Subido por Merajad Dumet Montoya

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LOS DOS CEREBROS EN EL AULA.
Un cerebro triúnico: una colaboración rica y difícil.
Los fracasos escolares masivos se deben con frecuencia a factores afectivos, emocionales o
relacionales.
Identificar el cerebro reptiliano es fácil, manda en el mecanismo que nos hacen vivir
mecánicamente vela por nuestra vida regulando nuestra respiración, nuestro ritmo cardiaco.
Constituye nuestro reloj interior y administra nuestro tiempo personal determinando el
despertar, somnolencia y sueño. Dirige nuestros comportamientos más usuales.
Su expresión en la vida cotidiana es por su necesidad de elección, marca o defiende su territorio
y por las siguientes cinco formas concretas de comportamiento: orientación, imitación,
repetición, perseveración (o rutina) y disimulo.
Este cerebro es el de los rituales, de los automatismos, tiende a repetir comportamientos y
experiencias, tienden a proteger su comportamiento y a evitar las sorpresas y lo inesperado, de
esta manera nos impide el cambio y la innovación. Nos hace verdaderos lagartos, seres
rutinarios que cada día, responde automáticamente a la defensa y no le gusta que le molesten.
En el caso de los maestros de clases, cuando sus alumnos presentan este tipo de
comportamiento, se encuentran físicamente presentes y mentalmente ausente, su función es
despertarles y convertirlos en seres activos, a la vez el educador debe de ser prudente ya que si
invade su territorio puede desencadenar un proceso automático de defensa.
Tres cerebros interconectados.
Algunos neurobiólogos rechazan las divisiones descritas por Mac Lean y su excesiva
especialización pero reconocen la presencia en cada uno de nosotros de estas divisiones.
El cerebro arcaico reposa sobre circuitos estables, está organizado para la conservación y
responde necesariamente de manera ineluctable a los estímulos, reflejos, pone a los músculos en
acción, o comportamientos instintivos, como el hambre o la sed. Este cerebro viejo es estable,
fiable y especializado.
El cerebro límbico su estructura refuerza su acción y manda sobre todo en nuestras emociones
afectivas, tales como bloqueos y motivaciones.
Un nuevo cerebro, el neo-córtex o cortical es capaz de reprimir los instintos y las pulsiones,
pero es inestable y frágil, en una palabra, imprevisible. Puede crear orden o desorden.
Los tres están en permanente competición y dominan por turno, según el tipo de estímulo
enviado por el entorno.
Los cinco comportamientos básicos del cerebro reptiliano.
El primero comportamiento de orientación, se trata de respuestas automáticas y por tanto
incontrolables, tienen actos condicionados por recuerdos de situaciones vividas buenas o malas,
el educador es el encargado de borrar esas huellas y sustituirlas.
El segundo comportamiento básico es la imitación, resultado de la observación cotidiana, en
este comportamiento los seres humanos son muchas veces gregarios y conformistas.
Los comportamientos reptiliano tercero y cuarto son muy parecidos, se trata de la repetición y la
perseveración, es decir la rutina. Nos impulsan a volver a utilizar viejos esquemas establecidos
y comprobados para resolver situaciones nuevas. Se produce una incapacidad de adaptación y
de encontrar soluciones nuevas. Sin embargo estos automatismos no es imposible borrarlos se
necesita una intervención consciente del córtex.
El siguiente comportamiento es el disimulo o sea presencia física y mentalmente ausente, utiliza
la actitud para escapar de su predador o para premeditar su venganza, son silenciosos e
inhibidos. Los educadores activan a los alumnos dando gratificaciones para lograr cambio
debiendo respetar su territorio.
El límbico: todos mamíferos
Este cerebro límbico o viceral refuerza el papel del reptiliano y mantiene el equilibrio
fisiológico del organismo, regula la temperatura, equilibra la presión sanguínea, el ritmo
cardiaco y la tasa de azúcar en la sangre y tiene gran importancia en la memorización gracias al
hipocampo que lo hace a través de la información óptica, acústica, táctica y viceral. Asegura
cuatro funciones de supervivencia: Las cuatro A: Alimentación, apareamiento, autodefensa y
agresividad (la amígdala desencadena la expresión de cólera y de defensa).
El hipotálamo controla todas las funciones del sistema límbico. Manda directamente en la
hipófisis, en las funciones endocrinas (control hormonal) y viceral. Domina el neo-cortex
cerebro de adaptación y realidad.
El sistema límbico se destabiliza fácilmente por los estímulos afectivos y emocionales, Actúa
como un filtro selecciona lo agradable y lo desagradable, lo interesante y lo poco motivante, en
el caso de los alumnos cuando se bloquean descubren emociones como la rabia, miedo, alegría
que a la vez las expresan en su cara y las manejan para conseguir sus objetivos, aprenden a
seducir o agredir, a proteger o agradar, generan impulsividad y son mete patas hablan
demasiado.
Por la tendencia que tenemos a actuar tratamos de conseguir bonificaciones y conseguir con
ellas un determinado placer, si reaccionamos a un recuerdo desagradable huimos y si no lo
podemos convertir en comportamiento de ataque transformándolo en agresividad.
Las capacidades de nuestro cerebro se utilizan al máximo cuando éste es estimulado.
Necesidades fácilmente identificables.
Nuestro cerebro mamífero (o límbico) nos hace adoptar comportamientos animales, todos
somos un poco gatos tenemos necesidad de libertad e independencia, un poco perros por nuestra
necesidad de castigo y recompensa y desarrollarnos en un clima de seguridad y protección, y
por ultimo somos vacas por la necesidad que tenemos de rumiar durante más o menos tiempo
para tomar la mejor decisión y ponerla en práctica. Sin este plazo, somos extremistas. Nuestros
rencores, miedos, enfado nos impulsan a poner sanciones inadecuadas, en el caso de los
maestros se las imponen a sus alumnos tan límbicos e impulsivos como ellos.
Placer, huida, agresividad, inhibición: cuatro comportamientos inducidos, por nuestros dos
cerebros, reptiliano y límbico.
Nuestros dos cerebros antiguos tienen funciones diferentes, pero están interconectados, trabajan
juntos para asegurar nuestra conservación y mantener nuestro equilibrio interno. El ser humano
reacciona, ante diversas circunstancias de la vida adoptando comportamientos que expresan
satisfacción o disgusto.
El neo córtex
El neo córtex empuja y coloniza a los dos cerebros reptiliano y límbico a la vez están
fuertemente interconectados entre sí.
Específicamente es inestable e imprevisible. Crea el orden y el desorden, actúa como acelerador
de reacciones o al contraria puede comportarse como inhibidor y es capaz de resolver los
problemas más complejos.
Se caracteriza por su capacidad de adaptación y sabe enfrentarse a situaciones inesperadas,
detesta la estabilidad y el aburrimiento siempre pretende estar en constante cambio.
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