su corazón, y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén. Pero Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de Ezequías” (2 Cr. 32:25, 26). 60 Maestros de Justicia Durante ese tiempo en el que su corazón se llenó de orgullo, Manasés (su hijo y heredero al trono) nació. Manasés obró con maldad y condujo a Judá a pecar en gran manera, tanto que el Señor decidió llevar a Judá a la cautividad en Babilonia. Por lo tanto, el legado que dejó Ezequías no fue de una bendición duradera, sino un legado que derivó en un profundo lamento de los justos cuando vieron la maldad que siguió a su reinado. Que nosotros, como maestros, podamos siempre advertir a nuestros alumnos que no bajen nunca la guardia. Vale la pena citar a Salomón, quien dijo en Eclesiastés 10:1: “Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable”. Del cuarto rey de Judá, Josafat, se dijo lo siguiente en 1 Reyes 22:43: “Y anduvo en todo el camino de Asa su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos”. Otro relato de Josafat lo tenemos en 2 Crónicas 17:3-6: “Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. Jehová, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia. Y se animó su corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá”. Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 61 Sin embargo, Josafat estableció una afinidad con Acab, uno de los reyes más perversos de Israel, y por esa razón fue reprendido de la siguiente manera: “Y le salió al encuentro el vidente Jehú hijo de Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues ha salido de la presencia de Jehová ira contra ti por esto. Pero se han hallado en ti buenas cosas, por cuanto has quitado de la tierra las imágenes de Asera, y has dispuesto tu corazón para buscar a Dios” (2 Cr. 19:2, 3). Lamentablemente, su hijo no anduvo en los caminos rectos de su padre, como leemos en 2 Crónicas 21:1, 4-6: “Durmió Josafat con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David. Y reinó en su lugar Joram su hijo…Fue elevado, pues, Joram al reino de su padre; y luego que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y también a algunos de los príncipes de Israel. Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó ocho años en Jerusalén. Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová”. De esta manera, debido a la afinidad que había establecido con Acab, Josafat casi llegó a destruir la semilla de rectitud. El hijo de Josafat, Joram, se casó con Atalía e hizo lo malo debido a la mala influencia de su esposa (la cual era hija de Acab y Jezabel). Tras la muerte de Joram y de su hijo Ocozías, Atalía destruyó la descendencia real de Judá con la excepción de Joas, al cual su tía había escondido (2 R. 11:1-3). Esto ilustra la forma en que la necedad del justo puede destruir las 62 Maestros de Justicia cosas buenas que haya hecho en toda su vida y provocar que no deje ninguna herencia que perdure. Me gustaría incluir estos comentarios hechos con relación a Salomón en 1 Reyes 11:4-6 para concluir esta sección de la perfección en relación con ser perfecto a los ojos de Dios. “Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre”. Que podamos continuamente advertir a nuestros alumnos que nuestra boleta de calificaciones no se limite a reflejar un buen comienzo, como lo tuvo Salomón, sino también un buen final, sin manchas ni puntos negros. Después de todo, el comentario más importante que se hará sobre nuestras vidas aquí en la Tierra será si hemos terminado bien la carrera de la vida. 7. Perfección de corazón — Aunque hemos hablado extensamente del corazón cuando estuvimos considerando la pureza con respecto a la pureza sexual, sin embargo hay otros aspectos del corazón que debemos tomar en consideración en el ámbito de la perfección, los cuales tienen que ver principalmente con nuestros motivos y deseos. La perfección, en este caso, se puede resumir con estas palabras: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento” (1 Ti. 6:6). En las Sagradas Escrituras, vemos a muchas Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 63 personas que no poseyeron este aspecto de la perfección. Examinemos unas cuantas de ellas para poder entender los errores de los deseos impuros y sus consecuencias. Caín es un excelente ejemplo, ya que se enojó por la amonestación que recibió de parte del Señor, y como resultado mató a su hermano Abel (Gn. 4:1-12). Esto saca a la luz un principio que el maestro no debe olvidar traer a consideración constantemente ante sus alumnos. Cuando una persona ha sido rechazada por Dios, esa persona se convierte en un antagonista de aquellos que han sido aceptados por Dios. De esta manera, los que han sido rechazados son comúnmente conocidos como vasos de ira, lo contrario a ser vasos de misericordia. Se nos proporcionan muchos pasajes bíblicos como ilustración para poder sustanciar este principio. Tenemos la triste situación de Saúl; rechazado por Dios a causa de su desobediencia, intentó matar al ungido, David, y lo persiguió sin descanso durante años con su ejército. Acab, rey de Israel, fue otro hombre que representa un aviso en cuanto a los deseos descontrolados. Él quiso la viña de Nabot el jezreelita, pero como era la herencia de su padre, Nabot no se la vendió al rey. El resultado fue que Nabot fue acusado falsamente y sentenciado a muerte por orden de la reina Jezabel, tras lo cual Acab tomó posesión de la viña (1 R. 21:1-19). En 1 Reyes 21:17-20, 25, leemos el resultado de esto: “Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. 64 Maestros de Justicia Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová… A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba”. Retomando el pensamiento de la perfección de corazón, notamos los muchos casos de reyes de los que se dice que no sirvieron a Dios con un corazón perfecto, como lo hizo David su padre. Entre los que no lo hicieron están Amasías, rey de Judá, hijo de Joas: “Hizo él lo recto ante los ojos de Jehová, aunque no de perfecto corazón” (2 Cr. 25:2). También el rey Abiam: “En el año dieciocho del rey Jeroboam hijo de Nabat, Abiam comenzó a reinar sobre Judá, y reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom. Y anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes de él; y no fue su corazón perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de David su padre” (1 R. 15:1-3). Incluso el rey Salomón, que fue amonestado por David de la siguiente manera en 1 Crónicas 28:9: “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre”. Tristemente, en 1 Reyes 11:4 leemos: “Y cuando Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección 65 Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David”. En 2 Reyes 20:3 leemos la oración de Ezequías: “Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro”. Vemos que Ezequías ciertamente pensaba que había calificado durante ese tiempo, en el cual el Señor lo había abandonado para probarlo. Podríamos definir un corazón perfecto como el corazón de alguien que tiene una mente dispuesta y el deseo de agradar a Dios en todos los aspectos de la vida. Alguien que tiene un corazón perfecto tiene también un corazón contento, está totalmente dedicado al Señor y dice lo que dijo David: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado” (Sal. 40:8). Los que llegaron para hacer rey a David tenían esas mismas cualidades. 1 Crónicas 12:38 dice: “Todos estos hombres de guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel; asimismo todos los demás de Israel estaban de un mismo ánimo para poner a David por rey”. Al final del reinado de David, hubo muchas personas que llegaron con sus ofrendas para el servicio de la casa del Señor, y de ellos está escrito: “Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente” (1 Cr. 29:9). El rey 66 Maestros de Justicia Josafat dio esta amonestación a los jueces: “Y les mandó diciendo: Procederéis asimismo con temor de Jehová, con verdad, y con corazón íntegro” (2 Cr. 19:9). El maestro, en la tarea de conducir a sus alumnos a la perfección, debe de considerar el motivo y el campo de acción más amplio de la vida. La razón por la que hacemos las cosas es tan importante como el hecho de hacerlas. Un corazón perfecto tiene motivos perfectos para hacer todo para la gloria de Dios y no para la alabanza de los hombres. 67 CAPÍTULO 6 Métodos de enseñanza (I.R.A.) Un método de enseñanza aceptado lo representan las siglas I.R.A, que quieren decir: Impresión, Repetición y Asociación. Examinaremos este método al detalle sección por sección. Impresión Un aspecto de ser un buen maestro es el hecho de que sus alumnos le respeten por sus valores. Esto se lleva a cabo permitiendo que el Espíritu Santo haga que su vida sea un “perfecto ejemplo”, para que los principios que enseñe hagan que sus alumnos anhelen apropiarse y manifestar los mismos principios en sus propias vidas. La clave está en causar una buena impresión. Citamos repetidas veces esta frase: “Las primeras impresiones son importantes”. A la realeza se le enseña que es posible que la gente sólo tenga la oportunidad de verles una sola vez en su vida, y que por eso deben causar una buena impresión. Esa mirada fugaz formará una imagen perdurable del carácter del rey o la reina, y permanecerá en su memoria y será algo que cuenten una y otra vez el resto de sus vidas. Obviamente, nosotros queremos que nos conozcan por nuestra semejanza a Cristo. Esto podría ser ampliamente interpretado en las palabras de Lucas cuando, al hablar de Jesús, dijo que todo el que oía a Jesús en el Templo se quedaba asombrado 68 Maestros de Justicia de Su entendimiento y Sus respuestas Nosotros (Lc. 2:47). Lucas 4:22 dice: “Y todos queremos que daban buen testimonio de él, y estaban nos conozcan maravillados de las palabras de por nuestra gracia que salían de su boca”. Un maestro, por lo tanto, debiera buscar, semejanza como el Rabino de rabinos, ser el a Cristo. Maestro de maestros, el cual fue conocido por la profundidad de Su conocimiento de las Escrituras, y por la forma y sabiduría con la que Él extendió esa verdad. El apóstol Pablo, al escribir a los tesalonicenses, les recuerda su actitud cuando estaba con ellos: “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos” (1 Ts. 2:7, 8). De aquí destacamos los siguientes puntos que nos ayudan en nuestra intención de ser buenos maestros que dejan una buena impresión en sus oyentes. 1. Pablo menciona el fruto de benignidad, el cual es muy importante para los que imparten verdad a otros. La grandeza y la benignidad (ternura o dulzura) son cosas que se relacionan entre sí en el Salmo 18:35, cuando David dice: “Y tu benignidad me ha engrandecido”. Ya que queremos ser maestros de renombre, seamos especialistas en este fruto del Espíritu. Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.) 69 2. Pablo tenía un profundo y genuino amor y afecto por sus alumnos, lo cual es algo esencial. No podemos ponernos una máscara, ya que la gente sabe si realmente les amamos. Después, Pablo habla de querer impartir algo a sus alumnos, refiriéndose al evangelio. Él declara con valentía en Hechos 20:27: “porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” cuando se dirigió a los ancianos de la iglesia de Éfeso por última vez. Por lo tanto, asegurémonos de presentar una enseñanza bien equilibrada a nuestros alumnos, compuesta por la plenitud de la verdad, la cual está en Cristo. 3. Pablo declara que él y sus colegas maestros habían impartido sus propias vidas, queriendo decir que deseaban entregarse totalmente, de forma que todo lo que poseían en cuanto a dones naturales y espirituales se lo dieran a sus alumnos. Esta pasión que Pablo tenía por dar su vida por otros se puede entender mejor aún con el comentario que hizo en Romanos 9:1-3: “Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne”. 4. Pablo menciona que sus alumnos le eran muy queridos. Debería existir un vínculo entre alumno y maestro que se convirtiera, en cierto sentido, en algo eterno, porque hemos hecho de ellos nuestros hijos en la fe al impartirles algo de nuestras propias vidas. 70 Maestros de Justicia Después de considerar estos principios, ¿comenzamos a tener una apreciación fresca de la seriedad e importancia de este santo y supremo llamamiento—que hayamos sido ordenados por el Padre para ser maestros en Su viña? Ahora bien, otro aspecto de la impresión en la enseñanza es que la verdad concreta que queramos enseñar a nuestros alumnos queda indeleblemente impresa en sus mentes y corazones. Como mejor se consigue esto es por medio de las ilustraciones. El Maestro por excelencia enseñó mucho por medio de historias. ¡Cómo recordamos Sus maravillosas parábolas que nos son tan queridas y que tienen el efecto de escribir sus verdades en las tablas de carne de nuestros corazones! Una entrañable ancianita de unos noventa años, la cual no había asistido a la iglesia en los últimos sesenta años de su vida, me contaba que mientras se preparaba con mucho retraso para la eternidad, las historias de la Biblia que aprendió cuando era niña en la Escuela Dominical, y que ella misma había enseñado cuando era maestra de la Escuela Dominical, estaban cobrando vida para ella en ese momento. Sí, efectivamente, las historias tienen la capacidad de permanecer con nosotros durante toda nuestra vida. Entendiendo, entonces, que las historias dejan una impresión muy duradera en la mente, busquemos, como maestros, concentrarnos en ilustraciones que nuestros oyentes no olvidarán; ilustraciones que reforzarán la verdad que, en un momento dado, estemos intentando explicar. En verdad, un maestro bueno y eficaz es un buen contador de historias, como su Señor. ¿Y de dónde sacamos nuestras Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.) 71 historias? Bueno, las sacamos de la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. No hay nada de malo en usarlas; de hecho, con unas pocas palabras que añadamos, enriquecerán grandemente nuestra enseñanza mientras la explicamos. Leer, pues, anécdotas de grandes hombres y mujeres de la Historia en los campos de la literatura, la política e incluso del mundo empresarial, puede ser un tesoro hallado de donde poder hacer que muchas verdades cobren vida. Las autobiografías y biografías de hombres destacados de Dios que nos han precedido tienen un valor incalculable, ya que pueden animar al alma cansada e inspirar al apasionado a alcanzar aun mayores alturas en Dios. Repetición No podemos hacer nuestra una verdad que sólo hemos escuchado una vez ¡Cuántas veces el Maestro repetía Sus mensajes! El Decálogo —o los Diez Mandamientos— se escribió primero en Éxodo cuando Moisés subió al monte Sinaí para recibirlos de Dios (Ex. 34:1-4). Después, en las planicies de Moab unos 40 años más tarde, él los repitió ante los hijos de Israel y se volvieron a escribir en el libro de Deuteronomio (Dt. 10:4). En su estudio de los Profetas, encontrará una constante repetición, un profeta declarando pronósticos similares a los que los demás declaraban. ¿Por qué? Porque fuimos creados de tal forma que no somos capaces de retener la mayoría de los datos que oímos o vemos una sola vez. La repetición es 72 Maestros de Justicia esencial para grabar esas verdades en nuestros corazones y nuestras mentes. Se calcula que al aprender otro idioma tenemos que usar una palabra nueva unas 35 veces para realmente hacerla nuestra y poder usarla correctamente en los casos apropiados. La repetición es un arte, y me gustaría sacar a la luz un punto de vista válido expresado por uno de mis escritores espirituales favoritos para ilustrar este punto. El arzobispo Francois Fenelon (1651 - 1715), tutor de San Luis de Francia, escribió un libro para instruir al joven príncipe llamado Telémaco. En este libro él también enfatiza la necesidad de repetir los principios. Sin embargo, al hacerlo, anima a los maestros a que no repitan los principios palabra por palabra, sino que usen otras ilustraciones que saquen a la luz el mismo principio. La variedad en la presentación de la verdad es algo muy beneficioso y fructífero. El peligro de repetir algo que la persona ya ha oído es que la persona pierde la atención y deja de escuchar lo que estamos diciendo. Una historia nueva que tenga el mismo significado puede captar la atención del corazón y la mente de los oyentes, y hacer que esa verdad penetre como un clavo en lo más profundo de su ser para que la verdad entre hasta lo más hondo de su alma (Sal. 51:6). Cuando estamos presentando una verdad objetiva, basada en los hechos, también es una ocasión excelente para animar a la memorización de versículos o pasajes de las Sagradas Escrituras que tengan que ver con la verdad que se está exponiendo. Cuando se es joven, la mente es experta en Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.) 73 recordar cosas. Lamentablemente, según nos vamos haciendo mayores, esta facilidad va disminuyendo. Por lo tanto, el viejo adagio de los católicos: “Dennos un niño hasta que tenga siete años y le tendremos de por vida” tiene su mérito. Deberíamos examinar cuidadosamente nuestro currículo de enseñanza e intentar inculcar en los jóvenes principios bíblicos sólidos que establezcan un fundamento sobre el cual otros puedan sobreedificar piedras de aprendizaje en los años sucesivos. De esa manera, las verdades se repiten año tras año, y se grabarán profundamente en la mente de los alumnos. Haremos aquí una pausa para enfatizar una vez más que “… la letra mata, mas el espíritu vivifica” (2 Co. 3:6). El mero recitar repetitivamente las verdades no producirá el resultado deseado, que es producir integridad en nuestros alumnos. Por lo tanto, en el ámbito de la repetición hemos de buscar una experiencia refrescante de las verdades que queremos inculcar en las vidas de nuestros alumnos, ya que, después de todo, ellos se convertirán en cartas vivas (2 Co. 3:2). Ellos deben experimentar esos principios cuando se les repitan. Permítame dar una serie de ejemplos. Cuando estemos enseñando sobre las maravillas de la salvación de Cristo, presentemos a nuestros alumnos la oración de David: “Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente” (Sal. 51:12). De esta manera, en la repetición de las verdades de la salvación debería estar también la correspondiente experiencia de un gozo fresco que brota 74 Maestros de Justicia desde nuestro corazón. La repetición sin la experiencia no tiene ningún valor. De igual forma, cuando analicemos las benditas verdades de la llenura inicial del Espíritu Santo, animemos a nuestros alumnos a hablar con fluidez y frecuencia en otras lenguas. Al hacerlo, la verdad repetida produce una experiencia cada vez más profunda de esta bendita verdad. Al enseñar de esta manera, en la Segunda Venida de Cristo, por ejemplo, se creará una mayor esperanza de Su bendita venida de nuevo en nuestros corazones y en nuestro ser. La repetición debiera producir una mayor claridad de mente, una verdad más profunda en nuestro interior, y nuestro espíritu debiera arder con más pasión y fuego con cada nueva exposición de esas verdades que una vez aprendimos en años pasados. Asociación En toda enseñanza, los principios y verdades que hemos aprendido los recordaremos más fácilmente si somos capaces de asociarlos con eventos o situaciones que nos resulten familiares. De esta manera, al estudiar las enseñanzas del gran Maestro, descubrimos que Sus lecciones son muy fáciles de recordar porque están asociadas con situaciones y eventos diarios. El rey Salomón escribió y enseñó en muchas ocasiones usando ilustraciones con las que sus oyentes podían identificarse fácilmente: “Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco. También disertó sobre los árboles, desde el Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.) 75 cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces. Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde había llegado la fama de su sabiduría” (1 R. 4:32-34). La gente venía porque podían entender rápidamente los principios, los cuales estaban relacionados con sus situaciones y experiencias de cada día. Como maestros, también deberíamos estudiar con detalle a nuestros alumnos para conocer sus trasfondos y sus condiciones sociales. Los gerentes de cualquier empresa piensan de forma muy diferente al resto de los trabajadores de su compañía. Ellos tienen una actitud mental y unos problemas que el trabajador medio nunca sería capaz de entender o resolver: cargas, fechas límite y situaciones de globalización increíbles que sobrepasan la esfera de pensamiento de la mayoría de sus empleados. Recuerdo bien que mucho antes de tener el privilegio de escribir, no podía entender ni las preocupaciones ni el lenguaje de los escritores. Ellos hablaban de editar, revisar, imprimir, publicar y distribuir, términos que eran en ese entonces incomprensibles para mí. Antes de llegar a ser el responsable de la dirección de un hotel, un instituto bíblico y un centro de convenciones, no tenía ni idea de las tareas de aquellos que tenían tales obligaciones que cumplir. En determinadas ocasiones me llaman para enseñar a ese tipo de personas, y tengo que hablar su idioma para que ellos 76 Maestros de Justicia puedan relacionarse con las verdades espirituales que yo, por la gracia de Dios, intento enseñarles. Después de haber hablado y haberme relacionado con esas personas de alta dirección y mayor responsabilidad financiera en cierto país, tuve que cambiar rápidamente mis ilustraciones, ya que después me llevaron a ciertas congregaciones que estaban llenas de gente realmente pobre. El Señor me dio una vez una ilustración acerca de la necesidad de saber adaptarme a la audiencia a la que me iba a dirigir. El vino se guarda en botellas en una habitación que está por lo general a una temperatura de 40°F, pero antes de que sea servido, la botella debe llevarse a la habitación en la que se abrirá y debe permanecer allí durante unas dos horas para que pueda ser servido a los invitados a temperatura ambiente. Este proceso ilustra una verdad espiritual muy importante. La verdad, al igual que el vino, se asimila mejor a la temperatura ambiente de aquellos que van a recibirla. Por lo tanto, debemos de comprobar la temperatura espiritual, mental y moral de la congregación para poder saber cuáles son las verdades que ellos mejor aceptarán y apreciarán. La primera vez que fui a una tribu primitiva de un país en desarrollo, me quedé perplejo al intentar determinar qué y cómo debía enseñarles. Sentía como si sólo pudiera darles los principios más elementales del evangelio. Sin embargo, el Señor me habló y me dijo que debía enseñarles los mismos principios que enseñaba en el mundo Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.) 77 occidental, porque Él quería que hubiera reyes y sacerdotes de cada tribu, lengua y nación sentados en el trono con Él. Por lo tanto, para que ellos pudieran estar calificados para ello, había que enseñarles las mismas verdades que les llevarían a la perfección y a la madurez. En aquel momento, Él me dijo que simplificara los principios para que aquellas personas pudieran asimilarlos fácilmente. Para ayudarme, tuve una visión continua de la ofrenda de harina (lo cual habla, en cierto sentido, de la Palabra de Dios como harina fina) ante mis ojos. Por lo tanto, las verdades tenían que estar muy desmenuzadas y simplificadas para que aquellas personas pudieran entenderlas y recibirlas. Así es como alimentamos a los bebés; les damos los mismos nutrientes esenciales que los mayores consumimos en cantidades más grandes pero de una manera que sea fácilmente asimilable para ellos. Por lo tanto, a aquellas personas primitivas se les estaba alimentando con las mismas verdades que a los occidentales, para que también ellos pudieran estar calificados para ser reyes y sacerdotes. Los mejores maestros son aquellos que pueden simplificar las verdades más profundas. Recuerdo bien cuando estaba estudiando ciencias que los que más nos enseñaban eran los científicos que tenían sus doctorados en ciencias, porque tenían la capacidad de hacer que los que éramos aprendices pudiéramos comprender los temas más abstrusos, mientras que los maestros que no habían alcanzado ese grado de estudios nos confundían con sus teorías, lo cual dejaba ver 78 Maestros de Justicia que ellos mismos no las habían llegado a entender totalmente. Al recordar que Israel era esencialmente una nación agraria, descubrimos que muchas de las parábolas y enseñanzas tenían que ver con la vida agrícola; por eso tenemos parábolas como la del sembrador (Mt. 13). El agricultor podía entender bien cómo la semilla caería en diferentes tipos de suelo y, dependiendo de las condiciones del terreno, así produciría también diferentes cosechas. Las parábolas de nuestro Señor están salpicadas de ilustraciones que se aplican tanto a hombres como a mujeres, tanto a ricos como a pobres. Consideremos la parábola de la mujer que escondió la levadura en tres medidas de harina hasta que se leudó toda la masa (Mt. 13:33). Todas las mujeres de la nación habrían entendido esa parábola. Igualmente, todos los pastores habrían entendido la parábola de las 99 ovejas que estaban a salvo, mientras que el pastor se fue a buscar la oveja perdida (Lc. 15:4-7). Los ricos apreciarían al mercader que estaba buscando las buenas perlas y vendió todo para obtener la perla de gran precio (Mt. 13:45, 46). El pescador era parte integral de la economía de la nación, y por eso tenemos la parábola de la red llena de peces para ilustrar la reunión de las almas al final del siglo (Mt. 13:47-50). Después, todos los que tenían viñas entenderían la parábola de la vid verdadera y la necesidad de podar las ramas que no llevaban fruto (Jn. 15:1-8). Todos aquellos que tenían la responsabilidad de administrar los asuntos de los propietarios ricos habrían entendido la parábola del administrador infiel (Lc. 16:1-12), y la necesidad de dar cuentas en las parábolas de los talentos y Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.) 79 las monedas (Mt. 25:14-29). Además, los peligros de viajar en aquellos tiempos sirvieron para ilustrar la historia del buen samaritano (Lc. 10:30-37). Sí, nuestro Señor conectó bien con todos los distintos niveles de clases sociales y virtualmente con todo tipo de ocupaciones y profesiones que existían en la nación durante el periodo en que Él ministró en la Tierra. De esta manera, como maestros, también deberíamos intentar que las verdades que les estamos inculcando a nuestros alumnos sean relevantes para todos los diferentes trasfondos que podamos tener en nuestras clases. Debemos tomar en cuenta que es fácil que tengamos diferencias culturales a las cuales tengamos que atender, así como diferentes ocupaciones, profesiones y niveles sociales. Recuerdo también la dificultad que tuvo un maestro cuando intentaba explicar a una clase en una remota aldea del tercer mundo lo que era una ventana de cristal, y tuvo que cambiar la ilustración ante la imposibilidad de explicar algo que en la mayoría de las demás sociedades se hubiera entendido sin ningún problema. O cuando se enseña en el trópico, ¿quién no ha tenido el problema de tener que explicar qué es la nieve a unas personas que no han conocido en su vida una temperatura inferior a los 20°C? Hemos de tener flexibilidad en nuestras ilustraciones, para que los alumnos puedan asociar las verdades que estamos intentando enseñarles. Deberíamos preguntarnos continuamente si estamos conectando con los alumnos de nuestra clase. No debiéramos olvidar nunca que incluso cuando estemos en una misma escuela durante un periodo de 80 Maestros de Justicia tiempo considerable, las clases varían constantemente, tanto en el ámbito espiritual como en el étnico y el social. Es por eso que la mayoría de los maestros se dan cuenta que, según la guía del Espíritu Santo, presentan los temas de forma diferente de año en año. 81 CAPÍTULO 7 Proliferación de nuestras enseñanzas Un artista eminente me contó que una de las mayores alegrías de un artista es cuando consigue que se haga una gran distribución de sus pinturas. Por eso los diseñadores de portadas de libros obtienen mucha satisfacción cuando los libros alcanzan una distribución global. De hecho, podríamos decir que todos los profesionales obtienen mucha satisfacción cuando sus obras son aceptadas de forma muy extendida. De igual forma, en una de mis visitas a Nueva Zelanda, un conocido compositor de himnos y coros se deleitó mucho cuando le dije que nosotros cantábamos sus canciones en las iglesias de nuestra fraternidad en otros países. Para que eso se aprecie plenamente, el Señor mismo ha declarado que desde el amanecer hasta la puesta del sol, Su nombre (y, por lo tanto, Su Palabra) será grande entre los gentiles (Mal. 1:11). También, una de las mayores bendiciones que el Señor promete al justo: “... El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre” (Is. 59:21). Ahora bien, con respecto a la proliferación de nuestras enseñanzas, hay unos cuantos factores a considerar, lo cual nos lleva a pensar el tipo de medios de comunicación que queremos utilizar para la distribución de nuestro material. 82 Maestros de Justicia Hoy en día no estamos reducidos, como en los días de antaño, a la palabra escrita y hablada. Antes de los días de Moisés, las grandes enseñanzas de la Palabra dependían exclusivamente de la repetición de la enseñanza de un vecino a otro, de padre a hijo, de maestro a alumno. El último era el método favorito de los rabinos, quienes sin duda enseñaban a sus alumnos cuando transitaban por los mercados en los tiempos de Jesús. Jesús mismo usó este método cuando enseñaba a Sus discípulos mientras transitaban por los caminos. En raras ocasiones, cuando había que comunicar lecciones de gran importancia, solía sentarse (Mt. 13:1; 15:29). También las sinagogas eran lugares donde los doctores enseñaban a la gente común y corriente. En algunos casos había escuelas rabínicas, como era el caso en Éfeso de la escuela del que se llamaba Tirano. No fue hasta bastante después de Su muerte que los escritores del evangelio narraron las enseñanzas de Jesús. Los profetas tenían escribas que escribían sus profecías, como en el caso del profeta Jeremías, que fue bendecido al tener al fiel Baruc (ver Jeremías 45). En la actualidad tenemos varias formas de comunicación masiva a nuestra disposición como maestros. La radio y los casetes han sido un medio muy común de enseñanza y predicación del evangelio durante muchos años. También está la televisión, donde nuestras enseñanzas pueden ser grabadas y luego vistas en muchos lugares a la vez. Capítulo 7: Proliferación de nuestras enseñanzas 83 Estas cosas son una gran ayuda con la cobertura y la capacidad de alcanzar grandes audiencias, algo imposible tan solo unas décadas atrás. Estos video casetes, gracias a la videocasetera (VCR), tienen el potencial de ser vistos también en iglesias y en grupos de estudio bíblico en los hogares, lo cual es de gran ayuda para la proliferación de nuestras enseñanzas, y también pueden ser vistas una y otra vez, e incluso se les pueden prestar a los amigos. Después, el hecho de tener los mensajes grabados en CD hace posible oírlos en los hogares e incluso en los automóviles mientras se viaja diariamente. Sin embargo, el método que sigue siendo de más beneficio, desde el punto de vista de la retención de nuestras enseñanzas, es sin lugar a dudas la palabra escrita. Cuando nos disponemos a estudiar, no hay nada que realmente reemplace a los libros, ya sea libro de texto o manual. Esos libros se pueden consultar una y otra vez. Considerando que una buena enseñanza está basada en las siglas I.R.A. (como ya hemos visto anteriormente), los libros siguen permaneciendo como el método fundamental de proliferación de nuestras lecciones para aquellos a quienes no les es posible asistir a nuestras clases. Lo ideal es tener nuestros libros además de la clase; por lo tanto, yo recomendaría la idea de poner sus enseñanzas en papel cuando ya tenga unos cuantos años de experiencia docente. Sólo el tiempo puede producir la experiencia necesaria para que nuestros puntos de vista maduren y se perfilen. ¿Cómo pueden, entonces, proliferar sus enseñanzas por medio de la página impresa? A fin de cuentas, una cosa es escribir 84 Maestros de Justicia un libro y otra cosa es que se publique y distribuya en cantidades aceptables. A veces, al publicar nuestro primer libro uno puede valerse de amigos para cubrir los gastos que normalmente exceden a las posibilidades del bolsillo del maestro. Las librerías no son precisamente los mejores canales de proliferación a menos que uno ya sea muy conocido, lo cual no suele pasar cuando uno está dando sus primeros pasos. Nosotros hemos descubierto dos fuentes que pensamos pueden ser muy fructíferas: Internet y, sobre todo, los contactos con los pastores, quienes (habiendo leídos los libros) los recomendarán a sus congregaciones. Los pastores a veces los usarán en sus propios grupos de estudio bíblico. A medida que un pastor guía a su congregación por medio de la lectura de un libro, esos principios que usted haya plasmado en la página impresa quedarán, sin duda alguna, grabados en las tablas de carne del corazón de las congregaciones que estudian su libro. Sin embargo, debemos recordar siempre la amonestación del apóstol Pablo: es Dios quien da el crecimiento (1 Co. 3:6). Otro punto que hemos de considerar es cómo escribir. No todos los maestros tienen un don para escribir, y quizá tampoco tengan el tiempo. Un método que los escritores han usado en el pasado es grabar sus enseñanzas y luego editarlas. De esta manera se hicieron disponibles algunas de las enseñanzas del santo Campbell Morgan para la Iglesia. (Campbell Morgan fue un destacado maestro de santidad a comienzos del siglo XX). En palabras de Isaías: “Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas...” (Is. 32:20), podemos concluir esta Capítulo 7: Proliferación de nuestras enseñanzas 85 sección recomendando que el maestro use todos los medios a su alcance para dar a conocer sus enseñanzas. Como escribió el rey Salomón en Eclesiastés 11:1: “Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás”. Así pues, enviando nuestras enseñanzas a todos los medios a nuestro alcance, recibiremos fruto a su debido tiempo. Sin lugar a dudas, a medida que propagamos el mensaje del Señor tenemos esta promesa en Isaías 55:10, 11: “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Que nuestro amado Señor bendiga sus esfuerzos en la enseñanza de Su Palabra. 87 CAPÍTULO 8 Materiales de investigación Desde el principio podemos decir que la verdad no se alcanza sólo por medio del estudio, como claramente dijo el rey Salomón: “Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia” (Pr. 23:23). De esta manera, el maestro debe pagar un precio para obtener la verdad, el cual puede adoptar muchas formas. Por ejemplo, he sabido de hombres que han pagado gustosamente más de mil dólares por asistir a un seminario de ventas y se dan por satisfechos con solo haber aprendido una nueva idea con la que mejorar la presentación de sus ventas. De igual manera, muchos maestros estarán dispuestos a viajar literalmente cientos, si no miles, de kilómetros con el fin de adquirir principios frescos en una convención donde esté hablando algún maestro destacado. Este es un principio bíblico completamente genuino, según escribió Pablo en Efesios 4:15, 16: “Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. De esta manera, los maestros reciben unos de otros, y no sólo de maestros destacados, sino también de las experiencias 88 Maestros de Justicia cotidianas que tienen que ver con miembros menos destacados del Cuerpo de Cristo. Con humildad, debemos estar abiertos a la enseñanza que el Señor quiera darnos por medio del miembro más joven de Su Cuerpo, pues somos alimentados “según la actividad propia de cada miembro”. De esta manera, también les debo mucho a los escritores de antaño, los cuales no dieron seminarios pero plasmaron en las páginas impresas verdades que ellos mismos aprendieron a lo largo de toda una vida. Hay un dicho muy antiguo que dice “la tierra que el gusano ha atravesado es la más rica”. Ciertamente es una sentencia acertada para el maestro. Aquellas verdades que experimentaron los escritores de antaño emanan vida, y de sus páginas escritas podemos recibir no sólo enseñanzas, sino que además podemos entrar en las mismas experiencias que emanaron esa vida para ellos. Me resulta interesante ver que la gente de negocios que tiene éxito a menudo son lectores prolíficos. Algunos de ellos pasarán tranquilamente hasta tres horas diarias devorando revistas de negocios y de economía, artículos y recortes de prensa para mantenerse al día de los acontecimientos actuales en su ámbito de interés. Este es el caso de Donald Trump, el magnate multimillonario de los bienes inmuebles, como relata en su libro “How To Be Rich” (Cómo ser rico). Quienes no se mantienen al día con respecto a los mercados mundiales, las nuevas técnicas, las tecnologías y las últimas tendencias del sector suelen ser los que se quedan atrás y palidecen en sus primeros años. Capítulo 8: Materiales de investigación 89 La mayoría de la gente que tiene éxito no se jubila, al menos a la edad convencional de los sesenta y tantos años. Son trabajadores tenaces y hacen mucho más que la jornada laboral de 40 horas. Casi siempre son madrugadores, o si no, trabajan hasta altas horas de la madrugada. Es digno de notar que Abraham y Josué fueron mencionados como aquellos que se levantaban temprano en la mañana. Nosotros, como maestros de Su Palabra, debemos sin duda darnos un banquete con los principios frescos de Su Palabra, y como ya hemos dicho antes, nuestras lecciones debieran estar salpicadas de ilustraciones que podamos encontrar en las biografías y autobiografías de hombres y mujeres famosos que hayan tenido éxito en la vida en sus campos en particular. Una lección que yo he aprendido de ese estudio es que ese tipo de personas siempre están trabajando para lograr más altos objetivos de perfección; no se conforman simplemente con avanzar en punto muerto, sino que siempre emplean su máximo esfuerzo para mejorar sus capacidades. Los concertistas de piano pasan un número increíble de horas todos los días practicando sus piezas, asegurándose que sus dedos se mantengan ágiles y aumenten su destreza para tocar incluso las piezas más demandantes de los maestros. A veces esto puede llevarse a extremos muy poco recomendables, como fue el caso de Ludwig van Beethoven, quien se colgaba con cuerdas de sus dedos, intentando así poder alargarlos para abarcar una mayor distancia con su mano para los acordes más difíciles, aunque lo triste es que estropeó 90 Maestros de Justicia sus dedos. Por lo tanto, deberíamos aprender de esto que toda ética de trabajo ha de templarse con la prudencia. Los atletas también hacen ejercicio constantemente, llevando sus cuerpos al límite para poder obtener más fuerza y resistencia, con la idea de poder batir más marcas. Como declara el apóstol Pablo: “ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible…” (1 Co. 9:25), pero nosotros debiéramos disciplinarnos para obtener la recompensa celestial de coronas de justicia. El maestro recibe verdades por medio de la revelación (Ec. 2:26, Dn. 1:17, ver Pablo en el desierto de Arabia donde fue enseñado por Cristo en Gá. 1:17). Al estudiar un estilo literario como el de Shakespeare, los estudiosos intentan descubrir significados ocultos. Ellos consideran que el inmenso vocabulario de Shakespeare — unas 30.000 palabras, incluyendo algunas que él mismo creó— vale la pena el empleo de los esfuerzos de toda una vida para reflexionar sobre él. Los estudiosos de Shakespeare intentan determinar sus puntos de vista sobre los acontecimientos contemporáneos y se maravillan ante su inmenso conocimiento de tanta diversidad de actividades sociales, como la vida de la corte con todas sus intrigas. Y más aún, los estudiosos no se ponen de acuerdo entre ellos mismos en el grado de certeza del significado de muchos de sus escritos. De hecho, como cita el catedrático de la universidad de Tufos, Sylvan Barnet, dos editores de los Capítulo 8: Materiales de investigación 91 trabajos de Shakespeare escribieron (parafraseándolo en español moderno) que les hubiera encantado que el autor hubiera vivido lo suficiente como para haber podido ordenar sus propios escritos. Por cierto, Shakespeare se apoyó en un libro escrito en 1587 por el destacado historiador Raphael Holinshed para al menos 13 de sus obras históricas (Honan, 1999, p.138). Sin embargo, tomó mucha más libertad en su interpretación, y ciertamente novelizó eventos históricos con el propósito de hacerlos más agradables e interesantes para su audiencia. He querido incluir estas observaciones para mostrar que necesitamos que el autor aclare lo que realmente quiere decir en sus escritos. También, pasar toda una vida estudiando los escritos de un hombre es algo muy poco fructífero. Nosotros tenemos un llamamiento más alto y eterno a estudiar los escritos de nuestro Creador. Como estudiantes de las Sagradas Escrituras, tenemos el privilegio y la bendición de ser capaces de consultar al Autor, que no es otro que el Espíritu Santo, el cual está mucho más vivo, disponible y El bendito Espíritu voluntarioso para ayudarnos a Santo, está vivo, descifrar los misterios de la Santa Palabra. disponible y El apóstol Pedro, de hecho, hace un comentario muy importante cuando escribe: “Tenemos también la palabra voluntarioso para ayudarnos a descifrar los misterios de la Santa Palabra. 92 Maestros de Justicia profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 P. 1:19-21). El gran maestro de la Iglesia, el apóstol Pablo, pasó tres años en el desierto de Arabia recibiendo la correcta interpretación de las Sagradas Escrituras, como nos dice él mismo en Gálatas 1:14-17: “y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco”. En el pasaje anterior vemos que Pablo era muy conocedor de las tradiciones de los judíos, pero cuando se convirtió, necesitó una revelación divina para discernir correctamente la Palabra de Dios. Nosotros hemos de tener humildad para buscar tener la mente de Cristo y Su interpretación de las Escrituras, comparando las Escrituras con las propias Escrituras, en vez de confiar en nuestra propia sabiduría humana. De esta forma, la Iglesia entera proclamará la misma palabra desde los púlpitos de las congregaciones del pueblo de Dios en todo el Capítulo 8: Materiales de investigación 93 mundo. En palabras de Isaías: “ojo a ojo verán que Jehová vuelve a traer a Sion” (Is. 52:8). Nosotros, como maestros, deberíamos comprender que solamente el escritor divino conoce la interpretación de la Palabra de Dios, y es a Él a quien debemos acudir cuando estudiamos la Palabra. La inteligencia humana ha sido la perdición de la Iglesia a lo largo de los años. Desde los tiempos de la Iglesia primitiva, los errores y las malas interpretaciones de la Palabra se sucedieron, e incluso tenemos a los autores del Nuevo Testamento hablando en contra de las doctrinas perniciosas que habían corrompido la leche no adulterada de la Palabra. Pablo tuvo que luchar contra el legalismo de los grupos judaizantes. Juan habló contra el gnosticismo, y Pedro habló de los que introducen herejías detestables, incluso negando al Señor que les compró (2 P. 2:1). Pablo, sin embargo, presenta un lado positivo de esto cuando dice, al escribir a los corintios: “Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados” (1 Co. 11:19). Así también nosotros, como maestros, debemos apreciar y meditar en este versículo, comprendiendo que esas herejías son permitidas por Dios para purificar la Iglesia, ya que apartan a los impíos. A pesar de ello, han de ser contrarrestadas con la verdad. En los últimos días, las herejías abundarán cuando, como nos dice el apóstol Pablo, el hombre de pecado sea revelado: “cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios 94 Maestros de Justicia mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Ts. 2:9-12). En este asunto de la herejía, nosotros, como maestros, debemos de entender que las herejías están permitidas y son, sin duda, enviadas por Dios para probar a Su pueblo y separar las ovejas de las cabras. Los maestros tienen que “poseer sus espíritus”, lo cual quiere decir que han de “reinar sobre sus espíritus” cuando se encuentren con estas herejías. Un buen versículo para que meditemos y practiquemos lo encontramos en 2 Timoteo 2:24-26: “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”. El maestro debe tratar de tener esa dulzura de carácter, lo cual es de gran valor a los ojos de Dios, y también dejarla ver en nuestro trato con quienes se oponen. Nuestra tarea es importante, como dice el rey Salomón en Proverbios 25:15: “Con larga paciencia se aplaca el príncipe, y la lengua blanda quebranta los huesos”. La actitud calmada y tranquila de un maestro al enfrentar a los que están obsesionados con algún error doctrinal es Capítulo 8: Materiales de investigación 95 muy persuasiva y dice mucho de él, y a menudo tiene más influencia que todos los demás argumentos doctrinales de ellos. Esta dulzura de carácter tiene además un beneficio añadido para nuestro propio bienestar. Muchos maestros se han vuelto amargados, enojados y duros al contender por la fe por medio de un espíritu erróneo, y con eso lo único que hacen es arrojar ácido a sus sistemas, causándoles enfermedades tales como ataques de corazón y úlceras de estómago por exceso de stress. Sin embargo, un espíritu dulce, apacible y un trato agradable envía aceite a nuestro ser, llevando un bálsamo de sanidad a todos nuestros órganos. Sembrar y cosechar Esta gloriosa promesa que vemos en el cántico gradual que encontramos en el Salmo 126:5, 6 dice: “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”. Esto, sin duda alguna, resume la vida y ministerio del maestro. El maestro es alguien que llora y gime delante de Dios para recibir palabra fresca, con quejidos y gemidos indecibles. La verdad se ha de comprar con el precio de la experiencia, y con mucho trabajo de amor. Hemos de tener un profundo amor por la verdad y un fuerte deseo de impartirla a nuestros alumnos, a los que amamos. A menudo hemos derramado lágrimas por nuestros alumnos cuando nos parece que resisten la verdad o no tienen la capacidad 96 Maestros de Justicia de aprender y comprender las lecciones que intentamos enseñarles. Las lágrimas, acompañadas en muchas ocasiones de un profundo anhelo, son el estilo de vida de un buen maestro, mientras intentamos sembrar preciosas semillas de verdades espirituales en los corazones y las mentes de nuestros oyentes. Sin embargo, existe la recompensa de que a veces, tras años de arduo trabajo, esos alumnos que parecían sin esperanza florecen para convertirse en maestros de justicia. Esos alumnos que florecen tardíamente se convierten en un motivo de gozo, junto con los demás que han venido demostrando una mayor evidencia de la promesa y potencial desde el principio. Hay un principio en la naturaleza claramente expuesto en Génesis 1:24: “Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así”. Por lo tanto, toda la naturaleza produce según su propia especie, y también sucede lo mismo con lo espiritual. Nosotros reproducimos lo que somos; nosotros maestros, reproduciremos maestros. Laura Bush, la esposa del cuadragésimo tercer presidente de los Estados Unidos de América, George W. Bush, admiraba tanto a Charlene Gnagy, su maestra de segundo grado, que decidió que ella también sería maestra. De hecho, se convirtió en una muy buena y dedicada maestra bajo la influencia de Charlene Gnagy. En un sentido, Charlene Gnagy se reprodujo a través de Laura Bush, su alumna. De igual manera, nuestros alumnos reproducirán nuestras enseñanzas, para que a través de nuestra simiente heredemos Capítulo 8: Materiales de investigación 97 las promesas que el Señor le hizo a Abraham: “de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos” (Gn. 22:17). Hay una promesa maravillosa que le fue hecha a Israel en Isaías 27:6: “Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo llenará de fruto”. A Job el patriarca se le hizo una promesa ciertamente bendita: “Asimismo echarás de ver que tu descendencia es mucha, y tu prole como la hierba de la tierra” (Job 5:25). Además, en Isaías 51:16 tenemos un bello ejemplo de un maestro que siembra y cosecha eternamente: “Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú”. Así pues, tenemos el privilegio de poblar la eternidad de flores celestiales: los alumnos a quienes hemos intentado enseñar aquí abajo. Estableceremos los fundamentos de muchas generaciones (Is. 58:12). ¡Qué privilegio haber sido escogidos por el Señor para ser maestros en Su Iglesia! Por lo tanto, deberíamos buscar mostrarnos dignos de un llamamiento tan alto y santo para poder dar frutos de justicia en nuestras propias vidas al igual que en las vidas de aquellos a los que influenciamos. 99 CAPÍTULO 9 Cómo preparar y presentar lecciones Antes de considerar el hecho de preparar una lección, es de suma importancia que tenga un entendimiento global del tema sobre el que va a enseñar. Raramente una lección se desarrolla por sí sola; por lo tanto, uno ha de conocer el alcance del tema sobre el que esté preparado para enseñar y después fraccionar la enseñanza en forma de lecciones. Hay principalmente tres métodos para la presentación de temas bíblicos. 1. Uno es hacer una exégesis de la vida de un personaje de renombre de la Biblia, lo cual ilustraremos con un estudio de la vida de José. 2. La exégesis de un libro de la Biblia, lo cual ilustraremos con el libro de Génesis. 3. Un estudio doctrinal o de un tema, lo cual ilustraremos por medio del tema del juicio eterno. Estudio sobre la vida de un personaje bíblico Uno ha de saber la cantidad de tiempo que se le ha asignado para llevar a cabo el estudio completo. Digamos que es un mes, compuesto en este caso de cuatro semanas, en donde vamos a enseñar una lección por semana, teniendo así cuatro lecciones. Cada parte debe tener un título y un propósito claramente definidos. Habiendo ya determinado el tema — 100 Maestros de Justicia José —y las divisiones semanales enumeradas a continuación, debemos de enfocarnos al contenido del bosquejo de cada lección. La vida de José 1. Los primeros años de José. 2. La casa de Potifar. 3. Estancia en la cárcel y ascenso para convertirse en gobernador de Egipto. 4. Últimos años. 1. Los primeros años de José. a.Su genealogía —podemos desarrollar su descendencia desde Abraham a través de su abuelo, Isaac, el hijo de la promesa, y luego su padre Jacob y su madre Raquel. También podríamos ampliar la idea de la promesa de Dios a Abraham en Génesis 15:13, 14: “Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza”. Por tanto, se desprende que José iba a ser quien preservara a sus hermanos durante su permanencia en Egipto. b. Sus sueños —Explíquelos, y también el hecho de que su padre Jacob había reconocido el dominio de José sobre sus hermanos por medio de la túnica de muchos colores, la cual denotaba que él era el heredero reconocido. Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones 101 c. El odio y la traición de sus hermanos —Señale las diferentes actitudes de Rubén y Simeón y la venta de José en manos de los ismaelitas. Generalmente hablando, para una sesión de enseñanza entre semana, el tiempo que, por lo general, se le asigna el maestro raras veces supera los 45 minutos. Por lo tanto, las tres divisiones del bosquejo anterior se podrían dividir fácilmente en tres secciones de 15 minutos cada una. 2. La casa de Potifar. a. La vida de un esclavo —Describa el hecho de que fue vendido por los ismaelitas a Potifar. b. Su promoción hasta la preeminencia y su fidelidad a su maestro – Señale el tema y la virtud de la fidelidad en el puesto de trabajo, haciendo alusión a la advertencia de Pablo en Efesios 6:5-8: “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre”. c. Las falsas acusaciones de la mujer de Potifar y la pureza de corazón de José al rechazar sus intenciones —Se debería decir mucho en este punto con relación a la pureza de corazón, terminando con un mensaje desafiante a sus alumnos sobre la necesidad de clamar a Dios por un corazón puro. 102 Maestros de Justicia 3. Estancia en la cárcel y elevación para convertirse en gobernador de Egipto. a. El Salmo 105:19 declara: “Hasta la hora que se cumplió su palabra, el dicho de Jehová le probó.” — Explique la idea de que cuando nos encontramos en circunstancias adversas, incluso teniendo las promesas de Dios, debemos permanecer firmes, porque sin duda Su Palabra se cumplirá en nuestras vidas. b. En la cárcel, José fue fiel y fue puesto a cargo de todos los demás prisioneros —El copero y el panadero tuvieron sueños que José interpretó. Cuando el copero compareció ante el faraón, se olvidó de José, haciéndole pasar otros dos años de encarcelamiento. Hable de la necesidad de soportar las pruebas con gozo. c. El f tuvo sueños y el copero se acordó de José –José fue mandado llamar de inmediato para comparecer ante el faraón. Al darle la interpretación de los sueños, José fue elevado a la segunda posición en la tierra y fue hecho responsable de la alimentación y preservación de la población en tiempos de hambruna. 4. Últimos años. a. La restauración y reconciliación de la familia cuando ellos llegaron a Egipto por alimento debido a la hambruna –Este acontecimiento se narra en Génesis, capítulos 42-45 y contiene también la prueba de los hermanos para demostrar que se habían arrepentido del trato que le habían dado a José muchos años atrás. Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones 103 b. Las últimas profecías sobre las tribus y especialmente la de José – Esas profecías dejan ver los propósitos específicos de Dios para cada una de las doce tribus. c. La gran prominencia y honor que José tuvo en la tierra y la subsiguiente grandeza y multiplicación de Israel en la tierra de Gosén – Señale, para terminar, los beneficios en la vejez de los que han vivido una vida piadosa y las bendiciones que dejan para las siguientes generaciones. Hemos dado una ilustración de cómo preparar un curso sobre la vida de José, el cual se puede adaptar a cualquiera de las vidas de los santos de Dios que se nos describen en las Sagradas Escrituras. Exégesis de un libro de la Biblia Otro curso que es muy instructivo y beneficioso para las clases bíblicas es hacer una exégesis de los libros de la Biblia. Génesis Se debe hacer un bosquejo general del libro para incluirlo en la enseñanza, y el maestro debería preparar una introducción que proporcione a los alumnos un rápido entendimiento de los principales temas del libro. Esto es particularmente sencillo en el caso de Génesis, el libro de los comienzos. Escrito por Moisés, Génesis es el primer libro de la Biblia y uno de los libros que se debería enseñar al comienzo de cada serie de cursos de la Biblia. En este libro no sólo tenemos el relato de los comienzos de 104 Maestros de Justicia nuestra creación, sino también virtualmente los comienzos de todas las doctrinas importantes de la Biblia. De esta manera, la introducción podría contener el siguiente bosquejo. Introducción Este libro es un libro de los comienzos, y en él encontramos: a. El comienzo del cielo y la Tierra. b. El comienzo de la vida tanto animada como inanimada (animales y plantas, etc.). c. El comienzo del hombre, la mujer y el matrimonio. d. El comienzo del pecado en el hombre. e. El comienzo de la redención por medio del derramamiento de sangre y la promesa de la venida de un Redentor. f. El comienzo del asesinato y las guerras. g. El nuevo comienzo del hombre tras el Diluvio que destruyó la tierra. h. El comienzo de las razas, naciones y la diversidad de idiomas. i. El comienzo de la nación santa a través de Abraham. j. El comienzo de las doce tribus de Israel a través de Jacob. Tras esta introducción, el libro se puede dividir fácilmente en las siguientes partes. Hemos de mencionar que el tiempo requerido para cada una de las partes no es el mismo; por lo tanto, el tiempo que requiere cada parte dependerá del material que haya conseguido en su propia investigación. Otro factor a tener en cuenta es la cantidad de tiempo que le haya sido asignada al maestro para terminar el estudio del libro de Génesis. Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones Parte 1 Parte 2 Parte 3 Parte 4 Parte 5 Parte 6 Parte 7 Parte 8 Parte 9 Parte 10 Capítulos 1, 2 Capítulo 3:1-14 Capítulo 3:15-24 Capítulos 4, 5 Capítulos 6-9 Capítulos 10, 11 Capítulos 12-25 Capítulos 17-35 Capítulos 25-50 Capítulos 37-50 105 La creación. La caída. El plan de redención. Las líneas del bien y del mal. El Diluvio. Dispersión de las naciones. La vida de Abraham. La vida de Isaac. La vida de Jacob. La vida de José. (El material proporcionado ha sido tomado de la página 1 del Libro de Génesis, de Zion Christian Publishers, que fue hábilmente editado por el Dr. Paul Caram. Este libro será de gran utilidad para usted a la hora de enseñar sobre este tema). Un estudio doctrinal o temático Otros temas que un maestro bien puede ser llamado a explicar son el arrepentimiento, la fe, la sanidad, los cuatro bautismos, la imposición de manos y el juicio eterno. Tomando “el juicio eterno” como ejemplo, me gustaría hacer algunas sugerencias que le darán algunas pautas con las que enseñar lo que hemos llamado materias temáticas o doctrinales. Juicio eterno Al presentar este tema, el maestro debe hacer énfasis en la brevedad de nuestro tiempo aquí en la Tierra comparado con la duración de la eternidad. Al final de la vida seremos 106 Maestros de Justicia pesados en las balanzas de Dios, para determinar nuestro destino final. Después, cada persona será recompensada conforme a sus obras. Busquemos ahora desarrollar esta lección, ya que estos temas proporcionan unas divisiones excelentes por medio de las cuales podríamos desarrollar este tema. 1. La brevedad de la vida aquí en la Tierra. a. Las palabras de Moisés — El Salmo 90:10 dice: “Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos.”Después, en el Salmo 90:4-6: “Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche. Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, como la hierba que crece en la mañana. En la mañana florece y crece; a la tarde es cortada, y se seca”. b. La oración de Moisés — A la vista de la brevedad de la vida del hombre sobre esta tierra, Moisés hizo la oración que todos los santos deberíamos hacer: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Sal. 90:12). c. Enfatizar la importancia de contar bien nuestros días — Estas palabras del apóstol Pablo serán de gran ayuda: “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Ef. 5:16). Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones 107 d. El mensaje de Juan el bautista —Tal como fue profetizado por Isaías, este mensaje (Jn. 1:19-34) sigue un camino similar en Isaías 40:6-8: “Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”. Así pues, animemos a nuestros alumnos a que consideren rápidamente que la hierba crece, perece y desaparece. Así también, nuestra vida es una sombra fugaz que cruza por las páginas del libro de la vida. e. El hecho de que no sabemos en qué momento nos llegará la muerte —En palabras del mismo Señor: “También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?” (Lc. 12:16-20). 2. Pesado en las balanzas y hallado falto. Un juicio tal fue declarado por el profeta Daniel sobre Belsasar, 108 Maestros de Justicia rey de los caldeos, la misma noche en que fue asesinado por los medos y persas. Aquí, el maestro debería analizar con calma el hecho de que, como nos advierte Pablo, todos hemos de comparecer ante el gran trono del juicio de Cristo (Ro. 14:10). El hecho de ser hallado falto traerá condenación eterna. De nuevo, podemos entender mejor el juicio de todos leyendo Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”. También deberíamos dejar claro que hay un juicio de las naciones en la venida de Cristo. Mateo 25:31-34, 41 dice: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo… Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”. Nuestro Señor habló mucho acerca del terror del infierno, y por eso nosotros también debemos advertir a nuestros alumnos. Versículos como los siguientes podrían servirnos muy bien para reforzar esta verdad. Considere Lucas 16:19-31, donde el Señor habló del hombre rico que fue al infierno y el hombre pobre, Lázaro que fue al Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones 109 cielo. El estado del hombre rico queda resaltado en los versículos 23,24: “Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama”. Haríamos bien en advertir de los peligros de volver atrás con versículos como Mateo 8:12: “mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”. También, Mateo 25:30: “Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Vale la pena notar que el comunismo fue planteado primeramente por Karl Marx, el cual en su juventud era un cristiano nacido de nuevo, apasionado y bautizado. Más adelante, otro defensor del comunismo fue Joseph Stalin, el cual estudió en un seminario. El relato de su hija sobre su muerte es un relato sombrío.“En marzo de 1953, un jadeante Joseph Stalin yacía sobre su lecho de muerte acosado por un dolor insoportable, tras un severo ataque que le dejó paralizado su lado derecho. Sus últimas horas fueron una lenta estrangulación: su hija Svetlana relató más tarde que se sofocó hasta morir mientras los demás le observaban. En esos terribles momentos finales, Stalin parecía estar luchando no sólo con la muerte sino con el Dios al que siempre negó. Aunque aparentemente semiconsciente, como mucho, de repente abrió sus ojos y echó un rápido y aterrado vistazo a todos los que 110 Maestros de Justicia estaban en la habitación. Después, como su misma hija expresó, algo incomprensible y tremendo ocurrió, lo cual hasta este día aún no he podido olvidar ni entender. El líder soviético de repente se medio incorporó en la cama, apretó el puño hacia el cielo, lo agitó como desafiando al Dios al que había renunciado, y con un susurro incomprensible cayó inmóvil sobre su almohada”. Su hija sigue diciendo: “Mi padre tuvo una terrible y difícil muerte”. (Extracto de God and Ronald Reagan (Dios y Ronald Reagan), de Paul Kengor, p.53.) Dios sólo le concede una muerte fácil al justo. Tanto Karl Marx como Joseph Stalin estaban entre aquellos que una vez estuvieron en el camino de la vida, pero lo dejaron para andar por el camino que conduce a la muerte y el infierno. 3. Todos serán recompensados de acuerdo a sus obras. En Mateo 16:27: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”. Pablo lo repite en 1 Corintios 3:8: “Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor”. Pablo ora contra un hombre con relación al juicio cuando escribe: “Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos” (2 Ti. 4:14). Ahora bien, con relación al estado del justo en la eternidad, Pablo dice en 1 Corintios 15:41, 42: “Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción”. Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones 111 El rey Salomón escribe sobre este tema en Eclesiastés 11:3: “… y si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará”, queriendo decir que según morimos así pasaremos también la eternidad. El profeta Daniel lo dijo de esta forma: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Dn. 12:3). El maestro ha de enseñar que hay una diferencia entre el justo y el impío en su muerte y en su estado eterno. La siguiente historia puede ayudarnos a entender este punto. Voltaire, el escritor francés, era un mentiroso empedernido; tanto, que hacia el final de su vida incluso sus amigos rehusaban su compañía porque sus mentiras llegaron a ser detestables. Bien, en su lecho de muerte, su tormento era tan grande y sus gritos (como si estuviera sufriendo algo del castigo eterno que le esperaba) tan blasfemos, que la enfermera que estaba a su cargo se fue de la habitación corriendo al no poder soportar y escuchar sus terribles maldiciones. El papa Pío XII, de igual forma, tuvo un final terrible. Fue literalmente sacudido contra su cama, a medida que empezó a experimentar los terribles tormentos del infierno que le esperaba. Sus tormentos fueron documentados y fotografiados por su médico por medio de una pequeña cámara cuya lente reemplazaba uno de los botones de su bata. Por lo tanto, hay un infierno, al igual que hay un cielo. Le corresponde al maestro, pues, amonestar a sus oyentes a vivir una vida buena y llena de buenas obras, algunas de 112 Maestros de Justicia las cuales les precederán y otras les seguirán (1 Ti. 5:25). Que siempre tengan en mente el permanecer en el camino de la justicia. Por lo tanto, un maestro ha de ser alguien que les presente a sus alumnos los dos caminos: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mt. 7:13, 14). 113 CAPÍTULO 10 Lecciones sobre hermenéutica (Guía práctica para enseñar los libros de la Biblia) Las Escrituras están llenas de simbolismo y están enriquecidas con ilustraciones que hacen que la verdad cobre vida, tanto para el maestro como para el alumno, cuando se interpretan correctamente. Nosotros, como maestros, debemos (como dice Pablo) usar bien la Palabra de Dios (2 Ti. 2:15). Vamos, pues, a dar algunos ejemplos de simbolismo e interpretación de la Escritura, conocidos como hermenéutica: el arte de la interpretación de la Escritura. Con la intención de ayudar a los maestros, veremos ilustraciones en las Escrituras libro por libro. Este, nos apresuramos a añadir, no pretende ser un estudio exhaustivo sino simplemente una guía para maestros en este aspecto tan necesario de su trabajo. EL ANTIGUO TESTAMENTO El Pentateuco Génesis El libro de los comienzos contiene claves mediante las cuales podemos entender la creación y el principio de la propagación. Se nos dice que todo se reproduce según su especie; por lo 114 Maestros de Justicia tanto, es también cierto que, en el ámbito espiritual, un maestro reproducirá sus enseñanzas y su vida en sus alumnos, y éstos serán imágenes del maestro, incluso en la reproducción de sus gestos. Recuerdo muy bien, estando en Suiza, al hijo pequeño de un pastor amigo mío que —a la edad de 4 años— estaba dando paseos de un lado a otro por el salón de su casa con las manos en la espalda. Su madre, al observar lo que estaba haciendo, le preguntó qué hacía. Su respuesta fue esta: “Estoy haciendo como el pastor Bailey”. Yo nunca me había dado cuenta de que, cuando camino y enseño, tengo mis manos agarradas tras mi espalda. Tras aprender esto, trabajé duro para corregir ese hábito. Pero hay, sin embargo, un principio que debemos mencionar con respecto a la reproducción, y es que no podemos simplemente copiar a otro, sino que ha de haber también una transmisión de su vida en nosotros. Me gustaría ilustrar esto hablando de un destacado evangelista inglés, George Jeffries, en la Inglaterra de mediados de 1900. Él tenía el hábito de levantar su mano derecha en un momento dado mientras predicaba y, en ese momento, caía el poder de Dios. Sus alumnos se dieron cuenta de eso y lo copiaron. Sin embargo, no importaba las veces que lo hicieran, pues el poder de Dios no se manifestaba. Habían asociado erróneamente el poder con el movimiento de la mano y no con la relación que George Jeffries tenía con Dios. Volviendo a Génesis, vemos que de Adán salieron dos líneas: la justa, de Abel y luego de Set, y la impía, de Caín. Ellos Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 115 formaron dos líneas, y cuando estas líneas se unieron por medio de matrimonios, la violencia cubrió la Tierra. Aquí vemos una solemne lección que Dios enseñó más tarde en Levítico: tenía que haber una separación entre lo bueno y lo malo. Este principio se vuelve a demostrar de nuevo en las vidas de Isaac e Ismael, y más tarde en las vidas de Jacob y Esaú. El Diluvio es una figura del juicio de los últimos días que vendrá sobre la Tierra por causa de la maldad de los habitantes. El Señor, al hablar de Su Segunda Venida, la comparó a los días de Noé. Abraham es un tipo de nuestro querido Padre celestial, Isaac es un tipo del Hijo de Dios, mientras que Eliezer es un tipo del Espíritu Santo enviado por el Padre para encontrar la novia para el Hijo. Este libro concluye con Jacob bendiciendo a sus hijos en la tierra de Egipto, desde donde esperan su liberación. Éxodo Aquí, Moisés es el Salvador prometido y, por supuesto, es un tipo de Cristo, ya que Cristo es un profeta como Moisés. Él es el dador de la Ley, y —como ya hemos mencionado— nuestro Señor dejó claro que Él vino para cumplir la Ley. Moisés es el eterno acompañante del Señor, uno de los dos ungidos que están al lado del Señor de toda la Tierra, siendo Elías el otro. Por lo tanto, un estudio de la vida de Moisés nos dará mucha perspectiva con respecto a la vida de Cristo mismo. El modelo del Tabernáculo se le dio a Moisés, y este Tabernáculo (que estaba dividido en tres partes), ilustra las tres clases principales de cristianos: los niños pequeños (cristianos de los 116 Maestros de Justicia Atrios), jóvenes (los del Lugar Santo) y padres (los que han entrado dentro del velo y moran en el Lugar Santísimo). Esto vuelve a enfatizarse en 1 Juan 2:12-14. El Tabernáculo contenía siete elementos, cada uno de los cuales corresponde a una experiencia espiritual, y el Señor cumplió todas ellas. El Altar del holocausto simboliza la salvación obtenida por medio de la sangre derramada de Cristo. La Fuente de Bronce simboliza el bautismo en agua. En el Lugar Santo, el Candelero con las siete lámparas nos habla de los siete espíritus del Señor (cuyos nombres se nos dan en Isaías 11:1-3). La Mesa de los Panes de la Proposición nos habla de Cristo como el Pan de vida (Jn. 6:35). El Altar de oro o Incensario nos habla de la oración. El Arca del Pacto representa el Cuerpo de Cristo y el creyente. El Propiciatorio o Asiento de Misericordia simboliza el propósito de la obra redentora de Dios en Cristo, ser capaz de manifestar Su misericordia. (El Tabernáculo se trata más extensamente en nuestro libro titulado, El Tabernáculo de Moisés). El viaje de Israel, en el que Moisés guió al pueblo de Israel desde Egipto hasta la Tierra Prometida, está lleno de verdades espirituales (como declara Pablo en 1 Corintios 10:1-11). Se expone ante nosotros el viaje espiritual de un alma desde la Tierra hasta el cielo, del estado de un pecador perdido al estado de los espíritus de hombres justos hechos perfectos. Las distintas etapas del viaje revelan aspectos de nuestro caminar cristiano. Egipto representa el mundo. Para poder comenzar nuestro viaje, hemos de experimentar la salvación Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 117 por medio de la sangre del cordero pascual, la cual fue aplicada sobre los dinteles y los postes de las puertas de sus casas. Este cordero simboliza a Cristo (1 Co. 5:7). El paso del mar Rojo es una analogía del bautismo en agua. El relato de las aguas amargas de Mara (y el volverlas dulces arrojando un árbol, el cual es símbolo de la cruz) muestra la manera de vencer la amargura en la vida de un creyente mirando a Jesús. El monte Sinaí, donde llegaron durante la fiesta de Pentecostés, habla de la experiencia del bautismo del Espíritu Santo. La experiencia del desierto retrata las pruebas de la vida cristiana que son necesarias para mostrar lo que hay en nuestro corazón. Las diez pruebas son simbólicas de las pruebas que hemos de vencer de una forma y otra para seguir hacia delante. Después llegamos al río Jordán, que representa la vida crucificada: pasar por las aguas y ser capaz de exclamar (como escribe Pablo en Gálatas 2:20): “Con Cristo estoy juntamente crucificado…”. Gilgal significa la circuncisión del corazón, cuando el Señor corta de nuestras vidas las cosas que heredamos de nuestros antepasados. Levítico Este libro, llamado el manual de los sacerdotes, contiene instrucciones concretas sobre la ley ceremonial que había que cumplir en el Antiguo Testamento. Estas observancias y ritos ceremoniales, sin embargo, tienen un rico significado espiritual para la era de la Iglesia, y nos enseñan mucho sobre el sacerdocio en el Nuevo Testamento según el orden de Melquisedec. (Se tratan en detalle en nuestro libro titulado 118 Maestros de Justicia Feasts and Offerings, Fiestas y ofrendas, el cual recomendamos ampliamente para aquellos que aspiran ser reyes y sacerdotes del Nuevo Testamento). Números Este libro cubre el viaje por el desierto de los israelitas con todas las dificultades de aquellos que viajaban por las tierras desérticas: de trampas, de sequías, de sombras de muerte. Este viaje los condujo por una tierra por la que ningún hombre había pasado y donde ningún hombre moraba (Jr. 2:6). Nos servirá mucho en el viaje por el desierto espiritual que cada cristiano tiene que atravesar. Deuteronomio Significa una segunda lectura de la Ley, y contiene una perspectiva histórica del viaje de los israelitas desde Egipto hasta las llanuras de Moab, al lado oriental del río Jordán. También contiene las profecías referentes al sitio de Babilonia y la subsiguiente dispersión de Israel. Los libros históricos Josué Josué es el líder que llevó a Israel a la Tierra Prometida. Este libro está lleno de batallas contra enemigos que tienen significado espiritual para los cristianos. (Se trata esto con más detalle en nuestro libro titulado, El viaje de Israel. Cada uno de los 31 reyes que fueron derrotados tiene relevancia para la vida personal del creyente). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 119 Jueces Jueces narra las historias de los 13 jueces que gobernaron Israel. Sus vidas contienen ánimos y advertencias para los creyentes. Especialmente el aspecto de que ser usado por Dios no es necesariamente indicativo de que se esté viviendo una vida santa. Rut Rut proporciona muchas ilustraciones maravillosas sobre las recompensas de la devoción a los familiares, y sobre todo, la devoción a Dios. Ella es maravilloso ejemplo de la forma en que los gentiles han sido injertados en el linaje y la bendición de Cristo. Este pensamiento es desarrollado por Pablo en Romanos 11:16–24, donde usa el simbolismo de los gentiles siendo como un olivo silvestre que es injertado en el olivo verdadero (que es Israel). 1 y 2 Samuel Estos dos libros cubren los relatos de las vidas de tres destacados hombres de Dios: Samuel, Saúl y David. También nos cuentan los movimientos de las capitales (religiosas y seculares) de la nación de Israel, desde Siloé hasta Hebrón, y luego hasta Sion. Estas tres ciudades representan tres estados en la vida del cristiano. Siloé, la primera capital, representa el lugar de decisión. Era un lugar fácil para vivir, pero allí los israelitas se volvieron apáticos, inmorales e infieles. Hebrón, donde David vivió durante siete años, era originalmente la herencia de Caleb. También hablaba de la amistad, ya que fue el lugar donde enterraron a Abraham, que 120 Maestros de Justicia fue conocido como amigo de Dios (Stg. 2:23). Además, David recibió allí su segunda y tercera unción. Su primera unción se realizó siendo aún joven, cuando Samuel le ungió para hacerle rey después de que Saúl perdiera su reinado a causa de la desobediencia (1 S. 16:12,13). Estas tres unciones corresponden a los tres estados conocidos como: llamado, escogido y fiel (Ap. 17:14). Debería mencionarse que de los tres reyes del Reino Unido de Israel, sólo David recibió las tres unciones, mientras que los otros dos (Saúl y Salomón) recibieron solamente dos. Tanto Saúl como Salomón fueron llamados y escogidos, pero no fueron hallados fieles. Sion, la cual David tomó, tiene el elogio de ser la morada de Dios. Se dice de ella que es el “reposo de Dios” y el lugar de Su gloria. El apóstol Pablo escribe en Hebreos 12 que es el monte espiritual al cual nosotros, como cristianos, somos llamados. Los requisitos para que las personas puedan subir a este monte de Sion espiritual los encontramos en los Salmos 15 y 24. Las promesas para las congregaciones que habiten en el monte de Sion las encontramos en Isaías capítulo 4. 1 y 2 Reyes y 1 y 2 Crónicas Las vidas y reinados de los 20 reyes, tanto de Israel como de Judá, en el reino dividido nos aportan un excelente estudio de caracteres que será extremadamente beneficioso para todos los alumnos. Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 121 Hubo unos pocos que fueron buenos, muchos que fueron malos, y algunos que fueron extremadamente malos. Este dato lo podríamos enlazar con el aviso del Señor: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mt. 7:13,14). Es importante destacar que el Señor habló más de los tormentos del infierno que de los placeres del cielo. John Wesley hizo una observación sobre los líderes al decir que éstos no deberían subestimar el pecado en las iglesias. Por lo tanto, el maestro sabio constantemente se preocupará de dar advertencias apropiadas durante sus clases. (Podrán encontrar un buen recurso de materiales para lecciones en nuestro libro titulado The Kings of Judah, Los Reyes de Judá). Como ya mencionamos anteriormente, Salomón, el heredero ungido de David, recibió un buen aviso de su padre, el cual ahora citamos ya que aplica a todos los hijos de Dios: “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre” (1 Cr. 28:9). Aunque fue conocido como el hombre más sabio que jamás viviera, Salomón no sirvió a Dios con un corazón íntegro, como lo hizo su padre David, y si bien es cierto que enseñó a 122 Maestros de Justicia otros a guardar sus corazones con diligencia, él mismo no fue capaz de privar al suyo propio de todo tipo de deleite (Ec. 2:10). Es más, uno de sus consejos fue este: “Goza de la vida con la mujer que amas...”; sin embargo él mismo tuvo más de mil mujeres (Ec. 9:9, 1 R. 11:3). En sus propias palabras, el resultado fue que se convirtió en un “necio y viejo rey”. El maestro ha de enseñar esta lección: que Salomón es un ejemplo de alguien que enseñó sabios preceptos pero que no los siguió. Por lo tanto, nuestras enseñanzas no pueden salvar, sin una vida que ejemplifique esos consejos. De ahí que su herencia le fuera quitada a través de la división del reino. Los libros de la restauración Estos libros fueron escritos después de la caída de Babilonia, y son: Esdras, Ester y Nehemías. Son libros de victoria, demostrando cómo las profecías de Isaías, Jeremías, Daniel y Ezequiel fueron cumplidas. El maestro debe establecer esta conexión para que los alumnos aprecien el fluir profético y el cumplimiento de la Palabra de Dios. Dos profecías en particular: los 70 años de la cautividad babilónica hasta Ciro (Is. 44:28), y la reconstrucción del Templo y la ciudad de Jerusalén. El énfasis debería estar en la bondad de Dios hacia Su pueblo. Aunque castiga, Él también sana y reconstruye lo que ha destruido. Debería destacarse la fidelidad de Esdras, el gran maestro; Ester, la escogida (un tipo de la novia de Cristo); y Nehemías, el fiel administrador. Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 123 Esdras Esdras fue el maestro destacado de Israel que vivió en los tiempos de la restauración del Templo. De él podemos aprender muchas lecciones de gran valor. Fue venerado por Israel como el segundo Moisés y fue reconocido como un maestro de justicia. Además, Esdras fue conocido por su devoción (revelada en su oración penitencial narrada en Esdras capítulo 9), y su celo sacerdotal por la santidad. Fue responsable de establecer una adoración verdadera en el Templo reconstruido. En Esdras 7:10: “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos” se nos dan unas claves esenciales para la formación de la vida de un maestro de justicia. I. Esdras preparó su corazón — Todo comienza por el corazón, y nuestro corazón debe de estar dispuesto, deseoso y gozoso de emprender el ministerio que nos ha sido ordenado por Dios. Obviamente, Esdras fue un vaso escogido que respondió al llamado de Dios. Cuántos (en palabras de nuestro Señor) han sido llamados y no han sido escogidos (Mt. 22:14) simplemente porque no han apreciado el privilegio de ser considerados para ese santo y supremo llamamiento. Deberíamos, por tanto, considerar a David, quien dijo: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado” (Sal. 40:8). David también fue un maestro, como él mismo declara en el 124 Maestros de Justicia Salmo 51:13: “Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti”. Su ministerio de enseñanza se puede observar en muchos de sus salmos didácticos, como el Salmo 32, 42 y 44. David hizo la oración que todos nosotros, especialmente los maestros, deberíamos hacer: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio” (Sal. 51:10). El rey Salomón declara: “Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia” (Pr. 9:10). La idea esencial de esta cita es que si bien todas las personas pueden tener conocimiento, el hecho de entender ese conocimiento sólo está disponible para aquellos que tengan un corazón puro. II. Esdras buscó la Ley de Dios — El maestro ha de buscar los principios (ver Ec. 12:9) por medio de un estudio diligente, comparando las Escrituras con las Escrituras, puesto que es gloria de Dios el encubrir un asunto y gloria de los reyes escudriñarlo (Pr. 25:2). Además, algunas verdades son llamadas el maná oculto, y por eso no son algo obvio para aquellos que leen la Palabra de Dios de manera rápida y superficial. La verdad sale a la luz también por revelación, de ahí el clamor de los Salmos, como el Salmo 119:18: “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley”. Pablo igualmente oró por su querida iglesia de Éfeso en Efesios 1:18: “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento” para que pudieran saber cuáles eran las riquezas de la gloria de la herencia de Dios en los santos. III. Esdras enseñó los estatutos y los juicios de Dios en Israel — El Nuevo Testamento dice que nosotros somos la Israel Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 125 de Dios (ver Gá. 6:16). Los preceptos y mandamientos de Dios proveerán una guía para nosotros. El Salmo 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. Es a través de Su Palabra como podemos caminar prudentemente, evitando los hoyos y los baches del pecado que encontraremos a lo largo del camino de la vida. Su Luz en nuestro camino nos revela una visión del llamado final en nuestras vidas que nos lleva a nuestro lugar de reposo: nuestro hogar celestial. Todo esto es lo que Esdras, modelo para todos los maestros de justicia, proveyó para su generación y para aquellos que le siguieron. Seguramente condujo a muchos a la justicia y ahora esté brillando como las estrellas del cielo para siempre (Dn. 12:3). Job Job, uno de los tres hombres más justos (junto con Noé y Daniel), fue escogido por Dios para manifestar las glorias del sufrimiento con paciencia. “He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo” (Stg. 5:11). Salmos A menudo llamado el himnario de Israel, esta preciosa y valiosa colección de 150 odas es para instrucción y devoción, mejorando la vida espiritual de aquellos que meditan en ellas. Proveen consuelo y esperanza para el cansado durante su viaje terrenal, y también provee una manera muy fácil de expresar amor y apreciación a nuestro Creador por Su amor, cuidado y 126 Maestros de Justicia atención sobre nosotros. Leer los Salmos diariamente elevará nuestra madurez espiritual y nuestro fluir profético. Proverbios Este libro provee instrucción en sabiduría para la vida diaria. Se recomienda un capítulo por día para proteger a los sabios de las trampas del maligno, así como para el desarrollo de una mente que sepa discernir. Eclesiastés Escrito por Salomón en sus postreros años, este libro es una reflexión sobre sus propios errores personales en la vida y, por lo tanto, es un aviso para nosotros. Teniendo en cuenta que Salomón fue el predicador y maestro de Jerusalén, podemos prestar atención para no dejar también nosotros de obedecer las advertencias de las Escrituras, y quizá incluso de nuestros propios sermones y consejos para otros. Seamos, pues, a diferencia de Salomón, hacedores de la Palabra y no sólo lectores y maestros. Cantar de los cantares Este libro es una compilación de cinco de las 1.005 canciones que escribió Salomón (1 R. 4:32). Son claves para una relación de amor progresiva entre la Esposa y Cristo, su Esposo Celestial. Los libros proféticos Hay 16 libros proféticos, los cuales están divididos en dos secciones llamadas profetas mayores (4 libros) y profetas menores (12 libros). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 127 También existen otros profetas llamados los profetas sin escritos. Entre los más grandes de ellos se encuentran Elías y Eliseo, cuyos ministerios y vidas se narran en 1 y 2 Reyes. Estos dos profetas son tipos de Cristo y la Iglesia respectivamente. Al interpretar esta relación, es importante desarrollar el concepto de que Eliseo realizó el doble de milagros que Elías. Eliseo es un tipo del cumplimiento de Juan 14:12, donde Jesús dice que las obras que Él hizo, la Iglesia las hará también y aún mayores, porque Él iba al Padre. Por eso, al llevar la atención del alumno a este hecho, el maestro será capaz de dar una ardiente esperanza de que en los últimos tiempos esos alumnos buscarán al Señor para que Su poder milagroso pueda ser manifiesto a través de sus ministerios. Este precepto debe unirse con Daniel 11:32,33: “Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. Y los sabios del pueblo instruirán a muchos...”. Este pensamiento nos recuerda dos aspectos de los ministerios de los últimos tiempos: el poder y el conocimiento de Dios que irán de la mano en esa Iglesia gloriosa de los últimos tiempos. Los profetas mayores Isaías El libro de Isaías es el más querido de todos los escritos de los profetas, y junto con Génesis, Deuteronomio y los Salmos, es uno de los libros más citados por el Señor. El maestro ha de asegurarse de que sus alumnos tengan un buen entendimiento 128 Maestros de Justicia de este libro, el cual contiene profecías muy notables de la vida de Cristo cumplidas por Jesús al más mínimo detalle. Hay profecías concernientes al cerco asirio de Jerusalén que fueron cumplidas durante la vida del profeta en el reinado de Ezequías, rey de Judá. El surgimiento y caída de Babilonia están declarados, así como el decreto de Ciro, rey de Persia, que liberó a los judíos para que volvieran a su tierra. Esta profecía, dada aproximadamente unos 150 años antes del nacimiento de Ciro, revela la extraordinaria precisión de este libro, ya que es imposible predecir quién va a ser rey o presidente de un país dentro de unas cuantas décadas. Jeremías Este libro está lleno de hermosas y valiosas ilustraciones aplicables a las vidas de los cristianos a lo largo de los siglos. Algunas de las mejores son las tocantes a la casa del alfarero y las cisternas rotas. Estos tipos son tan encantadores como increíbles. Una, representando un vaso estropeado que fue hecho de nuevo, habla de la vida arruinada de un cristiano que, en manos del Maestro alfarero, es reconstruida de nuevo para ser otro vaso igualmente bueno ante Sus ojos. Este es un maravilloso mensaje de esperanza para los hijos pródigos. La otra, “las cisternas rotas”, es un terrible aviso contra los que acuden a cualquier fuente de consuelo y felicidad que no sea Cristo mismo. Este libro predice el sitio y la caída de Jerusalén a manos de los babilonios, lo cual se cumplió en el transcurso de la vida Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 129 del profeta. También, Jeremías declara la restauración de Israel tras 70 años de cautividad, y la restauración final durante los mil años de reinado de Cristo sobre la Tierra. Jeremías incluso profetiza el retorno de los judíos en nuestro tiempo (30:3-9), el consiguiente periodo de problemas de Jacob (o la Gran Tribulación) y luego la resurrección de David para convertirse en el príncipe de Israel en el Milenio. Todas estas profecías les aportarán a sus alumnos una gran esperanza y confianza, cuando ellos mismos vean que pueden entender que el Señor tiene un plan perfecto para el hombre sobre la Tierra y que Él tiene el control absoluto. Lamentaciones Este libro va detrás del libro de Jeremías, y fue escrito por el profeta tras la caída de Jerusalén en el año 586 a.C. Es un libro que contiene cinco lamentos que reflejan el dolor de los que desobedecieron a Dios. Ezequiel Hay ciertas verdades en este libro que son de primordial importancia tanto para los maestros como para los alumnos. Contrastan el sacerdocio de Leví (que se desvió, siguiendo los deseos del pueblo cuando ellos se alejaron de la pureza de las normas de Dios) con los sacerdotes de la familia de Sadoc, que permanecieron fieles. Aunque el Señor prometió restaurar a los alejados levitas, Él dejó claro que ellos ministrarían a Su pueblo, mientras que a 130 Maestros de Justicia los fieles hijos de Sadoc se les permitiría ministrar al Señor en Su mesa. Por lo tanto, el maestro mismo debería tener como objetivo ser fiel en todos los aspectos de la vida cristiana, buscando agradar al Señor. Al hacerlo, inspirará a los alumnos a hacer lo mismo. Se le permitirá ver eternamente el bello rostro de nuestro Señor y contemplarle tal y como Él es. Otra enseñanza importante de este libro es la revelación del Templo que se construirá en el periodo del Milenio. Las dimensiones se han de estudiar cuidadosamente, ya que (si se interpretan correctamente) revelan principios valiosísimos. Sin embargo, la enseñanza clave está en Ezequiel 43:12: “Esta es la ley de la casa: Sobre la cumbre del monte, el recinto entero, todo en derredor, será santísimo. He aquí que esta es la ley de la casa”. La palabra “santo” aparece 49 veces en el libro, mostrando la naturaleza de un verdadero sacerdote y su pasión por que el pueblo guarde y exalte la santidad de Dios. Nosotros también deberíamos recordar el título del Padre, el hecho de que Él es el “Dios tres veces Santo” (ver Is. 6:1-4). Daniel Daniel, uno de los tres hombres más justos (junto con Noé y Job), fue amado de Dios (Ez. 14:14, Dn. 9:23). En él había un espíritu excelente, y tampoco fue hallado en él ninguna falta o error. Es la representación de un siervo fiel, y como mejor se le recuerda es por su inquebrantable piedad y devoción a Dios aun a riesgo de su propia vida; y por ser preservado Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 131 incluso en el foso de los leones, los cuales después devoraron a sus acusadores. Siendo el modelo a imitar para un maestro de justicia, también fue un profeta de distinción, cuyas profecías revelan acontecimientos que están empezando a suceder en la Tierra incluso en nuestros días. Los profetas menores Son llamados así porque su contenido es menor, no porque sus profecías sean menos importantes. Oseas Este libro nos describe a Oseas como un marido paciente que ve que su infiel esposa le es restaurada después de muchos años. Es un tipo del Señor como marido de Israel, el cual espera con mucha paciencia el regreso de Israel a los caminos de justicia y de reunión con Él mismo. Un pasaje clave que muestra el corazón todo compasivo de Cristo es este: “¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión. No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad” (Os. 11:8,9). Otro pasaje importante para nosotros, que somos maestros de justicia, es el siguiente, el cual traza los pasos a seguir para que el que se ha apartado vuelva a Cristo: “Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído. Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: 132 Maestros de Justicia Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios. No nos librará el asirio; no montaremos en caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia. Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos... Efraín dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya verde; de mí será hallado tu fruto. ¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes caerán en ellos” (Os. 14:1-4, 8,9). El último versículo es una buena razón porla cual estudiar este libro tan importante, ya que refleja la caída de Efraín, la tribu que representa a las otras nueve que formaron la parte norte de la nación de Israel. (De hecho, hemos titulado nuestro comentario sobre este libro, Profetas Menores I, La Restauración de los Caídos). Joel Joel profetiza en relación con el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, y es citado por el apóstol Pedro cuando se produce el primer derramamiento para justificar los actos de los que estaban en el aposento alto tras haber sido llenos del Espíritu Santo. Este libro también habla del último sitio de Jerusalén antes de la venida del Señor, añadiendo así una justificación al punto de vista de que no habrá más paz para Israel hasta que el mismo Señor vuelva a los sitiados defensores de Sion y Sus pies pisen el monte de los Olivos. Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 133 Amós Amós, uno de los siervos del Señor con menos educación académica, fue probablemente uno de Sus más devotos seguidores. Aunque lleno de datos históricos en relación con los tiempos en los que profetizó, su libro también contiene algunos versículos dignos de mención. Estos son: “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (3:3). Este versículo vino a ser muy real en mi vida cuando estaba pastoreando una iglesia evangélica. Un diácono se negó a estar de acuerdo con las manifestaciones del Espíritu Santo al hablar en otras lenguas. El Señor dijo: “¿Podré andar con él si no está de acuerdo conmigo?” Otra cita importante está en el versículo 7 de este mismo capítulo: “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Cuando estamos en sintonía con el Señor, sabremos lo que Él está haciendo. Un solemne aviso a las iglesias que no caminan en la luz, como Él está en luz, lo encontramos en Amós 8:11: “He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová”. Este libro fue escrito en un momento de bendición económica, en el que había gente que tenía dos casas, una de verano y otra de invierno. Eran ricos e injustos, y oprimían al pobre; por lo tanto, Dios decretó un juicio y dio este terrible aviso: “… prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel” (4:12). Este es un excelente versículo para evangelistas, pastores y maestros. Se puede usar junto con 134 Maestros de Justicia Amós 5:4: “Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis”. Amós 9:11 menciona que el Señor levantará el Tabernáculo de David que está caído. Esto fue citado por el apóstol Santiago para justificar la inclusión de los gentiles en la Iglesia (Hch. 15:14-16). Después, Amós promete una cosecha poderosa en los últimos días (9:13), para la cual necesitamos una cantidad indecible de maestros de justicia para enseñar a los nuevos creyentes. No seamos, pues, negligentes en nuestro supremo y solemne llamado a reproducirnos en otros muchos para que podamos traer la cosecha a los graneros. Que Dios nos prepare para alimentar a los nuevos creyentes con el trigo más fino, y que así puedan crecer como becerros en el establo (Mal. 4:2b). Abdías El libro de Abdías, aunque es pequeño, no debería ser pasado por alto. Retrata a Esaú, quien rechazó su primogenitura, siendo hecho pequeño. También retrata cómo Dios derrama Sus bendiciones sobre los que prosiguen hacia el monte Sion espiritual. Estos luchadores queridos poseerán los lugares de morada de sus hermanos que les menospreciaron y se volvieron contra ellos. El Señor consuela a los fieles que han tenido que soportar la calumnia de quienes una vez caminaron con ellos y luego se apartaron del camino de completa obediencia al Señor, convirtiéndose así en sus enemigos espirituales. Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 135 Jonás Este libro es muy conocido por su relato del profeta Jonás estando en el vientre del gran pez. Este relato debería interpretarse literalmente, como fue confirmado y usado por Cristo cuando explicó que Él estaría en las entrañas de la Tierra durante tres días y tres noches. Este libro también se puede usar para enseñar a los que han sido llamados al ministerio pero están renuentes. El Señor, en Su infinita misericordia, persevera, a veces usando métodos extraordinarios para llevar a Sus ministros al camino que Él ha elegido para sus vidas. Las profecías de Jonás también se mencionan en 2 Reyes 14:25. Miqueas Este profeta ministró durante el tiempo de Isaías. Sus profecías confirmaron las de Isaías. Por ejemplo, Isaías 2:2,3 en particular es confirmada por Miqueas 4:2, que dice: “Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”. Esta profecía, aunque se refiere a Israel en el periodo del Milenio, debería entenderse también haciendo referencia a la Iglesia en los últimos días, cuando la gente buscará una sana enseñanza. Animemos a nuestros alumnos a ser parte de este cumplimiento, declarando los caminos de Dios y Su Ley, y haciendo clara Su Palabra a aquellos a los cuales enseñarán. Miqueas predice el lugar de nacimiento de Cristo en Belén. 136 Maestros de Justicia Miqueas 5:2 fue aludido cuando Herodes quiso saber dónde debería nacer el Mesías (Mt. 2:6). (Belén, que traducido significa “la casa del pan”, ya que Él fue el Pan de vida que vino del cielo). Nahum El significado de Nahum es “consolador”. Este libro profetiza la caída de Nínive, la capital del imperio asirio que había castigado a Israel durante un periodo de muchos años. Jonás llevó el mensaje de arrepentimiento a Nínive, pero 100 años más tarde Nahum decretó su caída (la cual ocurrió en el año 612 a.C.). Una de las exhortaciones importantes de este libro la encontramos en 1:15: “He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo”. La frase clave aquí para nosotros, como maestros, es: “Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos”. Esto se refiere a las siete fiestas del Señor enumeradas en Levítico 23. Las fiestas son importantes porque revelan verdades espirituales esenciales para la vida de cada creyente. Los maestros han de caminar en estas verdades y también enseñarlas, para poder guardar las fiestas. 1. 2. 3. 4. 5. La fiesta de la Pascua. La fiesta de los Panes sin levadura. La fiesta de las Primicias. La fiesta de Pentecostés. La fiesta de las Trompetas. Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 137 6. El día de la Expiación. 7. La fiesta de los Tabernáculos. Consideraremos los principios espirituales subyacentes de cada una de las fiestas más adelante, cuando veamos las “siete parábolas” en el Evangelio de Mateo. (Un estudio más detallado de estas fiestas se puede encontrar en nuestro libro titulado “Fiestas y ofrendas”). Hay otro principio que haríamos bien en mencionar. Nahum declara que el día que Babilonia derribara Nínive, los habitantes de Nínive se emborracharían de vino. Eso fue lo que sucedió cuando Jerusalén (y después Babilonia) cayeron. El Señor envío un espíritu de embriaguez sobre los defensores. Por lo tanto, uno debería advertir a los siervos del Señor a no ingerir bebidas fuertes. Habacuc En la interpretación de las Escrituras, como ya hemos mencionado, Israel es un tipo de la Iglesia. Una de las principales preocupaciones del profeta es la anarquía, y aquí podríamos unir este tiempo de la historia de Israel con el tiempo de los jueces, caracterizado por la frase: “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jue. 17:6). Esta frase, sin duda alguna, describe a la Iglesia en los días anteriores al avivamiento mundial, en los cuales una falta de piedad y santidad impregna las congregaciones. El profeta después habla de un hecho muy importante de la vida. Básicamente, uno debe tener una visión de las cosas 138 Maestros de Justicia que están a lo lejos en el tiempo y la eternidad para poder vencer aquí en esta vida (Hab. 2:1-3). El maestro debe de enfatizar a los alumnos la importancia de esperar en el Señor para recibir una visión personal de los propósitos del Señor para sus vidas, así como Su propósito para la Iglesia. De esta manera Habacuc, hablando de la Iglesia, dice: “Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Hab. 2:14). Animémonos, pues, y animemos a otros a elevar nuestra visión más arriba para que podamos ver la gloria de Dios. Otro principio primordial en este libro profético es que “el justo por la fe vivirá” (Hab. 2:4). Esta verdad, desarrollada por el apóstol Pablo en Romanos y Gálatas, forma la base de la vida de cada creyente en Cristo. Sofonías Este libro contiene una advertencia asombrosa. La nación de Israel, una vez deseada por todos por el realce que le daba la belleza de la presencia de Dios, ahora sería menospreciada debido a su pecado. Sería una nación que recibiría los juicios de Dios. Después le sigue una solemne advertencia que se aplica a todos nosotros en estos últimos días: “Antes que tenga efecto el decreto, y el día se pase como el tamo; antes que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, antes que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros. Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová” (2:2-3). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 139 La advertencia no sería para Jerusalén, que aquí es llamada “la ciudad alegre que estaba confiada”, sino que sería para el “remanente” de la ciudad (2:15). El Señor dijo: “dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová. El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice... En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos. Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos” (3:12-13, 16-17). Este es, por supuesto, el objetivo de la vida cristiana: llevar una vida agradable a los ojos de Dios, haciendo que Él se goce sobre nosotros. Hageo Hageo detalla algunos de los pasos de la reconstrucción del Templo, y (junto con Zacarías, Malaquías, Esdras y Nehemías) cubre el periodo conocido como la era de la restauración. Algunos versículos destacados de este libro son Hageo 1:4-5: “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos”. Aquí tenemos la reprensión del Señor en relación con el hecho de que la gente estaba construyendo casas para ellos mismos muy bien distribuidas pero se estaban olvidando de la casa del Señor. Como consecuencia, el Señor les envió flaqueza económica. Debido a este aviso, los constructores 140 Maestros de Justicia originales, Zorobabel el gobernador y Josué el sumo sacerdote, reanudaron la construcción. Hay una recompensa muy alentadora prometida a Zorobabel: que él sería como un sello, porque el Señor le había escogido. ¡Qué recompensa a la fidelidad para presentarles a nuestros alumnos! Luego hay otra promesa que se aplica a la Iglesia de los últimos días en 2:9: “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos”. La Iglesia de los últimos días conocerá un poder mayor y una mayor gloria que la que tuvo la Iglesia primitiva en el día de Pentecostés y durante los tiempos de los Hechos de los apóstoles. Esta gloriosa promesa dará una gran esperanza a las generaciones que nuestros alumnos levantarán. Zacarías Como el profeta compañero de Hageo, este libro está lleno de esperanza para la Iglesia y para Israel. El amor de Dios por Su pueblo se observa de manera muy hermosa en la frase en el pasaje en 2:8: “… porque el que os toca, toca a la niña de su ojo”. Además, hay mucho ánimo para el que edifica una iglesia o congregación: “Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra” (Zac. 4:9-10). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 141 De esta manera, el edificador recibe fuerza para creer que el Señor (quien le dio el trabajo a realizar desde un principio) sin duda le capacitará para poder terminar la obra. Aunque los comienzos sean pequeños, serán como la pequeña semilla de mostaza, que al final se convierte en un árbol fuerte, o la pequeña bellota que se convierte, con el tiempo, en un robusto roble. En Zacarías 10:1 hay un tópico teológico muy importante: que el Señor tiene Su tiempo, y que nosotros hemos de ser conscientes de eso, como le dijo Jesús a Jerusalén sobre el tiempo de Su visitación. Cuando Dios se va a mover con un avivamiento, es tiempo de orar específicamente por el derramamiento de la lluvia postrera de Su Espíritu (la cual es siete veces mayor que el derramamiento de la lluvia primera que hubo el día de Pentecostés). Por lo tanto, animemos a los maestros dondequiera que se encuentren a preparar a sus alumnos para esta manifestación increíble de Su poder y Su gloria. Zacarías contiene muchas referencias sobre la Segunda Venida de Cristo y los acontecimientos que ocurrirán en ese bendito tiempo. Malaquías Este es el ultimo libro del Antiguo Testamento, y señala tanto la primera como la Segunda Venida de nuestro Señor. También declara claramente que la Iglesia se extenderá por todo el mundo y proclamará la gloria de Su nombre (1:11). Hablando de Leví, también describe las cualidades de un 142 Maestros de Justicia verdadero maestro de justicia: “Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos” (2:4-7). El sacerdote tenía una relación de pacto con el Señor de vida y paz por su temor reverente del Señor. La ley de verdad estaba en su boca y no fue hallada iniquidad en sus labios. Caminó con Dios e hizo que muchos abandonaran su iniquidad. El maestro o sacerdote es el mensajero de Dios, y debería guardar el conocimiento, como vemos en Proverbios 23:23: “Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia”. La gente que teme a Dios y que habla a menudo a su compañero será el especial tesoro del Señor cuando sea abierto el libro de memoria delante de Él (3:16). Estos versículos deberían usarse para animar a maestros y alumnos a compartir y hablar de experiencias y textos de la Escritura con los demás de una forma alegre y reverente. Después, en el capítulo 4:2, hay una promesa positiva de que el Señor, como Sol de justicia, se levantará sobre las Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 143 congregaciones con sanidad en sus alas. Es una promesa hacia la que debemos avanzar y recibir para que podamos ver el poder sanador del Señor en nuestros ministerios. El libro termina con una mención a los dos profetas más grandes, Moisés y Elías, a los que se dirige como los ungidos que están delante del Señor de toda la tierra en Zacarías 4:11-14 y de nuevo en Apocalipsis 11:3,4 (ver Mt. 17). Moisés fue el dador de la Ley, y Elías fue quien predicó el arrepentimiento. Estos mensajes y enseñanzas son esenciales en los últimos tiempos. El mensaje de Juan el Bautista y de Jesús fue el arrepentimiento. El nuevo pacto es tener la Ley de Dios escrita sobre las tablas de carne de nuestro corazón. El último versículo de Malaquías habla de la necesidad de que las familias se reúnan para recibir la bendición de Dios. Así pues, el matrimonio y la familia son una enseñanza esencial para todas las personas en la Iglesia. No hay una mejor enseñanza que la de asegurar que los maestros de justicia enseñan por medio de su ejemplo en sus propias familias. EL NUEVO TESTAMENTO El Nuevo Testamento, compuesto por 27 libros, puede ser dividido en las siguientes partes: los Evangelios, el libro histórico de Hechos, las epístolas y el libro de Apocalipsis. Los cuatro Evangelios Los Evangelios están compuestos por cuatro libros escritos 144 Maestros de Justicia por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estos Evangelios se pueden comparar con las cuatro cabezas de los seres vivientes de Ezequiel capítulo 1, que son: 1. El Evangelio de Mateo — el león (hablando de Cristo como rey). 2. El Evangelio de Marcos — el buey (hablando de la servidumbre y sacrificio de Cristo). 3. El Evangelio de Lucas — el rostro del hombre (hablando de Cristo como el Hijo del hombre). 4. El Evangelio de Juan — el águila (hablando de Cristo como el Hijo de Dios). El Evangelio de Mateo Mateo, quien era contador, organizó su Evangelio bajo encabezados; por lo tanto, este libro es especialmente bueno para enseñar. Un bosquejo de Mateo podría ser algo similar a esto: I. Genealogía de Cristo, nacimiento, huida a Egipto y regreso a Nazaret (1:1-2:23). II. Comienzo del ministerio de Jesús y el Sermón del monte (3:1-7:29). El Sermón del monte se debería tratar en gran detalle, ya que es comparable a la Ley dada a Israel en el monte Sinaí. Aquí Jesús, el profeta semejante a Moisés, expone las normas por las cuales Su Iglesia debe vivir. III. Diez milagros seguidos de un mandato a Sus discípulos para que hagan lo mismo enviándolos de dos en dos Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 145 (8:1-11:1). De esta manera, como maestros, deberíamos enfatizar no sólo las enseñanzas de Jesús, sino también Sus milagros. Él dijo: “creedme por mis obras”. Deberíamos animar a nuestros alumnos a buscar al Señor para obtener un ministerio “seguido de señales” que respalde y complemente sus testimonios. IV. El elogio que Cristo hace de Juan el bautista (su primo) —Él declaró que no había habido nadie mayor entre los nacidos de mujer y que, de hecho, Juan es un tipo de Elías. El maestro podría emplear un tiempo que le sería de mucho beneficio comparando a los dos. No obstante, Elías todavía vendrá antes de la Segunda Venida de Cristo. Jesús declara que en el juicio, Tiro y Sidón serán juzgadas más favorablemente que Capernaum, una ciudad que no se arrepintió incluso después de haber visto los milagros que Jesús hizo allí mismo. V. El discurso con los fariseos sobre hacer el bien en el día de reposo —El Señor declaró que de la abundancia del corazón habla la boca, queriendo decir que los argumentos de los fariseos al oponerse a que sanara a los enfermos y afligidos en el día de reposo eran, en efecto, el resultado de su malvado corazón. En el capítulo 12, el Señor declaró que Él es el Señor del día de reposo, y mayor que Salomón, pero ellos no entendieron. Al enseñar este capítulo, se debería hacer un gran énfasis en la prioridad de la misericordia sobre los sacrificios. El cristianismo es una religión del corazón, y no de 146 Maestros de Justicia mandamientos externos. También, el maestro debe señalar que en respuesta a los que le dijeron que Su madre y Sus hermanos estaban fuera, Él declara aquí que cualquiera que hace la voluntad de Dios es Su madre, y hermana y hermano. VI. Las siete parábolas del Reino —Estas parábolas tienen una interpretación y aplicación de largo alcance, dibujando la obra progresiva de la gracia en la vida del creyente. Además, predicen el desarrollo de la Iglesia a lo largo de los siglos hasta que llegue el tiempo de la cosecha en la Segunda Venida de nuestro Señor. Estas siete parábolas se pueden unir claramente con las siete fiestas del Señor (Lv. 23) así como con las siete iglesias de Apocalipsis en los capítulos 2 y 3. De esta manera, podríamos interpretar su mensaje de la siguiente forma: 1. La fiesta de la Pascua —La parábola del sembrador— Esta parábola habla de sembrar el mensaje del evangelio de salvación. 2. La fiesta de los Panes sin levadura —La parábola del trigo y la cizaña —Esta parábola trata sobre guardarse de las falsas doctrinas y las obras de los hijos de este mundo. 3. La fiesta de las Primicias —La parábola de la semilla de mostaza— La semilla de mostaza, aunque es una semilla muy pequeña, se convierte en un árbol fuerte, que da sombra y socorro a muchos. Jesús enseñó que “a menos que el grano de trigo” caiga al suelo y muera, no lleva fruto, pero si muere, da mucho fruto (Jn. 12:24). Un grano de mostaza debe morir para poder dar fruto. Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 147 El bautismo en agua también está ligado a la fiesta de las Primicias, ya que Cristo representa las primicias de entre los muertos, y somos bautizados en agua para levantarnos con Él para una vida nueva (Ro. 6:4). Por lo tanto, el bautismo en agua es ser enterrado con Cristo y resucitado con Él para caminar con Él en una vida nueva, y así poder dar mucho fruto. Primera de Corintios 15:20 también habla de Cristo habiendo sido ofrecido al Señor, al igual que los primeros frutos se mecían delante del Señor como una ofrenda mecida para Él. 4. La fiesta de Pentecostés —La parábola de la mujer que leudó las tres medidas de harina —Esta parábola se podría interpretar como la Palabra y el Espíritu de Dios que entran en nuestro espíritu, alma y cuerpo hasta que todo nuestro ser queda impregnado de Su Espíritu. Los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo cuando fue derramado en el día de Pentecostés. Es digno de notar que la ofrenda que había que hacer en el día de Pentecostés era de panes cocidos con levadura, según Levítico 23:17. 5. La fiesta de las Trompetas —La parábola del tesoro escondido— Esta parábola habla de un nuevo comienzo, una verdad fresca y el maná escondido de Su Palabra. La fiesta de las Trompetas significa el llamado de Dios a levantarnos ahora hasta llegar a nuevas alturas y experiencias en Él. 6. El día de la Expiación —La perla de gran precio— Esta parábola habla de venderlo todo para ganarlo a Él. En el día de la Expiación se produce una limpieza fresca y más 148 Maestros de Justicia profunda, con el entendimiento de que debemos abandonarlo todo para ganar a Cristo (Fil. 3:8). 7. La fiesta de los Tabernáculos —La parábola de la red— Finalmente, esta última parábola habla sobre traer la cosecha de los últimos tiempos, al igual que la fiesta de los Tabernáculos es la celebración de la cosecha de Israel. Un pequeño versículo que es muy preciado para los maestros de justicia es Mateo 13:52: “El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”. ¿No es esto lo que queremos ser? Que seamos nosotros de aquellos que sacan principios viejos junto con las verdades frescas que hemos recibido por la gracia de Dios, y llevemos siempre a nuestros alumnos hacia delante y creciendo en nuestro viaje espiritual desde la Tierra hasta el cielo. VII. Varios relatos en Mateo, capítulos 14-17 – Esta sección incluye el relato del martirio de Juan el Bautista y la historia sobre la valentía de Pedro al caminar sobre las aguas por mandato de Jesús. Jesús reprende a los fariseos, llamándoles “ciegos guías de ciegos” porque sus corazones estaban lejos del Señor. Que nosotros siempre clamemos al Señor para que nuestros ojos estén ungidos con colirio para poder ver los benditos tesoros escondidos de Su Palabra. Entonces, Jesús elogia a la mujer de Canaán por su gran fe. Después de esto viene el milagro de la provisión, alimentando Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 149 a 4.000 personas. Tras la declaración de Pedro de que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, Pedro recibe las llaves del reino. Este es un privilegio que creemos que Jesús gustosamente le dará a otros para que manifiesten Su poder sobre la Tierra y den a conocer Su gloria, ya que Él dijo: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18:19,20). La experiencia del monte de la Transfiguración, cuando Moisés y Elías aparecieron y hablaron de Su fallecimiento, fue también la ocasión en la que el Padre dijo: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia; a Él oíd”. Que sea así con nosotros también, que podamos oírle a Él. Moisés y Elías son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la Tierra (ver Zacarías 4 y Apocalipsis 11). VIII. Discurso sobre quién es el mayor en el reino de los cielos —Jesús declaró: “Así que cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos” (Mt. 18:4). Esto debería relacionarse con la primera bienaventuranza, que dice: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt. 5:3). Después sigue la enseñanza sobre el perdón. En realidad, Jesús dijo que debemos perdonar siempre a los que nos lo pidan. Hay un solemne aviso de que si no lo hacemos, seremos echados al lugar de tormentos. 150 Maestros de Justicia IX. El ultimo viaje de Cristo a Jerusalén y varios discursos (capítulos 21-23) —Tenemos que destacar la nobleza de carácter que le hace estar firme en Su propósito de ir a la cruz. Es esencial que mostremos Su hombría, dedicación y devoción para cumplir la santa voluntad de Su padre en el cielo. No fueron la enseñanza de Cristo ni Sus milagros lo que supuso la mayor amenaza para Satanás y su reino. Era la cruz (y Satanás lo sabía bien) la que iba a destruir su poder y expulsarle a los abismos, y finalmente al tormento eterno del lago de fuego. Después sigue la increíble advertencia de que aquellos que se casan con divorciados cometen adulterio (19:9), y otro aviso sobre lo difícil que es para un hombre rico entrar en el reino de los cielos (19:24). Mateo 20:15 nos presenta la parábola del trabajador que trabajó once horas y recibió el mismo salario que los que trabajaron toda su vida en la viña del Maestro. De nuevo Jesús nos da un discurso sobre la grandeza, diciendo que el que sirve a los demás recibirá el primer lugar (20:27). En el versículo 34 de este mismo capítulo, tenemos la sanidad del ciego de Jericó. En el capítulo 21 tenemos la entrada triunfal del Señor en la ciudad de Jerusalén montado en un pollino, para cumplir Zacarías 9:9: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna”. El maestro debería destacar el hecho Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 151 de que Jesús continuamente cumplió las profecías del Antiguo Testamento. También, que Él entró en Jerusalén montado en un pollino, en un espíritu de mansedumbre, pero cuando regrese lo hará sobre un caballo, para conquistar y derrotar a Sus enemigos (Ap. 19:11). En Jerusalén tenemos la limpieza de los mercaderes del Templo, y hemos de tener cuidado aquí de que nuestras iglesias no participen de este pecado de la mercadería de las cosas espirituales. Después viene la maldición de la higuera (símbolo de Israel) que no daba fruto. A la par de esto, hemos de ver también el aviso de la parábola de la vid (Jn. 15:1-8). Luego, el Señor muestra mediante una parábola que los fariseos son responsables de la muerte de los profetas, y que tratarán al Hijo de Dios de la misma manera. Jesús es la piedra que los edificadores despreciaron, cumpliendo así el Salmo 118:22: “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo”. En Mateo 22 tenemos la parábola de la fiesta de bodas, cuando aquellos que fueron invitados (refiriéndose a Israel) menospreciaron su oportunidad e incluso mataron a los mensajeros del Señor. Así pues, el Señor les dio la oportunidad a los pobres, pero el que no tenía un vestido de bodas fue echado a las tinieblas, queriendo decir que debemos (como Esposa que somos, según Apocalipsis 19) estar vestidos de lino fino, la justicia de los santos. Luego sigue el discurso sobre los dos grandes 152 Maestros de Justicia mandamientos de la Ley: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (22:37-40). Que podamos practicar y enseñar estos maravillosos mandamientos. En el capítulo 23 Cristo pronuncia ocho lamentos sobre los líderes religiosos de Su tiempo, terminando con un clamor por la destrucción que iba a llegar sobre Jerusalén por no haber querido recibirlo a Él en aquel entonces, y por no haberlo recibido antes a través de los profetas. X. Los capítulos 24, 25 definen claramente las enseñanzas del Señor sobre escatología. Comienzan con este sombrío aviso: “Mirad que nadie os engañe”. El capítulo 24 debería usarse como un marco dentro del cual todos los demás versículos de la Escritura que tratan sobre los últimos tiempos (antes de la Segunda Venida) deben verse. Básicamente, relata aquí las grandes tragedias que sucederán en el mundo. Los siguientes acontecimientos ocurrirán consecutivamente: 1. El amor de muchos se enfriará (24:12, ver Is. 60:2; 2 Ts. 2:3). 2. Habrá un avivamiento mundial (24:14). 3. La Abominación Desoladora se establecerá en el Lugar Santo (24:15, ver Dn. 9:27; 11:31; 12:11). 4. Luego vendrá la Gran Tribulación, también denominada el tiempo de angustia para Jacob (24:21, Jer. 30:1-7). 5. Inmediatamente después de la Tribulación, el Sol se Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 153 oscurecerá antes del día terrible del Señor (24:29, Joel 2:31). 6. Luego aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, viniendo sobre las nubes en gran gloria (24:30). 7. Nadie conoce el día, sólo el Padre celestial (24:36), lo cual debería servirnos para inculcar en todos los alumnos una seria advertencia a no especular sobre el tiempo de Su Segunda Venida. 8. El juicio de las naciones tendrá lugar, con la división de las ovejas y los cabritos (25:31-33). En estos capítulos hay serios avisos en relación con la fidelidad (así como con ser productivos), porque todo hombre tendrá que dar cuentas al Señor de sus obras aquí sobre la Tierra. (La parábola de los talentos se debería comparar con la parábola de las minas en Lucas 19). XI. Los capítulos 26,27 presentan la crucifixión del Señor y los eventos que dieron lugar a la cruz. Estos eventos se han de enseñar juntamente con el relato de los otros Evangelios para obtener una visión más amplia y un mejor entendimiento de esta semana extremadamente patética en la historia de la humanidad. XII. El capítulo 28 habla sobre la bendita resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. De nuevo, sólo se puede enseñar un relato completo si se hace referencia a las historias paralelas de los demás Evangelios. (Recomendamos nuestro libro titulado La cruz y la resurrección de Cristo, para un estudio más extenso. 154 Maestros de Justicia El Evangelio de Marcos Este Evangelio es el primero y el más cronológico de los Evangelios. De hecho, fue Pedro quien se lo dio a Marcos, su hijo espiritual (1 P. 5:13). Fue escrito para los romanos, y es un relato rápido y vivaz de la vida, ministerio, muerte y resurrección de nuestro Señor. Ya que hemos analizado Mateo en gran detalle, simplemente haremos aquí un bosquejo de Marcos. Se puede dividir en tres partes: I. Los milagros de Jesús. II. Las parábolas de Jesús. III. Los discursos de Jesús. Cada una tiene 18 secciones o episodios (el número 18 es símbolo de fuerza) I. Los 18 milagros registrados de Jesús. 1. Un endemoniado en Capernaum. 2. Sanidad de la suegra de Pedro. 3. Sanidad de un leproso. 4. Sanidad de un paralítico. 5. Sanidad de una mano seca. 6. Calma de una tormenta. 7. Sanidad del endemoniado gadareno. 8. Resurrección de la hija de Jairo. 9. Sanidad de una mujer con flujo de sangre. 10. Alimentación de los 5.000. 11. Caminando sobre el mar. 12. Sanidad de la hija de la mujer sirofenicia. 13. Sanidad del hombre sordomudo. 1:23-28 1:29-31 1:40-45 2:3-12 3:1-5 4:35-41 5:1-20 5:22-43 5:25-34 6:35-44 6:45-52 7:24-30 7:31-37 Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 155 14. Alimentación de los 4.000. 15. Sanidad del ciego de Betsaida. 16. Liberación de un niño endemoniado. 17. Sanidad del ciego Bartimeo. 18. Maldición de la higuera. II. Las 18 parábolas registradas de Jesús 1. Pescadores de hombres. 2. El enfermo y el médico. 3. El esposo. 4. Paño nuevo y vestido viejo. 5. Vino nuevo y odres viejos. 6. El reino dividido. 7. La casa dividida. 8. Cómo vencer al hombre fuerte. 9. El sembrador. 10. La lámpara. 11. La semilla que crece en lo secreto. 12. La semilla de mostaza. 13. Contaminación interior. 14. Ocasiones de caer. 15. Los labradores malvados. 16. La piedra desechada. 17. La higuera. 18. El portero. III. Los 18 discursos registrados de Jesús 1. El día de reposo. 2. El pecado imperdonable. 3. La madre y los hermanos de Cristo. 4. Adoración ceremonial. 5. Tomar la cruz. 8:1-9 8:22-26 9:14-29 10:46-52 11:12-14 1:16-17 2:17 2:19-20 2:21 2:22 3:24 3:25 3:27 4:2-8 4:21-22 4:26-29 4:30-32 7:14-23 9:43-47 12:1-9 12:10-11 13:28-29 13:34-37 2:23-28 3:28-29 3:33-35 7:1-23 8:34-9:1 156 Maestros de Justicia 6. Humildad, tolerancia y ofensas. 7. Divorcio. 8. Riquezas, auto-sacrificio y recompensas. 9. La verdadera grandeza. 10. Fe y oración. 11. El tributo al Cesar. 12. La resurrección. 13. Los grandes mandamientos. 14. Guardarse de los escribas. 15. El dar. 16. La Segunda Venida. 17. La institución de la última Cena. 18. La gran comisión. 9:33-50 10:1-12 10:17-31 10:13-16 11:23-26 12:13-17 12:18-27 12:28-36 12:34-40 12:41-44 13:1-27 14:22-25 16:15-18 El Evangelio de Lucas El apóstol Lucas, el médico querido de la Iglesia primitiva, ha sido reconocido por el teólogo y filósofo francés, Ernest Renans, como la persona que ha escrito el mejor libro del mundo. Ciertamente, en el interior de las páginas de este Evangelio encontramos relatos de la vida de Cristo que no encontramos en los demás Evangelios. Estos relatos (tales como las parábolas de la oveja perdida, la moneda extraviada o el hijo pródigo) han inspirado a innumerables evangelistas a lo largo de los siglos a hacer un llamamiento a este mundo perdido y moribundo. Aunque él mismo no era pintor, Lucas ha inspirado grandes obras de arte, tales como La conversión de San Pablo, de Miguel Angel, La liberación de San Pedro, de Rafael, así Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 157 como las pinturas de los dos en el camino de Emaús, el cual cuelga en muchas de las paredes de nuestras casas hoy en día. De hecho, el apóstol Lucas empezó a ser conocido en el siglo XIII como el patrón de los pintores. Fue llamado el creador de himnos de la Iglesia porque su Evangelio contiene el Ave María (1:28-31), el Magnificat (1:46-55), el Benedictus (1:68-79), el Gloria in Excelsis (2:14), y el Nunc Dimittis (2:29-32). Lucas no sólo llena este Evangelio de gozo y alegría, sino que también enfatiza la oración persistente, ilustrado en el amigo persistente (11:5-10), la viuda insistente (18:1-8) y el fariseo y el recaudador de impuestos (18:9-14). De hecho, hay más pasajes en Lucas sobre la oración que en los demás Evangelios, en especial sobre la vida de oración del Señor (ver 3:21; 5:16; 6:12; 9:18-29; 11:1-4; 23:34-46.) Estos aspectos de Lucas nos ayudan, como maestros, a ser más definitivos a la hora de contrastar los Evangelios, y nos capacitan para concentrarnos en temas específicos no mencionados en otros Evangelios. Ahora presentamos un repaso general del Evangelio de Lucas con el propósito de estudiarlo, desglosando la vida de Cristo en segmentos para poderlos estudiar cronológicamente. I. II. III. IV. Prólogo. Nacimiento e infancia de Jesús. Comienzo del ministerio público de Cristo. Ministerio en Galilea. 1:1-4 1:5-2:52 3:1-4:13 4:14-9:50 158 Maestros de Justicia V. De Galilea a Jerusalén. VI. Últimos días de Jesús y crucifixión. VII.Su resurrección y ascensión. 9:51-19:27 19:28-23:56 24:1-53 El Evangelio de Juan Los padres de la Iglesia primitiva le llamaron el Evangelio espiritual. Fue escrito para completar la revelación de Jesucristo hecha por los otros tres autores. Está escrito usando un lenguaje muy sencillo (el vocabulario contiene meramente 1.500 palabras), y puede ser leído fácilmente incluso por un niño. Sin embargo, esta simplicidad aparente contiene tesoros escondidos y principios espirituales profundos. Incluso el más erudito de los teólogos confesaría que toda una vida no es suficiente para llegar a comprender las verdades que en él se contienen. Para nuestro estudio, hemos presentado la siguiente guía para este Evangelio, que revela su particularidad. Se puede dividir en series de tres grupos de siete, como ilustramos ahora por medio del siguiente esquema. I. Los siete Yo soy de Cristo 1. El Pan de vida. 6:35-48 2. La luz del mundo. 8:12; 9:5 3. La Puerta. 10:7-9 4. El Buen Pastor. 10:11-14 5. La resurrección y la vida. 11:25 6. El camino, la verdad y la vida. 14:6 7. La Vid verdadera. 15:1 II. Las siete señales antes de la resurrección de Cristo Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 159 Hay siete señales antes de la resurrección en el Evangelio de Juan, y una señal después de la resurrección. No son simplemente milagros, sino señales seguidas de una verdad espiritual. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Cristo convierte el agua en vino. Cristo sana al hijo de un noble. Cristo sana al hombre paralítico. Cristo alimenta a los 5.000. Cristo camina sobre el agua. Cristo sana al hombre ciego de nacimiento. Cristo resucita a Lázaro de la muerte. 2:1-11 4:46-54 5:1-9 6:1-4 6:15-21 9:1-41 11:1-44 III. Los siete discursos principales de Cristo en Juan 1. El nuevo nacimiento. 3:1-36 2. El agua de vida. 4:1-42 3. El Hijo divino. 5:19-47 4. El Pan de vida. 6:22-66 5. El Espíritu que da vida. 7:1-52 6. La luz del mundo. 8:12-59 7. El Buen Pastor. 10:1-42 Hechos de los apóstoles Este libro narra la fundación de la Iglesia el día de Pentecostés por medio del derramamiento del Espíritu Santo sobre los 120 que estaban en el aposento alto. La consecuencia de este derramamiento fue que los discípulos fueron bautizados con el Espíritu Santo, con la evidencia inicial de hablar en otras lenguas. Tras esto, cumplieron el mandamiento del Señor y testificaron en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra (1:8). 160 Maestros de Justicia Este libro es un relato del ministerio de Pedro, y luego del ministerio de Pablo, según lo narra el historiador de la Iglesia primitiva: el apóstol Lucas. Fue a través de Pedro como los gentiles oyeron por primera vez el evangelio (en la casa de Cornelio) y después fueron bautizados en el Espíritu Santo mientras Pedro aún estaba predicando. Después de eso, fueron bautizados en agua. Pablo (originalmente Saulo, el perseguidor de la Iglesia) se convirtió en el apóstol de los gentiles, mientras que Pedro volvió a su llamado original de ministrar a los judíos. Desde el capítulo 13 en adelante, encontramos los relatos de los tres viajes misioneros del apóstol Pablo, seguidos por su comparecencia ante Félix, el gobernador romano en Cesarea. De ahí, fue enviado a Roma, donde se le permitió morar en su propia casa alquilada durante dos años, y con este relato termina el libro. Sin embargo, el mensaje de este libro nos enseña claramente que los apóstoles hicieron los mismos milagros que hizo el Señor, y aún más. Enseñaron las verdades en relación con el Señor Jesucristo; además, podemos entender por medio del ministerio de Pablo cómo deberíamos llevar a cabo nuestros esfuerzos misioneros, al ver cómo Pablo iba a los principales centros de las provincias y desde allí otros llevaban el mensaje a todos los alrededores de aquella área. Podríamos citar un caso en particular para sustanciar este método. Pablo estaba en Éfeso, enseñando en la escuela de Tirano, como leemos en 19:10: “Así continuó por espacio de Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 161 dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús”. El primer concilio en Jerusalén decretó la doctrina que debían predicar, con lo cual el mensaje estaba unificado (15:13; 16:4). Esperamos que en los últimos tiempos este sea también el caso, cuando venga el avivamiento mundial a la Iglesia y se cumpla el siguiente versículo: “¡Voz de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que Jehová vuelve a traer a Sion” (Is. 52:8). Recomendamos que este libro de Hechos se enseñe de una manera alentadora, enfatizando que el Espíritu Santo hará más en el avivamiento de los últimos tiempos de lo que hizo en la Iglesia primitiva, al igual que el mejor vino llegó en último lugar en las bodas de Caná (Jn. 2:1-10). Recomendamos a los maestros que al enseñar este libro demuestren el dinamismo de la Iglesia primitiva, cuando los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo, poniendo énfasis en su mensaje y su sufrimiento (especialmente el de Pedro y Pablo, y el martirio de Esteban). Por lo tanto, como ya hemos mencionado, la clave para propagar el mensaje fue hacerlo a través de ciudades estratégicas de las naciones y provincias. Que la Iglesia de los últimos tiempos tenga el mismo celo y compromiso. El libro de Romanos Llamado la “obra maestra del Nuevo Testamento”, el libro de Romanos contiene todas las doctrinas esenciales de la Iglesia. Daremos éstas en forma de bosquejo detallado, dividiendo así el libro en ocho partes principales: 162 Maestros de Justicia I. El propósito del ministerio 1:1-17. 1. Llevar a los hombres a la obediencia de la fe (1:5). 2. Impartir algunas verdades espirituales (1:11). 3. Tener fruto que permanece (1:13, cfr Jn. 15:16). 4. Predicar con la actitud de un deudor que está devolviendo una deuda (1:14). 5. Predicar sin avergonzarse del evangelio (1:16a). 6. Predicar en el poder de Dios para salvar a los que crean (1:16b). 7. Enfatizar “que el justo vivirá por la fe” (1:17; Hab. 2:4). II. La ira de Dios 1:18-3:20 1. La ira de Dios sobre un mundo pagano (1:18-32). 2. La ira de Dios sobre los judíos (2:1-3:8). 3. La ira de Dios sobre todo el mundo (3:9-20). III. La justicia de Dios 3:21-5:21 1. Nuestra necesidad de justificación (3:21-31). 2. La provisión de Dios para nuestra necesidad (4:1-5:21). IV. La vida de Dios 6:1-8:39 1. Una vida de santidad – gobernada por tres palabras: saber, considerar y ceder (6:1-19). 2. Libres de la Ley (7:1-25). 3. Andando en el Espíritu (8:1-39). V. La elección de Dios 9:1-11:36. VI. El servicio de Dios 12:1-21. VII. El reino de Dios 13:1-14:23. VIII. La paciencia, esperanza y poder de Dios 15:1-16:27. Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 163 Las epístolas a los Corintios Corinto era una ciudad de mala reputación debido a su prostitución y paganismo. Esta carta es una respuesta pastoral a 10 graves problemas de la iglesia, la mayoría de los cuales nuestros alumnos encontrarán personalmente en un grado u otro en su ministerio. ¡Han de tener, por lo tanto, las respuestas correctas! La primera epístola a los Corintios I. II. III. IV. V. VI. VII. VIII. IX. X. Un espíritu sectario. Incesto. Pleitos. Fornicación. Matrimonio y divorcio. Comer alimento ofrecido a los ídolos. El asunto de llevar el velo. La Cena del Señor. Dones espirituales. Resurrección corporal. La segunda epístola a los Corintios La primera epístola no solucionó todos los numerosos problemas que esta joven iglesia estaba experimentando, por lo que Pablo se vio obligado a escribir de nuevo unos cinco años más tarde (alrededor del año 55 d.C.). Él había experimentado ataques personales y tuvo que defender su autoridad. Esta situación debería estudiarse cuidadosamente, ya que levantará el ánimo de los alumnos, quienes más adelante en la vida puede que encuentren oposición a sus enseñanzas en algunos lugares. El libro se puede dividir, en líneas generales, en tres partes: 164 Maestros de Justicia I. Defensa de su conducta y ministerio (cap.1-7). II. La ofrenda recaudada en favor de los santos pobres de Judea (cap.8, 9). III. Reproche a sus oponentes y defensa de su autoridad apostólica (cap.10-13). La epístola a los Gálatas Galacia, una región dentro de lo que hoy día se denomina Turquía, recibe su nombre de una tribu de Galia que inmigró allí en el siglo III a.C. La región contiene las ciudades de Antioquia, Iconio, Listra y Derbe, ciudades en las que Pablo había ministrado durante su primer viaje misionero (Hch. 14:1-28) y de nuevo en su segundo viaje misionero (Hch. 16:1-6). Surgió un serio problema en aquella área, ya que los creyentes habían sido desviados del evangelio de la gracia. Por lo tanto, la epístola queda dividida en tres partes: I. Defensa de Pablo de su autoridad apostólica y, por ende, de la autenticidad de su evangelio (cap. 1-2). II. Una exposición maestra del triunfo de la gracia sobre la Ley (cap. 3-4). III. Una exhortación a andar en el Espíritu y una comparación entre 17 obras de la carne y los nueve frutos del Espíritu, con un serio aviso de que lo que el hombre sembrare eso también segará (cap. 5-6). La epístola a los Efesios Éfeso era uno de los principales centros de la Iglesia primitiva, y de Éfeso el evangelio salió a toda la provincia de Asia Menor. Pablo levantó esta iglesia y pasó mucho tiempo enseñando Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 165 allí. El tema de esta epístola puede decirse que es la perfección espiritual, la cual es el amor. Fue en este punto precisamente donde la iglesia de Éfeso fue reprendida en Apocalipsis 2 por haber dejado al Señor Jesucristo, su primer amor. Es digno de notar que en la vida a menudo somos probados no en nuestras áreas más débiles, sino en aquello por lo que somos más conocidos. Tenemos ejemplos como Moisés (el hombre más humilde), que fue provocado en su espíritu a golpear la roca dos veces, mientras que Pedro (uno de los hombres más valientes) negó al Señor en presencia de una sirvienta. Como dice Pablo: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Co. 10:12). El bosquejo podría ser el siguiente: I. La vida interior del creyente (cap. 1-3) 1. Siendo bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. 2. La necesidad de recibir el Espíritu de sabiduría y revelación. 3. Ser hechos hechura suya. 4. Una morada de Dios por medio de Su Espíritu, arraigados y cimentados en amor. II. La vida práctica del creyente (cap. 4-6). 1. Cualidades del liderazgo. 2. Dones de liderazgo. 3. Objetivos del liderazgo. 4. Andar en amor, andar en luz y andar prudentemente. 5. Vida familiar. 166 Maestros de Justicia 6. Vida secular. 7. Vida de oración. 8. Ser un soldado de Cristo. La epístola a los Filipenses Esta iglesia fue fundada por el apóstol Pablo (Hch. 16:12-40). El tema principal de esta epístola es alcanzar la meta del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Queremos cumplir el plan de Dios que Él ha ordenado para nosotros desde antes de la fundación del mundo. Otro aspecto notable de esta epístola es su énfasis en el gozo, siendo aún más notable considerando el hecho de que fue escrita mientras Pablo se encontraba prisionero en Roma. Un bosquejo de esta epístola podría ser el siguiente: I. El prisionero gozoso (1:1-2:2). II. La mente de Cristo (2:3 -11). III. Ocuparnos de nuestra salvación (2:12-18). IV. Timoteo, el hijo espiritual (2:19-24). V. Epafrodito, el siervo paciente y sufrido (2:25-30). VI. La primera resurrección (3:1-15). VII. Pablo, el ejemplo (3:16-21). VIII. La paz de Dios (4:1-9). IX. Santo contentamiento (4:10-13). X. El don del amor (4:14-20). La epístola a los Colosenses La iglesia de los colosenses, la cual Pablo nunca había visitado, estaba a unos 160 kilómetros al este de Éfeso. Pablo escribió esta carta cuando fue alertado de sus Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 167 problemas doctrinales. Esos problemas incluían el ceremonialismo, una estricta abnegación, adoración de ángeles, depreciación de Cristo y filosofías del mundo. Este libro (junto con el hecho de estar entre las formas más altas de alabanza al Cristo exaltado) nos muestra el camino hacia una santidad personal. I. Saludo. II. Agradecimientos (1:3-8,12-14). III. Oraciones (1:9- 11). IV. El Cristo magnificado (1:15-22). V. El ministerio (1:23-2:5). VI. Falsa enseñanza y doctrina correctiva (2:6-23). VII. El camino a la santidad (3:1-17). VIII. Familia y vida social (3:18-4:6). IX. Asuntos personales (4:7-18). La epístola a Filemón En la epístola de Pablo a Filemón, vemos algo más que una palabra personal al obispo de la iglesia en Colosas; vemos un mensaje importante para la Iglesia en general. La carta a Filemón, escrita en favor de su esclavo fugitivo Onésimo, es una historia de restauración. Cuando un esclavo se convierte en un hermano en Cristo, nos encontramos ante una clara conciencia de las implicaciones sociales del evangelio. ¡Que estas verdades se conviertan en una fuente de ánimo para todos los que están orando por sus seres queridos rebeldes, o están intercediendo por los hijos espirituales en la fe! 168 Maestros de Justicia Las epístolas a los Tesalonicenses Pablo estableció esta iglesia en tres días de reposo (Sabath) sucesivos, predicando que Cristo tuvo que sufrir y resucitar de los muertos y que Jesús es el Cristo (Hch. 17:2). Además, sabemos por la primera epístola (1:9-10) que los tesalonicenses dejaron a los ídolos para servir al Dios verdadero y viviente. Después les enseñó sobre la Segunda Venida de Cristo, Aquél que fue resucitado de entre los muertos y que nos librará de la ira venidera. Estas doctrinas fundamentales deberían enfatizarse a los alumnos, de forma que conozcan el fundamento que necesitan establecer para producir una iglesia que permanezca. El siguiente bosquejo de la primera epístola nos ayudará a entender la estructura: La primera epístola a los Tesalonicenses I. Agradecimiento por los Tesalonicenses (cap. 1). II. Confirmación de su profundo amor por ellos, su propia vida intachable entre ellos, y la declaración de que ellos son su corona de gozo en la presencia del Señor Jesús (cap. 2). III. Su profundo deseo de verles de nuevo y perfeccionar todas las carencias de su fe (cap. 3). IV. La voluntad de Dios, poseer nuestros vasos en santificación: Dios nos ha llamado a santidad. Por lo tanto, hemos de prepararnos y estar listos cuando Él venga en las nubes (cap. 4). V. El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; por lo tanto, hemos de velar y ser sobrios. Una oración de despedida para que el Dios de paz nos santifique en cuerpo, alma y espíritu (cap. 5). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 169 La segunda epístola a los Tesalonicenses Esta epístola fue escrita principalmente para clarificar sus enseñanzas previas (las cuales ellos habían malinterpretado) en relación con la Segunda Venida, ya que pensaban que Jesús vendría en cualquier momento. Este podría ser un bosquejo útil: I. Una promesa de que el Señor vengaría a todos los que estaban sufriendo por su causa (cap. 1). II. Una declaración clara de que el Señor no vendrá hasta que el Anticristo sea revelado 1. Cuando venga el Anticristo, se sentará en el Templo y proclamará que él es Dios. 2. Engañará a muchos con señales y prodigios, y los que amen la injusticia perecerán. Esto es lo que debemos enfatizar más a nuestros alumnos, para que no enseñen que Jesús puede venir en cualquier momento, ya que hay señales claras que han de ocurrir antes de que se produzca Su regreso en los cielos (cap. 2). III. Una advertencia contra los que andaban desordenadamente entre ellos y no trabajaban — Es algo bueno enseñar a los alumnos, usando 3:10, que los que no trabajan tampoco comen. Las Escrituras no aprueban la pereza. Las epístolas pastorales Las epístolas de 1 y 2 Timoteo, junto con Tito, son llamadas las epístolas pastorales porque dan instrucciones a Timoteo y Tito sobre cómo cuidar de las iglesias de las cuales eran responsables. Pablo enfatiza la sana doctrina, la fe, la 170 Maestros de Justicia enseñanza, la piedad y la instrucción sobre cómo lidiar con la controversia. Estas epístolas proveen un excelente fundamento para los maestros, ya que Pablo trata de la formación de los líderes de iglesias, enseñándoles cómo comportarse en la Iglesia del Dios viviente. Además, él da instrucción sobre traer orden a las congregaciones. En estas epístolas, el apóstol Pablo enseña a los pastores cómo tratar con problemas que puedan surgir en sus iglesias. Además, él da las cualidades necesarias que han de poseer los miembros para poder ser designados en los diferentes oficios y posiciones dentro de la Iglesia. La primera epístola a Timoteo Fue escrita a Timoteo, que era en aquel momento el primer obispo de Éfeso, para corregir herejías que habían entrado en la iglesia desde que Pablo se había ido de allí varios años antes. Pablo había dejado a Timoteo en Éfeso para ayudar en esa iglesia, mientras que él mismo siguió su viaje a Macedonia. I. II. Saludos (1:1-2). Advertencias contra los falsos maestros (1:3-11). 1. Los que enseñan fábulas, etc. (1:3-7). 2. El verdadero propósito de la Ley (1:8-11). III. La bondad del Señor hacia Pablo y el propósito para su vida (1:12-17). (Notemos que el propósito de Dios conlleva aspectos de carácter que Él desea revelar a través de nuestras vidas y también de nuestro ministerio personal). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 171 IV. El encargo de Pablo a Timoteo (1:18-20). V. Administración de la iglesia (cap. 2-3). 1. Sobre las oraciones (2:1-8). 2. Sobre las mujeres (2:9-15). 3. Sobre los requisitos de los ancianos (3:1-7). 4. Sobre los requisitos de los diáconos (3:8-16). VI. Falsa enseñanza y cómo combatirla (4:1-16). VII. Diferentes grupos dentro de la iglesia y cómo tratar con ellos: mujeres jóvenes y ancianas, viudas, ancianos y siervos (5:1-6:2). VIII. Varias advertencias 1. Contra los falsos maestros (6:3-5). 2. Contra el amor al dinero (6:6-10). 3. Que el hombre de Dios debe huir de tales cosas (6:11). 4. Pelear la buena batalla (6:12-16). 5. Contra las riquezas inciertas (6:17-19). 6. Contra las profanas y vanas palabrerías (6:20-21). La segunda epístola a Timoteo En ese momento, Pablo estaba sufriendo su segundo encarcelamiento y sabía que el martirio estaba cerca. Muchos habían abandonado a Pablo y él deseaba ver a Timoteo por última vez. También estaba preocupado por el estado de las iglesias bajo la persecución de Nerón. Este es un posible bosquejo: I. II. III. IV. La expresión de Pablo de su deseo de ver a Timoteo (1:1-4). Su preocupación por Timoteo (1:5-14). La grave situación de Pablo (1:15-18). La exhortación de Pablo a Timoteo (cap. 2) 1. Llamado a soportar 2:1-13. 172 Maestros de Justicia 2. Falsas doctrinas que se vencen por el estudio de la Palabra de Dios (2:14-26). V. Los errores de los últimos días (3:1-17) 1. Tiempos peligrosos (3:1-5). 2. Lujuria y resistencia a la verdad (3:6-9). 3. La clave para vencer y la sana doctrina que nos lleva a la perfección (3:10-17). VI. Palabras finales de consuelo de Pablo y despedida (4:1-22) 1. Encargo de predicar la Palabra (4:1-5). 2. La corona de justicia de Pablo (4:6-8). 3. Olvidado, pero el Señor permaneció con Pablo (4:9-18). 4. Saludos finales (4:19-22). La epístola a Tito Tito fue un cercano colaborador de Pablo, y aunque no se le menciona en Hechos, se le menciona 13 veces en el Nuevo Testamento. La última mención de Tito se hace en 2 Timoteo 4:10, cuando fue enviado por Pablo a Dalmacia. En esta epístola, él se encuentra en Creta. Pablo le había puesto allí a cargo de las iglesias de esa isla. Era un joven convertido de los de Pablo y para éste, él era muy querido. Pablo, cuando escribía, estaba preocupado por su bienestar, ya que no había oído de él hacía algún tiempo (2 Co. 2:13). Así es como hemos dividido la epístola: I. II. III. IV. El encargo a Tito de ordenar ancianos en cada ciudad (1:1-5). Los requisitos de los ancianos (1:6-9). Falsos maestros (1:10-16). Instrucciones específicas sobre la conducta (2:1-3:15). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 173 1. Hombres de edad avanzada: sanos en la fe (2:2). 2. Mujeres de edad avanzada: maestras del bien (2:3). 3. Mujeres jóvenes: cuidadosas de su casa, castas, obedientes, sujetas a sus maridos (2:5). 4. Hombres jóvenes: prudentes, discretos (2:6). 5. Tito como un ejemplo: un patrón de buenas obras (2:7). 6. Siervos: obedientes a sus amos (2:9). 7. Exhortación a hablar de estas instrucciones (2:15). 8. Exhortación a todos los creyentes a respetar la autoridad (3:1). 9. Exhortación a no hablar mal de nadie, y a ser amables y mansos con todos los hombres (3:2). 10. Disciplina eclesial, en relación con cuestiones necias y heréticas (3:9). 11. Observaciones finales en relación con la disposición de sus ayudantes (3:12-15). La epístola a los Hebreos El tema clave, y de hecho la idea principal de esta epístola, es adentrar al lector creyente detrás del velo. Esto es precioso, ya que significa que Pablo está intentando mostrar que en el Antiguo Testamento el velo impedía la entrada al Lugar Santísimo, pero ahora —por medio de la muerte de Cristo— ¡el velo del Templo ha sido rasgado! ¡Gloria a Dios! Este libro también contiene cinco advertencias específicas para los creyentes a no volver atrás o cansarse de hacer el bien. Presentamos ahora un esquema general de este libro: 174 Maestros de Justicia I. II. Cristo — Superior a los profetas y los ángeles (1:1-15). Primer aviso — “Atendamos con diligencia a lo que Dios está diciendo” (2:1-4). III. Cristo Jesús — Ahí está el Hombre (2:5-18). IV. Cristo — Mayor que Moisés (3:1-6). V. Segunda Venida — “No fallemos en alcanzar el reposo de Dios” (3:7-4:33). VI. Cristo — mucho más grande que Aarón (4:14-5:10). VII. Tercer aviso — “Cuidado con la pereza y la apostasía” (5:11-6:20). VIII. El sacerdocio según el orden de Melquisedec (7:1-28). IX. Un nuevo santuario y un nuevo pacto (8:1-13). X. La sangre de Cristo – superior a la sangre de los animales (9:1-28). XI. El nuevo camino de vida (10:1-20). XII. La vida en el Lugar Santísimo (10:21-25). XIII. Cuarto aviso – “Cuidado con pecar intencionadamente y volver atrás” (10:28-39). XIV. Los héroes de la fe (11:1-40). XV. La paciencia de la esperanza (12:1-13). XVI. Quinto aviso – “No rechacen al que habla desde el cielo” (12:14-29). XVII. Amor y buenas obras (13:1-25). La epístola de Santiago Este apóstol, que fue medio hermano de nuestro Señor, era conocido como “rodillas de camello” entre los de la Iglesia primitiva, por su gran devoción a la oración. También llegó a ser el pastor principal de la iglesia en Jerusalén. Le vemos presidiendo el primer concilio de la Iglesia, según se narra en Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 175 los Hechos de los apóstoles (Hch. 15). Pablo le llamó uno de los pilares de la Iglesia (Gá. 2:9). Su forma de escribir muestra muchas características de nuestro Señor en su manera directa y clara. Los temas principales en esta epístola son: la necesidad de tener sabiduría, el sello del hombre perfecto, el control de la lengua, la fe sin obras es muerta, un aviso contra la parcialidad y la importancia de la oración. Presentamos aquí un esquema general de la epístola de la siguiente forma: I. El propósito de las pruebas (1:2-12). II. La fuente de la tentación (1:13-18). III. Fe y buenas obras (1:19-27). IV. La imparcialidad de la fe (2:1-13). V. La fe sin obras es muerta (2:14-26). VI. El hombre perfecto (3:1-12). VII. Las dos sabidurías: terrenal y celestial (3:13-18). VIII. Humildad — la llave para recibir la gracia de Dios (4:1-12). IX. Santa dependencia de Dios (4:13-17). X. Las miserias de los ricos (5:1-6). XI. La paciencia de los santos (5:7-12). XII. La oración de fe (5:13-18). XIII. Conversión de los que pecan (5:19, 20). Las epístolas de Pedro La opinión más aceptada a lo largo de los siglos (por la mayoría de los comentaristas y padres de la Iglesia) es que la epístola fue escrita desde Roma, la ciudad que fue denominada como la “Babilonia espiritual”. Los temas son numerosos, pero 176 Maestros de Justicia esencialmente Pedro enseña que un buen testimonio vencerá al inconverso y pondrá en evidencia a quienes nos critican. Cristianos de todas partes estaban experimentando sufrimiento debido a las persecuciones de Nerón. (Por cierto, la persecución de los cristianos continuó durante un largo tiempo a lo largo de los reinados de muchos emperadores romanos). Como consecuencia, esta epístola anima en gran manera a los que estaban sufriendo injustamente. Aquí presentamos lo que podría ser un esquema general de esta epístola. La primera epístola de Pedro I. Saludos iniciales (1:1, 2). II. Agradecimientos sinceros a Dios por Su salvación y Su poder para cuidarnos (1:3-12). III. Exhortación a la santidad, para cumplir el mandamiento: “Sed santos porque YO SOY Santo” (1:13 -5:11) 1. Santidad — expresada por la purificación de nuestras almas a través de la obediencia a la verdad (1:14-22). 2. Como piedras vivas, ofreciendo sacrificios espirituales a Dios (2:2-10). 3. Abstenerse de los deseos carnales y practicar las buenas obras (2:11, 12). 4. Obediencia a las autoridades (2:13-17). 5. Siervos — sean obedientes a sus amos (2:18). 6. Cristo — el ejemplo para aquellos que sufren injustamente (2:19-25). 7. Esposas — practiquen la santidad obedeciendo a sus maridos y teniendo un espíritu respetuoso (3:1-6). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 177 8. Maridos — traten a sus esposas como a vaso más frágil (3:7-9). 9. Guardar nuestra lengua de todo mal (3:10-12). 10.Las recompensas de los que sufren por causa de la justicia (3:13-18). 11. El descenso de Cristo al infierno y Su ascensión al cielo (3:19-22). 12.Bendiciones del sufrimiento (4:1-11). 13.Exhortación a regocijarse — en cuanto a que somos participantes de los sufrimientos de Cristo (4:12-19). 14.Ancianos — dando ejemplo a la grey (5:1-4). 15.Los jóvenes — vestidos de humildad (5:5-11). IV. Saludos finales (5:12-14). La segunda epístola de Pedro La diferencia entre estas dos epístolas podemos establecerla de esta manera: La primera epístola intenta fortalecer a los santos en las persecuciones que vienen de fuera, mientras que la segunda intenta protegerlos de los falsos maestros que vienen de dentro. Un bosquejo podría ser el siguiente: I. Saludos iniciales (1:1, 2). II. Ocho pasos para la perfección cristiana y una entrada abundante en el cielo (1:3-15). III. Un testigo presencial de la Transfiguración de Cristo (1:1618). IV. Una palabra segura de profecía para guiarnos (1:19-21). V. Falsos maestros que han abandonado el camino correcto (2:1-22). VI. Preparación para el día del Señor — para que seamos hallados en Él en paz, sin mancha e irreprensibles (3:1-14). 178 Maestros de Justicia VII. Advertencia - “No sean arrastrados por el error de los inicuos” (3:15-17). VIII. Exhortación a crecer en la gracia y conocimiento del Señor (3:18). Las epístolas de Juan Los dos temas principales de estas epístolas son: primeramente, que Dios es amor, y en segundo lugar, la necesidad de tener comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Uno se queda perplejo ante la íntima relación que el apóstol amado tenía con su Señor. La primera epístola de Juan Aquí sugerimos un bosquejo de la primera epístola: I. II. III. IV. V. VI. VII. VIII. IX. X. XI. XII. XIII. XIV. XV. Comunión con el Padre y Su Hijo (1:1-4). Andar en luz (1:5-10). Nuestro abogado ante el Padre (2:1,2). Exhortación — “Amaos unos a otros” (2:3-11). Niveles de madurez espiritual (2:12-14). Exhortación — “No amen al mundo” (2:15-17). Aviso contra el Anticristo (2:18, 19). La unción que permanece (2:20-27). La semejanza de Cristo (2:28-3:3). La naturaleza sin pecado de Dios (3:4-10). Amor fraternal (3:11-14). Exhortación — “Probad los espíritus” (4:1-6). El perfecto amor (4:7-5:3). Vencedores (5:4-6). Los tres testigos (5:7-13). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 179 XVI. Confianza en la oración (5:14-16). XVII. Libertad del pecado y la idolatría (5:17-21). La segunda epístola de Juan En esta carta el apóstol se llama a sí mismo “el anciano”, lo cual en la Iglesia primitiva era un título no sólo para la edad avanzada, sino para los líderes de las congregaciones y para los que habían logrado una gran estatura. La costumbre en los dos primeros siglos era que los Evangelios fueran transportados por maestros itinerantes que confiaban en la hospitalidad de otros para que les acogieran en sus casas. Esta señora elegida, a quien se le escribió esta carta, seguramente haya sido alguien que abrió su casa para esos maestros. Sin embargo, como los maestros de la herejía confiaban en esa hospitalidad, Juan también advierte que ellos debían ejercer el discernimiento para que no ayudaran, sin saberlo, a que el error se propagara al recibir a esos falsos maestros. Un bosquejo que sugerimos es el que damos a continuación: I. II. III. IV. Saludos (1:1-3). Caminen en verdad y amor (1:4-6). Falsos maestros y falsas doctrinas (1:7-11). Bendición (1:12-14). La tercera epístola de Juan Como ya hemos mencionado, el hábito de la Iglesia primitiva era el de dar hospitalidad a los predicadores y maestros itinerantes. Aquí encontramos al apóstol Juan mencionando a tres hombres: Gayo, que era muy hospitalario; Diótrefes, 180 Maestros de Justicia que rehusó recibir a Juan, y Demetrio, que era un hombre de buen testimonio. Este sería un bosquejo de la epístola: I. II. III. IV. V. El elogio de Gayo (1:1-4). La virtud de la hospitalidad (1:5-8). La condenación de Diótrefes (1:9-11). Demetrio – el hombre de buen testimonio (1:12). Conclusión (1:13, 14). La epístola de Judas Escrita por el medio hermano de nuestro Señor y hermano del autor de la epístola de Santiago, esta epístola nos advierte contra los falsos maestros. Esos maestros son personas sensuales, que pervierten la verdad, y por tanto están destinados a la más negra oscuridad para siempre, como lo estuvieron los habitantes de Sodoma y Gomorra. Los maestros de justicia deberían observar que los escritores del Nuevo Testamento son consistentes con sus avisos contra los falsos maestros. Es de nuestra incumbencia el asegurarnos de poner un buen fundamento en las vidas de nuestros alumnos. Judas puede presentarse de la siguiente forma: I. II. III. IV. Saludos (1:1, 2). Exhortación a contender ardientemente por la fe (1:3). Falsos maestros y sus características (1:4-19). Exhortación a edificarnos sobre nuestra santísima fe y amor (1:20, 21). 1. Tener compasión de algunos que se han desviado (1:22, 23). 2. La triunfante exaltación del poder de Dios para guardarnos (1:24, 25). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 181 El libro de Apocalipsis Siendo quizá el libro de la Biblia que se debate con más pasión, Apocalipsis, a pesar de ello, contiene muchas verdades preciosas que nos capacitan para entender la necesidad de la pureza personal por parte del creyente. Está dividido en ciertos acontecimientos claramente establecidos y delimitados. Los verdaderos problemas para entender Apocalipsis en nuestra generación parecen estar relacionados con los periodos de tiempo en lugar de estarlo con la interpretación misma de los acontecimientos. Este libro se debería estudiar en el contexto de la gran exposición de nuestro Señor en Mateo 24 cuando se sentó en el monte de los Olivos. En este pasaje respondió a las preguntas de Sus discípulos con relación a Su Segunda Venida. El calendario cronológico que Él dio en Mateo es el siguiente: en primer lugar, habrá un gran avivamiento, seguido de la Abominación Desoladora, luego la Gran Tribulación, tras la cual Él vendrá en las nubes por Sus santos. En segundo lugar, habrá un juicio. Este libro presenta estos mismos eventos con mucho más detalle: I. II. III. IV. V. VI. La introducción (cap. 1). Las siete iglesias (cap 2, 3). Una puerta abierta en el cielo (cap. 4). El libro con los siete sellos (cap. 5). La apertura de seis de los siete sellos (cap. 6). El sello de los 144.000 israelitas (7:1-8). 182 Maestros de Justicia VII. VIII. La gran multitud en el cielo (7:9-17). El séptimo sello es abierto, comienzan las siete trompetas (cap. 8, 9). Los siete truenos y el librito (cap. 10). La medición del Templo (11:1, 2). Los dos testigos: Moisés y Elías (11:3-12). Un gran terremoto (11:13, 14). El sonido de la séptima trompeta (11:15-19). La Iglesia de Jesucristo (cap. 12). La trinidad impía (cap. 13). Las siete visiones (Oráculos de los últimos días) (cap. 14). Los siete ángeles con las siete últimas plagas (cap. 15, 16). El juicio de la gran ramera (cap. 17). La caída de Babilonia (cap. 18). La Cena de las bodas del Cordero (cap. 19). El Milenio (cap. 20). Los nuevos cielos, la nueva tierra y la nueva Jerusalén (cap. 21, 22). IX. X. XI. XII. XIII. XIV. XV. XVI. XVII. XVIII. XIX. XX. XXI. XXII. En el libro de Apocalipsis están incluidas siete bienaventuranzas: 1. “Bienaventurado el que lee y guarda las cosas en ella escritas” (1:3). 2. “Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor” (14:13). 3. “Bienaventurado el que guarda sus ropas” (16:15). 4. “Bienaventurados los que son llamados a la Cena de las bodas del Cordero” (19:9). Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica 183 5. “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección” (20:6). 6. “Bienaventurado el que guarda las palabras de esta profecía” (22:7). 7. “Bienaventurados los que guardan Sus mandamientos” (22:14). Qué importante es para nosotros, como maestros de justicia, que procuremos asegurarnos de que nuestros alumnos entren en este estado de bendición completa. 185 CAPÍTULO 11 Apuntes prácticos Héroes de los niños —Winston Churchill, uno de los hombres más valientes de la civilización occidental, creció leyendo las biografías de héroes valientes (como su ancestro, el Duque de Marlborough) y memorizando poesía heroica. Medio siglo después, cuando la civilización se desvanecía y la determinación de mucha gente de naciones enteras se tambaleaba y fallaba, Churchill no perdió su valor. Terrence Moore dijo: “El valor nos permite defender la civilización”. Así pues, las lecturas del niño pueden inspirar la fortaleza filosófica del hombre. Podemos ver en esta ilustración de la vida de uno de los hombres más importantes del siglo pasado, que su carácter fue moldeado y formado a una edad temprana, y que maduró, floreció, y estuvo listo en el momento de la necesidad. ¿Es mucho creer que, como maestros de justicia, por medio de nuestra exposición de la Palabra, podemos moldear la vida de muchos jóvenes en los caminos de Dios? Así, cuando sean probados permanecerán fieles y valientes, y contenderán por la fe, siendo como un portador de la bandera en la batalla que alienta a los que le rodean a actuar con valor y fortaleza. ¿Acaso la conmovedora historia de Daniel en el foso de los leones, seguida del fuerte desafío procedente de los labios del maestro: “¡Atrévanse a ser como Daniel; atrévanse a permanecer firmes aun estando solos!” no hará que el Espíritu 186 Maestros de Justicia de Cristo en nuestros corazones se levante hasta el punto de proclamar con valentía el evangelio y permanecer firme en el lugar de trabajo o en la escuela? De igual forma, ¿no hará el clamor de Josué: “¡Escoged este día a quien sirváis; pero yo y mi casa serviremos al Señor!” que algo se conmueva incluso en el más tímido de sus siervos? Estos grandes desafíos, seguidos de una declaración del maestro de justicia tal como: “¡Yo también he tomado esta decisión de seguir al Señor!”, sin duda alguna sembrarán una semilla que germinará y dará fruto de firmeza de propósito en aquellos a los que él enseña. El anterior presidente de los EE.UU., Bill Clinton, hizo una declaración diciendo que podía recordar casi todo los que sus maestros le habían enseñado, incluso remontándose a su infancia. Esto es algo bastante excepcional, y hay pocos que puedan decir lo mismo. Nosotros, sin embargo, tendemos también a recordar el carácter de nuestros maestros, así como sus rasgos y estilos de vida. Se ha dicho del anterior presidente Ronald Reagan que su equipo de trabajo e incluso miembros del Congreso simplemente deseaban complacerle, porque él se ganaba la simpatía de ellos. De igual forma, los maestros cuyas personalidades y caracteres nos hicieron querer ser como ellos y agradarles, son también los que nos hicieron desear ser maestros y enseñar a otros los caminos de justicia. Esto sólo es posible a medida que permitamos que las verdades que enseñamos sean parte de nosotros, y cuando permitimos que Cristo, el Maestro de maestros, brille a través de nuestras vidas. Capítulo 11: Apuntes prácticos 187 Otro aspecto práctico de la Los maestros enseñanza es prestar atención a las deberían advertir pequeñas cosas. Una vez me de las pequeñas presentaron al vicepresidente de inclinaciones u una aerolínea nacional que había sido comandante en jefe de su obras de la carne nación y, por lo tanto, era una que pueden persona de distinción. Hablé con él arruinar la sobre su trabajo, y luego le hice lo reputación de que pareciera ser una pregunta un ministro, su banal: “¿Por qué no hay cepillos de efectividad y dientes en el paquete que reciben su carácter. los pasajeros de la clase business?” Las pequeñas cosas son muy importantes. Ese directivo de la aerolínea me explicó detalladamente que poner los cepillos de dientes en el baño en vez de ponerlos en cada paquete obsequio que reciben los pasajeros significaría que prácticamente la mitad de ellos no los usarían, con lo cual, probablemente la aerolínea podría ahorrarse unos 40 dólares por vuelo. Si se multiplica esa cantidad por unos 10 vuelos al día, y en un año la compañía podría ahorrarse unos 100.000 dólares. Al multiplicar eso junto con otros pocos extras, el ahorro se convertirá en algo significativo. Benjamín Franklin solía decir a menudo: “Cuidado con los pequeños gastos. Una pequeña ranura hundirá un gran barco”. El rey Salomón dijo que una pequeña locura puede enviar un mal olor al que es estimado como sabio y honorable (Ec. 10:1). Una vez más, se nos advierte que son “las pequeñas zorras, las que echan a perder las viñas” (Cantares 2:15). 188 Maestros de Justicia Recuerde el relato que compartimos anteriormente, que en Atenas, Grecia, nos enseñaron una columna que se había derrumbado después de unos 2.000 años por una brizna de hierba que había resquebrajado la base. Los maestros deberían advertir de las pequeñas inclinaciones u obras de la carne que pueden arruinar la reputación de un ministro, su efectividad y su carácter. 189 CAPÍTULO 12 Consejos para el aula La medida de éxito de un maestro es el grado en el que los alumnos entiendan la lección (y sean transformados por ella). Por lo tanto, no deberíamos disponernos a enseñar hasta que no hayamos empapado la lección de oración para que el maestro y los alumnos igualmente puedan experimentar la unción en la clase. Una de las claves al enseñar es involucrar o incluir a los alumnos en el tema. Yo personalmente he comprobado que este es un método de enseñanza muy eficaz. Por ejemplo, cuando estaba enseñando sobre el libro de Daniel, terminé pronto y luego, involucrando a los alumnos, hice que varios resumieran principios que habían aprendido de los doce capítulos, dándole a cada uno un capítulo en particular. Pronto me di cuenta de qué puntos necesitaba fortalecer, ya que era obvio que los alumnos no habían llegado a entenderlos del todo. Cuando enseño este libro, por ejemplo, en una clase de Escuela Dominical, he de asegurarme que quede bien desmenuzado y simplificado. Tengo que recordar también que las notas que ellos toman podrían servir como base para una clase de Escuela Dominical que ellos mismos podrían enseñar más adelante. Por lo tanto, es muy importante, cuando enseñamos, hacer frecuentemente preguntas para asegurarnos de que los alumnos hayan entendido los puntos más importantes. 190 Maestros de Justicia Al enseñar, un método consagrado es tomar un principio y desmenuzarlo en porciones lo bastante pequeñas para que sea digerido y asimilado fácilmente por la mente de los oyentes. La gente, generalmente hablando, sólo puede recibir un principio o idea a la vez. Además, la manera de enseñar es muy importante, ya que si no se enseña la verdad de una manera seria, los alumnos no lo tomarán en serio. Aunque el humor es aceptable en el momento oportuno, e incluso se puede usar para aclarar un punto en concreto, también puede distraer y poner en riesgo la pérdida de la unción. No deberíamos disponernos a enseñar hasta que no hayamos empapado la lección de oración. Se debe mantener una actitud de humildad siempre, y deberíamos evitar “el llamar la atención”. Asegurémonos de que los pensamientos de la clase estén centrados en el Señor, y no en Su siervo. Una idea que da qué pensar es que algunos de aquellos a quienes hemos tenido el privilegio de enseñar, puede que nos superen en aprendizaje y capacidades, y sean más fructíferos que nosotros mismos. El objetivo y éxito del maestro es, en definidas cuentas, que los alumnos puedan obtener un mayor nivel y que se superen. La atmósfera es importante en la enseñanza, y uno debe intentar asegurarse de que favorece a los que están escuchando .Crear un entorno de aprendizaje es esencial si queremos que los alumnos maximicen su retención de los Capítulo 12: Consejos para el aula 191 hechos que les estamos impartiendo. La falta de elementos de distracción, incluyendo la temperatura de la clase, es muy importante. Si hace demasiado calor, la clase se pone soñolienta, los bebés lloran y puede ocurrir que uno pierda un punto muy importante. Es sabio recordar que aunque es posible que el maestro haya podido tener un tiempo de quietud con el Señor en su cuarto, el alumno puede que haya llegado corriendo tras terminar otras actividades. Es importante, pues, calmar sus espíritus y sus mentes y prepararlos para los principios que usted tiene para ellos por medio de un tiempo de adoración. Esto se consigue a menudo comenzando con canciones alegres, himnos o coros y luego avanzando hacia un tipo de música más tranquila y de adoración. De esta forma, sus espíritus y sus mentes serán refrescados y así estarán más receptivos para escuchar y concentrarse en el tema que usted desea enseñarles. Ya que existe una diferencia entre predicar (que es provocar, despertar) y enseñar (que es edificar), podríamos considerar que unos minutos de predicación no harán mal si van en consonancia con la lección que estamos impartiendo. Provocar o despertar a los alumnos a escuchar y recibir es muy valioso, porque la clase desarrolla deseos de aprender. Uno de los medios de saber que una clase ha asimilado la lección es, por supuesto, mediante las tareas o deberes. Ahora bien, esto ha de ser productivo, teniendo en mente el objetivo de que tras terminar la tarea, el alumno habrá sido capaz de ver sus propios puntos fuertes y débiles y también si ha 192 Maestros de Justicia recibido satisfacción al realizarla. Por lo tanto, las tareas deben prepararse con mucho cuidado teniendo ese objetivo en mente. El trabajo sin sentido y repetitivo sólo por el hecho de hacer tareas es algo que deberíamos evitar. La calificación de las tareas es importante, y una pizca de elogio significará mucho cuando éste haya sido merecido. Esto ayudará a que los alumnos estén motivados para lograr objetivos mayores, e incluso a aquellos cuyos trabajos no hayan logrado esos objetivos tan altos, seguro que también les alentará escuchar una palabra o dos de ánimo. Eso les mostrará que usted aprecia su esfuerzo, e incluso podrá darles unas sugerencias sobre cómo pueden mejorar la próxima vez. 193 CAPÍTULO 13 Las recompensas de un buen maestro En las escuelas públicas existen todos los niveles de maestros, y ocurre lo mismo en la Iglesia. Todos ustedes que han leído este libro puede que estén pensando que lo que yo he escrito sólo es aplicable a maestros que tienen alguno de los dones ministeriales de Cristo, como se indica en Efesios 4:11, pero la verdad es que esto es aplicable a todos. Quizá se esté preguntando: “¿Acaso puede un maestro de Escuela Dominical marcar la diferencia en un niño?” Permítame hablarle de una maestra de Escuela Dominical y madre que, debido a su fidelidad y firme testimonio de Cristo, tuvo una parte activa en hacer caer el malvado imperio del comunismo. Consideremos el poder de este sistema político. No se parecía a ningún otro que el mundo hubiera conocido jamás. Era la crueldad personificada de una manera que este libro apenas si es capaz de describir. Habiendo conocido a algunos que han sufrido por Cristo bajo su terrible brutalidad, dudo en incluirlo como un mero partido político, ya que su objetivo era nada menos que la completa aniquilación del cristianismo. Karl Marx, su fundador, fue un creyente nacido de nuevo que en su adolescencia decía: “Qué dulce es el nombre de Jesús”. Después se convirtió en uno de los mayores perseguidores de Cristo por medio de sus ataques a la Iglesia. Recuerde 194 Maestros de Justicia que mencionamos en nuestra sección sobre los juicios que Stalin, igualmente, fue un alumno de seminario que se apartó. No hay nadie tan cruel y vehemente contra Dios como aquellos que una vez simpatizaron con la verdad y luego se apartaron. Saúl, Judas y los descendientes de Esaú e Ismael son otros ejemplos. Ahora bien, este imperio tan poderoso tuvo que doblar sus rodillas, en parte, debido a una devota maestra de Escuela Dominical llamada Nelle Reagan. Su nombre puede que no sea muy conocido, pero seguramente todos hayan oído de su hijo, Ronald Reagan, el cuadragésimo presidente de los Estados Unidos y uno de los más dinámicos de todos los presidentes de América. Debido a las enseñanzas de su madre, Ronald Reagan conoció a Cristo a la edad de once años. Fue su firme creencia en Cristo lo que le dio la confianza y la fe necesarias para creer que el comunismo podía ser derrotado. Por lo tanto, el comunismo fue derrotado por medio de la valentía de un hombre justo y temeroso de Dios que en su juventud había seguido a su madre al convertirse él también en maestro de Escuela Dominical. Su fe en Cristo era tan conocida por el adversario, que en una declaración formal de la TASS, la agencia oficial de noticias soviética, dijeron que el presidente Reagan había usado la religión con un particular celo para respaldar su política anti-soviética. Sí, los maestros tienen una influencia formidable cuando proclaman con valentía el evangelio de Dios tal como es en Capítulo 13: Las recompensas de un buen maestro 195 Cristo. Sus alumnos recuerdan sus palabras mucho después de que ellos hayan partido hacia su recompensa eterna. Sus palabras perduran en las vidas de sus oyentes y a veces producen fruto para muchas generaciones venideras. Si somos fieles en estudiar, orar y vivir nuestras enseñanzas, Dios se asegurará de que, como en el caso de Jesús, nosotros también veamos nuestra semilla y estemos satisfechos (Is. 53:10, 11). Hemos hablado mucho de la vida, ministerio e influencia de los maestros devotos. Sin embargo, me gustaría añadir algunas palabras de consejo para los anteriores capítulos. La mayor influencia que un maestro tiene sobre sus alumnos es por medio de su personalidad. Lo que somos dice mucho más de nosotros que lo que escribimos, y dejamos una profunda huella sobre las vidas, mentes y corazones de aquellos que llegan a conocernos. El maestro ha de buscar conectar con sus alumnos y, en algunos casos, establecer lazos de unión con ellos. Estos lazos producirán un cariño entre alumnos y maestro que a menudo perdurará toda la vida y aún más allá, cuando el alumno reflexione cariñosamente sobre la impresión que ese buen maestro ha dejado en su vida. Una de las promesas más grandes de Dios para los últimos tiempos es que Él dará a Su Iglesia maestros de justicia. Esta promesa está en Joel 2:23: “Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender 196 Maestros de Justicia sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”. La “lluvia tardía” se puede traducir como “maestros de justicia”, y como tales, los hebreos consideraban a sus maestros como lluvia del cielo, que refrescaban y daban vida a su alma, porque en el camino de la justicia está la vida. Ahora bien, los maestros tienen unos honores particulares, no sólo aquí en la Tierra sino también arriba en el cielo. Esto lo dijo el Señor mismo en Su enseñanza sobre el monte, ya que advirtió a sus oyentes de esta manera: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt. 5:17-20). En el pasaje anterior tenemos las recompensas de un maestro de justicia así como una definición de este don ministerial tan importante. Está claro que las recompensas se les dan a los que guardan y practican fielmente los mandamientos de Dios, y enseñan a otros a hacer lo mismo. Estos serán llamados “grandes en el reino de los cielos”. Capítulo 13: Las recompensas de un buen maestro 197 La definición de un maestro de justicia es alguien que defiende la Ley y los Profetas; uno que (como dijo Pablo) declara todo el consejo de Dios y no compromete el mensaje de santidad y perfección. La verdadera santidad es tener las leyes de Dios, los Diez Mandamientos, escritos en las tablas de carne del corazón. Esto quiere decir entrar detrás del velo en el Lugar Santísimo con Dios. En el Tabernáculo de Moisés, el Arca del Pacto contenía las dos tablas sobre las que fueron escritos los Diez Mandamientos, con el significado de que el maestro de justicia debe ministrar desde dentro del velo e intentar llevar allí a sus alumnos. También ha de intentar provocar en sus alumnos hambre y sed de justicia, para que puedan ser llenos de la justicia de Dios (Mt. 5:6). Para concluir este capítulo, quiero hablar otra vez sobre el carácter del maestro. Su vida ha de reflejar tanto la dulce humildad de Jesús como el calor de Su amor. La verdad ha de estar en su interior (en lo íntimo) (Sal. 51:6), y desde los escondrijos más internos de su corazón, la ley de clemencia ha de fluir por su boca (Pr. 31:26). Un maestro de justicia declara todo el consejo de Dios y no compromete el mensaje de santidad y perfección. 199 EPÍLOGO Maestros de justicia —¡qué santo y supremo llamamiento! Requiere toda nuestra dedicación y “nuestro mejor esfuerzo por su más alto llamamiento”. Este llamado requiere que pasemos tiempo en la presencia del Señor Jesús: el Maestro de maestros, para afilar nuestras capacidades y crecer en el conocimiento de Él, a quien enseñamos, porque Él es el Verbo hecho carne. Su manto ha de cubrirnos para que, con humildad y honestidad, podamos manifestar a Aquel que es abundante en misericordia y verdad (Ex. 34:6). Estos son los días en que, debido a que abundará el pecado, el amor de muchos se enfriará. Sin embargo, el Espíritu de Dios será derramado en un avivamiento poderoso, y multitudes se encontrarán en el “valle de la decisión”. Los maestros de justicia son dados por Dios para nutrir a los recién nacidos y establecer los maduros, para que no se aparten de los caminos de justicia, como muchos han hecho. Por esta razón se ha escrito este libro: para inspirar a los que son llamados a mayores alturas de dedicación, que desean ser verdaderos maestros, y que llevarán a muchos hijos a la perfección y la gloria. Queridos amigos, que pueda ser dicho de nosotros, como dijo el rey Salomón: “los labios del justo apacientan a muchos” (Pr. 10:21). BIBLIOGRAFÍA Versión en español: La Santa Biblia, versión Reina Valera de 1960, Sociedades Bíblicas Unidas. Franklin, Benjamin. Cita. Obtenida el 13 de Septiembre de 2004 de: http://www.quotedb.com/ Honan, Park. (1999). Shakespeare, A Life. (p.138). United Kingdom: Oxford University Press. Kengor, Paul. (2004). God and Ronald Reagan. USA: HarperCollins Publishers Inc. Lincoln, Abraham. Cita. Obtenida el 9 de Septiembre de 2004 de: http://www.quotationspage.com/ Moore, Terrence. (2004, Mayo). La valentía nos permite defender la civilización. Ashbrook Center for Public Affairs at Ashland University. Obtenida el 13 de Septiembre de 2004 de: http://www.ashbrook.org/publicat/oped/moore/04/ courage.html Trump, Donald. Trump: How to get rich. (2004). United Kingdom: Random House. LIBROS POR EL DR. BRIAN J. BAILEY Comentarios sobre los libros de la Biblia Génesis: El libro de los orígenes El viaje de Israel El Tabernáculo de Moisés Fiestas y Ofrendas (Levítico) El libro de los Jueces Rut: La novia gentil de Cristo David y Salomón Los reyes de Judá Los reyes de Israel La Era de la Restauración (Esdras y Nehemías) Las tres casas de Esther Salmos I: Capítulos 1-50 Salmos II: Capítulos 51-100 Salmos III: Capítulos 101-150 La esposa de Cristo (Cantar de los Cantares) Isaías Jeremías El libro de Lamentaciones El carro del trono de Dios (Ezequiel) Daniel Profetas Menores I: La restauración de los caídos (Oseas) Profetas Menores II: Joel a Sofonías Profetas Menores III: Hageo a Malaquías El Evangelio de Mateo El Evangelio de Marcos El Evangelio de Lucas El Evangelio de Juan Romanos: Más que vencedores Soldados de Cristo (Efesios) Dando en el blanco (Filipenses) Colosenses y Filemón: La Senda de la Santidad Hebreos: Detrás del velo Las dos Sabidurías (Santiago) Las Epístolas de Juan Apocalipsis Otros libros Ángeles Conozca su Biblia Contendiendo por la fe El apóstol El Espíritu Santo El evangelista El ministerio del profeta Entrar en el reposo de Dios La cruz y la resurrección de Cristo La vida de Cristo La Segunda Venida: Una exposición de la Segunda venida del Señor Las glorias del cielo y los inefables terrores del infierno Liderazgo Los Nombres de Dios Maestros de Justicia Pilares de la fe Preparación para el Avivamiento Para obtener más información o ejemplares adicionales, diríjase a: Los EE. UU. Zion Fellowship International PO Box 70 Waverly, NY 14892 Tel: (607) 565-2801 Fax: (607)565-3329 www.zionfellowship.org [email protected] [email protected] México Instituto Sion A.C. Presa las Julianas #49 San Juan Totoltepec Naucalpan, Edo. de México CP 53270 MEXICO Tel/Fax: (55) 2640-8849 Email [email protected] Guatemala Instituto Bíblico Jesucristo Apartado Postal 910-A Guatemala, Centroamérica Tels: 5219-0444 y 45 E-mail: [email protected] [email protected], [email protected] Página web: www.ibj-guatemala.org EL SALVADOR Para la edificación Publicaciones Urb. Buenos Aires 1 Av. San Carlos #131 San Salvador, El Salvador C.A. Tel: 503 2226-8845 Fax: 503 2235-1156 [email protected] HONDURAS Instituto Bíblico Jesucristo 31 Calle entre 1a y 2a Avenida Entre Juzgados y el Centro Médico Col. La Granja, Tegucigalpa Honduras, Centro América Tel: (504) 225-6649 e-mail: [email protected] COSTA RICA Ministerio Cristiano Sion 2377-3000 Heredia, Costa Rica, C.A. 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